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Inflamaciones
En pene pueden producirse distintas inflamaciones específicas e inespecíficas que afectan
principalmente glande y prepucio. Son frecuentes las infecciones venéreas por sífilis y gonorrea.
La balanopostitis inespecífica: (infección del surco balanoprepucial, glande y prepucio). Puede
ser causada por una amplia variedad de microorganismos, los más comunes son cándida albicans,
bacterias anaerobias, gardnerellas y bacterias piógenas. Especialmente se presenta en pacientes
con fimosis o con deficientes hábitos higiénicos. Cuando son crónicos ocasionan cicatrización del
proceso inflamatorio con fimosis adquirida. Es también un factor de riesgo para carcinoma de
pene.
Condilomas acuminados
Son causados por virus (del grupo papiloma) formados por ADN que se reproducen en los
núcleos de las células infectadas. Son muy específicos de especie y tejido. Provocan proliferación
epitelial y conectiva, tanto en el hombre como animales y son responsables de los distintos tipos
de verrugas y los condilomas acuminados.
Ocurren en cualquier sitio de las mucosas cutáneas húmedas de genitales externos de hombres y
mujeres, y también en vagina, cuello uterino, ano o uretra. Son excrecencias papilomatosas,
verrugosas, de 2-3 mm a varios cm, constituidas por epitelio hiperplásico e hiperqueratósico
sobre ejes conectivos. En el pene se localizan más frecuentemente en el surco coronal y en la
superficie interna del prepucio. Se transmiten por contacto sexual y pueden ser consideradas
como enfermedades venéreas. Existen una gran variedad de cepas, las que se relacionan con
genitales son: 6-11 en condilomas sin atipia, y 16-18 en condilomas con atipia.
Los denominados condilomas gigantes de Buschke y Lowestein localizados preferentemente en
prepucio son en realidad carcinomas verrugosos de bajo grado de agresividad, crecimiento lento
y diseminación tardía (ver neoplasias). La asociación de este virus con los carcinomas genitales
es evidente, el mecanismo resulta todavía poco claro.
Cáncer de Pene
Dado que éste órgano está recubierto por epitelio plano estratificado en toda su superficie, casi
todas las neoplasias son carcinomas epidermoides (aproximadamente el 90%), salvo raras
excepciones.
Frecuencia: varía considerablemente según las regiones del mundo que se consideren. Ello se
debe a la influencia de factores ambientales, costumbres, hábitos higiénicos y principalmente
nivel económico. Entre los judíos es raro ya que la temprana circuncisión evita el acúmulo de
detritus celulares en el surco balanoprepucial, los que actuarían como factores de riesgo para esta
neoplasia. Entre los mahometanos es poco frecuente, aunque superior que en los judíos, por la
circuncisión tardía. En Asia y Oriente su frecuencia es elevada, y llega hasta el 20%, en
comunidades con escasos recursos (hábitos higiénicos deficientes), en tanto en Estados Unidos
corresponde alrededor del 1-2% de los tumores malignos. En nuestro medio su presentación es
baja y se observa principalmente en los sectores de menores ingresos.
Factores de riesgo: la acumulación de esmegma en el surco balanoprepucial (detritus celulares,
semen, orina, restos celulares, gérmenes, secreciones glandulares, etc.) actúan como factores
irritantes, y provocan inflamaciones e infecciones que son frecuentemente observadas en los
pacientes con cáncer de pene. En estudios de experimentación, el esmegma produce cáncer; por
otra parte, estos mismos factores actuarían también para el cáncer de cuello uterino (las mujeres
judías tienen una incidencia menor de carcinomas). Los escasos hábitos higiénicos, inflamaciones
crónicas y fimosis son hallazgos frecuentes en pacientes con estas neoplasias y se los considera
factores de riesgo. Se asocian con HPV 16 y 18.
Edad: la incidencia aumenta con la edad; a mayor tiempo de irritación crónica, mayores
posibilidades de desarrollar la neoplasia. Aunque puede aparecer en jóvenes, su mayor incidencia
es entre los 40-70 años.
Aspectos macro y microscópicos: macroscopicamente suelen adoptar crecimiento VEGETANTE
O ULCERADO. Estas formas de crecer también se relacionan con la localización y pronóstico de
estos carcinomas. En glande (son los más frecuentes en incidencia) son generalmente vegetantes
y en prepucio ulcerados. Cuando la lesión se inicia suele ser una placa o pápula blanquecina o
rojiza que a pesar de su localización externa, fácilmente detectable por el paciente, puede
alcanzar gran tamaño, a veces destruyendo todo el glande, con focos de necrosis, hemorragia e
infecciones sobreagregadas. Casi todos son carcinomas epidermoides (Figura 1).
Clasificación del cáncer de pene
CARCINOMA EPIDERMOIDE IN SITU Eritroplasia de Queyrat
Enfermedad de Bowen
Papulosis Bowenoide
PATOLOGÍA DE ESCROTO
Corresponde a la envoltura del testículo, compuesta por una hoja visceral serosa que recubre la
albugínea y una hoja parietal, también serosa, que forma la parte interna del saco escrotal. Entre
ambas, queda un espacio virtual que contiene muy escasa lubricación, y en situaciones
patológicas puede contener líquidos, tumores, etc. (Figura 2).
Hidrocele
Es una acumulación anormal del líquido seroso en el saco vaginal. Las causas son múltiples:
congénita: se produce cuando hay una comunicación directa con la cavidad abdominal (la
vaginal es una prolongación peritoneal).
infantil: es similar a la anterior, pero la comunicación es parcial.
aguda del adulto: aparece en infecciones (gonorrea, sífilis, tuberculosis) o en traumatismos
(es lo más frecuente).
crónico del adulto: aparece en edemas generalizados y en neoplasias.
El líquido en general es un trasudado, salvo cuando hay infección o hemorragias.
Hematocele
Es la hemorragia en la vaginal. Se forma rápidamente cuando es de origen traumático y
lentamente en las neoplasias o procesos inflamatorios crónicos. La sangre se coagula y luego se
organiza produciendo adherencias y fibrosis a este nivel.
Varicocele
Es la dilatación varicosa de los plexos venosos del cordón espermático, favorecida por la
bipedestación prolongada sin movimientos, obesidad, vida sedentaria, con una clara
predisposición hereditaria. El aumento de la temperatura local puede afectar la espermatogénesis
y producir esterilidad (si es bilateral). La incidencia es de 8-23% de la población.
Espermatocele
Es la presencia de líquido opalescente que contiene espermatozoides, provocados por un
traumatismo o por obstrucciones en el epidídimo.
Otras patologías como la presencia de quistes de la vaginal no son raros, se resuelven con cirugía.
La presencia de tumores en el saco es generalmente extensión de neoplasias de testículo o
escroto, excepcionalmente primarios (mesoteliomas, sarcomas).
PATOLOGÍA TESTICULAR
Malformaciones congénitas
Criptorquidia: es un trastorno congénito caracterizado por la falta de descenso del testículo, que
queda retenido en cualquier parte de su trayecto, desde su localización embrionaria intrabdominal
hacia el escroto. La causa de ello es a veces conocida: vasos espermáticos cortos, adherencias
peritoneales, conducto inguinal estrecho, alteraciones hormonales, pero en muchos casos es
desconocida.
