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DERECHO CANÓNICO

El código está formado por 7 libros:

LIBRO I
DE LAS NORMAS GENERALES
(es de carácter más jurídico, en el que se explican los principios
que luego se aplican en los demás sectores del derecho)

LIBRO II
DEL PUEBLO DE DIOS
(está dividido en tres partes)

PARTE I
DE LOS FIELES CRISTIANOS
(la categoría principal es el Christifidelis)
TÍTULO I. DE LAS OBLIGACIONES Y DERECHOS DE TODOS LOS FIELES
TÍTULO II. DE LAS OBLIGACIONES Y DERECHOS DE LOS FIELES LAICOS
TÍTULO III. DE LOS MINISTROS SAGRADOS O CLÉRIGOS
TÍTULO IV. DE LAS PRELATURAS PERSONALES
TÍTULO V. DE LAS ASOCIACIONES DE FIELES

PARTE II
DE LA CONSTITUCIÓN JERÁRQUICA DE LA IGLESIA

SECCIÓN I
DE LA SUPREMA AUTORIDAD DE LA IGLESIA
(de la Iglesia universal: del Romano Pontífice, de los Obispos,
de los Cardenales, de la Curia y de los Legados pontificios)

SECCIÓN II
DE LAS IGLESIAS PARTICULARES Y DE SUS AGRUPACIONES

TÍTULO I. DE LAS IGLESIAS PARTICULARES Y DE LA AUTORIDAD


CONSTITUIDA EN ELLAS (de las Iglesias particulares, de los
Obispos y de la sede impedida y de la sede vacante1)
TÍTULO II. DE LAS AGRUPACIONES DE IGLESIAS PARTICULARES
TÍTULO III. DE LA ORDENACIÓN INTERNA DE LAS IGLESIAS
PARTICULARES
(los diferentes órganos de gobierno de las Iglesias particulares)

PARTE III
DE LOS INSTITUTOS DE VIDA CONSAGRADA (SECCIÓN I)
Y DE LAS SOCIEDADES DE VIDA APOSTÓLICA (SECCIÓN II)
(la vida consagrada se rige por el Código y por el derecho
particular: las constituciones, diferentes para cada instituto)

1
- Sede impedida: cuando el Obispo no se puede comunicar con sus fieles (ej.: por secuestro)
- Sede vacante: cuando no hay obispo (ej.: por muerte o traslado)

1
Derecho Canónico

LIBRO III
DE LA FUNCIÓN DE ENSEÑAR DE LA IGLESIA

TÍTULO I. DEL MINISTERIO DE LA PALABRA DIVINA


(de la predicación de la Iglesia y normas para la homilía)

TÍTULO II. DE LA ACTIVIDAD MISIONAL DE LA IGLESIA


(de la catequesis)

TÍTULO III. DE LA EDUCACIÓN CATÓLICA


(de las escuelas, de las universidades católicas y otros institutos
católicos de estudios superiores, y de las universidades y facultades
eclesiásticas2)

TÍTULO IV. DE LOS INSTRUMENTOS DE COMUNICACIÓN SOCIAL Y


ESPECIALMENTE DE LOS LIBROS
(normativa para la participación en los medios de comunicación social,
sobre todo para los sacerdotes; y normativa a la hora de publicar un
libro –dependientemente de cómo se vaya a utilizar –)

TITULO V. DE LA PROFESIÓN DE FE
(de la profesión de fe que hay que emitir antes de algunos eventos o
nombramientos, ej.: para ser ordenado párroco, para la inauguración de
un sínodo, para la ordenación presbiteral o diaconal, etc.)

LIBRO IV
DE LA FUNCIÓN DE SANTIFICAR DE LA IGLESIA
(es el Derecho litúrgico, regula la liturgia de la Iglesia –aparte de los rituales –)

PARTE I
DE LOS SACRAMENTOS
(cada sacramento en particular)

PARTE II
DE LOS DEMÁS ACTOS DEL CULTO DIVINO
(que no son sacramentos, ej.: sacramentales)

PARTE III
DE LOS LUGARES Y TIEMPOS SAGRADOS

TÍTULO I. DE LOS LUGARES SAGRADOS


(de los lugares dedicados sólo al culto divino)

TÍTULO II. DE LOS TIEMPOS SAGRADOS

LIBRO V
2
Se denominan Universidades eclesiásticas aquellas que sólo se dedican a las ciencias sagradas, mientras que aquellas
que además tienen facultades dedicadas a la enseñanza de las ciencias profanas se denominan Universidades Católicas.
2
DE LOS BIENES TEMPORALES DE LA IGLESIA
(está compuesto por 4 títulos, trata sobre la cuestión de la economía de la Iglesia, cómo se
organiza a nivel diocesano, a nivel parroquial, en las cofradías, en las hermandades, etc.; a quién
corresponde la administración y cuanto es necesario para una buena administración; hay un
control de la autoridad superior para asegurar la buena administración y para que sirvan para sus
fines que son los que legitiman el que la Iglesia tenga bienes, no para enriquecerse sino para
llevar a cabo los fines de la Iglesia)

LIBRO VI
DE LAS SANCIONES EN LA IGLESIA

PARTE I
DE LOS DELITOS Y PENAS EN GENERAL
(qué penas hay3, de cómo se aplican y de cómo cesan)

PARTE II
DE LAS PENAS PARA CADA UNO DE LOS DELITOS
(cuales son los delitos de la Iglesia y qué pena lleva cada delito,
pues si no hay delito no se puede sancionar)

LIBRO VII
DE LOS PROCESOS
(la normativa que hay que seguir, la mayoría de los procesos en la Iglesia son sobre la nulidad del
matrimonio, aunque también hay procesos de nulidad de la ordenación sagrada –aunque son muy
raros–, procesos de derechos –ej.: sobre la propiedad de una finca o casa–, y procesos penales)

Respecto a la estructura de los cánones, cada artículo se llama canon:


- Hay cánones sin división interna, ej.: c. 1-4
- Otros están divididos en parágrafos, ej.: c. 5 (§ 1. y § 2.)
- Otros están divididos en números, ej.: c. 119 (1.º y 2.º)
- Otros en parágrafos y el parágrafo en números, ej.: c. 6

3
- Las censuras: tienen la función de curación o conversión del penitente: excomunión, entredicho y suspensión.
- Las penas expiatorias: tratan de proteger a la comunidad y restaurar lo que se roto con ese delito.

3
Derecho Canónico

TEMA 4: LAS NORMAS GENERALES

El LIBRO I se titula “DE LAS NORMAS GENERALES”.

Se abre con 6 cánones introductorios que contienen:

- c. 1: los destinatarios del código.


- c. 2-6: se establece la relación entre el derecho antiguo y el nuevo CIC 83. Cómo
queda el código y el derecho anterior tras el CIC 83.

4.a) Cánones preliminares: ámbito y eficacia jurídica del Código

● “c. 1. Los cánones de este Código son sólo para la Iglesia latina.”

Distinguimos a quién obliga: quedan excluidas las Iglesias orientales católicas, se les
reconoce autonomía y se rigen por el “Código de cánones de las Iglesias orientales” (CCEO),
promulgado con la Constitución Apostólica “Sacri canones” el 18 de octubre de 1990. Contiene la
normativa común para todos los ritos de todas las Iglesias orientales. Luego cada Iglesia tiene su
propio patrimonio jurídico y normativa que se respeta. La normativa común para los ritos de las
Iglesias orientales es más amplia que para la Iglesia latina, y luego cada rito tiene su propio
patrimonio jurídico. En la Iglesia latina hay otros ritos, como por ej.: el Rito Hispanomozárabe o el
Rito Ambrosiano, pero no tienen patrimonio jurídico propio, tienen expresiones celebrativas, pero
no son ritos en sentido pleno que llevarían una tradición espiritual y un patrimonio propio. Estos
ritos de la Iglesia latina no tienen patrimonio propio, no tienen derecho propio, se rigen por el CIC,
no tienen un patrimonio jurídico distinto.
Estas comunidades no están sólo en Oriente, se trata más bien del rito. ¿Cómo se incorpora
un fiel a una Iglesia ritual? Por el bautismo [c. 111]. Para cambiar de rito, es necesaria una licencia
de la sede apostólica [c. 112]. En 1929 Pío XI promovió un código de Derecho Canónico
Oriental. Pío XII promulgó diversas normas sobre aspectos concretos. En 1990 Juan Pablo II
promulgó este código “Codex canonum Ecclesiarum Orientalium” por medio de la
constitución apostólica “Sacri canones” de 18 de octubre de 1990. Este Código Oriental
está al mismo nivel del Código Occidental, son complementarios, hasta tal punto, de usar
el Papa en la “Sacri canones” la imagen de los dos pulmones, en cuanto a la Iglesia
Universal.

▬▬▬

● “c. 2. El Código, ordinariamente, no determina los ritos que han de observarse en la


celebración de las acciones litúrgicas; por tanto, las leyes litúrgicas vigentes hasta ahora
conservan su fuerza, salvo cuando alguna de ellas sea contraria a los cánones del Código.”

Trata de cómo queda el Derecho Litúrgico de los rituales promulgados antes del CIC 83. El
Código no determina las leyes celebrativas, las leyes litúrgicas quedan en vigor, excepto cuando
alguna de ellas sea contraria a los cánones del Código, en cuyo caso, si hubiera colisión entre el
Código y algún ritual hay que aplicar el Código (esto ocurría en el año 1983, pero no se puede
aplicar ahora, ya que los rituales de ahora no tienen colisión con el Código). Siempre prevalece el
derecho del Código.
▬▬▬

● “c. 3. Los cánones del Código no abrogan ni derogan los convenios de la Santa Sede con las
naciones o con otras sociedades políticas; por tanto, estos convenios siguen en vigor como
hasta ahora, sin que obsten en nada las prescripciones contrarias de este Código.”

4
Trata sobre el Derecho Concordado. La concordancia son los pactos de la Santa Sede con las
naciones. Se trata de cualquier tipo de convenio entre la Santa Sede y las naciones. No son acuerdos
privados o internos, sino entre dos potencias soberanas: la Santa Sede y la Nación o Estado que sea.
Estos acuerdos trascienden al Estado, tienen rango de Derecho Internacional. La Iglesia queda muy
protegida al quedar regulada por el Propio Estado –esta es la finalidad de la personalidad jurídica de
la Iglesia como Estado, para que no quede al arbitrio de cada Estado–. Por eso, esos acuerdos no
quedan ni abrogados ni derogados4. El CIC no afecta a los concordatos anteriores a 1983, aunque
haya algo contrario en el Código. Es un principio absoluto, no afecta a los convenios o concordatos
firmados con las naciones. La naturaleza de la norma son los convenios o concordatos, son de
Derecho Internacional, de carácter bilateral, es decir, firmados por dos partes, luego la Iglesia
Católica no puede modificarlos unilateralmente, hacen falta para ello las normas del Derecho
Internacional o las cláusulas de modificación. El CIC que es la normativa interna de la Iglesia no
afecta a los pactos alcanzados en común entre la Santa Sede y un país.

En España están en vigor 5 acuerdos5, son parciales pero regulan todos los asuntos de interés
común:

1) El Acuerdo Básico: de 28 de julio de 1976. En él se expresa la voluntad de ambas partes


de revisar el concordato de 1953. Además, por parte del Estado éste renuncia al Derecho de
elección de obispos por el Jefe de Estado (que presentaba la terna), y por parte de la Iglesia
ésta renuncia al fuero6.

2) El 3 de enero de 1979 se firman dos acuerdos:

- Acuerdo sobre asuntos jurídicos de 3 de enero de 1979: se reconoce la personalidad


jurídica de la Iglesia Católica, las diócesis y las instituciones de la Iglesia. Pueden
actuar en el ámbito civil como sujeto de derechos y deberes.
Se regula el reconocimiento por parte del Estado del matrimonio católico, se
reconocen los derechos civiles del matrimonio realizado por el Derecho Canónico,
sin tener ningún requisito de tipo civil, sin necesidad de comprobaciones.

- Acuerdo sobre enseñanza y asuntos culturales: en que se regula:


- El mantenimiento de los centros de la Iglesia, como por ej.: Catedrales y
otros monumentos del patrimonio histórico artístico.
- La enseñanza de la religión católica en centros públicos.

3) Acuerdo sobre asuntos económicos: en que se regula:


- La financiación de la Iglesia.
- La colaboración del Estado con la Iglesia en materia económica.

4) Acuerdo Castrense: sobre la asistencia religiosa a las fuerzas armadas. Sobre el servicio
religioso en las fuerzas armadas, y el Servicio Militar de clérigos y religiosos.

Los acuerdos particulares posteriores se realizan entre el Obispo y la Comunidad Autónoma


de cada Comunidad.
Convenio: Todo tipo de pactos de derecho internacional.

Concordato: Cuando en el convenio se tratan o regulan todas las materias de interés


común. Suele darse entre la Iglesia y los estados confesionales.

4
- Abrogar: anular completamente una ley.
- Derogar: pierde vigor una parte de la ley, por tanto es parcial.
5
El texto de los acuerdos lo encontramos en unas pocas páginas en un librito titulado “Derecho Eclesiástico”.
6
El fuero: los obispos y los clérigos no podían ser juzgados por un tribunal civil sin el permiso de la autoridad superior
–el Papa en el caso de los obispos, y el obispo correspondiente en caso del clérigo–.

5
Derecho Canónico

Acuerdo7: Cuando en el convenio se tratan o regulan materias parciales de interés


común.

Los acuerdos o convenios se firman entre la Sede Apostólica y los distintos organismos de
los diferentes países. Entendemos por Sede Apostólica: El Romano Pontífice, la Secretaría de
Estado, el Consejo para los asuntos públicos de la Iglesia, y otras instituciones de la Curia Romana
[cf. c 361].
Los cánones del Código no abrogan [anulación completa de una ley] ni derogan [anulación
parcial de una ley] los tratados. Estos tratados se abrogan o derogan siguiendo el procedimiento
estipulado al final de cada uno de ellos y suelen ser abrogamientos dialogados, no unilaterales
▬▬▬

● “ c. 4. Los derechos adquiridos, así como los privilegios hasta ahora concedidos por la Sede
Apostólica, tanto a personas físicas como jurídicas, que estén en uso y no hayan sido
revocados, permanecen intactos, a no ser que sean revocados expresamente por los cánones de
este Código.”

Se trata de ver cómo quedan algunas situaciones jurídicas que se habían alcanzado
legítimamente de acuerdo con la ley antigua, ¿qué pasa si la ley cambia? Veamos algunas nociones
para entender este canon:

a. Se trata de dos situaciones jurídicas estables alcanzadas con el CIC 17:

- Los derechos adquiridos: son los que se consiguen realizando determinados actos
establecidos por la ley de 1917. Ej.: oposición a cátedra, oposiciones a parroquias,
oposiciones a canónigo (canonjías), etc.

- Los privilegios: son facultades concedidas por la autoridad de la Iglesia a determinadas


personas, para que puedan realizar algunos actos que de otra manera no podrían
realizar. Los privilegios se conceden por circunstancias pastorales, no por favoritismos
en un momento dado.
Ejs.: - En España el Tribunal de la Rota Española, es un privilegio porque en
principio no hay más que uno: la Rota Romana, las de los demás
países son inferiores a ésta, los otros países (a excepción de España)
no pueden juzgar las causas más que en 2ª instancia 8. En España hay
3er grado de juicio, no hay que ir a Roma si no se quiere: el Tribunal
de la Rota Española tiene competencia para juzgar en 3er y sucesivos
grados de juicio.
- La presentación de obispos por parte del Estado.
Ese privilegio concedido al amparo del Código anterior permanecen intactos, pero tienen que
cumplir con los siguientes requisitos:

Haber sido concedidos por la Santa Sede.


Estar en uso en el momento de promulgar el nuevo Código.
Que no haya sido revocado por la autoridad eclesiástica.
7

España, actualmente, cuenta con cinco acuerdos:

- Básico [1976]
- Jurídico [1979]
- Enseñanza [1979]
- Económico [1979]
- Castrense [1979]
8
1ª instancia: la Diócesis, 2ª instancia: la Archidiócesis, el Metropolitano (tribunales), 3 er grado de juicio: hay que
acudir a Roma.
6
Que no haya sido revocado por el mismo Código [c 509 § 1; c526 § 2].

b. El canon contempla dos tipos de personas:

- Persona física: persona individual, sujeto de derechos y deberes.


- Persona jurídica: asociación, parroquia, etc., formadas por varias personas físicas.

c. Al hablar de los derechos adquiridos y de los privilegios contempla dos casos:

- “que estén en uso”: que se utilizan en el año 1983.


- “que no hayan sido revocados”: antes del año 1983.

No hay revocaciones en el caso de los cánones del CIC por los derechos adquiridos,
permanecen intactos. Pero respecto a los privilegios sí que se revocan algunos, y en ese caso se
pierden en el año 1983, aunque se estuvieran utilizando en ese momento (se utiliza la fórmula
“quedando revocado”).

Ej.: c. 526 § 2: “En cada parroquia debe haber un solo párroco o director conforme a la
norma del can. 517 § 1, quedando reprobada la costumbre contraria y
revocado todo privilegio contrario.”

c. 509 § 1: “Oído el cabildo, corresponde al Obispo diocesano, pero no al Administrador


diocesano, conferir todas y cada una de las canonjías, tanto en la iglesia
catedral como en una colegiata, quedando revocado cualquier privilegio
contrario; también compete al Obispo confirmar a quien haya sido elegido
por el cabildo para presidirlo.”

La razón de ser de este c. 4 es que se trata de situaciones que pertenecen al patrimonio


jurídico de la persona, conseguido con su esfuerzo –derechos adquiridos– o por las circunstancias
particulares de la persona como el reconocimiento o la necesidad –por vía del privilegio–. Si no es
por causa grave no se quitan, aunque la ley cambie a partir de entonces (como en el caso de los
privilegios).
▬▬▬
● “ c. 5.- § 1. Las costumbres universales o particulares actualmente vigentes y contrarias a
estos cánones, quedan totalmente suprimidas si se reprueban en los cánones de este Código, y
no se ha de permitir que revivan en el futuro; las otras quedan también suprimidas, a no ser
que en el Código se establezca expresamente otra cosa, o bien sean centenarias o
inmemoriales, las cuales pueden tolerarse cuando, ponderadas las circunstancias de los lugares
y de las personas, juzga el Ordinario que no es posible suprimirlas.
§ 2. Subsisten las costumbres extralegales, tanto universales como particulares, que
estén actualmente vigentes.”

Para entender este canon, vamos a ver estudiar primero varias nociones que en él aparecen:

a. Hay que diferenciar entre “ley” y “costumbre”:

- Las costumbres son derecho no escrito, no dado por el legislador, las leyes sí
están escritas.
- Las costumbres tienen su origen en el modo de obrar una comunidad, son
introducidas por la comunidad, la ley no.
- Con intención de obligarse a si misma.
- La costumbre para que obligue –tenga valor normativo–, tiene que estar
aprobada de alguna manera por el legislador, no al margen suyo, pues estaría
fuera de la comunión jerárquica.

b. División de las costumbres:

7
Derecho Canónico

- Según el destinatario:
o Costumbre universal: hace referencia a la Iglesia.
o Costumbre particular: hace referencia a una comunidad determinada.

- Según la relación con la ley escrita:


o contra legem: contraria a la ley, costumbre que permite hacer algo que la
ley prohíbe.
o praeter legem: más allá de la ley, comportamientos que la ley no prevé,
imponiendo un comportamiento que la ley no recoge.

- Según la antigüedad:
o Centenarias: cien años o más de existencia.
o Inmemoriales: aquellas de las cuales no hay memoria de cuando
empezaron o con un antigüedad superior a 1000 años.

c. Ordinario: es la autoridad de la Iglesia con potestad ejecutiva: el obispo diocesano


y los vicarios. [cf. c.134].

d. Reprobar: condenar (una costumbre).

○ En el c. 5 § 1 hay dos situaciones referidas a las costumbres contra legem:

a) Contra legem reprobadas por el Código: quedan totalmente suprimidas y no puede


dejarse que revivan.

Ejs.: c. 523 § 1: “Quedando reprobada cualquier costumbre contraria, ha de


designarse un solo Administrador diocesano; en caso contrario,
la elección es nula.”

c. 526 § 2: “En cada parroquia debe haber un solo párroco o director conforme
a la norma del can. 517, § 1, quedando reprobada la costumbre
contraria y revocado todo privilegio contrario.”

b) Contra legem no reprobadas: tienen gravedad pero no están reprobadas en el Código.


Quedan suprimidas como norma general, pero hay dos excepciones:
- Que en el código se establezca expresamente otra cosa, que prevea
comportamientos distintos.
- Que sean costumbres centenarias o inmemoriales, y que a la vez el ordinario
juzgue que no es posible suprimirlas o que no le considere oportuno.

Ej.: c. 1279 § 1: “La administración de los bienes eclesiásticos corresponde, a quien


de manera inmediata rige la persona a quien pertenecen esos
bienes, si no determinan otra cosa el derecho particular, los
estatutos o una costumbre legítima, y quedando a salvo el derecho
del Ordinario a intervenir en caso de negligencia del
administrador.”

Sobre la administración de los bienes eclesiásticos.

La razón de ser de c. 5, contrario a la permanencia de las costumbres como criterio general


(contra legem), es que se implante el nuevo Código en la vida de la Iglesia. Si se dejaran fácilmente
las costumbres contrarias no se podría implantar la nueva disciplina. Los que no se pueden suprimir
se toleran.

