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“La desatención y la hiperactividad en los niños como modos de manifestar un

sufrimiento psíquico” (Beatriz Janin, 2013)


En nuestro país hay un cambio de Paradigma en el 2010 con la Ley 26/657 donde se habla de
personas con “padecimiento” mental, subjetivo. Remitiendo a la idea de sufrimiento de
padecer. (Esta idea de sufrimiento es diferente a la de Trastorno como una enfermedad similar
a una anomalía; la idea de nombrar me indica una manera de ver, leer, Janin por ejemplo pone
énfasis en esto, advertir que detrás de ese niño que no se queda quieto hay un sufrimiento)

Es importante saber desde que concepciones nos posicionamos, ya que, depende de mí


posicionamiento como docente pensaré que son viables ciertas intervenciones por sobre
otras. Desde la mirada psiquiátrica más biológica se ponía el peso en un trastorno del
neurodesarrollo remitiendo al sujeto-individuo, podemos pensar que las experiencias sociales
contribuyen a la constitución de conexiones neuronales. Mientras que desde la mirada
psicoanalítica de Janin y Dueñas el peso está puesto en los vínculos, es insoslayable que en
patologías tempranas nos centremos en el entorno, si se habla de situaciones problemáticas
nos centremos en los vínculos tal como decía Dueñas al principio de la materia.

La crítica de Janin hacia las perspectivas meramente psiquiátricas, biológicas del TDAH es que
“Toman como categorías explicativas aquellas categorías descriptivas”. Como una idea de
advertir que los diagnósticos se centran en lo observable, en la conducta. Los
comportamientos explican lo que le pasa al niño, pero sólo son descriptivas; relacionado a la
idea de síntoma pensada desde el psicoanálisis como un mensaje cifrado que va más allá de lo
que se ve. Detrás de los síntomas hay diversas problemáticas donde el niño intenta explicar
con manifestaciones lo que les pasa pero que no tiene una dimensión lógica, en tanto los
psicoanalistas hablan de dimensiones inconscientes. Siguiendo desde esta idea es importante
advertir que no hay una intencionalidad, este niño no me lo hace a mí, a propósito. Hay algo
del orden que escapa a la consciencia.

La autora con su investigación intenta demostrar la diversidad de problemáticas psíquicas que


quedan englobadas bajo la sigla-diagnóstico que conduce a tratamientos farmacológicos y
advierte, también, sobre la diversidad de clasificaciones que hay detrás de un mismo
diagnóstico, no todo niño con TDAH es igual a otro niño con TDAH. Por ejemplo, la gran
mayoría de problemas de aprendizaje están relacionadas con la atención sin tener en cuenta lo
complejo de los procesos del aprendizaje escolar. “Para entender es necesario atender, pero
además comprender a lo que se atiende, siendo la distracción una causa de ese proceso
complejo de asimilar lo escuchado”. Así la desatención es tomada como una categoría
diagnóstica que conduce a un tratamiento sintomatológico donde generalmente se medica.
Así diversas problemáticas psíquicas quedan englobadas bajo esta categoría dificultando que
los niños reciban el tratamiento adecuado.

Esta investigación es del 2013 pero ya para aquel entonces había cifras alarmantes. La autora
advierte que El TDAH es el diagnóstico más extendido de la época, en 1998 el Instituto de
Salud Mental de EEUU en un informe describen como a partir de 1950 se comienzan a utilizar
anfetaminas y estimulantes para el tratamiento del TDAH. 2,5 M de niños, es decir el 10% de
los niños menores de 10 años, son medicados con psicoestimulantes donde no se ha
demostrado alteraciones cerebrales en el cuadro. La OMS decretó para ese entonces 28
muertes súbitas y el cardiólogo Nissen expresa los riesgos cardíacos del consumo de
psicoestimulantes que aceleran el ritmo cardíaco y la presión arterial siendo causa de infarto
de miocardio y Stroke en adultos y niños medicados.
Janin alude a la variación de la idea de infancia en cada contexto y momento histórico. Cada
grupo social plantea un contrato narcisista diferente, es decir, esperan que sus miembros
respondan de determinada manera y ocupen determinados lugares. Aulagnier expresa:” El
contrato narcisista tiene como signatario al niño y al grupo, la caracterización del niño por
parte del grupo anticipa la del grupo por parte del niño” (pacto de acuerdo entre el sujeto y el grupo
social, se espera que el sujeto retome por su cuenta lo que la voz de los predecesores enunciaba para asegurar la
inmutabilidad e inmutabilidad del conjunto).