Aparece en aproximadamente 4% en menores de 15 años. Es un cuadro asintomático que es
descubierto por el paciente o el médico cuando no se palpa el testículo en la bolsa escrotal. Puede
ser uni o bilateral. Las modificaciones histológicas comienzan a los 2 años y se expresan por
detención del desarrollo de las células germinales, con hialinización y engrosamiento de la
lámina basal de los túbulos. Posteriormente los túbulos se transforman en densos cordones de
tejido conectivo. El estroma intersticial aumenta y las células de Leydig al estar conservadas
parecen prominentes. El testículo criptorquídico tiene un tamaño pequeño y consistencia firme,
debido a los cambios fibróticos. También se ha observado deterioro histológico en el testículo
contralateral con escasez de células germinales, lo cual apoya una etiología hormonal de la
afección. Si el proceso es bilateral, hay infertilidad. En estos pacientes hay un mayor porcentaje
de neoplasias que en los normotópicos, por tal motivo se sugiere la corrección quirúrgica antes de
que comiencen las modificaciones
Testículo ectópico: es la posición anómala del testículo, fuera de su ruta de descenso (femoral,
crural, perineal, etc.).
Trastornos en la fertilidad
Infertilidad: es la incapacidad de procrear. Se relaciona con la cantidad y calidad de los
componentes del esperma (especialmente los espermatozoides). El número total de
espermatozoides es de 50 a 150 millones por cc y el 60% deben ser morfológica y
funcionalmente normales.
Oligospermia: se refiere a aspectos cuanti y cualitativos del esperma (menor número de
espermatozoides y/o alteraciones en la calidad de los mismos).
Azoospermia: ausencia de espermatozoides o predominio de formas anormales o inmóviles. La
aparición de espermatozoides anormales puede deberse a alteraciones propias de ellos o a
inadecuada constitución de las secreciones seminales, prostáticas y de glándulas adyacentes, que
impiden mantener su vitalidad.
Síndrome de Klinefelter
Síndrome de Klinefelter: aproximadamente el 3-4% de los hombre infértiles son portadores de
alteraciones cromosómicas que en el caso de Klinefelter muestran cariotipo 47 XXY (con
cromatina sexual positiva) por falta de disyunción en uno de los gametos (materno o paterno),
causado por edad avanzada de los progenitores o irradiaciones locales o por causas desconocidas.
Es un trastorno frecuente ya que aparece en 1 de cada 600 nacimientos vivos. Los pacientes son
delgados, de piernas largas, con hipogonadismo (genitales pequeños), ginecomastia y ausencia de
caracteres sexuales secundarios. Tienen oligospermia, aumento de gonadotrofinas hipofisiarias y
secreción baja de testosterona (hipogonadismo hipergonadotrófico). El testículo es atrófico, con
hipoplasia o aplasia germinal. Morfológicamente se observan: túbulos hialinizados, sin fibras
elásticas, con engrosamiento de la membrana basal. Las células de Sertoli están presentes en
algunos túbulos y hay hiperplasia de células de Leydig. Se acompaña de disminución variable de
inteligencia (Figura 5).
Inflamaciones
Los procesos inflamatorios son más frecuentes en epidídimo que en testículo. Cuando afectan al
primero bilateralmente (tuberculosis, gonorrea) pueden determinar esterilidad; menos
frecuentemente si es orquitis (Ej.: sífilis). Puede haber una orquiepididimitis aguda inespecífica
por vía ascendente (cistitis, prostatitis, uretritis) o por vía hematógena o linfática. El testículo se
edematiza y congestiona, con una reacción inflamatoria de variable intensidad y presencia de
abscesos, en ocasiones.
-Orquitis urliana: el compromiso del testículo en una parotiditis epidémica se produce
especialmente en adultos (en 30-40% casos). Comienza con una congestión y edema
intersticiales, con infiltrado de linfocitos e histiocitos, luego se extiende a los túbulos,
destruyéndolos. Hay esterilidad si el proceso ha sido extenso y deja fibrosis bilateral.
-Tuberculosis: generalmente es una epididimitis y acompaña a la infección de otros órganos
genitourinarios; menos comúnmente es por vía hematógena. La granulomas caseosos destruyen
epidídimo (Figura 6); el testículo suele afectarse menos frecuentemente. Cuando es bilateral,
provoca esterilidad.
-Sífilis: en testículo se producen dos tipos de lesiones: 1) gomas y 2) fibrosis intersticial difusa
que puede observarse tanto en sífilis congénita como adquirida, con atrofia del órgano y
esterilidad (Figura 6).
Trastornos vasculares
La torsión del cordón espermático produce principalmente compresión venosa, lo que determina
infarto hemorrágico del testículo. Se produce por movimientos violentos, traumatismos cuando
hay movilidad excesiva o fijación alta del órgano. Puede ocurrir a cualquier edad. Es necesaria la
cirugía si el proceso no revierte espontáneamente o la necrosis es avanzada.
Los factores que promueven la torsión del cordón son:
-Ausencia de ligamentos escrotales
-Descenso incompleto del testículo
-Testículo atrófico
Tambien pueden ser causa de infarto: hipercoagulabilidad, leucemias, trombocitopenia ,
trombosis de VCI y hernia inguinal atascada.
NEOPLASIAS TESTICULARES
Los tumores testiculares son poco frecuentes, sin embargo entre los 20 y 35 años ocupan el 4º
lugar en incidencia. Aproximadamente el 95% corresponden a tumores originados en células
germinales. El 5% restante corresponden a tumores estromales. Gran parte de los tumores
germinales son cánceres muy agresivos capaces de diseminarse rápidamente y de manera
generalizada, sin embargo con las terapias actuales se pueden curar. En contraposición, los
tumores no germinales, son en general benignos, algunos elaboran esteroides, y esto determina la
aparición de síndromes endócrinos.
Factores de riesgo:
1.-Criptorquidia: la presencia de testículo detenido en algún punto de su ruta de descenso
intraabdominal se relaciona con una mayor frecuencia de neoplasias: mientras mayor sea el
período en que permanezca sin corregirse el defecto, mayor es el riesgo. Los factores que
determinan esta predisposición no están totalmente aclarados. Se piensa que se trataría de una
reproducción anormal de células germinales en un medio de elevada temperatura como es el
abdomen; también intervendrían factores hormonales y vasculares.
El testículo ectópico también se considera en factor de riesgo, aun cuando no se encuentra en
abdomen.
2.-Tumor testicular previo: los pacientes con neoplasias testiculares previas aumentan el riesgo de
otro tumor en el testículo contralateral.
3.-Historia familiar de cáncer testicular: algunos autores consideran la existencia de
predisposición genética, aun cuando no se han identificado alteraciones específicas. En hermanos
de pacientes con cáncer testicular el riesgo es aproximadamente 10 veces superior que la
población general.
4.-Disgenesia testicular: (Ej.: Klinefelter, feminización testicular, etc.) posee mayor riesgo.
5.-Infertilidad y oligospermia: sería factor de riesgo principalmente relacionado con las causas
que lo provocan (Ej.: Klinefelter, criptorquidia, etc.).
6.-Traumatismo en el órgano: Se discutió durante mucho tiempo si es un verdadero factor de
riesgo. Para algunos, sólo pone en evidencia la existencia de una neoplasia previa; para otros,
aceleraría el crecimiento de una preexistente, pero en general no se acepta como riesgo.
Clasificcaión Simplificada
Primarias Germinales In situ Neoplasia intratubular germinal
Invasoras Seminoma
Teratoma
Carcinoma embrionario
Coriocarcinoma
Tumor del saco vitelino
Mixtos
Tumores Linfoma
linfoides Leucemia
Plasmocitoma
Secundarias Metástasis
Según las bibliografías consultadas la incidencia de estos distintos tumores varía. Las diversas
series consultadas indican que la morbilidad fluctúa entre el 40 y el 50% para los tumores
germinales de tipo mixtos (tejidos teratomatosos maduros con seminoma, o con carcinoma
embrionario, o con coriocarcinomas, etc.) e índices similares para los seminomas puros.
