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Maestría EDUPCA
SEÑORES
QUE, por el presente escrito viene a promover la Garantía Constitucional de HABEAS CORPUS
REPARADOR a favor de su representada Estela Marys Franco, conforme a lo establecido en los artículos 137,
133, 9, 11, 17, y 19 de la Constitución Nacional, en concordancia con los artículos 7.1, 7.2, 7.6, 25 y 29 de la
Ley 1/89 y los artículos 9.1, 9.3, 9.4, y 14.2 de la Ley Nº 5/92 que ratifican el Pacto de San José de Costa Rica y
el Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos, respectivamente; como así también basamentando
en la Ley 1.500, que reglamenta la Garantía Constitucional del Habeas Corpus, teniendo en consideración a los
fundamentos que pasa a exponer.-
Que, como podrán corroborar los Excelentísimos Miembros de la Sala Penal, la Señora Estela
Marys Franco, guarda reclusión en la Penitenciaría del Buen Pastor, desde el DIA 31 DE MAYO DE 2.008 (siete
meses y doce días), por lo que la duración de la medida cautelar impuesta a la misma, supera largamente lo
establecido en el artículo 236 del Código de Forma, el cual claramente establece: “PROPORCIONALIDAD DE
LA PRIVACION DE LIBERTAD. La privación de libertad durante el procedimiento deberá ser proporcional a la
pena que se espera. EN NINGUN CASO PODRÁ SOBREPASAR LA PENA MINIMA PREVISTA PARA CADA
HECHO PUNIBLE EN LA LEY, ni exceder el plazo que fija este Código para la terminación del procedimiento o
durar más de dos años”. Y manifestamos esto en razón a que en la presente causa, y conforme a la
calificación ya sea en la imputación respectiva, como así también en la acusación, el ente acusador ha
subsumido la conducta de la Sra. Franco, dentro de los presupuestos establecidos en el artículo 129 del C.P., el
cual posee un marco penal que va de seis (6) meses, a seis (6) años.-
Es por todo lo referido anteriormente, que este Representante recurre a esta instancia, a los
efectos que la Sala Penal RECTIFIQUE LOS ERRORES EN LOS QUE HAN INCURRIDO, ya sea el Tribunal de
Sentencias, como el Tribunal de Alzada, en razón a que ambos han hecho caso omiso, a normas ya sea de
rango Constitucional, a Tratados y Convenios Internacionales debidamente canjeados y ratificados por la
República del Paraguay, como así también a nuestras disposiciones legales establecidas en el Código de
Forma.-
Que, V.E. el Profesor Doctor MIGUEL OSCAR BAJAC ALBERTINI, al esgrimir los fundamentos de
su voto, en el Acuerdo y Sentencia Nº 663 de fecha 23 de Julio de 2.007, en el marco del expediente: “HABEAS
CORPUS REPARADOR PRESENTADO POR EL ABOGADO JOSE LOPEZ CHAVES A FAVOR DE LINO OVIEDO SILVA”,
refiere textualmente que: “Sobre la base de estas premisas citadas, es dable colegir que en acciones de esta
índole, lo que realmente está en juego – y la Corte Suprema de Justicia lo ha dicho muchas veces – es el
mantenimiento de la supremacía Constitucional y no precisamente – salvo situaciones muy especiales – la
pureza del razonamiento o del procedimiento que los Jueces utilicen. La Corte Suprema de Justicia tiene la
obligación de desentrañar la justicia o injusticia sustantiva que está inmersa en cada proceso, y así debe
dictar sentencia reparando las arbitrariedades o injusticias que se pudieron haber cometido en otras
instancias. Esta atribución de la Corte le da un carácter superior al de un mero Tribunal de Alzada, máxime
cuando en el caso sub examine, está en juego la libertad de un procesado, la cual debe ser sopesada dentro
del marco del debido proceso, en cada causa en particular. Cabe tener presente al respecto, la previsiones
de la Convención Americana sobre los Derechos Humanos (CADH), la que establece de modo positivo el
derecho que tiene toda persona: a la libertad personal (art. 7.1.); a no ser privado de su libertad física, salvo
en la condiciones previstas de antemano en las Constituciones Políticas de los Estados (art. 7.2); si está
detenida, a ser juzgada en un plazo razonable o a ser puesta en libertad, sin perjuicio que continúe el
proceso (art. 7.5); y si se encuentra inculpada de un delito, a que se presuma su inocencia mientras no se
establezca legalmente su culpabilidad. Reglas similares se encuentran en el Pacto Internacional de Derechos
Civiles y Políticos, en que se dispone: art. 9.1: el derecho a la libertad personal y a que solo se prive de ella
en las condiciones fijadas en la Ley; 9.3: el derecho de toda persona a ser juzgada en un plazo razonable o a
ser puesta en libertad; 14.2: el derecho de toda persona acusada de un delito a que se presuma su inocencia
mientras no se pruebe su culpabilidad. También se encuentran normas similares en la Declaración
Americana de Derechos y Deberes del Hombre: art. 1, libertad; art. 26, estado de Inocencia; art. 25 derecho
a ser Juzgado sin dilaciones o a ser puesto en libertad; y en la Declaración Universal de Derechos Humanos:
art. 3, derecho a la libertad; art. 11.1, derecho a la presunción de Inocencia. Así, no puede ser otra la