8
○ El c. 5 § 2 se refiere a las costumbres praeter legem = extralegales, además de la ley, que añaden
otras obligaciones. Éstas subsisten porque no impiden la aplicación del Código vigente, todas ellas
se conservan.
▬▬▬

● “ c. 6.- § 1. Ley Antigua. Desde la entrada en vigor de este Código, se abrogan:


1.º el Código de Derecho Canónico promulgado el año 1917;
2.º las demás leyes, universales o particulares, contrarias a las prescripciones de
este Código, a no ser que acerca de las particulares se establezca expresamente
otra cosa.
3.º cualesquiera leyes penales, universales o particulares, promulgadas por la
Sede Apostólica, a no ser que se reciban en este mismo Código;
4.º las demás leyes disciplinares universales sobre materias que se regulan por
completo en este Código.
§ 2. En la medida en que reproducen el derecho antiguo, los cánones de este Código se
han de entender teniendo también en cuenta la tradición canónica.”

Regula qué ocurre con la legislación del CIC 17 y la de después hasta el CIC 83.

○ El criterio general lo da el § 1, es un criterio abrogatorio –pierde valor completamente–.


Aparece explicitado en 4 números:

- Por el número 1.º queda abrogado el CIC 17.

- Los números 2.º- 4.º tratan de las leyes que surgieron a partir del Código de 1917 hasta el
1983, la regulación extracodicial que completa el CIC 17. Regulan tres situaciones:

a) El número 2.º trata de las leyes posteriores contrarias al código:


- Para las universales es un principio absoluto, quedan completamente
abrogadas.
- Para las particulares también, pero hay una excepción: “a no ser que se
establezca expresamente otra cosa”. La razón de ser de esta excepción es el
respeto que tiene a las leyes particulares: las que da el obispo para su
diócesis, porque el legislador particular – el obispo – es el que conoce
mejor las condiciones de su diócesis.

Ej.: c. 553 § 2: “A no ser que el derecho particular establezca otra cosa, el


arcipreste es nombrado por el Obispo diocesano, después
de oír, según su prudente juicio, a los sacerdotes que
ejercen el ministerio en el arciprestazgo del que se trata.”

Sobre el nombramiento de los arciprestes.

b) Los números 3.º y 4.º de las leyes no contrarias promulgadas después del CIC 17:
se distinguen leyes penales (3.º) de disciplinares (4.º)9.

- Por el número 3.º las leyes penales no contrarias quedan abrogadas, a no ser
que estén también en este Código.
- Por el número 4.º las demás leyes disciplinares (no penales) no contrarias
que se regulan por completo en este código quedan abrogadas, si no lo están
completamente siguen vigentes.

Ejs.: - La formación sacerdotal está completamente regulada por el


nuevo código (c. 232-264). La legislación entre el CIC 17 y el

9
Las leyes penales son aquellas cuyo incumplimiento conlleva una sanción jurídica, las leyes disciplinares no.

9
Derecho Canónico

CIC 83 queda abrogada, en concreto la RFIS10 de 1970 –luego


se hizo otra RFIS distinta en 1985–.
- La elección del Romano Pontífice: no queda regulada del todo
en el c. 359, luego sigue en vigor (en el año 1983,
posteriormente, el papa la cambió en el año 1996).

El codigo permite alguna ley particular porque se adapta mejor a alguna comunidad en
particular que tiene unas leyes especiales. Se adapta mejor a las ciscunstancias concretas de
alguna comunidad concreta. Por ejemplo el Canon 164.

○ c. 6 § 2: Es un criterio hermenéutico, a la hora de interpretar la normativa vigente ha de tenerse


en cuenta el derecho antiguo, la tradición canónica.

4.b) Las fuentes del derecho: ley, costumbre, decretos generales e instrucciones, actos
administrativos singulares, estatutos y reglamento.

Título I:
De las leyes eclesiásticas

La fuente más importante del Derecho Canónico es la ley. El CIC 83 le dedica los cánones
del 7 al 22.

1.- Cuestiones Generales:

1.1.- Definición de ley: el Código no da definiciones, la definición que ha recibido tradicionalmente


la norma canónica es la de santo Tomás:

“Un mandato razonable / ordenado al bien común, / promulgado por quien tiene
autoridad”.

“Quedam rationis ordinatio / ab bonum commune / abeo eo qui curam communitatis


habet promulgata”.

1) En primer lugar es “un mandato”: es un acto de voluntad imperativa, no sólo de


carácter exhortativo ni es un consejo. Es una disposición obligatoria, la ley obliga, si no
obliga no es ley – sólo con eso no es suficiente, hace falta saber su contenido y la
persona que obliga –.

2) En segundo lugar “razonable”: no basta que sea un acto imperativo, de la voluntad del
superior, sino que sea conforme a la razón. El contenido debe ser razonable, y para ello
tiene que reunir cuatro requisitos según santo Tomás:
i. Que esté en armonía con el derecho divino (que no esté en contra de la voluntad
de Dios), si no, no es ley.
ii. Que el contenido de ese acto de voluntad sea honesto, que sea moral, si no es
moral no es ley.
iii. Que sea justo, que respete las exigencias de la justicia.
iv. Que sea posible cumplirlo, si no, no es ley, no obliga.
Esta definición va en contra del positivismo jurídico: la sola voluntad del legislador.

3) La finalidad de la ley debe estar “dirigida al bien de la comunidad”: La ley no va


dirigida a una persona en concreto o a unas pocas determinadas, sino que va dirigida
10
Ratio fundamentalis institutiones sacerdotalis
10
siempre a una comunidad grande, numerosa; para una persona no se hace una ley, para
eso hay otros medios. Tiene carácter general, aplicable a cualquier persona de esa
comunidad, es universal para la Iglesia, para la Iglesia particular – diócesis –, para
un instituto de vida consagrada, etc.
El bien individual y el común no pueden estar en contradicción, son
complementarios, van unidos. Puede haber casos excepcionales en que con la ley
orientada al bien común, someter a una persona concreta a la ley general pueda crear
dificultades grandes por el carácter particular de las personas, ej.: la ley del ayuno. Esto
se coordina por medio de otros instrumentos jurídicos que mitigan el rigor de la ley para
personas concretas, individuales, en circunstancias especiales. ¿Cuáles son?:
- La dispensa de la ley: al ser dispensada no está obligada.
- El privilegio: situándose la persona fuera de la ley.
No tienen el sentido de favoritismos, sino el de coordinar el bien común y el bien
individual.

4) “La autoridad”: es la única que puede promulgar una ley, la que tiene potestad
legislativa – puede dar leyes –, si no tiene autoridad no es un mandato que obligue, será
un consejo, etc.

Algunos canonistas han criticado esta definición por considerarla incompleta y tan amplia
que vale, tanto para las leyes civiles como para las de la Iglesia. Proponen una definición para la ley
eclesiástica, en realidad sólo explicitan para la Iglesia lo que dice la definición de santo Tomás,
poniendo de manifiesto las características de aplicación a la Iglesia.

“La ley canónica es una “ordinatio fidei”, orientada al incremento de la vida de la


“communio” – comunión jerárquica eclesial –, y configurada por la razón como una norma
general, jurídicamente vinculante, que mana de la autoridad competente para una
comunidad capaz de recibirla, y es promulgada de manera adecuada”.

Otra definición de este tipo:

“La ley es un ordenamiento de la razón humana, iluminada por la fe e informada


por la caridad del Espíritu Santo. Promulgada por la autoridad competente para conseguir
los fines propios de la Iglesia.

1.2.- Leyes eclesiásticas: las leyes eclesiásticas se distinguen en razón de los destinatarios, es decir,
de aquellos que están obligados por la ley.
Tipología de la ley. La división más importante es aquella que divide las leyes en universales y
particulares, en razón de los destinatarios:

1) Las leyes universales: son aquellas que obligan a toda la Iglesia y son promulgadas por
la autoridad competente. Aunque sean universales no obligan fuera de la Iglesia latina,
pues hay que recordar que el CIC sólo es para la Iglesia latina. Promulgadas por el Papa
o el concilio.

2) Las leyes particulares: son las que obligan a una comunidad de fieles determinada, ej.:
un instituto religioso o una nación – que tendrá las normas particulares de su
Conferencia Episcopal –. Promulgadas por la autoridad suprema o por el ordinario del
lugar.

Dentro de esta división general hay una subdivisión que afecta tanto a las leyes universales
como a las particulares: leyes generales y leyes especiales:

11
Derecho Canónico

1) Las leyes universales generales: son aquellas que afectan a todos los destinatarios sin
distinción, ej.: la ley del ayuno y la abstinencia es universal general, pues es para todos
los fieles – de la Iglesia latina – sin distinción.

2) Las leyes universales especiales: obligan a una determinada categoría de fieles, pero al
ser universales, pertenecientes a toda la Iglesia. Ej.: una ley que afectara a todos, pero
refiriéndose sólo a todos los presbíteros, como es el caso de la obligación de rezar la
liturgia de las horas.

3) Las leyes particulares generales: aquellas que obligan a todos los fieles de la diócesis.
Ej.: que el obispo pusiera una fiesta de precepto para un año concreto, obligaría a todos
los fieles (por ser general) de toda la diócesis (por ser particular).

4) Las leyes particulares especiales: ej.: aquella que obliga a una determinada categoría de
fieles dentro de una comunidad de fieles determinada. Ej.: una ley que afectara sólo a los
sacerdotes de una diócesis en concreto.

1.3.- El legislador: es aquél que tiene la potestad legislativa, la autoridad de la Iglesia, no cualquiera
sino la específica necesaria para promulgar leyes. En la Iglesia se distinguen tres tipos de autoridad,
de potestad (que dimanan de la Sacra potestas):

1) Potestad legislativa: potestad necesaria para promulgar leyes.

2) Potestad ejecutiva o administrativa: la necesaria para hacer cumplir las leyes.

3) Potestad judicial: la que tienen los jueces para resolver conflictos que surgen de la
aplicación de la ley, para juzgar las leyes.

No todo el mundo tiene las tres potestades, algunos sí y otros sólo una. ¿Quién tiene potestad
legislativa? El legislador. Hay varios tipos de legisladores:

1) El legislador universal: puede emanar leyes que rijan a toda la Iglesia. Son legisladores
universales:
a) El Romano Pontífice: ej.: el Código de Derecho Canónico.

b) El Colegio Episcopal: en cuanto que es sujeto de la autoridad suprema sobre toda la


Iglesia, pero con el Romano Pontífice como cabeza de la Iglesia, en comunión con él.
Ningún dicasterio de la Santa Sede tiene autoridad legislativa, sólo el papa personalmente o
un dicasterio con potestad delegada en una momento determinado, para un tema determinado. El
modo de promulgar las leyes universales es siempre el Sumo Pontífice, no el Colegio Episcopal,
aunque el Concilio Vaticano II sí tiene leyes que son del Colegio Episcopal.

2) Los legisladores particulares: son los siguientes:

1º.- El Romano Pontífice y el Colegio Episcopal: son legisladores particulares


cuando dan leyes para una comunidad particular. El que sean también
legisladores universales no quita que puedan dar leyes particulares.

2º.- Los obispos diocesanos (ordinarios): son legisladores particulares en su diócesis.

3º.- Los equiparados a los obispos diocesanos (titulares de otros oficios particulares):
como por ej.: los que están al frente de una Iglesia particular pero que no es
diócesis (como puede ser una prelatura territorial o un vicariato apostólico).
Otro ej.: es el del Administrador apostólico en situación de sede vacante.

12
4º.- Las Conferencias Episcopales: son legisladoras para el territorio de la nación a la
que pertenecen; aunque su potestad es muy reducida, tienen sus límites, no
tienen la potestad tan amplia que tiene el Obispo diocesano, sino que tienen un
marco mucho más estrecho.

5º.- Concilios Particulares.

No son legisladores los abades (a no ser de abadías independientes, de las cuales quedan ya
muy pocas y se quieren hacer desaparecer su independencia), ni los superiores de los institutos
religiosos.

2.- Promulgación de la ley:

● “c. 7.- La ley queda establecida cuando se promulga.”

Es el concepto de promulgación. Es un acto oficial del legislador a través del cual trae a la
existencia una ley. El sujeto es el legislador. En el acto de la promulgación se fija el tenor exacto de
los términos de la ley (el texto exacto). Una ley puede estar firmada pero todavia no está
promulgada. Así que se haya hecha la primera publicación por la autoridad está promulgada.

Un concepto distinto es el de “divulgación de la ley”, se distingue la promulgación de la


divulgación, aunque teniendo en cuenta que de una ley promulgada es obligada su divulgación, la
ley tiene que ser conocida, ya que la ley es siempre un acto público, ej.: los códigos son medios de
divulgación.

Previo a la promulgación, la ley recorre un largo camino de estudios y consultas. Cuando se


promulga viene muy preparada y consultada. Aunque el legislador es la autoridad que promulga no
lo hace sólo, se ven en esos estudios:

1º.- Cuáles son las necesidades de esa comunidad.


2º.- De qué manera se pude responder a ellas con la ley.
3º.- La parte más técnica, cómo se va a redactar, y se fijan exactamente los términos de la
ley.

Todo esto culmina con el acto del legislador.

▬▬▬
Hay dos modos de promulgación, se distingue entre la promulgación de leyes universales y
de leyes particulares:

● “c. 8 § 1.- Las leyes eclesiásticas universales se promulgan mediante su publicación en el


Boletín oficial «Acta Apostolicae Sedis» a no ser que, en casos particulares, se hubiera prescrito
otro modo de promulgación; y entran en vigor transcurridos tres meses a partir de la fecha que
indica el número correspondiente de los Acta, a no ser que obliguen inmediatamente por la
misma naturaleza del asunto, o que en la misma ley se establezca especial y expresamente una
vacación más larga o más breve."

Universal - El modo ordinario de promulgación es la publicación de la ley en el Boletín


“Acta Apostolicae Sedis” (AAS). Ahí se publican todas las leyes universales, a no ser que se haya
decidido publicarla en otro sitio, y en ese caso hay que avisarlo para que se pueda conocer la ley.
Pero el legislador lo puede hacer de otro modo aunque tiene que ser de un modo publico (tipo
decirlo a los fieles en la plaza de San Pedro). Recientemente el Papa hizo publicar en el periódico
Obsvertario Romano para que salga lo antes posible en relación a la elección del Papa.

13
Derecho Canónico

● “c. 8 § 2.- Las leyes particulares se promulgan según el modo determinado por el legislador, y
comienzan a obligar pasado un mes desde el día en que fueron promulgadas, a no ser que en la
misma ley se establezca otro plazo.”

Particular - El modo no está establecido, cada legislador tiene que determinar el modo,
teniendo en cuenta que tiene que ser un modo público. Lo normal es que lo haga en el boletín de la
propia institución, ej.: El Boletín de la Conferencia Episcopal (para la Conferencia Episcopal) o el
Boletín de la Diócesis (para la Diócesis). Pero la puede promulgar de cualquier manera.

Entrada en vigor de una ley: la promulgación es el acto constitutivo por el que la ley entra en
existencia, pero todavía no obliga por ese acto. Obliga el día que entra en vigor. Las leyes ya están
constituidas el día de la promulgación, pero no obligan; ese periodo es llamado “vacatio legis” =
vacación de la ley, y hay que guardarlo para que se conozca la ley, se divulgue, y así pueda
cumplirse.

¿Cuál es ese tiempo?

- Para las leyes universales ese tiempo es de 3 meses, a no ser que:

1) “En la misma ley se establezca especial y expresamente una


vacación más larga o más breve.” Que el legislador prevea o
establezca un tiempo más largo o más corto para el tiempo de vacación
de la ley, ej.: el CIC, por ser una ley mucho más larga que las
habituales, tuvo un tiempo de vacación de 10 meses, para que se
conociera mejor.

2) “Por la misma naturaleza del asunto”, en que comienza a obligar


inmediatamente por una necesidad, ej.: las leyes de Derecho Natural; las
leyes de Derecho Divino, pues las normas de Derecho Divino no
provienen del legislador, ej.: la capacidad del uso de razón que hace
falta para casarse. Procede de la naturaleza del matrimonio, no puede
darse el consentimiento si no hay uso de razón. Por tanto esta ley no
tiene periodo de vacación.

- Para las leyes particulares, el periodo de vacación es de un mes a no ser que la ley
establezca otro plazo.
▬▬▬

3.- Irretroactividad:

● “c. 9.- Las leyes son para los hechos futuros, no para los pasados, a no ser que en ellas se
disponga algo expresamente para estos.”

Las leyes son para hechos futuros, para un hecho anterior se aplica la ley que estaba en vigor
en ese momento. Para un hecho anterior a la promulgación de una ley, la ley no se aplica. “Tempus
regit actum”, el acto se tiene que juzgar de acuerdo con la ley vigente en el momento en que el acto
fue hecho. La ley nueva se aplica a partir de su promulgación, no antes. En un juicio de un
matrimonio del año 1970, hay que juzgarlo de acuerdo con la ley que existia entonces (la de antes
de 83).
Excepción: que en una ley se diga que se aplique para hechos pasados. Esto sucede en el
Derecho penal.
Ej.: c. 1313 § 1: "Si la ley cambia después de haberse cometido un delito, se ha de aplicar
la ley más favorable para el reo."

14
▬▬▬
4.- Leyes irritantes o inhabilitantes:

Son un tipo de leyes específicas, son leyes que hacen nulo el acto contrario a la ley.

Un acto nulo es que no se consigue el acto intentado, es como si no se hubiera hecho nada.
Toda transgresión de una ley canónica no hace el acto nulo, sólo las de este tipo. La transgresión de
una ley que no es irritante o inhabilitante hace el acto ilícito, pero no nulo.
Ej.: La ley dice que se bautice con agua bendita. Si un ministro bautiza con agua sin
bendecir es un acto ilícito, pero el efecto se consigue, el Bautismo es válido (otra cosa es la
responsabilidad del que lo ha hecho ilícitamente). Pero si el Bautismo se realizara sin agua o con
otro líquido distinto es inválido, no sólo es ilícito sino nulo, el efecto no se consigue. Toda
transgresión de la ley hace el acto ilícito pero sólo en los casos de leyes irritantes o inhabilitantes
son inválidos.

Un acto lícito es aquel acto que se ha realizado en el sentido de la ley, dentro de su contexto.

Un acto ilícito es aquel realizado contra la ley. Distinguimos entre:

- Acto ilícito inválido: el que no cumple determinadas leyes que el legislador


considera fundamental.
- Acto ilícito válido: el que incumple leyes no fundamentales.

Dentro de los actos inválidos están los que afectan a leyes irritantes o inhabilitantes:

- Las leyes irritantes o invalidantes: afectan directamente al acto, independientemente


de la persona que lo realice. Se trata de determinados modos de realizar el acto. No
se realiza de esa manera el acto es invalido sea quien sea quien lo haga. Por
ejemplo c1108: “solamente son validos…”. Afecta a la modalidad en que realiza el
acto.

Ej.: c.1108: sobre la forma canónica del matrimonio, para que el


matrimonio sea válido ha de hacerse ante un ministro
dotado de facultad y ante dos testigos.

- Inhabilitantes: afecta a la persona que realiza el acto, y no la modo de realizar ese


acto. Lo que el legislador quiere es que haya personas que no realicen determinados
actos si no cumplen los requisitos personales. El efecto no se consigue, es inválido.
Lo que establecen es que la persona es inhábil para realizar determinado acto.

Ej.: c. 1083 § 1: sobre los impedimentos matrimoniales, sobre la edad


mínima para casarse.
● “c. 10.- Se han de considerar invalidantes o inhabilitantes tan sólo aquellas leyes en las que
expresamente se establece que un acto es nulo o una persona es inhábil.”

Estas leyes son importantes porque afectan a la validez y es necesario distinguirlas de


aquellas que sólo afectan a la licitud. Las leyes irritantes y las inhabilitantes tienen en común que su
transgresión hace el acto inválido.

Ej.: c. 656: "Para la validez de la profesión temporal se requiere que:


1.° el que la va a hacer haya cumplido al menos dieciocho años;
2.° haya hecho válidamente el noviciado;
3.° haya sido admitido libremente por el Superior competente con el voto de
su consejo conforme a la norma del derecho;

15
Derecho Canónico

4.° la profesión sea expresa y se haya emitido sin violencia, miedo grave o
dolo;
5.° la profesión sea recibida por el Superior legítimo, personalmente o por
medio de otro."

Sobre los requisitos para la validez de la profesión temporal. Al


principio del canon se dice “Para la validez...” no quedando duda. De los 5
números unos son irritantes (el 4º y el 5º) y otros inhabilitantes (el 1º, el
2º y el 3º), pero todos hacen el acto inválido.

▬▬▬
5.- Destinatarios de la ley eclesiástica:

● “c. 11.- Las leyes meramente eclesiásticas obligan a los bautizados en la Iglesia católica y a
quienes han sido recibidos en ella, siempre que tengan uso de razón suficiente y, si el derecho
no dispone expresamente otra cosa, hayan cumplido siete años.

Habla de los destinatarios de las leyes eclesiásticas, a quiénes obliga, de los requisitos para
ello. Son tres los criterios:

1) Criterio Eclesiológico: a los Católicos.

No obliga a aquellos que no están bautizados, ni a los cristianos bautizados


pero no católicos. ¿Quiénes son católicos? Los bautizados en la Iglesia católica o los
que hayan sido recibidos en ella. Los no católicos están obligados por la ley divina,
pero no por ninguna ley eclesiástica.
Los que abandonan la Iglesia Católica tras haber sido católicos siguen siendo
obligados por el Código, pues no se exime de la jurisdicción de las leyes eclesiásticas
"semel catholicus, semper catholicus". Si no fuera así, la Iglesia no podría sancionar
la apostasía, siendo ésta una de las razones para mantener dicha obligación, otra
razón es la de dejar clara la importancia y la seriedad de pertenecer a la Iglesia
Católica remarcando así el carácter indeleble del bautismo. Estas exenciones no
existían antes del CIC 83.
Otra cosa es que la Iglesia les pueda eximir de alguna norma por haber
abandonado la Iglesia, pero lo hace utilizando su jurisdicción sobre esa persona. Esto
sucede sobre todo en el Derecho Matrimonial, quien abandona la Iglesia Católica con
acto formal (de forma pública y oficial) se le exime de la forma canónica del
matrimonio, pero no del resto de la legislación matrimonial.
Los catecúmenos no están obligados tampoco a la ley eclesiástica, no son
todavía súbditos. Tienen algunos derechos y prerrogativas de los fieles, pero son
casos concretos.
Una vez que uno es católico lo es para siempre.

