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MEDIOS DE PRUEBA
Módulo 1 – Unidad 1
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UNIDAD 1. EL JUICIO ORAL Y LOS MEDIOS DE PRUEBA ..................................................................... 3
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Unidad 1. El juicio oral y los medios de prueba
Antes de desarrollar la unidad, es importante conocer uno de los principales conceptos
vinculado directamente con el tema de estudio, a saber: ¿Qué es un juicio?
De manera general, es el proceso legal donde una decisión se profiere sobre la base del
conocimiento adquirido por un juez y las pruebas presentadas; es decir, un juzgador, con
base en hechos que sean probados y bajo la aplicación del derecho, busca resolver el
conflicto existente en dos o más partes. De acuerdo con Arellano (1998): “es el cúmulo de
actos regulados normativamente, de los sujetos que intervienen ante un órgano del Estado,
o un árbitro, con facultades jurisdiccionales, para que se apliquen las normas jurídicas a la
solución de la controversia o controversias planteadas” (p. 66).
Por su parte, De Luna, Mac-Gregor, Camacho y Cabrera (2005), definen los juicios como:
El conjunto de actos que se llevan a cabo ante un Órgano del Estado, es decir, un
juzgador, para que este, con base en hechos probados y mediante la aplicación del
derecho, resuelva un conflicto o controversia suscitados entre dos o más sujetos con
intereses opuestos. (p. 29)
… instalada por el juez de conocimiento la audiencia oral, en ella se realizan una o
más sesiones continuas y públicas, en las cuales el fiscal, de manera oral, con el
interrogatorio y contrainterrogatorio de los testigos de los hechos, y la introducción de
la evidencia física a través de testigos de acreditación, sustenta su acusación; a su vez,
la defensa está facultada para ejercer la refutación, y el juez valora y decide sobre los
hechos que estima probados a través de los medios introducidos, practicados y
controvertidos en la audiencia por las partes. (p. 35)
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El tribunal de juicio será colegiado y debe estar presidido por tres jueces imparciales e
independientes. Este tribunal deberá decidir sobre la controversia presentada y si las
pruebas muestran, o no, más allá de una duda razonable, la responsabilidad penal del
acusado. El Tribunal debe enterarse imparcialmente del testimonio, la contradicción, la
presentación y deposición de las pruebas que hagan las partes, vigilando que todo se realice
como dispone la Ley (Gólcher, 2013, p. 41).
Según Gólcher (2013), esta es la etapa donde se debaten, se valoran y se practican las
pruebas admitidas. Dichas pruebas se practican ante los Jueces. El fiscal, el abogado
defensor y el representante de la víctima argumentan en la Audiencia (p. 41).
De allí que, esta representa la etapa más importante del Sistema Penal Acusatorio. En un
juicio público, oral y concentrado, la fiscalía y la defensa ofrecen las pruebas, las cuales se
practican, contradicen y se argumentan ante los jueces. Concluido el debate, los jueces
anuncian el fallo, ya sea absolutorio o condenatorio (Gólcher, 2013, p. 45).
Dicho de otra manera, ante el Tribunal del Juicio, ya sea de Jurado o el Juez correspondiente,
se determina la responsabilidad de los acusados en base a los principios de oralidad,
publicidad, inmediación y contradicción de las pruebas, respetándose así las garantías de
fundamentales de todos los involucrados en el proceso, a fin de que cada una de las partes
pueden demostrar su teoría del caso.
Esta fase se regula dentro del Título III, Juicio Oral, en los artículos 358 al 426 del Código de
Procedimiento Penal de la República de Panamá, estableciendo el artículo 358 lo referente
al principio del juicio que “El juicio es la fase esencial del proceso, esta se realizará sobre la
base de la acusación, en forma oral, pública, contradictoria y concentrada” (Ley N° 63, 2008,
p. 77).
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1.1.1. Reglas de procedimiento
En cuanto a las reglas de procedimiento, estas se deben aplicar con la presencia (de manera
ininterrumpida) del Juez, el Fiscal que lleve la causa, la víctima, el acusado (con su respectivo
defensor) y, de ser el caso, de la parte acusatoria privada y el querellante, si hubiere.
Debe señalarse que, según lo dispone el Código Procesal Penal (2008) en su artículo 359, si
el fiscal no llega a comparecer, o por algún motivo se aleja de la audiencia, se solicita el
reemplazo al Procurador General de la Nación y, si no existe algún compareciente, se
entiende por abandonada la acusación (p. 78).
Por otra parte, debe tomarse en cuenta que, según Gólcher (2013), si “el defensor se
ausenta en la audiencia, se considerará abandonada la defensa y se debe nombrar un
reemplazo” (p. 43).
