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Estrategias de historias de vida

Cómo reparten energía los organismos para maximizar la cantidad de descendientes que
dejan.

Resumen
 La historia de vida de una especie es el patrón de los sucesos de
supervivencia y reproducción típicos de un miembro de una especie
(básicamente, es su ciclo de vida).

 Los patrones de historia de vida evolucionan por selección natural y


representan una "optimización" del costo-beneficio entre crecimiento,
supervivencia y reproducción.

 Existe un equilibrio entre el número de descendientes y la cantidad de


energía (tanto de recursos físicos como de cuidado parental) invertida
en cada uno de ellos.

 Otra relación de costo-beneficio es el momento de la primera


reproducción. Una reproducción a edad temprana disminuye la
posibilidad de morir sin dejar descendencia, pero una reproducción
tardía puede permitir a los organismos tener una mayor cantidad de
descendientes, una descendencia más sana o proveer mejores cuidados
para esta.

 Los miembros de algunas especies solo se reproducen una vez


(semelparidad), mientras que los de otras especies pueden
reproducirse varias veces (iteroparidad).

¿Qué es una "historia de vida"?


¿Cómo se ve tu historia de vida? En el mundo de la ecología, esa
pregunta no se refiere a los desafíos y éxitos que has tenido ni a las
amistades que has hecho en el camino (¡lo que no significa que no sean
buenas también!).

En cambio, cuando hablamos de historias de vida en ecología, nos


referimos a las características demográficas básicas de una población o
especie: el tipo de cosas que aparecerían en una tabla de vida. Eso
incluye cuándo se reproducen los organismos por primera vez, cuántos
descendientes tienen cada vez que se reproducen y cuántas veces se
reproducen. En los humanos, la historia de vida implica un inicio tardío
en la reproducción, pocos descendientes y la capacidad de reproducirse
varias veces.

Podemos definir la historia de vida de una especie como su ciclo de


vida, más específicamente, las características del ciclo de vida
relacionadas con la supervivencia y la reproducción. La selección
natural moldea la historia de vida y esta última es un reflejo de cómo
una especie distribuye sus recursos limitados entre el crecimiento, la
supervivencia y la producción de descendencia.

Las estrategias de historia de vida y la


selección natural
Todos los seres vivos necesitan energía y nutrientes para crecer,
mantener sus cuerpos y reproducirse. En la naturaleza, estos recursos
son limitados y a menudo hay competencia por el acceso a ellos (como
la luz solar y los minerales para las plantas o las fuentes de alimento
para los animales). Así que cada organismo tendrá recursos limitados
que dividir entre varias actividades como crecer, mantener su cuerpo y
reproducirse.

¿En este contexto, qué significa para un organismo repartir "bien" sus
recursos limitados? Desde un punto de vista evolutivo, significa que los
recursos se distribuyen entre las actividades potenciales (crecimiento,
mantenimiento, reproducción) de manera que maximicen
la adecuación o la cantidad de descendientes que un organismo deja
para la siguiente generación. Los organismos con características que les
permiten distribuir de manera más eficiente sus recursos tenderán a
dejar más descendientes que los que carecen de ellas, lo que provoca
que estos rasgos se vuelvan más frecuentes en una población con el paso
de las generaciones gracias a la selección natural. A lo largo de periodos
prolongados de tiempo, este proceso produce especies con estrategias
de historia de vida, o conjunto de rasgos de historias de vida (número
de descendientes, momento en que se lleva a cabo la reproducción,
cantidad de cuidado parental, etcétera), bien adaptadas a su función y
medio ambiente. La estrategia de historia de vida óptima es diferente
para cada especie y depende de sus características, su entorno y otras
restricciones.

En este artículo, veremos algunas relaciones de costo-beneficio en las


estrategias de historia de vida y veremos ejemplos de plantas y animales
que usan diferentes tipos de estrategias.

Cuidado parental y fecundidad


Una de las principales relaciones costo-beneficio en las estrategias de
historia de vida se da entre el número de descendientes y lo que
invierten los padres en cada uno de los hijos. Básicamente es una
cuestión de "calidad contra cantidad": un organismo puede tener
muchos descendientes y que cada uno de ellos representar una inversión
de energía relativamente pequeña, o bien, tener pocos y que cada uno
implicar una inversión energética relativamente grande.

Para decirlo de manera más formal, la fecundidad es inversamente


proporcional a la cantidad de energía invertida en cada descendiente.
La fecundidad es la capacidad reproductiva de un organismo (el número
de descendientes que es capaz de producir). Mientras mayor sea la
fecundidad de un organismo, menor será la energía que invierte en cada
uno de sus descendientes, tanto en términos de recursos directos (como
las reservas de moléculas combustibles invertidas en un huevo o
semilla) como de cuidado parental.

