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INTRODUCCIÓN:
En el marco del sistema penal, podemos hablar de dos procesos fundamentales de creación y
aplicación de la ley penal: la criminalización primaria (creación de normas por el poder
legislativo, pero de la que participan informalmente grupos de presión como los medios de
comunicación, empresarios, dirigentes políticos, organizaciones de víctimas, etc.) y la
criminalización secundaria, que es el proceso de aplicación de las normas, que en el proceso
penal queda casi exclusivamente en manos de la fuerza policial, la que tiene la capacidad de
seleccionar a aquellas personas que luego van a ser juzgadas y, eventualmente, condenadas y
enviadas a prisión y en menor medida por la judicatura y el servicio penitenciario. Al ser una de
las características más salientes del sistema penal su selectividad, la expansión de la violencia
del Estado recae principalmente sobre los sujetos más vulnerables de la sociedad, los pobres y
excluidos del sistema, siendo dos de sus manifestaciones más graves la inhumanidad del
encierro carcelario a través del encarcelamiento masivo y el uso de la fuerza ilegal por parte de
las agencias de seguridad.
Esta característica violenta del sistema penal, que recae invariablemente sobre aquellos más
vulnerables, hace necesaria la toma de posición política respecto de cuál es la función del jurista.
Y, desde mi punto de vista, no puede ser otra que la de contener, a través de la interpretación
que respete en forma más completa los derechos humanos de quienes se encuentran sometidos
a proceso. En este marco, definir una conducta como desviada por alguna de las agencias del
sistema penal (interpretar la ley, en suma) antes que un acto jurídico, es un acto evidentemente
político, un campo de lucha, de disputa por el sentido. Lejos estamos de un intérprete neutral y
“autómata” – Torres Neuquén habla de la mera boca de la ley –sino que todos los actores del
sistema penal se encuentran afectados por intereses, valores y prejuicios. El intérprete jurídico,
al resolver un caso sometido a su análisis, transmite sus prenociones y prejuicios, ligados a una
determinada visión del mundo.
Son numerosas las definiciones que se conocen en la dogmática contemporánea sobre derecho
penal.
El derecho penal conforma un cuerpo sistemático y armónico de reglas normativas dirigidas a
lograr o mantener una pacífica convivencia social. Sólo puede ser comprendido a partir de un
real conocimiento de las dos partes que han conformado su estructura legislativa: la parte
general y la parte especial.
La primera parte se ocupa del estudio del delito y de la pena en abstracto (teoría del delito, de
la pena y del sujeto responsable); además se estudian los elementos que se exigen para que
exista delito (acción, tipicidad, antijuridicidad y culpabilidad).
La segunda abarca el estudio del delito y de la pena en concreto, aplicados al caso particular.
Esta parte especial tipifica las conductas delictivas describiendo que actos humanos constituyen
delito estableciendo la pena correspondiente para ellos.
Una cosa son los elementos del delito en general (tipicidad, antijuridicidad, culpabilidad, etc.) y
otra son los elementos constitutivos de cada figura. La razón es que, todas las figuras delictivas
describen conductas y para ello se valen de un verbo (matar, apoderar, defraudar, etc.), pero
el verbo por sí solo no es suficiente y necesita ser complementado por otros elementos que
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La delimitación más importante entre la parte general y la especial radica en que aquella no
contempla bienes jurídicos concretos ni indica injustos específicos. Las normas de la parte
general no son aplicables sin las de la especial. La parte general del Código Penal carecería de
todo sentido sin la existencia de una parte especial.
En la parte especial, se describen los hechos que el legislador considera merecedores de pena.
La parte especial tiene por objeto fundamental, establecer, con la mayor exactitud posible
cuáles son los actos prohibidos por la ley bajo amenaza de pena. Podría decirse que el objeto de
la parte especial del CP consiste en la descripción de las conductas socialmente dañosas a bienes
merecedores de protección legal, denominados bienes jurídicos.
La sistematización de la parte especial consiste primordialmente en clasificar y ordenar las
tipológicas que encierra. La base para la estructura de la parte especial está formada por el bien
jurídico protegido. Éste representa la causa permanente de clasificación de los distintos hechos
punibles. La determinación del bien jurídico tutelado es la mejor guía para la correcta
interpretación de la ley.
No todas las figuras encuentran ubicación en la parte dogmática del Código Penal, sino también
en las leyes sectoriales que ha generado la clasificación del derecho penal en derecho penal
común y derecho penal especial.
El derecho penal común es aquel que está constituido por los denominados delitos clásicos o
tradicionales (homicidio, robo, hurto, violación, etc.) El derecho penal especial es aquel que está
constituido por todos aquellos delitos que se encuentran tipificados en leyes especiales
(contrabando, estupefacientes, defensa de la competencia, etc.)
El derecho penal común prohíbe conductas porque son por sí mismas injusto, mientras que el
derecho penal especial prohíbe conductas cuyo injusto proviene, por lo general, de la
prohibición legal.
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Resulta claro que el bien jurídico aquí protegido es la persona humana y respecto de ello
sostiene D’Alessio que puede decirse que hay vida humana allí donde una persona existe,
cualquiera sea la etapa de su desarrollo.
Esto nos lleva a debatir acerca de cuándo comienza y cuando finaliza la existencia de una
persona.
Con relación al primer punto, el artículo 19 del Código Civil y Comercial de la Nación dispone
que el comienzo de la existencia de la persona humana se da desde la concepción, cualquiera
sea el método utilizado para lograrla (natural o artificial); asimismo en este cuerpo normativo
se dispone que, si él bebe por nacer finalmente nace muerto se presume que la persona nunca
existió.
Respecto del fin de la existencia de la persona humana, según dispone el CCyC en su artículo 93
ello se produce con la muerte. Por otro lado, el artículo 94 del antes mencionado cuerpo
normativo nos indica que para determinar cuándo se produce la muerte debemos remitirnos al
artículo 23 de la Ley Nacional de ablación de órganos N 24193, según el cual, el fallecimiento de
una persona se considerará tal cuando se verifiquen de modo acumulativo los siguientes signos,
que deberán persistir ininterrumpidamente seis horas después de su constatación conjunta:
La verificación de los signos referidos en el último inciso no será́ necesaria en caso de paro
cardiorrespiratorio total e irreversible.
Seguidamente, el artículo 24 dispone que, a los efectos del artículo anterior, la certificación del
fallecimiento deberá́ ser suscripta por dos médicos, entre los que figurará por lo menos un
neurólogo o neurocirujano. El medico que efectuare el trasplante no pude, bajo ningún
concepto, certificar la muerte.
Se trata de ciertos hechos delictivos que afectan, ya sea mediante su extinción o su menoscabo,
a la vida humana.
Homicidio simple:
Contemplado por el artículo 79 del CP, el primero de la parte especial, según el cual se aplicará
reclusión o prisión de ocho a veinticinco años, al que matare a otro, siempre que en este Código
no se estableciere otra pena.
Se destaca la subsidiariedad legal del tipo ya que se aplica cuando el acto de matar no está
sancionado por la ley con una pena diferente.
Estructura típica:
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Sujeto activo:
El CP se refiere a “el que matare...” por lo que este delito puede ser cometido por cualquier
persona, es decir, se trata de un delito común (no exige cualidades especiales en el autor).
Sujeto pasivo:
En el texto legal se hace referencia a “el que matare a otro...” y por ubicarse en el Título I de los
delitos contra las personas entendemos que ese otro es siempre un ser humano. Es decir, puede
ser víctima de homicidio cualquier persona, no así los animales. Pero ello merece una aclaración,
el sujeto activo debe matar a otro, por lo que el suicidio no se enmarca en esta figura típica.
Además de ello, debe tratarse otro individuo que haya nacido, pues la destrucción de la vida
antes del nacimiento es aborto, y después de ello, homicidio. Dado que las penas para ambos
delitos son diferentes hay que precisar desde que momento se puede ser sujeto pasivo de
homicidio:
▪ Algunos autores como Beling considera que ello se da con la expulsión del cuerpo, o sea,
desde la completa separación del seno materno.
▪ Para Soler se puede ser sujeto pasivo de este delito aun antes de la completa separación
del seno materno, pues sostiene que el nacimiento comienza a partir de los dolores de parto.
▪ Otros autores distingue según el tipo de parto del que se trate; si es natural con los
primeros dolores de parto y si es provocado – como generalmente no hay dolores – desde que
comienza el proceso de expulsión.
Por otro lado, nuestra ley penal no requiere que el sujeto pasivo reúna condiciones de viabilidad
o viabilidad – aptitud para seguir viviendo –. Hay homicidio tanto si se mata a un ser fuerte como
a uno débil; o si se mata a un moribundo o agonizante, pues todas son vidas humanas
igualmente valiosas.
Finalmente diremos que el sujeto pasivo es un ser humano entendiéndose por tal a todo ente
que presente signos característicos de humanidad, sin distinción de cualidades o accidentes. De
manera que cualquier hombre – por más monstruoso o defectuoso que sea – puede ser víctima
de homicidio. A diferencia de lo que ocurría en la antigüedad en donde dar muerte al monstruo
o deforme no era delito.
Acción típica:
La acción típica en el homicidio es la de matar, esto es extinguir la vida de una persona. Cualquier
medio es típico en cuando pueda ser considerado causa de la muerte, por lo que pueden
utilizarse:
▪ Medios morales: operan sobre el psiquismo del agraviado, por ejemplo, quien
quiere matar a una persona y sabiendo que está enferma del corazón le da una noticia que sabe
le va a afectar y con ello consigue la muerte.
▪ Medios materiales: operan físicamente sobre el cuerpo o la salud de la víctima. Pueden
ser directos como un balazo o una apuñalada o indirectos como causar la muerte por medio de
un animal.
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quien efectúa cuatro disparos contra la victima a una escasa distancia, pero sin alcanzar a darle
muerte.
Elemento subjetivo:
Subjetivamente el homicidio simple exige dolo; que puede ser directo, indirecto o eventual. Ello
implica que la persona debe conocer que con su accionar causa la muerte del agraviado, y
además debe querer causarle la muerte.
La configuración subjetiva típica no requiere de ninguna motivación ni finalidad especifica.
La aberratio ictus – error en el golpe –, es uno de los casos de error accidental. Comprende casos,
en los cuales, a raíz de una desviación en el curso causal de la acción, se produce un resultado
que, si bien no es idéntico al querido, es jurídicamente equivalente. Digamos, quiero matar a
Pedro, apunto y disparo, pero por mi mala puntería mato a José. A ello se han dado dos
respuestas. Algunos entienden que corresponde imputar dos delitos en concurso ideal, la
tentativa de delito de homicidio y el homicidio culposo. Otros en cambio sostienen que se
imputa como doloso el homicidio producido, ya que este, si bien no es idéntico al delito querido
y fracasado, jurídicamente es equivalente, ambos son homicidios dolosos. Esta postura
predomina en doctrina y jurisprudencia.
Homicidios calificados:
Se trata del supuesto consagrado en el primer inciso de este artículo. Según el cual se agrava la
pena cuando el sujeto activo despliega la acción típica respecto de:
Ascendiente o descendiente:
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Aquí lo que se tiene en cuenta es el menosprecio que el autor ha tenido por el vínculo de sangre.
La ley no limita el vínculo en cuanto al grado, aunque la naturaleza y la propia duración de la
vida humana si las impone, por lo general puede darse únicamente hasta bisabuelos o bisnietos
respectivamente.
Respecto de los hijos adoptivos existe discusión en la doctrina, hay quienes creen que se
encuentran comprometidos en el agravante y otros no; particularmente adhiero a aquella
doctrina según la cual únicamente se encuentra enmarcado en el agravante el supuesto de la
adopción plena.
Algo sumamente criticable a este artículo del CP es que no se ha incluido como agravante el
hecho de que una persona cometa homicidio respecto de su hermano.
Cónyuge y ex cónyuge:
Aquí hay un desprecio a la institución del matrimonio, el agravante se da en virtud del vínculo
legal que entre los sujetos existe,
También se ha incorporado en el CP la aplicación de la figura agravada respecto del ex cónyuge.
Pareja y expareja:
Este supuesto fue incorporado en el año 2012 a partir de la ley 26791; agrava la pena prevista
para el homicidio cuando esta se da respecto de la persona con la cual el actor mantiene o ha
mantenido una relación de pareja, mediare o no convivencia.
Podemos decir que en cierta forma esta figura agravada incumple con el deber de máxima
taxatividad y precisión terminológica del que nos habla Zaffaroni, pues es difícil determinar
cuando una persona puede ser considerada pareja o no. En primer momento tengamos en
cuenta que es necesario que los sujetos hayan sido pública y socialmente conocidos como
pareja, como así también debe mediar un razonable lapso en su relación para que se los
considere pareja.
Ensañamiento:
Dice Fontán Balestra que consiste en aumentar deliberada e inhumanamente el dolor del
ofendido. Es un modo cruel de matar, e implica el propósito de matar haciendo sufrir, haciendo
padecer sufrimientos físicos o psíquicos innecesarios a la víctima.
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Requiere en la victima la posibilidad de sufrir, por lo que no se enmarca en este supuesto el caso
de reiteradas lesiones al cadáver, ya que objetivamente el homicidio exige como sujeto pasivo
un ser humano con vida.
La doctrina coincide en que exige, además de la voluntad de matar, la de hacerlo de un modo
cruel. Un claro ejemplo lo constituyen las torturas, apuñalar al individuo en reiteradas ocasiones
solo para aumentar su padecimiento hasta lograr el óbito de este.
Alevosía:
Tal como lo dice Donna, la alevosía importa el empleo de medios que tienden directa y
especialmente a asegurar el homicidio, sin riesgo para el autor. Requiere que la víctima se
encuentre en un estado de indefensión que le impida oponer una resistencia que se transforme
en un riesgo para el actor; dicha indefensión pudo haber sido provocada por el autor o
simplemente aprovechada por él.
Sin embargo, tal como lo ha sostenido la jurisprudencia, no todo homicidio de un indefenso
importa un homicidio alevoso; tal es el caso del llamado homicidio piadoso. La alevosía exige de
un elemento subjetivo distinto del dolo consistente en querer aprovecharse de la situación de
indefensión.
Insidia:
Nuestro CP se refiere al veneno o cualquier otro procedimiento insidioso, lo que necesariamente
nos exige determinar en primer lugar en que consiste la insidia. La insidia dice la RAE es un
engaño u ocultamiento para perjudicar a otro, y allí radica la esencia del agravante.
Sera un procedimiento insidioso todo aquel que, sin constituir necesariamente una
administración de veneno, implique un engaño u ocultamiento que no permita a la víctima
conocer su dañosidad.
En cualquier caso, la administración del veneno no basta para que el accionar del agente sea
típico de esta agravante, porque esta se apoya, básicamente, en la insidia de su administración.
Este es – aunque nuestro código no usa tal denominación – el verdadero asesinato; se trata de
un homicidio cometido por mandato, es decir, hay un pacto entre dos personas. El ejecutor lo
realiza sin motivo personal alguno y por tan bajo impulso como es una recompensa, mientras el
otro busca su seguridad e impunidad.
Dice D’Alessio que el núcleo de la agravante reside en el pacto y su contenido. El ejecutor debe
haber aceptado el mandato para matar y haber actuado en cumplimiento de este, a cambio de
dinero o cualquier otro bien o remuneración apreciable en dinero. Debemos tener en cuenta
que sola celebración del pacto constituye un acto preparatorio, y como tal es impune. Para su
consumación el hecho requiere de la muerte de la persona en virtud del pacto.
Según la reforma introducida por la ley 26791 esta agravante comprende el homicidio cometido
por placer, codicia, odio racial, religioso, de género o a la orientación sexual, identidad de género
o su expresión.
Placer:
La agravante por placer se fundamenta, como es obvio, en la mayor perversidad del autor, que
mata por el gusto que le produce el acto, sin que otra motivación lo haya determinado o
inspirado.
Es necesario que la acción sea inspirada por un placer antinatural en la destrucción de una vida
humana, dentro de la cual puede quedar comprendida la perversidad brutal. Pone el ejemplo
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de la enfermera que día a día va sustituyendo la dosis terapéutica por un líquido ineficaz, sin
causar dolores ni molestias al paciente, por el placer de verlo morir de un modo lento, en ese
caso no actúa por impulso, ni con ensañamiento, sino que está matando porque causar esa
muerte le produce una sensación agradable.
Codicia:
Según la Real Academia la codicia significa un apetito desordenado de riquezas. También se ha
dicho que consiste en un aumento del deseo de ganancia en una medida extraordinaria, malsana
y moralmente chocante.
Creus y Buompadre señalan que los autores han tratado de distinguir la codicia del simple ánimo
de lucro, indicando que éste se agota en la finalidad de obtener un beneficio económico,
mientras que aquélla pone la óptica en una característica espiritual del sujeto que importa un
“apetito desordenado de riqueza”, lo cual puede resultar confuso ya que la ley no pune al sujeto
por tal inclinación, sino porque la ha traducido en el particular hecho de perseguir el lucro por
el medio atroz del homicidio. Por ello, concluyen, en que tanto puede darse la agravante en los
casos en que agente ha esperado una ganancia considerable – por ejemplo, una herencia
importante por medio de la muerte de un hermano – como una pequeña retribución de aquel a
quien molestaba el occiso; en ambos casos el agente ha actuado por codicia.
Este supuesto consiste en matar por medio de un peligro común, es decir, de un peligro para la
comunidad.
Sebastián Soler nos dice que para que se de esta agravante es necesaria la muerte de un hombre
y el peligro común para los bienes o las personas que caracteriza a los delitos contra la seguridad
común, sin embargo, no requiere que el peligro común se haya concretado.
Indica Creus que, en cuanto a la producción de la muerte, es indispensable el dolo directo,
respecto del medio empleado basta con que haya aceptado la producción de dicho peligro.
Va de suyo que el fundamento de esta agravante reside en las menores posibilidades de defensa
de la víctima ante la actividad de varios agentes.
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Supone que a la acción del agente han concurrido dos o más personas, realizando actor
materiales o morales. Pero, ello solo no es suficiente, sino que es necesario que se trate de un
concurso premeditado, es decir, que se hayan puesto de acuerdo para ello.
Este supuesto agrava la pena del homicidio por su conexión con otro delito. La norma se refiere
al homicidio cometido para preparar, facilitar, consumar u ocultar otro delito o para asegurar
sus resultados o procurar la impunidad para sí o para otro o por no haber logrado el fin
propuesto al intentar otro delito.
Para que se de esta figura, no basta con que el homicidio aparezca, objetivamente vinculado a
otro delito; es necesario que esa conexión sea subjetiva, querida por el autor. De esta manera,
si después de haber violado a una mujer, el delincuente para evitar que ella lo denuncie, la figura
se enmarca en este tipo penal, pues lo hace para ocultar el delito; en cambio, si la muerte
deviene como resultado de la violación, pero sin que el delincuente lo hubiera querido estamos
ante la figura de abuso sexual agravado por la muerte del artículo 124 del CP.
Según entiende la doctrina partir de lo dispuesto por la norma podemos distinguir:
▪ Para preparar el robo a una empresa, el delincuente mata al empleado que tiene las
llaves de la caja fuerte y se apodera de las mismas.
▪ Para facilitar el secuestro del individuo, el sujeto mata al chofer que guía el auto en el
que viaja.
▪ Para consumar un robo nocturno en un negocio, el sujeto mata al sereno.
▪ Para ocultar la violación, el delincuente mata a la víctima.
▪ Para asegurar los resultados del asalto a un banco, el delincuente mata al policía que lo
persigue mientras huye con el dinero.
▪ Para procurar la impunidad propia, el delincuente mata al testigo que presencio la
comisión del delito.
En estas hipótesis, la doctrina entiende que no se requiere que el otro delito se consuma, ni
siquiera que hubiese tentativa; tampoco interesa que el delincuente haya desistido del otro
delito, ni que fuera imposible.
La causa de esta agravante reside en que el delincuente se sirve de la vida de un semejante como
medio para lograr un fin que, por añadidura, es delictivo.
En este caso el otro delito puede ser doloso, culposo o preterintencional, lo que – claro está –
va a depender de la finalidad con la que se comete. Puede cometerse un homicidio doloso para
ocultar una muerte culposa, ahora bien, no puede hablarse de cometer homicidio doloso para
preparar un delito culposo.
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otros, con quienes coincido, entienden que se refiere a la finalidad que subjetivamente persigue
el agente.
A diferencia de la conexión final es preciso que haya existido tentativa del otro delito. La
expresión intentar debe ser tomada en el sentido técnico de la tentativa – aunque algunos
autores entienden que basta con el despliegue de cualquier acto de ejecución –. La causa del
agravante reside en la reacción del autor, que materializa su despecho con la muerte de la
víctima.
El otro delito por la naturaleza del delito solo podrá ser doloso, no caben mayores discusiones.
Se trata de casos en los que el homicidio se considera calificado debido a que fue cometido en
abuso de su función o cargo, por parte de un integrante de las fuerzas de seguridad, policiales o
penitenciarias.
Nuevamente se trata de un tipo doloso que exige, además, que el individuo haya
actuado abusando de esa posición o cargo que detenta.
Este supuesto fue incorporado al CP en el 2008, mediante la ley 26.394, que también derogo el
antiguo Código de Justicia Militar. Aquí el bien jurídico afectado es la vida porque se trata de un
homicidio, pero el fundamento de la agravante está vinculado con la ofensa de bienes jurídicos
castrenses.
Según el artículo la agravante está dado por el asesinato del superior militar frente a enemigo o
tropa formada con armas. Debemos tener en cuenta que se exige una cualidad específica tanto
en el sujeto activo como en el pasivo. Ambos deben ser militares, lo que se deduce obviamente
de la expresión el que matare “a su superior militar”.
Asimismo, en el artículo se individualiza una acción que, para ser típica, debe desarrollarse en
un determinado contexto, porque es necesario que el que matare lo haga “frente a enemigo” o
“tropa formada con armas”. Se trata de una agravante activa dolosa en la que es necesario que
el sujeto activo sepa que mata a un militar de rango superior y en el contexto que la norma
exige.
Femicidio:
Se trata de una nueva figura agrava que impone una mayor pena en aquellos casos en que el
homicidio sea respecto de una mujer y el hecho sea perpetrado por un hombre y mediando
violencia de género.
En primer lugar, debemos tener en cuenta que el femicidio no tiene una definición concreta en
el diccionario de la RAE. Sin embargo, el termino existe y surgió a partir de los estudios realizados
por distintas corrientes feministas; podemos decir que el femicidio o feminicidio es el asesinato
misógino de una mujer cometido por un hombre.
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Se trata de un homicidio como cualquier otro con la diferencia de que el sujeto pasivo es una
mujer en un determinado contexto de género y el sujeto activo necesariamente debe ser un
hombre.
El concepto de violencia de género – elemento normativo del tipo – que es extralegal hay que
buscarlo ley 26.485 de Protección Integral para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia
contra las Mujeres, según la cual se entiende por violencia contra las mujeres toda conducta,
acción u omisión, que de manera directa o indirecta, tanto en el ámbito público como en el
privado, basada en una relación desigual de poder, afecte su vida, libertad, dignidad, integridad
física, psicológica, sexual, económica o patrimonial, como así también su seguridad personal.
Como vemos la violencia contra la mujer puede asumir distinta tipología:
▪ Violencia física: es la que se emplea contra el cuerpo de la mujer para producirle dolor
o cualquier otra forma de agresión que afecte su integridad física.
▪ Violencia psicológica o moral: son conductas que le causan un daño emocional,
disminución de la autoestima, que busquen degradarla, humillarla, desacreditarla.
▪ Violencia sexual: es cualquier acción (amenazas, fuerza, violación) que implique
vulnerar la integridad sexual de la mujer.
▪ Violencia económica y patrimonial: es la que se dirige a ocasionarle un menoscabo en
sus recursos económicos, tal el caso de limitarle los ingresos.
El ultimo inciso del artículo 80 del CP nos dice que se agrava la pena respecto de quien comete
homicidio con el propósito de causar sufrimiento a una persona con la que mantiene o ha
mantenido una relación en los términos del inciso 1.
Carrara nos dice que se presenta cuando el agente ejerce la venganza dándole muerte a un
inocente, para causarle aflicción a un enemigo a quien le era cara la víctima.
Este homicidio produce dos víctimas, el muerto y la persona que sufre por esa muerte. Con lo
cual la entidad del injusto es superior a la del homicidio simple y el reproche que se le puede
formular al autor o a la autora más severo.
Homicidios atenuados:
Se trata de ciertos casos o supuestos, especialmente previstos por la legislación, en los que se
reduce la pena al autor de un homicidio (en relación al tipo básico). En nuestra legislación, el
artículo 81 del CP establece que se impondrá reclusión de tres a seis años, o prisión de uno a
tres años, a quien comete un homicidio en estado de emoción violenta o comete un homicidio
preterintencional.
Es el primer supuesto contemplado por la norma, al referiste al que matare a otro en estado de
emoción violenta, y que las circunstancias hicieren excusable.
La estructura típica es la misma que para el tipo básico de homicidio. Sin embargo, existen
ciertos requisitos específicos que son, justamente, los que fundamentan la atenuante, tales son:
▪ Estado emocional: esto es el estado de conmoción del ánimo que genera una
modificación en la personalidad. Soler señala que la emoción es un estado psíquico en el cual el
sujeto actúa con una disminución de sus frenos inhibitorios, como quien encuentra a su mujer
durmiendo con su mejor amigo.
▪ Violencia de la emoción: la emoción debe ser violenta, es decir, llegar a un nivel en que
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resulte difícil controlar sus impulsos. No permite la elección de una conducta con la misma
facilidad que en supuestos normales, pudiendo incluso – aunque no muy frecuentemente –
alcanzar un supuesto de inimputabilidad. Es un estado de shock.
▪ Excusabilidad de la emoción: este requisito resulta esencial, como señala Donna, debe
entenderse que lo excusable es la emoción, y no el homicidio (porque si este fuera excusable
corresponde excluir la pena no atenuarla). Se trata de casos en que cualquier persona en esas
circunstancias hubiera actuado del mismo modo.
▪ Actualidad de la emoción: el autor que se encuentre bajo el estado de emoción
violenta, debe estarlo mientras ejecuta el hecho; allí – en la actualidad – se dice que radica la
diferencia entre la emoción y la pasión.
¿Actualidad de la emoción?
El estado de emoción violenta debe existir al momento del homicidio. Pero ¿Cómo se sabe si
existió o no emoción violenta en el momento de la ejecución de la acción típica? La doctrina
indica una serie de circunstancias que sirven de indicios para determinar si hubo o no un estado
de emoción violenta:
Por otro lado, el artículo 82 del Código Penal establece que, cuando la emoción violenta
concurra con el homicidio agravado por el vínculo contemplado en el inciso 1 del artículo 80 del
CP, la pena será de reclusión o prisión de diez a veinticinco años – cuando hubiera correspondido
prisión o reclusión perpetua –. Vemos que se extiende la atenuante, pero con una penalidad
más severa.
Homicidio preterintencional:
Se trata de un delito del tipo complejo, puesto que la tipicidad supone una combinación entre
dolo y culpa. La palabra preterintencional significa más allá de la intención, la norma se refiere
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▪ Medio empleado: requiere que el autor obre con un medio que no debía
razonablemente causar la muerte de la víctima. El medio que normalmente es apto para causar
la muerte impide la aplicación del tipo, aun cuando el sujeto activo no haya querido causarla.
▪ Propósito de dañar: este requisito se ubica en la tipicidad subjetiva del homicidio
imprudente. Se requiere que el autor obre dolosamente, pero solo respecto del daño o lesiones,
sin extenderse a su muerte. La doctrina discute acerca de si es necesario el dolo directo (porque
la ley dice propósito), o si pueden admitirse también el dolo eventual (propósito como expresión
genérica de dolo, de querer).
▪ Muerte: respecto del resultado del hecho, en la figura que nos ocupa, la muerte debe
ser previsible. Si el resultado es imprevisible, solo podrá imputarse al autor el delito de lesiones
dolosas. De otro modo se estaría aplicado el principio de versari in re ilícita.
Según el artículo 83 del CP, será reprimido con prisión de uno a cuatro años, el que instigare a
otro al suicidio o le ayudare a cometerlo, si el suicidio se hubiese tentado o consumado.
Como siempre, dentro de este capítulo, el bien protegido es la vida humana. Nuestro Código
Penal no pena el suicidio, por considerarlo una de las acciones privadas a las que hace referencia
el artículo 19 de la Constitución Nacional. Lo que se reprime es la participación en el suicidio de
otro.
Estructura típica:
Sujeto activo:
Tal como surge del artículo 83 del Código Penal de la Nación este delito puede ser cometido por
cualquier persona.
Sujeto pasivo:
Es claro que cualquier persona puede ser sujeto pasivo de este delito.
Acción típica:
La norma en análisis contempla dos conductas, la instigación y la ayuda al suicidio. Veamos cada
una en particular:
Elemento subjetivo:
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Requiere la voluntad de instigar a una determinada persona a que se suicide, o contribuir a ello
mediante ayuda. Solo parece compatible con el dolo directo.
Homicidio culposo:
En primer lugar, debemos recordar que nuestro Código Penal adopta el sistema cerrado
respecto de los delitos culposos, por lo que estos son tipificados específicamente.
Los delitos culposos tienen como nota distintiva que prima facie, la conducta típica esta
indefinida. Esto obedece a que en los tipos culposos no se criminalizan acciones como tales sino
en razón del resultado que se produce por una particular forma de realización de la acción, que
presupone la provocación de un peligro prohibido, previsible y evitable.
Según el artículo 84 del Código Penal será reprimido con prisión de uno a cinco años e
inhabilitación especial, en su caso, por cinco a diez años el que, por imprudencia, negligencia,
impericia en su arte o profesión o inobservancia de los reglamentos o de los deberes a su cargo,
causare a otro la muerte.
En su segundo párrafo el artículo agrava la pena dos años en su mínimo cuando del hecho
resulten más de una víctima fatal.
Estructura típica:
Sujeto activo:
Al igual que el homicidio simple, el homicidio culposo puede ser cometido por cualquier persona,
pues no se exigen cualidades especiales.
Sujeto pasivo:
También puede ser cualquier persona, lo que implica que nos encontramos ante un delito de
sujeto pasivo simple.
Acción típica:
La conducta ha de ser violatoria de un deber de cuidado; el código hace referencia a varias
formas de comportamientos culposos, tales son:
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haber cuestionamientos, pues no obstante que la actividad reglada entrañe riesgo, estará
permitido generarlo.
Sobre la inobservancia de los deberes a cargo de quien actúa, constituye una expresión genérica
que supone conducir la actividad teniendo en cuenta no dañar al prójimo; por ejemplo, no hay
estatuto escrito que diga cómo un adulto debe actuar cuando lleva a niños pequeños para que
jueguen en una plaza, pero constituye un deber vigilarlos para que no corran hacia las arterias
circundantes o de cualquier otra manera se coloquen en peligro.
El tipo culposo exige una relación causal entre la acción y el resultado, esto es que el resultado
muerte haya sido causado por la imprudencia del sujeto activo.
Elemento subjetivo:
comprende todos los datos provenientes de la psiquis del sujeto relacionados con la exigencia
de un desempeño cuidadoso.
Como sostiene Righi en su obra, se reconoce que la distinción entre tipo objetivo y subjetivo no
tiene la misma significación que en el delito doloso, pues mientras en este se exige la
correspondencia entre lo ocurrido y lo que el autor sabía, en el delito imprudente el autor
ignoraba negligentemente que realizaba el tipo objetivo.
La falta de correspondencia entre lo conocido y lo causado determino que se sostuviera que en
los tipos culposos carecía de interés distinguir entre tipo objetivo y subjetivo, por lo que la
adecuación típica de un delito imprudente debía ser realizada considerando exclusivamente
elementos objetivos.
Modalidades de la culpa:
La doctrina distingue estas formas según el agente se hubiese representado, o no, la posibilidad
de que el resultado aconteciese como consecuencia de su conducta. La legislación argentina no
le asigna ninguna consecuencia a la diferencia entre una y otra y, a los efectos de la
interpretación, lo que interesa es la separación entre la culpa consciente y el dolo eventual, pues
decidir en un sentido o en el otro cambia la adecuación típica.
Culpa consciente:
Es lo que también se llama culpa con representación; aquí el sujeto activo se representa la
posibilidad de la producción del resultado, pero lo rechaza confiando de que, llegado el
momento, lo evitará o aquél no acontecerá. Aquí hay un conocimiento efectivo del peligro que
corren los bienes jurídicos.
Acerca de ello Fontán Balestra sostiene que “la culpa es consciente o con representación cuando
el autor se representado el resultado de su acto, pero no asiente en él, sino que confía en que
no ha de producirse y en esa inteligencia obra. La creencia de que el hecho no se producirá,
como circunstancia decisiva del obrar, es lo que separa esta forma de culpa del dolo
eventual…en el dolo eventual y en la culpa consciente se representa la posibilidad del resultado,
el elemento previsión aproxima en esos grados las dos formas de la culpabilidad: los separa el
asentimiento (…) No hay dolo sin asentimiento. En la culpa consciente, en cambio, no media
nunca asentimiento”
Culpa inconsciente:
El sujeto activo ha podido y debido representarse la posibilidad de producción del resultado, y
sin embargo no lo ha hecho. Aquí hay sólo un conocimiento potencial del peligro. No hay un
conocimiento efectivo del peligro, es decir del hecho de que con la conducta se introduce para
los bienes jurídicos. Cuando la persona actuó no fue capaz de representarse la posibilidad de
producir el daño.
LORENZO GROSSO
CÁTEDRA: STRAMAZZO – MOROSANO - PEIRONE
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Como sostiene D’Alessio, se trata de casos en que la persona, pese a tener conocimientos que
le permitirían la representación de la posibilidad del resultado, no los actualiza (no piensa en
ello) y por ende no se lo representa.
Debemos tener en cuenta que en el derecho penal no existen distintos grados de culpa como
ocurre con el derecho civil (leve, levísima, grave); si bien dentro de la culpa distinguimos con o
sin representación, se trata de categorías analíticas que podrán ser tenidas en cuenta a la hora
de la individualización de la pena conforme a las pautas de los artículos 40 y 41. Pero la culpa es
una. Hay culpa o hay dolo.
Por otro lado, nos encontramos con distintas ONG como “Las madres del dolor”, como así
también el común de la gente, que personas que hayan cometido un homicidio en el marco de
un accidente de tránsito no podían terminar con una condenación de ejecución condicional (se
lo enmarcaba en homicidio culposo; el artículo 84 prevé pena de 1 a 5).
Se plantea el ejemplo de quien conducía ebrio; la distinción entre el dolo eventual y la culpa con
representación responde a problemas meramente probatorios. Si alego el dolo como demuestro
que ante la posibilidad de causar el resultado esa persona se mostró indiferente. En todos los
casos por el indubio pro-reo, se alegó que como no se pudo probar el dolo corresponde imputar
por culpa.
Ante tal situación se incorporó al derecho penal una categoría de culpa del derecho civil, la culpa
grave que el derecho penal llama culpa temeraria. Contemplado en el artículo 84 bis del Código
Penal, según el cual será reprimido con prisión de dos a cinco años e inhabilitación especial, en
su caso, por cinco a diez años el que por la conducción imprudente, negligente o
antirreglamentaria de un vehículo con motor causare a otro la muerte.
La pena será de prisión de tres a seis años, si se diera alguna de las circunstancias previstas en
el párrafo anterior y el conductor:
Contribución de la víctima:
Por ejemplo, aquella persona que conduce en exceso de velocidad por la autopista y atropella a
quien se tira desde un puente con el objeto de suicidarse – habiendo dejado una nota indicando
que quería suicidarse de tal modo –. Nos debemos preguntar ¿corresponde imputar al
conductor que excediendo la velocidad choca a ese individuo y le causo muerte?
Un sector diría que ante esta situación aun cuando haya ido dentro de los límites de velocidad
lo hubiese matado; aplica la teoría de la conditio sine qua non y el resultado se produciría de
todos modos y por lo tanto debe decaer la imputación. Ello porque la victima ha contribuido en
la acusación del resultado en forma determinante.
LORENZO GROSSO
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Principio de confianza:
Sostiene D’Alessio que este principio tiene particular aplicación en las actividades que
intervienen varias personas y cita el ejemplo de la división del trabajo. Según este principio no
es violatoria del deber de cuidado la acción de quien confía en que el otro se comportara
correctamente, mientras no tenga razón suficiente para dudar o creer lo contrario.
Aborto:
Dentro de nuestro ordenamiento jurídico, el aborto es un delito contra las personas, y dentro
de estos, un delito contra la vida. De manera que el bien jurídico protegido es la vida y mas
concretamente, la vida del feto. Esto significa que el legislador ha querido proteger la vida del
feto independientemente de la vida de la madre, ello reafirmando que la vida comienza desde
la concepción y desde ese momento es independiente de la de su madre.
Jurídicamente se entiende que el aborto consiste en matar al feto. No es correcto, por ende,
interpretar que el aborto es la interrupción del embarazo, pue se puede producir esta, y el feto
nacer con vida.
De manera tal que se protege la vida antes del nacimiento con la figura genérica del aborto, y
después de aquel, a través del homicidio.
El aborto afecta esencialmente la vida del feto, aunque también se tiene en cuenta el riesgo que
la maniobra abortiva implica para la vida de la madre. La tutela de la vida del feto no surge
únicamente del Código Penal, sino que el CCyC en su artículo 19 nos dice que la vida comienza
desde la concepción, algo que también está consagrada en diversas normas de derecho
convencional internacional. Para que exista un aborto deben observarse dos requisitos
indispensables:
▪ Mujer embarazada: claro está, para que haya aborto debe haber una mujer
embarazada, que lleve un feto en su seno. Ahora bien, no interesa el grado de desarrollo del
feto.
▪ Antes del nacimiento: esto indica que para que allá aborto ineludiblemente
debe haber una mujer embaraza. Por otro lado, la tutela de la vida del feto por parte del CP se
extiende hasta el momento de su nacimiento. Al respecto existen diversas teorías, algunos
autores entienden que el nacimiento se produce con la separación del feto de la mujer, con el
corte del cordón umbilical; otros autores entienden que ello se produce cuando comienzan los
dolores de parto. Si muerte se produce luego del nacimiento hay homicidio – simple o calificado
según quien lo cometa – pero no aborto. Así, la Corte Suprema de Justicia de Tucumán sostuvo
que comete delito de homicidio y no de aborto, quien mata a una criatura viva nacida mediante
aborto provocado.
▪ Feto con vida: necesariamente las maniobras abortivas deben ejecutarse contra un feto
con vida, pues si se tratara de un feto ya muerto, estaríamos ante un caso de delito imposible.
El solo hecho de la expulsión prematura del feto no constituye aborto si el feto sigue viviendo.
Si se lo mata después de nacido habrá homicidio – o parricidio –,
▪ Relación causal: el aborto debe guardar una adecuada relación causal con el
medio abortivo empleado por el sujeto agente. La interrupción de un embarazo solo será un
aborto si produce la muerte del feto.
LORENZO GROSSO
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mujer.
▪ Con reclusión o prisión de uno a cuatro años, si obrare con consentimiento de la
mujer. El máximum de la pena se elevará a seis años, si el hecho fuere seguido de la muerte de
la mujer
Sujeto activo:
Del texto de la norma surge que este delito puede ser cometido por cualquier persona, en tanto
que no exige ninguna cualidad o condición especial en el sujeto actor.
Sujeto pasivo:
Si dijimos que el aborto consiste en matar al feto, el sujeto pasivo de este delito solo puede ser
un feto, resultando indiferente el grado de desarrollo que haya alcanzado. Si requiere que se
encuentre con vida al momento de perpetrarse el mismo.
Acción típica:
Consiste en matar al feto, dentro del seno marte, o como consecuencia de su provocada
expulsión, cuando por su inmadurez tal ha sido el medio seleccionado para matarlo, o cuando
la expulsión se produce por un procedimiento que implica darle muerte.
Esta acción típica puede llevarse adelante sin consentimiento de la mujer, en cuyo caso tendrá
una penalidad mayor porque la ley protege también la libertad y maternidad de la mujer
embarazada.
Como así también puede llevarse adelante con consentimiento de la mujer, aquí el aborto se
realiza con el permiso de la mujer, este consentimiento debe ser válido y libremente prestado;
puede ser retractado hasta el momento de la consumación; en tal caso la mujer no está sujeta
a pena por tratarse de un desistimiento voluntario. El consentimiento de la mujer puede ser
expreso – cuando lo hace verbalmente, por escrito o a través de signos inequívocos –, o bien
tácito, cuando de los actos de la mujer surge con certeza su voluntad de que se le practique el
aborto, por ejemplo, si pago anticipadamente en la clínica para que se le haga el mismo.
Ahora, si bien el CP admite el consentimiento tácito, lo que bajo ningún punto de vista puede
considerarse admisible es el consentimiento presunto, dado que el no permite establecer con
certeza que la mujer acceda al aborto, seria el caso en que la mujer haya expresado que no
quería ser madre, o que en tales circunstancias abortaría.
Decíamos que este consentimiento tiene que ser válido, ahora, no se habla de la validez civil del
mismo, sino de la validez penal. Es decir, la mujer debe ser mayor de catorce años con pleno
goce de sus facultades. Tampoco debe haber mediado error, violencias ni uso de medios
hipnóticos o narcóticos.
Elemento subjetivo:
Se trata, claramente, de un delito doloso. Es necesario que el agente conozca que esta llevando
a cabo maniobras abortivas, es decir, acciones tendientes a causar la muerte del feto, y la
voluntad de hacerlo. Una parte de la doctrina admite únicamente el dolo directo, Soler por su
parte admite el dolo eventual.
LORENZO GROSSO
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Esta agravante aplica solo si el aborto se consumó, como es sabido la agravante exige siempre
la figura básica. Si la mujer muere en virtud de las maniobras abortivas, pero estas no tienen
éxito, eventualmente, podrá calificarse la conducta como homicidio culposo y tentativa de
aborto en concurso ideal.
Aborto no punible:
Según el párrafo segundo del artículo 86 del Código Penal de la Nación, el aborto practicado por
un médico diplomado con el consentimiento de la mujer encinta no es punible:
Haciendo un análisis de este artículo de nuestro Código Penal, surge claro que los casos de
aborto no punible deben reunir dos requisitos elementales o esenciales, tales son:
▪ Condición especial del SA: el agente debe ser un médico diplomado; calidad que
solo tiene quien ha obtenido el título que lo habilita para actuar como médico. Molinario señala
conveniente imitar la legislación italiana y exigir que el medico consulte a otro profesional su
opinión al respecto.
▪ Consentimiento de la mujer: solo la mujer embarazada puede prestar el
consentimiento para que se realice el aborto. Y no puede ser suplido por la autorización de los
representantes legales. Este consentimiento debe tener las mismas características que las
señaladas para el tipo penal del artículo 85.
Aborto terapéutico:
También llamado aborto necesario, es el supuesto del primer inciso. Es una causa de justificación
específica para el aborto; se permite sacrificar la vida del feto ante el peligro para la madre, pues
la vida de esta última es considerada más valiosa. Sin embargo, se respeta el derecho, heroico
si se quiere, a la maternidad, y se reconoce solo a ella la opción entre su propia vida y la del hijo.
LORENZO GROSSO
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Son casos en que el aborto debe tener como finalidad evitar un grave peligro para la vida o la
salud de la madre. Esa finalidad solo provocara la impunidad cuando no pueda ser evitado por
otros medios.
Aborto eugenésico:
En la regulación anterior se contemplaban tres supuestos en los cuales el aborto no resultaba
punible. Tales eran, el aborto terapéutico, con los mismos alcances que vimos recién; el aborto
sentimental, era aquel que se practicaba a una mujer violada que denunciaba el hecho; y el
aborto eugenésico, que buscaba preservar la pureza de la raza, ya que para ese entonces se
consideraba que las taras eran hereditarias. Sin embargo, se demostró científicamente que ello
no era así.
Dicho artículo fue modificado con una copia de la legislación penal suiza que, a su vez, es una
copia de la austriaca.
Como vimos el actual artículo 86 hace referencia a la violación o atentado al pudor sobre mujer
idiota o demente. Respecto de ello la doctrina se encuentra dividida. Para la opinión de algunos
alcanza solo el caso de mujeres idiotas o dementes. Otros, en cambio, consideran que también
se prevé la impunidad del aborto en casos de violación. Es decir, se discute entre una tesis
restringida y una tesis amplia, es en medio de esta discusión donde ubicamos el famoso fallo
FAL.
Fallo F.A.L:
Se trata de un caso judicial surgido en Chubut. Una joven de Comodoro Rivadavia fue violada
por su padrastro cuando tenía 15 años y su madre recurrió a la Justicia para que su hija pudiera
realizarse el aborto en un hospital público. Su reclamo fue rechazado en primera y segunda
instancia de la Justicia de Chubut y cuando la joven cursaba la semana 20 de embarazo intervino
el Tribunal Superior de Justicia provincial, que encuadró el caso como uno de los supuestos de
aborto no punible del artículo 86 del Código Penal de la Nación y permitió la realización del
aborto.
Tras el fallo del STJ de Chubut, un funcionario judicial provincial apeló la resolución ante el
máximo tribunal del país, aunque el aborto ya se había realizado. En esa sentencia, la Corte
determinó que cualquier aborto de un embarazo producto de una violación, sin importar la salud
mental de la mujer, no es punible, tanto para la mujer como para la persona que cause la
interrupción del embarazo.
En el mismo fallo, la Corte también encargó a los poderes ejecutivos nacionales y provinciales la
implementación de protocolos hospitalarios “para la concreta atención de los abortos no
punibles a los efectos de remover todas las barreras administrativas o fácticas al acceso a los
servicios médicos”.
LORENZO GROSSO
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Aborto preterintencional:
El artículo 87 del CP dispone que será reprimido con prisión de seis meses a dos años, el que con
violencia causare un aborto sin haber tenido el propósito de causarlo, si el estado de embarazo
de la paciente le fuere notorio o le constare.
Tradicionalmente se ha entendido que se trata de un delito preterintencional pues contiene un
hecho de base ilícito y doloso que provoca un resultado previsible pero no deseado. Según surge
de la norma podemos observar tres particularidades en su estructura típica:
▪ Violencia: exige que se haya ejercido violencia, es decir, empleado una energía
física dirigida intencionalmente a dañar a la mujer, pudiendo operar sobre su cuerpo o
psiquismo; recordemos que según el artículo 78 la violencia comprende el uso de medios
narcóticos e hipnóticos.
▪ Causación del aborto: requiere que se produzca la muerte del feto y que sea
causada por la violencia. Si esta solo ha coexistido con el proceso de aborto, que ha sido la causa
principal de la muerte del feto, la violencia desplegada sobre la mujer será, en su caso, castigada
en virtud de otros tipos.
▪ Conocimiento del embarazo: subjetivamente exige que el autor conozca que
despliega la violencia sobre una mujer embarazada. Este conocimiento puede provenir de la
notoriedad del embarazo que revela el cuerpo de la mujer, o del hecho que el autor por otras
razones lo conoce, aunque no se manifieste corporalmente.
El artículo 88 del Código Penal dispone que será reprimida con prisión de uno a cuatro años, la
mujer que causare su propio aborto o consintiere en que otro se lo causare.
Sujeto activo:
En este caso el delito solo puede ser cometido por la mujer embarazada y por nadie más.
Sujeto pasivo:
Como en todo aborto la víctima es el feto; con todas las particularidades mencionadas
anteriormente.
Acción típica:
El artículo contempla dos acciones típicas diferentes que pueden ser llevadas a cabo por la mujer
embarazada:
▪ Causación del propio aborto: aquí la mujer obra como autora del aborto,
realizando personalmente sobre el fruto de su embarazo las maniobras abortivas.
▪ Prestación del consentimiento: el otorgamiento del consentimiento por parte
de la mujer para que se realicen las maniobras abortivas no es punible en sí mismo; solo lo es
cuando un tercero ha consumado o tentado el delito.
Si la mujer se retracta antes de que la maniobra abortiva se lleve a cabo, tal consentimiento
desaparece y ella no resultará punible; en tal caso, el agente que llevará a cabo el aborto
incurrirá en el supuesto del inciso 1 del artículo 85.
Pasa su consumación este delito exige que se produzca la muerte del feto. En cuanto a la relación
causal es claro que la muerte debe ser consecuencia directa de la acción de la madre, o del
tercero que obra en virtud del consentimiento prestado por ella.
Respecto de esta cuestión la ley establece que la tentativa de la mujer no es punible, ello para
proteger al hijo de la mujer y que no se la estigmaticen.
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Elemento subjetivo:
Se trata de un delito del tipo doloso. Según sostiene Donna en su obra, este tipo penal exige que
la mujer actúe con dolo directo.
Lesiones en general:
▪ Lesiones leves.
▪ Lesiones graves.
▪ Lesiones gravísimas.
Estructura típica:
Respecto de esta cuestión debemos tener en cuenta que todas las lesiones comparten la misma
estructura típica. Aunque, como vamos a ver, los resultados determinaran ante que tipo de
lesión nos encontramos.
Sujeto activo:
El artículo no establece ningún recaudo especial con respecto al sujeto activo de las lesiones. Es
un delito común.
Sujeto pasivo:
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Acción típica:
Se considera que lesiona quien causa un daño en el cuerpo o en la salud de otro, es decir quien
altera la estructura física o menoscaba el funcionamiento del organismo del sujeto.
Resultado:
Se trata de un delito de resultado que exige un daño en cuerpo o salud de la víctima. Veamos
cada uno:
Elemento subjetivo:
Este tipo requiere un dolo directo o eventual. Toda voluntad de ataque físico a la persona de
otro, cuando el agente se representó la posibilidad de lesionar sin rechazarla, queda
comprendida en el dolo de lesiones.
Lesiones leves:
Según establece el artículo 89 del Código Penal, se impondrá prisión de un mes a un año, al que
causare a otro, en el cuerpo o en la salud, un daño que no esté previsto en otra disposición del
Código.
Vemos así que el legislador ha definitivo este tipo de lesiones por vía de la exclusión (la lesión
será leve, siempre que no sea grave o gravísima). Debemos tener en cuenta que, por aplicación
de la regla de consunción, será leve cuando no esté integrada o contenida en otro artículo. De
modo que se las aplica toda vez que no estén contenidas o sean absorbidas por otra disposición
del CP, podemos mencionar:
El artículo 72 del CP nos indica que el legislador ha considerado a las lesiones leves un delito de
instancia privada, salvo que medien razones de seguridad o interés público, en cuyo caso se
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procederá de oficio, al igual que en los casos en que delito fuere cometido contra un menor que
no tenga padres, tutor ni guardador, o que fuere cometido por uno de estos.
Lesiones graves:
Las lesiones graves tienen dos características fundamentales, y es que importan una disminución
permanente, la norma, justamente hace referencia a un debilitamiento permanente. El
debilitamiento es una disminución funcional sin que la función desaparezca, para lo cual se tiene
en cuenta como se cumplía esa función antes de la lesión. Por permanente se entiende la
persistencia del resultado por tiempo prolongado, lo que no implica que este deba ser perpetuo,
y la posibilidad de que la evolución natural o por los medios científicos utilizados no permita
eliminar la deficiencia que provoco la lesión.
Están contempladas en el artículo 90 del CP, que les impone una pena de reclusión o prisión de
uno a seis años. Dicho artículo establece que la lesión será considerada grave cuando produjere:
Lesiones gravísimas:
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Este tipo de lesiones está contemplado por el artículo 91 del Código Penal de la Nación, según
el cual se impondrá reclusión o prisión de tres a diez años, en aquellos casos en que la lesión
produjere:
Agravantes y atenuantes:
Agravantes:
El artículo 92 del Código Penal de la Nación agrava las penas previstas para cada tipo de lesión
en caso de que concurra alguna de las circunstancias enumeradas en el artículo 80 del CP
(vinculo, ensañamiento, precio, etc.).
Según el mencionado artículo en el caso de lesiones leves la pena será de seis meses a dos años,
en el caso de las graves de tres a diez años y en caso de las lesiones gravísimas, de tres a quince
años.
Atenuantes:
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Este artículo fija que las lesiones, cualquiera sea su gravedad, se atenúan si el autor se
encontrara en un estado de emoción violenta que las circunstancias hicieran evitable.
Según dicho artículo en caso de lesiones leves se aplicará pena de prisión de quince días a seis
meses, en las graves de seis meses a tres años y en las gravísimas de uno a cuatro años.
La concurrencia en una misma lesión, de la atenuante de emoción violenta con alguna de las
agravantes previstas por el artículo 80 ha sido resuelta con diferentes criterios. Una postura
califica el caso como un concurso o conflicto de leyes penales, y lo resolvió siguiendo el principio
de benignidad. Por su parte Núñez considera que se trata de un concurso ideal, ya que un solo
hecho de lesiones cae bajo más de una sanción penal por la concurrencia de una circunstancia
subjetiva, como es la emoción violenta, y una de las circunstancias agravantes, por lo que
correspondería aplicar el artículo 92.
Lesiones culposas:
De conformidad con el sistema del CP de tipificar las figuras culposas en forma específica, en el
artículo 94 se consagra la figura de las lesiones culposas. Según dicho artículo, se impondrá
prisión de un mes a tres años o multa de mil a quince mil pesos e inhabilitación especial por uno
a cuatro años, el que, por imprudencia o negligencia, por impericia en su arte o profesión, o por
inobservancia de los reglamentos o deberes a su cargo, causare a otro un daño en el cuerpo o
en la salud.
Si las lesiones fueran de las descriptas en los artículos 90 o 91 y fueren más de una las víctimas
lesionadas, el mínimo de la pena prevista en el primer párrafo, será de seis meses o multa de
tres mil pesos e inhabilitación especial por dieciocho meses.
En líneas generales, la similitud que esta figura guarda con el homicidio culposo del artículo 84
nos obliga a remitirnos a lo analizado allí, fundamentalmente, respecto de la acción típica.
Además, debemos tener en cuenta que las lesiones culposas pueden agravarse en función de lo
dispuesto por el artículo 84 bis del CP.
Estructura típica:
Sujeto activo:
Será todo aquel que participo en la riña o agresión ejerciendo violencia sobre el ofendido,
siempre que no constare quien causo la muerte o las lesiones (por ejemplo, un video que
demuestra cual fue la patada mortal). Por ello no es punible quien ejercicio violencia si consta
quien o quienes fueron los autores.
Sujeto pasivo:
Puede ser cualquier persona involucrada en la riña o agresión, sobre la que se hubiera ejercido
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violencia. Creus, por su parte, sostiene que este tipo penal también abarca los daños causados
a personas ajenas a la riña o agresión.
Acción típica:
En este delito la acción no es matar o causar lesiones, sino ejercer violencia sobre alguien. Esta
acción es típica en caso de que de la violencia ejercida resulten lesiones o muerte, sin que se
sepa quién es el autor.
Debemos distinguir la riña de la agresión.
Para que se configure este tipo penal es requisito que de la riña o de la agresión resulte la muerte
o lesiones. Este resultado debe haberse originado en las violencias que se hayan ejercido
durante la riña o la agresión, quedando fuera del tipo las que tuvieron un origen extraño o no
guardan relación causal con la riña o la agresión.
Elemento subjetivo:
En lo que concierne al aspecto subjetivo del tipo, se exige una intervención dolosa en la riña o
agresión, lo cual implica haber querido intervenir en ella ejerciendo violencia sobre otro.
La doctrina insiste en la indeterminación de la finalidad dela autor y, por otro lado, la
espontaneidad de la riña o de la agresión, que descarta toda pre ordenación de disponer de la
actividad para el logro de un determinado resultado.
Duelo:
Duelo regular:
Según el artículo 97 del CP los que se batieren a duelo, con intervención de dos o más padrinos,
mayores de edad, que elijan las armas y arreglen las demás condiciones del desafío, serán
reprimidos:
▪ Con prisión de uno a seis meses, al que no infiere lesión a su adversario o solo le
causales lesiones leves.
▪ Con prisión de uno a cuatro años, al que causare la muerte de su adversario o le
infiriere lesiones graves o gravísimas.
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La forma del delito de duelo prevista en este artículo es llamada duelo regular y, conforme surge
de los delitos tipificados en este capítulo es el combate singular y con armas, en condiciones de
igualdad preestablecidas por terceros, y determinado por motivo de honor. Estos terceros son
los llamados padrinos, que deben ser dos por duelista y mayores de edad.
La norma agrava la pena en caso de que el duelo traiga como resultado la muerte o lesiones
graves o gravísimas en el otro duelista.
Sujeto activo:
Son quienes se baten a duelo. Estamos en presencia de un caso de codelincuencia necesaria. La
ley no indica el número de combatientes, pero la mayoría de la doctrina entiende que debe
darse entre dos personas. La lucha entre más de dos es riña y no duelo.
Sujeto pasivo:
No se requieren características especiales. Creus afirma que es el otro duelista, al menos
respecto de la muerte o lesiones previstas en la norma.
Acción típica:
Es batirse a duelo. Para que haya lucha o combate y por lo tanto duelo, basta el acometimiento,
aunque sea unilateral. No hay duelo si ambos disparan al aire. El duelo es un combate con armas,
por lo que no es aplicable esta figura a un combate de puño.
El delito se consuma con el inicio de la lucha, cuando tiene lugar el peligro para las personas,
motivo de la incriminación.
Elemento subjetivo:
La acción de batirse reclama dolo directo, pero en cuanto a los resultados lesivos de muerte o
lesiones previstos como calificantes puede el dolo ser directo o eventual.
Duelo irregular:
Dispone el Código Penal en su artículo 98 que quienes se batieren a duelo, sin la intervención
de padrinos, mayores de edad, que elijan las armas y arreglen las demás condiciones del desafío,
serán reprimidos:
Es el caso tipificante del llamado duelo irregular. La irregularidad puede provenir de la falta de
padrinos, de que estos no sean mayores de edad, que las condiciones pactadas no sean de
igualdad. La particularidad es que quien no causa daños es penado con una pena superior a la
de la agresión con armas del artículo 104. Ello es criticado porque aun cuando el duelo sea
irregular se trata de un desafío en el cual los adversarios cuentan con oportunidad de defensa.
La estructura típica, en términos generales, salvo las circunstancias que lo tornan irregular es
igual al anterior
Instigación al duelo:
Según el artículo 99 del CP el que instigare a otro a provocar o aceptar un duelo y el que
desacredite públicamente a otro por no desafiar o por rehusar un desafío, serán reprimidos:
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Instigación al duelo:
Sujeto activo:
Puede ser cualquiera, siempre que sea un tercero extraño a los posibles duelistas, y no revista
carácter de protagonista.
Sujeto pasivo:
Puede ser cualquiera, no requiere características especiales en la persona ofendida.
Acción típica:
Consiste en determinar a provocar o aceptar batirse a duelo a quien no está determinado, pues
si no basta para constituir este delito el consejo del padrino, que es
impune, será necesario que esa determinación tenga el sentido de insistencia, de amenaza, de
coacción moral por causa caballeresca, muy semejante a la que se ejerce al amenazar con
deshonor y descredito.
Elemento subjetivo:
Debe ser una verdadera incitación dolosamente dirigida; no lo es el consejo ni la opinión ni la
insinuación, y menos el haber hecho surgir culposamente en otro la voluntad de batirse.
Es el segundo supuesto al que hace referencia el artículo 99 del Código Penal al referirse al que
“desacredite públicamente”.
Sujeto activo:
A diferencia de la figura anterior el sujeto activo aquí puede ser cualquiera, tanto un tercero
como el desafiante cuyo desafío se ha rehusado, o el ofensor que cuenta con ser desafiado.
Sujeto pasivo:
Nuevamente el artículo no hace mención a ninguna condición especial en el sujeto pasivo por lo
que puede ser cualquiera.
Acción típica:
Consiste en desacreditar públicamente a otro por no desafiar o por rehusar un desafío. Esta
figura también es conocida como vilipendio por causa caballeresca, importa un menosprecio
hacia la otra persona por no batirse duelo pudiendo hacerlo (especie de incitación) o por no
haberlo hecho en el pasado (delito contra el honor).
Elemento subjetivo:
Al igual que la instigación analizada anteriormente importa un hecho intencional o doloso.
Objeto inmoral:
Según el artículo 100 del CP el que provocare o diere causa a un desafío, proponiéndose un
interés pecuniario y otro objeto inmoral, será reprimido:
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muerte o lesiones.
▪ Con reclusión o prisión de tres a diez años, si el duelo se realizare y resultaren lesiones.
▪ Con reclusión o prisión de diez a veinticinco años, si se produjere la muerte.
Sujeto activo:
Puede ser tanto quien se va a colocar en situación de combatiente como el que da causa a un
desafío entre terceros.
Sujeto pasivo:
Resulta claro el texto de la norma acerca de que no se exige ninguna condición especifica en la
víctima, por lo que cualquiera puede ser sujeto pasivo de este delito.
Acción típica:
La norma contempla dos supuestos, el de quien provoca el desafío, es decir el que reta o se hace
retar a duelo. Y el caso de quien da causa al desafío, es quien teniendo en vista el logro del fin
inmoral, coloca a una persona en situación de retarlo a duelo o de retar a duelo a un tercero.
El delito se consuma con la formulación del reto y no es necesario que el duelo se produzca.
Respecto del segundo cao se consuma con la formulación del reto por parte de la persona a
quien se colocó en trance de formularlo. En ambos casos no parece posible la tentativa.
Elemento subjetivo:
Es un delito eminentemente doloso. A ello se le debe sumar el móvil inmoral, que es lo que
caracteriza esta figura y motiva la punibilidad del desafío en sí mismo. Ello porque el autor ha
desnaturalizado el duelo, utilizándolo como un medio para el logro de sus fines inmorales.
Tal como lo dispone el artículo 101 del Código Penal, el combatiente que faltare, en daño de su
adversario, a las condiciones ajustadas por los padrinos, será reprimido:
Sujeto activo:
Es el combatiente o duelista que viola las condiciones del duelo previamente estipuladas por los
padrinos.
Sujeto pasivo:
Es el otro duelista, es decir, el adversario de quien viola las condiciones del duelo.
Acción típica:
Consiste en causar lesiones o muerte adoptando medios o combatiendo con modos que violan
las condiciones del duelo. La figura supone un duelo regular, que deviene en irregular como
consecuencia de quien falta al pacto, como quien usa un arma distinta a la acordada.
Para la consumación no basta con la sola falta de las condiciones pactadas, pues esta debe
necesariamente traducirse en lesiones o muerte para su adversario.
Elemento subjetivo:
Se trata de un delito doloso. El duelista que transgrede las condiciones pactadas debe saber qué
hace daño a su adversario. Según Donna se debe descartar el dolo eventual y la culpa. Yo,
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Empleo de la alevosía:
Se establece en el artículo 102 del CP que, los padrinos que usaren cualquier género de alevosía
en la ejecución del duelo serán reprimidos con las penas señaladas en el artículo 101 según
cuales sean las consecuencias que resulten del mismo, es decir:
Se trata de otro supuesto de duelo irregular, en este caso debido a la conducta observada en los
padrinos. La alevosía consiste en cualquier ocultación de la disparidad de condiciones en el
duelo, en virtud de la que uno o ambos duelistas se baten en condiciones distintas a las
supuestas, de modo que sea posible causar al adversario un daño mayor al normalmente
esperado.
Esta figura exige dolo directo por parte de los padrinos, en tanto que este es el único compatible
con la alevosía a la cual se refiere la norma.
Para que el delito se consume, dice Soler, es necesario que se cause la muerte o lesiones en la
persona del adversario. Y considera aplicables los principios generales de la tentativa.
Duelo a muerte:
Según el artículo 103 del Código Penal de la Nación cuando los padrinos concertaren un duelo a
muerte o en condiciones tales que de ellas debiera resultar la muerte, serán reprimidos con
reclusión o prisión de uno a cuatro años, si se verifica la muerte de alguno de los duelistas. Si no
se verifica la muerte la pena será de multa de $1000 a $15000.
Sujeto activo:
Se trata de un delito que puede ser cometido por, y solamente por, los padrinos. Su punibilidad
se basa en que violan la confianza que en su gestión deposita la ley.
Sujeto pasivo:
Es claro que quienes se convierten en sujetos ofendidos de este delito son los combatientes.
Acción típica:
Consiste en concretar el duelo a muerte o en condiciones que deba resultar la muerte. Duelo a
muerte es el expresamente concertado de ese modo o en condiciones tales que de ellas debe
resultar la muerte. No es necesario para que el duelo sea a muerte que esta efectivamente tenga
lugar, lo que surge claramente del texto legal.
Creus niega la posibilidad de tentativa en este delito, puesto que se consuma con la concreción.
Elemento subjetivo:
Requiere dolo directo. Por otro lado, si bien el tipo solo alcanza a los padrinos y no a los
combatientes, estos tienen que conocer el carácter de los modos o medios pactados por los
padrinos al concretar el duelo a muerte, puesto que, si lo hubieran ocultado, la conducta podrá
ser calificada como alevosa.
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Abuso de armas:
La agresión es la figura genérica de este capítulo, que experimenta ciertas alteraciones según
varíen algunos de sus elementos; así, la figura básica es la prevista en el tercer párrafo del
artículo 104, y la del primero es una agresión calificada por el medio empleado.
Esta es la figura básica de abuso de armas, que como dije arriba está consagrada en el tercer
párrafo del artículo 104 del CP, según el cual será reprimida con prisión de quince días a seis
meses, la agresión con toda arma, aunque no se causare herida.
Sujeto activo:
La agresión con armas puede ser cometida por cualquier persona, no se exigen cualidades
especiales en el autor en tanto que se trata de un delito común.
Sujeto pasivo:
Tampoco existen condiciones especiales respecto del sujeto ofendido por lo que puede ser
cualquier persona.
Acción típica:
La acción es agredir, que en este caso implica el ataque con el arma para alcanzar con ella el
cuerpo de la víctima.
Respecto al concepto de arma, la doctrina ha entendido que es todo objeto capaz de aumentar
el poder ofensivo de la persona. Comprende tanto las armas propias, que son aquellas que por
su propia naturaleza están destinadas al ataque o defensa, como las denominadas armas
impropias, que son aquellos objetos que sin estas destinados al ataque o defensa son dispuestas
por el agente como objeto para afectar la integridad física de las personas.
La agresión con armas comprende el uso de armas de todo tipo, es decir propias e impropias,
respecto de las primeras siempre que no se las utilice con su finalidad propia. Por ejemplo, en
el caso del revolver su uso para un “culatazo”.
Elemento subjetivo:
Se trata de una figura dolosa que exige el conocimiento del carácter del arma o que de que se
utiliza como arma un instrumento que no es tal y la voluntad de acometer a la víctima para
causarle un daño.
Disparo de armas:
Según el tercer párrafo del artículo 104 del CP será reprimido con uno a tres años de prisión el
que disparare un arma de fuego contra una persona sin herirla.
Esta pena se aplicará, aunque se causare una herida a la que corresponda una pena menor,
siempre que el hecho no importe un delito más severamente penado; ello en virtud del principio
de absorción.
Para poder comprender correctamente este supuesto, es necesario remitirnos a la ley 20429 de
armas y explosivos. Según esta ley arma de fuego es toda aquella que producto de la
deflagración de los gases de la pólvora lanza un proyectil a distancia, por lo que no entra el
lanzallamas, ni el rifle de aire comprimido, por ejemplo.
Sujeto activo:
En este caso, al igual que en el anterior, la acción típica puede ser realizada por cualquier
persona.
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Sujeto pasivo:
También puede ser cualquier persona, ello como consecuencia de que la norma no exige
ninguna cualidad o característica especial en el sujeto ofendido por el tipo penal que analizamos.
Acción típica:
Consiste en disparar el arma de fuego, y eso significa hacer funcionar el mecanismo del arma de
modo que salga el proyectil. Es necesario que el disparo se produzca, no basta con haber
apretado el percutor.
Asimismo, es necesario que el agente haya utilizado el arma de fuego como tal. Si la utiliza en
sentido impropio se enmarca en la figura de agresión.
Además de ello para que se verifique la acción típica es necesario que el sujeto haya realizado
un disparo hacia donde esta una persona; disparar al aire no configura un delito, sino una
contravención. Debemos tener en cuenta que el disparo debe ser contra una persona que no
está determinada, por ejemplo, contra un grupo de personas o contra una puerta sabiendo que
hay alguien atrás, puesto que si la persona está determinada podrá haber tentativa de homicidio
o lesiones.
Se consuma al efectuarse el disparo y salir el proyectil en dirección a la víctima, Soler niega la
posibilidad de tentativa.
Elemento subjetivo:
El dolo del delito presupone el conocimiento del carácter del arma y la voluntad de dirigir el
disparo contra la persona de la víctima. El dolo es de disparar, no de herir o matar; ello genero
grandes criticas puesto que es difícil pensar que alguien dispare un arma contra una persona
intencionalmente sin el ánimo lesivo del homicidio o de las lesiones. La figura admite dolo
eventual.
Agravantes y atenuantes:
Según el artículo 105 del Código Penal si en caso de agresión con arma o disparo de arma
concurre alguna de las circunstancias previstas en los artículos 80 y 81 inciso 1, la pena se
aumentará o disminuirá en un tercio respectivamente.
Existe aquí, dice D’Alessio, un vacío respecto de la eventual concurrencia simultanea de emoción
violenta y parentesco. Respecto de ello hay quienes afirman un concurso ideal y otros aplican el
principio de benignidad.
Abandono de personas:
Es el Capítulo 6 del CP, todas las figuras que se regulan aquí son de peligro y el sujeto pasivo es
la persona física. Algunas veces se agregan a las figuras ciertos resultados de daño. Los bienes
jurídicos que la ley busca proteger son la integridad física y psíquica de los sujetos pasivos.
Lo que la ley reprime, fundamentalmente, es el incumplimiento de los deberes de asistencia
impuestos por la ley o por razones de mera convivencia social.
Según el artículo 106 del CP el que pusiere en peligro la vida o la salud de otro, sea colocándolo
en situación de desamparo, sea abandonando a su suerte a una persona incapaz de valerse y a
la que deba mantener o cuidar o a la que el mismo autor haya incapacitado, será reprimido con
prisión de dos a seis años.
La pena será de reclusión o prisión de tres a diez años, si a consecuencia del abandono resultare
grave daño en el cuerpo o a salud de la víctima.
Si ocurriera la muerte, la pena será de cinco a quince años de reclusión o prisión.
Surgen de la norma que el abandono de personas comprende:
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Conforme los últimos dos párrafos del artículo la pena se agrava si se produce un grave daño en
el cuerpo o salud de la víctima, y más aún si se causa la muerte.
Requiere que la salud o cuerpo de la víctima corran peligro, sin peligro no hay tipicidad.
Sujeto activo:
Puede ser cualquier persona, se encuentre o no relacionada jurídicamente con la persona de la
víctima.
Sujeto pasivo:
Es claro que puede ser cualquier persona, sin que importe su edad o condición ni su estado
físico.
Acción típica:
Consiste en colocar a otro, por cualquier medio, en situación de desamparo, de la que resulte
un peligro para la vida o la salud. Se coloca a alguien en la situación de desamparo cuando se lo
priva de la posibilidad de una ayuda o asistencia necesaria. El desamparo implica vulnerabilidad
y desprotección.
Por ejemplo, el guía que lleva a una persona a la selva y la deja allí, sin armas ni alimentos y sin
posibilidades de retornar a la civilización. Recordemos, siempre debe existir peligro para la vida
o la salud de la víctima; en caso contrario no existe delito, por ejemplo, si ese guía lleva a la
persona a la selva y la deja allí con armas y alimentos para varias semanas, y además, sabiendo
perfectamente que una expedición recorre el lugar día por medio.
Elemento subjetivo:
Esta figura solo admite el dolo, que comprende el conocimiento de la situación en que estaba la
víctima y en la que queda, y el peligro que correrá su vida o salud. Según Molinario debe haber
dolo directo.
Se trata del supuesto previsto en el segundo inciso del artículo 106 del CP, del mismo surge la
siguiente estructura típica:
Sujeto activo:
Únicamente puede ser quien está obligado a prestar auxilios necesarios a la víctima, y ello surge
claro del artículo. El sujeto activo se encuentra en lo que la doctrina ha llamado posición de
garante; esta deber puede provenir:
▪ Ley: por ejemplo, los parientes que tienen el deber de asistencia impuesto por la
legislación civil.
▪ Convención: es el caso de el medico que toma a su cargo el cuidado del enfermo, la
niñera que cuida de un bebe, y demás supuestos en los cuales en virtud de un acuerdo una
persona deba velar por la salud de otra, como en una excursión turística.
▪ Conducta precedente: son casos en los cuales la obligación nace en virtud de una
LORENZO GROSSO
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conducta previa del sujeto. Este es el supuesto que consagra el tercer inciso.
Sujeto pasivo:
La exposición a peligro por medio de abandono solo puede recaer sobre una persona incapaz de
obtener los auxilios necesarios por sí mismo, y a la cual el sujeto activo debe mantener o cuidar.
Acción típica:
Consiste en abandonar a la persona. Se considera que se abandona a la víctima cuando se la
deja privada, aun temporalmente, del auxilio o cuidados que le son debidos e imprescindibles
para mantener su salud o vida. El abandono puede dase apartándose de la víctima o quedándose
con ella, pero sin prestarle esos auxilios o cuidados.
Podemos mencionar el caso del marido que deja a su esposa paralitica, sola y encerrada en el
departamento durante varios días. Ahora, recordemos que también aquí se exige que se coloque
a la víctima en situación de peligro para su vida o su salud, de modo que el marido – en el caso
anterior – no comete este delito si deja a su esposa con una enfermera que la cuide.
Elemento subjetivo:
Se trata de un delito doloso; el autor debe tener dolo directo de abstenerse de ayudar y conocer
la posición de garante que ocupa y las características exigidas respecto del sujeto pasivo.
Sujeto activo:
En este caso solo puede ser autor del delito aquella persona que en virtud de su accionar haya
incapacitado a la víctima, por ejemplo, quien la atropello con el automóvil.
Sujeto pasivo:
Este, necesariamente, será aquella persona a la cual, mediante su accionar, haya incapacitado
el sujeto activo.
Acción típica:
El tipo supone que el agente haya provocado la incapacidad del sujeto pasivo. Según Molinario
tal incapacitación debe ser culposo, puesto que de lo contrario la conducta se enmarca en la
figura de colocar en situación de desamparo.
Quien incapacito a una persona está obligado a prestarle ayuda, pero no lo hace y, en infracción
a este deber, lo abandona con peligro para su vida o su salud. Allí radica la acción típica.
Se considera un ejemplo clásico el de quien causa un accidente y abandona al lesionado sin
socorrerlo. No obstante, esto, se ha considerado que no configura el delito cuando la víctima,
incapacitada por el autor, puede ser socorrida por terceros de acuerdo con las circunstancias de
lugar y tiempo del hecho. ello va a determinar fundamentalmente si se aplica la pena prevista
por este artículo, o si por el contrario se aplica la pena prevista por el artículo 84 bis del CP
referido al homicidio culposo.
Ello se debe a que no es lo mismo atropellar a una persona en medio de la autopista a la
madrugada, que hacerlo al medio día en pleno centro de rosario, puesto que en este último
supuesto la víctima no está abandonada a su suerte – como si ocurre en el primer supuesto –
sino que será auxiliada por más personas.
Elemento subjetivo:
Se trata de una figura dolosa, exige el conocimiento de todas las circunstancias que son
indispensables para que cobre vigencia el mandato de actuar.
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Tentativa:
Agravantes:
En el artículo 107 del CP se agravan las penas del artículo 106 – abandono de persona – para los
casos en que el delito fuere cometido por los padres contra sus hijos y por estos contra aquellos,
o por el cónyuge. Según el artículo, en tales casos, el máximum y mínimum de las penas serán
aumentados en un tercio.
Omisión de auxilio:
Según el artículo 108 del CP, el ultimo del Título I de la Parte Especial, será reprimido con multa
de $750 a $12500, el que encontrando perdido o desamparado a un menor de diez años o a una
persona herida o invalida o amenazada de un peligro cualquiera, omitiere prestarle el auxilio
necesario, cuando pudiere hacerlo sin riesgo personal o no diere aviso inmediato a la autoridad.
El artículo contempla un delito propio de omisión. Se contiene en esta figura la expresa
imposición de un deber de solidaridad social o universal y, a diferencia de la generalidad de las
disposiciones del CP, se consagra un mandato y no una prohibición.
Sujeto activo:
El sujeto activo de la omisión de auxilio puede ser cualquiera. Aquí el sujeto no tiene una
obligación que personalmente lo lique a quien está en peligro, sino que la obligación se la
impone el derecho por una cuestión de solidaridad, no se puede ser indiferente ante el peligro
de la vida o salud de otro.
Sujeto pasivo:
La norma contempla dos clases de sujetos pasivos. Por un lado, la persona menor de diez años
perdida o desamparada está perdido quien no sabe dónde está o sabiéndolo no sabe llegar a
destino y esta desamparado quien no puede proveerse de los auxilios necesarios.
Y, por otro lado, la persona herida, invalida o amenazada de un peligro cualquiera, en estos
casos la herida, la invalidez o el peligro deben tener una relación directa con la vida o integridad
física del sujeto pasivo.
Acción típica:
La norma se refiere al que encontrare y omitiere prestar auxilio. En primer lugar, la expresión
encontrar se refiere a hallar a la víctima, la victima puede ser encontrada porque expresamente
se la está buscando o porque accidentalmente se da con ella.
En segundo lugar, la omisión de auxilio consiste en la no prestación del auxilio necesario, o en
subsidio, no dar aviso inmediato a la autoridad.
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puede invocarse riesgo personal, para no auxiliar a la victima para no perder tiempo, por
repugnancia o por no comprometerse. Tampoco puede invocarlo quien está obligado a hacerlo
como, por ejemplo, un guardavidas o un bombero. El riesgo personal debe contemplarse en
cada caso concreto, pues depende de las particularidades del caso concreto.
▪ Dar aviso a la autoridad: esto es poner en conocimiento de la autoridad la situación en
que se encuentra la víctima. Quien no puede socorrer personalmente a la victima sin riesgo
personal debe dar aviso a la autoridad. El aviso puede ser por cualquier medio – en forma
personal, oral o escrito, telegrama – en tanto sea la forma más rápida posible.
Solo cuando el auxilio directo sin riesgo personal para el auxiliante resulta imposible este podrá
recurrir al auxilio indirecto – es decir, dar aviso a la autoridad –. De este modo incurre en delito
quien pudiendo auxiliar a la victima sin riesgo personal, en vez de hacerlo, opta por dar aviso a
la autoridad.
Dado que se trata de un delito de omisión y de peligro, el hecho se consuma con la omisión del
auxilio en el momento en que debería ser prestado, aun cuando la víctima haya sido socorrida
por terceros o que ella misma haya podido eludir el peligro. No admite tentativa por ser delito
omisivo y de peligro.
Elemento subjetivo:
Es una figura dolosa. El dolo exigido por la figura en análisis requiere el conocimiento de la
situación de la víctima y la voluntad de no prestar el auxilio o de no dar aviso a la autoridad.
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El legislador ha tipificado a los delitos contra el honor en forma independiente. Creus define,
con claridad, al honor como el conjunto de cualidades valiosas, que, revistiendo a la persona en
sus relaciones sociales, no solo se refieren a sus calidades morales o éticas sino también a
cualesquiera otras que tengan vigencia en sus relaciones (profesionales, jurídicas, psíquicas). En
definitiva, el honor es la valoración integral de una persona en sus relaciones ético-sociales. La
doctrina es coincidente en distinguir dos aspectos del honor.
Nuestra legislación reconoce que todas las personas tenemos honor; no hay persona sin honor.
Tampoco hay una medida al respecto, no es que una persona tenga más o menos honor que los
demás.
Tanto uno u otro se puede ver afectado; generalmente se da en forma oral o escrita, pero nada
impide que se dé por medio de signos o gestos. Se trata de delitos de acción; sin embargo,
algunos autores sostienen doctrinariamente que también podrían cometerse por vía omisiva,
por ejemplo, al no dar la mano en una ceremonia pública.
Una cuestión importante para destacar es que todas las personas tienen honor, es un derecho
inherente a la persona humana. Hoy en día no es admisible la idea de que pudieran existir
personas sin ningún grado de honor; por lo tanto, si hay persona hay honor – y, por lo tanto,
posibilidad de ser víctima de estos delitos –.
Por otro lado, la cuestión acerca de si una persona colectiva puede ser víctima de un delito
contra el honor ha dado lugar a distintos criterios. Así están quienes sostienen que no pueden
ser víctima de estos delitos, porque el honor solo puede tener como depositario a una persona
humana. Pero, aclaran, esto no impide que exista delito cuando la ofensa lesiona a los individuos
que constituyen la persona jurídica. Otros, en cambio, consideran que si pueden ser víctimas de
estos delitos, dado que las personas jurídicas tienen un nombre comercial, un crédito o
reputación, una clientela y gozan de la confianza del público, bienes estos que deben ser
protegidos por la ley penal. El CP habla de persona física determinada, excluyendo esta
posibilidad.
Fallo Kimel:
El análisis de los delitos contra el honor en nuestro derecho nos obliga, necesariamente, a
estudiar este fallo de la Corte Interamericana de Derechos Humanos del 2 de mayo de 2008, ya
que, sin dudas, constituye un antes y después en el tema.
El señor Eduardo Gabriel Kimel es un conocido periodista, escritor e investigador histórico”,
quien habría publicado varios libros relacionados con la historia política argentina, entre ellos
“La masacre de San Patricio”, en el que expuso el resultado de su investigación sobre el asesinato
de cinco religiosos. El libro criticó la actuación de las autoridades encargadas de la investigación
de los homicidios, entre ellas un juez.
El 28 de octubre de 1991 el Juez mencionado por el señor Kimel promovió una querella criminal
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en su contra por el delito de calumnia, señalando que si bien la imputación deshonrosa hecha a
un Magistrado con motivo u ocasión del ejercicio de sus funciones constituiría desacato en los
términos del artículo]244 del Código de Fondo, hoy derogado, la específica imputación de un
delito de acción pública configura siempre calumnia.
Luego de concluido el proceso penal, el señor Kimel fue condenado por la Sala IV de la Cámara
de Apelaciones a un año de prisión y multa de veinte mil pesos por el delito de calumnia. Esta
pena es confirmada por la CSJN.
Así, la causa es llevada por Kimel ante los estrados de la CIDH – por medio de la Comisión, claro
está –. La Corte considera que la crítica realizada por el señor Kimel estaba relacionada con
temas de notorio interés público, se refería a un juez en relación con el desempeño de su cargo
y se concretó en opiniones que no entrañaban la imputación de delitos.
La Corte observa que el señor Kimel realizó una reconstrucción de la investigación judicial de la
masacre y, a partir de ello, emitió un juicio de valor crítico sobre el desempeño del Poder Judicial
durante la última dictadura militar en Argentina. Considera, que el señor Kimel no utilizó un
lenguaje desmedido y su opinión fue construida teniendo en cuenta los hechos verificados por
el propio periodista.
Las opiniones vertidas por el señor Kimel no pueden considerarse ni verdaderas ni falsas. Como
tal, la opinión no puede ser objeto de sanción, más aún cuando se trata de un juicio de valor
sobre un acto oficial de un funcionario público en el desempeño de su cargo.
La Corte concluye que la afectación a la libertad de expresión del señor Kimel fue
manifiestamente desproporcionada, por excesiva, en relación con la alegada afectación del
derecho a la honra.
El Tribunal considera que el Estado violó el derecho a la libertad de expresión consagrado en el
artículo 13.1 y 13.2 de la Convención Americana, en relación con la obligación general
contemplada en el artículo 1.1 de la misma, en perjuicio del señor Kimel.
La Corte acepta el reconocimiento de responsabilidad internacional efectuado por el Estado, y
manifiesta que existió violación del derecho a la libertad de expresión, consagrado en el artículo
13.1 y 13.2 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, en relación con las
obligaciones generales establecidas en los artículos 1.1 y 2 de dicho tratado, en perjuicio del
señor Kimel
Asimismo, señala que existió violación al derecho a ser oído dentro de un plazo razonable,
consagrado en el artículo 8.1 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos.
El Estado violó el principio de legalidad consagrado en el artículo 9 de la Convención Americana
sobre Derechos Humanos.
En relación a las reparaciones, en su parte final la sentencia sostiene:
LORENZO GROSSO
CÁTEDRA: STRAMAZZO – MOROSANO - PEIRONE
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De esta manera, a partir de este fallo nuestro legislador modifico la regulación de los delitos
contra el honor, acatando las directrices del órgano internacional al cual reconocemos
competencia.
Régimen de acción:
Según el artículo 73 del Código Penal de la Nación las calumnias e injurias son delitos de instancia
privada. Es decir, aquellos en los cuales la acción solo puede ser ejercida por el sujeto ofendido
por el delito.
Asimismo, este artículo establece que, en el caso de las calumnias e injurias, a diferencia de
otros delitos de instancia privada en los que puede intervenir el representante, la denuncia solo
puede ser realizada mediante querella del sujeto agraviado y después de su muerte por el
cónyuge, hijos, nietos o padres sobrevivientes.
Ahora bien, esto ultimo no significa que se ataque el honor de una persona muerta – pues carece
de tal – sino que se refiere a los casos en que habiendo sido iniciada en vida la acción, estos la
prosiguen luego de la muerte del sujeto injuriado o calumniado.
Calumnia:
Según surge del artículo 109 la calumnia es la falsa imputación a una persona física determinada
de la comisión de un delito concreto y circunstanciado que dé lugar a la acción pública, y tiene
una pena de multa de $ 3.000 a $ 30.000.
Se señala que la injuria – regulada en el artículo 110 – es el género y la calumnia la especie, se
trata pues, de una injuria calificada por atribuir ofensivamente un delito.
La nota distintiva de la calumnia es la falsedad del delito que se atribuye a la persona, a
diferencia de lo que ocurre en la injuria, donde la descalificación a un individuo puede darse
mediante hechos verídicos o no.
Dado que su nota distintiva es la falsedad de la adecuación, puedo probar que no es falsa, probar
el delito que adjudico. Hay libertad probatoria al respecto.
Estructura típica:
Sujeto activo:
Puede ser cualquier persona, no hay requisitos específicos. Si el sujeto activo es un legislador y
las expresiones que podrían configurar un delito contra el honor fueron vertidas en ejercicio de
sus funciones, es de aplicación el artículo 68 de la CN, que les otorga indemnidad de expresión.
Sujeto pasivo:
Debe, necesariamente, ser una persona humana o física; las personas jurídicas jamás podrían
ser víctimas de este tipo de delitos pues carecen de honor. Pero no solo ello, sino que debe
tratarse de una persona humana determinada; la incorporación de este elemento puso fin a las
calumnias indirectas o tacitas.
Respecto de los menores tiene un papel fundamental la edad de los mismos, pues resulta claro
que no puede lesionarse el honor de un bebe de seis meses, pero si puede lesionarse el honor
de un menor de 16 años de edad; en estos casos todo depende de la prueba.
Recordemos que es un delito dependiente de instancia privada en que la denuncia solo puede
ser realizada por el sujeto ofendido; el problema es que al tratarse de un delito reprimido
únicamente con pena de multa la acción prescribe a los dos años, de modo que, solamente quien
sufrió una calumnia a los 17 años podrá accionar ante la justicia (cumple los 18 – que le da
capacidad de accionar – antes de la prescripción.
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CÁTEDRA: STRAMAZZO – MOROSANO - PEIRONE
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Claro está que las personas declaradas incapaces o con capacidad restringida también pueden
ser víctimas de este tipo de delitos, pero se presenta el mismo obstáculo respecto de la acción
que con los menores.
Respecto de las personas fallecidas, solo si la inicio en vida los herederos podrán continuar con
la acción. Cuando muere la persona muere también su honor. Sobre esto debemos realizar un
reparo, el CP establece en su articulo 73 que las calumnias e injurias son delitos de acción
privado en los que solo podrá formarse causa mediante querella del agraviado, y que, en caso
de muerte podrán ejercerla los cónyuges, hijos, nietos o padres sobrevinientes. Sin perjuicio de
ello, se entiende que es necesario que el sujeto agraviado haya querellado en vida pues cuando
este fallece también lo hace el honor (además, en el primer párrafo nos dice que solo por
querella del agraviado). Esto no impide claro está reclamar los daños y perjuicios que esto haya
podido ocasionar a través de la acción civil correspondiente (independientemente de si se
querelló).
Acción típica:
Consiste en atribuir o imputar falsamente un delito, pero no solo ello, sino que dicho delito debe
ser concreto y circunstanciado, por ejemplo “me robaste el celular” no configura una calumnia,
tal seria “ayer a las once de la noche me robaste el celular en la parada afuera de la facultad”.
Pero no solo ello, debe tratarse necesariamente de delitos que den lugar a acción pública, es
decir todos los del Código Penal salvo las excepciones de los artículos 72 y 73; algunos autores
entienden que solo se excluyen los delitos de acción privada, pero lo cierto es que si el delito no
existió de que liberación de instancia estamos hablando.
Debe tratarse de un delito, por lo que la calumnia excluye la falsa imputación de una falta o
contravención municipal.
Por otro lado, la falsedad de la imputación puede ser total o parcial, y debe ser analizada
objetivamente, es decir verificar que falta algún elemento de la relación imputativa; o que el
hecho no existió, o que no ocurrió del modo señalado por el agente y que lo convierte e delito
de acción púbica, o que el sujeto no ha participado en el suceso.
El punto más importante de la reforma introducida a este artículo es la expresión del último
párrafo del artículo 109, según el cual serán atípicas las expresiones referidas a asuntos de
interés público y las que no sean asertivas.
Elemento subjetivo:
Es una figura dolosa, y admite todas las formas de dolo. Una vez que se probó la falsedad
objetiva de la imputación se deberá constatar el dolo del autor.
Exceptio veritatis:
El acusado de calumnias puede probar la verdad de los hechos que ha imputado, y probada la
verdad de los hechos quedará exento de pena. La prueba se aportará durante el juicio de
calumnias que se le inicie. Lo importante es que – y esto es lo que la diferencia de la injuria – es
que en la calumnia la nota característica es la falsedad, por lo que el autor podrá en cualquier
momento acreditar la veracidad de los hechos que acredita, y al respecto se admitirán todos los
medios probatorios admitidos por la legislación procesal (en nuestro caso, podemos mencionar,
prueba testimonial, documental, pericial, entre otras).
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Pero, puede ocurrir que la imputación de un delito haya dado lugar a un proceso. En este caso,
estamos ante dos procesos en las cuales se ventila un mismos hecho – el delito y la calumnia –.
La Cámara del Crimen de la Capital sostuvo, en un primer momento, que debía paralizarse la
acción de calumnias hasta la finalización del otro proceso. Pero luego cambio de criterio al
respecto.
Gran parte de la doctrina sostiene que lo resuelto en el juicio principal no decide siempre la
verdad o falsedad de la imputación que se ventila en el juicio de calumnias, porque si bien la
sentencia condenatoria prueba que el hecho es cierto y el juicio de calumnias no tiene sentido,
no ocurre lo mismo si ha sobreseimiento o absolución, porque el motivo del sobreseimiento
puede ser de los que no impiden que la imputación sea igualmente calumniosa, tales como el
hallarse prescripta la acción penal.
La relación que existe entre la calumnia y el delito de falsa denuncia previsto por el artículo 245
del CP fue debatida en lo que hace a resolver que delito comete el que, a través de una denuncia
ante la autoridad competente, le imputa falsamente un delito de acción pública a otro.
Frente a esto se ha dicho que hay un concurso ideal, otros plantearon la existencia de un
concurso real, y la del concurso aparente de leyes; sobre esto último algunos sostienen la
prevalencia del tipo penal de falsa denuncia debido a que se trata de una ley posterior que
reprime al que accede maliciosamente a la justicia – esto sostiene Torres Neuquén –. Otros
entienden que se da este concurso con la exclusión del artículo 245 por parte del 109. Esta
última postura fue la adoptada en el plenario Bulog Jorge, donde se ha señalado que, en virtud
de su especialidad, el delito de calumnia desplaza al de falsa denuncia. Y ello también ha sido
sostenido por abundante jurisprudencia.
Injuria:
Estructura típica:
Sujeto activo:
Este tipo penal carece de requisitos especiales en el autor, por lo que puede ser cualquiera, es
un delito común.
Sujeto pasivo:
Aplican las mismas condiciones que respecto del delito de calumnias. Puede ser cualquier
persona, pero necesariamente la acción de desacreditar o deshonrar deben dirigirse contra una
persona humana determinada.
Acción típica:
Aquí la acción típica consiste en deshonrar o desacreditar. La conducta del autor debe ser
objetivamente injuriosa, es decir que tiene un significado ofensivo. Supone la exteriorización de
un pensamiento lesivo del honor ajeno. Requiere la imputación de calidades, costumbres o
conductas que pueden ser apreciadas como peyorativas. Fontán Balestra sostiene que la injuria
es toda expresión peyorativa que no llega a constituir calumnia. En la doctrina hay consenso
sobre que el tipo de la injuria comprende:
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La acción de deshonrar no implica que la honra sea efectivamente lesionada, pues puede
permaneces incólume y de todos modos el delito pudo haberse cometido. Para cometer este
delito el agente puede valerse de cualquier medio.
Tanto la calumnia como la injuria son delitos formales, por lo que, para su consumación basta la
expresión calumniosa o injuriosa, independientemente de si alguien creyó o no en “que soy
choro”.
Acá el CP nuevamente hace eco del “paraguas” que brindo la CIDH para que las personas nos
podamos expresar libremente en cuestiones de interés público, al sostener que, en ningún caso
configurarán delito de injurias las expresiones referidas a asuntos de interés público o las que
no sean asertivas. Tampoco configurarán delito de injurias los calificativos lesivos del honor
cuando guardasen relación con un asunto de interés público.
Tanto la calumnia como la injuria son delitos formales, por lo que, para su consumación basta la
expresión calumniosa o injuriosa, independientemente de si alguien creyó o no en “que soy
choro”.
Elemento subjetivo:
Se trata de un delito doloso que puede ser cometido con dolo directo, dolo indirecto y dolo
eventual. El autor debe conocer el significado injurioso de la conducta y tener voluntad de actuar
conforme a ello. Esto es lo que la doctrina ha llamado animus injuriandi, entendido como una
intención o propósito ofensivo por parte del agente, es decir el sujeto conoce que su conducta
– palabra, hecho, acto – es idónea para ofender, no obstante, lo cual, igual actúa.
Los autores han elaborado una larga lista de animus que demuestran la falta de animus
injuriandi y, por lo tanto, la inexistencia del delito de injuria. Los más importantes son:
▪ Animus jocandi: es el ánimo o intención de bromear, es el caso típico del que, por
diversión o hacer un chiste, se manifiesta algo de otro, pero sin la intención de ofenderlo.
▪ Animus narrandi: es la intención de contar algo. Es el caso, por ejemplo, del historiados
que, para reconstruir un hecho histórico, se refiere a las personas que han actuado en el
evidenciado defectos o imperfecciones. Si para reconstruir el hecho ataca directamente el
honor, sostiene Núñez, hay injuria.
▪ Animus defendendi: es la intención de defenderse; excluye toda ilicitud. Vinculado con
el supuesto del artículo 115 del CP.
▪ Animus consulendi: animo o intención de aconsejar. Por ejemplo, quien aconseja a su
amigo que no le conviene tener relaciones con una persona porque esta tiene mala reputación
y eso va a perjudicarlo.