Frecuencia: los tumores de testículo representan aproximadamente el 5% de las neoplasias
urogenitales. En los varones jóvenes (15 a 35 años) constituyen uno de los tumores más
frecuentes: 10-15% de todos ellos. En todos los países es notorio un aumento de la incidencia.
Edad: depende de la variedad histológica. Los seminomas afectan a adultos jóvenes, pero algunas
formas especiales son características del anciano (espermatocítico). Las neoplasias no
seminomatosas aparecen en jóvenes, niños y algunas de ellas en lactantes (tumor de saco
vitelino). Los linfomas son típicamente del anciano.
Histogénesis: Las células germinales de los túbulos seminíferos tienen la capacidad
multipotencial de originar la mayoría de los tumores germinales del órgano. Son muy frecuentes
las formas combinadas con estructuras que se asemejan a las embrionarias y extraembrionarias
normales. Las neoplasias teratomatosas son un complejo de estructuras que involucran elementos
derivados de más de una hoja blastodérmica (Ej.: tejidos ectodérmicos y mesodérmicos;
mesodérmicos y endodérmicos, etc.). El coriocarcinoma presenta estructuras tipo trofoblásticas;
el tumor de saco vitelino elementos del endo y mesodermo extraembrionario (saco vitelino) y el
carcinoma embrionario células primitivas no diferenciadas. Para algunos autores existiría la
posibilidad de que éstos tumores pueden derivar de células embrionarias multipotenciales que no
han respondido a la acción de las hormonas para diferenciarse, de allí que su frecuencia sea
mayor en grupos jóvenes (Figura 7 y Esquema 1).
Tanto las células germinativas de los túbulos como las células embrionarias no diferenciadas,
poseen la multipotencialidad suficiente para formar estructuras semejantes a las embrionarias y
extraembrionarias, que salvo raras excepciones son de elevada agresividad.
Neoplasia intratubular de células germinales (in situ): con frecuencia se observa en los bordes
de un carcinoma invasor de tipo germinal la presencia de células neoplásicas dentro de los
túbulos. Este hallazgo puede encontrarse en testículos con tumor invasor, extirpados por otras
causas, especialmente en los criptorquídicos o en biopsias incisionales.
Es aconsejable el seguimiento con biopsias testiculares periódicas en pacientes con neoplasias del
contralateral, o en testículos criptorquídicos descendidos tardíamente.
Las neoplasias intratubulares pueden corresponder a seminomas, carcinomas embrionarios o
formas no clasificables. El 50% de las neoplasias intratubulares progresan, sin tratamiento, a
neoplasias invasoras de células germinales. Serían el equivalente a los carcinomas in situ de los
tejidos epiteliales.
NEOPLASIAS INVASORAS
Neoplasias germinales
Las neoplasias germinales se subdividen en dos categorías: Neoplasias seminomatosas y no
seminomatosas. Las primeras comprenden el seminoma y sus variantes (espermatocítica y
anaplásica) y representan el 40% de TODOS los tumores testiculares. El otro grupo está
conformado por los siguientes tumores: carcinoma embrionario, teratoma (maduro e inmaduro),
tumor del saco vitelino, coriocarcinoma y formas mixtas (estas resultan de la combinación de
cualquiera de las variantes anteriores, incluída el seminoma). De las neoplasias no
seminomatosas, la gran mayoría (60% aproximadamente) corresponden a la variante mixta.
Seminoma: es la variante pura más frecuente de los tumores malignos del testículo (40%).
Existen dos formas histológicas: la clásica y la espermatocítica. La primera, ocurre en adultos
jóvenes, aproximadamente entre los 25-35 años y representa el 85-90% de todos los seminomas.
El espermatocítico ocurre a los 65 años.
Son EXTREMADAMENTE SENSIBLES A LA RADIOTERAPIA y como su crecimiento y
diseminación (en general) suele ser más lento que los otros germinales, son de pronóstico menos
desfavorable. El factor pronóstico más importante es el estadio clínico.
Forma clásica: macroscópicamente en general son bien delimitados, homogéneos, de color
amarillento pálido y crecen expansivamente, a veces conservando áreas comprimidas de testículo
en la periferia. Las áreas de hemorragia y necrosis son infrecuentes. Histológicamente están
formados por células uniformes que confieren al tumor un aspecto monomorfo. Las células son
grandes, pálidas, poligonales, vacuoladas con núcleo redondo central. Suele observarse
glucógeno intracelular y menos frecuentemente vacuolas lipídicas. Se disponen en trabéculas
delimitadas por delicados tractos conectivo-vasculares que se entremezclan con infiltrado
linfocitario. A veces, presentan reacciones granulomatosas con células gigantes multinucleadas.
La presencia de estas reacciones y de linfocitos ha sido interpretada como signo de mejor
pronóstico. La sobrevida a los 10 años es del 93% (Figura 8). (Conozca bien la macro y la micro
del seminoma).
Forma espermocítica: el seminoma espermatocítico es un tumor histológicamente y clínicamente
distinto del seminoma clásico. No se origina de las neoplasias intratubulares. Macroscópicamente
son similares a los anteriores, con zonas de aspecto gelatinoso y áreas de necrosis quística. Afecta
a grupos de mayor edad y son poco frecuentes. Histológicamente las células son de dos tipos:
medianas y pequeñas, de citoplasmas escasos y distribuidos en tractos o cordones. Las células
pequeñas tienen el citoplasma acidófilo y se asemejan a espermatocitos. Suelen permanecer
circunscriptos por mucho tiempo, y su crecimiento es lento, por lo cual son de muy buen
pronóstico.
En la literatura se menciona un tercer tipo de seminoma: el anaplásico, llamado así por el número
más elevado de mitosis que se encuentra por campo, rasgo que por otra parte no indica
necesariamente una mayor agresividad.
Los siguientes son un grupo polimorfo de tumores germinales, menos frecuente en sus formas
puras que los anteriores, pero de mayor agresividad.
Carcinoma embrionario: La edad de presentación es entre los 25 y 35 años, y en el adulto posee
un pronóstico grave; en general son pequeñas lesiones que se diseminan y comportan como
tumores ocultos. Las metástasis pueden alcanzar considerable volumen, en tanto sólo la
inspección cuidadosa del órgano descubre un nódulo que pasó inadvertido para el paciente. La
diseminación se produce a los ganglios paraaórticos y por vía hemática a pulmón e hígado.
Macroscópicamente son de color blanco-grisáceo, pequeños, con un promedio de 2,5cm., límites
poco precisos con focos de necrosis y hemorragia, frecuente propagación a epidídimo y cordón.
Histológicamente están formados por células voluminosas, claras, de aspecto embrionario, con
numerosas mitosis. Suelen disponerse en estructuras tubulares, masas sólidas, cordones o
estructuras papilares. Los linfocitos son escasos o están ausentes. En ocasiones forman “cuerpos
embrioides” que recuerdan a un embrión de pocas semanas y se le denomina “poliembrioma”
(Figura 9).
Coriocarcinoma: como variante pura es muy raro (1%); generalmente se presenta en focos en
las neoplasias complejas. La edad de presentación es entre los 10 y 25 años. Esta variante tumoral
también se origina a partir de tejido placentario, ovario o restos secuestrados de células
totipotenciales en el mediastino o en abdomen.
Macroscópicamente suelen ser pequeños, de rápido crecimiento, con focos de necrosis y
hemorragia, consistencia friable. Suelen también comportarse como tumores ocultos. Están
formados por las típicas células cito y sincitiotrofoblásticas; la primera es irregular,
hipercromática, de núcleo único y la segunda voluminosa y multinucleada. Elaboran
gonadotrofinas coriónicas, lo que se utiliza en el laboratorio para su diagnóstico y aun para
evaluar la aparición y/o evolución de sus metástasis. Es de elevada agresividad y causa la muerte
en corto tiempo (Figura 11).
Formas mixtas: Son aquellos tumores en los cuales se combinan más de una forma pura de las
variantes antes descriptas. Por esta razón un tumor testicular debe ser extensamente examinado
para descartar tal posibilidad, que como sabemos puede agravar su pronóstico. Es común la
mezcla de carcinoma embrionario y estructuras teratomatosas, o de seminoma y carcinoma
embrionario o combinaciones variadas de más de dos tipos de neoplasias. Las metástasis pueden
formar estructuras de una u otra forma, a veces predominando una de ellas.
Experiencia de la Cátedra
Se realizó un estudio retrospectivo de la incidencia de tumores testiculares en el Servicio de
Patología del HNC. Se estudiaron las piezas quirúrgicas microscópicamente evaluandose las
características citomorfológicas, considerando el tipo microscópico y las estructuras adyacentes
comprometidas. Se estadificaron según el Colegio Americano de Patólogos.
Resultados: Se encontró un total de 122 casos con una edad promedio de presentación de 32 años.
Los seminomas constituyeron la presentación más frecuente: 57 casos (47%), siendo la edad
promedio de 37 años. Los tumores de células germinales mixtos incluyeron 44 casos (36%), con
una edad promedio de 25 años y con la combinación de carcinoma embrionario y teratoma
maduro quístico como la más habitual. Hubieron además 17 casos de tumores de células
germinales no seminomatosos puros (14%), y 3 casos de linfomas (2%). Se destaca un único caso
de tumor de células de Leydig en un paciente de 40 años de edad. Se diagnosticaron 100 casos
(82%) en el estadio patológico de pT1, 17 casos (14%) en un estadio pT2 y 5 casos (4%) en un
estadio pT3.
Conclusiones: Los seminomas constituyeron la presentación más frecuente. Los tumores de
células germinales no seminomatosos mixtos se presentaron más frecuentemente a los 25 años,
mientras que en la bibliografía consultada es de 25-35 años. El 82% se diagnosticaron en estadios
tempranos, y dentro de los incluidos en estadios más avanzados el seminoma fue el más común.
Estadificación
Estadio 0 Neoplasia intratubular (NIT)
Estadio I Tumor confinado al testículo, epidídimo, cordón espermático.
Estadio II Tumor testicular con diseminación a distancia confinada a los ganglios
retroperitoneales infradiafragmáticos.
Estadio III Tumor testicular con metástasis a ganglios linfáticos extraregionales,
supradiafragmáticos, o hemáticas.
Los estadios II y III a su vez se subdividen en temprano y tardío según la carga tumoral en los
depósitos tumorales secundarios.
Neoplasias no germinales
Son poco frecuentes; el 3-4% de todos los tumores malignos del testículo.
De células de Leydig: la mayoría se producen en adultos y pueden ser difíciles de diferenciar de
un proceso hiperplásico dado su diferenciación celular. Pueden producir andrógenos (en pre-
puber dan pubertad precoz) o estrógenos (acompañados por ginecomastia). Raramente
metastatizan.
De células de Sertoli: similar en su conducta biológica a los anteriores. Raramente se diseminan.
Se asocian a ginecomastia. En los testículos criptorquídicos aparecen frecuentemente focos de
hiperplasia nodular o difusa de células de Sertoli. Cuando se acompañan de células germinales se
denominan gonadoblastomas, más agresivos que los anteriores (aparecen siempre en testículos
criptorquídicos o en pacientes con alteraciones hormonales).
Linfomas: Representan la mayoría de los tumores no germinales. Es más frecuente que se
presenten como formas diseminadas en el transcurso de linfomas ganglionares primarios.
Pese a ello en los ancianos pueden representar hasta el 30 a 40% de las neoplasias testiculares
primarias (por lo tanto sería el tumor primario más frecuente en este grupo etario).
Una gran proporción son bilaterales, y el 90% corresponden a linfomas B de células grandes. Si
la enfermedad no se ha extendido fuera del testículo, la orquiectomía y radio y/o quimioterapia
permiten una sobrevida prolongada. En general tienen agrandamiento testicular no doloroso.
Infiltración leucémica: aproximadamente entre el 30 a 40% de los pacientes con leucemia
muestran una infiltración difusa a nivel testicular. Este compromiso ocurre en enfermos con
extensa diseminación. En autopsias se ha reportado un porcentaje de 65% de infiltración en
pacientes con leucemia aguda y en las crónicas el índice es menor, aproximadamente del 30%.
Neoplasias secundarias: ya mencionamos los linfomas y leucemias, y podemos citar que los
testículos pueden receptar las metástasis de carcinomas prostáticos, pulmonares, piel, colon y
riñón. Los tumores metastásicos son raros y en general ocurren en pacientes mayores de 50 años.
PATOLOGÍA PROSTÁTICA
Para comprender mejor la patología prostática conviene recordar brevemente algunos aspectos de
la anatomía normal. Normalmente el órgano pesa 20 gr y mide 4 cmde diámetro transversal, 3 cm
en sentido vertical y 2 cm en sentido antero-posterior. Se lo dividía de una manera tradicional en
sectores: anterior, medio, posterior y dos lóbulos laterales. Durante años se han trazado distintos
modelos anatómicos de la próstata, actualmente el modelo más difundido es el de Mc Neal
(Figura 12).
La zona de transición (TZ), comprende el 5% del volumen de la glándula prostática. Esta porción
rodea la uretra prostática y es el sector más comprometido por la Hiperplasia nodular de próstata
(HNP).
La zona central (CZ) incluye el área adyacente a las vesículas seminales y representa el 25% del
órgano. Con frecuencia es una zona infiltrada por los carcinomas originados en la zona periférica.
La zona periférica (PZ) abarca el 70% del tejido prostático normal. La mayoría de los carcinomas
prostáticos se originan de éste sector, y también es el sitio donde con más frecuencia se hallan
áreas con neoplasia prostática intraepitelial (PIN).Ver más adelante.
Sumado a esto podemos decir que en la próstata existen distintas áreas de estroma especializadas.
Rodeando a la glándula se observa una cápsula, que en el sentido estricto no correponde
denominarla de éste modo ya que corresponde a tejido fibromuscular condensado.
Histológicamente los grandes conductos están tapizados por epitelio de tipo transicional. Los
pequeños conductos y acinos están revestidos por una doble capa celular, conformada por
células secretorias y otras basales. Entre las glándulas se observa estroma fibromuscular. Desde el
punto de vista funcional, los andrógenos testiculares tienen gran importancia en el control del
crecimiento prostático. De modo tal que la castración conduce a la atrofia glandular.
Macroscopia
-Localización: afecta principalmente la zona de transición del órgano (zona ESTROGENO
DEPENDIENTE) que corresponde a glándulas periuretrales.
A medida que aumenta de tamaño comprime, deforma y elonga a la uretra (porción prostática).
Las demás porciones (andrógeno dependientes) suelen estar rechazadas por el crecimiento
hiperplásico, pero no comprometidos con el mismo.
-Aspecto: la superficie externa y de corte parece abollonada, nodular. Al corte, dichos nódulos
son bien delimitados, de color blanquecino y consistencia elástica firme. Suelen presentar
pequeñas y múltiples dilataciones quísticas de 1 a 3 mm de diámetro (aspecto de panal de abejas),
con pequeños cálculos o concreciones en su interior (Figura 13). La formación de dichos
cálculos se asocia estrechamente con las irritaciones causadas por las infecciones, que son
frecuentes en la HNP. El cuerpo amiláceo sirve de núcleo, al que se agregan: descamación
epitelial, detritus celulares, secreciones, sangre, elementos inorgánicos (Ca, P, Mg, oxalatos,
fosfatos, carbonatos, etc.), todo ello favorecido por la acción bacteriana.
