Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
1
Autora de la introducción y del apartado 1 de este capítulo.
2
Autora del apartado 2 de este capítulo.
María Gabriela Rutty 3
Marcela Viteri Moya4
Introducción
Hace ya casi 70 años Wright Mills (1974)[1959] nos planteaba la necesidad de abordar en
nuestro análisis sobre la sociedad simultánea y complementariamente las esferas de la vida
pública y privada, aunadas bajo una mirada analítica particular: la imaginación sociológica.
Afirmaba que las “inquietudes” eran situaciones que enfrenta el individuo en relación a su
entorno más cercano, producidas por un amenaza a sus valores más queridos. En tanto que los
“problemas” se relacionan con aspectos que trascienden al individuo y su ambiente local, con
las instituciones de una sociedad en un momento dado. Por lo tanto, en la medida en que se
ven amenazados los valores amados por el colectivo se constituyen en un asunto público. Las
organizaciones son, sin dudas, parte de esta vida pública y están conformadas por personas
que ocupan diversos espacios en su estructura (vida privada).
Centrado en la propuesta teórica de Max Weber, Talcott Parsons analizó el sistema social
conformado por un pilar que sujetaba a los miembros y ponía límites desde la exterioridad a
sus libertades (estructura) y otro pilar que suponía una sujeción interior, que modelaba el
libre albedrío (cultura). Estructura y cultura se articulan entre si, desde un paradigma
conservador, con el fin de mantener la “salud del sistema” a partir de un equilibrio
homeostático que se orienta a mantener la estabilidad social. Este orden estaba sujeto a un
diseño racional y a una supervisión constante: el mundo como algo administrable (el Estado
corporativista, la fábrica fordista).
El fenómeno de concentración denominado “globalización “ que supone una alteración de los
procesos económicos, políticos y sociales a partir de las últimas décadas del siglo veinte, es
abordado por muchos teóricos que no necesariamente comparten su visión sobre la definición
conceptual del término, su devenir histórico ni sobre sus consecuencias (Acker, 2012). En esta
dirección, a fines del siglo XX se produce “el derrumbe de la ingeniería social” (Bauman
,2002) que supone que la administración deja liberado a su propio equilibrio lo que antes
administraba.
Ya no corresponde a los administradores mantener a sus subordinados en vereda y
guiarlos en cada movimiento de sus vidas; y si de vez en cuando esa tarea recae
sobre ellos , tiende a considerársela improductiva y económicamente insensata.
Ahora son los subordinados quienes deben competir con sus pares para llamar la
3
Autora de la introducción y del apartado 1 de este capítulo.
4
Autora del apartado 3 de este capítulo.
atención de los superiores, buscando hacerles desear la compra de un servicio que en
el pasado era su deber proveer […] Se ha ´conferido poder ´ a los empleados: el
dudoso poder que les confiere la responsabilidad de hacerse importantes y valiosos
para la compañía que los emplea. (Bauman 2002, pp.48)
Las propuestas de trabajo a partir de la integración y sucesión de proyectos a corto plazo
supone mínimo control de la cumbre organizacional. Surge una nueva filosofía empresarial
que encumbra el cambio como fin último, sin tener en cuenta que se abandonan
emprendimientos viables y se deja ir personal valioso, solo por mostrar que la organización es
capaz de cambiar. En este nuevo mundo se instala una novel problemática del riesgo, de gran
complejidad, dado que los sistemas de protección clásicos perdieron su sentido a partir de la
eliminación de los pilares de la sociedad salarial sobre la base del acceso al trabajo estable y
por tiempo indefinido (Beck, 1998; Castel, 2004).
Ante la evidencia de los efectos de esta aproximación “líquida” al mundo social y del trabajo
surgen planteos de organismos públicos nacionales e internacionales que promueven la
protección de los derechos de las personas y la preservación del medio ambiente. Con este
objetivo Naciones Unidas ha planteado los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2030 que se
orientan a disminuir las desigualdades, incluyendo la de género, el hambre y la pobreza;
promover el acceso a la educación y al trabajo decente; la innovación y el crecimiento
económico; el cuidado y protección del medio ambiente y ecosistemas; ciudades sustentables
y consumo y producción responsables.
Desde esta perspectiva el capítulo abordamos la relación de las personas con las
organizaciones a partir de los siguientes ejes. En el punto 1 tratamos algunos de los desafíos
que enfrentan las organizaciones con relación a la inclusión con respeto a los derechos
humanos de sus miembros, como una de las dimensiones de la sostenibilidad. Partimos de la
concepción que el capitalismo siempre ha sido "global", sin embargo, en los últimos 30
años, han ocurrido cambios identificables en los procesos globales. En esta dirección, el
ritmo y penetración de los movimientos de capital, producción y personas a través de los
países a nivel mundial dio lugar a un devenir complejo y multidimensional que involucra los
conceptos de raza/etnia y género. (Acker, 2012)
En el punto 2 abordamos la problemática del teletrabajo y de los cambios en el espacio social
en el que interactúan los trabajadores que no comparten un espacio asociado al territorio a
partir del desarrollo del las TICs en el mundo globalizado. Identificamos algunos desafíos que
tales cambios presentan a los trabajadores para el desarrollo de relaciones interpersonales en
el trabajo, que deben ser atendidos por las organizaciones en pos de su sostenibilidad, y
ofrecemos algunas propuestas para que las organizaciones faciliten la construcción y
desarrollo de relaciones sociales satisfactorias entre sus integrantes.
Finalmente, en el punto 3 desarrollamos la problemática de la educación como formadora de
personas que trabajen y actúen en función del desarrollo sostenible. Con este propósito
realizamos un análisis que explora la inserción de asignaturas en las mallas curriculares
relacionadas a la sostenibilidad, la inclusión de textos pro-sostenibilidad en la planificación
estratégica y funciones sustantivas, y el comportamiento pro-sostenible de la comunidad
universitaria de algunas universidades públicas de Ecuador con relación a la dimensión social
de la sostenibilidad.
5
El presente trabajo parte de un extracto re-elaborado de la tesis doctoral de Rubbini, N. I. (2018).
Organizaciones que implementan teletrabajo: recomendaciones para facilitar las relaciones sociales
satisfactorias en el trabajo y profundiza y amplía las implicancias en ella identificadas.
De las muchas cuestiones que interesa conocer sobre el teletrabajo, y más genéricamente, los
equipos de trabajo distribuidos en red, este apartado se ocupa del espacio social en el trabajo
en que interactúan y se relacionan los trabajadores empleados. Espacio social que luego de
décadas de estar principalmente asociado a un territorio, se ha tornado, con el acelerado
desarrollo de las TICs cada vez disponibles para más personas en más sitios del planeta,
también inmaterial, permitiendo a los seres humanos interactuar y relacionarse sin coincidir
en espacio y tiempo.
Dado que el ser humano es un ser social, necesita y gusta de las relaciones con las demás
personas, también en el trabajo. Desde la perspectiva humanista de la administración y las
organizaciones con la que se observan y sostienen las ideas de este capítulo, la
implementación por parte de las organizaciones de equipos de trabajo distribuidos en red
implica repensar no solo aspectos técnicos o tecnológicos, sino también humanos y sociales.
Al cambiar las características del escenario donde se reúnen cotidianamente los trabajadores
cambia el espacio social, presentando, para los trabajadores, desafíos para relacionarse que
deben ser atendidos por la organización empleadora, basados en la concepción humanista de
la actividad administrativa (Bédard, 2003) 6. A continuación se describen los desafíos referidos
a la sociabilización, la comunicación y el cuerpo humano que, en tanto entidad relacional, ve
simultáneamente extendidas algunas de sus posibilidades de percepción, reducidas otras y el
cambio en la calidad de todas. Luego se ofrecen algunas propuestas para que las
organizaciones laborales faciliten la construcción y desarrollo de relaciones sociales
satisfactorias entre sus integrantes.
6
La misma centra la atención en el hecho humano en las organizaciones, buscando hacer inteligible la
experiencia humana y comprenderla en toda su complejidad y riqueza, para así administrar a) reconociendo el
lugar central del ser humano en general (lo que implica comprender las características propias de la especie
humana) y b) teniendo en cuenta las particularidades individuales (lo que implica valorizar las potencialidades
específicas de las personas, que son la fuente de la fecundidad del grupo).
Pero el espacio social no es sólo un objeto de la interacción sino también un actor social que
interactúa con los demás y que puede experimentar variaciones: es cambiado por las personas
que en él interactúan y a su vez cambia a las personas que interactúan en él (Salcedo, 1977).
Castells entiende al espacio social como "un producto material en relación con otros
productos materiales –incluida la gente- que participan en relaciones sociales determinadas
(históricamente) y que asignan al espacio una forma, una función y un significado social"
(Castells, 1996, p.444) y Echeverría (1999) complementa esta definición enfatizando que,
además de tener una base material (y por ende espacios físicos), también tiene otras
propiedades más abstractas (matemáticas, semióticas, sociológicas, económicas, simbólicas,
físicas) que es importante tener en cuenta para describirlo más completamente.
El espacio social entonces puede tener una dimensión física, territorial, y, para Simmel,
aunque la vida social no es una función de él, puede influir en la configuración de las
interrelaciones sociales que se llevan a cabo en su seno. De hecho, el Simmel incluye en su
descripción la “proximidad” y la “distancia”, a las que considera cualidades que facilitan o
imposibilitan las acciones recíprocas sociológicas. Para él, la “distancia” importa porque “la
relación espacial modifica las demás relaciones”. Las relaciones interpersonales se ven
modificadas por la distancia, ya que ella “aumenta la abstracción”. Por ello las relaciones a
distancia "suponen un cierto grado de desarrollo intelectual" por debajo del cual no son
posibles (Salcedo, 1977). Deviene necesario tener en cuenta sin embargo que Simmel escribió
estas ideas cuando las tecnologías que permitian a los seres humanos comunicarse entre sí a
distancia eran escasas en variedad (telégrafo, fax, teléfono y radio) y cantidad (no estaban
masivamente disponibles).
