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Parte VI
ENTRENAMIENTO PARA LA
SALUD COMO PREVENCIÓN
Y REHABILITACIÓN
DE ENFERMEDADES
CARDIOVASCULARES
O DEBIDAS A CARENCIA
DE MOVIMIENTO
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26 Entrenamiento para conservar la salud

de atletismo públicos han demostrado que este tipo de en-


“La salud no lo es todo, pero sin la salud todo es nada.”
trenamiento de la resistencia no lo puede practicar cual-
Schopenhauer quiera, sin sentido crítico y de cualquier forma. Estos ca-
sos, difundidos por los medios de comunicación sin
ningún tipo de análisis de las circunstancias, han creado
un considerable grado de inseguridad en una parte de la
ciudadanía preocupada por su salud. Por ello el problema
Fundamentos generales y modalidades merece ser tratado aquí, si bien de forma breve; el análisis
de realización detallado de los casos de muerte después de actividad cor-
poral (cf. Munschek, 1974 y 1977; Vuori, 1978;
La prevención de enfermedades cardiovasculares dege- Jung/Schäfer-Nolte, 1982) dio como resultado que en casi
nerativas constituye en nuestros días un problema funda- todos los sujetos muertos después de un esfuerzo corporal
mental de la medicina preventiva, pues dichas enfermeda- intenso la causa de la muerte tenía que ver con una enfer-
des figuran en primer lugar en la estadística de causas de medad coronaria.
mortalidad en los países industrializados. Por el contrario, los casos de muerte súbita en personas
Como etiología se pueden mencionar una serie de fac- practicantes habituales de deporte eran muy poco habitua-
tores exógenos (p. ej., cambios en los hábitos de vida, nu- les y se producían casi exclusivamente en condiciones in-
tricionales y adictivos) y endógenos (p. ej., los llamados habituales o de estrés (p. ej., acontecimientos de masas con
factores de riesgo como hipertensión arterial, niveles altos “carácter de competición”, etc.). Muchos casos de muerte
de colesterol, etc.), que participan en la génesis de las en- de origen cardíaco atribuidos al deporte aparecieron casi
fermedades cardiovasculares. La carencia de movimiento con toda seguridad de forma puramente casual durante
desempeña un papel importante, pues la capacidad de ren- la actividad deportiva y no durante una carga corporal de la
dimiento de cada órgano se corresponde con el grado de vida cotidiana (cf. Jung/Schäfer-Nolte, 1982, 11).
su solicitación (cf. Wolff/Busch/Mellerowicz, 1979, 3). Para evitar sucesos lamentables de este tipo se debería
Normalmente, el riesgo de sufrir un infarto de miocar- tener en cuenta algunos puntos importantes al plantearse
dio es doble en sujetos no entrenados en relación con los y al realizar un entrenamiento aeróbico dinámico de la re-
entrenados. Después de los 40 años de vida este riesgo au- sistencia (cf. Weineck, 1981, 702):
menta de forma pronunciada para los no deportistas; en
cambio, para las personas entrenadas dicho riesgo perma- ¿Quién no puede?
nece desde los 40 años y durante los siguientes 20 o 25
Como contraindicaciones se consideran sobre todo las
años en un nivel bajo y constante (Halhuber, 1981).
siguientes (cf. Hüllemann, 1976, 188; Hollmann/Hettin-
Para la prevención de enfermedades cardiovasculares y
ger, 1980, 671; Mellerowicz/Franz, 1981, 45):
derivadas de la falta de movimiento resulta idóneo un en-
trenamiento aeróbico de la resistencia (jogging), pues me- • Inflamaciones o infecciones agudas.
jora de forma amplia y selectiva la capacidad de rendi- • Insuficiencia o lesiones cardíacas, congénitas o adquiri-
miento cardiopulmonar, influyendo a la vez positivamente das.
sobre una serie de factores de riesgo primarios. No obstan- • Trastornos del ritmo cardíaco provocados o intensifica-
te, una serie de muertes en carreras populares y circuitos dos por la carga.
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606 ENTRENAMIENTO TOTAL

• Hipertensión arterial no tratada (sistólica por encima de ¿Qué frecuencia y qué duración?
200 o diastólica por encima de 100 mmHg).
Como regla general, la frecuencia del entrenamiento
• Hipertiroidismo no tratado, pero considerable.
(con rendimientos de entrenamiento comparables) ejerce
• Lesiones graves, crónicas o descompensadas del hígado
sobre la capacidad de rendimiento corporal un influjo ma-
y los riñones.
yor que la duración (Strauzenberg, 1979, 37).
• Enfermedades crónicas, progresivas y destructivas (neo-
plasias).
• Entrenamiento en la fase de preparación
• Enfermedades pulmonares progresivas y cardiopulmona-
En un entrenamiento en la fase de preparación para el
res avanzadas.
desarrollo de la capacidad de rendimiento corporal, el
grado óptimo se sitúa entre tres y siete sesiones de entre-
¿Qué factores hemos de tener en cuenta? namiento semanales, con una duración de entre 15 mi-
• Interesa incrementar de forma moderada los parámetros nutos y una hora (cf. Israel, 1979, 114; Colectivo de Au-
de carga, sobre todo del volumen y la intensidad. tores, 1978, VII; Strauzenbreg, 1979, 37; Van Aaken,
• El incremento progresivo del volumen precede al de la 1979, 1440).
intensidad.
• Sólo se debería entrenar de forma intensa con la corres- • Entrenamiento de mantenimiento
pondiente continuidad o preparación deportiva. La cantidad de carga necesaria para mantener la capaci-
• Al principio se debería trotar sólo mientras no aparezca dad de rendimiento deportivo depende siempre del gra-
un cuadro sintomático doloroso. do de adaptación conseguido: cuanto mayor sea la capa-
• Se debería comenzar con el método de la carga interváli- cidad de rendimiento, tanto más voluminoso e intenso
ca: las fases de carrera se interrumpen con pausas cami- tiene que ser el “entrenamiento de mantenimiento” (v.
nando; su longitud se estima en función de la capacidad Harre, 1975, 273). Para el deportista, por motivos de sa-
de rendimiento del momento. lud las exigencias mínimas se sitúan en el ámbito de 1 ×
• El entrenamiento debería resultar divertido, sin plantear 45 min (Bartel, 1979, 56), 2 × 30 minutos o 3 × 20 minu-
un factor de estrés añadido a la vida laboral. tos a la semana (cf. Harre, 1975, 272; Strauzenberg,
• El entrenamiento se debería practicar de forma regular, 1979, 39; Brynteson/Sinnig, 1973, 29). No obstante, 5
durante toda la vida y sin interrupciones prolongadas. minutos al día suponen ya un estímulo de entrenamien-
• Un aumento de la capacidad de rendimiento corporal to favorable para la salud.
adquirido a largo plazo mediante entrenamiento es más
estable frente a las interrupciones que uno adquirido a Frecuencia de pulso con
corto plazo. No obstante, una pausa prolongada provoca Edad
también en este caso una caída progresiva de la capaci- en años 80 % 70 % 60 %
dad de rendimiento. 30-35 170 150 130
• Si se alcanza el límite del rendimiento individual, o se re- 36-40 165 145 125
nucia a dominar exigencias más elevadas, se trata enton-
41-45 160 140 120
ces de mantener el nivel de entrenamiento alcanzado.
46-50 155 135 115
Una estabilidad de este tipo se puede valorar como efec-
to de entrenamiento en el sentido de la conservación de 51-55 150 130 110
la salud. La capacidad cardiopulmonar y de rendimiento 56-60 145 125 105
en general de deportistas mayores entrenados en resis- 61-65 140 120 100
tencia corresponde a los valores de rendimiento de per- 66-70 135 115 95
sonas no entrenadas 20 o 30 años más jóvenes (cf. Harre, 71-75 130 110 90
1975, 271 s.).
• Para prevenir la aparición de cuadros dolorosos ortopé- Regla 200 180 160
dicos se debería entrenar con un equipo adecuado (cal- básica – edad – edad – edad
zado apropiado) y en terreno apropiado (evitar asfaltos
duros o similares). Tabla 78. Valores orientativos de frecuencia cardíaca para la medi-
ción de una carga del 80, 70 y 60 % de la capacidad de consumo máxi-
mo de oxígeno (de Strauzenberg, 1979, 37)
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ENTRENAMIENTO PARA LA SALUD COMO PREVENCIÓN Y REHABILITACIÓN DE ... 607