Entonces si la idea de infancia está ligada al momento histórico, podemos pensar que lo que se
piensa como patológico en un niño en una época puede ser tomado como normal en otra. Lo
que nos lleva a preguntarnos, ¿Y si aquellos niños a los que diagnosticamos como
“hiperquinéticos” son los que podrían adaptarse efectivamente a sociedades futuras?

Siguiendo con la idea de momento histórico, la autora alude a que hoy por hoy lo que importa
es el “rendimiento” y la “eficacia”, donde el tiempo tomó un cáliz vertiginoso y los niños están
sujetos a la cultura del zapping. ¿Qué atención pretendemos cuando se les pide a los niños que
sigan el discurso de la docente cuando socialmente se los incita a estar atendiendo a estímulos
fuertes, de corta duración y desconectados entre sí, como las propagandas, los video juegos y
los video clips? (Calmers- psicomotricista- expresaba que no hay mejor estímulo para un niño
como un rostro que se asoma a la cuna, la voz las manos, pero lejos de eso hoy se estimula con
las pantallas donde hay movimiento, continuidad y brillo, todos parientes de la hipnosis) Vasen
contaba la cantidad de niños con tics de Tourette, no es una epidemia, sino que hay horas y
horas frente a una pantalla.

Entonces desde la escuela se les exige un comportamiento meramente receptor, pasivo


escuchando por horas a la docente y los padres atravesados por el estrés laboral esperan que
sus casas sean un remanso de paz, sabemos que esto no es así, porque lo distintivo del niño es
el movimiento, el llamar la atención del adulto, saltar, correr. Conduciendo a que estos niños
sean sancionados por lo propio y distintivo de la infancia. (Armus- médica infanto juvenil- dice
que es propio del niño el movimiento, éste es el que le da vitalidad al cachorro humano.
Justamente lo peligroso es un niño quieto) “Los niños rompen la paz de los sepulcros”

Ojo… porque detrás de un niño que tiene movimientos descontrolados se esconde un


sufrimiento, estos niños que parecen “pasados de revoluciones” el movimiento no es un placer
y descarga, sino que se torna un circuito de erotización, se les torna excitante. Claramente
necesitan de la contención externa ya que no pueden parar solos, cuya contención puede estar
dada por un otro adulto en forma de gesto de palabra envolvente.

Beatriz Janin expresa que diagnosticar no es lo mismo que rotular. Solo centrándonos en las
singularidades del niño, siendo capaces de soportar que sea un “otros” y tomándolo como un
semejante diferente podremos pensar en qué es lo que hace que este niño se presente de esa
forma. Por el contrario, cuando realizamos un diagnóstico rápido nos centramos en lo
observable pasando por alto el sufrimiento del niño.
Diálogo entre Janin y Vasen

Para Beatriz Janin es un momento absurdo donde parece que en estos momentos de
pandemia se incrementaron los trastornos, siendo que está totalmente demostrado
actualmente la incidencia de lo social en la construcción subjetiva y se les ocurrió plantear que
hay cuestiones biológicas en los niños que provocan desatención hiperquinesis, siendo que
todos estamos más movedizos y desatentos. Expresa que este momento de pandemia no fue
un año perdido, fue un año de mucho aprendizaje donde se tuvieron que someter a cuestiones
como el uso del barbijo, lavarse frecuentemente las manos, no poder abrazarse, esperar para
todo, entonces sobre esto pretendemos que escuchen por horas y pasivos. El niño en el aula
puede estar atendiendo a una gran cantidad de cosas, todos estamos atentos a algo, tal vez a
los compañeros, a quien mira la docente, etc. Nunca culpabilizar a los padres, si bien
reconocen que desde el psicoanálisis hubo críticas o tal vez, una idea errónea donde se
relaciona que se busca la causa, cusa, causa a todo.

