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Cronobiología

La cronobiología es la disciplina de la biología que estudia los fenómenos periódicos


(cíclicos), o ritmos biológicos, en los seres vivos.1 La cronobiología estudia la organización
temporal de los seres vivos, sus alteraciones y los mecanismos implicados en su
regulación. Posee especial interés, entre muchos otros aspectos, en endocrinología,
neurociencia, ciencia del sueño y el estudio del comportamiento de los organismos. El eje
central de la cronobiología se basa en la existencia de relojes biológicos endógenos en los
organismos, desde el nivel molecular al nivel anatómico, que posibilitan la ejecución de
una actividad biológica en un punto temporal concreto. En los mamíferos, el reloj
biológico se localiza en el núcleo supraquiasmático del hipotálamo.23 Desde ahí el reloj
biológico envía una señal “de tiempo” que llega a todas las células del organismo.

Cronobiología clínica
Es la parte de la cronobiología que estudia los ritmos biológicos en la salud y la
enfermedad de los seres humanos.29 Se desarrolló a partir de las investigaciones pioneras
de Franz Halberg y Jurgen Aschoff. Está bien establecido que numerosas mediciones
clínicas suelen variar según la hora del día, a veces incluso según la estación del año, en la
que se miden. Por ejemplo, concentraciones plasmáticas de determinadas hormonas y
metabolitos, recuentos celulares, presión arterial, frecuencia cardíaca, reactividad
bronquial, etc. Entre las enfermedades más estudiadas a nivel cronobiológico destacan el
asma bronquial, las reacciones alérgicas, la hipertensión, el ángor inestable, la gastritis y
los trastornos psiquiátricos y del sueño.

El sensor pineal
La glándula pineal recoge información de la luz, del campo magnético terrestre y de otros
campos originados por líneas de alta tensión o telefonía móvil, lo que le confiere un papel
determinante en la salud.
También sintetiza probablemente dimetiltriptamina, un alucinógeno que podría ser
responsable de las imágenes oníricas.
La cronoterapia, la musicoterapia y la sonopuntura se basan en parte en sus funciones.
Por último, los zeitgeber son estimuladores exteriores que funcionan sincronizándose con
los relojes internos de los seres vivos: temperatura, interacciones sociales, manipulaciones
farmacológicas o, el más potente de todos, la luz.
Todos condicionan en mayor o menor medida nuestros biorritmos y en determinadas
condiciones pueden alterarlos.
La utilidad de la cronobiología
La cronobiología añade así elementos nuevos al estudio de las enfermedades y de la
forma de tratarlas y prevenirlas.

Ha dado lugar a nuevas disciplinas como el cronodiagnóstico que, entre otras cosas,
propone realizar mediciones regulares –de la tensión arterial, por ejemplo– en lugar de
puntuales para realizar diagnósticos más precisos.
O la cronofarmacología, que coordina la periodicidad de los tratamientos con el reloj
interno para aumentar su eficacia o disminuir los efectos indeseados.
Se han documentado muchas enfermedades debidas a los efectos directos de alteraciones
de los ritmos biológicos: desórdenes del sueño u otros de tipo neurológico o psiquiátrico,
agravamiento de enfermedades cardiovasculares y metabólicas…

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