▪ Animus corrigendi: son casos en que las expresiones del agente no están mas que
dirigidas a corregir al sujeto pasivo. Por ejemplo, el maestro que dice a su discípulo que es un
negligente o un impuntual.
Las omisiones pueden tener carácter ofensivo, especialmente deshonroso. Así, no saludar, no
dar la mano, no aplicar las reglas protocolares pueden constituir injurias en la medida en que
las circunstancias le den significado deshonrarte. De todos modos, las situaciones, dice
D’Alessio, deben ser evaluadas con minuciosidad, ya que el individuo que desea mantenerse
alejado de otro sujeto vería comprometida su libertad interior si se considerara que la negativa
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a brindarle la mano configura una injuria, cuando el modo más acertado de mantenerse alejado
de una persona es no acercarse a ella.
Justificación de la injuria:
Existen ciertos supuestos en los que, si bien el autor ha realizado una conducta típica de injurias,
la misma está justificada; tales son los distintos causales de justificación previstos en la parte
general del CP, entre ellos podemos mencionar:
Prueba de la verdad:
Según el artículo 111 del Código Penal el acusado de injuria, en los casos en los que las
expresiones de ningún modo estén vinculadas con asuntos de interés público, no podrá probar
la verdad de la imputación salvo en los casos siguientes:
En estos casos, si se probare la verdad de las imputaciones, el acusado quedará exento de pena.
Según el artículo 113 del CP, el que publicare o reprodujere, por cualquier medio, injurias o
calumnias inferidas por otro, será reprimido como autor de las injurias o calumnias de que se
trate, siempre que su contenido no fuera atribuido en forma sustancialmente fiel a la fuente
pertinente.
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Con esta figura se busca que quien pública agravios al honor inferidos por otro no se escude en
que ese “otro” fue su autor. Se trata de un delito autónomo, ya que el reconocimiento del autor
de la ofensa no excluye la reprochabilidad de la conducta de quien las pública.
Estructura típica:
Sujeto activo:
Puede ser cualquier persona. Pero sin dudas serán muchas veces los periodistas y redactores de
medios de comunicación debido a la propia tarea que desarrollan.
Sujeto pasivo:
Claramente el tipo carece de requisitos específicos en cuanto a la víctima del hecho delictivo.
Acción típica:
Consiste en publicar o reproducir ofensas inferidas por otro. Pública quien reproduce de modo
que hace llegar a conocimiento de un número indeterminado de personas. Y reproduce quien
repite la ofensa original llevándola a conocimiento de otras personas que no habían conocido o
captado la ofensa cuando el autor la produjo.
Debemos tener en cuenta que la acción solo será típica cuando quien la ejecuta no atribuye
fehacientemente el hecho a su verdadero autor. Esta es la clave de este delito, y es lo que
permite a periodistas poder ejercer su labor sin sufrir pena y por ende verse censurados.
La CN sienta en el artículo 14 la libertad de prensa y la de publicar ideas sin censura previa, en
su artículo 32 prohíbe el dictado de leyes que restrinjan la libertad de imprenta.
Si bien la libertad de prensa o expresión no debe ser restringida, no quedan sometidos a ella
todos los demás derechos que emanan de la Constitución Nacional. Lo que está vedado es
aplicar censuras previas, pero no se otorga inmunidad para cuando se afecta la reputación de
los particulares, más allá del interés general, pues el derecho de informar no implica el
detrimento de los demás derechos.
Elemento subjetivo:
El autor debe obrar con dolo de calumniar o injuriar, es decir conociendo el carácter ofensivo de
lo que reproduce o pública, y con voluntad de actuar de esa manera. No importa que sepa o no
quien es el autor original de la ofensa.
El legislador ha establecido en el artículo 114 del Código Penal de la Nación que, cuando la injuria
o calumnia se hubiere propagado por medio de la prensa, en la capital y territorios nacionales,
sus autores quedarán sometidos a las sanciones del presente código y el juez o tribunal
ordenará, si lo pidiere el ofendido, que los editores inserten en los respectivos impresos o
periódicos, a costa del culpable, la sentencia o satisfacción.
Ámbito de aplicación:
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Por su parte, el artículo 11 de la Constitución de Santa Fe dispone que todo individuo tiene
derecho a expresar y difundir libremente su pensamiento mediante la palabra oral o escrita, o
cualquier otro medio de divulgación. El cultivo de la ciencia y del arte es libre. Queda garantido
el derecho de enseñar y aprender.
La prensa no puede ser sometida a autorizaciones o censuras, ni a medidas indirectas restrictivas
de su libertad. Una ley especial asegura este derecho y define y reprime los abusos que por
medio de ella pueden cometerse. En tanto esta ley no se dicte, los abusos que importen delitos
comunes según el Código Penal son castigados conforme a éste, sin perjuicio de la obligación de
resarcir los daños causados. No puede clausurarse
las imprentas, ni secuestrarse sus elementos, como instrumentos del delito, mientras dure el
proceso.
Las personas que se consideren afectadas por una publicación periodística tienen el derecho de
réplica gratuita, en el lugar y con la extensión máxima de aquélla, con recurso, de trámite
sumario, en caso de negativa, ante la justicia ordinaria.
Supuestos de impunidad:
Injurias en juicio:
Según dispone el artículo 115 del CP las injurias proferidas por los litigantes, apoderados o
defensores, en los escritos, discursos o informes producidos ante los tribunales y no dados a
publicidad, quedarán sujetas únicamente a las correcciones disciplinarias correspondientes.
Esta norma es fundamental para todos los abogados que intervienen en juicio, y nosotros como
estudiantes de derecho no podemos dejar de lado.
La norma se aplica únicamente a las injurias, sin contemplar las calumnias. Y las injurias sobre
las que recae la exención son aquellas proferidas ante los tribunales. Al respecto no existe
limitación jurisdiccional alguna, aplica respecto de todos ellos, sean unipersonales o colegiados,
federales o nacionales.
Aplica solo respecto de aquellas ofensas que no fueron dadas a publicidad, es decir las que no
han sido llevadas a conocimiento a terceros ajenos al juicio intencionalmente por el agente. La
exención procede aun habiendo publicidad cuando esta sea propia del escrito o acto judicial en
que se dio. Por ejemplo, el caso de injurias proferidas en un juicio oral, pues más allá de la
presencia del publico ajeno al pleito, quedan abarcadas en la publicidad propia del acto procesal
del que se trata.
Respecto de los sujetos a los que se les aplica la exención, según dispone la norma son:
Injurias reciprocas:
Dispone el CP en su artículo 116 que cuando las injurias fueran reciprocas, el tribunal podrá,
según las circunstancias, declarar exentas de pena a las dos partes o alguna de ellas.
Se trata claramente de una excusa absolutoria, es un obstáculo que excluye la punibilidad cuya
existencia descarta ab initio la operatividad de la coerción penal.
Nuevamente la ley ha excluido a las calumnias y la exención abarca solo a las injurias. Es
necesario que las injurias sean reciprocas, es decir emitidas por cada uno de los ofensores. La
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segunda ofensa debe estar dirigida a quien a su vez fue emisor de una injuria. Quien la emite
debe ser necesariamente el ofendido por una primera injuria, en reciprocidad a la recibida. Debe
haber una relación de causalidad donde una injuria motive a la otra.
No es necesario que las injurias reciprocas sean similares o idénticas, aunque no debe existir
una notable disparidad entre ambas.
Retractación:
Establece el artículo 117 bis del Código Penal de la Nación que la pena será de seis meses a tres
años, al que proporcionará a un tercero a sabiendas información falsa contenida en un archivo
de datos personales.
La escala penal se aumentará en la mitad del mínimo y del máximo, cuando del hecho se derive
perjuicio a alguna persona.
Cuando el autor o responsable del ilícito sea funcionario público en ejercicio de sus funciones,
se le aplicará la accesoria de inhabilitación para el desempeño de cargos públicos por el doble
del tiempo que el de la condena.
La ley 25326 sobre protección de los datos personales – llamada ley de habeas data – señala, en
el artículo 1, que tiene como objetivo garantizar el honor y la intimidad de las personas y,
siguiendo esta línea, el artículo 117 bis se ha incorporado en el Código Penal dentro de los delitos
contra el honor.
La falsedad supone que los datos no concuerdan con la verdad porque son ficticios o inexistente,
o inventados. Los datos que están desactualizados o son inexactos resultan, por ende, falsos.
Es un tipo doloso, requiriendo que el sujeto conozca la falsedad que se inserta o proporciona. El
término a sabiendas veda la posibilidad de dolo eventual, exigiendo dolo directo.
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Podemos sostener que existen, básicamente, tres acepciones de la expresión integridad sexual:
▪ Libertad sexual: esto es la libertad que todos y cada uno de nosotros tenemos de decidir
cuándo y con quien mantener contacto sexual. Aparecen aquí delitos como la violación, donde
se afecta es la libertad de decidir con quién mantener relaciones o no.
▪ Derecho a un sano desarrollo de la sexualidad: se tratad de un derecho del que gozan,
fundamentalmente los menores. Hallamos aquí el estupro, la corrupción de menores; ya no
interesa la libertad sexual, es delito por el solo hecho de que el sujeto pasivo es menor, sin
importar si hay consentimiento, puesto que se considera que no tienen la madurez suficiente
para brindarlo.
▪ Derecho que todos tenemos a que se respete nuestro pudor: es decir el derecho a no
tener que soportar o tolerar actos obscenos o torpes. Aquí se ubican ciertos delitos como las
exhibiciones obscenas.
Nuestro CP usa el termino integridad sexual – tomándolo del derecho español – en estos tres
sentidos; lo que es totalmente acertado porque la integridad no puede reducirse a uno solo de
estos enfoques.
Antes de la reforma al CP del año 1999 este título estaba denominado “Delitos contra la
honestidad”, debido a la concepción de la sexualidad que para ese entonces había. Este cambio
de denominación deja atrás esta moralidad sexual propia de una concepción machista, que
buscaba más la protección del honor de la familia que a la víctima en sí.
Abuso sexual:
La figura básica está consagrada en el primer párrafo del artículo 119 del CP, según el cual será
reprimido con reclusión o prisión de 6 meses a 4 años el que abusare sexualmente de una
persona cuando ésta fuera menor de trece años o cuando mediare violencia, amenaza, abuso
coactivo o intimidatorio de una relación de dependencia, de autoridad, o de poder, o
aprovechándose de que la víctima por cualquier causa no haya podido consentir libremente la
acción.
Estructura típica:
Sujeto activo:
Se trata de delitos comunes, de modo que pueden ser cometidos por cualquier persona, no
requieren en el sujeto activo ninguna cualidad especial.
Sujeto pasivo:
El código se refiere a el que abusare sexualmente a una persona, por lo que en principio se trata
de un delito que puede ser cometido contra cualquier persona, sin embargo,
como se desprende de la norma existen ciertos otros requisitos que deben observarse.
Acción típica:
La norma nos dice que la acción típica es abusar sexualmente, sin precisar su contenido. Se trata
de un contacto físico con contenido sexual, y ambos elementos son imprescindibles. Es decir,
necesariamente debe haber contacto físico, en tanto que sin contacto físico no podría haber
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jamás abuso sexual, y necesariamente ese contacto debe ser de tinte sexual; esto quiere decir
que el contacto debe darse en o con alguna de las zonas genitales o bien en una zona que no
siendo genital tenga connotación sexual, como ocurre con la nalga. Además, no debe haber
acceso carnal, puesto que ello desplazaría la figura simple del abuso sexual.
Falta de consentimiento:
Este es uno de los requisitos elementales para que se configure el delito de abuso sexual. pero
no solo ello, sino que necesariamente debe ser exteriorizada. La victima debe hacer saber su
falta de consentimiento, y dicho consentimiento debe ser actual, es decir, al momento de
desarrollarse la conducta típica.
Lo que comienza siendo un no torna típica la conducta, pero si se convierte en si elimina la
tipicidad.
Elemento subjetivo:
Es un tipo doloso, no se regula en nuestro derecho el abuso sexual imprudente. Subjetivamente
resulta menester que se verifique la concurrencia de la finalidad libidinosa del autor. El autor
debe cometer el acto con ánimos de satisfacer un deseo sexual o de menoscabar la integridad
sexual de la víctima, aun cuando eso no le genere ningún placer.
La mayoría de los autores afirman que cuando el acto en si objetivamente es impúdico,
constituirá abuso independientemente de los fines del autor, pero cuando objetivamente el acto
sea sexualmente indiferente será el contenido sexual que subjetivamente el agente le otorgue
lo que convierta el acto en abusivo.
La norma se refiere expresamente a las distintas modalidades comisivas que puede tener esta
figura delictiva. Así podemos ver:
Violencia:
Es aquella fuerza física ejercida sobre la propia víctima para llevar a cabo el acto de
abuso sexual concreto. La falta de consentimiento aquí es clara, en tanto que si hubiese existido
el agente no tendría que haber recurrido a ella.
Amenazas:
Se trata de casos de violencia moral, es decir aquellos casos en los que la resistencia de la víctima
es vencida a partir del temor que se le infunde, merced al anuncio de producirse un mal grave e
inminente. Dicho mal puede estar dirigido directamente a la víctima o a un tercero.
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mal, vas a tener que hacer algo para arreglarlo); y nuevamente el contacto físico es elemental.
El segundo párrafo del artículo 119 del CP agrava la pena, pasando está a ser de 4 a 10 años en
aquellos casos en los que el abuso sexual, por su duración o las circunstancias de su realización,
importe un sometimiento sexual gravemente ultrajante para la víctima.
También importa la existencia de actos de acercamiento o tocamiento de carácter sexual, sin
que se llegue al acceso carnal ni a su intento, llevados a cabo bajo alguna de las modalidades
antes vistas. Pero además de todo ello exige que la duración del abuso o las circunstancias en
que se comete implique un sometimiento gravemente ultrajante; así podemos hablar de un
abuso sexual gravemente ultrajante en función de:
▪ Duración: señala Donna que este tipo de abuso debe prolongarse temporalmente, es
decir, que dure más tiempo de lo normal o que se trate de una modalidad reiterada o continuada
a través del tiempo y esa excesiva prolongación implica un peligro para la integridad física y un
innecesario vejamen para la dignidad de la victima
▪ Circunstancias: son casos en que los actos son intrínsecamente escandalosos,
humillantes y peligrosos. De esta manera quedan incluidos en el caso los actos de abuso sexual
en forma pública o escandalosa o privada pero humillante, ni más ni menos que la cosificación
de la víctima. Por ejemplo, orinarla, hacerlo frente a sus padres o en público.
Aboso asevera que la razón de esta agravante se basa en la mayor afectación que sufren los
bienes jurídicos protegidos, libertad e indemnidad sexuales, como consecuencia de la forma que
adquiere el abuso sexual mediante el sometimiento y que traspasa el límite – poco preciso – del
ultraje natural que acarrea toda intervención dolosa de terceros en el ámbito de la esfera sexual.
Subjetivamente es un tipo dolo dolos, en tanto exige que el sujeto conozca lo que hace
y tenga la intención de hacerlo. Pero además debe tener la intención de degradar a la víctima
en la forma explicada.
Es otra forma agravada del abuso sexual simple y es lo que en comúnmente se conoce como
violación.
Señala atinadamente Buompadre que el delito de violación ha tenido en la historia del Código
penal tres etapas bien definidas a saber:
▪ Primera etapa: desde la sanción del CP de 1921 hasta 1999; aquí el delito consistió
en tener acceso carnal con persona de uno u otro sexo, mediante la violencia real o presunta.
▪ Segunda etapa: desde 1999 hasta 2017; en esta etapa se entendía que existía
violación cuando mediando las circunstancias del primer párrafo del artículo 119 hubiere acceso
carnal por cualquier vía.
▪ Tercera etapa: tiene su origen en el 2017 con la reforma que introduce la ley
27353, que modifica el artículo 119 del CP y agrava la pena en aquellos casos en los que
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mediando las circunstancias del primer párrafo – del mismo artículo 119 – hubiere acceso carnal
por vía anal, vaginal u oral o realizare otros actos análogos introduciendo objetos o partes del
cuerpo por alguna de las dos primeras vías.
El núcleo típico de la figura lo constituye la introducción del órgano sexual masculino en orificio
o conducto natural o naturalizado de otra persona por vía normal o anormal, de modo de hacer
posible el coito o acto equivalente sin que sea necesario que el acto sexual alcance la perfección
fisiológica, es decir, que se produzca la eyaculación, ni que la penetración sea completa.
Acceso carnal:
Es el aspecto del tipo que mayores debates ha suscitado, fundamentalmente se ha debatido cual
es la parte del cuerpo de la víctima que es accedida por el actor en esta agravante;
fundamentalmente la doctrina discutió si la introducción del miembro viril del sujeto activo en
la boca del sujeto pasivo – la llamada penetración oral o fellatio in ore – constituye abuso sexual
con acceso carnal o no – en cuyo caso será un abuso sexual gravemente ultrajante –; así
podemos hablar:
La discusión entre una y otra tesis, como puede observarse existió durante la primera y segunda
etapa. Pues, la primera nada establecía al respecto; y la segunda utilizo la expresión “cualquier
vía”, generando así mayores debates. Es claro que las argumentaciones restrictivas referentes a
la fellatio han perdido vigencia ante la contundencia de la nueva redacción del tercer párrafo
del artículo 119 del CP llevada a cabo por la 27.352 lo que, en definitiva, deja en pie las
atestaciones de la tesis amplia. Ya que la norma habla de cuando hubiere acceso carnal por vía
anal, vaginal u oral, o realizare otros actos análogos introduciendo objetos o partes del cuerpo
por alguna de las dos primeras vías.
La frase “otros actos análogos” que empleo el legislador se refiere a actos similares, parecidos,
idénticos, semejantes, equivalentes al acceso carnal, introduciendo otros objetos o partes del
cuerpo lo cual implica una redundancia pues ya se ha afirmado que acceso carnal implica
penetración – introducción de una cosa a la otra – y esos objetos o partes del cuerpo, desde
luego deben tener una significación sexual.
El término especificado en la ley anterior – primera etapa – al requerir que el autor “tenga
acceso carnal” impide que se pueda considerar sujeto activo a la mujer o al pederasta pasivo
que se hace penetrar por el varón. Con la actual redacción de la ley – “hubiere acceso carnal” –
se despeja toda duda al respecto, el sujeto pasivo puede ser tanto hombre como mujer. Así,
podemos mencionar en el campo de la medicina legal, el caso citado por Maschka, donde un
joven de 21 años, casi imbécil, que mientras dormía fue sorprendido por tres mujeres, una lo
aferro de las piernas, otra de los brazos y la tercera, mediante maniobras adecuadas, puso en
erección el pene y se lo introdujo en la vulva hasta que, incluso hubo eyaculación.
En el último párrafo del artículo 119 del CP se prevén, con una pena que va de los ocho a los
veinte años de prisión o reclusión, las agravantes del abuso sexual gravemente ultrajante y
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Finalmente, el artículo dispone que en el abuso sexual simple la pena será́ de tres a diez años de
reclusión o prisión si concurren las circunstancias de los incisos a), b), d), e) o f), se excluye el
inciso c) ya que no hay ETS que se transmita por el simple contacto físico
Puede ser varias veces agravado. El que sea múltiplemente agravante agrava el reproche y
acerca al máximo de la pena.
La norma hace referencia al grave daño en la salud física o mental del individuo; esta expresión
no se debe asimilar con lesiones graves. Se refiere a un daño mayor al que por lo general causa
el abuso sexual.
Otros autores, en cambio, entienden que el termino grave daño debe identificarse o equipararse
con el de lesiones graves o gravísimas.
En estos casos la agravante se funda en la relación que existe entre el sujeto activo y el sujeto
pasivo, ya sea sanguíneo o de responsabilidad. La norma se refiere a:
Ascendiente o descendente:
Son los hijos, padres, abuelos, bisabuelos. Es en línea recta sin distinción de grado.
Tutor o curador:
Será agravada la conducta cuando el autor fuera el tutor o curador, al decir de Buompadre el
fundamento de la agravante debe buscarse en la violación de los deberes particulares
inherentes al cargo o a las obligaciones asumidas voluntariamente por el autor. La norma señala
también al encargado de la educación o de la guarda, como puede ser un maestro en un
campamento escolar.
Ministro de un culto:
En relación a la expresión autoridad o ministro de cualquier culto reconocido o no, el legislador
ha tenido una sabia decisión en la forma en que ha redactado el supuesto típico. Porque
mediante esta confección ha quedado zanjada la duda que anteriormente traía la voz sacerdote.
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Actualmente queda comprendida a todo ministro religioso, indistintamente que la religión está
o no reconocida por el Estado. Debe destacarse que para que se configure la agravante el autor
tiene que aprovecharse de su calidad para lograr doblegar la voluntad de la víctima. De lo
contrario, si el sujeto pasivo no conoce de la calidad especial de su autor, y este no aprovecha
esa condición, no se daría el supuesto agravado y se reconduciría la conducta al tipo básico.
Esta agravante no se basa en que haya una mayor reprochabilidad al ministro por su condición
de tal (porque se le exija mejor conducta), sino porque las personas “bajan la guardia” al estar
en confianza con la persona.
En estos casos es necesario que el sujeto activo haya tenido conocimiento de que portaba una
enfermedad o infección de transmisión sexual y que existió riesgo de contagio. Si no conocía
dicha enfermedad desaparece la agravante, pues no concurre el dolo especifico que esta exige.
Respecto del peligro de contacto, este existe siempre, pues el preservativo (único método para
prevenir estas enfermedades) puede romperse, y más aún si la relación no es consensual. La
única forma de que no exista riesgo de contagio es si la victima también es portadora de la
enfermedad. La agravante no exige el contagio, sino el conocer la enfermedad y el peligro de
contagio.
El artículo se refiere a aquellos casos en que el delito es cometido por miembros de las fuerzas
policiales o de seguridad. Ello se debe a que estos sujetos están para protegernos, su deber es
velar por nuestra seguridad, no atentar contra nosotros.
Se da cuando el sujeto activo abusa de una persona menor de dieciocho años abusando la
situación de convivencia preexistente. En teoría, el sujeto activo no tendría que ser ninguno de
los contenidos en el inciso 2. Podría ubicarse el padrastro no casado (concubino de mi madre),
el tío siempre que haya convivencia previa (si no hay convivencia no es agravado, pues tampoco
está en el inciso 1).
Muerte:
Según el artículo 124 del CP cuando en los casos previstos por los artículos 119 y 120 resultare
la muerte de la víctima, se impondrá prisión o reclusión perpetua. Cabe aclarar que la muerte
aquí es un resultado preterintencional.
Si la muerte deviene como un resultado querido por el sujeto podríamos estar ante un concurso
real, o eventualmente un homicidio criminis causa finalmente conexo, si por ejemplo mata a la
victima para que no lo denuncie y procurar así su impunidad.
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Estupro:
Será reprimido con prisión o reclusión de tres a seis años el que realizare algunas de las acciones
previstas en el segundo o en el tercer párrafo del artículo 119 con una persona menor de
dieciséis años, aprovechándose de su inmadurez sexual, en razón de la mayoría de edad del
autor, su relación de preeminencia respecto de la víctima, u otra circunstancia equivalente,
siempre que no resultare un delito más severamente penado.
Estructura típica:
Sujeto activo:
La actual redacción de la norma admite que tanto el hombre como la mujer sean sujetos activos
del delito. Por otro lado, la doctrina en su mayoría entiende que la expresión “aprovechándose
debido a su mayoría de edad” de la norma exige que el sujeto activo sea mayor de 18 años.
Sujeto pasivo:
La antigua redacción de la norma reconocía a la mujer como única víctima posible del estupro.
Actualmente se entiende que tanto el hombre como la mujer pueden ser víctima de este delito,
se exige que el sujeto pasivo tenga más de trece años y menos de 16.
Acción típica:
La norma se refiere al que cometiere un abuso sexual gravemente ultrajante o abuso sexual con
acceso carnal.
Ahora bien, el agente debe actuar aprovechándose de la inmadurez sexual de la víctima, esto es
su inexperiencia sexual. Lo logra, no por vía de la violencia, sino por medio de engaños, mentiras,
falsas promesas. En síntesis, lo logra seduciéndola. Ahora bien, lo que debe tenerse en cuenta
es que la ley en ningún caso presume la existencia de este aprovechamiento, por lo que ello
deberá probarse en el caso concreto. Y para probar si hubo aprovechamiento, primero se
buscará determinar si hubo inmadurez sexual de la que aprovecharse, es por eso que los
procesos penales por estupro se terminan convirtiendo en verdaderos juicios a las víctimas, pues
en ellos se debate si la víctima era o no experimentada sexualmente, olvidando que a quien se
enjuicia es al autor del abuso sexual.
Elemento subjetivo:
Es un tipo doloso; algunos autores afirman que solo puede ser cometido con dolo directo, pero
lo cierto es que nada impide la admisión del dolo eventual, fundamentalmente en lo relacionado
a la edad de la víctima y su inmadurez.
Agravantes:
La norma agrava la pena, que pasa a ser de seis a diez años de prisión o reclusión, cuando
concurran los incisos a, b, c, e o f del artículo 119. Se excluye la agravante de comisión del delito
con armas o por dos o más personas, ello – creo yo – por la naturaleza del delito, que exige se
obtenga el consentimiento de la persona del sujeto pasivo.
Por otro lado, en el artículo 124 del Código Penal se establece que se impondrá reclusión o
prisión perpetua cuando en los casos de los artículos 119 y 120 resultare la muerte de la persona
ofendida.
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Estructura típica:
Sujeto activo:
Tanto el hombre como la mujer, dice D’Alessio, puede ser sujeto activo de estos delitos, pues
no exige condiciones especiales.
Sujeto pasivo:
Serán los menores de dieciocho años, y los menores de trece en la figura agravada que prevé
este tipo penal.
Existe discusión acerca de si es delito promover o facilitar la corrupción de quien ya está
corrupto. La doctrina mayoritaria entiende que la promoción de la corrupción, a diferencia de
lo que piensa Soler, comprende tanto a quien no está corrupto como a quien lo está, porque
siempre puede aumentarse el grado de depravación sexual.
Acción típica:
La norma se refiere a promover y facilitar la corrupción de menores, de modo que son dos las
acciones típicas.
Se trata de un delito de peligro, para su consumación basta con que el autor realice aquellos
actos idóneos para corromper.
Elemento subjetivo:
Se trata de un delito doloso en que el autor debe conocer la edad de la víctima y que realiza
actos que son susceptibles de corromperla. No se requiere que el autor obre con una finalidad
específica, ya que el ánimo de lucro que alguna vez fuera exigido ha sido eliminado.
Agravantes:
Este delito cuenta con dos agravantes, ambas previstas por el mismo artículo 125. Tales son:
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pena será de seis a quince años de prisión o reclusión cuando la víctima fuera menor de trece
años de edad.
Esta agravante se funda en la profunda inmadurez sexual de la víctima y la mayor perversión del
sujeto activo.
Según el artículo 125 bis del CP el que promoviere o facilitare la prostitución de una persona
será penado con prisión de cuatro a seis años de prisión, aunque mediare el consentimiento de
la víctima.
La prostitución consiste en la actividad, tanto del hombre como de la mujer, de entregarse
habitualmente a tratos sexuales con personas más o menos determinadas que eventualmente
lo requieran.
Estructura típica:
Sujeto activo:
Puede ser cualquier persona de uno u otro sexo, pues la ley no efectúa limitación alguna. Sin
embargo, si se tratara de alguna de las personas unidas con la víctima por alguna relación
particular o si ésta fuere un funcionario público o miembro de una fuerza de seguridad, la
conducta se subsumirá en el tipo agravado.
Sujeto pasivo:
Nuevamente puede ser cualquiera, de uno u otro sexo, ello resulta indiferente. El delito se
agrava – como veremos – si es menor de 18.
Acción típica:
Consiste en promover o facilitar la prostitución. Promueve quien determina a otro a ejercer la
prostitución, mientras que facilita el que proporciona los medios necesarios para que pueda
concretar dicha actividad.
Al igual que la corrupción, dice D’Alessio, la prostitución es un estado de la persona y como tal
requiere de habitualidad en su ejercicio. No es punible, como promotor o facilitador, ni la
persona que ejerce ni el sujeto que, como cliente, se relaciona sexualmente con la prostituta.
Por otra parte, no es necesario que la persona cuya prostitución se promoviere o facilitare sea
inocente u honesta, pues puede facilitarse la prostitución de una mujer ya prostituida y la
conducta sigue siendo punible.
Elemento subjetivo:
Se trata de un delito doloso en que el autor debe conocer que su comportamiento promueve o
facilita la prostitución. No exige ningún tipo de finalidad especifica (como podría ser el lucro o
el placer propio o ajeno).
Agravantes:
Según el artículo 126 del Código Penal, la pena para la promoción y facilitamiento de la
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prostitución se agrava y será de cinco a diez años de prisión, si se da alguna de las circunstancias
allí contempladas. A continuación, vemos cada una de ellas.
Modo comisivo:
Según el primer inciso de este artículo la pena se agrava cuando mediare:
▪ Engaño: toda maniobra o artilugio desplegado sobre la víctima para que a consecuencia
de ello se produzca un error o una incorrecta comprensión de la realidad Así también, la voz
fraude debe ser entendida como sinónimo de engaño.
▪ Violencia: es el despliegue de una energía física, animal, mecánica, o de cualquier otra
índole que es llevada a cabo por el autor sobre la víctima. La misma se dirige a doblegar la
voluntad que repele a la realización de los actos de proxenetismo. Así, también, se incluye
dentro del concepto de violencia el uso de medios hipnóticos y narcóticos, en virtud del art. 78
del CP.
▪ Amenaza: debe entenderse como la vis compulsiva, es decir, a la intimidación o anuncio
de la producción de un mal que constriñe psicológicamente a la víctima de modo tal que la
somete a los designios de la voluntad del agresor. Cuando la norma hace referencia a la
intimidación o coerción deben entenderse como conceptos similares a la voz amenaza.
▪ Abuso de autoridad: acá la voluntad de la víctima se ve doblegada a nivel subjetivo a
consecuencia de una situación de desigualdad con su ofensor. Existe una relación de
superioridad por parte del autor que ostenta un status o potestad propia del cargo. Vale decir,
debe tratarse de un poder efectivo (no moral), y este poder debe ser aprovechado para lograr
la explotación sexual.
▪ Situación de vulnerabilidad: el legislador ha intentado proteger a víctimas que padecen
una determinada afección o padecimiento mental que la colocan en una condición de
inferioridad ante el autor. Es necesario que el autor conozca el padecimiento y que se aproveche
de este.
▪ Concesión o recepción de pagos o beneficios para obtener el consentimiento de una
persona que tenga autoridad sobre la víctima: aquí lo que se pune es la afectación a la voluntad
de la víctima que no es tenida en cuenta, sino, que es superada por el pago o beneficio a quien
tiene autoridad sobre ella. Verbigracia, el caso de un Rufián que abona un determinado canon
al padre de una mujer para que logre convencerla de que ésta se prostituya.
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Edad de la víctima:
Por último, este artículo establece que cuando la víctima sea menor de dieciocho años la pena
será de diez a quince años de prisión.
El límite etario elegido por el legislador no es discrecional, sino, que deviene a consecuencia del
artículo 2 de Convención sobre los Derechos del Niño en donde se establece que hasta los
dieciocho años se considera a la persona como niño. Es por ello que el redactor utiliza este límite
para demarcar la agravante del tipo básico.
Proxenetismo rufianístico:
En su redacción original la rufianería consistía en hacerse mantener por una persona que ejercía
la prostitución; redacción que mereció críticas por parte de la doctrina dado que la conducta
hacía caer en la incriminación circunstancias que podrían, en el caso concreto, no ser delictivas
(el hijo de la prostituta que pagaba sus estudios superiores con el producto del ejercicio de la
prostitución de su madre).
Actualmente, el artículo 127 del CP dispone que, será reprimido con prisión de cuatro a seis
años, el que explotare económicamente el ejercicio de la prostitución de una persona, aunque
mediare el consentimiento de la víctima.
Estructura típica:
Sujeto activo:
Puede ser cualquier persona de uno u otro sexo, pues la ley no efectúa limitación alguna. Sin
embargo, si se tratara de alguna de las personas unidas con la víctima por alguna relación
particular o si ésta fuere un funcionario público o miembro de una fuerza de seguridad, la
conducta se subsumirá en el tipo agravado.
Sujeto pasivo:
Nuevamente puede ser cualquiera, de uno u otro sexo, ello resulta indiferente. El delito se
agrava – como veremos – si es menor de 18.
Acción típica:
La conducta reprochada consiste en explotar económicamente el ejercicio de la prostitución de
otro; vale decir servirse, u obtener alguna utilidad o provecho económico.
La explotación puede ser de la totalidad de las ganancias de la persona prostituida, o solo de
una parte, no pudiendo descartarse que la víctima sea explotada por más de una persona. La
explotación debe referirse al producto del ejercicio de la prostitución actual, quedando fuera de
incriminación la ganancia obtenida del ejercicio de la prostitución futura o pretérita.
En si la entrega de las ganancias por parte de la persona que se prostituye se realizaba de manera
voluntaria al Rufián, sin que mediaren conductas que vicien el consentimiento, la conducta era
atípica.
Actualmente el CP considera que se verifica el tipo aun cuando haya consentimiento de la
víctima. Y ello ha dado lugar a grandes críticas, ya que no se puede abusar (explotar) de una
persona con su consentimiento, aceptar esta idea es contrariar el razonamiento lógico del
lenguaje. Por ello al mantenerse el núcleo inalterable, el consentimiento del sujeto pasivo en el
delito de rufianería torna la conducta atípica.
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Elemento subjetivo:
La rufianería es un tipo doloso, solo compatible con el dolo directo. El giro verbal utilizado,
explotar, no admite otra interpretación, dado que la acción es compleja y dirigida
subjetivamente a obtener una ventaja económica de la prostitución ajena. Ello importa que las
formas dolosas, comunes, indirectas o eventuales queden excluidas del tipo.
Agravantes:
Las agravantes previstas para la rufianería son las mismas que el legislador ha establecido en el
artículo 126 para la promoción y facilitamiento de la prostitución. Así, el artículo dispone que la
pena será de cinco a diez años cuando:
Por otro lado, dispone que, cuando la víctima fuere menor de dieciocho años la pena será de
diez a quince años de prisión.
En la legislación anterior era considerado un delito que atentaba contra la decencia sexual
pública. Luego de la reforma, siguiendo en este punto a Cafferata Nores, parece claro que el
objetivo primario de la incriminación reside en reprimir la explotación de niños en la producción
de imágenes pornográficas.
Si bien se ha asimilado a la pornografía con la obscenidad, lo cierto es que lo pornográfico va
más allá de lo obsceno; lo pornográfico siempre será obsceno, pero no a la inversa.
Según el primer párrafo del artículo 128 del CP, será reprimido con prisión de seis meses a cuatro
años el que produjere, financiare, ofreciere, comerciare, públicare, facilitare, divulgare o
distribuyere, por cualquier medio, toda representación de un menor de dieciocho años dedicado
a actividades sexuales explícitas o toda representación de sus partes genitales con fines
predominantemente sexuales, al igual que el que organizare espectáculos en vivo de
representaciones sexuales explícitas en que participaren dichos menores.
Estructura típica:
Sujeto Activo:
Puede ser cualquier persona que realice las conductas establecidas en la norma por lo que se
trata de un delito común, pudiéndose aplicar las reglas generales de la participación. No se ha
contemplado agravante por la calidad del autor (por ejemplo, el padre, tutor, curador, etcétera).
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Sujeto Pasivo:
Hay una razonable diferenciación, ya que las asimétricas modalidades de victimización lo
justifican. Sólo lo serán los menores de edad de 18 años con relación a la primera parte de la
norma.
Acción típica:
La norma abarca diversas acciones típicas, podemos analizar cada una en particular:
▪ Produce: aquella persona que las fabrica las hace o las crea por medios mecánicos o
electrónicos.
▪ Financia: debe entenderse como aquel que aporta el dinero necesario para llevar a cabo
la actividad.
▪ Ofrece el material: quien compromete la entrega del material en forma voluntaria.
▪ Comercia: quien como eslabón intermedio entre quien produce y quien consume,
realiza una actividad de facilitación y promoción de la cadena del circuito comercial, a título
lucrativo.
▪ Pública: en principio es lo que hace quien imprime fotos o imágenes en un soporte físico
con la intención de que otros conozcan. Como el tipo dice que puede serlo por cualquier medio,
se incluiría a quien las “pública” subiéndolas y poniéndoles a disposición en la Internet.
▪ Facilita: aquel que proporciona o hace entrega a otro el material.
▪ Divulga o distribuye: significa entregar o hacer llegar a los adquirentes o destinatarios
el material sabiendo de su contenido.
Elemento subjetivo:
En principio, estamos frente a un tipo penal doloso, no sólo directo sino compatible con un
posible dolo eventual. Cuestión que aparece conflictiva es el error acerca de la edad de los
menores en las distintas figuras, toda vez que no existe la figura culposa. Con relación al segundo
párrafo, se verifica la exigencia de una ultra intencionalidad, ya que la tenencia demanda que
sea con fines inequívocos de distribución o comercialización.
En su última parte el artículo 129 establece que en la misma pena (seis meses a cuatro años de
prisión) incurrirán quienes organicen espectáculos en vivo de representaciones sexuales
explicitas en las que participen dichos menores.
Respecto de ello, podemos decir que, organiza espectáculos en vivo aquel que se encuentra a
cargo de la coordinación de todos los medios, ya sea personas, técnicos e infraestructura para
poder llevar a cabo la representación. Cumpliría esta persona la función de una suerte de
productor ejecutivo.
La protección que brinda el CP no se detiene ahí, en su segundo párrafo este artículo dispone
que será reprimido con prisión de cuatro meses a dos años el que tuviere en su poder
representaciones pornográficas de menores con fines inequívocos de distribución o
comercialización.
Según el último párrafo del artículo 128 del CP será reprimido con prisión de un mes a tres años
el que facilitare a espectáculos pornográficos o suministrare material pornográfico a menores
de catorce años.
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Las acciones típicas establecidas en la norma son las de facilitar el acceso, que es lo que hace
quien permite el ingreso de un menor, ya sea no controlando su documento de identidad, o
directamente permitiendo el ingreso y que puede serlo a título gratuito u oneroso; y además la
de suministrar material, que es lo que realiza aquel que se lo provee al menor para que pueda
verlo en el lugar o se lo lleve5.
Un tema interesante que plantea este párrafo cuando pune el “suministro” de material
pornográfico a menores de 14 años es mencionado por Pont Vergés, quien entiende que esta
acción alcanza a quienes crean y mantienen un sitio web (proveedores de contenidos), que pone
a disposición del público en general material pornográfico, siempre que no tomen los recaudos
plausibles para que los menores de 14 años no ingresen a ellos.
Exhibiciones obscenas:
Según el artículo 129 del Código Penal será reprimido con multa de $1000 a $15000 el que
ejecutare o hiciese ejecutar por otros actos de exhibiciones obscenas expuestas a ser vistas
involuntariamente por terceros.
En términos generales tanto la doctrina como la jurisprudencia entienden que lo obsceno no es
solo lo inmoral o impúdico, sino aquellos que se relaciona con una expresión torpe o excesiva
de lo sexual, es decir, por su predominante tendencia a excitar los apetitos sexuales o hacer
apología de la lasciva.
No es posible hablar de algo obsceno sin tener en consideración la valoración social sobre el
acto. La determinación de lo obsceno de un comportamiento depende de si es socialmente
aceptado o no; respecto de ello, nos dice Creus que no tienen vigencia los criterios personales
de púdica.
Estructura típica:
Sujeto activo:
Es autor tanto quien ejecuta las exhibiciones como quien las hace ejecutar. Respecto de ninguno
de ellos se exigen cualidades especiales.
Con relación a la participación criminal el tipo refiere tanto al que ejecutare como quien los
hace ejecutar, siendo por lo tanto aplicable los principios de la autoría mediata, se ha
interpretado que lo que la ley ha querido es incluir en la responsabilidad penal propia de la
autoría al agente que no realiza él mismo los actos obscenos. Así se señalan diferentes supuestos
de participación criminal que se podrían presentar:
▪ Que se induzca a una persona a ejecutar los actos de exhibición obscena; en cuyo caso
el inductor responderá como tal y el inducido como autor, siempre que sea imputable.
▪ Que se obligue a otro a hacer los actos obscenos con violencia o intimidación, que
también caería en el supuesto de autoría mediata.
▪ Que se aplique “vis absoluta” sobre la persona utilizada y en tal caso más que de autoría
mediata deberíamos hablar de autoría inmediata. Se da el ejemplo de desnudar a una persona
por la fuerza y se la somete a tocamientos íntimos ante menores o incapaces.
Sujeto pasivo:
Cualquier persona puede serlo y no se exigen condiciones especiales, salvo los supuestos en que
se agrava por ser el afectado un menor de 18 o un menor de 13 (independientemente de su
voluntad).
Acción típica:
La acción es descubrir, poner a la vista o mostrar lo obsceno, por ejemplo, desnudeces. Es un
requisito de la figura que la exhibición esté en condiciones de ser vista involuntariamente por
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Respecto al primer requisito se sostiene que será sexual toda acción incitadora “a priori” del
apetito venéreo o apropiada para satisfacerlo. Respecto al segundo, además de ser el acto de
carácter sexual, debe ser lo suficientemente considerable, por lo que debe ir más allá de un
comportamiento efusivo o vulgar e ingresar en los actos que se realizan dentro de más reservada
intimidad, pues serán estos últimos los que afectarán al bien jurídico.
Ahora bien, el sujeto puede ejecutar estos actos en público, por ejemplo, desnudándose en una
plaza. Pero también puede hacerlo en privado y que igualmente resulte típico de esta conducta,
quien mantiene relaciones sexuales en su cuarto con la ventana a la calle abierta de par en par.
Y, de nuevo, estas exhibiciones deben ser susceptibles de ser vista en forma involuntaria por
terceros, esto es, sin quererlo o buscarlo. De modo que, si debe realizar alguna clase de esfuerzo
como saltar un tapial o trepar una ventana para hacerlo no habrá delito, o se sube a un banco.
En cuanto a la consumación algunos entienden que basta con la exhibición obscena, mientras
que otros autores creen que es necesario que se de la publicidad.
Elemento subjetivo:
Pacíficamente se ha entendido que el delito sólo es imputable a título de dolo, debiendo el autor
tener la conciencia y voluntad de que el acto sea involuntariamente visto por un tercero. Se
sostiene que debe ser con dolo directo, no siendo posible el dolo eventual en este tipo de
conducta y, para el caso de duda, el supuesto debe ser resuelto como un error de tipo.
Agravantes:
En su segundo párrafo el artículo 129 establece que, si los afectados fueren menores de
dieciocho años la pena será de prisión de seis meses a cuatro años. Lo mismo valdrá, con
independencia de la voluntad del afectado, cuando se tratare de un menor de trece años.
Rapto:
Siguiendo a Creus podemos decir que esta figura persigue la protección de la libertad individual,
preservando la reserva sexual de la víctima, mediante dos modalidades.
El rapto propio, que se da cuando el sujeto activo actúa contra la voluntad de la víctima. Y, por
otro lado, el rapto impropio en el que se logra viciar la voluntad del sujeto pasivo, obteniendo
un consentimiento que por sus condiciones no es válido.
Tanto la figura básica de la sustracción o retención de una persona con la intención de
menoscabar su integridad sexual, como la forma agravada de este delito constituyen delitos
compuestos o pluriofensivos. Afectan tanto la libertad individual de la víctima, como su
integridad sexual, aunque ésta constituye el bien jurídico principal y aquélla, el bien
complementario.
En ambos casos la tentativa es admisible y se da con el comienzo de la ejecución de las acciones
de sustraer o de retener y su falta de consumación por circunstancias ajenas a la voluntad del
agente.
Puede citarse como ejemplo el caso del sujeto que, con las miras que exige la ley, no logra
detener a la víctima por la rápida reacción de ésta dándose a la fuga.
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RAPTO PROPIO:
Según el primer párrafo del artículo 130 del CP será reprimido con prisión de uno a cuatro años,
el que sustrajere o retuviere a una persona por medio de la fuerza, intimidación o fraude, con la
intención de menoscabar su integridad sexual.
Estructura típica:
Sujeto activo:
Es un delito común por lo que puede ser cometido por cualquier persona, ya sea hombre o
mujer.
Sujeto pasivo:
En principio cualquier persona puede ser sujeto pasivo del delito de rapto, sin embargo, existen
ciertas limitaciones o requisitos en los supuestos agravados previstos por el legislador, que
veremos más adelante.
Acción típica:
Consiste en sustraer o retener una persona a través de los medios enumerados por el legislador.
Veamos cada caso:
▪ Sustraer: es sacar o separar a la víctima del lugar donde se encuentra. Este lugar puede
ser la casa del sujeto pasivo o un sitio donde eventual y momentáneamente se encuentra, como,
por ejemplo, la vía pública.
▪ Retener: es privar de la libertad impidiendo desplazarse para apartarse del lugar en que
se encuentra.
Para que exista rapto, la privación de la libertad debe exceder el tiempo que el autor emplea
para consumar cualquier delito contra la libertad sexual, en el que, necesariamente el autor,
mientras lleva a cabo su objetivo de consumar la agresión, mantiene a la víctima privada de la
libertad. Es decir, se exige, dice D’Alessio un estado de privación de la libertad diferenciable y
autónomo.
En el supuesto del rapto propio que estamos analizando, la sustracción debe hacerse contra la
voluntad de la víctima, ya sea porque se vence por medio de la fuerza o intimidación o porque
se la vicia mediante cualquier ardid o engaño.
La fuerza puede ejercerse sobre la persona de la víctima de la agresión sexual o sobre un tercero
que pretende impedir la actuación del sujeto activo.
Es un delito permanente que se consuma con la sustracción o retención y ese estado perdura
mientras se mantiene la privación de la libertad.
Elemento subjetivo:
El tipo subjetivo es doloso y contiene un elemento subjetivo distinto del dolo, consistente en la
intención del autor de menoscabar la integridad sexual de la víctima. Se trata de una particular
finalidad que mueve la conducta del autor y que debe agregarse, para la verificación de los
requerimientos de la figura, a su obrar consciente y voluntario, en cuanto a la sustracción o la
retención que realiza.
Agravante:
En su último párrafo el artículo 130 del Código Penal establece que, la pena se agrava, pasando
a ser de dos a seis años de prisión, si se sustrajere o retuviere mediante la fuerza, intimidación
o fraude a una persona menor de trece años, con el mismo fin.
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Resulta claro que la agravante se establece en función de la calidad del sujeto pasivo y su
especial vulnerabilidad, en tanto que se atenta contra el desarrollo de su sexualidad.
Se ha discutido acerca de la relación que existe entre esta figura calificada y la sustracción de
menores del artículo 146 del Código Penal, que establece que será reprimido con reclusión o
prisión de cinco a quince años, el que sustrajere a un menor de diez años del poder de sus
padres, tutor o persona encargada de él, y el que lo retuviere u ocultare.
Según algunos autores, si la sustracción o retención constitutiva de una sustracción con fines
sexuales de un menor de trece años se realiza con ocultación, en los términos del artículo 146
trascripto, se tratará de un solo hecho que, por sus circunstancias caerá bajo más de una
disposición penal. Habrá, conforme esta concepción, un concurso ideal.
En opinión de otros, la realización del delito que aquí estudiamos absorbe los ilícitos contra la
libertad que se pueden considerar cometidos por medio de la sustracción o retención, como
ocurre con la figura del artículo 146 del Código Penal.
RAPTO IMPROPIO:
En su segundo párrafo este artículo dispone que la pena será de seis meses a dos años, si se
tratare de una persona menor de dieciséis años, con su consentimiento.
Estructura típica:
Sujeto activo:
En este caso el delito también puede ser cometido por cualquier persona, ya sea hombre o
mujer.
Sujeto pasivo:
Según establece la norma al tipificar esta figura, sujeto pasivo del rapto impropio solo pueden
ser los menores de 16 años. Torres Neuquén señala que además, la victima debe ser mayor de
trece años, pues la agravante no distingue de si hay o no consentimiento (para mi
necesariamente, porque habla de violencia, intimidación o fraude lo que parece excluir el
consentimiento, salvo el caso de fraude).
Acción típica:
Al igual que en el rapto propio la acción típica es sustraer o retener a una persona, pero en este
caso la norma agrava la pena si media consentimiento del menor, este delito también ha sido
llamado rapto por seducción, pues se piensa que la seducción del agente es lo que puede mover
al sujeto pasivo a prestar su consentimiento.
Existe consentimiento cuando el menor conoce el objetivo del autor, esto es, sabe que su
sustracción o retención es para menoscabar su integridad sexual. Hay un claro aprovechamiento
de la inmadurez sexual del menor.
Elemento subjetivo:
Se trata de un delito doloso en que el autor debe conocer la edad de la víctima y que se la lleva
o retiene sin su consentimiento. Además de ello es necesaria la concurrencia de este especial
elemento subjetivo distinto del dolo que es la intención de menoscabar la integridad sexual de
la víctima.
Grooming o ciberacoso:
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-por sus particularidades- abarcan un amplio espectro de actividades, como ser amenazas,
calumnias, injurias, acceso indebido, violación de secretos, hurto, daño y fraude informático,
delitos contra la propiedad intelectual, grooming, pornografía infantil, etc.
Nuestro legislador no ha hecho oídos sordos a esta realidad y ha modificado el CP teniendo en
cuenta la comisión de los delitos mediante el uso de la informática. Un caso es el del ciberacoso
de menores o grooming, regulado por el artículo 131 del CP, según el cual, será penado con
prisión de seis meses a cuatro años el que, por medio de comunicaciones electrónicas,
telecomunicaciones o cualquier otra tecnología de transmisión de datos, contactare a una
persona menor de edad, con el propósito de cometer cualquier delito contra la integridad sexual
de la misma.
En un interesante fallo, previo a la reforma, se indicó que el anglicismo “grooming” proviene del
vocablo “groom”, que alude a la preparación o acicalamiento de algo, aunque en el ámbito de
la pedofilia suele asociarse a toda acción que tenga por objetivo minar o socavar moral o
psicológicamente a un niño, con el fin de conseguir su control a nivel emocional para un
posterior abuso sexual, por lo que se trata entonces de un supuesto de acoso sexual infantil.
Estructura típica:
Sujeto activo:
Este delito puede ser cometido por cualquier persona, tiendo en cuenta que el grooming es
siempre cometido por un mayor de edad, respecto de un menor.
Sujeto pasivo:
Resulta claro que el sujeto pasivo de este delito son los niños menores de trece años de edad.
Acción típica:
La norma se refiere al que, por medio de comunicaciones electrónicas, telecomunicaciones o
cualquier otra tecnología de transmisión de datos, contactare a una persona menor de edad.
El grooming, se trata de la conducta que, en exclusiva, tiene por sujeto pasivo a los niños y, al
decir de Ana Pérez Martínez y Reyes Ortigosa Blanch, no se trata de un nuevo delito derivado
de la revolución tecnológica, sino una forma evolucionada de cometer un delito preexistente,
es una técnica actualizada con la que los pedófilos tratan de contactar con sus potenciales
víctimas.
Elemento subjetivo:
Se trata de un delito doloso que exige el conocimiento de la edad de la víctima, pero, además, y
la norma lo dice expresamente, el sujeto activo debe tener la intención de cometer cualquier
delito contra la integridad sexual.
REGIMEN DE ACCION:
Según se deprende del artículo 132 del Código Penal, en relación con las figuras de abuso sexual
simple, sometimiento sexual gravemente ultrajante, abuso sexual con acceso carnal, abuso
sexual por aprovechamiento de la inmadurez sexual de la víctima simple y sustracción o
retención de una persona con la intención de menoscabar su integridad sexual –que son delitos
de acción pública dependiente de instancia privada-, la ley reconoce al ofendido con facultades
excluyentes para instar el inicio de la acción, el derecho de contar con el asesoramiento o
representación de instituciones oficiales u organismos privados sin fines de lucro.
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personas que, con abuso de una relación de dependencia, de autoridad, de poder, de confianza
o encargo, cooperaren a la perpetración de los delitos comprendidos en este Título serán
reprimidos con la pena de los autores.
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Los delitos contra el estado civil se divide en dos capítulos; el primero de ellos se refiere a los
matrimonios ilegales, y el segundo a la supresión y suposición del estado civil e identidad.
La identidad personal se constituye en un bien equiparable en su valor axiológico con el estado
civil, del que no depende para su existencia o reconocimiento, sino que existe como derecho
autónomo, personalísimo, del ser humano.
El bien jurídico protegido es el estado civil de las personas. Por lo general, se afirma que el estado
civil es la situación jurídica de la persona que la individualiza en la sociedad ya sea mediante
datos o hechos naturales (como el nacimiento) o jurídicos como el matrimonio o la ciudadanía
entre otros.
La tutela dispensada por el CP al estado civil se debe entender en un sentido amplio, vale decir,
como la posición jurídica que la persona ocupa en la sociedad y que se determina sobre la base
de una serie de condiciones personales, que son las cualidades constitutivas del estado. Algunas
de estas cualidades son inalterables ya que se adquieren desde el nacimiento mismo de la
persona y continúan con ella durante toda su vida, por ejemplo, lugar y fecha de nacimiento, el
nombre y apellido, etc.; otras cualidades pueden ser modificadas por actos posteriores, como el
matrimonio, la adopción, la adquisición de una nueva nacionalidad, entre otros.
El estado civil es un conjunto de datos que individualizan normativamente a la persona en la
sociedad.
Toda persona humana tiene derecho a que se respete su primaria identidad, a que se la
mantenga inalterable durante toda su vida. Aquí, la identidad de la persona forma parte de su
propia integridad como ser humano. La identidad de la persona adquiere plena autonomía
conceptual y jurídica al erigirse como bien jurídico fundamental. La identidad ha dejado de ser
un simple dato del estado civil. Actualmente es un derecho.
La identidad se presenta como un derecho inherente a la persona humana. El derecho a la
identidad se manifiesta como el interés que cada sujeto tiene de ser representado en la vida en
relación con su verdadera identidad, es decir, a que se lo reconozca como lo que realmente es,
como uno mismo.
La identidad personal, en suma, se constituye por el conjunto de creencias, opiniones y acciones
del sujeto en su proyección social.
Concretamente aquí se tutela la legalidad del matrimonio civil. Los tipos penales de matrimonios
ilegales, bilateral o unilateral, tienen en común la celebración de un matrimonio formalmente
valido y la existencia de un impedimento que causa la nulidad absoluta del matrimonio.
El artículo 134 CP establece serán reprimidos con prisión de uno a cuatro años, los que
contrajeren matrimonio sabiendo ambos que existe impedimento que cause su nulidad
absoluta.
Estructura típica:
Estamos frente a delitos de pura actividad, instantáneos, de participación plural activa y dolosos.
Sujeto activo:
Debe haber dos contrayentes y un oficial público como sujetos necesarios del delito; las demás
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personas que asisten al acto, por ejemplo, testigos, apoderados, invitados a firmar el acta
matrimonial, por lo general habrán de estar ajenos a la acción delictiva de los contrayentes, pero
ello no impide a que puedan actuar, en ciertas circunstancias, como participes. Éste es un delito
que no requiere una característica especial en los sujetos, se trata de un tipo penal de sujetos
indiferenciados.
Acción típica:
La acción típica consiste en contraer matrimonio, con el cumplimiento de todas las formalidades
legales para su celebración, sabiendo los contrayentes de la existencia de un impedimento que
cause su nulidad absoluta, de modo tal que, si dicho impedimento no existiera, el matrimonio
celebrado seria valido.
La dinámica comisiva de estos delitos exige la existencia por parte de uno o de ambos
contrayentes de un impedimento que cause la nulidad absoluta del matrimonio. La inexistencia
del impedimento o de alguna de las formalidades exigidas para la celebración de un matrimonio
válido, conduce a la atipicidad de la conducta, sin perjuicio de la responsabilidad penal que
pueda asumir el funcionario público interviniente.
Estos impedimentos denominados “dirimentes no dispensables” son:
Elemento subjetivo:
La figura es dolosa y admite sólo el dolo directo. La duda, el error y la coacción excluyen el saber
consciente que exige el tipo penal. Se debe conocer el impedimento por ambos cónyuges. Si hay
dos impedimentos no es necesario que ambos cónyuges conozcan sobre el mismo
impedimento.
Según se establece en el artículo 135 del CP, serán reprimidos con prisión de dos a seis años al
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que contrajere matrimonio cuando, sabiendo que existe impedimento que cause su nulidad
absoluta, ocultare esta circunstancia al otro contrayente.
Buompadre cree que esta figura es un tipo agravado de matrimonio ilegal bilateral visto en el
artículo anterior.
La doctrina es concordante en considerar al estado civil como el bien jurídico protegido en estos
delitos, específicamente, al estado civil del contrayente engañado, que actúa de buena fe.
Estructura típica:
Acción típica:
Esta acción consiste en contraer un matrimonio con arreglo a todas las formalidades previstas
en la ley, pero respecto del cual uno de los contrayentes oculta al otro la existencia de un
impedimento que causa su nulidad absoluta.
El ocultamiento se produce en el preciso instante en que el autor esconde la existencia del
impedimento a la otra persona, o lo calla advertidamente. Carece de relevancia que dicho
ocultamiento sea materializado mediante ardid o engaño; lo que importa es que el otro sujeto
ignore la existencia del impedimento, pero lo ignore por la actitud activa u omisiva del agente.
Si el sujeto pasivo, por cualquier medio, toma conocimiento del impedimento, siempre que
dicho conocimiento se produzca con anterioridad a los actos ejecutivos, la conducta es atípica
respecto de esta figura.
La existencia del impedimentos debe ser ocultada al otro contrayente; por lo tanto, no configura
la agravante el ocultamiento a personas distintas del contrayente, por ejemplo, el oficial público
o testigos, pero la comunicación a éstos no elimina la tipicidad si también se oculta el
impedimento al otro contrayente; en todo caso el oficial público se convertirá en cómplice si
actúa a pesar de ese conocimiento.
El delito es de acción, aunque algunas veces puede cometerse por omisión impropia. la
consumación se produce con la celebración del matrimonio.
Elemento subjetivo:
Es un delito doloso compatible sólo con dolo directo, siendo excluyentes de la culpabilidad tanto
el error de tipo como el de prohibición, en idéntico sentido que el delito de matrimonio ilegal
bilateral
Simulación de matrimonio:
El inciso dos del artículo 135 del CP pune al que, engañando a otra persona, simulare matrimonio
con ella. Se trata de un caso de apariencia de matrimonio, pues no existe matrimonio legal ni
ilegal, es por ello por lo que resulta difícil de entender que el bien jurídico lesionado fuera el
estado civil, por cuanto, en realidad, el acto es inexistente. Sin embargo, actos de esta clase
comprometen el estado civil de la víctima, al asignarle falsamente una situación jurídica
determinada, circunstancia que permitiría justificar la tesis de que el estado civil es el bien
jurídicamente afectado en este delito.
Estructura típica:
Sujeto activo:
En lo que respecta a este punto puede ser cualquier persona, cabe aclarar que es solo uno de
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los cónyuges.
Sujeto pasivo:
También es indiferenciado; es el contrayente que resulta engañado por el acto simulado. El
sujeto activo también en este caso es uno sólo de los cónyuges.
Acción típica:
Consiste en simular un matrimonio mediando engaño de la otra persona, es decir, haciéndole
creer como verdadero un acto matrimonial que es falso. La victima que es la persona que cree
celebrar un acto legítimo, debe padecer el error determinante causado por la maniobra ardidosa
desplegada por el autor y creer que en realidad está contrayendo un matrimonio valido.
Es decir que este delito se perfecciona como una suerte de estafa. Pero a diferencia del fraude,
no requiere de ningún resultado. Si no se da esta relación causal, el hecho no es típico, del mismo
modo que si ambos contrayentes, en connivencia, simulan el matrimonio para engañar a un
tercero; en esta hipótesis, tampoco el hecho es típico de esta figura. Distinta seria la imputación
si el hecho se llevara a cabo entre ambos falsos contrayentes para engañar a un tercero con la
finalidad de obtener un beneficio de tipo patrimonial, por ejemplo, para hacerle creer la
existencia de un matrimonio del cual depende el otorgamiento de un patrimonio hereditario,
en cuyo caso la imputación podría ser la de la estafa.
La determinación del engaño y su entidad en cuanto a la capacidad para producir el error en el
sujeto pasivo deberá quedar librado a la interpretación judicial teniendo en cuenta
circunstancias particulares de cada caso, tales como la edad, condición cultural, económica, etc.
de la víctima.
El delito se consuma con la realización del matrimonio simulado (con la declaración del oficial
público), no siendo necesario otro resultado. La tentativa es admisible y se regula por las reglas
generales, al igual que la participación criminal en todos sus grados.
Elemento subjetivo:
La infracción es dolosa, de dolo directo. La finalidad que pueda perseguir el autor con el
matrimonio simulado, por ejemplo, lograr la relación sexual, ventajas económicas, venganza
personal, etc. son ajenas al tipo subjetivo, pero pueden servir de antecedentes para la
cuantificación de la pena.
En el artículo 136 del CP se establece que el oficial público que a sabiendas autorizare un
matrimonio de los comprendidos en los artículos anteriores, sufrirá, en su caso, la pena que en
ellos se determina.
Si lo autorizare sin saberlo, cuando su ignorancia provenga de no haber llenado los requisitos
que la ley prescribe para la celebración del matrimonio, la pena será de multa de setecientos
cincuenta a pesos doce mil quinientos e inhabilitación especial por seis meses a dos años.
Sufrirá multa de pesos setecientos cincuenta a pesos doce mil quinientos el oficial público que,
fuera de los demás casos de este artículo, procediere a la celebración de un matrimonio sin
haber observado todas las formalidades exigidas por la ley.
En este artículo se describen tres figuras distintas, todas ellas relacionadas con la intervención
del oficial público en el matrimonio, regulando el grado de responsabilidad criminal según que
la conducta sea dolosa o culposa:
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Las tres hipótesis tienen en común que el autor del delito sólo puede ser un oficial público con
competencia para celebrar matrimonios. Se trata de delitos especiales propios.
En el artículo 137 del CP se dispone que en la misma pena incurrirá el representante legítimo de
un menor impúber que diere el consentimiento para el matrimonio de este.
Estructura típica:
Sujeto activo:
Se trata de un delito especial propio de autor cualificado. Sujeto activo sólo puede ser el
representante legítimo del menor impúber, o sea, sus padres matrimoniales o
extramatrimoniales, los padres adoptivos, el tutor o el curador.
Sujeto pasivo:
La norma usa el termino menor impúber que ya no utiliza el CCyC, por lo que ha de entenderse
que se refiere a menores de 18 años de edad.
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Acción típica:
La acción típica consiste en autorizar (prestar el consentimiento) el casamiento de un menor
impúber. Se trata de un delito del representante del menor, no del menor, es decir que la
conducta de los contrayentes (ambos menores o solo uno de ellos) es atípica.
Lo que la norma penal reprime es la conducta del representante del menor impúber que presta
su consentimiento para que éste contraiga matrimonio, anulable en razón de su edad, debido a
la existencia de un impedimento impediente que causa su nulidad relativa.
Elemento subjetivo:
El delito es doloso, de dolo directo. Se consuma cuando el representante del menor presta el
consentimiento para la celebración del matrimonio.
Figura básica:
Según el artículo 138 del CP se aplicará prisión de uno a cuatro años al que, por un acto
cualquiera, hiciere incierto, alterare o suprimiere el estado civil de otro.
Estructura típica:
Sujeto activo:
Se trata de un tipo penal de titularidad indiferenciada, es decir que, en principio, sujetos activo
y pasivo pueden ser cualquier persona, sin distinción alguna de condiciones o cualidades
personales.
Sujeto pasivo:
Como surge de la norma sujeto pasivo puede ser cualquier persona siempre y cuando sea mayor
de diez años.
Acción típica:
Las acciones materiales son tres, hacer incierto, alterar o suprimir el estado civil de otra persona.
Las conductas deben afectar el estado civil de otro. Al decir la ley “el estado civil de otro” quiere
decir que no resultan punibles aquellas acciones enderezadas a hacer incierto, alterar, o
suprimir el propio estado civil, y en segundo lugar que el sujeto pasivo debe ser una persona
viva, por cuanto los muertos no tienen estado civil.
Hacer incierto quiere decir tanto como crear inseguridad, duda o incertidumbre respecto del
estado civil de una persona. La particularidad de esta conducta reside en la creación de duda o
inseguridad en torno al estado civil que tenía un individuo, de modo que resulte difícil su
determinación o comprobación. También puede cometerse el delito adjudicando un estado civil
incierto o dudoso a quien antes carecía de él, por ejemplo, constituyendo un estado civil a un
mayor de diez años cuyo nacimiento aún no ha sido registrado. Alterar el estado civil consiste
en modificarlo, total o parcialmente, cambiándolo por otro. Se atribuye a un sujeto un estado
distinto del que tiene realmente. Se origina un estado civil falso. Suprimir el estado civil es
hacerlo desaparecer sin atribuir otro. Se quita o despoja a la persona de su verdadero estado,
sin asignarle otro, de forma tal que éste desconozca a qué familia pertenece, etc., por ejemplo
destruyendo la partida de nacimiento. En este supuesto, desaparece la posibilidad de acreditar
o demostrar el estado civil de la persona.
El delito puede cometerse por un acto cualquiera, de manera que cualquier medio es admisible.
La alteración del estado civil de otra persona mediante la utilización de un instrumento público
falso dará lugar a un concurso material de tipos penales entre el delito contra la fe pública y el
delito contra el estado civil. La cuestión no es pacífica. Algunos consideran que hay concurso
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Elemento subjetivo:
Subjetivamente, el tipo se satisface con el dolo común, es decir, el conocimiento y voluntad de
realización del tipo objetivo. Cualquiera sea el propósito que persiga el autor al realizar las
conductas típicas, queda comprendido en el tipo.
Según el artículo 139 del CP se impondrá prisión de dos a seis años a la mujer que fingiere preñez
o parto para dar a su supuesto hijo derechos que no le correspondan.
Estructura típica:
Sujeto activo:
Es claro que sujeto activo del delito sólo puede ser una mujer, quien es la que debe simular todo
el proceso del embarazo; no interesa su edad ni su estado civil, lo que importa es que se trate
de la misma mujer que finge la preñez.
Sujeto pasivo:
Es el niño a quien se le confieren los derechos que no le corresponden, es decir, el niño cuyo
estado civil es el que queda alterado por la conducta del autor.
Acción típica:
La conducta material se traduce en fingir, simular preñez o parto como medio para hacer
aparecer como hecho real el nacimiento de un niño cuyo estado civil se altera. Sin embargo, no
basta la sola simulación; el delito se consuma con la presentación del presunto fruto de ello.
Fingir preñez o parto significa simular todo el proceso biológico del embarazo o del nacimiento
del niño. La preñez o el parto deben ser aparentes, simulados, inexistentes. Si el hecho es real
no se daría la conducta típica y por ende el delito. Lo que importa es que la preñez o el parto no
sean reales y que el niño sea presentado como nacido del parto fingido, es decir, que debe
tratarse de un niño vivo, que es el otro cuyo estado civil se altera.
Se trata de un delito de peligro concreto, que se consuma con la presentación, o exhibición del
niño a quien se pretende asignar una falsa filiación. No resulta necesaria la registración o
acreditación de la filiación en los registros pertinentes.
Elemento subjetivo:
La figura exige la concurrencia de un elemento subjetivo del tipo, consistente en “dar a su
supuesto hijo derechos que no le corresponden, que elimina toda posibilidad de pensar en el
dolo eventual. Estamos frente a un delito intencional de dos actos, en el que la acción ejecutiva
(el fingimiento de la preñez) es el medio para alcanzar otra finalidad ulterior que requiere una
nueva conducta (dar al supuesto hijo derechos que no le corresponden). Es una figura que se da
necesariamente en concurso real. No es preciso que el fin perseguido se logre, sino que es
suficiente con la mera intencionalidad. Se trata de un delito doloso, de dolo directo.
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Contemplado en el inciso dos del artículo 139 que reprime al que, por un acto cualquiera, hiciere
incierto, alterare o suprimiere la identidad de un menor de diez años, y el que lo retuviere u
ocultare.
Estructura típica:
Sujetos activo:
Por tratarse de un delito de titularidad indiferenciada, sujeto activo puede ser cualquier
persona.
Sujeto pasivo:
Es claro según dispone que la norma que este sólo puede ser un menor de diez años. La
alteración de la identidad de un mayor de diez años inexplicablemente no está prevista en la ley
como delito salvo que se atente contra su estado civil, en cuyo caso la figura aplicable es la del
artículo 138.
Acción típica:
Las acciones punibles consisten en hacer incierto, alterar o suprimir la identidad del menor, no
el estado civil que son dos bienes jurídicos distintos. Además, la figura contempla dos conductas
típicas que son retener u ocultar a un menor de diez años.
La nueva redacción de la ley no hace referencia a medios específicos de comisión (exposición y
ocultación), la expresión “por un acto cualquiera” permite inferir que también estos
comportamientos quedan abarcados por la norma. Cualquier medio de comisión es posible.
Por otro lado, la norma también se refiere a la retención y ocultamiento de un menor de diez
años. La materialidad del delito consiste en retener u ocultar a un menor de diez años, esto es,
mantener al menor dentro de un espacio físico determinado o sustraerlo del conocimiento de
terceras personas.
La retención puede o no ser la consecuencia de una previa sustracción de la persona de un lugar
determinado. Se trata de un supuesto de retención física del menor.
La retención implica no sólo la tenencia del menor dentro de la esfera del propio poder, sino el
hecho de no entregarlo a quien se debe cuando se lo tiene que hacer. Ocultar quiere decir
esconder al menor, conducta que puede, en ciertos casos, superponerse con la retención.
No parece posible que, mediante tales acciones (retener u ocultar), se puedan lograr los
resultados previstos (alterar, suprimir, hacer incierta la identidad), salvo que interpretemos el
delito como un tipo complejo mixto alternativo de resultado cortado, cuya consumación exija la
realización de una u otra conducta “para” alterar, suprimir o hacer incierta la identidad del
menor de diez años. Pero el precepto no permite tal interpretación.
La retención u ocultación de una persona mayor de diez años no encuadra en el tipo penal
examinado sino en el delito de privación ilegal de la libertad personal del artículo 141 del CP.
Elemento subjetivo:
Claro esta se trata de un delito doloso que exige el sujeto conozca que realiza el tipo objetivo
arriba descripto.
Intermediación ilícita:
Según el artículo 139 bis del CP será reprimido con reclusión o prisión de tres a diez años, el que
facilitare, promoviere o de cualquier modo intermediare en la perpetración de los delitos
comprendidos en este Capítulo, haya mediado o no precio o promesa remuneratoria o ejercido
amenaza o abuso de autoridad.
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Estructura típica:
Sujeto activo:
En el caso del párrafo 1 del artículo, sujetos del delito pueden ser cualquier persona; pero en el
párrafo segundo únicamente pueden ser autores los funcionarios y profesionales de la salud. Se
trata, en este último supuesto, de un tipo especial impropio que requiere una cierta y
determinada cualificación de autoría.
Acción típica:
La materialidad del delito consiste en intermediar, esto es, intervenir entre quien entrega, vende
o cede al menor para que la operación se realice y el autor de la
alteración del estado civil o la identidad o el profesional de la salud que extiende el certificado
de parto o de nacimiento falso. Intermedia quien sirve de nexo entre los sujetos activos de estos
delitos. La ley hace referencia a dos modalidades de la intermediación: la facilitación y la
promoción, pero éstas no son más que dos de las tantas formas en que la conducta puede
manifestarse.
La figura alcanza a la intermediación gratuita, es decir, la que se practica sin el reconocimiento
de ningún beneficio al dador de la criatura ni al propio intermediario.
Para la ley resulta indiferente que haya mediado o no precio o promesa remuneratoria en favor
del donante o que el intermediario haya hecho uso de amenazas o abuso de autoridad para
lograr la entrega del niño. En la hipótesis que se hubiese empleado violencia, por ejemplo, física,
el hecho da lugar a un concurso material entre el delito que estamos estudiando y el de lesiones.
La mediación de amenazas o abuso de autoridad en la actividad intermediadora implicará la
concurrencia de un concurso aparente de delitos, es decir, el tipo del artículo 139 bis párrafo
primero, absorberá por especialidad a los tipos de delito que prevean tales medios comisivos.
Elemento subjetivo:
El delito se cumple subjetivamente con dolo directo.
Agravante:
La figura se agrava cuando en la comisión de alguno de los delitos previstos en los artículos 138
a 139 bis, el autor es funcionario público o profesional de la salud. La regla es taxativa, solo rige
para el funcionario público y el profesional de la salud.
Se trata de una figura especial impropia, pues requiere en sus autores una cualidad particular e
implica un apartamiento de las reglas generales de la participación criminal (se identifica al
simple participe con el autor principal). Esto no quiere decir que no intervengan otras personas
a quienes no alcanza la agravante, pero que prestan una ayuda o cooperación que contribuyen
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Nuestra CN en su preámbulo tiene como objetivo “asegurar los beneficios de la libertad… para
todos los hombres del mundo que quieran habitar suelo argentino”.
Pero no solo ello, sino que el derecho a la libertad también es consagrado por el artículo 19 de
la CN, que tutela el ya conocido principio de reserva.
Respecto del concepto de libertad, Molinario luego de distinguir entre la libertad política,
religiosa y civil, concluye que este Título solo tutela a la última, a la que define como el derecho
de todo ser humano a desarrollar sus actividades en su propio beneficio o en el de otros, y sin
más limitaciones que las que resulten indispensables para mantener el orden social y
salvaguardar el idéntico derecho que compete a todos los demás. Desde esta perspectiva la
libertad comprende al hombre en su triple condición de ser físico, psíquico y social.
Así, son delitos que atentan contra su aspecto físico del sujeto aquellos vinculados a su libertad
de movimiento y traslado; se refieren a su aspecto psíquico las amenazas y coacciones, y a su
aspecto social los afectan la libertad de trabajo y reunión.
En este Capítulo se contemplan delitos que atentan contra la libertad física y psicológica del
individuo.
Reducción a la servidumbre:
En primer lugar, cabe recordar que en nuestro derecho la esclavitud se encuentra abolida desde
la Asamblea del Año XIII, por otro lado, el artículo 15 de la CN dispone que en la Nación Argentina
no hay esclavos: los pocos que hoy existen quedan libres desde la jura de esta Constitución; y
una ley especial reglará las indemnizaciones a que dé lugar esta declaración. Todo contrato de
compra y venta de personas es un crimen de que serán responsables los que lo celebrasen, y el
escribano o funcionario que lo autorice. Y los esclavos que de cualquier modo se introduzcan
quedan libres por el solo hecho de pisar el territorio de la República.
Según el artículo 140 del CP serán reprimidos con reclusión o prisión de cuatro a quince años el
que redujere a una persona a esclavitud o servidumbre, bajo cualquier modalidad, y el que la
recibiere en tal condición para mantenerla en ella. En la misma pena incurrirá el que obligare a
una persona a realizar trabajos o servicios forzados o a contraer matrimonio servil.
En la esclavitud hay una privación total y absoluta de la libertad del individuo, este actúa
conforme lo decide otro, es una situación de derecho, a diferencia del siervo, cuya condición es
de hecho, sin embargo, la doctrina equipara los conceptos.
Estructura típica:
Reducción a la esclavitud:
Sujeto activo:
Esta figura no exige condiciones o calidades especiales para ser considerado autor, puede serlo
cualquiera.
Sujeto pasivo:
La norma no hace referencia a ninguna condición o característica especifica en el sujeto pasivo,
por lo que este también puede ser cualquiera.
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Acción típica:
La norma se refiere a un estado de privación de la libertad de la persona sin encerramiento.
Concretamente el artículo se refiere a reducir a la esclavitud o servidumbre (ambos términos
significan lo mismo), según la doctrina reducir significa someter a una situación no deseada por
una persona; vemos que el concepto encierra el sometimiento a la voluntad de otro. La victima
está sometida al arbitrio del autor, quien le da la condición de cosa.
Elemento subjetivo:
Para Oderigo consiste en la voluntad y conciencia de reducir a otro a la esclavitud. Por la
naturaleza de la figura señala D’Alessio que no resulta admisible el dolo eventual.
La ley no solo pune a quien reduce a una persona a la esclavitud, sino también a quien recibe a
una persona en dicha condición para mantenerla en tal.
Sujeto activo:
El tipo penal no requiere ninguna característica especial para el autor, por lo que puede serlo
cualquiera.
Sujeto pasivo:
La victima debe reunir las características particulares de haber sido reducida a la esclavitud o
servidumbre, con los alcances que más arriba señale.
Acción típica:
La acción consiste en recibir a una persona que ya está reducida a servidumbre (para mantenerla
en ella), es decir requiere como presupuesto que haya cometido el delito anterior y que sus
efectos no hayan cesado. Recibe quien toma a la persona de manos dela gente, que la ha
reducido a la esclavitud, o de un tercero.
Al contemplar la norma actual la reducción a servidumbre o esclavitud “bajo cualquier
modalidad”, la conducta reprimida podría ser cometida a través de engaño; fraude; violencia;
amenaza; abuso de autoridad; concesión o recepción de pagos; el consentimiento de la víctima
(viciado o no) o el consentimiento de una persona que tenga autoridad sobre ella; etc.
Elemento subjetivo:
La norma reclama, además del dolo propio de la recepción, un plus subjetivo distinto del dolo,
no es suficiente recibir una persona en esas condiciones, sino que al hacerlo debe obrar con la
intención de mantenerla en ese estado. Al igual que el anterior admite solo el dolo directo.
En su párrafo final el artículo establece que en la misma pena incurrirá el que obligare a una
persona a realizar trabajos forzados o a contraer matrimonio servil.
De acuerdo a lo establecido por el “Convenio relativo al trabajo forzoso u obligatorio” y por la
“Convención sobre la Esclavitud” ya referida, la expresión trabajo forzoso u obligatorio designa
todo trabajo o servicio exigido a un individuo bajo la amenaza de una pena cualquiera y para el
cual dicho individuo no se ofrece voluntariamente, que podrá emplearse durante un período
transitorio, únicamente para fines públicos, a título excepcional, por el cual se debe percibir una
remuneración adecuada y a condición de que no pueda imponerse un cambio del lugar habitual
de residencia.
Dentro del matrimonio servil encontramos la figura del matrimonio precoz, donde la mujer es
sierva de su pareja, aquí es mayor la violencia psicológica que la física.
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Este tipo penal – la reducción a la esclavitud – tiene una clara vinculación con la trata de
personas. La trata, que en su momento estuvo ubicada entre los delitos contra la
integridad sexual, está ahora en los delitos contra la libertad. El Protocolo de Palermo ha
definido a la trata como el ofrecimiento, captación, traslado, transporte, recepción de persona
con fines de explotación; de modo que comprende no solo la explotación sexual, sino también
la explotación laboral La trata es el negocio delictual más redituable.
Privación de la libertad:
Según el artículo 141 del Código Penal será reprimido con prisión o reclusión de seis meses a
tres años, el que ilegalmente a otro de su libertad personal. Esta figura constituye la base de una
serie de disposiciones de las cuales, como núcleo central, se encuentra el hecho de privar
ilegítimamente a otro de su libertad personal.
Esta libertad personal a la cual refiere el artículo tiene una doble manifestación; por un lado,
hallamos la libertad corporal que es el poder mover libremente el cuerpo (afectada si la persona
es atada con cadenas) y por otro lado, la libertad ambulatoria, que refiere a la facultad de
locomoción o traslado del individuo, acá el individuo puede disponer de su cuerpo pero
permanece en un lugar en el que no quiere estar (por ejemplo, lo encierran en un galpón).
Estructura típica:
Sujeto activo:
Autor de este delito puede ser cualquiera, incluso una persona que tenga condición de
funcionario público, si no actúa como tal.
Sujeto pasivo:
Puede serlo cualquiera. La doctrina sostiene que no toda persona puede serlo, sino solo aquellos
que en el momento del hecho pueden expresar y formar su voluntad.
Acción típica:
Tal como surge de la norma consiste en privar a otro de su libertar personal. Pero no solo eso,
sino que, tal privación debe ser ilegitima, y será tal toda vez que el sujeto activo no tenga
derecho a privar a la persona de su libertad; ello puede darse porque no hay justificación o el
sujeto activo actúo en exceso de esa justificación, como por ejemplo la maestra que para retar
a su alumno lo encierra en un calabozo.
Dado que la ley no establece requisitos específicos puede ser cometido por cualquier medio.
Es sabido que los policías en ejercicio de sus funciones están facultados a privar a una persona
de la libertad (siempre que no sea en exceso), por otro lado, las legislaciones procesales
permiten a los particulares privar a otro de su libertad cuando lo encuentre en flagrancia, esta
como tal, puede ser (artículo 213 CPPSF):
La figura admite tentativa, ya que es posible una actividad ejecutiva del delito sin consumación.
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Elemento subjetivo:
Estamos ante una figura dolosa, que obviamente no admite culpa; así el padre que olvida a su
hijo encerrado en un auto al hacer las compras no competa el tipo. Admite solo dolo directo.
Si la privación de la libertad es consentida, los autores debaten si excluye la tipicidad o la
antijuridicidad, la mayoría se inclina por esta última postura. Un ejemplo de privación
consentida lo dan las asistentes de los magos que permiten ser encerradas y atadas en cajas
para un truco.
Respecto del error, es claro que se excluye el dolo y dado que esta figura no tiene prevista
modalidad culposa, la conducta es atípica. El error puede darse si un médico indica a sus
enfermeros que un paciente no puede salir de su cuarto, y estos confundiéndose de paciente
privan a otra persona de su libertad.
Según el artículo 142 del CP, se aplicará prisión o reclusión de dos a seis años, al que privare a
otro de su libertad personal, cuando concurra alguna de las circunstancias siguientes:
La norma entiende que la privación ilegal de las personas se agrava si fue cometido con violencia,
amenazas o con fines religiosos o de venganza.
▪ Violencia: cuando para cometer el delito se aplica a la víctima una energía física o medio
físicamente dañoso o doloroso, como una quemadura. Por ejemplo, una picana.
▪ Amenazas: la llamada violencia moral, consiste en anunciar a la víctima un mal que
puede provenir de la actividad del agente o de un tercero a instancias de aquel.
▪ Fines religiosos: parte de la doctrina entiende que la ley hace referencia a fines, se trata
de motivaciones. Es decir, se priva de la libertad por motivos religiosos, como el encierro de una
persona en un monasterio.
▪ Fines de venganza: el sujeto activo tiende a tomarse una satisfacción por un agravio o
daño recibido por el o por otro, de la víctima o un tercero. Quien secuestra al hijo de quien
asesino a su esposa. Es una represalia.
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El codificador ha sido claro al establecer que la pena se agrava si del hecho resultare grave daño
a la persona, a la salud o a los negocios del ofendido, siempre que el hecho no importare otro
delito por el cual la ley imponga pena mayor.
En estos casos la pena se agrava porque el individuo finge la potestad estatal de ordenar la
privación de la libertad en el caso concreto. La agravante no concurre si finge ser una autoridad
pública pero no esta potestad.
El fundamento es el error de la víctima que se somete a la voluntad del actor, por confiar en que
es un representante del estado.
En el último inciso de este artículo se grava la pena para aquellos casos en que la privación de la
libertad dure más de un mes. Procede independientemente de cualquier otro daño que pueda
sufrir la víctima. Si duro exactamente un mes, coincide la doctrina en que la agravante no
concurre.
Secuestro coactivo:
Esta figura fue incorporada debido a la alarma social provocada por el incremento súbito del
delito de secuestro en sus diversas modalidades (express u organizado) y la demanda urgente
de medidas gubernamentales tendientes a controlar tal fenómeno, en coincidencia con un
crecimiento exponencial de los índices del delito, en particular, en contra de la propiedad y de
las personas.
Según el artículo 142 bis del CP, se impondrá prisión o reclusión de cinco a quince años, al que
sustrajere, retuviere u ocultare a una persona con el fin de obligar a la víctima o a un tercero, a
hacer, no hacer, o tolerar algo contra su voluntad. Si el autor lograre su propósito, el mínimo de
la pena se elevará a ocho años.
Esta figura no debe ser confundida con el secuestro extorsivo prevista por el artículo 170, cuya
nota distintiva es la privación de la libertad para pedir rescate. En el secuestro coactivo la
finalidad del autor es que el sujeto pasivo haga, no haga o tolere algo en su contra.
Estructura típica:
Sujeto activo:
Cualquier persona puede ser autor de este delito, pues la norma no exige características
particulares alguna.
Sujeto pasivo:
La victima de la privación de la libertad puede ser la misma a quien se coacciona u otra distinta;
pudiendo serlo cualquier persona pues no se exigen requisitos especiales.
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Acción típica:
Aquí el legislador no menciona la fórmula privar de la libertad, a secas; sino que acude a la
utilización de tres verbos; sustraer, retener u ocultar, veamos cada uno:
▪ Sustraer: sustrae quien separa a la víctima del lugar en que se encuentra y la conduce a
un lugar diferente, por supuesto contra su voluntad.
▪ Retiene: es impedir que la víctima se aparte del lugar en que se halla (o en otro lugar
después de sustraída), es quien la detiene o frena.
▪ Ocultar: significa esconder al sujeto pasivo o hacerlo desaparecer temporalmente. Es
llevar a cabo cualquier actividad que impida o dificulte la posibilidad de que la víctima sea
reintegrada a la esfera de que ha sido sustraída.
Esto es casuístico alternativo, las acciones de sustraer, retener y ocultar pueden ser cometidos
por la misma persona, o bien una puede sustraer y otra retener y ocultar. Cualquiera de las
conductas típicas que configura el delito que viene siendo analizado puede llevarse a cabo por
cualquier medio, por cuanto el legislador ha decidido no hacer especificaciones al respecto.
Elemento subjetivo:
Se trata de un delito doloso, que exige junto a su núcleo, una ultraintención, las acciones deben
realizarse para obligar a la víctima, o a un tercero, a hacer, no hacer o tolerar algo contra su
voluntad. Si esta finalidad no concurre, la conducta es atípica, sin perjuicio de que pueda
encuadrar en los supuestos del artículo 141 o 142.
Esta particular característica de la voluntad torna inadmisible el dolo eventual, admitiéndose
únicamente el dolo eventual.
Resulta claro que la norma no contempla la tutela sólo de la libertad física o ambulatoria, sino,
además, de la libertad de autodeterminación de la persona, ya que, además de ser privada la
misma de su libertad, es obligada a hacer, no hacer o tolerar algo en contra de su voluntad; ello,
cuando la exigencia vaya dirigida a la misma persona que ha sido secuestrada.
El delito se consuma cuando se completan las acciones, sin que se necesario el logro de la
finalidad perseguida, es decir, hasta acá es un delito de peligro. Como vimos arriba, si dicha
finalidad es lograda se agrava el mínimo de la pena a ocho años. La figura admite tentativa. Será
determinante, entonces, estar a la finalidad especifica perseguida por el agente con su obrar.
Agravantes:
En su segundo párrafo el artículo 142 bis del Código Penal dispone que, la pena será de diez a
veinticinco años de prisión o reclusión:
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Muerte preterintencional:
La pena será de quince a veinticinco años de prisión a reclusión si del hecho resultara la muerte
de la persona ofendida, como consecuencia no querida por el autor.
Resulta obvio que el legislador se ha referido a una conducta imprudente, toda vez que la
muerte ocasionada a la víctima, cuando es independiente o está desvinculada del secuestro, no
tipifica la agravante. Si, por ejemplo, un sujeto secuestra a una persona con fines coactivos y
luego la oculta en el sótano de su vivienda, olvidando alimentarla durante el tiempo que dure
su cautiverio (a consecuencia de lo cual deviene su muerte), responderá por esta figura agravada
(secuestro + muerte imprudente).
Muerte intencional:
La pena será de prisión o reclusión perpetua si se causare intencionalmente la muerte de la
persona ofendida.
Debe observarse que la expresión "querida" ahora utilizada por el legislador en los párrafos
comentados, exige la verificación de dolo directo por parte del autor, quedando excluida la
posibilidad de que la muerte pueda imputarse (para aquellos que lo admiten) a título de dolo
eventual.
Por otro lado, en el caso en que el agente tuviese planeado dar muerte a la víctima antes de
secuestrarla (muerte dolosa), supuesto en el cual el atentado contra la libertad ambulatoria sólo
constituirá un medio para otro fin contenido en el plan del autor, por lo que se imputara el
homicidio doloso en concurso ideal con secuestro coactivo.
Arrepentido:
La pena del partícipe que, desvinculándose de los otros, se esforzare de modo que la víctima
recupere la libertad, sin que tal resultado fuese la consecuencia del logro del propósito del autor,
se reducirá de un tercio a la mitad.
El requisito, para que pueda aplicarse esta pena disminuida, es que la libertad de la víctima no
debe haber sido otorgada por el secuestrador como consecuencia del logro de su propósito (o
el cobro del rescate o logro de la exigencia dirigida a la víctima o un tercero), sino por su accionar,
que busca la liberación de la persona cautiva, al momento que se desvincula de los otros socios
en el hecho. Tomemos como ejemplo la siguiente hipótesis de trabajo: tres personas se ponen
de acuerdo para llevar a cabo un secuestro; dos de ellas se encargan de sustraer a la víctima de
su lugar de trabajo para conducirla al lugar donde la mantendrán cautiva mientras gestionan la
obtención de la exigencia ilegítima, mientras que el tercero es quien se encarga de cuidar y
vigilar a la víctima. Al día siguiente, los dos primeros se dirigen a un locutorio desde donde se
comunican con los familiares y piden el cumplimiento de lo requerido por su liberación; en tanto
que el tercer sujeto (vigilador), conmovido por el llanto incesante del secuestrado y por escuchar
la súplica desgarradora del mismo, decide abortar por su cuenta (sin comunicación a sus dos
compañeros) el secuestro y llama a la policía avisando donde se encuentra secuestrada la
persona para que puedan hallarla, lo que efectivamente ocurre a los pocos minutos y sin que se
hubiese obtenido el fin perseguido.
Este delito fue incorporado a nuestra legislación penal con miras a una de las más oscuras etapas
de nuestra historia, como lo fue la última dictadura militar; recordemos a Rafael Videla diciendo
“no están muertos ni vivos, están desaparecidos”.
Una desaparición es una forma de sufrimiento doblemente paralizante; para las víctimas,
muchas veces torturadas y siempre temerosas de perder la vida, y para los miembros de la
familia, que no saben la suerte corrida por sus seres queridos y cuyas emociones oscilan entre
la esperanza y la desesperación, cavilando y esperando, a veces durante años, noticias que acaso
nunca lleguen.
LORENZO GROSSO
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El Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional, en su artículo 7, dispone cuáles son los
crímenes de lesa humanidad, que resultan ser aquellos actos que se indican cuando se cometan
como parte de un ataque generalizado o sistemático contra una población civil y con
conocimiento de dicho ataque.
Entre aquellos actos se encuentra la desaparición forzada de personas, que, según ese mismo
artículo, consiste en la aprehensión, la detención o el secuestro de personas por un Estado o
una organización política, o con su autorización, apoyo o aquiescencia, seguido de la negativa a
informar sobre la privación de libertad o dar información sobre la suerte o el paradero de esas
personas, con la intención de dejarlas fuera del amparo de la ley por un período prolongado.
Se incorpora así el artículo 142 ter del CP, según el cual se impondrá prisión de diez a veinticinco
años e inhabilitación absoluta y perpetua para el ejercicio de cualquier función pública y para
tareas de seguridad privada, al funcionario público o a la persona o miembro de un grupo de
personas que, actuando con la autorización, el apoyo o la aquiescencia del Estado, de cualquier
forma, privare de la libertad a una o más personas, cuando este accionar fuera seguido de la
falta de información o de la negativa a reconocer dicha privación de libertad o de informar sobre
el paradero de la persona.
Estructura típica:
Sujeto activo:
La norma es clara al respecto, las desapariciones forzadas sólo se consideran como tal cuando
el acto en cuestión sea perpetrado por agentes estatales o de particulares o grupos organizados
(por ejemplo, los paramilitares grupos) con el apoyo, directo o indirecto, autorización o la
aquiescencia del Gobierno. Es decir, es un delito que no puede ser cometido por cualquier
persona.
Sujeto pasivo:
Cualquier persona privada de su libertad de cualquier forma, ya sea de manera legal o ilegal, sin
importar tampoco el tiempo.
Acción típica:
Según dispone este artículo, la conducta típica es privar de la libertad a una persona, por
cualquier medio comisivo. Pero no solo ello, sino que para que la conducta sea considera típica
es necesario que sea seguida por una falta de información por parte del estado o la negación a
reconocer tales hechos.
La característica fundamental de este delito es que es sistemático, pues el estado desaparece a
las personas, las oculta y las niega, de modo que no hay justicia que pueda perseguirlos, pues es
el propio estado el que los desaparece.
Elemento subjetivo:
Claramente estamos ante un tipo penal doloso, que por su particularidad solo admite el dolo
directo.
Agravantes:
La pena será de prisión perpetua si resultare la muerte o si la víctima fuere una mujer
embarazada, una persona menor de dieciocho años, una persona mayor de setenta años o una
persona con discapacidad. La misma pena se impondrá cuando la víctima sea una persona nacida
durante la desaparición forzada de su madre.
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Atenuantes:
La escala penal prevista en el presente artículo podrá reducirse en un tercio del máximo y en la
mitad del mínimo respecto de los autores o partícipes que liberen con vida a la víctima o
proporcionen información que permita su efectiva aparición con vida.
El Código Penal, a través de los arts. 143, 144, 144 bis, 144 ter, 144 quater y 144 quinqués,
contempla diversas figuras en las cuales se restringe la libertad, pero todas ellas cuentan con un
elemento común, el autor del delito es un funcionario público en ejercicio de sus funciones.
Según surge de estas normas, son cinco los delitos que puede cometer un funcionario público
con relación al bien jurídico, libertad:
Detenciones ilegales:
La figura básica de este delito, conocida como privación abusiva de la libertad, está
contemplada en el inciso 1 del artículo 144 bis del Código Penal de la Nación, según el cual será
reprimido con prisión o reclusión de uno a cinco años e inhabilitación especial por doble tiempo,
el funcionario público que, con abuso de sus funciones o sin las formalidades prescriptas por la
ley, privase a alguno de su libertad personal.
Estructura típica:
Sujeto activo:
Según la norma solo puede ser autor de esta norma un funcionario público que actué en abuso
de sus facultades, se trata de un delito especial. Será considerado autor tanto el funcionario
público que dispone la privación de la libertad como el ejecutor de la orden, que acepto
voluntariamente cumplirla.
Recordemos que según el artículo 77 del CP, funcionario público es todo el que participa
accidental o permanentemente del ejercicio de funciones públicas sea por elección popular o
por nombramiento de autoridad competente.
Sujeto pasivo:
Según surge de la norma puede ser cualquier persona sin que existan requisitos
especiales a tal efecto.
Acción típica:
Los autores coinciden que la conducta típica es privar ilegalmente de la libertad a una persona
(en los mismos términos que el artículo 141). El artículo consagra dos modalidades comisivas de
este delito:
▪ Abuso funcional: señala Creus que la ilegalidad radica en que el agente carece
de la facultad de detención que se atribuye, o bien goza de la misma, pero la ejerce
arbitrariamente, es decir, en situaciones que no corresponde.
▪ Incumplimiento de formalidades: aquí se ubica el funcionario que, actuando en
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el ámbito de su competencia, no observa las formalidades debidas. Por ejemplo, quien detiene
a una persona sin la orden judicial pertinente (salvo flagrancia o prófugo, que puede ser
detenido sin orden judicial).
Elemento subjetivo:
Es un delito dolo cuyo aspecto cognoscitivo necesita el conocimiento del carácter abusivo de la
privación por defecto de competencia, exceso funcional o falta de requisitos formales.
Para Núñez, el error y la duda excluyen la figura, de lo que se desprende que el autor niega el
dolo eventual. En cambio, Donna, cree que el dolo eventual es admisible, señala el autor que al
no preverse la modalidad culposa si no se admitiera el dolo eventual todos los supuestos de
error de tipo vencible quedarían impunes.
Modalidades de comisión:
Incomunicación indebida:
En primer lugar, los únicos que pueden decretar la incomunicación son el juez y los funcionarios
de la policía. Será indebida siempre que se dé fuera de los supuestos o plazos que las leyes
procesales determinen. En nuestra provincia el juez puede decretar la incomunicación por un
plazo de 48 horas, más otras 24 si lo cree necesario; la policía por un máximo de 10.
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de colocar al condenado en un lugar del establecimiento distinto del que la ley o reglamento
indican como debidos para que cumpla su pena privativa de la libertad, o bien que lo reciba sin
la copia de la sentencia condenatoria firme.
Respecto de este delito debemos tener en cuenta que una cosa es lo dispuesto por la norma y
otra muy distinta es la disponibilidad; hay pabellones que están tan atorados de gente, que los
ubican a todos juntos.
Agravantes:
Según establece el artículo 144 del CP, cuando en los casos del artículo anterior concurriere
alguna de las circunstancias enumeradas en los incisos 1, 2, 3 y 5 del artículo 142, el máximo de
la pena privativa de la libertad se elevará a 5 años (ver formas agravadas de la privación ilegal
de la libertad).
Se trata de elementos descriptivos del tipo penal, que según la doctrina su prohibición se
desprende del artículo 18 de la Constitución Nacional. Veamos que significa cada uno.
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Según el inciso 2 del artículo 144 bis del Código Penal de la Nación, será reprimido con prisión o
reclusión de uno a cinco años e inhabilitación especial por doble tiempo, el funcionario público
que desempeñando un acto de servicio cometiera cualquier vejación contra las personas o les
aplicare apremios ilegales.
Debemos tener en cuenta que la vejación o apremio deben producirse en un acto de servicio;
según Creus y Donna, solo admite dolo directo.
En su tercer inciso el artículo 144 bis del CP, impone la pena antes mencionada, al funcionario
público que impusiere a los presos que guarde, severidades, vejaciones o apremios ilegales.
La situación del preso implica estar sometido a un régimen disciplinario riguroso, no sólo para
mantener el orden en el establecimiento, sino para lograr readaptarlo socialmente, el límite a
estas aflicciones está dado por el artículo 18 de la CN in fine, según el cual las cárceles de la
Nación serán sanas y limpias, para seguridad y no para castigo de los reos detenidos en ellas, y
toda medida que a pretexto de precaución conduzca a mortificarlos más allá de lo que aquélla
exija, hará responsable al juez que la autorice.
La expresión preso, dice D’Alessio, es utilizada aquí en un sentido amplio y resulta comprensiva
de toda persona privada de su libertad (arrestado, detenido, condenado, procesado con prisión
preventiva).
Agravantes:
En su último párrafo, el artículo 144 bis dispone que, si concurriere alguna de las circunstancias
enumeradas en los incisos 1, 2, 3 y 5 del artículo 142, la pena privativa de la libertad será de
reclusión o prisión de 2 a 6 años.
Torturas:
Sostiene Donna que la tortura es el desconocimiento de la persona como tal y que implica actos
que el sistema jurídico no puede tolerar y que deben tener una pena de similar gravedad a la
del homicidio.
La tortura consiste en maltratos o sufrimientos corporales, morales o psíquicos infligidos
intencionalmente a la víctima; se los usa como medio de prueba, como medio de represalia o
venganza, etc.
Según la Convención sobre Imprescriptibilidad de los Crímenes de Guerra y de Lesa Humanidad,
los delitos de lesa humanidad (genocidio, exterminios sistemáticos, desapariciones forzadas,
esclavitud, torturas, etc.) son imprescriptibles, es decir, los plazos para investigarlos y castigarlos
no vencen nunca.
Según el primer párrafo del artículo 144 ter del CP, será reprimido con reclusión o prisión de
ocho a veinticinco años e inhabilitación absoluta y perpetua el funcionario público que impusiere
a personas, legítima o ilegítimamente privadas de su libertad, cualquier clase de tortura. Es
indiferente que la víctima se encuentre jurídicamente a cargo del funcionario, bastando que éste
tenga sobre aquélla poder de hecho. Igual pena se impondrá a particulares que ejecutaren los
hechos descritos.
Estructura típica:
Sujeto activo:
Si bien tradicionalmente la figura siempre estuvo referida a un funcionario público, conforme al
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texto del artículo, el sujeto activo del delito puede ser un funcionario público o un particular. Si
se trata de un funcionario público no interesa si la privación de la libertad de la víctima es
legítima o ilegítima, ni que la víctima esté o no jurídicamente a su cargo. Lo relevante es que ese
funcionario tenga un poder de hecho, es decir, poder disponer físicamente de ella.
Sujeto pasivo:
Soler y Donna entienden que víctima de este delito puede ser cualquier persona que este
privado de su libertad, legitima o ilegítimamente.
Acción típica:
La acción es la de imponer a la víctima cualquier clase de tortura, es decir, aplicarle
procedimientos para causarle dolor físico o moral intenso. Respecto de esta cuestión en su
último párrafo el artículo nos dice que por tortura se entenderá no solamente los tormentos
físicos, sino también la imposición de sufrimientos psíquicos, cuando tengan gravedad
suficiente.
Elemento subjetivo:
Es un delito doloso. Por su naturaleza la figura admite únicamente el dolo directo, desechándose
el dolo directo y el dolo eventual. Puede ser el medio de un apremio ilegal o agotarse como
finalidad en sí misma.
En los casos previstos en este artículo, se impondrá, además, inhabilitación especial perpetua
para desempeñarse en cargos públicos. La inhabilitación comprenderá la de tener o portar
armas de todo tipo.
Según el primer inciso del artículo 144 ter del CP, se impondrá prisión de tres a diez años al
funcionario que omitiese evitar la comisión de alguno de los hechos del artículo anterior, cuando
tuviese competencia para ello.
Sujeto activo:
La doctrina entiende que lo son únicamente los funcionarios públicos, y no cualquier persona,
por lo que estamos ante una omisión impropia.
Sujeto pasivo:
La norma hace referencia o remisión expresa a los hechos del artículo 144 ter, por lo que me
como dije antes, puede ser cualquier persona.
Acción típica:
En estas figuras, se reprime no al funcionario que tortura, sino al funcionario que tomando
conocimiento de que otros torturan, no hace lo que corresponde, es decir, no lo evita o no lo
denuncia, según el caso. Se trata de delitos de omisión.
El funcionario que teniendo facultades para evitar que se torture, no hace nada por evitarlo. Por
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ejemplo, el comisario que sabiendo que sus agentes atormentan a los detenidos, no toma las
medidas correspondientes para evitar esos hechos.
Elemento subjetivo:
Se trata de un delito dolo. El dolo se contenta con el conocimiento de la ejecución de las torturas
y la voluntad de no hacerlas cesar.
En su segundo inciso este artículo establece que la pena será de uno a cinco años de prisión para
el funcionario que en razón de sus funciones tomase conocimiento de la comisión de alguno de
los hechos del artículo anterior y, careciendo de la competencia a que alude el inciso
precedente, omitiese denunciar dentro de las veinticuatro horas el hecho ante el funcionario,
ministerio público o juez competente.
Sujeto activo:
Desde la faz objetiva exige que se trate de un funcionario público, y por otro, este funcionario
debe carecer de las atribuciones para evitar o hacer cesar una tortura. En aquellos casos en que
el sujeto activo sea un médico hay un agravante de la punibilidad, así, dispone el artículo que, si
el funcionario fuera médico se le impondrá, además, inhabilitación especial para el ejercicio de
su profesión por doble tiempo de la pena de prisión.
Sujeto pasivo:
La norma nuevamente se remite al artículo 144 ter, según el cual cualquier persona detenida
legal o ilegalmente puede ser víctima de torturas.
Acción típica:
En primer lugar, es necesario que el sujeto activo haya tomado conocimiento del hecho de
torturas, y además debe carecer de competencia para hacerlas cesar.
Resulta claro que la acción típica no denunciar dentro de las 24 horas, ante un funcionario o
magistrado competente.
Elemento subjetivo:
Se trata de un delito doloso; exige que el sujeto conozca el hecho de torturas y decida no
denunciar. Para Creus el conocimiento que el autor tiene que tener de los hechos no es cualquier
conocimiento, sino el adquirido en razón de sus funciones. Agrega que dichos conocimientos
deben pertenecer a la esfera propia de su actividad.
Es el último supuesto que contempla la norma, según la cual, sufrirá la pena prevista en el
párrafo primero de este artículo el juez que, tomando conocimiento en razón de su función de
alguno de los hechos a que se refiere el artículo anterior, no instruyere sumario o no denunciare
el hecho al juez competente dentro de las veinticuatro horas.
Sujeto activo:
Se trata del juez que se entera del tormento en razón de sus funciones. Llama poderosamente
la atención a la doctrina que no se haya incluido al representante del Ministerio Publico.
Sujeto pasivo:
Nuevamente, y atendiendo a lo dispuesto respecto de las torturas, cualquier persona puede ser
sujeto pasivo de estos delitos.
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Acción típica:
El sujeto activo debe haberse enterado en razón de sus funciones de la existencia del hecho de
torturas. La norma contempla dos acciones típicas, la de no instruir sumario (si fuese juez
competente) y, por otro, el no denunciar el juez ante un juez competente (si no lo fuera).
Elemento subjetivo:
Soler sostiene que la tardanza debe ser dolosa. El dolo exige el conocimiento por parte del juez
de alguno de los hechos mencionados.
Se establece en el artículo 144 quinqués del CP que, si se ejecutasen torturas de las previstas
por el 144 ter, se impondrá prisión de seis meses a dos años e inhabilitación especial de tres a
seis años al funcionario a cargo de la repartición, establecimiento, departamento, dependencia
o cualquier otro organismo, si las circunstancias del caso permiten establecer que el hecho no
se hubiese cometido de haber mediado la debida vigilancia o adoptado los recaudos necesarios
por dicho funcionario.
El autor de este delito solo puede ser el encargado directo de a repartición, organismo, que
reciba a los detenidos.
Este delito ofende la libertad individual porque importa un atentado coercitivo o fraudulento a
la facultad de la persona para determinarse.
Según el artículo 145 del Código Penal de la Nación, se impondrá prisión de dos a seis años, al
que condujere a una persona fuera de las fronteras de la República, con el propósito de
someterla ilegalmente al poder de otro o de alistarla en un ejército extranjero.
Estructura típica:
Sujeto activo:
No se exigen cualidades particulares para ser autor de este delito, es decir que puede ser
cometido por cualquier persona.
Sujeto pasivo:
Tampoco existen restricciones en cuanto a quien puede ser víctima, pudiendo incluso ser un
menor, sin perjuicio que respecto de estos no podemos dejar de tener en cuenta las figuras de
los artículos 146 a149.
Acción típica:
Dice Creus, con quien coincido, que la acción típica es conducir a la persona fuera de las
fronteras y no sacarla fuera del país. Es decir, el delito se consuma con la sola conducción de la
persona fuera de las fronteras, independientemente de si es llevada fuera del país o no.
La ley no hace referencia a ninguna modalidad en particular, por lo que el tipo admite cualquier
medio comisivo.
No hay unidad de criterios respecto de la tentativa. Creus y Molinario se inclinan por la
afirmativa.
Elemento subjetivo:
Se trata de un delito doloso, y exige el propósito de someter ilegalmente a la víctima al poder
de otro o alistarla en un ejército extranjero. Es decir, se trata de un delito doloso que exige,
además, un especial elemento subjetivo distinto del dolo.
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Trata de personas:
Estructura típica:
Sujeto activo:
Es claro que el autor o sujeto de este delito puede ser cualquiera sin necesidad de reunir
condiciones especiales.
Sujeto pasivo:
Cualquier persona puede ser sujeto pasivo de la tarta de personas, pues tampoco aquí el
legislador exige requisitos o condiciones específicas.
Acción típica:
La norma pune a aquel que ofreciere, captare, trasladare, recibiere o acogiere personas con
fines de explotación. Veamos los verbos típicos en particular:
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allá de ello, la acción se configura sin que necesariamente, se haya llegado a destino.
▪ Recibir: tomar, admitir a la víctima. La doctrina entiende que alude al lugar de la
explotación.
▪ Acoger: hospedar, alojar, esconder, brindar protección física al damnificado.
Elemento subjetivo:
En cuanto al tipo subjetivo, se trata de un delito doloso que únicamente se configura bajo la
modalidad de dolo directo, sin chances de admitir la realización de alguna de las conductas con
dolo eventual. Se suma a la exigencia del elemento cognitivo y volitivo (dolo), la ultra finalidad
(elemento subjetivo distinto del dolo) que se traduce en la finalidad de explotación. En este
supuesto, el sujeto activo debe no solo conocer y querer la realización de la conducta prohibida,
sino que tiene que tener el fin de explotación, es decir, la ultra finalidad que exige el tipo penal.
Agravantes:
Según el artículo 145 ter del CP, en los supuestos del artículo 145 bis la pena será de cinco a diez
años de prisión, cuando:
Por otro lado, esta misma norma establece que la pena se agrava cuando se logre consumar la
explotación de la víctima objeto del delito de trata de personas, pasando a ser de ocho a doce
años de prisión.
Y finalmente se agrava la pena cuando la víctima fuere menor de dieciocho años; en tales casos
la escala penal será de diez a quince años de prisión.
Sustracción de menores:
Este delito, también conocido como robo de menores, está regulado en el artículo 146 del
Código Penal, según el cual, será reprimido con prisión o reclusión de cinco a quince años, el que
sustrajere a un menor de diez años del poder de sus padres, tutor o persona encargada de él, y
el que lo retuviere u ocultare.
Estructura típica:
Sujeto activo:
De la expresión “el que” utilizada por el legislador se infiere que cualquier persona puede ser
autora de este delito.
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Sujeto pasivo:
La norma es clara al respecto, solo pueden ser sujetos pasivos de este delito las personas
menores de diez años de edad.
Acción típica:
En este delito la acción principal consiste en sustraer a un menor de 10 años. También se
reprimen las acciones subsidiarias de retener u ocultar al menor sustraído. Veamos:
Recordemos que estos delitos son casuístico alternativos, de modo que, no es necesario que un
mismo sujeto sustraiga, retenga y oculte al menor. Todas estas modalidades comisivas admiten
la tentativa. El delito se entiende consumado cuando se ha desapoderado al legitimo tenedor
del menor, o se ha impedido que vuelva con esta o cundo se han realizados actos de ocultación.
Elemento subjetivo:
Los autores sostienen que, en cualquiera de sus modalidades, se trata de un delito doloso.
Donna entiende que el dolo debe ser directo. Creus admite el eventual.
Esta figura se contempla en el artículo 147 del CP, según el cual en la misma pena prevista para
la sustracción de menores incurrirá el que, hallándose encargado de la persona menor de diez
años de edad, no lo presentara a los padres o guardadores que lo solicitaren o no diere razón
satisfactoria de su desaparición.
Estructura típica:
Sujeto activo:
Autor de este delito puede ser, únicamente, quien está encargado de la persona del menor.
Dicho encargo tiene que haber provenido, claro está, de quien tenía legítimamente la guarda
del menor. Son ejemplos la niñera, la guardería de un restaurante, entre otros.
Sujeto pasivo:
Ofendido por este delito, dice D’Alessio, es quien, teniendo la guarda legitima del menor, la ha
delegado en su materialidad, total o parcialmente, en el agente.
Acción típica:
En primer lugar, y ello es claro, este delito exige que la entrega voluntaria y licita del menor en
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el agente. Quien recibe al menor queda en posición de garante con respecto al bien jurídico, y
esto es lo que lo obliga a entregarlo a sus padres o guardadores. La norma prevé dos
modalidades omisivas:
Elemento subjetivo:
Se trata de un delito doloso. Para Fontan Balestra el agente debe tener la intención de hacer
desaparecer al menor y que a ello deben conducir la no presentación o la falta de explicaciones.
Inducción a la fuga:
Según el artículo 148 del CP será reprimido con prisión de un mes a un año, el que indujere a un
mayor de diez años y menor de quince, a fugar de casa de sus padres, guardadores o encargados
de su persona.
Estructura típica:
Sujeto activo:
Nuevamente el legislador utilizo la expresión genérica “el que”, ello nos da la pauta de que el
delito puede ser cometido por cualquier persona.
D’Alessio señala que también los padres pueden ser autores de este delito cuando induzcan al
menor a fugar del hogar del otro progenitor que tiene la tenencia otorgada judicialmente.
Sujeto pasivo:
Pueden ser sujeto pasivo de este delito todos los menores entre los diez y los quince años de
edad, el texto legal es claro al respecto.
Acción típica:
Consiste en inducir a la fuga del hogar de sus padres, guardadores o encargados de la persona
del menor. Inducir significa aconsejar seriamente, es decir, el autor debe despegar toda una
actividad destinada a persuadir al menor para que abandone el lugar donde se encuentra.
Fontan Balestra señala, acertadamente a mi criterio, que la fuga a la que hace referencia la
norma implica un alejamiento prolongado del menor.
La doctrina discute si la consumación exige o no la fuga del menor. Si bien la norma castiga a
aquel que solamente induce, sin exigir resultado alguno, la doctrina mayoritaria entiende que
para la consumación el delito exige la fuga del menor.
Elemento subjetivo:
Es un delito doloso que solo admite el dolo directo. El error sobre la edad del menor lo excluye,
ya que, al no preverse la modalidad culposa, la conducta seria atípica.
Según el artículo 148 bis del CP, será reprimido con prisión de uno a cuatro años el que
aprovechare económicamente el trabajo de un niño o niña en violación de las normas nacionales
que prohíben el trabajo infantil, siempre que el hecho no importare un delito más grave.
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Estructura típica:
Sujeto activo:
En principio cualquier persona puede ser autora de este delito, sin embargo, la norma a
exceptuado al padre, madre, tutor o guardador del menor, al sostener que cuando estos
incurran en la conducta típica no serán punibles.
Sujeto pasivo:
Según este artículo el aprovechamiento del trabajo de un niño o niña debe darse “en violación
de las normas nacionales que prohíben el trabajo infantil”, por ello debemos remitirnos a la Ley
de Contrato de Trabajo (LCT) según la cual, la edad mínima para el trabajo es de 16 años,
quedando prohibido el trabajo de menores de 16 años en todas sus formas, sea remunerado o
no. Quienes tengan entre 16 y 18 años pueden celebrar contratos de trabajo, siempre que se
respete lo dispuesto por la LCT.
Acción típica:
La norma pune al que se aproveche económicamente del trabajo de un menor. Aprovecharse
significa disfrutar o beneficiarse de la actividad laboral del menor. La norma exige además que
la conducta viole las normas nacionales de prohibición del trabajo infantil. Tanto el
aprovechamiento como la violación de tales normas son necesarios para que exista este delito.
Se consuma cuando el aprovechamiento o beneficio económico se concreta. De no concretarse
habría solo tentativa.
Elemento subjetivo:
Es un delito doloso y requiere la intención del autor de lograr el aprovechamiento económico
del trabajo del menor.
Dice el artículo 149 del CP que será reprimido con prisión de un mes a un año, el que ocultare a
las investigaciones de la justicia o de la policía, a un menor de quince años que se hubiere
sustraído a la potestad o guarda a que estaba legalmente sometido.
En su segundo párrafo el artículo agrava la pena, de seis meses a dos años, si el menor no tuviere
diez años.
Estructura típica:
Sujeto activo:
Dice Fontan Balestra, y surge de la norma, autor puede ser cualquier persona.
Sujeto pasivo:
La victima de este delito puede ser un menor de entre diez y quince años en el caso de la figura
básica, y un menor de diez años en el caso de la agravada.
Acción típica:
Consiste en ocultar a las investigaciones de la justicia (fiscal) o de la policía. El delito consiste en
ocultar (esconder, tapar, cubrir a la vista de terceros) a una persona menor de diez o quince
años, según el caso, que se ha sustraído por propia decisión de la esfera de poder o custodia a
la que estaba legalmente sometido. Por ejemplo, una persona encuentra en la calle a un menor
LORENZO GROSSO
CÁTEDRA: STRAMAZZO – MOROSANO - PEIRONE
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que vio por redes sociales estaba siendo buscado por la policía y lo lleva a su casa y cuando se
le pregunta si conoce del paradero del menor responde que no (y lo tiene comiendo en la
cocina).
Elemento subjetivo:
Se trata de un delito doloso; el dolo en su aspecto cognoscitivo, debe abarcar el conocimiento
de que el menor se ha sustraído, por su propia decisión, a la potestad a la que estaba sometido,
y de la existencia de investigaciones para dar con su paradero.
Se admite únicamente el dolo directo, tiene que haber una absoluta finalidad de ocultar a las
autoridades el paradero del menor.
Amenazas:
En el artículo 149 bis del CP, se tutela la libertad individual, pero en su aspecto psíquico; se tutela
la libertad psíquica, a diferencia de los casos del artículo 141, en los cuales se protege la libertad
física, es decir, ambulatoria o de movimiento. Del texto del artículo 149 bis surgen 2 figuras:
▪ Amenaza simple.
▪ Amenaza coactiva.
Amenaza simple:
Según el primer párrafo del artículo antes mencionado, será reprimido con prisión de seis meses
a dos años el que hiciere uso de amenazas para alarmar o amedrentar a una o más personas.
En primer lugar, debemos tener en cuenta que se entiende por amenaza la anunciación de un
mal futuro para generar temor en el sujeto pasivo.
Respecto del contenido de las amenazas, estas deben cumplir con ciertos requisitos, tales son:
Estructura típica:
Sujeto activo:
Cualquier persona puede ser sujeto activo del delito de amenazas. Ello surge claro del texto
legal.
LORENZO GROSSO
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Sujeto pasivo:
El sujeto pasivo también puede ser cualquier persona, pero debe tener capacidad suficiente para
entender que se la amenaza, no pudiendo ser sujetos pasivos quienes carezcan de capacidad
para captar el sentido de amenaza del anuncio.
Acción típica:
Consiste en alarmar o amedrentar mediante amenazas. El artículo no distingue por qué medios
pueden realizarse las amenazas; pueden ser orales, es decir, verbales, escritas, por medio de
gestos o mímicas (como la señal de cortar el cuello), mediante símbolos (cuando se pinta la casa
de un narco).
Según la norma la acción típica es alarmar o amedrentar mediante amenazas, de modo que,
estas son un medio para un fin.
Las amenazas se consuman cuando llegan a conocimiento del destinatario, por lo que, si
amenazo a una persona por medio de una carta y esta jamás le llega, el delito está tentado y no
consumado.
Elemento subjetivo:
El delito de amenazas es doloso, debiendo el autor conocer que esta amenazando y querer
hacerlo, pero con el fin de alarmar o amedrentar. Tal elemento subjetivo excluye cualquier dolo
que no sea el directo.
Agravantes:
En su segundo párrafo el artículo 149 bis del Código Penal consagra dos supuestos agravantes
de las amenazas.
▪ Se comete con armas: da cuenta de la mayor inmediatez del mal que amenaza al sujeto
pasivo. La norma se refiere genéricamente a “armas”, por lo que comprende tanto armas
propias e impropias.
▪ Si fuesen anónimas: resulta claro el incremento en el temor o alarma que se produce
en la victima cuando el sujeto activo oculta su identidad física. El anonimato reside, entonces,
en la imposibilidad o las graves dificultades para descubrir la identidad del autor.
Amenaza coactiva:
Será reprimido con prisión o reclusión de 2 a 4 años el que hiciere uso de amenazas con el
propósito de obligar a otro a hacer, no hacer o tolerar algo contra su voluntad.
Existe coacción cuando se usan amenazas para obligar a otro a hacer, no hacer o tolerar algo
contra su voluntad. El medio empleado para coaccionar deben ser las amenazas. Un claro
ejemplo es “si no te sentad te mato” o el caso de que los alumnos amenacen de muerte al
profesor para que los apruebe.
LORENZO GROSSO
CÁTEDRA: STRAMAZZO – MOROSANO - PEIRONE
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Agravantes:
En el artículo 149 ter del Código Penal se establece que la pena de las amenazas coactivas se
agrava, y pasa a ser:
▪ De tres a seis años de prisión o reclusión si se emplearen armas o si las amenazas fueren
anónimas.
▪ De cinco a diez años de prisión o reclusión en los siguientes casos:
o Si las amenazas tuvieren como propósito la obtención de alguna medida o
concesión por parte de cualquier miembro de los poderes públicos.
o Si las amenazas tuvieren como propósito el de compeler a una persona a hacer
abandono del país, de una provincia o de los lugares de su residencia habitual o de trabajo.
El Código Penal, dentro de los delitos contra la libertad, contempla la violación de domicilio y el
allanamiento ilegal. Se ha dicho que el bien jurídico protegido es la propiedad o la posesión, la
paz pública; pero en realidad, lo que se está protegiendo es la intimidad, la paz domiciliaria que
todo individuo tiene derecho a gozar, o, dicho de otro modo, la libertad de gozar íntimamente
del lugar donde se vive. La protección del domicilio tiene carácter constitucional. La CN en su
art. 17 establece que “el domicilio es inviolable”, y agrega que “una ley determinará en qué
casos y con qué justificativos podrá procederse a su allanamiento”. El CP se refiere a:
Violación de domicilio:
Según el artículo 150 del CP se impondrá prisión de seis meses a dos años, si no resultare otro
delito más severamente penado, al que entrare en morada o casa de negocio ajena, sus
dependencias o en el recinto habitado por otro, contra la voluntad expresa o presunta de quien
tenga derecho a excluirlo.
La propia ley consagra a este delito como una figura subsidiaria, la pena aquí prevista se aplicará
siempre que el hecho no constituya un delito más severamente penado, por ejemplo, el robo
que por su naturaleza requiere de la violación de domicilio; ello siempre que el dolo del sujeto
haya sido cometer el robo, pero, si por ejemplo una mucama ingresa a la habitación de un hotel
donde se hospeda su ídolo para poder ver su ropa, y una vez allí decide robarle, estamos ante
un concurso ideal de violación de domicilio y hurto.
Para la ley penal, el concepto de domicilio tiene un alcance más amplio que para la ley civil. En
efecto, la ley civil considera domicilio real de las personas, al lugar donde ellas tienen establecido
el asiento principal de su residencia y de sus negocios; y agrega que, para que la habitación cause
domicilio, la residencia debe ser habitual, y no accidental, aunque no se tenga intención de
quedarse para siempre en ese sitio.
La ley penal, en cambio, considera domicilio a cualquier lugar que el individuo esté ocupando,
aunque sea en forma meramente accidental. La norma se refiere:
▪ Morada: es el lugar en que habita, en forma más o menos permanente, una persona o
grupo de personas aun cuando no pernocten en él; también es morada el sitio donde sólo se
pernocta, aunque el resto del día se esté fuera de él. No es fundamental que se trate de un
inmueble o construcción sólida y cerrada destinada a vivienda; es suficiente que surja con
claridad que se trata de un sitio donde se habita. Ej. cueva. En caso de una persona en situación
de calle se considera domicilio el lugar donde la persona está, donde pasa el tiempo y deja sus
cosas.
LORENZO GROSSO
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▪ Casa de negocio: es todo lugar abierto al público, destinado a una actividad comercial,
profesional, científica o artística. Es necesario que el local esté abierto al público, permitiéndose
así en forma genérica el acceso de la gente; pero el dueño o la persona que esté a cargo del local
tiene facultad de excluir a los que concurren o de limitar su admisión. Cuando la casa de negocio
está cerrada se transforma en morada.
▪ Dependencias: dependencia de una morada o de una casa de negocio, es el espacio o
recinto que, sin constituir específicamente una morada o una casa de negocio, accede a ellos
por su ubicación y por la función que cumple. En esta categoría quedan comprendidos, por
ejemplo: los garajes, cocheras, terrazas, patios y jardines de una casa o edificio, los baños
comunes de algunas oficinas, los sótanos de galerías comerciales, etc.
▪ Recinto habitado: es todo lugar que se encuentre habitado, aunque no pueda
considerarse estrictamente morada o casa de negocio. Esta categoría comprende ciertos
recintos que se encuentren dentro de otros más amplios, como los cuartos de casas de
inquilinato, las habitaciones de un hotel, los camarotes de barcos o trenes, etc. En estos casos,
el cuarto, habitación o camarote, constituyen domicilio respecto de su ocupante, y éste tiene
derecho de exclusión aún con respecto al propietario o tenedor del inquilinato, hotel, barco o
tren.
Estructura típica:
Sujeto activo:
Cualquier persona puede ser sujeto activo de este delito, incluso el mismo dueño de la
propiedad en cuestión, como sucede en caso de que el titular de la finca viole el domicilio del
inquilino.
Sujeto pasivo:
Respecto del sujeto pasivo, es el titular del derecho de exclusión, es decir, aquel que está
facultado para decidir quienes ingresan o no al domicilio. No necesariamente es el titular del
mismo, por ejemplo, yo puedo decidir en mi casa, aunque el titular es mi padre, lo mismo con
la empleada doméstica cuando no están los dueños.
Acción típica:
La acción típica consiste en entrar en el domicilio ajeno contra la voluntad expresa o presunta
de quien tenga derecho a excluirla. Entrar es pasar de afuera hacia adentro; pero también puede
ocurrir que una persona cometa este delito estando ya dentro de un lugar, imaginemos un
comercio en donde el cliente en lugar de solicitar la carne al carnicero, salta el mostrador y saca
la carne de la cámara.
El ingreso será contra la voluntad expresa, cuando ha sido manifestada por cualquier medio en
forma inequívoca. Seria presunta, por el contrario, cuando no se manifestó expresamente, pero
puede deducirse de ciertas circunstancias; por ejemplo, una reja o cerca en el jardín.
Respecto de su consumación, esta se produce cuando el sujeto pasivo ingresa al domicilio del
ofendido; algunos autores señalan que es necesario que el sujeto ingrese la totalidad de su
cuerpo, de modo que si una persona ingresa a una casa ajena todo su cuerpo menos un dedo el
delito no se consumaría, por eso muchos autores critican tal opinión. En la actualidad existen
muchos fallos que consideran violación de domicilio aquella cometida por medios electrónicos
como cámaras fotográficas o drones.
Admite tentativa, por ejemplo, quien pretende ingresar a una casa por la chimenea y se queda
atorado.
Nuestra ley no prevé en forma expresa la situación de quien habiendo entrado lícitamente,
permanece en el domicilio contrariando la voluntad de quien tiene derecho a excluirlo (por
ejemplo, en una previa en casa, cuando ya nos vamos al boliche uno de mis amigos se niega a
ir). La doctrina discrepa al respecto:
LORENZO GROSSO
CÁTEDRA: STRAMAZZO – MOROSANO - PEIRONE
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Elemento subjetivo:
Se trata de un delito doloso, debiendo el autor conocer y querer ingresar en el domicilio en
contra de la voluntad del sujeto pasivo. Comprende tanto el dolo directo como el eventual
(quien duda acerca de la prohibición de ingreso y lo hace igual).
Allanamiento ilegal:
Dispone el artículo 151 del CP que se impondrá pena de prisión e inhabilitación especial de 6
meses a 2 años, al funcionario público o agente de la autoridad que allanare un domicilio sin las
formalidades prescriptas por la ley o fuera de los casos que ella determina.
Estructura típica:
Sujeto activo:
Como ya adelante este delito solo puede ser cometido por funcionarios públicos. Según el
artículo 77 del CP es todo aquel que participa accidental o permanentemente del ejercicio de
funciones públicas, sea por elección popular o por nombramiento de autoridad competente.
Sujeto pasivo:
Al igual que en la violación de domicilio, el sujeto pasivo de este delito puede ser cualquiera,
siempre y cuando sea quien tiene la facultad de exclusión.
Acción típica:
El delito consiste en allanar un domicilio en forma arbitraria. El allanamiento es el registro de un
domicilio, realizado por un funcionario público – en calidad de tal – en el marco de una
investigación penal para detener personas o secuestrar cosas.
Para ser legítimo, el allanamiento debe darse conforme las exigencias de las leyes procesales,
en primer lugar, se exige una orden de allanamiento expedida por un juez competente. El
artículo 169 del CPPSF que regula el allanamiento establece que se debe indicar el lugar, fecha
y hora en que se realizará el acto, la diligencia deberá ser filmada desde el inicio del
procedimiento. Se debe pedir la autorización individualizando los objetos a secuestrar o las
personas a detener. Si en el acto se hallaren objetos que presumiblemente estuvieran
relacionados a otros hechos delictivos o armas de fuego cuya tenencia no estuviera legalmente
justificada, deberán ser secuestrados informando al Tribunal (si ello no se respeta “teoría del
fruto del árbol venenoso”).
La autorización de allanamiento será exhibida al que habita u ocupa el lugar donde deba
efectuarse.
Según establece el artículo 151 del CP, el allanamiento es punible cuando se da:
▪ Sin las formalidades prescriptas por la ley: es decir se incumple alguno de los requisitos
exigidos por el artículo 169 del CPPSF.
▪ Fuera de los supuestos que la ley prevé: existen ciertos casos en los que por su
naturaleza u entidad no se hace necesario el allanamiento del domicilio, como puede ocurrir
ante una lesión al honor.
LORENZO GROSSO
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Elemento subjetivo:
Este delito requiere dolo directo, lo que supone que el autor debe saber que está incumpliendo
las formalidades exigidas o bien que está realizando un allanamiento fuera de los casos previstos
en la ley.
Excusas absolutorias:
En su artículo 152 el CP consagra una serie de excusas absolutorias respecto de estos delitos,
según dicho artículo, las disposiciones de los artículos anteriores no se aplicarán al que entrare
en los sitios expresados, para evitar un mal grave a sí mismo, a los moradores o a un tercero, ni
al que lo hiciere para cumplir un deber de humanidad o prestar auxilio a la justicia.
Esta norma del código de fondo, es casi idéntica, al artículo 170 del CPPSF que establece una
serie de casos en los que es posible allanar un domicilio sin autorización; según este artículo de
la legislación procesal n o será necesaria la autorización de allanamiento cuando la medida se
deba realizar mediando urgencia que se justifique por:
▪ Incendio, inundación u otra causa semejante que ponga en peligro la vida o los bienes
de los habitantes.
▪ La búsqueda de personas extrañas que hubieran sido vistas mientras se introducían en
un local o casa, con indicios manifiestos de cometer un delito.
▪ La persecución de un imputado de delito que se hubiera introducido en un local o casa.
▪ Indicios de que en el interior de una casa o local se estuviera cometiendo un delito, o
desde ella se solicitare socorro.
VIOLACIÓN DE SECRETOS:
Este delito está consagrado en el artículo 153 del Código Penal, el primero del Título, y
contempla distintas figuras delictivas, tales son:
LORENZO GROSSO
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103
En su primera parte el artículo 153 del Código Penal dispone que, será reprimido con prisión de
quince días a seis meses el que abriere o accediere indebidamente a una comunicación
electrónica, una carta, un pliego cerrado, un despacho telegráfico, telefónico o de otra
naturaleza, que no le esté dirigido.
Sujeto activo:
Puede ser cualquier persona, siempre que no resulte ser el propio destinatario de la
correspondencia, pues la norma dice “que no le esté dirigido”.
Sujeto pasivo:
Puede ser cualquier persona que haya remitido o sea el destinatario de la correspondencia o
correo electrónico.
Acción típica:
Es abrir ilegítimamente una correspondencia que no le está dirigida. Abre la correspondencia
cerrada el que rompe cualquier cubierta o cierre, aunque no se entere del contenido y vuelva a
cerrar la carta o pliego. Además, dicha apertura debe ser indebida, es decir realizada sin
derecho; existen ciertos casos en los cuales es licito que alguien abra correspondencia que no le
está dirigida; tal es el caso de los procesos penales, en los que el juez puede permitir que se
intercepte correspondencia si cree que así va a lograr obtener pruebas útiles para la
comprobación del delito; y los padres y tutores, por su parte, pueden abrir la correspondencia
enviada o recibida por el menor bajo su responsabilidad parental o tutela.
Por otro lado, los objetos sobre los que puede recaer la acción típica son:
Elemento subjetivo:
Se necesita dolo directo, ya que se exige que el sujeto conozca que se trata de correspondencia
que no está dirigida a su persona y, además, que se encuentra cerrado y que lo abre de manera
indebida.
LORENZO GROSSO
CÁTEDRA: STRAMAZZO – MOROSANO - PEIRONE
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Este delito comparte, en términos generales, la estructura típica con la apertura indebida de la
correspondencia, con la salvedad de la acción típica.
Aquí el autor de apodera indebidamente de la correspondencia, que para Donna significa tanto
como aprehender una cosa. Es necesario que el sujeto tome el elemento y lo constituya para sí,
aunque lo restituya al cabo de un tiempo más o menos prologado. La simple apertura del
documento no encuadra aquí si no hay apoderamiento material de la cosa.
Establece el artículo 153 del CP que se impondrá prisión de quince días a seis meses a quien
indebidamente suprimiere o desviare de su destino una correspondencia o una comunicación
electrónica que no le esté dirigida.
En esta tercera hipótesis, la acción consiste en suprimir o en desviar la correspondencia en curso;
es decir, la correspondencia en viaje hacia su destino. Suprimir la correspondencia es eliminar
la comunicación, por ejemplo, destruyéndola. Desviar la correspondencia, consiste en cambiar
su destino.
Tanto en un caso como en el otro, se está evitando que la correspondencia llegue a su
destinatario. No son alcanzados por esta norma los proveedores de internet o de servicios de
mail que interceptan o desvían correos electrónicos cuando contienen spam o virus.
En su segundo párrafo la norma dispone que en la misma pena incurrirá el que indebidamente
interceptare o captare comunicaciones electrónicas o telecomunicaciones provenientes de
cualquier sistema de carácter privado o de acceso restringido.
Interceptar es interrumpir, cortar; y captar importa atraer hacia si las comunicaciones. Podemos
mencionar como ejemplos de esta figura a quien intercepta las comunicaciones de radios
policiales.
Agravantes:
Funcionario público:
En su última parte el artículo 153 establece que, si el autor de las conductas que allí se reprimen,
fuese un empleado público que abusare de sus funciones, además de las penas antes señaladas,
sufrirá inhabilitación especial por doble tiempo de la condena.
Según el artículo 154 del CP, será reprimido con prisión de uno a cuatro años, el empleado de
correos o telégrafos que, abusando de su empleo, se apoderare de una carta, de un pliego, de
un telegrama o de otra pieza de correspondencia, se impusiere de su contenido, la entregare o
comunicare a otro que no sea el destinatario, la suprimiere, la ocultare o cambiare su texto.
Sujeto activo:
Debe ser un empleado de correos o telégrafos, no importando la calidad o jerarquía del
empleado. Si es necesario que el empleado abuse de sus funciones, es decir, que haya
LORENZO GROSSO
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Sujeto pasivo:
En estos casos lo será tanto el remitente como el destinatario de la correspondencia violada, ya
que el derecho a la inviolabilidad de la correspondencia pertenece tanto a uno como al otro.
Acción típica:
Al analizar el artículo vemos que este se refiere a diversas conductas típicas, por eso debemos
analizar cada una:
Elemento subjetivo:
Se trata de un delito doloso, siendo unánime la doctrina en cuanto a la necesidad de que el dolo
sea directo, ya que el carácter abusivo de las acciones no es compatible con otra clase de dolo.
Este tipo penal fue incorporado por la ley 26388, el artículo 153 bis del CP dispone que será
reprimido con prisión de quince días a seis meses, si no resultare un delito más severamente
penado, el que a sabiendas accediere por cualquier medio, sin la debida autorización o
excediendo la que posea, a un sistema o dato informático de acceso restringido.
Estructura típica:
Sujeto activo:
Este delito puede ser cometido por cualquiera, no interesan condiciones específicas en la
persona del autor. Aunque dado que se trata de delitos cometidos por medio de nuevas
tecnologías requiere que el sujeto tenga conocimiento de los mismos, conocimiento que puede
adquirir cualquiera. Es lo que comúnmente se llama hacker.
Sujeto pasivo:
El sujeto pasivo será el titular del sistema o dato informático. Que este sea un organismo público
o un proveedor de servicios públicos o financieros, opera como calificante del tipo.
Conforme el artículo 2 de la Ley de Protección de Datos Personales, el “titular de los datos” es
“toda persona física o persona de existencia ideal con domicilio legal o delegaciones o sucursales
en el país, cuyos datos sean objeto del tratamiento al que se refiere la presente ley”
LORENZO GROSSO
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Acción típica:
La conducta típica consiste en el acceder sin autorización o excediendo la que se tiene a un
sistema o dato informático de acceso restringido. Con esta última precisión (acceso restringido),
contenida al cierre del primer párrafo, se excluye la posibilidad de punir el acceso a redes,
sistemas y contenidos de sitios públicos. La restricción podrá ser mediante una clave –de
usuario- o cualquier otra modalidad limitativa que exprese que se trata de ámbito reservado por
el titular.
Respecto de la conducta desplegada por el sujeto activo interesa determinar cuándo terceras
personas que no son los legítimos usuarios de los datos y sistemas informáticos comprometidos,
pueden acceder a ellos, aunque, claro está, no estén debidamente autorizados de antemano:
Elemento subjetivo:
La expresión “a sabiendas” que utilizo el legislador nos dice que estamos ante una figura dolosa.
El error sobre un elemento del tipo objetivo excluye el dolo y la responsabilidad penal
tanto si es invencible como vencible, dado que no se encuentra previsto el tipo culposo.
Agravante:
La pena será de un mes a un año de prisión cuando el acceso fuere en perjuicio de un sistema o
dato informático de un organismo público estatal o de un proveedor de servicios públicos o de
servicios financieros.
Al decir de Marco A. Terragni, con esta figura el legislador ha pretendido tutelar la libertad de
las personas en la inteligencia de que toda comunicación por correspondencia, sea expresa o
tácitamente, pertenece a la esfera de reserva del comunicador y sólo debe ser conocida por el
sujeto a quien va dirigida.
Según el artículo 155 del CP será reprimido con multa de pesos un $1500 a pesos cien mil
$100000, el que, hallándose en posesión de una correspondencia, una comunicación
electrónica, un pliego cerrado, un despacho telegráfico, telefónico o de otra naturaleza, no
destinados a la publicidad, los hiciere públicar indebidamente, si el hecho causare o pudiere
causar perjuicios a terceros.
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Estructura típica:
Sujeto activo:
Puede ser cualquier persona, toda vez que la norma utiliza la ya mencionada expresión “el
que…”.
Sujeto pasivo:
El autor de la comunicación públicada en forma indebida debe ser determinado o, al menos,
determinable. Es justamente aquel cuyo ámbito de intimidad resulta afectado por conducta
típica.
Acción típica:
La conducta típica es públicar por sí o hacer públicar por tercero, total o parcialmente (la
redacción no distingue), por cualquier medio en forma indebida una correspondencia, una
comunicación electrónica, un pliego cerrado, un despacho telegráfico, telefónico o de otra
naturaleza, no destinados a la publicidad. Para que la conducta sea punible esta debe causar o
poder causar daños a terceros, dice expresamente la norma.
Es decir, que se trata de darla a conocer a un grupo indeterminado de personas debiendo ser
posible vincularla en modo directo o indirecto con su fuente, el remitente. Creus y Buompadre
sostienen que si no es posible esta vinculación no habría delito.
Elemento subjetivo:
Es un delito doloso, lo que se enfatiza a partir del reclamo de que la públicación debe ser
indebida. El autor debe conocer que está frente a una comunicación de las previstas, que no
puede ser dada a publicidad y que media posibilidad de provocar un perjuicio. Atendiendo a
ello, Donna sostiene que sólo es compatible con el dolo directo.
Eximentes:
En su último párrafo este artículo exime de responsabilidad al que hubiere obrado con el
propósito inequívoco de proteger un interés público. Por ejemplo, el autor que alega haber
públicado la correspondencia en el interés inequívoco de la organización política del país.
Esta es una figura penal que como futuros abogados debemos tener siempre presentes,
contemplada por el artículo 156 del CP, según el cual será reprimido con multa de pesos mil
quinientos a pesos noventa mil e inhabilitación especial, en su caso, por seis meses a tres años,
el que, teniendo noticia, por razón de su estado, oficio, empleo, profesión o arte, de un secreto
cuya divulgación pueda causar daño, lo revelare sin justa causa.
Estructura típica:
Sujeto activo:
Se trata, a mi entender, de un delito común, es decir, puede ser cometido por cualquier persona,
siempre y cuando esta haya tenido conocimiento del secreto en función de su:
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Sujeto pasivo:
Puede serlo cualquier persona, en el caso concreto es aquella persona cuyo secreto es
divulgado, será la mujer cuyo hijo no es de su esposo.
Acción típica:
En la norma se consagran dos acciones típicas, teniendo en cuenta que previamente el sujeto
agente se debe haber impuesto con el secreto en función de su estado, oficio, empleo, profesión
y arte.
En primer lugar, la norma se refiere a quien revela el secreto, revelar es poner en conocimiento
de una o varias personas que no están dentro del circulo de obligadas a conocerlo. Y luego se
refiere a la divulgación de los secretos, este resulta ser un concepto más amplio en tanto que
importa poner en conocimiento de un número indeterminado de personas.
Por otro lado, debemos tener en cuenta que el delito se consuma siempre y cuando la persona
a la cual se impone el secreto no tenga, a su vez, el deber de guardar secreto, como puede ser
la secretaria de un estudio jurídico, un enfermero, entre otros supuestos.
En cuanto al objeto de la divulgación o revelación, la norma dice que debe tratarse de secreto
cuya extensión a otras personas pueda causar un perjuicio. En primer lugar, tengamos en cuenta
que lo secreto es lo que cuidadosamente se tiene reservado u oculto, pero ello no basta es
necesario que ese secreto tenga cierta entidad, que su divulgación pueda efectivamente causar
un daño. Este daño temido puede ser de cualquier índole (físico, moral, patrimonial).
Cabe tener en cuenta que puede ocurrir que ese secreto no sea conocido por el sujeto pasivo,
sin embargo, se presume que no quiere este sea divulgado, como es el caso de la mujer que va
a un control de rutina a su ginecólogo y este advierte que la paciente tiene una enfermedad de
transmisión sexual en etapa avanzada (y claro, no lo sabía).
Pero para que la revelación de un secreto sea típica depende, en última instancia, de que se
haga sin justa causa. Más allá de los causales de justificación que prevé el artículo 34 del CP,
constituye justa causa el consentimiento del interesado en el secreto.
Elemento subjetivo:
Se trata de un delito doloso, admitiéndose en la doctrina el dolo eventual, como es el caso del
profesional que deja en manos de un tercero los medios necesarios para conocer el secreto.
Establece el CP en su artículo 157 que, será reprimido con prisión de un mes a dos años e
inhabilitación especial de un a cuatro años, el funcionario público que revelare hechos,
actuaciones, documentos o datos, que por ley deben ser secretos.
Por otro lado, cabe tener en cuenta que el artículo 51 del CP establece que todo ente oficial que
lleve registros penales se abstendrá de informar sobre datos de un proceso terminado por
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En su último párrafo la norma nos indica que la violación de la prohibición de informar será
considerada como violación de secreto en los términos del artículo 157, si el hecho no
constituyere un delito más severamente penado.
Estructura típica:
Sujeto activo:
Está claro que el autor debe ser un funcionario público, que como ya vimos en reiteradas
ocasiones es definido por el propio Código Penal en su artículo 77.
Acción típica:
Consiste en revelar el secreto, para lo cual – dice D’Alessio – bastara con que se lo comunique a
cualquier persona que no sea una de las que, como el sujeto activo, están obligadas a guardar
secreto. Los objetos de la revelación pueden ser:
Elemento subjetivo:
Es un delito doloso, de pura actividad, requiere el conocimiento del carácter secreto del objeto
y la voluntad de revelarlo a terceras personas que no se encuentran autorizadas a conocer el
secreto.
El artículo 157 bis del CP establece la pena de la pena de prisión de un mes a dos años para los
siguientes delitos:
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En primer lugar, debemos recordar que, conforme el artículo 2 de la ley de Protección de los
Datos Personales, estos son toda información, de cualquier tipo, referida a personas humanas o
jurídicas, determinadas o determinables.
Por otro lado, un registro o banco de datos es el conjunto organizado de soportes de datos
personales que sean objeto de tratamiento, procesamiento, electrónico o no, cualquiera fuere
la modalidad de su almacenamiento, organización o acceso.
La norma aplica la pena tanto a quien inserta los datos falsos como a quien hace insertarlos por
otro. Inserta quien incluye datos en el archivo de datos personales, mientras que hace insertar
quien logra que un tercero los introduzca. La otra persona no necesita participar dolosamente,
puede que lo haga engañada, por error, en cuyo caso –apunta Terragni– configuraría un
supuesto de autoría mediata.
Aspecto subjetivo:
Todas las figuras analizadas comparten una tipicidad subjetiva dolosa, el autor debe conocer de
la ilegitimidad con que accede al sistema de datos (y allí la ley dice a sabiendas, lo que es igual a
dolo directo), con que revela los datos y en el último caso la falsedad de los datos ingresados y
querer actuar en consecuencia. En los últimos dos podría admitirse el dolo eventual.
Agravante:
En su último párrafo el artículo dispone que, cuando el autor sea funcionario público sufrirá,
además, pena de inhabilitación especial de un a cuatro años.
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Régimen de acción:
Según surge del artículo 73 del CP la violación secretos constituye un delito de instancia privada,
con la excepción del supuesto previsto por el artículo 157 del CP.
Los artículos 14 y 14 bis de la Constitución Nacional reconocen a todos los habitantes de esta
Nación el derecho de trabajar y ejercer toda industria lícita y, también, el de asociarse con fines
útiles. Además, este derecho está reconocido por diversos Pactos Internacionales.
Este es sin dudas el valor que ha tenido en cuenta el legislador para justificar su dictar una
disposición que castigue aquellas conductas que atenten contra este derecho.
El artículo 158 del Código Penal contempla dos figuras delictivas a las que impone prisión de un
mes a un año, tales son:
▪ Compulsión a la huelga o boicot.
▪ Compulsión asociativa.
Según la primera parte del artículo, dicha pena se impondrá al obrero que ejerciere violencia
sobre otro para compelerlo a tomar parte en una huelga o boicot. Recordemos que la huelga es
la no concurrencia al trabajo por parte de los obreros con el objeto de obtener una ventaja, y el
boicot es el no comprar determinados productos o marcar o no trabajar en una determinada
empresa.
Sujeto activo:
El sujeto activo solo puede ser un obrero, entendiéndose como tal persona que realiza tareas
manuales en relación de dependencia.
Sujeto pasivo:
Resulta claro que el sujeto ofendido es también un obrero. De faltar tal calidad podrá haber
otras figuras típicas, pero no está.
Acción típica:
Obviamente no se castiga la huelga, sino el ejercicio arbitrario de tales procedimientos por
medio del compelimiento violento sobre otros para que tomen parte en aquel. Por eso, dice
D’Alessio, la acción típica es ejercer violencia, lo que implica desplegar medios físicos sobre la
persona del sujeto pasivo.
Elemento subjetivo:
Se trata de un delito doloso. Pero este solo admite dolo directo, ya que resulta necesario un plus
de voluntad que es justamente compeler a tomar parte en una huelga o boicot.
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Compulsión asociativa:
En su parte final la norma nos indica que la misma pena sufrirá el patrón, empresario o empleado
que, por sí o por cuenta de alguien, ejerciere coacción para obligar a otro a tomar parte en un
lock-out y a abandonar o ingresar a una sociedad obrera o patronal determinada.
Sujeto activo:
Aquí el autor puede ser el patrón o empleador, o un empresario, o el empleado de estos,
pudiendo actuar por sí mismo o por cuenta de terceros. Por eso dice Molinario que lo puede
cometer cualquiera por cuenta de una persona física o jurídica de carácter patronal.
Sujeto pasivo:
Aquí el sujeto pasivo puede ser un obrero, un patrón o empresario.
Acción típica:
La acción consiste en ejercer coacción sobre otra persona, ya sea por medio de violencia moral
o física, para lograr que tome parte en un lock out o para que ingrese u abandone una asociación
obrera:
▪ Lock out: consiste en el cierre simultáneo de las fábricas o suspensión del trabajo en las
mismas, dispuesto por los patrones para ejercer presión sobre los obreros. Es el reverso de la
huelga. El lock-out no es delito, como no lo es la huelga. Lo que es punible, es la coacción que
emplee un patrón para obligar a otro empresario a tomar parte en el “lock-out”. Se protege la
libertad de trabajar.
▪ Ingresar o abandonar asociación obrera o patronal: en este caso, el bien jurídico es la
libertad de asociación consagrada por nuestra CN, cuando reconoce el derecho de “asociarse
con fines útiles”. La libertad de asociación tiene un concepto doble:
Basta la coacción para que el delito se consume; no se requiere que el fin perseguido se logre.
No es posible la tentativa.
Elemento subjetivo:
Se trata de delitos dolosos que parece bastante claro solo admite dolo directo.
Concurrencia desleal:
Creus afirma que este tipo penal tiene un evidente trasfondo económico; el agente procura,
mediante el fraude, lucrar con la clientela ajena; pero el legislador los ha colocado en el titulo
libertad para acentuar la protección al normal ejercicio de la competencia.
Según el artículo 159 del CP, será reprimido con multa de $2000 a $30000, el que, por
maquinaciones fraudulentas, sospechas malévolas o cualquier medio de propaganda desleal,
tratare de desviar, en su provecho, la clientela de un establecimiento comercial o industrial.
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Estructura típica:
Sujeto activo:
Puede serlo tanto quien ya es comerciante o industrial como quien aún no lo es, pero piensa
serlo en un futuro. Si bien la norma utiliza genéricamente la expresión “el que”, por lo que
principio diríamos que este delito puede ser cometido por cualquiera, es necesario que la
actividad que el agente realiza se vincule con la del sujeto pasivo, pues el delito consiste en
desviar la competencia en su propio beneficio.
Sujeto pasivo:
La víctima del delito tiene que ser necesariamente un comerciante o industrial, puesto que solo
con esa calidad puede tener clientela.
Acción típica:
Consiste en tratar de desviar, en provecho propio, la clientela de un establecimiento comercial
o industrial, utilizando para tal fin alguno de los medios que enuncia el CP:
Elemento subjetivo:
Esta figura solo admite dolo directo. Pero no basta con el dolo, sino que se exige de un especial
elemento subjetivo distinto del dolo, y es que el sujeto actué con la finalidad de desviar la
clientela en provecho propio. Sin tal propósito no se da la figura.
Régimen de acción:
El bien jurídico protegido es la libertad de reunión o derecho a congregarse con fines útiles. Para
que la reunión sea protegida por la ley debe tratarse de una reunión lícita, reviste este carácter
cuando conforme a la Constitución, a la ley y a los reglamentos vigentes, ella pueda celebrarse.
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Según el artículo 160 del CP será reprimido con prisión de quince días a tres meses, el que
impidiere materialmente o turbare una reunión licita, con insultos o amenazas al orador o a la
institución organizadora del acto.
Estructura típica:
Sujeto activo:
Autor podría ser cualquier persona. Si aquel se trata de un funcionario público, se afirma que el
hecho concurriría realmente con el abuso de autoridad previsto por el artículo 248 del CP.
Sujeto pasivo:
Sujetos pasivos de los insultos o amenazas solo pueden serlo el orado, es decir la persona que
habla, y mientras lo está haciendo, y la institución organizadora. Aunque, claro está, víctimas de
este delito son todas las personas que se reunían lícitamente.
Acción típica:
Según la norma es punible quien impide materialmente una reunión y quien turba una reunión.
Elemento subjetivo:
Se trata de un delito doloso, que solo admite el dolo directo por parte del autor.
Este Capítulo del Código Penal protege la libre circulación de la prensa, entendida esta como
libro o periódico.
Según el artículo 161 del CP sufrirá prisión de uno a seis meses, el que impidiere o estorbare la
libre circulación de un libro o periódico.
Estructura típica:
Sujeto activo:
Este delito puede ser cometido por cualquier persona, la norma no exige requisitos específicos
en la persona del autor.
Sujeto pasivo:
Es la persona interesada en que el impreso circule, como podría ser el distribuidor, el autor y
editor del mismo. También resultan damnificados los demás miembros de la sociedad que se
ven privados de conocer ese escrito.
Acción típica:
La norma se refiere al que impidiere, es decir, el que hace imposible la distribución del escrito,
LORENZO GROSSO
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115
y al que estorbare, es decir quien entorpece o dificulta la circulación del impreso (en tanto no la
impidan).
Esta conducta puede llevarse adelante por cualquier medio, incluso señalan algunos autores
muchas veces puede lograrse a través de medios lícitos, como quien compra todos los
ejemplares de un periódico apenas es terminada su impresión.
Elemento subjetivo:
Es un delito doloso, el autor conoce que está impidiendo o estorbando la libre circulación de un
libro o periódico y quiere realizar dicha acción.
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Debemos tener en cuenta que el Código Penal no protege a la propiedad como sinónimo de
derecho real de dominio En este título, sino que va más allá, con el objetivo de comprender el
sentido amplio de la propiedad que utiliza el artículo 17 de la CN, que abarca no solo el dominio,
sino también los demás derechos reales y personales de una persona, y aun los bienes
incorporales.
Es decir, se sancionan conductas que afectan cualquier derecho de contenido patrimonial, entre
los que podemos mencionar los derechos reales, la tenencia, los derechos personales, y hasta
la mera pertenencia originada en titulo vicioso o ilícito, entre muchos otros.
En este título el CP agrupa los tipos penales que tienen como resultado una disminución del
patrimonio del sujeto pasivo, entendido este como una universalidad jurídica de derechos reales
y personales del individuo, ya sea por una reducción de su activo o de un aumento de su pasivo.
Respecto de la clasificación de los delitos contra la propiedad, el CP ha optado por agruparlos
teniendo en cuenta las diversas maneras en que pueden resultar afectados los bienes que
pretende proteger, así hallamos:
▪ Hurto.
▪ Robo.
▪ Abigeato.
▪ Extorsión.
▪ Estafas y otras defraudaciones.
▪ Usura.
▪ Quebrados y otros deudores punibles.
▪ Usurpación.
▪ Daños.
Es el Capítulo I de este Título VI del CP. Aquí se ubican delitos que atentan contra la propiedad
– con el alcance antes mencionado – y que se caracteriza por el apoderamiento de una cosa.
Hurto simple:
Según el artículo 162 del CP será reprimido con pena de prisión de un mes a dos años, el que se
apoderare ilegítimamente de unca cosa mueble, total o parcialmente ajena.
Estructura típica:
Sujeto activo:
Debido a los términos que emplea la norma puede extraerse que el hurto puede ser cometido
por cualquier sujeto que no se encuentre ejerciendo poder sobre la cosa, pues ello impediría el
desapoderamiento que caracteriza a este delito.
Sujeto pasivo:
También puede ser cualquier persona, humana o jurídica, en tanto este ejerciendo el poder
sobre la cosa, incluso la tenencia del ladrón o del estafador está protegida contra todo aquel
que no tenga el derecho a procurar la restitución de la cosa; no obstante, también es posible
que la víctima de la acción sea el tenedor despojado de la cosa, en tanto que la persona
perjudicada en su derecho a la propiedad sea un tercero distinto a aquel.
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Acción típica:
Como vimos la acción típica del hurto es la de apoderarse, concepto que implica, en primer
lugar, el desapoderamiento de quien ejercía la tenencia de la cosa – quitarla de su esfera de
custodia –, y en segundo lugar se necesita el apoderamiento material de la cosa por parte del
agente. Ambos elementos son necesarios para que se configure la figura de hurto, el
desapoderamiento sin apoderamiento, a lo sumo dice D’Alessio, puede constituir una tentativa
de hurto. En contra, Núñez señala que el apoderamiento no es necesario. Por ejemplo, si Juan
tiene un pájaro en una jaula y yo intencionalmente la abro para dejar salir el animal, lo
desapodero, pero no me apodero de la cosa; aquí hay delito de daño, pues el animal es una
cosa, mas no hurto.
Asimismo, la norma exige que tal apoderamiento sea ilegitimo, conceptualmente ello requiere
de falta de acuerdo o aquiescencia del sujeto pasivo, tomando en cuenta que la propiedad, a
diferencia de otros bienes, es indiscutiblemente renunciable, por lo que el consentimiento libre
del titular elimina la tipicidad. Es el caso de las “mecheras” en donde no media violencia.
Y, por último, debemos tener en cuenta que aquello que es objeto de apoderamiento es una
cosa; recordemos, que según el artículo 16 del CCyC las cosas son bienes materiales susceptibles
de valoración económica y que las disposiciones referentes a las cosas son aplicables a la energía
y a las fuerzas naturales susceptibles de ser puestas al servicio del hombre.
Con relación a la energía eléctrica, si la apropiación se realiza directamente de la red de
conducción, ejemplo engancharse del cable, sin alterar el medidor de consumo, es un delito de
hurto. En cambio, si se altera el medidor, o se lo hace funcionar de forma anormal, es estafa.
El cadáver, no es susceptible de hurto, porque no es considerada una cosa. Pero sí en el caso
que haya entrado en el tráfico mercantil; por ejemplo, si se lo momificó.
La sangre puede ser susceptible de hurto sólo si se encuentra separada del cuerpo humano, así
como también otras partes del cuerpo como los tejidos, órganos, etc.-.
Ahora bien, no basta con que sea una cosa, sino que la norma habla de una cosa mueble total o
parcialmente ajena:
▪ Materialidad: pese a que algunos autores exigen la corporeidad de la cosa, es decir, que
esta ocupe un lugar en el espacio, vimos que el CCyC exige que se pueda detectar en el mundo
físico, lo cual habilita a incluir a los sólidos, líquidos, fluidos, gases y la energía.
▪ Valor: la cosa debe tener valor, pero no necesariamente debe ser económico, puede ser
valor de uso.
▪ Mueble: la cosa debe ser mueble, es decir, debe poder trasladarse de un lugar a otro;
ya sea que se trate de bienes muebles propiamente dichos – deben ser trasladados por el
hombre –, o semovientes – que pueden moverse por sí mismos –. También se incluyen los
inmuebles por accesión – una puerta –, y los inmuebles por su carácter representativo – como
el título de propiedad de una casa –.
▪ Total, o parcialmente ajena: debe tratarse de cosas ajenas, es decir, cosas sobre las
cuales el agente no tiene derecho de apoderamiento alguno; dicha ajenidad puede ser total o
parcial, por lo que basta con que solo una parte ideal pertenezca a un patrimonio distinto. La
cosa sigue siendo ajena aun cuando no se conozcan ni su propietario ni quien ejerce actualmente
su tenencia, siempre y cuando no se trate de res nullius – frutos del mar, aguas pluviales – o
cosas abandonadas – casos en los que hay una voluntad de cesar la tenencia de la cosa –. Ello
debe analizarse en el caso concreto, por ejemplo, si en la basura se encuentra una sortija de
diamantes muy probablemente se trate de una cosa perdida y no de una cosa abandonada.
Debemos reconocer que el momento consumativo en los delitos de hurto y robo difiere según
cual de las diversas teorías existentes se adopte:
▪ Teoría de la attrectatio o del contacto: entiende que el hurto se consuma con el mero
tocamiento de la cosa.
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Elemento subjetivo:
No es suficiente la voluntad de desapoderar al tenedor, también es necesario que el sujeto
activo quiera someter la cosa al propio poder de disposición, es decir, apoderarse de la cosa. El
hurto es un delito doloso por naturaleza, no existe el hurto culposo.
Hurtos agravados:
Están contemplados en el artículo 163 del Código Penal, según la norma se aplicará prisión de
uno a seis años en los casos siguientes:
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Hurto campestre:
Es la figura consagrada en el primer inciso que se refiere a cuando el hurto fuere de productos
separados del suelo o de máquinas, instrumentos de trabajo o de productos agroquímicos,
fertilizantes u otros insumos similares, dejados en el campo, o de alambres u otros elementos
de los cercos.
Estos objetos deben estar situados en el campo. Fontán Balestra lo define como todo lugar
ocupado fuera de radios poblados, por lo cual, el titular de la tenencia de estos no puede ejercer
una vigilancia continua directa o indirecta, o una particular defensa de ellos.
Esta agravante encuentra fundamento en la naturaleza agrícola ganadera de nuestro país,
debido a que ello hace a una importante parte de nuestro país se agrava la pena del hurto
respecto de objetos vinculados a la agricultura y se prevé el capitulo de abigeato como una
modalidad agravada de hurto respecto del ganado.
Hurto calamitoso:
Contemplado en el inciso segundo del artículo 163, es decir, cuando el hurto se cometiere con
ocasión de un incendio, explosión, inundación, naufragio, accidente de ferrocarril, asonada o
motín o aprovechando las facilidades provenientes de cualquier otro desastre o conmoción
pública o de un infortunio particular del damnificado.
El sentido de la agravante consiste en compensar la mayor indefensión que sufren los bienes,
en este caso con motivo de ciertas circunstancias que afectan al sujeto pasivo. La norma
enumera:
▪ Desastre: se concibe como todo daño de magnitud que afecta o hace correr peligro a
un número indeterminado de bienes o personas de una sociedad o comunidad; la ley enumera
a modo de ejemplo el incendio, la explosión, la inundación, el naufragio.
▪ Conmoción publica: es toda situación de perturbación publica, generalizada a una
sociedad o comunidad procedente de actividades tumultuarias producidas por grupos más o
menos extensos de personas.
▪ Infortunio particular: toda situación de padecimiento físico – enfermedad, lesión –, o
moral – como la muerte de un ser querido –, que afectan al tenedor del objeto aminorando la
vigilancia que suele ejercer sobre la cosa. Se excluye el sueño, pero no el estado de ebriedad, el
desmayo o cualquier otra perdida del conocimiento. La jurisprudencia sostuvo que solo
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Cualquiera de los hurtos no solo debe cometerse en ocasión de los eventos indicados, sino que
también tiene que mediar, por parte del sujeto activo, aprovechamiento de tales circunstancias.
Conforme el artículo 163 es el caso en que se hiciere uso de ganzúa, llave falsa u otro
instrumento semejante o de llave verdadera que hubiere sido substraída, hallada o retenida.
Obedece a la mayor actividad que debe desplegar el autor para vencer los obstáculos o defensas
que se oponen al apoderamiento. En este caso, el obstáculo es el cerramiento del lugar donde
se encuentra la cosa o de la atadura que la une a otros objetos o que de otro modo impide o
dificulta su apoderamiento, debiendo mediar una cerradura con la llave echada.
No se da esta agravante cuando la cerradura no es el medio de protección, como resulta ser el
tambor de la llave de ignición de un automotor, o cuando se ingresa al vehículo para sustraerlo.
Debe haberlo hecho sin emplear violencia sobre la cerradura, de lo contrario, si fuera rota o
forzada hay violencia y se configura robo. Lo tiene que hacer por medio de habilidad o destreza.
La ganzúa es un instrumento que, sin ser una llave, esta destinado a actuar sobre el mecanismo
de la cerradura para abrirla o librarla. Generalmente se trata de alambre doblado en la punta.
La llave falsa es aquella que no está destinada por su dueño para abrir la cerradura, como, por
ejemplo, el duplicado que hizo hacer el ladrón por su cuenta.
La llave verdadera se vuelve falsa cuando ha sido sustraída, hallada o retenida. Llave sustraída
es aquella que ha sido quitada a su dueño o tenedor sin su consentimiento. Señala D’Alessio
que, la llave verdadera no es solo el instrumento en forma de llave, sino cualquier elemento que
sea usado por las personas legitimadas para abrir la cerradura (por ejemplo, un picaporte que
se quita una vez cerrada la puerta).
Llave hallada es aquella que, no tenida por su titular es encontrada por el ladrón, o por un
tercero que se la da a aquel.
La llave retenida es aquella que el ladrón o un tercero, con su consentimiento, ha conservado
en su poder contra la voluntad de quien se la entrego, o por cuya orden le fue entregada.
El artículo 163 del CP agrava la pena en aquellos casos en que hurto se cometa con escalamiento.
Al igual que en el caso anterior, la sanción se ve agravada como reflejo del mayor esfuerzo que
realiza el sujeto activo para vencer las defensas u obstáculos que se oponen al apoderamiento.
Aunque el termino escalamiento da la idea de ascenso, la doctrina coincide en que también
comprende el descenso, por ejemplo, quien usa cuerdas y aparejos para descolgarse hasta
donde esta la cosa.
El escalamiento puede ser tanto interno como externo, ahora bien, quien escala debe ser el
agente; no concurre la agravante si se lo que se hace subir o bajar es una cosa.
La jurisprudencia ha dicho que el acto de escalar un muro indica, sin duda, comienzo de la
ejecución del delito, es un verdadero acto ejecutivo. Comprende la huida por techos.
La defensa de la cosa debe ser real, efectiva, no meramente simbólica o decorativa, como por
ejemplo una verja muy baja en el frente de la casa, pero sí lo son aquellas que tienen una
considerable altura y que son difíciles de escalar. Si la defensa de la cosa se ve debilitada por la
propia obra del dueño, por ejemplo, la actitud negligente de dejar una escalera no concurre la
calificante.
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En el inciso 5 se agrava la pena cuando el hurto fuese de mercaderías u otras cosas muebles
transportadas por cualquier medio y se cometiere entre el momento de su carga y el de su
destino o entrega, o durante las escalas que se realizaren.
Sucede que, en este caso, se combina la indefensión en la que se hayan las mercaderías con
circunstancias particulares que afectan al sujeto pasivo. El legislador entendió que debía
protegerse con mayor intensidad las cargas, atento a que muchos tramos de las rutas son
despoblados y, por lo tanto, sin posibilidad de control policial. La única protección es el propio
transportista.
El delito requiere la concurrencia de distintos elementos; uno, que la sustracción recaiga sobre
mercaderías o bien sobre otras cosas muebles transportadas; el otro elemento es que el hurto
se cometa entre el momento de la carga de las cosas y el de su destino o entrega, o durante las
escalas que se realicen. Por consiguiente, no califica el hurto la sustracción de las mercaderías
que aún se encuentren en el depósito, mientras no haya dado comienzo el proceso de carga.
Por tratarse de carga transportada, queda fuera de la agravante el hurto de las pertenencias del
conductor o de las partes o herramientas correspondientes al medio de transporte.
Quedan fuera de la agravante el transporte a pie o por medio de animales o artefactos
mecánicos, por ejemplo, el carro del supermercado.
En cuanto a la aplicación temporal de la norma, se extiende no solo al periodo de carga/descarga
y traslado de las mercaderías, sino también durante las escalas que realice el chofer, que pueden
ser con motivo de abastecimiento, descanso, refrigerio.
Hurto de vehículos:
Contemplado en el inciso 6 del artículo 163 del CP, según la norma la pena se agrava cuando lo
hurtado fuesen vehículos dejados en la vía pública o en lugares de acceso público.
Como sostuvo Soler – criticando la redacción anterior – la naturaleza del objeto o su valor
pecuniario nunca podrían determinar por si mismos la agravación; por ello, la reforma habla del
vehículo dejado en la vía publica o lugares de acceso publica, atendiendo a la obligada
desprotección en la que suele quedar cuando el conductor lo deja estacionado.
Por vehículo se entiende todo medio que sirva para el transporte por tierra, aire o agua,
realizado por fuerzas animales o mecánicas.
La ley protege no solo a los vehículos rodantes – autos, motocicletas, bicicletas – sino también
a otros de distinta clase o naturaleza, como son los náuticos o los aéreos, siempre que sirvan
para el transporte de objetos o de personas y éste sea realizado por fuerzas animales o
mecánicas.
Si el vehículo estacionado en la vía pública ha quedado con personas en su interior, no se da la
agravante por ausencia de indefensión de la víctima.
Los vehículos guardados en garajes, galpones u otros lugares cerrados sometidos a la tutela del
dueño del lugar, su locatario o encargado; por lo que no dan lugar a la agravante.
En el artículo 163 bis del CP se establece que, para todos delitos del Capítulo, la pena aumentará
en un tercio en su mínimo y en su máximo, cuando quien ejecutare el delito fuere miembro
integrante de las fuerzas de seguridad, policiales o del servicio penitenciario.
Esta agravante se fundamenta en la calidad especial del sujeto activo. La ley de seguridad
interior entiende por fuerzas de seguridad a la Policía Federal y las policías provinciales, la
Gendarmería Nacional, Prefectura Naval, Servicio Penitenciario.
Pueden ser autores quienes se encuentren fuera de servicio, de licencia o sometidos a algún
procedimiento administrativo o judicial (suspendidos preventivamente), no así los que han sido
dados de baja.
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Sostiene Buompadre que la razón de la agravante no reside únicamente en la calidad del autor
sino en la circunstancia de que dicha investidura facilita la perpetración del delito y dificulta las
tareas de investigación.
Robo simple:
La figura básica de robo esta contemplada en el artículo 164 del CP, según el cual será reprimido
con prisión de un mes a seis años, el que se apoderare ilegítimamente de una cosa mueble, total
o parcialmente ajena, con fuerza en las cosas o con violencia física en las personas, sea que la
violencia tenga lugar antes del robo para facilitarlo, en el acto de cometerlo o después de
cometido para procurar su impunidad.
Estructura típica:
Sujeto activo:
Puede serlo cualquier persona, la norma no contiene ninguna exigencia especifica al respecto.
Sujeto pasivo:
También puede ser cualquier persona, es quien tiene la cosa en su poder, pudiendo incluso serlo
un tercero que no es legitimo poseedor de la misma.
Acción típica:
Como es una figura calificada de hurto, guardan vigencia todas las explicaciones acerca de los
elementos objetivos del tipo, en tanto se trata de un hurto calificado por el uso de fuerza sobre
las cosas o por el ejercicio de violencia en las personas.
▪ Fuerza en las cosas: a fuerza es la que el agente dirige a superar la resistencia que le
opone la misma osa u otros elementos relacionados con ella. La cosa puede resistirse en si
misma cuando, por su características, requiere una actividad del sujeto activo que va más allá
del esfuerzo necesario para removerla del lugar donde estaba; y por su reparos, cuando estos
son los que exigen del agente aquella actividad, como cortar una cadena que ata a la cosa a la
pared. Decimos que es toda fuerza anormal ejercida sobre la cosa misma, sobre lo que la
defiende, contiene o sostiene; hablamos de fuerza anormal porque es superior a la que tendría
que hacer el legitimo tenedor, la fuerza es en la cosa y no, en razón de la cosa. Por ejemplo, para
robar un televisor el ladrón debe hacer la misma fuerza que el legítimo tenedor (para
trasladarlo); en cambio, para robar una rueda, hablamos de fuerza anormal si se arrancan todos
los bulones, si la sacara con cautela habría hurto simple. Debe ser antes y durante la ejecución,
no después, si es después puede haber daño.
▪ Violencia en las personas: es el despliegue de energía física para vencer materialmente
la resistencia que el poseedor o un tercero opone al apoderamiento – llamada vía absoluta –.
No interesa la intensidad de la violencia ni es necesario que medie contacto físico entre el agente
y la víctima, tal el caso del arrebato de una cartera de un tirón. La violencia puede recaer sobre
el mismo sujeto pasivo o sobre un tercero que se oponga físicamente al apoderamiento o
consolidación. Comprende, también, la amenaza de violencia o mal físico inminente para la
victima – vía compulsiva o relativa –, en la extorsión hay cierto tiempo de reflexión, acá no, el
accionar es automático por eso lo incluimos acá. Comprende uso de medios hipnóticos y
narcóticos. El ámbito temporal es antes, durante y después.
En la cosa, como romper la ventanilla de un auto para romperlo. Algo que la defiende como el
candado de una bicicleta. Algo que la contiene, la caja de cristal que guarda diamante en museo.
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La ley extiende la operatividad del verbo típico a momentos anteriores y posteriores a los actos
ejecutivos. Vale aclarar – dice D’Alessio – que la fuerza en las cosas posterior a la consumación
queda excluida del tipo, y la anterior a los actos ejecutivos, quedara comprendida en el en
cuanto importe una integración del proceso de apoderamiento.
Elemento subjetivo:
Se trata de un tipo doloso. Tanto la fuerza como la violencia tienen que estar vinculadas objetiva
y subjetivamente con el apoderamiento. Es decir que para que el agente, la finalidad de la fuerza
o violencia debe ser el apoderamiento; no basta que este haya sido el resultado de la acción, si
el agente no la ejercicio con ese sentido.
Esta figura esta consagrada en el artículo 165 del CP, es una forma calificada de robo por el
resultado. Según dicha norma si con motivo u ocasión del robo resultare un homicidio, se
impondrá reclusión o prisión de diez a veinticinco años.
El robo calificado por homicidio ha sido centro de polémicas a causa de su particular redacción.
Pese a que el tipo penal habla de homicidio – lo cual pareciera un elemento normativo –, se ha
entendido que alude al resultado muerte como ocurrido con motivo u ocasión del robo y, como
carece de otras precisiones, ni siquiera seria necesario que el agente hubiera ejercicio violencia
sobre la persona, toda vez que la muerte puede sobrevenir también si emplea fuerza sobre las
cosas. Esta construcción ha llevado a afirmar que los homicidios pueden ser tanto de carácter
doloso como culposo, al costo de incluir casos en los que resulta difícil imputárselos al sujeto
activo si no es por su responsabilidad objetiva y violando el principio de inocencia.
Hay quienes dicen que el artículo 165 no realiza distinciones por lo que esta calificante pena mas
severamente todo aquel robo del que derive un homicidio. E incluso, se ha señado que el
homicidio justificado – como lo fueran los cometidos por personal policial – no deja de ser
homicidio, y por lo tanto da lugar a agravar la pena.
Todo indicaría que esta figura queda consumada cuando media el apoderamiento propio del
robo y la ocurrencia de la muerte; la Cámara Nacional de Casación Penal sostuvo que se consuma
el delito aun cuando el robo haya quedado en grado de tentativa.
En su relación con el homicidio criminis causa del inciso 7 del artículo 80 del CP, hallamos las
siguientes posturas:
▪ Soler: la figura comprende solo los homicidios preterintencionales; fue criticado por
ciertos homicidios dolosos que no podían enmarcarse en la figura del homicidio criminis causa
y que daban lugar únicamente a un concurso real entre homicidio y robo.
▪ Núñez: sostiene que el artículo 165 comprende todos aquellos homicidios descartados
por el artículo 80 inciso 7, tanto culposos como dolosos.
▪ Fontán Balestra: solo quedan comprendidos en la figura los homicidios dolosos que no
se pueden encuadrar en el tipo penal del homicidio criminis causa, no así los culposos.
Por ejemplo, si para robar un banco el agente coloca una bomba en la puerta de la caja fuerte,
ignorando que del otro lado había un guardia y este fallece.
Robos calificados:
En el artículo 166 del CP se contemplan una serie de figuras gravantes del robo, se dispone que
se aplicará reclusión o prisión de cinco a quince años:
▪ Si por las violencias ejercidas para realizar el robo, se causare alguna de las lesiones
previstas en los artículos 90 y 91.
LORENZO GROSSO
CÁTEDRA: STRAMAZZO – MOROSANO - PEIRONE
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En su segundo párrafo la norma establece que, si el arma utilizada fuera de fuego, la escala penal
prevista se elevará en un tercio en su mínimo y en su máximo.
Si se cometiere el robo con un arma de fuego cuya aptitud para el disparo no pudiera tenerse
de ningún modo por acreditada, o con un arma de utilería, la pena será de tres a diez años de
reclusión o prisión.
La norma agrava la pena del robo si este trae como resultado lesiones graves o gravísimas, como
consecuencia de la violencia ejercida en las personas para realizar el robo. Comprende las
lesiones culposas y las lesiones dolosas no preordenadas al robo, ya que el hecho de que la
violencia tenga que estar preordenada no implica que la lesión también lo esté.
Esta agravante no aplica si las lesiones quedaron en grado de tentativa, aun cuando sean
preordenadas. Producida la lesión, el delito queda consumado, aunque el robo haya quedado
en grado de tentativa. Resulta inadmisible la tentativa del delito agravado.
Respecto de las lesiones leves, estas quedan absorbidas por el tipo de robo simple.
Este supuesto está consagrado en la primera parte del inciso dos de la primera parte del artículo
166 del CP. Esta norma agrava la pena cuando el robo se cometiere con armas.
El fundamento de la agravante estriba en el modo de comisión del desapoderamiento,
atendiendo al mayor poder intimidante con el que cuenta el sujeto activo y al peligro que
constituye para el agraviado.
En el concepto típico de arma se comprende a las armas propias – específicamente destinadas
para el ataque o defensa –, a las impropias equiparadas – fabricadas con otro destino, pero que
ocasionalmente se emplean para producir un daño, como un cuchillo –, y a las verdaderamente
impropias – tienen otro destino, pero pueden usarse con esta finalidad, como una herramienta
–. La jurisprudencia ha dicho que la jeringa hipodérmica armada con su respectiva aguja
constituye un arma impropia.
Para que se dé la agravante el robo debe haber sido cometido con armas, lo que significa que el
arma debe haber sido utilizada por el agente en una efectiva acción violenta o intimidatoria para
doblegar o evitar la resistencia de la victima a esa acción.
Robo con arma de fuego cuya aptitud para el disparo no haya sido comprobada:
Consagrado en la parte final de la norma, establece que si se cometiere el robo con un arma de
fuego cuya aptitud para el disparo no pudiera tenerse de ningún modo por acreditada, o con un
arma de utilería, la pena será de tres a diez años de prisión o reclusión.
Existe una mayor intimidación que en el robo simple, pero ningún peligro para la vida o
integridad física de la persona, por ello, aquí la pena es menor que la del robo con armas básico.
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CÁTEDRA: STRAMAZZO – MOROSANO - PEIRONE
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Este tipo penal esta contemplado en el segundo inciso de la primera parte del artículo 166 del
CP. Esta norma agrava la pena si el robo se cometiere en despoblado y en banda.
Se justifica la agravante en la situación de indefensión de la victima o de la cosa. Aquí el robo
puede haberse cometido tanto por violencia en las personas, como pro al fuerza en las cosas.
El despoblado típico implica los lugares donde la victima tiene grandes dificultades para
proveerse del auxilio de terceros, o donde el apoderamiento de la cosa se ve facilitado por la
impunidad con que se lo puede perpetrar.
Se discute si el concepto de banda remire al de asociación ilícita del artículo 210 del CP, y por lo
tanto un mínimo de tres personas en este sentido la mera reunión de personas para cometer un
delito determinado sin la cohesión y predeterminación de un quehacer futuro y común de un
número indeterminado de ilícitos carece de los elementos constitutivos de la banda, contenido
en la agravante. Si por el contrario se entiende que es un concepto autónomo, Creus que adhiere
a esta última exige únicamente pluralidad de participes ejecutivos.
Robo en despoblado:
Esta agravante se da únicamente en función del lugar en donde se perpetra el delito, consagrado
en el primer inciso del artículo 167 del CP que reprime con reclusión o prisión de tres a diez años
el robo cometido en un despoblado.
Procede esta figura toda vez que haya un único sujeto activo, o bien varios de ellos, pero sin
constituir una banda; en ese caso el hecho se subsumirá en el supuesto del inciso 2 del artículo
166.
El inciso 2 del artículo 167 impone la misma pena si el robo es cometido en lugares poblados y
en banda.
La expresión lugares poblados se define por antítesis al concepto de despoblado, por lo que
comprende, por un lado, a los lugares situados dentro de los radios poblados de las ciudades,
pueblos o caseríos y, por otro, a los lugares que, estando aún mas allá de estos radios poblados,
cuentan con suficientes habitantes que permiten a la victima acudir al auxilio de terceros o
eventualmente dificultar la impunidad del apoderamiento.
Respecto al concepto de banda se dan aquí las mismas discusiones y consideraciones que en el
caso anterior.
El tercer inciso del artículo 167 aumenta la pena si se perpetrare el robo con perforación o
fractura de pared, cerco, techo o piso, puerta o ventana de un lugar habitado o sus dependencias
inmediatas.
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CÁTEDRA: STRAMAZZO – MOROSANO - PEIRONE
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Ello da cuenta de una mayor peligrosidad del sujeto activo, es el famoso caso de los boqueteros
que robaron el banco Santander Rio.
Aquí se agrava un modo particular de ejercer fuerza en las cosas. Estas acciones de fuerza del
sujeto son las que deben vulnerar o poner en peligro el bien jurídico.
Sostiene Creus que son atípicas las perforaciones internas – como un mueble –, y las hechas
para salir del lugar, salvo que sea la única manera de lograr la consumación.
La fractura exige el quebrantamiento, corte, o destrucción de las defensas de la cosa; no hay
fractura si no se ha quebrantado en forma destructiva. En cambio, la perforación no necesita un
fin destructivo.
Esta fuerza tiene que recaer sobre los elementos que configuran las defensas y que los dotan de
seguridad o solidez.
D’Alessio señala que el lugar que las defensas cierran tiene que ser habitado, es decir, debe
tratarse de un lugar actualmente destinado a habitación de alguna persona, sin que tenga
relevancia que en el momento del hecho los habitantes se encuentren o no.
El ultimo inciso del artículo 167 del CP agrava la pena si concurriere alguna de las circunstancias
enumeradas en el artículo 163, que consagra las modalidades agravadas del delito de hurto.
En su artículo 167 bis, el Código Penal establece que, en los casos enunciados en el presente
Capítulo, la pena se aumentará en un tercio en su mínimo y en su máximo, cuando quien
ejecutare el delito fuere miembro integrante de las fuerzas de seguridad, policiales o del servicio
penitenciario.
Caben al respecto las mismas consideraciones efectuadas para el hurto calificado por la calidad
del sujeto activo.
Abigeato simple:
Dispone el CP en su artículo 167 ter que, será reprimido con prisión de dos a seis años el que se
apoderare ilegítimamente de una o más cabezas de ganado mayor o menor, total o parcialmente
ajeno, que se encontrare en establecimientos rurales o, en ocasión de su transporte, desde el
momento de su carga hasta el de su destino o entrega, incluyendo las escalas que se realicen
durante el trayecto.
También es conocido como delito de cuatrerismo. Proviene de la expresión ab agere, arrear.
Estructura típica:
Sujeto activo:
Puede serlo cualquier persona, la norma utiliza la expresión genérica el que, por lo que no hay
exigencias especiales.
Sujeto pasivo:
Es el propietario del ganado, sin que sea necesario el cumplimiento de ninguna otra condición.
Acción típica:
Antes de comenzar a analizar la acción típica debemos precisar una serie de conceptos. En
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CÁTEDRA: STRAMAZZO – MOROSANO - PEIRONE
127
primer lugar, cuando hablamos de ganado nos referimos al cuadrúpedo doméstico, mayor o
menor, que forma grey o rebaño destinado a la carga, transporte y a dar carne. Es ganado mayor,
el bovino y el equino, también las mulas y los asnos, como vacas, bueyes y caballos; y ganado
menor, el bovino, porcino y cabrino (las ovejas, cerdos, cabras). La determinación de ganado
mayor tiene en cuenta peso, porte, talla, altura.
No se encuentran incluidos: conejos, nutrias, aves de corral, animales salvajes y los animales
que nos son para carga o carne (perros o gatos); no forman grey o rebaño.
La acción típica consiste en apoderarse de una o mas cabezas de ganado mayor o menor, total
o parcialmente ajeno, por lo que respecto de estos elementos objetivo caben las mismas
consideraciones que respecto del delito de hurto.
Ahora bien, la norma establece que dicho apoderamiento debe darse dentro de
establecimientos rurales o en ocasión de su transporte. En primer lugar, la noción de
establecimiento rural es definida por el CP en el artículo 77 como comprensivo de todo inmueble
que se destine a la cría, mejora o engorde del ganado, actividades de tambo, granja o cultivo de
la tierra, a la avicultura u otras crianzas, fomento o aprovechamiento semejante. Esto significa
que si tengo un burro en mi casa no concurre el delito de abigeato; lo mismo ocurre con los
caballos de carrera, pues no esta destinado al transporte ni a dar carne.
Respecto del abigeato en ocasión del transporte del ganado la norma establece que ello
comprende desde el momento de la carga hasta el de su destino o entrega, incluyendo las
escalas que se realicen en el trayecto. Es decir, se extiende no solo al traslado desde el punto de
partida al punto de llegada, sino el momento previo de carga, su correspondiente descarga y
descansos o paradas – abastecimiento, descanso, alimento –.
Elemento subjetivo:
Se trata de un delito doloso que no presenta ninguna particularidad subjetiva, por lo que es
necesario que conozca que se apodera ilegítimamente – sin derecho – de ganado mayor o
menor, y que ese ganado es total o parcialmente ajeno; además, claro, la voluntad de hacerlo.
En su segundo párrafo el artículo 167 ter agrava la pena – de tres a ocho años – si el abigeato
fuere de cinco o más cabezas de ganado mayor o menor y se utilizare un medio motorizado para
su transporte.
Para que opere la agravante deben presentarse las dos circunstancias, el sujeto activo debe
apoderarse de cinco o mas cabezas de ganado, y hacerlo a partir de la utilización de un medio
motorizado. Basta con usarlo en algún tramo parcial de la ejecución.
La agravante se fundamenta en que ello supone una mayor facilidad para concretar el delito por
parte del sujeto activo, puesto que arrear diez cabezas de ganado puede ser costoso, o al menos
no es rápido y podría frustrar la consumación.
Si solo concurre alguno de estos elementos – cantidad o transporte – habrá abigeato simple.
Abigeato calificado:
Según el artículo 167 quater del CP aplicará reclusión o prisión de cuatro a diez años cuando en
el abigeato concurriere alguna de las siguientes circunstancias:
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Robo de ganado:
Es el supuesto consagrado en el primer inciso, se refiere a los casos en que el abigeato se cometa
con fuerza en las cosas o violencia en las personas. Admitiéndose al respecto las mismas
consideraciones que respecto del robo. Así, la fuerza en las cosas puede darse antes y durante
la ejecución, no así después. En cambio, la violencia en las personas puede darse antes, durante
y después.
Si el abigeato se cometiere empleando un arma de fuego es de aplicación la agravante genérica
prevista en el artículo 41 bis del CP y no la agravante especifica del robo con armas, ya que no
son aplicables al abigeato las agravantes del hurto ni del robo pues constituye un capítulo
independiente.
La norma se refiere a los casos en que se alterare, suprimieren o falsificaren marcas o señales
utilizadas para la identificación del animal.
En primer lugar, es necesario aclarar que la marca es la impresión que se efectúa sobre el animal
de un dibujo o diseño, por medio de hierro candente, de marcación en frío, o de cualquier otro
procedimiento que asegure la permanencia en forma clara e indeleble que autorice la Secretaría
de Agricultura y Ganadería. La señal es el corte, incisión, perforación o grabación hecha a fuego,
en la oreja del animal. La marca se aplica al ganado mayor y la señal al ganado menor.
Las acciones que conducen a la mayor penalidad son la alteración, que supone la sustitución de
la marca o señal verdaderas por otra distinta de la pertenencia del autor o de un tercero; la
supresión, que implica la desaparición de la marca o señal que tenga el animal, sin que se las
reemplace por otras; mientras que la falsificación importa la adulteración de la marca o señal
verdaderas o la creación, en todo o en parte, de una marca o señal falsas.
En el tercer inciso del artículo 167 quater se agrava la pena cuando se falsificaren o utilizaren
certificados de adquisición, guías de tránsito, boletos de marca o señal, o documentación
equivalente, falsos.
Como primer punto debemos aclarar que autor de la falsificación no necesariamente debe ser
el autor del abigeato, ya que puede tratarse de un tercero ajeno a los actos de apoderamiento.
Cuando el sujeto activo realiza ambas conductas existiría un concurso real de delitos.
El certificado de adquisición es el documento jurídico, otorgado entre las partes y autenticado
por la autoridad competente, mediante el cual se transfiere la propiedad del ganado mayor o
menor.
La guía de tránsito es un documento expedido por la autoridad competente que legitima y
posibilita el transito del ganado.
El boleto es el documento que prueba la titularidad registral de la marca o la señal inscriptas en
el registro competente.
La expresión documentación equivalente revela que la enumeración legal no es taxativa, sino
que admite la incorporación de cualquier otro instrumento que tenga relación con la
comercialización y transporte del ganado, por ejemplo, el documento para el tránsito de
animales.
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CÁTEDRA: STRAMAZZO – MOROSANO - PEIRONE
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La pena se agrava, dice la norma, cuando participare en el hecho una persona que se dedique a
la crianza, cuidado, faena, elaboración, comercialización o transporte de ganado o de productos
o subproductos de origen animal.
Comprende cualquier grado de participación en el abigeato (autoría, complicidad primaria o
secundaria e instigadores). Quedan fuera de la tipicidad agravada los encubridores porque no
participan del delito.
El ultimo inciso del artículo 167 quater agrava la pena si en la comisión del hecho concurren tres
o más personas.
La inimputabilidad de alguno de los partícipes no excluye la agravante, siempre que uno de ellos
tenga la capacidad de culpabilidad. Si en el abigeato interviniere un menor de 18 años, resultara
de aplicación el artículo 41 quater del CP, cuyo texto incrementa la escala penal del delito en un
tercio del mínimo y del máximo para los mayores que hubieren participado en él.
El artículo 167 quinques dispone que, en caso de condena por un delito previsto en este
Capítulo, el culpable, si fuere funcionario público o reuniere las condiciones personales
descriptas en el artículo 167 quater inciso 4, sufrirá, además, inhabilitación especial por el doble
del tiempo de la condena.
En todos los casos antes previstos también se impondrá conjuntamente una multa equivalente
de dos a diez veces del valor del ganado sustraído.
Respecto a este último párrafo señala D’Alessio que, si bien la norma habla de todos los casos
previstos, una interpretación respetuosa del principio de legalidad – necesariamente restrictiva
– lleva a entender que solo en los casos de abigeato agravado se impondrá además pena de
multa.
Vamos a ver que se tutelan dos bienes jurídicos distintos, la propiedad y la libertad. Ataca la
libre determinación de la persona, pero la ofensa a la libertad es solo un medio para consumar
la ofensa a la propiedad.
Los delitos de extorsión son los típicos delitos que se consuman con la cooperación artificiosa
de la víctima.
Extorsión común:
El primer párrafo del artículo 168 del Código Penal establece que será reprimido con reclusión
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o prisión de cinco a diez años, el que con intimidación o simulando autoridad pública o falsa
orden de la misma, obligue a otro a entregar, enviar, depositar o poner a su disposición o a la
de un tercero, cosas, dinero o documentos que produzcan efectos jurídicos.
Estructura típica:
Sujeto activo:
En lo que respecta al sujeto activo de la extorsión no se requieren caracteres especiales, es decir,
estamos frente a un delicta comunia.
Sujeto pasivo:
También puede ser cualquier persona. Como se trata de un agravio a la tenencia, para ser sujeto
pasivo no es indispensable que se trate del propietario de la cosa.
Acción típica:
Consiste en obligar a otro a que, por los medios típicos, realice una prestación con significación
patrimonial. Los medios típicos enumerados por los siguientes:
▪ Intimidación o amenaza: consiste en infundir temor en la víctima por medio del anuncio
o advertencia de un mal que recaerá sobre ella o un tercero, o sobre bienes que se estiman
valiosos para la persona. La intimidación debe ser idónea para crear en la víctima ese estado de
miedo que la obliga a realizar la prestación exigida por el autor, circunstancia que debe ser
evaluada en el caso concreto. Además, la intimidación debe ser ilegitima, es decir realizada sin
ningún derecho sobre lo que se exige. En el caso de aquel que mediante amenazas exige el pago
de lo que se le debe, no hay extorsión, aunque puede constituir el delito de coacción. Por ende,
la extorsión se caracteriza no en la ilicitud de lo amenazado, sino en la ilegitimidad de lo exigido.
La voluntad está viciada por la coerción.
▪ Simulación de autoridad pública: consiste en fingir o aparentar una calidad funcional
que no se posee. El temor de la víctima tiene su causa en el acto de autoridad que invoca el
autor.
▪ Simulación de falsa orden de autoridad pública: el autor finge la existencia de una
orden (mandato o prohibición) que proviene de una autoridad pública. La autoridad pública
puede existir, pero la orden es falsa porque la autoridad pública no es verdadera (no existe) o
porque existiendo la orden invocada no corresponde a su competencia funcional. El autor se
presenta como cumpliendo una orden de autoridad pública.
Por otro lado, cabe analizar cuáles son los actos impuestos a la víctima, que es lo que se pretende
realice. Estos actos son realizados por la influencia de aquella actitud compulsiva y que pueden
consistir en entregar, es decir, colocar o poner la cosa exigida en poder del agente; depositar,
que supone colocar la cosa en un lugar determinado; y poner a disposición, lo que significa
colocar la cosa en condiciones tales que le permitan al autor disponer materialmente de ella.
Los objetos sobre los que recae la extorsión son las cosas, el dinero y los documentos que
produzcan efectos jurídicos. Las cosas son las cosas muebles ya que a la víctima se le exige el
desplazamiento de las cosas, lo cual no resulta posible en supuestos de inmuebles. Por dinero
debe entenderse la moneda que circula en el país, de curso legal en él o fuera de él, sea nacional
o extranjera. La expresión documento comprende a cualquier manifestación de voluntad
firmada, destinada a servir de prueba. La ley hace referencia a documentos que produzcan
efectos jurídicos, sin ningún tipo de distinción por lo que cualquier efecto jurídico está
comprendido. Están comprendidos los documentos informáticos. Quedan comprendidos los
documentos en blanco, los anulables y los que están prescriptos, no así los documentos nulos
de nulidad absoluta porque no pueden producir efectos de ningún tipo, por ejemplo, los
extendidos por incapaces o con simulación, fraude, o prohibido el objeto principal del acto.
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131
Se consuma cuando el extorsionado se desprende de la cosa, sin que sea indispensable que el
agente o tercero hayan llegado a apoderarse de ella, o que se realice el beneficio ilícito.
Elemento subjetivo:
Se trata de una figura dolosa que requiere el conocimiento de la ilegitimidad de la exigencia
llevada a cabo por el sujeto activo. En su aspecto conativo requiere el dolo directo de utilizar
alguno de los medios comisivos para obligar a la víctima a cumplir con el acto impuesto, no basta
la producción del desapoderamiento cuando la intimidación estaba dirigida a otro fin.
Extorsión de documentos:
Figura contemplada en el segundo párrafo del artículo 168, que establece las mismas penas que
para la extorsión simple a quien por los mismos medios o con violencia, obligue a otro a suscribir
o destruir documentos de obligación o de crédito.
La acción típica consiste en obligar al sujeto pasivo a suscribir o destruir un documento de
obligación o de crédito. Suscribir implica colocar la final, con la cual se afirma que el contenido
del documento es fuel expresión de voluntad. Destruir un documento consiste en quitarle
utilidad para el fin que fue creado – ya sea borrando su contenido, rompiéndolo,
desapareciéndolo –.
son los documentos de obligación o de crédito, o sea aquel instrumento que representa el
derecho de exigir la cosa que es objeto de la obligación (que es un crédito) o de dar una cosa,
que es una deuda. Es indispensable que el documento acredite una deuda o un crédito, por
ejemplo, un pagare, letra de cambio, etc. La norma no hace referencia al carácter público o
privado de los documentos, en consecuencia, puede tratarse de cualquiera de los dos. Pero vale
aclarar que, si se suscribe un documento público, hay concurso entre extorsión y la falsedad
ideológica, y se aplica extorsión porque es mayor la pena; si se destruye un documento público
o privado, hay concurso entre la extorsión y la figura del artículo 294 del CP, y se aplica extorsión.
Respecto si se obliga a alguien a suscribir los documentos en blanco, hay grandes debates si se
considera o no extorsión.
Si se trata de la acción de destruir el documento, el delito se consuma cuando la destrucción se
ha producido. Si se trata de la acción de suscribir un documento, la consumación se realiza
cuando el documento ha salido del poder del firmante ya que sólo en ese momento surge el
peligro de vulnerar el bien jurídico protegido. La tentativa es posible en ambos casos.
Chantaje:
Dispone el artículo 169 del CP que, el que, por amenaza de imputaciones contra el honor o de
violación de secretos, cometiere alguno de los hechos expresados en el artículo precedente será
reprimido con prisión o reclusión de tres a ocho años.
Estructura típica:
Sujeto activo:
No hay exigencias especiales, puede serlo cualquier persona.
Sujeto pasivo:
También puede ser cualquier persona, siendo necesario aclarar que el honor que se amenaza o
el secreto que se va a violar pueden pertenecer a un tercero distinto del sujeto que recibe la
amenaza. Por ejemplo, una pareja, un hijo.
Acción típica:
La norma se remite a la extorsión del artículo 168, por lo que se entiende que la acción es tanto
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Elemento subjetivo:
Requiere el conocimiento de que la imputación que se anuncia en la amenaza extorsiva es
agraviante contra el honor, o del carácter secreto del hecho que se va a divulgar.
Secuestro extorsivo:
Con una estructura prácticamente idéntica a la del secuestro coactivo, el artículo 170 del CP
establece que Se impondrá reclusión o prisión de cinco a quince años, al que sustrajere,
retuviere u ocultare a una persona para sacar rescate.
Estructura típica:
Sujeto activo:
Se trata de un delito común o delicta comunia, por lo que puede ser cometido por cualquier
persona.
Sujeto pasivo:
se trata de un tipo compuesto, porque su realización implica una afectación simultánea de más
de un bien jurídico. En consecuencia, requiere una víctima necesaria, que es la persona privada
de libertad, y una eventual, que puede o no coincidir con aquella, y que sería la persona a la que
se exige el rescate.
Acción típica:
Es la de sustraer, retener u ocultar a una persona. Existe un presupuesto para dichas acciones y
es que cada persona posee una esfera dentro de la cual puede desenvolverse cona mayor o
menor libertad. Sentado ello:
▪ Sustraer: realiza esta acción quien aparta o quita a la persona de dicha esfera de
libertad.
▪ Retener: es mantener a la persona, por un lapso de tiempo mas o menos prolongado,
alejada de su esfera de libertad.
▪ Ocultar: es esconder a una persona impidiendo que tome contacto con esa esfera de
libertad.
Obtener rescate significa obtener un precio por devolver o liberar a la persona objeto del
secuestro. El precio puede ser en dinero o en otra prestación de carácter patrimonial. La
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diferencia con la privación de la libertad reside en el fin de sacar rescate, que debe existir en el
secuestro extorsivo. Soler afirma que puede ocurrir que ya exista una privación de libertad
(legítima o no) y que la misma ulteriormente puede transformarse en extorsión, mediante la
agregación de la finalidad y efectiva exigencia de un rescate.
El delito se consuma con el secuestro de la persona, independientemente de que se logre o no
el rescate. Es admisible la tentativa. Tal sería el caso en donde la privación de libertad con ese
fin no se pudo completar por el accionar de la policía.
Elemento subjetivo:
El precepto exige que el secuestro se materialice para obtener rescate, por lo tanto, se trata de
un tipo doloso, de dolo directo que requiere, además, un elemento subjetivo especifico de
índole tendencial o finalista.
Agravantes:
En primer lugar, el artículo eleva el mínimo de la pena a ocho años si el autor logra su propósito.
Es decir, si logra la obtención del rescate.
Por otro lado, en su segundo párrafo la norma – del mismo modo que ocurre con el secuestro
coactivo –, dispone que la pena será de diez a veinticinco años de prisión o reclusión si:
La pena será de quince a veinticinco años de prisión o reclusión si del hecho resultare la muerte
de la persona ofendida, como consecuencia no querida por el autor.
La pena será de prisión o reclusión perpetua si se causara intencionalmente la muerte de la
persona ofendida.
Atenuantes:
En su último párrafo la norma dispone que la pena del partícipe que, desvinculándose de los
otros, se esforzare de modo que la víctima recupere la libertad, sin que tal resultado fuese la
consecuencia del pago del precio de la libertad, se reducirá de un tercio a la mitad.
Solo beneficia a los partícipes en el delito, no a otros intervinientes como los autores, coautores,
instigadores, encubridores, etc. y dicho beneficio se encuentra condicionado a que las personas
delatadas tengan una responsabilidad mayor en el hecho que la del aportante de la información.
La ley no es clara al establecer si es presupuesto de la reducción de la pena que la víctima
recupere la libertad o es suficiente con que se haya hecho el intento para lograr tal resultado.
Pareciera ser que sólo requiere ese esfuerzo por parte del informante y nada más. Sin embargo,
a renglón seguido la ley expresa “sin que tal resultado (la libertad) fuese la consecuencia”, con
lo que pareciera ser que la norma exige la efectiva liberación de la víctima.
En conclusión, la reducción de la pena solo tiene operatividad si la víctima ha recuperado su
libertad como consecuencia del accionar del arrepentido.
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Sustracción de cadáveres:
Contemplado en el artículo 171 del CP, la norma nos dice que el que sustrajere un cadáver para
hacerse pagar su devolución, sufrirá prisión de dos a seis años.
Estructura típica:
Sujeto activo:
La norma se refiere a el que sustrajere un cadáver para hacerse pagar su devolución, ello nos da
la pauta de que puede serlo cualquier persona.
Sujeto pasivo:
Será a quien se lo compela a pagar por la devolución, pudiendo también ser cualquier persona.
Acción típica:
La acción consiste en sustraer un cadáver. Sustraer, como ya hemos visto, supone quitar del
lugar donde se encuentra. Ahora, aquello que se quita debe ser un cadáver, es decir, restos de
una persona que haya vivido. Quedan excluidos el cuerpo muerto de un animal, los huesos
sueltos o restos de un muerto, o las cenizas que se conservan en una urna. Con respecto al feto,
los restos de una manipulación abortiva de pocos días de gestación no parece que puedan
responder al concepto de cadáver exigido por la norma. Es cadáver, el cuerpo muerto
momificado; no así el esqueleto que se encuentra en exposición para su venta o exhibición. En
estos casos, el cadáver puede ser susceptible de hurto o defraudación, pero no de esta clase de
extorsión.
Se consuma con la mera sustracción del cadáver. Habrá tentativa cuando los actos ejecutivos no
hayan llegado a quitar el cadáver del lugar donde se encontraba.
Elemento subjetivo:
Es un delito doloso que requiere el conocimiento de que se sustrae un cadáver y la voluntad de
sustracción. Además, requiere un especial elemento subjetivo distinto del, la ultra finalidad
hacerse pagar por la devolución. Cualquier otra finalidad que no sea la de obtener un precio en
dinero u otro valor de contenido patrimonial, por ejemplo, por broma, por venganza, excluye el
delito.
Estafa simple:
Según el artículo 172 del CP será reprimido con prisión de un mes a seis años, el que defraudare
a otro con nombre supuesto, calidad simulada, falsos títulos, influencia mentida, abuso de
confianza o aparentando bienes, crédito, comisión, empresa o negociación o valiéndose de
cualquier otro ardid o engaño.
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Estructura típica:
Sujeto activo:
Puede ser cualquier persona, estamos ante un delito común; esto significa que no hay
condiciones especificas en la persona del autor.
Sujeto pasivo:
La victima del fraude es la persona que padece el error causado por el ardid o engaño. El
ofendido por la defraudación es la persona perjudicada en su propiedad a causa de la disposición
patrimonial realizada por la víctima. Ambas calidades pueden o no reunirse en la misma persona.
Acción típica:
La acción típica es defraudar, lo que entraña un acto de desapoderamiento mediante la
inducción a un desplazamiento patrimonial ajena e injusta lograda con ardid o engaño.
La estafa se caracteriza porque quien tiene el poder de disponer del bien objeto de la estafa,
aunque en virtud del fraude, dispone voluntariamente de ese bien con arreglo a la intención del
sujeto activo.
Podemos decir que la estafa tiene cuatro etapas que deben necesariamente ocurrir para su
configuración:
▪ Ardid o engaño: es el medio por el que se vale el autor para lesionar la propiedad ajena,
es decir, para causar el fraude. Ardid es cualquier artificio o medio empleado hábil y
mañosamente para el logro de algún intento. Engaño es la falta de verdad en lo que se dice o se
hace creer. El CP ha adoptado una formula lo suficientemente abierta como para abarcar a todo
tipo de fraude engañoso que provoque causalmente el error en la víctima y del que, como
consecuencia, derive una disposición de propiedad pecuniaria perjudicial para otra persona, sea
por comportamientos externos o no.
▪ Error de la víctima: tanto el ardid como el engaño deben producir un error en la víctima,
de modo que determine la disposición patrimonial. Un problema que se presenta respecto del
error es la idoneidad del ardid o el engaño. Algunos exigen que el ardid o engaño sea capaz de
causar el error en el tipo medio de personas correspondientes a la calidad del sujeto pasivo.
Otros entienden que debe apreciarse en el caso concreto. Decimos que debe tener idoneidad
para hacer incurrir en error, no tiene que ser evidente, por ejemplo, el caso de que se venda un
Gol rojo por Ferrari. Ahora bien, puede ocurrir que se despliegue el ardid, pero el sujeto pasivo
no incurra en error, tal es el caso de la venta de un auto con la caja de cambios rota, el vendedor
– autos – sostiene que el ruido es por un moderno sistema eléctrico instalado al auto; el
comprador – sujeto pasivo – nota que ello no es así pero decide guardar silencio y regatear el
precio de $500000 a $350000, ello demuestra que no incurrió en error.
▪ Desapoderamiento de la cosa: a diferencia del hurto, aquí el sujeto pasivo entrega
voluntariamente la cosa. El acto de disposición patrimonial es aquella acción positiva, omisiva o
de tolerancia, que produce en forma directa e inmediata, una disminución del patrimonio. La
disposición de la cosa debe ser realizada por la misma persona engañada, es decir que debe
haber una coincidencia física entre la persona que ha receptado el engaño y la que ha realizado
el acto de disposición, pero no necesariamente debe existir tal coincidencia entre el engañado
y la persona que ha sufrido el perjuicio ya que pueden ser personas distintas (en el caso de la
llamada estafa en triángulo en la que un sujeto engaña a otro para que éste haga entrega de
una cosa perteneciente a un tercero).
▪ Perjuicio patrimonial del sujeto pasivo: es necesario que el desplazamiento patrimonial
cause un perjuicio al sujeto pasivo. El perjuicio patrimonial es un elemento esencial del delito ya
que de lo contrario no existe defraudación. Engaño sin perjuicio no es estafa. Interesa el
perjuicio o disminución del patrimonio ajeno y no el efectivo aumento del patrimonio del sujeto
activo porque se trata simplemente de un delito de daño al patrimonio ajeno. El perjuicio es el
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daño, menoscabo o detrimento sufrido en el patrimonio de un tercero por obra del fraude del
autor. Siempre el acto de disposición de concreta en una disminución del patrimonio.
La compensación patrimonial, es decir, la perdida de la cosa o su valor económico que se
compensa simultáneamente con un equivalente elimina el perjuicio y por lo tanto el delito de
estafa.
No hay estafa si no concurre el perjuicio, tal el caso en que el sujeto pague al autor con dinero
falso.
La estafa es un delito contra la propiedad, se consuma únicamente cuando se produce el
perjuicio patrimonial de la víctima, siendo indiferente que se genere el beneficio económico del
autor o del tercero al que se encaminó la maniobra. Por ello es por lo que se ubica dentro de los
delitos de resultado, lejos de los delitos de peligro o de pura actividad, porque no alcanza con la
conducta engañosa o ardidosa para tener por consumado el delito.
Los actos ejecutivos comienzan con el empleo de los artificios, es decir la persona que falsifica
por ejemplo una escritura pública, no comienza a ejecutar la estafa. Tratándose de un delito de
resultado, la tentativa parece admisible.
Por otro lado, cabe analizar los distintos supuestos o casos de ardides o engaños enumerados
por la norma:
▪ Nombre supuesto: el autor para simular que es otra persona, se presenta ante la víctima
con un nombre que no es su nombre real o el que habitualmente usa; es un nombre que no le
pertenece porque es un nombre falso – no existe – o verdadero – de otra persona –. El solo
hecho de usar un nombre falso no configura la estafa, sino es necesario que se use para engañar
a la víctima y poder causarle un perjuicio. El nombre supuesto tiene que haber sido la causa
determinante del engaño.
▪ Calidad simulada: el autor se atribuye una condición que no posee, como ser un estado
civil, una nacionalidad, etc. No están incluidos los modos de ser inherentes a la persona misma,
como el sexo, la edad, las condiciones físicas. Por ejemplo, el autor dice que es sobrino lejano
de la víctima, o dice ser el dueño de varias estancias.
▪ Falsos títulos: el autor afirma poseer capacidad profesional que en verdad no tiene. Es
el caso de quien dice ser abogado o médico, y no lo es.
▪ Influencia mentida: el autor promete hacer valer ante un tercero para un fin cualquiera,
un poder, valimiento, autoridad, sabiendo que no lo posee.
▪ Abuso de confianza: el autor logra el error en la víctima porque debido a la seguridad
que ésta tiene depositada en él, ella no toma las precauciones normales para el caso en
concreto. A modo de ejemplo podemos mencionar el deudor, que por la confianza que tiene en
el autor, le abona por segunda vez lo ya pagado. La jurisprudencia entiende que este abuso
constituirá ardid cuando la confianza sea el resultado intencionalmente procurado para abusar
de ella.
▪ Apariencia de bienes, crédito, empresa o negociación: la doctrina sostiene que
aparentar no implica necesariamente manifestarse mentirosamente, sino que alcanza con hacer
falsas representaciones acerca de la existencia de bienes, crédito, empresa o negociación, de
manera tal que sea el propio sujeto pasivo quien juzgue por sí mismo y se decida sobre la base
de esas apariencias.
▪ Apariencia de bienes: consiste en aparentar la solvencia ante la víctima, solvencia que
en realidad, no existe. Pero no es necesario la simple mentira, bastan además algunas maniobras
del autor que hagan creer a la víctima la existencia de los bienes; aparentar empresa: consiste
en aparentar la existencia de una organización de tipo económico. Pero es necesario que la
empresa no exista, ya que, si existió, aunque después fracase no hay estafa.
▪ Apariencia de comisión: abarca tanto la simulación del encargo como aquella comisión
que, si bien es real, aparece con un significado distinto o de mayor entidad que el
verdaderamente acordado.
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Elemento subjetivo:
Se trata de un delito que requiere dolo directo; exige el conocimiento del carácter perjudicial de
la disposición que se pretende y la voluntad de usar el ardid o engaño para inducir en error a la
víctima, a fin de que la realice.
Defraudaciones especiales:
En el artículo 173 del CP se enumeran una serie de casos específicos de defraudación, cuya pena
es la misma que la de la estafa simple, podemos decir que no se trata mas que de una tipificación
de casos específicos debido a su importancia. Tales son:
▪ El que defraudare a otro en la substancia, calidad o cantidad de las cosas que le entregue
en virtud de contrato o de un título obligatorio.
▪ El que con perjuicio de otro se negare a restituir o no restituyere a su debido tiempo,
dinero, efectos o cualquier otra cosa mueble que se le haya dado en depósito, comisión,
administración u otro título que produzca obligación de entregar o devolver.
▪ El que defraudare, haciendo suscribir con engaño algún documento.
▪ El que cometiere alguna defraudación abusando de firma en blanco, extendiendo con
ella algún documento en perjuicio del mismo que la dio o de tercero.
▪ El dueño de una cosa mueble que la sustrajere de quien la tenga legítimamente en su
poder, con perjuicio del mismo o de tercero.
▪ El que otorgare en perjuicio de otro, un contrato simulado o falsos recibidos.
▪ El que, por disposición de la ley, de la autoridad o por un acto jurídico, tuviera a su cargo
el manejo, la administración o el cuidado de bienes o intereses pecuniarios ajenos, y con el fin
de procurar para sí o para un tercero un lucro indebido o para causar daño, violando sus deberes
perjudicare los intereses confiados u obligare abusivamente al titular de éstos.
▪ El que cometiere defraudación, substituyendo, ocultando o mutilando algún proceso,
expediente, documento u otro papel importante.
▪ El que vendiere o gravare como bienes libres, los que fueren litigiosos o estuvieren
embargados o gravados; y el que vendiere, gravare o arrendare como propios, bienes ajenos.
▪ El que defraudare, con pretexto de supuesta remuneración a los jueces u otros
empleados públicos.
▪ El que tornare imposible, incierto o litigioso el derecho sobre un bien o el cumplimiento,
en las condiciones pactadas, de una obligación referente al mismo, sea mediante cualquier acto
jurídico relativo al mismo bien, aunque no importe enajenación, sea removiéndolo,
reteniéndolo, ocultándolo o dañándolo, siempre que el derecho o la obligación hubieran sido
acordados a otro por un precio o como garantía.
▪ El titular fiduciario, el administrador de fondos comunes de inversión o el dador de un
contrato de leasing, que en beneficio propio o de un tercero dispusiere, gravare o perjudicare
los bienes y de esta manera defraudare los derechos de los cocontratantes.
▪ El que encontrándose autorizado para ejecutar extrajudicialmente un inmueble lo
ejecute en perjuicio del deudor, a sabiendas de que el mismo no se encuentra en mora, o
maliciosamente omitiera cumplimentar los recaudos establecidos para la subasta mediante
dicho procedimiento especial.
▪ El tenedor de letras hipotecarias que en perjuicio del deudor o de terceros omitiera
consignar en el título los pagos recibidos.
▪ El que defraudare mediante el uso de una tarjeta de compra, crédito o débito, cuando
la misma hubiere sido falsificada, adulterada, hurtada, robada, perdida u obtenida del legítimo
emisor mediante ardid o engaño, o mediante el uso no autorizado de sus datos, aunque lo
hiciere por medio de una operación automática.
▪ El que defraudare a otro mediante cualquier técnica de manipulación informática que
altere el normal funcionamiento de un sistema informático o la transmisión de datos.
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Este supuesto parte de la existencia de un contrato u otro título jurídicamente valido, por medio
del cual una parte se encuentra obligada a dar algo a la otra.
No se trata simplemente de la entrega de una cosa diferente de la pactada, sino que esta clase
de defraudación exige que la víctima abone un precio por una cosa en la creencia (error) de que
lo que adquiere responde a las verdaderas características que el autor pregona respecto de esa
cosa (engaño).
La defraudación supone siempre que la cosa entregada debe ser inferior en sustancia, por
ejemplo, entregar un collar de chapa cuando debía entregar uno de oro; su calidad, como si
alguien se obligo a entregar combustible y entrega nafta adulterada; o bien, en su cantidad, es
decir, entregar – por ejemplo – tres manzanas por diez manzanas. respecto de la cosa que se
debió entregar. Esta diferencia entre una cosa y otra es lo que permite determinar y cuantificar
el perjuicio patrimonial. La cosa sobre la que recae el delito puede ser mueble o inmueble.
Se trata de un delito doloso, de dolo directo. La consumación se produce con la entrega de la
cosa y el cumplimiento de la prestación (pago del precio) siempre que dicha entrega haya
causado un perjuicio económico cierto y determinable en el patrimonio del sujeto pasivo.
Tratándose de un delito de resultado, la tentativa es admisible.
Retención indebida:
La acción típica consiste en negarse a restituir, dinero – siempre que pueda identificarse el
mismo, como puede ser en un saco cerrado o una caja fuerte – u cosas muebles que tuviera
legítimamente en su poder en razón de un título que produzca la obligación de restituir; o en no
restituir a su debido tiempo.
Este tipo tiene como presupuesto la existencia de una relación jurídica o, de hecho, entre el
autor de la retención y el titular de la cosa. Es decir que es necesario que la cosa se haya
concedido en poder de hecho. Tiene que haber sido dada en depósito, administración, o
comisión.
Es un caso de abuso de confianza, ya que el autor quebranta la obligación que le imponía el
título de entrega (depósito, administración, comisión, etc.). La entrega de la cosa, por lo tanto,
debe hacerse siempre a título de tenencia, nunca de propiedad u otro título que no genere la
obligación de devolver. En el caso que se entregue el dominio, como en la compraventa, no hay
retención indebida porque no se obliga a devolver la cosa.
En cuanto a la ilegitimidad de la retención, la apropiación o retención debe ser ilegitima, es decir
que el autor debe apropiarse sin derecho a ella.
Es una figura dolosa. Requiere el conocimiento de que se recibe una cosa ajena con la obligación
de restituirla, y la intención de no hacerlo sabiendo que se producirá un perjuicio patrimonial.
Algunos autores como Donna exigen el ánimo de apropiarse.
No hay estafa porque no hay ardid o engaño, la entrega es voluntaria. Distinto seria el caso de
un banco falso, en donde el sujeto logra mediante el engaño que varias personas depositen sus
sueldos y, luego se fuga con el dinero.
La norma habla del que defraudare haciéndose suscribir con engaño algún documento. Es un
tipo especial de estafa, se caracteriza porque el agente despliega un engaño para obtener la
firma de un documento apto para defraudar, y que el engañado suscriba el documento por
error.
El objeto del delito es un documento que puede ser de cualquier naturaleza, pública o privada.
Lo que importa es que se trate de un documento que pueda producir efectos jurídicos, es decir,
cuyo contenido implique un daño patrimonial o plantee la posibilidad de causarlo.
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La figura exige la preexistencia de una firma en blanco en poder del agente. La norma habla del
que el que cometiere alguna defraudación abusando de firma en blanco, extendiendo con ella
algún documento en perjuicio de este que la dio o de tercero.
El delito consiste en el uso indebido del mandato dado por el otorgante para extender sobre el
documento un texto escrito según sus propias instrucciones. En otras palabras: el ofendido
entrega un documento en blanco, esto es, sin escritura o con espacios en blanco (por ejemplo,
el monto) con la sola firma del librador y para que sobre él se extienda un texto y el autor lo
llena en contra del mandato del firmante, causándole un perjuicio patrimonial.
Analicémoslo con un ejemplo, le doy un cheque en blanco firmado para que le coloque el monto
que acordamos ($1500) y cuando lo hace, coloca $15.000. En este supuesto, el que tiene el
mandato se abusa de la facultad que tiene.
Quedan excluidos los documentos nulos porque carecen de efectos patrimoniales; no así los
anulables.
El dueño de una cosa mueble que la sustrajere de quien la tenga legítimamente en su poder,
con perjuicio de este o de tercero. Este es un supuesto de delicta propia, solo puede cometerlo
el titular de la cosa que se sustrae; es el caso del el dueño de un automóvil que le sustrae su
vehículo a un mecánico que lo tiene en su poder ejerciendo el derecho de retención porque no
le pagó.
La cuestión más importante de este delito es determinar que alcance tiene el verbo sustraer.
Para algunos, la acción es la misma que para el hurto, esto es, apoderamiento furtivo de la cosa.
Es decir, para esta postura, el sujeto pasivo no entrega la cosa por haber incurrido en error, sino
que el autor se apodera de la cosa sin permiso del ofendido (furtivamente). Para otros, la acción
también incluye aquellos actos fraudulentos, la entrega mediante fraude de la cosa.
Según Buompadre, no es un hurto porque la cosa objeto de la acción delictiva es propiedad de
quien la realiza, no existe cosa ajena; ni configura un tipo de estafa porque faltan el engaño, el
error y el acto de disposición patrimonial del sujeto pasivo.
El que otorgare en perjuicio de otro, un contrato simulado o falsos recibidos. Se trata de un caso
de codelincuencia, en el que dos personas fingen un acto (el contrato o el recibo) para perjudicar
a otra. Por esta razón es que el tipo reúne las características de una estafa, ya que la simulación
es el medio engañoso empleado para perjudicar económicamente a otra persona.
Supongamos que existen tres personas A, B y C. A (empresa constructora) y B (empresa de
materiales de construcción) se ponen de acuerdo para defraudar a C. Imaginemos que C es el
estado, y contrata a B para la realización de una obra pública. Ahora, resulta que B arregla con
A “inflar” el presupuesto de materiales de $50000 – los efectivamente utilizados –, a $100000
de modo que se reparten los $50000 restantes, perjudicando a C quien paga los $100000.
Un contrato es simulado cuando aparenta un acto jurídico que no es real. El recibo es falso
cuando contiene una constancia de la entrega de algo que no responde a la realidad. No todo
acto simulado otorgado entre dos personas es punible penalmente sino sólo aquel que está
destinado a causar un detrimento patrimonial en la propiedad de un tercero.
Administración fraudulenta:
La figura también es conocida como administración infiel. La norma se refiere a el que, por
disposición de la ley, de la autoridad o por un acto jurídico, tuviera a su cargo el manejo, la
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Este delito consiste en defraudar a otro mediante la sustitución (cambiar), ocultación (esconder)
o mutilación (arrancar, separar) de un proceso (actuaciones judiciales), expediente (actuaciones
administrativas), documento (papel que tiene efectos jurídicos) u otro papel importante
causando a la víctima un perjuicio de tipo patrimonial. Sujetos activo y pasivo pueden ser
cualquier persona.
El delito requiere solo el dolo directo. El agente debe actuar con la voluntad de realizar las
acciones para inducir en error a una persona, que puede ser el titular del patrimonio o un tercero
con facultad para disponer de aquél, con el fin de perjudicar.
Estelionato:
La norma habla de el que vendiere o gravare como bienes libres, los que fueren litigiosos o
estuvieren embargados o gravados; y el que vendiere, gravare o arrendare como propios, bienes
ajenos. Es decir que este delito puede cometerse de dos modos.
La acción de vender es la de quien se obliga a transferir a otro la propiedad de una cosa por un
precio en dinero. No es indispensable que haya realizado la tradición de la cosa. La de gravar es
la de quien constituye sobre la cosa un derecho real de garantía como hipoteca, preda,
anticresis, pero no lo hace el que solo constituye una obligación personal sobre la cosa. Y
arrendar es conceder a otro el uso o goce de una cosa, por un precio determinado en dinero.
Pueden ser objeto de este delito tanto bienes muebles como inmuebles, y además, debe ser
litigioso o estar embargado o gravado, o bien ser ajeno. Un bien es litigioso cuando actualmente
es motivo de un juicio en el que se discute su dominio o su condición de libre o gravado. Esta
embargado cuando, por un acto jurisdiccional, ha sido individualizadamente afectado al pago
de un crédito. Esta gravado cuando pesa sobre el un derecho real de garantía, debidamente
constituido con las formalidades que las leyes de forma y de fondo exigen al respecto. El bien es
ajeno no solo cuando su dominio corresponde a otra persona, sino también cuando este es
parcial, por condominio o comunidad hereditaria.
Es un delito de daño efectivo. Por tratarse de un delito de resultado material, se perfecciona con
el perjuicio patrimonial para la propiedad ajena; coincide el momento consumativo con la
recepción de la prestación por parte del autor, que le causa un perjuicio patrimonial al sujeto
pasivo. La tentativa resulta admisible. Es un delito doloso que solo se comete con dolo directo.
En este caso el engaño consiste en la falsa afirmación de que se debe remunerar al juez o
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funcionario para obtener o por haber obtenido algo de la actividad funcional de ellos.
Tiene que ser una remuneración supuesta, es decir, no solo no es debida, sino que, además el
agente no está dispuesto a entregar y por ende quiere convertir en provecho propio o de un
tercero.
El fraude del agente por lo general está en hacer creer que la remuneración es debida
jurídicamente. Tal el caso del abogado que obtiene de su cliente una suma de dinero con el
pretexto de que se la va a dar al juez para que dicte una sentencia favorable.
Si la remuneración se realiza efectivamente, la conducta encuadra en el delito de cohecho, por
lo que resultarían punibles tanto el que recibió el dinero como quien prometió la remuneración
al funcionario.
Se trata de una figura dolosa; el autor debe conocer la falsedad de la procedencia de la
remuneración y debe tener la voluntad de invocarla para lograr la prestación de la víctima.
Requiere la preexistencia de un negocio jurídico, valido y oneroso, en virtud del cual el agente
haya otorgado a otro un derecho sobre un bien, o haya pactado sobre el una obligación de
carácter personal.
Este delito consiste en tornar incierto, litigioso o imposible el derecho sobre un bien o el
cumplimiento de un obligación, ya sea mediante un acto jurídico, como mediante actos
materiales (removiéndolo, reteniéndolo, ocultar, dañar), siempre que el derecho se hubiere
acordado a la víctima por un precio o como garantía.
El delito supone dos etapas que necesariamente deben concurrir, una constituye una relación
jurídica licita en la que se acuerda el derecho o la obligación referente al bien, y la otra, que es
ilícita, se da con el acto desbaratador, mediante el cual se otorga a otro un derecho mejor que
el que tenía originariamente sobre el mismo bien.
La acción típica es la de tornar, que significa mudar, transformar o convertir en imposible o
litigioso un derecho de situación, estado o relación. La jurisprudencia ha dicho que la acción de
tornar es la realización de un acto jurídico desbaratador de las obligaciones asumidas. Tornar
imposible consiste en crear la imposibilidad de que se pueda cumplir, ejecutar, llevar a cabo el
derecho acordado. Por ejemplo, alquilar a tres personas distintas la misma casa en la costa en
la misma quincena. Tornar incierto es crear incertidumbre sobre lo pacto originariamente, por
ejemplo, no colocar a disposición del juez el bien prendado, hacer irreconocible o difícil de ubicar
el bien.
Defraudación del titular fiduciario, administración del FCI y del dador de un leasing:
Las tres modalidades defraudatorias requieren que el sujeto activo y el pasivo concurran en un
contrato, ya sea un fideicomiso, un fondo común de inversión o un contrato de leasing.
▪ Fideicomiso: definido por el CCyC en su artículo 1666; es el contrato por el cual una
persona – llamado fiduciante – transmite la propiedad fiduciaria de bienes determinados a otra
– llamado fiduciario –, quien se obliga a ejercerla en beneficio de quien se designe en el contrato
– el beneficiario –, y a transmitirla al cumplimiento de un plazo o condición al fiduciante,
beneficiario o fideicomisario.
▪ Fondo Común de Inversión: es el patrimonio integrado por valores mobiliarios con
oferta pública, metales preciosos, divisas, etc., pertenecientes a diversas personas a las cuales
se les reconocen derechos de copropiedad representados por cuota partes cartulares o
escriturales.
▪ Leasing: definido por el artículo 1227 del CCyC como el contrato por el cual el dador
conviene transferir al tomador la tenencia de un bien cierto y determinado, para su uso y goce,
contra el pago de un canon y le confiere una opción de compra por un precio.
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La acción típica puede tratarse de disponer, gravar, o perjudicar. Dispone quien realiza actos
anormales de enajenación; grava: quien constituye sobre la cosa un derecho real de garantía o
la da en caución; y perjudica: aquel que realiza cualquier acto de administración en detrimento
de los bienes (abandono, destrucción, ocultamiento, etc.).
Se requiere dolo directo. Donna explica que el dolo debe aparecer con posterioridad a la
disposición patrimonial. En caso contrario, es decir si el dolo está al comienzo de la relación
jurídica persiguiendo el fin de engañar, se estaría en presencia de una estafa. Debe existir
además un fin específico que es el de lograr un beneficio para sí o para un tercero, o sea un
provecho apreciable en dinero. Se consuma cuando se causa el perjuicio patrimonial. Se admite
la tentativa.
Sujeto activo puede serlo el fiduciario, el administrador del fondo común de inversión y el dador
del contrato de leasing. Sujeto pasivo en el contrato de fideicomiso, puede serlo el fiduciante o
fideicomitente, el beneficiario o el fideicomisario. En el fondo común de inversión, los
beneficiarios o copropietarios indivisos (cuotapartistas). En el contrato de leasing, el tomador.
En cuanto a la situación típica tiene que haberse celebrado una hipoteca, y el tenedor de la letra
debe haber recibido el pago de una de las cuotas correspondientes. La figura solo puede tener
por objeto las letras que son susceptibles de amortización en cuotas variables.
El delito consiste, en omitir consignar en el titulo los pagos recibidos. Como consecuencia de la
omisión, el sujeto pasivo queda expuesto a la acción de quien sea el portador del título,
pudiendo éste iniciar el proceso ejecutivo. Pero el tipo exige un resultado.
Sujeto activo es el tenedor de la letra hipotecaria (acreedor hipotecario). Éstas son títulos
valores con galanía hipotecaria que emite el deudor y son transmisibles por endoso. Sujeto
pasivo puede serlo el deudor hipotecario o un tercero cuando por ejemplo adquiere el inmueble
y luego sufre la ejecución a raíz de no haberse anotado el pago en la letra.
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El fraude puede darse mediante el uso de una tarjeta de compra, crédito o débito, cuando ella
hubiere sido falsificada, adulterada, hurtada, robada, perdida u obtenida del legítimo emisor
mediante ardid o engaño; y también puede darse mediante el uso no autorizado de los datos
contenidos en la tarjeta, por ejemplo, cuando se hace una tarjeta telefónica. En ambos
supuestos el comportamiento ilícito puede llevarse a cabo mediante una operación automática.
En este caso, el engaño y a veces el engaño y el error son reemplazados por el uso ilegitimo de
una tarjeta magnética o de los datos contenidos en ella para provocar un acto dispositivo de
propiedad patrimonial perjudicial para la víctima o para un tercero.
Se trata de un delito de titularidad indiferenciada, por lo tanto, sujeto activo puede ser cualquier
persona, pero sujeto pasivo puede ser el titular de la tarjeta, el propietario del comercio o
empresa que se ve perjudicado por el uso indebido de la tarjeta, la entidad emisora.
Estafa informática:
El que defraudare a otro mediante cualquier técnica de manipulación informática que altere el
normal funcionamiento de un sistema informático o la transmisión de datos. Aquí la acción típica
consiste en defraudar, pero la particularidad del tipo es que no hay persona que sufra un error
o engaño, dado que es imposible engañar a una máquina. Como no resulta posible engañar a
una máquina, la defraudación se produce por la sola circunstancia de usar el sujeto activo una
técnica de manipulación informática en perjuicio de un tercero.
El tipo penal requiere el uso de un sistema informático (objeto de la acción) como medio a través
del cual se produce el hecho lesivo del patrimonio ajeno. Se trata de un tipo de acción, por lo
que la acción por omisión no parece posible.
En cuanto a los medios típicos, el tipo exige como medio comisivo, el empleo de una técnica de
manipulación informática. Manipular es modificar el resultado de un proceso automatizado de
datos, sea introduciendo nuevos datos o alterando los ya existentes.
Sujeto activo puede ser cualquier persona, esté o no autorizada para acceder al sistema. Sujeto
pasivo, es el titular del patrimonio perjudicado por la acción delictivas.
Se trata de un delito doloso que admite únicamente el dolo directo.
Por tratarse de un delito de resultado material, la consumación se da con la producción del
perjuicio patrimonial como consecuencia de la manipulación informática. La tentativa es
admisible.
Están contempladas en el artículo 174 del Código Penal, según el cual, sufrirá prisión de dos a
seis años:
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En los casos de los tres incisos precedentes, el culpable, si fuere funcionario o empleado público,
sufrirá además inhabilitación especial perpetua.
Señala D’Alessio que la doctrina no es pacifica acerca de si lo que el precepto regula es un tipo
de estafa o un tipo de abuso de confianza, aunque predomina el primer criterio.
Es necesario que exista previamente un contrato de seguro o de préstamo a la gruesa. El primero
existe cuando el asegurador se ha obligado mediante una prima o cotización a resarcir o cumplir
la prestación convenida si ocurre el evento previsto. El préstamo a la gruesa es el contrato por
el cual el dador presta a otra persona cierta cantidad sobre objetos expuestos a riesgos
marítimos, con la condición de que, pereciendo esos objetos, pierda el dador la suma prestada
y, llegando a buen puerto los objetos, devuelva al tomador la suma con un premio estipulado.
Es un contrato que ya no está previsto expresamente, pero que nada obsta a que sea celebrado
por las partes como contrato innominado.
La acción material (incendio o destrucción) coincide con la consumación típica, sin que sea
necesario que el autor intente el cobro del seguro.
El provecho ilegal que se quiere obtener es, en unos casos cobrar el seguro, y en otros casos
liberarse del préstamo a la gruesa. El provecho es ilegal porque tiene su origen en un obrar
doloso sobre una cosa cuyo menoscabo solo es imaginable de manera incierta o fortuita.
Sujeto activo puede ser el beneficiario del seguro o del préstamo a la gruesa, o un tercero que
procure el provecho de aquél en connivencia con él. Sujeto pasivo será el asegurador o el dador
del préstamo.
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negociar, los dementes o sordomudos y todos aquellos que, en el momento del hecho, padezcan
una disminución de su inteligencia, voluntad, o juicio que les impida resguardar debidamente
sus intereses económicos.
D’Alessio señala que también puede ser sujeto pasivo un tercero, que sería el heredero legítimo
o testamentario, que obviamente puede resultar ofendido por este delito en razón de la
disminución del acervo hereditario que implicaría el abuso.
En cuanto al verbo típico, la norma habla de abusar, abusa el que explota el menor grado de
conocimiento del sujeto pasivo; ello no requiere engaño del autor ni error de la víctima, sino la
utilización de su situación.
La acción consiste en abusar (explotar, aprovechar, obtener una ventaja) de las necesidades (es
todo interés o inclinación pronunciada del ánimo, como manifestación de la edad o incapacidad.
La necesidad puede ser de cualquier orden, no solo económica. También se ha dicho que es todo
aquello que el incapaz considera indispensable), pasiones (son los afectos o apetitos que la
inmadurez o la inexperiencia no permiten dominar como lo haría una persona sin esas
limitaciones) o inexperiencias (es la falta de conocimiento, generalmente de índole práctica,
sobre un negocio o actividad derivada de las escasas oportunidades para realizarlos que ha
tenido el menor o incapaz) de un menor o de un incapaz, para hacerle firmar un documento que
importe cualquier efecto jurídico. Debe existir relación causal entre la acción de abusar y la
suscripción del documento. A modo de ejemplo podemos mencionar el caso de que un sujeto
le presta dinero a un menor a alto interés para que lo destine a drogas, o al juego.
Es un delito que exige dolo directo. El autor debe conocer que la víctima es menor o incapaz, su
interés, pasión o inexperiencia, y además debe tener otro elemento subjetivo que es la intención
de explotar alguna de esas circunstancias, para hacerle firmar el documento. La figura no exige
ánimo de lucro en el autor, aunque puede ser la finalidad perseguida.
El hecho consiste en usar como ardid pesas o medidas falsas, es decir, inexactas o adulteradas.
La acción típica consiste en defraudar con el uso de pesas o medidas falsas.
Las pesas son las piezas de determinado peso que se destinan a fijar el peso de las cosas. Las
medidas son los objetos de extensión o contenido determinado con los que se fija la cantidad
de las cosas que se calculan.
Es un delito doloso y el dolo abarca el conocimiento de que la medida empleada es falsa y la
voluntad de usarlas en perjuicio ajeno; de lo contrario queda excluido el dolo. Admite solo dolo
directo. La mera fabricación de las pesas y medidas falsas sin su empleo constituye un acto
preparatorio no punible.
Sujeto activo puede ser tanto el que debe entregar las cosas como el que la recibe. Cuando el
autor es quien entrega, el fraude consiste en el uso de pesas o medidas menores que las debidas;
si el autor es quien recibe, aquéllas son mayores.
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inferior a lo debido, se configura este delito. El fraude debe recaer sobre la sustancia, calidad, o
cantidad de los materiales usados por el constructor para ejecutar la obra o entregados por el
vendedor para construirla.
Sujeto activo puede ser el empresario, es decir el titular de la empresa constructora; el
constructor, es decir el director técnico de la obra; y el vendedor de los materiales. Sujeto pasivo
es el propietario de la obra (si el autor del delito es el empresario o constructor), o el empresario
(cuando el autor es el vendedor de los materiales de construcción) que ha adquirido de buena
fe los materiales.
Debe existir un contrato de construcción de obra, porque la acción típica es ejecutar el contrato
de forma indebida. Si el autor es el vendedor de los materiales, habrá un contrato de
compraventa.
El tipo exige dolo directo. El agente debe conocer la diferencia de los materiales utilizados, y que
se está poniendo en peligro la seguridad de las personas o los bienes o el Estado mismo.
Conforme surge del inciso 5 del artículo 174 del CP el delito se caracteriza porque el fraude
empleado por el autor se dirige a perjudicar el patrimonio de una Administración pública.
El delito consiste en cometer fraude, debiendo entenderse esta acción como cualquiera de los
tipos de defraudación antes vistos, siempre que el perjuicio recaiga sobre la administración
pública. De manera que se puede cometer fraude en perjuicio de una administración pública
mediante una estafa o abuso de confianza (es decir valiéndose de alguna conducta del 172 o de
algunas defraudaciones previstas en el 173 como abuso de confianza). Quedan fuera del tipo las
defraudaciones atenuadas del art 175 y las de carácter impositivo o fiscal, por cuanto tienen un
régimen especial de aplicación.
El sujeto activo puede ser cualquier persona, si fuese un empleado público, sufrirá además la
pena de inhabilitación especial perpetua prevista en el último párrafo de este artículo. En cuanto
al sujeto pasivo, es la administración pública.
El objeto del delito son los bienes pertenecientes a la administración pública. El perjuicio de
estos debe ser de naturaleza patrimonial, quedando excluida la infracción cuando el daño recae
sobre otros intereses del estado, por ejemplo, su reputación o prestigio.
Se exige un dolo directo, basado en el conocimiento de la titularidad, por parte de la
administración pública, del patrimonio afectado por fraude.
Vaciamiento de empresas:
Surge de la norma que estamos analizando que las acciones típicas pueden ser dos. Afectar el
normal desenvolvimiento de una empresa o explotación, esto se trata de una alteración o
perturbación del desarrollo normal de las actividades empresariales producida por la conducta.
Y destruir, hacer desaparecer, ocultar o fraudulentamente disminuir el valor de materias primas,
productos de cualquier naturaleza, maquinas, equipos u otros bienes de capital.
Los medios de comisión son destruir, dañar, hacer desaparecer, ocultar o fraudulentamente
disminuir el valor de materias primas, productos de cualquier naturaleza, maquinas, equipos u
otros bienes de capital.
LORENZO GROSSO
CÁTEDRA: STRAMAZZO – MOROSANO - PEIRONE
147
El objeto del delito está constituido por la empresa misma y por lo bienes que integran el activo
de la organización, pudiendo consistir en bienes muebles o inmuebles, créditos, derechos o
valores (bienes materiales e inmateriales).
El tipo se configura como un delito especial propio, pues para la realización del injusto, el autor
debe reunir una cualidad específica, esto es, ser el titular del patrimonio afectado o miembro
jerarquizado de la organización, por ejemplo, director, gerente, integrante del consejo de
administración, etc. Sujeto pasivo del delito es el acreedor de la empresa, quien es el titular del
bien jurídico protegido.
Tanto el sujeto activo como el pasivo pueden ser una persona individual o una persona jurídica.
Se trata de una figura dolosa que solo admite el dolo directo, excluyendo el dolo eventual. Se
admite la tentativa y todas las formas de participación criminal.
En su parte final la norma establece los casos de los tres incisos precedentes, el culpable, si fuere
funcionario o empleado público, sufrirá además inhabilitación especial perpetua. Esta agravante
aplica a el fraude con materiales de construcción, el fraude en perjuicio de la administración
publica y el vaciamiento de empresas.
Defraudaciones atenuadas:
En el artículo 175 del CP se prevén las atenuantes para los delitos de estafa y defraudación. La
norma reza que será reprimido con multa de mil pesos a quince mil pesos:
Es el supuesto consagrado en el primer inciso, este dispone que el que encontrare perdida una
cosa que no le pertenezca o un tesoro y se apropiare la cosa o la parte del tesoro
correspondiente al propietario del suelo, sin observar las prescripciones del Código Civil.
Sujeto activo:
Puede serlo cualquier persona puesto que la norma no exige condiciones o características
especiales.
Sujeto pasivo:
También puede serlo cualquier persona. Es el dueño de la cosa perdida o el propietario o
poseedor, total o parcial, del fundo en donde fue descubierto el tesoro.
Acción típica:
Tal como lo indica la norma la acción consiste en apropiarse de una cosa perdida o de la parte
de un tesoro que le corresponde al propietario del suelo, sin observar las prescripciones legales.
La acción de apropiarse no debe ser entendida como el simple acto de tomar la cosa, sino como
LORENZO GROSSO
CÁTEDRA: STRAMAZZO – MOROSANO - PEIRONE
148
Elemento subjetivo:
Se trata de un delito doloso, admitiendo la doctrina que puede consumarse por dolo directo o
eventual. En el primer supuesto el autor tiene conocimiento de que la cosa es perdida o que el
tesoro no le pertenece y la voluntad de hacerlo; en el dolo eventual se representa tal posibilidad
y la ignora o le es indiferente.
La norma habla de el que se apropiare una cosa ajena, en cuya tenencia hubiere entrado a
consecuencia de un error o de un caso fortuito.
Sujeto activo:
Este delito puede ser cometido por cualquier persona, es decir, es un delito común.
Sujeto pasivo:
Es el verdadero propietario de la cosa.
Acción típica:
La acción típica consiste en apropiarse de un cosa ajena, pero lo que lo caracteriza a la figura es
que el autor entra en la tenencia de la cosa a causa de un error o caso fortuito.
El error puede ser del autor, del dueño de la cosa, de un tercero, como un empleado; o puede
ser un error sobre la cosa entregada – entregar una cosa por otra o en mayor cantidad – o sobre
la persona a quien se la entrega. Por ejemplo, el fletero que entrega dos televisores a quien solo
compró uno, quien cree se trata de un obsequio y luego reconoce el error y decide apropiarse
del mismo.
En todos los casos el error debe ser espontaneo, si por el contrario el error hubiese sido
LORENZO GROSSO
CÁTEDRA: STRAMAZZO – MOROSANO - PEIRONE
149
Elemento subjetivo:
El delito es doloso, el dolo requiere en el autor el conocimiento de haber entrado en la tenencia
de la cosa por error o caso fortuito; y además la intención de apropiarse de ella. Para Buompadre
es suficiente el dolo eventual que se da cuando el autor duda respecto de la ajenidad de la cosa.
El que vendiere la prenda sobre que prestó dinero o se la apropiare o dispusiere de ella, sin las
formalidades legales.
Sujeto activo:
Sujeto activo solo puede ser el acreedor prendario, es decir el que presto dinero sobre la cosa
dada en prenda.
Sujeto pasivo:
Como señala D’Alessio, el sujeto pasivo de este delito es el deudor de la obligación.
Acción típica:
El delito presupone entre el sujeto activo y el pasivo la existencia de un contrato de prenda
valido. el contrato de prenda implica una relación jurídica entre el acreedor, que hace el
préstamo del dinero, y el deudor, que es el que entrega la cosa a aquel como garantía de pago,
con el compromiso de que, cumplida la obligación, la cosa será devuelta. Si el acreedor vende,
se apropia o dispone de la prenda, comete este delito.
Las acciones típicas son vender la prenda, es decir transferirla a un tercero por un precio;
apropiarse de la prenda, es decir realizar actos de disposición a título de dueño; y disponer de
la prenda, es decir, darle un destino que le impide al deudor recuperarla. Estas conductas son
punibles si se realizan sin observar las disposiciones legales.
Elemento subjetivo:
El delito es doloso, de dolo directo. El autor debe saber que dispone una cosa que ha sido dada
en prenda.
Sujeto activo:
Es el titular del crédito. La jurisprudencia ha dicho que, en esa relación mencionada, el sujeto
activo es el acreedor, el que tiene derecho de exigir la cosa objeto de la obligación.
Sujeto pasivo:
Es el deudor, quien puede ser cualquier persona. Es decir, aquel a cuyo cargo esta la obligación
de dar, hacer o no hacer.
LORENZO GROSSO
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Acción típica:
Las acciones típicas son exigir – demandar imperiosamente – o aceptar, del sujeto pasivo, a título
de documento (cuando tiene por objeto probar la existencia de una obligación), crédito (cuando
tiene por objeto documentar una obligación que se renueva) o garantía (si tiene por objeto
asegurar el cumplimiento de una obligación), un cheque o giro de fecha posterior o en blanco,
por una obligación no vencida.
La obligación de pago no debe estar vencida, si la obligación esta vencida, quien exige o acepta
el cheque ejerce su derecho y no hay delito porque el documento funciona como un medio de
pago o cancelación de una deuda.
Esta disposición tiene como fin reprimir una actividad extorsiva de los usureros fomentada a raíz
de que el artículo 302 castiga la emisión de un cheque sin previsión de fondos. Dicha actividad
consiste en lo siguiente: el usurero, al hacer el préstamo, hace firmar al deudor un cheque con
fecha en blanco o con fecha posterior a la del préstamo. Si el deudor no paga, el prestamista lo
amenaza con someterlo a la justicia criminal por emitir un cheque sin previsión de fondos.
El procedimiento extorsivo que esta figura reprime es la desnaturalización del cheque, porque
el cheque es una orden de pago, y el prestamista desnaturaliza esa función al usarlo como
garantía para poder coaccionar o extorsionar al deudor.
Elemento subjetivo:
Se trata de un delito doloso, de dolo directo. La expresión a sabiendas no implica otra cosa que
un elemento subjetivo indicativo de la exigencia del dolo directo y exclusión del dolo eventual.
Debe ser entendida como intencionalmente, es decir, con la intención de usar el cheque si fuese
necesario, como medio extorsivo.
Usura:
La figura básica se contempla en el primer párrafo del artículo 175 bis del CP, según el cual, el
que, aprovechando la necesidad, la ligereza o la inexperiencia de una persona le hiciere dar o
prometer, en cualquier forma, para sí o para otro, intereses u otras ventajas pecuniarias
evidentemente desproporcionadas con su prestación, u otorgar recaudos o garantías de
carácter extorsivo, será reprimido con prisión de uno a tres años y con multa de pesos tres mil
a pesos treinta mil.
Estructura típica:
Sujeto activo:
El sujeto activo de este delito es el que otorgo la prestación. No se requieren al respecto
calidades particulares.
Sujeto pasivo:
Puede ser cualquier persona, pero es necesario que este necesitado, no tener experiencia en la
materia que se trate u obre con ligereza.
Acción típica:
La acción típica consiste en hacerse dar o prometer, en cualquier forma para sí o para un tercero,
intereses u otras ventajas pecuniarias exorbitantes o desproporcionadas con la prestación. Se
trata de un delito que requiere la cooperación de la víctima, lo cual implica que su conducta se
convierte en un factor decisivo de la consumación.
El tipo legal exige que el autor se aproveche de una situación de necesidad, ligereza o
inexperiencia de la víctima. La expresión aprovechándose se integra a la acción típica. En estos
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151
Elemento subjetivo:
El dolo requiere el conocimiento de la situación de ligereza, necesidad o inexperiencia de la
víctima y del carácter desproporcionado de las prestaciones.
En su segundo párrafo la norma dispone que la misma pena será aplicable al que a sabiendas
adquiriere, transfiriere o hiciere valer un crédito usurario.
Estructura típica:
Sujeto activo:
No requiere ningún carácter especial. Para Molinario, no se trata en este caso del mismo sujeto
que realizó la acción anteriormente descripta, sino de otro que, a sabiendas del carácter usurario
del crédito en cuestión, lo adquiere, lo transfiere a terceros o lo hace valer.
Sujeto pasivo:
Es el que recibió la prestación; pudiendo ser cualquier persona.
Acción típica:
Las acciones típicas pueden ser adquirir, transferir o hacer valer un crédito usurario. En el primer
caso el agente se vuelve titular del crédito, en el segundo interviene en el traslado y en el último
exige su pago por cualquier vía al deudor. Lo que hace el autor en esta modalidad es
simplemente hacer circular – negociar – el crédito obtenido en las condiciones originales.
Cualquiera puede ser sujeto activo, pero debe ser una persona distinta del autor de la usura
originaria.
Elemento subjetivo:
Subjetivamente el tipo exige que el autor obre a sabiendas, es decir con el conocimiento pleno
acerca de la naturaleza usuraria del crédito originario y la voluntad deliberada de procurar su
negociación. Este elemento subjetivo tiene la particularidad de descartar todo tipo de dolo que
no sea el directo.
Usura habitual:
En el tercer párrafo del artículo 175 bis del CP se dispone que la pena de prisión será de tres a
seis años, y la multa de pesos quince mil a pesos ciento cincuenta mil, si el autor fuere
prestamista o comisionista usurario profesional o habitual.
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152
Todos los delitos contemplados tienen por objetivo la protección de la incolumidad del
patrimonio como prenda común de los acreedores, a fin de que puedan cobrar sus deudas y
ejecutar los bienes que lo componen, en igualdad de condiciones con los otros acreedores.
Quiebra fraudulenta:
Según el artículo 176 del Código Penal, será reprimido, como quebrado fraudulento, con prisión
de dos a seis años e inhabilitación especial de tres a diez años, el comerciante declarado en
quiebra que, en fraude de sus acreedores, hubiere incurrido en algunos de los hechos siguientes:
Estructura típica:
Sujeto activo:
Debe ser un comerciante quebrado; tal calidad es definida en las reglamentaciones comerciales
y tiene que ser así declarado por el juez de la quiebra.
Sujeto pasivo:
Es la masa de acreedores, cuya garantía común se ve menoscabada y no cada acreedor en
particular.
Acción típica:
Este delito tiene como presupuesto la quiebra fraudulenta del sujeto activo, debe ser declarada
por medio de una sentencia firme. Pero ello no solo opera como presupuesto, sino que también
confirma la característica especial que se requiere en el sujeto activo. La declaración de quiebra
es un elemento del tipo penal ya que las acciones del autor son típicas con relación a una quiebra
declarada, no a una simple cesación de pagos. La ausencia de este elemento excluye el tipo. Las
acciones mencionadas por la norma en análisis son:
▪ Simular o suponer deudas, enajenaciones, gastos o pérdidas: son acciones que están
destinadas a disimular el activo, simulando el pasivo. Simular significa fingir, aparentar. Suponer
quiere decir dar por existente algo que no lo es. Deudas se refiere a la obligación de dar sumas
de dinero o bienes. Enajenación es la transferencia o transmisión del dominio de una cosa o de
un derecho. Gastos son los pagos o empleo de dinero en alguna cosa. Perdidas implica un daño
o disminución de los bienes patrimoniales.
▪ No justificar la salida o existencia de bienes que debería tener: esto es, no demostrar
o explicar debidamente el destino dado a bienes que debieron estar a disposición de la masa.
LORENZO GROSSO
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153
▪ Sustraer u ocultar alguna cosa que correspondiere a la masa: son conductas que deben
entenderse con el fin de impedir que pasen a integrar la masa de acreedores y puedan ser
captados por los procedimientos concursales.
▪ Conceder ventajas indebidas a cualquier acreedor: ello importa un quebrantamiento
del principio par conditio creditorum (igualdad de tratamiento entre los acreedores), por cuanto
se otorgan ventajas o mejoras a alguno de ellos en detrimento de otros. La ventaja es indebida,
porque coloca al acreedor beneficiado en mejor situación que los demás.
Elemento subjetivo:
El tipo requiere que los hechos punibles sean cometidos por el comerciante en fraude de sus
acreedores. Se trata de un tipo subjetivamente configurado que exige dolo directo, esto es, una
conducta dirigida a menoscabar el patrimonio afectado al procedimiento concursal.
Quiebra culposa:
El artículo 177 del CP dispone que será reprimido, como quebrado culpable, con prisión de un
mes a un año e inhabilitación especial de dos a cinco años, el comerciante que hubiere causado
su propia quiebra y perjudicado a sus acreedores, por sus gastos excesivos con relación al capital
y al número de personas de su familia, especulaciones ruinosas, juego, abandono de sus
negocios o cualquier otro acto de negligencia o imprudencia manifiesta.
Estructura típica:
Sujeto activo:
Sigue siendo el comerciante quebrado, pero lo es por sus actos anteriores a la declaración.
Sujeto pasivo:
Es la masa de acreedores, cuya garantía común se ve menoscabada y no cada acreedor en
particular.
Acción típica:
La acción punible está definida por la expresión causar su propia quiebra, lo cual debe suceder
a través de actos de negligencia o imprudencia manifiesta.
La ley supone, a diferencia de la quiebra fraudulenta, un estado de insolvencia verdadero, que
deriva del obrar negligente o imprudente del autor. Se trata de un delito de daño efectivo, pues
requiere para su consumación un perjuicio real a los acreedores. El perjuicio debe ser de
contenido patrimonial, pudiendo traducirse en el propio estado de insolvencia o en un aumento
de la capacidad de pago de lo debido por parte del deudor.
LORENZO GROSSO
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154
La quiebra culposa se consuma con el acto de declaración de quiebra del comerciante pasada
en autoridad de cosa juzgada. La tentativa no es posible por tratarse de una figura culposa.
Elemento subjetivo:
Se trata de un delito culposo. El comerciante quebrado debe ser, además, culpable, concepto
que, según Creus solo menciona la atribuilidad subjetiva de los actos en cuanto productores de
la quiebra.
Dispone el artículo 178 del Código Penal que cuando se tratare de la quiebra de una sociedad
comercial o de una persona jurídica que ejerza el comercio, o se hubiere abierto el
procedimiento de liquidación sin quiebra de un banco u otra entidad financiera, todo director,
síndico, administrador, miembro de la comisión fiscalizadora o gerente de la sociedad o
establecimiento fallido o del banco o entidad financiera en liquidación sin quiebra, o contador
o tenedor de libros de los mismos, que hubiere cooperado a la ejecución de alguno de los actos
a que se refieren los artículos anteriores, será reprimido con la pena de la quiebra fraudulenta
o culpable, en su caso.
Con la misma pena será reprimido el miembro del consejo de administración o directivo, síndico,
miembro de la junta fiscalizadora o de vigilancia, o gerente, tratándose de una sociedad
cooperativa o mutual.
Estructura típica:
Sujeto activo:
En esta figura se busca penar a aquellas personas que no puedan ser consideradas autores de
los delitos contemplados en los artículos 176 y 177, ya que ninguno de los mencionados en este
tipo es comerciante declarado en quiebra. Son los enunciados taxativamente en la norma:
directores, síndicos, administradores, miembros de comisiones fiscalizadoras o de vigilancia,
gerentes, contadores y tenedores de libros siempre que lo sean al momento en que ejecutan los
actos de los artículos 176 o del 177.
Sujeto pasivo:
Sigue siendo aquí la masa de los acreedores, en este caso de la sociedad comercial o persona
jurídica que ejerza el comercio.
Acción típica:
La acción punible consiste en haber cooperado en la ejecución de alguno de los actos de quiebra
fraudulenta o culposa a que hacen referencia los art 176 y 177.
El precepto importa una excepción a los principios generales de la participación criminal, ya que
prevé la pena del autor tanto para el cómplice primario como para el secundario.
Elemento subjetivo:
D’Alessio señala que en el caso pueden cooperar personas a título de dolo o por simple
negligencia.
Previsto en el primer párrafo del artículo 179 del CP, según el cual será reprimido con prisión de
uno a cuatro años, el deudor no comerciante concursado civilmente que, para defraudar a sus
acreedores, hubiere cometido o cometiere alguno de los actos mencionados en el artículo 176.
LORENZO GROSSO
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155
Estructura típica:
Sujeto activo:
Es el no comerciante concursado civilmente. Este es el procedimiento concursal
correspondiente al deudor que no es comerciante.
Sujeto pasivo:
Es la masa de acreedores, cuya garantía común se ve menoscabada y no cada acreedor en
particular.
Acción típica:
Lo que se pune es la realización de alguno de los actos previstos en el artículo 176 para defraudar
a los acreedores. Por lo tanto, ya sea antes o después de la apertura del concurso civil, el deudor
tiene que haber ejecutado alguna de las acciones típicas de dicha norma.
Cabe hacer notar que no se prevé punición contra el deudor civil concursado en los términos del
artículo 177 del CP.
Elemento subjetivo:
Basta que el autor haya actuado con la intención de defraudar a sus acreedores, y que los actos
hayan menoscabado la completividad de su patrimonio en forma real o simulada.
Insolvencia fraudulenta:
Contemplada en el segundo párrafo del artículo 179 del CP, que nos dice que será reprimido con
prisión de seis meses a tres años, el que durante el curso de un proceso o después de una
sentencia condenatoria, maliciosamente destruyere, inutilizare, dañare, ocultare o hiciere
desaparecer bienes de su patrimonio o fraudulentamente disminuyere su valor, y de esta
manera frustrare, en todo o en parte, el cumplimiento de las correspondientes obligaciones
civiles.
Estructura típica:
Sujeto activo:
Solo puede ser el deudor contra quien se dirige el proceso, ya sea el deudor principal, un fiador
o un garante; lo que impide la intervención de partícipes.
Sujeto pasivo:
Es el acreedor de la obligación cuyo cumplimiento se frustra, pues aquí no se sanciona la
insolvencia relacionada con la masa de acreedores, sino con un acreedor.
Acción típica:
Exige como presupuesto el dictado de una sentencia firme que declare la existencia de la
obligación y la obligatoriedad de su cumplimiento por el deudor.
La acción típica es la de insolventarse de modo de hacer imposible la ejecución. La frustración
del cumplimiento de la obligación se produce cuando queda cercenada la posibilidad de lograr
la satisfacción del crédito demandado, independientemente de la existencia de una sentencia
condenatoria civil.
Los medios comisivos están taxativamente enunciados por la norma, y son destruir, inutilizar,
dañar, ocultar, hacer desaparecer o disminuir el valor de los bienes del patrimonio del deudor
demandado. Quedan comprendidas en el tipo la enajenación fraudulenta y la simulada. Se trata
de actos materiales que tornan imposible, en todo o en parte, el cumplimiento de la sentencia
condenatoria.
LORENZO GROSSO
CÁTEDRA: STRAMAZZO – MOROSANO - PEIRONE
156
La insolvencia del deudor puede ser real o simulada, relacionada con la totalidad de su
patrimonio o con sólo parte de él. El estado de insolvencia debe ser buscado por el autor a través
de los medios enumerados en la norma.
Los actos típicos productores de la insolvencia del deudor pueden ser realizados en dos
momentos diferentes:
Elemento subjetivo:
Se trata de un delito doloso. La norma requiere el obrar del autor sea malicioso, es decir que
esté dirigido a frustrar los derechos del acreedor. Por lo tanto, la infracción admite solo el dolo
directo, no así el eventual.
El artículo 180 del CP dispone que será reprimido con prisión de un mes a un año, el acreedor
que consintiere en un concordato, convenio o transacción judicial, en virtud de una connivencia
con el deudor o con un tercero, por la cual hubiere estipulado ventajas especiales para el caso
de aceptación del concordato, convenio o transacción.
La misma pena sufrirá, en su caso, todo deudor o director, gerente o administrador de una
sociedad anónima o cooperativa o de una persona jurídica de otra índole, en estado de quiebra
o de concurso judicial de bienes, que concluyere un convenio de este género.
Estructura típica:
Sujeto activo:
Sostiene Donna que, aunque la norma no lo dice expresamente, el autor necesariamente debe
ser alguno de los acreedores en el proceso concursal.
Sujeto pasivo:
Son los demás acreedores – como masa –, a espaldas de los cuales se estipulan las ventajas
especiales.
Acción típica:
La acción es consentir, en un acuerdo preventivo o resolutorio, un convenio o transacción, en
connivencia con el deudor o un tercero, la estipulación de ventajas especiales para el agente si
el acuerdo, convenio o transacción es aceptada en el juicio concursal.
La connivencia es un acuerdo fraudulento dirigido a impedir la continuación del juicio concursal
o a extinguir sus efectos ejecutivos.
En su segundo párrafo la norma contempla la connivencia del deudor o representante de una
persona jurídica; el delito del deudor consiste en concluir el convenio en el cual se pacta la
emisión del voto por parte del acreedor favorable al acuerdo, convenio o transacción judicial.
Pueden ser autores del delito tanto el deudor como los representantes de la persona jurídica
enunciados en la norma.
Elemento subjetivo:
La modalidad típica analizada requiere dolo directo según D’Alessio.
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157
En estos delitos el objeto es siempre un inmueble, respecto del cual se pretende proteger todo
derecho patrimonial que se ejerza sobre él, de todo acto que impida ese ejercicio o lo turbe.
El concepto de inmueble es el de inmueble por naturaleza, es decir el suelo, las partes sólidas o
fluidas que forman su superficie o profundidad, y lo que está incorporado al suelo de manera
orgánica o se encuentre bajo el suelo sin la mano del hombre; lo que integra el suelo o se adhirió
a él no puede ser objeto de usurpación separadamente, ya que al momento de su separación se
convierte en cosa mueble.
El inciso 1 del artículo 181 del CP reprime con prisión de seis meses a tres años, al que, por
violencia, amenazas, engaños, abusos de confianza o clandestinidad despojare a otro, total o
parcialmente, de la posesión o tenencia de un inmueble o del ejercicio de un derecho real
constituido sobre él, sea que el despojo se produzca invadiendo el inmueble, manteniéndose en
él o expulsando a los ocupantes.
Estructura típica:
Sujeto activo:
Cualquiera puede serlo, incluso el titular dominial del inmueble, por ejemplo, respecto del
tenedor a título de locación.
Sujeto pasivo:
Como contracara de lo antedicho, puede serlo tanto el titular del derecho real de dominio, como
el poseedor o tenedor.
Acción típica:
Es la despojar, lo cual tiene un sentido de sacar, desplazar total o parcialmente al sujeto pasivo
de la ocupación del inmueble o impedirle que continúe realizándolo. Al realizarse la acción el
sujeto pasivo debe encontrarse en el goce efectivo de la cosa. La legitimidad del título que funda
la tenencia no es un presupuesto del delito. Como la ley no dice nada al respecto se entiende
que solo es necesaria la existencia de un poder de hecho y consolidado sobre la cosa, por lo
tanto, hasta el propietario puede cometer el delito contra el simple tenedor.
El despojo se traduce en la privación de goce material y efectivo del bien al anterior ocupante.
El despojo puede ser total o parcial, es decir cuando se lo priva al sujeto pasivo de la tenencia o
posesión de todo el inmueble o solo de una parte de él mediante los medios típicos enumerados
en el inciso. La clandestinidad, definida como medio típico, hace referencia a ingresar al
inmueble en forma oculta.
El desplazamiento o exclusión del anterior ocupante puede realizarse invadiendo el inmueble
(el agente ingresa a él para ocuparlo junto a los ocupantes anteriores), manteniéndose en el (el
agente invoca un título que no es aquel en virtud del cual se encontraba en el inmueble) o
expulsando a los ocupantes (el agente hace suya la ocupación en forma exclusiva).
Los medios comisivos son la violencia, la amenaza, el engaño, el abuso de la confianza y la
clandestinidad, los cuales tienen que haber sido usados para consumar el despojo. La violencia
es el despliegue de una energía física, humana o de otra índole. Las amenazas consisten en
anunciar a otro un mal futuro, con el objeto de infundirle temor y poder desapoderarlo del
inmueble. El engaño entendido como un ardid o maquinación, el cual estará dirigido a hacer
incurrir en error a quien goza del ejercicio de alguno de los derechos enumerados, teniendo
como finalidad directa su privación, con la consecuente consumación del despojo. El abuso de
confianza se configura cuando el sujeto activo, en virtud de una situación de confianza, ingresa
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158
Elemento subjetivo:
Estamos ante una figura de tipicidad subjetiva dolosa. Requiere dolo directo; además, el despojo
debe estar signado por la finalidad de permanecer en el inmueble ocupándolo.
Es el supuesto consagrado en el segundo inciso del artículo 181 del CP que impone prisión de
seis meses a tres años a quien para apoderarse de todo o parte de un inmueble, destruyere o
alterare los términos o límites de este.
Estructura típica:
Sujeto activo:
Solo puede ser el ocupante del fundo lindante al que se ve afectado por la acción destructiva o
alteradora, ya que es el único que se puede apoderar por esos medios. Si lo comete un tercero
estaría invadiendo el inmueble.
Sujeto pasivo:
Puede ser cualquier persona; como contracara es el propietario u ocupante del fundo lindante
al del sujeto activo.
Acción típica:
La materialidad del delito consiste en destruir o alterar los términos o límites de un inmueble.
La destrucción implica la eliminación del término o límite de manera que desaparece la función
que cumplen con respecto al fundo. La alteración consiste en cambiar un límite por otro,
modificándose la ubicación que tenía. Se destruye o alteran los límites del inmueble para
apoderarse de una parte del inmueble.
Los objetos del delito son los términos o límites, es decir aquellas señales o signos de distintas
características que sirven para delimitar los inmuebles contiguos, por ejemplo, cercos,
alambrados, mojones. Específicamente, los términos son los mojones que se colocan para fijar
linderos y los límites son los signos físicos, naturales o artificiales, fijos o permanentes que
constituyen la línea divisoria de dos inmuebles. El concepto de inmueble abarca tanto a los
predios urbanos como a los rurales.
Elemento subjetivo:
Es un topo doloso; requiere la especifica voluntad de utilizar el desplazamiento o supresión de
los limites o términos como medio para ocupar todo o parte del inmueble vecino. La destrucción
o alteración debe necesariamente cometerse para apoderarse de todo o parte del inmueble.
Es el ultimo supuesto consagrado en el artículo 181 del CP. Se impone la misma pena a el que,
con violencia o amenazas, turbare la posesión o tenencia de un inmueble.
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159
Estructura típica:
Sujeto activo:
Puede ser cualquier persona, es un delito común.
Sujeto pasivo:
Se debe tratar del poseedor o tenedor de la cosa, puesto que el delito atenta contra la posesión
y tenencia.
Acción típica:
Es, justamente, la de turbar la posesión o la tenencia sin ocupar el inmueble ni tener la intención
inmediata de hacerlo. Es una manera de restringir o limitar la tenencia o posesión de un tercero.
No se ocupa el inmueble, sino que se restringe el derecho de una persona.
El delito consiste en turbar la posesión o tenencia de un inmueble mediante violencia o
amenazas. La turbación se produce cuando por la acción del autor, se altera o modifica la
situación pacífica y plena de uso y goce de la posesión o tenencia de un inmueble.
Los actos turbatorios deben ser materiales, es decir que deben recaer sobre el corpus posesorio,
restringiendo el uso y goce del inmueble. No deben tender al despojo de la posesión o tenencia
sino a limitar el uso y goce. Los medios que debe emplear el autor son la violencia o la amenaza,
con los alcances ya vistos para otros delitos.
Elemento subjetivo:
Como las violencias o amenazas tienen que estar dirigidas al logro de la turbación, solo es
admisible el dolo directo; si tales acciones tuvieran por objeto la ocupación – y esta se viera
frustrada – habría tentativa de despojo, y no esta figura.
Usurpación de aguas:
Estas figuras están contempladas en el artículo 182 del CP, según el cual será reprimido con
prisión de quince días a un año:
Sustracción de aguas:
Este delito consiste en sacar ilícitamente agua de un depósito o de un curso de agua con el
propósito de causar perjuicio a otro. La sustracción del agua ajena debe efectuarse mediante la
modificación del curso del agua. El término ilícitamente pone de manifiesto un accionar
antijurídico por parte del autor, es decir que carezca de derecho al agua sustraída o bien que
cuente con un derecho menor que el invocado.
El delito es doloso, de dolo directo, pero se exige algo más, el propósito de causar perjuicio que
es un elemento subjetivo del tipo cuya inexistencia excluye el delito.
Consiste en estorbar, es decir, poner obstáculos a su goce. Se discute si dentro de ese concepto
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CÁTEDRA: STRAMAZZO – MOROSANO - PEIRONE
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queda comprendido el estorbo total, es decir, convertir en imposible para el sujeto pasivo el
ejercicio de su derecho sobre el agua, siempre que no se emplee el medio del desvío
(contemplado en el tercer inciso).
El delito es de acción, pero en opinión de la doctrina, puede cometerse también mediante
omisión, por ejemplo, no entregando la llave de una compuerta.
El tipo subjetivo se satisface solo con el dolo común, incluso el eventual. Sin embargo, nada
impide que el autor persiga una finalidad, económica o de otra índole.
Nuestro CP se refiere al que ilícitamente y con el propósito de causar perjuicio a otro represare,
desviare o detuviere las aguas de los ríos, arroyos, canales o fuentes o usurpare un derecho
cualquiera referente al curso de ellas.
Las acciones son las de represar, cometida por quien las estanca no permitiendo que fluyan
normalmente; la de desviar, es decir, alterar su curso para que vayan a un lugar distinto; y
detener, es decir, anular toda su corriente.
Además, la ley contempla una usurpación genérica, puniendo al delito de usurpación de un
derecho referente al curso de las aguas. Se trata de una clase de usurpación que se constituye a
través de una acción material que significa el ilegitimo ejercicio de un derecho real que
pertenece a otro y que implica el goce del agua.
Daño simple:
Contemplado en el primer párrafo del artículo 183, esta norma dispone que será reprimido con
prisión de quince días a un año, el que destruyere, inutilizare, hiciere desaparecer o de cualquier
modo dañare una cosa mueble o inmueble o un animal, total o parcialmente ajeno, siempre que
el hecho no constituya otro delito más severamente penado.
Estructura típica:
Sujeto activo:
Puede ser cualquier persona, no hay exigencias especiales al respecto. Ello siempre que no sea
el dueño de la totalidad de la cosa.
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161
Sujeto pasivo:
Se trata del propietario o titular de la cosa que se vuelve objeto del daño.
Acción típica:
Es la de dañar, puede perpetrarse por acción u omisión (por ejemplo, dejar de alimentar el
animal, cuando había obligación de hacerlo). La norma habla de:
▪ Destruir: es dañar de tal forma que prácticamente cesa la existencia de la cosa. Equivale
a deshacer o arruinar. Ejemplo: quemar una alfombra, reducir a escombros a una cosa, echar
pintura en el mármol, etc.
▪ Inutilizar: es dañar de forma tal que la cosa deja de ser apta para su destino. Es hacerla
inservible para su fin. Ejemplo: cortar una manguera.
▪ Hacer desaparecer: consiste en poner la cosa fuera del alcance del poder del dueño o
tenedor, de modo tal que no la pueda recuperar o que sea imposible su uso. Ejemplo: liberar a
un pájaro de la jaula, cosa arrojada al mar.
Objeto del delito puede ser una cosa mueble, un inmueble o un animal, total o parcialmente
ajenos, es decir, en cuanto no sea propiedad del autor. El daño de la cosa propia o de aquellas
que no tienen dueño, o han sido abandonadas por su dueño, es atípico.
De esta manera, si una persona abre una jaula y deja escapar el pájaro de alguien mas hay daño,
mas no hurto porque el sujeto no se apodera de la cosa.
Es un delito subsidiario que se aplica siempre que el hecho no constituya un delito más
severamente penado, es decir siempre que no haya una figura más grave. Si el delito está
penado menos severamente, ambos concurren idealmente.
Elemento subjetivo:
Se trata de un delito doloso, pero que debe ser cometido por el autor a sabiendas de su injusticia
y a propósito, buscando solo el dañar por dañar y por el solo animo de perjudicar, por lo que se
requiere siempre dolo directo. Debe conocerse la ajenidad del bien y la voluntad de dañar.
Daño informático:
El segundo párrafo del artículo 183 del CP dispone que en la misma pena incurrirá el que
alterare, destruyere o inutilizare datos, documentos, programas o sistemas informáticos; o
vendiere, distribuyere, hiciere circular o introdujere en un sistema informático, cualquier
programa destinado a causar daños.
Recae sobre los elementos lógicos del sistema o software. Sin embargo, la nueva normativa
comprende otras modalidades de poner en peligro la integridad de un sistema informático.
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162
Daños agravados:
En el artículo 184 del CP se consagran las modalidades agravadas del delito de daño. Esta norma
eleva la pena a tres meses a cuatro años de reclusión o prisión, si mediare alguna de las
siguientes circunstancias:
Exención de pena:
El CP dispone en su artículo 185 que, están exentos de responsabilidad criminal, sin perjuicio de
la civil, por los hurtos, defraudaciones o daños que recíprocamente se causaren:
La excepción establecida en el párrafo anterior no es aplicable a los extraños que participen del
delito.
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164
Los delitos de que trata este título están dirigidos a proteger la seguridad común; se entiende
por tal la situación real en que la integridad de los bienes y las personas se halla exenta de
soportar situaciones peligrosas que la amanecen. Las acciones típicas que los constituyen son
todas ellas generadas de peligro para esa integridad, al crear condiciones de hecho que pueden
llegar a vulnerarla.
Las posibilidades de dañas bienes jurídicos se extiende a un número indeterminado de personas
que son titulares de ellos, amenaza a los de toda la comunidad colectiva.
Aquí el derecho las sanciona por sus resultados tangibles, sino porque por medio de esos daños
se ha creado un peligro común, que de manera indeterminada han corrido realmente (de modo
concreto) bienes o personas. Sin perjuicio de ello, muchas de las figuras incluidas son de peligro
abstracto; sus delitos se consuman con la pura acción, que se castiga por constituir su misma
realización un peligro común.
El estrago es un daño de magnitud que afecta o amenaza a una gran cantidad de personas o
bienes, componentes de toda una colectividad o de parte de ella, ya que en los otros capítulos
el legislador, más bien, habría tenido en cuenta la afectación de bienes jurídicos de alguna
manera específica.
Contemplado en el primer párrafo del artículo 186 del CP, según el cual el que causare incendio,
explosión o inundación, será reprimido con reclusión o prisión de tres a diez años, si hubiere
peligro común para los bienes.
Estructura típica:
Sujeto activo:
El autor de este delito puede ser cualquier persona, pues no hay exigencias especiales al
respecto.
Sujeto pasivo:
Es la generalidad, es decir, un número indeterminado de personas, pues es un delito contra la
seguridad pública.
Acción típica:
La materialidad del delito consiste en causar, es decir crear, producir, dar origen, a un incendio,
una explosión o una inundación, siempre que de la acción derive una situación de peligro para
bienes o personas. Si no se produce esta consecuencia, por ejemplo, fuego sin peligro, la
conducta no sale de los límites del daño o de la atipicidad.
▪ Incendio: en nuestro sistema, el incendio solo se pune como delito contra la seguridad
común si es un medio empleado o que haya repercutido en la creación de un peligro común. Se
trata de un fuego peligroso que se caracteriza por su expandibilidad, a causa de que, en sí
mismo, es incontrolable, aunque pueda ser controlado por una particular acción del hombre o
neutralizado por acontecimientos naturales. No basta, sin embargo, cualquier expandibilidad
del fuego, sino la que se traduce en la posibilidad de su extensión a bienes distintos de aquel en
LORENZO GROSSO
CÁTEDRA: STRAMAZZO – MOROSANO - PEIRONE
165
que se originara y que sean indeterminados, tenga esa posibilidad origen en la propia entidad o
calidad del fuego, ya lo tenga en las particulares circunstancias o condiciones del bien
amenazado. Cuando el fuego no puede afectar más que a bienes circunscriptos, además de
aquel en el que se produjo inicialmente, sin posibilidad de extenderse a otros, se puede salir de
la figura para entrar en la de daño.
A priori el fuego de un asado no entra en estas condiciones que exige el incendio del tipo penal,
pero dependiendo las circunstancias puede convertirse en típico, si por ejemplo lo hago en un
descampado con viento y sin ningún elemento para poder apagarlo.
Puede constituir tentativa cuando, siendo idóneo el fuego comunicado para suscitar el peligro
común y habiendo seleccionado el autos ese medio para suscitarlo, el peligro no se produjo
realmente por causas ajenas a su voluntad.
El delito puede concurrir realmente con otros muchos, incluso en los casos en que el incendio
está previsto, aunque sea de manera implícita, como medio de perpetración de otro delito; así
ocurre con el homicidio calificado del artículo 80, inciso 5. Mas restringidas serán las
posibilidades de reconocer la aplicación de las reglas sobre el concurso ideal, ya que en los casos
en que el mismo delito de incendio puede constituir el corpus de otro delito (por ejemplo, un
daño), la existencia del peligro común creado por la acción – y su aceptación por parte del autor
– excluirá el delito contra bienes terminados para dejar subsistente el delito contra la seguridad
común.
▪ Explosión: es la liberación súbita y violenta de energía. Suficiente con que ella ocurra,
cualquiera que fuere su fuente o mecánica: combustión, compresión, percusión. Por supuesto
que tiene que ser una explosión de suficiente magnitud para crear un peligro común: la
explosión que carezca de esa calidad quedara fuera de la punibilidad, a menos que pueda
castigársela como tentativa.
La consumación ocurre cuando se produce la explosión que ha creado el peligro común; la que
se ha producido sin crear ese peligro detiene el hecho en tentativa.
▪ Inundación: es la invasión de las aguas en terrenos que no constituyen sus cauces ni sus
depósitos naturales; no es inundación el hacer correr impetuosamente las aguas por su lecho,
sin perjuicio de que ese hecho constituya el delito de estrago, por considerarse como otro medio
poderoso de destrucción.
No importa si la invasión de las aguas se produce de manera súbita, rápida o impetuosa o gradual
y lentamente, siempre que su control no pueda ejercerse por medios comunes.
Elemento subjetivo:
Se trata de un tipo doloso que exige tener conocimiento que se está incendiando, explotando o
inundando y que con eso que genera un peligro común, acompañado de la voluntad de hacerlo.
Figuras especiales:
En su segundo párrafo el artículo 186 del CP establece las mismas penas para quien causare
incendio o destrucción por cualquier otro medio:
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166
De ningún modo estamos en presencia de figuras calificadas, derivadas de la anterior, sino ante
un delito completamente autónomo; la pena es la misma de la figura básica y aquí no se tiene
en cuenta la repercusión de peligro común del incendio o la destrucción. Por tanto, no se está
protegiendo la seguridad común, sino la riqueza rural. El delito se consuma con la destrucción
de dichos objetos.
Respecto de este artículo la doctrina ha criticado, básicamente, dos cuestiones. En primer lugar
que no resulta claro si la enumeración de los objetos del delito es enunciativa o taxativa, porque
si bien lo lógico sería entenderla como una enumeración meramente enunciativa – y en algunos
casos el codificador lo dio al entender, al hablar por ejemplo, de “otra plantación de árboles” –,
en otros casos la enumeración parece ser cerrada.
Por otro lado, la doctrina también discute acerca de los medios de comisión de estos delitos, la
norma habla de incendio u otros medios de destrucción, estos otros medios – se pregunta Torres
Neuquén – son la explosión y la inundación (porque impone la misma pena que la primera parte
del articulo), o bien puede ser cualquier otro medio.
Figuras agravadas:
A partir de su tercer párrafo la norma contempla una serie de supuestos agravantes de la figura
básica.
Así, se pena con reclusión o prisión de tres a quince años, si hubiere peligro para un archivo
público, biblioteca, museo, arsenal, astillero, fábrica de pólvora o de pirotecnia militar o parque
de artillería.
Con reclusión o prisión de tres a quince años, si hubiere peligro de muerte para alguna persona.
Con reclusión o prisión de ocho a veinte años, si el hecho fuere causa inmediata de la muerte de
alguna persona.
Respecto de estos últimos dos supuestos, es necesario que tanto el peligro de muerte como la
muerte se produzcan como un resultado preterintencional del incendio, la explosión o
inundación. Pues, si el agente dolosamente quiere causar la muerte estamos ante un supuesto
de homicidio calificado del artículo 80 inciso 5 (medio idóneo para crear un peligro común) en
grado de tentativa o consumación, según el caso. Cabe señalar que este parece ser un supuesto
de responsabilidad objetiva que demarca, dice Terragni, la subsistencia del versari in re ilícita, y
por lo tanto inconstitucional.
Estrago:
Contemplado en el artículo 187 del CP, según el cual sufrirá la misma pena que en el caso
anterior el que causare estrago por medio de sumersión o varamiento de nave, derrumbe de un
edificio, inundación, de una mina o cualquier otro medio poderoso de destrucción.
Respecto de este tipo penal debemos señalar que originalmente el CP hablaba de “inundación
de una mina”, se dicta luego una ley de fe de erratas que coloca una coma entre la palabra
inundación y la palabra mina.
Esta coma colocada entre inundación y de una mina independiza dos medios distintos de
causación de estrago. La inundación por un lado y la explosión de una mina por el otro.
Estructura típica:
Sujeto activo:
Puede ser cualquier persona.
Sujeto pasivo:
Lo es la sociedad, es decir, un número indeterminado de personas, pues estamos ante un delito
contra la seguridad pública.
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167
Acción típica:
Lo que se pune es la producción del estrago, es decir, el daño de grandes proporciones que
afecta colectivamente a las cosas o personas. Tiene que haber importado un daño
efectivamente concretado que implique, al menos, una situación de peligro común. Porque le
daño es el elemento esencial del estrago. En resumen, no hay estrago sin daño, ni es suficiente,
para que se del estrago, un daño que o importe un peligro común; por ejemplo, nadie negara
que el varamiento o la sumersión de un pequeño yate, tripulado por una sola persona, sea
sumersión o varamiento de nave, pero de ningún modo tendrá carácter de estrago típico, faltara
el peligro común.
Este resultado de estrago, o sea, de daño considerable con peligro común, tiene que haberse
producido por los medios enunciados en la ley.
▪ Sumersión: es el hundimiento con desaparición de sus obras bajo las aguas de manera
total, o de un modo tal que solo queden fuera de ellas partes de mínima entidad.
▪ Varamiento: es el asentamiento de los planos inferiores o laterales de la nave sobre el
lecho natural o artificial del agua.
▪ Precipitación, hundimiento o ruina rápida de un edificio: es decir, de una obra
construida por el hombre, aunque sea aprovechando parte de las configuraciones naturales del
terreno, siempre que constituyan habitáculos o espacios más o menos cerrados, que se levanten
sobre el suelo, o se hundan en la tierra. Si bien el derrumbe puede ser total o parcial, este último
también debe alcanzar proporciones que sean creadoras de peligro común.
No es indispensable que el resultado se produzca inmediatamente respecto de la conducta del
agente; será autor del delito de estrago el constructor que dolosamente, para producir
derrumbe, planteo mal un edificio o utilizo materiales o técnicas inadecuadas, aunque la
precipitación se produzca tiempo después de concluida la construcción.
▪ Inundación: como vimos antes es el caso de la invasión de las aguas por lugares que no
constituyen sus causes naturales. Se diferencia de la figura del articulo 186 del CP porque el
estrago, como dije, exige necesariamente de la producción de un resultado dañoso de magnitud.
▪ Mina: la ley de fe de erratas dispone que debe considerarse mina todo artefacto
explosivo. Salvo hipótesis de tentativa, la simple explosión de una mina, sin daño efectivo y sin
que acarree peligro común, podrá constituir un delito contra la tranquilidad publica; la explosión
de una mina que irrigue daños para personas o bienes determinados sin peligro común, un delito
contra la integridad personal o contra la propiedad, la explosión de una mina que, sin dañar
bienes o personas, cree un peligro común constituirá el delito del artículo 186, y si aquella daña
bienes o personas con cierta extensión, constituyendo, a la vez, un peligro común, estaremos
en el estrago del artículo 187.
El estrago puede producirse, además, por cualquier otro medio poderoso de destrucción.
Cualquier medio capaz de producir una destrucción que importe peligro común, o sea, que
posea idoneidad para causar daños extensibles a un número indeterminado de personas y
bienes. Por ejemplo, producir súbitas avalanchas de agua sin que ellas salgan de sus cauces,
librar gases tóxicos, etc.
Elemento subjetivo:
Estamos ante un delito doloso. Requiere del agente el conocimiento y la voluntad de crear el
peligro común. Donna solo admite el dolo directo respecto de la acción de causar incendio. El
resto admite el dolo eventual.
Según el artículo 188 del CP será reprimido con prisión de uno a seis años el que, destruyendo
o inutilizando diques u otras obras destinadas a la defensa común contra las inundaciones u
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CÁTEDRA: STRAMAZZO – MOROSANO - PEIRONE
168
Estructura típica:
Sujeto activo:
Es un delito común por lo que su autor puede ser cualquier persona.
Sujeto pasivo:
Se trata de un delito contra la seguridad pública, es decir, el sujeto pasivo será un número
indeterminado de personas.
Acción típica:
La nueva redacción da un tono distinto a la conducta prohibida. En la ley 21.338 era la de dañar
o inutilizar, de cuyas acciones resultare el peligro de desastre, en tanto que en el texto vigente
es la de hacer surgir el peligro de desastre mediante la destrucción o inutilización; aunque ello
no acuse gran disparidad en orden a la consumación del delito, si puede influir de manera
notable en la culpabilidad. Con la fórmula de la ley 21.338 bastaba que a la voluntad de dañar o
inutilizar se sumara el peligro de desastre como resultado, que podía ser preterintencional, lo
que ahora no es posible.
Los objetos del delito son diques y toda obra destinada a la defensa común contra desastres. No
tiene que tratarse, de manera necesaria, de un destino específico; basta con que se trate de una
función que cumpla la obra, aunque no haya estado originaria y específicamente destinada a
ella, por ejemplo, el dique que, para producir energía, detiene un gran caudal de agua.
La función (principal o accesoria) de seguridad tiene que ser previa al desastre, y este iniciarse
en la destrucción de la obra misma. No quedan comprendidas las obras destinadas a combatir
un desastre ya ocurrido como los taludes de tierra que se construyen para detener una
inundación en curso.
Para que estemos en presencia del tipo, de la destrucción o inutilización de la obra tiene que
surgir el peligro de que se produzca el desastre. Ello exige una estricta relación causal entre el
atentado producido por el agente de la obra y el peligro del desastre. El peligro debe ser
concreto, o sea, efectivamente corrido; tiene que haberse dado la especifica posibilidad de que
le desastre se produzca, por el atentado mismo, o por las circunstancias que se agreguen a su
producción.
El delito se consuma con el atentado dañoso y el surgimiento de peligro de desastre. El mero
daño sin que surja el peligro común no pasa de ser un daño en cuanto infracción contra la
propiedad.
Elemento subjetivo:
Se trata de un delito doloso. El sujeto tiene que poseer el conocimiento y la voluntad de producir
el hecho dañoso y el surgimiento del peligro común de desastre por medio del daño a las
defensas.
Contemplado en el segundo párrafo del artículo 188 del CP que impone la misma pena al que,
para impedir la extinción de un incendio o las obras de defensa contra una inundación,
sumersión, naufragio u otro desastre, substrajere, ocultare o hiciere inservibles, materiales,
instrumentos u otros medios destinados a la extinción o a la defensa referida.
Estructura típica:
Sujeto activo:
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Puede ser cualquier persona, del mismo modo que el supuesto anterior es un delito común.
Sujeto pasivo:
Lo es un número indeterminado de personas, pues estamos ante un delito contra la seguridad
pública.
Acción típicas:
Este delito puede cometerse por medio de tres verbos típicos, sustraer, ocultar o hacer
inservibles:
Objeto de este delito son los instrumentos, es decir, los mecanismos, aparatos o dispositivos
cuyo fin es la defensa común; materiales son los elementos sólidos, líquidos o gaseosos que
puedan usarse con tal fin; y el concepto otros medios abarca a cualquiera de estos que puedan
usarse con el mismo fin.
Se discute si efectivamente el tipo reclama la real existencia de un desastre que ya se ha
producido o que, por lo menos, es de inminente realización; o si basta con que exista un concreto
peligro de su producción, aunque no se de esa inminencia, esta última parece más acorde con
la naturaleza del elemento subjetivo que venimos estudiando, ya que lo que él requiere es que
el autor obre teniendo en vista un desastre, lo cual se satisface con el peligro efectivo que se
concrete y, por otra parte, atiende de manera más correcta a la protección del bien jurídico, ya
que, indudablemente, el peligro concreto de desastre es el que hace surgir la necesidad de la
defensa ante la amenaza contra la seguridad común.
Elemento subjetivo:
Subjetivamente, el delito es doloso y requiere la concurrencia de un elemento subjetivo especial
que integra el tipo, es decir que el sujeto debe actuar para impedir la extinción de un incendio
o las obras de defensa contra un desastre. Sin esta finalidad específica, la conducta es atípica.
Estrago culposo:
La modalidad culposa del estrago está contemplada en el artículo 189 del CP, según esta norma
será reprimido con prisión de un mes a un año, el que, por imprudencia o negligencia, por
impericia en su arte o profesión o por inobservancia de los reglamentos u ordenanzas, causare
un incendio u otros estragos.
Si el hecho u omisión culpable pusiere en peligro de muerte a alguna persona o causare la
muerte de alguna persona, el máximo de la pena podrá elevarse hasta cinco años.
Para que pueda atribuirse responsabilidad penal al agente, el estrago debe haberse producido
por su conducta culposa; debe ser un resultado decisivamente causado por ella. La conducta del
agente tiene que constituir la causa del desastre; no es suficiente que pueda alegársela como
uno de los factores de su producción.
Para el tipo no será suficiente la acusación de alguno de los hechos previstos (incendio,
explosión, y demás), sino que adema será necesario que hayan entrañado un peligro común.
El primer párrafo del artículo 189 bis del CP establece que el que, con el fin de contribuir a la
comisión de delitos contra la seguridad común o causar daños en las máquinas o en la
elaboración de productos, adquiriere, fabricare, suministrare, sustrajere o tuviere en su poder
LORENZO GROSSO
CÁTEDRA: STRAMAZZO – MOROSANO - PEIRONE
170
Estructura típica:
Sujeto activo:
Puede ser cualquier persona. La jurisprudencia ha dicho que si se transmite la tenencia, pero no
la posesión del material detonante, el poseedor responde junto con el tenedor.
Sujeto positivo:
Es un delito de peligro contra la seguridad común.
Acción típica:
Consiste en adquirir, fabricar, suministrar, sustraer o tener en su poder los objetos del delito con
la finalidad típica. Fabrica, en el sentido del tipo, que se elabora, por medios mecánicos o
químicos, produciendo una determinada sustancia o componiendo sustancias ya existentes, o
aparatos o instrumentos. Suministra quien da algo a otro por cualquier título. Adquiere el que
obtiene la propiedad de los objetos, aunque no haya llegado a entrar en posesión de ellos.
Sustrae quien saca el objeto de la tenencia de otro, por cualquier medio ilícito. Los tiene el que
corporal o simbólicamente puede disponer de ellos, por sí mismo o en representación de
terceros. Los objetos sobre los que pueden recaer estas acciones son:
▪ Bombas: son los continentes de explosivos o gases que estallan por medios mecánicos,
químicos o térmicos.
▪ Materias o aparatos capaces de liberar energía nuclear: son los que se utilizan o
permiten realizar los procesos de conversión de la materia en energía.
▪ Energía nuclear: es aquella que se obtiene mediante la modificación en el núcleo de los
átomos.
▪ Materiales radiactivos: son los elementos que permiten la radiación, y esta consiste en
la expulsión de partículas a gran velocidad producida por procesos nucleares.
▪ Sustancias nucleares: son aquellas que emiten radiaciones ionizantes, incluidos los
desechos.
▪ Isotopos radiactivos: los isotopos son átomos que pertenecen al mismo elemento de la
tabla periódica, pero tienen distinta masa; los radioactivos son los isotopos de elementos
naturales o artificiales que emiten radiaciones ionizantes.
▪ Materiales explosivos: son los que, sin estar contenidos en bombas, pueden hacerse
estallar por cualquier procedimiento.
▪ Inflamables: son los capaces de producir fuego súbito y violento.
▪ Asfixiantes: los que actúan lentamente sobre el aparato respiratorio de personas o
animales.
▪ Tóxicos: los que producen envenenamiento de cualquier especie.
▪ Biológicamente peligrosos: los que se componen de elementos biológicos.
▪ Sustancias o materiales destinados a la preparación de esas materias: son todos los
elementos que permiten su elaboración o los instrumentos que se emplean o pueden emplearse
en dicha elaboración.
El hecho se consuma con la actividad misma. Es un delito de peligro abstracto, que no necesita
de la efectiva utilización del objeto en los delitos o en la producción de los daños que persigue
el elemento subjetivo. Admite tentativa, salvo en lo que atañe a la fabricación, pues está ya se
da como delito consumado con el solo hecho de comenzarla; en cuanto a la acción de tenencia,
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Elemento subjetivo:
Este tipo tiene un fuerte sentido subjetivo, ya que exige que las acciones se lleven a cabo con el
fin de contribuir a la comisión de delitos contra la seguridad común o de causar daños en las
maquinas o elaboración de productos.
El tipo se presenta, por tanto, como subsidiario de la participación en la tentativa o en la
consumación de delito que inicialmente había sido comprendido por la culpabilidad del sujeto.
El contenido de la finalidad típica es la contribución a cualquier delito contra la seguridad común,
o sea, cualquier delito de los mencionados en el título.
En la segunda parte del primer párrafo del artículo 189 bis dispone que al que sabiendo o
debiendo saber que contribuye a la comisión de delitos contra la seguridad común o destinados
a causar daños en las maquinas o en la elaboración de productos, diere instrucciones para la
preparación de sustancias o materiales mencionados en el párrafo anterior.
Estructura típica:
Sujeto activo:
Puede ser cualquier persona puesto que no hay exigencias especiales al respecto.
Sujeto pasivo:
Cabe hacer las mismas aclaraciones que en el caso anterior. Atenta contra un número
indeterminado de personas.
Acción típica:
Nuevamente se castiga como delito autónomo un acto preparatorio. La acción típica es la de dar
instrucciones para la preparación de sustancias o materiales mencionados en el párrafo anterior.
Da instrucciones el que enseña a hacer una cosa; es algo más que la simple comunicación de
conocimientos, puesto que dentro de aquella expresión tanto cabe la descripción de la
composición de la sustancia o de los materiales, como las especificaciones que se dan para poder
obtener la sustancia o preparar los materiales para que se cumplan los objetivos prefijados en
el tipo. Las instrucciones tienen que estar destinadas a que el receptor pueda producir las
sustancias o materiales, por sí mismo o dirigiendo a terceros.
Por supuesto que no constituye la acción de dar instrucciones, sino una intervención en acto de
fabricación, la actitud del que directamente dirige los pasos de otro en la elaboración de la
sustancia o materiales: solo indirectamente ello puede considerarse como impartir enseñanza.
Elemento subjetivo:
La doctrina entiende que hay una zona conflictiva porque la ley no solo se castiga al que sabe,
sino también al que debe saber, que contribuye a la comisión de delitos contra la seguridad
común o destinados a causar daños en las maquinas o en la elaboración de productos, actúa con
dolo directo (sabiendo) como al que actúa culposamente (debiendo saber sin haber llegado a
saber por su imprudencia o su negligencia).
Es un delito que puede ofrecer matices de justificación merecedores de particular atención. De
que, al impartir las instrucciones, no hace sino cumplir con su deber, como para con el profesor
de un curso sobre explosivos, siempre que no exceda los límites de la enseñanza que debe
impartir.
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172
En la tercer parte del primer párrafo el artículo 189 bis dispone que la simple tenencia de los
materiales a que se refiere el párrafo que antecede, sin la debida autorización legal o que no
pudiere justificarse por razones de uso doméstico o industrial, será reprimida con prisión de tres
a seis años.
Estructura típica:
Sujeto activo:
Puede ser cualquier persona que no se encuentre autorizada para la tenencia de los materiales
indicados en el tipo.
Sujeto pasivo:
Nuevamente se trata de un delito que atenta contra un número indeterminado de personas.
Acción típica:
La acción aquí es la de tener alguno de los materiales enunciados en el artículo. Tiene el objeto
el que puede disponer del físicamente en cualquier momento, sea manteniéndolo de manera
corporal en su poder o en un lugar donde se encuentra a disposición del agente. La tenencia se
la puede ejercer a nombre propio o a nombre de un tercero (p.ej., quien tiene el objeto de otro
para ocultarlo).
Los materiales tienen que ser utilizables, ya que solo así pueden amenazar la seguridad común;
los que estructuralmente tienen defectos que no permiten su empleo o los que han perdido sus
propiedades, de modo que se hayan transformado en inocuos, no constituyen objetos típicos.
El agente debe tener los objetos sin la debida autorización legal o por razones de uso doméstico
o industrial, es condición de la tipicidad que falte una autorización otorgada por la autoridad
competente.
Elemento subjetivo:
El dolo requiere el conocimiento del carácter del objeto y de la ausencia de autorización y la
voluntad de tenerlo no obstante esas circunstancias.
Este delito está consagrado en el inciso segundo del artículo 189 bis. La norma dispone que la
simple tenencia de armas de fuego de uso civil, sin la debida autorización legal, será reprimida
con prisión de seis meses a dos años y multa de $1000 a $10000
Estructura típica:
Sujeto activo:
Será cualquier persona que carezca de autorización legal para la tenencia de las armas de fuego
de que se trate. Cabe aclarar que aun los miembros de las fuerzas armadas y de seguridad
pueden serlo.
Acción típica:
Consiste en tener armas de fuego sin la debida autorización legal. La tenencia supone que el
agente dispone físicamente del arma en cualquier momento, llevándola en su poder o dejándola
guardada en algún lugar a su disposición, por ejemplo, escondida en una caja fuerte. Se ha
sostenido que no basta con que el arma este en el domicilio familiar con conocimiento del
imputado, si este carece de poder de hecho sobre el arma.
LORENZO GROSSO
CÁTEDRA: STRAMAZZO – MOROSANO - PEIRONE
173
La norma se refiere a armas de fuego de uso civil, se distinguen las siguientes categorías de
armas de uso civil:
Las armas tienen que ser utilizadas, vale decir, que posean aptitud o idoneidad para poner en
peligro la seguridad común. La peligrosidad para el bien jurídico es presumida ex ante,
generalmente demostrable por la ley de la experiencia.
Se discute si la tenencia debe ser actual o flagrante, o si puede ser pretérita o pasada. Un sector
doctrinal defiende la idea de que la tenencia debe ser actual, pues solo así puede darse la
posibilidad de un peligro para la seguridad común. Otros, en cambio, son de la opinión de que
la tenencia pretérita igualmente debe quedar abarcada por el tipo, por cuanto se ha puesto en
peligro el bien jurídico protegido y en algún momento fue una tenencia ilegal. Según
Buompadre, la tenencia debe ser actual. El tipo legal sanciona la simple tenencia, es decir, algo
que tiene en ese momento. No se pena a quien tuvo, sino a quien tiene la cosa bajo el propio
poder.
Ahora bien, la tenencia de estas armas debe, necesariamente, darse sin la debida autorización
legal. Dicha autorización es otorgada por la ANMAC y exige:
Elemento subjetivo:
Es un delito doloso que se conforma con el dolo eventual, independientemente de cualquier
motivación especial que pudiera tener el autor.
Seguidamente el artículo 189 bis del CP establece una agravante, dispone que si las armas fueren
de guerra la pena será de dos a seis años de prisión.
Son todas clasificadas como tales por las respectivas reglamentaciones nacionales; la
designación reglamentaria es indispensable para que le objeto asuma el carácter típico. La
calidad de arma de guerra depende del grosor, del calibre, largo del cañón; las armas mayores
a 9 mm constituyen armas de guerra, en cuanto al largo del caño, cuando más corto sea, más
peligrosa es el arma.
Las armas de guerra se clasifican en: armas de uso exclusivo para las instituciones armadas,
armas de uso para la fuerza pública (son aquellas que poseen escudos, punzonados o
numeración identificatoria de la fuerza correspondiente), armas, materiales y dispositivos de
uso prohibido (lo que comprenden a las escopetas de calibre mayor a las armas de fuego con
silenciadores, munición de proyectiles expansivos, con cabeza chata).
LORENZO GROSSO
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174
Según el artículo 189 bis del CP la portación de armas de fuego de uso civil, sin la debida
autorización legal, será reprimida con prisión de uno a cuatro años.
Estructura típica:
Sujeto activo:
Puede ser cualquier persona que no se encuentre autorizada para la portación de armas. Al
respecto quiero realizar dos aclaraciones. En primer lugar, el procedimiento para que los civiles
obtengan la credencial de legítimos portadores de armas es el mismo que para el caso de
portación. Por otro lado, existen ciertos sujetos a los que se le reconoce la facultad de portar
armas:
▪ Miembros de las fuerzas de seguridad: es una cuestión obvia que policías, gendarmes
y demás pueden hacerlo. Comprende también las empresas de seguridad privadas autorizadas
a portar armas; por ejemplo, las empresas que transportan caudales.
▪ Particulares: ciertos sujetos como jueces, fiscales, por el solo hecho de serlo; personas
en situaciones de peligro como un abogado amenazado, le corresponde acreditar el peligro.
▪ Persona que vive a 50 km de la población: ello en función de la mayor indefensión del
sujeto, pues no tiene acceso a asistencia o protección por parte del estado. No le corresponde
acreditar el peligro.
Acción típica:
Consiste en portar si autorización legal un arma de fuego civil o de guerra – en el caso de la
figura agravada –. Se entiende por portación el traslado del arma en condiciones de ser utilizada
efectivamente como tal, es decir, cargada y al alcance del agente. Es un delito de propia mano
porque a diferencia de la tenencia la portación no puede ser compartida.
La portación es un concepto que implica una relación inmediata entre el objeto y el agente. No
puede admitirse una portación a distancia. La portación significa llevar consigo, encima, de un
lugar público a otro, el arma de fuego, de manera que su traslado importe la posibilidad de uso
inmediato.
La debida autorización legal constituye un elemento normativo del tipo. Están autorizados a
portar las armas de guerra, Gendarmería Nacional, Prefectura Naval, Policía Federal y
provinciales, Servicio penitenciario federal e instituciones penales provinciales, el personal de
embarcaciones, aeronaves, aeródromos.
Se trata de un delito de peligro abstracto y de pura actividad, que se consuma con la sola
portación de arma de fuego sin la debida autorización de la autoridad pública competente. No
parece admisible la tentativa.
Elemento subjetivo:
D’Alessio sostiene que estamos frente a un delito doloso; siendo admisible el dolo eventual.
Si el portador de las armas a las cuales se refieren los dos párrafos que anteceden, fuere tenedor
autorizado del arma de que se trate, la escala penal correspondiente se reducirá en un tercio
del mínimo y del máximo. Se impondrá, además, inhabilitación especial por el doble del tiempo
de la condena.
LORENZO GROSSO
CÁTEDRA: STRAMAZZO – MOROSANO - PEIRONE
175
Luego dice la norma que la misma reducción prevista en el párrafo anterior podrá practicarse
cuando, por las circunstancias del hecho y las condiciones personales del autor, resultare
evidente la falta de intención de utilizar las armas portadas con fines ilícitos. Se impondrá,
además, inhabilitación especial por el doble del tiempo de la condena.
Se trata de un caso de portación ilegitima (no autorizada) de un arma de fuego, cuya escala
penal se gradúa en atención a la clase de arma que porta el agente de uso civil o de guerra.
La doctrina ha criticado fuertemente esta disposición ya que al imponer la ley la necesidad de
evaluar el perfil del autor (condiciones personales) implica una manifestación del derecho penal
de autor impropio de un estado constitucional de derecho.
El que registrare antecedentes penales por delito doloso contra las personas o con el uso de
armas, o se encontrare gozando de una excarcelación o exención de prisión anterior y portare
un arma de fuego de cualquier calibre, será reprimido con prisión de cuatro a diez años.
Si bien la ley no aclara si deben ser condenas firmes o basta con un proceso en trámite, parece
correcto entender que referencia es a las primeras, pues si no, no tiene sentido la mención de
la excarcelación y exención de pena. Quedan fuera de la mayor penalidad los antecedentes
penales por delitos culposos.
Según este artículo, el acopio de armas de fuego, piezas o municiones de éstas, o la tenencia de
instrumental para producirlas, sin la debida autorización, será reprimido con reclusión o prisión
de cuatro a diez años.
Estructura típica:
Sujeto activo:
Puede ser cometido por cualquier persona, es un delito común. No hay requisitos especiales.
Acción típica:
Se trata de una figura totalmente autónoma con referencia a las anteriores. El texto en vigencia
no hace ninguna distinción, por lo tanto, comprende tanto a las armas de fuego de uso civil
como a las de guerra, conminando ambos supuestos con la misma penalidad.
Acopia el que las reúne de modo considerable, según Soler ello ocurre cuando lo hace en
cantidades superiores a los que el uso común o deportivo puede justificar, o que no demuestre
que tiene finalidades de colección por el carácter de las armas, la diversidad de los tipos o
modelos u otra circunstancia determinante de esa finalidad.
Los objetos son las armas de fuego, las piezas o las municiones pertenecientes a estas; armas de
fuego, las que utilizan la energía de los gases producidos por la deflagración de la pólvora para
lanzar el proyectil a distancia; piezas son elementos de que se compone un arma, incluidos los
repuestos; y municiones son los cartuchos o tiros que dispara el arma de fuego.
Se consuma cuando el número de armas que dispone el agente alcanza la magnitud suficiente
para que se lo considere acopio. Es admisible la tentativa.
La norma también castiga la tenencia de instrumental para producir armas de fuego, sus piezas
o municiones, sin la debida autorización legal. La acción prevista es la simple tenencia de
instrumentos para producir las armas de fuego y demás elementos enunciados por la norma.
Elemento subjetivo:
Se trata de un tipo doloso. Requiere del sujeto activo el conocimiento de que lo que se acopia
son armas, municiones o piezas de aquellas, y la voluntad de acopiarlas.
LORENZO GROSSO
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176
El que hiciere de la fabricación ilegal de armas de fuego una actividad habitual será reprimido
con reclusión o prisión de cinco a diez años.
La habitualidad supone la repetición o reiteración de acciones típicas.
El artículo 189 bis del CP reprime con prisión de uno a seis años al que entregare un arma de
fuego, por cualquier título, a quien no acreditare su condición de legítimo usuario.
Requiere la entrega material de la cosa. La simple promesa de entregar la cosa, aunque se haya
pactado o pagado un precio por ella, no es suficiente para perfeccionar el tipo.
Recordemos que legitimo usuario es aquel que ha obtenido la correspondiente autorización por
la ANMAC conforme las exigencias del artículo 14 de la Ley Nacional de Armas y Explosivos
20429 y el artículo 53 del decreto reglamentario 395/75.
Para Donna el contrato por el cual se hace la entrega puede ser tanto a título gratuito como a
título oneroso. No interesa la finalidad del autor al hacer la entrega del arma.
Es necesario que el agente conozca que aquel a quien entrega el arma no es legítimo usuario, y
obrar con voluntad de ello. El dolo eventual es admisible.
Cuando el sujeto a quien se entrega un arma de fuego es mejor de dieciocho años de edad, la
pena para el delito se agrava. La agravante podría explicarse en razón de que resulta más
reprochable la acción del agente que provee el arma a u menor, generando la posibilidad de
inclinarlo a cometer hechos ilícitos cuando aún no tiene plena capacidad para comprender la
antijuridicidad de sus acciones. Según la norma la pena se eleva y pasa a ser de tres años y seis
meses a diez años, de modo que no admite la condenación de ejecución condicional.
Si el autor hiciere de la provisión ilegal de armas de fuego una actividad habitual, la pena será
de cuatro a quince años de reclusión o prisión.
La habitualidad supone la repetición de acciones típicas, aunque cierta doctrina considera un
elemento subjetivo distinto del dolo. La disposición es aplicable a quienes ejerzan el comercio
sin autorización, o a quienes carezcan de autorización para la transmisión por cualquier titulo
de armas de fuego.
Según el cuarto párrafo del artículo 189 bis, si el culpable de cualquiera de las conductas
contempladas en los tres párrafos anteriores contare con autorización para la venta de armas
de fuego, se le impondrá, además, inhabilitación especial absoluta y perpetua, y multa de
$10.000.
Aquí la agravante opera por el mayor reproche que cabe hacerle a quien contaba con
LORENZO GROSSO
CÁTEDRA: STRAMAZZO – MOROSANO - PEIRONE
177
Será reprimido con prisión de tres a ocho años e inhabilitación especial por el doble del tiempo
de la condena el que, contando con la debida autorización legal para fabricar armas, omitiere su
número o grabado conforme a la normativa vigente, o asignare a dos o más armas idénticos
números o grabados.
Estructura típica:
Sujeto activo:
Solo puede serlo aquel que cuenta con autorización legal para la fabricación de armas conforme
a las normas vigentes.
Acción típica:
El agente debe estar fabricando o haber fabricado un arma, a la que tiene la obligación de
asignarle un número o grabado, en el cañón o en la armadura.
La acción típica consiste en omitir el numero o grabado que identifica el arma. Si bien la norma
hace referencia simplemente a armas, una interpretación sistemática lleva a concluir que la
omisión típica es con respecto a las armas de fuego.
En su segunda parte la norma se refiere al que asignare a dos o más armas idénticos grabados o
números.
Elemento subjetivo:
Se trata de un delito doloso donde la omisión la realiza el agente en forma voluntaria conociendo
el deber que sobre el pesa de colocar el número.
En su último renglón el artículo 189 bis del CP dispone que se impondrá prisión de tres a ocho
años al que adulterare o suprimiere el número o el grabado de un arma de fuego.
Estructura típica:
Sujeto activo:
El tipo no trae requisitos especiales sobre el autor, pudiendo ser cualquier persona. Es un delito
común.
Acción típica:
Es adulterar o suprimir el numero o grabado de un arma de fuego. El numero o grabado es aquel
que sirve para identificarlas y que debe reunir los requisitos que las normas aplicables
establecen.
La adulteración supone por parte del sujeto activo una maniobra que modifica total o
parcialmente el número grabado; por ejemplo, a través de la erradicación de uno de sus
números y sobre estampado de otro. La supresión es la acción por la cual se elimina por
completo el numero o grabado, ya sea quitando chapas o placas donde estén contenidos, o por
procesos abrasivos.
Elementos subjetivo:
Es una figura dolosa. El sujeto debe conocer la verdad del objeto – arma – y el destino
individualizador de la numeración que se suprime o modifica, y la voluntad de hacerlo.
LORENZO GROSSO
CÁTEDRA: STRAMAZZO – MOROSANO - PEIRONE
178
Aquí se procura proteger los medios de transporte y comunicación que tienen una gran utilidad
en la comunidad; los daños o entorpecimientos que en ellos se produzcan generan un peligro
común que interesa a toda la comunidad.
Contemplado en el artículo 190 del CP, esta norma dispone en su primer párrafo que se penará
al que a sabiendas ejecutare cualquier acto que ponga en peligro la seguridad de una nave,
construcción flotante o aeronave.
Estructura típica:
Sujeto activo:
Puede ser cualquier persona. No existen en la norma exigencias o requisitos específicos.
Acción típica:
Es la de ejecutar un acto que ponga en peligro la seguridad del medio de transporte acuático o
aéreo. Pese a lo terminante de la formula quedan comprendidas tanto las acciones cuanto las
omisiones, en ya recaigan sobre el medio mismo (daños de estructura), sobre las vías que utiliza,
atacando al piloto, por ejemplo; y sobre accesorios de seguridad (goniómetros).
Esos actos tienen que haber creado un peligro para la seguridad del medio de transporte. Debe
tratarse de un peligro concreto, que efectivamente se haya corrido. La seguridad mentada se
refiere tanto a la incolumidad del medio mismo, como a la de las cosas o personas transportadas
o por transportar, aunque aquella no se vea afectada.
Por naves entiéndese aquí toda embarcación destinada al transporte de personas o cosas.
Aeronave es todo aparato que se mueva en el aire y destinado al mismo transporte. En tanto
que construcción flotante es todo aparato que, sin ser una nave en el sentido explicado, está
destinado a flotar en las aguas trasladándose por ellas o permaneciendo anclado.
No es indispensable que estén afectados a un uso público, ni interesa quien sea el titular de su
dominio, ya que el acto peligroso es punible en cuanto amenaza la seguridad común, no la
propiedad.
Los objetos tiene que estar actualmente destinados a prestar servicios, aunque no es
indispensable que este prestándolo efectivamente en el momento en que se realiza el acto que
va a originar el peligro.
La consumación, pues, no se da con la sola realización del acto, mientras no ha surgido el peligro
concreto para la seguridad.
Elemento subjetivo:
La ejecución del acto debe ser a sabiendas. Alguna doctrina interpreta este exigido conocimiento
como un ánimo tendiente a crear el peligro; pero tenemos que advertir que no se trata de un
elemento subjetivo volitivo, sino cognoscitivo, requiere que el autor conozca el carácter
peligroso del acto para la seguridad de la nave, aeronave o construcción flotante, pero no que,
a la vez, desee crear ese peligro.
Agravantes:
Si el hecho produjere naufragio, varamiento o desastre aéreo, la pena será de seis a quince años
de reclusión o prisión.
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179
El naufragio es el hundimiento de la nave hasta más allá de sus cubiertas superiores, aunque
queden fuera del agua partes ínfimas de su estructura. El varamiento es encallar por
asentamiento de los planos inferiores de la nave en el lecho de las aguas o por el
aprisionamiento de partes de sus obras vivas por sectores de ese lecho (rocas, bancos de arena).
Desastre aéreo es el accidente con gran daño de la aeronave, sea por su precipitación cuando
ya está en vuelo, sea por decolaje defectuoso o aterrizaje forzado o anormal en las operaciones
inmediatamente anteriores o posteriores, o sea, es el accidente que se produce en el acto del
transporte, aunque la conducta peligrosa del autor se haya realizado con anterioridad.
Por supuesto que estos resultados operan como agravantes, mientras no se hayan producido
daños sobre las personas, ya que en esos casos pasamos a la calificante del párrafo tercero.
Contemplado en último párrafo del artículo 190 del CP si el hecho causare lesión a alguna
persona, la pena será de seis a quince años de reclusión o prisión, y si ocasionare la muerte, de
diez a veinticinco años de reclusión o prisión.
En ambas hipótesis, se trata de resultados preterintencionales conectados causalmente con el
desastre. Debido a que la norma penal no especifica el tipo de lesión a que hace referencia, se
deduce que están comprendidas las lesiones leves, graves y gravísimas.
El último párrafo del artículo declara aplicables las disposiciones precedentes aun cuando la
acción recaiga sobre la cosa propia, siempre que del hecho derive un peligro para la seguridad
común.
Según el artículo 191 del Código Penal de la Nación el que empleare cualquier medio para
detener o entorpecer la marcha de un tren o para hacerle descarrilar, será reprimido:
Estructura típica:
Sujeto activo:
Puede ser cualquier persona, no es necesario que el agente reúna condición especial alguna.
Acción típica:
Como surge de la norma es la de emplear cualquier medio destinado a lograr las finalidades
típicas, esto es, detener el tren, entorpecer su marcha o hacerlo descarrilar, sin necesidad de
resultado alguno.
Detener es parar, frenar la marcha; entorpecer supone perturbar o poner obstáculos a su
marcha; o bien su descarrilamiento.
Por tren debe entenderse a un conjunto de elementos rodantes (convoy), arrastrado por una
maquina o locomotora que circula exclusivamente por vía férrea y que está destinado al tránsito
ferroviario. El concepto no abarca a la locomotora sin convoy, automóviles guía y vagoneta, ni a
las llamadas zorras u otros aparatos mecánicos o eléctricos, por ejemplo, grúas, que poseen
auto desplazamiento o desplazamiento manual. Carece de importancia que la circulación del
LORENZO GROSSO
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180
tren se realice por la superficie o por debajo de ella, como puede ser el caso de los trenes
subterráneos.
La figura básica se perfecciona si la acción del autor no produce el descarrilamiento u otro
accidente, por ejemplo, el incendio de un vagón, el choque con otro tren sin descarrilamiento.
Si estos resultados se producen, el delito se agrava, al igual que si, como consecuencia del
accidente, derivara una lesión o la muerte de alguna persona. En todas estas hipótesis de mayor
penalidad, se trata de resultados preterintencionales no abarcados por el dolo del autor.
El delito es de peligro concreto y se consuma cuando se ponen en ejecución los medios
destinados a detener o entorpecer la marcha del tren o a producir su descarrilamiento. La
tentativa se presenta como posible.
Elemento subjetivo:
Subjetivamente, la acción debe ser enderezada a lograr la finalidad perseguida (para detener,
entorpecer o lograr el descarrilamiento). De allí que el tipo exija la concurrencia de un elemento
subjetivo especifico que acompaña al dolo, no abarcando ni el dolo eventual ni los actos
imprudentes.
El CP dispone en su artículo 192 que será reprimido con las penas establecidas en el artículo
anterior en sus casos respectivos, el que ejecutare cualquier acto tendiente a interrumpir el
funcionamiento de un telégrafo o teléfono destinado al servicio de un ferrocarril.
El bien jurídico protegido es el normal funcionamiento del telégrafo o teléfono, pero hay que
aclarar que no todo telégrafo o teléfono es protegido por la norma, sino solo aquellos que están
al servicio del ferrocarril.
Estructura típica:
Sujeto activo:
La norma usa la expresión el que, por lo que puede ser cualquier persona.
Acción típica:
Es ejecutar el acto tendiente a interrumpir – frenar, cortar – el funcionamiento del teléfono o
telégrafo al servicio del ferrocarril.
Solo están comprendidos en el precepto el telégrafo y el teléfono, no así aquellos otros medios
que, si bien sirven para la comunicación del servicio ferroviario, no reúnen dichas características,
como sucede, por ejemplo, con los medios electrónicos o informáticos, circunstancia que
permite inferir, una vez más, el anacronismo de esta disposición.
Elemento subjetivo:
Se trata de un delito doloso, que solo admite dolo directo. Para Donna se exige un elemento
subjetivo distinto del dolo que es la idea no solo de dañar, sino de interrumpir el funcionamiento
del teléfono o telégrafo al servicio del ferrocarril.
El artículo 193 del Código Penal establece que será reprimido con prisión de un mes a un año, si
el hecho no importare un delito más severamente penado, el que arrojare cuerpos
contundentes o proyectiles contra un tren o tranvía en marcha.
Estructura típica:
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181
Sujeto activo:
Tal como enseña D’Alessio, el sujeto activo puede ser cualquier persona. Es un delito común.
Acción típica:
La acción es la de arrojar, es decir, lanzar cuerpos contundentes o proyectiles. Proyectil es todo
objeto que es lazado por un medio que multiplica la fuerza del brazo del hombre y que,
prolongado su alcance. Cuerpo contundente es cualquier objeto cuya resistencia lo torna apto
para producir daños en el medio de transporte o en las personas por el transportadas.
Se limita la esfera de punibilidad en cuanto se requiere que el medio este en marcha, con lo que
no se dará el tipo si la acción se practica sobre el mismo estando detenido, aunque este en
función de transporte.
No se requiere que se trate de trenes o tranvías afectados al transporte público de pasajeros –
como lo hacía la ley 21.338 –; siempre y cuando la seguridad común pueda verse atacada, no
interesa cual sea la afectación del vehículo.
El delito se consuma con el lanzamiento del proyectil o cuerpo contundente, sin que sea
necesario que hayan impactado en el medio de transporte o en las personas transportadas. La
ley castiga el peligro abstracto que la conducta significa para la seguridad del medio de
transporte.
Elemento subjetivo:
Se trata de un delito doloso que requiere dolo directo. El autor debe tener el conocimiento y
voluntad de arrojar elementos o proyectiles contra un tren en marcha.
Según el artículo 193 bis del CP será reprimido con prisión de seis meses a tres años e
inhabilitación especial para conducir por el doble del tiempo de la condena, el conductor que
creare una situación de peligro para la vida o la integridad física de las personas, mediante la
participación en una prueba de velocidad o de destreza con un vehículo con motor, realizada sin
la debida autorización de la autoridad competente.
Los bienes jurídicos tutelados por este tipo penal son la vida y la integridad física de las personas.
Si no se creara un peligro para estos bienes jurídicos individuales, se daría un caso de atipicidad.
Cabe recordar que, constituye una de las modalidades calificadas del homicidio culposo.
Estructura típica:
Sujeto activo:
El precepto alude al conductor de un vehículo automotor. Se trata de un tipo de los
denominados de propia mano. Cualquier persona puede conducir un vehículo automotor, pero
no cualquiera puede crear una situación de peligro común para la vida o la integridad física de
las personas, aun mediante la utilización de un vehículo automotor, por ejemplo, quien se
encuentra empujando un automóvil para acercarlo a la vereda.
El tipo exige un sujeto activo conductor, y éste es sólo quien conduce el automotor, es decir, el
que maneja los mecanismos de dirección del automóvil para que circule de un lugar a otro por
sí mismo. Debe entenderse por vehículo automotor a todo vehículo de más de dos ruedas que
tiene motor y tracción propia. Con arreglo a esta interpretación, Buompadre entiende que
también quedan comprendidos en la prohibición penal las pruebas de velocidad o de destreza
realizadas con embarcaciones a motor o en cursos de agua, las que, aun careciendo de ruedas,
no dejan de ser un vehículo con motor y tracción propia.
Acción típica:
El delito consiste en crear una situación de peligro para la vida o la integridad física de las
LORENZO GROSSO
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182
Elemento subjetivo:
Claro está, se trata de un delito doloso. Compatible únicamente con el dolo directo; el sujeto
debe conocer que por su conducción está creando un peligro común, y debe querer causarlo.
Nuestro codificador ha establecido en el artículo 194 del CP que, el que, sin crear una situación
de peligro común, impidiere, estorbare o entorpeciere el normal funcionamiento de los
transportes por tierra, agua o aire o los servicios públicos de comunicación, de provisión de
agua, de electricidad o de sustancias energéticas, será reprimido con prisión de tres meses a dos
años.
Estructura típica:
Sujeto activo:
El sujeto no necesita de ninguna calidad especial en el autor por lo que puede cometerlo
cualquier persona.
Acción típica:
La ley descarta de manera expresa, que se haya creado, mediante las conductas típicas, una
situación de peligro común, o sea, que se haya suscitado un peligro concreto, realmente corrido
por sectores de personas.
La acción típica es impedir, es decir, hacer imposible, estorbar, molestar o tornar más incómodo,
o entorpecer, hacer más dificultoso el funcionamiento.
LORENZO GROSSO
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Debe recaer la acción sobre los transportes por tierra, agua o aire y los servicios públicos de
comunicación, de provisión de agua, electricidad o sustancias energéticas. Deben afectar el
transporte o servicio de modo general; no es suficiente que la acción impida o turbe el
funcionamiento de un determinado medio de transporte, o la recepción del servicio por
determinadas personas, sino que es necesario que abarque el tráfico o la prestación del servicio.
Por ejemplo, picar un camino, producir disminución del suministro de energía; Molinario señala
como ejemplo los cortes de ruta o piquete.
Elemento subjetivo:
El dolo requiere el conocimiento del carácter de los objetos sobre los que recae la acción, y la
voluntad, incluso eventual, de impedir, estorbar o entorpecer.
Serán reprimidos con prisión de un mes a un año, si el hecho no importare un delito más
severamente penado, los conductores, capitanes, pilotos, mecánicos y demás empleados de un
tren o de un buque, que abandonaren sus puestos durante sus servicios respectivos antes de
llegar a puerto o al término del viaje ferroviario; ello según dispone el artículo 195 del CP.
Estructura típica:
Sujeto activo:
Estamos ante un delito de sujeto activo calificado, pues solo pueden serlo los conductores,
capitanes, pilotos, mecánicos o empleados de un tren o de un buque.
Acción típica:
Es la de abandonar el puesto durante de trabajo durante el servicio respectivo. El autor debe
haberse hecho cargo del servicio a bordo del medio de transporte, y a su vez omitir desempeñar
la función o tarea que le corresponde.
Si bien la acción prohibida sigue siendo la de abandonar el puesto, no pasa exactamente lo
mismo con uno de los elementos circunstanciales, ya que, si bien llegar al término del viaje
ferroviario equivale al término del viaje, esta expresión no equivale a llegar a puerto, ya que el
puerto puede ser uno de escala que no ponga fin al viaje.
El delito se consuma con el abandono. Es un delito de peligro abstracto, que no requiere ningún
resultado originado en las omisiones del agente. Por ello es imposible la tentativa.
Elemento subjetivo:
El abandono tiene que ser doloso, requiriéndose el conocimiento del autor de prestar el servicio
que se omite y la voluntad de omitir su prestación. Son indiferentes sus motivaciones.
Accidente culposo:
Surge del artículo 196 del Código Penal que será reprimido con prisión de seis meses a tres años
el que por imprudencia o negligencia o por impericia en su arte o profesión o por inobservancia
de los reglamentos u ordenanzas, causare un descarrilamiento, naufragio u otro accidente
previsto en este capítulo.
Continua la norma diciendo que, si del hecho resultare lesionada o muerta alguna persona, se
impondrá prisión de uno a cinco años.
Estructura típica:
Sujeto activo:
LORENZO GROSSO
CÁTEDRA: STRAMAZZO – MOROSANO - PEIRONE
184
Acción típica:
Es la de provocar un descarrilamiento, naufragio u otro de los accidentes previstos en este
capítulo como consecuencia de su falta de diligencia. Claro está, debe haber una relación directa
entre la violación del deber de cuidado y del resultado.
Elemento subjetivo:
Como dijimos antes es un tipo culposo, puede darse por negligencia, imprudencia o impericia
en su arte o profesión, o por la inobservancia de reglamentos a su cargo.
Es el supuesto del artículo 197 del CP – ultimo del capítulo –, según esta norma, el que
interrumpiere o entorpeciere la comunicación telegráfica, telefónica o de otra naturaleza o
resistiere violentamente el restablecimiento de la comunicación interrumpida, será reprimido
con prisión de seis meses a dos años.
Estructura típica:
Sujeto activo:
El delito de interrupción o entorpecimiento de las comunicaciones puede ser cometido por
cualquier persona.
Acción típica:
Es la interrupción o el entorpecimiento para con el servicio mismo. Aunque falta ahora la
calificación de los medios de comunicación como públicos o puestos al servicio del público, es
muy difícil pensar la tipicidad, cuando se trate de redes de uso estrictamente privado, si se tiene
en cuenta que el bien jurídico protegido sigue siendo la seguridad común.
No será suficiente la mera afectación material de la instalación, si ella no ha producido los
efectos de impedir o entorpecer a aquel, ni la mera interrupción o entorpecimiento de una
comunicación determinada que no extienda sus efectos al servicio dentro de una generalidad.
La norma también se refiere a la resistencia al restablecimiento de la comunicación
interrumpida, en este caso el tipo supone el hecho de la comunicación ya interrumpida, por lo
que el autor puede ser tanto el agente del anterior delito, cuanto un tercero extraño a él. La
resistencia tiene que ser violenta, con lo que la norma estaría exigiendo una oposición de hecho
contra las personas que procuran restablecer el servicio.
Elemento subjetivo:
En ambos casos se trata de un delito doloso que admite solo el dolo directo, según sostiene
D’Alessio.
Las nuevas formas que asumen los ataques de piratería contra los medios de transportes han
inducido al legislados a sustituir la formula original, que solo tenía en cuenta la tradicional
piratería marítima, por una serie de figuras que atienden a esas nuevas realidades.
Aunque algunos tratadistas sostienen que estos delitos protegen la libertad de los mares y el
aire, y en parte así es, no es este el objeto principal de la protección.
Piratería marina:
LORENZO GROSSO
CÁTEDRA: STRAMAZZO – MOROSANO - PEIRONE
185
Es la piratería propiamente dicha, contemplada en el primer inciso del artículo 198 del CP, que
reprime con reclusión o prisión de tres a quince años al que practicare en el mar o en ríos
navegables, algún acto de depredación o violencia contra un buque o contra personas o cosas
que en él se encuentren, sin estar autorizado por alguna potencia beligerante o excediendo los
límites de una autorización legítimamente concedida.
Estructura típica:
Sujeto activo:
El sujeto activo es el pirata, es decir, aquel que actúa por cuenta propia, que no pertenece a
ninguna nación y no distingue entre la guerra y la paz. No es pirata quien actúa bajo la
autorización de alguna potencia beligerante. Delito común.
Acción típica:
La acción típica es la de practicar actos de depredación o violencia contra un buque o las
personas que en el se encuentren. Los actos de pillaje pueden ser cometidos por cualquier
medio, no solo por medio del abordaje de buque a buque.
El acto de depredación es, tradicionalmente, un acto de pillaje mediante violencia o
intimidación, que implica la producción de daños de cierta magnitud; es un robo al cual, en el
particular supuesto de la piratería, se suma la lesión a la seguridad común en que intervienen
como factores el medio por el que se produce el atentado. Comprende también todo acto de
violencia, que, sin estar determinado por la finalidad del pillaje, incide sobre el buque o lo que
transporta, asumiendo una magnitud amenazadora para la seguridad común, por ejemplo
disparar salvas repetidas sobre las cubiertas y puentes.
Siguiendo el concepto tradicional de piratería marítima, se ha sostenido que los actos de
depredación o violencia contra el buque, o lo transportado por él, tienen que practicarse
utilizando otro buque; según esa opinión, los actos de depredación o violencia serán delitos
contra la propiedad o contra las personas y no piratería cuando no hayan sido perpetrados por
medio del asalto del buque por otro buque o barca armada, esta apreciación dogmáticamente
tenía valor en el texto original, sin estar autorizado por alguna potencia beligerante o sin que el
buque, por medio del cual ejecute el acto; pero ya no lo tiene, porque la referencia al buque
asaltante ha desaparecido en el texto actual.
No cualquier nave puede ser objeto de piratería, sino la que tenga carácter de buque (navío de
cubierta). En parte, obedeciendo al concepto tradicional de piratería y, en parte, porque la
seguridad común en esos casos estaría ya suficientemente protegida por los tipos que hemos
estudiado en el capítulo anterior.
El tipo reclama que el acto depredatorios o violento se practique en el mar o ríos navegables. La
ley excluye otros lugares navegables, como son los lagos interiores, posiblemente teniendo en
cuenta que allí, si bien se puede atentar contra la seguridad común, la incidencia sobre el
transporte como objeto inmediato de protección no obtiene la magnitud necesario para
suministrarle una mayor protección que la que se brinda en el capítulo anterior.
No debemos olvidar que este es uno de los delitos en que el principio universal o cosmopolita
(reconocidos en distintos tratados celebrados por el estado) extiende la aplicación de esa ley a
los hechos perpetrados en el mar libre o hasta en mares territoriales o ríos de otros Estados.
Elemento subjetivo:
El delito es doloso, de peligro concreto y se consuma cuando se llevan a cabo los actos de
depredación o violencia contra el buque o las personas o cosas que en él se encuentran. La
tentativa no parece admisible.
Piratería aérea:
LORENZO GROSSO
CÁTEDRA: STRAMAZZO – MOROSANO - PEIRONE
186
El segundo supuesto contemplado por la norma del artículo 198, se impone la misma pena al
que practicare algún acto de depredación o violencia contra una aeronave en vuelo o mientras
realiza las operaciones inmediatamente anteriores al vuelo, o contra personas o cosas que en
ellas se encuentren, sin estar autorizado por alguna potencia beligerante o excediendo los
límites de una autorización legítimamente concedida.
La diferencia que presenta con el supuesto anterior a nivel de acciones típicas esta dada por el
elemento temporal que introduce, las acciones – con los mismos alcances mencionados – deben
darse durante el vuelo o en actos inmediatamente anteriores a este, por lo que comprende los
actos que realiza el avión, ya cerrado, de despegue y mantenimiento en tierra.
No se exige su comisión desde otra aeronave, sino que como enseña Molinario, es el caso de
algunos viajeros que usurpan el mando de la aeronave mediante coacción de armas o violencia
en pleno vuelo.
Este delito pena al que, mediante violencia, intimidación o engaño, usurpare la autoridad de un
buque o aeronave, con el fin de apoderarse de él o de disponer de las cosas o de las personas
que lleva.
La acción material es la de usurpación por la autoridad de un buque o aeronave. Usurpa esa
autoridad, en el sentido típico, quien quita el gobierno del buque o aeronave a quien
legítimamente lo tiene y lo ejerce. No es típica la conducta de quien se apodera de la autoridad
de un buque o aeronave sobre los cuales nadie está ejerciendo actualmente un mando (un
buque abandonado en el mar).
Hay que usurpar es las autoridad, no basta con que el agente imponga su voluntad respecto de
uno o algunos de los actos que integran esa autoridad, sino de ella en su totalidad.
Para cometer la usurpación de la autoridad, puesto que, si bien quedan comprendidas la
violencia y la intimidación, también se introduce el engaño, es decir, todo modo ardidoso de
apoderarse ilegítimamente del gobierno del buque o aeronave.
La usurpación de la autoridad tiene que realizarse con el fin de apoderarse del buque o de la
aeronave o de disponer de las cosas o de las personas que lleven. No tenga esa finalidad puede
quedar eventualmente comprendida en el tipo anterior.
Es el caso de aquel que, en connivencia con piratas, les entregare un buque o aeronave, su carga
o lo que perteneciere a su pasaje o tripulación.
Entregar significa colocar en poder de los piratas alguno de los objetos enunciados en el tipo. La
entrega típica es la que se realiza a piratas, lo cual indica que el que obtiene de ese modo el
antes dicho poder tiene que realizar o tener la intención de realizar alguno de los actos
depredatorios previstos en el artículo.
En este aspecto, el tipo reclama que la acción de entrega responda a un connivencia del agente
con el pirata. La doctrina señala que, en esta connivencia, no solo queda comprendida la
confabulación con el pirata, sino también la aceptación tolerante del requerimiento pirático, se
excluye la aceptación que procede en el autor de la convicción de lo inútil o gravoso de la
resistencia o que constituye simplemente un acto de cobardía.
Aunque la ley no lo específica, puesto que se trata de una entrega, no cabe duda de que solo
puede ser autor el que tiene capacidad para entregar el objeto, es decir, el que ejerce sobre el
un poder suficiente para dejarlo en manos de otro. Puede tratarse del capitán, del comandante
o de otro personal del buque o aeronave que eventualmente cumpla con las funciones de
aquellos.
LORENZO GROSSO
CÁTEDRA: STRAMAZZO – MOROSANO - PEIRONE
187
El artículo 198, inciso cinco, castiga al que, con amenazas o violencia, se opusiere a que el
comandante o la tripulación defiendan el buque o aeronave atacado por piratas.
El presupuesto del delito es que se encuentre en curso un ataque pirático contra la nave o
aeronave, pero no es indispensable que se hayan hecho aprestos de defensa; el agente puede
actuar típicamente antes de que se realicen esos apresto, mientras se realizan o en el curso de
la defensa hasta que esta se extingue.
Es la de oponerse a que el capitán del buque, el comandante de la aeronave o la tripulación de
ellos los defiendan del ataque pirático. Se opone el que procura impedir que se realice la
defensa.
Tiene que realizarse con violencia o amenazas, es decir, con intimidación. Si el agente emplea
cualquier otro procedimiento, quedara al margen de la oposición típica.
La oposición debe estar dirigida a impedir la defensa que puedan ejercer o están ejerciendo el
capitán, el comandante o la tripulación del buque o aeronave. Por lo tanto, la violencia o la
intimidación debe recaer sobre ellos, aunque sea actuado sobre terceros (intimidando al capitán
con actos de violencia sobre pasajeros).
El hecho se consuma con la realización de los actos de violencia o amenaza que constituyen la
oposición; es indiferente que se haya logrado o no impedir la defensa. No es admisible la
tentativa.
Autor puede ser cualquier persona, miembro de la tripulación, pasajero o un tercero que por
cualquier eventualidad se halle en el buque o aeronave o hasta afuera de ellos, por ejemplo,
quien amenaza utilizando la radio.
Equipamiento pirático:
Este inciso reprime un acto preparatorio del delito de piratería. La acción consiste en equiparar
un buque o una aeronave para practicar actos de piratería. El equipamiento comprende el
acondicionamiento de la nave, proveyendo tripulación, armamento, alimentos, instrumentos de
navegación, etcétera para destinarla a la piratería.
La actividad del agente puede ser ejecutada por cuenta propia (para uno mismo) o por cuenta
ajena (para un tercero, generalmente un armador).
El delito es doloso y el dolo abarca el conocimiento del destino de la nave. Debe tratarse del
equipamiento de una nave pirata y no de una nave cualquiera para que realice actos de piratería,
aunque luego efectivamente los realice. Se consuma con el equipamiento.
Es el último supuesto que contempla el artículo 198 del CP, según este se aplica la misma pena
a quien, desde el territorio de la república, a sabiendas traficare con piratas o les suministrare
auxilio.
Las acciones típicas son las de traficar o suministrar auxilio. Trafica el que comercia con piratas
o recibe la producción de sus depredaciones para colocarla en el comercio o lograr de cualquier
manera su venta (reducidor). Suministra auxilio el que proporciona ayuda o sostén de pirata,
dándole medios económicos o favoreciéndolo personalmente de cualquier modo.
Solo son típicos el tráfico o el auxilio que se realiza o suministra desde el territorio de la
república, lo cual exige que el agente, por sí mismo o por medio de sus representantes, actúe
en el territorio del país. El tráfico con o el auxilio a pirateas perpetrado en el extranjero, cuando
estos hayan actuado en aguas argentinas, solo podrán ser perseguidos por nuestra ley si
importan actos de participación en los hechos de piratería, pero no en otros casos.
El tipo contiene un elemento subjetivo cognoscitivo; el agente debe actuar a sabiendas de que
trafica con, o auxilia a piratas; la duda no basta en este caso, es indispensable la certeza sobre
aquel carácter.
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Piraterías agravadas:
En el artículo 199 del CP se consagra una agravante de la piratería a partir de sus resultados
preterintencionales. Así, la norma dispone que, si los actos de violencia u hostilidad
mencionados en el artículo anterior fueren seguidos de la muerte de alguna persona que se
encontrare en el buque o aeronave atacados, la pena será de diez a veinticinco años de reclusión
o prisión.
Aquí se tutela la salud pública, entendida como un valor comunitario, con sentido de dimensión
social, que apunta no a la salud individual sino al conjunto de condiciones positivas y negativas
que posibilitan el bienestar de todas las personas general e indeterminadamente. Es la salud de
un número indeterminado de personas.
Dispone el artículo 200 del CP que será reprimido con reclusión o prisión de tres a diez años y
multa de $ 10.000 a $ 200.000, el que envenenare, adulterare o falsificare de un modo peligroso
para la salud, aguas potables o sustancias alimenticias o medicinales destinadas al uso público
o al consumo de una colectividad de personas.
Estructura típica:
Sujeto activo:
Puede ser cualquier persona – delicta comunia – no existiendo en el tipo la exigencia de
condiciones especiales.
Sujeto pasivo:
Es indeterminado, por la naturaleza propia del delito del que se trata. Aunque en el caso puede
verse afectada solo una parte de la población como mujeres, niños y ancianos.
Acción típica:
Es la de envenenar o adulterar alguno de los objetos del tipo. Envenenar supone agregar a la
sustancia otra, ya sea toxica en si mismas o que se vuelve toxica al mezclarse con aquella, lo que
importa es entonces volverla venenosa. Adulterar implica cambiar las calidades de la sustancia,
afectando sus propiedades – agregando o quitando o sometiéndola a procesos de
descomposición –.
▪ Aguas potables: son las que tiene aptitud para ser ingeridas por las personas,
directamente o utilizándolas para el conocimiento de alimentos; no es indispensable que
alcancen un determinado grado, de potabilidad.
▪ Sustancia alimenticia: es todo solido o líquido que normalmente ingiere el hombre a fin
de alimentarse, cualquiera que sea su valor alimenticio, aunque sea mínimo.
▪ Sustancia medicinal: es todo solido o liquido normalmente empleado con el fin de curar
enfermedades o preservar la salud. Alguna doctrina ha restringido estas sustancias a las que
están enunciadas en las leyes particulares sobre medicamentos. Solo se consideran los
medicamentos utilizados por el hombre, dejándose fuera del tipo los de uso veterinario.
Para que estos elementos puedan ser objeto del delito, tienen que estar destinados al uso
público o al consumo de una colectividad de personas. Cuando las acciones se realizan sobre
esos objetos, pero que están destinados a la utilización de personas determinadas, el hecho
LORENZO GROSSO
CÁTEDRA: STRAMAZZO – MOROSANO - PEIRONE
189
queda en los delitos contra las personas. La ley agrega a las agua y sustancias de uso público las
destinadas al consumo de una colectividad.
Aunque la ley requiere que el envenenamiento o la adulteración conviertan la sustancia en
peligrosa para la salud, pero no es necesario que la acción haya creado efectivamente peligro
concreto para la salud pública.
Elemento subjetivo:
El dolo supone el conocimiento del carácter y destino del objeto, así como el de la naturaleza de
los agregado, extraído o del efecto contaminante y la voluntad de envenenar o adulterar, pero
no es imprescindible el dolo directo; el tipo es perfectamente compatible con el eventual.
Según el artículo 201 del CP, las penas del artículo precedente se aplicarán al que vendiere,
pusiere en venta, suministrare, distribuyere o almacenare con fines de comercialización aguas
potables, sustancias alimenticias o medicinales o mercaderías peligrosas para la salud,
disimulando su carácter nocivo.
Estructura típica:
Sujeto activo:
Puede ser cualquier persona, se trata de un delito común, no hay exigencias especiales al
respecto.
Acción típica:
Las acciones previstas son vender, poner en venta, entregar o distribuir, las que, en definitiva –
dice Buompadre – constituyen medios de poner en circulación los objetos entre personas
determinadas. El simple tráfico privado, realizado con personas determinadas, queda fuera del
tipo, sin perjuicio de su punibilidad por distintas figuras.
Vende el que transfiere el objeto por un precio; pone en venta el que lo ofrece con esa finalidad
explícita o implícitamente entrega el que lo da por cualquier concepto a título gratuito u
oneroso; distribuye el que, por cuenta propia o de terceros, lo pone a disposición de quienes
pueden realizar con el objeto cualquiera de las operaciones anteriores.
El concepto de medicamente ya lo expusimos al tratar del delito anterior. El de mercadería es
propio del artículo 77 del CP, es decir, toda clase de efectos susceptibles de expendio, o sea,
todo objeto susceptible de venta, entrega, tenga o no carácter de alimento, sean utilizados para
satisfacer necesidades primordiales del hombre o no, incluyéndose los continentes de las
mercaderías que se venden, entregan, etc.
Pero tienen que tratarse de medicamentos o mercaderías peligrosas para la salud. Este carácter
puede proceder de alguna de las conductas previstas en el tipo anterior – por ejemplo, son
adulteradas –, de circunstancias extrañas a la acción del hombre – tal el caso de mercadería
adulterada por el transcurso del tiempo –.
El peligro se da si el medicamento o la mercadería puede producir daños en la salud por su
utilización normal, no se estará en el tipo si, por ejemplo, el receptor pretende utilizar el
producto graso que se emplea para lubricar cueros como elemento de cocina.
Debe, por si, ser susceptible de dañar la salud; en tal sentido, no basta con la falta de calidad del
objeto para cumplir su finalidad. La nocividad no tiene por qué extenderse a cualquier persona;
puede limitarse a una clase de ellas, mientras sigan siendo indeterminadas.
Elemento subjetivo:
Este es un tipo doloso, requiere el conocimiento del carácter nocivo del objeto y, volitivamente,
el querer transferirlo disimulándolo.
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Agravantes:
El artículo 201 bis del CP contempla una modalidad agravada común a los dos delitos analizados.
Esta norma dispone que si como consecuencia del envenenamiento, adulteración o falsificación
de aguas potables o sustancias alimenticias o medicinales, resultare la muerte de alguna
persona, la pena será de diez a veinticinco años de reclusión o prisión; si resultaren lesiones
gravísimas, la pena será de tres a quince años de reclusión o prisión; si resultaren lesiones
graves, la pena será de tres a diez años de reclusión o prisión.
En su último párrafo dispone que en todos los casos se aplicará además multa de $10.000 a $
200.000.
Propagación de enfermedades:
Nuestro CP dispone en su artículo 202 que será reprimido con reclusión o prisión de tres a quince
años, el que propagare una enfermedad peligrosa y contagiosa para las personas.
Estructura típica:
Sujeto activo:
Este delito puede ser cometido por cualquier individuo pues no hay exigencias específicas.
Acción típica:
Nuestra doctrina no se ha puesto todavía de acuerdo sobre el concepto típico de la acción de
propagar. Para algunos estamos aquí ante un delito de daño, así, para Gómez, entre otros, tiene
que haberse producido una pluralidad de afecciones; para otros, como Soler, basta con que una
persona se haya visto afectada. Finalmente, algunos como Núñez entienden que no es
indispensable que alguien se vea afectado, sino que ya propaga quien realiza actos idóneos de
transmisión de la enfermedad, creando el peligro de que la enfermedad se disemine.
Pero parece valido sostener que lo que el tipo prohíbe es la propagación de la enfermedad, es
decir, la multiplicidad de afectados con posibilidad de que otras personas lo sean, y no la
creación del peligro de propagación. Propaga, por tanto, el que logra que una pluralidad de
personas se vea afectada por la enfermedad que puede seguir difundiéndose a otras, cualquiera
que sea el procedimiento adoptado para conseguirlo, y que puede ser el contagio o la difusión
artificial.
Lo propagado debe ser una enfermedad peligrosa y contagiosa para las personas. Enfermedad,
es el proceso patológico en desarrollo. Es peligrosa cuando puede poner en peligro la vida de las
personas o provocarles graves secuelas dañosas en su salud. Es contagiosa cuando puede
transmitirse del afectado a quien no lo está. No es necesario que asuma o pueda asumir la
magnitud de epidemia.
Elemento subjetivo:
El dolo requiere el conocimiento del carácter de la enfermedad y la voluntad de propagarla o la
aceptación de su propagación; con esta última afirmación queda claro que compartimos la idea
de que es admisible el dolo eventual, aunque alguna jurisprudencia ha dado sobre su posible
viabilidad.
Figuras culposas:
Según el artículo 203 del Código Penal, cuando alguno de los hechos previstos en los artículos
anteriores fuere cometido por imprudencia, negligencia, impericia en su arte o profesión o por
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CÁTEDRA: STRAMAZZO – MOROSANO - PEIRONE
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Este tipo penal está contenido en el artículo 204 del CP. El mismo dispone que será reprimido
con prisión de seis meses a tres años el que estando autorizado para la venta de sustancias
medicinales, las suministrare en especie, calidad o cantidad no correspondiente a la receta
médica, o diversa de la declarada o convenida, o excediendo las reglamentaciones para el
reemplazo de sustancias medicinales, o sin la presentación y archivo de la receta de aquellos
productos que, según las reglamentaciones vigentes, no pueden ser comercializados sin ese
requisito.
Estructura típica:
Sujeto activo:
Solo puede ser quien acorde con las leyes y a los reglamentos esté autorizado para la venta de
sustancias medicinales, como el farmacéutico, los directores de laboratorio. Se trata de un delito
especial.
Acción típica:
El tipo protege la salud pública del peligro que importa la utilización de medicamentos que
puedan resultar dañosos en sí mismos, por no corresponder a las características de que el
eventual enfermo necesita, o resultasen ineficaces, por los mismo motivos, para curar la
afección, desconociendo esa circunstancia quien los administra o quien los consume.
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CÁTEDRA: STRAMAZZO – MOROSANO - PEIRONE
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Elemento subjetivo:
El dolo se integra con el conocimiento de la distinta especie, calidad o cantidad del medicamento
y de la ignorancia del receptor sobre esa adversidad. Volitivamente se requiere la voluntad de
suministrar el medicamento infielmente, es decir, a quien ignora la diversidad de especie,
calidad o cantidad respecto de lo recetado, declarado o convenido. Admite solo dolo directo.
Cuando el delito previsto en el artículo anterior se cometiere por negligencia, la pena será de
multa de $ 5.000 a $ 100.000.
Se trata de la comisión culposa de los delitos previstos en el artículo 204, es decir que, pese a la
defectuoso técnica legislativa que presenta la disposición al expresar “cuando el delito previsto”,
debe entenderse que quedan abarcadas las figuras tipificadas en dicho artículo pues ambas
modalidades son pasibles de cometerse por culpa.
Producción de sustancias medicinales en lugares no autorizados:
Según el artículo 204 ter será reprimido con prisión de uno a cuatro años y multa de $ 10.000 a
$ 200.000, el que produjere o fabricare sustancias medicinales en establecimientos no
autorizados.
Se trata de un tipo penal mixto alternativo, cuya comisión abarca tanto la producción como la
fabricación de sustancias medicinales, aun cuando éstas no sean peligrosas para la salud de las
personas. Se reprime el hecho objetivo de la elaboración, en todas sus formas, de estos
productos.
El tipo penal se perfecciona solo si los productos son producidos o fabricados en establecimiento
no autorizados, esto es, en lugares que no cuentan con el permiso de la autoridad de aplicación
respectiva.
El delito, que es de resultado y doloso, se consuma con la producción o fabricación de la
sustancia medicinal. La tentativa es posible.
El artículo 204 quater del Código Penal establece que será reprimido con multa de $10.000 a
$200.000, el que teniendo a su cargo la dirección, administración, control o vigilancia de un
establecimiento destinado al expendio, almacenamiento, distribución, producción o fabricación
de sustancias medicinales, a sabiendas, incumpliere con los deberes a su cargo posibilitando la
comisión de alguno de los hechos previstos en el artículo 204.
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Estructura típica:
Sujeto activo:
Solo puede ser autor de este delito quien tiene la dirección, administración, control o vigilancia
de los establecimientos destinados al expendio medicamentos.
Acción típica:
Se trata de un tipo omisivo que castiga la simple infracción de la obligación que incumbe al que
tiene a su cargo la dirección, administración, control o vigilancia de un establecimiento
destinado al expendio, almacenamiento, distribución, producción o fabricación de
medicamentos, en la medida en que dicha omisión haya posibilitado en concreto la comisión de
algunos de los delitos previstos en el artículo 204.
Esta prevista únicamente la forma dolosa, de dolo directo y se consuma con la simple omisión
de cumplimiento de los deberes asumidos, sin que resulte necesario para la perfección típica
que realmente se haya cometido alguno de los delitos previstos en el artículo 204.
Elemento subjetivo:
Se trata de un delito doloso donde la omisión la realiza el agente en forma voluntaria conociendo
el deber que le corresponde. Sin embargo, ese conocimiento no debe extenderse a la condición
referida que posibilita la realización de las conductas del artículo 204 del CP.
Según el artículo 204 quinques del CP, será reprimido con prisión de seis meses a tres años el
que sin autorización vendiere sustancias medicinales que requieran receta médica para su
comercialización.
El delito consiste en vender, sin autorización, medicamentos que sólo pueden ser
comercializados bajo receta médica.
La venta, para que resulte punible, debe haberse realizado sin la autorización prevista en las
leyes que regulan la actividad farmacéutica, circunstancia que marca la diferencia con la figura
prevista en el artículo 204, que castiga el suministro infiel de medicamentos por persona
autorizada para la venta de sustancias medicinales.
Se trata de un delito común, de sujeto activo indiferenciado. Solo está prevista la forma dolosa
y se consuma con la venta del producto medicinal, de manera que la tentativa es posible.
El artículo 205 del CP reprime con prisión de seis meses a dos años, el que violare las medidas
adoptadas por las autoridades competentes, para impedir la introducción o propagación de una
epidemia.
Estructura típica:
Sujeto activo:
Puede ser cometido por cualquier persona, estamos ante un delito común.
Acción típica:
La conducta típica es la de violar, que aquí tiene el sentido de desobedecer lo mandado, de no
cumplimiento de lo dispuesto. Puede perpetrarse ejecutando un acto prohibido o no realizando
el acto mandado por la autoridad. Este tipo es uno de los que se indican como ejemplos de ley
penal en blanco, cuyo precepto se dispondría por medio de leyes extrapenales, por lo cual puede
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asumir la forma de un delito tanto de acción como de omisión, según sea el carácter del mandato
de esas leyes (según impongan una prohibición u obliguen a una acción).
El objeto de la violación es la medida adoptada por la autoridad competente, para impedir la
introducción o propagación de una epidemia. Tiene que tratarse de medidas obligatorias, o sea,
de imposiciones de carácter general o particular, aunque en este segundo caso la doctrina de
una disposición de orden general, ya que la orden particular emanada de autoridad competente,
en uso de sus atribuciones, pero no fundamentada en mandatos generales, solo puede ser
materia del delito de desobediencia.
Quedan fuera del tipo de violaciones a medidas que no importen mandatos, como son las que
tienen carácter de meras recomendaciones o consejos.
Autoridad competente es, en el caso, la que entiende tanto para dictar la medida de carácter
general como para obligar particularmente al cumplimiento de un mandato por parte de
determinada persona.
Las medidas a que se refiere la ley son las dispuestas para impedir la introducción (el inicio en
determinadas zonas) o la propagación (la extensión) de una epidemia, esto es, de una
enfermedad transmisible en las personas.
Elemento subjetivo:
El dolo necesita el conocimiento de la existencia del mandato y obligatoriedad y la voluntad de
incumplirlo, que puede asumir la forma de dolo eventual.
Este delito está consagrado en el artículo 206 del CP – que constituye una ley penal en blanco –
según el cual será reprimido con prisión de uno a seis meses el que violare las reglas establecidas
por las leyes de policía sanitaria animal.
El bien jurídico protegido es la salud de los animales en general, pero en relación con la salud
pública, en cuanto aquella puede tener una mala influencia sobre el equilibrio natural para la
preservación de esta.
El precepto no alcanza a las leyes reguladoras de la sanidad vegetal ni a medidas o instrucciones
emanadas de autoridad pública, sino solo a las disposiciones contenidas en leyes emanadas de
autoridad pública.
Estas disposiciones generalmente establecen prescripciones obligatorias para los propietarios
de animales afectados por alguna enfermedad contagiosa, determinándolos, en tales casos, a
denunciar el hecho a las autoridades pertinentes, por ejemplo, aislamiento del animal enfermo.
También se establecen reglas relacionadas con la introducción al país de animales enfermos o
que hayan estado expuestos al contagio; la conducción de animales en pie, etc.
Se trata de un tipo de peligro abstracto, de mera actividad y de carácter doloso. Se consuma con
la violación de las medidas dispuestas por las leyes de policía sanitaria animal.
Según el artículo 207 del CP, en el caso de condenación por un delito previsto en este capítulo,
el culpable, si fuere funcionario público o ejerciere alguna profesión o arte, sufrirá, además,
inhabilitación especial por doble tiempo del de la condena. Si la pena impuesta fuere la de multa,
la inhabilitación especial durará de un mes a un año.
Según el artículo 208 del Código Penal, será reprimido con prisión de quince días a un año:
▪ El que, sin título ni autorización para el ejercicio de un arte de curar o excediendo los
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Curanderismo:
Es el supuesto consagrado en el primer párrafo, es decir quien sin título ni autorización para el
ejercicio de un arte de curar o excediendo los límites de su autorización, anunciare, prescribiere,
administrare o aplicare habitualmente medicamentos, aguas, electricidad, hipnotismo o
cualquier medio destinado al tratamiento de las enfermedades de las personas, aun a título
gratuito.
Sujeto activo:
Sujeto activo puede ser cualquier persona. El título es la certificación de la capacitación
profesional expedida por una entidad oficial o privada. La autorización es un acto de naturaleza
administrativa del Estado que se traduce en un permiso otorgado a una persona determinada,
que carece de título profesional, para que ejerza el arte de curar.
Comete el delito también quien, estando autorizado para ejercer el arte de curar, excede los
límites de la autorización, por ejemplo, el mecánico dental que hace trabajo de prótesis.
Acción típica:
Respecto de este punto, las acciones típicas previstas son las de anunciar, prescribir, administrar
y aplicar:
Esas conductas pueden ser llevadas a cabo a título oneroso o gratuito; la ley expresamente los
comprende, aunque fueren realizados a título gratuito.
El objeto de esas conductas es cualquier medio destinado al tratamiento de las enfermedades
de las personas, o sea, deben ser medios que el agente utilice como procedimientos curativos o
preventivos de las enfermedades de las personas, se trate o no de medios normalmente
empleados en esos tratamientos, adecuados o no, hasta cuando resulten completamente
inidóneos para realizarlos.
La expresión arte de curar abarca el ejercicio de la medicina, de la odontología y de quienes
realizan actividades de colaboración de la medicina y de la odontología (obstetras, kinesiólogos,
mecánicos dentales, entro otras.
Para que las conductas resulten típicas, es menester que el autor las realice habitualmente. La
doctrina y la jurisprudencia han discrepado sobre este requisito. Para algunos la habitualidad
requiere, necesariamente, una pluralidad de actos; para otros, se trata de una característica
subjetiva del delito, y es suficiente con que el autor anímicamente se proponga ejercer
habitualmente, con lo cual la realización de un solo acto puede revelar sintomáticamente
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Elemento subjetivo:
Se trata de un tipo doloso. El autor tiene que conocer su carencia de título o de autorización
valida y la voluntad de realizar las acciones destinadas al tratamiento de enfermedades de
personas.
Charlatanismo:
Es la segunda conducta típica prevista en el artículo 208 del CP, así, la norma habla de quien,
con título o autorización para el ejercicio de un arte de curar, anunciare o prometiere la curación
de enfermedades a término fijo o por medios secretos o infalibles.
Sujeto activo:
Es un delito propio, solo lo pueden cometer quien posee título valido o autorización para ejercer
el arte de curar enfermedades.
Acción típica:
Es la de anunciar o prometer la curación del modo descripto en el tipo. Anunciar implica
anoticiar, publicitar o bien comunicar a múltiples personas. Prometer es presentar como seguro
o con un elevado margen de éxito un resultado determinado.
El delito consiste en anunciar o prometer (asegurar un resultado) la cura de una enfermedad a
término fijo es decir en fecha cierta o determinada de curación o bien por medios secretos, esto
es, por medio de un procedimiento sobre los que el autor mantiene reserva, que son conocidos
solo por el o infalibles, es decir, de éxito seguro, que no pueden fallar.
La doctrina demanda la publicidad de estas conductas pues solo de ese modo se puede poner
en peligro la salud de las personas en general. La ley exige que el anuncio o promesa persigan la
cura de una enfermedad, esto demanda, un obrar sincero en el autor. Pero, contrariamente a
cómo piensa alguna doctrina, Buompadre entiende que para la norma penal carece de
relevancia la sinceridad de la conducta del profesional, pues lo que la ley reprime es un obrar
reñido con las reglas de la ética médica, al asegurarse un resultado que, por sus propias
características, implica un riesgo para la salud colectiva. La promesa de curación a término fijo
existirá, aunque el profesional crea que ello es posible.
Lo de anunciar o prometer es la curación de enfermedades a termino fijo o por medios secretos
o infalibles. Lo que en realidad se anuncia o promete es un tratamiento curativo que producirá
esos efectos en un tiempo determinado (termino fijo), o en el cual se utilizarán sustancias o
procedimientos que el agente no manifiesta, es decir, mantiene en reserva (medios secretos), o
que se presentan como absolutamente seguros en orden de curación (infalibles).
Elemento subjetivo:
Es un delito doloso, constituyendo el dolo el saber que se anuncia o promete la curación en la
forma descripta por el tipo penal.
La doctrina exige malicia, entendiendo por tal el conocimiento de que se anuncia o promete algo
que no es real; se dice que el profesional que cree en lo que anuncia o promete, puede ser un
ignorante o un torpe, pero no es un charlatán.
Prestación de nombre:
LORENZO GROSSO
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Se trata del supuesto contemplado en el ultimo inciso del artículo 208 del CP. La norma habla
del que, con título o autorización para el ejercicio de un arte de curar, prestare su nombre a otro
que no tuviere título o autorización, para que ejerza los actos a que se refiere el inciso primero
de este artículo.
Sujeto activo:
Solo puede ser autor de este delito quien posee título o autorización para ejercer el arte de
curar.
Acción típica:
Consiste en prestar el nombre para que un tercero realice los delitos del inciso primero. Se trata
de cubrir con el propio nombre la actividad de quien no puede actuar. Tiene que haber una
suplantación de la personalidad del autorizado por el no autorizado; este debe actuar como si
fuera la persona autorizada. No se da el delito cuando el no autorizado no ejerce con el nombre
de este; por ejemplo, utiliza el consultorio del médico, pero atendiendo a título personal. No
basta sustituir al autorizado en los actos curativos; es necesario, además, simular su identidad,
atender como si fuera el quien lo hace.
El agente del delito del artículo 208, inciso tercero, es un cómplice del autor del delito del
artículo 208, inciso primero, que la ley pune autónomamente, pero, si en un plano lógico no se
da esa complicidad, tampoco se dará el delito del inciso tercero.
Elemento subjetivo:
Es un delito doloso, debiendo el agente conocer que quien actúa a su nombre carece de título o
autorización para ejercer el arte de curar, y que realiza alguna de las conductas típicas del inciso
primero del artículo 208 del CP.
LORENZO GROSSO
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198
Han sido asignados a este título el de delitos contra la tranquilidad pública. Se ha dicho que la
tranquilidad publica es una situación subjetiva, entendida como la sensación de sosiego de las
personas integrantes de la sociedad, nacida de la confianza de que pueden vivir en una
atmosfera de paz social.
Los delitos que comprende este título quiebran esa tranquilidad, produciendo un alarma
colectiva.
Según el artículo 209 del CP el que públicamente instigare a cometer un delito determinado
contra una persona o institución, será reprimido, por la sola instigación, con prisión de dos a seis
años, según la gravedad del delito y las demás circunstancias establecidas en el artículo 41.
Estructura típica:
Sujeto activo:
El autor de este delito puede ser cualquier persona, no hay exigencias especiales al respecto.
Sujeto pasivo:
Aquí hay que distinguir al sujeto pasivo de la instigación, que es una generalidad indeterminada,
del sujeto pasivo del delito que eventualmente cometa el instigado, que dependerá del delito
que se trate.
Acción típica:
Es la instigar; instiga quien impulsa, determina o crea en el sujeto pasivo la voluntad de – en este
caso – cometer un delito determinado y concreto, ya sea como autor o participe.
Se da ahora una expresa exigencia de publicidad de la instigación, requisito cuya eliminación en
la formula suplantada había suscitado dudas. Tal exigencia requiere que la conducta sea la
instigación a la comisión de un delito determinado, mas no dirigida a una determinada persona,
sino formulada de un modo que le de aptitud para alcanzar un número indeterminado de
personas, es decir, una generalidad. La instigación dirigida a persona o personas determinadas,
aunque lo sea de una manera pública, queda comprendida en la norma del artículo 45, pero no
constituye el delito de instigación a cometer delitos del artículo 209.
Lo instigado debe ser, pues, la comisión de un delito, con lo cual queda excluida la instigación
de contravenciones. No importa la especie del delito, ni el carácter de las acciones por medio
de las cuales puede ejercerse el ius puniendi, ni su naturaleza jurisdiccional.
Debe ser, además, un delito determinado. Lo propuesto en la instigación debe ser, pues, la
comisión de un hecho concreto. Debe darse la posibilidad de ser recibida la proposición por el
instigado, aunque sus creencias no coincidan exactamente con todas ellas. La enunciación típica
de un delito determinado deja fuera las instigaciones indeterminadas.
Elemento subjetivo:
El autor del delito debe saber que con su conducta mueve o determina a un sujeto pasivo
indeterminado a la realización de un delito concreto, con la particularidad de que se exige que
tenga la voluntad de que el hecho instigado se realice efectivamente. Esta exigencia, dice
D’Alessio, constituiría un elemento subjetivo distinto del dolor.
LORENZO GROSSO
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Este delito está contemplado en el artículo 209 bis del CP, según el cual en igual pena – prisión
de dos a seis años – incurrirá quien en tiempo de conflicto armado incite públicamente a la
sustracción al servicio militar legalmente impuesto o asumido. Si el autor fuese un militar, el
máximo de la pena se elevará a diez años.
El delito consiste en incitar públicamente a la sustracción del servicio militar impuesto por la ley
o voluntariamente asumido. Tiene que tratarse de una incitación pública, es decir, hecha de un
modo que posibilite su captación por un número indeterminado de individuos, aunque en
concreto, no se haya alcanzado a lograr ese conocimiento masivo.
La acción debe desarrollarse en el marco de un conflicto armado, esto es, durante, con ocasión
o mientras se está produciendo un conflicto nacional o internacional, entre fuerzas beligerantes,
en el que interviene nuestro y se utilizan armas, con la finalidad de que un número
indeterminado de personas se sometan o se rehúsen el cumplimiento del servicio militar
impuesto por la ley o que voluntariamente hayan decidido realizarlo. Se debe estar en estado
de guerra sino no se configura el delito.
El autor debe perseguir el logro de que un número indeterminado de personas se sustraigan al
cumplimiento del servicio militar o al que voluntariamente han asumido. Por lo tanto, solo es
admisible el dolo directo.
La existencia de una asociación cuyo objetivo sea la comisión de delitos afecta, por si misma, a
la tranquilidad publica, no solo porque el hecho del conocimiento de su existencia produce
inquietud social, sino también por el peligro que implica para la preservación del orden social
establecido y legalmente protegido.
Asociación ilícita:
Según el artículo 210 del Código Penal, será reprimido con prisión o reclusión de tres a diez años,
el que tomare parte en una asociación o banda de tres o más personas destinada a cometer
delitos por el solo hecho de ser miembro de la asociación. Para los jefes u organizadores de la
asociación el mínimo de la pena será de cinco años de prisión o reclusión.
Estructura típica:
Sujeto activo:
Puede ser cualquier persona, el CP no establece ninguna condición especial para serlo. Ahora
bien, se trata de un delito plurisubjetivo, pues se exige la concurrencia de al menos tres
integrantes, no habiendo número máximo. Como vimos la pena se eleva para:
▪ Jefes: son quienes tienen el mando o autoridad sobre los otros miembros de la
asociación, sea la totalidad de ellos o una parte. No requiere que hayan intervenido
materialmente, basta con que dirijan.
▪ Organizadores: son los miembros de la asociación que han actuado en su
establecimiento, ordenamiento o constitución.
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200
Acción típica:
La acción típica es la de tomar parte en la asociación; en otras palabras, ser miembro de la
asociación. Ello no exige, por si, una actividad material, sino la de estar intelectualmente en el
concierto delictivo que se forma o unirse al ya formado; o sea, coincidir intencionalmente con
los otros miembros sobre los objetivos asociativos.
Para ello basta el acuerdo, sin que sea imprescindible, ninguna forma corporal de expresión
voluntaria, el trato directo entre los asociados, ni siquiera que se conozcan entre sí; es suficiente
con que cada uno sepa que integra la asociación. No la integra quien se limita a prestarle ayuda
o auxilio sin voluntad de unirse a ella, aunque conozca su existencia, siempre que, por supuesto,
su intervención no haya sido pactada, expresa o implícitamente, en orden a la pluralidad de
delitos que es el objetivo de la asociación. D’Alessio enumera los siguientes presupuestos que
debe reunir la asociación:
La finalidad del acuerdo es la de cometer delitos, de modo que quedan excluidas de la figura las
asociaciones cuya finalidad sea la de cometer contravenciones o la de perpetrar ilícitos no
penales. Esa misma expresión se refiere a una pluralidad de delitos, lo cual ha llevado a alguna
doctrina a exigir la indeterminación de los delitos cuya comisión se propone la asociación como
un requisito típico. No se trata de que los miembros de la asociación no sepan que delitos van a
cometer, sino que tengan en sus miras una pluralidad de planes delictivos que no se agote en
una conducta delictiva determinada, con la concreción de uno o varios hechos.
El delito se consuma con el acuerdo o pacto delictuoso, pues con este se toma parte y el
individuo se convierte en miembro de la asociación.
Los delitos ejecutados por los componentes de la asociación deben ser juzgados de acuerdo con
las reglas comunes del concurso real. Tratándose de un delito permanente, la consumación se
prolonga mientras perdure la asociación. Cuando la asociación concluye, la consumación cesa.
La tentativa no es admisible.
Elemento subjetivo:
Requiere conocer que se integra la asociación y sus objetivos y que al menos la componen tres
miembros. Debe existir la voluntad de ligarse por el pacto y la finalidad delictiva, cuyo
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Según el artículo 210 bis del CP se impondrá reclusión o prisión de cinco a veinte años al que
tomare parte, cooperare o ayudare a la formación o al mantenimiento de una asociación ilícita
destinada a cometer delitos cuando la acción contribuya a poner en peligro la vigencia de la
Constitución Nacional, siempre que ella reúna por lo menos dos de las siguientes características:
Estructura típica:
Sujeto activo:
Este delito puede ser cometido por cualquier persona, no hay exigencias especiales. La ley
considera una categoría de cómplices a quienes pune con la misma pena que la destinada a los
autores; porque es evidente que cuando la ley menciona distintamente a los que tomaren parte
y a los que cooperaren o ayudaren, se está refiriendo a sujetos y a conductas diferentes; estos
últimos, dentro de los diagramas del artículo 45, no puede ser considerados autores, sino
cómplices en el delito de asociación ilícita, en tanto y en cuanto no lleguen a formar parte de
ella.
Acción típica:
Existen distintas conductas típicas. Por un lado, el tomar parte – con los mismos alcances que
en la figura base –; y por otro, la de cooperar o ayudar a formar o mantener la asociación.
Al mencionar a la asociación ilícita destinada a cometer delitos cuando la acción contribuya a
poner en peligro la vigencia de la CN la norma se está refiriendo a la acción constitutiva del tipo
de artículo 210, no a las acciones de los delitos que se cometen en cumplimiento de los fines
asociativos.
Bastaría con que la existencia de la asociación ilícita haya contribuido a poner en peligro la
vigencia de la Constitución; no será necesario que ella misma haya creado originariamente dicho
peligro. Tiene que tratarse de un peligro cierto, efectivamente corrido, es decir, concreto, que
debe afectar a la vigencia de la Constitución Nacional, o sea, el ordenamiento jurídico
fundamental que organiza la Nación. Tampoco quedara comprendida en la agravante la
conducta asociativa que haya contribuido a poner en peligro la vigencia de una constitución
provincial.
Para que opere la agravante la ley exige que se reúnan al menos dos de las siguientes
características:
▪ Mínimo de diez integrantes: es obvio señalar que la ley enuncia aquí a las zonas que la
forman, es decir, a las toman parte actualmente en ella.
▪ Organización militar y de tipo militar: entendiéndose por ella la que hace imperar en la
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asociación una disciplina castrense que responde a un estructura jerárquica de cuadros, por lo
cual, en principio, parecería que por organización militar tendrá que interpretarse aquella en
que nominaciones y facultades se informen en igualdad de condiciones con las de las fuerzas
armadas, de los cuerpos permanentes, de guardia nacional o de fuerzas asimiladas.
▪ Estructura celular: sistema de celular es aquel en el que la asociación se compone de
distintos grupos, formados separadamente, cuyos integrantes no tienen conocimiento de
quienes son los integrantes de los otro aunque sea parcialmente, y quienes, actuando
separadamente, contribuyen a un objetivo común. Requiere el conocimiento de que se integra
una asociación celular.
▪ Disponer de armas de guerra o explosivos de gran poder ofensivo: el fundamento es
la mayor peligrosidad y mayor poder de intimidación que tiene la asociación para desestabilizar
CN.
▪ Operar en más de una jurisdicción política del país: por jurisdicciones políticas se
mencionan a las provincial y Capital Federal. Es suficiente para la calificantes que, por lo menos,
en dos de ellas opere la asociación; o sea, este constituida, tenga su sede principal o
derivaciones.
▪ Componerse por uno o más oficiales o suboficiales de las fuerzas armadas o de
seguridad: estos deben componer la asociación, tomar parte en ella.
▪ Conexiones con otras organizaciones similares: ya sea en el país o en el exterior,
aunque por conexiones no puede comprenderse una mera coincidencia de ideología, el espectro
de ellas es amplio; va desde el apoyo de cualquier tipo, hasta el mero cambio de informaciones
útiles a la finalidad de asociación. Dichas conexiones son notorias cuando resultan fácilmente
detectables.
▪ Apoyo, ayuda o dirección de funcionarios públicos: se da tanto en supuestos de
complicidad del funcionario, cuanto en aquellos en que el funcionario tome parte dirigiendo a
la asociación; según ello no sería suficiente con que el funcionario este integrado como miembro
de la asociación si es que en ella no realiza funciones de dirección. Parecería que la ley ha
querido que, en ese caso, el funcionario preste a la asociación un apoyo de carácter distinto al
que puede proporcionar como miembro de ella, para que se la calificante.
Elemento subjetivo:
Se trata de un delito doloso y abarca el conocimiento de las distintas agravantes especificas y la
agravante general, y la voluntad de realizarlos.
Se penan actividades que tienen la aptitud de quebrar la tranquilidad publica, ya que están
enderezadas, por su naturaleza misma, a afectar a los componentes de la sociedad. Se reprime
el hecho de alarmar, de influir un temor o miedo público, porque de el pueden derivar o resultar
los efectos que la ley se encarga de describir.
Intimidación pública:
Según el artículo 211 del CP será reprimido con prisión de dos a seis años, el que, para infundir
un temor público o suscitar tumultos o desórdenes, hiciere señales, diere voces de alarma,
amenazare con la comisión de un delito de peligro común, o empleare otros medios materiales
normalmente idóneos para producir tales efectos.
Estructura típica:
Sujeto activo:
Puede serlo cualquier persona, es un delito común o delicta comunia.
LORENZO GROSSO
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203
Acciones típicas:
Surgen de la norma las acciones de hacer señales, dar voces de alarma, amenazar con la
comisión de un delito de peligro común, emplear otros medios materiales.
La acción de hacer señales quiere decir hacer gestos, movimientos o cualquier acción
claramente dirigida a advertir la existencia de un peligro que en realidad es inexistente. Dar
voces de alarma significa emplear el lenguaje oral de manera exagerada, elevando
considerablemente la voz. Amenazar con la comisión de un delito de peligro común consiste en
anunciar o prometer, por sí o medio de un tercero, la ejecución de un hecho que reúne las
características de los delitos de peligro común, es decir, que puedan afectar a un número
indeterminado de personas o cosas, por ejemplo, un incendio, un estrago.
Emplear otros medios materialmente idóneos es una expresión genérica, abierta, que indica que
los medios empleados deben ser materiales y capaces para producir los efectos enunciados en
la norma.
Se trata de un delito de pura actividad, de peligro concreto y de resultado cortado, que se
consuma con la utilización de los medios tendientes a logar las finalidades típicas, aun cuando
ellas no se concreten. La tentativa no parece admisible.
Elemento subjetivo:
Es un delito doloso subjetivamente configurado, ya que la finalidad del autor debe ser infundir
un temor público, en el público en general, de que sucederá el mal anunciado, algo peligroso o
dañino sobre sus personas o bienes; suscitar tumultos, es decir desconcierto, confusión, en una
multitud, o suscitar desordenes, esto es, la alteración del orden y la tranquilidad en lugares en
donde se concentra un gran número de personas sea de carácter o de acceso público.
La infracción es dolosa, de dolo directo y se requiere además la intención del autor de infundir
un temor.
Agravante:
Cuando para ello se empleare explosivos, agresivos químicos o materias afines, siempre que el
hecho no constituya delito contra la seguridad pública, la pena será de prisión de tres a diez
años.
Será reprimido con prisión de tres a seis años el que públicamente incitare a la violencia colectiva
contra grupos de personas o instituciones, por la sola incitación; según el artículo 212 del CP.
Estructura típica:
Sujeto activo:
La norma usa la formula genérica el que, ello supone que el delito puede ser cometido por
cualquier persona.
Sujeto pasivo:
Es un tipo plurisubjetivo. Son los que receptan la incitación, resultando indiferente la actitud
posterior que decidan asumir.
Acción típica:
El delito consiste en incitar públicamente, vale decir, ante un número indeterminado de
personas, a la violencia colectiva contra grupos de personas o instituciones.
La incitación importa estimular, dar confianza, aconsejar, por cualquier medio, pero en forma
indeterminada, a otra persona o personas que realicen actos de violencia generalizada contra
LORENZO GROSSO
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otros grupos de personas. La fórmula abarca la violencia física, el empleo de fuerza física contra
un conjunto indeterminado de personas.
La diferencia con la instigación es que ésta actúa desde el aspecto psicológico de la persona,
mientras que la incitación se realiza mediante hechos que estimulan a la persona a actuar contra
otras personas o instituciones a través de la violencia.
Elemento subjetivo:
Se trata de un delito doloso. El sujeto debe conocer que con su accionar estimula a una
pluralidad de sujetos a realizar actos de violencia, y querer hacerlo.
La apología se caracteriza por constituir una suerte de instigación indirecta a cometer un delito,
por cuanto se elogia un hecho considerado como tal, o a la persona de su autor.
El artículo 213 del CP dispone que será reprimido con prisión de un mes a un año, el que hiciere
públicamente y por cualquier medio la apología de un delito o de un condenado por delito.
Estructura típica:
Sujeto activo:
La acción típica puede ser cometida por cualquier persona.
Acción típica:
Es hacer apología de un delito o de un condenado por delito. La palabra apología quiere decir
discurso de palabra o por escrito, en defensa o alabanza de alguien o algo. En nuestro caso, la
exaltación o el elogio deben estar referidos a un delito (apología de un hecho punible) o de un
condenado por delito (apología de un autor punible).
La expresión delito debe entenderse como delito efectivamente ocurrido, es decir, que la
apología debe versar sobre un delito en concreto, vale decir sobre un delito realmente
cometido.
La norma no incrimina el elogio de lo que la ley tiene por punible, por ejemplo, alabar el
homicidio o cualquier otro delito, sino la glorificación de un delito que fue efectivamente
cometido (tentado o consumado), aunque judicialmente no haya sido declarado tal.
La apología también puede versas sobre un condenado por delito, es decir, una persona sobre
quien ha recaído una sentencia que declara su culpabilidad respecto de un delito concreto y
determinado y respecto del cual se ha aplicado una pena. Debe tratarse de una sentencia
condenatoria firme, pues quien no tiene sobre sí el peso de la cosa juzgada no es un condenado
sino un procesado. Queda fuera de la tipicidad la apología de un procesado por delito, no solo
porque no es un condenado sino por no haberse determinado por sentencia firme que el hecho
atribuido es delictuoso.
No configuran el delito las opiniones o críticas, por más rigurosas que sean, que se realicen sobre
la sentencia condenatoria, pues ello no implica una alabanza del condenado.
La apología puede hacerse por cualquier medio, pero, en cualquier caso, la ley supedita la
punibilidad a que haya sido hecha públicamente, es decir, dirigida a un número indeterminado
de personas y en lugares públicos. La apología en privado o dirigida a una persona o personas
determinadas no es punible.
Elemento subjetivo:
Es unánime la opinión de la doctrina en cuanto a que esta figura es dolosa y es compatible con
LORENZO GROSSO
CÁTEDRA: STRAMAZZO – MOROSANO - PEIRONE
205
El artículo 213 bis, el único del capítulo, dispone que será reprimido con reclusión o prisión de
tres a ocho años el que organizare o tomare parte en agrupaciones permanentes o transitorias
que, sin estar comprendidas en el artículo 210 de este código, tuvieren por objeto principal o
accesorios imponer sus ideas o combatir las ajenas por la fuerza o el temor, por el solo hecho
de ser miembro de la asociación.
Como se advierte, la ley prevé dos acciones, la de organizar y la de tomar parte. La conducta de
organizar esta prevista autónomamente y se puede organizar algo sin llegar a formar parte de
ese algo. Por consiguiente, no exige que el organizador haya pasado a ser miembro de la
agrupación.
Tomar parte tiene aquí el mismo significado que en la asociación ilícita: el de ser miembro de la
agrupación. Darse en el autor de este la voluntad de unión a la agrupación, dentro de los posibles
límites temporales de ella. No comete el delito quien, en una ocasión, o esporádicamente,
participa en las actividades de la agrupación sin ser miembro de ella.
Las que tienen por objeto, principal o accesorio, imponer sus ideas o combatir las ajenas por la
fuerza o el temor.
Agrupación es toda unión de personas cohesionadas por finalidades o intereses comunes, con
carácter más amplio que le de asociación, puede tener vocación de permanencia, como ser
constituida con carácter transitorio.
La finalidad de imponer ideas o combatir ideas ajenas por la fuerza o el temor excluye del marco
de la tipicidad las agrupaciones que únicamente procuran imponer por la violencia un liderazgo
o primar en ciertos sectores sociales, sin responder a un ideario (p.ej. las llamadas patotas).
Principal cuando la agrupación existe para ella, y accesoria cuando, existiendo para otra distinta
(p.ej. confesiones religiosas), admite la utilización de los medios violentos para imponer sus
convicciones, juntamente con otros medios (p.ej. propaganda).
Permanente subsistir por un tiempo más o menos prolongado. Transitoria puede ser eventual o
temporal; eventual en una coyuntura social dada, y desaparece cuando cesa esa coyuntura; la
temporal tiene un significado todavía más restringido, es la que se constituye para intervenir en
acontecimientos relacionados con la idea, sin pretensiones de subsistir después de el. La ley
determina que el tipo es subsidiario del de asociación ilícita.
Cuando la acción es la de tomar parte en la agrupación, el delito se consuma lo mismo que el de
asociación ilícita, es decir, por el solo hecho de hacerse miembro de la agrupación. Pero cuando
la acciones la de organizar, que, como señalamos, en este tipo adquiere autonomía, el delito
quedara consumado cuando la agrupación quede organizada, es decir, constituida, con lo cual,
en principio, seria admisible la tentativa.
La acción de tomar parte tiene que estar conformada por el conocimiento de los fines de
agrupación y la voluntad de constituirse en miembro de ella.
La acción de organizar debe estar guiada por la finalidad de constituir la agrupación para los
cometidos fijados por la norma. En cualquiera de los dos casos, el delito es incompatible con el
dolo eventual.
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Protegen la incolumidad de la Nación dentro de las relaciones que mantiene con otros Estados
soberanos. Lo hacen procurando evitar daños de su integridad territorial y soberanía, y cualquier
conflicto internacional que pueda redundar en detrimento de su personalidad en el orden
internacional.