El escrito de acusación debe ser confeccionado por el fiscal para que las otras partes tengan
conocimiento; en otras palabras, el querellante y el defensor. Debemos mencionar que el
defensor no tiene el deber de presentar el escrito; esto queda a criterio; puede ser de modo
verbal durante la audiencia, aunque la mejor práctica es realizarlo por escrito.
Este debe contener, tal como se encuentra establecido en el artículo 340 del Código
Procesal Penal (2008) en términos generales, lo siguiente:
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- Datos personales que sirvan de identificación al acusado o acusados. El inicio debe
contener, para identificar a la persona, su nombre y apellido, cédula, sexo,
nacionalidad, estado civil y domicilio.
- Relación precisa y circunstancia del hecho o, hechos punibles; debe consistir en el
relato mediante el cual expresamos cuál fue el evento ocurrido con sus
circunstancias de tiempo, modo lugar e intervinientes. En ese sentido, ¿se
responden las preguntas de qué sucedió? ¿Cómo sucedió? ¿Dónde sucedió?
¿Cuándo sucedió? ¿Quiénes lo hicieron? ¿A quién se lo hizo? ¿Por qué sucedió?
- Debe de aclararse el tipo de pena para la calificación, especificando si la conducta
es doloso o culposo, si es simple o agravada.
- Debe esclarecerse qué papel juega el acusado y su participación, ya sea autor
material, cómplice primario, secundario o instigador.
- En el escrito, el fiscal debe establecer la pena que se pretende sea impuesta al
acusado.
- El escrito debe contener los medios de prueba y las evidencias materiales
correspondientes, los cuales serán ofrecidas, una vez anunciados, con indicación de
los hechos (Art. 340, Código Procesal Penal, 2008).
El escrito de acusación es una promesa de que en un juicio oral se van a demostrar los
hechos que sustentan la acusación, con los elementos de convicción que se
presentaron en la fase intermedia y que una vez acogidos se practican en el juicio oral
y público.
Este capítulo es muy importante porque el juicio oral es la fase donde se va a discutir
la responsabilidad criminal de una persona acusada por delito.
Los abogados tienen que conocer bien, tanto a sus testigos y sus evidencias, como los
de la otra parte, y fijar correctamente su orden de presentación durante el juicio oral,
organización del alegato de apertura y el argumento jurídico de la clausura. (p. 44)
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Importancia
La ley requiere que las partes expongan sus respectivas teorías del caso durante la
presentación inicial. Esta será la primera oportunidad para dar conocimiento a los
juzgadores en torno a los hechos del caso que se imputa, a fin de ilustrarlos en relación con
los hechos y fundamentar la acusación. No hay un término legal que fije el tiempo del que
dispone cada parte para la presentación inicial; no obstante, el Tribunal debe limitar el
tiempo de las intervenciones, según sea el caso.
Estructura
Según Gólcher (2013), algunos de los elementos básicos que permiten tener una buena
presentación inicial son:
Fiscal Defensa:
Presentación Presentación
Nombre Nombre
Fiscalía Representación de su cliente.
No tiene que probar nada, el Fiscal tiene el
deber de probar el caso más allá de una duda
razonable.
Introducción, teoría del caso y tema: Introducción, teoría del caso y tema:
Responsabilidad de acusar a Diego Escobedo Cuerpo, pruebas y evidencias:
Acusación de transporte ilícito de armas:
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Poseer y transportar armas. Falta de conocimiento del cliente sobre las
armas.
Conocimiento de que eran las armas.
Falta de colaboración del relato de Ramírez.
Sin permiso de la Ley.
Falta de evidencia pericial.
Conclusión y petición
Final de la presentación de toda la evidencia.
Pedir el fallo condenatorio.
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Cuadro 1. Ejemplo de juicio oral
Fuente: elaboración propia a partir de Gólcher (2013, p. 46).
Estas reglas de procedimiento se regulan en los artículos 358- 359 del Código de
Procedimiento Penal de la República de Panamá, el último de ellos establece
concretamente que:
Sobre esta asistencia, conviene subrayar que, tal como lo dispone el Código Procesal Penal
de Panamá, el acusado debe asistir a la audiencia de manera libre, en persona, pero de
existir alguna cautela necesaria, ya sea de disponer vigilancia, entre otras para evitar su fuga
y violencia, el Presidente de la Audiencia es el encargado de ordenar su cumplimiento (Art.
360, Ley N° 63, 2008).
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La asistencia del acusado es un proceso dinámico, progresivo y fundamental en un juicio
oral, ya que, a través de su declaración, se busca encontrar elementos claves que permitan
llegar a la verdad del procedimiento que se está llevando a cabo.