Es en el espacio social que los individuos se comunican, interactúan y relacionan. No hay
espacio social sin relaciones sociales y no hay relación social sin comunicación. Las
interacciones entre dos personas podrían ser únicas o inconexas, pero las relaciones implican
un patrón de interacciones que ocurre a lo largo del tiempo (Vallerand, 1993) y, como señalan
Sias, Krone & Jablin (2002) la percepción que un individuo tenga de su relación con otro
influirá en las interacciones futuras entre ambos..
Parafraseando a Neffa (2015), las relaciones sociales en el trabajo refieren a la relación entre
los integrantes de la organización para con sus compañeros de trabajo, subordinados, jefes
directos, jerarquía, la organización en sí misma, los clientes o usuarios y el público en general.
En el lugar de trabajo el trabajador necesita un reconocimiento por parte de los demás, no ser
objeto de injusticias, insertarse como integrante del colectivo de trabajo, comunicarse y
cooperar con otros para transmitir conocimientos y seguir aprendiendo, así como recibir el
apoyo social (de los compañeros) y técnico (de los jefes o la jerarquía) para hacer frente a las
dificultades. El estilo de liderazgo de los jefes y superiores puede hacer más agradable o
desagradable el trabajo. La organización empleadora configura una relación con sus
integrantes en función de la remuneración y posibilidad de carrera que ofrece, la adecuación
de la tarea a la persona, el modo en que evalúa el trabajo, la justicia que busca en los
procedimientos y el modo en que cuida del bienestar de los trabajadores. También están las
relaciones sociales con el exterior de la organización. El trabajador puede experimentar el
reconocimiento positivo o negativo de los usuarios que atiende o del público en general.
Es en el espacio social en el trabajo que tienen lugar los procesos de poder, liderazgo,
conflicto, confianza, justicia, ciudadanía, clima y cultura organizacional (Góngora, 2020) o,
en términos más generales, los problemas relativos a los valores, la dominación y el
sufrimiento, la cooperación y la solidaridad y el sentido y las significaciones mencionados por
Chanlat (Chanlat, 2002).
Desde la industrialización hasta nuestros días 7 el espacio social en el trabajo tiene por
escenario principal las instalaciones del empleador, donde diariamente se reúnen los
empleados de la organización y comparten de modo copresente las jornadas de trabajo. Es un
lugar de trabajo material (una fábrica, una oficina, una pista, una cancha, una embarcación, un
campo, una aeronave, etc.), sobre un espacio geográficamente localizable.
Sin embargo, el desarrollo de las TICs, sobre todo en las últimas tres décadas, ha dado lugar a
la creación de un nuevo espacio social en todos los órdenes de la vida, inclusive en el trabajo.
Según Echeverría (1999, 2000, 2013) este espacio social (llamado “tercer entorno” por él)
difiere profundamente de aquellos en los que la humanidad había vivido hasta entonces
porque permite a los seres humanos interactuar y relacionarse sin requerir su coincidencia en
tiempo y espacio. En él, el tiempo es “multicrónico” (sincrónico o asincrónico) y el espacio
tiene una topología reticular, por lo que con tener acceso a alguno de los nodos de la red las
acciones en ella son factibles, independientemente del lugar geográfico donde las personas
que interactúan estén. En este nuevo espacio social, la presencia física y la proximidad ya no
son un requisito para que los seres humanos puedan hablarse y verse.
Con la introducción masiva de las TICs a la organización del trabajo se implementaron el
teletrabajo y los equipos de trabajo distribuidos en red (cuyas conceptualizaciones se
presentan en la siguiente sección). Todos los integrantes de las organizaciones que
implementan tales modalidades de organización del trabajo, sea que teletrabajen, que trabajen
7
Aunque para ser más precisos se podría decir “hasta nuestros días previos a la pandemia de COVID19”.
presencialmente pero conformando un equipo que está distribuido, o que trabajen
presencialmente y deban interactuar con otros trabajadores que están a distancia, se
encuentran con el resto de los integrantes de la organización ya no (o no sólo) en las
instalaciones físicas del empleador, sino en una red telemática, a la que se conectan mediante
dispositivos (computadora, teléfono, etc.) y electricidad (indispensable para que el espacio
electrónico funcione) (Echeverría, 2013). Es en el espacio permitido por las TICs, la red
telemática, que los trabajadores se reúnen, comunican, relacionan. Así el escenario del espacio
social en el trabajo deja de ser principalmente material, para ser también inmaterial. La
concepción del espacio social en el trabajo debe ensancharse para unir a la dimensión hasta
entonces conocida (asentada en sus características territoriales y recintuales), la dimensión
inmaterial y reticular (Rubbini, 2018).
2.2 Teletrabajo y equipos de trabajo distribuidos en red
Los equipos de trabajo distribuidos en red se caracterizan por llevar a cabo sus tareas estando
sus integrantes dispersos geográficamente e interconectados mediante las TICs (Guedes-
Gondim, 2011).
Los integrantes pueden interactuar en línea o fuera de línea (Kimble, 2011); usando tecnología
que admite la interacción en simultáneo como las teleconferencias, videoconferencias y
sesiones de chat (Avolio, Kahai, Dumdum & Sivasubramaniam, 2001) y/o tecnología que
permite interacciones en diferente tiempo, como el correo electrónico (Gera, 2013) o las
discusiones por tópicos (Hambley, O’Neill & Kline, 2007) por ejemplo mediante foros, blogs
o wikis; pueden compartir o no el huso horario y trabajar desde el mismo lugar pero en
diferente momento (Shrivastava & Prasad, 2020).
En un equipo distribuido en red, todos o algunos de sus integrantes pueden realizar
teletrabajo, como también pueden realizar sus tareas presencialmente desde algún
establecimiento del empleador, siempre que no estén todos en el mismo establecimiento (sino
no sería un equipo distribuido).
El teletrabajo es (Rubbini y Suarez Maestre, 2011) un modo de organización del trabajo en el
que se dispone que el trabajador realice su labor:
- estando distante físicamente respecto de la sede de su empleador y
- utilizando las tecnologías de la información y de la comunicación para desarrollar el
trabajo y comunicarse con su empleador y sus compañeros de trabajo.
Hay diversas maneras en que se implementa el teletrabajo dependiendo de la proporción del
tiempo de trabajo a distancia, el grado de uso de las TICs para la realización del trabajo y/o
para comunicarse y de la combinación de otras variables que si bien no definen al teletrabajo,
caracterizan modalidades de implementación. Entre ellas: localización de la prestación
laboral, horario de teletrabajo, relación contractual entre empleador y trabajador, contexto
social, político, económico, cultural del lugar donde está el trabajador (o sea, del lugar en que
se realiza el trabajo), por un lado, y del lugar en que se desenvuelve la organización
empleadora, por otro.
8
Rosanvallon (Vendramin et Valenduc, 2016) distingue dos tipos ideales de colectivos de trabajo: a) colectivos
de copresencia, unidos por el espacio físico, en el que los trabajadores pueden interactuar y sociabilizar. b)
colectivos de coactividades, unidos por la tarea, la que realizan distantes unos trabajadores de otros. El trato es
impersonal en parte porque no se conocen.
rompen formas de lazos dentro del trabajo, no significa que ya no habrá lazos, sino que
serán distintos.
Además, en algunos casos (en el sector de los profesionales TICs por ejemplo) los integrantes
del equipo de trabajo cambian constantemente según Vendramin et Valenduc (2016) por lo
que el colectivo se vive en el presente; sin pensar si hay un futuro en común. Por deseo o
necesidad de índole personal o laboral los trabajadores se asocian entre sí bajo la forma de un
nomadismo cooperativo, que no supone ni la preexistencia, ni la sostenibilidad de las
personas que lo integran ni su presencia visible en el espacio.
Al analizar el plano de la influencia recíproca en una organización pueden distinguirse
distintos órdenes: relaciones "cara a cara" (o con un pequeño número de personas), "uno-
masa" (la relación que un individuo con una multitud) y "nosotros-nosotros" (la relación que
un grupo tiene con otro grupo) (Chanlat, 1994). Este trabajo se ocupa de las primeras (y, en
menor medida, de las segundas).
Según Rubbini (2018), en base a una investigación propia, a los teletrabajadores les importa
tener buenas relaciones con sus compañeros de trabajo, algunos con mayor y otros con menor
grado de intimidad. De hecho, si bien son muchos más los que encuentran ventajas en
teletrabajar que los que encuentran desventajas, la desventaja percibida por más trabajadores
es de índole relacional (con los compañeros, jefes y la organización) ya que el teletrabajo es
identificado como causante de aislamiento. “Los otros” en el trabajo (compañeros, jefe) y el
querer gestar o desarrollar con ellos relaciones aparece en los motivos de los trabajadores para
trabajar en copresencia, no así entre las razones para teletrabajar. En cambio, las ventajas son
mayoritariamente de índole individual.
Rubbini (2012), a partir de una revisión bibliográfica, sintetizó que, el teletrabajador puede
sufrir:
- Aislamiento físico y social (o sensación del mismo).
- Estado de soledad.
- Bajo o nulo soporte social por parte de superiores y compañeros.
- Problemas de interacción laboral empleados-empleados y empleados-
superiores.
- Ambigüedad de rol: El trabajador percibe una indefinición respecto al rol que
debe jugar y tiene una imagen confusa del mismo, debido a unas expectativas poco
claras, mal explicitadas o con amplios márgenes de incertidumbre.
- Patología o desajuste persona-medio, que puede llevar a la en-
fermedad, además de otras consecuencias sociales y psicológicas (como tecnoes-
trés, tecnoansiedad o tecnofatiga). (pp.8-9)
De acuerdo a los hallazgos de Lewis (2012) las relaciones sociales en un contexto con
teletrabajo son diferentes a las relaciones en un contexto de trabajo tradicional (copresente):
- Los compañeros que trabajan presencialmente expresan que tratan de manera
diferente a los teletrabajadores porque el contacto con ellos no es espontáneo como
con aquellos en la oficina. De hecho afirman como una desventaja para los teletra-
bajadores su menor participación en las redes. Por otro lado, si bien afirman que
son iguales y en teoría tienen el mismo estatus, consideran como un beneficio la
flexibilidad horaria y espacial que tienen los teletrabajadores.