2) Criterio psicológico: que se tenga uso de razón.

Hasta entonces no se está obligado a la ley eclesiástica. El uso de razón se


presume a los 7 años según el CIC.

Ej.: c. 97 § 2: "El menor, antes de cumplir siete años, se llama infante, y se le


considera sin uso de razón; cumplidos los siete años, se presume
que tiene uso de razón."

Mientras no se demuestre lo contrario: por enfermedad,


amencia, etc. Los amentes están asimilados a los infantes, no
son súbditos de la ley eclesiástica.

16
3) Criterio de Edad (cronólogico): aunque alcancen el uso de razón, tienen que haber
cumplido 7 años a no ser que la ley establezca una edad superior.

Ej.: c . 1252: “La ley de la abstinencia obliga a los que han cumplido catorce años;
la del ayuno, a todos los mayores de edad, hasta que hayan
cumplido cincuenta y nueve años. [...]”

▬▬▬

6.- La obligación de la Ley en función del territorio:

Tratan de esto los cánones 12 y 13. Se trata de la cuestión de la movilidad humana. Cuando
la persona se encuentra en el territorio de otra Iglesia que no es la suya, cuando se está fuera de su
Iglesia particular ¿por qué ley está obligado?

Se distingue aquí entre estancia temporal o estancia estable. El problema surge en el caso de
las estancias temporales, cuando la nueva estancia es estable no hay problema, se entra a pertenecer
a la Iglesia de ese territorio.

1) Para la Ley Universal

● “c. 12 § 1.- Las leyes universales obligan en todo el mundo a todos aquellos para quienes han
sido dadas.”

En este caso, no hay problema, la ley universal sigue obligando. El problema surge cuando
una ley no esté vigente en un territorio determinado a pesar de ser ley universal.

Ej.: el Día de san José es fiesta de precepto por ley universal. Si el obispo dispensara de ello
por ser laboral, dejaría de obligar en esa diócesis. El obispo en principio tiene que urgir el
cumplimiento de dicha ley universal, pero cabe la posibilidad.

● “c. 12 § 2.- Quedan eximidos de las leyes universales que no están vigentes en un
determinado territorio todos aquellos que de hecho se encuentran en ese territorio.”

En un territorio, si hay una ley universal que no está vigente, el fiel que está en esa diócesis,
aunque no sea de esa diócesis, está dispensada de esa ley universal.

2) Para la Ley Particular

La que es dada para un territorio determinado: esta ley particular obliga a los que cumplen
dos requisitos:

● “c. 12 § 3.- Las leyes promulgadas para un territorio peculiar obligan, sin perjuicio de lo que
se prescribe en el can. 13, a aquellos para quienes han sido dadas, si tienen allí su domicilio o
cuasidomicilio y viven también de hecho en ese lugar.”

1) El primer requisito es que tengan allí su domicilio o cuasidomicilio. Estos términos se


explican en el c. 102:
- El domicilio: es el lugar de residencia.
- El cuasidomicilio: es un domicilio más precario (al menos tres meses de
permanencia continuada).

17
Derecho Canónico

2) El segundo requisito es que estén de hecho en ese lugar. Si se está en un sitio en que no
se tiene domicilio ni cuasidomicilio no se está sujeto a la ley particular.

Por tanto, está obligado a la ley particular el que tiene domicilio y está en ese lugar. Ej.: el
que está en Madrid el día de san Isidro con domicilio o cuasidomicilio en Madrid. Si uno de Madrid
va a otra ciudad donde también es precepto no está obligado, pues ni está en Madrid, ni se tiene
domicilio en el otro lugar.
▬▬▬

● “c. 13 § 1. Las leyes particulares no se presumen personales, sino territoriales, a no ser que
conste otra cosa.”

Las leyes no se dan para las personas, sino para los territorios.

“§ 2. Los transeúntes no están sometidos:


1.º a las leyes particulares de su territorio cuando se encuentran fuera de él, a no
ser que su transgresión cause daño en su propio territorio o se trate de leyes
personales;”

Este canon explicita el «c. 12» todavía más, habla de los transeúntes. No están obligados a
las leyes particulares de su territorio por estar fuera de él.

“2.º ni a las leyes del territorio en el que se encuentran, exceptuadas las que
miran a la tutela del orden público, determinan las formalidades que han de
observarse en los actos, o se refieren a las cosas inmuebles situadas en el
territorio.”

Según el c. 13 § 2 n. 2, tampoco lo están a las leyes del territorio al que van; excepto las que
van contra la tutela del orden público, etc., ej.: un sacerdote de paso por un sitio donde no se pueda
ir al cine ese día, si fuera provocaría escándalo.

“3.º los vagos están obligados por las leyes, tanto universales como particulares,
que estén vigentes en el lugar donde ellos se encuentran.”

El c. 13 § 2 n. 3, habla de la situación de los vagos, es decir, aquellos que no tienen


domicilio ni cuasidomicilio en lugar alguno, por no tener permanencia ni siquiera de tres meses.
Están obligados a las leyes tanto universales y particulares vigentes en el lugar donde se encuentren.
▬▬▬
7.- La obligación de la ley en caso de duda, ignorancia o error:

● “c. 14.- Las leyes, aunque sean invalidantes o inhabilitantes, no obligan en la duda de
derecho; en la duda de hecho, pueden los Ordinarios dispensar de las mismas, con tal de que,
tratándose de una dispensa reservada, suela concederla la autoridad a quien se reserva."

1) Ignorancia: desconocimiento total de la ley.

2) Duda: situación del juicio que se distingue de la ignorancia. La duda no proviene de la


ignorancia, se conoce la ley pero hay razones positivas a favor y en contra de una contradicción
sobre la aplicación o extensión de la ley.

- Duda de derecho: cuando la duda se refiere a la ley misma, no sabemos si existe la


ley (está promulgada o no), o si existe el alcance que tiene. En este caso la ley no
obliga (C14) en la duda de derecho porque la ley es imperfecta. En esos casos, se
aplica el c. 14, de modo que las leyes no obligan en este caso, es como si no
hubiera ley.

18
Las leyes tienen que ser ciertas, si está mal hecha o mal redactada tiene que
ser una duda objetiva: es decir, que se mantenga después de consultar. La duda de
derecho es un defecto propio de la ley.
Puede haber duda para las leyes eclesiásticas, no para las de derecho divino.

- Duda de hecho: cuando se conoce la ley, está bien promulgada, etc, pero no se sabe
si una persona está dentro del ámbito de esa ley, si se puede aplicar la ley o no
porque no se conoce bien la situación. Ej.: canon 1083, sobre la edad canónica para
contraer matrimonio válido, 16 años para los hombres y 14 para las mujeres. La duda
puede venir porque no haya certeza sobre si un contrayente la ha cumplido o no.
Cuando hay duda de hecho, lo primero es investigar para ver si es posible
salir de dudas. Si no, se pasa al canon 14 y se recurre a la dispensa en caso de que no
sea válido.
Suelen dispensar los obispos o los vicarios diocesanos, si la autoridad a quien
se reserva dicha dispensa (ej.: la Santa Sede) suele concederla.

En ambos casos, la duda tiene que provenir de razones serias, no basta que sea por
ignorancia.
▬▬▬

● “c. 15 § 1.- La ignorancia o el error acerca de las leyes invalidantes o inhabilitantes no


impiden su eficacia, mientras no se establezca expresamente otra cosa.”

En caso de ignorancia (desconocimiento de la ley) o error (piensa que conoce la ley pero se
equivoca; interpretación falsa de la ley) acerca de la ley, la única ley que no obliga es la dudosa de
derecho (cuando la ley está mal hecha), en el resto de los casos, obliga la ley. Las leyes que no son
invalidantes o inhabilitantes también siguen obligando; aunque con vistas a la culpabilidad y a la
sanción penal, la ignorancia o el error son atenuantes o eximentes (mediante el juicio del superior).
En las penas Latae sententiae no hay que acudir al juicio del superior.
En la circunstancia de ignorancia o error sin culpa, se exime de la pena, si el infractor no
conocía la ley penal (c. 1324, 8 y 9).
En ambos casos la ley sigue obligando porque es un deber conocer la ley para todos los
bautizados.

● “c. 15 § 2.- No se presume la ignorancia o el error acerca de una ley, de una pena, de un
hecho propio, o de un hecho ajeno notorio; se presume, mientras no se pruebe lo contrario,
acerca de un hecho ajeno no notorio.

Establece presunciones sobre la ignorancia o el error cuando el superior tiene que juzgar la
pena. La presunción es un criterio de verdad por el que el superior se guía, a no ser que se
demuestre lo contrario. La presunción no hay que probarla, hay que probar lo contrario. Hecho
ajeno notorio es aquel que se ha divulgado.
▬▬▬

8.- Interpretación de la Ley:

Cuando la ley no es cierta hay que interpretarla El principio general es que la ley no hay
que interpretarla, cuando la ley es obscura hay que interpretarla, lo cual consiste en buscar la
voluntad del legislador. La ley es expresión de la voluntad del legislador para un hecho o
circunstancias concretas.

La interpretación auténtica es la interpretación oficial, es la interpretación dada por la


autoridad de la Iglesia.

19
Derecho Canónico

● “c. 16 § 1.- Interpretan auténticamente las leyes el legislador y aquel a quien éste hubiere
encomendado la potestad de interpretarlas auténticamente.

§ 2.- La interpretación auténtica manifestada en forma de ley tiene igual fuerza que la
misma ley, y debe promulgarse; tiene efecto retroactivo si solamente aclara palabras
de la ley de por sí ciertas; pero si coarta la ley o la extiende o explica la que es dudosa,
no tiene efecto retroactivo.

La interpretación auténtica a modo de Ley es la que hace el propio legislador, o


aquel al que el legislador encomienda esa tarea. El legislador universal es el papa, luego la
tiene que hacer él o aquel a quien éste hubiere encomendado la potestad (un organismo de
la Curia Romana: el Pontificio Consejo para los textos legislativos), esto es lo normal,
pero lo hace por la potestad delegada del Romano Pontífice.
La interpretación auténtica es aprobada por el papa, tiene el mismo valor que la ley,
y obliga igual que la ley al quedar integrada en la Ley. Hay que estudiarlas juntas. Tiene
que ser promulgada igual que la ley.

A modo de ley tiene el mismo valor de la ley y obliga a todas las personas a las que
obligaba la ley:
- Interpretación declarativa: no es propiamente una interpretación, puesto que la
ley en ese caso es clara, sino más bien una declaración. No añade ni restringe
nada de la ley, por tanto tiene carácter retroactivo.
- Interpretación restrictiva: restringe el contenido de la ley, por tanto no tienen
carácter retroactivo.
- Interpretación extensiva11: amplía, incluye, el contenido de la ley, por tanto no
tiene carácter retroactivo.

Respecto del efecto retroactivo, la interpretación auténtica se comporta como una


ley, si es realmente aclaratoria tiene efecto retroactivo, pues no añade nada. Si hay alguna
novedad: coarta, extiende o explica una ley dudosa, no afecta con efecto retroactivo.

§ 3.- Pero la interpretación hecha por sentencia judicial o acto administrativo en un


caso particular no tiene fuerza de ley, y sólo obliga a las personas y afecta a las cosas
para las que se ha dado."

El acto administrativo es el que se hace por el superior administrativo (ej.: el


obispo), la sentencia judicial es dictada por el juez, ambos no son actos del legislador y
son interpretaciones a un caso particular. La interpretación así hecha no se puede aplicar
de manera general, pero sí a las personas a las que se aplica el acto, para las cuales es
vinculante la interpretación del superior, para los casos en que el juez dicta o el superior
decide.
▬▬▬

● “c. 17.- Las leyes eclesiásticas deben entenderse según el significado propio de las palabras,
considerado en el texto y en el contexto; si resulta dudoso y obscuro se ha de recurrir a los
lugares paralelos, cuando los haya, al fin y circunstancias de la ley y a la intención del
legislador.”

Este canon se refiere a la interpretación doctrinal. Cuando la ley es obscura y no se ha dado


interpretación auténtica, los doctores ofrecen sus interpretaciones. El c. 17 ofrece los criterios para
los doctores a la hora de interpretar la ley.

11

Recientemente se ha dado una interpretación extensiva al canon 1367. El Pontificio Consejo responde negativamente a
la interpretación estricta del término "abicit" y ab mente en cuanto a la interpretación del término como cualquier acto
externo de sacrilegio de las especies sagradas.
20
1) Criterio primario: buscar el significado propio que tienen las palabras dentro del texto y
del contexto en el que se encuentran. Si tras atender al significado propio de las palabras sigue
siendo obscura una ley, se busca en otros lugares donde haya podido hablar de lo mismo el
legislador.
2) Criterios secundarios:
1.- buscar lugares paralelos en el código que traten de la misma materia.
2.- Fin y circunstancias de la ley [cf. leyes que se establecen para intentar eliminar abusos en
la Iglesia, como el de la absolución colectiva].
3.- Intentar descubrir la intención del legislador, por medio del código u otros documentos
en los que se trata la misma materia.
Hay que ver el fin que el legislador buscaba al dar esa ley, ej.: si el fin que el legislador buscaba con
esa ley era el de eliminar un abuso, la interpretación no puede ir dirigida en la dirección de permitir
ese abuso.
▬▬▬

● “c. 18.- Las leyes que establecen alguna pena, coartan el libre ejercicio de los derechos, o
contienen una excepción a la ley, se deben interpretar estrictamente.”

Las leyes odiosas son aquellas que llevan perjuicio para el fiel, y se deben interpretar
estrictamente, es decir: de modo que la interpretación contenga el menor número de casos posibles
y que no se extienda más allá de las palabras de la ley sin traicionar su sentido propio. Es decir,
darle a las palabras de la ley el contenido mínimo posible Se aplica a tres tipos de leyes:

1) A la Ley Penal: no se puede condenar a nadie que no haya cometido un delito. Hay que
tender a poner las penas menores posibles.

2) A las leyes que coartan el libre ejercicio de los derechos: hay que impedírselo lo menos
posible, ej.: la libertad de contraer matrimonio.

3) A las leyes que contienen excepción a la ley: sin aplicar las exigencias, para que la
excepción no se convierta en norma.

Ej.: Ley penal c. 1367*: duda surge sobre cómo ha de entenderse el término “abicere” =
“arrojar por tierra”, respecto de la excomunión Latae Sententiae por profanación de las Sagradas
Especies. Mediante la interpretación auténtica, la ley se interpretó negativamente, no entendiendo
sólo “arrojar por tierra”, sino como “cualquier acción voluntaria y gravemente despreciativa hacia las
Sagradas Especies”. Es una interpretación auténtica sin efectos retroactivos.

▬▬▬
9.- Las lagunas de la ley:

● “c. 19.- Cuando, sobre una determinada materia, no exista una prescripción expresa de la ley
universal o particular o una costumbre, la causa, salvo que sea penal, se ha de decidir
atendiendo a las leyes dadas para los casos semejantes, a los principios generales del derecho
aplicados con equidad canónica, a la jurisprudencia y práctica de la Curia Romana, y a la
opinión común y constante de los doctores.”

El canon trata sobre cómo se juzga una determinada circunstancia sobre la que no hay ley
hasta que la haya. Para ello hay que decidir atendiendo a:
- Las leyes dadas para casos semejantes: analogía de la ley.
- Las aplicaciones generales del derecho: analogía del derecho.
- La jurisprudencia (decisiones anteriores de los tribunales apostólicos en casos parecidos) y
la práctica de la Curia Romana (la de las delegaciones y dicasterios), pero no las
jurisprudencias particulares o diocesanas sino las de la organización central de la Iglesia
(como las de la Signatura Apostólica o la Rota).

21
Derecho Canónico

- La opinión general de los doctores, común y constante en el tiempo.

La ley civil nunca es criterio de suplencia para la ley canónica.

▬▬▬
10.- La Cesación de la ley:

- Abrogación de una ley: es la supresión total de una ley.


- Derogación de una ley: es la supresión parcial de una ley.

Está contemplada en los cánones 20 y 21:

● “c. 20.- La ley posterior abroga o deroga a la precedente, si así lo establece de manera
expresa, o es directamente contraria a la misma, u ordena completamente la materia que era
objeto de la ley anterior; sin embargo, la ley universal no deroga en nada el derecho particular
ni el especial, a no ser que se disponga expresamente otra cosa en el derecho."

Hay tres modos de cesación de la ley:

1) Cuando la ley posterior lo indica expresamente: es un modo explícito de cesación.

Ej.: c. 6 § 1: por el cual se abrogan las leyes anteriores al nuevo Código, es una
abrogación explícita del Código anterior.

2) Cuando la ley posterior es directamente contraria a la ley anterior: son “directamente


contrarias” cuando son incompatibles, cuando es imposible cumplir las dos a la vez. La observancia
de la nueva excluye la observancia de la antigua.

3) Cuando la ley nueva reordena la materia de que era objeto la ley anterior: normalmente
una ley nueva que ordena una materia, trata todos los aspectos de la anterior, quedando por tanto la
anterior abrogada. Si queda algún aspecto sin tratar y no es contrario a la ley nueva, completa a
dicha ley nueva.

La ley universal no deroga en nada la ley del derecho particular. La ley particular cuando se
da, tiene que estar de acuerdo con la norma universal, si es contraria no vale; si cambia el marco
general la ley particular no cambia, no se deroga en nada el derecho particular, el legislador
particular no tiene que cambiar nada a no ser que la ley universal lo diga expresamente; si no lo
hace, la ley particular sigue vigente. El legislador no se inmiscuye en la legislación particular, pues
el particular es el que mejor conoce las situaciones, pero hay veces en que la ley sí lo dice.

▬▬▬

● “c. 21.- En caso de duda, no se presume la revocación de la ley precedente, sino que las leyes
posteriores se han de comparar y, en la medida de lo posible, conciliarse con las anteriores.”

En el segundo y tercer caso puede haber dudas, porque no dicen que abroguen la ley
anterior, ej.: la ley del Código sobre los seminarios, es muy completa y quedó abrogada la Ratio de
1970. La duda viene de si la ley es directamente contraria o no, y si se ordena completamente la
materia o no.
Cuando hay duda se acude al canon 21, en el que se dice que hay que ver si se puede
cumplir la ley antigua, pues se presupone que sigue vigente si no dice nada.

▬▬▬
11.- Canonización de las leyes civiles:

22
● “c. 22.- Las leyes civiles a las que remite el derecho de la Iglesia, deben observarse en
derecho canónico con los mismos efectos, en cuanto no sean contrarias al derecho divino ni se
disponga otra cosa en el derecho canónico.”
Significa que una ley que no pertenece al Derecho Canónico, que es de Derecho Civil, entra
a formar parte del derecho canónico. La Iglesia la hace propia y a partir de ese momento es también
Derecho Canónico. El Derecho Canónico lo tiene que decir expresamente “...para esta materia hay
que seguir la norma del derecho civil...”.

Ej.: c. 110: “Los hijos que han sido adoptados de conformidad con el derecho civil, se
consideran hijos de aquel o aquellos que los adoptaron”.

Sobre la adopción, los adoptados según el derecho civil, son


considerados hijos en el derecho canónico, y hay que seguir las normas
del derecho civil.

c. 1290: “ Lo que en cada territorio establece el derecho civil sobre los contratos, tanto
en general como en particular, y sobre los pagos, debe observarse con los
mismos efectos en virtud del derecho canónico en materias sometidas a la
potestad de régimen de la Iglesia, salvo que sea contrario al derecho divino o
que el derecho canónico prescriba otra cosa, quedando a salvo el c. 1547.”

Hay dos excepciones:

1) Que los requisitos del derecho civil sean contrarios al derecho


divino.

2) Que el derecho canónico diga otra cosa para algunos requisitos en


los que haya que cumplir trámites administrativos propios del
derecho canónico. Ej.: en la adopción por parte de parejas
homosexuales se tendrá que tener en cuenta esto a la hora de pedir
el Bautismo según el c. 868 §1:

Para bautizar lícitamente a un niño, se requiere:


1.º que den su consentimiento los padres, o al menos uno
de los dos, o quienes legítimamente hacen sus veces;

Siempre que se canoniza una ley civil es porque es materia mixta.

▬▬▬

Título II:
De la costumbre

1.- Concepto:

● “c. 23.- Tiene fuerza de ley tan sólo aquella costumbre que, introducida por una comunidad
de fieles, haya sido aprobada por el legislador, conforme a los cánones que siguen.”

La costumbre: es el derecho no escrito que se origina por el modo de actuar de una


comunidad y que no está regulado. Para que sea derecho no escrito, y no sólo uso, se necesita la
aprobación de un legislador, al menos de forma genérica, pues no caben leyes al margen de la
autoridad de la Iglesia, la autoridad tiene que intervenir siempre, aunque la costumbre nazca de la
comunidad como fuente y origen.
▬▬▬

23
Derecho Canónico

2.- Condiciones de la costumbre para la aprobación del legislador:

A) Por parte de la costumbre misma:

● “c. 24 § 1. Ninguna costumbre puede alcanzar fuerza de ley si es contraria al derecho divino.
§ 2. Tampoco puede alcanzar fuerza de ley una costumbre contra ley o extralegal si no
es razonable; la costumbre expresamente reprobada por el derecho no es razonable."

Se tiene que dar dos requisitos:

1) Que sea de acuerdo con el derecho divino, no se podrá aprobar una ley en contra
del derecho divino. Ej.: la elección de los ministros para los sacramentos, la
materia y la fórmula de los sacramentos, etc.

2) Que sea razonable12. Cuando una costumbre no es razonable: como en el caso de


una costumbre que está expresamente reprobada por el derecho.

Ej.: c. 1076: “Queda reprobada cualquier costumbre que introduzca un


impedimento nuevo o sea contraria a los impedimentos
existentes.”