¿Qué intensidad? Entrenamiento para la salud en la edad mediana


La intensidad de la carga corporal tiene que situarse y en la edad avanzada
claramente por encima del promedio de “carga cotidiana”,
que necesita el 30 % aproximadamente del consumo máxi- “La capacidad de rendimiento del ser humano desciende
mo de oxígeno. Podemos aceptar que el ámbito eficaz se de forma tan pronunciada porque a éste le han persuadi-
sitúa en intensidades entre el 60 % y el 80 % del consumo do de que tiene que descender.”
máximo de oxígeno (cf. Strauzenberg, 1979, 39; Colectivo
Mulford (citado en Brückner, 1972, 144)
de Autores, 1978, VII).
El ámbito del 60 % supone la carga de entrenamiento
mínima que ejerce un efecto sobre el sistema cardiovascu- En condiciones vitales “normales”, las exigencias cor-
lar, mientras que el ámbito del 80 % representa el entorno porales que la sociedad plantea al individuo –o éste a sí
del “umbral anaeróbico” y por tanto el estímulo de entre- mismo– se hacen cada vez menores con el paso de la edad;
namiento más eficaz con cargas de resistencia (v. pág. por ello empeora la capacidad de rendimiento corporal ge-
158). neral, con un déficit de adaptación del organismo (cf. Isra-
Para comprobar la intensidad de la carga, el control de el y cols., 1982, 92).
la frecuencia cardíaca ha demostrado el mayor grado de
eficacia en la práctica del entrenamiento. Como se puede La caída de la capacidad de rendimiento orgánico en la
ver en la tabla 78, la frecuencia cardíaca va unida en las edad avanzada suele ser más la expresión de la forma de
distintas edades a una intensidad de carga diferente. vida y trabajo en el estado industrial moderno que una
En el ámbito del entrenamiento para la salud, Mellero- regularidad biológica. Tras los supuestos procesos de en-
wicz/Franz (1981, 40) no recomiendan superar la “fre- vejecimiento se oculta a menudo un estado de entrena-
cuencia cardíaca límite, expresada en la fórmula siguiente: miento deficiente.
200 – años de vida”.
Las personas en baja forma deberían mantener al co- Esta afirmación no pretende negar el deterioro, debido a
mienzo una frecuencia de pulso de entre 110 y 120/min la edad, de las estructuras y funciones corporales; sólo que-
aproximadamente: remos subrayar que el grado habitual de conservación del
• En cargas de carrera, la intensidad debería establecerse cuerpo con el paso de la edad no se corresponde con las po-
de modo que se pueda mantener una conversación sin sibilidades de adaptación del organismo humano en su edad
quedarse sin aliento. avanzada, posibilidades que siguen existiendo, aunque limi-
• Las carreras en grupo sólo tienen razón de ser con perso- tadas. Unas cargas corporales moderadas, aunque con la in-
nas del mismo nivel de rendimiento. Los participantes tensidad suficiente, contribuyen indiscutiblemente a mejo-
deberían correr “unos con otros” y no “unos contra rar y estabilizar la capacidad de rendimiento psicofísico.
otros”. La persona mayor se caracteriza por presentar un des-
• La participación en carreras populares se debería enten- censo de la reactividad y de la capacidad de adaptación; por
der como una fiesta familiar: comunicación antes que ello formulamos los siguientes principios básicos para la re-
demostración de rendimiento. alización de un entrenamiento adecuado a la edad (cf. tam-
bién Brückner, 1982, 114; Badtke, 1982, 116 s.; Reinhold,
1982, 118 s.).
Modalidades de resistencia apropiadas
Son apropiadas todas las modalidades cíclicas que se • Desde el punto de vista del contenido, la prioridad co-
practican de forma continua durante un período de tiem- rresponde a un entrenamiento de la resistencia cardio-
po prolongado y que solicitan entre una séptima y una sex- protector. Pero también se debería prestar una aten-
ta parte de la musculatura total (cf. Hollmann, 1965, 28). ción suficiente a la mejora o la conservación de las
Como especialmente apropiadas recomendamos: walking capacidades coordinativas y de la movilidad, con el fin
(caminar a paso vivo), interesa sobre todo a personas ma- de dominar las exigencias de la vida cotidiana.
yores con alteraciones degenerativas en el ámbito de las ar- • El abanico de posibilidades de adaptación queda limi-
ticulaciones de la extremidad inferior; carrera prolongada tado por las alteraciones degenerativas de los tejidos y
(por el bosque, cross, carrera sin moverse del sitio en la ha- por la reducción del metabolismo celular; así pues, a
bitación de trabajo, etc.); natación (conveniente sobre to- partir de una cierta edad no se debería cargar al orga-
do para personas con limitaciones ortopédicas); ciclismo; nismo más que con estímulos de entrenamiento de in-
remo; montañismo, y esquí de fondo. tensidad media.
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608 ENTRENAMIENTO TOTAL

