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1. Selección de proyectos.
Este criterio plantea que el proyecto debe aceptarse si su valor actual neto (VAN) es igual o
superior a cero, donde el VAN es la diferencia entre todos sus ingresos y egresos expresados en
moneda actual.
Al aplicar este criterio, el VAN puede tener un resultado igual a cero, indicando que el proyecto
renta justo lo que el inversionista exige a la inversión; si el resultado fuese, por ejemplo, 100
positivos, indicaría que el proyecto proporciona esa cantidad de remanente sobre lo exigido. Si el
resultado fuese 100 negativos, debe interpretarse como la cantidad que falta para que el proyecto
rente lo exigido por el inversionista.
El criterio de la tasa interna de retorno (TIR) evalúa el proyecto en función de una única tasa de
rendimiento por periodo, con la cual la totalidad de los beneficios actualizados son exactamente
iguales a los desembolsos expresados en moneda actual. Puede apreciarse que este criterio es
equivalente a hacer el VAN igual a cero y determinar la tasa que le permite al flujo actualizado ser
cero. La tasa calculada así se compara con la tasa de descuento de la empresa. Si la TIR es igual
o mayor que ésta, el proyecto debe aceptarse, y si es menor, debe rechazarse.
R/ Hay proyectos que se excluyen mutuamente, en razón a que si se hace uno el otro no es
posible, por lo que uno excluye al otro. Hay cosas que no pueden existir de dos formas al mismo
tiempo, y es lo que pasa cuando hay dos proyectos que resultan excluyentes, que como ya lo
señalamos, ocurre cuando al hacer uno y no nos posible hacer el otro. Si tenemos dos proyectos, A
y B, cualquiera que se elija implica desechar al otro, por lo que se excluyen mutuamente.
Por ejemplo, Abordaremos el tema suponiendo que nos estamos refiriendo a un proyecto
emprendimiento, como montar un negocio, microempresa, etc. En la búsqueda de la mejor opción
de lograr el objetivo, pueden surgir varios proyectos que de forma independiente pueden satisfacer
la necesidad planteada. Al final, si existiesen varios proyectos se debe elegir uno o más de ellos.
Pero pueden existir situaciones en las que se presentan dos proyectos diferentes para solucionar
una problemática y que de implementarse uno de los dos, por imposibilidad de la implementación
del otro, lo excluye. Y si cualquiera de los dos que se implemente excluye al otro, estamos
hablando de una exclusión mutua. Supongamos una necesidad X, y dos proyectos A y B. Si
implementáramos el proyecto B, automáticamente el proyecto A quedaría excluido. Y si
implementamos el proyecto A, entonces el B queda también excluido. Estamos entonces frente a
una exclusión mutua.
Cuando se presentan este tipo de situaciones, en las que necesariamente se debe decidir por uno
de dos proyectos mutuamente excluyentes, se debe recurrir a su rentabilidad, para lo cual se
elegirá el proyecto que presente el mejor VPN o TIR, etc. El objetivo en todo caso es implementar
aquel proyecto que ofrezca la mejor rentabilidad al inversionista, o que ofrezca la mejor solución al
problema, según sea la variable más importante para evaluar. Este tipo de proyectos los vemos en
la vida cotidiana como por ejemplo cuando consideramos en comprar dos tipos diferentes de
camiones o elegimos el futuro de un terreno por construir.
Son aquellos proyectos cuya rentabilidad conjunta es mayor que la suma de las rentabilidades
individuales. Si la ejecución del proyecto B genera un aumento en los beneficios netos de otro
proyecto (A) o ambos proyectos generan benéficos adicionales mutuamente, se dice que son
complementarios. Lo importante en estos casos es identificar con exactitud el beneficio que la
realización de un proyecto provoca sobre la rentabilidad potencial del otro. Luego se hace esto se
procede a elegir.
Los independientes: son aquéllos cuyos flujos de efectivo no se relacionan o son independientes
unos de otros. La aceptación de uno no evita que los demás sean tomados en cuenta. Si una
empresa posee fondos ilimitados para invertir, se pueden ejecutar todos los proyectos
independientes que cumplan el criterio de aceptación mínimo. Por ejemplo, una empresa con
fondos ilimitados podría tener tres proyectos independientes aceptables:
Cuando un activo tiene un valor final de salvamento (VS), existen varias maneras por medio de la
cuales se puede calcular el CAUE
El costo inicial (C) se convierte en un costo anual uniforme equivalente utilizando el factor de
anualidad sobre valor presente (recuperación de capital). El valor de salvamento (VS), se convierte
a un costo uniforme equivalente por medio del factor anualidad sobre valor futuro (fondo de
amortización), El costo anual de operación (CAO), se comporta como una serie uniforme y debe
estar expresado en el mismo periodo de las anteriores. Usando el signo positivo para ingresos y
negativo para egresos tenemos la siguiente ecuación:
Se calcula el valor Presente del Valor de salvamento (VS) se resta del costo inicial de inversión (C)
y la diferencia resultante se anualiza para la vida útil del activo. El costo anual de operación (CAO),
se comporta como una serie uniforme y debe estar expresado en el mismo periodo de las
anualidades anteriores. La ecuación general es:
Método Recuperación de capital más interés
Se reconoce que se recuperará el valor de salvamento si se resta el valor de salvamento del costo
de la inversión antes de anualizarla. Sin embargo, el hecho de que el valor de salvamento no se
recuperará para n años debe tenerse en cuenta al sumar el interés perdido durante la vida útil del
activo. Al no incluir este término se supone que el valor de salvamento se obtuvo en el año cero en
vez del año n. La ecuación general es: