Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
UNED.
Curso 2020 / 2021
1
ANTROPOLOGIA CULTURAL II
INTRODUCCIÓN
ESTRATEGIAS ADAPTATIVAS
Forrajeo
Cultivo
Pastoreo
MODOS DE PRODUCCIÓN
Producción en sociedades no industriales
Medios de producción
Alienación en las economías industriales
ECONOMIZAR Y MAXIMIZAR
Fines alternativos
DISTRIBUCIÓN, INTERCAMBIO
El principio de mercado
Redistribución
Reciprocidad
Coexistencia de principios de intercambio
POTLATCH
2
ANTROPOLOGIA CULTURAL II
1. INTRODUCCIÓN
2. ESTRATEGIAS ADAPTATIVAS
Yehudi Cohen fue el antropólogo que utilizó la expresión “estrategia adaptativa” para describir el
sistema de producción económica de un grupo. Él desarrolló una clasificación de cinco estrategias
adaptativas: forrajeo, horticultura, agricultura, pastoreo e industrialismo.
2.1 FORRAJEO
Partimos de la base de una actividad forrajera o cazadora-recolectora. Esa era la actividad de todas las
personas hace 10.000 años. Esta actividad estaba condicionada por la disponibilidad de especies de
vegetales y animales que dependía, a su vez, de unas condiciones climáticas que no eran uniformes ni a
lo largo del tiempo, ni en las distintas zonas del planeta. Pero, la nota común de las actividades
forrajeras es esa, precisamente: apoyarse en los recursos naturales disponibles.
a) En África, hay dos zonas: Una al sur del desierto del Kalahari, el hogar de los bosquimanos; La otra,
la selva ecuatorial de África central y oriental, hogar de los pigmeos.
b) En algunas selvas de Madagascar, en el sudeste asiático, incluyendo Malasia y Filipinas, y en
algunas islas fuera de la costa de India, aún hay gentes que practica el forrajeo de subsistencia.
c) Los aborígenes en Australia, que todavía no han desarrollado la producción de alimentos.
d) En Alaska y Canadá, los esquimales o inuit, que realizan su caza aunque emplean para ello
tecnología moderna (rifles o motos de nieve).
e) Muchos nativos americanos, también practican la caza, la pesca y la recolección como actividades
de subsistencia.
3
ANTROPOLOGIA CULTURAL II
La conclusión es que el estilo de vida cazador-recolector persiste en algunas áreas, incluso cuando éstas
podrían se cultivables y/o se ha tenido contacto con agricultores. Sin embargo, a medida de que se
expande el sistema mundial moderno, el forrajeo sigue su declive.
Los forrajeros han podido sobrevivir en lugares que no eran propicios para la producción de
alimentos. Es obvio el caso del Polo Norte, y también otras zonas en las que las condiciones (por
ejemplo, la falta de agua, la topografía del terreno…) impiden actividades de producción. Esos nichos de
continuidad de la actividad forrajera tienen también algo en común: la marginalidad en la que se
encuentran; son ambientes que no tienen interés inmediato para grupos con otras estrategias
adaptativas.
La población San se estima hoy en unas 100.000 personas que viven en la pobreza y en la marginalidad
de la sociedad. Es cierto que, cada año, un número de forrajeros pasa a depender del control de los
estados-nación y reciben influencias globalizadoras (por ejemplo, las reubicaciones de bosquimanos,
San Basarwa, que realiza el gobierno de Botswana, en África del Sur, entre 1997 y 2002, aunque estas
reubicaciones han sido objeto de litigios judiciales y de demandas cursadas por los propios forrajeros
que querían volver a sus tierras ancestrales. La realidad para estos bosquimanos es que, aunque una
resolución de la corte suprema de Botswana determinó que fueron desalojados ilegalmente de sus
tierras, pocos son los que han conseguido volver debido a las trabas y condiciones impuestas para la
vuelta a sus tierras y a sus actividades tradicionales.
Del estudio etnográfico de cientos de sociedades, se ha revelado que cada estrategia adaptativa tiene
un cúmulo de características culturales particulares. Veamos las principales correlaciones del forrajeo:
1) Unidad social básica: la banda. La banda es un pequeño grupo, inferior a cien personas, vinculadas
por parentesco o matrimonio. Esta banda, puede dividirse durante una parte del año (por ejemplo
cuando es más conveniente que los grupos sean más pequeños para la recolección) y unirse en otro
momento para realizar trabajo cooperativo o bien actividades ceremoniales. Se conocen ejemplos
de estas divisiones y reagrupaciones estacionales.
2) La movilidad. La movilidad es también característica de la vida forrajera. El cambio de banda es
normal, por ejemplo, entre los San y los Mbuti, del Congo. Una persona podía tener parientes en
más de una banda y en cierto momento cambiar de banda a aquélla en la que tiene relaciones de
parentesco. En suma, el parentesco, el matrimonio e, incluso, el parentesco ficticio, podían
determinar la pertenencia y el cambio entre determinadas bandas.
3) División de mano de obra basada en el género. La división más general es que los hombres cazan y
pescan, mientras que las mujeres recolectan. También, todos los forrajeros, establecen distinciones
en base a la edad. Lo más extendido es una consideración hacia los ancianos de un mayor respeto,
considerados como los guardianes de los mitos, las leyendas, las historias y las tradiciones. Aunque,
en general, la mayor parte de las sociedades forrajeras eran bastante igualitarias, con pocas
diferencias por cuestiones de prestigio.
