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(Varela)
-Es aquella parte de la psicología que se desarrolla dentro del ámbito jurídico específico y/o en
sus órganos dependientes, caracterizándose por poseer técnicas propias que la convierten en
una ciencia auxiliar de ese campo.
-Surge con el auge del positivismo a fines de la edad media. El saber necesita de pruebas
concretas y específicas para la probanza de los fenómenos.
-En argentina a principios de S. 20 llega la influencia del positivismo europeo, siendo
sostenida por hombres como José Ingeniero (tratado de Ps-Criminologia) Pinero y Ramos Mejias
aportando conceptos positivistas a la ps. de la época.
-La PS en el campo forense no existía como tal y solo estaba reservada como apéndice
menor de la medicina forense.
-En la Justicia nacional no existe un cuerpo de psicología forense como tal, un grupo de
colegas que dependen funcional, administrativa y profesionalmente del Cuerpo Médico Forense,
con carácter de auxiliar sin poder firmar sus informes.
PSICOLOGÍA JURÍDICA
(Rubio)
-Corresponde al ámbito de trabajo del psicólogo que, con planteos y métodos de abordaje, se
encuentra con escenarios que se cruzan con el discurso del derecho.
-También se la suele denominar Psicología Legal, en tanto que atiende a una praxis que está
dada por situaciones que se encuentran en relación a lo “prescripto por ley o conforme a ella”.
-Se diferencia de la Ps. Forense, en tanto que ésta última es una de las tareas de la Ps.
juridica. Además, la ps. forense toma tal nombre debido al FUERO Lugar de c/una de
las ramas donde se imparte derecho, por ende está en relación con solo uno de los poderes del
Estado.
FUERO-JUZGADO como espacio simbólico, donde el juez genera jurisprudencia.
JUEZ: falla según lo tipificado de acuerdo a las normas jurídicas que rigen en un
determinado territorio donde tiene potestad territorial. En base a 4 fuentes: leyes-jurisprudencia-
doctrina-usos y costumbres
Psicólogos: 1985 LEY 23.277 posibilita el trabajo
Nacional Provincial
Corte Suprema de Justici de la Nac. Corte Suprema de Justicia
Consejo de la Magistratura de la Nac. Cámara de Apelaciones
Jusgados de 1ªinstancias Juzgados
Cámara de Apelaciones. Tribunal Colegiado de Inst. Única
Juzgados comunitarios de las pequeñas
causas
Ministerio Pú. de la acusación
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¿QUÉ ES LA PERICIA?
Es una actividad procesal, pedida por las partes o por el juez, desarrollada por personas
calificadas sus conocimientos y ajenas a las partes del juicio, los cuales suministran al juez
argumentos o razones respecto a ciertos hechos.
FUNCIÓN: a) según del Poppolo el trabajo pericial consiste en la tarea de
responder los puntos de pericia.
b) según Rodriguez Falguera tiene la función de verificar hechos que
requieren de conocimientos especiales (atento a la ciencia, técnica o arte que deviene necesario);
y además debe suministrar al proceso reglas técnicas o científicas de la experiencia especializada
del perito, para posibilitar la formación de la convicción del juez e ilustrarlo con el fin de que pueda
apreciar los hechos que motivan la peritación en forma correcta.
CARACTERÍSTICAS: es una actividad humana, una actividad procesal, realizada
por personas calificadas, por encargo judicial previo, versa sobre hechos, es un medio de
confirmación, etc.
REQUISITOS DE: A) Validez del dictamen: posesión del cargo, encargo judicial y
que sea realizada de manera personal (no se puede delegar el cargo)
B) Eficacia del dictamen: Que sea un medio de prueba
conducente respecto al hecho a peritar; Que esté debidamente fundado; Que las conclusiones
sean claras, firmes y consecuencia lógica de sus fundamentos; Que no exista motivo para dudar
de su imparcialidad y sinceridad.