- Y los teletrabajadores consideran que son vistos como un trabajador “de mayor
nivel” por los trabajadores presenciales. Sin embargo, deben hacer un esfuerzo ex-
tra para "gestionar" las relaciones de trabajo con sus colegas en la oficina y ser vis-
tos como un colega "efectivo". En la misma línea, los jefes con subordinados en
las dos modalidades de trabajo encuentran mayor resentimiento de los trabajadores
presenciales hacia los teletrabajadores.
- Se complejiza el rol de los jefes con teletrabajadores a cargo en función de
cuánto su papel depende (o no) del contacto cara a cara con sus subordinados. La
disminución del contacto cara a cara entre los gerentes de línea y sus subordinados
puede ser percibido por los primeros como una pérdida de poder.
Por otro lado, según Golden & Fromen (2011) en los equipos de trabajo distribuidos en red la
experiencia de relación con los compañeros que los integrantes está influenciada por el lugar
de trabajo del jefe. Si bien la mayor coordinación requerida entre los integrantes de un equipo
distribuido puede ocasionar menor satisfacción en los trabajadores presenciales con los
teletrabajadores, la tolerancia de los primeros con los segundos es mayor si el jefe del equipo
también trabaja a distancia. A su vez, los jefes que teletrabajan comprenden mejor los desafíos
de la comunicación a distancia y están más dispuestos a ayudar a sus subordinados a
superarlos, propiciando tanto la correcta transmisión de datos e información como la
vinculación socioemocional posible a partir de los intercambios informales. Por ende, cuando
el jefe teletrabaja mejora la experiencia de los trabajadores del equipo.
Aunque, como se mencionó, la vida social no es función del espacio físico, la distancia
aumenta la abstracción en las relaciones interpersonales. Rubbini (2018) identificó cinco
grupos de percepciones de los integrantes de equipos distribuidos en red respecto de la
distancia en las relaciones en el trabajo: hay quienes perciben negativas las relaciones a
distancia y positivas las copresentes, pero también están los contrarios. Y hay quienes no
perciben diferencias entre ellas. Se desarrollan a continuación.
2.3.3 Desafíos del espacio social en el teletrabajo: El cuerpo humano, entidad que se
comunica y relaciona
Es a través del cuerpo que trasmitimos emociones y afectos y nos relacionamos con otras
personas dentro del colectivo de trabajo (Neffa, 2014).
(…) los cuerpos no son entidades estables y fijas, sino procesales y relacionales (según
el turn to affect). Tener un cuerpo y actuar con el cuerpo supone cómo éste afecta y se
ve afectado por otros (Sabido Ramos, 2016, p.159).
En los equipos de trabajo distribuido en en red los trabajadores (y por ende sus cuerpos)
están a distancia. Rubbini (2018) menciona que los integrantes de tales equipos refieren
reiteradamente al cuerpo humano y sus cualidades, que les plantean desafíos o los hacen
sentir limitados. Sienten las carencias de no verse, tocarse, percibirse, o se sienten limitados
en esos aspectos. Comentan que el hecho de no verse, no conocerse los gestos ni las
expresiones, el no compartir tiempo juntos presencialmente, aunque permite entablar
relaciones, incluso de cariño, no llegan a la amistad como puede suceder cuando la relación
de desarrolla cara a cara. A distancia es común no poder hablar de asuntos personales, sentirse
extraños, no tenerse confianza, no tener una clara noción del otro y del “nosotros”. Algunas
dificultades que ejemplifican lo dicho son:
- Al trabajar a distancia del otro es difícil percibirlo, ubicarlo; saber cómo está o qué está
haciendo.
- Trabajadores de un mismo equipo que no se han visto nunca cara a cara pueden cruzarse
en el pasillo de la oficina y no reconocerse.
- Quien está a distancia debe crear y proyectar una imagen de sí ante los demás (clientes,
empleador, colegas).
- Uno se hace una imagen de cómo es el cuerpo del otro, por la foto que utiliza en su perfil
de usuario (en los sistemas informáticos), pero no es lo mismo que la realidad.
- A la distancia se pueden ignorar a algunas personas del trabajo. En cambio, al estar
copresentes no se puede.
- Estando a distancia un trabajador puede ocuparse de varias cosas al mismo tiempo,
aprovechando que los demás no lo ven, ya sean asuntos personales o laborales.
Parecería que los teletrabajadores podrían estar en desventaja, ya que no se benefician del
mismo nivel de contacto cara a cara como el personal que trabaja presencialmente en la
oficina e identifican como una desventaja de su modo de trabajo el tener menor visibilidad
frente a los demás. De hecho, expresan que deben hacer “sentir” su presencia a través del
contacto regular con sus compañeros de trabajo en la oficina (Lewis, 2012). También su
relación con los jefes implica desafíos, cuando las relaciones con la gerencia se basa en la
proximidad (Lewis, 2012) en las que la observación “cara a cara” es un elemento importante
para “ser notado” para el progreso de carrera. Según Levin & Kurtzberg (2020) uno de los
principales impulsores de quién interactúa con quién en las organizaciones es la proximidad
física. Sorprendentemente, incluso una distancia de uno o dos metros puede marcar una gran
diferencia. No hay que olvidarlo al implementar teletrabajo.
Segato resalta al cuerpo humano como ente relacional cuando dice, refiriéndose pandemia por
COVID19, que
nos ha venido a recordar la necesidad de la copresencia y la cocorporalidad, la
importancia de la comunicación física no verbal, la del cuerpo del otro. Es un
equívoco pensar que la distancia física no es una distancia social (…) que "lo social"
es la palabra y la bidimensionalidad de la imagen sin darnos cuenta de que la
proximidad corporal es una parte fundamental de lo social (...). Los rituales no son
verbales, son rituales físicos, dotados de materialidad. Toda la fisicalidad de la
existencia se está mostrando ahora por su falta, su ausencia. Sentimos una gran
carencia de esa materialidad (...). Algo interesantísimo que está ocurriendo con la
cuarentena es que comenzamos a sentir la necesidad de la materialidad del cuerpo
del otro, que no lo percibíamos como comunicación necesariamente. (Pikielny,
2020)
Ya Simmel entendía al cuerpo como ente relacional. Parafraseando a Sabido Ramos (2016),
Simmel planteaba que la “presencia sensible en el mismo espacio” produce entre las
personas, un intercambio tanto cognitivo como sentimental. Cognitivo porque la “impresión
sensorial” es “tomada como medio para conocimiento del otro: lo que veo, oigo, siento en él
no es más que el puente por que cual llego a él mismo, como objeto de mi conocimiento”. Y
también sentimental, pues la “impresión sensible” de los otros produce “sentimientos de
placer y dolor, de elevación o humillación, de excitación o sosiego”, haciendo posible
determinadas formas sociales de relación que van del agrado al desagrado, en un amplio
espectro de combinaciones.
De acuerdo a Echeverría (1999), el cuerpo humano tiene una estructura que define su
inserción en el espacio, estructura en la que se distinguen: un interior, una frontera y un
exterior. La frontera son los sentidos sensoriales (que son al menos cinco), que le permiten
interrelacionarse con el exterior. Los sentidos amplían el campo de influencia y el exterior
inmediato del cuerpo, y dependen estrictamente de la distancia. El cuerpo humano es
tridimensional y limitado. Además, el espacio sensorial del cuerpo humano es un espacio-
tiempo, que también determina las posibilidades de interrelación de los seres humanos.
Pero las TICs permiten a cada sujeto tener un cuerpo electrónico 9 (que al día de hoy es
generalizadamente sólo bisensorial: imagen y voz digital) con el que telepercibe las
expresiones de los demás. Dado que las relaciones entre los cuerpos son representacionales,
las telerrelaciones afectan plenamente a los sujetos, tanto en el plano perceptivo como en el
cognitivo y emocional (Echeverría, 2013).
De acuerdo a Echeverría (1999), el entorno permitido por las TICs supone una gran inflexión
para las características espaciales y temporales del cuerpo humano. Se modifican:
- el espacio, permitiendo a los seres humanos estar en espacios más allá de donde se
ubique su cuerpo. Las TICs extienden el alcance de algunos de los sentidos sensoriales
del cuerpo humano, posibilitando ver, escuchar, hablar a distancias que la naturaleza
humana por sí sola no puede.
- el tiempo, permitiendo a los seres humanos interrelacionarse con otros sin requerir
simultaneidad.
9
Cuerpo humano implementado por un conjunto de prótesis tecnológicas que le permiten al ser humano acceder
y ser activo en el tercer entorno.
La inflexión que señala Echeverría puede ser observada tanto por la ampliación como por la
reducción de la percepción (y por ende comunicación y relación) que permiten las TICs. Por
ejemplo:
- La vista que se tiene del otro a distancia depende de cómo el otro enfoque su persona en la
cámara. En copresencia, quien observa elige dónde poner la mirada, pero en una
videollamada, quien es mirado tiene más posibilidad de elegir qué mostrar, hasta el extremo
de apagar la cámara.
- En una videollamada es muy difícil (más aún en una grupal) el cruce de miradas, el sostener
la mirada, el correrla, todas acciones de la visión que crean "relación". “El intercambio de
miradas es el paradigma de la reciprocidad (Simmel, 1977), pues existe un condicionamiento
recíproco, independientemente del motivo por el cual las personas se miran, sea por flirteo,
complicidad o escrutinio.” (Sabido Ramos, 2016, p.156).
- Si bien algunas tecnologías permiten la vista de los rostros de los interactuantes a distancia,
también permiten la interacción sin la vista (lo que en copresencia no es posible). El rostro de
los interactuantes es de suma relevancia para las relaciones interpersonales, permite la
individualización, el reconocimiento, y la expresión de cada persona (Galarza, 2018).
Mirarnos a la cara posibilita orientarnos en la interacción (Sabido Ramos, 2016), pues es
posible encontrar ciertos indicios de estados afectivos en los gestos.