2.2 CULTIVO
4
ANTROPOLOGIA CULTURAL II
Cuando hablamos de estrategias adaptativas, estamos considerando la actividad principal que realizan
las personas. Es decir, definimos el tipo de estrategia en función de la actividad que se realiza con
mayor intensidad y frecuencia, aunque tanto en las sociedades no occidentales, como en las modernas,
la gente lleva a cabo diversas actividades económicas.
Cohen, nos ofrece una triple división de la estrategia basada en la producción de alimentos, para las
sociedades no industriales: Horticultura, Agricultura y Pastoreo.
2.2.1 Horticultura
Según Cohen, la horticultura es una forma de cultivo que no emplea de manera intensa cualquiera de
los factores de producción (tierra, trabajo, capital y maquinaria). Veamos las principales características
de la horticultura.
En primer lugar, se emplean herramientas simples (azadones y similares, para cavar). Se suele utilizar la
técnica de la roza y la quema: consiste en limpiar la tierra (rozar) y quemar bosques o arbustos o el
propio pasto que cubre un terreno. De esta forma, las plagas se matan y las cenizas pueden fertilizar el
suelo. Cuando el suelo se agota, se inicia el ciclo de roza y quema en otro terreno, dejando el primero
en barbecho, para que se restablezca. A este terreno original se volverá tras unos años, cuando se haya
recuperado y sea considerado nuevamente fértil. Esta forma de horticultura se llama traslaciones de
cultivo, lo cual no implica necesariamente una traslación del poblado que la lleva a cabo. Hay
poblaciones que mantienen sus poblados muchos años en el mismo lugar y, simplemente, las personas
realizan desplazamientos más largos hasta las nuevas tierras de cultivo; y otras, en cambio, sí efectúan
cambios de ubicación de su poblado cada cierto número de años de permanencia en el mismo lugar.
Hay que anotar, por último, la influencia del cambio climático en estas poblaciones en el sentido de que
se producen más incendios y su histórica permanencia en un lugar puede verse alterada debido a estos
cambios ambientales, más que por la propia dinámica de su sistema de horticultura.
2.2.2 Agricultura
En la agricultura el tipo de cultivo requiere más trabajo que en la horticultura. La tierra es usada de
manera más intensiva y continua. Veamos rasgos característicos de la agricultura:
5
ANTROPOLOGIA CULTURAL II
2.2.3 Pastoreo
6
ANTROPOLOGIA CULTURAL II
El pastoreo tiene objetivo el cuidado de animales domésticos (cabras, ovejas, vacas, camellos, yacks) a
través de una relación de simbiosis: De una parte hay cuidado y atención hacia los animales; de la otra,
se obtienen alimento (leche, carne, sangre) y otros productos (lana, piel, cueros…).
Los usos del pastoreo son muy diversos según las zonas. Hay un primer uso directo, que es la obtención
de alimento, que puede ser consumido directamente o reelaborado en otros (yogurt, mantequilla,
queso). Normalmente, la actividad de pastoreo no garantiza la dieta. Por tanto, los pastores suelen
recurrir también a la caza, la pesca, al cultivo o al comercio. Si bien el forrajeo y el cultivo estaban
presentes en todo el mundo, antes de la revolución industrial, el pastoreo estaba restringido al viejo
mundo, siendo muy escasos los ejemplos de pastoreo en el nuevo mundo, antes de la conquista
europea.
3. MODOS DE PRODUCCIÓN
La antropología económica es la disciplina antropológica que se encarga de estudiar la economía, con
una perspectiva comparativa.
Podemos decir que el modo de producción, es “un conjunto de relaciones sociales mediante las cuales
se moviliza mano de obra para obtener energía de la Naturaleza, mediante el uso de herramientas,
habilidades, organización y conocimiento” (Wolf, 1982).
En el modo de producción capitalista, la mano de obra es comprada por el capital y en el proceso de
producción se establece una diferenciación social entre patrón y trabajador. En las sociedades no
industriales, generalmente, la mano de obra se da como una obligación basada en factores como el
parentesco o la ayuda mutua.
Es decir, el modo de producción señala al mismo tiempo la diversidad de marcos sociales, la diversidad
de recursos o la diversidad de tradiciones culturales.
7
ANTROPOLOGIA CULTURAL II
3.2.1 Tierra
En los forrajeros, a través de lazos de parentesco, matrimonio o parentesco ficticio, una persona
adquiría derechos para usar el territorio de una determinada banda. Entre los productores, el acceso a
los medios de producción también se consigue mediante el parentesco y el matrimonio. Los grupos de
descendencia tienen acceso al territorio y a los recursos del grupo al que pertenecen; De parecida
forma, los pastores, en tanto que descendientes de un grupo, tienen acceso a los animales para
comenzar sus propios rebaños, a las tierras de pastoreo, etcétera.
8
ANTROPOLOGIA CULTURAL II
4. ECONOMIZAR Y MAXIMIZAR
¿Qué motiva a la gente en las diferentes culturas a producir, distribuir o intercambiar, y consumir?
Los economistas tienden a explicar que los productores y distribuidores toman sus decisiones bajo un
criterio racional: la ganancia. De parecida manera a cuando los consumidores buscan el mejor precio.
La economía capitalista tiene su base, precisamente, en la ganancia. En su maximización.
En realidad, la teoría económica clásica supone un deseo de maximización del beneficio, pero teniendo
en cuenta, al mismo tiempo, un criterio economizador en la asignación de recursos, porque los medios
son limitados. Así pues, cuando la gente se enfrenta a la necesidad de elegir o decidir, se supone que la
elección más racional es la que maximiza la ganancia.
Sin embargo, ciertos economistas reconocen ahora que hay otras motivaciones, distintas de la
ganancia, que están tras la toma de decisiones. Así, como sustitución de la ganancia, podemos encontrar
el prestigio, el placer, el poder, la comodidad, etcétera.
