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Todo ser vivo, sea el hombre, los animales o los vegetales, necesita una aportación energética que

extrae del ambiente para poder vivir, es decir, necesita alimentarse. Ésta es la única e indispensable
necesidad común a toda la humanidad. (SERVICE 1979).

SERVICE, E. (1979) “Los cazadores”. Nueva colección labor, Barcelona 1979.

La estrategia de alimentación de estas sociedades es la recolección de vegetales y la caza y pesca de


animales, además del consumo de agua.

Las sociedades cazadoras-recolectoras, obtienen su alimento a través de la apropiación, su tecnología

no permite la reproducción de plantas y animales, se les define como “economías apropiadoras”, es

decir, la sociedad no invierte fuerza de trabajo en el control directo de la reproducción biológica de

las especies animales y vegetales que son su base alimenticia. (Quiroga 2003: 5)

GARCÍA QUIROGA (2003) D. Los cazadores-recolectores de la prehistoria reciente en el Sahara occidental


2003

En 1952, Birdsell demostró que existía una correlación positiva (0.8) en las 123 tribus consideradas, entre
precipitaciones medias y densidad de población. La lluvia es uno de los principales determinantes de la
vegetación y, puesto que la vegetación es el primer término de la cadena trófica, determina asimismo la
abundancia de la vida animal.
Las que estén obligadas a cambiar su ubicación con cierta asiduidad, suelen tener un equipo bastante
reducido, suele ser aquello que puedan cargar, prescindiendo de todo lo prescindible (VALDÉS 1977).

VALDES, R. (1977) “Los cazadores” en Las artes de la subsistencia: Una aproximación tecnológica y
ecológica al estudio de la sociedad primitiva” Adara, A Coruña 1977

La división sexual del trabajo parece ser una característica humana universal, que nos coloca aparte
de otras especies. (CASHDAN 1991: 50).

CASHDAN, E. (1991) “Cazadores y recolectores: El comportamiento económico en las bandas” en S.


Plattner(ed.), Antropología económica, México 1991.

Una característica importante para entender las relaciones sociales y económicas en estas sociedades
es la inmediatez del consumo. Una vez apropiados los distintos alimentos por parte de estas
sociedades, su consumo suele realizarse dentro de un lapso máximo de unas 48 horas. Éste es uno de
los hechos que pueden llevar a la consideración de estas economías como precarias, y dejarlas en
muchos momentos en manos de las contingencias naturales que les puedan acaecer. (BATE 1986).
BATE, L. F. (1986) “El modo de producción cazador recolector o la economía del salvajismo” en Boletín
de antropología Americana 13, México 1986.

Todos los observadores que han estado con estos pueblos estaban impresionados por el hecho de que

los productos de la caza y la recolección eran divididos entre todos, o eran el objeto de una amplia

distribución.

GARCÍA QUIROGA (2003) D. Los cazadores-recolectores de la prehistoria reciente en el Sahara occidental


2003

El nomadismo reduce la posesión de bienes de civilización a lo más indispensable: armas, vestidos,


recipientes para transporte y los menos utensilios posibles” (Dittmer, 1960:15).

Ditmer, K; 1960, Etnología general, FCE, México

Se sabe, desde luego, que inseparablemente ligadas al hombre propiamente dicho están la utilización
y la conservación del fuego, proveniente de los fenómenos naturales (el rayo) pero en un comienzo los
pueblos primitivos no saben producirlo. (Dittmer, 1960).

¿Para quién eran las mejores partes? Existen varias hipótesis, pero es posible que las mejores partes
estuvieran reservadas a aquel entre el grupo que poseyera cierto prestigio. Los datos que podemos
consultar, además del estudio de cazadores-recolectores contemporáneos, es el comportamiento
animal de los primates de nuestro siglo, al menos para los homínidos más antiguos. A nivel
etnográfico la distribución de la carne evidencia la existencia de grupos sociales más o menos
marcados. (Carrillo 2011)

Carrillo gonzález; raquel, 2011, la vida de los cazadores

La división del trabajo en las bandas nómadas es la mas simple que se conoce hasta ahora en
cualquier parte, pues se basa fundamentalmente en el sexo y, en menor medida, la edad. . (CASHDAN
1991: 51).

La movilidad de los recursos es un importante factor determinante en este sentido (Jochim 1981) ha
señalado que los animales de grandes dimensiones, que suelen ser muy movibles, son materia de
trabajo de los hombres; los recursos sedentarios como las plantas, los marisco o los insectos, son
típicamente colectados por mujeres, mientras que los animales pequeños y los peces, que ocuparían
un sitio intermedio en la categoría de movilidad, pueden ser obtenidos indistintamente por hombres
o mujeres. (CASHDAN 1991: 51).
El peligro del trabajo y el grado de concentración que requiere son también factores determinantes en
cuanto a su compatibilidad con el cuidado infantil. (CASHDAN 1991: 51).