Complicaciones y consecuencias
La compresión de la uretra causa dilatación del árbol urinario (Figura 15).
vejiga: se produce hipertrofia muscular de su pared para poder vencer la resistencia por la
compresión uretral (“vejiga de lucha”) y adquiere aspecto trabecular de su superficie
interna. Luego se vuelve atónica y se convierte en un reservorio de orina, que sólo es
eliminada por rebosamiento, es decir cuando supera el nivel del fondo vesical.
uréter-pelvis renal: se produce dilatación de estos órganos (uretero-hidronefrosis) que
puede complicarse con uropionefrosis o pielonefritis. En el último caso si el proceso es
bilateral e intenso provoca hipertensión arterial. Los sectores de infarto pueden
manifestarse con hematuria o anuria.
INFLAMACIONES
La prostatitis puede ser bacteriana aguda o crónica y prostatitis crónica abacteriana. La prostatitis
aguda bacteriana suele estar precedida de manipulación quirúrgica o de procesos infecciosos en
otros sitios. El agente causal implicado con mayor frecuencia es la escherichia colli y menos
frecuentes son la klebsiella, proteus, pseudomona, etc. La prostatitis crónica bacteriana es
producida por los mismos agentes que la anterior y se caracteriza por una historia de infecciones
urinarias recidivantes.
La prostatitis crónica abacteriana es la más frecuente, y es imposible de diferenciarla
clínicamente de la prostatitis crónica bacteriana, pero a diferencia de esta no existe el antecedente
de las infecciones a repetición.
Existen otros tipos de prostatitis como la tuberculosa, micóticas, granulomatosa, alérgica, etc.
CÁNCER DE PRÓSTATA
-CARCINOMA
Frecuencia: es la neoplasia más frecuente en el hombre y ocupa el segundo lugar como causa de
muerte por cáncer (en EEUU). En nuestro medio posee elevada incidencia, con índices similares.
Edad: su incidencia aumenta a partir de los 50 años y alcanza su pico máximo alrededor de los
65-70 años.
Factores predisponentes: Si bien los estudios no son totalmente concluyentes, existen algunos
factores que predisponen a la aparición del cáncer de próstata, tales como la edad, raza, ingesta de
alimentos ricos en grasas saturadas. Por otra parte hay alimentos que previenen, inhiben o
retrasan la progresión del cáncer de próstata. Estos son los licopenos (presente en el tomate),
vitaminas A y E, selenio y productos derivados de la soja. También adquiere importancia la
historia familiar, aquellos hombres con un familiar de primer grado con cáncer de próstata tienen
un riesgo dos veces superior; y los que poseen dos familiares de primer grado un riesgo cinco
veces superior.
Frecuentemente son neoplasias endócrino-dependientes (los estrógenos frenan parcialmente su
crecimiento). Los andrógenos aceleran su desarrollo pero la administración prolongada no
produce tumor y además la neoplasia se manifiesta en una etapa de la vida en la cual el nivel de
testosterona es bajo.
Macroscopia: Localización: El 70% se originan en la zona periférica por lo que pueden infiltrar
fácilmente los tejidos fibroadiposos adyacentes, órganos vecinos y sus síntomas obstructivos
uretrales son más tardíos. Como la localización es básicamente posterior, esto determina que la
masa tumoral pueda ser palpada en el tacto rectal.
Aspecto: a veces resulta difícil establecer la diferencia con HNP por ser de color blanquecino y
aspecto homogéneo. Puede tener pequeñas áreas de necrosis (Figura 16). La diferencia
macroscópica entre carcinoma prostático y una HNP resulta dificultosa no sólo porque su aspecto
es similar en ambas, sino porque además, es frecuente que el paciente tenga ambos
padecimientos. (Recordar la alta incidencia de la HNP).
Microscopia: Histológicamente son adenocarcinomas que pueden adoptar distintos grados de
diferenciación y variantes morfológicas (bien diferenciados, mucosecretantes intracelulares, de
células claras, células aisladas, indiferenciados, etc.) (Figura 17). A veces las estructuras
glandulares que lo forman son similares a las normales y se confunden con ellas. En estas
circunstancias la única evidencia clara de malignidad es la invasión, infiltración de órganos
vecinos, permeaciones vasculares y metástasis.
En un cuarto de casos contienen estructuras cristaloides semejantes a la proteína de Bence Jones
y fosfatasa ácida (tanto el tumor como sus metástasis)
Al igual que en otros órganos, en próstata también surge el concepto de neoplasia intraepitelial
prostática conocida como PIN (del inglés Prostatic Intraepithelial Neoplasia). Se refiere a
cambios que sufre el epitelio glandular fundamentalmente en relación a alteraciones citológicas,
las mismas están representadas por el agrandamiento nuclear, pleomorfismo, estructura
cromatínica y la apariencia del nucleolo, también se valora la arquitectura, principalmente en lo
que concierne a la estratificación del epitelio. De la valoración de las características mencionadas
surgen los conceptos de PIN de bajo y alto grado.
El PIN de bajo grado incluye la atipia leve, que incluso puede pasar inadvertida en el estudio y
que no posee connotaciones para el futuro del paciente.
El PIN de alto grado involucra las atipias moderadas y severas. La importancia de hallar esta
lesión dependerá del material que se esté estudiando. Si se encuentra aledaño a un cáncer en una
pieza quirúrgica, no modifica el diagnóstico ni altera el pronóstico. Si el hallazgo se produce en
una biopsia, sin cáncer concurrente, deberá estudiarse el paciente en biopsias sucesivas, ya que
cerca del 50%de éstos pacientes desarrollan cáncer con el tiempo.
Clínica: En muchas oportunidades el carcinoma de próstata es asintomático. Es por ello que
adquiere mucha importancia la realización del tacto rectal, en los cánceres cuando se efectúa este
examen, la glándula suele presentar nódulos duros y es asimétrica. Otro factor útil en la detección
de neoplasias prostáticas es el antígeno prostático específico (PSA del inglés prostatic specific
antigen). Si la concentración de dicho antígeno es mayor a 10ng/ml es orientador a la presencia
de una neoplasia. Si el valor hallado está entre 4 y 10ng/ml, en general estamos frente a un
proceso benigno, tal como una HNP o prostatitis. Otro estudio complementario de utilidad es la
ecografía transrectal, en la cual un sector hipoecoico favorece la posibilidad de estar frente a un
cáncer.
El dosaje de PSA no solo advierte la posible presencia de un cáncer sino que es de utilidad en el
seguimiento de los pacientes con cáncer, ya que en un paciente tratado la elevación del PSA
puede indicar la presencia de nuevas metástasis o recurrencia de la enfermedad.
Es importante recordar que muchos pacientes manifiestan su neoplasia como tumor oculto
Diseminación
Los sitios más frecuentes de diseminación son el sistema óseo y los ganglios linfáticos.
a) En médula ósea: especialmente en huesos pelvianos, sacro, columna vertebral. A veces
constituye el primer síntoma del tumor, en cuyo caso se comporta como tumor oculto. Son de
tipo osteoblástico, raramente osteolíticos y provocan aumento de la fosfatasa alcalina, lo que
representa una respuesta inespecífica a la injuria ósea y al crecimiento osteoblástico; las
metástasis osteolíticas no suelen elevar la fosfatasa alcalina (Figura 18).