A los niños los sometemos a estímulos fuertes y cuando ingresa a la escuela allí debe
someterse a estímulos muy diferentes a los que estaban acostumbrados. Madre depresiva no
tiene tratamiento y lo sacude y sacude, siendo este niño como un despertador, frente en la
depresión de los padres tratan de hacer algo. A lo que Vasen aporta que en una entrevista
como un niño dejó de hablar por la depresión de su madre y hacer ruido. En un tobogán
similar a un tubo donde en el extremo se paraba y les decía a los niños “cuidado no te vas a
suicidar”.

“Los niños medicalizados quedan como desvitalizados”. Beatriz Janin demuestra su asombro
frente a la angustia de ver a los niños movedizos, que luego quedan sin energía sin fuerza vital,
será tranquilo, pero no es él. Hay una trampa donde se cree que un niño es TDAH será así para
siempre, los padres se alivian cuando alguien les explica esto. Los niños adolescentes están en
vías de estructuración de allí la posibilidad de devenir y cambio.

El niño en una entrevista le dijo que comenzó a hacer lo que ella le dijo, preguntar porque sino
no se pregunta no se sabe que sucede, así abandonó la medicación y comentó que lo que la
seño le decía pasaba por alado, podemos relacionarlo con la atención de vigilia, sostenida. A lo
que comenzó a esforzarse por entender lo que ella le decía, logrando así, la atención selectiva,
que implica un paso más además de estar despierto poder investir privilegiadamente un
elemento por sobre otro.

Hace mas de 20 años que trabajan con el TDAH. Juan Vasen comenta que cuando se
encontraba haciendo su residencia prevalecía la designación (DCM) “Disfunción cerebral
mínima” donde él hizo un juego de palabras de “confusión diagnóstica máxima” que conducía
a la medicalización expresa que desde comienzo hubo un problema en que solo basaba en un
supuesto diagnóstico encefalográfico ya que no existían resonancias magnéticas. Hace
hincapié en la pérdida de interés al discurso de los docentes, de los padres. En las cifras sobre
el ingreso monetario en cuanto a metilfenidato, ritalina, todo el conjunto en 2016 data de 4
millones de dólares por lo que en 2020 pasó a ser de 17M dólares. Hay descubrimientos que
demuestran que el metilfenidato no ayuda a concentrarse sino a producir interés. Entonces si
hay niños donde se medica para que se liberen neurotransmisores como la dopamina por
muchos años, donde en la adolescencia esa “roña bajo la alfombra” donde un problema no fue
leído de otra manera se les empiezan a dar antipsicóticos que hace el efecto contrario, y los
que medican expresan que es otra cosa, que no tiene relación y es algo comórbido.
Hay una cosmética del comportamiento dice Vasen, un uso poco ético de la farmacología,
pensando en la línea en que la medicación solo aplaca las manifestaciones que es lo que
debemos leer.

[(Hay una gran complejidad detrás de este Trastorno, por ejemplo, en el momento del
diagnóstico, que es exclusivamente clínico interviene allí un psicólogo, por ejemplo, pero que a
su vez está centrado en ciertas perspectivas. También el tomar referencia de muchos
profesionales implica un costo) Hay un corrimiento en la escuela, son síntomas actuales,
debemos ver que está pasando nivel social que estamos generando niños con estos
comportamientos, lejos de la culpa, tiene que ver con la época en la que nos toca nacer y con
ciertas formas culturales que promueven ciertos comportamientos. Hay por ejemplo
actualmente más diagnósticos de trastornos de ansiedad y no tiene que ver con fallas en los
adultos, sino que estamos en un contexto que genera ansiedad debido a la inmediatez, menos
capacidad de escucha, características propias de una época. Hoy vemos niños que no se
adaptan al orden escolar, el tema es cómo lo leemos y que hacemos con eso. No debemos
justificar que los docentes diagnostiquen, aunque estamos en una época de “masificación de
diagnósticos” pero hay una idea desde la escuela de saber que le pasa, qué hacer con esto, es
como que dar un nombre alivia, por eso estas perspectivas teóricas tiene mucho auge en las
escuelas es tranquilizador para el docente y saber como actuar. La escuela siempre estuvo en
ese lugar de q me digan lo q es siempre es más aliviador.