ETAPAS DENTRO DEL PROCESO PERICIAL: el procedimiento pericial implica un
conjunto de pasos secuenciados: 1) La designación del perito (quien debe estar debidamente
inscripto- estar debidamente notificado del cargo a través de la cédula de notificación que le llega
al domicilio que declaró- vez recibida, tiene 3 días hábiles y uno de gracia para aceptar el cargo -
acepta el cargo bajo juramento y por escrito ante el actuario o secretario, mediante el acta de
aceptación por duplicado, la cédula, el documento y la firma del prontuario - si no acepta se
procederá a un nuevo nombramiento de perito y éste será eliminado de la lista y no será incluido
el próximo año - Una vez que aceptó el cargo debe pedir el expediente para conocer el caso y ver
cuáles son los puntos de pericia solicitados - Establecerá las fechas de realización de la pericia
(aprox. 5/6 entrevistas), poniendo fecha de pericia a partir de los 30 días hábiles luego de aceptar
el cargo - Notificará a las partes para luego comenzar el trabajo pericial).
2) La tarea pericial propiamente dicha (Primer entrevista con el o los sujetos
que serán peritados, se recomienda que en un momento inicial sea abierta (no como en la
entrevista clínica), para luego pasar a ser semi-estructurada, y se les comunica que: Es condición
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necesaria su consentimiento informado; que se actúa en calidad de perito; Quien es la persona
que la está llevando a cabo y auxiliare que intervendrán (de ser necesario); que se pondrá en
conocimiento del juez todos los resultados que se obtengan del proceso; De que juzgado
proviene la designación judicial; El tiempo estimado de trabajo; El objetivo de la tarea; que la
resolución en la causa la tomará el Tribunal y no el perito, y cuál es el rol que el profesional
jugará; que tiene la posibilidad de negarse a colaborar con el perito, ya que no se encuentra
obligado a declarar contra sí mismo ni a ofrecer pruebas; que una vez finalizada la primer
entrevista, el o los peritados han de firmar el acta de realización de la entrevista; que se utilizarán
(de ser conveniente) las técnicas psicológicas que se consideren más oportunas, procediendo
también a realizar el estudio del expediente, del que se podrán extraer elementos válidos para
fundar hipótesis que relacionen el hecho investigado con todas las otras probanzas reunidas en el
expediente judicial; y por último, resulta concerniente realizar algún tipo de devolución de la
información al o los examinados, aunque sea mínima.
3) La deliberación, si hay pluralidad de peritos. Solo pueden asistir el juez y los
peritos, ya que lo que se pretende es que el acto quede a salvo de quede a salvo de cualquier
sesgo indebido.
4) La redacción y/o exposición del dictamen propiamente dicho. El dictamen es
el acto mediante el cual el perito, responde a cada uno de los puntos propuestos por las partes, o
incluidos por el juez, da cuenta de las operaciones realizadas y expone su opinión fundada acerca
de las conclusiones que, a su juicio, cabe extraer de aquel (Lino Palacios). Se ha de redactar las
conclusiones del informe haciendo mención a: Consideraciones sobre la actualidad del actor:
descripción de la persona con datos personales y funciones psicológicas; Consideraciones
sobre la subjetividad del actor: detalles del estado subjetivo, sintomatología, cambios en la
alimentación, peso, etc.; Aporte sobre pruebas psicométricas-proyectivas: se enuncian todas
las técnicas utilizadas, indicando las variantes, sus resultados y las fechas en que se aplicaron;
Contestación a puntos de pericia: copiar cada punto de pericia y contestar en forma binaria, sí
o no. Luego se desplegara y explayará la respuesta argumentándola; Conclusiones
fundamentadas y con lenguaje claro: se referirán siempre a los distintos puntos de pericia y se
utilizará el tiempo condicional (‘’podría ser que’’); Petitorio: el cual dirá ‘’se da por presentada la
pericial psicológica a vuestra señoría, pido que me regulen los honorarios profesionales y que
extiendan a las partes el siguiente informe’’; A partir de la última fecha de pericia se dispondrá de
30 días para entregar el dictamen al juzgado. Una vez entregado, el abogado notifica por cédula
que el perito entregó el informe. Se da el proveído por el juez, quien dice que el perito ha
entregado el informe y que debe ser notificado a las partes. Las partes tienen tres días hábiles
para hacer observaciones.
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CASOS POSIBLES FRENTE A UNA PERICIA: a) Impugnada: cuando cuenta
con errores de tipo intelectual, contradicciones. Se realiza de nuevo por otra persona. Se elimina
de las lista por ese año y el siguiente al perito. El error puede ser: Procesal o formal: refiere a todo
lo que rompa el equilibrio de que las partes estén notificadas y que se beneficie a una por sobre la
otra; o De contenido: cuando no se cumple con lo establecido por el código - no está
fundamentado - no se utilizan técnicas reconocidas - las conclusiones no son consecuencia lógica
del contenido. b) Nulidad: errores del proceso - no se entrega en tiempo y forma - no se informa
algún cambio por escrito, etc. c) Aclaratoria: aclarar algo no entendido por parte del juez o del
perito. d) Ampliación: ampliar algo específico. e) Observación: se observa alguna contradicción
o aspecto a modificar que no pone en duda el contenido.