La frecuencia en la presentación de estas metástasis se relaciona con la existencia del sistema
vertebral venoso y sus conexiones con los distintos territorio venosos: al aumentar la presión
abdominal se invertiría la corriente hacia el sistema vertebral y de esa forma las células
neoplásicas contenidas en la corriente quedarían atrapadas en dichos huesos (pelvianos, sacro,
columna vertebral).
b) Ganglios regionales: los ganglios primariamente comprometidos son los hipogástricos, luego
los ilíacos. Más tarde llegan a paraaórticos y mediastinales.
c) Viscerales: aparecen en los pulmones, hígado, suprarrenales y riñones.
d) Invasión: invaden vesículas seminales, uretra, vejiga, recto, dando síntomas en relación al
órgano invadido (obstrucciones urinarias, pérdidas de sangre por orina, etc.).
Pronóstico y tratamiento
La sobrevida varía de acuerdo al estadio clínico teniendo en cuenta la implementación del
tratamiento adecuado. Los tratamiento actuales consisten en prostatectomía radical, radioterapia,
implantes radioactivos, terapia hormonal consistente en deprivación androgénica ya sea por
castración quirúrgica o química (se realiza con hormonas). La mayoría de las veces se emplean
estos métodos combinados entre sí.
La administración de estrógenos controla en parte el crecimiento de la neoplasia; las células
tumorales se vacuolizan, el núcleo se hace picnótico, muchas de estas células tumefactas se
destruyen.
La sobrevida de los pacientes con estadios A, B a 5 años es buena con prostatectomía: 70%; en
los pacientes inoperables (estadios C y D) con resecciones paliativas apenas alcanza el 50% en
los primeros (C) y 20% en los D (a los 5 años).
La causa de muerte de los pacientes con esta neoplasia es la insuficiencia renal por obstrucciones
y/o infecciones urinarias, hemorragias, metástasis viscerales, pero un número elevado fallece por
otras causas no relacionadas con el mismo tumor, dado la elevada edad de los pacientes y las
complicaciones cardiovasculares que presentan.
Como factor pronóstico se tiene en cuenta el sistema de grados histológicos de Gleason, el mismo
se basa en la arquitectura de la lesión, es de amplio uso en la práctica ya que este sistema posee
una buena correlación con el pronóstico. Este sistema de gradación los califica con un número del
1 al 5, siendo grado 1 los tumores mejor diferenciados. En la mayoría de los tumores hay un
patrón predominante y uno secundario que también es calificado con número, estos valores se
suman y se obtiene un nuevo número que se denomina Gleason combinado. Aquellos tumores
con Gleason combinado 2 (1+1) poseen mejor pronóstico que un combinado 10 (5+5). Los
factores pronósticos más importantes son: estadio tumoral, grado y score de Gleason y el PSA
sérico (Figura 19).
En el año 2013 el Dr. Jonathan Epstein, reconocido Uropatólogo de Johns Hopkins University,
propuso una nueva clasificación para el pronóstico del cáncer de próstata, en la cual se sustituyen
los puntajes del Score de Gleason de 6 a 10 por una nueva escala denominada Grados de Grupos
Pronósticos (GG), cuyos valores varían de 1 a 5, siendo el Grado 1 el de pronóstico más
favorable y el Grado 5 el más ominoso.
GG Score de Gleason
1 3+3=6
2 3+4=7
3 4+3=7
4 Gleason 8
5 Gleason 9-10
Algunos de los cambios novedosos inducidos por la Nueva Clasificación es por ejemplo el
planteo de algunos urólogos y patólogos respecto del GG1 (el de mejor pronóstico). Ellos
proponen para este grupo lo que denominan Seguimiento Activo principalmente a través del
control clínico periódico, que incluye nivel de PSA sérico, en lugar de someter al paciente a un
tratamiento oncólógico.
Cáncer latente: es un concepto discutible sin corroboración práctica. Consiste en una alteración
tisular mínima sin representación macroscópica y observada en estudios histológicos minuciosos
de próstatas de necropsias o de piezas quirúrgicas extirpadas por otras causas, donde se logra
individualizar un sector de la glándula con cambios atípicos citológicos y estructurales.
Interpretamos que la mayoría de ellos son modificaciones como consecuencia de los vaivenes
hormonales que alcanzan su máxima repercusión en la etapa senil y no corresponden a
verdaderos carcinomas en su aspecto biológico.
Estadificación clínica según el sistema TNM (1997). Retenga solamente lo resaltado en negrita.
T 1: Tumor inaparente clínicamente. No palpable, no visible por técnicas de imagen.
T 1 a: T1, solo el 5% del tejido extirpado posee células neoplásicas. PSA normal.
T 1 b: T1, con más del 5% de tejido tumoral. PSA normal.
T 1 c: Cualquiera de los anteriores pero con PSA sugerente de carcinoma.
T 2 a: Tumor limitado a un lóbulo.
T 2 b: Tumor afectando ambos lóbulos.
T 3: Tumor con extensión extraprostática.
T 3 a: Tumor con extensión extracapsular (uni o bilateral).
T 3 b: Tumor que invade las vesículas seminales (pero no otros órganos).
T 4: Tumor que infiltra estructuras externas.
T 4a: Tumor que invade cuello vesical, esfínter externo o recto.
T 4b: Tumor con invasión de músculos elevadores y/o pared pélvica.
OTROS TUMORES
Se pueden ver con mucha menos frecuencia que los adenocarcinomas distintas variedades de
sarcomas tales como leiomiosarcoma, rabdomiosarcomas (frecuentes en niños) etc. y también
pueden observarse invasión por tumores de la región o metástasis de tumores alejados. El tumor
que afecta secundariamente con mayor frecuencia a la próstata es el cáncer urotelial.
PATOLOGÍA DE LAS VÍAS URINARIAS EXCRETORAS
Divetículos
Congénitos
Adquiridos
Su importancia radica en que predisponen a infecciones.
Hidrouréter
Congénitos por defecto en la inervación de la musculatura lisa uretral
Adquiridos: por causas que aumentan la presión intraluminal con debilidad de un sector
de la pared. Son muy raros.
Inflamación
Aguda
Crónica
Como patrones inflamatorios especiales mencionaremos:
Uretritis folicular: la mucosa es de aspecto granular producida por el acúmulo de
linfocitos en la región subepitelial, focal.
Uretritis quística: se observan pequeños quistes en la mucosa. Los mismos se hallan
tapizados por epitelio transicional.
Son infrecuentes las inflamaciones de uréter que no se acompañan por inflamación de riñón y/o
vejiga.
Tumores
Benignos:
Pólipos fibroepiteliales
Hemangiomas
Linfangiomas
Leiomiomas
Malignos
Carcinoma de células transicionales
-Sexta o séptima década de la vida
-Pueden existir neoplasias similares en pelvis renal o vejiga
-En ocasiones son múltiples.
Los tumores más frecuentes son los benignos y dentro de ellos, el mas común es el pólipo
fibroepitelial y le siguen los leiomiomas. Los tumores malignos son infrecuentes.
Causas y consecuencias de obstrucción ureteral.
CAUSAS INTRÍNSECAS CAUSAS EXTRÍNSECAS
Cálculos Embarazo
Estenosis: congénita o adquirida Endometriosis
Inflamación periuretral Tumores: recto, vejiga, ovarios, cuello uterino,
Tumores: cáncer o benignos (raros) próstata, linfomas, sarcomas.
Cóagulos sanguíneos Neurogénicas
CONSECUENCIAS HIDROURETER
HIDRONEFROSIS
PIELONEFRITIS
B) PATOLOGÍA DE LA URETRA
Inflamación
Uretritis gonocócica
Uretritis no gonocócica: las cepas de Chlamydias causan del 25 a 60% de esta forma de
uretritis en el hombre y suele asociarse a prostatitis. En la mujer el 20% y se acompaña
de cistitis.