Todas las personas tienen derecho a acceder a las salas de audiencias. Las personas
mayores de doce años podrán ingresar a la sala de audiencias cuando sean
acompañadas por un mayor de edad que responda por su conducta.
Se podrá prohibir el acceso a cualquier persona que se presente en forma incompatible
con la seriedad de la audiencia o, de ser el caso, ordenar su expulsión cuando provoque
disturbios o asuma irregularidades o provocativas. (Ley N° 63, 2008, p. 78)
Tal como lo expresa Gólcher (2013) además de contemplar:
El acceso pleno de las personas a los debates, como mecanismo de escrutinio público
sobre las actuaciones y las decisiones judiciales. La publicidad del debate implica la
posibilidad que cualquier ciudadano pueda presenciar y escuchar audiencias, observar
las pruebas y formarse en consecuencia, su propia opinión. (p. 22)
En otras palabras, podemos definir y establecer qué implica la publicidad, la cual, según
López (2017), se caracteriza porque:
El juicio oral, como ya se indicó, debe realizarse de manera pública, sin embargo, existen
algunas excepciones que pueden llevar a efectuar dicha audiencia, total o parcialmente,
privada. Entre estas excepciones se pueden mencionar:
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- Cuando se pueda afectar la vida privada o la integridad física de alguno de los
intervinientes.
- Cuando peligre un secreto oficial, profesional, particular, comercial o industrial, cuya
revelación cause perjuicio grave.
- Cuando la víctima sea una persona menor de edad. El tribunal podrá imponer a las
partes que intervienen en el acto el deber de guardar secreto sobre los hechos que
presenciaron o conocieron. (p. 22)
De allí que Gólcher (2013), respecto al principio de publicidad, comenta que:
Este principio tiene una múltiple funcionalidad, en el sentido de que permite al público
observar cómo funciona la administración de justicia, que pueda ejercer un control
externo de las actuaciones de las partes e intervinientes en el juicio y constate cómo se
prueba la culpabilidad o se declara la inocencia. (p. 22)
Es importante destacar las palabras de López (2017) cuando afirma que la: “publicidad
representa un papel fundamental en cualquier sistema procesal que busque garantizar la
legalidad” (p. 55); al no orientarse de forma correcta, puede producir daños graves al
proceso, especialmente cuando intervienen factores externos que predisponen, de una u
otra manera, la ejecución del juicio.
Tal como lo establece la ley, los medios de comunicación podrán presenciar la audiencia, a
fin de que puedan comunicar al público lo que suceda a lo largo del Juicio Oral.
Se señalará, en cada caso, por medio del tribunal, las condiciones y, de existir algo
perjudicial para el desarrollo de la audiencia, por medio de resolución debidamente
fundamentada, se impondrán las restricciones. Se puede presenciar el desarrollo total de la
audiencia y en gran medida conocer el contenido ya sea de pruebas, razones y luego el
conocimiento de los fundamentos en la sentencia; esto representa una garantía de
transparencia, pues proscribe juicios entre “sordas y mudas paredes”, en lo que es un
tradicional ámbito favorecedor de persecuciones injustas que tiene como contracara la
exposición pública de aquel que actúa como acusado de un delito, lo que a su vez,
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compromete su derecho al honor; esto corresponde a la “llamada pena del banquillo”
(Cafferata, 2020, p. 26).
Para finalizar, por solicitud de la víctima el imputado, o alguna persona que durante el
proceso del juicio deba rendir declaración, podrá solicitar que no se autorice a los medios
de comunicación para grabar su voz o su imagen; en este sentido, el tribunal debe hacer
respetar su petición. Esto se regula en el artículo 363 del Código de Procedimiento Penal de
la República de Panamá.
En el proceso penal acusatorio, resulta relevante que el imputado conozca de primera mano
cuáles son sus derechos, entre los cuales destaca el de tener comunicación directa con su
defensor; de allí que, tal como lo señala López (2017), “el derecho principal del imputado
es contar con un defensor, quien lo asistirá durante todo el proceso” (p. 66).
En este sentido, en el artículo 370 del Código Procesal Penal, se establece que “el imputado
podrá comunicarse libremente con su defensor durante el juicio, siempre que ello no
perturbe el orden de la audiencia, pero no podrá hacerlo mientras esté rindiendo su
declaración durante el juicio” (Ley N° 63, 2008, p. 80).
Esto quiere decir que durante todo el proceso se debe garantizar la comunicación entre el
imputado y su defensor, quien debe primordialmente defender los derechos y principios
elementales de su defendido, entre los cuales se pueden mencionar, según López (2017):
“el derecho a ser escuchado, donde ambos actores (imputado y defensor) pueden
comunicarse entre sí a fin de agregar todo aquello que les pueda beneficiar durante el acto”
(p. 67).