Referido al sacramento del matrimonio, respecto de las


condiciones que hacen falta para casarse, no se pueden
introducir impedimentos matrimoniales por ley de
costumbre.

Una costumbre es razonable cuando ese comportamiento es verdaderamente


útil para el bien común de la comunidad, incluso cuando es más útil que la ley (si
no está expresamente dicho en contra por parte del legislador, y que por tanto él
ya haya dicho implícitamente con ese acto legislativo que no puede ser útil
verdaderamente)

▬▬▬

B) Por parte de la comunidad:

● “c. 25.- Ninguna costumbre puede alcanzar fuerza de ley sino aquella que es observada, con
intención de introducir derecho, por una comunidad capaz, al menos, de ser sujeto pasivo de
una ley.”

Hay dos requisitos para que un uso se convierta en costumbre:

1) Que la comunidad tenga intención de introducir un derecho, que tenga la intención


de obligarse, que no se sienta libre de seguir esa costumbre o no, que no sea algo
opcional (por eso es difícil que se den costumbres auténticas).

2) Que sea una comunidad capaz de recibir una ley, que sea lo suficientemente
grande para ser destinataria de una ley (las leyes no se dan para una persona), ej.:
un instituto religioso, una diócesis (una parroquia no es suficiente), etc.

▬▬▬

12

El canon 24 § 2 nos da un criterio negativo de razonabilidad. Entendemos por razonable, en sentido positivo, el uso
justo, honesto, congruente con el derecho canónico.
24
3.- Modos de aprobación de la costumbre:

● “c. 26.- Exceptuado el caso de que haya sido especialmente aprobada por el legislador
competente, la costumbre contra ley o extralegal sólo alcanza fuerza de ley si se ha observado
legítimamente durante treinta años continuos y completos; pero, contra la ley canónica que
contenga una cláusula por la que se prohíbe futuras costumbres, sólo puede prevalecer una
costumbre centenaria o inmemorial.”

Hay dos modos de aprobación por parte del legislador:

1) Aprobación especial: es una aprobación explícita, hay un acto explícito, un documento


escrito por el que se aprueba (es muy raro pero podría suceder).

2) Aprobación en forma genérica: la aprobación mediante el silencio o la tolerancia. El


legislador que sabe que se está dando ese uso y lo tolera y se calla. Se tienen que dar dos
condiciones:

a) Que se haya observado ese uso legítimamente (que cumpla los cánones 24 y 25).

b) El tiempo: que se haya observado durante 30 años continuos y completos. En 30


años da tiempo suficiente para que el legislador se de cuenta de ello, si en ese
tiempo el legislador hubiese querido cortarlo lo hubiera hecho.
Para que se consideren estos 30 años tiene que darse el caso de que durante
30 años continuos y completos el legislador no haya urgido el cumplimiento de la
ley, si lo ha urgido en algún momento, en dicho momento se interrumpe el
cómputo del tiempo de la costumbre (no hace falta que el legislador lo diga, basta
con que urja el cumplimiento de una ley). Para acabar la cosa basta decir
“recuerdo que hay que cumplir la ley”. Ej.: el caso del uso del clergyman, urgido
en el Directorio para la Consagración del Clero, del año 1994, con el fin de que se
interrumpiera el tiempo de cómputo y no se pudiera introducir como costumbre en
ninguna comunidad (en este caso lo dice así el legislador universal).

Al final del canon se dice que si aparecieran cláusulas prohibitivas de futuras costumbres
contra algo, sólo pueden prevalecer si fueran centenarias o inmemoriales. Las cláusulas prohibitivas
no son reprobación de costumbres (como las referidas en el c. 24 § 2), la cláusula prohibitiva es una
cláusula legal que no impide completamente la costumbre contraria, por tanto cabe la posibilidad de
costumbres contrarias, pero el tiempo es mayor, tienen que darse 100 años.

▬▬▬
4.- Cesación de las costumbres:

● “c. 28.- Quedando a salvo lo prescrito en el can. 5, la costumbre, tanto contra la ley como
extralegal, se revoca por costumbre o ley contrarias; pero a no ser que las cite expresamente,
la ley no revoca las costumbres centenarias o inmemoriales, ni la ley universal revoca las
costumbres particulares”

Hay dos maneras de revocar una ley:

1) Por ley contraria: por una ley incompatible, que no se puede cumplir a la vez.

2) Por una costumbre contraria: que sea auténtica costumbre canónica, que hay cumplido
todos los requisitos.

25
Derecho Canónico

A no ser que se diga expresamente, la ley no revoca las costumbres inmemoriales, tiene que
decirlo expresamente.
No hace falta que siempre se diga expresamente que se revocan las costumbres
“inmemoriales o centenarias”, ni irlas nombrando una por una, sino que cuando se dice: “...queda
revocada todo tipo de ley, disposición o cláusula contraria...”, con esto ya se entiende que también
las leyes inmemoriales quedan revocadas. Ej.: la Constitución para la Elección del Papa, para que
nadie pueda apelar a una ley centenaria o particular.

Este canon también dice lo mismo de antes, que el derecho universal no revoca el derecho
particular a no ser que se diga expresamente.

▬▬▬

Título III:
De los decretos generales y de las instrucciones

A.- EL DECRETO GENERAL LEGISLATIVO

● “c. 29.- Los decretos generales, mediante los cuales el legislador competente establece
prescripciones comunes para una comunidad capaz de ser sujeto pasivo de una ley, son
propiamente leyes y se rigen por las disposiciones de los cánones relativos a ellas.”

● “c. 30.- Quien goza solamente de potestad ejecutiva no puede dar el decreto general de que
se trata en el can. 29, a no ser en los casos particulares en que le haya sido esto concedido
expresamente por el legislador competente, conforme al derecho, y si se cumplen las
condiciones establecidas en el acto de concesión.”

Es igual que una ley, con el mismo rango y valor. La ley eclesiástica no tiene una
nominación última, lo importante para saberlo es conocer la autoridad que da la norma y el
contenido. Los decretos generales legislativos son verdaderas leyes y se rigen por los cánones de las
leyes (c.7-22): necesitan ser promulgados, tener tiempo de vacación, y ser interpretados.

La autoridad que lo promulga tiene que tener potestad legislativa, si no se es legislador no se


da un decreto general. No puede promulgarlo quien tiene potestad ejecutiva, sino el legislador, a no
ser que éste lo conceda por delegación a otra autoridad que no tenga esa potestad legislativa,
siempre y cuando por delegación pueda darlo.
Esto sólo puede ocurrir en el caso del papa (legislador universal, supremo, de la Iglesia);
puede promulgar una ley:

- Directamente, como en el caso del CIC, que está promulgado por él) o,

- Delegando en otras autoridades, cosa que hace – en caso de que lo haga – en los
dicasterios de la Curia Romana, cuyas leyes son auténticas leyes por la potestad
delegada por el papa, pues los dicasterios no tienen autoridad legislativa. Estas leyes
se llaman Decretos generales legislativos.

La delegación viene a distinguir las dos situaciones, pero no respecto al contenido, pues son
verdaderas leyes. El obispo no puede delegar su potestad legislativa, sólo el papa.

▬▬▬

B.- ACTOS ADMINISTRATIVOS (no legislativos)

26
La potestad de gobierno se divide en: legislativa (legislativa), ejecutiva (exsecutiva) y
judicial (iudicialis). En la Iglesia hay un paso previo: la Potestad Sagrada (Sacra Potestas), recibida
de Cristo es la potestad de la Iglesia .
Toda la potestad forma una unidad y Jesucristo la confiere a la Iglesia para que pueda ejercer su
misión.
Dentro de la Potestad Sagrada se distingue entre:

- Potestad de orden (potestas ordinis): la que se confiere por la ordenación sagrada


para poder celebrar los sacramentos: Eucaristía, absolución, etc.

- Potestad de jurisdicción o de gobierno (potestas iurisdictionis): para gobernar la


Iglesia, se divide en:

a) Potestad legislativa: la que se tiene para promulgar leyes; reconocer los


derechos y obligaciones de las personas, o crear derechos y
obligaciones nuevos y extinguir otros.

b) Potestad ejecutiva: la que se necesita para aplicar la ley una vez dada.
No puede promulgar leyes, sólo hacer que se cumplan. Urge el
cumplimiento de la ley que está promulgada.

c) Potestad judicial: la que tienen los jueces para dirimir conflictos con
autoridad, conflictos que surgen en la aplicación de la ley. Ej.: siempre
que hay un juicio hay una oposición y controversia, en el caso del
proceso de la nulidad matrimonial (estén de acuerdo los dos esposos o
uno sólo) la parte opuesta es la presunción del derecho de validez del
matrimonio (siempre se presume que hay matrimonio válido), hay que
demostrar lo contrario, hay una institución que es el defensor del
vínculo, que es una institución de oposición.

Los actos administrativos son los actos de la potestad ejecutiva, los de la potestad judicial
son dictar sentencia. La ley es un acto de potestad ejecutiva

1.- Concepto de acto administrativo:

El acto administrativo es una disposición obligatoria emanada por la potestad administrativa


(o ejecutiva) para la aplicación de la ley.

Aparece aquí en la definición:

- La naturaleza del acto: que obliga.


- La autoridad de la que mana el acto: la administrativa.
- La finalidad: aplicar la ley.

2.- Subordinación del acto administrativo al acto legislativo:

Se desarrolla en los cánones del 31 al 33. Ambos no están al mismo nivel, el acto
administrativo es de rango inferior, está subordinado al acto legislativo porque la
finalidad es aplicar la ley. El acto administrativo sólo es válido dentro del ámbito de
la ley que aplica, si fuera contrario a la ley es un acto inválido, siempre está
subordinado. El acto administrativo no es autónomo, supone únicamente aplicación
de una ley y solamente son válidos dentro del ámbito de la ley. Un acto
adminitrativo no es una ley. Es una norma que obliga una disposición emanada

27
Derecho Canónico

por la autoridad (potestad) ejecutiva para la aplicación de la ley. Son actos


subordinados a la ley.

Ej.: c. 521 §1: “Para que alguien pueda ser designado párroco válidamente debe
haber recibido el orden sagrado del presbiterado.”

Esta es la ley, el acto administrativo sería el nombramiento


de un párroco. Si el obispo nombrara a un diácono sería un
nombramiento inválido, por ser un acto contrario a la ley.

La subordinación del acto administrativo a la ley significa que el acto administrativo pierde
valor cuando la ley cambia. Ej.: en el caso de la ley del ayuno y la abstinencia, la ley prevé que por
actos administrativos se detalle el modo de cumplimiento de la ley; si, como hipótesis, se
suprimiera la ley del ayuno y la abstinencia, se suprimiría también el acto administrativo.
En resumen: si cesa la ley cesa el acto administrativo, si el acto administrativo es un acto
contrario a la ley, éste no tiene valor. Por tanto, la potestad administrativa está subordinada a la
potestad legislativa, por eso quien tiene potestad legislativa tiene también potestad ejecutiva y
judicial:
- Tienen potestad Legislativa: el Romano Pontífice, el Colegio Episcopal y el
Obispo Diocesano.
- Tienen potestad ejecutiva: los que tienen potestad legislativa, los dicasterios de la
Curia Romana, los vicarios de los obispos, y los Superiores mayores de institutos
religiosos.
- Tienen potestad judicial: los que tienen potestad legislativa y los jueces (ni los
vicarios de los obispos, ni los superiores generales mayores de religiosos).

3.- Hay dos tipos de actos administrativos:

1) Actos administrativos generales: son aquellos actos que aplican la ley para la
generalidad de la comunidad, para todos los fieles. La finalidad es de ejecutar (aplicar)
una ley, determinar con detalle [ cf. c. 1253], exigir la observancia de la ley.
Son dos:
a. Decreto general ejecutorio: es un acto administrativo, se llama así, “ejecutorio”,
para distinguirlo del “legislativo”, pues en este caso el legislador es la potestad
ejecutiva.
b. Las Instrucciones. Va dirigida a los responsables de aplicar la ley

2) Actos administrativos singulares: son aquellos actos que aplican la ley a casos concretos,
no a la generalidad, a un fiel en concreto. Son cuatro:
a. Los decretos singulares: a una persona determinada ej.: el nombramiento de un
párroco.
b. El rescripto: es la concesión de una gracia.
- El privilegio.
- La dispensa.

C.- DECRETO GENERAL EJECUTIVO:

1.- Concepto

● “c. 31 § 1. Quienes gozan de potestad ejecutiva pueden dar, dentro de los límites de su propia
competencia, decretos generales ejecutorios; es decir, aquellos por los que se determina más
detalladamente el modo que ha de observarse en el cumplimiento de la ley, o se urge la
observancia de las leyes.

28
§ 2. En lo que atañe a la promulgación y vacación de los decretos a los que se refiere el
§ 1, obsérvense las prescripciones del can. 8.”

Es una disposición administrativa de carácter general, que ejerce quien tiene potestad
ejecutiva, y cuya finalidad es aplicar la ley.

1) Naturaleza: es una disposición administrativa de carácter general.

2) El autor: es quien tiene potestad ejecutiva (los que tienen potestad legislativa y los
dicasterios de la Curia Romana, junto con los vicarios de los obispos, y los
Superiores mayores de institutos religiosos -según el c. 134-).

3) La finalidad general es “aplicar la ley”. Como todo tipo de acto administrativo, es de


carácter instrumental. Esta finalidad general se concreta en dos finalidades:

- 1ª finalidad: determinar con detalle el cumplimiento de la ley.

Ejs.: c. 1251: Ley del ayuno.


c. 1252: Ley de la abstinencia.
c. 1253: “La Conferencia Episcopal puede determinar con más detalle el
modo de observar el ayuno y la abstinencia, así como sustituirlos
en todo o en parte por otras formas de penitencia, sobre todo por
obras de caridad y prácticas de piedad.”

Da la posibilidad de determinar con más detalle el modo de


observancia. Esto lo hace con un decreto general ejecutivo
según el c. 31. Así, en España lo hizo la CEE, y es una
disposición obligatoria13.

- 2ª finalidad: urgir la observancia de las leyes, urgir con autoridad.

Ej.: El Decreto de la Provincia Eclesiástica de Madrid para el precepto de


participar en la Misa los días de fiesta aunque sean días laborables
(dice si se puede, para no crear escrúpulos); se hizo por un decreto de
los tres obispos de la provincia eclesiástica. No se llamó “decreto
general ejecutivo”, pero no hace falta, lo sabemos por:
 1) El contenido: urgir la observancia de la ley.
 2) Quién lo promulga: la autoridad con potestad ejecutiva.

Se tiene que dar a conocer, por tanto se tiene que promulgar en el Boletín oficial de la
Conferencia Episcopal Española (o de la Diócesis en su caso), y dar un tiempo de vacación (a no ser
que su finalidad sólo sea la de urgir la observancia de una ley ya existente y entonces no tiene
vacacio legis).
Una instrucción va dirigida a los responsables de aplicar la ley. No se da el acto a los fieles
sino a los responsables.

▬▬▬
2.- Destinatarios

● “c. 32.- Los decretos generales ejecutorios obligan a los que obligan las leyes cuyas
condiciones de ejecución determinan o cuya observancia urgen esos mismos decretos.”

13
En el CIC de Eunsa, la normativa complementaria de la CEE está en el Apéndice III, ordenada por cánones. En el
CIC de la B.A.C. no viene la normativa al final del código, sino en un comentario a pie de página para cada canon con
normativa complementaria de la CEE. Por eso el Código de Eunsa es más completo.

29
Derecho Canónico

Están destinados a todos aquellos que están obligados por la ley. Ej.: El decreto de la
Provincia Eclesiástica de Madrid sobre el precepto de participar en la Misa los días de fiesta aunque
sean laborables afecta a todos los fieles católicos de la Provincia Eclesiástica de Madrid.

▬▬▬

3.- Subordinación a la ley

● “c. 33 § 1. Los decretos generales ejecutorios, aunque se publiquen en directorios o


documentos de otro nombre, no derogan las leyes, y sus prescripciones que sean contrarias a
las leyes no tienen valor alguno.

Los decretos generales ejecutorios, cuando se publican en directorios o documentos de otro


nombre, para poder identificarlos como tales hay que atender al contenido y a la potestad del que
los dicta.
No pueden derogar la ley. Y si son contrarios a la ley no tienen valor.

4.- Cesación

● “c. 33 § 2. Tales decretos pierden su vigor por revocación explícita o implícita hecha por la
autoridad competente, y también al cesar la ley para cuya ejecución fueron dados; pero no
cesan al concluir la potestad de quien los dictó, a no ser que se disponga expresamente otra
cosa.”

Hay dos tipos de cesación:

1) Cesación explícita: por revocación explícita (dicha en un documento) o implícita


(cuando se emite un decreto contrario) de la autoridad competente (por un decreto
del obispo diocesano). Es un acto de la autoridad ejecutiva.

2) Cesación implícitamente: cuando la ley ha cesado cesan los decretos directamente


(cesa la ley para cuya ejecución se dio ese decreto). Ha intervenido la autoridad
legislativa que es superior.

▬▬▬
D. LAS INSTRUCCIONES

1.- Concepto y destinatarios

● “c. 34 § 1. Las instrucciones, por las cuales se aclaran las prescripciones de las leyes, y se
desarrollan y determinan las formas en que ha de ejecutarse la ley, se dirigen a aquéllos a
quienes compete cuidar que se cumplan las leyes, y les obligan para la ejecución de las mismas;
quienes tienen potestad ejecutiva pueden dar legítimamente instrucciones, dentro de los
límites de su competencia.

Son actos administrativos generales, por eso los dan los que tienen Potestad ejecutiva.
La finalidad es la misma del decreto general ejecutivo: aclarar la ley, aplicar la ley, exigir la
observancia de la ley, determinar con detalle (c. 1253).
La distinción está en los destinatarios inmediatos o directos de este acto. La instrucción se dirige a
aquellos a quienes compete cuidar del cumplimiento de las leyes (los responsables de aplicar la
ley; sólo indirectamente al que tiene que cumplirla). Observa las normas de promulgación y
vacación de la ley.

30
Ej.: La Instrucción de la Santa Sede sobre el Sínodo Diocesano, de 1977. Va dirigida
a los obispos, aunque en el sínodo diocesano participa toda la diócesis, pero el
destinatario de la instrucción es el obispo (es una instrucción universal).

Ej.: Una instrucción de un particular sobre el uso extralitúrgico de las Iglesias


(conciertos, actos culturales), va dirigida a los párrocos y responsables de las Iglesias
aunque las tengan que cumplir todos, detalla con qué medida y con qué límites se
pueden dar los usos extralitúrgicos.

Instrucciones suele haber bastantes, más que los otros decretos.


2.- Subordinación a la ley:

● “c. 34 § 2. Lo ordenado en las instrucciones no deroga las leyes, y carece de valor alguno lo
que es incompatible con ellas.”

Las instrucciones están subordinadas a la ley. Son aplicación de la ley, por tanto no la
deroga y si la instrucción dice algo contrario a la ley, dicha instrucción no tiene valor.

3.- La cesación:

● “c. 34 § 3. Las instrucciones dejan de tener fuerza, no sólo por revocación explícita o implícita
de la autoridad competente que las emitió, o de su superior, sino también al cesar la ley para
cuya aclaración o ejecución hubieran sido dadas.”

Exactamente igual que en el caso de los decretos generales ejecutorios.

▬▬▬

Título IV:
De los actos administrativos singulares

Son aquellos actos que aplican la ley para personas y casos concretos. Decimos que son los
decretos singulares y los rescriptos. La única diferencia con la instrucción son los destinatarios.

El decreto singular: es una decisión de la autoridad ejecutiva, de la potestad ejecutiva


(administrativa), que no presupone una petición por parte del destinatario, ej.: el nombramiento de
un párroco. C 48. Va dirigido a una persona determinada o grupos reduzidos. Para un caso
particular. Ejemplo: poner fin a una controversia por vía administrativa. Al final de la lectura todos
firman el acta. Se el destinatario se niega a recibir la noticificación, hay que ver el c56.

El rescripto: es una decisión en aplicación de la ley por parte de la autoridad ejecutiva,


favorable, por el cual se concede una gracia (primera diferencia) y que supone una petición del
interesado (segunda diferencia). Ej.: una dispensa de la abstinencia para una boda celebrada un
viernes de cuaresma.
CAPÍTULO I
Normas comunes

Las normas comunes se expresan en los cánones 35 al 47.

CAPÍTULO II
De los decretos y preceptos singulares

1.- Concepto de decreto singular

31
Derecho Canónico

● “c. 48.- Por decreto singular se entiende el acto administrativo de la autoridad ejecutiva
competente, por el cual, según las normas del derecho y para un caso particular, se toma una
decisión o se hace una provisión que, por su naturaleza, no presuponen la petición de un
interesado.”

Son los actos más comunes de la autoridad ejecutiva, se hacen prácticamente todos los días.
El decreto no supone la petición del interesado, lo puede hacer, pero no afecta.

- La provisión: es un tipo concreto de decisión, ej.: una “provisión de oficio”,


consistente por ejemplo en nombrar un párroco.
▬▬▬
2.- Notificación:

Cánones 54, 37, 51, 55 y 56. También se llama “intimación” (es el mismo concepto), es un
acto de la autoridad que da el decreto, por tanto, de la autoridad ejecutiva. Consiste en la
comunicación oficial del decreto por parte de la autoridad al destinatario (acto por el cual se da a
conocer, por medio de la autoridad, a la persona interesada).

Aunque el destinatario se enterara de otra manera, el decreto no tendría efecto hasta que no
le sea notificado oficialmente. El decreto existe desde que la autoridad lo firma, pero no tiene
efecto vinculante hasta que no ha sido notificado por ella al destinatario; hasta entonces no se
puede urgir su cumplimiento.

A diferencia de la ley, el decreto no se tiene que promulgar, y no tiene tiempo de vacación.

Existen dos tipos de notificación o comunicación de los decretos:

1) Modo ordinario: (c. 37 y 51), al destinatario le es entregado el decreto por escrito, se


le entrega el texto del decreto, y el destinatario firma que lo ha recibido o la entrega
se hace ante dos testigos.

En el texto del decreto es necesario poner los motivos de la decisión, y es


necesario que consten para la validez del decreto, si no se exponen los motivos el
decreto es inválido. La razón de esto es:

- Hacer ver la objetividad de la decisión.


- Que el interesado, si considera que sus derechos no han sido respetados
pueda recurrir, de no ser así se le estaría privando de su defensa.

2) Modo extraordinario: (c. 55), se emplea cuando hay una causa gravísima que impide
o hace muy poco conveniente, a juicio de la autoridad, entregar el escrito en manos
del destinatario.

Ej.: porque haya probabilidad de que el destinatario haga mal uso de ese
escrito y derive en grave burla para la autoridad de la Iglesia.

En este caso, se convoca personalmente al destinatario para la lectura del


texto del decreto. Lo tiene que leer la autoridad ante un notario eclesiástico (ej.: el
Canciller de la Curia Romana) o ante dos testigos. El acta la tienen que firmar todos
los presentes: la autoridad, el notario o los testigos, y el propio interesado.

Si el destinatario se negara a recibir o a firmar la notificación en cualquiera de los dos casos


(no comparece a recoger el texto, o a su lectura, o tras la lectura no quiere firmar el acta), según
contempla en c. 56, debe hacerse constar un documento en que se diga que ha sido convocado y no

32
ha comparecido o se ha negado a firmar. En este caso, se considera notificado a todos los efectos,
pues no lo ha sido por causa suya.

Lo normal es que no se llegue a estos extremos, ni siquiera al modo extraordinario.

3.- Silencio administrativo


● “c. 57 § 1. Cuando la ley prescribe que se emita un decreto, o cuando el interesado presenta
legítimamente una petición o recurso para obtener un decreto, la autoridad competente debe
proveer dentro de los tres meses que siguen a la recepción de la petición o del recurso, a no ser
que la ley prescriba otro plazo.
§ 2. Transcurrido este plazo, si el decreto aún no ha sido emitido, se presume la
respuesta negativa a efectos de la proposición de un posterior recurso.
§ 3. La presunción de respuesta negativa no exime a la autoridad competente de la
obligación de emitir el decreto, e incluso de reparar el daño que quizá haya causado, conforme
al can. 128.”

El c.57 da a la autoridad competente un plazo de tres meses (tanto sea la Santa Sed o el
obispo) para contestar a una petición o a un recurso desde que lo recibe, ej.: en el caso de una
petición de permiso para la enajenación o venta de una propiedad.
Si transcurren tres meses sin haber recibido respuesta, ésta se considera negativa. Así la
persona sabe a qué atenerse, sin ser perjudicada por la demora de la respuesta. La respuesta negativa
le beneficia más que el silencio, pues ya sabe a qué atenerse y en caso de considerar injusta la
negativa puede recurrir a la autoridad superior. De no ser así, el paso del tiempo le perjudicaría más,
pues de este modo, la persona puede seguir dando pasos sin esperar a que pase el tiempo
inútilmente.
Aún así, la autoridad está obligada a responder mediante un decreto, aunque hayan pasado
los tres meses; hasta que una autoridad superior de una respuesta, pues en ese momento dejaría de
estar obligado. En caso de responder positivamente antes de que una autoridad superior responda se
para este segundo recurso, si es una respuesta negativa el recurso a la autoridad superior prosigue.
Si ha existido negligencia que provoque daños, la autoridad está obligada a repararlos.

Sólo hay un caso en que se considera respuesta afirmativa el silencio de un superior: éste es
el caso de la incardinación, si se cumplen determinados requisitos y no se obtiene respuesta, se
considera respuesta afirmativa y el presbítero queda incardinado en la diócesis en que lo pidió.

▬▬▬
4.- Cesación del decreto singular

● “c. 58 § 1. El decreto singular deja de tener fuerza por la legítima revocación hecha por la
autoridad competente, así como al cesar la ley para cuya ejecución se dio.
§ 2. El precepto singular no impuesto mediante documento legítimo pierde su valor al
cesar la potestad del que lo ordenó.”

El decreto singular cesa cuando la autoridad revoca el decreto que dio (directamente), o
cuando la ley para la que se dio el decreto cesa (indirectamente).
▬▬▬
5.- El Precepto singular

Es un decreto singular -luego entra en la categoría de acto administrativo- y tiene de


particular el contenido o la finalidad: se trata de imponer a una persona o personas determinadas
(pues es singular) la observancia de una ley.

Ej.: A un sacerdote que no cumpla la norma de absolución en la penitencia y que esté


impartiendo la absolución colectiva. La autoridad, en primer lugar puede hablar con él,
y en segundo lugar utilizar el precepto, conminándole al cumplimiento de la ley,
prohibiéndole impartir absoluciones colectivas. La autoridad le puede unir una sanción

33
Derecho Canónico

(precepto penal) o no, avisándole en el precepto de que en caso de no obedecer incurrirá


en una pena, como por ej.: retirarle la facultad para confesar.

El precepto singular no es cualquier decisión, sino una decisión para urgir la observancia de
la ley cuando las medidas pastorales no han surtido efecto. Se le aplican las normas de los otros
decretos singulares.

CAPÍTULO III
De los rescriptos

● “c. 59 § 1. El rescripto es un acto administrativo que la competente autoridad ejecutiva emite


por escrito y que por su propia naturaleza concede un privilegio, una dispensa u otra gracia, a
petición del interesado.
§ 2. Lo que se establece sobre los rescriptos vale también para la concesión de una
licencia y para las concesiones de gracias de viva voz, a no ser que conste otra cosa.”

Son también actos administrativos singulares, con la particularidad de que se trata de la


concesión de alguna gracia por parte de la autoridad. Las gracias recibidas se llaman “privilegios” o
“dispensas”. El tipo concreto de decisión es la concesión de una gracia o favor 14.El concepto de
rescripto lo tenemos en el c. 59.

Es un acto administrativo subordinado a la ley que remite la autoridad ejecutiva, que se


emite por escrito, y que por su propia naturaleza concede la gracia de un privilegio o de una
dispensa, a petición del interesado (siempre se supone la petición de alguien).
Una gracia significa eximir a una persona de un cumplimiento de una ley concreta. Es un
acto administrativo (un acto que aplica la ley).
La gracia recibe los nombres de privilegio o dispensa.
Se puede pedir un rescripto para otra persona, incluso sin ella saberlo.

▬▬▬

Una característica del rescripto es la necesidad de la veracidad en los motivos (c. 63).
Cuando el interesado pide la gracia tiene que motivar para que se le conceda. El c. 63 habla de dos
tipos de falta de verdad en los motivos:

1) Subrepción: u ocultación de la verdad de un hecho que tiene relación directa con lo que
se pide (c. 63 § 1). Cuando no se dice nada que no sea verdadero, pero se ocultan cosas
importantes que tienen que ver con lo que se pide. Afecta a la validez del rescripto, hace
falta conocer la ley y la práctica canónica cuando se emite el rescripto.

Ej.: En el caso de que uno lo haya pedido ya a otra autoridad y se le haya


denegado.

Ej.: En el caso de la dispensa de la irregularidad para las órdenes sagradas en


el caso de aborto o colaboración positiva en él (lo que lleva a una
irregularidad perpetua aunque luego se convierta). Sería subrepción ocultar el
número de los delitos, las veces que se ha practicado o colaborado
positivamente en un aborto.

Es inválido. Excepto en el caso de que se trate de un rescripto de gracia otorgado de


motu propio, afecta a la validez, aunque no haya mala fe en la ocultación.

14

Entendemos por gracia o favor la exención de cumplimiento de una ley concreta que para el resto de la comunidad es de
obligado cumplimiento.
34
2) Obrepción: o exposición de algo falso para conceder la gracia(c. 63 § 2). Cuando se
alegan razones falsas. Cuando hay varias causas y sólo una de ellas es válida, aunque las
demás sean falsas el rescripto es válido, otra cosa es que luego el superior se entere y
decida suprimir el rescripto. Pero tiene que haber por lo menos una verdadera sino es
inválido.
▬▬▬

Jerarquía en la concesión de los rescriptos

En los cánones 64 y 65 se contempla hasta qué punto un fiel puede pedir algo a una
autoridad, cuando una autoridad previa la ha denegado.
Aparecen cuatro casos:

1) Cuando se ha pedido una gracia a un dicasterio de la Curia Romana: es decir, la dispensa


pedida a la Santa Sede o a un dicasterio:

● “c. 64.- Sin perjuicio del derecho de la Penitenciaría para el fuero interno, una gracia
denegada por cualquier dicasterio de la Curia Romana no puede ser concedida válidamente por
otro dicasterio de la misma Curia ni por otra autoridad competente inferior al Romano
Pontífice, sin el consentimiento del dicasterio con el que comenzó a tratarse.”

Sólo lo podría conceder el Romano Pontífice, nunca otro dicasterio o autoridad inferior sin
el consentimiento del dicasterio que la denegó.
▬▬▬
2) Una gracia denegada por el ordinario propio: el que le corresponde a un fiel en razón de
su domicilio.

● “c. 65 § 1. Sin perjuicio de lo que preceptúan los §§ 2 y 3, nadie pida a otro Ordinario una
gracia que le ha denegado el Ordinario propio, sin hacer constar tal denegación; y, cuando se
hace constar, el Ordinario no deberá conceder la gracia sin haber antes recibido del primero las
razones de la negativa.”

La persona interesada tiene que hacer constar la denegación, no se pide aquí el


consentimiento por parte del segundo ordinario (que es un ordinario no propio) al primero, pero sí
las razones de la denegación. En ese caso el ordinario nuevo no necesita el consentimiento del
anterior para concederla.

3) Una gracia denegada por un vicario general o episcopal:

● “c. 65 § 2. La gracia denegada por el Vicario general o por un Vicario episcopal no puede ser
válidamente concedida por otro Vicario del mismo Obispo, aun habiendo obtenido del Vicario
denegante las razones de la denegación.
§ 3. Es inválida la gracia que, habiendo sido denegada por el Vicario general o por un
Vicario episcopal, se obtiene después del Obispo diocesano sin hacer mención de aquella
negativa; pero la gracia denegada por el Obispo diocesano no puede conseguirse válidamente
del Vicario general, o de un Vicario episcopal, sin el consentimiento del Obispo, ni siquiera
haciendo mención de tal negativa.

No puede ser conseguida de otro vicario del mismo obispo, pues dependen del mismo
obispo y, por tanto, tienen que actuar en comunión. El obispo diocesano sí puede concederla
siempre y cuando se le haga mención de la negativa.

4) La gracia denegada por un obispo: no puede ser concedida nunca por un vicario sin el
consentimiento necesario del obispo.
▬▬▬

35
Derecho Canónico

CAPÍTULO IV
De los privilegios

1.- Sentido del privilegio y de la dispensa

El sentido es que se pueda realizar un comportamiento al margen de la ley. Ambos casos son
solicitud de la concesión de una gracia. Es decir, la exención de una ley. Pero no es favoritismo.
Otra cosa es que en un caso concreto se utilice mal.

2.- Diferencias entre privilegio y dispensa

Privilegio: (c. 76-84)

1º.- Es una exención permanente de una ley. No se prevé un final en el tiempo, sitúa a la
persona al margen de la ley de forma indefinida (criterio de temporalidad), se considera una ley
privada y se crea para esa persona una nueva norma objetiva a la que debe atenerse. El privilegio
tiene un carácter permanente, perpetuo, aunque se puede revocar. Por eso se le llama "ley privada
favorable" dado el carácter privado de la ley.

2º.- El privilegio lo concede la autoridad legislativa, que es la que crea las leyes, puesto
que viene a constituirse en ley y no por la autoridad ejecutiva que es la que tiene que aplicar la ley.
El privilegio se considera la creación de una ley particular para una persona.

● “c. 65 § 1. El privilegio, es decir, la gracia otorgada por acto peculiar en favor de


determinadas personas, tanto físicas como jurídicas, puede ser concedido por el legislador y
también por la autoridad ejecutiva a la que el legislador haya otorgado esta potestad."

3º.- El privilegio supone la posibilidad de hacer algo (un acto positivo) que según la ley no
se podría hacer. Se trata de poder hacer algo, no de dejar de hacer algo.

Ej.: el privilegio que tiene España de tener un tribunal de la Rota con el privilegio de
juzgar las causas matrimoniales de los españoles en 3ª y sucesivas instancias de
juicio (no se tiene el límite de 2ª instancia que lleva a Roma para posteriores
instancias, como pasa en el resto de países), es ilimitada cuando se concedió no
se hizo con un final.
Ej.: algunos cabildos de ciertas diócesis de centroeuropa pueden presentar el nombre
de candidatos para el nombramiento de obispos, mientras que la norma general
es que se haga a través del nuncio.
▬▬▬
Dispensa: (c. 85-95)

1º.- Es la exención de la ley para un caso puntual temporal, es decir, de carácter transitorio.
Cuando pase el tempo de la dispensa vuelve al normal (no es indefinida, no crea norma permanente,
se agota en un tiempo determinado).

2º.- La concede la potestad ejecutiva, no la legislativa, pues es una aplicación de la ley.


Consiste en suspender la observancia de la ley en un momento determinado (c. 85). También hay
diferencia cuanto al contenido: el privilegio supone la capacidad de hacer algo que no se podía
hacer de acuerdo a ley general, algo positivo. La dispensa sin embargo es la facultad de omitir una
acción que por ley se tenía que cumplir.

3º.- Supone la posibilidad de dejar de hacer algo a lo que uno estaba obligado.

La dispensa se usa mucho más que el privilegio.

36
Ej.: la abstinencia de los viernes de cuaresma, se puede relajar para un día concreto.
Ej.: para un sacerdote o diácono la dispensa de no rezar un día o durante un periodo
determinado la Liturgia de las Horas, o una hora determinada.

CAPÍTULO V
De las dispensas
1) Concepto

● “c. 85.- La dispensa, o relajación de una ley meramente eclesiástica en un caso particular,
puede ser concedida, dentro de los límites de su competencia, por quienes tienen potestad
ejecutiva, así como por aquellos a los que compete explícita o implícitamente la potestad de
dispensar, sea por propio derecho, sea por legítima delegación."

1º.- La dispensa es una relajación de la ley, es decir, deja de obligar en un caso concreto,
aunque la ley siga existiendo y siga obligando al resto de las personas.

2º.- Es para una ley meramente eclesiástica, en contraposición a la ley divina que no es
posible dispensar. Ejemplo: no se puede dispensar de la ley divina natural que para el matrimonio
es necesaria la razón.
▬▬▬

Dentro de las leyes eclesiásticas tampoco todas las leyes meramente eclesiásticas se pueden
dispensar:

● “c. 86.- No son dispensables las leyes que determinan los elementos constitutivos esenciales
de las instituciones o de los actos jurídicos.”

Si se dispensaran no quedaría en pie la institución afectada.

Ej.: una institución jurídica es el domicilio canónico, que se obtiene por la residencia
durante un tiempo determinado. No se puede dispensar la residencia porque se
derrumbaría la propia institución del domicilio como tal.

El canon habla de elementos constitutivos de actos jurídicos:

Ej.: una sentencia emitida por un juez. Hay una ley que dice que el juez para dictar
sentencia tiene que tener certeza moral del asunto, y si no, no puede dar
sentencia afirmativa. La autoridad no puede dispensar de la certeza moral, pues
entraría la arbitrariedad y se derrumbaría el acto jurídico como tal.

3º- Es concedida por la autoridad, la dispensa no es algo automático, no evita de un acto


positivo de la autoridad (excepto en el caso de que algo sea imposible de realizar, ante la
imposibilidad nadie está obligado).
La autoridad que puede conceder la dispensa es la de todos aquellos que sin tener la potestad
ejecutiva (ej.: un párroco) les compete la potestad de dispensar (en los límites en que la tenga), sea
por el propio derecho o por legítima delegación.

Ej.: un obispo tiene potestad de dispensa y se la puede delegar a un presbítero que no


la tiene.
▬▬▬
2) Autores de la dispensa (c. 87-89)

1º.- La potestad de dispensa del obispo diocesano:

37
Derecho Canónico

● “c. 87 § 1. El Obispo diocesano, siempre que, a su juicio, ello redunde en bien espiritual de los
fieles, puede dispensar a éstos de las leyes disciplinares, tanto universales como particulares,
promulgadas para su territorio o para sus súbditos por la autoridad suprema de la Iglesia; pero
no de las leyes procesales o penales, ni de aquellas cuya dispensa se reserva especialmente a la
Sede Apostólica o a otra autoridad.”

La sede apostólica tiene la potestad de dispensar de todas las leyes.


Pero el obispo diocesano:

a) Puede dispensar para el bien espiritual de los fieles, de las leyes disciplinares, tanto
universales como particulares (tiene una potestad muy amplia de dispensar, como por ej.: de algún
canon del CIC) promulgadas para su territorio o para sus súbditos por la autoridad suprema de la
Iglesia (siempre que redunde en bien espiritual de sus fieles y no autoritarismo o exhibición).

b) No puede dispensar de las leyes procesales o penales, porque no son disciplinares.

- Las leyes procesales: son las del libro VII titulado “De los procesos”. El obispo
no puede dispensar las leyes del libro VII.

- Las leyes penales: son todas aquellas del libro VI del Código (Derecho Penal).

- Las demás son todas leyes disciplinares de las cuales se puede dispensar siempre
que no sean leyes que determinan los elementos constitutivos esenciales de las
instituciones o de los actos jurídicos.

Ni tampoco puede dispensar aquellas que están reservadas a la Sede apostólica o a otra
potestad (no hay otra por encima). Para que esté reservada tiene que decirlo expresamente.

Ej.: c. 1031 § 4: sobre la edad para la ordenación sagrada. Si falta más de un


año para la edad canónica, excede de la potestad de dispensa
del obispo diocesano.
▬▬▬
c) Los destinatarios de la dispensa del obispo:

● “c. 91.- Quien tiene potestad de dispensar puede ejercerla respecto a sus súbditos,
incluso cuando él se encuentra fuera del territorio, y aunque ellos estén ausentes del
mismo; y si no se establece expresamente lo contrario, también respecto a los
transeúntes que se hallan de hecho en el territorio, y respecto a sí mismo.”

El obispo puede dispensar respecto a sus súbditos, incluso cuando él esté fuera de la
diócesis, y aunque ellos también estén ausentes, el obispo no pierde por eso la jurisdicción, y
también pueden ser destinatarios de dispensa los transeúntes que estén en el territorio. También
respecto de sí mismo.
▬▬▬
2º.- Potestad de dispensa del ordinario del lugar:

El concepto de ordinario viene definido en el c. 134, el cual tiene tres parágrafos de los
cuales el primero se refiere al ordinario, el segundo al ordinario del lugar, y el tercero al obispo
diocesano, yendo por ese orden de mayor número de personas contenidas en la definición al menor
(el obispo diocesano sólo es uno):

● “c. 134 § 1. Por el nombre de Ordinario se entienden en derecho, además del Romano
Pontífice, los Obispos diocesanos y todos aquellos que, aun interinamente, han sido
nombrados para regir una Iglesia particular o una comunidad a ella equiparada según el
can. 368, y también quienes en ellas tienen potestad ejecutiva ordinaria, es decir, los
Vicarios generales y episcopales; así también, respecto a sus miembros, los Superiores

38
mayores de institutos religiosos clericales de derecho pontificio y de sociedades
clericales de vida apostólica de derecho pontificio, que tienen, al menos, potestad
ejecutiva ordinaria.
§ 2. Por el nombre de Ordinario del lugar se entienden todos los que se
enumeran en el § 1, excepto los Superiores de institutos religiosos y de sociedades de
vida apostólica.
§ 3. Cuanto se atribuye nominalmente en los cánones al Obispo diocesano en
el ámbito de la potestad ejecutiva, se entiende que compete solamente al Obispo
diocesano y a aquellos que se le equiparan según el can. 381 § 2, excluidos el Vicario
general y episcopal, a no ser que tengan mandato especial.”

- Ordinario: además del Romano Pontífice el obispo diocesano, todos los vicarios generales
y episcopales, y algunos superiores mayores (no todos).
- Ordinario del lugar: se hace referencia a un territorio, es una autoridad territorial. Son los
del § 1 (ordinarios) excepto los superiores mayores de los institutos religiosos. Puede dispensar sólo
de las leyes particulares, dadas por obispo diocesano, etc. Nunca de las leyes universales.
- Obispo diocesano: cuando se habla de él se excluyen todos los demás.
La potestad de dispensa del ordinario del lugar aparece contemplada en el c. 88:
▬▬▬

● “c. 88.- El Ordinario del lugar puede dispensar de las leyes diocesanas, y, cuando considere
que es en bien de los fieles, de las leyes promulgadas por el Concilio regional o provincial, o por
la Conferencia Episcopal.”
▬▬▬
3º.- La competencia del ordinario:

● “c. 87 § 2. Si es difícil recurrir a la Santa Sede y existe además peligro de grave daño en la
demora, cualquier Ordinario puede dispensar de tales leyes, aunque la dispensa esté reservada
a la Santa Sede, con tal de que se trate de una dispensa que ésta suela conceder en las mismas
circunstancias, sin perjuicio de lo prescrito en el can. 291.”