- Desde otro ángulo, cada interactuante en una videollamada no sólo mira a los demás, sino
que también puede mirarse a sí mismo en la interacción, lo que provoca la ejecución de
movimientos continuos de acomodación consciente y estar menos relajados ( Reynoso, 2020).
- Las TICs aun no permiten (suficiente y masivamente) teletransmitir el tacto, que es un gran
transmisor del contacto afectivo, contacto que nos comunica “que estamos seguros, que
somos amados, y que no estamos solos”. (Parker-Pope, 2020). “El afecto físico reduce el
estrés (...) En una serie de estudios [Coan, Schaefer & Davidson, 2006], solo tomarse de las
manos con un ser querido redujo la angustia producida por una descarga eléctrica.” (Parker-
Pope, 2020).
- En el mundo virtual uno puede "ser tantas personas" (electrónicas) en simultáneo como
tenga el tiempo y la energía para crear según Kimble (2011). Para el autor, en la comunicación
conocer la identidad de aquellos con quienes uno se comunica es fundamental para crear una
comprensión mutua. Pero en los equipos virtuales, el estatus y la identidad de una persona
pueden ser ambiguos, ya que muchas de las claves básicas que existen en el mundo físico
pueden estar ausentes. A nivel individual, esto puede conducir a problemas de confianza, y a
nivel del equipo, puede conducir a dificultades para establecer un sentido de identidad
colectiva e inhibir la comunicación efectiva entre los miembros del equipo.
Parafraseando a Reynoso (2020), en las interacciones presenciales, el cuerpo, las miradas y
las palabras se "sintonizan" recíprocamente a velocidades increíbles, sentimos al otro y nos
"sentimos sentidos" por él, y experimentamos un estado de proximidad y confianza.
10
Tal es el caso de los argentinos, según se evidencia en Dirección General de Estadísticas y Censos de CABA
(2014) y en Sorokowska et al. (2017).
f. Si bien por lo propio de ser equipos de trabajo distribuidos en red podrían sus integrantes no
compartir horarios de trabajo ni lugares de residencia geográfica, se considera conveniente, en
la medida de lo posible:
• Que compartan al menos algunas horas de la jornada laboral.
• Que los integrantes de un equipo se reúnan en copresencia con cierta periodicidad,
para alguna actividad informal.
g. Privilegiar conformar equipos de trabajo con empleados que habiten en la misma ciudad o
aledañas (para facilitar los encuentros presenciales, dentro o fuera del ámbito laboral).
h. Cuando el teletrabajo es a tiempo completo y por períodos de tiempo extensos, se
recomienda considerar la utilización de las llamadas “oficinas virtuales” y “telecentros”, es
decir, espacios de trabajo independientes de la organización empleadora pero compartidos por
trabajadores de una única o múltiples organizaciones (respectivamente). Pueden ser una
alternativa conveniente al teletrabajo desde el hogar.
i. Propiciar la estabilidad de los integrantes que conforman un equipo si tienen (o están
construyendo) buena sinergia, para dar lugar a la colaboración, las relaciones a largo plazo
entre compañeros y a la generación de un sentido de comunidad.
j. Tener siempre presente que cada empleado es una persona singular. Entre ellos puede haber
quienes valoren negativamente las relaciones a distancia, y quienes positivamente las
presenciales, pero también pueden estar los opuestos. Es importante conocer a cada empleado.
Escuchar las razones por las que prefiere el trabajo presencial o el trabajo a distancia y pensar
con él qué le resulta mejor para la relación con los demás y con la organización a largo plazo.
11
El presente trabajo corresponde a una síntesis de la tesis doctoral de Viteri, M (2020). Dimensiones pro-
sostenibilidad en la cultura organizacional de las universidades públicas de Pichincha – Ecuador; y una
ampliación más detallada del tema.
en la concepción de desarrollo de los países, visto desde la simbiosis de tres dimensiones:
social, económica y ambiental.
Este paradigma fue sugerido por las Naciones Unidas a partir de la propuesta de los Objetivos
de Desarrollo Sostenible en la agenda 2030, en la que se menciona la importancia de educar
para valorizar la diversidad cultural y su contribución al desarrollo sostenible, del cuidado y
protección del medio ambiente y de la equidad y la justicia social (Naciones Unidas, 2015;
UNESCO, 2013). Del mismo modo, el cuidado de la salud es indispensable en el desarrollo,
siendo un componente intrínseco de la dimensión social y un objetivo de desarrollo sostenible
en la Agenda 2030, que promueve una vida sana y el bienestar de todos, y a todas las edades
(Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, 2019).
Este es el gran reto de la universidad, formar profesionales que tengan la capacidad,
habilidades y competencias para gestionar problemas sociales, económicos y ambientales y
proponer soluciones sostenibles; y la tarea no es fácil, pues se necesita formación y
entrenamiento continuo y comprometido en estas dimensiones para lograr transformar
comportamientos individuales en comportamientos hacia un bien común.
Por lo tanto, la universidad a través de su planificación estratégica y las funciones sustantivas:
docencia, investigación y vinculación debe delinear y orientar primero una cultura
organizacional sólida en temas de sostenibilidad, considerando que la cultura se construye a
través de la educación, de los medios y de los modelos de referencia (Bourdieu, 2002), que
promueva la transformación interior y naturalizada en la comunidad universitaria respecto al
beneficio económico que prima; y más bien cultive creencias y valores fundamentados en el
paradigma de la sostenibilidad (Smircich, 1983; Rodríguez, 2009).
Este apartado retoma y profundiza, algunas de los análisis desarrollados en mi tesis doctoral
(Viteri, 2020) que explora la inserción de asignaturas en las mallas curriculares relacionadas a
la sostenibilidad, la inclusión de textos pro-sostenibilidad en la planificación estratégica y
funciones sustantivas, y comportamiento pro-sostenible de la comunidad universitaria con
relación a la dimensión social de la sostenibilidad.
El estudio tuvo un enfoque mixto de tipo descriptivo. Se inició con un abordaje cualitativo y
posteriormente se dio un tratamiento cuantitativo. El abordaje cualitativo buscó una
comprensión detallada de las perspectivas de las personas frente al tema tratado, a través de
sus manifestaciones habladas o escritas y de la conducta observable (Taylor & Bogdan, 2000)
lo que permitió generar teoría fundamentada a partir de datos empíricos obtenidos
sistemáticamente (Bryman, 2012; Glaser & Strauss, 1967). Se analizaron las manifestaciones
descritas en la documentación formal de la planificación estratégica y las funciones
sustantivas de la universidad; las apreciaciones y percepciones obtenidas en las entrevistas con
los informantes de las carreras de las disciplinas de economía, administración y comercio de
las universidades en estudio; así como los resultados obtenidos en la encuesta para determinar
los comportamientos de las comunidades de las universidades en estudio, en relación a las
dimensiones de sostenibilidad.
a. Dimensión Ambiental
Varios son los estudios que han demostrado que los desequilibrios en el medio natural están
relacionados directamente a las acciones y actividades del ser humano, en el sentido de que
sus acciones y comportamientos influyen negativamente en la naturaleza, provocando
deterioro en los sistemas ambientales y en los sistemas humanos activamente interrelacionados
(Jiménez-Herrero, 1999).
Es responsabilidad del ser humano articular un proceso evolutivo en su cultura, de tal forma
que sus acciones y comportamientos provoquen una adecuada interacción e interdependencia
entre cada uno de los elementos de la naturaleza (Vega, 2013). Es decir, estos
comportamientos pro-ambientales se comprenderían como las acciones encaminadas al
cuidado y preservación del entorno ambiental (Calvo-Salguero, Aguilar-Luzón, & Berrios-
Martos, 2008), el compromiso es transformar la cultura de la sociedad en el uso y
preservación de los recursos (CEPAL, 2001).
La educación se convierte en una herramienta que promueve conciencia en el ser humano, a
través de impartir información y conocimiento, motivar la participación directa y el
compromiso en el cuidado del medio ambiente y que, por medio de un proceso continuo y de
larga proyección, se traduzca en un comportamiento pro-ambiente (Martínez, 2004).
b. Dimensión Social
La definición de la dimensión social difundida en el informe de Brundtland se fundamenta
particularmente en dos conceptos, la equidad entre las generaciones actuales y las futuras, es
decir la capacidad de compartir el bienestar entre las generaciones y la justicia social,
fundamentada en la distribución justa de recursos (López, Arriaga, & Pardo, 2018), es decir la
capacidad de transformación social desde la cultura sería una meta para lograr el desarrollo
sostenible.
En este sentido Sen & Kliksberg (2008), proponen la existencia de ciertos factores
extraeconómicos incluidos en la cultura que inciden directamente en el desarrollo económico,
tecnológico y sostenible de una sociedad, vinculan el capitial social con la cultura e
identifican cuatro componentes: el primero relacionado con la confianza en las relaciones
interpersonales, es decir la capacidad de las personas en confiar unas en otras; el segundo
componente relacionado con la capacidad de asociatividad que tienen la sociead, es decir la la
capacidad de una sociedad para construir formas de cooperación (desde la más elemental
como cooperar con el vecindario hasta las más elaboradas como lograr una concertación
nacional); el tercero es la conciencia cívica es decir cómo se comporta la sociedad frente a lo
que es de interés colectivo (desde cuidar espacios verdes hasta pagar impuestos); y finalmente
el cuarto, que corresponde a los valores éticos que posee una sociedad y que de ellos depende
su futuro.
c. Dimensión Económica
En esta dimensión se analiza el comportamiento económico de las personas desde la
perspectiva de su responsabilidad y consideración de los valores de justicia y solidaridad.
Bauman (2004) utilizó la metáfora de los líquidos para reflexionar sobre el estado actual de la
sociedad, expresó que el hombre se encuentra sumergido en una sociedad consumista, donde
las necesidades deben ser satisfechas inmediatamente con nuevos productos; para el autor,
hemos dejando de ser una sociedad colectiva, con intereses comunes para transformarnos en
una sociedad individualista, con intereses individuales.