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1.1.6. Alegatos de conclusión
Una vez concluido el desahogo de pruebas, la audiencia oral de la causa debe culminar con
los correspondientes alegatos de conclusión y las réplicas correspondientes, según lo
señalado en el artículo 371 del Código de Procedimiento Penal de la República de Panamá
(2008).
En efecto, dicha ley dictamina que: terminada la recepción de las pruebas, el presidente
concederá sucesivamente, la palabra al fiscal, al querellante y al defensor, para que, en ese
orden, por un término que no exceda de una hora, expresen sus alegatos finales. Sobre esta
fase de la audiencia oral, el artículo 371 señala:
- Limitar el discurso a las pruebas y circunstancias, así como utilizar los argumentos
jurídicos que estén relacionados.
- Fijarse límites en cuanto al tiempo de cada intervención.
- Con apoyo en la complejidad de la prueba y el derecho aplicable, conceder un
espacio adecuado para cada parte.
- No tolerar conductas inapropiadas o irreverentes, ni mucho menos demagógicas.
- No apelar a la simpatía o antipatía, igual que a los prejuicios.
- Se debe controlar el lenguaje exagerado, violento o dramático, así como las
demostraciones de animadversión. (pp. 139-140)
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Estructura del alegato
La forma más común del alegato de conclusión es similar a la del alegato inicial. Por lo
general, se inicia con su teoría del caso y se concluye con la petición de culpabilidad o no.
La petición del fiscal es de condena y la de la defensa es de absolución.
El alegato contiene un argumento jurídico para mostrar cómo los hechos presentados en el
juicio, a través de las pruebas, tienen base legislativa, doctrinal y jurisprudencial para ser
aceptadas. Es necesario destacar que no se aconseja realizar el alegato testigo por testigo,
debido a que se puede repetir lo que cada testigo dijo anteriormente, lo que evidentemente
distrae a los jueces.
Lo aconsejable es argumentar por temas y mostrar cómo su posición es consistente con los
hechos presentados por los testigos y la ley de la República. El alegato es, por lo tanto, una
presentación que se ordena desde la premisa jurídica para elaborar el discurso sobre los
hechos y sobre las pruebas (Gólcher, 2013, p. 65).
Fiscal Defensa
Introducción Introducción
Reitera la teoría del caso y tema, que Reitera la teoría del caso y tema, elementos
constituyen elementos jurídicos de la jurídicos de la acusación.
acusación.
Cuerpo del argumento.
Cuerpo del argumento
Por temas, mostrar las inconstancias entre las
Por temas: mostrar conexión entre las pruebas pruebas admitidas, incluso testimonial,
admitidas, incluso testimoniales, periciales, pericial, documental y tangible con los
documentales y tangibles con los elementos elementos jurídicos de la acusación, o falta de
jurídicos de la acusación. evidencia de uno o varios elementos.
Mostrar la conexión entre las evidencias y los Mostrar que las evidencias y testigos no son
testigos. confiables.
Mostrar que las evidencias y los testigos sean
confiables.
Conclusión
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Conclusión Resumen breve del porqué tiene razón su
posición.
Resumen breve del porqué tiene razón su
posición. Solicita el fallo que desee, conforme con la
teoría del caso.
Solicita el fallo que desee, conforme con la
teoría del caso.
Cuadro 2. El alegato.
Fuente: elaboración propia a partir de Gólcher (2013, pp. 65-71).
Algunas de las técnicas que deben emplearse en los alegatos de conclusión, según Gólcher
(2013), son:
- Tiempo
- “Utilizar temas y calificativos relevantes
- Emplear preguntas retóricas
- Argumentar con la experiencia y el sentido común
- Confrontar los puntos problemáticos
- Utilizar los hechos no controvertidos
- Realizar las concesiones convenientes
- Concluir con fuerza” (p. 69).
Vale la pena señalar que, según Orielson (2012), con los alegatos de conclusión, finales o de
clausura, se da el cierre en esta fase activa del proceso, así:
… los alegatos finales por parte de las partes, son para el Juez que preside el juicio, la
oportunidad de aprovechar en un escenario adversativo, las perspectivas jurídicas de
los hechos y del derecho que proponen, deben estar fundados y presentados
correctamente expuestas con base en el análisis de las pruebas, su estimación y el
marco jurídico de las consideraciones del juez o en tal caso de ser jurado.
En este alegato de conclusión, cada parte manifiesta su mensaje final el cual debe ser
concreto y conciso sobre el tema de la causa.