Traición a la Nación:
Según el artículo 214 del CP, será reprimido con reclusión o prisión de diez a veinticinco años o
reclusión o prisión perpetua y en uno u otro caso, inhabilitación absoluta perpetua, siempre que
el hecho no se halle comprendido en otra disposición de este código, todo argentino o toda
persona que deba obediencia a la Nación por razón de su empleo o función pública, que tomare
las armas contra ésta, se uniere a sus enemigos o les prestare cualquier ayuda o socorro
Elementales razones de jerarquía normativa impiden interpretar este texto sin remitirnos al
artículo 119 de la CN, según el cual la traición contra la Nación consistirá únicamente en tomar
las armas contra ella, o en unirse a sus enemigos prestándoles ayuda y socorro. El Congreso
fijara por una ley especial la pena de este delito; pero ella no pasará a la persona del delincuente,
ni la infamia del reo se transmitirá a sus parientes de cualquier grado.
La diferencia entre la CN y el Código Penal es que la primera define solo dos conductas que
consisten en tomar las armas contra la Nación o unirse a los enemigos, prestándole ayuda y
socorro, mientras que el CP define tres, tomar las armas contra la Nación; unirse a los enemigos
y; prestarle cualquier ayuda o socorro.
Por imperio de lo dispuesto en el artículo 31 de la CN debe prevalecer el precepto constitucional,
de manera que las acciones típicas del delito son tomar las armas contra la Nación o unirse al
enemigo prestándole cualquier ayuda o socorro.
Estructura típica:
Sujeto activo:
Es un delito propio, la norma habla de todo argentino y toda persona que deba obediencia a la
nación por razones de su empleo o función pública. Esto significa que el delito puede ser
cometido por cualquier nacionalizado argentino, siendo indiferente que residan o no en el país;
y extranjeros empleado oficialmente por el país.
Acción típica:
Este delito tiene como presupuesto la existencia de una situación de guerra exterior, una acción
de guerra contra el estado que esté declarada sin importar que se encuentre afectada toda la
nación. La traición solo puede cometerse durante la vigencia de una situación de beligerancia,
la cual comienza con la declaración formal de la guerra o con la iniciación de las acciones bélicas
de hecho. El delito solo se puede dar entre el comienzo y el final de la guerra.
Como dije antes, por imperio del artículo 31 de la CN, las acciones típicas son dos – y no tres –:
▪ Tomar las armas: quiere decir participar en acciones bélicas, ofensivas y defensivas, en
el frente de batalla o en la retaguardia, junto a las filas enemigas de la Nación. No es preciso que
efectivamente se haya entrado en combate o que el agente se encuentre armado.
La conducta típica abarca actividades de muy diversa naturaleza, siempre que ellas impliquen
una contribución a una acción beligerante, por ejemplo, planificación, estrategias, actividades
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Gran parte de la doctrina excluye de la traición los servicios médicos o religiosos prestados al
enemigo, incluso los prestados a las fuerzas armadas enemigas; pero es evidente que tales
servicios, suministrados con finalidades u objetos bélicos constituye un aporte logístico de
importancia. Quizá no alcance a ser traición prestar colaboración sanitaria o dar servicios
religiosos a la población civil enemiga, pero si lo será, sin duda alguna, prestar esos servicios
encuadrándose en sus fuerzas armadas o adjuntándose a ellas.
Elemento subjetivo:
La traición es una infracción subjetivamente configurada, que requiere del autor una finalidad
específica, es decir, el enrolamiento en las fuerzas enemigas para combatir contra la Nación.
Cualquier otra finalidad queda fuera del marco típico, por ejemplo, los servicios de sanidad,
justicia, religión, entre otros.
Agravante:
Según el artículo 215 del CP será reprimido con reclusión o prisión perpetua, el que cometiere
el delito previsto en el artículo precedente, en los casos siguientes:
Trata de someter, según la expresión típica, el que intenta que la Nación desaparezca como ente
autónomo y soberano de la comunidad internacional, anexionando la totalidad de su territorio
y población a otros estados o, por lo menos, que parte del territorio y población se desprendía
de la nación para integrarse a otro u otros estados.
Trata de menoscabar la independencia e integridad de la Nación el que pretende que se
concedan a otros estados atribuciones sobre la dirección política de ella, que se desmiembre de
la Nación parte de su territorio o población, o que disminuyan las posibilidades de uso y goce de
parte de su territorio o riquezas.
Induce el que ha llevado al estado extranjero a hacer la guerra contra la nación; decide el que,
en la duda, ha provocado que aquel Estado se pronunciara por la guerra. No se pune la
instigación por sí y con sentido puramente objetivo y autónomo, sino la efectiva intervención
del autor en la preparación o suscitamiento del conflicto.
Dispone el artículo 216 del CP que será reprimido con reclusión o prisión de uno a ocho años, el
que tomare parte en una conspiración de dos o más personas, para cometer el delito de traición,
en cualquiera de los casos comprendidos en los artículos precedentes, si la conspiración fuere
descubierta antes de empezar su ejecución.
Estructura típica:
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Sujeto activo:
Se requiere la pluralidad de sujetos activos – dos o más personas –; parte de la doctrina sostiene
que pueden ser argentinos o extranjeros, si uno de ellos reúne los requisitos del delito de
traición.
Todos los que intervienen en una conspiración son autores de ella, pero pueden actuar sólo en
actos de complicidad del delito de traición.
Acción típica:
La acción típica del delito consiste en tomar parte de una conspiración (concierto de individuos)
de dos o más personas cuyo propósito es el de cometer el delito de traición. Es decir, la acción
es confabular, ponerse de acuerdo.
El acuerdo debe lograrse en torno al objetivo de cometer el delito de traición. A diferencia de lo
que ocurre en la asociación ilícita, debe tratarse de un delito de traición determinado, o sea,
especificado en el modo y en el tiempo, aunque no se hayan delimitado sus pormenores: el
acuerdo para cometer traición, sin determinación alguna (esta traición), no es suficiente.
Elemento subjetivo:
Donna sostiene que es un delito de dolo directo. Pero, además es necesario un elemento
subjetivo distinto del dolo que consiste en la finalidad de cometer traición.
Excusa absolutoria:
El artículo 217 del CP contempla una excusa absolutoria para el delito de conspiración a la
traición; así dispone que quedará eximido de pena el que revelare la conspiración a la autoridad,
antes de haberse comenzado el procedimiento.
La disposición regula un supuesto de exención de pena sólo en favor de quien ha revelado la
existencia de una conspiración para cometer el delito de traición a la Nación, con el cual se
impide naturalmente el plan acordado para cometer este delito.
Para la aplicación de la excusa, la ley exige que la revelación sea hecha antes de haberse
comenzado el procedimiento, es decir antes de que la autoridad investida para investigar delitos
(policía, Poder Judicial, Ministerio Publico) haya iniciado formalmente las actuaciones
sumariales tendientes a la averiguación de la conspiración.
Que ocurre con quien ha desistido voluntariamente de seguir en la actividad conspirativa y con
quien, mediante su intervención, aborta el plan de la traición, pero sin revelarlo a la autoridad
antes de que ella comience a actuar. Alguna doctrina es terminante en el sentido de rechazar la
exención en tales casos. Sostienen así que el artículo 217 no admite, respecto de la conspiración,
como causa de liberación de pena, el desistimiento voluntario de los conspiradores, sino que
exige la delación individual; la disposición tendría, pues, el efecto de borrar para la conspiración
la disposición de la parte general relativa al disentimiento. Sin embargo, Soler opina que tienen
que distinguirse dos situaciones: la conspiración en curso actual, en los términos del artículo
216, y la ya extinguida, que no ha pasado de ser acto preparatorio y ha cesado de estar en curso;
en este caso, teniendo en cuenta que el artículo 216 declara punible como conspiración la
descubierta antes de empezar la ejecución de la traición, para él la única interpretación posible
de esta norma es que los conspiradores sean descubiertos conspirando, ya que, de lo contrario,
tendría un absurdo sentido probatorio. Como se ve, al fin Soler no hace tampoco en este caso
una aplicación del artículo 43.
En el artículo 218 del CP se dispone que las penas establecidas en los artículos anteriores se
aplicarán, también, cuando los hechos previstos en ellos fueren cometidos contra una potencia
aliada de la República, en guerra contra un enemigo común.
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Según el artículo 219 del CP será reprimido con prisión de uno a seis años, el que, por actos
materiales hostiles no aprobados por el gobierno nacional, diere motivos al peligro de una
declaración de guerra contra la Nación, expusiere a sus habitantes a experimentar vejaciones o
represalias en sus personas o en sus bienes o alterare las relaciones amistosas del gobierno
argentino con un gobierno extranjero. Si de dichos actos resultaren hostilidades o la guerra, la
pena será de tres a quince años de reclusión o prisión.
Estructura típica:
Sujeto activo:
Cualquier persona puede ser autor, sin que interese su nacionalidad. Para algunos no solo la
respuesta al acto hostil debe tener trascendencia internacional, sino que ese mismo acto ha de
ser revelador de enemistad internacional, les resulta a ellos difícil concebir al simple particular
como autor, pensando que únicamente algunos funcionarios podrían serlo; pero aquella no es
una exigencia del tipo.
Acción típica:
La acción, pues, es la de dar motivos, o sea, crear, a los peligros enunciados por la disposición,
mediante la realización de actos hostiles. Acto hostil es el acto de la hueste, es decir, un acto de
guerra. Sin embargo, no parece que el concepto de la ley se detenga ahí; acto hostil, para la
norma, será todo acto propio de enemigo, aunque no llegue a poseer los caracteres de una
acción bélica, de este modo lo será atacar un sector del territorio de un Estado extranjero, o
apoderarse de un buque de su bandera, así como impedir el paso de alimentos al margen de las
reglamentaciones legales, etc. El carácter hostil de un acto responde a un sentido objetivo de
hostilidad, con lo cual se quiere significar que debe tener la entidad necesaria para hostilizar, y
para ello no es suficiente con que el estado extranjero se dé por ofendido (Soler).
El tipo recaba que se trate de actos materiales, que se manifiestan por vías de hecho. No son
típicas las expresiones verbales o escritas.
Los actos materiales hostiles no deben haber sido aprobados por el Gobierno nacional. Tratase
de un verdadero elemento normativo del tipo, puesto que se refiere a la aprobación que
legítimamente puede conceder el gobierno nacional, lo cual esta taxativamente enunciado en
la Constitución Nacional.
Elemento subjetivo:
Es delito doloso. El contenido cognoscitivo de la culpabilidad se conforma en el conocimiento
del carácter del acto que se realiza y de su ilegitimidad, o sea, de la falta de su aprobación por
el Gobierno nacional; el error excluye la culpabilidad, per la duda sobre legitimidad equivale al
conocimiento de la ilegitimidad.
Agravante:
Cuando los actos precedentes fuesen cometidos por un militar, los mínimos de las penas
previstas en este artículo se elevarán a tres y diez años respectivamente. Asimismo, los máximos
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de las penas previstas en este artículo se elevarán respectivamente a diez y veinte años.
En el artículo 220 del CP se dispone que se impondrá prisión de seis meses a dos años, al que
violare los tratados concluidos con naciones extranjeras, las treguas y armisticios acordados
entre la república y una potencia enemiga o entre sus fuerzas beligerantes o los salvoconductos
debidamente expedidos.
Estructura típica:
Sujeto activo:
El delito puede ser cometido por cualquier persona, pero señala Soler que las acciones
descriptas serán – sobre todo – cometidas por militares y solo excepcionalmente por
particulares.
Acción típica:
La acción punible es la de violar los tratados, la tregua, el armisticio o el salvoconducto; o sea,
no cumplir con todas o algunas de las cláusulas del acuerdo o de la autorización, aunque ese
incumplimiento no asuma las características de acto hostil.
Tregua es el acuerdo de suspensión de hostilidades por un tiempo determinado. El armisticio es
el acuerdo de suspensión de toda actividad bélica, por tiempo indeterminado, con la finalidad
de realizar negociaciones de paz, y normalmente se firma entre los representantes de los
gobiernos de los Estados en conflicto. El salvoconducto es la autorización concedida a
integrantes de las fuerzas beligerantes o a terceros para transitar por la zona de guerra o realizar
en ella determinados actos.
Elemento subjetivo:
Es un delito doloso que exige el conocimiento de la existencia de un tratado de la tregua,
armisticio o salvoconducto, y que los actos realizados impliquen violarlos, junto con la voluntad
de quebrantar aquellos y desconocer a este.
Agravante:
Si el hecho fuese cometido por un militar el mínimo de la pena se elevará a un año y el máximo
de la pena se elevará a cinco años.
Violación de inmunidades:
Nuestro CP en artículo 221 reprime con prisión de seis meses a dos años, al que violare las
inmunidades del jefe de un estado o del representante de una potencia extranjera.
Estructura típica:
Sujeto activo:
El sujeto activo no puede ser cualquier persona, sino sólo aquel que tenga facultades
jurisdiccionales – por ejemplo, un juez – que le permitan quebrantar las inmunidades o
privilegios del diplomático. Por lo tanto, el delito es especial.
Sujeto pasivo:
Sujetos pasivos solo pueden ser, en cambio, el jefe de un estado o el representante de una
potencia extranjera, mientras se encuentren en la república. Jefe de estado es la máxima
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autoridad política del Estado, puede tratarse del presidente, el rey, el primer ministro, el papa,
etc. Representante de una potencia extranjera son aquellos que tienen rango diplomático por
ejemplo embajadores. No están comprendidos en la disposición los cónsules, sus agentes ni los
enviados comerciales porque carecen de representación política.
Acción típica:
Conforme surge de la norma el delito consiste en violar (quebrantar) las inmunidades del jefe
de Estado o del representante de la potencia extranjera
Las inmunidades son los privilegios que gozan ciertas personas estando exentos de la aplicación
de la legislación local. La inmunidad puede ser originaria o derivada. Es originaria cuando se
limita solo a la persona del jefe de Estado o del representante extranjero, y derivada cuando se
extiende a otra categoría de personas, por ejemplo, el personal administrativo.
Puede asumir la forma de la comisión por omisión, por ejemplo, la omisión del superior que no
detiene la realización del acto violatorio de inmunidades cuando puede hacerlo.
Se consuma con la realización del acto que importa el desconocimiento de la inmunidad o
privilegio, sin que sea necesario que llegue a incidir efectivamente sobre las personas del sujeto
pasivo.
Elemento subjetivo:
la infracción es dolosa, de peligro abstracto y de pura actividad. Se consuma en el momento en
que se quebranta el privilegio diplomático; la tentativa es posible.
Estos delitos están contenidos en el artículo 222 del Código Penal de la Nación. Dicha norma
contempla los delitos de revelación de secretos, espionaje por obtención y ultraje a símbolos
nacionales.
Revelación de secretos:
En el primer párrafo de la norma se dispone que será reprimido con reclusión o prisión de uno
a seis años, el que revelare secretos políticos, industriales, tecnológicos o militares
concernientes a la seguridad, a los medios de defensa o a las relaciones exteriores de la Nación.
Sujeto activo:
Puede ser cualquier persona, aunque Fontán Balestra reconoce que, por la naturaleza de los
secretos típicos, parece difícil imaginar que estén en posesión de ellos otras personas que las
vinculadas a la nación por su empleo u oficio.
Acción típica:
La configuración de este delito, que presupone una situación de paz, consistente en revelar
secretos de naturaleza política, industrial, tecnológicos o militares, concernientes a la seguridad,
a los medios de defensa o bien a las relaciones exteriores de la Nación.
La revelación del secreto sucede cuando se lo pone en el conocimiento de alguien que no
pertenece al círculo de personas obligadas a mantenerlo. En general hay acuerdo en que sujeto
activo puede ser cualquier persona, incluso un funcionario público.
La infracción es dolosa, de peligro abstracto y se consuma con la sola revelación del secreto, aun
cuando no se comprometa la seguridad exterior de la Nación.
Elemento subjetivo:
Es un delito doloso que admite dolo eventual. Aclara Fontán Balestra que parece necesario el
entendimiento entre el autor y la persona a la que revela el secreto.
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En su segundo párrafo la norma dispone que en la misma pena incurrirá el que obtuviere la
revelación del secreto.
Sujeto activo:
Aquí también la acción típica puede ser realizada por cualquier persona.
Acción típica:
Es la de obtener, lo que implica un obrar activo del sujeto, es decir, conseguir y lograr la
revelación. En este sentido, Molinario excluye la recepción espontanea del secreto y destaca
que el tipo no abarca la directa obtención de este.
Elemento subjetivo:
Se trata obviamente de un delito doloso. No admite modalidad culposa – a diferencia de quien
revela el secreto –.
En la segunda parte, este segundo párrafo impone prisión de uno a cuatro años el que
públicamente ultrajare la bandera, el escudo o el himno de la Nación o los emblemas de una
provincia argentina.
Sujeto activo:
Nuevamente diremos que el delito puede ser cometido por cualquier persona, en tanto que el
codificador no ha establecido exigencias especiales.
Acción típica:
Aquí el bien jurídico protegido es la dignidad y el prestigio de los símbolos patrios. La acción
material del delito consiste en ultrajar los símbolos nacionales o provinciales, es decir
humillarlos, agraviarlos, ridiculizarlos, etc., por cualquier medio.
Los actos de irrelevancia, por ejemplo, no rendir homenaje o no permanecer de pie cuando es
izada, o las conductas indiferentes o neutras quedan al margen de la punibilidad. Puede
cometerse por omisión cuando existe la obligación de rendir homenaje al símbolo oficial, por
ejemplo, funcionarios públicos, abanderado, etc.
Son objeto del delito la Bandera, el Escudo y el Himno Nacional y los emblemas provinciales.
Quedan excluidos por ejemplo la escarapela, las monedas metálicas con escudos, la banda y el
bastón presidencial. No quedan comprendidos los símbolos o emblemas municipales.
El ultraje solo es punible en la medida en que se lo realice públicamente, es decir, en lugares
que por sus características permiten que la acción pueda llegar a ser advertida por cualquiera.
El ultraje en un lugar privado, aunque fuera realizado ante un número importante de personas,
no es punible.
Carece de relevancia que el símbolo o emblema sean oficiales o privados, ya que lo que cuenta
no es la propiedad sobre ellos sino lo que ellos representan.
Elemento subjetivo:
Se trata de un delito doloso, de dolo directo y de pura actividad, cuya consumación coincide con
el momento en que se realizan los actos de ultraje. Hay acuerdo en que la tentativa es admisible.
Agravante:
El último párrafo del artículo 222 del CP dispone que si la revelación u obtención fuese cometida
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por un militar, en el ejercicio de sus funciones el mínimo de la pena se elevará a tres años y el
máximo de la pena se elevará a diez años.
Revelación culposa:
El artículo 223 del CP dispone que será reprimido con prisión de un mes a un año e inhabilitación
especial por doble tiempo, el que por imprudencia o negligencia diere a conocer los secretos
mencionados en el artículo precedente, de los que se hallare en posesión en virtud de su empleo
u oficio.
Se trata de una figura culposa de autor calificado, pues solo puede cometer el delito quien se
halla en posesión de un secreto en razón de su oficio o empleo.
Según el artículo 224 del CP será reprimido con prisión de seis meses a dos años, el que
indebidamente levantare planos de fortificaciones, buques, establecimientos, vías u otras obras
militares o se introdujere con tal fin, clandestina o engañosamente en dichos lugares, cuando su
acceso estuviere prohibido al público.
Estructura típica:
Sujeto activo:
Puede ser cometido por cualquier persona. No hay requisitos especiales en quien realiza la
conducta típica.
Acción típica:
La norma contempla dos supuestos, el espionaje real o verdadero – primer párrafo –, y el
espionaje por intrusión – segundo párrafo –.
Elemento subjetivo:
En lo que respecta al primer caso dijimos que es un delito doloso. El error o la buena fe excluyen
la culpabilidad. Se trata de un delito de pura actividad que se consuma con la realización de la
conducta típica. La tentativa es posible.
En cuanto al espionaje por intrusión, subjetivamente el delito es doloso, pero exige la
concurrencia de un elemento subjetivo específico que es el fin de levantar indebidamente. Si la
introducción a alguno de los sitios prohibidos no obedece a este propósito, el tipo queda
excluido.
Infidelidad diplomática:
Es el ultimo delito del título, el artículo 225 del CP dispone será reprimido con reclusión o prisión
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de tres a diez años, el que, encargado por el gobierno argentino de una negociación con un
estado extranjero, la condujere de un modo perjudicial a la Nación, apartándose de sus
instrucciones.
Estructura típica:
Sujeto activo:
El sujeto activo solo puede ser un funcionario público, que haya sido encargado para conducir
una negociación de esta clase, es decir que es presupuesto de la figura una designación oficial
en tal sentido.
Acción típica:
El delito consiste en conducir, de un modo perjudicial para la Nación, una negociación con un
Estado extranjero, apartándose de las instrucciones recibidas.
La conducta típica debe realizarse en el marco de una negociación internacional, esto es, con un
Estado extranjero en forma individual o bien con una comunidad de Estados, por ejemplo, la
Unión Europea. No están comprendidas en el tipo las negociaciones con organizaciones
internacionales de cualquier categoría o naturaleza, por ejemplo, ONU, OEA.
El delito requiere que el agente se aparte de las instrucciones recibidas y de ello derive un
perjuicio para el interés de la Nación. El perjuicio es el resultado de una mala negociación que
se frustra precisamente por el apartamiento o desobediencia de las instrucciones recibidas. El
perjuicio debe traducirse como un detrimento o daño concerniente al interés público de la
Nación.
Al tratarse de un delito de resultado, puede cometerse tanto por acción como por omisión, por
ejemplo, inobservar las instrucciones recibidas; por lo tanto, la tentativa es admisible.
Elemento subjetivo:
Es delito doloso. La característica de la conducta prohibida, que es la de conducir la negociación
de un modo perjudicial, pero exclusivamente por medio del apartamiento de las instrucciones
recibidas, indica que el dolo exige en el autor, además del conocimiento del carácter propio de
la negoción y de las instrucciones, la voluntad de apartarse de ella; debe pues, tratarse de una
apartamiento a sabiendas: ni la duda, ni el error culpable completan la culpabilidad de este
delito.
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Los de este título atentan contra su seguridad interna, afectando su organización política o
atacando a los poderes que las representan.
Es el supuesto del primer párrafo del artículo 226 del CP, según este artículo serán reprimidos
con prisión de cinco a quince años los que se alzaren en armas para cambiar la Constitución,
deponer alguno de los poderes públicos del gobierno nacional, arrancarle alguna medida o
concesión o impedir, aunque sea temporariamente, el libre ejercicio de sus facultades
constitucionales o su formación o renovación en los términos y formas legales.
Estructura típica:
Sujeto activo:
Cualquiera puede ser autor de este delito, pero su configuración reclama pluralidad de agentes;
aunque no se especifica un numero determinado, debe tratarse de un grupo relativamente
importante, dice D’Alessio que no bastan tres, cinco, ni diez individuos.
Acción típico:
El delito consiste en alzarse en armas contra el Gobierno nacional, para lograr alguno de los
objetivos descriptos en el tipo penal. La expresión alzarse en armas implica un movimiento
armado, compuesto por un grupo de personas que emplea la fuerza y la violencia contra el
gobierno nacional o alguno de sus poderes públicos. El grupo debe perseguir alguno de los
siguientes objetivos:
Se trata de un delito de pura actividad y de peligro concreto, que se consuma con el alzamiento,
independientemente de que se logren los objetivos propuestos. La tentativa no parece
admisible.
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Elemento subjetivo:
El delito es doloso, compatible solo con el dolo directo. Sin embargo, requiere la concurrencia
de un elemento subjetivo del injusto que debe agregarse al dolo y que consiste en querer
cambiar la Constitución, deponer alguno de los poderes públicos, arrancarle alguna medida o
concesión, impedir el ejercicio de las facultades constitucionales o la formación o renovación de
los poderes en los términos y formas legales.
Agravantes:
El artículo 226 del CP consagra agravantes a esta figura; la norma dispone que, si el hecho
descripto en el párrafo anterior fuese perpetrado con el fin de cambiar de modo permanente el
sistema democrático de gobierno, suprimir la organización federal, eliminar la división de
poderes, abrogar los derechos fundamentales de la persona humana o suprimir o menoscabar,
aunque sea temporariamente, la independencia económica de la Nación, la pena será de ocho
a veinticinco años de prisión. Cuando el hecho fuere perpetrado por personas que tuvieren
estado, empleo o asimilación militar, el mínimo de las penas se incrementará en un tercio.
El artículo 226 bis del CP dispone que el que amenazare pública e idóneamente con la comisión
de alguna de las conductas previstas en el artículo 226, será reprimido con prisión de uno a
cuatro años.
Estructura típica:
Sujeto activo:
Cualquier persona puede cometer este delito. No se requiere la pluralidad de autores del
artículo 226 del Código Penal.
Acción típica:
Consiste en amenazar con la comisión de algunas de las conductas previstas en este artículo,
tales como un alzamiento en armas para lograr los objetivos descriptos en dicho precepto legal.
La amenaza debe ser publica e idónea, es decir, que debe tratarse de un anuncio dirigido a un
número indeterminado de personas o al público en general y poseer aptitud o potencialidad
suficiente como para causar un temor general de que se cometerán los hechos que se anuncian.
Puede cometerse por cualquier medio, por ejemplo, televisión, radio, etc.
Por tratarse de un delito de pura actividad y de peligro concreto, la consumación coincide con
la acción de amenazar públicamente con la comisión de alguno de los hechos previstos en el art
226, aun cuando no se hayan logrado los objetivos propuestos. La tentativa no resulta admisible.
Elemento subjetivo:
Se trata de un delito doloso que requiere dolo directo por parte del sujeto.
Según el artículo 227 del CP serán reprimidos con las penas establecidas en el artículo 215 para
los traidores a la patria, los miembros del Congreso que concedieren al Poder Ejecutivo Nacional
y los miembros de las legislaturas provinciales que concedieren a los Gobernadores de provincia,
facultades extraordinarias, la suma del poder público o sumisiones o supremacías, por las que
la vida, el honor o la fortuna de los argentinos queden a merced de algún gobierno o de alguna
persona (artículo 29 de la Constitución Nacional).
El artículo 29 de la CN dispone que el Congreso no puede conceder al Ejecutivo nacional, ni las
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Estructura típica:
Sujeto activo:
Sujetos activos del delito pueden ser tanto los miembros del Congreso Nacional como los de las
Legislaturas Provinciales. También quienes formulen, consientan o firmen actos de esta
naturaleza.
Acción típica:
El delito consiste en conceder, es decir, otorgar al Poder Ejecutivo nacional o a los gobiernos de
provincia facultades extraordinarias, por las que la vida, el honor o la fortuna de los argentinos
queden a merced de gobiernos o persona alguna.
Las facultades extraordinarias son aquellas que se acuerdan al margen de los procedimientos
reglados por la Constitución Nacional. Se trata de facultades que carecen de la intervención o
control de otro poder, por ejemplo, la supresión de la garantía de la defensa en juicio, del
derecho de propiedad, etc.
La suma del poder público significa la supresión de la división de poderes y su concentración en
cabeza del Poder Ejecutivo.
Las sumisiones representan la subordinación o sometimiento al Poder Ejecutivo de la existencia,
estructura, integración o garantías correspondientes a uno de los otros poderes del Estado o a
ambos.
Las supremacías, al igual que el otorgamiento de sumisiones, también significan un desequilibrio
en la independencia de los tres poderes del estado. El predominio del Poder Ejecutivo se
manifiesta sobre las materias que constitucionalmente corresponden al Poder Legislativo o al
Poder Judicial.
La concesión de estas facultades o poderes extraordinarios sólo es punible en la medida en que,
como consecuencia del otorgamiento, la vida, el honor o la fortuna de los argentinos queden a
merced de gobiernos o persona alguna.
Por tratarse de un delito de pura actividad y de peligro concreto, se consuma cuando se
conceden los poderes tiránicos y la vida, el honor o la fortuna de los argentinos quedan a merced
de gobiernos o persona alguna. La tentativa es posible.
Elemento subjetivo:
La figura requiere, obviamente, el dolo del autor. Todo parece indicar que resulta admisible el
dolo eventual, que podría darse, por ejemplo, si un legislador se presenta la posibilidad de que
el acto que esta por aprobarse importa consagrar una sumisión del Poder Judicial al Poder
Ejecutivo y, pese a ello, emite su voto favorable.
El artículo 227 bis del CP establece que serán reprimidos con las penas establecidas en el artículo
215 para los traidores a la patria, con la disminución del artículo 46, los miembros de alguno de
los tres poderes del Estado nacional o de las provincias que consintieran la consumación de los
hechos descriptos en el artículo 226, continuando en sus funciones o asumiéndolas luego de
modificada por la fuerza la Constitución o depuesto alguno de los poderes públicos, o haciendo
cumplir las medidas dispuestas por quienes usurpen tales poderes. Se aplicará de uno a ocho
años de prisión o reclusión e inhabilitación absoluta por el doble de la condena, a quienes, en
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Agravante común:
El máximo de la pena establecida para cualquier delito será aumentado en un medio, cuando la
acción contribuya a poner en peligro la vigencia de la Constitución Nacional. Esta disposición no
será aplicable cuando las circunstancias mencionadas en ella se encuentren contempladas como
elemento constitutivo o calificante del delito de que se trate.
La norma ha generado problemas de difícil solución. Con arreglo a esta disposición, el máximo
de la pena de prisión será aumentado en un medio, lo cual implica incrementar la pena hasta
los 37 años y 6 meses, tomando como base la pena del homicidio simple, circunstancia que
podría provocar una violación al principio de proporcionalidad.
Además, no se ve como posible ni de qué forma una conducta humana pueda poner en peligro
la vigencia de la Constitución nacional que es el núcleo de la agravante.
Violación de patronato:
Según el artículo 228 del CP dispone que se impondrá prisión de seis meses a dos años al que
ejecutare o mandare ejecutar decretos de los concilios, bulas, breves y rescriptos del Papa que,
para su cumplimiento, necesiten del pase del gobierno, sin haberlo obtenido; y de uno a seis
años de la misma pena, al que los ejecutare o mandare ejecutar, a pesar de haber sido denegado
dicho pase.
La fórmula es innecesaria por su inoperatividad. Resulta un hecho prácticamente impensable
que de las relaciones entre el Estado y la Iglesia pudiera suscitarse algún conflicto de tipo
criminal.
Las únicas relaciones existentes entre la Santa Sede y nuestro país son de carácter espiritual y,
como poder temporal, la carencia de fuerza capaz de imponer o amenazar, hacen que no pueda
existir ejecución de otros actos que no sean los de carácter espiritual, dado que han sido
libremente establecidos por el concordato de 1966.
Además, el precepto ha quedado derogado implícitamente por la eliminación del art 86 inc. 9
de la Constitución nacional por medio del nuevo art 99, luego de la reforma de 1994, que implica
la desaparición del ejercicio del patronato en nuestro ordenamiento jurídico.
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Sedición:
Dispone el artículo 229 del CP que serán reprimidos con prisión de uno a seis años, los que, sin
rebelarse contra el gobierno nacional, armaren una provincia contra otra, se alzaren en armas
para cambiar la Constitución local, deponer alguno de los poderes públicos de una provincia o
territorio federal, arrancarle alguna medida o concesión o impedir, aunque sea temporalmente,
el libre ejercicio de sus facultades legales o su formación o renovación en los términos y formas
establecidas en la ley.
Estructura típica:
Sujeto activo:
Del mismo modo que en el delito de rebelión, cualquiera puede ser autor de este delito, se
requiere también una pluralidad de agentes.
Acción típica:
La norma contempla dos acciones típicas distintas, armar una provincia contra otra; y alzarse en
armas para lograr dentro del ámbito provincial las finalidades que caracterizan el delito de
rebelión.
Elemento subjetivo:
Es un delito subjetivamente configurado que requiere, además del dolo directo, la concurrencia
de un elemento subjetivo específico, el fin de – para – cambiar la Constitución local o lograr
alguno de los objetivos propuestos descriptos en la norma.
Petición sediciosa:
Es el supuesto consagrado en el primer inciso del artículo 230 del CP, el que le impone prisión
de uno a cuatro años a los individuos de una fuerza armada o reunión de personas, que se
atribuyeren los derechos del pueblo y peticionaren a nombre de este.
Es el supuesto consagrado en el artículo 22 de la CN, según el cual el pueblo no delibera ni
gobierna, sino por medio de sus representantes y autoridades creadas por esta Constitución.
Toda fuerza armada o reunión de personas que se atribuya los derechos del pueblo y peticione
a nombre de éste, comete delito de sedición.
Estructura típica:
Sujeto activo:
Es un delito que reclama pluralidad de agentes. Pueden ser autores los integrantes de las fuerzas
armadas, incluyéndose todo cuerpo militarizado y también – según parte de la doctrina – los
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civiles armados. Y también los que componen la reunión de personas – cantidad relevante –.
Acción típica:
No es la simple petición lo que se pune, sino la petición hecha junto con esa invocación que
reviste un determinado grado de imposición fundado en la calidad o en la naturaleza del grupo
que formula el pedido, pues solo así puede amenazar al orden institucional.
La acción típica debe ser, por tanto, un abuso del derecho de peticionar que poseen los
componentes del pueblo de la Republica, al invocarse indebidamente su gestión, usurpando asi,
el ejercicio de su soberanía y un abuso del derecho de reunión, al utilizarse el levantamiento
colectivo como un modo de imponer la petición de las autoridades.
Elemento subjetivo:
Se trata de un delito doloso. Requiere el conocimiento de que se interviene en un levantamiento
a fin de peticionar en nombre del pueblo y la voluntad de hacerlo de ese modo.
El artículo 230 del CP impone la misma pena que en el caso anterior a los que se alzaren
públicamente para impedir la ejecución de las leyes nacionales o provinciales o de las
resoluciones de los funcionarios públicos nacionales o provinciales, cuando el hecho no
constituya delito más severamente penado por este código.
Esta segunda parte del artículo describe un tipo de alzamiento público, popular, de un grupo
importante de individuos, que no requiere el uso de armas. Subjetivamente, admite solo el dolo
directo, aunque debe concurrir, además, la finalidad especifica de impedir la ejecución de las
leyes o resoluciones emanadas de alguna autoridad pública. Por tratarse de un delito de pura
actividad y de peligro concreto, se consuma con el alzamiento público, no resultando admisible
la tentativa.
Los artículos 231 y 232 del CP regulan un mecanismo de persuasión para que los sublevados
desistan de los actos de rebelión, sedición y motín que han comenzado a ejecutar, en cuyo caso
la ley beneficia con una excusa absolutoria a los que participaron en los disturbios pero que no
son ni promotores ni directores, y con una reducción de la pena para quienes ostenten estas
cualidades.
El artículo 231 del CP dispone que luego que se manifieste la rebelión o sedición, la autoridad
nacional más próxima intimará hasta dos veces a los sublevados que inmediatamente se
disuelvan o retiren, dejando pasar entre una y otra intimación el tiempo necesario para ello. Si
los sublevados no se retiraren inmediatamente después de la segunda intimación, la autoridad
hará uso de la fuerza para disolverlos. No serán necesarias, respectivamente, la primera y
segunda intimación, desde que los sublevados hicieren uso de las armas.
Seguidamente, el artículo 232 del CP establece que en caso de disolverse el tumulto sin haber
causado otro mal que la perturbación momentánea del orden, sólo serán enjuiciados los
promotores o directores, a quienes se reprimirá con la mitad de la pena señalada para el delito.
La autoridad nacional a que se refiere la ley es la autoridad encargada del orden público, sea
federal o provincial, pues esta segunda, en el caso, actúa dentro del marco institucional de la
Constitución Nacional. Que ocurre si la autoridad disuelve por la fuerza el tumulto sin realizar
las intimaciones en la forma dispuesta, la afirmación, bastante común, de que entonces aquella
consuma un abuso de autoridad, es bastante relativa, ya que, en principio, ante el tumulto es
inmediatamente ejercitable la fuerza para reprimirlo. Lo que aquí nos interesa dilucidar es si
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operan las atenuantes y la excusa con la disolución del tumulto ante la represión sin
intimaciones, cuando aquel no ha causado otro mal que la perturbación del orden público. La
respuesta afirmativa se impone: las atenuaciones y la excusa absolutoria funcionan como tales
cuando se reprimió sin intimar; la ausencia del procedimiento ordenado por la ley como
presupuesto de aquellas no puede perjudicar a los agentes.
La disolución del tumulto para funcionar como excusa o atenuación se puede producir, o
espontáneamente por la acción colectiva de los partícipes del alzamiento o a instancias de la
autoridad.
El concepto de promotor no es propiamente el de instigador de la parte general del Código
Penal; promueve el que adelanta los planes rebeldes o sediciosos, por cualquier medio que
importe la creación o formación del grupo y la provisión de los instrumentos necesarios o útiles
para el alzamiento.
Director es quien manda o dispone sobre el alzamiento, su realización, oportunidad y
procedimiento, como quien suministra planes o imparte instrucciones para su consumación,
aunque no posea directamente mando sobre la totalidad o parte del grupo.
Conspiración:
Previsto en el artículo 233 del CP según el cual, el que tomare parte como promotor o director,
en una conspiración de dos o más personas para cometer los delitos de rebelión o sedición, será
reprimido, si la conspiración fuere descubierta antes de ponerse en ejecución, con la cuarta
parte de la pena correspondiente al delito que se trataba de perpetrar.
Estructura típica:
Sujeto activo:
Son quienes asumen el rol de directores o promotores de la sublevación. Es necesario que en la
conspiración intervengan una pluralidad de sujetos, pero no es necesario pluralidad de
directores o promotores.
Acción típica:
Este delito consiste en tomar parte, como promotor o director, en una conspiración, para
cometer los delitos de rebelión y sedición. Se reprime un acto preparatorio que, de otro modo,
seria delito.
Se consuma con el concierto o actividad conspirativa; allí se agota, sin que sea indispensable
que se ponga en marcha el plan relacionado con el delito que se pensaba perpetrar. La tentativa
no parece admisible.
Elemento subjetivo:
Además del dolo de conspirar, que debe ser directo, aparece aquí un elemento distinto del dolo,
el propósito de los conspiradores de cometer el delito de rebelión o sedición.
El artículo 234 del CP establece que el que sedujere tropas o usurpare el mando de ellas, de un
buque de guerra, de una plaza fuerte o de un puesto de guardia o retuviere ilegalmente un
mando político o militar para cometer una rebelión o una sedición, será reprimido con la mitad
de la pena correspondiente al delito que trataba de perpetrar.
La norma dispone que, si llegare a tener efecto la rebelión o la sedición, la pena será la
establecida para los autores de la rebelión o de la sedición en los casos respectivos.
Estructura típica:
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Sujeto activo:
Puede ser cualquier persona, e incluso puede serlo un solo sujeto a diferencia de los casos
anteriores.
Acciones típicas:
Las acciones típicas son seducir tropas, usurpar el mando y retener ilegalmente el mando. Se
trata, al igual que el supuesto anterior, de actos preparatorios castigados como delito, que
pueden ser cometidos por cualquier persona.
Seduce el que convence a la tropa predisponiendo su ánimo para la comisión de cualquiera de
aquellos delitos. No basta la simple proposición, esto es, la mera invitación a la tropa a cometer
el delito. No se ha puesto de acuerdo la doctrina es en determinar qué punto debe haber
alcanzado el acto de convencimiento; para algunos, cuando la proposición toma forma de actos
directos de seducción; para otros es necesario haber llegado a convencer, puesto que lo que se
pune es haber seducido, no tratar de seducir. Esta parece ser la interpretación correcta de la ley
argentina.
El objeto de la seducción es la tropa. La ley designa tropa al conjunto de individuos con estado
militar (por lo menos cinco, según el Código de Justicia Militar) o policial. Pero lo que el tipo no
exige es que la tropa sea seducida en conjunto.
Usurpa el mando el que ejerce ilegítimamente el poder que lo constituye y que el poseía, sea
desplazando a quien lo ejercía, sea ocupando un cargo que estaba vacante. Es necesario que lo
ejerza, al menor asumiéndolo, aunque no se haya hecho uso del mando por medio de actos
concretos de poder.
Debe recaer sobre el mando de tropa, cuyo, aeronaves, buques o vehículos de guerra, plazas
fuertes o puestos de guardia, entendiéndose por tales aquellos que están ocupados
militarmente por personal de las fuerzas armadas o militarizadas. El medio utilizado para
perpetrar la usurpación es indiferente.
Retiene ilegalmente el mando el que, habiéndolo ejercido y cesado en el por disposición de la
ley o de la autoridad competente, sigue ejerciéndolo sin solución de continuidad. El mando
retenido puede ser político o militar.
La infracción se consuma cuando se ha logrado la seducción de la tropa, la usurpación o
retención del mando, sin que se requiera de algún otro resultado ulterior, salvo si la rebelión, la
sedición o el motín han tenido efecto, es decir, si se han concretado como tales, en cuyo caso la
penalidad se agrava y se amplía la escala prevista para dichos delitos. Por tratarse de un delito
de resultado, la tentativa es admisible.
Elemento subjetivo:
Las tres formas de delito se unen, dijimos, en el elemento subjetivo, puesto que todas las
acciones típicas deben ser cumplidas para cometer una rebelión o una sedición.
Este elemento subjetivo, que es, precisamente, el que condiciona la colocación del delito en este
título, hace que el desplace, por especialidad, a todos los otros que importan, también,
usurpación de autoridad y que necesariamente el agente debe cometer para usurpar o retener
ilegítimamente el mando.
Es el elemento subjetivo el que otorga al tipo la característica de constituir la punición de actos
preparatorios de la rebelión, la sedición y el motín que, en cuanto tales, quedan consumidos por
el comienzo de ejecución de cualquiera de dichos delitos.
El CP dispone en el artículo 235 que los funcionarios públicos que hubieren promovido o
ejecutado alguno de los delitos previstos en este Título, sufrirán además inhabilitación especial
por un tiempo doble del de la condena.
Los funcionarios que no hubieren resistido una rebelión o sedición por todos los medios a su
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Concurso de delitos:
El artículo 236 del CP dispone que cuando al ejecutar los delitos previstos en este Título, el
culpable cometiere algún otro, se observarán las reglas establecidas para el concurso de hechos
punibles.
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Según el artículo 237 del Código Penal será reprimido con prisión de un mes a un año, el que
empleare intimidación o fuerza contra un funcionario público o contra la persona que le prestare
asistencia a requerimiento de aquél o en virtud de un deber legal, para exigirle la ejecución u
omisión de un acto propio de sus funciones.
Estructura típica:
Sujeto activo:
La norma utiliza la expresión genérica el que, ello supone que puede ser cometido por cualquier
persona.
Sujeto pasivo:
Debe ser un funcionario publico en el ejercicio de sus funciones o la persona que le prestare
asistencia a su requerimiento o en virtud de un deber legal en ese ejercicio.
Acción típica:
Consiste en emplear la intimidación o fuerza contra un agente o contra la persona que le
prestare asistencia. El autor del delito no permite al funcionario decidir libremente lo que es de
su competencia. El acto que se le impone no es cualquiera, debe ser un acto propio de sus
funciones. Si se impone un acto ajeno a sus funciones, habrá otro delito, pero no atentado a la
autoridad.
La jurisprudencia sostiene que para que exista atentado a la autoridad es menester que el acto
funcional no haya sido iniciado, ya que la contemporaneidad entre la violencia y el acto del
funcionario es el rasgo más firme que distingue la resistencia del atentado.
Los medios son la violencia moral y la violencia física, que deben emplearse contra el sujeto
pasivo.
Por tratarse de un delito de peligro concreto e instantáneo, se consuma con el empleo de la
fuerza o la intimidación contra el funcionario público, para el logro de la finalidad prevista en la
ley, independientemente de que el agente logre o no los fines propuestos. La tentativa no
parece admisible.
Elemento subjetivo:
La doctrina coincide en que se trata de un delito de peligro, que se consuma por la sola acción
de emplear la fuerza o intimidación con la finalidad expresada, siendo irrelevante que el autor
consiga o no la ejecución u omisión del acto funcional. Según lo entiende parte de la doctrina,
la tentativa no resulta posible.
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Agravantes:
En el artículo 238 del CP se consagran las figuras agravadas de este delito la prisión será de seis
meses a dos años:
En el caso de ser funcionario público, el reo sufrirá además inhabilitación especial por doble
tiempo del de la condena.
Según el artículo 238 bis del CP, el militar que pusiere manos en el superior, sin lesionarlo o
causándole lesiones leves, será penado con prisión de uno a tres años.
Estructura típica:
Sujeto activo:
Como surge de la norma el sujeto activo de este delito es un militar, según el artículo 77 del CP
por el por el término militar se designa a toda persona que revista estado militar en el momento
del hecho conforme la ley orgánica para el personal militar. Los funcionarios públicos civiles que
integran la cadena de mando se encuentran asimilados al personal militar con relación a los
delitos que cometan en su carácter de tales, cuando produzcan actos o impartan órdenes o
instrucciones como integrantes de la cadena de mando si las mismas implican comisión de delito
o participación en el mismo.
Sujeto pasivo:
Se trata también de un militar, por lo que cabe la remisión al artículo 77 del CP. Ahora bien,
además de ser un militar es necesario que sea de rango jerárquico superior al sujeto activo.
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Acción típica:
El delito consiste en poner manos en el superior, es decir, agredirlo, ejercer actos de violencia
física contra él. En todo caso, se requiere contacto físico, con consecuencias leves o sin
resultados lesivos.
Por tratarse de un delito instantáneo, de pura actividad y de peligro concreto, se consuma con
la realización de la acción típica. La tentativa es posible.
Elemento subjetivo:
Se trata, claro está, de un delito doloso. La doctrina sostiene que solo parece admisible el dolo
directo. El autor debe conocer que el sujeto pasivo es su superior y el querer poner mano sobre
él.
Agravante:
En su segunda parte la norma establece que, si el hecho tuviere lugar frente al enemigo o a tropa
formada con armas, o si se cometiere en número de seis o más, el máximo de la pena será de
seis años.
La expresión frente al enemigo quiere decir frente a una o más personas que se encuentran en
situación de beligerancia contra la Nación. Por lo tanto, el tipo presupone un Estado de guerra.
También se agrava el delito si se lo comete frente a una tropa formada con armas, es decir frente
a una tropa en formación militar con armas; o bien en número de seis o más; en este caso se
tipifica el delito de motín, es decir, la comisión de las vías de hecho en forma grupal, las cuales
pueden o no estar armadas, pero deben revestir, al momento de la agresión, la calidad de
militares.
Insubordinación militar:
Contemplado en el artículo 238 ter del Código Penal, según dicha norma el militar que resistiere
o desobedeciere una orden de servicio legalmente impartida por el superior, frente al enemigo
o en situación de peligro inminente de naufragio, incendio u otro estrago, será penado con
prisión de uno a cinco años. La misma pena se impondrá si resistiere a una patrulla que proceda
en cumplimiento de una consigna en zona de conflicto armado u operaciones o de catástrofe.
En cualquier caso, se impondrán las penas aquí previstas siempre que no resultare un delito más
severamente penado.
Estructura típica:
Sujeto activo:
Como surge de la norma sujeto activo de este delito solo puede ser un militar, de cualquier
rango, y cabe la remisión al artículo 77 del CP.
Sujeto pasivo:
El sujeto pasivo es también un militar por lo que cabe de nuevo remitirse al artículo 77 del Código
Penal de la Nación.
Acción típica:
Podemos decir que las acciones típicas consagradas en al norma son dos, a saber:
▪ Resistir o desobedecer una orden de servicio: debe tratarse de una orden inherente al
servicio, o sea, emitida en el marco de una actividad propia del servicio militar. El tipo exige una
orden de servicio legalmente impartida, es decir, de acuerdo con los requerimientos de las leyes
y reglamentos militares. Se exige, además, como elementos del tipo objetivo, que la oposición,
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Elemento subjetivo:
Desde su aspecto subjetivo decimos que se trata de conductas dolosas que exigen el
conocimiento del tipo objetivo y la voluntad de llevarlo adelante.
Agravante:
La tercera parte del artículo 238 bis establece que si debido a la resistencia o de la desobediencia
se sufrieren pérdidas militares o se impidiese o dificultase la salvación de vidas en supuesto de
catástrofe el mínimo de la pena se elevará a cuatro años y el máximo de la pena se elevará a
doce años.
Son circunstancias agravantes de naturaleza preterintencional. Subjetivamente se trata de
resultados culposos que derivan de una conducta dolosa. Si tales resultados han estado al
margen de toda previsibilidad, se da una consecuencia fortuita que hace responder al autor por
el delito base.
El CP tipifica este delito en su artículo 239, según el cual será reprimido con prisión de quince
días a un año, el que resistiere o desobedeciere a un funcionario público en el ejercicio legítimo
de sus funciones o a la persona que le prestare asistencia a requerimiento de aquél o en virtud
de una obligación legal.
Estructura típica:
Sujeto activo:
No existen requisitos especiales, por lo tanto, el sujeto activo de este delito puede ser cualquier
persona. La calidad de funcionario publico del sujeto activo no agrava el delito, pues el supuesto
del artículo 238 rige únicamente para el atentado contra la autoridad.
Cabe tener en cuenta que según el artículo 240 del CP a los efectos de este delito se reputará
funcionario público al particular que tratare de aprehender o hubiere aprehendido a un
delincuente en flagrante delito.
Sujeto pasivo:
Debe ser un funcionario publico en el ejercicio de sus funciones. También puede serlo una
persona que presta asistencia al funcionario. Respecto al concepto de funcionario público
debemos remitirnos al artículo 77 del CP.
Acción típica:
La acción consiste en resistir o desobedecer a un funcionario publico en ejercicio de sus
funciones o a quien lo asiste. De nuevo vemos que las acciones típicas son dos:
▪ Resistir a la autoridad: el sujeto trata de impedir, evitar, la ejecución del acto del
funcionario. Por ejemplo, el detenido que forcejea con el agente policial que trata de llevarlo
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hasta la comisaria.
El delito presupone la existencia de una orden o resolución funcionarial que se encuentra en
curso de ejecución contra una persona y a cuya ejecutoriedad se opone activamente el agente.
Debe tratarse de una orden proveniente de un funcionario público, emitida legítimamente en el
ejercicio propio de su actividad funcional.
▪ Desobedecer a la autoridad: consiste en el solo hecho de dejar de cumplir con la orden
que legalmente se ha dado. Presupone la existencia de una orden concreta y dirigida a una
persona determinada. Puede desobedecer no sólo quien se encuentra en condiciones de hacerlo
sino también quien debe hacerlo. Una orden sin destinatario carece de relevancia penal. No
configura el tipo penal desobedecer la orden cuando se trata de la propia detención.
La orden debe reunir ciertas formalidades, es decir debe ser emitida por un funcionario público
y confeccionada y ejecutada de acuerdo con formas prescriptas por la ley. Aun cuando la orden
reúna las formalidades mencionadas, su cumplimiento no dará lugar al delito cuando este
referida a cuestiones relacionadas con intereses personales de cualquier naturaleza.
Elemento subjetivo:
En ambos casos estamos frente a un delito doloso. El dolo consiste en que el sujeto activo sabe
que debe obedecer o no resistirse a un funcionario publico en ejercicio de sus funciones, y, sin
embargo, sigue adelante con su actitud contraria a la impuesta por la ley. Conoce y quiere su
obrar antijuridico.
Debemos tener en claro cuales son las diferencias que existen entre estas distintas, aunque a
veces similares, conductas:
▪ Atentado: se actúa para exigir e imponer la realización de un acto o bien, para omitir la
realización de un acto. Se obliga al funcionario a que tome la decisión de ejecutar u omitir
ejecutar el acto.
▪ Resistencia: se actúa para impedir la realización del acto. El funcionario ya tomo
libremente la decisión, pero el actor trata de impedir que la ejecute.
▪ Desobediencia: podemos decir que es una forma de resistencia menor, pues consiste
en la negativa a obedecer la orden dada por el funcionario en el ejercicio de sus funciones. Para
que se consume este delito la jurisprudencia ha exigido que el sujeto activo se encuentre en
condiciones de cumplir con la orden impuesta.
Este delito esta tipificado en el artículo 240 bis del CP, según el cual el que violare las normas
instrucciones a la población emitidas por la autoridad militar competente en tiempo de conflicto
armado para las zonas de combate, será penado con prisión de uno a cuatro años si no resultare
un delito más severamente penado.
Esta norma fue incorporada como consecuencia de haberse derogado el Código de Justicia
Militar.
Estructura típica:
Sujeto activo:
En esta figura el sujeto activo no es un militar sino un civil.
Sujeto pasivo:
Se trata de la autoridad militar que dicto la norma instrucción. Ahora bien, al tratarse de un
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229
delito contra la administración pública, al igual que en los casos anteriores podemos decir que
el sujeto pasivo es también toda la comunidad, en cuanto miembros del estado.
Acción típica:
La acción típica en este caso consiste en violar las normas instrucciones emitidas por la autoridad
militar competente.
En primer lugar, es necesario precisar que las normas instrucciones son instrucciones para la
población civil, que en tiempo de conflicto armado dictan las autoridades militares con el fin de
proveer a la seguridad de las tropas, materiales e infraestructura, al éxito de las operaciones y,
en su caso, a establecer la policía en la zona.
Estas normas instrucciones no pueden imponer obligaciones innecesarias o que lesionen la
intimidad o deberes de conciencia.
Deben dictarse en tiempo de conflicto armado, y para las zonas de combate; según la ley 26394,
estas normas podrán ser emitidas por:
Se sostiene que por tratarse de un delito de pura actividad y peligro abstracto, la tentativa no
resulta admisible.
Elemento subjetivo:
Se trata de un delito doloso que exige el conocimiento de que las normas instrucciones se dictan
en el marco de un enfrentamiento armado, por la autoridad competente, y aun así querer
incumplirlas. Además, es de aplicación subsidiaria, en tanto que la norma establece que existirá
este delito en tanto la conducta del sujeto activo no se encuadre en otro delito más severamente
penado.
Atentados leves:
Son también llamados atentados turbatorios, contemplados en el artículo 241 del Código Penal
de la Nación. Según dicha norma será reprimido con prisión de quince días a seis meses:
Como vemos son dos las figuras tipificadas en este artículo – la perturbación al ejercicio de
funciones públicas y el impedimento al acto funcional –, ambas participan de algunos de los
caracteres del atentado, pero se diferencian de aquel en que en ninguno de los casos el agente
pretende imponer su voluntad a los funcionarios.
Se trata del supuesto consagrado en el primer inciso del artículo 240 del CP, es decir, el caso del
que perturbare el orden en las sesiones de los cuerpos legislativos nacionales o provinciales, en
las audiencias de los tribunales de justicia o dondequiera que una autoridad esté ejerciendo sus
funciones.
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Sujeto activo:
La norma utiliza nuevamente la expresión genérica “el que”, ello nos indica que cualquier
persona puede ser autora de este delito, aun quien pertenezca al cuerpo que realiza el acto
funcional, por ejemplo, el legislador que hace disparos al aire para desordenar la sesión.
Sujeto pasivo:
En este caso sujeto pasivo es el cuerpo legislativo, el tribunal de justicia o la autoridad actuante,
cuyo accionar se perturba.
Acción típica:
Consiste en perturbar el orden, es decir, producir inquietud, molestias o disturbios que
quebranten el orden dentro del cual el acto funcional puede desenvolverse normalmente. No
se exige que la perturbación tenga entidad determinada, basta con que ella desordene el acto.
La perturbación del orden es típica cuando se produce en las sesiones de los cuerpos legislativos,
en las audiencias de los tribunales de justicia o en cualquier lugar donde la autoridad este
ejerciendo sus funciones. En todos los casos en indispensable que ello se de durante el
desarrollo del acto funcional, es decir, mientras la autoridad ejerce sus funciones.
Se consuma con la efectiva perturbación del orden. Por tanto, no basta con realizar la actividad
destinada a perturbar el orden si la perturbación no se produce. Sin embargo, no es necesario
que la perturbación impida total o parcialmente la ejecución del acto. Es un delito de resultado
que admite tentativa.
Elemento subjetivo:
Es un delito doloso que requiere el conocimiento de la calidad funcional de los actos cuyo orden
se perturba; el error puede llegar a determinar situaciones de inculpabilidad.
Este tipo penal surge del segundo inciso del artículo 240 del CP, según el cual se pune a quien,
sin estar comprendido en el artículo 237 – atentado –, impidiere o estorbare a un funcionario
público cumplir un acto propio de sus funciones.
Sujeto activo:
Autor puede ser cualquier persona, y al igual que en el caso anterior, puede incluso serlo un
miembro del órgano.
Sujeto pasivo:
Es el funcionario publico que procura ejecutar o esta ejecutando el acto que se impide o estora;
ahora bien, es sujeto pasivo en cuanto este cumpliendo o vaya a cumplir un acto propio de su
competencia. Como la norma no habla de autoridad, quedan comprendidos hasta los
funcionarios que hagan una simple gestión, como notificar una cedula.
Acción típica:
Consiste en impedir o estorbar un acto funcional. Como la figura es subsidiaria del atentado, el
concepto de la acción es específica negativamente, este atentado leve es todo impedimento o
estorbo al acto funcional que no se haya realizado con los medios previstos para el atentado y
la resistencia; así, se consideran medios comisivos los ardides, trampas, astucias.
Se consuma con el efectivo impedimento o constituido un verdadero estorbo para el acto.
Elemento subjetivo:
Es un delito doloso. El agente debe conocer el carácter del sujeto pasivo y la naturaleza funcional
del acto que impide o estorba.
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Amotinamiento militar:
Según el artículo 241 bis del CP, de impondrá prisión de tres a diez años a los militares que:
En este artículo se han incorporado varias conductas que el Código de Justicia Militar derogado
consideraba como motín militar o amotinamiento.
Esta figura debe ser entendida como un alzamiento, revuelta o presta que mediante actos de
desobediencia o insubordinación implique oponerse a las autoridades de sus superiores y cortar
la cadena de mando militar. En todos estos delitos el sujeto activo es necesariamente un militar.
Esta figura requiere que la acción se lleve a cabo tumultuosamente, esto significa pluralidad de
personas que actúan con alboroto, gritos y escándalo, de manera tal que el acto resulte
intimidante y de la sensación de que es incontrolable. Envuelta en estas características, la
petición deja de ser tal y se transforma en una imposición para que el superior acepte lo pedido.
Como surge de la norma, se pune una conducta mixta alternativa, consistente en peticionar o
atribuirse la representación de alguna de las fuerzas que integran las FFAA.
Tomar o hacer uso de armas, naves, aeronaves o extraer fuerzas armadas de sus asientos:
Este delito consiste en tomar armas o hacer uso de ellas, de naves o aeronaves o extraer fuerzas
armadas de sus asientos naturales, contra las órdenes de sus superiores.
Para que cualquiera de las acciones sean consideradas típicas, deben haber sido desplegadas
contra las órdenes de sus superiores.
En este caso, las acciones típicas son hacer uso de personal de la fuerza, de la nave o de la
aeronave bajo su mando y omitir resistir o contener a la fuerza militar que está participando en
el alzamiento. La primera es una forma activa, mientras que la segunda es una modalidad
omisiva propia.
En su tercer inciso el artículo 241 bis del CP establece que, será penada con prisión de uno a
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Agravantes:
En su ultimo inciso este artículo establece cuales son las agravantes para las figuras antes
mencionadas. Así, la norma dispone que cuando debido a los hechos previstos en el art 241 bis,
resultare la muerte de una persona, sea civil o militar; se produjeran perdidas militares o se
impidiere o dificultare la salvación de vidas humanas.
Son resultados preterintencionales de aplicación subsidiaria, esto es, siempre que no resulte un
delito más severamente penado.
Violación de fueros:
Esta figura surge del artículo 242 del CP, según el cual, será reprimido con multa de pesos
setecientos cincuenta a pesos diez mil e inhabilitación especial de uno a cinco años, el
funcionario público que, en el arresto o formación de causa contra un miembro de los poderes
públicos nacionales o provinciales, de una convención constituyente o de un colegio electoral,
no guardare la forma prescripta en las constituciones o leyes respectivas.
Para entender este delito debemos partir de la base según la cual hay determinadas personas
que, por la CN, las constituciones provinciales, o las leyes, gozan de inmunidades, tales como la
de ser sometidos a fuero especial, o la de cesar en sus funciones antes de ser sometidos a los
tribunales ordinarios. Así sucede con el presidente, el vicepresidente, los gobernadores,
vicegobernadores, ministros, legisladores y miembros de la CSJN.
Estructura típica:
Sujeto activo:
Autor de este delito solo puede ser un funcionario policial o un juez, pues solo estos tienen la
facultad para arrestar o procesar, respectivamente.
Sujeto pasivo:
En este caso el sujeto pasivo del delito es el funcionario que goza las antes mencionadas
inmunidades.
Acción típica:
Como sostiene Buompadre, este delito consiste en arrestar o en formar causa contra un
funcionario público que se encuentra cubierto por alguna inmunidad o privilegio establecidos
en la Constitución o en las leyes, sin observar las formas y procedimientos prescriptos por la ley
para el arresto o formación de causa de estos funcionarios.
El arresto comprende cualquier privación de libertad del funcionario, pero sólo es punible en la
medida en que no guarde la forma prescripta. La formación de causa consiste en someter al
funcionario a un proceso penal dirigido a determinar su responsabilidad y eventualmente, el
cumplimiento de una pena. Si el legislador hubiera sido detenido por haber sido detenido in
fraganti en la ejecución de algún crimen, tal situación deberá ser comunicada de inmediato por
el tribunal al cuerpo legislativo correspondiente, el que decidirá sobre la procedencia del
desafuero.
Elemento subjetivo:
Estamos frente a un delito doloso, que requiere el conocimiento del carácter del funcionario a
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233
quien se arresta o forma causa. Difícilmente puede pensarse en posibilidades de dolo eventual,
ya que el autor, dice Buompadre, debe actuar con voluntad de arrestar o formar causa, dejando
de lado las formas legales.
Según el artículo 243 del CP, será reprimido con prisión de quince días a un mes, el que, siendo
legalmente citado como testigo, perito o intérprete, se abstuviere de comparecer o de prestar
la declaración o exposición respectiva. En el caso del perito o intérprete, se impondrá, además,
al reo, inhabilitación especial de un mes a un año.
Estructura típica:
Sujeto activo:
Es una persona legalmente citada como testigo, perito o interprete. La legalidad de la citación
se determina por las leyes procesales.
Sujeto pasivo:
Es la autoridad pública citadora, con tal que este legalmente habilitada para recibir
declaraciones, requerir pericias o valerse de intérpretes.
Acción típica:
Estamos ante un delito de omisión impropia, que presupone que la persona haya sido
legalmente citada en calidad de testigo, perito o interprete. D’Alessio señala que el delito
constituye un tipo privilegiado de desobediencia.
Las omisiones típicas son dos; no comparecer o, compareciendo, abstenerse de prestar
declaración o exposición respectiva.
Elemento subjetivo:
Se trata de un delito doloso que requiere el conocimiento cierto de la citación judicial y la
voluntad de no asistir al acto o de no declarar estando ante la autoridad.
Falsa denuncia:
Este delito está consagrado en el artículo 245 del CP, el único del Capítulo II de este Título XI,
según esta norma, se impondrá prisión de dos meses a un año o multa de pesos setecientos
cincuenta a pesos doce mil quinientos al que denunciare falsamente un delito ante la autoridad.
Estructura típica:
Sujeto activo:
Este delito puede ser cometido por cualquier persona, pues no hay exigencias especiales al
respecto.
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Sujeto pasivo:
Como la denuncia a que se refiere la norma debe ser indeterminada en cuanto a la persona, no
es sujeto pasivo de este delito ningún particular, sino que es la autoridad facultada por el
ordenamiento procesal para recibir denuncias, por eso constituye un delito contra la
administración pública.
Acción típica:
La acción prohibida por la norma consiste en denunciar falsamente la comisión de un delito ante
la autoridad pública.
Denunciar supone llevar, personalmente o por medio de mandatario, a conocimiento de la
autoridad pública competente en la forma y con el contenido establecidos por la ley procesal, la
comisión de un delito.
Es necesario denunciar un hecho concreto, con expresión de las circunstancias suficientes para
poder tipificarlo penalmente en alguna de las figuras previstas por la parte especial del CP. La
doctrina coincide en que debe tratarse de un delito de acción pública, incluyendo los
dependientes de instancia privada. Quedan fuera los delitos de acción privada, que únicamente
pueden ser perseguidos por querella del ofendido.
Ahora bien, la norma habla de denunciar falsamente un delito, la denuncia será falsa cuando el
hecho denunciado no haya ocurrido, sea que no exista hecho alguno o que el sucedido sea
esencialmente distinto.
Se consuma con la presentación de la denuncia, sin necesidad de que se inicie o se ordene iniciar
la investigación correspondiente. Admite tentativa.
Elemento subjetivo:
Subjetivamente se requiere dolo, que en el caso presupone que la denuncia se haga de mala fe,
esto es que en el aspecto cognoscitivo hace falta que el agente conozca la inexistencia del hecho
denunciado, y en el volitivo la voluntad de denunciarlo pese a ello.
Usurpación de autoridad:
Según el artículo 246 del CP, será reprimido con prisión de un mes a un año e inhabilitación
especial por doble tiempo:
▪ El que asumiere o ejerciere funciones públicas, sin título o nombramiento expedido por
autoridad competente.
▪ El que después de haber cesado por ministerio de la ley en el desempeño de un cargo
público o después de haber recibido de la autoridad competente comunicación oficial de la
resolución que ordenó la cesantía o suspensión de sus funciones, continuare ejerciéndolas.
▪ El funcionario público que ejerciere funciones correspondientes a otro cargo.
El militar que ejerciere o retuviere un mando sin autorización será penado con prisión de uno a
cuatro años y, en tiempo de conflicto armado de dos a seis años, siempre que no resultare un
delito más severamente penado.
Usurpación de funciones:
Es la figura contemplada en el inciso 1 del artículo, que se refiere a quien asumiere o ejerciere
funciones públicas, sin título o nombramiento expedido por autoridad competente.
En la norma se describen como acciones típicas la asunción y ejercicio de funciones públicas:
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235
▪ Asunción: requiere la toma de posesión del cargo o comisión de un modo efectivo, por
medio de cualquier acto publico o privado. Asumir la función no implica ejercer actos inherentes
a ella, sino simplemente la toma de posesión.
▪ Ejercer: implica desempeñar una actividad funcional inherente al cargo. Serán
necesarios dos requisitos, la invocación de un cargo que no se ejerce y la ejecución de un acto
funcional relativo al mismo.
Lo que el sujeto activo debe asumir o ejercer es una función pública. Este concepto, se afirma,
está íntimamente ligado al concepto de funcionario publico del artículo 77 del CP. Por ello, una
función es de naturaleza pública si implica el ejercicio de la voluntad estatal para un fin público.
Por otro lado, exige que la asunción o ejercicio de la función pública, sean arbitrarios, esto es
que no estén fundados en título o nombramiento expedido por la autoridad competente.
Coinciden los autores en que se trata de un delito formal, de peligro abstracto, y que, por lo
tanto, no requiere daño alguno fuera del que significa el arbitrario ejercicio de la función pública.
Este delito solo puede ser cometido por un particular.
Es un delito doloso, que solo es compatible con el dolo directo, ya que el agente debe conocer
efectivamente tanto la ilegitimidad de la asunción en el cargo como su ejercicio.
En el inciso 2 del artículo 246 el CP se refiere a quien después de haber cesado por ministerio de
la ley en el desempeño de un cargo público o después de haber recibido de la autoridad
competente comunicación oficial de la resolución que ordenó la cesantía o suspensión de sus
funciones, continuare ejerciéndolas.
Este delito solo puede ser cometido por una persona que ha asumido funciones públicas y que
legalmente ha dejado de ser funcionario o está suspendido como tal.
La conducta típica consiste entonces en continuar en el ejercicio de una función pública que
legalmente se ha dejado de desempeñar. La ley exige que tales medidas hayan sido comunicadas
oficialmente por la autoridad competente, de manera que la continuación en las funciones se
tornara ilegitima una vez que el funcionario tomó conocimiento fehaciente de dichos actos
administrativos.
Subjetivamente es un delito doloso, compatible únicamente con el dolo directo. Es un delito de
pura actividad y de peligro abstracto que se consuma con la sola continuación en el ejercicio del
cargo. La tentativa no parece admisible.
El inciso 3 establece que será penado el funcionario público que ejerciere funciones
correspondientes a otro cargo.
La a dinámica del tipo exige que el agente ejerza funciones públicas, es decir, que realice o lleve
cabo actos propios de un cargo público que no ostenta. El sujeto activo solo puede ser un
funcionario público en el ejercicio de su cargo. El delito es doloso, admitiendo solo el dolo
directo.
Por tratarse de un delito de pura actividad y de peligro abstracto, se consuma con la realización
de la actividad correspondiente a otro cargo. La tentativa no resulta posible.
Este delito, consagrado en el inciso 4 del artículo 246, reprime al militar que ejerciere o retuviere
un mando sin autorización. Se reprime, por ejemplo, el hecho de ejercer o retener el mando de
una unidad o fracción, sin autorización de la autoridad militar competente. Como surge de la
norma que el sujeto activo solo puede ser un militar.
LORENZO GROSSO
CÁTEDRA: STRAMAZZO – MOROSANO - PEIRONE
236
El delito se consuma con la realización de las acciones típicas. Tratándose de un delito de pura
actividad y de peligro abstracto, la tentativa no parece posible.
El delito se agrava si el ejercicio o la retención del mandato no autorizados se cometieren en
tiempo de conflicto armado y no resultare un delito más severamente penado.
Esta figura se tipifica en el artículo 247 del CP. Según este artículo, será reprimido con prisión de
quince días a un año el que ejerciere actos propios de una profesión para la que se requiere una
habilitación especial, sin poseer el título o la autorización correspondiente.
Será reprimido con multa de setecientos cincuenta a doce mil quinientos pesos, el que
públicamente llevare insignias o distintivos de un cargo que no ejerciere o se arrogare grados
académicos, títulos profesionales u honores que no le correspondieren.
Estructura típica:
Sujeto activo:
Puede ser cualquier persona, no hay exigencias especiales al respecto. Incluso puede serlo un
funcionario publico o un profesional que realiza los actos propios de una profesión sin contar
con la correspondiente matricula habilitante.
Sujeto pasivo:
Es la administración pública, debido a la naturaleza de la acción típica.
Acción típica:
Podemos observar que la norma contempla tres acciones típicas:
▪ Ejercer ilegítimamente una profesión: es el supuesto del primer párrafo, aquí la acción
típica del delito consiste en ejercer ilegítimamente una profesión. No es suficiente con la mera
ostentación de un titulo profesional, sino que se requiere el efectivo ejercicio de esta. Ello
supone ejercer actos propios de una profesión para la cual se requiere una habilitación especial,
sin poseer el titulo o teniéndolo sin contar con la autorización correspondiente, requiriéndose
el ejercicio efectivo de la respectiva profesión. La conducta típica puede llevarse a cabo en
cualquier ámbito, tanto en sede judicial o administrativa como en lugares privados.
▪ Llevar públicamente insignias o distintivos de un cargo que no se tiene: en este caso
no solamente se requiere la postación de la insignia o el distintivo, sino que además es necesaria
su ostentación. Si no existe notoriedad, esto es la posibilidad de ser visto por un numero
indeterminado de personas, no existe este delito. La insignia es una divisa correspondiente a un
cargo cuyo desempeño confiere honor. El distintivo adquiere un sentido mas amplio,
comprende cualquier objeto que sirva para distinguir de los demás a la persona que ejerce el
cargo, como puede ser un uniforme.
▪ Arrogarse públicamente grados académicos, títulos profesionales u honores que no
corresponden: arrogarse significa atribuirse el título, grado u honor. Es la atribución que se hace
el agente la que consuma el tipo, sin que sea necesario el ejercicio de la profesión
correspondiente al título, ni el efectivo goce de los grados u honores. La arrogación pública debe
provenir del autor, por lo que no es típica la mera aceptación silenciosa de un título que no se
tiene, es decir que no comete el delito aquel que, sin atribuirse el grado, el titulo o el honor,
permite que un tercero se lo atribuya.
Las acciones son de peligro abstracto y formales, ya que no requieren ningún resultado ulterior.
Coincide la doctrina en que ninguna de ellas admite la tentativa.
LORENZO GROSSO
CÁTEDRA: STRAMAZZO – MOROSANO - PEIRONE
237
Elemento subjetivo:
D’Alessio sostiene que las tres acciones típicas requieren de un obrar doloso del autor, y solo
compatibles con el dolo directo, toda vez que será necesario tener el pleno conocimiento de la
realización de un acto profesional para el que no se tiene autorización, del significado de la
insignia y la falta de derecho para llevarla, o de la ilegitimidad de la arrogación de un título, grado
u honor.
Este Capitulo IV se titulo abuso de autoridad y violación de los deberes de los funcionarios
públicos. Los tipos aquí previstos protegen la administración pública, preservando la regularidad
de su funcionamiento y la legalidad de los actos administrativos.
Según el artículo 248 del CP será reprimido con prisión de un mes a dos años e inhabilitación
especial por doble tiempo, el funcionario público que dictare resoluciones u órdenes contrarias
a las constituciones o leyes nacionales o provinciales o ejecutare las órdenes o resoluciones de
esta clase existentes o no ejecutare las leyes cuyo cumplimiento le incumbiere.
Estructura típica:
Sujeto activo:
Solo puede ser autor de este delito el funcionario publico con competencia para dictar o ejecutar
las resoluciones y ordenes de las que se trate. El funcionario que, sin poseer la competencia
funcional mencionada, interviene de algún modo en el dictado o ejecución de la resolución u
orden por parte del funcionario competente, solo puede ser penado como coautor.
Cuando hablamos de funcionario público, lo hacemos en los términos del artículo 77 del CP.
Sujeto pasivo:
Puede ser tanto la administración publica como el particular – persona humana o jurídica –
damnificado.
Acción típica:
Como vimos la fórmula prevé tres conductas típicas distintas. Las dos primeras implican
conductas activas, tipos de acción, mientras que la última describe un tipo omisivo.
En cualquiera de las conductas típicas el elemento central es el abuso funcional, es decir, el mal
empleo de la autoridad pública que se posee legalmente.
LORENZO GROSSO
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238
▪ No ejecución de leyes: esta tercera modalidad describe un tipo omisivo que consiste en
no ejecutar las leyes cuyo cumplimiento incumbe al funcionario. Aquí el abuso consiste en la
decisión de no ejecutar la ley, es decir – dice Buompadre –, de no aplicarla, prescindiendo de
ella como si no existiera.
Se trata de un delito de omisión impropia, de pura actividad, que se consuma con la no ejecución
de la ley en el caso concreto., es decir con la no realización de la acción esperada. La tentativa
no es posible.
Hay que tener en claro que el abuso de autoridad de este artículo 248 del CP solo puede existir
en la propia función.
Una cuestión que ha suscitado dudas es la oposición del funcionario a la ley inconstitucional; la
jurisprudencia parece entender que, aun en ese caso, el hecho acarrearía punibilidad en cuanto
a la eventual declaración de inconstitucionalidad de una norma, en nuestro sistema de control
jurisdiccional difuso, no le quita vigencia, pues esta subsiste hasta que se la derogue. Desde el
punto de vista penal esto parece ser extremo; aunque no todos los funcionarios pueden declarar
la inconstitucionalidad de una norma, seria irrazonable condenar al que no ejecute una ley
abiertamente repulsiva de la CN.
Elemento subjetivo:
Se trata de un delito doloso que en sus formas activas requiere el conocimiento de la oposición
a la ley, de la resolución o la orden; y en su forma omisiva, el conocimiento de que en la órbita
de competencia del agente está la ejecución de la ley que no se ejecuta. En el aspecto volitivo,
el agente debe querer oponerse a la ley.
Omisión de inspeccionar:
Este tipo penal está reconocido en el artículo 248 bis del CP, según el cual, será reprimido con
inhabilitación absoluta de seis meses a dos años el funcionario público que, debiendo fiscalizar
el cumplimiento de las normas de comercialización de ganado, productos y subproductos de
origen animal, omitiere inspeccionar conforme los reglamentos a su cargo, establecimientos
tales como mercados de hacienda, ferias y remates de animales, mataderos, frigoríficos,
saladeros, barracas, graserías, tambos u otros establecimientos o locales afines con la
elaboración, manipulación, transformación o comercialización de productos de origen animal y
vehículos de transporte de hacienda, productos o subproductos de ese origen.
Este tipo penal fue incorporado alegando la necesidad de intensificar el mandato de acción que
pesa sobre los funcionarios públicos encargados de fiscalizar el cumplimiento de las normas de
comercialización de ganado, sancionado penalmente las omisiones de cumplir con los deberes
a su cargo.
Autor de este delito solo puede ser el funcionario público – en los términos del artículo 77 del
CP – deba fiscalizar el cumplimiento de las normas de comercialización del ganado, productos y
subproductos de origen animal.
Si bien la norma no menciona específicamente la necesidad de que se reúna alguna disposición
subjetiva en particular, cabe exigir que el funcionario haya omitido realizar las inspecciones con
dolo directo, es decir con la voluntad de no inspeccionar los establecimientos conforme los
reglamentos que conoce que tiene a su cargo.
Omisión de deberes:
El artículo 249 del CP nos dice que será reprimido con multa de $750 a $12500 e inhabilitación
especial de un mes a un año, el funcionario público que ilegalmente omitiere, rehusare hacer o
retardare algún acto de su oficio.
LORENZO GROSSO
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239
Estructura típica:
Sujeto activo:
Autor de este delito solo puede ser el funcionario publico en ejercicio de su propia función o
tarea administrativa.
Sujeto pasivo:
En este tipo penal el sujeto pasivo es el destinatario del acto, pudiendo serlo tanto un particular
como la propia administración.
Acción típica:
Como surge de la norma el delito puede cometerse mediante tres modalidades comisivas
alternativas.
Elemento subjetivo:
La circunstancia de que se exija que la omisión sea ilegalmente cometida ha llevado a la doctrina
a considerar que esta figura solo puede ser cometida con dolo directo. El funcionario debe saber
que, pudiendo hacerlo, no cumple con un acto propio de su función cuando debe.
Maltrato militar:
Versa el artículo 249 bis del CP que, el militar que en sus funciones y prevalido de su autoridad,
arbitrariamente perjudicare o maltratare de cualquier forma a un inferior, será penado con
prisión de seis meses a dos años, si no resultare un delito más severamente penado.
Estructura típica:
Sujeto activo:
Como surge de la norma el autor o sujeto pasivo de este delito debe ser un militar. Según el
artículo 77 del CP, por el término militar se designa a toda persona que revista estado militar en
el momento del hecho conforme la ley orgánica para el personal militar.
Sujeto pasivo:
El sujeto pasivo es también un militar en los términos del artículo 77 del CP, ahora, como surge
de la norma debe ser un militar de rango jerárquico inferior.
Acción típica:
El delito consiste en perjudicar o maltratar de cualquier modo a un inferior, esto es, a otro militar
de rango inferior al autor por razones de cargo, jerarquía o antigüedad. Se trata de un tipo mixto
alternativo. Sin embargo, el tipo penal exige que la conducta incriminada sea realizada por un
militar en funciones, prevalido de su autoridad, esto es, desempeñando un acto del servicio y
aprovechándose de su rango o jerarquía militar, y que actúe de manera arbitraria, es decir en
forma excesiva, abusiva.
LORENZO GROSSO
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240
Elemento subjetivo:
Se trata de una figura penal dolosa que parece ser compatible solo con el dolo directo.
Denegación de auxilio:
Este tipo penal esta contenido en el artículo 250 del CP, esta norma nos dice que será reprimido
con prisión de un mes a dos años e inhabilitación especial por doble tiempo, el jefe o agente de
la fuerza pública, que rehusare, omitiere o retardare, sin causa justificada, la prestación de un
auxilio legalmente requerido por la autoridad civil competente.
Estructura típica:
Sujeto activo:
Comprende al jefe o agente de la fuerza pública. Por fuerza publica se entiende a las que están
destinadas a mantener el orden público. De acuerdo con la legislación actual incluimos las
fuerzas policiales en los diversos aspectos; del orden, sanitaria, aduanera, etc. Las FFAA solo son
consideradas fuerzas publicas en las oportunidades en que se les ha encomendado contribuir al
mantenimiento del orden público.
Sujeto pasivo:
Aquí el acto atenta contra la administración pública, como todos los delitos del título.
Acción típica:
Las conductas prohibidas por la norma son las mismas que las del tipo penal anterior. Se omite
cuando no se presta auxilio, se retarda cuando se lo presta fuera de la oportunidad debida, y se
lo rehúsa cuando se rechaza formal y materialmente el requerimiento.
Ahora bien, para que la omisión, el retardo o el rehusamiento solo son típicos cuando ha
mediado un requerimiento de auxilio, legalmente formulado por parte de la autoridad civil
competente. Requerir es pedir, pero no en el sentido de una mera solicitud de auxilio, sino que
– dice Núñez – implica una orden o intimación. La legalidad del requerimiento exige que
responda a una motivación jurídicamente posible y conforme a la ley.
Por otro lado, para que la conducta sea típica se exige además la falta de justificación para la
omisión, la doctrina ha entendido que ello no se reduce únicamente a las causales del artículo
34.
Se consuma con la omisión, el retardo o rehusamiento seguido de la omisión material de la
prestación de servicio.
Elemento subjetivo:
Es un delito doloso que requiere el conocimiento de la existencia del requerimiento y de su
legalidad y el propósito de rehusar, retardar y omitir la prestación de auxilio, sin que interesen
las motivaciones que guían al autor.
Abandono de funciones:
Según el artículo 250 bis del CP, será penado con prisión de cuatro a diez años, siempre que no
resultare otro delito más severamente penado, el militar que en tiempo de conflicto armado:
LORENZO GROSSO
CÁTEDRA: STRAMAZZO – MOROSANO - PEIRONE
241
Esta figura fue incorporada al derogarse el Código de Justicia Militar. El abandono tiene que ser
entendido en el sentido de ausencias temporales de minutos o de horas, llegadas tarde a cumplir
sus funciones, distracciones, etc. Es por ello que se incrimina a quien abandona el cargo para el
que fue designado – por ejemplo, quien se aleja tanto de su puesto de trabajo que no puede
cumplir con el –; y también a quien descuidase la función su cargo – quien tiene a su cargo el
radar, se distrae hablando y viendo fotos – o la de quien se incapacita adrede para no cumplirla.
Para constituir delito el abandono de servicios debe producirse en tiempo de conflicto armado.
Ocurrido en tiempo de paz, la conducta es atípica, sin perjuicio de que pueda constituir una falta
disciplinaria.
En su segundo párrafo la norma habla de la omisión de información de datos sobre la defensa,
el delito consiste en no informar o no tomar las medidas del caso, ante la observación de datos
significativos para la defensa.
Puede concluirse que este tipo penal es inconstitucional en tanto que incumple el deber de
máxima taxatividad y precisión terminología en la descripción de la conducta prohibida.
El artículo 251 del CP reprime con prisión de un mes a cuatro años e inhabilitación especial por
doble tiempo, el funcionario público que requiriere la asistencia de la fuerza pública contra la
ejecución de disposiciones u órdenes legales de la autoridad o de sentencias o de mandatos
judiciales.
Estructura típica:
Sujeto activo:
Autor solo puede serlo el funcionario que tiene competencia para requerir el auxilio de la fuerza
pública. Es un delito propio, que admite los principios generales de la participación; pero, como
sostiene Buompadre, no asumen el rol de cómplices los jefes o agentes de la fuerza publica que
prestan la asistencia requerida.
Acción típica:
La conducta típica es requerir el auxilio o asistencia de la fuerza pública, contra la ejecución de
actos legales de la autoridad o de mandatos judiciales. La conducta importa una oposición a la
ejecución de un acto de autoridad. El requerimiento debe estar dirigido a logar la asistencia de
la fuerza pública para oponerse al acto administrativo.
Se consuma con la formulación del requerimiento; es un delito de peligro que no necesita
perfeccionarse con la efectiva prestación del auxilio por parte de la fuerza pública.
Elemento subjetivo:
Es una infracción dolosa, que demanda solo dolo directo. Tratándose de un tipo de tendencia
subjetivamente configurado, la asistencia de la fuerza pública debe requerirse para oponerse a
la ejecución de disposiciones u órdenes legales de la autoridad o de sentencias o de mandatos
judiciales.
Abandono de destino:
Este tipo penal está consagrado en el extenso artículo 252 del CP, según el cual será reprimido
con multa de $750 a $ 12.500 e inhabilitación especial de un mes a un año, el funcionario público
que, sin habérsele admitido la renuncia de su destino, lo abandonare con daño del servicio
público.
El miembro de una fuerza de seguridad nacional, provincial o de la Ciudad Autónoma de Buenos
Aires, o agencia estatal armada que por su naturaleza tenga a cargo el cuidado de personas, que
LORENZO GROSSO
CÁTEDRA: STRAMAZZO – MOROSANO - PEIRONE
242
Nombramientos ilegales:
Según el artículo 253 del CP será reprimido con multa de $750 a $12.500 e inhabilitación especial
de seis meses a dos años, el funcionario público que propusiere o nombrare para cargo público,
a persona en quien no concurrieren los requisitos legales. En la misma pena incurrirá el que
aceptare un cargo para el cual no tenga los requisitos legales.
Estructura típica:
Sujeto activo:
Solo puede serlo aquel funcionario público – en los términos del artículo 77 del CP – que tiene
la facultad legalmente reglamentada de proponer o designar sujetos para ocupar cargos
públicos.
Respecto del supuesto consagrado en el último párrafo de la norma diremos que cualquiera
puede ser el sujeto activo.
Acción típica:
Se prevén dos supuestos de comisión de este delito. La proposición y el nombramiento de quien
no cumple los requisitos legales.
▪ Proponer: es presentar para que otra designe, acto que debe ser oficial y que también
requiere la facultad del sujeto activo al efecto conferida por la ley. Tal propuesta debe contener
las formalidades exigidas por el ordenamiento jurídico y que proviene de un funcionario con
facultades legales para realizarla, sin que revistan encuadre típico las me sugerencias,
recomendaciones o insinuaciones dirigidas a conseguir un nombramiento ilegal.
▪ Nombrar: consiste en designar a una persona para que desempeñe una función
determinada en el ámbito de la administración pública, sin que importe para la consumación
típica el carácter administrativo del acto (puede ser permanente, transitorio, interino, rentado
o ad honórem).
Es un tipo mixto alternativo. Se configura cuando el agente no reúne los requisitos legales, que
puede ser formales – como edad y nacionalidad –; o sustanciales, como el reconocimiento de
una materia, de un idioma, etc.
LORENZO GROSSO
CÁTEDRA: STRAMAZZO – MOROSANO - PEIRONE
243
Se trata de un delito especial propio, de pura actividad, que se consuma con la sola proposición
o el nombramiento. La tentativa no resulta admisible.
En su último párrafo la norma pune a quien acepta el cargo otorgado en tales condiciones. el
delito consiste en aceptar un cargo para el cual no se posee los requisitos legales, lo cual
presupone la existencia de un nombramiento realizado de acuerdo con los requisitos legales. El
sujeto activo puede ser cualquier persona.
Elemento subjetivo:
El dolo de esta figura esta constituido por el conocimiento de que el candidato propuesto o
designado carece de los requisitos legales para ocupar el cargo. Donna solo admite el dolo
directo, Núñez acepta que el delito pueda ser cometido por dolo eventual, Soler acepta incluso
la forma culposa.
Surge del artículo 253 bis del CP que, el militar que sin orden ni necesidad emprendiere una
operación militar, o en sus funciones usare armas sin las formalidades y requerimientos del caso,
sometiere a la población civil a restricciones arbitrarias u ordenare o ejerciere cualquier tipo de
violencia innecesaria contra cualquier persona, será penado con prisión de uno a cuatro años si
no resultare un delito más severamente penado.
Estructura típica:
Sujeto activo:
Este delito solo puede ser cometido por un militar, cuyo concepto surge del artículo 77 del CP.
Se designa a toda persona que revista estado militar en el momento del hecho conforme la ley
orgánica para el personal militar
Acción típica:
El presente artículo abarca 4 figuras distintas, aconsejándose su análisis por separado por tratar
figuras típicas muy distintas entre sí:
Elemento subjetivo:
Se trata de delitos dolosos. Que en cada caso exige el conocimiento del tipo objetivo descripto
y la voluntad de querer llevarlos a cabo.
LORENZO GROSSO
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244
Esta figura esta prevista en el artículo 253 ter del Código Penal de la Nación, según dicha norma
será penado con prisión de dos a ocho años el militar que por imprudencia o negligencia,
impericia en el arte militar o inobservancia de los reglamentos o deberes a su cargo, en el curso
de conflicto armado o de asistencia o salvación en situación de catástrofe, causare o no
impidiere, la muerte de una o más personas o pérdidas militares, si no resultare un delito más
severamente penado.
Las acciones típicas son causar o no impedir los resultados previstos en la norma. En el supuesto
de causar estamos frente a un tipo activo, mientras que en la de no impedir estamos frente a
un tipo omisivo impropio.
El delito se perfecciona en la medida que tales resultados se produzcan en el curso de conflicto
armado o en el de una asistencia o salvación en situación de catástrofe. Estos resultados
consisten en la muerte de una o más personas o en pérdidas militares. El delito se consuma con
la producción del resultado, por lo que la tentativa es posible.
El estado, para preservar derechos propios o de terceros, para decidir controversias sobre esos
derechos o para asegurar la eficacia del servicio público, se va constriñendo a amparar la
conservación o la identidad de determinadas cosas, registros o documentos, dotándolos de
ciertas seguridades. En este tipo penal se busca preservar los medios de seguridad que el estado
usa para cumplir con dicho propósito.
Violación de sellos:
Contemplado en el artículo 254 del CP, según el cual será reprimido con prisión de seis meses a
dos años, el que violare los sellos puestos por la autoridad para asegurar la conservación o la
identidad de una cosa. En su segunda parte la pena se agrava, así nos dice el artículo que, si el
culpable fuere funcionario público y hubiere cometido el hecho con abuso de su cargo, sufrirá
además inhabilitación especial por doble tiempo.
Estructura típica:
Sujeto activo:
La figura básica no requiere ninguna calidad en particular en quien realiza la acción, es decir
puede ser cometido por cualquier persona. Como vimos la figura agravada requiere la calidad
de funcionario público, en los términos del artículo 77 del CP.
Acción típica:
La acción típica es la de violar los sellos puestos por la autoridad para asegurar la conservación
o la identidad de una cosa.
Como objeto del delito, el sello no es una defensa material de la integridad de la cosa, sino que
tiene el carácter de la voluntad del estado de asegurar su conservación o identidad. Los sellos
protegidos son los impresos por la autoridad competente con la finalidad de asegurar la
conservación o identidad de la cosa, quedan fuera los impuestos con cualquier otra finalidad,
como los que acreditan el pago de impuestos.
El delito, que admite cualquier medio de comisión, no consiste en romper el sello, sino en
violarlo, es decir, en quebrantar la prohibición que significa perjudicar materialmente el sello sin
quitarle el poder simbólico no basta.
Se trata de un delito de pura actividad y de peligro, que se consuma con la violación el sello. En
la doctrina prevalece la idea de que el delito admite la tentativa.
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245
Elemento subjetivo:
Está integrado únicamente por el dolo que consiste en el conocimiento del valor simbólico del
sello y su procedencia oficial, y la voluntad de quebrantar su integridad.
Figura culposa:
En su ultima parte la norma consagra la modalidad culposa de la violación de sellos, así nos dice
que se impondrá pena de multa de $750 a $12500 si el hecho fuere cometido por imprudencia
o negligencia del funcionario público.
Se trata de un tipo de singulares características, en el que la conducta del funcionario se
convierte en una condición facilitadora de la violación del sello cometida por el tercero. El tipo
exige una conexidad objetiva entre el hecho culposo del funcionario y el hecho doloso del
tercero.
Se destaca que autor solo puede ser un funcionario público, y que, como figura culposa, es de
tipo irregular, ya que aquí no se pune la violación culposa del sello sino la conducta culposa del
funcionario que facilita la violación.
Este tipo esta consagrado en el artículo 255 del CP, según el cual, será reprimido con prisión de
un mes a cuatro años, el que sustrajere, alterare, ocultare, destruyere o inutilizare en todo o en
parte objetos destinados a servir de prueba ante la autoridad competente, registros o
documentos confiados a la custodia de un funcionario público o de otra persona en el interés
del servicio público. Si el autor fuere el mismo depositario, sufrirá además inhabilitación especial
por doble tiempo.
Estructura típica:
Sujeto activo:
No exige ninguna condición en particular en relación con el autor, por lo que puede serlo
cualquier persona. La figura se agrava si quien realiza la acción típica es el depositario en virtud
de que ello supone la violación del deber de custodia del objeto.
Acción típica:
Como vimos en la norma se describen varias formas de realización de este tipo penal. Tales son:
Estas acciones deben recaer sobre objetos destinados a servir de prueba ante la autoridad
competente; es decir cualquier cosa material con finalidad probatoria. También comprende los
registros y documentos. Los registros son los asientos y anotaciones de la constancia de bienes,
de objetos o documentos públicos o privados, en libros, protocolos, planillas, etc. El concepto
de documentos abarca tanto a los documentos públicos como privados, verdaderos o falsos.
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246
Se consuma con la realización de las acciones mencionadas, sin necesidad de que devenga
perjuicio alguno.
Elemento subjetivo:
Se trata de un delito doloso; exige el conocimiento del carácter de los objetos, de sus destino y
de la existencia de la custodia, y volitivamente, la voluntad de quebrar esta última.
Figura culposa:
En su segundo párrafo el artículo 255 del CP impone multa de $750 a $12.500 si el hecho se
cometiere por imprudencia o negligencia del depositario.
Como vemos se trata de una figura culposa irregular – igual que la prevista en el artículo 254 del
CP – se pena al depositario, único autor posible de este delito, no por la violación de la custodia
sino por su falta de diligencia que hace posible dicha violación.
Cohecho pasivo:
Según el artículo 256 del Código Penal, será reprimido con reclusión o prisión de uno a seis años
e inhabilitación especial perpetua, el funcionario público que por sí o por persona interpuesta,
recibiere dinero o cualquier otra dádiva o aceptare una promesa directa o indirecta, para hacer,
retardar o dejar de hacer algo relativo a sus funciones.
Estructura típica:
Sujeto activo:
Se trata de un delicta propia, toda vez que el sujeto actico puede ser un funcionario público, tal
como lo definiere el artículo 77 del CP.
Acción típica:
La figura en análisis es de las que requieren la actuación de otro autor – codelincuencia necesaria
–, pues el sujeto activo no puede recibir o aceptar si no hay alguien que dé, ofrezca o entregue
algo.
Se pune al funcionario que recibe o acepta, directa o por personas interpuestas, dinero, dadivas,
de cualquier tipo, o bien la promesa de ellas, a fin de hacer, retardar o dejar de hacer algo
relativo a sus funciones. Las acciones típicas son dos; recibir, que implica según D’Alessio entrar
en la tenencia material del objeto que se entrega, y aceptar, esto es, admitir recibir en el futuro
eso que se promete. Ahora bien, los objetos que puede recibir el funcionario son:
LORENZO GROSSO
CÁTEDRA: STRAMAZZO – MOROSANO - PEIRONE
247
por nuestro ordenamiento en función del artículo 258 bis del CP que habla de otorgar cualquier
objeto de valor pecuniario u otras compensaciones, tales como dadivas, favores, promesas o
ventajas.