Asimismo, para Cortina (2002, 2003) la sociedad actual ha perdido el rumbo real de su fin en
sí mismo, y se ha convertido en una sociedad consumista, siendo el consumo superfluo el que
la caracteriza, de tal forma que la gente expresa éxito y felicidad a través de este consumo.
Expresa también que para que exista un consumo responsable debe abordarse desde la ética, y
debe ser el consumidor quien evalúe el producto, dependiendo de si se considera que es justo,
si es responsable, si es liberador y si brinda felicidad.
La responsabilidad en el consumo, además de tener una conciencia crítica, involucra la
valoración ética y el posicionamiento activo a favor de los principios de justicia, solidaridad
global y respeto hacia la naturaleza, y en contra de las empresas con prácticas y productos que
trastornan y contravienen estos valores. Implica retomar espacios que se consideraban
perdidos como la compra directa al productor y la colaboración a pequeños productores de
economía solidaria o comercio justo (UNESCO, 2008).
a. Plan de estudios
Se analiza la inclusión de asignaturas o temas tratados en ellas, relacionados a ecología
urbana, medio ambiente, justicia social, producción y consumo responsable, entre otras; es
decir se visualiza si la universidad promueve el desarrollo sostenible a través de la
inclusión de asignaturas relacionadas a la sostenibilidad.
b. Investigación y becas de estudio
Esta variable analiza los esfuerzos de la Universidad en el desarrollo de la investigación
en diferentes temas relacionados con la sostenibilidad, elaborados por los estudiantes y
docentes de la institución.
c. Prácticas Operacionales
Se analiza si las universidades cumplen con prácticas operacionales relacionadas a: la
construcción y renovaciones sostenibles en edificios; reducción de consumo de agua y
electricidad; reducción de desechos; prácticas de reciclaje; programas de alimentación
sostenibles – saludables; paisajismo sostenible; transporte sostenible; compras ecológicas
a empresas socialmente sostenibles; evaluaciones o auditorías ambientales.
d. Desarrollo de Personal y Recompensas
Se indaga sobre el conocimiento y compromiso de los miembros de la organización con la
sostenibilidad. Y si los esfuerzos que realiza el personal administrativo, personal docente,
o estudiantes frente a temas de sostenibilidad, son recompensados de alguna manera por la
Universidad.
e. Vinculación
Este eje estudia si la Universidad impulsa el desarrollo y formación de asociaciones a
nivel local o global que fomenten temas de sostenibilidad (ULSF, 2015). Es decir, si la
Universidad está en la capacidad de brindar servicios en cuanto a la práctica de actividades
sostenibles en las comunidades más cercanas a dicha institución. Para ello, se verifica la
existencia de acuerdos con instituciones nacionales o internacionales que promuevan
temas de sostenibilidad (ULSF, 2015).
f. Oportunidades para el Estudiante
Este criterio verifica si la institución promueve oportunidades para que los estudiantes
mantengan un compromiso firme en temas de sostenibilidad a través de becas, pasantías,
desarrollo profesional, servicio a la comunidad, entre otros.
g. Planificación estratégica
Investiga si la planificación estratégica de la Universidad, misión, visión, objetivos,
valores institucionales, políticas, entre otros, se encuentran encaminadas y comprometidas
al cumplimiento de los diferentes criterios de sostenibilidad.
3.4.5. Vinculación
La función sustantiva vinculación demostró ser la función con mayor percepción de inclusión
de dimensiones pro-sostenibilidad en las tres universidades de análisis, particularmente la
dimensión social
Se hizo referencia a los proyectos de vinculación que involucran la participación de docentes,
estudiantes y sociedad; notándose el compromiso de la universidad con las comunidades,
algunas de ellas en otras provincias.
También se comentó que la vinculación se vuelve un tema estrictamente obligatorio para el
estudiante, pues al finalizar su carrera debe cumplir con horas de vinculación para graduarse;
en este sentido cabe preguntarse si esta función no fuera obligatoria, continuaría teniendo el
mismo compromiso que actualmente tiene.
Investigación
Ahora bien, en función a los resultados obtenidos en los temas antes mencionados, es
primordial visualizar la orientación que tiene el comportamiento de la comunidad universitaria
de las universidades en estudio, considerando para el análisis cada dimensión de
sostenibilidad, como se detalla a continuación.
Figura 3.2
Comportamiento pro-sostenible de las comunidades universitarias: dimensión ambiental
Fuente: Viteri (2020).
Tabla 3.3
Apreciaciones de no inclusión de dimensiones pro-sostenibilidad
DESINTERES Aun cuando existan basureros con tipificación para desechos, no hay
interés por utilizarlos adecuadamente, hay desinformación.
Como no es obligatorio, no se presta mayor interés.
4. A modo de cierre
Las problemáticas abordadas en el capítulo, relacionadas con el trabajo y la formación de los
profesionales a partir del eje de la sostenibilidad en función de los Objetivos de Desarrollo
Sostenible 2030, son de una magnitud tal que no permiten una dilación en los cambios
organizacionales necesarios para resolverlas. Queda claro que la pandemia COVID-19 aceleró
la visibilidad, tanto de las inequidades como de los problemas ambientales producto del
devenir del sistema capitalista y de la concentración corporativa en el manejo de los recursos
del planeta y del futuro de su población. Es nuestro deseo que las discusiones que conforman
este escrito sean un aporte hacia el logro de las metas de desarrollo.
Referencias bibliográficas
Aberdeen, L., & Bye, L. A. (2013). Challenges for Australian sociology. Critical ageing
research ageing well? Journal of Sociology, 49(1), 3-21.
Acker, J. (2004). Gender, Capitalism and Globalization. Critical Sociology, 30(1), 17-
41. https://doi.org/10.1163/156916304322981668
Acker, J. (2012). Gendered organizations and intersectionality: Problems and possibilities.
Equality, Diversity and Inclusion: An International Journal, 31(3), 214-
224. https://doi.org/10.1108/02610151211209072
Alcover, C.-M. (2012). ¿Ageism en las organizaciones?: El papel mediador del apoyo
organizacional percibido en las relaciones entre la edad y la ruptura del contrato
psicológico. Revista Psicologia Organizações e Trabalho, 12(3), 299-
313. http://pepsic.bvsalud.org/scielo.php?script=sci_abstract&pid=S1984-
66572012000300005&lng=pt&nrm=iso&tlng=es
Alcover, C.-M., & Topa, G. (2014). La gestión organizacional de los trabajadores mayores y
los procesos de mantenimiento, prolongación y salida de la vida laboral. Papeles del
Psicólogo, 35(2), 91-98.
Ali, M., & Konrad, A. M. (2017). Antecedents and consequences of diversity and equality
management systems: The importance of gender diversity in the TMT and lower to
middle management. European Management Journal, 35(4), 440-
453. https://doi.org/10.1016/j.emj.2017.02.002
Avolio, B. J., Kahai, S., Dumdum, R., & Sivasubramaniam, N. (2001). Virtual teams:
Implications for e-leadership and team development. In M. London. (Ed.), How
people evaluate others in organizations (pp. 337–358). Lawrence Erlbaum
Associates Publishers.
Barbier, E. (10 de Octubre de 2017). The Sustainable Development Goals and the systems
approach to sustainability. Economics, 23. Recuperado el 28 de Septiembre de 2019,
de http://www.economics-ejournal.org/economics/journalarticles/2017-28
Bauman, Z. (2004). La sociedad sitiada. FCE.
Bauman, Z. (2004). Modernidad Líquida. (M. R. Arrambide, Trad.) Argentina, Argentina:
Fondo de Cultura Económica. Recuperado el 5 de Febrero de 2020, de
https://catedraepistemologia.files.wordpress.com/2009/05/modernidad-liquida.pdf
Beck, U. (1998). La sociedad del riesgo. Paidós.
Bédard, R. (2003). Los Fundamentos del Pensamiento y las Prácticas Administrativas. 1- El
rombo y las cuatro dimensiones filosóficas, AD-Minister, (3), 68-88.
https://publicaciones.eafit.edu.co/index.php/administer/article/view/697/621
Benschop, Y., & Doorewaard, H. (1998). Covered by Equality: The Gender Subtext of
Organizations. Organization Studies, 19(5), 787-
805. https://doi.org/10.1177/017084069801900504
Blanche, C., & Dupuis, J. P. (2019). From The Hague to Paris to Montréal: Knowledge
transfer and cultural synergy in a multicultural organization. International Journal of
Cross Cultural Management, 19(1), 27-
46. https://doi.org/10.1177/1470595819839756
Bourdieu, P. (Julio-Diciembre de 2002). Estrategias de reproducción y modos de dominación.
Colección Pedagógica Universitaria, 1-21. Recuperado el 30 de Septiembre de 2019,
de
https://www.uv.mx/cpue/coleccion/N_3738/C%20Bourdieu%20estrategias%20domi
nacion.pdf
Bryman, A. (2012). Social research methods (Cuarta edición ed.). New York, United States:
Oxford University Press. Recuperado el 25 de Diciembre de 2019
Burtless, G. y Quinn, J. F. (2000). Retirement Trends and Policies to Encourage Work Among
Older Americans. Boston College Working Papers in Economics. Recuperado
de http://escholarship.bc.edu/econ papers/175
Calvo-Salguero, A., Aguilar-Luzón, M., & Berrios-Martos, P. (Septiembre de 2008). El
comportamiento ecológico responsable: un análisis desde los valore biósfericos,
sociales, altruistas y egositas. Revista Electrónica de Investigación y Docencia
(REID), 1, 11-25. Recuperado el 26 de Septiembre de 2019, de
https://revistaselectronicas.ujaen.es/index.php/reid/article/view/947/794
Carranza, M. A. V. (2019). Igualdad de género en organizaciones mexicanas: Avances y
retos. Millcayac - Revista Digital de Ciencias Sociales, 6(11), 291-
310. http://revistas.uncuyo.edu.ar/ojs3/index.php/millca-digital/article/view/2228
Castel, R. La inseguridad social ¿Qué es estar protegido?. Manantial.
Castells, M. (1996). La era de la Información. Economía, sociedad y cultura. El poder de la
Identidad. Volumen 1. Alianza Editorial.