Otras de las recomendaciones a mencionar para hacer valer la posición de lo que se
aspira a demostrar y cautivar en el director del proceso, es decir en el juez:
- Los hechos
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- Las pruebas. (p. 198)
1.1.7. Deliberación
El artículo 375 del Código de Procedimiento Penal de la República de Panamá “se refiere a
la deliberación y establece que, cerrado el debate, los jueces pasarán, de inmediato y sin
interrupción, a deliberar en sesión permanente” (Ley N° 63, 2008, p. 81).
Después de concluido el debate entre las partes, en los alegatos de clausura, el Juez o
Tribunal oral pasará a deliberar en sesión secreta. La deliberación deberá hacerse de
inmediato o a más tardar en dos días. Se apreciarán los medios de prueba de forma
integral según la libre convicción del tribunal, conforme a las reglas de la lógica, la sana
crítica y las máximas de la experiencia. (p. 140)
En relación con el tiempo establecido para realizar la deliberación, como podemos advertir
a partir de la cita doctrinal, cada normativa establece el tiempo reglamentario; en el caso
del Código Procesal Penal panameño se establece que la misma deberá realizarse de forma
inmediata y sin interrupciones.
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convicción más idóneos, para demostrar que los hechos identificados se encuadran o
no dentro del precepto normativo. (p. 38)
De allí que, en materia de prueba, el Código Procesal Penal de la República de Panamá
regula, en su artículo 376, el principio de libertad probatoria, ofreciendo una mayor
amplitud a la fase probatoria, permitiendo así que “los hechos punibles y sus circunstancias,
puedan ser acreditados por cualquier medio de prueba, siempre que cumplan con las
formalidades legales, y para ello se utilizarán medios de pruebas tradicionales” (Ley N° 63,
2008, p. 81).
Por su parte, De Pina (1942), también citado por Canelo (2016), destaca que “la prueba es
la razón, argumento, instrumento u otro medio con que se pretende demostrar y hacer
patente de la verdad o falsedad de una cosa” (p. 499).
Se añade también el aporte realizado por Antonio Rocha (1990), para quien el acto de
… probar, consiste en poner de manifiesto la verdad de los hechos en su modo preciso
de ser o de haber sido y en infundir sobre su existencia y modalidades una convicción
llevada hasta el límite que en cada caso exija la ley. (en Canelo, 2016, p. 500)
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Finalmente, Houed (2007) señala, en relación con la prueba y los medios de prueba, que:
Quien tiene el deber de investigar la verdad y hacer lo que esté a su alcance por
conseguirla, en última instancia es el Estado, realizando la actividad probatoria que le
permite la ley, con atribuciones tanto en la fase de investigación o etapa preparatoria,
como durante el juicio. Cualquier interpretación contraria a la anterior, puede conducir
a una violación de garantías constitucionales que tergiversa los fines del proceso penal.
(p. 21)
Cuando hablamos de pruebas, podemos decir que según Cabrera (1996), se regula el
principio de libertad probatoria, que da mayor amplitud de la actividad probatoria, se llega
a permitir que los hechos punibles son acreditados por cualquier medio de prueba, siempre
y cuando cumpla tal como lo señala el mencionado autor con “las formalidades netamente
legales y para ello se utilizarán, los procedimientos de incorporación al proceso más
análogos con referencia a los medios de pruebas tradicionales” (Cabrera, 1996, p. 365).
En este sentido, es importante, dentro del sistema probatorio, que se reconozca la libertad
probatoria para los efectos de la producción de la prueba y la certeza del juez, lo que no
debe confundirse con el sistema de valoración de la prueba.
Podemos decir que, para Cabrera (1996), esto “consiste en que las partes tienen libertad de
proponer las pruebas que estimen necesarias para probar sus pretensiones o su oposición.
Libertad que solo está limitada por la conducencia” (p. 365).
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El hecho punible se comprueba con el examen que se haga, por facultativos o peritos
de las personas, huellas, documentos, rastros o señales que haya dejado el hecho o con
deposiciones de testigos que hayan visto o sepan de otro medio, la perpetración del
mismo hecho o con indicios, medios científicos o cualquier otro medio racional que
sirva a la formación de la convicción del juez, siempre que no estén expresamente
prohibidos por la ley, ni violen derechos humanos, ni sean contrarios a la moral o al
orden público. (p. 365)
En el proceso penal acusatorio, por regla, predomina la libertad probatoria; por tal razón,
en el artículo 376, del Código de Procedimiento Penal de la República de Panamá, señala
“que los hechos punibles y sus circunstancias pueden ser acreditados mediante cualquier
medio de prueba permitido, salvo las limitaciones que la ley establezca” (Ley N° 63, 2008,
p. 81).