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Según Del Popolo, algunos de los errores más frecuentes en la práctica pericial, al momento de
emitir las conclusiones, son:
● Sesgar las conclusiones buscando y valorando evidencias que apoyen las propias impresiones
descartando toda evidencia en contrario o minimizándolo.
● Mal interpretación o sobreinterpretación de técnicas psicológicas.
● No tomar en cuenta la validez y confiabilidad de las técnicas.
● Creencias de que signos específicos en una técnica pueden decidir por sí mismos el caso
investigado.
● No reconocimiento de los límites de la tarea conforme posibilidades de los instrumentos
diagnósticos utilizados.
● Manejarse con juicios de valor en torno al sujeto examinado que tienden a prejudicial el proceso
pericial.
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● El saber del entrevistado: en el ámbito clínico, desde una posición psicoanalista, hay un
secreto que el sujeto desconoce, que se oculta a sí mismo por efecto de la represión, en tanto
que en el ámbito forense, en el caso del criminal, hay secreto que él sabe y oculta a los demás.
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¿Qué es un perito?
Tipos de perito
Secreto profesional
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Etapas de un juicio- proceso judicial (Falguera)
Art 81 CP
1º Se impondrá reclusión de tres a seis años, o prisión de uno a tres años:
Al que matare a otro, encontrándose en un estado de emoción violenta y que las circunstancias
hicieren excusable.
Del Popolo comienza haciendo referencia al Artículo 81º del Código Penal, el que dice:
“Se impondrá reclusión de tres a seis años, o prisión de uno a tres años: a) Al que matare a otro,
encontrándose en un estado de emoción violenta y que las circunstancias hicieren excusable”.
Esta figura penal se aplica para los casos de homicidios.
La emoción violenta se configura a partir de un particular estado de la psiquis del
autor. Este estado es el que puede ser evaluado a partir de la pericia psicológica.
Conforme explica Ricardo Núñez, la emoción violenta hace referencia a un estado de
‘conmoción del ánimo’, que influye ‘sobre la posibilidad del autor de mantener el pleno gobierno
de sus frenos inhibitorios frente a las incitaciones o la acción homicida’. Ese ‘huracán
psicológico’ desborda el normal funcionamiento de las funciones del yo, disminuyendo las
posibilidades de autodominio pleno. En algunos casos, puede llevar a situaciones de
inimputabilidad por inconciencia.
La pericia psicológica tratará de aportar elementos de juicio que ayuden al juez a
establecer si: a) existió el referido estado emocional y su génesis; b) su intensidad, y c) su efecto
sobre las funciones psicológicas del procesado. Se precisa, en consecuencia, de un diagnóstico
retrospectivo que permita colectar elementos de juicio para establecer hipótesis válidas al
respecto.
Generalmente, el autor del delito ha recibido una larga serie de estímulos stressantes
antes de poner en marcha la conducta delictiva. Por ende, el estímulo que inmediatamente
precede al hecho delictivo, visto aisladamente, no permite comprender debidamente la
conducta homicida o lesiva. Si, en cambio, se analizan conductas precedentes, especialmente la
relación víctima-victimario y los contextos de la conducta, el hecho se puede aclarar notoriamente
en su comprensión.
En los casos de emoción violenta, existen al menos dos variables que es posible
observar:
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− Emoción violenta como respuesta a un estímulo súbito e inesperado que desencadena la
conducta delictiva.
− La conducta delictiva ha sido gestada a través de la presencia de estímulos reiterados de
carácter stressantes.
En suma, deben analizarse cuidadosamente los factores provocadores de
stress, su intensidad y su acumulación en forma previa al hecho, y los sucesos del mundo
externo que han tenido lugar, y las vivencias del mundo interno para poder comprender
correctamente la situación mental del sujeto al momento del hecho que incluso en ciertos
casos puede provocar una importante pérdida de la capacidad de comprender la criminalidad del
acto o dirigir sus acciones.