9
ANTROPOLOGIA CULTURAL II
Veamos a qué usos se aplican normalmente los escasos recursos de las personas en las diversas
sociedades.
En primer lugar, hay un fondo de subsistencia. Es decir, parte de la energía que se acumula, es
necesaria para comer y restituir las calorías gastadas en la actividad diaria. Otra parte de la
acumulación, el fondo de reemplazo, es usada para reponer aquellos artículos necesarios para la
producción y que resultan dañados o inservibles con el paso del tiempo (herramientas), o también
artículos que no son del ámbito de la producción pero que deben periódicamente reponerse (ropa,
calzado…). Hay otro fondo que mantener, el llamado fondo social que se utiliza para la ayuda a amigos,
familiares, etcétera, cuando es necesario. Y también el fondo ceremonial que se refiere a los gastos que
se realizan en ceremonias o rituales. También puede ser necesaria la constitución de un fondo de renta.
Este fondo es típico en las sociedades no industriales. Pensemos, por ejemplo, en las rentas que venían
obligados a pagar arrendatarios o aparceros a sus respectivos terratenientes o señores, como era
norma en tiempos feudales. Este fondo de renta, con frecuencia, no es una mera obligación adicional o
marginal, sino que se constituye en una labor principal e ineludible que, satisfacerla, pueden suponer
un sacrificio de los campesinos en su propia alimentación.
Como vemos, la gente, con frecuencia, no tiene posibilidad de elegir el destino de sus recursos debido a
las exigencias de pago que se ciernen sobre sus rentas.
5. DISTRIBUCION, INTERCAMBIO
Karl Polanyi (1968) impulsó el estudio comparativo del intercambio. Definió tres principios que
orientan los intercambios: Principio de mercado; Principio de redistribución; Principio de reciprocidad.
Es el principio dominante en la economía capitalista mundial. Este principio implica que el intercambio
de mercado es un proceso organizativo de compra y de venta a través del dinero. En este principio de
mercado se incluyen tanto la maximización de la ganancia, como la ley de oferta y demanda,
determinante del precio.
Un factor que interviene en el intercambio de mercado es la negociación: es el proceso a través del cual
las posiciones de oferta y contraoferta se sitúan en el mercado con el objetivo, cada parte, de maximizar
su interés.
5.2 REDISTRIBUCIÓN
La redistribución opera cuando los bienes y servicios se mueven desde un nivel local a un centro
distribuidor mayor.
Ese centro bien puede ser una capital, un punto regional de recolección, un almacén, un centro
logístico, etcétera.
Con el tiempo, los productos invierten su dirección y pasan desde el centro redistribuidor a la gente
común.
En las sociedades no industriales, el proceso de redistribución desde el punto local hasta el centro sigue
la jerarquía de oficiales y/o jefes. Por ejemplo, en los Cherokee, granjeros productores de maíz, frijoles
y calabaza, cada familia apartaba una porción de su cosecha anual para el cacique (que hace las veces
de oficial o jefe). Era entendido por todos, que esa parte de la cosecha, pertenecía al cacique sin
discusión y que sólo podría ser distribuida entre los necesitados, merced a su exclusiva generosidad.
10
ANTROPOLOGIA CULTURAL II
5.3 RECIPROCIDAD
La reciprocidad se refiere al intercambio entre iguales, que en general están relacionados por
parentesco, matrimonio u otro lazo de cercanía. Es una forma de intercambio que domina en
sociedades igualitarias tales como las forrajeras, cultivadores y pastores.
Sahlins y Service, determinan tres grados de reciprocidad: generalizada, equilibrada y negativa. La
reciprocidad generalizada es común entre parientes cercanos; En la equilibrada hay un mayor
distanciamiento social en los intercambios y también hay mayor distancia en la necesidad de ser
recíproco; Por último en la reciprocidad negativa, la distancia social es más grande aún y la reciprocidad
es calculada cuidadosamente.
11
ANTROPOLOGIA CULTURAL II
6. POTLATCH
El potlatch es una de las prácticas culturales más ampliamente estudiadas por la etnografía. Se trata de
un evento festivo, dentro de un sistema de intercambio regional entre tribus de la costa del Pacífico
Norte de Norteamérica.
Los patrocinadores del Potlatch regalan objetos diversos
(alimentos, mantas, piezas de cobre…) con la idea de que
se incremente el prestigio del que dona.
¿Cómo puede entenderse el Potlatch, en el que se
entrega una riqueza sustancial?
Algunos estudios se refieren al potlatch como un ejemplo
de comportamiento derrochador (los misiones cristianos
ya lo consideraban así y, además, contrario a la ética
protestante marcada por la austeridad y el trabajo).
Thorstein Veblen basaba el Potlatch en un impulso
irracional que buscaba prestigio. Desarrolló esta idea en su
obra Teoría de la clase ociosa (1934).
12
ANTROPOLOGIA CULTURAL II
población más reducida y, finalmente, los Kwakiutl -con muchos de los jefes patrocinadores del potlatch
y sus familias, muertos- ampliaron el derecho a dar un Potlatch a toda la población. De ahí que surgió
una competencia muy intensa por ganar ese prestigio que era otorgado a quien daba un Potlatch.
Por último, hay que señalar que el Potlatch, que en esencia significa una renuncia a la riqueza a cambio
de algo inmaterial (el prestigio), se sitúa justo en lado contrario de la concepción capitalista, para la
cual, la riqueza es un medio que permite seguir acumulando ganancias adicionales. Las tribus de
Potlatch, se encontraron satisfechas de renunciar a sus superávits y de no usarlos de manera que se
pudiera establecer una brecha social entre la propia tribu y las tribus amigas.
