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BOLILLA 1
7º Para preparar, facilitar, consumar u ocultar otro delito o para asegurar sus resultados o procurar la impunidad
para sí o para otro o por no haber logrado el fin propuesto al intentar otro delito.
El inciso 7° recepta aquello generalmente conocido como “homicidio criminis causa”, homicidio que se conecta
ideológicamente con otro delito. Dicha conexión puede ser:
• Final: Cuando el otro delito ha sido el motivo que ha inducido al agente a actuar. Ej: el homicidio se comete para
preparar, facilitar, consumar u ocultar el otro delito o procurar la impunidad para el mismo agente o para otro que
ha cometido el delito.
Preparación: se procura obtener los medios que permiten la ejecución del otro delito.
Facilitación: se procuran mejores posibilidades para la ejecución o efectividad del resultado de otro delito.
Consumación: Cuando el homicidio es el medio para ejecutar el otro delito (Ej: matar para vencer la
resistencia de quien se resiste a que lo roben);
Ocultación: Cuando con el homicidio se procura que el otro delito no llegue a ser conocido (Ej: matar al único
testigo presencial o a su víctima).
Aseguramiento del resultado del otro delito: Cuando mediante el homicidio se procura afirmar la
pertenencia de los beneficios que se han obtenido del otro delito ya consumado o de lo que se piensa obtener del
delito que se va a cometer.
Procuración de la impunidad: del propio autor o de un tercero. El delito al que refiere la impunidad procurada
puede ser uno que ya se ha cometido o uno que se va a cometer (Ej: matar al único policía del pueblo para que no
investigue el delito que se proyecta).
• Impulsiva: “por no haber logrado el fin propuesto al intentar el otro delito”. Cuando el otro delito ha sido la razón
por la que el agente actuó. Ej: cuando el agente mata por no haber logrado el fin propuesto al intentar el otro delito.
Es el despecho o rabia que mueve al agente a matar a causa de la frustración de sus propósitos, ocasionada por su
propia torpeza, por la oposición de la víctima o por circunstancias extrañas a ambos.
Como el artículo dice “intentar”, la doctrina interpreta que es necesario que el delito propuesto haya alcanzado
aunque sea la fase de tentativa (se haya realizado al menos un acto ejecutivo).
12. Con el propósito de causar sufrimiento a una persona con la que se mantiene o ha mantenido una relación en los
términos del inciso 1°. (modif 2012)
D) Homicidios atenuados:
ARTICULO 81. -1º Se impondrá reclusión de 3 a 6 años, o prisión de 1 a 3 años:
- Homicidio en estado de emoción violenta:
a) Al que matare a otro, encontrándose en un estado de emoción violenta y que las circunstancias hicieren excusable.
La emoción violenta es una alteración profunda del ánimo. En su acepción jurídica, la emoción es el estado de
conmoción del ánimo en que los sentimientos se exacerban, alcanzando límites de gran intensidad. Creus entiende
que esa emoción debe ser violenta, lo que implica que los excesos de sentimiento alcanzados en el estado del
agente tienen que ser de tal modo desordenados y potentes, que le resulte difícil controlar los impulsos a la acción
contra la víctima. El autor enseña que se está ante casos en los que se debilitan o disminuyen los frenos inhibitorios,
pero la capacidad deliberativa del autor no debe verse anulada, ya que dicha situación nos llevaría a casos de
inimputabilidad.
Di Siena: en realidad el término “emoción violenta” es erróneo, siendo en realidad una “emoción profunda” lo que
habilita a atenuar el homicidio. Es difícil de medir por el alto grado de subjetividad que tiene la emoción para cada
sujeto, por lo que el juez se vale de peritos que valoran cuán profundamente se encontraba alterado el ánimo.