 Los organismos que producen grandes cantidades de descendientes


tienden a invertir poca energía en cada uno de ellos y por lo general no
proveen mucho cuidado parental. Los descendientes están "por su
cuenta" y la idea es que se producen suficientes para
que algunos sobrevivan (aunque las probabilidades de supervivencia
individual sean bajas).

 Los organismos que producen pocos descendientes por lo general


invierten una gran cantidad de energía en cada uno de ellos y a menudo
proveen mucho cuidado parental. Estos organismos efectivamente
"ponen todos los huevos en una sola canasta" (¡literalmente en algunos
casos!) e invierten mucho en la supervivencia de cada descendiente.

Como sucede en muchos casos en biología, estas son tendencias


generales, no reglas universales. El punto importante es que, cuando los
organismos tienen muchos descendientes, no pueden invertir mucha
energía en cada uno de ellos y, cuando tienen pocos, pueden (y deben)
invertir más energía para asegurar la supervivencia de esa
descendencia.

Ejemplo: muchos descendientes, poca inversión y


poco cuidado parental
Un caracol marino típico produce cientos de huevos en un tris y estos
eclosionan para liberar caracoles bebés que son bastante autosuficientes
desde el inicio.
-

Imagen modificada de "Egg cases - Common whelk (Cascarones de huevo, caracol marino común),"
por Sarah Smith, CC BY-SA 2.0.

Dejando de lado el canibalismo, este es un buen ejemplo para ilustrar


un tipo común de estrategia de inversión parental. Los caracoles de mar
y muchos otros invertebrados marinos proveen pocos cuidados (si es
que proveen alguno) a sus descendientes. En cambio, usan la mayor
parte de su presupuesto energético para producir montones de
descendientes, cada uno de los cuales es relativamente pequeño. El
caracol marino ni siquiera es muy impresionante cuando se trata de
cantidad: ¡una hembra de erizo de mar puede
liberar 100100100 000000000 000000000 huevos en un solo desove.
En las especies con este tipo de estrategia, las crías suelen ser
autosuficientes desde temprana edad. Aun así, dado que no se invierte
mucha energía en cada una de ellas, tienden a ser pequeñas y llegan al
mundo con pocas reservas energéticas. Esto las hace vulnerables a la
depredación, de manera que muchas, o la mayoría, no sobreviven; es su
enorme cantidad la que asegura la supervivencia de la población.

Ejemplo: pocos descendientes, mucha inversión y


mucho cuidado parental
Para estudiar una estrategia al lado contrario del espectro, veamos al
panda gigante. Las hembras de panda por lo general solo tienen un
cachorro cada vez que se reproducen y este está lejos de ser
autosuficiente. Esa cosa rosa en la imagen siguiente no es un ratón o un
gatito...¡en realidad es un panda recién nacido!

Crédito de imagen: "Newborn panda cub - Chengdu Panda Base (Cachorro de panda recién nacido,
base de pandas de Chengdu)," por Buster&Bubby, CC BY-NC 2.0

Las especies animales como el panda, que tienen pocos descendientes


cada vez que se reproducen, a menudo proveen mucho cuidado
parental. También pueden producir crías más grandes y
energéticamente más "costosas". El panda recién nacido que se ve
arriba puede parecer pequeño, pero, comparado con un caracol marino
recién salido del huevo, ¡es inmenso! Las especies con este tipo de
estrategia de alta inversión usan mucho de su presupuesto energético
para cuidar a sus crías, a veces a expensas de su propia salud.

Este tipo de estrategia es común en mamíferos, entre los que están los
humanos y los canguros, así como los pandas. Los bebés de estas
especies son relativamente indefensas al nacer y necesitan desarrollarse
bastante antes de volverse autosuficientes.

Imagen modificada de "Ailuropoda melanoleuca," por Shealah Craighead (dominio público).


Fecundidad y relación costo-beneficio de la
inversión en plantas
Los mismos patrones generales vistos en animales también operan en
las plantas. Por supuesto, las plantas no proporcionan cuidado parental
de la misma manera que los animales. Sin embargo, sí pueden producir
grandes cantidades de semillas energéticamente "baratas" o pequeñas
cantidades de semillas "caras".

Por ejemplo, las plantas con baja fecundidad, como los cocoteros y las
castañas, producen poca cantidad de semillas ricas en energía, cada una
de las cuales tiene una buena posibilidad de germinar para forman un
organismo nuevo. Las plantas de fecundidad alta, como las orquídeas,
toman la estrategia opuesta: por lo general producen muchas semillas
pequeñas y pobres en energía, cada una de las cuales tiene pocas
probabilidades de sobrevivir.