La potestad del ordinario es una potestad excepcional, se da en dos circunstancias


especiales:

a) Que sea difícil recurrir, es decir, cuando no se pueda hacer por carta, no habiendo
obligación de hacerlo por teléfono ni por correo electrónico (para salvaguardar la
confidencia del recurso). Se podría pedir por teléfono, pero no hay obligación.

b) Cuando hay peligro de grave daño por la demora. En ese caso, cualquier ordinario puede
dispensar de ellas, siempre y cuando sean leyes eclesiásticas, no procesales y no penales,
aunque la dispensa esté reservada a la Santa Sede, con tal que se trate de una dispensa que
la Santa Sede suela conceder, por lo que el ordinario tiene que conocer la praxis de la
Santa Sede.
Ej.: si se descubre a última hora de la ordenación, que falta más de un año
para cumplir la edad canónica para la ordenación sacerdotal. El obispo
no puede dispensar, pero si se descubre unos días antes y hay peligro de
daño por la demora, cualquier ordinario (que sea competente a tenor del
canon 91) puede dispensarlo, ya que es una dispensa que la Santa Sede
suele dispensar cuando lo pide el obispo diocesano.
▬▬▬

4º.- Potestad de dispensa del párroco, de los presbíteros y de los diáconos:

● “c. 89.- Elpárroco y los demás presbíteros o los diáconos no pueden dispensar de la ley
universal y particular a no ser que esta potestad les haya sido concedida expresamente.

39
Derecho Canónico

▬▬▬
La potestad del párroco es una potestad concedida por el derecho en el c. 1245:

● “c. 1245.- Quedando a salvo el derecho de los Obispos diocesanos contenido en el can. 87,
con causa justa y según las prescripciones del Obispo diocesano, el párroco puede conceder, en
casos particulares, dispensa de la obligación de guardar un día de fiesta o de penitencia, o
conmutarla por otras obras piadosas; y lo mismo puede hacer el Superior de un instituto
religioso o de una sociedad de vida apostólica, si son clericales de derecho pontificio, respecto a
sus propios súbditos y a otros que viven día y noche en la casa.”

Puede dispensar de guardar un día de fiesta o penitencia para sus fieles. Pero no los vicarios
parroquiales u otros sacerdotes.
▬▬▬

También en algunas cuestiones en el ámbito matrimonial los presbíteros y diáconos pueden


dispensar, según el c. 1079 § 2, pero en circunstancias muy especiales como son:

- En peligro de muerte.
- Cuando no es posible acudir al ordinario (cuando no se puede hacer por carta).

● “c. 1079 § 2.- En las mismas circunstancias de las que se trata en el § 1 (en peligro de muerte),
pero sólo para los casos en que ni siquiera sea posible acudir al Ordinario del lugar, tienen la
misma facultad de dispensar el párroco, el ministro sagrado debidamente delegado y el
sacerdote o diácono que asisten al matrimonio de que trata el can. 1116, § 2.”

Se puede dispensar de la forma canónica (ej.: del número de los testigos), y de los
impedimentos de derecho eclesiástico, excepto el impedimento de orden presbiteral reservado a la
Santa Sede
▬▬▬

3) Concesión de la dispensa por causa justa

● “c. 90 § 1. No se dispense de la ley eclesiástica sin causa justa y razonable, teniendo en


cuenta las circunstancias del caso y la gravedad de la ley de la que se dispensa; de otro modo,
la dispensa es ilícita y si no ha sido concedida por el mismo legislador o por su superior, es
también inválida.
§ 2. Cuando hay duda sobre la suficiencia de la causa, la dispensa se concede válida y
lícitamente.”

Es necesaria una causa justa. Hay que tener en cuenta 1º lugar el valor de la ley que protege
y en 2º lugar la situación del fiel. El legislador no puede dispensar si no tiene causa justa, pues la
ley tiene unos valores que pretende tutelar. Cuando una ley se ve muy gravosa para una persona
concreta, teniendo en cuenta que la ley es general y que si el legislador hubiese tenido presente ese
caso hubiese concedido la dispensa, se procede a otorgarla. Únicamente es inválida la dispensa
cuando hay claridad de que no había causa justa, pues habría sido un acto arbitrario. Evitando
arbitrariedad hay que ver por un lado qué valores protege la ley, y por otro lado las circunstancias, y
medir el superior entre ambos.

▬▬▬

4) Ámbito o ejercicio de la facultad de dispensar

● “c. 91.- Quien tiene potestad de dispensar puede ejercerla respecto a sus súbditos, incluso
cuando él se encuentra fuera del territorio, y aunque ellos estén ausentes del mismo; y si no se
establece expresamente lo contrario, también respecto a los transeúntes que se hallan de
hecho en el territorio, y respecto a sí mismo.”

40
Los destintarios son los subditos del territorio de la diocesis. A todos los que están en el
territorio. Y también a si mismo. Si es el parroco sus suditos son sus fieles.

▬▬▬
5) Cesación de las dispensas

● “c. 93.- La dispensa que tiene tracto sucesivo cesa de la misma forma que el privilegio, así
como por la cesación cierta y total de la causa motiva.”

Cesación de la dispensa:
 1º Por revocación de la autoridad (inferior o superior) antes de su
extinción.
 2º Por extinción
 3º Cesa automáticamente cuando cesa cierta y totalmente la causa
motiva (no hace falta que la autoridad lo diga). Pero esta cesación
tiene que ser cierta y total (para evitar los escrúpulos), cuando no es
total no cesa.
▬▬▬

Título V:
De los estatutos y reglamentos
1) Estatutos

● “c. 94.- § 1. Estatutos, en sentido propio, son las normas que se establecen a tenor del
derecho en las corporaciones o en las fundaciones, por las que se determinan su fin,
constitución, régimen y forma de actuar.”

Son normas internas que regulan la vida de las instituciones jurídicas (asociaciones de fieles,
cofradías, facultad, etc.): la finalidad, la institución, quienes forman parte de ella, etc.

● “c. 94.- § 2. Los estatutos de una corporación obligan sólo a las personas que son miembros
legítimos de ella; los estatutos de una fundación, a quienes cuidan de su gobierno.”

● “c. 94.- § 3. Las prescripciones de los estatutos que han sido establecidas y promulgadas en
virtud de la potestad legislativa, se rigen por las normas de los cánones acerca de las leyes.”

▬▬▬
2) Reglamentos

● “c. 95.- § 1. Los reglamentos son reglas o normas que se han de observar en las reuniones de
personas, tanto convocadas por la autoridad eclesiástica como libremente promovidas por los
fieles, así como también en otras celebraciones; en ellas se determina lo referente a su
constitución, régimen y procedimiento.
§ 2. En las reuniones o celebraciones, esas normas reglamentarias obligan a quienes
toman parte en ellas.”

Mientras que los estatutos son normas internas de las instituciones que obligan a los
miembros de la institución, los reglamentos son una normativa de rango inferior a los estatutos, y
tienen la función de desarrollar y concretar los estatutos.

Los estatutos tienen un carácter más estable, se modifican menos, el reglamento


necesariamente se tiene que modificar más, es más fácil de modificar el reglamento que el estatuto.
El estatuto tiene que estar siempre aprobado por la autoridad externa, mientras que el
reglamento lo tiene que aprobar la autoridad interna de la comunidad sin tener que acudir a la
autoridad externa. Si el reglamento tiene algo contra el estatuto, es inválido.
▬▬▬

41
Derecho Canónico

4.c) Personalidad y acción jurídica en la Iglesia

Título VI:
De las personas físicas y jurídicas

Sobre las personas que actúan en el ordenamiento canónico de la Iglesia.

- Concepto de persona: es el sujeto de derechos y deberes. Es aquel que puede actuar en el


mundo jurídico, el que puede obrar en el derecho, exigiendo derechos y cumpliendo deberes, y
pudiendo ser exigido por los demás. Hay dos tipos de personas:

- Persona física: el individuo, cada un de nosotros.


- Persona jurídica: la institución (ej.: una parroquia, una diócesis, una facultad, una
asociación, un instituto de vida consagrada, etc.) con derechos y deberes propios
distintos de los particulares de las personas físicas.

CAPÍTULO I:
De la condición canónica de las personas físicas

1.- Noción y adquisición de la condición canónica de persona física

● “c. 96.- Por el bautismo, el hombre se incorpora a la Iglesia de Cristo y se constituye persona
en ella, con los deberes y derechos que son propios de los cristianos, teniendo en cuenta la
condición de cada uno, en cuanto estén en la comunión eclesiástica y no lo impida una sanción
legítimamente impuesta.”

En el derecho canónico la persona física es el bautizado. No es el hecho del nacimiento el


que otorga la personalidad física sino el bautismo. Esto no significa que el derecho ignore al no
bautizado, lo que significa es que no tiene los deberes y derechos propios de los cristianos (sí tiene
los humanos, por ser persona).
Para el reconocimiento de la condición de persona física sólo se pide el bautismo válido,
aunque sea fuera de la Iglesia católica.

Todo bautizado no tiene todos los derechos y deberes, y no puede ejercitar siempre y de
cualquier manera los derechos que tiene. Las limitaciones pueden proceder de tres vías:

1) Limitación por la condición eclesial: que no se encuentre en la plenitud de la Iglesia


católica, bien por haber sido bautizado fuera de la Iglesia católica (nunca a entrado y por
tanto no le obligan las leyes eclesiásticas «c. 11») o bien porque se salió de ella mediante
herejía, apostasía o cisma (la ley eclesiástica le obliga pero no tiene todos los derechos)

2) Limitación por la condición de cada uno: aún estando en la plenitud de la Iglesia católica,
no todos los bautizados tienen los mismos derechos y deberes, ej.: el que está ordenado y
el que no lo está. También los carismas afectan a los derechos y deberes, cuando están
institucionalizados y reconocidos por la Iglesia, ej.: el estado religioso.

3) Limitación por una sanción eventual legítimamente impuesta: limita los derechos del
fiel, de hecho, la sanción tiene esa finalidad, desde la mayor como puede ser la
excomunión –que limita el hecho de la participación de los sacramentos, o la prohibición
de residir en una diócesis – a otras menores.

▬▬▬

42
Los catecúmenos: no son personas físicas, pero no se les puede considerar como no
bautizados porque están en el proceso de preparación para el bautismo (están unidos a la Iglesia).
La Iglesia los acoge como suyos, y están en un estatus especial. Se rigen por el c. 788 § 3:

● “c. 788 § 3.- Corresponde a las Conferencias Episcopales publicar unos estatutos por los que
se regule el catecumenado, determinando qué obligaciones deben cumplir los catecúmenos y
qué prerrogativas se les reconocen.”
▬▬▬

2.- Consideración de las personas físicas en razón de la edad

● “c. 97 § 1. La persona que ha cumplido dieciocho años es mayor; antes de esa edad, es menor.
§ 2. El menor, antes de cumplir siete años, se llama infante, y se le considera sin uso de
razón; cumplidos los siete años, se presume que tiene uso de razón.”

Canónicamente se es mayor de edad a partir de los 18 años, y menor de edad por debajo. El
código anterior decía 21 años pero se bajó la edad para equipararla a la mayoría de edad civil.

Se es menor de edad quien no ha cumplido 18 años. Distinguiendo dentro de este grupo otra
clasificación: Infante. Son quienes no han cumplido los 7 años.
Al infante no se le considera con uso de razón y por tanto no está sujeto a la ley eclesiástica.
Se presume que con 7 años se tiene uso de razón, aunque de no ser así la presunción cede con la
verdad.
▬▬▬

● “c. 98 § 1. La persona mayor tiene el pleno ejercicio de sus derechos.


§ 2. La persona menor está sujeta a la potestad de los padres o tutores en el ejercicio
de sus derechos, excepto en aquello en que, por ley divina o por el derecho canónico, los
menores están exentos de aquella potestad; respecto a la designación y potestad de los
tutores, obsérvense las prescripciones del derecho civil a no ser que se establezca otra cosa por
el derecho canónico o que el Obispo diocesano, con justa causa, estime que en casos
determinados se ha de proveer mediante nombramiento de otro tutor.”

La persona menor tiene derechos y deberes y necesita de los padres y tutores para ejercerlos.
Está sujeto a la patria potestad excepto en casos en que estén exentos por:

- Ley divina. El niño a partir de los 7 años puede recibir el bautismo aunque sus padres no lo
quieran. Pero no así en otros casos.

- Derecho canónico.

En principio se canoniza la ley civil a la hora de nombrar tutores, a no ser que el obispo
diocesano nombre a otro tutor.
▬▬▬
3.- Consideración de las personas físicas en razón de la mente

● “c. 99.- Quien carece habitualmente de uso de razón se considera que no es dueño de sí
mismo y se equipara a los infantes.”

Aunque tenga intervalos lúcidos, si habitualmente no tiene uso de razón se equipara a los
infantes.
▬▬▬

4.- Consideración de las personas físicas en razón de la residencia (c. 100-107)

43
Derecho Canónico

Por el lugar de residencia se adquiere un párroco propio, parroquia propia y obispo propio
(diócesis).

● “c. 100.- La persona se llama: «vecino», en el lugar donde tiene su domicilio; «forastero», allí
donde tiene su cuasidomicilio; «transeúnte», si se encuentra fuera del domicilio o
cuasidomicilio que aún conserva; «vago», si no tiene domicilio ni cuasidomicilio en lugar
alguno.
▬▬▬

1) Adquisición y pérdida del domicilio

● “c. 102 § 1. El domicilio se adquiere por la residencia en el territorio de una parroquia o al


menos de una diócesis, que o vaya unida a la intención de permanecer allí perpetuamente si
nada lo impide, o se haya prolongado por un quinquenio completo.”

Se adquiere, por tanto, por residir en un determinado territorio parroquial o diocesano. Si


una persona cambia continuamente de lugar de residencia, no tiene domicilio parroquial, pero sí lo
tendrá diocesano en caso de moverse siempre dentro de la misma diócesis.
Si una persona tiene intención de permanencia perpetua adquiere el domicilio
inmediatamente, sin tener que esperar a que transcurran los cinco años establecidos. En caso de no
tener intención de permanencia perpetua lo adquiere al haberse prolongado durante cinco años su
estancia, aunque siga teniendo la intención de cambiar de residencia.
▬▬▬

● “c. 106.- El domicilio y el cuasidomicilio se pierde al ausentarse del lugar con intención de no
volver, quedando a salvo lo que prescribe el can. 105.”

Si se tiene intención de no volver se pierde el domicilio, y si se tiene intención de volver hay


que demostrarlo objetivamente. Pero si la tiene no pierde el domicilio.
▬▬▬

El cuasidomicilio: es un domicilio más precario. Se obtiene según el c. 102 § 2, cuando se


tiene la intención de residir en él al menos tres meses, o cuando de hecho se haya estado tres meses
en él. Es bastante más fácil de conseguir que el domicilio. Una persona puede tener domicilio en un
sitio y cuasidomicilio en otro, con dos párrocos y dos ordinarios propios; el domicilio y el
cuasidomicilio son compatibles.

● “c. 102 § 2. El cuasidomicilio se adquiere por la residencia en el territorio de una parroquia o


al menos de una diócesis, que o vaya unida a la intención de permanecer allí al menos tres
meses si nada lo impide, o se haya prolongado de hecho por tres meses.”

El cuasidomicilio se pierde como el domicilio, cuando uno se ausenta con la intención de no


volver.
▬▬▬
2) Domicilio legal (c. 103-105)

En los cánones 103-105 se tienen en cuenta las diferentes categorías de personas con
domicilio legal. El domicilio legal es el que no se puede elegir libremente:

a) Los institutos religiosos y sociedades de vida apostólica (c. 103). El domicilio


legal, para los religiosos, es aquel que les corresponde por determinación de los
superiores (no pueden elegir lo que les da la gana), considerándose como
domicilio aquel al que pertenecen y cuasi-domicilio la casa donde residan a
tenor del canon 102 § 2 (por ejemplo por razón de estudios).

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b) Los esposos (c. 104): el domicilio legal, para los esposos, es el domicilio común,
pues el matrimonio está llamado a la vida en comunión, excepto en el caso de
legítima separación.

- En caso de separación legítima pueden tener cada uno su domicilio (sin


obligación de vida en común).
- En caso de causa justa, ej.: razón de trabajo, pueden tener cada uno su
domicilio, aunque con obligación de vida en común.

c) Los menores (c. 105 § 1): su domicilio es el domicilio de sus padres.

d) El sometido a tutela o curatela (c. 105 § 2): por razón distinta a la minoría de edad,
como por ej.: deficiencia mental.

3) Efectos jurídicos del domicilio (c. 107)

La norma es que el párroco y el ordinario se adquieran por el domicilio.


A cada vecino le corresponde un párroco propio y un ordinario propio. Por tanto, por el domicilio se
adquiere un superior eclesiástico. En el caso del vago el párroco y el ordinario propio serán los del
lugar donde se encuentra actualmente.

Los pertenecientes a las jurisdicciones personales tienen jurisdicción cumulativa. En el caso


de las diócesis o parroquias personales, que no son territoriales, como por ej.: Arzobispado
Castrense, Parroquia de los ingleses, etc., no se adquieren por domicilio sino por la condición de las
personas, no por el lugar de residencia sino por condición personal, viva donde viva pertenece a esa
diócesis personal si tiene esos elementos personales,

Ej.: en el caso del Arzobispado Castrense si es militar; en el caso de la parroquia


personal inglesa, que sea de nacionalidad inglesa. El militar que se casa puede
acudir a su parroquia (jurisdicción territorial) o a la diócesis castrense
(jurisdicción personal). Lo que no puede hacer es ella acudir a la castrense.

Uno puede ir a misa a donde quiera aunque jurídicamente pertenezca a una parroquia.

- Obligatoriedad de la ley particular: veamos varios ejemplos:

Ej.: c. 1115.- “Se han de celebrar los matrimonios en la parroquia donde uno de los
contrayentes tiene su domicilio o cuasidomicilio o ha residido durante un
mes, o, si se trata de vagos, en la parroquia donde se encuentran en ese
momento; con licencia del Ordinario propio o del párroco propio se pueden
celebrar en otro lugar.”

Ej.: según el c. 967, si la facultad de confesar se la da el ordinario del domicilio la


puede ejercer en todo el mundo, pero si se lo da otro ordinario particular no.

5.- Consideración de las personas físicas en razón del parentesco (c. 108-110)

El parentesco puede influir en la vida jurídica de las personas, vamos a ver varios ejemplos:

Ej.: c. 1091 “§ 1. En línea recta de consanguinidad, es nulo el matrimonio entre todos los
ascendientes y descendientes, tanto legítimos como naturales.
§ 2. En línea colateral, es nulo hasta el cuarto grado inclusive.
§ 3. El impedimento de consanguinidad no se multiplica.
§ 4. Nunca debe permitirse el matrimonio cuando subsiste alguna duda sobre
si las partes son consanguíneas en algún grado de línea recta o en
segundo grado de línea colateral.”

45
Derecho Canónico

Ej.: c. 478 § 2.- “El cargo de Vicario general y episcopal es incompatible con el de canónigo
penitenciario, y no puede encomendarse a consanguíneos del Obispo
hasta el cuarto grado.”

No pueden encomendarse cargos a parientes del obispo hasta el


cuarto grado generacional.

Ej.: c. 1298.- “Salvo que la cosa tenga muy poco valor, no deben venderse o arrendarse
bienes eclesiásticos a los propios administradores o a sus parientes hasta el
cuarto grado de consanguinidad o de afinidad, sin licencia especial de la
autoridad eclesiástica competente dada por escrito.”

Sobre la administración de los bienes de la Iglesia.

Términos relativos al parentesco:

- Consanguinidad: se denomina así al parentesco propio, la comunión de sangre en razón


de la generación:

● “c. 108 § 1. La consanguinidad se computa por líneas y grados.


§ 2. En línea recta, hay tantos grados cuantas son las generaciones o personas,
descontado el tronco.
§ 3. En línea colateral, hay tantos grados cuantas personas hay en ambas líneas,
descontado el tronco."

- La línea: es la vía por la cual se comunica la sangre, hay dos tipos:

- Línea recta: las personas que descienden una de otra.

- Línea colateral: las personas que descienden de un tronco común


pero no unas de otras.

- Los grados: son los las distancias que hay entre una persona y otra.
Ejemplos:
Antonio - Antonio y Vicente: 1er grado de consanguinidad en línea recta.
- Antonio y José: 2º grado de consanguinidad en línea recta.
Vicente Francisca - Vicente y Francisca: 2º grado de consanguinidad en línea colateral.
- Vicente y Juana: 3º grado de consanguinidad en línea colateral.
José Juana ▬▬▬

- Afinidad: es un parentesco impropio. No está basado en la línea de la sangre sino en el


matrimonio, se mide igual que la consanguinidad, con las mismas líneas y grados.

● “c. 109 § 1. La afinidad surge del matrimonio válido, incluso no consumado, y se da entre el
varón y los consanguíneos de la mujer, e igualmente entre la mujer y los consanguíneos del
varón.
§ 2. Se cuenta de manera que los consanguíneos del varón son en la misma línea y
grado afines de la mujer, y viceversa.”

Ejemplos:
Antonio

Vicente --- Rafaela Francisca--- Gabriel

José --- Carmen Juana---Federico

46
- Antonio y Rafaela: 1er grado de afinidad en línea recta.
- Antonio y Carmen: 2º grado de afinidad en línea recta.
- Vicente y Gabriel: 2º grado de afinidad en línea colateral.
- José y Federico: 4º grado de afinidad en línea colateral.
- Carmen y Federico: no hay parentesco, solo lo hay entre un esposo y los
consanguíneos del otro.
▬▬▬
Adopción

● “c. 110.- Los hijos que han sido adoptados de conformidad con el derecho civil, se consideran
hijos de aquel o aquellos que los adoptaron.”

En lo referente a la adopción se canoniza la ley civil, excepto en aquello que vaya contra el
derecho divino.

En el c. 110 se dice quién es el hijo adoptivo, pero no se habla de los efectos de la adopción
en el derecho canónico, hay que mirar otros cánones.

No hay consanguinidad sino afinidad.


▬▬▬

6.- Consideración de las personas físicas en razón del rito

Se trata de ver cómo se adquiere el rito (“rito” en el caso de la Iglesia latina puesto que es
único, “ritos” en el caso de la Iglesia oriental). El rito no es sólo el modo de celebrar la Liturgia sino
que es una Iglesia propia.