Antes que ignorar las variantes ambientales, los nómadas “rastrean” para adaptarse a ellas mediante
cambios en su ubicación y en la magnitud del grupo local.

Los cazadores y recolectores se adaptan con frecuencia a la variante estacional predecible viviendo en
campamentos de macrobanda relativamente grande durante una parte del año y dispersándose en
grupos de microbanda mas pequeños, de magnitudes familiares durante los meses restantes.

Cientos de miles de años: labor de subsistencia, sin acumular

ninguna riqueza material; tenían apenas lo indispensable.

Vivieron por mucho tiempo sin conocer ni siquiera el arco y

la flecha. Usaban lanzas y dardos para atacar y matar a sus

presas; canastas rudimentarias para transportar cosas.

Estos grupos humanos primitivos se desplazaban fácilmente

de un lugar a otro, pues tenían muy poco y vivían al día.

Cazadores y recolectores tenían muy buena salud; se

nota en restos humanos y en grupos que actualmente

practican la recolección y la caza - dieta muy simple,

pero muy bien balanceada.

Con toda probabilidad descubrieron la

agricultura, porque permanecían más tiempo que los

hombres en los asentamientos.

Ellas habrían observado la germinación


de las semillas y notado que las plantas

producen más que en la naturaleza cuando

crecen sobre desechos orgánicos

La movilidad y la imprevisibilidad de las piezas de caza, el riesgo que la actividad y el bajo rendimiento
que implica, contrasta con la sedentariedad de los vegetales y la seguridad de que cada año crecen en el
mismo sitio. Podría ser más descriptivo, atendiendo a su dieta, llamar a estas sociedades como
sociedades de recolectores y cazadores.

Harris y Ross (1991: 31) contemplan la posibilidad de que durante el Paleolítico las estrategias de caza
hubieran sido transmitidas a individuos de ambos sexos, en gran parte debido a la probable alta
mortalidad y la peligrosidad de la caza de entonces. Una excesiva rigidez en la división sexual del trabajo
podría, por esto, provocar una falta en los alimentos de origen animal, preferencia del grupo humano.

Los cambios en la magnitud grupal y en la ubicación de los cazadores y recolectores se dan cuando se
modifican la disponibilidad y la abundancia de los recursos más importantes. Dyson-Hudson y Smith
(1983) ofrecen cuatro modelos para los patrones de conducta con respecto a la territorialidad en el ser
humano. Los resumen en el siguiente cuadro (figura 1):

Además, la fabricación de herramientas no es en exceso complicada, y ni la extracción del material bruto


ni su elaboración implican un esfuerzo extenuante (Sahlins 1977: 23) -los esquimales, por ejemplo, la
movilidad de los cuales es baja y sus asentamientos relativamente estables, han desarrollado una
tecnología por fuerza más ingeniosa, promovida también por las características de su entorno (Service
1979: 21)-.

Todo esto lleva a Sahlins (1977) a comentar que para el cazador-recolector su fortuna es una carga y
que muestra, en algunos casos, cierta tendencia a la despreocupación por sus herramientas. Si bien
estamos relativamente de acuerdo con estas afirmaciones (la carga excesiva limita la movilidad, y la
facilidad por acceder a los recursos y fabricar herramientas hace posible que no deba aplicarse un
control total sobre éstas), el autor se extiende algo más y dice, entre otras cosas, que estos pueblos
carecen de sentido de la posesión o dan muestras de no haber desarrollado el sentido de la propiedad
(Sahinas 1977: 25). No consideramos que la generalización de Sahlins sea productiva en este aspecto.

da ausencia de fortuna tiene una intención. La ausencia de fortuna material se basa en que sólo aquello
que pueda cargarse es útil en una sociedad nómada en la que el cambio de ubicación es relativamente
frecuente. La ausencia de acumulación unipersonal de alimento responde a la lógica de minimizar las
diferencias entre el consumo dentro del mismo grupo y asegurar un consumo regular. El intercambio
con otras regiones supone, por otra parte, la posibilidad de aumentar el radio de relaciones y de
parientes o aliados a los que se puede recurrir en caso de necesidad, y cuya obligación será facilitar a
aquél alimento y alojamiento.

Un equipo material mínimo y una repartición exhaustiva de las piezas de caza para los nómadas; una
tecnología más compleja y la técnica del almacenamiento de alimentos para los colectores. Estas
estrategias surgen a causa de la ausencia de control y de transformación sobre el medio. Es evidente
que si es así, es porque a estos grupos les resulta económico este estilo de vida y que sus necesidades se
acomodan a sus ingresos.

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