Tumores de uretra
Carúncula uretral: proceso inflamatorio. Se presenta en mujeres como una lesión dolorosa,
roja, pequeña y friable cerca del meato uretral.
Microscópicamente: tejido conectivo muy vascularizado infiltrado por leucocitos. Cuando no se
halla ulcerada el epitelio suprayacente es transicional o de tipo plano estratificado.
Tratamiento: quirúrgico.
Carcinoma de uretra: es poco frecuente. Los pacientes usualmente son mujeres, con una edad
media de 60 años. El subtipo histológico varía con la localización de la lesión:
-uretra distal: carcinoma epidermoide
-uretra proximal: carcinoma de células transicionales o adenocarcinoma
PATOLOGÍA DE LA VEJIGA
Cistitis
La cistitis es una patología de relativa frecuencia que adquiere importancia fundamental ya que
por diseminación retrógrada puede ocasionar pielonefritis.
Es más frecuente en las mujeres, por las características anatómicas. Los agentes infecciosos más
comunes son: escherichia coli, proteus, klebsiella y enterobacter. La mayoría de las cistitis se
expresan por inflamación aguda o crónica inespecífica.
Macroscopicamente la mucosa se halla hiperémica.
Existen numerosas formas de cistitis y todas se presentan con palaquiuria, dolor abdominal y
disuria.
Ellas son:
Hemorrágica: con hematuria
Supurativa: con piuria
Crónica folicular: Infiltrado linfocitario con formación de folículos linfoides.
Eosinofílica: con abundantes eosinófilos.
Tuberculosis
Es siempre secundaria y acompaña en más del 50% de los casos a la TBC renal. Se considera que
afecta directamente la mucosa vesical por los bacilos presentes en la orina.
La localización predomina en el trígono pero en los casos más intensos afecta toda la superficie
vesical produciendo erosiones y úlceras que se hacen amplias por crecimiento confluente. La
TBC cura por fibrosis y esta fibrosis de curación puede condicionar una segunda enfermedad,
produciendo estrechez de los cálices o de la unión ureteropelvica o del sector urétero vesical.
Según la altura de la obstrucción se producen distintos grados de hidronefrosis y megauréter.
Tiene importancia señalar que la lesión renal es la de mayor gravedad pero que es la infección
vesical la que causa los síntomas más llamativos.
Cistitis glandular (o cistitis glandulo-quistica: constituye un grado distinto del mismo proceso)
En el siglo pasado Von Brunn y otros describieron pequeñas invaginaciones del epitelio
transicional en el corion subyacente que se conocen hoy con el nombre de nidos de Von Brunn.
Son relativamente frecuentes y no está dilucidado su significado ya que suelen aparecer en VU
normal, pero en presencia de inflamación son más abundantes. Con el tiempo pueden sufrir un
cambio glandular paulatino formando un acúmulo central de mucina producida por células
cilíndricas mucosecretantes (metaplasia glandular). Con mayor dilatación se forman quistes y las
células se aplanan por presión (Figura 1). Este cambio glandular se produce predominantemente
en trígono pero puede extenderse al resto de la vejiga, a uréter y hasta pelvis renal. En general
son consecuencia de inflamación crónica y superada ésta se produce una variable regresión. Esta
alteración puede relacionarse con adenocarcinomas.
Divertículos
Pueden ser congénitos o adquiridos. Los congénitos son más raros, suelen ser únicos y conservan
en su pared restos de la capa muscular.
Los adquiridos son relativamente frecuentes, se presentan después de los 50 años y predominan
en el sexo masculino en relación 30 ó 50: 1.
La edad y el sexo se deben a que la causa más frecuente es la obstrucción parcial de la uretra por
la próstata hiperplásica. Esto determina un aumento de la presión intraluminal y posterior
evaginación de la mucosa a través de puntos más débiles de la muscular. Por lo común son
múltiples y de tamaño variable. La pared tiene fibrosis y escaso tejido muscular. Las
consecuencias son varias:
a) Infección (diverticulitis). Porque en su interior se produce estasis urinaria que contribuye a la
contaminación de la pared adelgazada (peligro de perforación y de fístula).
b) La estasis de la orina también predispone a la precipitación de sales con formación de cálculos.
c) Cierto riesgo de cáncer por irritación repetida del urotelio.
CARCINOMA DE VEJIGA
La vejiga es el lugar más frecuente de los tumores del tracto urinario, aunque pueden ocurrir en
cualquier localización, en donde haya urotelio, desde la pelvis renal hasta la uretra distal. Se
presentan principalmente después de los 50 años y predominan francamente en el hombre, con
una realción 3/1. Tienden a ser multifocales con bastante frecuencia y poseen una alta tasa de
recurrencia postquirúrgica.
3.- Parásitos: constituye una realidad comprobada en Egipto, la mayor frecuencia de carcinoma
vesical con esquistosoma hematobium. Los huevos del parásito son depósitados en la pared
vesical lo cual induce una intensa reacción inflamatoria crónica que determina una metaplasia
escamosa, que suele progresar a una neoplasia Por lo general es de variedad epidermoide y no
transicional como los restantes.
4.- El uso de ciertos fármacos tales como analgésicos. Y la exposición prolongada e intensa a
ciclofosfamida, induce una cistitis hemorrágica, que conlleva a la aparición de carcinoma vesical.
5.- Radiación: la irradiación pélvica por patologías malignas tales como cáncer de cuello uterino,
próstata o recto aumenta el riesgo de neoplasias uroteliales.
●Factores de acción cancerígena discutible:
-Edulcorantes artificiales: no hay pruebas que confirmen su acción.
-Alcohol: se ha postulado, aunque sin comprobación definitiva, que los alcóholicos crónicos
tienen mayor riesgo de neoplasia vesical.
-Virus: se ha atribuido un papel a virus ARN (oncorna-virus) pero sin fundamentos sólidos.
-Herencia: no se ha comprobado relación firme ni mayor riesgo de índole familiar.
●Un factor intermedio serían las nitrosamidas. Está comprobada su acción cancerígena en
distintos órganos aunque falta establecer una relación más definida en el caso de vejiga. Estas
sustancias se ingieren con vegetales y carnes o se forman en el estómago, especialmente en
estado de hipoclorhidria, a partir de nitritos y nitratos combinados con aminas, todos provenientes
de la alimentación.
Clasificación:
Los tumores más frecuentes de la vejiga son epiteliales, de los cuales los carcinomas uroteliales
corresponden al 90%. Dichas lesiones comprenden un amplio espectro, desde lesiones tipo
papiloma hasta carcinomas invasivos de alto grado.
La clasificación de los tumores de vejiga ha variado notablemente en los últimos años, y se han
usado diversos sistemas de clasificación propuestos por numerosos autores tales como Ash,
Mostofi, etc. Existía gran controversia entre las nomenclatura utilizada por Urólogos y Patólogos
para designar a las variantes tumorales por lo cual fue necesario unificar conceptos y llegar a una
Clasificación de Consenso.
En la actualidad se emplea una basada en un consenso logrado por la ISUP (International Society
of Urological Pathology/Sociedad Internacional de Patología Urológica) en 1998, que tiene en
cuenta: el patrón de crecimiento (papilar / invasor) y el grado citológico (bajo/ alto grado).
Esta clasificación (Tabla 1) fue presentada en nuestro país en la Cuidad de Córdoba, durante la
Reunión-Consenso sobre Patología de Vejiga, y aprobada por la Sociedad Argentina de Urología
en 2004, en un Documento denominado Pautas para el Diagnóstico y Tratamiento del Cáncer de
Vejiga.
