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PRESUPUESTO NACIONAL DE COLOMBIA 2022

MARGARITA FIGUEROA LARA

ANGIE HENAO AYOLA

ADMINISTRACIÓN Y FINANZAS PÚBLICAS

CORPORACIÓN UNIVERSITARIA LATINOAMERICANA

ADMINISTRACIÓN FINANCIERA

OCTAVO SEMESTRE

BARRANQUILLA

2022
PRESUPUESTO NACIONAL DE COLOMBIA 2022

Para el año 2022 habría un aumento en la inversión de $11 billones respecto a 2021, para un total

de $69,6 billones, lo que representa un crecimiento de 18,8 % para 2022. Con esta cifra, el

presupuesto de inversión pública es el más alto de la historia en Colombia.

Del monto total, $350,4 billones, $69,6 billones corresponden a inversión. Educación, con $49,5

billones; defensa y policía, $42,6 billones, tendrán mayores montos.

“Sancionamos la ley del Presupuesto General de la Nación 2022 que prioriza la asignación de

recursos en atención social a población vulnerable, el apoyo al crecimiento económico y la

generación de empleo, y cuenta con un monto de inversión histórico que alcanza los $69,6

billones”, señaló Duque.

Pues las prioridades irían en línea con lo que ha planteado el Gobierno en el Marco Fiscal de

Mediano Plazo (MFPM) en las que plantea que habrá una política expansionista, es decir, de

mayor gasto social debido a las necesidades que ha dejado la pandemia por coronavirus.
Por sectores, los renglones con mayor apropiación para el PGN 2022 son: educación, con $49,5

billones; defensa y policía, $42,6 billones; salud y protección social, $41,9 billones; trabajo, $34,7

billones; Hacienda, $24,3 billones; e inclusión social y reconciliación, $23,2 billones.

De acuerdo a lo anterior, para este trabajo investigativo escogeremos los rubros misionales como

salud y educación y de apoyo como Hacienda y planeación para desglosar como se distribuye el

presupuesto aplicado en estos, si se está notando la inversión o en definitiva el PGN no está siendo

aplicado.

SALUD

En los documentos revisados se establece que el gasto en salud incluye lo siguiente:

 Los aportes patronales para salud de los empleados públicos de las entidades que hacen

parte del presupuesto, afiliados al régimen contributivo del Sistema General de Seguridad

Social.

 La afiliación de la población pobre al Régimen Subsidiado (subsidio a la demanda).

 La prestación de servicios de salud a la población pobre no amparada por el régimen

subsidiado, a través de los hospitales públicos (subsidios de oferta).

 La atención a las víctimas de eventos catastróficos y víctimas de accidentes de tránsito.

 La financiación de los planes y programas de salud pública, orientados a la promoción y

prevención de la salud y los planes de inmunización de la población, especialmente

población infantil.

 La investigación en salud, la inspección y vigilancia, y los subsidios a los enfermos de

Hansen, entre otros.


Según los documentos revisados, el gasto en salud representa el 17% del proyecto de

presupuesto y el 3,9% del PIB.

Revisando las ejecuciones históricas se puede evaluar si el nivel de compromiso observado del

14,78% a segundo mes de 2022 es óptimo o no. Así las cosas, para el cierre del mes de febrero

fue el tercero más alto de acuerdo con la línea de compromisos histórica desde 2015, siendo

los años 2022 con 22,02% y 2021 con 21,45% los más altos.

De manera comparativa con la vigencia anterior, la ejecución de la vigencia 2022 estuvo por

encima en 0,57% con respecto a 2021 lo cual muestra una tendencia a aumentar frente a los

recursos comprometidos a corte del mes de febrero.

Así las cosas, para el cierre del año 2022 falta por comprometer el 77,98%, lo cual conlleva a

buscar estrategias para tener una utilización eficaz y eficiente de los recursos asignados al

sector.

Es oportuno señalar que, el nivel de ejecución alcanzado por parte del Sector Salud y

Protección Social en el mes de febrero, da cuenta del importante esfuerzo realizado por

aumentar año a año la ejecución de los recursos asignados al sector.

Con esto, se espera que en la presente vigencia se pueda alcanzar un nivel de ejecución igual o

superior al de vigencias anteriores.

EDUCACIÓN

Por cuarto año consecutivo la educación es el sector con más recursos del Presupuesto

General de la Nación (PGN), aprobado en octubre por el Congreso, un hecho que ha sido

aplaudido desde diferentes orillas y reconocido como una promesa cumplida del Gobierno,
que en 2018 ponía este como uno de sus grandes objetivos y logró hacerlo realidad por

primera vez en la historia.