Además, la emoción debe ser excusable. Lo que las circunstancias deben excusar es el hecho de haberse
emocionado violentamente, lo que implica que debe existir una causa provocadora de la emoción que sirva de
estímulo al autor, y que esa causa debe ser eficiente. Así, la excusabilidad implica que la emoción es entendible para
el punto medio de la población. Al sujeto emocionado violentamente el derecho penal no puede hacerle el mismo
reproche, dado que la culpabilidad es menor (y el principio de proporcionalidad exige, en el caso, una pena menor).
La emoción no puede ser autoprovocada, no puede imputarse al sujeto que actúa violentamente.
- Homicidio preterintencional:
b) Al que, con el propósito de causar un daño en el cuerpo o en la salud, produjere la muerte de alguna persona,
cuando el medio empleado no debía razonablemente ocasionar la muerte.
Entiende Creus que, por más de que la ley mencione este supuesto como una atenuante del homicidio, en realidad
se trata de una figura autónoma. Sucede que el dolo con que se debe cometer el homicidio (conocimiento de que se
está matando a otro) está ausente en el homicidio preterintencional, donde la voluntariedad del autor no se dirige al
resultado muerte, sino a otro distinto.
La figura contiene una situación particular, dado que el hecho comienza siendo doloso, pero termina culposo:
Dolo: De causar lesiones, sin extenderse al resultado muerte, dado que, si el mismo ha sido querido o
eventualmente aceptado, desaparece la figura en análisis y se da lugar al homicidio en cualquiera de las
figuras antes expuestas. Es este dolo de lesión el que sustenta subjetivamente la punibilidad del homicidio
preterintencional, dado que cuando ese dolo está ausente (cuando el agente no quiere siquiera dañar a la
víctima) saldremos de la figura del homicidio preterintencional para entrar a la de homicidio culposo.
Culpa: Negligencia respecto del resultado muerte.
Hay dolo en la causación del daño, pero culpa en la causación del resultado. El dolo NO comprende el resultado
muerte.
Además, se requiere una característica especial del medio empleado, el que no debe razonablemente causar el
resultado muerte. Esa razonabilidad refiere a la capacidad o idoneidad letal del medio empleado: si normalmente es
apto para causa la muerte, por ejemplo, por su propia finalidad (un arma), o por su capacidad vulnerante (una
herramienta pesada) impide la aplicación de este tipo. La razonabilidad se mide en el caso concreto (ej: un simple
empujón no es, en sí, un medio razonable para producir la muerte, pero sí puede serlo si la víctima está al borde del
abismo).
Ejemplo de aplicación de la figura (Creus): Quien pretendiendo producir un resfrío en una persona, la arroja a un
lago, creyendo que no es profundo, cuando en realidad lo es, y la persona se ahoga.
ARTICULO 82.- Cuando en el caso del inciso 1º del artículo 80 (homicidio agravado por el vínculo) concurriese alguna
de las circunstancias del inciso 1º del artículo anterior (homicidio atenuado por emoción violenta), la pena será de
reclusión o prisión de 10 a 25 años.
Homicidio culposo:
El delito de homicidio culposo ha sido nuevamente reformado por la Ley 27.347, la cual introdujo modificaciones de
gran escala, tanto en los artículos 84 y 94 (particularmente aumentando la pena), y en la creación ex novo de dos
artículos: 84 bis y 94 bis, en cuyos textos se ha incorporado un catálogo cerrado de conductas específicas que tienen
únicamente vinculación con la conducción de un vehículo automotor.
Ingresando al análisis del homicidio culposo, Buompadre advierte que los elementos fundamentales del artículo 84
coinciden con el artículo 79, es decir, con el homicidio simple (doloso). La diferencia fundamental está, claramente, a
nivel de la tipicidad subjetiva: estamos ante un tipo culposo, expresamente tipificado, dado que nuestro CP sigue a
nivel de la culpa el sistema numerus clausus. Para nuestra ley, la culpa aparece como una violación del deber de
cuidado, el cual se estructura directamente sobre la previsibilidad del resultado típico. El hecho culposo sin resultado
es irrelevante para el derecho penal.