Estos estados de intensa emoción, suelen ir acompañados de un aumento en las
respuestas más o menos automáticos, debido a que el yo queda disminuido en sus funciones .
También son observables muchos trastornos de memoria en estos estados.
Debido a que el yo y sus funciones suelen ser arrolladas por la intensa emoción, la
reflexión, la anticipación, pensamiento lógico y secuencial, el planeamiento, quedan
disminuidos o anulados.
Por esta razón se producen los fenómenos de ‘racionalización’, en que el sujeto
tiende a ‘emparchar’ sus declaraciones, dado que muchos eventos por el proceso catatímico
vivido no quedan adecuadamente fijados.
Suelen tener intensas repercusiones somáticas durante el hecho (aceleración del
ritmo cardíaco, respiración acelerada, palidez, sequedad en la boca) y con posterioridad estos
puntos deben ser investigados en la pericia.
Vicente Cabello distingue dos formas de reacción frente a la emoción violenta:
− Sobresalto o activa.
− Sobrecogimiento o pasiva, en la que el sujeto queda inmóvil, indefenso, se queda
‘frío’, como clavado en el suelo, sin atinar a nada.
El Yo ante un estímulo inesperado no puede desplegar los mecanismos de defensa, razón por la
cual fallan los frenos inhibitorios. En este sentido, es un evento reactivo. En ese estado
crepuscular, de obnubilación de la conciencia, se produce la acción. Acción que se orienta hacia
lo más primitivo, a lo más íntimo del sujeto, y no hay intencionalidad. Es fundamental el relato del
autor.
¿Cuáles son los elementos que plantea Del Popolo que deben ser considerados por el
perito al intervenir en un caso de Emoción Violenta (o en el que se estima la misma)?
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A los efectos de realizar un estudio retrospectivo de los fenómenos de conducta implicada
en el estado de emoción violenta, Del Popolo sostiene que convendrá analizar los
siguientes puntos (Que también pueden ser pedidos al solicitar la pericia psicológica):
1. Factores de contexto mínimo, medio y máximo presentes en el hecho. Como ya hemos
visto, la conducta se entiende a partir de situarla en un contexto.
2. Interacciones víctima-victimario e historia de la relación. Este punto suele ser el de mayor
importancia para la comprensión del hecho.
3. Factores desencadenantes de stress previos al hecho. Conviene identificar todos los
factores operantes al respecto en la historia previa inmediata del sujeto, evaluando su intensidad.
4. Posibilidad de control de los impulsos y tolerancia a la frustración.
5. Juicio de realidad y percepción al momento del hecho, motivación.
6. Presencia de estados psicopatológicos, que suelen aclarar estados de desestructuración de
la conciencia. Debe analizarse con minuciosidad la personalidad previa del imputado, el estado
de sus defensas y la posibilidad del yo de control de los impulsos.
7. Predominio de funciones automáticas, influencia del estado afectivo sobre la atención y
coordinación neuromuscular.
8. Estado de la memoria al momento del hecho y a posteriori.
9. Semiología del hecho delictivo. Tipo de reacción y posibilidad de respuesta diferida y
retardada donde la respuesta de emoción tarda en aparecer. En ella se puede advertir la
presencia misma de la emoción.
10. Autoestima, depresión y grado de la herida narcisista sufrida.
11. Conducta posterior del autor del hecho.
12. Presencia o ausencia de consumo de alcohol o drogas, que suelen actuar como
deshinibidores de la conducta.
13. Existencia de conducta planificada.
14. Significado simbólico del hecho para el sujeto, puesto que nos permitirá comprender en
mayor medida la razón psicológica de su emoción.
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Imputabilidad e inimputabilidad.
Art 34 CP
No son punibles:
1º. El que no haya podido en el momento del hecho, ya sea por insuficiencia de sus facultades,
por alteraciones morbosas de las mismas o por su estado de inconciencia, error o ignorancia de
hecho no imputables, comprender la criminalidad del acto o dirigir sus acciones.
En caso de enajenación, el tribunal podrá ordenar la reclusión del agente en un manicomio, del
que no saldrá sino por resolución judicial, con audiencia del ministerio público y previo dictamen
de peritos que declaren desaparecido el peligro de que el enfermo se dañe a sí mismo o a los
demás.