CEPAL -OIT. (2018). La inserción laboral de las personas mayores: Necesidades y opciones.
https://repositorio.cepal.org/bitstream/handle/11362/43603/1/S1800398_es.pdf
CEPAL. (2001). repositori.cepal.org. Recuperado el 18 de Septiembre de 2019, de
https://repositorio.cepal.org/bitstream/handle/11362/2262/S2001612_es.pdf?sequenc
e=1&isAllowed=y
Chanlat, J. F. (1994). Gestión y organización. Hacia una antropología de la organización.
Gestión y Política Pública, 3(2), 317-364.
http://www.gestionypoliticapublica.cide.edu/num_anteriores/Vol.III_No.II_2dosem/
CJ_Vol.III_No.II_2sem.pdf
Chanlat, J. F. (2002). Ciencias sociales y administración. En defensa de una antropología
general. Fondo Editorial Universidad EAFIT.
Cherng, H.-Y. S., & Davis, L. A. (2019). Multicultural Matters: An Investigation of Key
Assumptions of Multicultural Education Reform in Teacher Education. Journal of
Teacher Education, 70(3), 219-236. https://doi.org/10.1177/0022487117742884
Comisión Europea (2010). Libro Verde en pos de unos sistemas de pensiones europeos
adecuados, sostenibles y
seguros. http://ec.europa.eu/yourvoice/ipm/forms/dispatch?form=pensions
Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo. (21 de Octubre de 2015).
unctad.org. Recuperado el 11 de Marzo de 2020, de
https://unctad.org/meetings/es/SessionalDocuments/ares70d1_es.pdf
Connell, R. (2006). Glass Ceilings or Gendered Institutions? Mapping the Gender Regimes of
Public Sector Worksites. Public Administration Review, 66(6), 837-
849. https://doi.org/10.1111/j.1540-6210.2006.00652.x
Consejo de Educación Superior. (21 de Marzo de 2019). www.ces.gob.ec. Recuperado el 23
de Septiembre de 2019, de http://www.ces.gob.ec/documentos/PF/RRA.pdf
Cortijo, V., McGinnis, L. P., & Şişli-Ciamarra, E. (2019). The AGE model: Addressing
ageism in the workplace through corporate social responsibility. Journal of Labor
and Society, 22(1), 197-213. https://doi.org/10.1111/lands.12387
Cortina, A. (2002). Por una ética del consumo (174 ed.). Madrid: Tauros pensamiento.
Recuperado el 15 de Diciembre de 2019, de
http://ibdigital.uib.es/greenstone/collect/cd2/index/assoc/consumca.dir/consumcat000
1.pdf
Cortina, A., & Carreras, I. (2003). Consumo, luego existo. Barcelona: Cristianisme i Justícia –
Roger de Llúria. Recuperado el 15 de Diciembre de 2019, de
https://www.cristianismeijusticia.net/sites/default/files/pdf/es123.pdf
Cortina, L. M., Kabat-Farr, D., Leskinen, E. A., Huerta, M., & Magley, V. J. (2011). Selective
Incivility as Modern Discrimination in Organizations: Evidence and Impact. Journal
of Management, 39(6), 1579-1605. https://doi.org/10.1177/0149206311418835
Cotroneo, M. M. (2019). La mirada de género en la práctica de la gestión y las
organizaciones. GESTIÓN Y TENDENCIAS, 4(3), 2-
5. https://doi.org/10.11565/gesten.v4i3.94
Dias, S., Matos, M., & Ogando, A. C. (2013). Mujeres recicladoras 1: construyendo una
agenda de género en las organizaciones de recicladores. Medio ambiente y
desarrollo. Miradas feministas desde ambos hemisferios, 221-240.
Dirección General de Estadísticas y Censos, Ministerio de Hacienda, Gobierno de la Ciudad
de Buenos Aires. (2014). Hábitos de uso del tiempo libre y prácticas culturales de la
población de la Ciudad de Buenos Aires (Informe 1). Encuesta Anual de Hogares
2012. http://www.estadisticaciudad.gob.ar/eyc/wp-
content/uploads/2015/04/eah_2012_habitos_uso_tiempo_libre_info_2014_mayo.pdf
Durnell Cramton, C., & Simsarian Webber, S. (2005). Relationships among geographic
dispersion, team processes, and effectiveness in software development work teams.
Journal of Business Research, 58(6), 758-765.
Echeverría, J. (1999). Los señores del aire: Telépolis y el Tercer Entorno. Destino.
Echeverría, J. (2000). Un mundo virtual. Nuevas Ediciones de Bolsillo.
Echeverría, J. (2013). Entre cavernas. De Platón al cerebro, pasando por Internet.
Triacastela.
EPAL-CELADE (2004). Estrategia Regional para América Latina y el Caribe del Plan de
Acción Internacional de Madrid sobre el Envejecimiento. Santiago de Chile, Chile.
Recuperado de http://www.un.org/es/events/olderpersonsday/documents.shtml
Erciyes, E. (2019). A New Theoretical Framework for Multicultural Workforce Motivation in
the Context of International Organizations. SAGE Open, 9(3),
2158244019864199. Https://doi.org/10.1177/2158244019864199
Escuela Politécnica Nacional. (2018). Escuela Politécnica Nacional. Recuperado el 12 de
Febrero de 2020, de https://www.epn.edu.ec/institucion/sintesis-historica/
Fassio, A. (2011). Políticas públicas y envejecimiento poblacional. Los profesionales de edad
avanzada en la administración pública y su continuidad laboral más allá de la edad
jubilatoria. Instituto de Investigaciones en Administración, Contabilidad y Métodos
Cuantitativos para la Gestión. Centro de Investigaciones en Administración Pública,
Documento de Trabajo, 3 (2:163-189). Buenos Aires, Argentina: Facultad de
Ciencias Económicas-
UBA. http://www.econ.uba.ar/www/institutos/admin/ciap/publicaciones/documentos
/Investigaciones%20en%20
Fassio, A. y Arias, Ch. (2013). Variables relevantes relacionadas con la continuidad del trabajo
más allá de la edad jubilatoria en Revista de Investigación Interdisciplinaria en
Métodos Experimentales, 2, 31-44. Buenos Aires, Argentina: Facultad de Ciencias
Económicas, UBA. http://home.econ.uba.ar/economicas/?q=content/iadcom-
publicaciones
Fernández, L., & Gutierrez, M. (2013). Bienestar Social, Económico y Ambiental para las
presentes y futuras generaciones. Información Tecnológica, 121-130. Recuperado el
29 de Septiembre de 2019, de https://scielo.conicyt.cl/pdf/infotec/v24n2/art13.pdf
Fougère, M., Mérette, M. y Zhu, G. (2006). Population Ageing in Canada and Labour Mark et
Challenges [Electronic Version]. Human Resources and Social Development
Canada. http://www.naalc.org/english/ageinglabourmarketcanada.pdf
Fujimoto, Y., Azmat, F., & Härtel, C. E. J. (2013). Gender perceptions of work-life balance:
Management implications for full-time employees in Australia. Australian Journal of
Management, 38(1), 147-170. https://doi.org/10.1177/0312896212449828
Gaba, M. R. (2010). Las organizaciones generizadas. La perspectiva de género en acción en el
mundo de las organizaciones. II Congreso Internacional de Investigación y Práctica
Profesional en Psicología XVII Jornadas de Investigación Sexto Encuentro de
Investigadores en Psicología del MERCOSUR. Facultad de Psicología - Universidad
de Buenos Aires.
Galarza, E. (2018). La ciencia ya sabe cómo será el rostro humano del futuro. Viva.
https://www.clarin.com/viva/ciencia-sabe-rostro-humano-
futuro_0_SyQSyl1Om.html
Gallopín, G. (Mayo de 2003). Sostenibilidad y Desarrollo Sostenible. CEPAL, 1-47.
Recuperado el 28 de Septiembre de 2019, de
https://repositorio.cepal.org/bitstream/handle/11362/5763/S033120_es.pdf?sequence
=1&isAllowed=y
García Johnson, C. P., & Otto, K. (2019). Better Together: A Model for Women and LGBTQ
Equality in the Workplace. Frontiers in Psychology, 10,
272. https://doi.org/10.3389/fpsyg.2019.00272
Gendell, M. (2008). Older workers: Increasing their labor force participation and hours of
work. Monthly Labour. Review, 131, 41-54. Recuperado
de http://www.bls.gov/opub/mlr/2008/01/art3full.pdf
Gera, S. (2013). Virtual teams versus face to face teams: A review of literature. IOSR Journal
of Business and Management, 11(2), 1-4. http://www.iosrjournals.org/iosr-
jbm/papers/Vol11-issue2/A01120104.pdf
Glaser, B., & Strauss, A. (1967). The discovery of grounded theory: strategies for qualitative
research. New York, United States: Aldine Publishing Company. Recuperado el 25
de Diciembre de 2019, de http://www.sxf.uevora.pt/wp-
content/uploads/2013/03/Glaser_1967.pdf
Golden, T.D., & Fromen, A. (2011). Does it matter where your manager works? Comparing
managerial work mode (traditional, telework, virtual) across subordinate work
experiences and outcomes. Human Relations, 64(11), 1451–1475.
Góngora, N. (2020, septiembre 22). Modelo multidimensional para el análisis de las
organizaciones [webinar]. Ciclo de conferencias INAP. Buenos Aires, Argentina.
https://www.youtube.com/watch?v=AAedQEi1tFU&ab_channel=INAP
Guedes-Gondim, S., Puente-Palacio, K. y Borges-Andrade, J. (2011). Desempeño y
Aprendizaje en Equipos Virtuales de Trabajo: Comparando Brasileños y Argentinos.
Revista de Psicología del Trabajo y de las Organizaciones, 27(1), 31-41.
Gündemir, S., & Galinsky, A. D. (2018). Multicolored Blindfolds: How Organizational
Multiculturalism Can Conceal Racial Discrimination and Delegitimize Racial
Discrimination Claims. Social Psychological and Personality Science, 9(7), 825-
834. https://doi.org/10.1177/1948550617726830
Hambley L., O’Neill T., & Kline T. (2007). Virtual team leadership: The effects of leadership
style and communication medium on team interaction styles and outcomes.