13
ANTROPOLOGIA CULTURAL II
1. INTRODUCCIÓN
El propósito es llegar a un significado coherente que pueda ser aplicado al término “económico”, en
todas las ciencias sociales. En principio, podemos considerar dos significados para dicho término: Un
significado substantivo y un significado formal.
El significado substantivo se refiere a las relaciones de intercambio que el hombre tiene que realizar
tanto con el medio ambiente como con el medio social, para obtener los recursos materiales que son
necesarios para su satisfacción y subsistencia.
Desde el punto de vista formal, lo económico hace referencia al hecho de tener que elegir, es decir,
discriminar entre los medios de que disponemos a nuestro alcance, cuando no son suficientes.
Ambos términos no tienen una procedencia común. El significado substantivo tiene un componente de
realidad, es decir, se refiere a las relaciones que se dan en el mundo real, tanto con el medio como con
la sociedad, mientras que el significado formal alude a un componente lógico, es decir, implica una serie
de reglas relativas a la elección entre varias opciones alternativas, cuando hay medios insuficientes.
Esta mezcla de significados se produjo cuando, en los dos últimos siglos, tanto en Europa Occidental
como en Norteamérica, el sistema económico se basa en un sistema de mercados que operan a través
de la fijación de precios. En este contexto, tanto el elemento substantivo como el formal coinciden en la
práctica.
Sin embargo, la economía sólo constituye una faceta de la realidad humana. El antropólogo, el sociólogo
o el historiador, se enfrentan con gran variedad de instituciones que no son el mercado, pero en las que
está involucrada la subsistencia humana. Para el análisis de esas instituciones no basta, pues, un método
analítico diseñado para el sistema económico basado en el mercado.
Por ello, el autor, pasa a examinar más minuciosamente los conceptos derivados de los dos significados
de económico.
14
ANTROPOLOGIA CULTURAL II
La acción racional se configura, pues, como una relación de los medios con los fines. Cualquiera que sea
el fin, lo racional es escoger los medios adecuados para la consecución de dicho fin y actuar de acuerdo
con esos medios y criterios que se han escogido.
En la economía formal, ya hemos visto que nos situamos ante una insuficiencia de medios, que da lugar
a una elección. Esa insuficiencia de medios es llamada “escasez”. Debido, precisamente, a que la escasez
comporta una insuficiencia de medios, es por lo que provoca o induce a tener que elegir.
Sin embargo, para que se de la elección, no es indispensable que exista la escasez. Ciertamente, puede
darse un panorama de abundancia de medios que no elimina las posibilidades de elección, más bien las
incrementa.
El análisis económico, es el resultado de aplicar la economía formal -de la que se derivan la elección- al
sistema de mercado. En este sistema de mercado, todos los bienes y servicios (incluyendo el factor
trabajo, tierra y capital) se ponen a la venta en el mercado y, por tanto, tienen un precio. Y todas las
formas de renta que se perciben (salario, intereses, rentas…) se derivan de esa venta en el mercado y
del mecanismo de la fijación de los precios. El precio, pues, es la cuantificación, a través del dinero, de
las diversas elecciones disponibles inducidas bajo una condición general de insuficiencia de medios.
Por lo tanto, el sistema económico se corresponde con esa secuencia de actos de elección, bajo las
condiciones de escasez que comentamos.
Ahora bien, las reglas que determinan esos actos tienen un carácter universal y pueden aplicarse a un
sistema económico concreto, siempre que el sistema se presente como un resultado de las acciones
sociales, respecto a medios insuficientes y orientados por los precios resultantes. Es decir, que sea un
sistema de mercado.
Fuera del sistema de mercado, que se caracteriza por ser formador de precios, el análisis económico
pierde gran parte de su relevancia como método de investigación sobre el funcionamiento del sistema
económico humano. (Por ejemplo, en el caso bien conocido, de un sistema de planificación central,
basado en precios no creados por el mercado).
“Proceso”, nos lleva a considerar aspectos de movimiento. El movimiento puede referirse bien a:
Cambios de localización
Cambios de apropiación
A ambos cambios
Los movimientos de localización incluyen la producción, junto con el transporte, para la que el traslado
espacial del objeto es esencial.
Todas las actividades que forman parte del proceso, pueden denominarse como actividades
económicas; así como todos los componentes que también forman parte del proceso, son elementos
económicos. Los elementos pueden ser ecológicos, tecnológicos o societarios, en función de que
pertenezcan al medio ambiente natural, al equipamiento mecánico o al marco humano.
Pero, junto al proceso y a sus cambios, brevemente detallados, es de vital importancia el aspecto
institucional de la economía. La institucionalización, dota al proceso económico de estabilidad y
unidad. Es decir, le configura como una estructura que tiene una función determinada en la sociedad.
La economía humana, pues, está incrustada en instituciones tanto económicas como no económicas. De
hecho, instituciones no económicas como pueden ser la religión o el gobierno son importantes para el
funcionamiento de la economía, junto a instituciones plenamente económicas como por ejemplo las
monetarias.
Puede pensarse que tanto reciprocidad, distribución e intercambio, se derivan de modelos de relación
entre individuos, extrapolados de la actividad económica. En realidad, no es así. Los simples agregados
de comportamientos personales no crean por sí mismos estas estructuras.
El comportamiento recíproco entre individuos tiene un efecto integrador en la economía, sólo si se dan
estructuras simétricamente organizadas; De parecida forma, los numerosos actos de compartir las
cosas entre los individuos no crea una estructura de distribución si no existe un centro distribuidor en la
comunidad; Y, por último, los actos de intercambio entre personas tampoco generan por sí la formación
de un sistema de precios, porque dicho sistema requiere de una organización institucional al efecto.