Sin embargo, para Ricardo Rodríguez, experto en educación, esto es preocupante: “Estamos

destinando casi todos los recursos a funcionamiento, mientras que en inversión, que se refiere

a calidad, aumentar el acceso, los programas de formación docente, entre muchos otros

frentes, hoy reciben un porcentaje bajo. Eso significa que el dinero se va en cosas operativas y

llega a pocas cantidades para los programas que garanticen el mejoramiento de la educación”.

Pero este no es el único punto preocupante que se desprende del informe de la fundación,

pues llama mucho la atención que, en cuanto a la inversión, esta ha venido en aumento en la

educación superior, pero en cambio ha disminuido en preescolar, básica y media (jardines

infantiles y colegios).

En precios reales –es decir, quitando la inflación–, la educación superior pasó de recibir para

calidad y fomento 2,1 billones de pesos en el 2020 a 3,05 billones para el 2022. En cambio,

preescolar, básica y media pasaron de 1,6 billones hace dos años a 0,6 billones para el año

próximo. En otras palabras, hoy se invierte en este rubro lo equivalente a un billón de pesos

menos.

Para Sánchez, esto es un desbalance. “Hemos visto la aparición de la matrícula cero, de

Generación E y otros programas dirigidos a la inversión en la educación superior. Todo eso es

necesario. Sin embargo, no hay que descuidar preescolar, básica y media, que representan

toda la base del sector educativo. No podemos poner a competir rubros entre sí, ni quitarles a

unos para ponerles a otros”, dice.

Aunque lo que se busca realmente es generar un impacto positivo pero, sobre todo, lo que el

Gobierno quiere, es establecer prioridades y destinar ese dinero a lo que más se necesita
luego de la pandemia. Esto implica ajustes en la distribución de ciertos rubros, con el fin de

enfocarse en mejorar la calidad y en recuperar los aprendizajes, entre otros aspectos. Pero,

también, la meta es garantizar el acceso en todos los niveles y lograr alcanzar esa misión

transformadora que tiene la educación y que se hace tan necesaria en estos tiempos.

HACIENDA Y PLANEACIÓN

Según el Ministerio de Hacienda y Crédito Público (MHCP), los recursos del PGN-2021

provendrían de: (i) los ingresos corrientes ($154 billones, 49.1% del total de recursos), los

cuales se explican principalmente por los ingresos tributarios; (ii) los recursos de capital ($124

billones, 39.4%); (iii) los recursos propios de los establecimientos públicos nacionales ($19

billones, 6%); y (iv) las rentas parafiscales y fondos especiales ($17 billones, 5.5%).

Nótese que eso implica que casi la mitad del presupuesto para 2021 estaría respaldado por los

ingresos tributarios que, según el mismo anexo al Proyecto de Ley del PGN-2021, estarían

aumentando de 13.4% del PIB en 2020 al 13.6% en 2021 al suponer una rápida aceleración del

crecimiento económico y mejoras sustantivas en la lucha contra la evasión y la elusión

tributaria, como consecuencia de la consolidación del proceso de modernización de la Dian.

Sin embargo, los pronósticos de recuperación de la economía en 2022 del Mhcp son

optimistas (crecimiento del PIB-real de 6.6%), comparados con el consenso del mercado

(4.1%), por lo que la materialización de esos mayores ingresos está por verse. De hecho,

nuestros cálculos indican que ese valor sería de 4.2%.

Adicionalmente, en el rubro de ingresos de capital se incluyen algunos supuestos que son

bastante inciertos y que requerirán que el Gobierno se emplee a fondo para conseguirlos,

como los $12 billones por concepto de enajenaciones de las empresas en las que la Nación

tiene participación directa y los $26 billones provenientes de otros recursos de capital. Eso
quiere decir que aproximadamente una tercera parte (30.8%) de los recursos de capital

necesarios para financiar el presupuesto de gasto depende, en gran medida, de condiciones de

mercado que favorezcan la venta de activos de la Nación, la coyuntura política y la

consecución de otras fuentes de financiación, que fluctuarán en función de los mercados

financieros y cambiarios. Todos esos aspectos se encuentran por fuera del espectro de control

del Gobierno Nacional. De hecho, para la vigencia 2020 ya vimos lo difícil que resulta cumplir

con las metas de enajenación de activos pues, como se plantea en el Documento Conpes del

Marco de Gasto de Mediano Plazo (Mgmp) 2021-2024, dentro del Plan Financiero para el año

2020 se contemplaban recursos por concepto de enajenación de activos que no se pudieron

materializar debido a las condiciones adversas del mercado, en el marco de la pandemia.

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