Los c. 111-112 regulan cómo se entra a formar parte de un rito (c.111) y la posibilidad de
cambio a otro rito (c.112):

● “c. 111 § 1. El hijo cuyos padres pertenecen a la Iglesia latina se incorpora a ella por la
recepción del bautismo, o si uno de ellos no pertenece a la Iglesia latina, cuando deciden de
común acuerdo que la prole sea bautizada en ella; si falta el acuerdo, se incorpora a la Iglesia
del rito al que pertenece el padre.
§ 2. El bautizando que haya cumplido catorce años, puede elegir libremente
bautizarse en la Iglesia latina o en otra Iglesia ritual autónoma; en este caso, pertenece a la
Iglesia que ha elegido.
En primer lugar, hay que decir que el rito se adquiere a través del bautismo, pero no por el
rito de la ceremonia en que se celebre el bautismo sino por la intención de los padres o la del que se
bautiza de pertenecer a un rito determinado. La intención del que se bautiza sólo se tiene en cuenta
si ha cumplido catorce años.
- Si los dos padres son de la Iglesia latina, el niño se incorpora a ella
independientemente del rito litúrgico en que se celebre el bautismo.
- Si sólo lo es uno de los padres, tienen que decidirlo de común acuerdo, y si no lo
hay, el niño se incorpora a la Iglesia del rito al que pertenece el padre.
- Si el que se bautiza es mayor de 14 años puede elegirlo libremente.

▬▬▬
Cambio de Rito:
● “c. 112 § 1. Después de recibido el bautismo, se adscriben a otra Iglesia de ritual autónomo:
1.º quien obtenga una licencia de la Sede Apostólica;
2.º el cónyuge que, al contraer matrimonio, o durante el mismo, declare que pasa
a la Iglesia ritual autónoma a la que pertenece el otro cónyuge; pero, una vez
disuelto el matrimonio, puede volver libremente a la Iglesia latina;
3.º los hijos de aquellos de quienes se trata en los nn. 1 y 2 antes de cumplir
catorce años, e igualmente, en el matrimonio mixto, los hijos de la parte católica

47
Derecho Canónico

que haya pasado legítimamente a otra Iglesia ritual; pero, alcanzada esa edad,
pueden volver a la Iglesia latina.
§ 2. La costumbre, por prolongada que sea, de recibir los sacramentos según el rito de
alguna Iglesia ritual autónoma no lleva consigo la adscripción a dicha Iglesia.

Para cambiarse es necesaria la licencia de la Santa Sede, no queda a la libre voluntad del
obispo o del patriarca. La razón de esta norma es salvaguardar los ritos y proteger de cierto
proselitismo que se pudiera dar por parte de los jerarcas.

Hay dos excepciones en las cuales es posible cambiar de rito sin pedir permiso a la Santa
Sede:
1) Con ocasión del matrimonio: el cónyuge, al contraer matrimonio, o durante el mismo,
puede libremente pasarse al rito del otro cónyuge. La razón de esta norma es la conveniencia de que
los dos esposos pertenezcan al mismo rito. Una vez que el matrimonio se disuelve por muerte de
uno de los cónyuges, el otro puede regresar a su rito original.

2) Por razón de filiación: los hijos menores de 14 años, cuando los padres pasan a otra
Iglesia ritual, pasan a ella sin pedir permiso a la Santa Sede, por razón de la conveniencia de que
toda la familia pertenezca a un mismo rito; pero alcanzada esa edad, pueden volver a la Iglesia
latina.

La costumbre de celebrar los sacramentos en otros ritos no conlleva a la adscripción a esa


Iglesia, aunque celebre los sacramentos en otro rito durante muchos años.

El cambio de rito se lleva a cabo según el c. 535, teniendo que ser anotado en el libro de
bautismo en nota marginal.
▬▬▬

CAPÍTULO II:
De las personas jurídicas

En la Iglesia hay mas personas jurídicas que físicas.


1. Noción (c. 113-114)

La persona jurídica es un organismo unitario, una institución, que está compuesto por varias
personas (corporación o asociación) o cosas (bienes).
Cuando es un conjunto de cosas se le llama fundación, y son un conjunto de bienes que
forman una unidad. Cuando es un conjunto de personas se llaman asociaciones.

Este organismo unitario es sujeto de derechos y deberes, por eso se le llama persona en la
Iglesia. Puede actuar en la Iglesia jurídicamente, de manera distinta a como lo pueden hacer las
personas que lo componen, ej.: pueden comprar una casa (la parroquia o la facultad pueden comprar
una casa, pero con el patrimonio de las personas jurídicas, no de la persona física que lo hace -el
párroco –).

La persona jurídica está ordenada a un fin determinado. El fin legitima la constitución de las
personas jurídicas, ej.: la enseñanza de la doctrina católica, la defensa de la vida, etc. Esa finalidad
ha de estar dentro de la misión de la Iglesia y ser congruente con ella.

● “c. 114 § 2.- Los fines a que hace referencia el § 1 se entiende que son aquellos que
corresponden a obras de piedad, apostolado o caridad, tanto espiritual como temporal.”

Cualquier persona jurídica debe estar dentro de estos fines generales del c.114 § 2. De no ser
así, el obispo puede que al ver que no tiene fines eclesiales lo rechace.

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El c. 113 § 1 habla de las personas morales, y habla de ese concepto dentro de las personas
jurídicas, siendo personas morales la Iglesia Católica y la Sede Apostólica. La razón de distinguirlas
consiste en la naturaleza de la personalidad: la Iglesia Católica y la Sede Apostólica lo son por la
ordenación divina. La autoridad de la Iglesia es la que constituye personas jurídicas, pero la Iglesia
Católica y la Sede Apostólica se constituyen no por un acto humano de la autoridad de la Iglesia,
sino por la ordenación divina.

La finalidad es conseguir alcanzar mejor los fines propios de la Iglesia, a saber:


Obras de piedad [Adoración nocturna]
Apostolado [Acción Católica]
Caridad [Cáritas]

2.- Constitución (c. 114, 117)

- Por intervención de la autoridad: para la constitución de una persona jurídica se requiere


siempre la intervención de la autoridad, que puede hacerlo de dos maneras:

1) A través del derecho: cuando el propio código dice qué personas lo son, ej.: el papa
constituye algunas corporaciones que pasan a ser personas jurídicas automáticamente,
como en el caso de la diócesis (que por el hecho de crearla tiene personalidad jurídica), o
el caso de la parroquia (que también). También los Institutos de Vida Consagrada, por el
mero hecho de ser creados adquieren la personalidad jurídica. O los seminarios.

Todas las demás cosas:


2) A través de un decreto específico: (acto administrativo singular)

“c. 114 § 1.- Se constituyen personas jurídicas, o por la misma prescripción del
derecho o por especial concesión de la autoridad competente dada mediante
decreto, los conjuntos de personas (corporaciones) o de cosas (fundaciones)
ordenados a un fin congruente con la misión de la Iglesia que transciende el fin de
los individuos.”

- Se tienen que dar algunos requisitos:

● “c. 114 § 3.- La autoridad competente de la Iglesia no confiera personalidad jurídica sino a
aquellas corporaciones o fundaciones que persigan un fin verdaderamente útil y que,
ponderadas todas las circunstancias, dispongan de medios que se prevé que pueden ser
suficientes para alcanzar el fin que se proponen.”

1) Que el fin, que necesariamente tiene que ser eclesial, sea verdaderamente útil para la
diócesis en donde se va a constituir la persona jurídica. No suele haber problemas
referentes a este requisito, a no ser que sea por un fin muy, muy particular.

2) Que tengan los medios suficientes para alcanzar el fin , pues la persona jurídica se
constituye para alcanzar un fin, si no sería una ficción constituirla.
La persona jurídica, constituida sin los medios suficientes, no puede pretender luego
que la responsabilidad sea de la autoridad que la aprueba, la responsabilidad es de la
propia persona jurídica, y quizá haya que disolverla.
▬▬▬

3) Que los estatutos (normas internas de funcionamiento c. 94) estén aprobados por la
autoridad de la Iglesia:

49
Derecho Canónico

● “c. 117.- Ninguna corporación o fundación que desee conseguir personalidad


jurídica puede obtenerla si sus estatutos no han sido aprobados por la autoridad
competente.”
▬▬▬
3.- División

A) En un primer nivel (c. 115 § 1), las personas jurídicas se dividen según estén formadas por:

- Un conjunto de personas: corporaciones.


- Un conjunto de cosas: fundaciones.

1) Conjunto de personas (corporaciones): en el c.115 § 2, se dice que hacen falta al


menos tres personas para su constitución. Se dividen a su vez según el poder de decisión
de sus integrantes:

● “c. 115 § 2.- La corporación, para cuya constitución se requieren al menos tres
personas, es colegial si su actividad es determinada por los miembros, que con o sin
igualdad de derechos participan en las decisiones, a tenor del derecho y de los
estatutos; en caso contrario, es no colegial.”

b) Colegial: es aquella en la que sus miembros participan en las decisiones


(normalmente por votación). Ej.: las asociaciones de fieles, las decisiones se
toman por la voluntad de la mayoría de sus miembros.

- Con igualdad de derechos: todos los miembros tienen los mismos


derechos. Todos votan con el mismo poder, ej.: las asociaciones, el
cabildo de la catedral (el voto del cabildo es igual que el de un
capitular), etc.

- Sin igualdad de derechos: hay personas jurídicas colegiales, pero una


de ellas tiene derechos específicos, ej.: cuando la decisión del
presidente vale más, e incluso tiene derecho de veto.

c) No colegial: aquella cuyas decisiones no las toman todos sus miembros, sino
el representante (que suele ser el presidente) de la persona jurídica, ej.: en la
parroquia las decisiones las toma el párroco, en la diócesis las decisiones las
toma el obispo.

2) Conjunto de cosas (fundaciones): son un conjunto de bienes determinados a un fin:

“c. 115 § 3.- La persona jurídica patrimonial o fundación autónoma consta de unos
bienes o cosas, espirituales o materiales, y es dirigida, según la norma del derecho y
de los estatutos, por una o varias personas físicas, o por un colegio.”

Los bienes los gestionan una o varias personas físicas o un colegio, éstos no forman
parte de esos bienes, son los que los gestionan, los que deciden su administración y a qué
fines se emplean, ej.: el patronato. En los estatutos aparece cómo se eligen.

▬▬▬

B) En otro nivel, las personas jurídicas: tanto los conjuntos de personas (las corporaciones) como
los conjuntos de cosas (las fundaciones), pueden ser:

- Personas jurídicas públicas.


- Personas jurídicas privadas.
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● “c. 116 § 1.- Son personas jurídicas públicas las corporaciones y fundaciones constituidas por
la autoridad eclesiástica competente para que, dentro de los límites que se les señalan,
cumplan en nombre de la Iglesia, a tenor de las prescripciones del derecho, la misión que se les
confía mirando al bien público; las demás personas jurídicas son privadas.
§ 2. Las personas jurídicas públicas adquieren esta personalidad, bien en virtud del
mismo derecho, bien por decreto especial de la autoridad competente que se la conceda
expresamente; las personas jurídicas privadas obtienen esta personalidad sólo mediante
decreto especial de la autoridad competente que se la conceda expresamente.”

La distinción está en que la persona pública: obra en nombre de la Iglesia, y la privada en


nombre propio.
La diferencia no está en que una tenga un fin eclesial y la otra no (todas están dentro del fin
de la Iglesia y aprobadas por la autoridad de la Iglesia), sino que la diferencia está en el modo de
conseguir ese fin:

- La persona jurídica pública: lo realiza en nombre de la Iglesia, como una especie de misión
que la Iglesia les confía.

- La persona jurídica privada: realiza la acción en nombre propio, persigue una finalidad
eclesial en nombre propio. Aquí la Iglesia se limita a reconocer que está en comunión con la Iglesia,
pero no le da un mandato de realizar una cierta misión. La Iglesia, a nivel teórico, tiene menor
compromiso con ella.

La persona pública nace de la iniciativa de la Iglesia. La persona jurídica privada se suele


constituir por la iniciativa de los fieles, y ante ello pide la autorización de la Iglesia.
Cabe la posibilidad, de que aún siendo la iniciativa de los fieles, a la Iglesia le interese
mucho dicha iniciativa y quiera llevarla a cabo por un mandato de la autoridad, llamándose por
tanto “pública”.

La persona privada administra los bienes de forma independiente, no interviene el obispo,


mientras que en la persona pública interviene el obispo para controlar la administración.
Por eso, hay quien dice que todas deberían ser públicas, porque todas comprometen a la vida
de la Iglesia; las privadas podrían dar problemas, pues el obispo no puede intervenir hasta que no
hay daños puesto que no tienen una vigilancia preventiva, las personas jurídicas privadas pueden
dañar a la autoridad de la Iglesia y el obispo no puede intervenir hasta que el daño está hecho.

Para saber si una persona es pública o privada hay que mirar los estatutos, a no ser en el caso
de algunas que son públicas por que lo dice expresamente el propio derecho.
Las que se constituyen por derecho pueden ser públicas o privadas, lo cual aparece en el
derecho, ej.: las parroquias, los institutos de vida consagrada, los seminarios...
▬▬▬
4.- Actividad

Las personas jurídicas actúan a través de un representante (c. 118). El representante, en el


caso de la persona colegial es el que lleva a cabo la decisión tomada por la mayoría (suele ser el
presidente), el representante en el caso de la persona no colegial actúa según su propia decisión, la
toma y la ejecuta, ej.: en una parroquia → el párroco, en una diócesis → el obispo.

El procedimiento para tomar decisiones las personas colegiales está en el c. 119 (es un
canon con el que hay que tener especial cuidado porque suele dar problemas).

● “c. 119.- Respecto a los actos colegiales, mientras el derecho o los estatutos no dispongan
otra cosa:
1.º cuando se trata de elecciones, tiene valor jurídico aquello que, hallándose presente
la mayoría de los que deben ser convocados, se aprueba por mayoría absoluta de los

51
Derecho Canónico

presentes; después de dos escrutinios ineficaces, hágase la votación sobre los dos
candidatos que hayan obtenido mayor número de votos, o si son más, sobre los dos de
más edad; después del tercer escrutinio, si persiste el empate, queda elegido el de más
edad;
2.º cuando se trate de otros asuntos, es jurídicamente válido lo que, hallándose
presente la mayor parte de los que deben ser convocados, se aprueba por mayoría
absoluta de los presentes; si después de dos escrutinios persistiera la igualdad de votos,
el presidente puede resolver el empate con su voto;
3.º mas lo que afecta a todos y a cada uno, debe ser aprobado por todos.

Hay que tener en cuenta que siempre prevalecen los estatutos, si estos no dicen nada se
acude al c. 119 como criterio subsidiario, o cuando en los estatutos hay alguna laguna.

El c. 119 distingue entre si se trata de elecciones (de secretario, de presidente, etc.), o si se


trata de otros asuntos como por ej.: vender una casa o celebrar una fiesta el día del patrono. La
normativa es distinta.

A) Normativa para las elecciones:

1) Tiene que haber quórum, tienen que estar presentes la mayoría de los que tiene derecho a
voto, si no, la elección es inválida.
Esto puede ser muy problemático, como por ej.: en el caso de las hermandades en que no va
la mayoría a las reuniones. Por ello se hace caso a los estatutos, en los que suelen aparecer dos
convocatorias: en la primer convocatoria se pide la asistencia de la mayoría, mientras que en la
segunda (celebrada normalmente un cuarto de hora más tarde que la primera) la votación es válida
con todos los que estén presentes, siempre que en los estatutos se diga que “vale cualquier número
inferior”.

2) Si hay quórum suficiente se realizan los escrutinios:

- En el primer escrutinio sale elegido el que tenga mayoría absoluta (más de la


mitad en el primer escrutinio).
- Si no hay mayoría absoluta, se realiza un segundo escrutinio, también es
necesaria en él la mayoría absoluta de los presentes (no vale la mayoría relativa).
- Si el segundo no es eficaz, se realiza un tercer y último escrutinio (no caben
más), con dos peculiaridades:

1.- Tiene candidatos limitados: los dos con mayor número de votos en el
segundo escrutinio; si hay más de dos con el mismo número de votos se hace
sobre los dos de más edad.

2.- Basta la mayoría simple, el que tenga mayor número de votos (aunque no
sean la mitad mas uno). En caso de que haya empate queda elegido el de más
edad (en algunas asociaciones, con muy buen criterio, en lugar del de más
edad dice el de mayor antigüedad en la asociación).

B) Normativa para otras decisiones:

1) En primer lugar tiene que haber quórum, el quórum es el mismo, la mayoría, o en


segunda convocatoria con un número inferior, (siempre que lo digan los estatutos).

2) Después se pasa a hacer los escrutinios:

- 1er escrutinio: se necesita el voto de la mayoría absoluta de los presentes.


- 2º escrutinio: en principio es el último, basta conseguir la mayoría relativa. En
caso de que haya empate, el presidente puede resolver el empate con su voto;
52
pero esto es sólo una posibilidad que el canon otorga al presidente, pero no se lo
impone, si no quiere hacerlo hay que pasar a una votación escrutinio, hasta que se
consiga mayoría relativa o el presidente decida resolver la paridad con su voto.

En cuestiones que afecten a todos y a cada uno, el c. 119 n. 3 dice: “3.º mas lo que afecta a
todos y a cada uno, debe ser aprobado por todos.” , es decir, la decisión ha de ser tomada por
unanimidad, no vale mayoría absoluta.
En principio, cualquier decisión que afecte a la persona jurídica afecta a todos, y por tanto,
en este punto no se está refiriendo a un acto de culto o a una venta (que afectan a todos), sino que se
refiere a que afecte a todos los miembros de la persona jurídica como individuos.

Ej.: el derecho concede a todos la facultad de votar, les afecta a todos en cuanto
individuos, no pudiéndose tomar una decisión que limite ese derecho que tienen
todos y cada uno si no es por unanimidad.

Ej.: el caso de cuando se eligen compromisarios, por ejemplo, para elegir presidente:
eso significa que todos renuncian a su derecho y lo transfieren a los
compromisarios, por lo que tiene que ser aprobado por unanimidad.

▬▬▬
5.- Cambios en la persona jurídica

A la persona jurídica le pueden afectar diversas circunstancias:

1.- Unión (c. 121): de varias personas jurídicas formando una, ej.: la unión de dos
parroquias. Es necesario la intervención de la autoridad que las ha crado.
Si se trata de asociaciones que son persona jurídica colegial, la decisión la toman los
miembros; si las dos asociaciones quieren realizar la unión, tendrán que presentar la petición a la
autoridad de la Iglesia, y la tendrá que aceptar ella. En el caso de dos parroquias es el obispo el que
lo decide, en el caso de dos diócesis es la Santa Sede la que lo tiene que decidir. Se escucha el
parecer de los miembros a que se consulta, pero no se vota nada.

En el caso de unión, los bienes pasan todos a la nueva persona jurídica, así como las cargas
(las deudas que tengan). El nombre depende de la autoridad, puede mantener los dos, uno sólo, o
ponerle un nombre distinto.

2.- División (c. 122): el canon contempla dos hipótesis:

- Que una parte de una persona jurídica se separe y se constituya en una nueva
persona jurídica, ej.: la división de una diócesis en más diócesis.

- Cabe también la posibilidad de que la parte separada se una a otra ya existente,


por tanto, división sin creación de persona jurídica nueva. Ej.: un territorio de una
diócesis pasa a otra, o un territorio de una parroquia pasa a otra al cambiar los
límites.

Para la división siempre es necesaria también la intervención de la autoridad, ej.: el obispo


diocesano en el caso de las parroquias, o la Santa Sede en el caso de las diócesis.

● “c. 122.- Cuando se divide una persona jurídica pública de manera que una parte de ella se
une a otra persona jurídica pública, o con la parte desmembrada se erige una persona jurídica
pública nueva, la autoridad eclesiástica a la que compete realizar la división, respetando ante
todo la voluntad de los fundadores y donantes, los derechos adquiridos y los estatutos
aprobados, debe procurar por sí o por un ejecutor:

53
Derecho Canónico

1.º que los bienes y derechos patrimoniales comunes que pueden dividirse, así como
las deudas y demás cargas, se repartan con la debida proporción y de manera
equitativa entre las personas jurídicas de que se trata, teniendo en cuenta todas las
circunstancias y necesidades de ambas;
2.º que las dos personas jurídicas gocen del uso y usufructo de los bienes comunes
que no pueden dividirse, y sobre ambas recaigan las cargas inherentes a esos
bienes, guardando asimismo la debida proporción, que debe determinarse
equitativamente.”

También hay que ver la cuestión de los bienes de las personas jurídicas en caso de división.
Es lo que da más problemas, tiene que determinarlo la autoridad que divide. Se tiene en cuenta el
siguiente criterio:
- Bienes divisibles: se reparten en la debida proporción y de manera equitativa
(según las necesidades reales de cada persona jurídica).
- Bienes indivisibles: ambas personas gozan del uso y usufructo de los bienes, y
sobre ambas recaen también las cargas, con el mismo criterio de
proporcionalidad equitativa, ej.: una biblioteca que si se dividiera perdería su
valor, la propiedad es de quien la autoridad diga, aunque el uso es de ambos.

Otra cuestión es la incardinación de los clérigos en caso de división de diócesis. La división


la hace la Santa Sede, que es la autoridad que divide. El criterio que se sigue es el mismo que para
los bienes temporales: proporcionalidad equitativa, teniendo en cuenta la necesidad y también en
este caso la voluntad de los interesados. ¿Cómo se conjugan?

Ej.: Podemos ver el ejemplo de la división de la diócesis de Madrid en las tres


diócesis actuales:
1) Para el criterio de proporcionalidad equitativa, cada uno quedaba
incardinado a la diócesis en cuyo territorio tenía su oficio principal. Para los
clérigos que no tenían oficio, quedaban incardinados en el lugar donde tenían
el domicilio.
2) Para el criterio de la voluntad, durante los cinco años siguientes
podían cambiar de diócesis con el consentimiento de los dos obispos, que
podían aconsejar pero no prohibir.

