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PREVENCIÓN DEL SUICIDIO 1

Prevención del suicidio en niños y adolescentes

Juan Carlos Avila Luján

Teoría general del suicidio

Maestría en Tanatología generación 47 IMPO

Dra. Beatriz Elena Trujillo Cervantes

17 de octubre del 2023


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El abordaje para el suicidio en adolescentes y niños implica como el autor menciona en este

libro una serie de conceptos los cuales podríamos ocupar de referencia para poder trabajar desde

el aspecto sistémico hasta el farmacológico, desarrollando pues la importancia de una familia

como sustento adecuado para que el menor o adolescente pueda enfrentar las situaciones que se

puedan llegar a presentar como el suicidio, desde la ideación hasta el acto en concreto. La

colaboración de los padres es crucial, puesto que debido a ello se puede llevar a cabo la

intervención con un menor, caso contrario donde el menor quisiera acudir directamente a recibir

la ayuda, lo que sería un tanto dificultoso, puesto que necesita los recursos y las aprobaciones de

los tutores legales para qué se puede intervenir de manera adecuada.

La relación que hay entre los padres y los hijos manifiesta el cómo vamos a interactuar, con el

mundo que nos rodea y con nuestro mundo interno, es entonces cuando la familia podrá

intervenir desde la educación, otorgando un sistema de creencias y habilidades necesarias para

enfrentar la vida con sus adversidades y dificultades. Para que en el desarrollo del sujeto este se

pueda sentir apoyado y con la colaboración activa de la familia, no solamente de los padres,

puesto que debemos involucrar también a los hermanos y si a su vez hay otros miembros de la

familia interactuando directamente con él, como podría ser tíos o abuelos.

En primera instancia el libro menciona que es importante hacer una primera intervención

cuando se manifiesta un intento de suicidio, que se presente de manera directa el menor o el

adolescente a manifestar que tiene ideas de quitarse la vida. En esta primera intervención la

farmacología es de suma relevancia, puesto que determinará que nosotros podamos hacer un

acompañamiento adecuado o un tratamiento terapéutico, si bien es cierto que muchos fármacos

han sido catalogados como inadecuados para el tratamiento, ya que muchos de los efectos

secundarios de los antidepresivos son precisamente ideaciones suicidas y arrebatos impulsivos.


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En el libro se menciona que el prozac es uno de los medicamentos qué mayor efectividad han

podido presentar, siendo la fluoxetina aquello de lo que más nos podemos apoyar para poder

reforzarlo con la psicoterapia, ya que por sí solo la medicación ha mostrado que no es

plenamente efectiva. Estos medicamentos inhibidores podrían presentar una mayor, ya que en

ocasiones podría ser la situación de que los padres decidan aumentar o disminuir la dosis o se

llegue a saltar los horarios de medicación, así como muchas otras veces suspender la medicación

de manera abrupta, generando esto una mayor problemática ya que se presentaría en este

momento un estado de abstinencia. Esto sería a su vez un riesgo para el menor o el adolescente

puesto que el desplome de sus neurotransmisores y de la regulación que la medicación podría

estar efectuando, tendrá un brinco súbito favoreciendo que el suicidio se dé.

Siempre es muy importante tener en cuenta que un diagnóstico efectivo podría ayudarnos a

detener el suicidio en muchos de los casos, esas primeras personas con las cual es el adolescente

mantiene contacto son importantísimas, puesto que darían la pauta para un seguimiento a la

conducta suicida. Suelen ser docentes, servidores sociales de algunas instituciones educativas,

algún otro profesor como el entrenador de fútbol, de básquetbol o de algún arte marcial en la cual

el menor participe, así como otras figuras con el cual él o ella se pueda sentir con la plena

libertad de compartirle ese sentimiento, en algunos de los casos podría ser incluso alguno de sus

amigos con el cual exprese este sentimiento.