Strauzenberg (1978, 170) ha constatado que, después de


• Cada sesión de entrenamiento debería provocar un as-
unas pocas semanas de entrenamiento, el contenido de cate-
censo progresivo de la carga en sus aspectos de volu-
colaminas del corazón (las catecolaminas, p. ej., la adrenali-
men e intensidad.
na, son sustancias del simpático) se reducía en un 30 % en
• Al inicio de cada sesión debería efectuarse un trabajo
relación con su nivel en reposo, y por tanto disminuía la
de calentamiento sistemático. En este sentido hemos
sensibilidad del corazón frente a los estímulos adrenérgicos
de tener en cuenta que el calentamiento requiere más
que provocan el aumento de la frecuencia. Schryver (citado
tiempo en personas de cierta edad que en jóvenes.
en Strauzenberg/Schwidtmann, 1976, 497) encontró en su-
• Los ejercicios deberían proporcionar diversión, inclu-
jetos entrenados un nivel de catecolaminas reducido en un
yendo elementos de integración social. Interesa crear
tercio y un contenido claramente superior de acetilcolina (la
un clima de compartir, y no de disputar.
sustancia del vago) en comparación con sujetos no entrena-
• Para evitar picos de carga se deberían excluir los ejer-
dos. Estas alteraciones debidas al entrenamiento desactivan
cicios de carácter competitivo.
el efecto cardiotóxico directo de la secreción excesiva de ca-
• El principio básico en el deporte en la edad avanzada
tecolaminas (cf. Schmidt, 1970, 111).
reza: “con moderación, pero con regularidad”.
El predominio de estímulos antiadrenérgicos tiene
gran importancia, según Kraus/Raab (1964, 58), para la
superioridad del corazón entrenado frente al no entrenado
en relación con el metabolismo, la estructura y la capaci-
Efectos de un entrenamiento de la resistencia dad funcional. Las catecolaminas adrenérgicas consumen
oxígeno de manera excesiva, desproporcionada, y tienden
sobre el corazón y los factores de riesgo de las
a provocar carencia de oxígeno en el miocardio. Por el
enfermedades cardiovasculares degenerativas contrario, la inhibición del simpático reduce el consumo
de oxígeno en el miocardio, mejora el rendimiento y eco-
La figura 427 ofrece una visión global resumida de los nomiza así el trabajo del corazón. El descenso de la fre-
efectos positivos del entrenamiento de la resistencia. cuencia cardíaca reduce considerablemente el trabajo dia-
Este entrenamiento ejerce una influencia notable sobre rio del corazón (fig. 428) y provoca por otra parte, desde el
la capacidad de rendimiento del propio corazón, con el co- punto de vista estadístico, un riesgo menor de enfermeda-
nocido efecto cardioprotector, y también sobre una serie des coronarias (fig. 428).
de factores de riesgo responsables de la aparición de enfer- La figura 428 muestra que el gasto energético en el
medades cardiovasculares degenerativas. En este último cuerpo en reposo del sujeto entrenado desciende en más
apartado se suelen incluir: falta de movimiento, sobrepeso, de la mitad, y ello a pesar de que las cargas diarias son ma-
hipertensión arterial, tabaco, hiperglucemia e hiperlipe- yores debido al entrenamiento. Desciende la frecuencia
mia. cardíaca, el trabajo del corazón se hace más económico y
Se puede ver que los diferentes factores se encuentran a disminuye la carga que soporta este órgano. Como se pue-
menudo en relación muy estrecha. Cuando concurren va- de ver en la figura 429, el descenso de la frecuencia cardía-
rios factores, la probabilidad de aparición de las enferme- ca reduce de forma drástica el riesgo de enfermedades co-
dades cardiovasculares degenerativas no aumenta en for- ronarias mortales.
ma sumativa, sino exponencial. Si el entrenamiento de la resistencia no se efectúa sólo
en el límite de carga mínimo para provocar un efecto, sino
Efecto del entrenamiento de la resistencia en un ámbito de intensidad superior –el grado óptimo se
sobre el corazón sitúa en el ámbito del “umbral anaeróbico”–, se producen
en el entorno del corazón transformaciones no sólo vegetati-
Descenso de la frecuencia cardíaca vas, sino también morfológicas, que refuerzan a su vez los
procesos de economización funcional ya iniciados.
Un entrenamiento de la resistencia suficientemente in-
Uno de los primeros efectos del entrenamiento de la re-
tenso produce un aumento del tamaño del corazón (v. pág.
sistencia es el descenso de la frecuencia cardíaca. Se consi-
147) en el sentido de una dilatación de las cavidades y una
gue con el “entrenamiento para la salud” descrito al
hipertrofia de la musculatura cardíaca. El resultado es un
principio de este capítulo, y en relación con el sistema
aumento del volumen sistólico y, asociado a éste, un au-
nervioso vegetativo se refleja en la transición de la sim-
mento del volumen cardíaco/minuto posible con carga. La
paticotonía (orientación hacia el rendimiento) a la vago-
ventaja de un volumen sistólico elevado es un trabajo más
tonía (orientación hacia la recuperación).
económico del corazón, tanto en reposo como bajo carga.
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ENTRENAMIENTO PARA LA SALUD COMO PREVENCIÓN Y REHABILITACIÓN DE ... 609

Mayor esperanza
de vida

Protege de Impide el progreso


enfermedades de la enfermedad
cardiovasculares coronaria
(estabilización)

Reducción de los
riesgos de dolencias
coronarias

Entrenamiento de
Para prevención Para la rehabilitación
la resistencia

Economía del
trabajo del corazón

Mayor capacidad Mayor calidad


de rendimiento de vida

Umbral más elevado


de la angina de pecho

Figura 427. Ventajas de un entrenamiento de la resistencia (de Mellerowicz/Franz, 1981, 30).