ARTICULO 84. - Será reprimido con prisión de 1 a 5 años e inhabilitación especial, en su caso, por cinco 5 a 10 años el
que, por imprudencia, negligencia, impericia en su arte o profesión o inobservancia de los reglamentos o de los
deberes a su cargo causare a otro la muerte.
El mínimo de la pena se elevará a 2 años si fueren más de una las víctimas fatales (modif 2017)
El tipo subjetivo se satisface con la realización de las formas culposas previstas en la ley:
Imprudencia: Es el obrar ligero, precipitado, peligroso. Obra imprudentemente quien realiza un acto cuando
las reglas de la prudencia aconsejan su abstención. Es un exceso de acción, un hacer demás.
Negligencia: Es lo contrario que imprudencia, o sea, sinónimo de descuido, desatención, falta de
preocupación en el obrar. Obra negligentemente quien omite realizar un acto que la prudencia aconsejaba
hacer.
Impericia: También conocida como “culpa profesional”. Es la falta de aptitudes para el ejercicio de una
profesión o arte, que importa un desconocimiento de los procedimientos más elementales (ej: el médico
que confunda el diagnóstico siendo éste evidente).
Inobservancia de los reglamentos o deberes a su cargo: Configura un supuesto culpable punible que puede
derivar de cualquier normativa de orden general emanada de autoridad competente (Art 77 CP.- (…) La
expresión ‘reglamentos’ u ‘ordenanzas’, comprende todas las disposiciones de carácter general dictadas por
la autoridad competente en la materia de que traten”).
Así, como puede verse, la culpa implica haber querido la conducta descuidada, no haber querido la producción del
resultado y que hubiera sido posible actuar conforme al deber de cuidado.
Como ya se dijo más arriba, y conforme el entender de Buompadre, “es preciso que se haya producido el resultado
muerte, pues en la imprudencia no cabe la tentativa, resultando punible únicamente la consumación”.
Distintos tipos de culpa:
Consciente: La persona no acepta el resultado, debido a que considera que lo va a poder evitar, pero conoce
que con su actuar viola un deber de cuidado.
Inconsciente: No hay advertencia sobre la violación del deber de cuidado.
Temeraria: Explicada en el próximo artículo.
Di Siena: La punición de estos delitos se basa en el principio de confianza: en las actividades compartidas, el sujeto
actúa conforme a la confianza de que el actuar de otros sujetos será prudente. Si se incumple la norma de cuidado,
se produce el resultado lesivo. Pero es la violación de ESA norma de cuidado la que debe producir el resultado lesivo.
En el delito culposo hay que demostrar:
Que se violó una norma de cuidado exigible al sujeto activo;
Que esa violación guarda una relación de causalidad directa para con el resultado.
De todos modos, el juez antes debe descartar el tipo doloso.
Conforme lo expresa, la modificación más importante que la Ley 27.347 introdujo al CP fue la incorporación de los
artículos 84 bis y 94 bis, como dos formas especiales de homicidio y lesiones culposas, pero contextualizadas a la
conducción automovilística en la vía pública.
ARTICULO 84 bis. - Será reprimido con prisión de 2 a 5 años e inhabilitación especial, en su caso, por 5 a 10 años el
que por la conducción imprudente, negligente o antirreglamentaria de un vehículo con motor causare a otro la
muerte.
La pena será de prisión de 3 a 6 años, si se diera alguna de las circunstancias previstas en el párrafo anterior y el
conductor se diere a la fuga o no intentase socorrer a la víctima siempre y cuando no incurriere en la conducta
prevista en el artículo 106 (abandono de personas), o estuviese bajo los efectos de estupefacientes o con un nivel de
alcoholemia igual o superior a 500 miligramos por litro de sangre en el caso de conductores de transporte público o 1
gramo por litro de sangre en los demás casos, o estuviese conduciendo en exceso de velocidad de más de 30
kilómetros por encima de la máxima permitida en el lugar del hecho, o si condujese estando inhabilitado para
hacerlo por autoridad competente, o violare la señalización del semáforo o las señales de tránsito que indican el
sentido de circulación vehicular o cuando se dieren las circunstancias previstas en el artículo 193 bis, o con culpa
temeraria, o cuando fueren más de una las víctimas fatales (Art incorporado en 2017)
Vehículo con motor: todo vehículo cuyo desplazamiento sea propulsado por motor y que sea utilizado para
el transporte de personas o cosas, con independencia de la vía de circulación.