Una vez que se ha presentado esta primera señal es necesario que el menor sea atendido por

un profesional de la salud, que no se ha minimizado el riesgo que podría desencadenarse, así

como no parar en el tratamiento y llevar un monitoreo adecuado del estado anímico del niño o

del adolescente. y si es que este es medicado, que esta interacción que tiene el menor con el

medicamento sea vigilado plenamente, porque esto también podría ser un recurso para que la
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ideación suicida se lleve al acto. Sí es importante aclarar que no toda persona puede diagnosticar

un problema de depresión, si bien podemos tener información acerca de esto es imprescindible

aclarar que no por ser pediatra y manejar a menores de edad puedes diagnosticar un síndrome o

un trastorno por ejemplo de hiperactividad, para eso tiene que ser una persona con el

conocimiento y profesionalización adecuada, para que lo pueda ejercer. a su vez hay que aclarar

que solamente un psiquiatra sería aquel que está capacitado y facultado para prescribir la

medicación.

Por consiguiente se llevará un proceso en el cual el seguimiento en la psicoterapia nos llevará

a enfrentar los problemas de pensamiento depresivo, este es el peor enemigo, así como el autor

manifiesta en el libro, puesto que el pensamiento nunca se detiene y una vez que este ya está

adquiriendo la forma negativa y rumiante, poder pararlo, no hacerle caso es una labor

extenuante. El diálogo interno suele tener una fuerza inmensa, cuando no se tiene la conciencia

para poder diferenciar entre lo que es real y lo que es mentira o lo que es fantasía, se corre el

riesgo de hacerle caso al pensamiento y llevarlo hasta el punto del acto, donde ya muchas veces

no hay marcha atrás.

Dentro de los abordajes y enfoques terapéuticos la terapia cognitiva ha sido una de las que

más presenta beneficio, ya que se centra en enfrentar los pensamientos y revertirlos o

cuestionarlos, formas de pensamiento como el generalizar, ser totalitario y extremista, aparte de

pensamiento sumamente pesimistas. Me parece interesante abordar el por qué un pensamiento se

vuelve depresivo sin que muchas veces nos demos cuenta de cómo se manifiesta, o de cómo se

va gestando poco a poco desde el centro de la familia, el pensamiento es algo que no se puede

detener funciona de manera automática, nuestro cerebro está hecho para pensar, así como nuestro

corazón está hecho para latir y nuestros pulmones están hechos para respirar, en muchas de las
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actividades de nuestro organismo no hay necesidad de entrenamiento simplemente funcionan de

manera instintiva y mientras no exista una variación o un problema manifiesto pues no va a ser

necesario intervenir, es decir, si una persona respira normalmente no va a tener problemas de

respiración si su corazón late normalmente no va a tener problemas cardíacos, sin embargo el

pensamiento funciona a través de lo que es introyectado, de los constructos que se generan por

medio de su educación. Por tanto la manera en que el pensamiento funciona depende del sistema

o código de creencias que hay en el ambiente familiar, pasando después a el ambiente social, la

religión y todo lo que hay dentro de nuestra cultura, dentro de ello la búsqueda de la felicidad.

Desde mi experiencia cuando un ser humano se centra en buscar la felicidad basándose en

todo lo que le han dicho y enfrentándose a un mundo donde lo que le han dicho no es coherente,

lo que va a generar como resultado es confusión, por un lado me dicen que yo soy el sujeto más

importante del mundo y que soy el más inteligente o El Niño más inteligente o la jovencita más

inteligente y de repente me enfrentó a una realidad donde hay un montón de jovencitos o un

montón de adolescentes que también son inteligentes o un montón de personas que no piensan de

la misma manera como pensaba mi familia. Entonces la idea de felicidad es puesta en jaque, hay

un sin número de discrepancias entre lo que me enseñaron y lo que yo estoy viviendo en el

mundo.

Estos pensamientos no s e pueden detener y siempre van a estar cuestionando, de esta manera

también va a pasar que se manifiesta a través del reproche o de la insatisfacción, ya que los

resultados que nosotros tenemos no son los que esperábamos. Entonces luchar contra estos

pensamientos desde lo individual va a ser complicado, es por ello por lo que el proceso

terapéutico psicológico será imprescindible aun cuando esté la medicación presente.