En ambos casos, la necesidad de sangre se puede cubrir


Una reducción de la frecuencia cardíaca de 10 lat/min
con un trabajo de volumen; no se necesita pasar al trabajo
permite un ahorro energético de oxígeno de casi el 15 %
de frecuencia, menos económico.
(Strauzenberg/Schwidtmann, 1976, 497).
Con este tipo de trabajo, y la consiguiente reducción
del tiempo de diástole (momento de llenado y de abasteci-
miento de la arteria coronaria), empeora el suministro de
oxígeno al corazón y aumentan las necesidades energéti- La estrecha relación entre el tamaño y el trabajo del co-
cas de éste. razón se refleja claramente en la figura 430. La gráfica
Un descenso de la frecuencia cardíaca debido a hiper- muestra que el trabajo diario del corazón se puede econo-
trofia del corazón –el descenso de la frecuencia cardíaca mizar extraordinariamente dependiendo del grado de en-
debido al entrenamiento muestra una estrecha correlación trenamiento; cuanto más entrenado está un corazón, tanto
con el aumento del volumen cardíaco– influye de forma menor es la frecuencia cardíaca en reposo (Israel, 1973,
muy favorable sobre la carga cardiovascular en reposo y 254). El corazón de los sujetos entrenados sólo tiene que
durante la carga, en el sentido de una economización del producir –pese al entrenamiento– un trabajo diario de en-
trabajo del corazón. tre 5.000 y 10.000 kpm, mientras que este valor se sitúa
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610 ENTRENAMIENTO TOTAL

mkg
Trabajo del corazón en 24 horas
24.000

22.000

20.000

18.000

16.000

14.000
Muestra de la población
12.000
10.000

8.000
6.000
4.000 Deportistas

2.000
0
Figura 428. Trabajo del corazón en de-
20 30 40 50 60 70 portistas de resistencia bien entrena-
dos, en comparación con el conjunto de
Edad en años la población (de Mellerowicz, citado en
Nöcker, 1976, 122).

Mortalidad (número)

130
120
110
100
90
80
70
60
50
40
30
20
10

Figura 429. Relación entre frecuencia


Menos 60–69 70–79 80–89 90–99 Más cardíaca (en reposo) y mortalidad en
de 60 de 100 10 años debida a enfermedades coro-
narias (sobre 1.349 varones de entre
Frecuencia cardíaca (lat/min) en reposo 40-59 años anteriormente sanos) (de
Schwandt, 1975, 11).
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ENTRENAMIENTO PARA LA SALUD COMO PREVENCIÓN Y REHABILITACIÓN DE ... 611

9.000
Trabajo del corazón (kgm)

7.000

6.000 Volumen cardíaco (ml) Figura 430. Relaciones entre el volu-


men y el trabajo del corazón en 24 ho-
600 700 800 900 1.000 1.100 1.200 ras en personas entrenadas en resisten-
cia (de Israel, 1968).

entre 10.000 y 25.000 kpm en sujetos no entrenados (Me- de miocardio. El entrenamiento de la resistencia produce
llerowizc/Meller 1972, 16). una dilatación más vigorosa de las entradas de las arterias
No obstante, el descenso de la frecuencia cardíaca de- coronarias y de las propias arterias, y por tanto una nueva
bido a entrenamiento de la resistencia –la frecuencia car- mejora del riego sanguíneo del miocardio en reposo y bajo
díaca en reposo más baja registrada hasta la fecha en la li- carga (cf. Bühlmann/Froesch, 1974, 48; Gottschalk/Isra-
teratura especializada, en un deportista sano, se sitúa en el/Berbalk, 1982, 57).
29 lat/min (Bogard, citado en Strauzenberg/Schwidt-
mann, 1976, 496)– no se puede explicar solamente por la
Influencia del entrenamiento de resistencia
transformación vegetativa y por la hipertrofia del cora-
sobre la hipertensión arterial
zón. Otra causa es la mejora del aprovechamiento perifé-
rico del oxígeno y de los sustratos, debida a su vez a una La terapia de movimiento es básica en casos de hiperten-
mejor capilarización (v. pág. 145). Con la optimización sión, combinada si hay necesidad con medidas dietéticas y
del abastecimiento energético de las células basta una medicamentos.
cantidad reducida de sangre y, en consecuencia, una fre- Numerosos estudios (cf. Hollmann, 1965; Schwalb/
cuencia cardíaca menor, para garantizar el abastecimiento Behrens, 1972; Israel y cols., 1973; Franz, 1979; Strauzen-
necesario. berg, 1982; Priebe y cols., 1982; Bringmann, 1982; Schrei-
ber/Biermann, 1982, entre otros) han mostrado que un
entrenamiento de la resistencia de intensidad media, diná-
Mejora del riego sanguíneo del corazón
mico y continuo, influye favorablemente sobre las más
El entrenamiento de la resistencia incrementa la capila- variadas formas de hipertensión. La influencia de un en-
rización y la formación de colaterales (uniones vasculares trenamiento corporal con carácter de resistencia es espe-
preexistentes en el ámbito de las arteriolas, pero ocluidas cialmente marcado en el caso de hipertensiones primarias
anteriormente) no sólo en el entorno del músculo esquelé- ligeras y moderadas (niveles de gravedad I y II) y de tras-
tico, sino también en el entorno del miocardio (Israel, tornos de la regulación debidos a hipertensión (cf. Matz-
1978, 750). doff, 1975, 235; Reinhold, 1982, 64; Strangfeld y cols.,
Las adaptaciones de este tipo, favorables para el riego 1982, 68).
sanguíneo del corazón, se consiguen sobre todo con una El descenso de la secreción de catecolaminas y la consi-
mayor velocidad, inducida por la carga, de la corriente guiente vasoconstricción –dicha secreción provoca un au-
sanguínea –el aumento posible del riego sanguíneo debido mento de la tensión arterial– origina un descenso progresi-
a actividad corporal es entre 15 y 20 veces mayor que el vo y una estabilización de la tensión arterial. Esto supone,
debido a los fármacos más eficaces (v. Hollmann, 1965, por una parte, una nueva descarga del corazón (disminu-
34)–, y tienen una importancia básica para la protección ción del trabajo de presión, menos económico), y por otra,
del corazón; el estado de las colaterales condiciona, según la eliminación de un factor de riesgo considerable de en-
Israel (1978, 750), la mortalidad precoz en casos de infarto fermedades vasculares degenerativas.
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612 ENTRENAMIENTO TOTAL