La prueba lícita es uno de los temas con mayor interés garantista dentro del proceso
penal acusatorio contemporáneo; este interés garantista deriva de la regulación de los
procedimientos y medios probatorios no solo desde la perspectiva del código, sino
también de la Constitución y los convenios y tratados internacionales. Si la prueba
cumple una función social para que en la causa penal se logre una decisión final más
acorde con el concepto de justicia, no debe usarse para ocultar o deformar la realidad,
para tratar de inducir al juez a engaño, por el contrario, debe primar la lealtad, probidad
y veracidad en la producción de la misma. (p. 368)
A todo esto, se puede resaltar lo señalado en el artículo 377, del Código Procesal Penal de
la República de Panamá, referente a la licitud de las pruebas, que establece que “los
elementos de prueba solo pueden ser valorados si han sido obtenidos por un medio licito y
conforme a las disposiciones del Código” (Ley N° 63, 2008, p. 81).
Esto implica que, en la práctica de la prueba deben evidenciarse todos los requerimientos
que la ley establece, y la misma deberá ser solicitada por la parte legítimamente autorizada
para ello.
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Tal como lo señala Echandia (2002), es importante dentro de la licitud de la prueba,
reconocer “el principio de la eficacia jurídica y legal de la prueba” (p. 117), el cual establece
que:
Si la prueba es necesaria para el proceso, debe tener eficacia jurídica para llevarle al
juez el convencimiento o la certeza sobre los hechos que sirven de presupuesto a las
normas aplicables al litigio, a la pretensión voluntaria o a la culpabilidad penal
investigada. No se concibe la institución de la prueba sin esa eficacia jurídica reconocida
por la ley, cualquiera que sea el sistema de valoración y de aportación de los medios al
proceso, pues este principio, no significa que se regule su grado de persuasión, sino
que el juez, libre o vinculado por la norma, debe considerar la prueba como el medio
aceptado por el legislador, para llegar a una conclusión sobre la existencia o
inexistencia y las modalidades de los hechos afirmados o investigados. (Echandia, 2002,
p. 117)
A continuación, en un extracto, veamos un ejemplo de lo que se ha señalado en la práctica
en jurisprudencia sobre la licitud de las pruebas, emitida por la Corte Suprema de Justicia
(2017):
…
No obstante, este Tribunal de alzada coincide con el criterio esgrimido por el Tribunal
A quo en el sentido que el Código Procesal Penal consagra el principio de libertad
probatoria según el cual "Los hechos punibles y sus circunstancias pueden ser
acreditados mediante cualquier medio de prueba permitido, salvo las limitaciones que
la ley establezca" (art. 376). Así, la ley ofrece una mayor amplitud a la actividad
probatoria, puesto que permite que los hechos punibles puedan ser acreditados por
cualquier medio de prueba, siempre que cumplan las formalidades legales señaladas
en este Código.
En ese orden, el artículo 377 del Código Procesal Penal establece que los elementos de
prueba solo pueden ser valorados si han sido obtenidos por un medio lícito y conforme
a las disposiciones de este Código (Licitud de la Prueba). Adicionalmente, conviene
destacar lo dispuesto por el artículo 381 del Código Procesal Penal, el cual es del tenor
siguiente:
Prueba Ilícita y reglas de exclusión. La prueba obtenida con inobservancia de las formas
y condiciones establecidas en este Código o que implique violación de derechos y
garantías del imputado previstos en la Constitución Política, los tratados
internacionales ratificados por la República de Panamá y este Código no tendrá valor
ni servirá como presupuesto para fundamentar una decisión. (Resalta el Pleno).
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De conformidad con la normativa citada, será ilícita aquella prueba obtenida con
inobservancia o pretermisión de las formas y condiciones establecidas en la Ley N° 63
de 28 de agosto de 2008 (Que adopta el Código Procesal Penal) o, de otro modo,
cuando dicha prueba infrinja o vulnere derechos y garantías del imputado previstas en
esta Ley, la Constitución Política u otros tratados internacionales ratificados por la
República de Panamá. (Corte Suprema de Justicia, 2017)
... no solo consiste en reglas de procedimientos, sino del texto de la Constitución y los
Convenios y Tratados Internacionales suscritos por el Estado, de allí que el trabajo de
los jueces de garantías y del tribunal de juicio sea, siempre, mirar a la Constitución y a
los instrumentos internacionales tuteladores de los derechos fundamentales. La
prueba en el proceso penal ha tenido siempre algo específico, y ese algo se ha derivado
tradicionalmente de la existencia de algunos elementos que se han entendido como
propios de este proceso y esenciales al mismo. (p. 12)
En Panamá, donde rige la Constitución de 1972, de corte liberal, según Barría (2019), tanto
el Juez de Garantías como el tribunal de Juicio “están obligados a la revisión constante de
los instrumentos internacionales protectores de los derechos humanos, de lo contrario
estarán leyendo el Código Procesal Penal, pero aplicando el viejo y oprobioso sistema
inquisitivo” (p. 41).