En los demás casos en que se absolviere a un procesado por las causales del presente inciso, el
tribunal ordenará la reclusión del mismo en un establecimiento adecuado hasta que se
comprobase la desaparición de las condiciones que le hicieren peligroso;
2º. El que obrare violentado por fuerza física irresistible o amenazas de sufrir un mal grave e
inminente;
3º. El que causare un mal por evitar otro mayor inminente a que ha sido extraño;
4º. El que obrare en cumplimiento de un deber o en el legítimo ejercicio de su derecho, autoridad
o cargo;
5º. El que obrare en virtud de obediencia debida;
6º. El que obrare en defensa propia o de sus derechos, siempre que concurrieren las siguientes
circunstancias:
a) Agresión ilegítima;
b) Necesidad racional del medio empleado para impedirla o repelerla;
c) Falta de provocación suficiente por parte del que se defiende.
Se entenderá que concurren estas circunstancias respecto de aquel que durante la noche
rechazare el escalamiento o fractura de los cercados, paredes o entradas de su casa, o
departamento habitado o de sus dependencias, cualquiera que sea el daño ocasionado al
agresor.
Igualmente respecto de aquél que encontrare a un extraño dentro de su hogar, siempre que haya
resistencia;
7º. El que obrare en defensa de la persona o derechos de otro, siempre que concurran las
circunstancias a) y b) del inciso anterior y caso de haber precedido provocación suficiente por
parte del agredido, la de que no haya participado en ella el tercero defensor.
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Del Popolo enuncia en forma genérica algunas nociones legales básicas con respecto a las
pericias más frecuentes. La primera noción que abordará será la de imputabilidad, definida por
Ricardo Núñez (tratadista de derecho penal, prestigioso en nuestro país) como la condición del
delincuente que lo hace capaz de actuar culpablemente. Esto significa que la ley requiere
de una determinada capacidad para que alguien pueda ser delincuente.
Zaffaroni, por su lado, considera imputable a aquella persona que tiene una ausencia de
impedimento psíquico para la comprensión de la antijuridicidad de la conducta. Zaffaroni
nos trae a colación el concepto de antijuridicidad, concebida dentro de la conceptualización de
delito. Un delito en sentido jurídico, tiene una conceptualización desde el punto de vista de la
teoría jurídica. Desde esta óptica, delito es una acción humana típica, antijurídica y culpable.
− Acción: Que se está en presencia de un comportamiento humano que es integrativo tanto del
hacer o comisión (de las acciones propiamente dichas, como por ejemplo matar), como del no
hacer u omisión (por ejemplo, quien omite prestar los auxilios debidos cuando está obligado a
ello).
− Tipicidad: La conducta para ser sancionada dentro del ordenamiento penal, tiene que estar
descrita taxativamente en el ordenamiento jurídico penal. Si no existe la descripción de una
conducta prohibida, si no está ‘tipificada’, tampoco puede haber ni pena ni castigo. Para que una
conducta sea sancionada desde el punto de vista penal, debe existir una conformidad de esa
conducta con la descripción que se hace en el Código Penal o en las leyes penales.
− Antijuridicidad: Cuando es contraria al derecho en su totalidad, cuando está en desacuerdo
con todo el ordenamiento jurídico. Se le define como aquel desvalor que posee un hecho típico
que es contrario a las normas del Derecho en general, es decir, no sólo al ordenamiento penal.
La acción ilícita de matar desaparece en los casos en que el autor esté amparado en una
causa de justificación, esto es por ejemplo, la legítima defensa.
Culpabilidad: Ricardo Núñez la define como el modo del comportamiento psíquico del
autor del delito, que fundamenta su responsabilidad penal desde el punto de vista personal y que
está subordinado a su capacidad, a su saber y a su libertad de determinación.
Un presupuesto de la culpabilidad, es la imputabilidad.
A la imputabilidad, algunos la definen como un presupuesto de la capacidad para ser
culpable. Otros, opinan que el concepto integra la culpabilidad, que es uno de sus elementos. En
este sentido, Sebastián Soler la define como la posibilidad condicionada por la salud y la madurez
espiritual del autor del hecho, de valorar correctamente los deberes y de obrar correctamente con
ese conocimiento.
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Básicamente, es una posibilidad que depende de la salud y de la madurez espiritual del
autor. Por tanto, para poder ser culpable, se debe ser imputable.
Del Popolo planta la duda, entonces: ¿Quiénes no son imputables? ¿Quiénes no tienen
esta capacidad de ser culpables? ¿Quiénes no tienen la posibilidad de valorar correctamente los
deberes y de obrar de acuerdo con ese conocimiento en función de un déficit en su salud o en su
madurez?