conclusión de que la totalidad del sistema penal vigente en un país que se jacta de “Democrático”, debe
estar encaminado a preservar ciertas garantías mínimas para todo ciudadano, entre los que resaltan la del
debido proceso y el de presunción de inocencia. Las mismas, estructuradas como ficción legal de raigambre
constitucional, surgen de la aplicación del dogma, “Nulla poena sine indicio”, y tienen por fin limitar la
potestad preventiva y el Ius Punendi que el Estado posee, realizada a través de sus órganos jurisdiccionales,
impidiéndole todo prejuzgamiento o adelanto de pena, bajo pretexto de la efectiva aplicación de la Ley
Penal y el aseguramiento de la verdad real. “la finalidad de la autoridad civil es frenar la violencia de los
individuos, la del derecho penal es frenar la violencia del legislador, la de los ordenamientos procesales es
frenar la violencia de los magistrados”. Entonces, si bien la negligencia en la investigación y persecución de
ciertos hechos punibles particularmente graves, constituye una violación de las obligaciones que el estado
ha asumido, también es cierto que, como lo ha establecido la Corte Interamericana de Derechos Humanos
en los casos “VELAZQUEZ RODRIGUEZ” y “GODINEZ CRUZ” en una sociedad democrática. Los derechos
humanos suponen un equilibrio funcional entre el ejercicio del poder del estado y el margen mínimo de
libertad al que pueden aspirar. Por ende, resulta completamente ilegitimo detener preventivamente a una
persona con fines meramente retributivos o preventivos (especiales o generales), propios de la pena (del
derecho penal material), considerando a tal efecto criterios tales como la peligrosidad del imputado, la
repercusión social del hecho, o la necesidad de impedir que el imputado cometa nuevos delitos”.-
Tampoco podemos abstraernos de traer a colación las manifestaciones dadas por el maestro
BINDER, el cual refiere que: “es difícil creer que el imputado pueda producir por sí mismo más daño a la
investigación que el que puede evitar el estado con todo su aparato de investigación: La Policía, Los Fiscales,
La Propia Justicia. Concederles a los órganos de investigación del Estado un poder tan grande, supondría
desequilibrar las reglas de igualdad en el proceso. Además, si el Estado es ineficaz para proteger su propia
investigación, esta ineficacia no se puede cargar a la cuenta del imputado, mucho menos a costa de la
privación de su libertad.”-
Así también, traemos a colación lo expuesto por parte de los Miembros de la 3ra. Sala del
Tribunal de Apelación en lo Penal, en la causa caratulada: “CATALINO AGUILERA S/ ABUSO SEXUAL EN NIÑOS”,
por A.I. Nº 346 de fecha 30 de noviembre de 2.007, ha revocado la decisión del inferior, ordenando la
inmediata libertad del citado precedentemente, fundamentando dicho Tribunal textualmente que:
“analizadas la constancias obrantes en autos tenemos en primer término que el acusado Catalino Aguilera,
ha sido calificado por el hecho punible de Abuso Sexual en niños, es decir articulo 135; así también este
Tribunal advierte que el mencionado acusado se encuentra privado de su libertad desde el 04 de diciembre
de 2.006, en consecuencia de conformidad al artículo 38 del C.P. y atendiendo a dicha normativa que
establece como duración mínima la pena privativa de libertad de seis meses corresponde la revocación del
auto de prisión según lo dispuesto en el artículo 252 del C.P.P., por lo que deberá remitirse los autos al
inferior a fin de que aplique las medidas alternativas o asegurativas para la sujeción del acusado…”.-
En este punto es dable dejar expresa constancia, que se adjuntan al presente, copias simples
de: a-) la Imputación Nº 22 de fecha 30 de Mayo; b-) el A.I. Nº 607 de fecha 31 de mayo de 2.008, por la que
se dispone la prisión preventiva; c-) el Dictamen Fiscal Nº 1968 de fecha 21 de octubre de 2.008, por la cual se
presente la acusación; d-) el A.I. Nº 1071 de fecha 16 de diciembre de 2.008 emanada por parte del Juez Penal
de Garantías Abog. Miguel Tadeo Fernández; e-) el A.I. Nº 03 de fecha 06 de enero de 2.009, emanada por
parte del Tribunal de Apelación de Ferias, compuesto por parte de los Doctores Clara Estigarribia, José Agustín
Fernández, y Agustín Lovera Cañete.-
POR LO CUAL, este Representante del Ministerio de la Defensa Publica, y conforme a todo lo
citado precedentemente, solicita a los miembros de la Sala Penal de la Excelentísima Corte Suprema de
Justicia, se sirvan hacer lugar al planteamiento de Habeas Corpus Reparador, y en forma posterior dispongan
la inmediata libertad de la Señora Estela Marys Franco, por así corresponder en estricto Derecho.-
• Artículos 129 del Código Penal y el artículo 236 del Código Procesal Penal.
• Los artículos 7.1, 7.2, 7.6, 25 y 29 de la Ley 1/89 y los artículos 9.1, 9.3, 9.4, y 14.2 de la Ley Nº
5/92 que ratifican el Pacto de San José de Costa Rica y el Pacto Internacional de los Derechos
Civiles y Políticos, respectivamente.-