Korinfeld: dar cuenta de que el docente tiene herramientas para empezar a analizar antes de
llegar a un diagnóstico. Siempre de la escuela hay lugar para saber que estar pasando e
intervenir, las minuciosidades de todos los días se juegan al mejor lugar de reconocimiento
para el niño, esto ya es terapéutico porque estoy haciendo mucho en algo que es muy
pequeño, ínfimo. A lo mejor una misma actividad ya no lo pienso en algo competitivo sino algo
cooperativo, poner el foco en reconocer los logros, esa pequeña acción tiene un fundamento y
tiene un peso. Además no implica un tiempo extra sino que sabemos que en el mientrastanto..
o sea, cuadno estoy trasmitiendo conocimientos construyo subjetividad, sujetos en situación
decía Terigi]

DSM-lV: “Determinado grado de déficit de atención y/o hiperactividad-impulsividad que resulta


desadaptativo e incoherente en relación al nivel de desarrollo del niño”.

Repor. Concentrados en el TDAH

La primera luz de alarma aparece en la escuela, porque no pueden seguir el ritmo de la clase y
en base a su comportamiento no logran adaptarse.

En el vídeo de la familia de Sansones y Ángel donde sus tres niños están diagnosticados de
TDAH expresan que la medicación provocó un cambio muy favorable en sus vidas, tanto en lo
social como en lo escolar. La madre de los tres niños destacaba como veía el esfuerzo
descomunal que los niños ponían y aun así no podían llegar a donde los demás. Con la
medicación ellos ven que son capaces y se pasa de tener una autoestima por el piso a subirla
un poquito más viendo que son capaces.
Otra madre que asiste a una asociación que les brinda apoyo psicológico y otras alternativas
para hacer frente al TDAH, comentaba que el niño de 8 años se quejaba por los castigos
permanentes diciendo “mamá es mi cuerpo, no soy yo, tú me castigas, pero es mi cuerpo y no
lo puedo controlar”

López sostiene que si presentan el Trastorno deben estar diagnosticados clínicamente por un
médico, y si necesitan esa medicación, ésta debe estar ajustada. Expresa que en el aula se
debe poder trabajar con todos los niños por igual desde la “normalización” sin etiquetas y
estigmas, atendiendo a cada uno con su particularidad. Hay técnicas muy efectivas como las
técnicas de relajación que contribuyen a canalizar sus emociones, concentrarse; además poner
límites y normas claras, pero no solo para los niños con TDAH sino para todo el grupo clase.

José Alda psiquiatra, habla de la medicación que regula la alteración de los neurotransmisores,
todas las GPC incluyen un tratamiento multimodal, un tratamiento con los padres, escuela,
apoyo psicológico y en solo los casos más graves un tratamiento farmacológico.

Hay una realidad polémica de los tratamientos con fármacos. José Luis Ichauspe cree en el
abuso de la medicación y que no se tiene en cuenta los efectos secundarios, como pérdida de
apetito, dolor abdominal, aumento de ritmo cardíaco, insomnio por eso el tratamiento no
debe ser muy extensos, jamás durar años.

El psicólogo Marino Pérez por su parte dice que este Trastorno no es una enfermedad mental y
que la atención y concentración son pautas que se entrenan y ejercitan diciendo que la
sociedad fomenta la hiperactividad y luego es cómodo para la escuela y la familia convertir en
un Trastorno o enfermedad estos comportamientos.

Ver y escuchar al ultimo pequeño, me dice que el tdah no es una enfermedad o un trastorno, él
mismo lo esta diciendo; - me aburre estudiar estar sentado leyendo, al verlo hacer lo que le
apasiona se ve feliz y sin ningún problema y muy inteligente. El problema son los colegios ya
caduco la forma de enseñanza tradicional, estos niños no les va esa enseñanza pues son libres
de cuerpo y pensamiento y solo la enseñanza en las escuelas les limita todo su potencial

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