Edad a la primera reproducción (temprana


contra tardía)
El momento en el que una especie comienza a reproducirse es otra parte
importante de su historia de vida y otro punto donde vemos relaciones
de costo-beneficio y mucha variación entre las especies. Algunos tipos
de plantas y animales empiezan a reproducirse a temprana edad,
mientras que otras tardan mucho más tiempo. ¿Cuáles son los pros y los
contras de estas estrategias?

Los organismos que se reproducen a edad temprana tienen menos


riesgo de no dejar descendencia, pero esto puede ser a expensas de su
crecimiento o salud. Por ejemplo, los peces pequeños como los lebistes
usan su energía para reproducirse a temprana edad, pero, dado que
invierten toda su energía en la reproducción, no alcanzan el tamaño que
les permitiría defenderse de los depredadores (¡es difícil imaginar un
lebistes intimidante!).

Los organismos que se reproducen a una edad más tardía con


frecuencia son más fecundos o tienen una mayor capacidad para
proporcionar cuidado parental. Por otro lado, corren un mayor riesgo de
no sobrevivir hasta la edad reproductiva. Por ejemplo, los peces más
grandes, como la mojarra de oreja azul o el tiburón, usan su energía para
crecer hasta un tamaño que les proporcione una mayor protección. En
consecuencia, retrasan la reproducción, por lo que hay más
probabilidades de que mueran antes de reproducirse (o antes de que se
hayan reproducido al máximo).

En general, la edad a la primera reproducción está ligada a la longevidad


de la especie. Las especies de vida corta con frecuencia comienzan a
reproducirse tempranamente, mientras que las longevas tenderán a
retrasar su reproducción. Esto es un buen recordatorio de que una
estrategia de historia de vida es una "solución" integral al problema de
dejar la mayor cantidad de descendencia posible y que cualquiera de
sus partes (la edad a la primera reproducción, por ejemplo) solo tiene
sentido en relación con las demás (como la longevidad).

Reproducirse una sola vez contra


reproducirse varias veces
Otra característica importante de la historia de vida se relaciona con la
cantidad de veces que un organismo se reproduce durante su vida. Para
algunas especies, la reproducción es un evento único en el que se da
todo y el organismo no sobrevive mucho tiempo después de ese suceso.
En otras especies, las oportunidades de reproducirse son varias, incluso
muchas, durante la vida del organismo.

Podemos dividir a las especies en dos grupos:

 Las que pueden reproducirse una sola vez (semélparas).


 Las que pueden reproducirse varias veces en el transcurso de su vida
(iteróparas).

Semelparidad
En la semelparidad, un miembro de una especie se reproduce solo una
vez en toda su vida y luego muere. Las especies con este patrón usan la
mayoría de su presupuesto energético en un solo evento reproductivo
en el que sacrifican su salud hasta el punto en el que no sobreviven.

Entre los ejemplos de especies que presentan semelparidad están el


bambú, que florece una sola vez y muere, y el salmón real, que usa la
mayor parte de sus reservas de energía para migrar desde el océano
hasta su área de anidación en agua dulce, donde se reproduce y luego
muere.
[¿Por qué muere el salmón una vez que se reproduce?]
Crédito de imagen: "Historias de vida y selección natural: Figura 1," por OpenStax College,
Biology, CC BY 4.0. Modificación de la obra de Roger Tabor, USFWS.

Iteroparidad
En la iteroparidad, los individuos de una especie se reproducen
repetidamente durante sus vidas. La iteroparidad puede tomar muchas
formas, dependiendo de los ciclos reproductivos de los organismos
involucrados. Las especies que presentan iteroparidad no toman todos
sus recursos y los invierten en un solo evento reproductivo, ya que hay
un beneficio para su adecuación (una oportunidad de tener más
descendencia) si sobreviven para reproducirse más veces.

Algunos animales pueden reproducirse solo una vez al año, pero pueden
sobrevivir a lo largo de muchas estaciones de apareamiento. El berrendo
es un ejemplo de un animal que presenta un ciclo estral estacional
("celo"). El estro es una condición fisiológica inducida por hormonas
que prepara al cuerpo para un apareamiento exitoso. Las hembras con
ciclos estrales solo se aparean durante la fase estral del ciclo.
Crédito de imagen: "Historias de vida y selección natural: Figura 1," por OpenStax College,
Biology, CC BY 4.0. Modificación de la obra de Mark Gocke, USDA.

Se observa un patrón diferente en los primates, incluyendo a los


humanos y a los chimpancés, que pueden intentar la reproducción en
cualquier momento durante sus años reproductivos. Sin embargo, los
ciclos menstruales de las hembras hacen que el embarazo solo sea
posible unos cuantos días al mes, durante la ovulación.
Crédito de imagen: "Historias de vida y selección natural: Figura 1," por OpenStax College,
Biology, CC BY 4.0. Modificación de la obra de “Shiny Things”/Flickr.

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