Se trata de un delito de pura actividad, que se consuma con la aceptación de la promesa o la
recepción del soborno.
Puede ser realizada por el funcionario por si o por una persona interpuesta, es decir, por
intermedio si tercero.
Elemento subjetivo:
Según D’Alessio estamos ante un tipo doloso que solo admite dolo directo. Además, exige un
elemento subjetivo del tipo distinto del dolo, que el autor reciba el dinero o la dadiva, o acepte
la promesa, para hacer, retardar o dejar de hacer algo relativo a sus funciones. En el cohecho
hay, entre el funcionario y quien le ofrece la dadiva o le promete algo, un acuerdo venal para
que aquel haga u omita algún acto funcional.
Este acuerdo debe darse con anterioridad al acto funcional en cuestión, puesto que si el pago
es posterior no habrá cohecho, salvo que se de en virtud de una promesa anterior.
Debe conocer y aceptar el contrato venal con la finalidad antes mencionada, claro está.
Agravante:
Según el artículo 257 del CP, será reprimido con prisión o reclusión de cuatro a doce años e
inhabilitación especial perpetua, el magistrado del Poder Judicial o del Ministerio Público que
por sí o por persona interpuesta, recibiere dinero o cualquier otra dádiva o aceptare una
promesa directa o indirecta para emitir, dictar, retardar u omitir dictar una resolución, fallo o
dictamen, en asuntos sometidos a su competencia.
El cohecho pasivo se agrava por la concurrencia de dos circunstancias; una, por la condición del
sujeto activo, es decir, en aquellos casos en que el autor es un magistrado del Poder Judicial, de
cualquier clase o rango, o del Ministerio Publico, y otra, por la naturaleza de los actos, retardos
u omisiones funcionales tenidos en mira por los agentes al momento de consumar el ilícito.
Las acciones típicas son las mismas que la del cohecho pasivo básico.
Las resoluciones o fallos son los que dictan los magistrados del Poder Judicial, mientras que los
dictámenes son las opiniones emitidas por los fiscales en el marco de su actividad funcional.
Cohecho activo:
Según el artículo 258 del CP, será reprimido con prisión de uno a seis años, el que directa o
indirectamente diere u ofreciere dádivas en procura de alguna de las conductas reprimidas por
los artículos 256 y 256 bis, primer párrafo.
Estructura típica:
Sujeto activo:
Este delito puede ser cometido por cualquier persona. Como veremos, si es cometido por un
funcionario publico la pena se agrava.
Acción típica:
En esta figura se reprime al que da u ofrece dadivas. La acción, por tanto, consiste en dar u
ofrecer dadivas a un funcionario. Da el que entrega, ofrece el que promete, lo que guarda
estricto paralelismo con las conductas previstas por las formas del cohecho pasivo.
La oferta o promesa pueden efectuarse directa o indirectamente, según se realicen o no por
medio de interpósita persona.
LORENZO GROSSO
CÁTEDRA: STRAMAZZO – MOROSANO - PEIRONE
248
Elemento subjetivo:
Es un delito doloso que solo parece posible con dolo directo. La dadiva debe darse u ofrecerse
en procura de alguna de las acciones de los artículos 256, 256 bis del CP.
Agravante:
Según establece el Código Penal de la Nación en la segunda parte del artículo 258, si la dádiva
se hiciere u ofreciere con el fin de obtener alguna de las conductas tipificadas en los artículos
256 bis, segundo párrafo y 257, la pena será de reclusión o prisión de dos a seis años.
Mas adelante, continua diciendo que, si el culpable fuere funcionario público, sufrirá además
inhabilitación especial de dos a seis años en el primer caso y de tres a diez años en el segundo.
En este caso el concepto de funcionario publico es el que surge del artículo 77 de nuestro Código
Penal.
Tráfico de influencias:
Según el artículo 256 bis del CP, será reprimido con reclusión o prisión de uno a seis años e
inhabilitación especial perpetua para ejercer la función pública, el que por sí o por persona
interpuesta solicitare o recibiere dinero o cualquier otra dádiva o aceptare una promesa directa
o indirecta, para hacer valer indebidamente su influencia ante un funcionario público, a fin de
que éste haga, retarde o deje de hacer algo relativo a sus funciones.
Sujeto activo:
Se trata de un delicta comunia, puede ser cometido por cualquier persona. No hay exigencias
especiales al respecto.
Acción típica:
El verbo típico es solicitar – dinero u otra dadiva – o aceptar una promesa. Una novedad de la
redacción actual es la conducta de solicitar dadivas, que consiste literalmente en pedir,
pretender, dinero o dadivas de otra persona para la consecución de un fin determinado.
Son acciones subjetivamente configuradas, que se realizan para hacer valer indebidamente su
influencia ante un funcionario público, a fin de que éste haga, retarde o deje de hacer algo
relativo a sus funciones. El tipo presupone la realización de un acuerdo entre alguien que da o
promete dinero o dádivas, para que otro (quien es el que recibe o acepta la promesa), haga valer
indebidamente su influencia ante un funcionario público, a fin de que éste haga, deje de hacer
o retarde algo relativo a sus funciones. En estos supuestos, el delito es de carácter bilateral o de
codelincuencia necesaria.
Es un delito de mera actividad que se consuma con la solicitud, unilateralmente, o bien cuando
se recibe la dádiva o se acepta la promesa. La tentativa no resulta admisible.
Elemento subjetivo:
Estamos ante un tipo doloso. El autor debe realizar las acciones típicas para hacer valer
indebidamente su influencia ante un funcionario, lo que constituye un elemento subjetivo del
tipo distinto del dolo.
LORENZO GROSSO
CÁTEDRA: STRAMAZZO – MOROSANO - PEIRONE
249
En su segundo párrafo el artículo 256 bis se agrava la pena; la norma nos dice que, si aquella
conducta estuviera destinada a hacer valer indebidamente una influencia ante un magistrado
del Poder Judicial o del Ministerio Público, a fin de obtener la emisión, dictado, demora u
omisión de un dictamen, resolución o fallo en asuntos sometidos a su competencia, el máximo
de la pena de prisión o reclusión se elevará a doce años.
Este delito está consagrado en el artículo 258 del CP, según esta norma será reprimido con
prisión de uno a seis años, el que directa o indirectamente diere u ofreciere dádivas en procura
de alguna de las conductas reprimidas por los artículos 256 y 256 bis, primer párrafo.
Sujeto activo:
Puede ser cualquiera, pero si es un funcionario público, la pena se agrava y sufrirá además
inhabilitación especial.
Acción típica:
Son dos, dar u ofrecer dadivas a un funcionario público. Da el que entrega, ofrece el que
promete, lo que guarda un estricto paralelismo con las conductas previstas para el cohecho
pasivo.
Elemento subjetivo:
Es un delito doloso. Debe ofrecerse en procura de algunas de las conductas previstas en los
artículos antes mencionados.
Según la segunda parte de la norma, si la dádiva se hiciere u ofreciere con el fin de obtener
alguna de las conductas tipificadas en los artículos 256 bis, segundo párrafo y 257, la pena será
de reclusión o prisión de dos a seis años. Si el culpable fuere funcionario público, sufrirá además
inhabilitación especial de dos a seis años en el primer caso y de tres a diez años en el segundo.
Soborno trasnacional:
Este delito está consagrado en el artículo 258 bis del CP, que nos dice que será reprimido con
prisión de uno a seis años e inhabilitación especial perpetua para ejercer la función pública el
que, directa o indirectamente, ofreciere, prometiere u otorgare, indebidamente, a un
funcionario público de otro Estado o de una organización pública internacional, ya sea en su
beneficio o de un tercero, sumas de dinero o cualquier otro objeto de valor pecuniario u otras
compensaciones tales como dádivas, favores, promesas o ventajas, a cambio de que dicho
funcionario realice u omita realizar un acto relacionado con el ejercicio de sus funciones
públicas, o para que haga valer la influencia derivada de su cargo en un asunto vinculado a una
transacción de naturaleza económica, financiera o comercial.
El tipo se consuma en el instante en que el agente ofrece, promete, otorga, entrega o concede
a un funcionario público de otro Estado, o a un funcionario perteneciente a una organización
pública internacional, el objeto del delito.
En el primer caso (ofrecimiento), éste consuma el tipo. En el segundo caso (otorgar cualquier
objeto de valor pecuniario u otros beneficios), la consumación coincide con la entrega de la cosa,
por lo tanto, en este supuesto estamos ante un tipo de resultado. La tentativa, en el primer caso
no parece admisible, en el segundo sí.
En su segundo párrafo la norma establece que, se entenderá por funcionario público de otro
Estado, o de cualquier entidad territorial reconocida por la Nación Argentina, a toda persona
que haya sido designada o electa para cumplir una función pública, en cualquiera de sus niveles
o divisiones territoriales de gobierno, o en toda clase de organismo, agencia o empresa pública
LORENZO GROSSO
CÁTEDRA: STRAMAZZO – MOROSANO - PEIRONE
250
En el artículo 259 del CP se pune con prisión de un mes a dos años e inhabilitación absoluta de
uno a seis años, el funcionario público que admitiere dádivas, que fueran entregadas en
consideración a su oficio, mientras permanezca en el ejercicio del cargo. El que presentare u
ofreciere la dádiva será reprimido con prisión de un mes a un año.
Estructura típica:
Sujeto activo:
En lo que respecta a la admisión de dadivas, solo puede ser un funcionario publico mientras
permanezca en el ejercicio de su cargo. La ley se refiere a la permanencia del agente dentro de
la administración, aunque no ejerza su función de manera efectiva.
Respecto del ofrecimiento de las mismas diremos que es un delicta comunia, es decir, puede
cometerlo cualquier persona.
Acción típica:
Consiste en admitir dadivas, lo que equivale a recibirlas, y no solamente a aceptarlas como
interpreta parte de la doctrina.
La dadiva presentada por el tercero debe ser recibida por el funcionario – por si o por
intermediario –, no bastando la aceptación de una promesa. Se trata de un delito de
codelincuencia necesaria.
También se pena a quien presentare u ofreciere la dadiva; es decir, quien pone a disposición o
promete la entrega de la dadiva.
Debemos interpretarlo junto con la ley de ética y su decreto reglamentario, toda vez que en ella
se establece, como regla general, la prohibición de recibir regalos y obsequios, delegando en la
autoridad de aplicación la reglamentación de las excepciones.
Elemento subjetivo:
Se trata de un delito doloso, en que el funcionario debe recibir la dadiva sabiendo que la
entregan en consideración a su oficio, por lo que hará falta, además, que el la entrega lo haga
con esa motivación.
Pena de multa:
El artículo 259 bis del CP establece que, respecto de los delitos previstos en este Capítulo, se
impondrá conjuntamente una multa de dos a cinco veces del monto o valor del dinero, dádiva,
beneficio indebido o ventaja pecuniaria ofrecida o entregada.
Se tutela la regular inversión y aplicación de los bienes públicos dentro de la misma orbita de la
administración o la ordenada inversión de las sumas destinadas a gastos. No se pretende
proteger a la administración pública contra una lesión de carácter patrimonial, se quiere
asegurar que el dinero y otros activos patrimoniales existentes que se ponen a disposición del
funcionario público sean administrados con las finalidades previstas.
Malversación:
En el artículo 260 del Código Penal se reprime con inhabilitación especial de un mes a tres años,
LORENZO GROSSO
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251
el funcionario público que diere a los caudales o efectos que administrare una aplicación
diferente de aquella a que estuvieren destinados.
Estructura típica:
Sujeto activo:
Es un funcionario público con facultades de disposición sobre los bienes públicos, aun cuando
no tenga la posesión material de ellos.
Acción típica:
La acción típica es, pues, la de dar a los caudales o efectos administrados por el autor una
aplicación distinta de aquella a que estaban destinados.
Unánimemente reconoce nuestra doctrina que la voz caudales comprende toda clase de bienes;
no reduce su contenido al dinero, aunque si tiene que tratarse de objetos dotados de valor de
naturaleza económica. Y, por otro lado, la expresión efectos atañe a los documentos de crédito
emanados del estado, que representan valores económicos y son negociables.
Pese al silencio de la ley, la colocación del tipo, y el carácter de la función del agente sobre ellos,
indican que tanto los caudales como los efectos tienen que ser públicos. Según Núñez los bienes
públicos son los propios del estado o sus entes autárquicos de que aquel puede disponer para
el cumplimiento de sus servicios o fines públicos.
Este delito se consuma con la aplicación indebida (cambio de destino) de los caudales o efectos
públicos. Por lo general, se admite la tentativa.
Elemento subjetivo:
El dolo en este delito requiere el conocimiento del destino de los bienes y la voluntad de
disponer de ellos para un destino distinto. El error iuris sobre el verdadero destino de estos
puede alcanzar relevancia exculpatoria.
Agravante:
La segunda parte del artículo 260 del CP consagra la modalidad agravada de este delito al
establecer que, si de ello resultare daño o entorpecimiento del servicio a que estuvieren
destinados, se impondrá además al culpable, multa del veinte al cincuenta por ciento de la
cantidad distraída.
Peculado:
Esta figura surge del artículo 261 del CP según el cual será reprimido con reclusión o prisión de
dos a diez años e inhabilitación absoluta perpetua, el funcionario público que sustrajere
caudales o efectos cuya administración, percepción o custodia le haya sido confiada por razón
de su cargo.
Estructura típica:
Sujeto activo:
Este tipo penal también requiere una doble característica en el sujeto, ya que no basta que se
trate de un funcionario publico si no se encuentra en una especial relación funcional con el bien
en cuestión. Se trata del funcionario al que le ha sido confiada, debido a su cargo, la
administración, percepción o custodia del bien. El funcionario incompetente para realizar estas
funciones no puede ser autor de peculado, sino, a lo sumo, de un delito contra la propiedad,
aunque los bienes le hayan sido confiado porque es funcionario.
LORENZO GROSSO
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252
La relación de confianza debe estar determinada debido al cargo que inviste el funcionario, se
trata, por lo tanto, de una relación objetiva y no debido a la persona del funcionario.
Acción típica:
El verbo sustraer descripto en el tipo penal remite a la idea de que el objeto debe ser separado
o apartado de la esfera de la administración publica en la que legalmente se encuentra.
En opinión de Buompadre, tanto puede darse el delito apropiándose de los caudales o efectos
públicos, por ejemplo, para incrementar el patrimonio o darse gustos caros, como quitándolos
o separándolos de la esfera de custodia de la administración. Con esto último es suficiente.
Se consuma con la realización de la acción típica, en cualquiera de las modalidades en las que
los bienes se relacionan con la competencia funcional del autor (administración, percepción o
custodia).
Se trata de un delito de pura actividad, de mera conducta, cuyo resultado es independiente de
la producción de un perjuicio económico en la actividad patrimonial de la administración.
Un sector de la doctrina, sin embargo, reconoce en el peculado un delito de resultado, a cuya
consumación le es inherente la lesión patrimonial de la administración. La tentativa resulta de
difícil constatación en la práctica.
Elemento subjetivo:
El dolo requiere el conocimiento, por parte del agente, del carácter de los bienes y de la relación
funcional que lo une a ellos y la voluntad de separarlos de la administración. Admite dolo
eventual.
En su segunda parte el artículo 261 del CP reprime con la misma pena del peculado al funcionario
que empleare en provecho propio o de un tercero, trabajos o servicios pagados por una
administración pública.
Sujeto activo:
Sólo puede ser un funcionario público que tenga facultades para disponer legalmente sobre los
trabajos o servicios de la Administración pública que tiene a su cargo.
La persona en cuyo beneficio se emplea el trabajo o servicio puede participar del delito en
calidad de cómplice primario, al igual que la persona que presta el trabajo o el servicio. Juegan
las reglas de la participación criminal.
Acción típica:
El delito consiste en emplear, es decir, ocupar, encargar, utilizar, en provecho propio o de un
tercero, trabajos o servicios pagados por la administración pública. El objeto material son los
trabajos, por ejemplo, la mano de obra; o servicios, esto es, actividad permanente del agente
que se relaciona con su situación en el estado.
Los trabajos o servicios deben ser pagados por una administración pública, lo cual implica, por
un lado, una desviación del destino administrativo, y por el otro, que el costo de la actividad es
abonado por el Estado.
Cabe aclarar, dice Buompadre, que el precepto legal no comprende el llamado peculado de uso,
que consiste en el empleo abusivo de cosas pertenecientes a una Administración pública, por
ejemplo, el uso de maquinarias del Estado en beneficio particular del funcionario, el empleo de
LORENZO GROSSO
CÁTEDRA: STRAMAZZO – MOROSANO - PEIRONE
253
vehículos oficiales para uso privado con nafta propia. El delito no consiste en el uso excesivo por
parte del funcionario, con fines privados, de cosas de la administración pública, sino en la
desviación o cambio de destino de un trabajo o un servicio pagados por el Estado.
Se trata de un delito de pura actividad, que se consuma con el empleo de los trabajos o servicios
en beneficio del autor o de un tercero. La tentativa resulta difícilmente constatable.
Elemento subjetivo:
Doloso, requiere el conocimiento del carácter del trabajo o servicio y la voluntad de desviarlo
de su destino administrativo, en destino propio o de un tercero. El autor tiene que actuar
persiguiendo el provecho propio o el de un tercero; es decir, destinar el trabajo o servicio a la
satisfacción de necesidades extrañas a la administración.
Malversación culposa:
Según el artículo 262 del Código Penal de la Nación, será reprimido con multa del veinte al
sesenta por ciento del valor substraído, el funcionario público que, por imprudencia o
negligencia o por inobservancia de los reglamentos o deberes de su cargo, diere ocasión a que
se efectuare por otra persona la substracción de caudales o efectos de que se trata en el artículo
anterior.
El artículo 263 del Código Penal establece que, quedan sujetos a las disposiciones anteriores los
que administraren o custodiaren bienes pertenecientes a establecimientos de instrucción
pública o de beneficencia, así como los administradores y depositarios de caudales embargados,
secuestrados o depositados por autoridad competente, aunque pertenezcan a particulares.
Los establecimientos de instrucción pública o de beneficencia a que se refiere el texto son los
establecimientos de carácter privado. Si se tratara de establecimientos públicos, el hecho seria
peculado y no por equiparación.
Por otro lado, los caudales deben haber sido embargados, secuestrados o depositados por
autoridad competente.
La fijación de estas medidas, así como la designación del administrador y depositario, tienen que
ser realizadas por autoridad competente y de acuerdo con las formalidades legales, no por vía
convencional entre las partes. La autoridad competente puede ser judicial o administrativa.
Sujetos activos de este delito pueden ser el administrador o el custodio de los objetos del delito.
Es el ultimo delito del Capítulo, contemplado en el artículo 264 del CP. Esta norma dispone que
será reprimido con inhabilitación especial por uno a seis meses, el funcionario público que,
teniendo fondos expeditos, demorare injustificadamente un pago ordinario o decretado por
autoridad competente.
Estructura típica:
Sujeto activo:
Este delito solo puede ser cometido por un funcionario público que, por atribución funcional
normal o asignada accidentalmente por la autoridad competente, tiene a su cargo hacer efectivo
u ordenar el pago.
Acción típica:
Hay que hablar primer lugar la situación típica en que se encuadra el delito. Se materializa
LORENZO GROSSO
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254
cuando debe efectuarse el pago de acuerdo con las previsiones legales, reglamentarias, o la
costumbre administrativa.
Consiste en demorar injustificadamente un pago ordinario o decretado por la autoridad
competente. La demora puede consistir en no efectuar el pago cuando es el mismo funcionario
quien debe realizarlo, o en no dar la orden de pagar cuando lo tiene que efectuar otro, mediando
ese requisito.
Los pagos ordinarios son los que el estado efectúa habitual y periódicamente, y que no son
motivo de una decisión especial en cada caso, por ejemplo, los sueldos. Los pagos decretados,
por el contrario, son los que se disponen por una resolución especifica de la autoridad
administrativa, por ejemplo, el pago a un proveedor del Estado, el destinado a satisfacer una
orden judicial, etc.
Cabe aclarar que la demora debe ser injustificada de manera tal que puede devenir atípica la
conducta si media alguna causal de justificación del artículo 34 del CP.
Elemento subjetivo:
Es delito doloso que requiere el conocimiento de que se debe efectuar el pago y del tiempo en
que debe hacerse y la voluntad de demorarlo arbitrariamente. Incompatible con dolo eventual
según Buompadre.
En su segunda parte el artículo 264 del Código Penal establece que en la misma pena incurrirá
el funcionario público que, requerido por la autoridad competente, rehusare entregar una
cantidad o efecto depositado o puesto bajo su custodia o administración.
Consiste en rehusarse a entregar una cantidad o efecto depositado o puesto bajo custodia o
administración del autor, es decir, en negarse o no querer entregar la cosa cuando ha sido
requerida por la autoridad competente.
El delito presupone un previo requerimiento de la autoridad competente, que debe ser anterior
a la conducta típica. Sin este elemento (requerimiento) el delito no se configura.
Como vamos a ver esta norma tiende a eliminar cualquier factor de perturbación de la
imprescindible equidistancia que debe guardar el funcionario en los contratos y operaciones en
que intervenga la administración, evitando la simple sospecha de parcialidad, a la vez que
procura poner límites a la codicia personal, que puede verse favorecida por la calidad en que
actúa en aquellos negocios jurídicos.
Como dije antes esta figura está consagrada en el artículo 265 del CP, según aquel, será
reprimido con reclusión o prisión de uno a seis años e inhabilitación especial perpetua, el
funcionario público que, directamente, por persona interpuesta o por acto simulado, se
interesare en miras de un beneficio propio o de un tercero, en cualquier contrato u operación
en que intervenga debido a su cargo.
Se aplicará también multa de dos a cinco veces del valor del beneficio indebido pretendido u
obtenido.
Estructura típica:
Sujeto activo:
El texto legal se refiere a la intervención del funcionario publico en un contrato u operación
LORENZO GROSSO
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255
debido a su cargo. Se describe una doble condición que debe reunir el sujeto activo, la calidad
de funcionario publico y la relación funcional con el acto en el que interviene.
Acción típica:
La conducta punible es la de interesarse en el contrato u operación, o sea, la de hacer en
intervenir en ellos un interés propio y particular, es decir, con miras de un beneficio propio o de
un tercero, en cualquier contrato u operación en que el funcionario intervenga debido a su
cargo.
La doctrina mayoritaria entiende que el carácter del interés que tiene el funcionario debe ser de
contenido económico. Sin embargo, hay quienes sostienen que ello no es absoluto.
El funcionario debe actuar con relación a un contrato u operación, ya sea en forma directa
respecto del negocio en cuestión o acudiendo a la participación de otra persona como
interesada.
También es punible el llamado acto simulado, que es aquel que contiene una dirección
deliberadamente discordante de la voluntad real, a fin de producir la simple apariencia de un
negocio jurídico o de ocultar mediante el negocio aparente aquel efectivamente querido.
El asunto o negocio en el que se interesa el funcionario no sólo debe tener un origen y un
carácter licito, sino que además debe pertenecer a la competencia funcional del autor (el texto
legal dice por razón de su cargo).
Se consuma con la acción de interesarse; ello implica que el funcionario debe intervenir debido
a su función y como parte privada en el contrato u operación. No constituye tal intervención la
sola manifestación de interés, sino la asunción del carácter de parte. La tentativa es posible.
Elemento subjetivo:
Es un delito doloso que exige en el agente el conocimiento de la intervención que le cabe en el
contrato u operación como funcionario competente, y la voluntad de tomar intervención como
parte privada en ellas.
En su segundo párrafo esta norma establece que será aplicable a los árbitros, amigables
componedores, peritos, contadores, tutores, curadores, albaceas, síndicos y liquidadores, con
respecto a las funciones cumplidas en el carácter de tales.
El bien jurídico protegido es la observancia de los deberes de probidad de los funcionarios que
son inherentes al ejercicio de los cargos públicos.
La exacción alude a la acción y efecto de exigir impuestos, prestaciones, multas. Se vuelve ilegal
cuando el funcionario exige al particular una contraprestación indebida en nombre y a beneficio
del estado, y se agrava si después la convierte en provecho propio.
Según el artículo 266 del CP será reprimido con prisión de uno a cuatro años e inhabilitación
especial de uno a cinco años, el funcionario público que, abusando de su cargo, solicitare,
exigiere o hiciere pagar o entregar indebidamente, por sí o por interpuesta persona, una
contribución, un derecho o una dádiva o cobrase mayores derechos que los que corresponden.
Se aplicará también multa de dos a cinco veces del monto de la exacción.
Estructura típica:
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256
Sujeto activo:
Es un delicta propia, ya que el sujeto activo debe ser un funcionario público, cualquiera sea su
jerarquía, y aun cuando carezca de competencia para exigir o recibir valores, siempre que haya
mediado un abuso de autoridad de su parte.
Sujeto pasivo:
Es el particular que entrega lo exigido por el funcionario público, ya que se ve afectado su
patrimonio.
Acción típica:
Las acciones típicas que menciona la norma son solicitar, exigir, hacer pagar o entregar
indebidamente, o cobrar mayores derechos que los que corresponden. Exigir es reclamar,
demandar, es demandar imperiosamente; solicitar es pretender, pedir o buscar algo; hacer
pagar implica hacerse dar en pago dinero o documentos con poder cancelatorio; hacer entregar:
es hacerse dar algo que tenga valor o cumpla función económica. Por otro lado, cobrar mayores
derechos que los que corresponde implica que el funcionario perciba un derecho en forma
excesiva, sea porque lo solicita o exige al particular, o bien porque lo hace incurrir en error
acerca de lo debido.
Tanto lo solicitado, como lo exigido o pagado, debe ser indebido, o al menos, no debido en la
medida requerida por la ley. Además, la acción debe cometerse mediante un abuso funcional
del agente. Basta que actúe en función de autoridad, invocando esa calidad expresa o
tácitamente y que esa calidad exista, aunque no tenga competencia para exigir la suma.
Es un prevalimiento del propio poder que representa el cargo público. La voluntad de la víctima
es vencida por el temor a la autoridad que el funcionario representa (por miedo al poder
público).
Los objetos del delito son las contribuciones, los derechos o las dádivas. La contribución se
refiere a los impuestos – aportes obligatorios del tesoro fiscal –, y el derecho a las tasas por
servicios que presta el estado en beneficio de los particulares. El concepto de dadiva, así como
su incidencia en el tipo delictivo ha generado una controversia al parecer irreconciliable.
Buompadre entiende que el concepto de dadiva debe ser entendido en sentido amplio, es decir
que la dádiva debe ser entendida como cualquier beneficio, provecho o utilidad, con o sin valor
económico (regalo de cosas o de dinero o de dinero, préstamo de cosas o de dinero, descuentos,
nombramientos, licencias, ascensos, honores, entradas gratuitas a espectáculos públicos, etc.).
No serian dádivas, por falta de beneficio o provecho concreto, las meras relaciones de índole
amistosa, los placeres puramente estéticos y las alabanzas que sólo satisfacen la vanidad
personal.
Elemento subjetivo:
En este caso el dolo necesita del conocimiento del elemento normativo contenido en el tipo; el
agente tiene que saber que actúa indebidamente, tiene que ser un conocimiento cierto que el
error excluye.
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257
o similar.
En el artículo 268 del Código Penal se establece que será reprimido con prisión de dos a seis
años e inhabilitación absoluta perpetua, el funcionario público que convirtiere en provecho
propio o de tercero las exacciones expresadas en los artículos anteriores.
En su segundo párrafo agrega que se aplicará también multa de dos a cinco veces del monto de
la exacción.
Sujeto activo:
Debe ser un funcionario público, con las aclaraciones que corresponden a la figura básica de
exacción.
Acción típica:
El delito presupone tanto la figura básica, como la agravada del artículo 267 del CP. Solo puede
convertir quien ha intervenido en alguna de las exacciones descriptas antes.
Convertir significa dar a lo obtenido un destino distinto al que se invocó ante el particular, esto
es hacerlo entran en el patrimonio propio en lugar de ingresarlo a la administración.
Se comete este delito cuando el funcionario público, abusando de su cargo y empleando alguno
de los mecanismos de los art. anteriores, solicita, exige, se hace pagar, se hace entregar un
derecho, una contribución o una dádiva o cobra mayores derechos de los que le corresponden
destinando dichos objetos a la administración pública, pero posteriormente los convierte en
provecho propio o de un tercero.
Es decir que la esencia del delito exige que el dinero haya sido pedido para el estado, pero sin
que haya sido ingresado en las arcas fiscales. Si por el contrario esa prestación ingresa a la
administración pública y luego el funcionario se apropia de ella se estará ante un delito de
peculado del artículo 261. Si en cambio exige el delito para sí y así se lo manifiesta al
contribuyente se estará frente a un delito contra la propiedad. Lo decisivo es que ese dinero no
ingrese al fisco.
No es suficiente con que la cosa haya sido pedida por para la administración o que se tenga la
intención de no ingresarla; es necesaria su conversión, es decir el cambio de destino de la
prestación, lo que sucede cuando el funcionario, en vez de ingresar lo recaudado a las arcas
fiscales le da un destino personal.
Es en este preciso momento en el que el delito queda consumado. La tentativa no es posible.
Elemento subjetivo:
Es un delito doloso. No es necesario que la finalidad de convertir las exacciones en provecho
propio haya estado presente al momento de solicitarlas, bastando con que el autor lo decida
antes de ingresarlas a la administración.
Según el artículo 268 (1) del CP, será reprimido con la pena del artículo 256, el funcionario
público que con fines de lucro utilizare para sí o para un tercero informaciones o datos de
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258
Estructura típica:
Sujeto activo:
Tal como en las demás figuras, el delito es cometido por un funcionario público, definido por el
artículo 77 del CP.
Acción típica:
Es la de utilizar, con fines de lucro, para si o para un tercero, las informaciones o datos. Utilizar
es valerse del dato o información con la finalidad lucrativa prevista por la norma, aunque, la
consumación no requiere que el provecho efectivamente se haya obtenido.
Tanto los utiliza para lucrar quien utiliza los datos en un negocio por si mismo, como quien los
entrega a un tercero por un precio, ya que no cabe duda de que en ambos casos hay fin lucrativo.
La información es todo aquello respecto de lo que el funcionario conozca, o noticias que posea
con relación a tratamientos administrativos a advenir. Los datos son los elementos, actos para
llegar al conocimiento de una cosa o deducir las consecuencias de un hecho. De manera que
informaciones o datos equivalen a los conocimientos relativos a disposiciones a tomarse por la
administración pública o antecedentes que ésta conserva.
Los datos o informaciones deben ser reservados, es decir, que su conocimiento este limitado
solo para ciertas personas y prohibido para los demás. Es aquello que no debe revelarse más
allá del ámbito de la función desempeñada. Ese carácter reservado puede surgir de la propia
naturaleza de la información o dato, o por disposición expresa o implícita por la ley.
Además, debe tratarse de información o dato que el autor haya conocido debido a su cargo. Por
ejemplo, el funcionario que toma conocimiento de que el gobierno realizara determinadas obras
públicas que valorizaran una zona determinada y compra esas tierras a bajo precio; o el caso de
aquel funcionario del ministerio de economía que ante el dato reservado de que se va a hacer
una devaluación invierte la mayor parte de su capital en comprar dólares.
Elemento subjetivo:
Subjetivamente, la acción debe ir enderezada a la obtención del lucro que beneficie al mismo
funcionario o a un tercero; cualquier otra finalidad – política, racial, religiosa – colocara la
conducta fuera de este tipo.
Cognoscitivamente el dolo exige que se conozca el carácter del dato o de la información que los
quiera utilizar con la finalidad típica.
Enriquecimiento ilícito:
Este tipo penal de discutida constitucionalidad está consagrado en el artículo 268 (2) del Código
Penal, según el cual será reprimido con reclusión o prisión de dos a seis años, multa del cincuenta
por ciento al ciento por ciento del valor del enriquecimiento e inhabilitación absoluta perpetua,
el que, al ser debidamente requerido, no justificare la procedencia de un enriquecimiento
patrimonial apreciable suyo o de persona interpuesta para disimularlo, ocurrido con
posterioridad a la asunción de un cargo o empleo público y hasta dos años después de haber
cesado en su desempeño.
Se entenderá que hubo enriquecimiento no sólo cuando el patrimonio se hubiese incrementado
con dinero, cosas o bienes, sino también cuando se hubiesen cancelado deudas o extinguido
obligaciones que lo afectaban.
La persona interpuesta para disimular el enriquecimiento será reprimida con la misma pena que
el autor del hecho.
LORENZO GROSSO
CÁTEDRA: STRAMAZZO – MOROSANO - PEIRONE
259
Reparos constitucionales:
Buompadre señala que este delito trata de prevenir son las conductas anormales que persiguen
el logro de aumentos patrimoniales, prevaliéndose el funcionario público de su condición de tal.
A la ley le importa tutelar la decencia administrativa y la salud de los negocios públicos. Caballero
nos dice que el bien jurídico es el interés social existente en que los funcionarios o empleados
públicos no corrompan la función pública y que justifiquen su enriquecimiento al ser requeridos,
como una exigencia no sólo legal sino social.
Mucho se ha discutido respecto de si esta figura resulta constitucionalmente válida, parte de la
doctrina considera que la estructura típica del artículo 268 (2) del Código Penal no respeta el
principio de legalidad ni el derecho penal de acto; que además viola el principio de inocencia y
desconoce el principio nemo tenetur – entendido como la prohibición de declarar contra sí
mismo –, todos ellos conjunto de pilares del sistema constitucional penal de un estado de
derecho.
Algunos consideran que el tipo penal en cuestión vulnera garantías constitucionales como el
debido proceso, la defensa en juicio y el estado de inocencia, en cuanto pone en cabeza del
imputado la obligación procesal de probar el origen legal de su enriquecimiento, o cuando
menos que su condición es extraña a la función desempeñada, con lo que la incriminación parte
así de una presunción de culpabilidad.
A su vez, desde la vereda de enfrente, existe un amplio sector de juristas de alta talla que
justifican la constitucionalidad de la norma anotada. En esta dirección, está la propia Corte
Suprema de Justicia de la Nación, apoyándose en el artículo 36 de la CN.
Un ejemplo ilustrará la cuestión: un empleado municipal realiza un homicidio por precio, y le es
pagado una fuerte suma de dinero, depositada en una cuenta bancaria. Intimado por la
autoridad para que justifique este aumento desmedido de su patrimonio, este se abstiene de
dar explicaciones, ya que esto podría traer problemas judiciales. En consecuencia, es condenado
por enriquecimiento ilícito. Piénsese en el mismo ejemplo, pero con un funcionario que tiene
una amante rica y recibe de ésta fuertes sumas de dinero y no quiere dar a conocer el tema
porque se produciría un escándalo con el esposo de la señora. Asimismo, parecería ser que el
artículo presume la culpabilidad del autor, ya que obliga a éste a probar la licitud de su
patrimonio, cargando con la carga de la prueba, lo que es inconstitucional, artículo 18 CN. Como
todos sabemos, todas las personas son inocentes hasta que se demuestre lo contrario, por lo
cual quien debe probar que el imputado es culpable (esto es, que se enriqueció a costa del
estado) es la justicia penal y no el propio imputado.
Estructura típica:
Sujeto activo:
La referencia a que el enriquecimiento del que habla la figura debe ser posterior a la asunción a
un cargo o empleo público, ha conducido a la doctrina a sostener que el sujeto de este delito
comprende tanto a quien desempeña, o ha desempeñado, una función pública, como al que
simplemente presta, o ha prestado servicios.
Sujeto activo es el funcionario público o la persona interpuesta (testaferro o personero del
funcionario que ha actuado para disimular el enriquecimiento).
Acción típica:
La acción típica consiste en no justificar la procedencia de un enriquecimiento patrimonial
apreciable suyo o de persona interpuesta para disimularlo, ocurrido con posterioridad a la
asunción de un cargo o empleo público y hasta dos años después de haber cesado en su
desempeño. Por lo tanto, se castiga un delito de omisión, que consiste en la no justificación de
la procedencia de un enriquecimiento considerable, producido con posterioridad a la asunción
del cargo público.
LORENZO GROSSO
CÁTEDRA: STRAMAZZO – MOROSANO - PEIRONE
260
Elemento subjetivo:
La doctrina coincide en que se trata de un delito doloso, pero existen discrepancias acerca de si
el dolo es de enriquecerse o de omitir la justificación del patrimonio.
De ello dependerá el alcance mismo de la figura. El autor debe conocer el requerimiento y el
enriquecimiento. Desde el aspecto, volitivo, debe expresamente no querer justificar o de no
aportar los elementos que demostrarían la procedencia del enriquecimiento, convirtiendo en
insuficiente la prueba de la justificación.
Cuando la imposibilidad de justificar proviene de una causa extraña al agente, pero la misma
situación se daría si esa imposibilidad hubiese derivado de una conducta culposa de aquél, el
tipo, claramente, no se da, pues, si se incluyesen estos supuestos en el tipo, estaríamos
prácticamente puniendo omisiones culposas o negligencias anteriores al hecho típico mismo.
Surge del artículo 268 (3) del CP que será reprimido con prisión de quince días a dos años e
inhabilitación especial perpetua el que, debido a su cargo, estuviere obligado por ley a presentar
una declaración jurada patrimonial y omitiere maliciosamente hacerlo.
El delito se configurará cuando mediando notificación fehaciente de la intimación respectiva, el
sujeto obligado no hubiere dado cumplimiento a los deberes aludidos dentro de los plazos que
fije la ley cuya aplicación corresponda.
En la misma pena incurrirá el que maliciosamente, falseare u omitiere insertar los datos que las
referidas declaraciones juradas deban contener de conformidad con las leyes y reglamentos
aplicables.
LORENZO GROSSO
CÁTEDRA: STRAMAZZO – MOROSANO - PEIRONE
261
Se trata del supuesto consagrado en el primer párrafo del artículo 268 (3) del Código Penal de
la Nación.
Sujeto activo:
Los sujetos obligados a presentar una declaración jurada patrimonial debido a sus cargos son
los mencionados en las leyes respectivas. En el orden nacional se encuentran mencionados en
la ley 25188.
Acción típica:
Se genera en cada oportunidad en que se debe presentar la declaración jurada patrimonial de
acuerdo con el régimen establecido por la legislación.
La acción típica consiste en omitir – abstenerse de cumplir con un deber legal – maliciosamente
la presentación de la declaración jurada, estando por razón de su cargo obligado a hacerlo. Existe
un deber por parte del sujeto activo de presentar la declaración jurada patrimonial.
El delito se concreta por la no presentación de la declaración jurada patrimonial en los plazos
establecidos y por la intimación fehaciente al responsable de la presentación. Vencido el plazo
legal, el delito queda perfeccionado. Es decir que para la consumación del delito también se
requiere que el sujeto activo debe haber sido notificado en forma fehaciente de que debe
presentar declaración jurada.
Elemento subjetivo:
En cuanto al tipo subjetivo, es un delito doloso, de dolo directo. Se requiere malicia, por lo tanto,
el autor debe obrar dolosamente: sabe que está obligado a presentar la declaración y omite
hacerlo.
Esto hace que solo pueda haber dolo directo y que haya un elemento subjetivo distinto del dolo
que es la intención de inducir a error sobre la situación patrimonial que debe reflejar la
declaración jurada.
Es el supuesto consagrado en la segunda parte del artículo 268 (3) del CP. Si bien se hace
referencia a un aspecto omisivo y a otro comisivo, ambos denotan modos de comisión de la
presentación de una declaración jurada patrimonial de contenido falso.
Sujeto activo:
Los sujetos en este tipo son los mismos que para el supuesto anterior.
Acción típica:
En la norma se incorporan dos acciones típicas, la de falsear y la de omitir datos. Falsear es
insertar datos falsos, no verdaderos; y omitir supone no incluir los datos que deben incluirse.
La falsedad puede ser total o parcial. Lo penalmente relevante es que tales datos sean
discordantes con la realidad económica del otorgante.
Elemento subjetivo:
En ambas hipótesis el delito es doloso de dolo directo. El obrar malicioso excluye el dolo
eventual.
En el primer caso – falseamiento – el delito se consuma con la presentación de la declaración
jurada ante la autoridad competente que corresponda con los datos falsos. En el caso de la
omisión, se consuma una vez expirado el plazo legal. No resulta admisible la tentativa.
LORENZO GROSSO
CÁTEDRA: STRAMAZZO – MOROSANO - PEIRONE
262
Esta denominación, que originalmente se uso para mencionar el acuerdo doloso entre las partes
de un litigio, a partir de las leyes de partidas comenzó a constituir un delito propio de los jueces
y ciertos profesionales que actuaban ante la justicia, tal los abogados y procuradores. Esta
tradición española fue recibida por nuestra legislación penal.
Esta ubicado en el Titulo de los delitos contra la Administración Pública, pero lo que
específicamente se protege es la correcta administración de justicia.
Es el primer tipo penal de este capítulo, consagrado en el artículo 269 del CP, según esta norma
sufrirá multa de $3000 a pesos $75000 e inhabilitación absoluta perpetua el juez que dictare
resoluciones contrarias a la ley expresa invocada por las partes o por el mismo o citare, para
fundarlas, hechos o resoluciones falsas.
Lo dispuesto en el párrafo primero de este artículo, será aplicable, en su caso, a los árbitros y
arbitradores amigables componedores.
Estructura típica:
Sujeto activo:
Son sujetos activos de este delito los jueces, árbitros y arbitradores amigables componedores.
Los primeros son quienes integran la planta del Poder Judicial – nacional o provincial –, y tienen
competencia para conocer y resolver como letrados.
Respecto de los árbitros o árbitros amigables componedores diremos que son aquellos terceros
a los cuales las partes – por disposición legal o decisión bilateral – someten el análisis y solución
de la cuestión.
Acción típica:
Conforme surge del artículo en análisis, este delito se configura objetivamente bajo dos
modalidades:
▪ Prevaricato de derecho: dictar resoluciones contrarias a la ley expresa invocada por las
partes o por el mismo juez.
La resolución es contraria a la ley cuando adopta una solución que dispone algo contrario a lo
que la ley invocada permite disponer, o sea, manda o prohíbe algo que esa ley no manda o no
prohíbe. Cuando la norma habla de ley expresa invocada, no hace referencia a una ley clara
como sostiene cierta doctrina, sino a la ley expresamente invocada por las partes o el propio
juez. Este requisito excluye la posibilidad de que el juez falle en contra de esa ley, por no
conocerla. Habiendo sido invocada en juicio, debe aplicarse si es adecuada. Es decir, el
prevaricato de derecho exige que el juez falle contrariando una ley que sabe que existe y que es
adecuada.
▪ Prevaricato de hecho: citar, para fundarlas, hechos o resoluciones falsas. Esos hechos o
resoluciones falsas tienen que realizarse además para fundar el fallo, es decir para justificar la
decisión adoptada en la nueva resolución.
El hecho falso es aquel que el juez invoca como existente y ocurrido en la causa, cuando en
realidad no ocurrió o no existió, o bien no resulto suficientemente probado. Tal el caso de fundar
la sentencia en una prueba que no se aportó. La resolución falsa es la que el juez invoca como
dictada con anterioridad y concerniente a cuestiones relacionadas con el objeto del proceso,
cuando en realidad no fue dictada. Por ejemplo, alegar el rechazo de una excepción, cuando en
realidad no se dictó la resolución que la rechazara; No se comprenden las citas jurisprudenciales
que haga el magistrado como muestra de sabiduría, porque no guardan relación concreta y
LORENZO GROSSO
CÁTEDRA: STRAMAZZO – MOROSANO - PEIRONE
263
Elemento subjetivo:
Es un delito doloso. El juez – o agente equiparado – tiene que saber que resuelve contra lo que
dispone la ley que invoca como fundamento en su fallo, o que los hechos o las resoluciones en
que se funda no existieron, o no existieron con el significado que les otorga.
Agravante:
En su segundo párrafo el artículo 269 del CP establece que el delito se agrava cuando la falsedad
se pronuncie en una causa criminal y se apoya con ella una sentencia condenatoria. Dice la
norma, si la sentencia fuere condenatoria en causa criminal, la pena será de tres a quince años
de reclusión o prisión e inhabilitación absoluta perpetua.
Por causa criminal se entiende toda aquella en que se juzga un delito, quedan excluidas las faltas
y contravenciones. Y la sentencia debe haber declarado la responsabilidad del imputado,
asignándole una pena o medida de seguridad.
El artículo 270 del CP establece que será reprimido con multa de $2500 a $30000 e inhabilitación
absoluta de uno a seis años, el juez que decretare prisión preventiva por delito en virtud del cual
no proceda o que prolongare la prisión preventiva que, computada en la forma establecida en
el artículo 24, hubiere agotado la pena máxima que podría corresponder al procesado por el
delito imputado.
Estructura típica:
Sujeto activo:
Autor de este tipo penal solo puede ser un juez con competencia para investigar o juzgar delitos,
esto es jueces con competencia en lo criminal o correccional.
Sujeto pasivo:
Será el imputado por un delito de competencia criminal o correccional, pues es su libertad la
que se ve afectada por un defectuoso servicio de justicia.
Acción típica:
Este delito se configura mediante dos acciones diferente. Decretar prisión preventiva por un
delito en virtud del cual no proceda; y prolongar la prisión preventiva decretada más allá del
LORENZO GROSSO
CÁTEDRA: STRAMAZZO – MOROSANO - PEIRONE
264
Elemento subjetivo:
La doctrina no es pacifica en este punto. Un sector, donde se ubican Soler, Fontán Balestra,
Núñez, entienden es un delito culposo, ello en atención a la escala penal impuesta para este
delito, y en comparación con el artículo anterior y con la correspondiente a los delitos de la
privación ilegítima de la libertad.
Otros, como Buompadre, lo ven como delito doloso, por lo que infieren necesario el
conocimiento de las circunstancias que hacen improcedente la imposición de la prisión
preventiva o que obligan a hacerla cesar, y la voluntad de prolongarla o disponerla a pesar de
ese conocimiento.
Nuestro CP nos dice en su artículo 271 que, será reprimido con multa de $2500 a $30000, e
inhabilitación especial de uno a seis años, el abogado o mandatario judicial que defendiere o
representare partes contrarias en el mismo juicio, simultánea o sucesivamente o que, de
cualquier otro modo, perjudicare deliberadamente la causa que le estuviere confiada.
Estructura típica:
Sujeto activo:
Pueden ser sujetos activos los abogados y mandatarios en la medida que intervinieran en la
causa. Abogado es la persona que, poseyendo titulo habilitante y estando inscripta en la
respectiva matricula personal, ejerce la defensa de los intereses de una de las partes en juicio.
Mandatario es la persona que representa con facultad de abogar por ella o no, a una parte en
juicio.
Sujeto pasivo:
El damnificado directo de este accionar es quien confió, al abogado o mandatario judicial, su
representación o patrocinio, según la Cámara Nacional Criminal y Correccional.
Acción típica:
A pesar de que el artículo pareciera describir dos conductas típicas, en realidad hay una. El delito
consiste en perjudicar deliberadamente la causa confiada, ya sea defendiendo o representando
partes contrarias en el mismo juicio, simultánea o sucesivamente o bien realizando cualquier
LORENZO GROSSO
CÁTEDRA: STRAMAZZO – MOROSANO - PEIRONE
265
conducta.
El delito se consuma con la producción del perjuicio a los intereses de la parte que el autor
defiende o representa, con prescindencia de otros perjuicios que se causen a otras partes que
intervienen en el litigio. Se trata de un tipo especial propio, de propia mano y de resultado
material. La tentativa es admisible.
Elemento subjetivo:
Se trata de un delito doloso y reclama que el autor perjudique deliberadamente la causa, esto
es que oriente su actuación u omisión a la causación del perjuicio. El termino deliberadamente
empleado por al norma exige la preordenación del hecho que supone conciencia del medio
usado y perjuicio causable, y la intención de valerse de ese medio para causarlo. El error –
vencible o invencible, según D’Alessio – excluye el tipo.
En el artículo 272 del CP se establece que la disposición del artículo anterior será aplicable a los
fiscales, asesores y demás funcionarios encargados de emitir su dictamen ante las autoridades.
De los 271 y 272 del Código Penal se desprende que pueden ser sujetos activos de este delito,
los abogados, mandatarios judiciales – procuradores –, fiscales, asesores, y demás funcionarios
encargados de dictaminar ante las autoridades, representando o defendiendo en juicio los
intereses de un individuo, o bien de la sociedad o del estado.
La acción debe ejecutarse dentro del proceso, el prevaricato no abarca actos extrajudiciales.
Señala Fontán Balestra que la denegación y el retardo de justicia son los delitos en que se ve con
mayor claridad la tutela de la administración de justicia.
Por su parte, Creus considera que los delitos previstos en este Capítulo son formas de
prevaricato, ya que en ellos la infidelidad o deslealtad del agente aparece en omisiones que
paralizan o retardan el desarrollo de la función garantizadora de los derechos.
Denegación de justicia:
Según el primer párrafo del artículo 273 del Código Penal será reprimido con inhabilitación
absoluta de uno a cuatro años, el juez que se negare a juzgar so pretexto de obscuridad,
insuficiencia o silencio de la ley.
Estructura típica:
Sujeto activo:
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266
Solo puede serlo un juez, en el sentido del prevaricato. Quedan excluidos los árbitros y
arbitradores amigables componedores, así como los funcionarios que asumen ciertas funciones
jurisdiccionales sin pertenecer al Poder Judicial.
Acción típica:
La acción consiste en negarse a juzgar, es decir, en rehusarse a resolver una cuestión legalmente
planteada, invocando como motivo la oscuridad, insuficiencia o silencio de la ley.
Se necesita una manifestación de voluntad contenida en una resolución que así lo exprese o
presuponga.
Se trata de un delito de pura actividad y de propia mano, se consuma con la negativa, expresa o
implícita, a juzgar el caso sometido a su jurisdicción. No es posible la tentativa.
Elemento subjetivo:
Es delito doloso, que requiere el conocimiento del deber que el agente tiene de juzgar en el caso
y la voluntad de negarse a hacerlo por razones enunciadas en la ley. No requiere malicia, en el
sentido de perseguir la concreción de determinados resultados; la invocación maliciosa de los
fundamentos de la negativa queda, por supuesto, incluida, pero no es indispensable. No
obstante, solo se admite el dolo directo.
Retardo de justicia:
El segundo párrafo del artículo 273 del Código Penal establece que en la misma pena incurrirá
el juez que retardare maliciosamente la administración de justicia después de requerido por las
partes y de vencidos los términos legales.
Estructura típica:
Sujeto activo:
Solo puede ser un juez, valiendo en este punto las consideraciones efectuadas en el supuesto
anterior.
Acción típica:
Se trata de un delito de omisión impropia, requiere que el juez haya sido requerido para
administrar justicia por una parte interesada, y que haya vencido el termino que la ley establece
para que resuelva.
El retardo equivale a una dilación de la actividad jurisdiccional comprendiendo no solo aquellas
cuestiones que precisan ser resultas o decididas por el juez mediante autos, decretos,
sentencias, sino también otras actividades judiciales que se desarrollan en el proceso, como la
recepción de declaraciones, fijación de audiencias, y en general toda cuestión de trámite que
implique la paralización del proceso.
Se consuma cuando, habiendo sido requerido por las partes, opera el vencimiento de los plazos
legales sin que la actividad se cumpla. La tentativa no es admisible.
Elemento subjetivo:
El retardo debe haber sido malicioso, por lo que solo se admite el dolo directo. Molinario
sostiene que la expresión maliciosamente supone que el deseo del juez de retardar para
perjudicar a una o ambas partes.
Se establece en el artículo 274 del CP que el funcionario público que, faltando a la obligación de
su cargo, dejare de promover la persecución y represión de los delincuentes, será reprimido con
LORENZO GROSSO
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inhabilitación absoluta de seis meses a dos años, a menos que pruebe que su omisión provino
de un inconveniente insuperable.
Estructura típica:
Sujeto activo:
Es el funcionario cuyo cargo le otorga competencia para promover la persecución y represión
de delincuentes, como fiscales, funcionarios policiales y etcétera. Se ha discutido si los jueces
entran o no en esta categoría; algunos lo han negado que no tienen a su cargo el ejercicio de la
acción penal, mal pueden omitir la persecución.
Acción típica:
Consiste en dejar de promover la persecución y represión de los delincuentes, es decir dejar de
actuar en las tareas funcionalmente debidas por el autor, en orden a la delincuencia, que atañen
a su persecución – individualización, aprehensión, localización y demás –, o represión –
investigación, aplicación de sanciones, etcétera –; no es indispensable una omisión total.
La acción típica presupone la existencia de un delito ya cometido. El agente puede incurrir en
este delito dejando de promover la acción penal respectiva o de continuar la ya iniciada.
Es un delito de omisión, de pura actividad y se consuma con la omisión de promover la
persecución y represión del delincuente. La tentativa no es admisible.
Elemento subjetivo:
El dolo no requiere ninguna referencia subjetiva especifica; cognoscitivamente basta con que el
autor sepa de la existencia o posibilidad de existencia de un delito y conozca el deber que desde
el punto de vista funcional le incumbe al respecto.
Falso testimonio:
Figura básica:
Según el artículo 275 del CP, será reprimido con prisión de un mes a cuatro años, el testigo,
perito o intérprete que afirmare una falsedad o negare o callare la verdad, en todo o en parte,
en su deposición, informe, traducción o interpretación, hecha ante la autoridad competente.
En todos los casos se impondrá al reo, además, inhabilitación absoluta por doble tiempo del de
la condena.
Sujeto activo:
La norma indica que quienes pueden ser sujetos activo de este delito son los testigos, peritos e
intérpretes.
LORENZO GROSSO
CÁTEDRA: STRAMAZZO – MOROSANO - PEIRONE
268
autoridad – a propuesta de las partes o por una designación oficial – para que dictamine sobre
alguna cuestión en la que tiene conocimientos especiales.
▪ Interprete: es la persona llamada para interpretar o traducir documentos o
declaraciones expresados en idiomas extranjeros, en clave o en signos. Si bien los traductores
no están expresamente contenidos en la norma, la doctrina los incluye.
Sujeto pasivo:
La jurisprudencia ha dicho que debe reputarse persona particularmente ofendida a la parte en
contra cuya acción o defensa se produjo el falso testimonio.
Por otro lado, la CSJN sostuvo que el sujeto pasivo es la autoridad competente que resulta
afectada por la falsedad del testigo, perito o interprete, y esa autoridad no puede ser otra que
el juez ante cuyos estrados tramita la causa.
Acción típica:
La norma se requiere al sujeto activo que afirmare una falsedad o negare o callare la verdad, en
todo o en parte, en su deposición, informe, traducción o interpretación, hecha ante la autoridad
competente.
▪ Afirmar una falsedad: expresar como verdadero lo que no es. Es la discrepancia entre
los hechos referidos y los hechos sabidos que pueden no ser los reales. No debe confundirse con
afirmar una exactitud. Se comete este delito cuando se sabe que lo dicho no es cierto, es decir
cuando se miente a sabiendas. La falsedad puede ser total o parcial. Para que resulte punible, la
declaración mendaz tiene que influir en el pronunciamiento del juez.
▪ Negar la verdad: afirmar como falso un hecho que se sabe es verdadero. Para llevar a
cabo esta conducta el sujeto tuvo que haber sido interrogado sobre un hecho o una
circunstancia en particular, y haber negado su existencia. Para negar la verdad es fundamental
que el sujeto conozca lo que se le pregunta pues de lo contrario estaríamos frente a una
conducta que no encuadraría en este delito.
▪ Callar la verdad: se lo denomina reticencia; se trata de no decir algo de lo que se sabe
o negar que se sabe algo que en verdad sí se conoce. Creus indica que puede tratarse de una
omisión o una acción, el primer caso se dará cuando se deje de afirmar lo que se sabe, el segundo
cuando se niegue saber algo que en realidad se conoce.
Esta modalidad omisiva se caracteriza por la falta de respuesta al interrogatorio. El testigo no
contesta la pregunta, o se queda en silencio, o expresa “no sé” cuando en realidad sabe.
Elemento subjetivo:
Es un delito doloso, compatible solo con el dolo directo: que tenga el conocimiento y voluntad
de faltar a la verdad u ocultar el conocimiento, es decir, comete falso testimonio aquel que sabe
la falsedad de lo dicho u oculta lo que sabe, sin requerir un fin ulterior.
LORENZO GROSSO
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Agravante:
El segundo párrafo del artículo 275 establece que, si el falso testimonio se cometiere en una
causa criminal, en perjuicio del inculpado, la pena será de uno a diez años de reclusión o prisión.
La doctrina es unánime en reconocer que la disposición es de carácter general y se refiere a
todos los casos de falso testimonio. La formula causa criminal refiere solo a causa por delito, sea
competente la justicia criminal o la correccional, quedando excluidas las faltas y
contravenciones.
Soborno:
En el artículo 276 del CP se consagra el delito de falso testimonio cometido por medio de
cohecho. Según esta norma, la pena del testigo, perito o intérprete falso, cuya declaración fuere
prestada mediante cohecho, se agravará con una multa igual al duplo de la cantidad ofrecida o
recibida. El sobornante sufrirá la pena del simple testigo falso.
Estructura típica:
Sujeto activo:
En la primer parte del artículo se reprime al sobornado, es decir al testigo, perito o interprete
que produce la falsa declaración porque ha recibido o aceptado recibir una ventaja o una dádiva.
En la segunda parte del artículo, se reprime al sobornante. Aquí no se trata del testigo, perito o
intérprete sino de la persona que practica el soborno con aquellos, por lo cual que toda persona
puede serlo, lo que incluye, por supuesto, a las partes de un proceso. El sobornante es quien
ofrece o promete una dádiva o cualquier otra ventaja o beneficio para que alguien cometa falso
testimonio.
Acción típica:
La conducta típica consiste en declarar falsamente en un proceso mediante cohecho, esto es
por haber recibido dinero o cualquier otra dádiva, o por haber aceptado una promesa directa o
indirecta para actuar del modo en que se hizo. El cohecho debe ser la causa determinante del
falso testimonio. Si la falsedad no se comete, la conducta del sobornante es atípica. Es decir que
el sobornante sólo es castigado si se comete el falso testimonio. De lo contrario queda impune.
La entrega o la promesa deben haber sido hechas con anterioridad a la consumación del falso
testimonio.
Se consuma cuando el sobornado efectivamente declare, porque este delito se encuentra
determinado por la consumación del falso testimonio.
Elemento subjetivo:
Se trata, obviamente, de un delito doloso. El autor debe tener conciencia y voluntad de ofrecer
una dadiva y otra ventaja para que el testigo, perito, interprete o traductor sobornado se
produzca efectivamente.
Según el artículo 276 bis del CP dispone que será reprimido con prisión de cuatro a diez años y
con la pérdida del beneficio concedido el que, acogiéndose al beneficio del artículo 41 ter,
proporcionare maliciosamente información falsa o datos inexactos.
Por otro lado, cabe recordar que establece el artículo 41 ter; según este las escalas penales
podrán reducirse a las de la tentativa respecto de los partícipes o autores por algún delito de los
detallados a continuación en este artículo, cuando durante la sustanciación del proceso del que
sean parte, brinden información o datos precisos, comprobables y verosímiles.
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El proceso sobre el cual se aporten datos o información deberá estar vinculado con alguno de
los siguientes delitos:
Para la procedencia de este beneficio será necesario que los datos o información aportada
contribuyan a evitar o impedir el comienzo, la permanencia o consumación de un delito;
esclarecer el hecho objeto de investigación u otros conexos; revelar la identidad o el paradero
de autores, coautores, instigadores o partícipes de estos hechos investigados o de otros
conexos; proporcionar datos suficientes que permitan un significativo avance de la investigación
o el paradero de víctimas privadas de su libertad; averiguar el destino de los instrumentos,
bienes, efectos, productos o ganancias del delito; o indicar las fuentes de financiamiento de
organizaciones criminales involucradas en la comisión de los delitos previstos en el presente
artículo.
Cuando el delito atribuido al imputado estuviere reprimido con prisión y/o reclusión perpetua,
la pena sólo podrá reducirse hasta los quince años de prisión.
La reducción de pena no procederá respecto de las penas de inhabilitación o multa.
La ayuda dispensada al autor de un delito sea ocultándolo para eludir la acción de la justicia, sea
comprando, guardando, encendiendo, etc. los objetos provenientes del delitos, sea de
cualquiera de los modos previstos por la ley, pero siempre de carácter posterior al hecho y no
mediando promesa anterior al mismo constituye en general encubrimiento. El bien jurídico
protegido es el buen funcionamiento de la administración de justicia.
Favorecimiento personal:
Es el supuesto consagrado en el inciso 1 del artículo 277 del Código Penal de la Nación, según
esta norma será reprimido con prisión de seis meses a tres años el que, tras la comisión de un
delito ejecutado por otro, en el que no hubiera participado, ayudare a alguien a eludir las
investigaciones de la autoridad o a sustraerse a la acción de ésta.
Estructura típica:
Sujeto activo:
La norma no exige características especiales en el autor de esta modalidad de encubrimiento.
Acción típica:
La ley habla de prestar ayuda a alguien, entendiéndose por tal la que es idónea para facilitar o
LORENZO GROSSO
CÁTEDRA: STRAMAZZO – MOROSANO - PEIRONE
271
posibilitar que la persona favorecida logre eludir las investigaciones o la acción de las
autoridades. Es indiferente que se logre o no el fin buscado. Quedan fuera de esta figura las
omisiones, consejos o meros apoyos de contenido moral.
Consiste en auxiliar, contribuir, colaborar, facilitar, proporcionar medios, realizar tareas, ocultar
al autor, facilitar su fuga, etc. Y puede ser a un condenado, procesado, o un simple prófugo de
la justicia.
El encubridor debe saber que la persona a quien oculta o ayuda es un perseguido por la justicia,
y su propósito debe ser el de ayudarlo a eludir o sustraerse de la justicia.
Por autoridad quedan comprendidos la autoridad judicial, policial y el Ministerio Público. Todas
aquellas que tienen facultades para investigar delitos y aprehender a los delincuentes.
Elemento subjetivo:
El tipo en cuestión requiere dolo directo, entendido como el efectivo conocimiento de la
totalidad de los elementos constitutivos del tipo objetivo, y la voluntad dirigida a beneficiar al
favorecido para, de ese modo, estropear el accionar de la justicia.
Favorecimiento real:
Contemplado en el inciso b del artículo 277 del CP, será reprimido con prisión de seis meses a
tres años el que, tras la comisión de un delito ejecutado por otro, en el que no hubiera
participado, ocultare, alterare o hiciere desaparecer los rastros, pruebas o instrumentos del
delito, o ayudare al autor o partícipe a ocultarlos, alterarlos o hacerlos desaparecer.
Estructura típica:
Sujeto activo:
No se requieren condiciones especiales, por lo que el autor de este delito puede ser cualquier
persona.
Acción típica:
En el supuesto previsto en el inciso b, configura el tipo penal la acción de ocultar, alterar o hacer
desaparecer o la de ayudar al autor o participe a realizar esas acciones. El término ocultar
importa guardar, tapar, impedir que se pueda saber la ubicación de la cosa. Alterar implica
cambiar o modificar el objeto en forma suficiente para entorpecer de ese modo su empleo por
la autoridad. Hacer desaparecer significa suprimir o quitar por cualquier medio, por ejemplo,
quemarlo, borrarlo, evaporarlo, etc.
Las acciones antes descriptas deberán recaer indefectiblemente sobre los rastros, pruebas o
instrumentos del delito, en cuanto hayan sido usados para cometer el mismo.
▪ Rastros: son las huellas, o señales que quedan sobre las personas, lugares o cosas y
que tienen alguna relación con el delito. Por ejemplo, limpiar el arma de fuego para impedir que
se constaten las huellas digitales, lavar la ropa manchada con sangre, limpiar el piso para hacer
desaparecer las pisadas.
▪ Pruebas: son todos los medios que pueden llevar a la comprobación del hecho y su autor
o participe.
▪ Instrumentos del delito: son todas aquellas herramientas o medios empleados por el
autor para la comisión del delito.
Como señala Buompadre el delito se consuma cuando se realiza alguna de las conductas típicas,
sin que se requiera ningún resultado. Es un delito de pura actividad, de peligro concreto, e
instantáneo.
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Elemento subjetivo:
El dolo consiste en el conocimiento de que se están realizando las acciones típicas, sumado a la
voluntad de borrar los rastros, pruebas o instrumentos del delito. Pero debe saber que lo está
haciendo. Por ejemplo, no es punible quien limpia un arma desconociendo que con la misma se
mató a una persona.
Recepción de cosas:
En el inciso c del artículo 277 del Código Penal se castiga con las mismas penas a quien adquiere,
recibiere u ocultare dinero, cosas o efectos provenientes de un delito.
Estructura típica:
Sujeto activo:
Puede ser cualquier persona, no hay exigencias especificas al respecto.
Acción típica:
La norma menciona tres acciones típicas, adquirir, recibir u ocultar dinero, cosas o efectos
provenientes del delito.
El objeto material son dinero, cosas o efectos. Dinero es la moneda corriente utilizada como
medio de cambio, Cosas son los objetos materiales susceptibles de valor y los efectos son los
bienes muebles de cualquier naturaleza.
La jurisprudencia ha considerado que las acciones punibles son taxativas, y por lo tanto, no
encuadran en el tipo examinado las conductas de aceptar como regalos efectos sustraídos, o
usados momentáneamente por el agente.
Se consuma cuando el encubridor realiza alguna de las conductas típicas, es decir cuando
adquiere, recibe u oculta dinero, cosas o efectos provenientes de un delito.
Elemento subjetivo:
Es un delito doloso, de dolo directo. Es necesario que el encubridor sepa que las cosas que
adquiere, recibe u oculta provienen de un delito.
En la segunda parte del artículo 277 del CP se establece que, en el caso de recepción de cosas,
la pena mínima será de un mes de prisión, si, de acuerdo con las circunstancias, el autor podía
sospechar que provenían de un delito.
El delito no requiere que la persona conozca la procedencia ilícita del objeto, sino lo que tiene
que mediar es la concurrencia de una posibilidad de sospechar, de acuerdo con las
circunstancias, que el objeto provenía de un delito. Se admite el dolo y la culpa. Las acciones
típicas son las de adquirir, recibir u ocultar dinero, cosas o efectos.
Omisión de denuncia:
Es la forma negativa del favorecimiento. Esta contenido en el inciso d del artículo 277 del CP
cuando se refiere a quien no denunciare la perpetración de un delito o no individualizare al autor
o partícipe de un delito ya conocido, cuando estuviere obligado a promover la persecución penal
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273
Sujeto activo:
Sujeto activo solo puede ser quien está obligado jurídicamente a promover la persecución penal
de un delito de acción pública; es decir, el Ministerio Público, las fuerzas de seguridad o
policiales, y los jueces de instrucción.
Acción típica:
En este caso se trata de un tipo penal de acciones alternativas. El delito consiste en no denunciar
por un lado la perpetración de un delito de acción pública; y por otro en no individualizar a los
responsables de un delito ya conocido. No denunciar consiste en no poner en conocimiento de
la autoridad, con arreglo a las formalidades procesales, la existencia de un delito de acción
pública. En el segundo caso es suficiente con la simple omisión de comunicar o informar el
conocimiento que se tiene sobre la persona del autor o participe de un delito que ya ha sido
conocido por terceros.
En ambos casos, el delito se consuma con la omisión de la conducta debida. Como no se
establece un término para actuar, el momento consumativo se deberá determinar con arreglo
a las circunstancias de cada caso en particular. La tentativa no parece como posible.
Elemento subjetivo:
Estamos ante un delito doloso, que admite dolo directo. El dolo consiste en el conocimiento por
parte del encubridor de que debe efectuar la denuncia en el primer caso, o individualizar a los
responsables de un delito ya conocido en el segundo caso; y la voluntad de realizar dichas
conductas en menosprecio a las normas.
En el último inciso del artículo 277 del CP se pune a quien asegurare o ayudare al autor o
partícipe a asegurar el producto o provecho del delito.
Consiste en asegurar o ayudar al autor o participe a asegurar el producto o provecho del delito.
El autor del encubrimiento no actúa en provecho propio sino en favor del autor o participe del
delito. El autor debe ayudar al delincuente a asegurar el producto o provecho del delito. Los
productos son los efectos que provienen directamente del delito, ejemplo la moneda falsa, la
joya hurtada; mientras que el provecho comprende las ventajas o los frutos obtenidos por la
comercialización o transformación del producto del delito. Por ejemplo, lo producido de la joya
robada.
Es un delito doloso en donde el dolo consiste en conocer y querer asegurar o ayudar al autor o
participe a que se haga del producto o provecho del delito.
La tercera parte del artículo 277 del Código Penal prevé una serie de agravantes para el delito
de encubrimiento. La norma dispone que la escala penal será aumentada al doble de su mínimo
y máximo, en los siguientes casos:
▪ Delito precedente: el hecho precedente fuera un delito especialmente grave, siendo tal
aquel cuya pena mínima fuera superior a tres años de prisión.
▪ Animo de lucro: cuando el autor del delito actúe con animo de lucro; entendido como
toda ventaja patrimonial apreciable económicamente. Es un elemento subjetivo que agrava el
hecho.
▪ Habitualidad: la agravante funciona cuando el autor realiza en forma reiterada actos de
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274
La agravación de la escala penal, prevista en este inciso sólo operará una vez, aun cuando
concurrieren más de una de sus circunstancias calificantes. En este caso, el tribunal podrá tomar
en cuenta la pluralidad de causales al individualizar la pena.
Exención de pena:
En su ultima parte el artículo 277 del CP establece que están exentos de responsabilidad criminal
los que hubieren obrado en favor del cónyuge, de un pariente cuyo vínculo no excediere del
cuarto grado de consanguinidad o segundo de afinidad o de un amigo íntimo o persona a la que
se debiese especial gratitud. La exención no rige respecto de los casos de ayuda a asegurar el
producto o provecho del delito; o en caso de que el agente actúe con animo de lucro o
habitualidad. Están comprendidos en la eximente:
▪ Cónyuge.
▪ Pariente dentro cuarto grado de consanguinidad: ascendientes y descendientes hasta
cuarto grado, incluido el vínculo adoptivo, y en línea colateral el beneficio llega a los hermanos,
medios hermanos y primos hermanos.
▪ Parientes dentro del segundo de afinidad: padrastros, madrastras, suegros, abuelos
del otro cónyuge, yerno, nuera, y cuñados entre sí.
▪ Amigos íntimos: vínculo afectivo y continuo.
▪ Personas a las que se debe una especial gratitud: por ayuda o favores recibidos en
momentos especiales.
Se trata de una excusa absolutoria cuyo fundamento reside en la necesidad de preservar los
vínculos familiares y amistosos.
Encubrimientos de abigeato:
Figura dolosa:
Según el artículo 277 bis del CP, se aplicará prisión de tres a seis años e inhabilitación especial
de tres a diez años al funcionario público que, tras la comisión del delito de abigeato en el que
no hubiera participado, violando los deberes a su cargo o abusando de sus funciones, intervenga
o facilite el transporte, faena, comercialización o mantenimiento de ganado, sus despojos o los
productos obtenidos, conociendo su origen ilícito.
Sujeto activo:
Estamos ante un caso de delicta propia, el autor debe ser funcionario público, cuyas funciones
se vincula con la actividad ganadera.
Acción típica:
La acción típica consiste en intervenir o facilitar distintas actividades que suceden al delito de
abigeato. Ellas deben ser ejecutadas tras la comisión del delito de abigeato, en el que el autor
del encubrimiento no hubiere participado.
El encubrimiento debe cometerse en el marco de las funciones del funcionario. Debe haber
violación de deberes o abuso de su cargo, ya sea por un accionar positivo u omisivo, pero no
haber participado en el delito de abigeato que debe encuadrar en la normativa penal.
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275
Las acciones típicas deben recaer sobre ganado mayor o menor; sus despojos, es decir, partes o
restos de estos – cuernos, cueros, etc. –; o sobre los productos obtenidos del animal, son partes
utilizables para el consumo humano como carnes y sus derivados.
Elemento subjetivo:
Es el delito requiere no solo que el autor obre violando los deberes a su cargo o abusando de
sus funciones, sino que lo haga conociendo el origen ilícito del delito principal (abigeato). Lo cual
nos indica que admite solo dolo directo.
Figura culposa:
El artículo 277 ter del CP establece que se impondrá prisión de seis meses a tres años al que
reuniendo las condiciones personales descriptas en el artículo 167 quater inciso 4, por
imprudencia o negligencia, intervenga en algunas de las acciones prevista en el artículo
precedente, omitiendo adoptar las medidas necesarias para cerciorarse de la procedencia
legítima del ganado.
Sujeto activo:
Debe tratarse de una persona que se dedique laboralmente a la crianza, cuidado, faena,
elaboración, comercialización o transporte de ganado o de productos o subproductos de origen
animal.
Acción típica:
Consiste en la realización de alguna de las acciones previstas en el artículo anterior como
consecuencia de un actuar culposo es decir la violación de un deber de cuidado por imprudencia
o negligencia. La violación al deber de cuidado es omitir adoptar las medidas necesarias para
controlar la procedencia del ganado. Se admite la culpa inconsciente como la culpa con
representación.
Es necesario que el actuar negligente origine la realización de las conductas tipificadas en el 277
bis.
Este delito se consuma cuando se interviene o facilita el transporte, la faena, la comercialización,
o mantenimiento del ganado, sus despojos o productos, infringiendo los deberes de cuidado
que se le exige a toda persona que se halla relacionada con la actividad ganadera.
Elemento subjetivo:
Es un delito de tipo culposo. Admite dos formas de culpa, la negligencia y la imprudencia.
El artículo 279 del Código Penal establece que, si la escala penal prevista para el delito
precedente fuera menor que la establecida en las disposiciones de este capítulo, será aplicable
al caso la escala penal del delito precedente.
Si el delito precedente no estuviera amenazado con pena privativa de libertad, se aplicará a su
encubrimiento multa de $1000 a $20000 o la escala penal del delito precedente, si ésta fuera
menor.
Cuando el autor de los hechos descriptos en los incisos 1 o 3 del artículo 277 fuera un funcionario
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276
público que hubiera cometido el hecho en ejercicio u ocasión de sus funciones, sufrirá además
pena de inhabilitación especial de tres a diez años. La misma pena sufrirá el que hubiere actuado
en ejercicio de una profesión u oficio que requieran habilitación especial.
Las disposiciones de este capítulo regirán aun cuando el delito precedente hubiera sido
cometido fuera del ámbito de aplicación espacial de este Código, en tanto el hecho que lo
tipificara también hubiera estado sancionado con pena en el lugar de su comisión.
Los delitos previstos en este Capítulo resguardan la efectividad de las sanciones impuestas o
medidas de seguridad adoptadas, que se traducen en el amenguamiento de la libre
disponibilidad de ciertos derechos por parte del agente.
Evasión:
El artículo 280 del CP reprime con prisión de un mes a un año, el que hallándose legalmente
detenido se evadiere por medio de violencia en las personas o fuerza en las cosas.
Estructura típica:
Sujeto activo:
Es la persona que se encuentra legalmente detenida, por cualquier causa o motivo, ya sea
procesada, condenada, sospechada, imputada por un delito, contravención o infracción
disciplinaria o por un particular en caso de flagrancia. No son detenidos los internados en
institutos de salud mental, educación, etc.
Cabe aclarar que persona detenida no quiere decir persona encerrada, sino que también pueden
cometer este delito aquellas que están siendo conducidas por la vía pública.
Sujeto pasivo:
Claro está, es el estado, que es el titular directo del bien jurídico afectado; el guardia cárcel que
ha soportado la violencia ejercida por el autor es un damnificado por el delito.
Acción típica:
La acción típica consiste en evadirse estando legamente detenido, es decir recuperar la libertad
ambulatoria mediante la eliminación de obstáculos que la restringen. Puede ser que se libere de
una prisión, comisaría, vehículo de policía, juzgado, o de las manos de su aprehensor. La evasión
consiste en que el individuo que se halla legalmente detenido se evada (fugue, escape)
empleando violencia en las personas o fuerza en las cosas.
▪ Violencia en las personas: consiste en el despliegue de energía física por parte del
agente sobre las personas que permanente u ocasionalmente ejercen su custodia. La violencia
moral es admitida por parte de la doctrina.
▪ Fuerza en las cosas: es la fuerza destinada a vencer la resistencia de los elementos
predispuestos para el encerramiento (techos, paredes, pisos, rejas, cerraduras) sea del edificio
o del vehículo en que se lo traslada. La fuerza debe ser obra del que se fuga; así no es punible
del que se fuga aprovechando el boquete abierto en la pared por otra persona.
Si no se utiliza fuerza o violencia el hecho no es punible. Así por ejemplo no es punible el que se
fuga utilizando engaños o astucias, o aprovechando el descuido del que vigila, o disfrazándose
de proveedor de la cárcel, etc. Por el contrario, si es punible el uso de narcóticos o hipnóticos
de acuerdo a la equiparación que el CP efectúa en la Parte General.
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277
Elemento subjetivo:
Se trata de un delito doloso. Requiere por parte del agente el efectivo conocimiento de su
situación de privación de la libertad y la voluntad de quebrantarla por medio de alguna de las
modalidades comisivas.
Favorecimiento de evasión:
El primer párrafo del artículo 281 del CP reza que será reprimido con prisión de un mes a cuatro
años, el que favoreciere la evasión de algún detenido o condenado, y si fuere funcionario
público, sufrirá, además, inhabilitación absoluta por triple tiempo.
Estructura típica:
Sujeto activo:
Puede ser cualquier persona, la norma no exige cualidades especiales en el sujeto activo, pero
su este fuese un funcionario publico se lo conmina además con la pena de inhabilitación
conjunto a la de prisión.
Acción típica:
Consiste en favorecer la evasión: quien brinda cooperación o ayuda al detenido para que este
intente, procure o concrete su liberación.
La evasión que realiza el detenido, para algunos, tiene que ser necesariamente con violencia o
fuerza, mientras que para otro sector puede ser por cualquier medio.
Los medios que utilice el favorecedor pueden ser cualquiera y también por actos u omisiones.
Puede ser que el favorecimiento no sea decisivo para la evasión, basta con que favorezca el
proceso causal, por ejemplo, brindar consejos o dar datos.
Un sector considera que se consuma cuando la fuga se produjo. La tentativa será entonces
posible, porque también lo es la del que se fuga.
Otro sector entiende que se consuma con la evasión o su intento, el acto de favorecimiento en
sí es preparatorio, ya que se necesita que la evasión comience a ejecutarse entonces se
consumará este delito. No se admite la tentativa.
Elemento subjetivo:
Esta figura también llamada favorecimiento doloso, exige el conocimiento de la condición de
legalmente detenido del favorecido y la intención de favorecer su evasión. Creus sostiene que
solo admite dolo directo.
En el segundo párrafo del artículo 281 del CP se establece que, si la evasión se produce por
negligencia de un funcionario público, este sufrirá pena de multa de $1000 a $15000.
Esta figura culposa en general reviste las mismas características que el caso anterior, pero es
necesario destacar dos cosas:
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278
Quebrantamiento de pena:
Contemplado en el artículo 281 bis del Código Penal, según el cual, el que quebrantare una
inhabilitación judicialmente impuesta será reprimido con prisión de dos meses a dos años.
Estructura típica:
Sujeto activo:
La norma es clara, el sujeto activo es aquel que haya sido judicialmente inhabilitado por una
sentencia firme.
Acción típica:
Consiste en quebrantar una inhabilitación, es decir realizar las actividades vedadas por la pena.
Tiene que tratarse de una inhabilitación establecida por un órgano judicial. La pena pudo haber
sido impuesta como principal, alternativa o conjunta y es indiferente que sea especial o
absoluta. La condena que establece la pena de inhabilitación debe encontrarse firme. Por
ejemplo, dice D’Alessio, el medico inhabilitado judicialmente para ejercer su profesión, pero
igualmente sigue atendiendo pacientes.
Cabe recordar que la inhabilitación en nuestro derecho es una pena, así lo establece el artículo
5 del CP.
Se consuma cuando se quebranta la inhabilitación judicialmente impuesta. Es posible la
tentativa.
Elemento subjetivo:
Es un delito doloso, de dolo directo. El autor tiene conocimiento de que está inhabilitado
judicialmente y sin embargo quiere quebrantar dicha inhabilitación.
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279
En este caso el bien jurídico tutelado es la fe pública, es decir, la confianza que la colectividad
deposita en ciertos instrumentos, valores, signos, etcétera, a los que el estado les confiere
autenticidad o fuerza probatoria.
De modo general puede decirse que los delitos comprendidos en el Titulo XII del CP concretan
ataques a la fe pública, por hacer parecer como auténticos y reveladores de verdad, signos
representativos o documentos que dan cuenta de lo pasado, cuando no son auténticos o
mienten sobre o representado.
Debemos determinar si ¿se protege aquí la fe pública por si misma o la confianza en la
autenticidad y veracidad de los objetos que son portadores de ella por disposición de la ley?
El tema va más allá de una cuestión meramente ontológica; si lo afectado es la fe pública en si
misma, en principio todo lo que desfigure – material o ideológicamente – el instrumento al que
la ley le asigna la función de portarla podrá tener cabida en las figuras típicas. En cambio, si lo
que se considera atacado es la confianza de los integrantes de la sociedad en tales instrumentos,
la conducta debe constituir un algo mas para realmente afectar el bien jurídico, ya no bastara
con la deformación del instrumento, tendrá que ser idónea para mantener la confianza que
aquel merezca como portador de la fe pública.
Buompadre señala que, para que el ataque se produzca, no bastara ni la mera objetividad
deformante, ni la mera confianza infundada en la autenticidad y veracidad del objeto; ambas
deben estar presentas, la una como origen de la otra.
La doctrina distingue dos grandes tipos en el modo de comisión de estos delitos, se trata de:
La falsificación hace referencia a conductas materiales, es decir que recaen sobre la integridad
de una cosa o de un objeto, sobre las características externas del instrumento, mientras que la
falsedad hace referencia a una actitud intelectual que se representa por declaraciones o
invocaciones de algo falso o mentiroso en lugar de lo verdadero. La forma es auténtica pero no
el contenido.
Se trata del Titulo XII del CP, donde se contemplan los delitos de falsificación de moneda, billetes
de banco, títulos al portador y documentos de crédito. Debemos tener en cuenta que la tutela
aquí no se da en función del daño patrimonial que puedan sufrir determinadas personas, sino el
peligro de menoscabo del crédito y su repercusión en una eventual restricción de las
transacciones, lo que termina constituyendo un peligro común.
Falsificación de moneda:
En el artículo 282 del Código Penal se establece que serán reprimidos con reclusión o prisión de
tres a quince años, el que falsificare moneda que tenga curso legal en la República y el que la
introdujere, expendiere o pusiere en circulación.
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280
Objeto de tutela:
En este caso se tutela la moneda – metálica y papel moneda –, no por su valor intrínseco, sino
como elemento facilitador de transacciones; y en este ultimo sentido, la moneda tiene el valor
que el estado le asigne. Es decir, se tutela la moneda en cuanto unidad de medida, de valor y
medio de pago.
Debe tenerse en cuenta que la moneda debe tener curso legal en la república, lo cual solo ocurre
con al moneda nacional; esto significa que la moneda debe tener curso forzoso, es decir, debe
ser de aceptación obligatoria como instrumento de cancelación de obligaciones.
La moneda extranjera – tal el caso del dólar –, a pesar de todo valor que pueda tener, no tiene
curso legal, por lo que ninguna persona esta obligada a aceptarla a los efectos del pago. Sin
embargo, esta tutelada pues el artículo 285 del CP la equipara a la moneda nacional a los efectos
de la falsificación.
Estructura típica:
Sujeto activo:
En este delito el sujeto activo puede ser cualquier persona, no hay exigencias especificas al
respecto. Pues el codificador nos habla de “el que”.
Sujeto pasivo:
En este delito, el sujeto pasivo es toda la comunidad – como en cualquier delito del título –, pues
se afecta la fe pública. Pero fundamentalmente, el estado nacional pues es el único que tiene
competencia para emitir moneda, ello surge del artículo 75 de la CN.
Acción típica:
Este es un tipo complejo y alternativo, por ello es suficiente con que se realice una sola de las
acciones enumeradas por la norma; tales son:
▪ Falsificar: es imitar o copiar algo, dice Terragni, con el propósito de que tal creación pase
por verdadera. Esto supone su fabricación de manera ilegal; la falsificación debe reunir un
requisito fundamental que es el de expendibilidad, esto supone que debe ser idónea para que
el publico la crea verdadera y la acepte.
No interesa la cantidad moneda falsificada ni el valor intrínseco de la misma, que puede incluso,
ser mayor que el de la moneda legitima. Podemos decir que se trata de hacer algo no verdadero
imitando lo verdadero, por lo que debe lucir como una moneda real.
Si para cometerlo se obtuviese ilegítimamente una máquina de fabricación de moneda del
estado, la figura puede concurrir idealmente con la defraudación del artículo 174 del CP.
Se consuma cuando concluye la fabricación expendible de una pieza falsa de la moneda
verdadera; por lo tanto, no es típica la impresión de billetes en papel común indicando que no
es legítimo, o aquella moneda dibujada a mano alzada imitando un billete real, pues a simple
vista surge su ilegitimidad.
▪ Introducir: es tomar dinero de esa clase – falso – en el extranjero e ingresarlo a nuestro
país. Se consuma cuando la moneda falsa cruza la frontera. Si la introducción la lleva a cabo el
mismo falsificador, solo es punible la falsificación, no hay concurso porque son figuras
alternativas.
▪ Expender: es dar en pago moneda falsa como si ella fuera legitima. El delito se consuma
con la aceptación de la moneda falsa por parte del engañado. Creus señala que no interesa como
se ingresa la moneda, pues el sujeto pudo haberlo hecho legítimamente, declarando que ingresa
moneda, por ejemplo.
▪ Poner en circulación: este proceder implica hacer salir del poder del falsificador sin que
medie expedición, es decir sin que alguien determinado la acepte como verdadera. Ello ocurre,
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281
Elemento subjetivo:
La falsificación se trata de un delito doloso y no tiene ninguna exigencia subjetiva especifica; por
lo tanto, dice D’Alessio, requiere el conocimiento de que se falsifica la moneda y la voluntad de
crear una pieza imitadora de la falsificada.
En los casos de introducción, expendio y puesta en circulación, no basta con la conciencia de
falsedad en el momento de comisión del hecho, sino que es presupuesto necesario que la
moneda haya sido recibida de mala fe; es decir, el conocimiento de que se agota el delito de un
tercero.
El artículo 283 del CP reprime con reclusión o prisión de uno a cinco años, al que cercenare o
alterare moneda de curso legal y el que introdujere, expendiere o pusiere en circulación moneda
cercenada o alterada.
Estructura típica:
Sujeto activo:
Nuevamente puede ser cualquier persona, no hay exigencias especiales.
Sujeto pasivo:
Se repiten las características del delito anterior.
Acción típica:
Estamos de nuevo ante una norma alternativa, en la cual la consumación múltiple sobre el
mismo objeto no multiplica la delictuosidad.
En primer lugar, respecto de las acción es de introducir, expender o poner en circulación me
remito al supuesto anterior.
Por otro lado, tanto el cercenamiento como la alteración hacen necesaria la existencia de una
moneda de curso legal verdadera que, con la acción del agente, pierda parte de su valor,
manteniendo en apariencia el que tenía.
▪ Cercenar: la acción de cercenar implica desmembrar algo, cortarlo; algo que hoy carece
todo sentido, ello aplicaba a la moneda metálica cuyo valor era intrínseco, por lo que al cernerla
– limándola, por ejemplo – perdía su valor.
▪ Alterar: es cambiar o modificar de cualquier otro modo la moneda, dándole la
apariencia de distinto valor. Se trata de una adulteración por la que se aumenta el valor de la
moneda. Por ejemplo, con la superposición de signos.
La parte final de la norma reduce la condena – de seis meses a tres años de prisión – si la
alteración consistiera en cambiar el color de la moneda; ello en tanto se mantenga el grabado
original de la moneda, de no ser así, se aplica la pena de la primer parte.
Elemento subjetivo:
Es un delito doloso que exige dolo directo. Requiere el conocimiento y la voluntad de realización
de la conducta, así como también un dolo especifico que consiste en el fin de hacer circular la
moneda cercenada o alterada.
Para los supuestos de introducción, expendio y puesta en circulación, se aplica lo dicho para la
falsificación.
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282
Atenuantes:
En el artículo 284 del Código Penal se consagra una figura atenuada. Este artículo dispone que
si la moneda falsa, cercenada o alterada se hubiere recibido de buena fe y se expendiere o
circulare con conocimiento de la falsedad, cercenamiento o alteración, la pena será de pesos
argentinos mil a pesos argentinos quince mil.
Un claro ejemplo es el del mozo que recibe esta moneda como propina, y se la entrega como
vuelto a otro comensal.
El hecho en sí tiene como supuesto principal que el sujeto pasivo haya recibido con anterioridad
de buena fe el dinero, es decir que al momento de recibirla ignore la falsedad, cercenamiento o
alteración, de modo que haya sido víctima de la falsificación, pero al momento de expender o
ponerla en circulación debe saber que la moneda es falsa o cercenada.
En este caso hay una menor reprochabilidad que se funda en que el sujeto activo aparece como
una víctima de la falsificación y no como un autor o partícipe de ella y su actuar se encamina
más a evitar un perjuicio patrimonial propio – desprenderse de la moneda falsa lo más rápido
posible – que a cometer un delito. Esta conducta no es delictiva pues solo implica la recepción
de la moneda en la creencia de que es auténtica, la acción se vuelve típica cuando el sujeto que
la recibe de buena fe, la entrega de mala fe.
El sujeto pasivo puede ser cualquiera menos el falsificador y el sujeto que recibe la moneda con
conocimiento de su calidad.
Y, por otro lado, el sujeto pasivo sólo puede ser aquella persona que ha recibido el dinero de
buena fe, no sabiendo que es falso, con lo cual se excluye al falsificador y al que recibe la moneda
o los papeles con conocimiento de calidad
En su artículo 285 el CP establece que a los efectos de los artículos anteriores quedan
equiparados a la moneda nacional, la moneda extranjera, los títulos de la deuda nacional,
provincial o municipal y sus cupones, los bonos o libranzas de los tesoros nacional, provinciales
y municipales, los billetes de banco, títulos, cédulas, acciones, valores negociables y tarjetas de
compra, crédito o débito, legalmente emitidos por entidades nacionales o extranjeras
autorizadas para ello, y los cheques de todo tipo, incluidos los de viajero, cualquiera que fuere
la sede del banco girado.
Según el artículo 287 del CP, serán reprimidos con reclusión o prisión de uno a seis años e
inhabilitación absoluta por doble tiempo, el funcionario público y el director o administrador de
un banco o de una compañía que fabricare o emitiere o autorizare la fabricación o emisión de
moneda, con título o peso inferiores al de la ley, billetes de banco o cualesquiera títulos, cédulas
o acciones al portador, en cantidad superior a la autorizada.
Estructura típica:
Sujeto activo:
Solo pueden ser sujetos activos de este delito los funcionarios públicos o los directores o
administradores de bancos y compañías legalmente facultados para fabricar, emitir o autorizar
la emisión de moneda, billetes o documentos de crédito publico. No incurre en este delito el
impresor que ocupa al fabricante la cantidad que ha impreso en exceso.
Sujeto pasivo:
Aplica lo antes mencionado.
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283
Acción típica:
Consiste en fabricar, emitir o autorizar la fabricación o emisión de la moneda con titulo o peso
inferiores al de la ley, o de billetes de banco o cualesquiera títulos, cedular o acciones al portador
en cantidad superior a la autorizada.
La norma pune la emisión de la moneda metálica de inferior calidad. Para los billetes de banco
– papel moneda – y los documentos de crédito publico, la punición se da cuando se producen
emisiones abusivas, es decir, en cantidades superiores a las permitidas. Por lo tanto, no es típica
la emisión de moneda metálica en cantidades mayores a las autorizadas si se respeta su calidad.
Elemento subjetivo:
Se trata de un delito doloso, por ende, requiere del autor el conocimiento de la calidad de la
moneda metálica o de la cantidad de billetes y papeles que la ley permite, y la voluntad de
fabricarlos, emitirlos o autorizar su fabricación o emisión, apartarse de las prescripciones de la
ley.
Cabe señalar que el artículo 291 del CP, establece que cuando el culpable de alguno de los delitos
comprendidos en los artículos anteriores, fuere funcionario público y cometiere el hecho
abusando de su cargo, sufrirá, además, inhabilitación absoluta por doble tiempo del de la
condena.
Falsificación de sellos:
Consagrado en el artículo 288 del CP, según el cual, este será reprimido con reclusión o prisión
de uno a seis años. La norma contempla dos delitos:
Concluye diciendo que, en estos casos, así como en los de los artículos siguientes, se considerará
falsificación la impresión fraudulenta del sello verdadero.
En primer lugar, debemos aclarar que en ambos casos el sujeto activo del delito puede ser
cualquier persona.
Consiste en falsificar sellos oficiales con los que el estado garantiza determinados signos de
autenticidad y legitimidad de cierta actividad.
Debe tenerse en cuenta que lo falsificado debe ser el instrumento sellador, no la imagen
estampada en él. No reúne los requisitos de tipicidad la adulteración de la imagen del sello ya
estampada, ni la imitación de la imagen del sello, los que constituyen falsificación documental.
No se exige la expendibilidad, sino que haya posibilidad general de inducción a error, porque los
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sellos son comúnmente desconocidos por la mayoría. Queda excluida la simple alteración de un
sello verdadero salvo cuando ésta importa la imitación de otro y la creación de sellos
inexistentes.
Es un delito doloso que requiere el conocimiento de que se esta falsificando un sello verdadero
y la voluntad de imitarlo.
Este delito está consagrado en el artículo 289 del CP, según el cual será reprimido con prisión de
seis meses a tres años:
Estructura típica:
Sujeto activo:
Puede ser cualquier persona, la ley no establece exigencias especiales al respecto. Pero como
veremos, si lo comete un funcionario publico la figura se agrava.
Sujeto pasivo:
Aplica al respecto lo establecido para las demás figuras del título.
Acción típica:
La acción típica es falsificar, con los mismos alcances vistos. Debemos tener en cuenta que los
objetos de este delito son los siguientes:
▪ Marcas y contraseñas: son señales, dibujos, caracteres gráficos, iniciales y demás que
se imprimen o colocan en una cosa para distinguirla de otra, por ejemplo, las etiquetas de una
lata.
▪ Firmas: son las puestas a mano que indica que ese documento se constató y certifico.
Estas marcas o firmas deben ser oficialmente usadas o requeridas para contrastar pesas o
medidas, identificar un objeto, certificar la calidad, cantidad o contenido del objeto.
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285
Lo importante es que las marcas contraseñas o firmas deben emplearse con alguna función
oficial por el estado o que su colocación sea exigida legalmente.
En el segundo párrafo del artículo se pune quien falsificare billetes de empresas públicas de
transporte, como, por ejemplo, trenes.
Finalmente, en su ultimo inciso la norma se refiere a la falsificación, alteración o supresión de la
numeración colocada por la autoridad competente. La numeración es individualizadora de un
objeto y se registra conforme a la ley. El objeto enumerado no necesariamente debe estar
comprendido en lo dispuesto por el artículo 292 del CP.
Elemento subjetivo:
Se trata de un delito doloso que exige que individuo conozca que esta falsificando un sello,
marca, boleto de transporte o alternado la numeración de uno de ellos, y querer hacerlo.