Tensión
sistólica
[mmHg]

140

Población general
130

120

Personas entrenadas
110

100 Figura 431. El comportamiento de la


tensión arterial en sujetos entrenados
20 30 40 50 60 70
en resistencia en comparación con la
Edad en años población normal (de Mellerowicz/
Franz, 1981, 12).

Diabetes mellitus

Hiperlipemia

Gota

Insuficiencia cardíaca

Enfermedad degenerativa
del esqueleto

Hipertensión esencial

Cálculos biliares

Figura 432. Porcentaje de individuos


con sobrepeso en los diferentes grupos
de enfermedades (recopilación de li-
Recopilación de bibliografía mundial teratura especializada en todo el mun-
do, tomada de Heyden, 1975, 53).
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ENTRENAMIENTO PARA LA SALUD COMO PREVENCIÓN Y REHABILITACIÓN DE ... 613

La figura 431 muestra la interdependencia de entrena-


Importante. Antes de iniciar el entrenamiento con per-
miento de la resistencia y la tensión arterial, y de la tensión
sonas hipertensas se debe efectuar un test exhaustivo de
arterial y la edad. No obstante, el entrenamiento de la re-
la reacción circulatoria en el ámbito de las cargas que se
sistencia no siempre resulta apropiado para curar una hi-
intentan alcanzar en dicho entrenamiento (Franz, 1979,
pertensión.
36).
Existen contraindicaciones relativas en casos de trastor-
nos de la regulación debidos a hipertensión y en el caso de
hipertensión lábil primaria del nivel de gravedad II.
Como contraindicaciones absolutas se consideran: Influencia del entrenamiento
de la resistencia sobre el tejido adiposo
• Hipertensiones agudas, fijas, esenciales (tensión sistólica
superior a 200 mmHg y diastólica superior a 120 mmHg). De la figura 432 deducimos que el sobrepeso es un fac-
• Hipertensiones secundarias. tor de riesgo en modo alguno desdeñable. Resulta evidente
• Concurrencia de enfermedades generales, incluida con- la elevada presencia de individuos con sobrepeso en los di-
valecencia. ferentes grupos de enfermedad.
• Complicaciones cardíacas.
• Hipertensión por carga.
• Hipertensión con descompensación circulatoria. Dado que la adiposidad tiene su origen, en casi todos los
• Insuficiencia renal. casos, en un exceso de calorías, la terapia fundamental
es la correspondiente dieta con reducción masiva de ca-
(cf. Chrastek/Adamirova, 1976, 66; Jahnecke 1974, 215; lorías, asociada a un entrenamiento de la resistencia.
Matzdorff, 1975, 238.)