Es así como el artículo 378, del Código de Procedimiento Penal de la República de Panamá,
se refiere a:
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… la oportunidad y relevancia de la prueba y establece que para que sean apreciadas
en el proceso las pruebas deberán aducirse, admitirse, diligenciarse e incorporarse
dentro de los términos u oportunidad señalados en este código y deberán referirse,
directa o indirectamente, al objeto del hecho investigativo y de ser utilidad para
descubrir la verdad. (Ley N° 63, 2008, p. 81)
Para llegar a esto primeramente se deben tener en cuenta, según Gólcher (2013), “las
evidencias seleccionadas para fundamentar la pretensión o las excepciones alegadas.
Precisa efectuar un inventario detallado de estas para determinar los medios de convicción
más idóneos, para demostrar que los hechos identificados se encuadran o no dentro del
precepto normativo” (p. 35).
Finalmente, según lo señalado por Romero, Medina y García (2013), “para ser admisibles,
los medios de prueba deben ser pertinentes, es decir, referencia, directa o indirectamente,
al objeto de la investigación y debe ser útil para el esclarecimiento de los hechos” (p. 49).
Sobre las lecturas de prueba en el juicio, el artículo 379, del Código Procesal Penal de la
República de Panamá, determina que solamente podrán ser incorporados al juicio para su
lectura, o reproducción, las siguientes:
- Las pruebas recibidas conforme a las reglas del anticipo jurisdiccional de prueba, sin
perjuicio de que las partes exijan la práctica de estas pruebas oralmente cuando sea
posible, si es que el testigo o perito se encuentra en el lugar del juicio y ha cesado
el impedimento que permitió su anticipación.
- Los informes periciales de ADN, alcoholemia y drogas, salvo que algún interviniente
estime imprescindible la concurrencia del perito a juicio y el tribunal así lo ordene.
- Las declaraciones de coimputados que se encuentren en rebeldía, cuando resulten
esenciales para la defensa, registradas conforme a la norma.
- La prueba documental, las certificaciones y las actas de reconocimientos registro o
inspección, realizadas conforme a lo previsto por la norma. (Ley N° 63, 2008, p. 81)
De esto se destaca que, durante el juicio, al momento de la lectura de los elementos de
pruebas enunciados y debidamente entregados, no se puede llegar a un tipo acuerdo entre
los intervinientes para que su práctica sea omitida durante el juicio, a excepción de las que
sean referidas con suficiencia por parte de los peritos, y los testigos, durante el juicio. Es
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importante señalar que cualquier prueba que se desee introducir, por alguna de las partes
al juicio al momento de la lectura, no tendrán ningún tipo de valor para el proceso que se
ejecuta.
Barrios (2017) destaca que la “sana crítica” representa el método de apreciación del medio
de prueba, el cual está “instituido por normas jurídicas de imperativo cumplimiento
contenidas en las codificaciones latinoamericanas al amparo de cuyo imperio el juzgador o
el funcionario competente debe valorar la prueba tanto en el proceso civil dispositivo con
en el proceso penal” (p. 3).
Es así como, el mencionado Barrios (2017) define “la sana crítica como un sistema ecléctico
entre la prueba legal y la libre convicción, en el cual el juzgador aprecia los elementos
probatorios conforme a las reglas de la lógica, la experiencia, las ciencias y artes afines” (p.
3).
De esta forma, tal como lo afirma Fábrega (2006), al utilizar el método de:
… la sana crítica, el juez se apoya en reglas conocidas por él fuera del proceso: la
experiencia adquirida en el transcurso de sus actividades diarias. El juez que evalúa las
pruebas, según la sana crítica, se vale de conocimientos derivados de la experiencia, al
sopesar el valor de un testimonio, las relaciones de necesidad o causalidad respecto a
los indicios, la conducta de las partes (p. 596).
En cuanto a la prueba en general, el juez debe considerar, primordialmente, los principios
científicos en que se funde el dictamen señalado en el artículo 380 del Código Procesal
Penal, el cual estipula que:
Los jueces apreciarán cada uno de los elementos de prueba de acuerdo con la sana
crítica. La apreciación no podrá contradecir las reglas de lógica, las máximas de la
experiencia o los conocimientos científicos. El Tribunal formará su convicción de la
valoración conjunta y armónica de toda la prueba producida.