Esta reconocido en el artículo 290 del CP, según el cual será reprimido con prisión de quince días
a un año, el que hiciere desaparecer de cualquiera de los sellos, timbres, marcas o contraseñas,
a que se refieren los artículos anteriores, el signo que indique haber ya servido o sido inutilizado
para el objeto de su expedición.
El que a sabiendas usare, hiciere usar o pusiere en venta estos sellos, timbres, etc., inutilizados,
será reprimido con multa de pesos setecientos cincuenta a pesos doce mil quinientos.
Estructura típica:
Sujeto activo:
Este delito puede ser cometido por cualquier persona.
Sujeto pasivo:
Caben aquí las mismas consideraciones que antes.
Acción típica:
Consiste en hacer desaparecer de los sellos, timbres, marcas o contraseñas a las que se refieren
los artículos anteriores, el signo mediante el cual se los inutiliza. La norma contempla dos
supuestos:
▪ Restauración para su uso: esta consagrado en el primer párrafo del artículo. Aplica en
los casos en que la falsificación se produzca exclusivamente por la acción de hacer desaparecer
los signos de inutilización; ello puede lograrse lavando o borrando los sellos inutilizadores,
rellenando las perforaciones o caladuras para poner el objeto en condiciones de ser usado
nuevamente.
▪ Uso o tráfico de sellos, timbres, marcas o contraseñas restaurados: es el supuesto
consagrado en el segundo párrafo de la norma. Es quien usa tales objetos restaurados para su
destino o para ponerlos a la venta.
Son delitos de pura actividad y de peligro. En el primer caso se consuma cuando ha quedado
concluida la tarea de restauración del objeto, siendo indiferente si se lo usa o no
posteriormente. La tentativa es admisible. En el otro supuesto se consuma cuando se usa el
sello, timbre, etc. restaurado (inutilizado), cuando se lo hace usar por un tercero, o cuando se
pone en venta el objeto inutilizado. La doctrina entiende que es difícil la tentativa.
Elemento subjetivo:
Ambos supuestos son imputables a titulo de dolo. En la restauración se requiere el conocimiento
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286
del carácter del objeto y del signo que se remueve, mas la voluntad de querer hacerlo. En el uso
la presencia del elemento a sabiendas que usa la norma señala la necesidad de que el agente
tenga la certeza de que el objeto que voluntariamente utiliza es restaurado. La recepción de
buena fe no obsta la aplicación de la figura si al utilizarlo conoce de esta situación.
Soler expresa que documento es toda atestación escrita en palabras mediante las cuales un
sujeto expresa algo dotado de significación jurídica, de lo que puede deducir que el documento
debe estar formado por la palabra escrita.
La ley 26.388 introdujo un concepto penal de documento, en el artículo 77 del CP, según dicha
norma este término comprende toda representación de actos o hechos, con independencia del
soporte utilizado para su fijación, almacenamiento, archivo o transmisión. Los términos firma y
suscripción comprenden la firma digital, la creación de una firma digital o firmar digitalmente.
Los términos instrumento privado y certificado comprenden el documento digital firmado
digitalmente.
De esta manera se recogió una definición amplia de documento a los efectos penales, que
comprende tanto el soporte escrito (papel), digital, electrónico, etc. como cualquier otro medio
que nos suministre la tecnología en el futuro. En definitiva, el documento puede definirse como
todo escrito fijado por medio idóneo, debido a un autor determinado, que contenga
manifestaciones y declaraciones de voluntad, destinadas a fundar una pretensión jurídica o a
probar un hecho jurídico trascendente, en una relación procesal o en otra vinculación jurídica.
Todo documento debe reunir los siguientes requisitos:
Especies de documentos:
Instrumento público:
Es el expedido con las formalidades legales correspondientes por un funcionario público
competente (la escritura expedida por escribano, el acta de procedimiento por un policía, el acta
de examen, por un docente).
Por otro lado, el artículo 290 del CCyC dispone que son requisitos de validez del instrumento
público la intervención de un oficial público en los límites de sus atribuciones y competencia
territorial; y, por otro lado, la firma del oficial público, de las partes, y en su caso, de sus
representantes.
Instrumento privado:
Todo instrumento que no sea público, es decir, que las partes otorgan por sí solas, privadamente
sin que medie intervención de un oficial público. Rige el principio de libertad de formas. El CCyC
establece que se trata de instrumentos particulares firmados. La firma prueba la autoría de la
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287
Falsedad material:
Consagrado en el artículo 292 del CP, esta norma establece que el que hiciere en todo o en parte
un documento falso o adultere uno verdadero, de modo que pueda resultar perjuicio, será
reprimido con reclusión o prisión de uno a seis años, si se tratare de un instrumento público y
con prisión de seis meses a dos años, si se tratare de un instrumento privado.
Estructura típica:
Sujeto activo:
Puede ser cualquier persona; en el caso de hacer parcialmente se incluye tanto al propio autor
del acto genuino como a terceros, y en el caso de hacer totalmente, no se admite como sujeto
activo al propio otorgante.
Sujeto pasivo:
Cabe lo antes mencionado, puede serlo cualquier persona.
Acción típica:
Consisten en hacer en todo o en parte un documento falso, o adulterar uno verdadero. Este tipo
de falsedad recae sobre la materialidad del documento, atacando directamente sus signos
escriturales en letras o números.
La imitación no debe ser perfecta, pero si ser idónea para hacer aparecer como verdadero el
documento falso a una persona común y no a un externo o perito.
Analicemos cada acción típica en particular:
▪ Hacer en todo un documento falso: importa una creación; la formación de algo que no
existía partiendo de la nada, es decir, la realización de un documento con las formas, signos y
detalles que caracterizan al original.
▪ Hacer en parte un documento falso: supone incluir en un documento verdadero
manifestaciones que su otorgante no formulo, agregándolas a su texto.
▪ Alterar un documento: implica cambiar lo verdadero, haciendo aparecer como tal a la
versión adulterada. A diferencia de la falsificación en que hay un hacer de la nada, la
adulteración presupone una deformación del documento existente.
El tipo exige que la falsificación se realice de modo que pueda resultar perjuicio. En relación con
este punto, en forma casi unánime se sostiene que el perjuicio tiene un alcance mas amplio que
la afectación de la fe pública, exigiéndose que se vulnere otro bien jurídico distinto. De esta
manera la inexistencia de la posibilidad de perjuicio en relación con otro bien jurídico obstará la
concreción del delito.
Si se trata de instrumentos públicos, el delito se consuma con la acción de creación total o parcial
o la adulteración y con el surgimiento de esos hechos de posibilidad de perjuicio. Coincide con
la acción material. Si se trata de uno privado la consumación ocurre con la utilización, pues con
ella nace la posibilidad de perjuicio. No se admite tentativa.
Elemento subjetivo:
Se trata de un delito doloso. El aspecto cognoscitivo comprende no solo el conocimiento de la
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288
Agravante:
En su segundo párrafo este artículo dispone que, si el documento falsificado o adulterado fuere
de los destinados a acreditar la identidad de las personas o la titularidad del dominio o
habilitación para circular de vehículos automotores, la pena será de tres a ocho años. Se
consagra así un agravante para cuando se falsifique un DNI, pasaporte, entre otros.
Para los efectos del supuesto anterior están equiparados a los documentos destinados a
acreditar la identidad de las personas, aquellos que a tal fin se dieren a los integrantes de las
fuerzas armadas, de seguridad, policiales o penitenciarias, las cédulas de identidad expedidas
por autoridad pública competente, las libretas cívicas o de enrolamiento, y los pasaportes, así
como también los certificados de parto y de nacimiento.
Falsedad ideológica:
En el artículo 293 del Código Penal se reprime con reclusión o prisión de uno a seis años, al que
insertare o hiciere insertar en un instrumento público declaraciones falsas, concernientes a un
hecho que el documento deba probar, de modo que pueda resultar perjuicio.
Si se tratase de los documentos o certificados mencionados en el último párrafo del artículo
anterior, la pena será de tres a ocho años.
Estructura típica:
Sujeto activo:
Cuando la acción es insertar, sólo puede ser sujeto activo el oficial público predispuesto
legalmente para la realización del acto, porque es el único que puede expedir documentos que
gozan de fe pública. Si la acción es la de hacer insertar se incluye a cualquier persona, siempre
que se trate de aquellas a las que la ley pone a cargo la obligación jurídica de realizar una
declaración veraz.
Sujeto pasivo:
En este caso también puede ser cualquier persona, y afecta a la colectividad por lesionar la fe
pública.
Acción típica:
Aguirre Obarrio sostiene que la falsedad ideológica presupone que estamos hablando de un
objeto materialmente genuino
Concretamente, según la norma la acción típica admite dos formas de comisión, insertar o hacer
insertar en un instrumento público declaraciones falsas, concernientes a un hecho que el
documento deba probar, de modo que pueda resultar perjuicio.
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289
dos personas involucradas, el tercero que aporta la declaración falsa y el funcionario publico
que inserta tal declaración en el documento.
En ambos tipos de comisión se requiere que la falsedad recaiga sobre hechos que el documento
está destinado a probar. Solo la falsedad esencial – la que recae sobre el objeto principal)
configura el delito –, no así la falsedad no esencial – aquella que recae sobre elementos
circunstanciales –.
Cabe tener en cuenta que la conducta solo será punible en la medida de que exista un deber de
decir la verdad por parte del otorgante. Si tal deber no existe no hay delito; por lo tanto, no hay
delito si una mujer, por coquetería, miente sobre su edad en una escritura de venta de inmueble,
pero si hay delito si un policía dice en un acta de procedimiento que el hecho se cometió con
armas, cuando en realidad el ladrón estaba desarmado. Además, se requiere que la falsedad
pueda resultar un perjuicio.
Otro punto importante para señalar es que la falsedad ideológica o histórica solo se puede
cometer sobre un documento público y lo que aquel prueba con efectos erga omnes.
La jurisprudencia ha resuelto numerosos casos de falsedad ideológica cometidos por
particulares que hacen insertar declaraciones falsas a funcionarios públicos, como es el caso
hacer insertar al funcionario de la DGI en una declaración jurada, una manifestación falsa acerca
del monto de sus riquezas.
Se consuma cuando el documento publico queda perfeccionado como tal, con todos los signos
de autenticidad que las leyes y reglamentos requieran. La doctrina y la jurisprudencia sostienen
la imposibilidad de la tentativa; D’Alessio, por su parte, entiende que puede haber tentativa
cuando la acción consiste en hacer insertar.
Elemento subjetivo:
El presente es un delito doloso, compatible solo con el dolo directo según D’Alessio. Este
requiere la conciencia acerca del tipo de documento en que se introduce la falsedad, de la
falsedad misma y de la posibilidad de perjuicio.
Nuestro CP establece en su artículo 293 bis, que se impondrá prisión de uno a tres años al
funcionario público que, por imprudencia o negligencia, intervenga en la expedición de guías de
tránsito de ganado o en el visado o legalización de certificados de adquisición u otros
documentos que acrediten la propiedad del semoviente, omitiendo adoptar las medidas
necesarias para cerciorarse de su procedencia legítima.
Estructura típica:
Sujeto activo:
Solo puede serlo el funcionario publico con especifica incumbencia en materia ganadera, es
decir, el que interviene en el seguimiento y contralor del transporte respectivo. Aplica aquí el
concepto de funcionario publico del artículo 77 del CP.
Sujeto pasivo:
No hay exigencias particulares, el sujeto pasivo es toda la comunidad, pues se trata de un delito
contra la fe pública.
Acción típica:
En este caso la acción consiste en intervenir, a raíz de una violación de sus deberes de cuidado
por parte del funcionario público, en la expedición, visado o legalización del documento en
cuestión. La infracción debe consistir en una omisión. Si bien la norma no lo establece, dice
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290
▪ Guía de transido de ganado: es el único documento valido para transitar con ganados
dentro y fuera de una provincia, es local.
▪ Certificado de adquisición del ganado: es el documento, otorgado entre las partes y
visado por el organismo competente, que representa la transmisión de la propiedad del ganado.
▪ Otros documentos que acreditan la propiedad: podrían serlo, por ejemplo, el acta,
escritura o sentencia a través de las cuales el titular de una marca o señal transfiere tal derecho.
Elemento subjetivo:
Se trata de un delito culposo y que, como lo establece la propia norma, admite todas las formas
o modalidades de culpa.
Falsedad impropia:
Este tipo penal esta consagrado en el artículo 294 del CP, y establece que, el que suprimiere o
destruyere, en todo o en parte, un documento de modo que pueda resultar perjuicio, incurrirá
en las penas señaladas en los artículos anteriores, en los casos respectivos.
Estructura típica:
Sujeto activo:
Nuevamente no hay exigencias especiales al respecto por lo que puede ser cometido por
cualquier persona.
Sujeto pasivo:
Hacemos aquí las mismas consideraciones que para los demás delitos.
Acción típica:
La norma habla de suprimir o destruir total o parcialmente un documento publico o privado.
Veamos cada caso:
La supresión o destrucción es parcial cuando afecta partes esenciales del documento sin
destruirlo totalmente. Pero esta no será punible cuando recaiga sobre un ángulo de la hoja en
el cual no hay nada escrito
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291
Elemento subjetivo:
Se trata de un delito doloso. Requiere que el autor actúe con conocimiento del carácter de
documento del objeto sobre el que recae la acción, como así también conciencia de la anulación
de la representatividad probatoria del mismo.
Según el artículo 295 del Código Penal el médico que diere por escrito un certificado falso,
concerniente a la existencia o inexistencia, presente o pasada, de alguna enfermedad o lesión
cuando de ello resulte perjuicio, sufrirá prisión de un mes a un año.
Estructura típica:
Sujeto activo:
Se trata como vemos de un delito de mano propia. el sujeto activo solo puede ser un médico
formalmente habilitado para actuar como tal. Núñez, por su parte, entiende que este delito
puede cometerlo cualquier persona que tenta titulo para ejercer el arte de curar.
Sujeto pasivo:
Lo es toda la comunidad pues se trata de un delito contra la fe pública.
Acción típica:
Consiste en otorgar un documento en el que se hace consagrar una situación distinta a la
realidad; la existencia o inexistencia, presente o pasada, de alguna enfermedad o lesión. La
conducta típica es dar el certificado con tal constancia irreal, de modo que necesariamente debe
operarse su transmisión a terceros, que se imponen de su contenido. Un claro ejemplo es el
medico que extiende un certificado afirmando que el paciente padece una dolencia que en
realidad no sufre, y como consecuencia de ello, el individuo es rechazado en un colegio.
A diferencia de lo que ocurre en las figuras de falsedad vistas hasta ahora, en las cuales solo se
requiere la posibilidad de que la falsedad cause perjuicio, en la figura en análisis es necesario
que el perjuicio efectivamente se produzca. Esto supone que estamos ante una figura de
resultado. En cualquier caso, el perjuicio debe derivar directamente de la atestación escrita en
el documento.
Elemento subjetivo:
Se trata de un tipo penal doloso; y tratándose de una figura de resultado la doctrina entiende
que se puede aceptar el dolo eventual. Exige conocer la falsedad de los datos introducidos.
Agravante:
En su segundo párrafo la norma establece que la pena se eleva y será de uno a cuatro años, si el
falso certificado debiera tener por consecuencia que una persona sana fuera detenida en un
manicomio, lazareto u otro hospital. El fundamento de la agravante es que se priva a la persona
de su libertad.
No interesa si la persona padece cualquier otra enfermedad, en tanto no sea una que lleve a su
encierro en alguno de los establecimientos mencionados:
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292
medico de que la persona esta sana, y que el certificado que emite tendrá por consecuencia su
internación y actúa para lograr ese resultado. Es necesario que el medico este convencido de
que la persona esta sana e igualmente dispone su internación, el error en el diagnostico obsta
la aplicación de este tipo penal.
Este tipo penal está consagrado en el artículo 296 del CP, en norma se establece que el que
hiciere uso de un documento o certificado falso o adulterado, será reprimido como si fuere autor
de la falsedad.
La acción consiste en hacer uso, es decir, emplear, utilizar, un documento certificado falso o
adulterado, de manera que pueda causar un perjuicio a terceros. Aunque la ley no exija esto
ultimo en forma expresa, se entiende que ello es necesario pues se trata de un elemento común
a toda figura de falsedad.
Se trata de un delito doloso que exige conocer la falsedad del documento que se usa; se
consuma con el primer uso del documento.
Equiparación de documentos:
En el artículo 297 del Código Penal se establece que, a los efectos de este capítulo, quedan
equiparados a los instrumentos públicos los testamentos ológrafos o cerrados, los certificados
de parto o de nacimiento, las letras de cambio y los títulos de crédito transmisibles por endoso
o al portador.
La norma excluye las letras de cambio y títulos de créditos enumerados por el artículo 285 del
CP, pues al ser equiparados a la moneda se rigen por las reglas de falsificación de la moneda.
Según el artículo 298 bis del CP, quienes emitan o acepten facturas de crédito que no
correspondan a compraventa, locación de cosas muebles, locación de servicios o locación de
obra realmente contratadas, serán sancionados con la pena prevista en el artículo 293.
Igual pena les corresponderá a quienes injustificadamente rechacen o eludan la aceptación de
factura de crédito, cuando el servicio ya hubiese sido prestado en forma debida, o reteniendo
la mercadería que se le hubiere entregado.
Estamos en presencia de un documento privado al que la ley ha querido otorgar mayor
protección por la función que esta llamado a cumplir.
Se trata del supuesto consagrado en la primer parte de la norma cuando se refiere a quienes
emitan o acepten facturas de crédito que no correspondan a compraventa, locación de cosas
muebles, locación de servicios o locación de obra realmente contratadas.
Sujeto activo:
Se trata de un tipo especial ya que solo puede ser cometido por el vendedor o locador –
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293
Sujeto pasivo:
Es nuevamente toda la comunidad por tratarse de un delito contra la fe pública, por lo que caben
las mismas consideraciones efectuadas anteriormente.
Acción típica:
Las acciones propuestas por la norma son dos. En primer lugar, se refiere a emitir la factura, lo
que consiste en extender la misma y entregarla; luego se refiere a la acción de aceptar la factura,
es decir, admitir la obligación, como parte del contrato, de conformidad a lo estipulado en ella.
Como enseña D’Alessio, el acto típico es una falsedad ideológica, se documenta una operación
ficticia con la finalidad de beneficiar a una de las partes generando un derecho crediticio que
nace de la operación simulada o fraudulenta. Si la falsificación fuese material se aplicará el 292
por la equiparación del 297.
Algunos autores plantean que se consuma con la sola confección de la factura con todos sus
requisitos, otros que la consumación se da cuando se emite o acepta la factura, es decir, cuando
se la utiliza.
Elemento subjetivo:
Esta figura requiere de dolo directo, lo que supone la voluntad de realizar la acción típica, sobre
la base del conocimiento cierto del carácter simulado de la operación representada por la
factura de crédito.
Sujeto activo:
En este caso solo puede ser sujeto activo el comprador o locatario de la operación, puesto que
es quien debe aceptar la factura de crédito correctamente emitida por el vendedor o locador.
Sujeto pasivo:
Hacemos las mismas consideraciones.
Acción típica:
La norma habla de rechazar o eludir injustificadamente la aceptación de la factura de crédito.
En primer lugar, diremos que estas acciones denotan una oposición por parte del agente, y dicha
oposición debe ser injustificada, sin motivo o no autorizada. Ahora bien, el rechazo – según
dispone la norma – debe darse cuando el servicio ya hubiese sido prestado en forma debida, o
reteniendo la mercadería que se le hubiere entregado.
Se trata de un delito de pura actividad, que se consuma con el rechazo de la factura o la elusión
de su aceptación. La tentativa no resulta admisible.
Elemento subjetivo:
Se trata de un delito doloso de dolo directo que exige el conocimiento de que se rechaza un
titulo correctamente emitido y la inexistencia de un motivo que justifique la no aceptación.
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294
Disposiciones comunes:
Según el artículo 299 del Código Penal sufrirá prisión de un mes a un año, el que fabricare,
introdujere en el país o conservare en su poder, materias o instrumentos conocidamente
destinados a cometer alguna de las falsificaciones legisladas en este Título.
Estructura típica:
Sujeto activo:
No se han establecido exigencias particulares al respecto por lo que cualquier persona puede
convertirse en autora de este delito.
Sujeto pasivo:
Como en todos los delitos contra la fe pública, el sujeto pasivo es toda la comunidad.
Acción típica:
Consiste en fabricar, introducir en el país, o conservar en su poder materias o instrumentos
destinados a cometer alguna de las falsificaciones de este título. Analicemos cada una de estas
acciones:
Una vez dicho esto, debemos tener en cuenta que la norma enumera una serie de objetos típicos
para que la conducta pueda subsumirse en este tipo penal, tales son:
▪ Materia: es toda sustancia que pueda servir para la falsificación, por ejemplo, papeles,
tintas, metales, etcétera.
▪ Instrumento: es el ingenio o máquina, en cuanto piezas combinadas adecuadamente
para la finalidad expresada por la ley.
Se trata de un delito de peligro abstracto y de pura actividad, que se consuma con la realización
de las acciones típicas de fabricar, introducir o tener el objeto destinado a la falsificación. La
tentativa es posible, por ejemplo, el sujeto es descubierto por las autoridades cuando intenta
introducir materias o instrumentos al país.
Elemento subjetivo:
El presente es un delito doloso que requiere que el autor obre a sabiendas del destino de los
objetos, es decir, el agente debe tener conocimiento de la idoneidad en potencia de los
elementos falsificadores y se su posible empleo ilícito.
Se ha negado que los delitos previstos en este capitulo constituya verdaderos delitos contra la
fe pública. Sin embargo, si bien los fraudes al comercio y a la industria no lesionan la fe pública
como verdad o veracidad certificada por ciertos signos que otorgan autenticidad probatoria, si
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295
Agiotaje:
Este delito esta previsto en el primer párrafo del artículo 300 del CP, según se impondrá prisión
de seis meses a dos años, a quien hiciere alzar o bajar el precio de las mercaderías por medio de
noticias falsas, negociaciones fingidas o por reunión o coalición entre los principales tenedores
de una mercancía o género, con el fin de no venderla o de no venderla sino a un precio
determinado.
Estructura típica:
Sujeto pasivo:
Autor del delito solo puede ser el tenedor de las mercaderías, fondos públicos o valores; ello
implica que estamos frente a un delito especial propio.
Sujeto pasivo:
Se trata de toda la sociedad, pero como dije mas arriba, por atentar contra los negocios y la
industria.
Acción típica:
Consiste en producir, por medios fraudulentos enunciados por la norma, el alza o baja efectiva,
en cualquier medida, de los precios reales de las mercaderías, fondos o valores. Los medios
fraudulentos previstos en la norma son de carácter taxativo:
Cuando hablamos de mercaderías lo estamos haciendo en los términos del artículo 77 del CP,
es decir, toda clase de efectos susceptibles de expendio. Por otro lado, fondos públicos son
títulos de la renta pública emitidos por el estado – en sentido amplio –. Valores son los títulos
valores emitidos por entidades particulares que pueden ser objeto de comercialización pública.
Es una figura de resultado; el delito se consuma al concretarse el alza o baja del precio, lo que
no es preciso que se produzca en todo el país, pudiendo tener alcance local. Admite la tentativa.
Elemento subjetivo:
Este delito requiere dolo directo. Asimismo, posee un elemento subjetivo característico, dado
por el fin de no vender o de no vender sino a un precio determinado, que debe existir al
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296
momento del acuerdo, o surgir como dirección expresa en un momento dado a una asociación
preexistente.
Se trata del supuesto previsto en el segundo párrafo del artículo 300 del Código Penal de la
Nación. Según la citada norma el fundador, director, administrador, liquidador o síndico de una
sociedad anónima o cooperativa o de otra persona colectiva, que a sabiendas públicare,
certificare o autorizare un inventario, un balance, una cuenta de ganancias y pérdidas o los
correspondientes informes, actas o memorias, falsos o incompletos o informare a la asamblea
o reunión de socios, con falsedad, sobre hechos importantes para apreciar la situación
económica de la empresa, cualquiera que hubiere sido el propósito perseguido al verificarlo,
será reprimido con prisión de seis meses a dos años.
Estructura típica:
Sujeto activo:
Solo pueden ser sujetos activos de este delito los mencionados en la norma, es decir, fundador,
director, administrador, liquidados o sindico de cualquier tipo de personas colectivas, facultado
por la ley o los estatutos para autorizar o públicar un balance o informe que se deba autorizar y
públicar.
Sujetos pasivo:
Cabe remitirse a lo dicho en supuesto anterior.
Acción típica:
En cuanto a la acción típica, la norma se refiere en primer lugar a públicar, certificar o autorizar,
y luego habla de informar. Todas ellas denotan el dar a conocer algo.
▪ Públicar, certificar o autorizar: estos actos deben realizarse conforme la ley o los
estatutos lo prevean, la norma establece que debe recaer sobre un inventario, un balance, una
cuenta de ganancias y pérdidas o los correspondientes informes, actas o memorias. Pero
además de ello, para que se configure la tipificad se exige que tales objetos sean falsos o
incompletos.
▪ Informar falsamente: en su segunda parte la norma se refiere a la acción de informar
falsamente a la asamblea o reunión de socios – según el tipo societario del que se trate – sobre
hechos importantes para apreciar la situación económica de la empresa.
Se consuma por el solo hecho de públicar, certificar o autorizar los mencionados instrumentos
o de informar en la asamblea. No requiere para su consumación ningún resultado o perjuicio
material para persona determinada.
Elementos subjetivo:
Es un delito doloso. La norma exige que sujeto actúe a sabiendas de la falsedad, sin que se
requiera que persiga un fin específico. Así surge de la última parte de la norma, dice que la pena
se impondrá cualquiera que hubiere sido el propósito perseguido al verificarlo.
Para Creus la voz a sabiendas que emplea la norma es redundante, toda vez que no hay falsedad
sin un conocimiento cierto, eliminando toda posibilidad de dolo directo.
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Atenuante:
En el artículo 300 bis del CP se consagra una figura atenuada, dicha norma establece que cuando
tales hechos hubieren sido realizados con el fin de ocultar la comisión de los delitos previstos en
los artículos 258 y 258 bis – cohecho –, se impondrá pena de prisión de uno a cuatro años y
multa de dos a cinco veces el valor falseado en los documentos y actos a los que se refiere el
inciso mencionado.
Este delito se encuentra tipificado en el artículo 300 del Código Penal de la Nación, según el cual
será reprimido con prisión de seis meses a dos años, el director, gerente, administrador o
liquidador de una sociedad anónima, o cooperativa o de otra persona colectiva que a sabiendas
prestare su concurso o consentimiento a actos contrarios a la ley o a los estatutos, de los cuales
pueda derivar algún perjuicio.
Estructura típica:
Sujeto activo:
Nuevamente estamos frente a un delito especial propio que solo puede ser cometido por alguno
de los sujetos enumerados por la norma.
Antes de la sanción del CCyC se discutía si este artículo contemplaba a las sociedades civiles y
comerciales, o solo a estas últimas.
Sujeto pasivo:
Hacemos las mismas consideraciones que antes.
Acción típica:
La norma habla del que prestare su concurso o consentimiento a actos contrarios a la ley o
estatutos, de los cuales pueda derivar un perjuicio.
En ambos casos para que la acción sea delictiva se exige que los actos en cuestión sean, como
dije, pasibles de causar un perjuicio; es decir, se trata de un delito de peligro abstracto.
Elemento subjetivo:
El delito es doloso. El acto ilegal no debe consistir en una mera negligencia o descuido, sino que
debe ser ejecutado a sabiendas, con conocimiento de su ilegalidad y del perjuicio que puede
generar.
Agravante:
En su segunda parte la norma eleva la pena máxima a tres años de prisión – siempre que el
hecho no importare un delito más severamente penado – cuando el acto importare emisión de
acciones o de cuotas de capital. Se trata entonces, de un delito subsidiario.
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298
Juego ilegal:
Según el artículo 301 bis del CP se pune con prisión de tres a seis años al que explotare,
administrare, operare o de cualquier manera organizare, por sí o a través de terceros, cualquier
modalidad o sistema de captación de juegos de azar sin contar con la autorización pertinente
emanada de la autoridad jurisdiccional competente.
En primer lugar, corresponde aclarar que no se entiende la inclusión de la figura en este título
porque genera confusión a la hora de definir el bien jurídico protegido, podemos decir que lo
que se protege es el normal desenvolvimiento del sector del tráfico negocial relacionado con los
juegos de azar que se ve opacado cuando se desarrollan actividades de este tipo al margen de
las autorizaciones estatales correspondientes lo que los convierte en ilegales.
Estructura típica:
Sujeto activo:
Sujeto activo puede ser cualquier persona que desarrolle las acciones típicas. Al tratarse de un
delito común de autoría indiferenciada serían posibles todas las formas de autoría y
participación.
Sujeto pasivo:
Debido a su inclusión en este título diremos que serán todas las personas, pues se protege la fe
pública.
Acción típica:
Al describir el tipo penal el codificador habla de cuatro acciones típicas, explotar, administrar,
operar y organizar juegos de azar sin la autorización pertinente.
▪ Explotar: la palabra explotar se define, en una de sus acepciones como sacar utilidad de
un negocio o industria en provecho propio.
▪ Administrar: consiste en dirigir o gestionar actividades de azar, pero no solo la actividad
en si misma sino también la acción de administrar (en el sentido del derecho privado) y dirigir
una institución, asociación, sociedad o cualquier ente colectivos que se dedique a realizar tales
actividades relacionadas con el juego.
▪ Operar: en lo que atañe al delito en cuestión la acción es comprensiva de todas aquellas
actividades relacionadas con el juego consistentes en la puesta en marcha del mismo, así como
las actividades propias del tracto jurídico lúdico como la negociación, la especulación y otras
operaciones de este corte. También están incluidas aquí la operación de toda maquinaria,
elementos, bienes muebles y dispositivos tecnológicos o de cualquier tipo utilizados para el
juego de azar.
▪ Organizar: significa la dirección de una actividad, elección de personas y medios,
impartición de directrices, división de actividades y trabajo, y coordinación de todos estos
factores, dirigidos a la realización de actividades lúdicas.
Fuera del plano normativo se define al juego de azar como aquel cuyo resultado no depende de
la habilidad o destreza de los jugadores, sino exclusivamente de la suerte; al decir el tipo
“cualquier modalidad o sistema de captación” significa que el termino esta utilizado en su uso
común, no técnico, por lo que no cabe buscar su definición en ninguna norma.
Elemento subjetivo:
La figura requiere dolo y solo sería compatible con el dolo directo, la acción debe estar orientada
LORENZO GROSSO
CÁTEDRA: STRAMAZZO – MOROSANO - PEIRONE
299
Estas figuras tutelan la fe pública. En este caso se trata de la confianza que debe merecer el
cheque como instrumento de inmediata realización como orden de pago y como procedimiento
para facilitar las transacciones comerciales, evitando el movimiento de la moneda.
Por otro lado, debemos tener en cuenta que las hipótesis previstas en este artículo son figuras
subsidiarias. La punibilidad de una conducta a la luz del artículo 302, está condicionada a que no
concurra el delito de estafa, pues este desplaza la figura prevista en este título. En tal sentido,
se ha entendido que no hay estafa si el cheque fue entregado en pago de una obligación
contraída con anterioridad. Hay estafa si la entrega del cheque es el ardid empleado para
obtener la contraprestación patrimonial.
Según el artículo 302 del CP, será reprimido con prisión de seis meses a cuatro años e
inhabilitación especial de uno a cinco años el que dé en pago o entregue por cualquier concepto
a un tercero un cheque sin tener provisión de fondos o autorización expresa para girar en
descubierto, y no lo abonare en moneda nacional dentro de las veinticuatro horas de habérsele
comunicado la falta de pago mediante aviso bancario, comunicación del tenedor o cualquier
otra forma documentada de interpelación.
Esta figura no aplica al cheque de pago diferido, pues no es utilizado como medio de pago sino
como medio de crédito. Es el único supuesto del artículo 302 del CP que no aplica, según surge
de la ley de cheques.
Estructura típica:
Sujeto activo:
El autor de este delito solo puede ser el titular de la cuenta corriente, pues es quien debe tener
provisión de fondos o autorización para girar en descubierto; el endosante no puede ser sujeto
activo. Se trata de un delito especial propio en el que la calidad especial del sujeto es
determinante para la existencia del delito.
Los endosantes o el simple tenedor del cheque, en principio, están exentos de responsabilidad
penal, pero pueden ser imputados en calidad de instigadores o participes (primarios o
secundarios) del autor principal. La coautoría puede darse en cuentas conjuntas que requieren
la firma de ambos libradores.
Sujeto pasivo:
Estamos ante un supuesto de iguales características que los anteriores. Se trata de toda la
sociedad.
Acción típica:
El verbo típico es dar en pago o entregar por cualquier concepto un cheque sin tener provisión
de fondos o autorización expresa del banco para girar en descubierto, y no abonarlo dentro del
plazo que establece la ley. Dar en pago es cancelar una obligación con el cheque, y entregar
supone poner el cheque en poder de otro.
En lo que respecta a la falta de fondos y autorización para girar en descubierto Borinsky sostiene
LORENZO GROSSO
CÁTEDRA: STRAMAZZO – MOROSANO - PEIRONE
300
que ello se produce cuando el cheque es puesto en circulación sin contar con los fondos
suficientes para atender al pago. Otros autores entienden que la falta de fondos debe darse al
momento de presentarse el tenedor a su cobro, independientemente de que ocurrió al
momento de la entrega. Cabe destacar que esta expresión no se refiere estrictamente a que
carezca de fondos totalmente en la cuenta bancaria, basta con que los fondos depositados no
alcancen a cubrir el importe del cheque.
Ahora bien, el núcleo de la acción es el libramiento del documento, pues uno de los requisitos
esenciales del cheque es la firma del librador y el sujeto activo solo puede ser el titular de la
cuenta corriente. Puede ser que la puesta en circulación la haga otro, pero el titular de la cuenta
debe suscribir el documento.
De modo que no basta con entregar el cheque sin fondos, ya que el delito no quedara
consumado si el librador luego abona su importe en moneda nacional dentro de las veinticuatro
horas de interpelación. En otras palabras, el delito se consuma si el librador deja transcurrir las
veinticuatro horas referidas sin abonar el importe.
Para que se configure el delito es preciso que al librador se le haya comunicado la falta de pago,
ya sea mediante aviso bancario, o por comunicación del tenedor, o por cualquier otra forma
documentada de interpelación.
Elemento subjetivo:
Se trata de un delito doloso. El dolo exige el conocimiento de la totalidad de la estructura típica,
tanto la conciencia y voluntad de entregar el cheque, como la conciencia y voluntad, incluso
eventual, de no pagar su importe dentro de las veinticuatro horas de haberse comunicado el
rechazo.
En el segundo inciso del artículo 302 del CP se impone prisión de seis meses a cuatro años e
inhabilitación especial de uno a cinco años al que dé en pago o entregue, por cualquier concepto
a un tercero un cheque, a sabiendas de que al tiempo de su presentación no podrá legalmente
ser pagado
Estructura típica:
Sujeto activo:
De nuevo se trata de un delito propio. Solo puede ser cometido por el titular de la cuenta
corriente bancaria.
Sujeto pasivo:
Lo es toda la comunidad, se trata de un delito contra la fe pública, lo que implica que es pasible
de afectar a un número indeterminado de personas.
Acción típica:
Consiste en dar en pago o entregar un cheque a sabiendas que no podrá ser legalmente pagado.
Al igual que en el caso anterior implica librar el cheque.
Debemos tener en cuenta que la causa de la imposibilidad de pago debe existir al momento de
la entrega del cheque y no sobrevenir con posterioridad. La existencia de fondos en la
oportunidad del libramiento no resulta relevante a los fines de la tipicidad objetiva, pues lo
decisivo es la existencia de razones que impidan pagar el cheque. Incurre en este delito quien
libra un cheque luego de la declaración de quiebra, o si tiene embargados los fondos en la cuenta
corriente.
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CÁTEDRA: STRAMAZZO – MOROSANO - PEIRONE
301
Se consuma con el libramiento del cheque, es decir con la entrega de este a un tercero, sabiendo
que no podrá legalmente ser pagado al tiempo de su presentación al banco. No se requiere la
presentación al cobro ni el rechazo de este. Otra postura entiende que se trata de un delito de
resultado que exige que el documento sea rechazado. La tentativa no parece admisible.
Elemento subjetivo:
Requiere dolo directo y se excluye el eventual según D’Alessio en atención a que la figura
contiene un elemento subjetivo distinto del dolo, que es el entregar el cheque a sabiendas de
que no podrá ser legalmente pagado.
Es el supuesto del inciso 3 del artículo 302 del CP, según el cual será reprimido con prisión de
seis meses a cuatro años e inhabilitación especial de uno a cinco años el que librare un cheque
y diera contraorden para el pago, fuera de los casos en que la ley autoriza a hacerlo, o frustrare
maliciosamente su pago.
Estructura típica:
Sujeto activo:
Es un delito especial propio, toda vez que la contraorden pago solo puede ser dada por el
librador del cheque.
Sujeto pasivo:
Me remito a lo dicho para el delito anterior.
Acción típica:
La norma en análisis contiene dos supuestos; el bloqueo de pago del cheque y la frustración
maliciosa de pago.
En el caso del bloqueo de cheque, para algunos cuando se da la contraorden de pago, para otros
cuando ocurre el rechazo del cheque. Esta última posición requiere que el cheque sea
presentado en el banco. En el caso de la frustración maliciosa del pago del cheque, se exige la
producción de un resultado que es la frustración maliciosa del cheque como orden de pago. Se
discute la tentativa.
Elemento subjetivo:
Se trata de un delito doloso. En el caso del bloqueo de cheque requiere el conocimiento y
voluntad de los distintos tramos que conforman la conducta delictiva, es decir del libramiento
del queque y de que la contraorden de pago es dada fuera de los limites legales. En el caso de
LORENZO GROSSO
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302
la frustración maliciosa además del dolo, requiere una especial característica de naturaleza
psíquica, pues se exige que la frustración del pago provenga de una determinación maliciosa.
Es el ultimo tipo penal contenido en el artículo 302 del CP. Según la norma será reprimido con
prisión de seis meses a cuatro años e inhabilitación especial de uno a cinco años, el que librare
un cheque en formulario ajeno sin autorización.
Estructura típica:
Sujeto activo:
A diferencia de los restantes delitos previstos en este artículo, este es un delito común, es decir,
puede ser cometido por cualquier persona, a excepción del titular de la cuenta corriente.
Sujeto pasivo:
Afecta al titular de la cuenta corriente y a toda la comunidad, como cualquier otro delito contra
la fe pública.
Acción típica:
Consiste en librar un cheque en formulario ajeno sin autorización. La libranza se constituye con
la suscripción y puesta en circulación del cheque.
No debe confundirse esta figura con la de falsificación de la firma del verdadero titular del
cheque, pues en tal caso, habría falsificación de cheque y el hecho encuadraría en el artículo 292
del CP.
La norma exige que el libramiento tiene que hacerse sin autorización. Este elemento complica
extraordinariamente el tipo, ya que el titular de una cuenta no puede autorizar a otro a que libre
cheques en los formularios que corresponden a aquella. Por ello, dice Buompadre, el supuesto
de autorización que excluye la tipicidad queda entonces para los casos de cuentas en que,
perteneciendo a personas ideales, se requiere la expresa autorización de los órganos de
dirección.
El hecho se consuma con la libranza del cheque, siendo indiferente que por este medio se cause
algún perjuicio. No parece admisible la tentativa.
Elemento subjetivo:
Admite tanto el dolo directo como el eventual; requiere el conocimiento de no hallarse
autorizado por el banco para la libranza de cheques contra esa cuenta corriente. La duda acerca
de la ajenidad de la formula o falta de autorización puede constituir dolo eventual.
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303
La ley 26683 – de junio del 2011 – incorporo al Código Penal un Titulo XIII con la denominación
“Delitos contra el orden económico y financiero” en el cual se tratan delitos como el lavado de
activos y se regula la responsabilidad penal de las personas jurídicas.
Cabe tener en cuenta que la sanción de esta ley en gran parte se debe a la presión internacional.
Efectivamente, el Grupo de Acción Financiera Internacional – GAFI – perteneciente a la ONU y
cuyas resoluciones son obligatorias para nuestro país por haber suscripto la Convención contra
la Delincuencia Organizada Trasnacional, señalo que nuestro país debía modificar su legislación.
Lavado de activos:
Estructura típica:
Sujeto activo:
El delito de lavado de activos no exige ninguna cualidad en el sujeto activo, por lo que toda
persona puede cometer el delito.
Sujeto pasivo:
Este tipo penal ya no se ubica en los delitos contra la administración pública, sino que se lo
encuadra en este nuevo título, puesto que se ha entendido que, además de afectar la estabilidad
del sistema financiero, las acciones de lavado de activos lesionan el desarrollo económico y la
libre competencia:
Acción típica:
La incorporación e integración demanda una acción financiera compleja, sofisticada e
inteligente destinada a introducir, de manera disimulada, bienes de origen ilícito al sistema
económico formal, con la finalidad de que adquieran apariencia de obtención lícita para su
aprovechamiento normal.
Las acciones típicas consisten en convertir, transferir, administrar, vender, gravar, disimular y,
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304
▪ Convertir: convierte quien transforma, cambia, muda una cosa. La acción supone el
cambio de un bien obtenido de la comisión de un delito por otro de naturaleza distinta.
▪ Transferir: transfiere quien cede un bien a un tercero a cualquier título. La transferencia
de la cosa comprende tanto su transmisión a terceras personas como su traslado de un lugar a
otro.
▪ Administrar: administra quien tiene el gobierno y la dirección del dinero o de los bienes
obtenidos ilícitamente. El giro lingüístico, en este caso, abarca tanto el cuidado como el manejo
de estos objetos.
▪ Vender: vende quien transmite a otro un bien a título oneroso;
▪ Gravar: grava el bien quien constituye sobre él un derecho real de garantía (por ejemplo,
prenda o hipoteca).
▪ Disimular: disfrazar u ocultar algo, para que parezca distinto de lo que es; este supuesto
fue incorporado, pues no estaba contemplado en el artículo 278 que antes tipificara este delito.
Al igual que el derogado artículo 278 del Código Penal, también el artículo 303 consagra un tipo
penal abierto que con esta fórmula pretende abarcar todas las modalidades de comisión
posibles, al utilizar la expresión de cualquier otro modo pusiere en circulación supone la
ejecución de toda forma de movimiento de los productos, monedas, signos de crédito y, en
general, de la riqueza.
En cuanto al objeto material del delito lo constituyen los bienes provenientes de un ilícito penal.
Coinciden distintas convenciones que bienes son los activos de cualquier tipo, corporales o
incorporales, muebles o raíces, tangibles o intangibles, y documentos o instrumentos legales
que acrediten la propiedad u otros derechos sobre dichos activos.
Estos bienes pueden ser el objeto material del delito precedente – los bienes originarios – o
ser un producto derivado de este – los subrogantes –.
La expresión provenientes de un ilícito penal vino a reemplazar a “provenientes de un delito”
conforme establecía el artículo 278 del Código Penal. Se entendió que ello elimina la posible
discusión en torno a si debería requerirse sentencia condenatoria para su prueba o si, por el
contrario, resulta suficiente la mera acreditación de un injusto que, como concepto de delito en
abstracto, satisfaga la exigencia típica.
Se fija un límite cuantitativo como requisito: la figura establece que el valor de los bienes debe
superar la suma de 300.000 pesos, sea en un solo acto o por la reiteración de hechos diversos
vinculados entre sí.
El delito de lavado de activos se consuma cuando se ejecutan las acciones típicas sobre los
bienes de origen ilícito con aptitud suficiente para que se produzca como resultado la posibilidad
de que éstos adquieran apariencia de origen lícito.
Al ser acciones que son siempre de resultado, admite la tentativa, con las dificultades propias
que derivan de su carácter de delito de peligro concreto y de las que habitualmente se presentan
en orden a la delimitación entre actos preparatorios y ejecutivos.
Elemento subjetivo:
El delito de lavado de activos es doloso, no admite la culpa. El autor debe saber el origen ilícito
de los bienes y, además, debe tener por fin que los bienes adquieran la apariencia de tener un
origen lícito, con lo cual se exige el dolo directo. Es un delito de intención orientado
subjetivamente hacia un fin concreto.
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305
Agravantes:
En su segundo inciso el artículo 303 del CP establece que la pena prevista para el caso anterior
será aumentada en un tercio del máximo y en la mitad del mínimo, en los siguientes casos:
▪ Cuando el autor realizare el hecho con habitualidad o como miembro de una asociación
o banda formada para la comisión continuada de hechos de esta naturaleza.
▪ Cuando el autor fuera funcionario público que hubiera cometido el hecho en ejercicio u
ocasión de sus funciones. En este caso, sufrirá además pena de inhabilitación especial de tres a
diez años. La misma pena sufrirá el que hubiere actuado en ejercicio de una profesión u oficio
que requirieran habilitación especial.
Receptación:
En el tercer inciso del artículo se establece que el que recibiere dinero u otros bienes
provenientes de un ilícito penal, con el fin de hacerlos aplicar en una operación de las previstas
en el inciso 1, que les dé la apariencia posible de un origen lícito, será reprimido con la pena de
prisión de seis meses a tres años.
Se trata de quien recibe los bienes que provienen de un ilícito penal para hacerlos aplicar por
otro en una operación de lavado de activos.
En tal sentido, constituiría un intento de tipificación autónoma de un acto preparatorio de
lavado -si es que el valor de los bienes recibidos supera la suma de 300.000 pesos-.
Atenuante:
Esta contemplado en el inciso 4 del artículo que reduce la pena – que será de prisión de seis
meses a tres años – si el valor de los bienes no supera la suma de $300.000.
Gabriel Vitale sostiene que la norma es incongruente con la idea del lavado de activos como
delito del crimen organizado que atenta contra el orden económico y financiero.
La cuantía de las operaciones de lavado de activos –más allá de la valoración que se haga sobre
la suficiencia o insuficiencia del monto fijado para su configuración- es un umbral a partir del
cual pueda valorarse la posible afectación concreta del bien jurídico. Cuesta imaginar cómo una
operación financiera de $10.000 pueda lesionar el orden económico y financiero.
Extraterritorialidad:
En su último inciso la norma establece que las disposiciones de este artículo regirán aun cuando
el ilícito penal precedente hubiera sido cometido fuera del ámbito de aplicación espacial del
Código Penal, en tanto el hecho que lo tipificara también hubiera estado sancionado con pena
en el lugar de su comisión.
Consagra la extensión del principio de extraterritorialidad de la ley penal, fundada en el carácter
transnacional de estos delitos y en el marco internacional de ayuda mutua.
Si bien, la norma encuentra justificación lógica, puede ser fuente de conflictos de competencia
y, asimismo, considerada transgresora del principio non bis in ídem.
Cabe aclarar que este tema es estudiado en profundidad en Derecho Penal Parte General al
tratar la teoría del delito – y particularmente el elemento acción –. Según el artículo 304 del
Código Penal de la nación cuando los hechos delictivos previstos en el artículo precedente
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306
▪ Multa de dos a diez veces el valor de los bienes objeto del delito.
▪ Suspensión total o parcial de actividades, en ningún caso podrá exceder de diez años.
▪ Suspensión para participar en concursos o licitaciones estatales de obras o servicios
públicos o en cualquier otra actividad vinculada con el Estado, que en ningún caso podrá exceder
de diez años.
▪ Cancelación de la personería cuando hubiese sido creada al solo efecto de la comisión
del delito, o esos actos constituyan la principal actividad de la entidad.
▪ Pérdida o suspensión de los beneficios estatales que tuviere.
▪ Públicación de un extracto de la sentencia condenatoria a costa de la persona jurídica.
Para graduar estas sanciones, los jueces tendrán en cuenta el incumplimiento de reglas y
procedimientos internos, la omisión de vigilancia sobre la actividad de los autores y partícipes,
la extensión del daño causado, el monto de dinero involucrado en la comisión del delito, el
tamaño, la naturaleza y la capacidad económica de la persona jurídica.
Cuando fuere indispensable mantener la continuidad operativa de la entidad, o de una obra, o
de un servicio en particular, no serán aplicables la suspensión total o parcial de sus actividades,
ni la cancelación de la personería.
Según el artículo 305 del CP desde el inicio de las actuaciones judiciales, el juez podrá adoptar
las medidas cautelares suficientes para asegurar la custodia, administración, conservación,
ejecución y disposición del o de los bienes que sean instrumentos, producto, provecho o efectos
relacionados con los delitos previstos en los artículos precedentes.
En operaciones de lavado de activos, serán decomisados de modo definitivo, sin necesidad de
condena penal, cuando se hubiere podido comprobar la ilicitud de su origen, o del hecho
material al que estuvieren vinculados, y el imputado no pudiere ser enjuiciado por motivo de
fallecimiento, fuga, prescripción o cualquier otro motivo de suspensión o extinción de la acción
penal, o cuando el imputado hubiere reconocido la procedencia o uso ilícito de los bienes.
Los activos que fueren decomisados serán destinados a reparar el daño causado a la sociedad,
a las víctimas en particular o al Estado. Sólo para cumplir con esas finalidades podrá darse a los
bienes un destino específico.
Todo reclamo o litigio sobre el origen, naturaleza o propiedad de los bienes se realizará a través
de una acción administrativa o civil de restitución. Cuando el bien hubiere sido subastado sólo
se podrá reclamar su valor monetario.
Según el primer inciso del artículo 306 del CP será reprimido con prisión de cinco a quince años
y multa de dos a diez veces del monto de la operación, el que directa o indirectamente
recolectare o proveyere bienes o dinero, con la intención de que se utilicen, o a sabiendas de
que serán utilizados, en todo o en parte:
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307
Cabe recordar que el artículo 41 quinques del CP consagra una agravante genérica para aquellos
casos en que cualquiera de los delitos es cometido con la finalidad de aterrorizar a la población
u obligar a las autoridades públicas nacionales o gobiernos extranjeros o agentes de una
organización internacional a realizar un acto o abstenerse de hacerlo, la escala se incrementará
en el doble del mínimo y el máximo. Las agravantes previstas en este artículo no se aplicarán
cuando el o los hechos de que se traten tuvieren lugar en ocasión del ejercicio de derechos
humanos y/o sociales o de cualquier otro derecho constitucional.
Por otro lado, el artículo 306 sigue diciendo que las penas establecidas se aplicarán
independientemente del acaecimiento del delito al que se destinara el financiamiento y, si éste
se cometiere, aún si los bienes o el dinero no fueran utilizados para su comisión.
Si la escala penal prevista para el delito que se financia o pretende financiar fuera menor que la
establecida en este artículo, se aplicará al caso la escala penal del delito que se trate.
Las disposiciones de este artículo regirán aun cuando el ilícito penal que se pretende financiar
tuviere lugar fuera del ámbito de aplicación espacial de este Código, o cuando en el caso del
inciso b) y c) la organización o el individuo se encontraren fuera del territorio nacional, en tanto
el hecho también hubiera estado sancionado con pena en la jurisdicción competente para su
juzgamiento.
Es un delito doloso, de dolo directo. Pero, además, el tipo exige la concurrencia de un elemento
intencional específico, que consiste en realizar las actividades finalistas descriptas en el precepto
legal, intención que es suficiente para perfeccionar el tipo.
Este tipo penal esta previsto por el CP en el artículo 307, se reprime con prisión de uno a cuatro
años, multa equivalente al monto de la operación, e inhabilitación especial de hasta cinco años,
el director, miembro de órgano de fiscalización, accionista, representante de accionista y todo
el que por su trabajo, profesión o función dentro de una sociedad emisora, por sí o por persona
interpuesta, suministrare o utilizare información privilegiada a la que hubiera tenido acceso en
ocasión de su actividad, para la negociación, cotización, compra, venta o liquidación de valores
negociables.
Como vemos, siguiendo el modelo europeo, nuestro legislador ha tutelado la transparencia,
lealtad y buena fe como elementos que deben caracterizar el funcionamiento del mercado de
valores.
Estructura típica:
Sujeto activo:
Pueden ser autores de este delito: director, miembro del órgano de fiscalización, accionista,
representante del accionista y todo aquel que por su trabajo, profesión o función dentro de la
sociedad emisora, haya tenido acceso a información privilegiada en ocasión de su actividad.
No basta pues, la calidad indicada en el tipo penal, sino que debe tratarse de personas que
ostentado la misma, debido a su función dentro de una sociedad emisora de valores negociables
tienen la posibilidad de acceso a información privilegiada.
Sujeto pasivo:
Corresponde aquí hacer los mismos reparos que para los casos anteriores en virtud de su
pertenencia a un titulo donde se regulan delitos que afectan a la sociedad en general.
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308
Acción típica:
Son dos, suministrar, dar, proveer, prestar, comunicar; o utilizar, valerse de la información
usándola para sí. Estas acciones no tienen entidad típica aisladamente concebidas, sino cuando
son aprovechadas en miras a la obtención de ventajas en el mercado.
Buompadre sostiene que, en rigor, el delito no consiste en el hecho mismo de suministrar o
utilizar cierta información que un círculo específico de personas debe mantener en reserva (el
delito no consiste en mantener reservada una determinada información), sino –aun cuando el
texto no lo diga en forma expresa- en aprovecharse de tal información para obtener ventajas en
el mercado de valores, en el marco de una negociación, cotización, compra, venta o liquidación
de valores negociables.
Como vimos la norma se refiere a la información privilegiada utilizada en la cotización, compra,
venta, liquidación o negociación de valores negociables; al respecto la Ley de Mercado de
Capitales establece una enumeración meramente ejemplificativa, resultando definitorio que se
trate de cualquier valor o contrato de inversión o derechos de crédito homogéneos y fungibles,
emitidos o agrupados en serie y negociables en igual forma y con efectos similares a los títulos
valores.
La información privilegiada es aquella relevante o material y no públicada relacionada con una
sociedad sometida al régimen de la oferta pública, por parte de aquél que compra o vende
valores de dicha emisora en el mercado de capitales. Para la Comisión Nacional de Valores, la
información privilegiada debe poseer tres características:
▪ Concreta: esto es, la referida a un hecho o situación determinada, no basta que se trate
de circunstancias generales o hechos inciertos.
▪ No públicada: se trata de información destinada a ser pública, pero que al momento de
su utilización por el insider no ha sido divulgada.
▪ Susceptible de modificar la cotización de valores negociables: ya sea por referencia a
ellos, a la emisora o a circunstancias ajenas a ambos con incidencia directa.
Mas allá de ello, el artículo 77 del CP establece que el término información privilegiada
comprende toda información no disponible para el público cuya divulgación podría tener
significativa influencia en el mercado de valores.
Por último, con relación a la consumación y tentativa, Buompadre lo caracteriza como un delito
de pura actividad, de peligro abstracto, que se consuma con el uso o el suministro de la
información privilegiada. Se trata de un tipo mixto alternativo en el que la concurrencia de
cualquiera de las acciones típicas producen la consumación del delito.
Elemento subjetivo:
Donna sostiene que el delito solo se admite el dolo directo. Se requiere que el autor suministre
o utilice la información privilegiada a la que hubiera tenido acceso en ocasión de su actividad y
además que ella sirva para la negociación, cotización, compra, venta o liquidación de valores
negociables. En consecuencia, se debe saber el carácter de la información y su voluntad de darla
a terceros.
Agravantes:
Según el artículo 308 del CP, el mínimo de la pena prevista en el artículo anterior se elevará a
dos años de prisión y el máximo a seis años de prisión, cuando:
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309
Esta figura está reconocida por el artículo 309 del CP. Dicha norma establece en su primer inciso
que, será reprimido con prisión de uno a cuatro años, multa equivalente al monto de la
operación e inhabilitación de hasta cinco años, el que:
Será reprimido con prisión de dos seis años, cuando el representante, administrador o
fiscalizador de una sociedad comercial de las que tienen obligación de establecer órganos de
fiscalización privada, informare a los socios o accionistas ocultando o falseando hechos
importantes para apreciar la situación económica de la empresa o que en los balances,
memorias u otros documentos de contabilidad, consignare datos falsos o incompletos.
Estructura típica:
Sujeto activo:
A simple vista por la redacción de las figuras en cuestión parecería tratarse de delitos comunes,
sin embargo, realizando un estudio más profundo, no es posible que un sujeto cualquiera pueda
realizar las conductas típicas, puesto que los actores del mercado de valores se encuentran
taxativamente definidos por la ley 26.831, siendo un clasificación excluyente de cualquier otra
persona física o jurídica. Es decir, los operadores bursátiles y los oferentes deben cumplir con
los requisitos establecidos por la normativa vigente y además contar con la autorización de la
Comisión Nacional de Valores para operar. Por ello, dadas las particularidades de la actividad en
cuyo seno tiene lugar la realización del tipo objetivo cabe afirmar que se trata de delitos
especiales propios.
Sujeto pasivo:
En principio, el sujeto pasivo puede ser cualquier persona que decida invertir en el mercado de
valores, quien deberá canalizarla a través de un agente autorizado al efecto.
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310
Acción típica:
En primer lugar, debe analizarse la conducta de la conducta descripta por el inciso a), el verbo
realizar significa hacer o llevar a cabo, luego los giros transacciones y operaciones se refieren a
la celebración de negocios jurídicos que impliquen la compra, venta cesión, o más
genéricamente toda transmisión de derechos sobre valores negociables o instrumentos
financieros.
Con respecto a la figura del inciso b) el verbo típico ofrecer conforme la definición la Diccionario
de la Real Academia Española significar Manifestar y poner patente algo para que todos lo vean
o decir cuánto se pagara por algo, luego la referencia a la disimular u ocultar información
verdadera o circular información falsa. Esta formulación parece castigar solo la oferta sin que
ella pueda ser separable del resultado que pretende prevenirse con esta figura.
Elemento subjetivo:
La redacción de los tipos en cuestión no ofrece dudas que se trata de delitos dolosos pues
requiere que el sujeto activo conozca la conducta que está desplegando, obrando en tal sentido
con conocimientos y voluntad en realización del tipo objetivo.
Será reprimido con prisión de uno a cuatro años, multa de dos a ocho veces el valor de las
operaciones realizadas e inhabilitación especial hasta seis años, el que por cuenta propia o
ajena, directa o indirectamente, realizare actividades de intermediación financiera, bajo
cualquiera de sus modalidades, sin contar con autorización emitida por la autoridad de
supervisión competente.
Estructura típica:
Sujeto activo:
En principio es indiferenciado, puede ser cualquiera. Por ejemplo, un agente de bolsa
suspendido, pues en este caso, actuaría sin autorización. El autor puede actuar por cuenta
propia o ajena. Si es por cuenta ajena se daría un caso de coautoría junto con la persona en cuyo
nombre actúa.
Sujeto pasivo:
Consideramos que, en principio, puede ser cualquiera persona que desee invertir.
Acción típica:
La ley habla del que ejecutare operaciones de intervención financiera. Se entienden por
actividades de intermediación financiera, la compra, la venta, el ofrecimiento, la colocación, de
valores negociables u otros instrumentos financieros, como ser cheques, pagarés, acciones,
letras de cambio, realizadas sin la debida autorización expedida por las autoridades de
supervisión competentes como ser el Banco Central de la República Argentina o la Comisión
Nacional de Valores.
El elemento intermediación importa una doble acción. Por un lado, se toman depósitos a plazo
y, por el otro, se colocan estos mismos depósitos. Es relevante en este concepto que la actividad
de prestamista se calce sobre los fondos tomados. Es decir, el intermediario financiero se fondea
en su actividad de prestar sobre lo que previamente tomó a plazo. Por lo tanto, quedan fuera
del universo de conductas alcanzadas por la norma las actividades marginales de prestamista
que no se correlacionan con la toma de depósitos. Si uno fondea su actividad de prestamista
con fondos propios no podrá estar alcanzado por ésta figura penal.
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En cuanto a la autorización que se exige para ésta actividad, debe provenir del Banco de la
Nación Argentina o de la Comisión Nacional de Valores.
Por otro lado, como vimos en su segundo párrafo la norma se refiere al que captare
Elemento subjetivo:
Es una figura dolosa y el dolo requiere el conocimiento de que se realizan actividades de
intermediación financiera, en cualquiera de sus modalidades, por cuenta propia o por cuenta
ajena, sin la debida autorización emitida por la autoridad de supervisión competente, y con la
voluntad de llevar a cabo esa actividad.
En el segundo párrafo del artículo 310 del CP se establece que en igual pena incurrirá quien
captare ahorros del público en el mercado de valores o prestare servicios de intermediación
para la adquisición de valores negociables, cuando no contare con la correspondiente
autorización emitida por la autoridad competente.
Por captar ahorros del público se entiende a el que obtiene dinero de cualquier persona. Para
que la conducta sea punible, la acción debe desarrollarse en el mercado de valores, entendida
como una institución pública o privada donde se cotizan títulos valores, por ejemplo, la Bolsa de
Comercio Confederada S.A., y además debe ser realizada sin autorización.
El monto mínimo de la pena se elevará a dos años cuando se hubieran utilizado públicaciones
periodísticas, transmisiones radiales o de televisión, internet, proyecciones cinematográficas,
colocación de afiches, letreros o carteles, programas, circulares y comunicaciones impresas o
cualquier otro procedimiento de difusión masiva.
Según el artículo 311 del Código Penal serán reprimidos con prisión de uno a cuatro años, multa
de dos a seis veces el valor de las operaciones e inhabilitación de hasta seis años, los empleados
y funcionarios de instituciones financieras y de aquellas que operen en el mercado de valores
que insertando datos falsos o mencionando hechos inexistentes, documentaren contablemente
una operación crediticia activa o pasiva o de negociación de valores negociables, con la intención
de obtener un beneficio o causar un perjuicio, para sí o para terceros.
En la misma pena incurrirá quién omitiere asentar o dejar debida constancia de alguna de las
operaciones a las que alude el párrafo anterior.
Estructura típica:
Sujeto activo:
Esta figura se trata de un delito especial propio que requiere que el agente reúna ciertas
calidades o condiciones para ser sujeto activo, en los términos del artículo 77 del CP, en este
caso se requiere que los sujetos activos sean de empleados y funcionarios de instituciones
financieras y del mercado de valores.
Acción típica:
Las acciones típicas consisten en insertar datos falsos o datos inexistentes en la documentación
contable de instituciones financieras y de aquellas que operen en el mercado de valores de una
operación crediticia activa o pasiva o de negociación de valores negociables.
Insertar es incorporar, introducir, en los libros u otra documentación contable datos falsos o
hechos inexistentes. Y, por otro lado, los datos falsos y los hechos inexistentes son aquellos que
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no se ajustan a la realidad.
El delito se perfecciona al incorporar el dato falso o hecho inexistente a la documentación
contable de la entidad. Respecto de la tentativa, Fontán Balestra6 la admite y la ejemplifica del
siguiente modo; cuando el autor es sorprendido por otro miembro de la entidad o por un tercero
que le impide consumar la acción punible.
La acción típica de la figura contenida en el segundo párrafo consiste en omitir asentar o dejar
la debida constancia, de las operaciones a las que se refiere el párrafo:
▪ Omite asentar: quien, estando obligado a ello por la ley, reglamento, estatuto, las
reglamentaciones de la autoridad pública o resoluciones internadas adoptadas por la entidad,
no efectúa el respectivo asiento contable.
▪ Omite dejar constancia: quien tiene la obligación, proveniente de las mismas fuentes,
de efectuar alguna anotación que no importe una registración contable, que dé cuenta de la
operación para su posterior registro.
Elemento subjetivo:
Esta figura se trata de un delito doloso de dolo directo, que contiene un elemento subjetivo
específico, pues se requiere que el autor obre con la finalidad de obtener un beneficio u
ocasionar un perjuicio que puede ser para sí mismo o para un tercero.
Cohecho financiero:
Este delito esta tipificado por el artículo 312 del CP, según el cual serán reprimidos con prisión
de uno a seis años e inhabilitación de hasta seis años, los empleados y funcionarios de
instituciones financieras y de aquellas que operen en el mercado de valores que directa o
indirectamente, y con independencia de los cargos e intereses fijados por la institución, reciban
indebidamente dinero o algún otro beneficio económico, como condición para celebrar
operaciones crediticias, financieras o bursátiles.
Los sujetos activos de este delito solo pueden ser los empleados o funcionarios de instituciones
financieras y de aquellas que operen en el mercado de valores.
El delito consiste en recibir dinero o algún otro beneficio económico, a lo cual se le adiciona que
esa receptación debe ser como “condición” para celebrar operaciones crediticias, bursátiles o
financieras. Por recibir se entiende como tomar lo que le envían o le dan. Recibe como condición
quien lo hace como circunstancia indispensable para celebrar operaciones crediticias,
financieras o bursátiles.
Según el artículo 313 del CP – el ultimo del título – cuando los hechos delictivos previstos en los
artículos precedentes hubieren sido realizados en nombre, o con la intervención, o en beneficio
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de una persona de existencia ideal, se aplicarán las disposiciones previstas en el artículo 304 del
Código Penal.
Cuando se trate de personas jurídicas que hagan oferta pública de valores negociables, las
sanciones deberán ser aplicadas cuidando de no perjudicar a los accionistas o titulares de los
títulos respectivos a quienes no quepa atribuir responsabilidad en el hecho delictivo. A ese fin
deberá escucharse al órgano de fiscalización de la sociedad.
Cuando la persona jurídica se encuentre concursada las sanciones no podrán aplicarse en
detrimento de los derechos y privilegios de los acreedores por causa o título anterior al hecho
delictivo. A ese fin deberá escucharse al síndico del concurso.
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Ámbito de aplicación:
La presente ley está destinada a la organización de la profilaxis de las enfermedades venéreas,
y a su tratamiento sanitario en todo el territorio de la Nación.
Además, se dispone que, sin perjuicio de otras asignaciones de la ley de presupuesto, destínese
para el Instituto de Profilaxis y Tratamiento de las Enfermedades Venéreas, la suma anual de
pesos trescientos moneda nacional. Mientras esa suma no se incluya en el presupuesto, se
tomará de rentas generales, con imputación a la presente ley.
La enfermedad venérea es aquella de transmisión sexual directa – coito – o indirecta – por
ejemplo, la donación de esperma –.
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servicio sea atendido por un médico. Dichos servicios serán gratuitos, pudiendo cobrarse
únicamente los medicamentos a precios de costo.
Las instituciones que infringieran este artículo serán pasibles de una multa de pesos cien a
quinientos moneda nacional; en caso de reincidencia de la, pérdida de la personería jurídica u
otros privilegios de que gozaren.
En los locales que el Instituto de Profilaxis determine, es obligatorio tener en venta los equipos
preventivos para profilaxis individual venérea, de la clase y precio que el instituto establezca
como asimismo entregar gratuitamente instrucciones impresas relativas a la lucha y educación
antivenéreas.
Casas de prostitución:
El artículo 15 de esta ley 12331 dispone que queda prohibido en toda la República el
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Se trata de una ley muy breve; en su primer artículo dispone que se impondrá prisión de un mes
a dos años o multa de setecientos cincuenta pesos a veinticinco mil pesos a los padres que, aun
sin mediar sentencia civil, se substrajeren a prestar los medios indispensables para la
subsistencia a su hijo menor de dieciocho años, o de más si estuviere impedido.
En las mismas penas del artículo anterior incurrirán, en caso de substraerse a prestar los medios
indispensables para la subsistencia, aun sin mediar sentencia civil:
Este es un delito propio de omisión, el sujeto se sustrae, se evade de brindar los recursos
necesarios que la persona del sujeto pasivo necesita para satisfacer sus necesidades. En
definitiva, el sujeto se “sale” de la obligación pudiendo cumplir de ella, es el caso de quien
pudiendo pasar alimentos no lo hace.
Para comprender correctamente en que consiste la obligación de la que se sustrae el sujeto
activo debemos recurrir al Código Civil y Comercial, el artículo 659 dispone que la obligación de
alimentos comprende la satisfacción de las necesidades de los hijos de manutención, educación,
esparcimiento, vestimenta, habitación, asistencia, gastos por enfermedad y los gastos
necesarios para adquirir una profesión u oficio. Los alimentos están constituidos por
prestaciones monetarias o en especie y son proporcionales a las posibilidades económicas de
los obligados y necesidades del alimentado.
Esto significa que la ley castiga a aquel que pudiendo cumplir con sus obligaciones, no lo hace.
Y tal como lo dispone el CCyC, los alimentos se determinan según las necesidades del favorecido,
pero también teniendo en cuenta los ingresos del obligado, pues no puede exigírsele mas de lo
que puede dar.
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Otros obligados:
La responsabilidad de cada una de las personas mencionadas en esta norma no quedará excluida
por la circunstancia de existir otras también obligadas a prestar los medios indispensables para
la subsistencia.
Régimen de acción:
El artículo 73 del CP dispone que se considerará delito de acción privada, el incumplimiento de
los deberes de asistencia familiar cuando la víctima fuera el cónyuge.
Esta ley surge en el año 1954, es conocida como la Ley Sarmiento, protege la conciencia que las
personas tenemos respecto de los animales domésticos, domesticables y aquellos que están en
cautiverio.
Cuando hablamos de animales domesticados o domesticables nos referimos a animales que
fueron sometidos – o pueden someterse – a domesticación; esto último es el proceso por el cual
una población de una determinada especie pierde, adquiere o desarrolla ciertos caracteres
morfológicos, fisiológicos o de comportamiento que suceden en el curso de generaciones, los
cuales son heredables y, además, son el resultado de una interacción prolongada con el ser
humano. Habitualmente la finalidad de la domesticación es obtener determinados beneficios
de la especie domesticada, aunque en ocasiones se trata de un proceso espontáneo resultante
de un beneficio mutuo.
Un animal doméstico, por lo tanto, forma parte de una especie que se ha acostumbrado a vivir
junto al ser humano. Por lo general, este tipo de animales son adoptados o comprados por las
personas para que compartan la vida con ellas en la casa familiar. Por ejemplo, perros, gatos,
caballos, entre otros.
En otro sentido, también se considera la existencia de animales semidomésticos o amansados,
que son aquellos explotados por la especie humana y que pueden igualmente mantenerse
cautivos, pero que no cumplen algunas de las condiciones anteriores. Algunas aves de cetrería,
por ejemplo, pertenecerían a este grupo de animales, al igual que las avestruces que hoy en día
se mantienen en granjas para diversos fines, o los elefantes asiáticos, cuyas crías son capturadas,
amansadas y domesticadas para su posterior explotación. De hecho, es probable que estos casos
puedan interpretarse como etapas tempranas del proceso de domesticación.
Por ultimo la norma habla de animales en cautiverio; la noción de cautiverio alude a la falta de
libertad. Por ejemplo, animales en zoológicos, mundo marino, etc.
El artículo 1 de la ley establece que será reprimido con prisión de quince días a un año, el que
infligiere malos tratos o hiciere víctima de actos de crueldad a los animales.
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Además de ello cabe señalar que desde el año 2016 está vigente la ley 27330 que prohíbe la
organización, promover e incitar cualquier tipo de carrera de perros.
Como primer punto aclaremos que vamos a estudiar los delitos estrictamente penales de esta
ley, pues el Código Aduanero contempla también delitos aduaneros. Según dispone el artículo
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862 del CA se consideran delitos aduaneros los actos u omisiones que en este Título se reprimen
por transgredir las disposiciones de este código.
Este artículo hace una clasificación bipartita en materia de ilícitos aduaneros, por un lado
distingue los delitos y por otro las infracciones.
Un delito es un comportamiento que, ya sea por propia voluntad o por imprudencia, resulta
contrario a lo establecido por la ley. El delito, por lo tanto, implica una violación de las normas
vigentes, lo que hace que merezca un castigo o pena. Una infracción es una transgresión, un
incumplimiento o el quebrantamiento de una norma, una convención o un pacto
preestablecido. En tanto, la mencionada transgresión puede derivar en una infracción o multa
tránsito, un delito o una falta.
Contrabando:
Es la figura central de la ley en análisis. Según el artículo 863 del Código Aduanero, será
reprimido con prisión de 6 a 8 años el que, por cualquier acto u omisión, impidiere o dificultare,
mediante ardid u engaño, el adecuado ejercicio de las funciones que las leyes acuerdan al
servicio aduanero para el control sobre las importaciones y las exportaciones.
Se considera contrabando a la entrada, la salida y la venta clandestina de mercaderías prohibidas
o sometidas a derechos en el que se defrauda a las autoridades locales. También se puede
entender como la compra o venta de mercaderías evadiendo los aranceles, es decir evadiendo
los impuestos. En el marco del derecho penal económico, se considera que comete contrabando
aquel que ejerce acciones u omisiones, mediante una conducta ardidosa o engañosa, con el
objetivo de lograr que determinada mercadería eluda el control del servicio aduanero.
Por otro lado, el artículo 864 impone la misma pena en una serie de casos en que sólo se requiere
la existencia de la simple intención como conducta punible (que merece castigo) no exigiéndose
el requisito de ardid o engaño. La norma se refiere a:
Contrabando calificado:
Están contemplados en el artículo 865 del CA, según dicha norma Se impondrá prisión de cuatro
a diez años en cualquiera de los supuestos previstos en los artículos 863 y 864 cuando:
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▪ Se cometiere mediante violencia física o moral en las personas, fuerza sobre las cosas o
la comisión de otro delito o su tentativa.
▪ Se realizare empleando un medio de transporte aéreo, que se apartare de las rutas
autorizadas o aterrizare en lugares clandestinos o no habilitados por el servicio aduanero para
el tráfico de mercadería.
▪ Se cometiere mediante la presentación ante el servicio aduanero de documentos
adulterados o falsos, necesarios para cumplimentar la operación aduanera.
▪ Se tratare de mercadería cuya importación o exportación estuviere sujeta a una
prohibición absoluta.
▪ Se tratare de sustancias o elementos no comprendidos en el artículo 866 que, por su
naturaleza, cantidad o características, pudieren afectar la salud pública.
▪ El valor de la mercadería en plaza o la sumatoria del conjunto cuando formare parte de
una cantidad mayor, sea equivalente a una suma igual o superior a $ 3.000.000.
Contrabando estupefacientes:
El artículo 866 del CA dispone la aplicación de pena de tres a doce años de prisión cuando el
contrabando estuviese referido a estupefacientes en cualquier etapa de su elaboración y la eleva
en un tercio del máximo y la mitad del mínimo cuando concurra alguna de las circunstancias
previstas en los incisos a, b, c, d y e del artículo 865, o se tratare de estupefacientes elaborados
o semielaborados que por su cantidad estuviesen inequívocamente destinados a ser
comercializados dentro o fuera del territorio nacional.
Aquí el individuo no declara el ingreso de estas sustancias, a diferencia de lo castigado en la ley
de estupefacientes respecto de quien tiene autorización para ingresarlas, pero les da un uso
diferente.
Contrabando culposo:
En el artículo 868 del CA se prevé la modalidad culposa de la figura. Se dispone en esta norma
que será reprimido con multa de $ 5.000 a $ 50.000:
Tentativa de contrabando:
La tentativa del delito de contrabando está regulada entre los artículos 871 y 873 del CP. Según
el primero de estos artículos, incurre en tentativa de contrabando el que, con el fin de cometer
el delito de contrabando, comienza su ejecución, pero no lo consuma por circunstancias ajenas
a su voluntad.
La tentativa de contrabando será reprimida con las mismas penas que correspondan al delito
consumado.
El artículo 873 dispone que se considera supuesto especial de tentativa de contrabando la
introducción a recintos sometidos a control aduanero de bultos que, individualmente o
integrando una partida, contuvieren en su interior otro u otros bultos, con marcas, números o
signos de identificación iguales o idóneos para producir confusión con los que ostentare el
envase exterior u otros envases comprendidos en la misma partida.
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El responsable será reprimido con la pena que correspondiere al supuesto de contrabando que
se configurare.
En su primer artículo la norma dispone que se aplicará a los hechos previstos en él, cuando se
cometan con motivo o en ocasión de un espectáculo deportivo, sea en el ámbito de concurrencia
pública en que se realizare o en sus inmediaciones, antes, durante o después de él, como así
también durante los traslados de las parcialidades, tanto sea hacia o desde el estadio deportivo
donde el mismo se desarrolle. Surge claro que la ley tiene un ámbito temporal y espacial
especifico de aplicación.
Otros delitos:
▪ Será reprimido con prisión de uno a seis años, si no resultare un delito más severamente
penado, el que introdujere, tuviere en su poder, guardare o portare armas de fuego o artefactos
explosivos en las circunstancias del artículo 1º. En todos los casos se procederá al decomiso de
las armas o artefactos.
▪ Serán reprimidos con prisión de un mes a tres años siempre que no correspondiere pena
mayor, los dirigentes, miembros de comisiones directivas o subcomisiones, los empleados o
demás dependientes de las entidades deportivas o contratados por cualquier título por estas
últimas, los concesionarios y sus dependientes, que consintieren que se guarde en el estadio de
concurrencia pública o en sus dependencias armas de fuego o artefactos explosivos. En todos
los casos se procederá al decomiso de las armas o artefactos.
▪ Será reprimido con prisión de uno a seis años el que instigare, promoviere o facilitare
de cualquier modo, la formación de grupos destinados a cometer alguno de los delitos previstos
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en el presente capítulo.
▪ Será reprimido con prisión de un mes a dos años, el que resistiere o desobedeciere a un
funcionario público encargado de la tutela del orden, o a la persona que le prestare asistencia a
requerimiento de aquél, en las circunstancias del artículo 1º.
▪ Será reprimido con prisión de un mes a tres años el que impidiere, mediante actos
materiales, aunque sea momentáneamente, la realización de un espectáculo deportivo en un
estadio de concurrencia pública.
▪ Será reprimido con prisión de seis meses a tres años el que destruyere o de cualquier
modo dañare una cosa mueble o inmueble, total o parcialmente ajena en las circunstancias del
artículo 1º.
▪ Será reprimido con prisión de seis meses a tres años el que, sin crear una situación de
peligro común impidiere, estorbare o entorpeciere, el normal funcionamiento de los transportes
e instalaciones afectadas a los mismos, hacia o desde los estadios en las circunstancias del
artículo 1º.
Juzgamiento y condena:
Los jueces impondrán como adicional de la condena, una o más de las siguientes penas
accesorias:
Cuando alguno de los delitos de este capítulo hubiese sido cometido por un director o
administrador de un club deportivo, dirigente, miembro de comisiones directivas o
subcomisiones, en ejercicio o en ocasión de sus funciones, será reprimido, además, con multa $
100.000 a $ 1.000.000.
La entidad deportiva a la que pertenezca el mismo, será responsable en forma solidaria de la
pena pecuniaria que correspondiere.
Sin perjuicio de ello el juez interviniente, por resolución fundada, podrá ordenar la clausura del
estadio por un término máximo de sesenta días.
En el juzgamiento de los delitos indicados precedentemente, entenderá la justicia penal
ordinaria, nacional o provincial, según corresponda.
En primer lugar, debemos tener en cuenta que el bien jurídico aquí protegido es la salud pública,
esto es la salud de un número indeterminado de personas. Por otro lado, ¿qué se entiende por
estupefacientes?, según el artículo 77 del CP el termino estupefacientes comprende los
estupefacientes, psicotrópicos y demás sustancias susceptibles de producir dependencia física
o psíquica, que se incluyan en las listas que se elaboren y actualicen periódicamente por decreto
del Poder Ejecutivo nacional.
Según el artículo 5 de la ley 23737, será reprimido con prisión de cuatro a quince años y multa
de cuarenta y cinco a novecientas unidades fijas el que sin autorización o con destino ilegítimo:
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Por otro lado se dispone que, será reprimido con reclusión o prisión de tres a quince años y
multa de seis mil a trescientos mil australes e inhabilitación especial de cinco a doce años, el que
estando autorizado para la producción, fabricación, extracción, preparación, importación,
exportación, distribución o venta de estupefacientes los tuviese en cantidades distintas de las
autorizadas; o prepare o emplee compuestos naturales, sintéticos u oficinales que oculten o
disimulen sustancias estupefacientes; y a que aplicare, entregare, o vendiere estupefacientes
sin receta médica o en cantidades mayores a las recetadas.
Será reprimido con prisión de dos a seis años y multa de tres mil a cincuenta mil australes e
inhabilitación especial de uno a cinco años, el médico u otro profesional autorizado para recetar,
que prescribiera, suministrare o entregare estupefacientes fuera de los casos que indica la
terapéutica o en dosis mayores de las necesarias. Si lo hiciera con destino ilegítimo la pena de
reclusión o prisión será de cuatro a quince años.
El artículo 6 de la ley en análisis dispone será reprimido con prisión de cuatro a quince años y
multa de cuarenta y cinco a novecientas unidades fijas el que introdujera al país estupefacientes
fabricados o en cualquier etapa de su fabricación, precursores químicos o cualquier otra materia
prima destinada a su fabricación o producción, habiendo efectuado una presentación correcta
ante la Aduana y posteriormente alterara ilegítimamente su destino de uso.
En estos supuestos la pena será de tres a doce años de prisión cuando surgiere
inequívocamente, por su cantidad, que los mismos no serán destinados a comercialización
dentro o fuera del territorio nacional. Si los hechos fueren realizados por quien desarrolle una
actividad cuyo ejercicio depende de autorización, licencia o habilitación del poder público, se
aplicará además inhabilitación especial de cinco a veinte años.
Si se usaren estupefacientes para facilitar o ejecutar otro delito, la pena prevista para el mismo
se incrementará en un tercio del mínimo y del máximo, no pudiendo exceder del máximo legal
de la especie de pena de que se trate.
Facilitamiento:
Será reprimido con reclusión o prisión de tres a doce años y multa de tres mil a cincuenta mil
australes el que facilitare, aunque sea a título gratuito, un lugar o elementos, para que se lleve
a cabo alguno de los hechos previstos por los artículos anteriores. La misma pena se aplicará al
que facilitare un lugar para que concurran personas con el objeto de usar estupefacientes.
En caso de que el lugar fuera un local de comercio, se aplicará la accesoria de inhabilitación para
ejercer el comercio por el tiempo de la condena, la que se elevará al doble del tiempo de esta si
se tratare de un negocio de diversión. Durante la sustanciación del sumario criminal el juez
competente podrá decretar preventivamente la clausura del local.
Esto significa que dejar que un amigo fume marihuana en casa es delito, pues facilito un lugar
para que otro consuma estupefacientes.
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Consumo de estupefacientes:
Tenencia de estupefacientes:
▪ Simple tenencia.
▪ Tenencia agravada.
▪ Tenencia para consumo personal.
Simple tenencia:
La primera parte del artículo 15 de la Ley de Estupefacientes será reprimido con prisión de uno
a seis años y multa de trescientos a seis mil australes el que tuviere en su poder estupefacientes.
Se sostiene que es complicado imputar a una persona por este tipo penal – por lo general se
enmarcará en la figura agravada, o en la atenuada –. Podemos dar como ejemplo el caso que se
encuentre a una persona medio kilo de cocaína, no es escaso para enmarcarlo, como veremos,
en la figura atenuada; pero tampoco es suficiente para enmarcarlo, como veremos, en la figura
agravada.
Tenencia agravada:
Surge del inciso c del artículo 5 de la ley 23737. Este artículo establece que Será reprimido con
prisión de cuatro a quince años y multa de cuarenta y cinco a novecientas unidades fijas el que
sin autorización o con destino ilegítimo, comercie con estupefacientes, precursores químicos o
cualquier otra materia prima para su producción o fabricación o los tenga con fines de
comercialización, o los distribuya, o dé en pago, o almacene o transporte.
Se trata de una figura que exige la concurrencia de un dolo especifico, el de comerciar, esto es
vender, intercambiar por un precio en dinero.
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325
escasa cantidad y demás circunstancias, surgiere inequívocamente que la tenencia es para uso
personal. Ahora, que es poca o mucha cantidad dependerá siempre del criterio del juez en cada
caso concreto; escasa cantidad es aquella que alcanza para una o algunas dosis, por ejemplo,
dos cigarrillos de marihuana, debe ser para consumo personal, no para almacenar, ello si se
reprime. Se ha dicho que también tiene que ver la calidad de la droga, si es peor calidad se
necesita más cantidad que si es de buena calidad.
Entre nosotros existe la errónea creencia de que la tenencia para consumo persona no está
penalizada, ello tiene que ver con cierto fallo de la CSJN. Veamos cual fue la postura del cimero
tribunal sobre el tema a lo largo del tiempo:
Fallo Colavini:
Se trata de un fallo de 1948; en el caso, Colavini fue detenido porque le encontraron dos
cigarrillos de marihuana. Fue condenado en primera y segunda instancia a dos años de prisión y
pena de multa. La causa llega a la CSJN porque Colavini interpuso REF impugnando la
constitucionalidad de la ley, sosteniendo que esta violaba el artículo 19 de la CN (las acciones
privadas de los hombres que de ningún modo ofendan al orden y a la moral pública, ni
perjudiquen a un tercero, están solo reservadas a dios, y exentas de la autoridad de los
magistrados). La CSJN confirma la sentencia condenatoria y sostuvo que, si no existieran
usuarios o consumidores, no habría interés económico en producir, elaborar y traficar con el
producto, porque nada de eso se realiza gratuitamente, sosteniendo, además, que su consumo
afecta la salud pública porque genera adicción, rompe lazos familiares, amistosos y conduce a
la marginalidad; todo ello hace que sea contrario al orden público.
Fallo Montalvo:
Aquí – en el año 1990 – la CSJN decide volver a su postura original y avalar la penalización,
afirmando que la tenencia de estupefacientes cualquiera sea su cantidad, es conducta punible
en los términos del artículo 14 segundo párrafo de la ley 23737 y tal punición razonable no afecta
ningún derecho reconocido por la CN, como no lo afecta la que reprime la tenencia de armas y
explosivos y, en
general los demás delitos de tenencia.
Fallo Arriola:
Este es un fallo de 2009, los hechos consistieron en la detención de cinco jóvenes que llevaban
en sus bolsillos algunos cigarrillos de marihuana, es un caso de Rosario. Llega a la CSJN y el
tribunal cimero sostuvo la inconstitucionalidad del artículo 14 segundo párrafo de la ley 23737,
en cuanto incrimina la tenencia para uso personal que se realiza en condiciones tales que no
traen perjuicio para los derechos o bienes de terceros. En definitiva, la CSJN resolvió que la
tenencia de pocas cantidades de marihuana, para consumo personal y sin riesgo para terceros,
no puede ser castigada, porque se enmarca en una acción privada de las que refiere el artículo
19 de la Constitución Nacional.
Hay que aclarar que este fallo – que es el que genera la mencionada errónea creencia – hace un
análisis puntualizado de la marihuana diferenciándola de otras drogas.
Una vez dicho todo esto es necesario aclarar dos cuestiones, más allá de la jurisprudencia
sentada por la CSJN:
▪ La ley reprime la tenencia para consumo personal, y sigue vigente, ya que ni la CSJN ni
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Según el artículo 12 de la Ley de Estupefacientes, será reprimido con prisión de dos a seis años
y multa de seiscientos a doce mil australes:
Según el artículo 16 de la ley 23737, cuando el condenado por cualquier delito dependiere física
o psíquicamente de estupefacientes, el juez impondrá, además de la pena, una medida de
seguridad curativa que consistirá en un tratamiento de desintoxicación y rehabilitación por el
tiempo necesario a estos fines, y cesará por resolución judicial, previo dictamen de peritos que
así lo aconsejen.
Seguidamente, el artículo 17 dispone que en el caso del artículo 14, segundo párrafo, si en el
juicio se acreditase que la tenencia es para uso personal, declarada la culpabilidad del autor y
que el mismo depende física o psíquicamente de estupefacientes, el juez podrá dejar en
suspenso la aplicación de la pena y someterlo a una medida de seguridad curativa por el tiempo
necesario para su desintoxicación y rehabilitación.
Acreditado su resultado satisfactorio, se lo eximirá de la aplicación de la pena. Si transcurridos
dos años de tratamiento no se ha obtenido un grado aceptable de recuperación por su falta de
colaboración, deberá aplicársele la pena y continuar con la medida de seguridad por el tiempo
necesario o solamente esta última.
Por otro lado, se dispone en el artículo 18 que, en el caso de artículo 14, segundo párrafo, si
durante el sumario se acreditase por semiplena prueba que la tenencia es para uso personal y
existen indicios suficientes a criterio del juez de la responsabilidad del procesado y éste
dependiere física o psíquicamente de estupefacientes, con su consentimiento, se le aplicará un
tratamiento curativo por el tiempo necesario para su desintoxicación y rehabilitación y se
suspenderá el trámite del sumario.
Acreditado su resultado satisfactorio, se dictará sobreseimiento definitivo. Si transcurridos dos
años de tratamiento, por falta de colaboración del procesado no se obtuvo un grado aceptable
de recuperación, se reanudara el trámite de la causa y, en su caso, podrá aplicársele la pena y
continuar el tratamiento por el tiempo necesario, o mantener solamente la medida de
seguridad.
La medida de seguridad que comprende el tratamiento de desintoxicación y rehabilitación,
prevista en los artículos 16, 17 y 18 se llevará a cabo en establecimientos adecuados que el
tribunal determine de una lista de instituciones bajo conducción profesional reconocidas y
evaluadas periódicamente, registradas oficialmente y con autorización de habilitación por la
autoridad sanitaria nacional o provincial, quien hará conocer mensualmente la lista actualizada
al Poder Judicial, y que será difundida en forma pública.
El tratamiento podrá aplicársele preventivamente al procesado cuando prestare su
consentimiento para ello o cuando existiere peligro de que se dañe a sí mismo o a los demás.
El tratamiento estará dirigido por un equipo de técnicos y comprenderá los aspectos médicos,
psiquiátricos, psicológicos, pedagógicos, criminológicos y de asistencia social, pudiendo
ejecutarse en forma ambulatoria, con internación o alternativamente, según el caso.
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Esta ley resulta ser congruente con el artículo 41 de la CN, que recordemos reconoce, todos los
habitantes gozan del derecho a un ambiente sano, equilibrado, apto para el desarrollo humano
y para que las actividades productivas satisfagan las necesidades presentes sin comprometer las
de las generaciones futuras; y tienen el deber de preservarlo. El daño ambiental generará
prioritariamente la obligación de recomponer, según lo establezca la ley.
En su primer artículo esta ley dispone que la generación, manipulación, transporte, tratamiento
y disposición final de residuos peligrosos quedarán sujetos a las disposiciones de la presente ley,
cuando se tratare de residuos generados o ubicados en lugares sometidos a jurisdicción nacional
o, aunque ubicados en territorio de una provincia estuvieren destinados al transporte fuera de
ella, o cuando, a criterio de la autoridad de aplicación, dichos residuos pudieren afectar a las
personas o el ambiente más allá de la frontera de la provincia en que se hubiesen generado, o
cuando las medidas higiénicas o de seguridad que a su respecto fuere conveniente disponer,
tuvieren una repercusión económica sensible tal, que tornare aconsejable uniformarlas en todo
el territorio de la Nación, a fin de garantizar la efectiva competencia de las empresas que
debieran soportar la carga de dichas medidas.
Seguidamente, su artículo 2 establece que será considerado peligroso, a los efectos de esta ley,
todo residuo que pueda causar daño, directa o indirectamente, a seres vivos o contaminar el
suelo, el agua, la atmósfera o el ambiente en general.
En particular serán considerados peligrosos los residuos indicados en el Anexo I o que posean
alguna de las características enumeradas en el Anexo II de esta ley.
Las disposiciones de la presente serán también de aplicación a aquellos residuos peligrosos que
pudieren constituirse en insumos para otros procesos industriales.
Quedan excluidos de los alcances de esta ley los residuos domiciliarios, los radiactivos y los
derivados de las operaciones normales de los buques, los que se regirán por leyes especiales y
convenios internacionales vigentes en la materia.
El artículo 3 de la ley 24051 prohíbe la importación, introducción y transporte de todo tipo de
residuos provenientes de otros países al territorio nacional y sus espacios aéreo y marítimo.
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La presente prohibición se hace extensiva a los residuos de origen nuclear, sin perjuicio de lo
establecido en el último párrafo del artículo anterior.
Esta ley corrigió el vacío que surgía a partir de la redacción del CP, pues en su artículo 202 se
refiere únicamente al agua potable, no protegiendo aguas de ríos, lagunas, etcétera.
Esta ley protege la relación psicológica de los menores y sus padres. La ley dispone que será
reprimido con prisión de un mes a un año el padre o tercero que, ilegalmente, impidiere u
obstruyere el contacto de menores de edad con sus padres no convivientes.
Si se tratare de un menor de diez años o de un discapacitado, la pena será de seis meses a tres
años de prisión.
En las mismas penas incurrirá el padre o tercero que para impedir el contacto del menor con el
padre no conviviente, lo mudare de domicilio sin autorización judicial.
Si con la misma finalidad lo mudare al extranjero, sin autorización judicial o excediendo los
límites de esta autorización, las penas de prisión se elevarán al doble del mínimo y a la mitad del
máximo.
Por último, el artículo 3 de esta ley dispone que el tribunal deberá:
▪ Disponer en un plazo no mayor de diez días, los medios necesarios para restablecer el
contacto del menor con sus padres.
▪ Determinará, de ser procedente, un régimen de visitas provisorio por un término no
superior a tres meses o, de existir, hará cumplir el establecido.
En todos los casos el tribunal deberá remitir los antecedentes a la justicia civil. Resulta
interesante lo útil que es esta ley para utilizar como futuros profesionales ante conflictos de
familia, pues el juez debe fijar el régimen provisorio.
Respecto al régimen de acción, se trata de un delito de acción publica dependiente de instancia
privada.
Esta ley promulgada en 1996 y reformada en 2011 contempla distintos tipos o clases de evasión.
La evasión no consiste en no pagar un tributo, sino que es no pagar mediante algún método
ardidoso o engañoso. Esto significa que la ley penal no te pena por ser deudor.
Evasión simple:
Se reprime con prisión de dos a seis años el obligado que mediante declaraciones engañosas,
ocultaciones maliciosas o cualquier otro ardid o engaño, sea por acción o por omisión, evadiere
total o parcialmente el pago de tributos al fisco nacional, al fisco provincial o a la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires, siempre que el monto evadido excediere la suma de $ 1.500.000
por cada tributo y por cada ejercicio anual, aun cuando se tratare de un tributo instantáneo o
de período fiscal inferior a un año.
Como lo dice la norma el monto es por cada tributo y por cada ejercicio anual – esto varía según
cada tributo –. Por ejemplo, el IVA se computa de enero a diciembre, y no de octubre de un año
a septiembre del otro. De modo que, si en el periodo anual tengo menos de $1.500.000 no habrá
delito, aun cuando en los dos meses anterior haya tenido, el triple.
Evasión agravada:
La pena será de tres años y seis meses a nueve años de prisión, cuando en el caso del artículo 1º
se verificare cualquiera de los siguientes supuestos:
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Evasión simple:
Será reprimido con prisión de dos a seis años el obligado, que, mediante declaraciones
engañosas, ocultaciones maliciosas o cualquier otro ardid o engaño, sea por acción o por
omisión, evadiere parcial o totalmente al fisco nacional, provincial o de la Ciudad Autónoma de
Buenos Aires, el pago de aportes o contribuciones, o ambos conjuntamente, correspondientes
al sistema de la seguridad social, siempre que el monto evadido excediere la suma de $ 200.000
por cada mes.
Evasión agravada:
La pena de prisión a aplicar se elevará de tres años y seis meses a nueve años cuando en el caso
del artículo anterior, se verificare cualquiera de los siguientes supuestos:
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