Antes del entrenamiento

3 × 10 min a la semana
3 × 30 min a la semana

11 7 14 3 × 45 min a la semana
90
13 16
80 7 9
Masa corporal [kg]

70 11
60
50
40

n = 19 n=6 n = 13 n=5
Figura 433. Reducción de peso debida
n=5 n=8 n=4 n=4
a un entrenamiento básicamente de re-
sistencia, con volúmenes de entrena-
Hombres Mujeres miento diferentes (de Bringmann,
1980, 135).
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614 ENTRENAMIENTO TOTAL

Sin embargo, la necesidad calórica derivada del entre- Así pues, para garantizar el abastecimiento de estas
namiento de resistencia habitual apenas desempeña un pa- “asociaciones de células de lujo”, el corazón se ve someti-
pel relevante para la reducción de peso. El mecanismo de do a una sobrecarga constante, máxime cuando en las per-
la reducción de peso se encuentra mucho más en una esti- sonas adiposas, por la habitual carencia de movimiento,
mulación del metabolismo general (Hollmann, 1965, 35) y presenta un tamaño y una capacidad de rendimiento redu-
en una serie de adaptaciones morfológicas y bioquímicas cidos. Esta sobrecarga prolongada puede provocar a largo
que dificultan la acumulación de tejido adiposo (Israel, plazo la aparición de una insuficiencia cardíaca.
1978, 213). Parizkova/Polende (citado en Israel, 1978, Pero las relaciones no se acaban aquí. Como el abaste-
213) encontraron en experimentos con animales que el cimiento de glucosa de las células adiposas está estrecha-
ácido palmítico C14, marcado con radiactividad, se dirigía mente vinculado con una mayor necesidad de insulina
más al músculo de los animales entrenados, mientras que en –que permite a la célula la absorción de las sustancias
los no entrenados se dirigía más hacia los tejidos adiposos; energéticas (glucosa, ácidos grasos libres, aminoácidos)–,
ello ocurría tanto en reposo como bajo carga. Así pues, el las personas con sobrepeso sufren a largo plazo una sobre-
entrenamiento optimiza la distribución de la energía inge- carga progresiva de las células productoras de insulina en
rida entre su almacenamiento y los órganos que consumen los islotes del páncreas, y por tanto una insuficiencia de es-
dicha energía. Además, el entrenamiento corporal, a través ta glándula. El resultado final puede ser una diabetes debi-
de la degradación de los triglicéridos y la inhibición para- da a la carencia de insulina.
lela de su síntesis, consigue una notable reducción del ta-
maño de las células adiposas (Israel, 1978, 213); de acuerdo
Entrenamiento de la resistencia e hiperlipemia
con Knittle, el hombre dispone como promedio de unos
25.000 millones de células adiposas.
Finalmente, la ventaja de las cargas corporales prolon- Los valores elevados de lípidos en sangre (triglicéridos,
gadas radica además en la falta de apetito que se siente du- colesterol) se consideran factores de riesgo importantes
rante varias horas después del entrenamiento. Stevenson para la aparición de enfermedades cardiovasculares de-
(citado en Israel, 1978, 214) pudo constatar, incluso des- generativas, sobre todo de la arteriosclerosis (“calcifi-
pués de cargas intensas, la presencia en la orina de sustan- cación de las arterias”).
cias “anorexígenas” (inhibidoras del apetito”) en la forma
de un glucopéptido.
La frecuencia y la duración de un entrenamiento de la Según las concepciones vigentes en la actualidad, la
resistencia ejercen un influjo decisivo sobre la reducción aterogénesis resulta de una acumulación de determinadas
de peso conseguida (fig. 433). lipoproteínas –beta y prebeta lipoproteínas (LDL [low-den-
sity lipoproteins] y VLDL [very low density lipoproteins]) –
en la pared interna de las arterias, que emigran desde el
A la hora de practicar un entrenamiento de la resistencia plasma sanguíneo a la pared arterial.
enfocado sobre todo a la reducción de las reservas de te- El entrenamiento de la resistencia permite reducir los
jido adiposo, hemos de buscar un volumen elevado y una valores de lípidos en sangre (cf. Strauzenberg/Clausnitzer,
intensidad escasa: con una intensidad escasa –p. ej., con 1972, 240; Reuter/Liebold, 1972, 236; Lampman y cols.,
una frecuencia cardíaca de carga en torno a las 130 1977, 652 s.; Wolff/Busch/Mellerowicz, 1979, 10; Hanefeld
lat/min– se metabolizan sobre todo ácidos grasos, y por y cols., 1982, 68) y por otra parte incrementa la presencia
encima de esta cifra sobre todo hidratos de carbono (cf. de una fracción de lipoproteína alfa (HDL [high-density li-
pág. 158). poprotein]), que supone un factor de protección decisivo
frente a la arteriosclerosis (cf. Bang y cols., 1971, 1143 s.;
Dufaux y cols., 1979, 124; Mellerowicz/Franz, 1981, 16 s.).
El adelgazamiento no sólo tiene un efecto favorable so-
bre el descenso de la tensión arterial, normalmente eleva-
da en los individuos con sobrepeso, sino que impide tam- Entrenamiento de la resistencia y diabetes mellitus
bién a largo plazo la aparición de alteraciones perjudiciales
del corazón y del metabolismo. Intentamos aclarar la rela- Como factores causales de la manifestación de la diabe-
ción entre adiposidad, insuficiencia cardíaca potencial y tes se consideran, además de los factores hereditarios,
génesis de la diabetes. Las células adiposas tienen, como es una nutrición hipercalórica y un grado demasiado esca-
sabido, un elevado metabolismo de glucosa y necesitan so de movimiento corporal.
por tanto un buen abastecimiento de sangre.
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ENTRENAMIENTO PARA LA SALUD COMO PREVENCIÓN Y REHABILITACIÓN DE ... 615