Organizational Behavior and Human Decision Processes, 103(1), 1-20.
Heredia, E. B. (2004). Diversidad de género, igualdad de oportunidades y entornos laborales.
CIRIEC-España, Revista de Economía Pública, Social y Cooperativa, 50, 37-53.
Humphrey, A., Costigan, P., Pickering, K., Stratford, N., Barnes, M. y Britain, G. (2003).
Factors affecting the labour market participation of older workers. Leeds: Corporate
Document Services
Icart, I. B., & Velasco, C. S. (2018). Gender system and organizations. Revista Internacional
de Organizaciones, 20, 11-37.
Institute of Gerontology, University of Heidelberg (2014). http://www.gero.uni-heidelberg.de/
Jayawarna, D., Woodhams, C., & Jones, O. (2012). Gender and Alternative Start-Up Business
Funding. Competition & Change, 16(4), 303-
322. https://doi.org/10.1179/1024529412Z.00000000019
Jiménez-Herrero, L. (1999). Cambio Global, Desarrollo Sostenible y Coevolución. (C. U.
UPC, Ed.) Madrid, España. Recuperado el 26 de Septiembre de 2019, de
https://upcommons.upc.edu/handle/2099/1412
Johnsen, G. J., & McMahon, R. G. P. (2005). Owner-manager Gender, Financial Performance
and Business Growth amongst SMEs from Australia’s Business Longitudinal
Survey. International Small Business Journal, 23(2), 115-
142. https://doi.org/10.1177/0266242605050509
Johnson, S. J., Machowski, S., Holdsworth, L., Kern, M., Zapf, D., Johnson, S. J.,
Machowski, S., Holdsworth, L., Kern, M., & Zapf, D. (2017). Edad, estrategias de
regulación emocional, burnout e implicación laboral en el sector servicios: Ventajas
en los trabajadores mayores. Revista de Psicología del Trabajo y de las
Organizaciones, 33(3), 205-216. https://doi.org/10.1016/j.rpto.2017.09.001
Kamp, A., & Hagedorn-Rasmussen, P. (2004). Diversity Management in a Danish Context:
Towards a Multicultural or Segregated Working Life? Economic and Industrial
Democracy, 25(4), 525-554. https://doi.org/10.1177/0143831X04047158
Kessler, G. (2014). La desigualdad y sus interrogantes. Controversias sobre la desigualdad.
Argentina 2003-2013. FCE.
Kimble, C. (2011). Building effective virtual teams: How to overcome the problems of trust
and identity in virtual teams. Global Business and Organizational Excellence, 30(2),
6-15.
King, S., & Bryant, F. (2017). The Workplace Intergenerational Climate Scale (WICS): A
self‐report instrument measuring ageism in the workplace. Journal of Organizational
Behavior, 124-151. https://onlinelibrary.wiley.com/doi/abs/10.1002/job.2118
Krishna, A., & Orhun, A. Y. (2020). Gender (Still) Matters in Business School. Journal of
Marketing Research, 0(0),
0022243720972368. https://doi.org/10.1177/0022243720972368
Kunze, F., Boehm, S., & Bruch, H. (2009). Age diversity, age discrimination, and
performance consequences -- a cross organizational study. Academy of Management
Proceedings, 2009(1), 1-6. https://doi.org/10.5465/ambpp.2009.44249873
Lagacé, M., Van de Beeck, L., & Firzly, N. (2019). Building on Intergenerational Climate to
Counter Ageism in the Workplace? A Cross-Organizational Study. Journal of
Intergenerational Relationships, 17(2), 201-
219. https://doi.org/10.1080/15350770.2018.1535346
Laybourn, W. M., Goss, D. R., & Hughey, M. W. (2017). “You’re Either One of Us or
You’re Not”: Racial Hierarchy and Non-Black Members of Black Greek-Letter
Organizations. Sociology of Race and Ethnicity, 3(4), 552-
565. https://doi.org/10.1177/2332649216680102
Levin D. Z. & Kurtzberg T. R. (2020) Sustaining Employee Networks in the Virtual
Workplace. MIT Sloan Management Review , 61(4). R
https://sloanreview.mit.edu/article/sustaining-employee-networks-in-the-virtual-
workplace/?og=Summer+2020+Issue+Tiled
Lewis, R. A. (2012). Telework: The experiences of teleworkers, their non-teleworking
colleagues and their line managers at the Conseil General du Finistere [DBA
Thesis, University of Gloucestershire] Research Repository.
http://eprints.glos.ac.uk/id/eprint/633
Lim, S., Cortina, L. M., & Magley, V. J. (2008). Personal and Workgroup Incivility: Impact
on Work and Health Outcomes. Journal of Applied Psychology, 93(1), 95-
107. https://doi.org/10.1037/0021-9010.93.1.95
López, I., Arriaga, A., & Pardo, M. (2018). La dimensión social del concepto de desarrollo
sostenible: ¿La eterna olvidada? (F. E. Sociología, Ed.) Revista Española de
Sociología, 25-41. doi::10.22325/fes/res.2018.2
Macdonald, J. L., & Levy, S. R. (2016). Ageism in the Workplace: The Role of Psychosocial
Factors in Predicting Job Satisfaction, Commitment, and Engagement: Ageism in the
Workplace. Journal of Social Issues, 72(1), 169-
190. https://doi.org/10.1111/josi.12161
Malinen, S., & Johnston, L. (2013). Workplace Ageism: Discovering Hidden Bias.
Experimental Aging Research, 39(4), 445-
465. https://doi.org/10.1080/0361073X.2013.808111
Martínez, J. (2004). Comportamiento proambiental. Una aproximación al estado del
desarrollo sustentable con énfasis en el comportamiento persona-ambiente. Revista
Theomai(99). Recuperado el 26 de Septiembre de 2019, de
https://www.redalyc.org/pdf/124/12499303.pdf
Millán León, B. (2010). Factores asociados a la participación laboral de los adultos mayores
mexiquenses. Papeles de Población, 16(64), 93-121. Recuperado
de http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=11213747005
Mills, C. W. (1974) [1959]. I. La promesa. La imaginación sociológica (pp. 23-43).Fondo de
Cultura Económica.
Mimbrero Mallado, C., Pallarès Parejo, S., & Cantera Espinosa, L. M. (2017). Competences
of gender equality: Training for equality between women and men in organizations.
Athenea Digital. Revista de pensamiento e investigación social, 17(2),
265. https://doi.org/10.5565/rev/athenea.1609
Morita, P. P., & Burns, C. M. (2013). Designing for Interpersonal Trust – The Power of Trust
Tokens. Proceedings of the Human Factors and Ergonomics Society Annual Meeting,
57(1), 339–343. https://doi.org/10.1177/1541931213571074
Naciones Unidas. (15 de Octubre de 2015). Naciones Unidas. Recuperado el 18 de Diciembre
de 2019, de https://www.un.org/sustainabledevelopment/es/education/
Naciones Unidas. (4 de Agosto de 1987). Naciones unidas. Recuperado el 15 de Mayo de
2019, de https://undocs.org/es/A/42/427
Neffa, J. C. (2014, Junio 9). El trabajo humano, como dimensión de la actividad física. CEIL-
CONICET. http://www.ceil-conicet.gov.ar/2014/06/el-trabajo-humano-como-
dimension-de-la-actividad-fisica/
Neffa, J. C. (2015). Los riesgos psicosociales en el trabajo: contribución a su estudio. Centro
de Estudios e Investigaciones Laborales CONICET; y otros. http://www.ceil-
conicet.gov.ar/wp-content/uploads/2015/11/Neffa-Riesgos-psicosociales-trabajo.pdf
Nelson, T. D. (2016). The Age of Ageism. Journal of Social Issues, 72(1), 191-
198. https://doi.org/10.1111/josi.12162
O’Neill, T., Hambley, L., Greidanus, N., MacDonnell, R., & Kline, T. (2009). Predicting
teleworker success: an exploration of personality, motivational, situational, and job
characteristics. New Technology, Work and Employment, 24(2), 144-162.
Ortale, M.S. (2015). Algunas cuestiones de género. Trabajo, pobreza y políticas sociales. En
A. Eguía, M. S. Ortale y J. Piovani (compiladores) Género, trabajo y políticas
sociales: estudios de caso en el gran La Plata (pp.17-52) CLACSO.
https://www.researchgate.net/profile/Matias_Iucci/publication/317825896_Las_relac
iones_de_genero_y_el_dificil_desarrollo_de_proyectos_productivos_dentro_de_un_
programa_social/links/594d05e8a6fdccb19e6c586a/Las-relaciones-de-genero-y-el-
dificil-desarrollo-de-proyectos-productivos-dentro-de-un-programa-social.pdf
Parker-Pope, T. (2020, junio 4) Cómo abrazarse durante una pandemia. New York Times.
https://www.nytimes.com/es/2020/06/04/espanol/estilos-de-vida/abrazos-
coronavirus-mascarilla.html
Pierri, N. (2005). Biblioteca Virtual Pro. (U. S. Tomás, Ed.) Recuperado el 8 de Marzo de
2020, de
http://visitas.reduaz.mx/coleccion_desarrollo_migracion/sustentabilidad/Sustentabili
dad5.pdf
Pikielny, A. (2020, mayo 2) Rita Segato. "Es un equívoco pensar que la distancia física no es
una distancia social". La Nación. https://www.lanacion.com.ar/opinion/biografiarita-
segato-es-un-equivoco-pensar-que-la-distancia-fisica-no-es-una-distancia-social-
nid2360208/
Plessis, Y. du. (2012). Exploring teamwork paradoxes challenging 21st-century cross-cultural
conflict management in a multicultural organizational context. International Journal
of Cross Cultural Management, 12(1), 49-
71. https://doi.org/10.1177/1470595811413108
Prestifilippo, A. (2016). Libertad, igualdad, sociabilidad. Tensiones ético-políticas en la
sociología de Georg Simmel. En E. Vernik y H. Borisonik. (Ed.), Georg Simmel, un
siglo después: Actualidad y perspectiva (pp. 315-322). Universidad de Buenos Aires.