En conclusión, los elementos institucionales y de organización, que son válidos, son proporcionados por
un tipo de comportamiento muy distinto al comportamiento individual.
Bronislaw Malinowski, señaló en primer lugar como una de las pautas institucionales posibles, las
formas simétricas de organización; Luego, añadió la reciprocidad, la redistribución y el intercambio,
como otras formas de integración. Y también, añadió a la simetría la focalidad (o centralidad) y el
mercado., como otras pautas institucionales.
16
ANTROPOLOGIA CULTURAL II
La conclusión es la siguiente:
Para que el intercambio sea integrador, las partes deben tener una actitud que sea la más beneficiosa
posible para cada una de ellas, ante la determinación del precio. En cambio, cuando se trata de un
17
ANTROPOLOGIA CULTURAL II
intercambio a precios fijos, esto no implica nada más que la mera voluntad o decisión de intercambiar.
Por su parte, el intercambio a precios fluctuantes, expresa una relación de antagonismo entre las
partes intervinientes.
Veamos ahora cómo las tradicionales agrupaciones en los sistemas económicos se aproximan, más o
menos, a la clasificación que hemos establecido según las formas de integración:
En la “sociedad bárbara” la tierra y el trabajo se integran en el sistema económico, a través de
lazos de parentesco.
En la “sociedad feudal”, son los vínculos de lealtad (siervo/señor) los que determinan el
destino de la tierra y del trabajo asociado a ella.
En los imperios de regadío (basados en grandes obras de irrigación) eran el templo y el palacio
quienes distribuían la tierra y el trabajo (al menos en su forma de trabajo dependiente, no
libre).
Por último, en los sistemas de mercado, el elemento fundamental es el intercambio: tanto la
tierra, como los alimentos y el trabajo se convierten en mercancía que se pude adquirir en el
mercado.
Lo que sí es importante reseñar también, es que estas formas de integración no son etapas de
desarrollo. No implican ningún orden temporal necesario. Pueden presentarse, sufrir una decadencia y
luego resurgir.
Cuando el énfasis del comercio se pone en la adquisición de bienes situados a distancia, se revela el
papel importante de las importaciones en la historia temprana del comercio. En esta importación de
bienes lejanos, el comerciante puede buscar la ganancia material directa (beneficio) o bien esperar la
recompensa pública que mejore su estatus, o posición del comerciante en el escalafón social (En
18
ANTROPOLOGIA CULTURAL II
ocasiones, el beneficio directo de las importaciones es tan sólo una pequeña cantidad comparada con
las concesiones beneficiosas que el Señor o el Rey otorgan a ese comerciante hábil y venturoso).
En los tiempos antiguos, por lo general, el comerciante se encuadraba en la parte más alta de la escala
social, realizando un tipo de comercio para satisfacer necesidades de los gobernantes y del Estado, o
bien en la parte más baja, dependiendo del trabajo rudo e incierto del transporte sin prácticamente
presencia del comerciante de clase media. Los tipos de comerciantes de la antigüedad, fueron el
tamkarum, el meteco y el extranjero.
El tamkarum fue el comerciante que dominó la escena en Mesopotamia desde los tiempos sumerios
hasta la aparición del Islam, o sea, durante unos 3.000 años. Egipto, China, India, la Mesoamérica de la
pre-conquista o el África occidental indígena, no conocieron otro tipo de comerciante.
El meteco se hizo por primera vez notable en Atenas y en otras ciudades griegas, como un mercader de
clase baja. Con el helenismo creció hasta ser el prototipo de la clase media comercial desde el valle del
Indo hasta las Columnas de Hércules.
El extranjero es, ante todo, ubicuo. No pertenece a la comunidad ni disfruta de ningún estatus.
Pertenece a una comunidad totalmente distinta.
En esta época antigua, en algunos pueblos que se dedicaban al comercio y eran muy dependientes de él,
la práctica totalidad de la población estaba implicada en el comercio (Fenicios, Isla de Rodas, Gades…).
En otros casos, más numerosos, una parte considerable de la población se dedicaba al comercio, pero
sólo de vez en cuando.
En cuanto a la forma de organización del comercio es esa época, surgía en función de los bienes que se
transportaran, las distancias, los obstáculos del viaje…. En general, eran aventuras comerciales
discontinuas. Antes de la época moderna no se conocen asociaciones de comercio permanentes.
Hay que señalar también que, en ocasiones, se adquirían productos importados a través de otros
exportados. En estos casos, como la economía no estaba regida por el mercado, las importaciones y las
exportaciones tienen régimen distinto.
El comercio administrado sienta sus bases sobre pactos más o menos formales y se organiza a través de
canales controlados por la administración. Estos canales regulan las tasas o proporciones de artículos
que se intercambian, los servicios portuarios, el peso, la comprobación de la calidad, regulación de los
pagos, almacenamiento, conservación, etcétera. Aquí, el regateo no suele formar parte de los
procedimientos puesto que las equivalencias se fijan de una vez por todas. Este comercio administrado
presupone organizaciones comerciales relativamente estables, como Estados o, por lo menos,
compañías establecidas por ellos. Cuando este comercio se realiza con indígenas, el entendimiento suele
ser tácito (en base a la tradición o la costumbre), pero cuando se realiza con Estados, presupone la
existencia de pactos formales o tratados. La principal institución que da soporte a este comercio es el
puerto. El puerto es el emplazamiento donde se da todo el comercio exterior administrado. Ofrece
seguridad, tanto al anfitrión como al comerciante extranjero, sirve de fondeadero, desembarque y
almacenaje, y otro tipo de garantías sobre los bienes a comerciar.