Cuando el juicio se realice por Jurados, estos apreciarán la prueba de acuerdo con su
íntima convicción. (Art. 380, Ley N° 63, 2008, p. 82)
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Por otra parte, en lo que respecta a los hechos notorios, Barrios (2017) señala que:
El código especifica al igual que lo hacen todos los códigos modernos, que los hechos
notorios no requieren prueba (notoria non egent probatione). El juez se da por
enterado de ellos. Entendiéndose por hechos notorios aquellos acontecimientos o
sucesos del círculo al que pertenece el juez y las partes en el momento en que se dicta
la sentencia y que todos saben que él está enterado de ellos. (p. 4)
Esto guarda relación con algunas derogaciones ejecutadas a diversos códigos donde se
aludía a la fama pública como medio de prueba, es por ello por lo que la jurisprudencia,
tanto nacional como internacional, ha considerado que se trataba de una figura distinta, la
cual, por los demás, requería ser probada. Al respecto, precisa advertir que en varios países
como en España y en Italia, antes del Código de 1940, aun sin disposición legal, la
jurisprudencia había reconocido que el juez no necesitaba prueba de los hechos de fama
pública absoluta y evidente, y basados en máximas de la experiencia al alcance del hombre
de la calle (datos de geografía y de historia de principios científicos elementales, etc.)
(Barrios, 2017, p. 4).
Consideramos, por lo tanto, que tal regla no se aplica cuando el hecho en sí es objeto de
proceso o cuando se trata de actos solemne. Por ejemplo, es un hecho notorio que el
ferrocarril nacional de Chiriquí (el cual vale la pena destacar no está en operación) es
propiedad del Estado. Pero si se discute sobre la propiedad del ferrocarril nacional de
Chiriquí, pensamos que hay que acreditar el dominio dado los efectos del fallo.
Principio de publicidad
La publicidad es, según lo analiza Binder, Gadea, González, Quiñones, Bellido y otros (2007),
“la posibilidad de que cualquier ciudadano pueda presenciar la audiencia, escuchar y
observar la prueba a fin de que se forme con ello su propio juicio” (p. 400). Este principio,
según lo afirma el mencionado Blinder (2007), representa “un medio que sirve a un derecho
penal democrático en dos sentidos: para la transparencia de la administración de justicia
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penal y como derecho del acusado de ser sometido a una pena de demostrarse su
culpabilidad” (Binder, 2007, p. 400).
Este solo existe en el plenario en el acto de audiencia porque se puede estar presente y
conocer de su desarrollo.
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El juez, luego de examinar los medios de prueba ofrecidos y escuchar a los sujetos que
hubieren comparecido a la audiencia intermedia, ordenará fundadamente que se
excluyan de ser rendidos en la audiencia de juicio oral, aquellos medios de prueba
impertinentes y los que tengan por objeto acreditar hechos públicos y notorios. (p. 16)
La legislación panameña señala, en el artículo 381, del Código Procesal Penal de la República
de Panamá, que la prueba ilícita es aquella que:
Sobre este aspecto, es dable resaltar que el Tribunal de Alzada, ha sancionado con
nulidad elementos probatorios que fueron recabados con anterioridad a la infracción
antes aludida, resultando improcedente, ya que las reglas de exclusión de la prueba
ilícita, guardan relación con la obtención de pruebas provenientes o derivados de actos
o pruebas que vulneren derechos fundamentales; siendo el escenario totalmente
distinto, contraviniendo el contenido de dichos criterios de exclusión, haciendo
extensiva su aplicación de manera retroactiva al hecho calificado de nugatorio,
respecto a la exclusión tenemos lo siguiente:
…Para el Tribunal, las pruebas reflejas son, desde un punto de vista intrínseco,
constitucionalmente legítimas. Por ello, para concluir que la prohibición de valoración
se extiende también a ellas, habrá de precisarse que se hallan vinculadas a las que
vulneraron el derecho fundamental sustantivo de modo directo, esto es, habrá que
establecer un nexo entre unas y otras que permita afirmar que la ilegitimidad
constitucional de las primeras se extiende también a las segundas (conexión de
antijuridicidad)...
En aquellos casos en los que se acredite que no existe conexión de antijuridicidad entre
la prueba originaria lesiva de un derecho y la derivada, de acuerdo con los criterios que
para su determinación se han expuesto, la prueba refleja o derivada adquiere la
condición de prueba jurídicamente independiente, pudiendo ser valorada en el proceso
y servir de fundamento a la decisión judicial. Estamos ante casos que posibilitan la
introducción de excepciones a la aplicación de la regla de exclusión probatoria de la
prueba refleja o derivada .... (Pleno de la Corte Suprema de Justicia, 2017)
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1.2.7. Pruebas provenientes del extranjero
Sobre las pruebas recabadas en el extranjero, cada Estado debe regirse según lo estipulado
en sus legislaciones; además, resulta importante tomar en consideración los Tratados
Internacionales y Convenios en lo que cada uno de estos ha formado parte. Al respecto,
Benayas (1997) señala que:
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