Tabla 1
Tumores de la vejiga clasificación de consenso( IUP/WHO)
1)Tumores Uroteliales (de células transicionales)
a) Lesiones Papilares:
-Papiloma ( invertido o exofítico)
-Neoplasia urotelial de bajo potencial de malignidad
-Carcinoma urotelial papilar (bajo y alto grado)
Como mencionamos antes, los tumores uroteliales comprenden un vasto grupo de lesiones que
involucran algunas benignas, de buen pronóstico hasta cánceres agresivos, con alta tasa de
mortalidad. Desde un punto de vista morfológico se identifican dos categorías diagnósticas
básicas según el patrón de crecimiento de las lesiones intrapiteliales: planas y papilares. Su
comportamiento clínico se relaciona con el grado de alteraciones en la arquitectura y en la
citología del urotelio.
1- TUMORES UROTELIALES
a) Lesiones Papilares
Las lesiones papilares mencionadas a continación son no invasivas, por lo tanto son lesiones
restringidas solo al epitelio.
-Papiloma: Los Exofíticos son lesiones poco frecuentes (1-2%), que preferentemente afectan a
personas más jóvenes. Suelen ser lesiones únicas, generalmente pequeñas unidas por un pedículo
a la mucosa. Histológicamente muestran delgados ejes conectivo-vasculares tapizados por
epitelio transicional normal. El denominado Papiloma Invertido aparece como una lesión
nodular en la mucosa y muestra cordones de urotelio bien diferenciado anastomosados, que se
extienden hacia la lámina propia (Figura 2).
- Carcinoma urotelial papilar de bajo grado: muestran una apariencia ordenada tanto
arquitecturalmente como citológicamente, pero presentan atipia nuclear. Si bien la atipia es
mínima, la misma está representada por leve poiquilocitosis, hipercromatismo nuclear, ligera
anisocariosis y escasas figuras mitóticas atípicas en las capas basales. Estas neoplasias pueden
recurrir, y en algunos casos invadir. Es poco común que estas lesiones pongan en riesgo la vida
del paciente.
- Carcinoma urotelial papilar de alto grado: son lesiones que muestran un crecimiento
desorganizado, con pérdida de la polaridad nuclear, engrosamiento del epitelio y células
discohesivas. La atipia es franca y son frecuentes las mitosis atípicas. Estos tumores poseen la
capacidad de invadir la capa muscular y una probabilidad cierta de metastatizar. No solo invaden
la pared vesical, sino también órganos como la próstata, vesículas seminales, uréteres y
retroperitoneo. Aproximadamente el 40% de los tumores invasivos presentan metástasis
ganglionares regionales. Las metástasis por vía hemática ocurren en hígado, pulmón y médula
ósea (Figura 3).
2- CARCINOMA ESCAMOSO
Son el 5% de los cánceres vesicales. La neoplasia está formada por epitelio escamoso con
distintos grado de atipia: cornificantes, no cornificantes e indiferenciados. Pero a los fines
pronósticos tiene poco o ningún valor ya que todos los epidermoides son de evolución más
desfavorable que los transicionales; cuando se los diagnostica generalmente ya invadieron la
pared muscular. En algunos casos se puede establecer una relación con cambios irritativos
previos que produjeron metaplasia epidermoide y tumor posterior pero esta secuencia no es
obligatoria. Como se mencionara anteriormente tienen relación con la infección por Schistosoma
haematobium. Macroscópicamente son de color blanquecino y de mayor consistencia que los
anteriores.
3- CARCINOMA MIXTO
Son aquellos en los cuales se visualizan distintas diferenciaciones tumorales, que involucran por
lo general carcinoma urotelial asociado a carcinoma escamoso o adenocarcinoma.
4- ADENOCARCINOMA
Constituyen el 1 al 2% de los cánceres de vejiga. Forman masas vegetantes e infiltrantes de la
pared, a veces con aspecto gelatinoso por su secreción mucosa. Histológicamente predominan las
formas bien diferenciadas con estructuras glanduliformes mucosecretantes (extracelulares). La
vejiga carece normalmente de glándulas y estas neoplasias pueden originarse:
a.-de una cistitis glandular: se han descripto los cambios sucesivos a partir de nidos de Von
Brunn.
b.-de una extrofia vesical: se ha descripto esta anomalía. En el 8 a 10% puede originar un
adenocarcinoma y más raramente en carcinoma epidermoide.
c.-del uraco: ya se describió este conducto y su fibrosis posterior. En su porción intramural puede
originar un adenocarcinoma mucosecretante relacionado con vejiga.
d.-por metaplasia glandular difusa producida en el seno del mismo tumor.
Algunos adenocarcinomas de otros órganos vecinos pueden invadir secundariamente la vejiga
como el de intestino en ambos sexos y, en el hombre, el de próstata.
Propagación
Puede ser por invasión a órganos vecinos (ya se mencionaron) y por metástasis linfática (en el
40%) a ganglios regionales y hemáticas a hígado, pulmón, médula ósea, etc.
Resumen Clínico
El síntoma predominante y a veces único de los carcinomas aun cuando sean lesiones papilares
de bajo grado, es la hematuria indolora. Puede acompañarse de polaquiuria: mayor número de
micciones por necesidad de orinar (pollakis: muchas veces) y disuria: micción difícil o dolorosa.
Pronóstico
Dos aspectos son fundamentales como factores pronósticos: la estadificación y la gradación
histológica. Existen otros parámetros tales como: edad del paciente, localización del tumor,
invasión vascular, tamaño tumoral, etc.
Estadificación del carcinoma de vejiga. Se refiere a la extensión en el momento del
diagnóstico, la que varía desde el in situ hasta los que sobrepasan la pared vesical. Los estadios o
períodos clínicos constituyen los factores pronósticos principales.
Estadificación TNM
TX: El tumor primario no puede evaluarse
T0: No hay constancia de tumor primario
Ta: Carcinoma papilar no invasivo
Tis: Carcinoma in situ (es decir, tumor plano)
T1: El tumor invade tejido conectivo subepitelial
T2: El tumor invade el músculo
pT2a: El tumor invade el músculo superficial (mitad interior)
pT2b: El tumor invade el músculo profundo (mitad exterior)
T3: El tumor invade tejido perivesical
pT3a: Microscópicamente
pT3b: Macroscópicamente (masa extravesical)
T4: El tumor invade cualquiera de los siguientes sitios: próstata, útero, vagina, pared pelviana o
pared abdominal
T4a: El tumor invade la próstata, útero, vagina
T4b: El tumor invade la pared pelviana, pared abdominal
[Nota: el sufijo "m" debe agregarse a la categoría T correspondiente para indicar lesiones
múltiples. El sufijo "is" puede agregarse a cualquier T para indicar la presencia de carcinoma in
situ asociado.]
NX: No se pueden evaluar los ganglios linfáticos regionales
N0: No hay metástasis de ganglios linfáticos regionales
N1: Metástasis en un solo ganglio linfático de 2 cm o menos en su mayor dimensión
N2: Metástasis en un solo ganglio linfático mayor de 2 cm pero de 5 cm o menos en su mayor
dimensión; o ganglios linfáticos múltiples de 5 cm o menos en su mayor dimensión
N3: Metástasis en un ganglio linfático mayor de 5 cm en su mayor dimensión
MX: No se puede evaluar metástasis a distancia
M0: No hay metástasis a distancia
M1: Metástasis a distancia
Sobrevida
En los papilomas, neoplasias uroteliales papilares de bajo potencial de malignidad, y el cáncer
urotelial de bajo grado, tienen una sobrevida a los 10 años del 98%. En contraposición, los
carcinomas de alto grado solo sobreviven el 40%.
Causa de muerte: lo más frecuente es obstrucción de los orificios ureterales y uretrales con
nefropatía obstructiva e infecciosa. También por diseminación final del Ca.