En primer lugar, el autor habla de los menores de edad, donde la Ley presume que debajo
de determinada edad, la persona no tiene la capacidad suficiente para ser imputables. La Ley Nº
22.278, establece que no es punible (en definitiva, no es imputable) el menor que no haya
cumplido los 16 años de edad. Por encima de los 16 años (de acuerdo a esta la Ley mencionada
anteriormente) y hasta los 18 años, sólo se los responsabiliza si cometen un delito sancionado
con más de 2 años de pena privativa de la libertad.
Por otro lado, hace referencia a otras situaciones que impiden que alguien pueda ser
considerado imputable, previstas por el Artículo 34 inciso 1º del Código Penal, que dice: “No
son punibles: (1º) El que no haya podido en el momento del hecho, ya sea por insuficiencia de
sus facultades, por alteraciones morbosas de las mismas o por su estado de inconciencia, error o
ignorancia de hecho no imputables, comprender la criminalidad del acto o dirigir sus
acciones”.
En otras palabras, en el momento del hecho debe haber atravesado por un estado de
inconciencia no imputable, o bien, haber padecido una alteración morbosa o una insuficiencia de
sus facultades.
− Insuficiencia de las facultades: Falta de desarrollo de las mismas que tradicional o
mayoritariamente se sostiene que hacen referencia al campo mental. Zaffaroni no coincide, dice
que también comprende otras facultades pueden ser insuficientes y determinar una perturbación
de conciencia.
− Alteración morbosa: Para algunos, equivale a “alienación mental”. Para otros, significa
“enfermedad mental”. Lo importante es señalar que entre una posición y la otra, hay en el campo
práctico importantes diferencias. Si nos quedamos con la posición alienista, por ejemplo, se
considerarán inimputables sólo los psicóticos, quedando un importante sector de enfermos por
fuera de la posibilidad de ser declarados también inimputables.
Debemos tener presente que no basta la enfermedad mental o la alteración morbosa
de las facultades para que alguien sea declarado inimputable. El perito tiene que establecer
si el sujeto padece insuficiencias de las facultades, si presenta alguna enfermedad mental, o si
padeció un estado de inconciencia y si esta circunstancia, desde el punto de vista de las
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funciones o capacidades naturales de la conducta, lo pudo haber llevado a impedir que dirigiera
sus acciones y comprendiera la criminalidad del acto. Luego, el juez podrá establecer si a ese
sujeto se le podía exigir una conducta diferente a la que llevó a cabo. En definitiva, quien emite
este juicio de inimputabilidad es el juez.
Aquí, las funciones de juez y perito difieren. El perito podrá establecer si padeció de un
estado de inconciencia, de alteración morbosa, de insuficiencia de las facultades. Ver si, desde el
punto de vista de sus capacidades naturales pudo comprender y dirigir sus acciones. Los estados
de inconciencia hacen referencia a profundas perturbaciones de la conciencia, no a la
inconciencia total, sino a graves desestructuraciones de la lucidez de conciencia.
Estos estados pueden ser tributarios de una gran variedad de situaciones. Son
generalmente de aparición brusca y están limitados en el tiempo.
Quien comprende la criminalidad del acto, puede dirigir sus acciones y presenta un
estado de salud mental, debe ser responsable de sus actos. Esto está anclado en una visión
antropológica que presupone la libertad de elección del ser humano y el hecho de ser
responsable de sus acciones.
RESPECTO A COMPRENDER LA CRIMINALIDAD DEL ACTO Y DIRIGIR SUS
ACCIONES:
Dirigir las acciones, hace referencia a la posibilidad o imposibilidad que tienen
determinadas personas de poder dirigir lo que hacen. En estos casos en los que no hay
posibilidad de dirigir las acciones a partir de un yo, se da esta condición que transforma al sujeto
en inimputable.
En cuanto a comprender la criminalidad del acto:
Soler sostiene que esta expresión se debe entender como la comprensión en un sentido práctico
y empírico, con relación a la vida cotidiana, en la que se sabe cuál es el sentido de hacer lo que
se quiere y se comprende lo que se hace.
Justo Laje Anaya cree que comprender la criminalidad del acto es saber o dudar, en síntesis, que
lo que libremente se quiere es malo.