Instituto de Investigaciones Gino Germani.
Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. (Mayo de 2015). PNUD. Recuperado el
8 de Marzo de 2020, de undp.org:
https://www.undp.org/content/dam/jposc/docs/Recruitment-documents/UNDP-
JPOSC-UNDP_for_Beginners_Sp.pdf
Ramírez, L. M., & Del Río, L. (2008). Gestión estratégica de la diversidad cultural en las
organizaciones. Ciencias Sociales Online, V( 1), 53-70.
Reuters. (2011). Reino Unido elimina la jubilación obligatoria a los 65 años. Recuperado
de http://es.reuters.com/article/topNews/idESMAE70C10820110113?pageNumber=
2&virtualBrandChannel=0
Reynoso, M. (2020, abril 30) 7 consejos para disminuir la “fatiga de la empatía” por las
videollamadas en cuarentena. Clarín. https://www.clarin.com/buena-vida/7-
consejos-disminuir-fatiga-empatia-videollamadas-cuarentena_0_sP-Bp-kvr.html
Ríos González, N., Mandiola Cotroneo, M., & Varas Alvarado, A. (2017). Haciendo género,
haciendo academia: Un análisis feminista de la organización del trabajo académico
en Chile. Psicoperspectivas, 16(2), 114-
124. https://doi.org/10.5027/psicoperspectivas-vol16-issue2-fulltext-1041
Rodríguez, R. (2009). La cultura organizacional, un potencial activo estratégico desde la
perspectiva de la administración. Invenio, 67-92. Recuperado el 15 de Diciembre de
2019
Rubbini, N. I. (2012, Diciembre 5 al 7). Los riesgos psicosociales en el teletrabajo [ponencia].
VII Jornadas de Sociología de la UNLP. La Plata, Argentina.
http://jornadassociologia.fahce.unlp.edu.ar/vii-jornadas-
2012/actas/Rubbini.pdf/view?searchterm=None
Rubbini, N. I. (2018). Organizaciones que implementan teletrabajo: recomendaciones para
facilitar las relaciones sociales satisfactorias en el trabajo [Tesis de doctorado,
Universidad Nacional de La Plata] SEDICI.
http://sedici.unlp.edu.ar/handle/10915/75357
Rubbini, N. I. y Suarez Maestre, A. V. (2011, Agosto 3 al 5) Bases para una descripción
integral del teletrabajo [ponencia]. 10º Congreso Nacional de Estudios del
Trabajo.Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina.
Sabido Ramos, O. (2016). Alcances teórico-metodológicos de la sociología relacional de
Georg Simmel. El caso reciente de la sociología de los sentidos. En E. Vernik y H.
Borisonik. (Ed.) Georg Simmel, un siglo después: Actualidad y perspectiva (pp. 149-
165). Universidad de Buenos Aires. Instituto de Investigaciones Gino Germani.
Salcedo, J. (1977). Del concepto de espacio social. Teorema: Revista internacional de
filosofía, 7(3-4), 257-276.
Saso, C. E., Errazu, D. V., Berrozpe, T. I., & Bahillo, C. G. (2017). La competencia
intercultural en las organizaciones: Una aproximación teórica. Revista Internacional
de Organizaciones = International Journal of Organizations, 19, 75-
92. https://raco.cat/index.php/RIO/article/view/331788
Schein, E. (2004). Organizational Culture and Leadership (Vol. Third Edition). San Franciso,
Estados Unidos: Wiley Imprint. Recuperado el 1 de Septiembre de 2019, de
http://www.untag-
smd.ac.id/files/Perpustakaan_Digital_2/ORGANIZATIONAL%20CULTURE%20O
rganizational%20Culture%20and%20Leadership,%203rd%20Edition.pdf
Schellenberg, G., Turcotte, M. y Ram, B. (2005). Post-retirement employment. Perspectives
Sept, 14-17. Recuperado de http://www.statcan.gc.ca/pub/75-001-x/10905/8622-
eng.pdf
Secretaría de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación. (Diciembre de 2018).
https://www.educacionsuperior.gob.ec/. Recuperado el 15 de Febrero de 2020, de
https://www.educacionsuperior.gob.ec/cuadros-estadisticos-indice-de-tabulados-
sobre-los-datos-historicos-de-educacion-superior-a-nivel-nacional-incluye-registro-
de-titulos-oferta-academica-matriculados-docentes-becas-y-cupos/
Sen, A., & Klikgsberg, B. (2008). Primero la Gente. Barcelona, España: Ediciones Deusto.
Recuperado el 20 de Agosto de 2019, de
http://www.url.edu.gt/PortalURL/Biblioteca/Contenido.aspx?o=6051&s=49
Sewell, G., & Taskin, L. (2015). Out of Sight, Out of Mind in a New World of Work?
Autonomy, Control, and Spatiotemporal Scaling in Telework. Organization Studies,
36(11), 1507–1529.
Shrivastava, S., & Prasad, V. (2020) Techniques to communicate in virtual meetings amidst
the new normal...A considerattion!!! Wutan Huatan Jisuan Jishu, 16(6), 73-92.
http://wthtjsjs.cn/gallery/9-whjj-june%20-5441.pdf
Sias, P. M., Krone, K. J., & Jablin, F. M. (2002). An ecological systems perspective on
workplace relationships. In M. L. Knapp & J. Daly. (Eds.). Handbook of
interpersonal communication (3rd ed.) (pp. 615–642). Sage.
Smircich, L. (3 de Septiembre de 1983). Concepts of culture and organizational analysis.
(Jstor, Ed.) Administrative Science Quarterly, 28(3), 339-358. Recuperado el 14 de
Diciembre de 2019
Sorokowska, A., Sorokowski, P., Hilpert, P., Cantarero, K., Frackowiak, T., Ahmadi, K., …
Pierce, J. D. (2017). Preferred Interpersonal Distances: A Global Comparison.
Journal of Cross-Cultural Psychology, 48(4), 577–592.
https://doi.org/10.1177%2F0022022117698039
Sue, D. W. (2001). Multidimensional Facets of Cultural Competence. The Counseling
Psychologist, 29(6), 790-891.
Swift, H., Abrams, D., & Cuthbert, L. (2017). Old and unemployable? How age-based
stereotypes affect willingness to hire job candidates. Innovation in Aging, 1(Suppl 1),
117-117. PMC. https://doi.org/10.1093/geroni/igx004.482
Taylor, S., & Bogdan, R. (2000). Introducción a los métodos cualitativos de investigación
(Tercera ed.). Buenos Aires, Argentina: Paidós. Recuperado el 29 de Diciembre de
2019, de https://asodea.files.wordpress.com/2009/09/taylor-s-j-bogdan-r-
metodologia-cualitativa.pdf
ULFS. (Junio de 2015). University Leaders for sustainable future. Recuperado el 19 de
Diciembre de 2019, de http://ulsf.org/wp-content/uploads/2015/06/Spanish_TD.pdf
UNESCO (2001) . Declaración Universal sobre la Diversidad Cultural
. http://portal.unesco.org/es/ev.php-
URL_ID=13179&URL_DO=DO_TOPIC&URL_SECTION=201.html
UNESCO. (2008). http://www.unescoetxea.org. Recuperado el 13 de Octubre de 2019, de
http://www.unescoetxea.org/ext/manual_EDS/pdf/15_consumo_castellano.pdf
UNESCO. (2013). Articulación de saberes ancestrales en las políticas públicas de ciencia,
tecnología e innovación en América Latina. Montevideo: UNESCO. Recuperado el
15 de Diciembre de 2019, de
http://www.unesco.org/new/fileadmin/MULTIMEDIA/FIELD/Montevideo/pdf/BES-
SimpIKSMexPresentUNESCO.pdf
Universidad Central del Ecuador. (Abril de 2018). Universidad Central del Ecuador.
Recuperado el 12 de Febrero de 2020, de http://aka-
cdn.uce.edu.ec/ares/tmp/NORMATIVA%20UCE/plan%20estrategico%20desarrollo
%20institucional%20PEDI%202017-2021%20final.pdf
Universidad de las Fuerzas Armadas - ESPE. (Diciembre de 2018). Universidad de las
Fuerzas Armadas - ESPE. Recuperado el 12 de Febrero de 2020, de
http://transparencia.espe.edu.ec/wp-
content/uploads/2019/04/InformeRendicionCuentas2018_ESPE.pdf
Vallerand, R. J. D. (1993). Les fondements de la psychologie sociale. G. Morin.
Vega, L. (2013). Dimensión Ambiental, desarrollo sostenible y sostenibilidad ambiental del
desarrollo. Eleventh LACCEI Latin American and Caribbean Conference for
Engineering and Technology (LACCEI’2013), 10. Recuperado el 18 de Septiembre
de 2019, de http://www.laccei.org/LACCEI2013-Cancun/RefereedPapers/RP256.pdf
Vendramin, P. et Valenduc, G. (2016). Le travail virtuel. Nouvelles formes de travail et
d’emploidans l’économie digitale. Étude réalisée pour la Confédération des
Syndicats Chrétiens par la Fondation Travail-Université. http://ftu-
namur.org/fichiers/CSC_Travail_virtuel.pdf
Viteri, M. (2020). Dimensiones Pro-sostenibilidad en la cultura organizacional de las
Universidades Públicas de Pichincha - Ecuador. La Plata: Universidad Nacional de la
Plata - Argentina.
Wagstaff, M. F., Hadjimarcou, J., & Chanoi, C. (2020). Gender Equality in International
Business Education. Journal of Management Education, 44(5), 605-
621. https://doi.org/10.1177/1052562920937031
Yasmeen, A., Ahmad, M., Raziq, M. M., & Khan, M. L. (2020). Structural empowerment,
cultural diversity, and interpersonal conflict: Evidence from international NGOs in
Pakistan. International Journal of Cross Cultural Management, 20 (2), 125-
139. https://doi.org/10.1177/1470595820904391