Conducción del vehículo con motor: Se conduce un vehículo con motor mediante el dominio de los
mecanismos de dirección y desplazamiento mínimo “a impulsos de su motor”, haciéndolo ir de un lugar a
otro.
Lo importante es analizar las agravantes que introdujo la citada ley. Entiende Di Siena que este artículo rompió la
idea general de culpa del código penal. Antes la culpa era medida por el juez, ahora el legislador ha medido la culpa,
diciendo que existe una culpa leve y una culpa temeraria. La pena se agrava si se comete un homicidio culposo, y el
conductor realiza alguna de las siguientes situaciones:
1. Fuga del conductor: evitar que el conductor se ausente del lugar del hecho. El legislador ha pretendido el
reconocimiento inmediato de la autoría del hecho
2. Falta de socorro a la víctima: prestarle los medios de auxilio que razonablemente estuvieran dentro de sus
posibilidades con el fin de evitar consecuencias más graves
3. Conducción bajo efectos de estupefacientes: aquellas sustancias que son susceptibles de producir
dependencia física o psíquica y que se encuentran incluidas en las listas del poder ejecutivo.
es necesario que al momento del hecho el autor estuviese bajo los efectos de estupefacientes, es decir, por
el influjo de esas sustancias se haya alterado negativamente la capacidad de conducción
4. Conducción bajo determinado nivel de alcohol en sangre: a diferencia de la anterior, no se requiere que el
alcohol haya provocado efectos negativos, la sola ingesta es suficiente
5. Conducción a velocidad excesiva: ley penal en blanco, remitir a la ley de transito
6. Conducción bajo inhabilitación:
7. Violación de la señalización:
8. Picadas ilegales:
9. Culpa temeraria:
10. Pluralidad de víctimas:
La culpa temeraria es una forma de culpa consciente, pero más grave, en donde el sujeto asume conscientemente
un riesgo grave.
a culpa temeraria sólo ha sido incorporada como una circunstancia agravante en los delitos de homicidio y lesiones
culposas en ocasión de la conducción de un vehículo con motor, de manera que continuará la discusión (entre dolo
eventual y culpa o entre quienes creen en una graduación de la culpa y quienes no) para otros supuestos igualmente
graves, como por ej. una muerte o lesión por el empleo imprudente de un arma de fuego, de una máquina industrial,
de un producto farmacéutico o de una intervención quirúrgica, etc., con lo cual estaríamos –como ha enfatizado
Vitale, ante un caso de violación de los principios de legalidad e igualdad ante la ley .
“Hoy la doctrina define a la culpa temeraria como aquella donde un observador tercero percibe la creación de un
peligro prohibido en forma tan clara, que la exterioridad del comportamiento le muestra un plan dirigido a la
producción del resultado, que por supuesto, no debe conformarse con su existencia subjetiva. Es decir, la culpa
temeraria se da cuando la violación al deber de cuidado es notoria, más allá del resultado; aunque el agente se
pueda representar el resultado de su acto, sigue adelante confiando en que no ha de producirse. Esa infracción al
deber de cuidado implica una grave desconsideración por los bienes en juego y es por ello que merece un reproche
penal más elevado, pero siempre dentro del ámbito de la culpa y no del dolo.” Dice que la reforma se propone para:
1. clausurar definitivamente la disputa entre la culpa con representación y el dolo eventual; 2. buscar una
proporcionalidad racional en el reproche penal; 3. establecer que la cuantía de la gravedad de la lesión al deber de
cuidado debe referirse solamente a dos estándares: la jerarquía del deber que le concernía al autor y el grado de
violación en que incurrió.”