19
ANTROPOLOGIA CULTURAL II
En el comercio por medio de un mercado, el intercambio es la forma de integración que relaciona a los
asociados. La gama de productos comerciables es ilimitada y este comercio sigue los mecanismos de
oferta/demanda/precio.
El pago, es la satisfacción de esa obligación que nace en tanto que los objetos cambian de manos. En
este sentido, cabe definir al dinero como medio de pago que libera esa obligación. Este uso del dinero
como pago es ya un uso muy normal en los primeros tiempos.
El uso del dinero como patrón consiste en equiparar cantidades de bienes de distintas clases para
propósitos concretos. La operación consiste en asignar valores numéricos a los distintos objetos, para
facilitar su manipulación (por ejemplo, el trueque). En un sistema redistributivo, el uso del dinero como
patrón es esencial puesto que asegura la posibilidad de elegir entre productos diferentes tanto al que
paga como para quien reclama el pago.
Por último, el uso de dinero como medio de intercambio, nace de la necesidad de cuantificar los
objetos para el intercambio indirecto. El uso de los objetos cuantificados no se desarrolla por actos de
trueque o al azar, sino en conexión con un mercado de comercio organizado. En ausencia de mercado,
el uso del dinero no pasa de ser un hecho subordinado.
Hay que apostillar dos extensiones de la significación de dinero. La primera se refiere a la extensión de
la definición de dinero a unidades ideales; la segunda al uso de objetos monetarios como instrumentos
de operaciones.
Respecto a la significación del dinero como unidades ideales, ya se utilizó en tiempos antiguos. Así, ya
comerciantes asirios arreglaban sus cuentas sin intervención de objetos monetarios.
20
ANTROPOLOGIA CULTURAL II
Respecto de la oferta y la demanda, cada una de ellas tiene componentes distintos. A saber: una
cantidad de bienes, por un lado, y, por otro lado, cierto número de personas que se relacionan con
esos bienes en calidad de compradores o de vendedores. Oferta y demanda parecen inseparables,
mientras que, en la realidad, constituyen distintos grupos de personas.
El elemento precio, sugiere fluctuación (en cambio la equivalencia no tiene esa connotación). La misma
expresión “precio fijo” ya nos indica de que el precio, antes de ser fijado, era susceptible de fluctuación
o cambio.
Originariamente, el precio era una cantidad rígidamente fijada, en cuya ausencia no puede iniciarse el
mercado. Los precios fluctuantes, de carácter competitivo, son algo relativamente reciente.
En las economías integradas mediante el intercambio, el precio designa la proporción de distintas clases
de bienes que se intercambian mediante trueque o regateo, es decir la equivalencia. Pero también
encontramos equivalencias en economías integradas bajo forma de redistribución.
Los sistemas de precios, tal y como se han desarrollado a lo largo del tiempo, pueden contener capas de
equivalencias que se han originado históricamente bajo distintas formas de integración (en este sentido,
Max Weber, por ejemplo, observó que debido a la ausencia de bases para definir los costes, el
capitalismo occidental no hubiera sido posible a no ser por la red medieval de precios o de rentas).
21
ANTROPOLOGIA CULTURAL II
Cuando nos preguntamos acerca de la diferencia que hay entre una obligación, ese sentimiento de que
uno debe de comportarse de alguna determinada manera, o, incluso, que se debe algo a alguien, y una
deuda….. la respuesta es sencilla: la diferencia es dinero. La deuda se cuantifica y para efectuar su
pago, saldarla, se necesita el dinero.
Se suelen citar tres funciones para el dinero: a) Medio de intercambio, b) unidad de contabilidad y c)
almacenamiento de valor. En general, el papel principal que se otorga al dinero es la primera de estas
funciones. Veamos un fragmento de Economics, por parte de Case, Fair, Gärtner y Heather (1996):
“El dinero es vital para el funcionamiento de una economía de mercado. Imagínese cómo sería la vida
sin él. La alternativa a la economía monetaria es el trueque: gente intercambiando bienes y servicios
directamente por otros bienes y servicios, en lugar de hacerlo mediante dinero…. Un sistema de trueque
requiere una doble coincidencia de necesidades de mercado para tener lugar. Es decir, para efectuar el
intercambio no sólo necesito hallar a quien tenga lo que deseo, sino que esa persona ha de desear lo
que yo tengo. Allá donde la gama de productos intercambiables es pequeña, como en economías
relativamente poco sofisticadas, no es difícil encontrar con quién hacer negocios, y a menudo se utiliza
el trueque”.
“Un medio de intercambio (o modo de pago) acordado, elimina limpiamente el problema de la doble
coincidencia de necesidades”.
En realidad, la historia del dinero siempre empieza con el mundo fantástico del trueque. La cuestión
está en ¿dónde podemos localizar ese mundo temporal y espacialmente?
En la antigüedad, ya Aristóteles concluía que el dinero debió surgir a medida que algunas gentes se
especializaban en producir determinados bienes para intercambiarlos después. En la época de los
descubrimientos, cuando castellanos y portugueses surcaban el mundo, la mayoría de los viajeros
informaba de que las sociedades tenían su propia forma de dinero emitido por sus gobiernos.
Para Adam Smith, en cambio, el dinero y los mercados ya existían antes de las instituciones políticas.
Considera que eran las bases mismas de la sociedad humana. Por lo tanto, el papel del gobierno sólo
era garantizar la estabilidad de la moneda.
La propensión a cambiar, permutar unas cosas por otras, pertenece al ámbito mismo de la naturaleza
humana. Y, como en todo, los humanos buscarán el mayor provecho posible del intercambio.