Ricardo Nuñez, entiende que comprender la criminalidad del acto se refiere a la posibilidad del
autor de saber lo que hace y comprender el significado social de ello.
Para Caballero, significa que el sujeto sabe que es un hecho antisocial y que es perjudicial para el
prójimo, que el hecho le va a ocasionar al otro un trastorno en sus derechos o en sus bienes.
Para Spolanski, presupone el conocimiento de la existencia de una norma que prohíbe el acto
bajo amenaza de pena en la esfera del profano.
Como hemos visto hay discrepancias, pero interesa en todo caso, desde el punto
de vista pericial, ayudar a establecer desde la óptica de las capacidades psicológicas, si la
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persona pudo dirigir las acciones y si pudo comprender realmente el acto que hacía y hasta qué
punto.
Las anteriores son pautas que nos van a ayudar en el discernimiento del caso desde
el enfoque pericial, proporcionando elementos al juez, para que éste pueda establecer si un
individuo es imputable o inimputable.
Los TMT son estados de perturbación mental pasajeros y curables, debidos a causas
ostensibles sobre una base patológica probada, cuya intensidad puede llegar a producir
trastornos en la comprensión y la voluntad y por ende, la consiguiente repercusión en la
imputabilidad.
El problema que plantea nuestro código penal a través del artículo 34 es drástico:
imputabilidad o inimputabilidad de acuerdo a que el sujeto presente o no las eximentes que
contempla el inciso 1º.
Nuestro Código Penal contempla como eximente en el art. 34 inc. 1º, a la alteración
psíquica plena que se aprecia como un TMT completo bajo la forma de estado de
inconsciencia, hecho que no trae mayores problemas para hacer el correlato médico -jurídico.
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El problema se plantea cuando el TMT, a pesar de ser evidente o notable, no alcanza
la plenitud requerida para la instalación de un estado de inconsciencia; se trataría entonces de un
TMT incompleto y por lo tanto, sólo sería un atenuante, no contemplado taxativamente en
nuestro Código Penal. Por otra parte, las figuras que de alguna manera intentan cubrir estas
circunstancias, son eminentemente jurídicas, sin correlato psiquiátrico forense, como es el caso
de la llamada emoción violenta. Será la intensidad de la perturbación la que incline la decisión del
tipo de TMT. Será la intensidad de la perturbación la que incline la decisión del tipo de TMT.
Algunos autores, como Alonso Fernández, dicen que hay estados psíquicos que
pueden provocar trastornos de la conciencia sin que concurra un fondo morboso como son
el agotamiento, la somnolencia y situaciones afectivas intensas como la cólera, la angustia o
el éxtasis. Por lo tanto, sostienen que estos trastornos de la conciencia no morbosos pueden
tener "el valor de enfermedad" en la psiquiatría forense.
Lo que queda claro, es que la situación del TMT no ha de haber sido buscada a
propósito para delinquir. La pre-ordenación al delito excluye la posibilidad de apreciación de la
eximente (completa) o la atenuación (incompleta).
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-En los últimos tiempos se tiende a afirmar que el TMTC es el último nivel de
una graduación jurídica que inicia en la simple irritación, aturdimiento o acaloramiento, pasando
por la atenuante del AyO (arrebato y obcecación), hasta llegar al TMTC caracterizado por el
estado de inconsciencia.
-El concepto de estado de inconsciencia debe interpretarse en un sentido
psicológico, es decir, como una ‘alteración grave de la conciencia’. En este sentido, ‘el código no
exige una falta absoluta de conciencia, sino una profunda perturbación de ella".
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DAÑO
Artículo Nº 1068 del Código Civil, se dispone que “habrá daño siempre que se
causare a otro algún perjuicio susceptible de apreciación pecuniaria, o directamente en las
cosas de su dominio o posesión, o indirectamente por el mal hecho a su persona o a sus
derechos o facultades”.
Código Civil y Comercial: art. 1737 CCC, que establece: “Hay daño cuando se
lesiona un derecho o un interés no reprobado por el ordenamiento jurídico, que tenga por
objeto la persona, el patrimonio, o un derecho de incidencia colectiva”.
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● La magnitud del perjuicio: Se trata de fenómenos que producen una importante
modificación en la vida del sujeto, en grados y áreas variables, con detrimento de la paz anímica,
ocasionando estados de tristeza y descenso en el nivel de calidad de vida.