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La adolescencia es una de las etapas donde se tienen pensamientos similares a los de un adulto

sin embargo todavía no se concretan, puesto que estamos en la transición de abandonar la niñez,

entonces no hay una claridad hacia la realidad que estamos enfrentando, esto lo digo como si yo

hablara como un adolescente, pero recordando esos momentos en mi propia experiencia es como

yo los vivía y como he escuchado que algunos de mis pacientes lo mencionan desde su parte,

pero, sin darse cuenta. Puesto que para ellos es algo real es o algo normal, es decir, el creer que

sus padres siempre van a ser así y que es muy probable que ellos estén así, porque es su culpa

que no se separen o es su culpa que ellos peleen. Meramente en un pensamiento narcisista o

egocentrista.

Ante esto como el capítulo menciona llega el punto de la desesperanza y luchar contra eso es

otra de las batallas fuertes en estos momentos de desánimo, donde el sentido de la vida se pierde,

dónde no hay una razón suficientemente fuerte para poder seguir viviendo y querer enfrentar la

vida y disfrutar de lo que la misma vida te muestra o te ofrece. En algún momento, hace algún

tiempo uno de mis maestros me mencionaba cuando yo le compartía esas ideas devastadoras, que

yo tenía de la vida, que el problema que él veía en mí era que yo no me daba cuenta de los

detalles de los días, que para mí todo el tiempo todo era igual, que no notaba que al caminar por

la calle había detalles cosas diferentes personas diferentes momentos distintos, entonces para mí

todo era desesperanza era desilusión aparte de pensamientos devastadores, todo cuanto yo hacía

en ese momento era inútil no le veía sentido uno de los pensamientos recurrentes era qué sentido

tiene hacer las cosas y de todos modos al final la muerte es inevitable, de qué sirve que yo quiera

estar con alguien sí de todos modos se van a ir de qué sirve que yo quiera amar a alguien si de

todos modos esa persona no me va mal y aunque hoy lo noto como un pensamiento ilógico o

irracional en ese momento para mí era lo más real.


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Entender esta situación es muchas veces desde la perspectiva externa es difícil para las

personas, más cuando estas personas no son conscientes de que esos pensamientos son parte de

la realidad, y aún más cuando esa realidad está presente en las propias familias, el pensamiento

que pueda tener mi hermano mi sobrino o mi hijo y yo no quiero enfrentarme a eso entonces lo

voy a evadir lo voy a negar ya que es doloroso o incómodo. Sin embargo, cuando este tipo de

situaciones presentes en la familia son minimizadas o negadas los resultados son devastadores y

no tienen marcha atrás.

Tener la disposición para enfrentar aquello que nos incomoda, para poder tener conciencia e

involucrarnos en resolver la problemática de nuestra forma de vivir resulta en este caso

imprescindible, ya que de ello dependerá que no solamente nuestra vida mejore sino también que

aquellos sujetos vulnerables por su indefensión o su inhabilidad para enfrentar situaciones de la

vida logren reponerse y reestructurar su forma de pensamiento. Que le encuentren un sentido a la

vida diferente al que la familia en algún momento de su historia les educó hubo incluso aquello

que se presentó en algún punto en su historia familiar y de lo que nadie habló.

Quiero concluir diciendo que desde mi perspectiva y desde mi propia experiencia luchar con

los pensamientos rumiantes catastróficos es una lucha del día a día, que en ocasiones sientes

haber vencido, pero que sin embargo ante la presencia de un poco de confianza o la creencia d de

que ha quedado atrás crece la probabilidad de qué es el pensamiento regrese y en ocasiones hasta

con más fuerza. Por lo tanto, te parece importante el hecho de no menospreciar las situaciones

que ponen en riesgo hoy nuestra vida o la vida de un niño o un adolescente, que no siempre son

amenazas externas y que es su propio diálogo interno quien los ataca.


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Referencias

De la Garza Gutiérrez, Fidel. Suicidio medidas preventivas. (2013) (primera edición). México:

Trillas. [fecha de Consulta 17 de octubre de 2023].

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