Este impulso por intercambiar, es el que da lugar a la división del trabajo, que Adam Smith sitúa en la
base de todos los logros y civilización humanos.
La división del trabajo produce acumulación de productos que son susceptibles de ser deseados por los
demás. De hecho, este tipo de productos, que todos demandan, adquieren un valor especial: pueden
22
ANTROPOLOGIA CULTURAL II
ser utilizados como medida para los intercambios. Históricamente, hay, en efecto, algunos productos
que han tenido esa faceta de patrón de intercambio en algunos lugares: la sal, el tabaco, las pieles…
Con el tiempo, en el comercio de larga distancia, surge un tipo de producto que es efectivo como medio
para los intercambios: los metales preciosos. La razón es triple: son duraderos, fáciles de transportar y
divisibles en porciones iguales.
Es fácil ver hacia dónde nos lleva este camino de los metales. De entrada, emplear lingotes o unidades
determinadas de metal, es más práctico y sencillo que recurrir al trueque directo de mercancía por
mercancía. Pero, tenía que estar asegurada la composición, el peso y la pureza de los lingotes o de las
piezas de metal que se empleasen: de ahí nace la acuñación.
La acuñación, por lo tanto, significa la intervención de los gobiernos, dado que poseían fábricas de
moneda.
Así, llegamos a entrever que hay algo que se llama economía, que opera con sus propias reglas,
apartada de la moral y de la vida política. La economía se configura, pues, como esa actividad
caracterizada por nuestra tendencia natural a intercambiar, trocar. Esa tendencia la mantenemos
permanentemente y siempre la tendremos. Y en ese sistema económico y dependiente de sus propias
reglas, el dinero es solamente el medio más eficaz para facilitar los intercambios.
Con posterioridad, economistas como Karl Menger o Stanley Jevons añadieron a esta idea tan simple
que venimos de expresar, complejidades matemáticas y técnicas, cuando en realidad, para la mayoría
de las gentes la economía era sencilla de entender: Primero había el trueque; luego se inventó el dinero;
Después aparecieron los bancos y el crédito. En suma, todo es una progresión sencilla, lineal, que nos
conduce desde el intercambio de hachas de piedra en el paleolítico superior, hasta las Bolsas, los fondos
de inversión o los derivados titulizados.
Durante muchos siglos, nadie ha tenido éxito encontrando la tierra del trueque. Se han descubierto,
eso sí, una enorme variedad de sistemas económicos. Pero hasta hoy, nadie ha sido capaz de señalar
una parte del mundo en la que, de modo habitual, la transacción económica tome forma de trueque. Las
conclusiones de Caroline Humphrey, no pueden ser más explícitas: Nunca se ha descrito un solo
ejemplo de economía de trueque, sencillamente, y mucho menos la emergencia de él del dinero; toda
la etnografía sugiere que jamás ha habido tal cosa”.
Esto no quiere decir que el trueque no exista o que nunca haya sido practicado por determinados
grupos de gente. Por ejemplo, entre los Nambikwara de Brasil, es común el trueque realizado en un
marco festivo y entre poblados que no tienen relación o, incluso, suelen ser enemigos. También hay
rituales de trueque entre los Gunwinggu australianos, en donde cada
poblado tiene su propio producto para trocar con los otros. En la década de
1940, Ronald Berndt, estudió un Dzamalag. Éste consiste en un ritual de
trueque que se da entre dos poblados, cuando uno de ellos es invitado por
el poblado huésped. En el caso estudiado por Berndt, los visitantes son
famosos por sus preciadas lanzas dentadas. Tras un ceremonial de baile, en
el que también hay intercambio sexual, se produce el intercambio de telas
que ofrecen las mujeres a los visitantes, a cambio de sus preciadas lanzas.
Lo que de común tienen estos casos de trueque, es que se trata de encuentros con forasteros que,
posiblemente, no volverán a verse ni a relacionarse. En ese contexto, el intercambio de un objeto por
otro sí es posible. Cada parte realiza con satisfacción su negocio y todo queda ahí. Y, aunque en el
momento del trueque, del intercambio, estén presentes formas de sociabilidad que son compartidas por
23
ANTROPOLOGIA CULTURAL II
los miembros de ambos poblados (intercambio sexual, música, danza), no hay que olvidar que este
manto de sociabilidad, que se extiende para posibilitar el trueque es muy fino y, bajo él, subyace la
hostilidad latente.
Bien, este tipo de cuestiones lo que deja claro es la poca imaginación de los economistas que las
formulan.
Lo que hay que asumir es que la búsqueda del mejor arreglo posible para nuestros intercambios, no
tiene nada que ver con situaciones de enfrentamiento, guerra, pasiones, sexo o muerte. La vida, en
general, separa con mucha nitidez lo que es el mercado, donde se hacen los intercambios, y la zona
donde realizamos nuestros consumos y nos ocupamos de nuestras cosas.
En realidad, lo que muestran los ejemplos de los Nambikwara o los Gunwinggu es que el trueque se
da entre sociedades extrañas entre sí, potencial o realmente enemigos. Hay ejemplos de que también
puede darse entre poblaciones que no son mutuamente extrañas, pero podrían serlo. Es el caso de los
Pastún, del norte de Pakistán. Son famosos por su pródiga hospitalidad, y entienden el trueque como
aquél intercambio que realizan con todos aquellos a los que no están unidos por lazos de hospitalidad o
familia ni, en general, por ningún lazo. En estas comunidades, el Adal-badal (dar y tomar) es el sistema
favorito de trueque de los hombres. El dar y tomar se puede efectuar entre objetos similares, pero
también se pueden intercambiar objetos dispares. El Adal-badal se practica siempre entre gente sin
parentesco y mediante él, los hombres intentan salir ganando con el intercambio.