● Costo del tratamiento: Se puede pedir sólo la compensación por el daño, o también
solicitar el costo del tratamiento tendiente a disminuir sus efectos. Nadie puede obligarse, por otro
lado, a aceptar un tipo de terapia en la que no confíe o no esté predispuesto a hacer.
● Resto no asimilable: Si se reclama el costo del tratamiento, depende del que lo
reclama que éste se lleve a cabo o no. Los resultados que se obtengan dependerán de la actitud
de colaboración con el terapeuta. La suma que se conceda para costear el tratamiento tiene que
reducir el detrimento padecido en el área psíquica.
El resto no asimilable hace referencia a un resto que siempre quedará, que no
podrá ser borrado de la vida anímica y que constituirá una plataforma donde los futuros conflictos
pueden revestir mayor gravedad (puede funcionar como ‘base’ para otros ‘brotes’ a futuro por X
motivo que también lleve a una demanda).
● Elemento que aumente la compensación por daño moral.
● Los gastos del traslado al consultorio (especialmente cuando el reclamante resida
lejos o haya quedado con secuelas que impidan el ejercicio de las facultades ambulatorias), la
medicación (si fuese necesaria) e inclusive la internación (en casos agudos)
DAÑO PSÍQUICO
-SEGÚN MATILDE ZABALA DE GONZÁLEZ: En sentido amplio, alude al daño psíquico como
una cierta clase de lesión inferida a la persona que constituye fuente de daños resarcible.
En sentido estricto, define al daño psíquico como una
perturbación patológica de la personalidad de la víctima que altera su equilibrio básico o agrava
algún desequilibrio precedente, y no se identifica con el daño moral.
Ubica en el concepto de daño psíquico, tanto a las enfermedades mentales como a los
trastornos pasajeros, pero (ya sea como condición estable o bien como accidental y transitoria)
implica, en todo caso, una faceta morbosa, que perturba la normalidad del sujeto y trasciende en
su vida individual y de relación. No se identifica con el daño moral, aunque puede generarlo.
Puede, y de hecho se presenta, aunque no medien lesiones corporales, como sucede con las
neurosis traumáticas.
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Otro aspecto a considerar, es el error de limitar el daño psíquico al funcionamiento
intelectual, relegando lo emocional para el daño moral, cuando, por el contrario, lo
emocional/afecto, lo volitivo y lo intelectual, se encuentran estrechamente correlacionados.
En cuanto al carácter de resarcible, aunque no se lo niega en el derecho, surge el
problema del título o el cauce por el que cabría reconocer su resarcimiento, si se identifica con el
daño moral, y además, solo como daño patrimonial indirecto en caso de ser éste probado, o bien
como categoría diferenciable y distinta de ambas clases de perjuicio.
Otra cuestión refiere a la no-unidireccionalidad entre lesión y daño: éstas dependen
de las estructuras y vivencias de cada sujeto. Que determinado hecho genere un daño o lesión
dependerá de los recursos que cada sujeto tenga.
Características que debe presentar el daño psíquico para ser considerado resarcible:
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clásicos reagravamientos en forma de descompensación o brote (en ocasión del accidente) de
patologías psiquiátricas preexistentes al evento.
● Que ha disminuido o limitado las aptitudes psíquicas preexistentes en el sujeto. La limitación del
psiquismo debe comprenderse como una limitación a la capacidad de goce de una persona,
tanto en el orden individual, como en el familiar, el profesional o laboral, el social y el recreativo.
Debe documentarse no solamente aplicando un baremo, explicitando un porcentual, sino
explicando, con palabras sencillas, en qué consiste precisamente esa limitación y cómo se
expresa en la vida cotidiana de la víctima y en todas las facetas de ésta.
● Con definido y acreditado nexo causal entre el evento traumático y la secuela dañosa, que
permitirá generar una demanda por daños y perjuicios.
Una vez acreditado el daño psíquico, se postula como absolutamente necesario acreditar la
relación causal entre el daño que se observa y el hecho al cual se imputa la producción de aquel.
Es esencial comprender la causa, sabiendo distinguir a ésta de la concausa y sus variedades
(pregunta Nº 9).
● Con suficiente jerarquía como para causar la lesión.
● Cronificado o consolidado jurídicamente (presente en el momento de la peritación, con 2 años
de evolución post trauma).
● El más importante de todos: que pueda ser probado por medio de pericias. (El daño moral no
requiere peritación)
DAÑO MORAL
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