Ana MIs

Aprovechamiento forestales y políticas forestales

Los bosques y las selvas representan aproximadamente 64 millones de hectáreas son propiedad
de cerca de 15,000 ejidos y de comunidades una de las formas más adecuadas para proteger
conservar y aprovechar estos bosques es a través de lo que se conoce como el modelo mexicano
de silvicultura comunitaria, es decir, las comunidades y los ejidos dueños de estos territorios
tienen la capacidad de aprovechar conservar proteger a través de sus mecánicos eternos que
provienen de sus asambleas comunitarias. Muchas de estas comunidades obtienen recursos
económicos como la madera; productos no maderables como el chicle o resinas , y cuando estas
comunidades obtienen beneficios pues son los primeros los más interesados en conservar y
proteger la naturaleza.

Esto ha sido un ejemplo no solamente para el país sino a nivel mundial, muchos países están
volteando a ver a México porque tiene una forma de propiedad social que en otros países apenas
están explorando y regresando en sus políticas actuales la propiedad de los bosques a las
comunidades; y por eso México es un ejemplo que siempre será importante para conocer y saber
cuál ha sido esta experiencia que la comunidad pues cuenta con su propio equipo técnico forestal
funciones desde 1993 a la fecha.

Al nacer las comunidades existía un régimen fiscal que las incluía dentro de las personas
Morales con fines no lucrativos, eso qué significa que estaban exentas de pagar el impuesto sobre
la renta; es importante enfatizar de que la naturaleza de los ejidos o de las comunidades y por
consiguiente sus empresas sociales verdad no ha cambiado desde entonces. Hasta la fecha
comunidades que siguen todavía bajo el mismo esquema de que con una sola empresa llegan a
ser proceso de negociación y en el caso de una auditoría de parte de la autoridad fiscal verdad
van a salir bastante mal tratada cruza su cargo no porque pierde la invención de la de la
liberación de la extensión de la parte silvícola por el hecho de que sus ventas de madera cerrada
de algún mueble de alguna transformación a su a su materia prima sí va a rebasar ese 10%, es
decir es lo que tiene todo el margen para seguir manteniendo en la categoría de ser empresas
totalmente silvícolas entonces esto ocasiona muchas comunidades han tenido la orientación
adecuada verdad hayan tenido que estar creando nuevas empresas para poder seguir conservando
en beneficio de la parte silvícola y, en la parte de transformación ya tengan que pagar impuestos
sobre la renta y recibir un trato en esa parte aunque es una empresa comunal tienen ya un trato
exactamente igual que si fuera una empresa privada.

Si bien es cierto que las comunidades realizan actividades comerciales actividades en las cuales
se obtiene una utilidad que puede considerarse que son lucrativas el fin de esas utilidades
realmente no era de lucrar un particular; tiene utilidades y lucra porque guarda y almacena en las
comunidades esa utilidad que se genera se acumula se empieza a invertir en obras de beneficio
social. Hay comunidades que han hecho caminos, que hacen escuelas, obras para beneficio de la
comunidad. Para efectos de obtener más utilidades se hace el trabajo comunal el trabajo que se
llama el tequio que es la aportación del trabajo del comunero en trabajo de reforestación en
trabajos de incendios forestales en trabajos de conservación de los bosques en materia fiscal eso
no está reconocido como una reducción por lo tanto cuando Hacienda llega hace una revisión y
ve esos gastos nos dicen que son gastos no deducibles y automáticamente aumentan a la utilidad
y el fisco pretende cobrar el impuesto entonces nos damos cuenta que la utilidad no es real sí a
que unas la utilidad fiscal.

Desde 2011 la Comisión Nacional Forestal (CONAFOR) como punto focal del Programa de
Inversión Forestal (FIP) en México, busca promover el Manejo Integrado del Territorio, que es
un enfoque de desarrollo rural que promueve modelos productivos sustentables, a través de la
coordinación transversal de programas dirigidos al sector forestal.

Con los recursos del FIP se fortalece la participación de empresas forestales comunitarias que
mitiguen la deforestación y la degradación forestal, brinda la posibilidad a las comunidades de
aprovechamiento sustentable con beneficio económico, preservando el ecosistema.

En la actualidad las áreas boscosas manejadas por comunidades a través de Empresas Forestales
Comunitarias (EFC), tanto en bosques tropicales como templados, representan una escala y nivel
de madurez único en el mundo. El concepto de manejo forestal comunitario, en el ámbito
internacional generalmente se refiere al manejo para uso de productos no maderables o al
aprovechamiento de productos maderables para el consumo doméstico (Arnold 1998). En el caso
de México, el concepto es diferente en el sentido de que la propiedad es auténticamente social y
el manejo esta más orientado a una producción comercial de productos maderables para el que
las comunidades han constituido EFC´s que invierten en procesos de transformación y
comercialización de productos terminados.
El surgimiento del sector de Empresas Forestales Comunitarias en México es el resultado de un
largo proceso de apropiación social que se sustenta en una combinación de políticas públicas,
una tradición de activismo rural y el capital social que poseen las mismas comunidades rurales.
Aunque el proceso de apropiación inicia después de la Revolución de 1910, no es sino hasta
mediados de la década de los 70´s que las condiciones se vuelven propicias para que los
esquemas tradicionales de gobierno de las comunidades permitieran la construcción de
capacidades de organización y la habilidad de responder a condiciones externas propicias para la
consolidación de empresas sociales