En la diabetes, el efecto de ahorro de insulina provoca- Entrenamiento de la resistencia y estrés


do por la actividad corporal es conocido desde hace mu-
Los estímulos de estrés producen un exceso continuo
cho tiempo. Los casos de diabetes leves pueden tratarse sin
de adrenalina, la hormona del estrés (y del rendimiento).
insulina con la correspondiente dieta y con una carga cor-
Su presencia incrementa la “disposición general a la alar-
poral dosificada (Hollmann, 1965, 47). Una serie de estu-
ma” y provoca una serie de reacciones psicofísicas (irrita-
dios muestran el influjo que la carencia de movimiento y
bilidad y atención, aumento de la frecuencia cardíaca, de la
la actividad corporal ejercen sobre el comportamiento del
tensión arterial, de los niveles de glucosa y ácidos grasos
azúcar en sangre; así, Bühr (1963, 156), entre otros, ha po-
en la sangre, etc.) que a la larga pueden acarrear conse-
dido mostrar que el reposo en cama retrasaba decisiva-
cuencias negativas para el bienestar general. Insomnio, es-
mente la asimilación de la glucosa ya a partir del tercer
casa capacidad de recuperación, nerviosismo, agresividad
mes; este proceso no se pudo observar en otras personas
y merma de la capacidad de rendimiento corporal son se-
que guardaban cama asimismo, pero practicaban la corres-
ñales típicas de las cargas prolongadas por estrés. El infarto
pondiente terapia de movimiento. Asimismo, Constam
de miocardio puede ser el final de una vida de estrés pro-
(1975, 88) pudo mostrar que la actividad corporal incre-
longado. El movimiento –el entrenamiento de la resisten-
menta la absorción de glucosa en la célula, y ello con un
cia– puede reducir la energía acumulada por los estímulos
nivel bajo de insulina. Además el entrenamiento parece
de estrés y por la simpaticotonía. La práctica del “entrena-
elevar la sensibilidad de los tejidos ante la insulina, redu-
miento para la salud” descrito al principio de este capítulo
ciendo por tanto las necesidades de esta hormona (Björn-
es suficiente para poner en marcha adaptaciones impor-
torp y cols., 1970, 631 s.). Finalmente, Goldstein y cols.
tantes, que llevan a una neutralización de las reacciones de
(1953, 212) pudieron aislar en el músculo que trabaja un
respuesta producidas por el simpático. Así pues, el entre-
factor de efecto similar a la insulina, que no actúa en el
namiento corporal reduce de forma natural el estrés y
músculo en reposo.
amortigua sus efectos dañinos (cf. Vester, 1976, 196). El
Como resumen podemos decir que el entrenamiento de
entrenamiento regular de la resistencia contribuye a evitar
la resistencia actúa favorablemente como medida preventi-
las consecuencias a largo plazo del estrés, impidiendo su
va y como terapia de apoyo al tratamiento de las personas
efecto sumativo: la actividad corporal tranquiliza cada vez
con diabetes; en efecto, la célula muscular sólo puede asi-
más la “disposición a la alarma”.
milar glucosa cuando el músculo trabaja o bien en presen-
cia de insulina; por el contrario, en reposo el músculo es-
triado apenas resulta permeable para la glucosa. Dado que
La actividad deportiva, junto con un cambio adecuado
la musculatura constituye el 40 % aproximado de la masa
de la forma de vida, es la herramienta preventiva y tera-
corporal, la actividad física desempeña un papel importan-
péutica más importante contra el estrés y sus efectos per-
te en la regulación de la glucosa en sangre y, por tanto, en la
judiciales.
prevención de enfermedades vasculares diabetógenas.

Como conclusión hemos de señalar que el trabajo cor- Esta exposición, breve y ciertamente incompleta, de los
poral es recomendable para los diabéticos estables, pero efectos de un entrenamiento de la resistencia sobre el cora-
que en el caso de la diabetes descompensada puede pro- zón y sobre algunos factores de riesgo de las enfermedades
ducir cetoacidosis. Por ello, un equilibrio correcto del me- cardiovasculares degenerativas y metabólicas debería acla-
tabolismo es condición previa para el trabajo muscular co- rar el sentido que tiene un entrenamiento corporal a lo lar-
mo uno de los pilares de la terapia de la diabetes (Wahren, go de toda la vida.
1978, 1257).
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