La verdad es que cambiar un objeto por otro, intentando en dicho acto sacar el máximo provecho
posible, es algo que está más justificado realizar con la gente que no nos importa demasiado y a la que
no esperamos volver a ver.
Pero, para la mayoría de los intercambios que se producen entre gentes que sí tienen relación y
contacto, lo deseable es desarrollar un trato justo y honesto. Incluso, el trueque puede adoptar la
forma inicial de un regalo, en espera de que dicho regalo sea correspondido en otro momento.
Visto desde esta posición, no parece necesario la acumulación de objetos o el desarrollo de una
moneda: En las pequeñas comunidades, cada uno, sencillamente, sabe qué “regalos” debe y a quién los
debe. Este sistema, que podíamos calificar “de favores”, lo que sí hace es establecer una jerarquía de
cosas de manera que sea factible responder al intercambio o al regalo recibido sólo con cosas
consideradas equivalentes a lo recibido, de acuerdo con la jerarquía establecida.
En realidad, hay razones para creer que el trueque no es un fenómeno especialmente antiguo, sino
que se extiende en tiempos recientes. Por ejemplo, entre gentes que ya utilizan el dinero pero que no
disponen suficientemente de él, y recurren al trueque para obtener cosas que precisan sin la necesidad
de emplear el escaso dinero que poseen. O también puede surgir el trueque en determinados
momentos de colapso económico, como en la Rusia de la década de los 90, o en Argentina en torno a
2002, cuando desaparecieron los rublos, en el primer caso, y los dólares, en el segundo. O bien, en otras
situaciones especiales en las que se recurre al trueque, a pesar de tratarse de personas que ya conocen
24
ANTROPOLOGIA CULTURAL II
el uso del dinero. Ahí tenemos, por ejemplo, el caso de los campos de prisioneros o de las cárceles,
donde se utiliza frecuentemente el cigarrillo a modo de moneda.
Incluso en los ejemplos que propone Adam Smith, del uso del pescado, clavos y tabaco, como moneda,
los estudiosos mostraron que, en la mayoría de los ejemplos, los pueblos implicados estaban
familiarizados con el uso del dinero. Por ejemplo, el empleo de bacalao seco como dinero en
Newfoundland: los pescadores vendían el pescado a otros comerciantes y les anotaban el crédito a su
favor en las cuentas. Merced a ese crédito anotado, los pescadores obtenían de los comerciantes otro
tipo de suministros. En este, y otros ejemplos, lo que ocurre en realidad es que el recurso a un sistema
de deuda se origina por la escasez de dinero auténtico (monedas de oro y plata), ante la cual, la gente
improvisaba sistemas de crédito.
Otro golpe contundente a la versión convencional de la historia de la economía, vino con la traducción
de los alfabetos egipcios y con el desciframiento de la escritura cuneiforme. Lo que estos textos
pusieron de manifiesto es que hubo sistemas de crédito que precedieron miles de años a la invención
de las monedas. La economía sumeria, por ejemplo, estaba dominada por complejos palaciales y de
templos. Pues bien, hacia el 3500 a. C. Los administradores de los templos parece que habían
desarrollado un sistema que, en alguna medida, todavía permanece entre nosotros. La unidad
monetaria básica era el shekel de plata, que tenía su equivalente en una medida de cebada. La plata
existía y aquellas gentes ya tenían conocimiento para poder convertir la plata en monedas, pero no
necesitaron hacerlo. En realidad, aunque las deudas se calculaban en plata, no tenían porqué pagarse
en ese metal; se podía pagar casi con cualquier cosa. Mayoritariamente se hacía con cebada, por eso
era importante fijar una paridad plata-cebada. En los mercados que no eran directamente controlados
por el templo o por el palacio, y que surgían en las ciudades de Mesopotamia, también las
transacciones se basaban en el crédito, anotándose los créditos y deudas que surgían entre
comerciantes y compradores, y que eran saldados en la época de la cosecha, con la cebada u otra cosa a
mano.
En base a todo esto, parece necesario reescribir la historia del dinero por completo. En este sentido,
Mitchell-Innes, en dos ensayos de 1913 y 1914, arrojaba por la borda las falsas convicciones en las que
se basaba la economía del momento y postulaba por reescribir una historia de la deuda: “una de las
falacias más populares en relación al comercio es que en los tiempos modernos se ha introducido un
dispositivo para el ahorro llamado crédito y que antes de que este dispositivo se inventara, todo se
pagaba en metálico, es decir, con monedas. Una investigación cuidadosa revela que lo correcto es
exactamente lo contrario”.
Así pues, la historia estándar de la moneda está trastocada. No se comenzó con el trueque, para
seguir con el descubrimiento del dinero y finalizar más adelante con sistemas crediticios desarrollados.
En realidad, lo que aparecieron fueron sistemas de deuda, y las monedas surgieron mucho después,
siendo su uso irregular, y nunca suplantando a los sistemas de deuda.
El trueque, a su vez, parece ser en gran medida un subproducto colateral del uso de monedas o papel
moneda; Históricamente, es lo que han practicado personas acostumbradas a transacciones en
metálico, cuando había escasez de monedas o dificultad en el acceso a las mismas.
Lo curioso de todo esto es que la historia nunca se cambió. Se ignoraron por completo las
afirmaciones de Mitchell-Innes. Se sigue considerando que la historia de la moneda es la misma
historia que la del dinero, y se olvida la historia de la deuda.
25
ANTROPOLOGIA CULTURAL II
26