▬▬▬

3.- Extinción de la persona jurídica: (c. 120, 123) cuando se crea la persona jurídica, en
principio no se prevé que vaya a ser extinguida, por eso en el canon 120 dice que tiene naturaleza
perpetua. Pero puede extinguirse. En el canon 120 aparecen dos formas de extinción.

1) Supresión hecha por la autoridad: mediante decreto (acto administrativo singular), tiene
que haber causas graves, ej.: por escándalo, o porque la persona deje de ser útil (cuando
la persona no cumple sus fines). Para que la supresión sea hecha por la autoridad pueden
darse dos casos:

a. Que los componentes de la persona jurídica voten a favor de la supresión, y


presenten la voluntad de suprimirla al obispo.

b. Que el obispo decida suprimirla en contra de su voluntad, por razones graves


como por ej.: que esté haciendo daño.

2) Por cesación de su actividad por espacio de 100 años : en ese tiempo, lo normal es que el
obispo la haya suprimido antes, para velar por sus bienes, pues en cien años del cese de
la actividad corren grave riesgo.

54
¿Qué sucede con los bienes de la persona jurídica extinta?

- Si es una persona jurídica privada, van donde digan los estatutos, ej.: que se
determinen a tal o cual fin.

- En el caso de que se trate de una persona jurídica pública:


- 1er criterio: los bienes son destinados donde diga el Código de Derecho
Canónico (c. 584), ej.: para los institutos de vida consagrada los bienes
van a donde decida la Santa Sede.
- 2º criterio: si el código no dice nada, van a donde digan los estatutos.
- 3er criterio: si los estatutos no dicen nada, los bienes pasan a la persona
jurídica inmediatamente superior, ejs.: si se trata de una parroquia los
bienes pasan a la diócesis, si se trata de una diócesis los bienes pasan a la
santa sede, si es una asociación de fieles los bienes pasan a la diócesis
(pues el obispo es quien aprobó la asociación) y también las cargas.

Título VII
De los actos jurídicos
1.- Concepto

El acto jurídico es un acto de la voluntad con que la persona pretende conseguir


determinados efectos jurídicos reconocidos por la ley.

1) Acto de la voluntad: procede siempre de la voluntad interna de la persona. Tiene que


tener una manifestación externa, que ha de entrar en consonancia con la voluntad interna
que es la importante. Si la voluntad externa es falsa, errónea, no tiene valor. El hecho
jurídico es un acontecimiento que no depende de la voluntad de la persona. Ej.: un hecho
jurídico es la edad, pues no depende de la voluntad. El acto jurídico es un acto de la
voluntad.

2) El objeto de ese acto de voluntad de la persona es conseguir determinados efectos


jurídicos, que modifican los derechos y las obligaciones que tenía el sujeto, ejs.: una
compraventa, un nombramiento de párroco, etc.

3) Estas modificaciones tienen que estar reconocidas por la ley: la ley tiene que reconocer
que se pueden modificar esos derechos y deberes por la voluntad de esa persona, y
pueden ponerse requisitos formales, ej.: que el contrate se haga delante de un notario, o
que en el matrimonio haya dos testigos, etc.

2.- Elementos para la validez del acto jurídico (c. 124)

a) Nociones:

- Acto jurídico válido: el que consigue el efecto intentando, el efecto jurídico. Lo que la
persona quiere es que la ley le reconozca esta modificación de derechos, por ej.: el
nombramiento de un párroco, en el matrimonio el vínculo conyugal, etc.

- Actos rescindibles: son aquellos que la autoridad puede disolver, producen el


efecto intentado pero ha habido alguna circunstancia defectuosa. Puede hacerlo
anulable la autoridad. Ej.: el nombramiento de un párroco por un obispo puede
ser rescindible si ha habido alguna circunstancia defectuosa; donación realizada
sin la debida libertad.

55
Derecho Canónico

- Actos no rescindibles: son aquellos que una vez que surgen válidamente no se
pueden anular, por la naturaleza del acto, ej.: el matrimonio, que es indisoluble,
no lo puede rescindir la autoridad. Si se puede declarar nulo desde el principio
(aparentemente válido, pero inválido desde el principio).

- Acto jurídico inválido o nulo: el que no consigue el efecto intentado. Hay una apariencia
externa, pero con un defecto tan grave que no ha producido efecto.

- Actos inexistentes: son aquellos actos en que el defecto, la causa de invalidez, es


tan grave que faltan los presupuestos esenciales, ni siquiera se le considera acto
jurídico, al faltar incluso la voluntad de la persona dirigida a este efecto. Ha
existido simulacro. La doctrina llama a estos actos jurídicos inexistentes, por ej.:
la simulación en el matrimonio externamente se afirma, internamente no.

- Actos existentes: en ellos la voluntad está dirigida al objeto del acto jurídico, se
quiere pero faltan requisitos formales que la autoridad pone y que considera
importantísimos para el bien común, los considera esenciales. Los actos
existentes son inválidos, lo que existe es la voluntad, presupuesto del acto
jurídico, pero el acto jurídico no existe. Ej.: matrimonio inválido por defecto de
forma cuando al presbítero que asiste le falta delegación para la validez del
matrimonio, cuando no tiene la cualificación para el matrimonio es acto existente
inválido por defecto formal.
Es tan inválido como el inexistente. Esto lo distingue la doctrina, el código no
lo distingue, llama inválidos a los dos. Ambos tienen en común, a efectos
prácticos, el no conseguir el efecto buscado. Aparentemente no existe diferencia,
pero si que existe a la hora de realizar una "sanación" de un matrimonio15. Esto
ocurre en los actos existentes cuando se mantiene la voluntad.

- Acto lícito: es aquel que se realiza de acuerdo con la ley, se cumple sus requisitos.

- Acto ilícito: es aquel que se realiza contra la ley, no cumple los requisitos. El acto ilícito
puede ser válido o inválido.

b) Elementos para la validez:

Hacen falta tres elementos para la validez del acto (c. 124 § 1):

● “c. 124 § 1. Para que un acto jurídico sea válido, se requiere que haya sido realizado por una
persona capaz, y que en el mismo concurran los elementos que constituyen esencialmente ese
acto, así como las formalidades y requisitos impuestos por el derecho para la validez del acto.”

Para que un acto jurídico sea válido, se requiere que haya sido realizado por una persona
capaz, y que en el mismo concurran los elementos que constituyen esencialmente ese acto, así como
las formalidades y requisitos impuestos por el derecho para la validez del acto.

1) Capacidad de la persona: el acto se realiza por persona capaz en dos sentidos:

- Capacidad natural: la persona tiene que tener las facultades de entender y de


querer, de uso de razón y de discernimiento, de modo que el acto sea humano,
libre y responsable.
- Capacidad jurídica: la que el código exige para poner determinados actos
jurídicos. Supone la capacidad natural. Varía según el acto de que se trate. Por
15

Esto ocurre en el caso de los matrimonios "nulos" por defecto de forma, donde los esposos han mostrado verdadera
voluntad y tenían libertad suficiente. Recibe el nombre de "sanación en raíz" de matrimonio nulo.
56
ej.: para realizar un decreto hace falta ser superior con potestad ejecutiva,
mientras que para emitir una ley hace falta potestad legislativa. Hace falta la
habilidad de las personas para un acto jurídico concreto, ej.: hace falta la
habilidad para ser religioso, 21 años, sin los 21 el acto de profesión sería nulo. O
para casarse tener la edad mínima.

2) Elementos constitutivos esenciales: sin ellos no hay acto jurídico, aunque la persona sea
capaz. Son tres (res, causa y voluntad):
a. La voluntad: el acto jurídico es un acto de voluntad de la persona dirigido al
objeto, sin ésta no hay acto. Ej.: el acto realizado por violencia.
b. Objeto formal: del acto jurídico: la causa, la naturaleza del acto, aquello que uno
quiere realizar cuando realiza ese acto.
Ej.: en el matrimonio, la comunión de vida indisoluble y fiel, si va a otro fin
el acto es inválido.
Ej.: en la compraventa, la voluntad de entregar a cambio del precio, si falta
el precio es inválido.
c. Objeto material: la res hacia la cual va dirigida la voluntad, las cosas a las que va
dirigida. Por ej.: en el matrimonio, el objeto material es la persona del otro
contrayente, si falta es inválido.

3) Que se cumplan las formalidades y requisitos impuestos por el derecho para la validez
del acto (son las condiciones que impone el derecho para que sea valido además de los
anteriormente hablados): suponiendo capacidad y voluntad dirigida a aquello que
constituye esencialmente el acto que se cumplan las leyes irritantes (las que
expresamente dicen que lo son) y formalidades que exige el legislador para la validez del
acto. Ej.: para el caso del matrimonio, la forma canónica: un sacerdote debidamente
delegado y dos testigos.

Presunción de validez: el acto jurídico es el de la voluntad interna, para ser acto jurídico
debe manifestarse externamente. Se presume válido el acto jurídico debidamente realizado en
cuanto a sus elementos externos, se presupone que está bien hecho. Si no había correspondencia
entre la voluntad interna y lo manifestado externamente se tiene que demostrar.

● “c. 124 § 2. Se presume válido el acto jurídico debidamente realizado en cuanto a sus
elementos externos.”
▬▬▬

Algunas causas que hacen que el acto jurídico sea inválido:

- Violencia física: acto jurídico inválido por falta de voluntad, por violencia física
irresistible. Acto emitido por violencia física, a la que no ha podido resistir el sujeto. No es el
miedo. Por tanto, sería acto nulo, pues no ha existido voluntad interna. Son casos muy extraños.
Sería inválido aunque tuviese voluntad interna. Se tiene como acto no realizado.

● “c. 125 § 1. Se tiene como no realizado el acto que una persona ejecuta por una violencia
exterior a la que de ningún modo ha podido resistir.”

- Temor y dolo, violencia moral: (c. 125 § 2)

- Temor: acto realizado por miedo grave, ante amenaza grave sobre el sujeto si no
realiza el acto.
- Dolo: el acto realizado con engaño para que la persona realice el acto. No es dolo
sustancial, sino dolo accidental, es decir afecta aspectos accidentales del acto. El
acto es valido pues quiso lo que quiso hacer aunque haya elementos accidentales
que no eran verdaderos.

57
Derecho Canónico

Ejemplos de dolo accidental: el obispo que nombra párroco por ciertas


cualidades que sin embargo no las tiene aunque alguien se lo ha hecho creer. Otro
ejemplo: matrimonio con engaño de cualidades, la persona que se quiere casar
con otra persona de la que cree que tiene cualidades que no tiene.

En ambos casos el acto es válido porque ha habido voluntad de realizarlo.

En el primer caso, voluntad condicionada por el miedo (si el miedo fuese tan grave que le
deja sin voluntad es otro caso), ha habido voluntad en la sustancia sin embargo, el acto puede ser
rescindido por sentencia del juez por situación anómala y el juez rescinde el acto válido, sólo para
actos rescindibles.
El matrimonio no es rescindible, tiene legislación específica matrimonial para el miedo y el
dolo, que enumera hipótesis de miedo y dolo para proteger más el matrimonio, el cual compromete
más a la vida de las personas, no se aplica el c. 125. Lo mismo con la profesión religiosa.

(● “c. 125 § 2. El acto realizado por miedo grave injustamente infundido, o por dolo, es válido, a
no ser que el derecho determine otra cosa; pero puede ser rescindido por sentencia del juez,
tanto a instancia de la parte lesionada o de quienes le suceden en su derecho, como de oficio.”)

- Error e ignorancia: (c. 126)

- Error: juicio positivo falso.


- Ignorancia: carencia de conocimiento.

Hay error e ignorancia sustancial y accidental:

- Sustancial: cuando afecta a la sustancia del acto, cuando afecta al objeto formal o
material. Falta la voluntad dirigida al objeto del acto. No concuerda la voluntad
interna con la expresión valida. Ej. de error formal o material: formal → el
obispo que nombra vicario parroquial y está nombrando vicario episcopal,
material → el obispo que nombra a un presbítero y en la forma firma a otro. El
acto es inválido.
- Accidental: aquel que recae sobre las cualidades del acto. Afecta a elementos
accidentales. Cuando es error accidental el acto es válido, porque el objeto de la
voluntad se corresponde con la sustancia, a menos que recaiga sobre una
condición sine qua non (sin la que no), en que la cualidad entra a formar parte de
la sustancia del acto por la voluntad del que realiza el acto, la pone como objeto
sustancial, la quiere con la misma intensidad que la voluntad del acto. También
podría ser inválido porque la voluntad del que realiza el acto así lo quiere.
▬▬▬

- Por ausencia de consentimiento o consejo para que el superior realice determinados actos
(c. 127). Mientras las anomalías anteriores tenían a haber con la voluntad aquí es distinto. El
derecho le obliga a pedir consejo o consentimiento de personas. El consejo no es vinculante,
mientras que el consentimiento sí lo es, no puede actuar sin el consentimiento de esas personas.
La mayor parte de las veces el superior no tiene que pedir ni siquiera consultar un
consentimiento. Es apenas para algunos casos particulares: venda de patrimonio, suprimir una
parroquia, etc.

El canon 127 § 1 regula la manera de proceder para obtener el consejo de un grupo o de un


colegio:

● “c. 127 § 1. Cuando el derecho establece que, para realizar ciertos actos, el Superior necesita
el consentimiento o consejo de algún colegio o grupo de personas, el colegio o grupo debe
convocarse a tenor del can. 166, a no ser que, tratándose tan sólo de pedir el consejo,

58
dispongan otra cosa el derecho particular o propio; para la validez de los actos, se requiere
obtener el consentimiento de la mayoría absoluta de los presentes, o bien pedir el consejo de
todos.”

- El superior convoca al grupo e informa del orden del día, no individualmente,


esto es importante porque en el grupo tiene que haber una deliberación previa, y
tienen que ser convocados todos y acudir deben acudir a la convocatoria la
mayoría, no cabe quórum inferior.
- Se requiere mayoría absoluta para obtener el consentimiento, sin ella no pueden
realizar el acto. El Obispo o superior no puede votar en esta solicitud de
consentimiento por no pertenecer a ese colegio o grupo. El consentimiento es
vinculante.
- A raíz del canon se preguntó si el superior podía votar con el colegio al menos
para dirimir la paridad: la comisión de intérpretes resolvió que no, ni siquiera
para dirimir la paridad (es caso distinto al c. 119), pues no es un acto colegial
sino un acto personal del superior para el que previamente necesita el
consentimiento o el consejo del colegio o del grupo de personas. Son dos
instancias distintas:
- Sin el consentimiento el superior no puede actuar, (si lo tiene, no está
obligado a actuar).
- Si tiene que pedir el consejo (el consejo no es vinculante), tiene que
pedirlo de todos los presentes y tiene que hacerlo en conjunto. Tiene que
acudir a la convocatoria la mayoría y oír a todos.

El c. 127 § 2, se ocupa de cuando el consentimiento lo tiene que pedir a personas


individuales. En este caso no hay convocatoria de grupo, necesita el consentimiento de todos y cada
uno de ellos (cuando es del consejo tiene que escuchar a todos los del consejo). No vincula
jurídicamente, sí moralmente. Deberá:

pedir el consentimiento individualmente a cada consejero (no hay que reunirlas).

obtener el consentimiento unánime de todos los consejeros

Por tanto, hay casos en que el superior necesita el consentimiento y no sólo el consejo, ej.: el
c. 1292, referido a actos de enajenación de bienes; en otros casos el superior necesita el consejo y
no el consentimiento,
Ej.: c. 515.2 § 2. “Corresponde exclusivamente al Obispo diocesano erigir, suprimir
o cambiar las parroquias, pero no las erija, suprima o cambie notablemente sin
haber oído al consejo presbiteral.»

Cuando el código dice “oído” se trata sólo del consejo, nada más, no del
consentimiento. No vincula el parecer de este organismo.
El requisito de tener que pedir el consentimiento para actuar se suele aplicar al obispo en las
diócesis y al superior de los institutos de vida consagrada. En el caso de parroquias se aplica al
párroco, pero lo normal no es que tenga que pedir el consentimiento sino el consejo (según la
fórmula vista: “oído...”).

En el caso de pedir el consejo, se pide el consejo individual de todos y cada uno.

● “c. 127 § 3. Todos aquellos cuyo consentimiento o consejo se requiere están obligados a
manifestar sinceramente su opinión, y también, si lo pide la gravedad de la materia, a guardar
cuidadosamente secreto, obligación que el Superior puede urgir.”

Trata sobre la responsabilidad de los consejeros. Se ponen dos requisitos:

59
Derecho Canónico

- Por parte del consejero, manifestar sinceramente su opinión, y no de hablar


simplemente dando la razón al superior ó decirle lo que éste quiere escuchar,
aunque tampoco se trata de denegarle algo para fastidiarle. Se está pidiendo ser
sinceros en la opinión sin dejarse condicionar. Por parte del superior hay
obligación de informar completamente a los consejeros.
- Puede haber obligación de guardar secreto.
▬▬▬

● “c. 128.- Todo aquel que causa a otro un daño ilegítimamente por un acto jurídico o por otro
acto realizado con dolo o culpa, está obligado a reparar el daño causado.”

El c. 128 trata sobre el acto nocivo: es aquel acto jurídico que se realiza contra la ley y que
causa daño a otros. Cuando se ha causado un daño por realizar un acto contra la ley, el que lo ha
realizado está obligado a reparar los daños, ej.: cuando el superior no responde en tres meses a una
petición o a un recurso y causa daño con ello, está obligado a reparar los daños.
▬▬▬

4.d) La potestad de régimen y los oficios eclesiásticos

Título VIII
De la potestad de régimen

La potestad de régimen existe en la Iglesia por voluntad de Cristo, por eso es institución
divina. Es una cuestión divina. Esta potestad de régimen se llama también jurisdicción.

1. El Sujeto hábil

El c. 129 trata sobre quién es el sujeto hábil para tener la potestad de gobierno en la Iglesia.
Es el canon más importante de todos los que tratan sobre este tema, por la problemática teológica
que tiene:

El problema es la vía de transmisión de la potestad de gobierno. ¿Quién gobierna la Iglesia?


¿La potestad de gobierno se transmite a través del sacramento del orden? Si fuera así, el laico no
podría tener potestad de régimen, pues no tendrían la potestad radical. De no ser así, si no se
transmitiera a través del sacramento del orden, los laicos podrían tenerla. No es una cuestión
totalmente resuelta.

Para redactar este canon, en 1977 se pidió un parecer a la Congregación para la Doctrina de
la Fe. Había padres que según la posición tradicional, pensaban que la potestad de gobierno se
transmite por una determinación positiva de la autoridad de la Iglesia (no por el sacramento del
orden), mientras que otro sector (hoy día mayoritario) defendían – apoyándose en el Concilio
Vaticano II – que la potestad de gobierno se transmite por el sacramento del orden. La pregunta es
¿pueden los laicos participar de la potestad de gobierno? Cuando en 1976 se preguntó a la
Congregación, la Doctrina de Fe contestó, en 1977, que atendiendo a la situación actual de la
evolución doctrinal, no se podía dar una respuesta precisa.
Esto llevó a dos interpretaciones, y a que en el mismo Código haya cánones contradictorios.
Algunos cánones niegan a los laicos la potestad de gobierno y otros se la dan directamente.

En el c.129, el principio general es que sólo tienen dicha potestad los ministros ordenados.

● “c. 129 § 1. De la potestad de régimen, que existe en la Iglesia por institución divina, y que se
llama también potestad de jurisdicción, son sujetos hábiles, conforme a la norma de las
prescripciones del derecho, los sellados por el orden sagrado.”

60
Los partidarios de la potestad sacramental deducen que el c.129 es una determinación
excluyente, que excluye que los lacios puedan participar en la potestad de gobierno de la Iglesia.
Mientras que los partidarios de la otra posición, es decir, que la potestad de gobierno se
transmite por una determinación positiva de la autoridad de la Iglesia, dicen que lo que señala éste
canon es el principio general, pero que los laicos pueden tenerla también por la autoridad de los
ordenados, que los laicos pueden participar de forma subordinada y dependiente de la potestad de
los ordenados. Esta posición no excluye que los laicos puedan participar de forma limitada por vía
subordinada (no sacramental) de modo que así habría unidad entre las potestades de orden y de
jurisdicción. Además está el parágrafo segundo de este canon, que dice que:

● “c. 129 § 2. En el ejercicio de dicha potestad, los fieles laicos pueden cooperar a tenor del
derecho.”

Los partidarios de la transmisión sacramental dicen que es una cooperación externa, sin
participar de la potestad. Mientras, los partidarios de la otra teoría dicen que esta cooperación no es
sólo externa sino interna, aunque muy limitada y subordinada pero pudiendo llegar a tomar
decisiones, no sólo limitándose a aconsejar, pues interpretan que el parágrafo 1 no está excluyendo
a los laicos.
En un primer momento, el § 2 decía “pueden tener parte”, pero era demasiado evidente que
entonces la cooperación sería interna, y en su lugar se puso “pueden cooperar” para que se pudiera
interpretar de una u otra forma, la palabra “cooperar” es deliberadamente ambigua.
En resumen, El canon 129 § 1 dice que los únicos sujetos hábiles son los ministros
consagrados, en el § 2 se dice que los laicos pueden cooperar con quien tiene la potestad, pero sin
ponerla ellos mismos. Poden cooperar desde dentro o poden cooperar desde fuera. Siempre
participando de manera pequeña y subordinada a los clérigos.

Potestad de orden y de jurisdicción quiso Cristo que tuvieran una unidad, dándosela a los
ministros (se de o no ésta por el sacramento del orden). Por eso la postura de la transmisión por vía
sacramental está más de acuerdo con esto, aunque el que se transmita no quiere decir que se pueda
ejercer, pues puede estar impedida para la validez.
Así, por ej.: el misterio petrino se transmite por el ministerio del orden, pero no se puede
ejercer hasta que no se es elegido como Romano Pontífice; la potestad queda expedita para el
ejercicio al ser elegido, el papa por la elección no recibe la potestad sino que queda libre para su
ejercicio.
Según esto todos los obispos la tendrían, esta es la dificultad que tiene esta teoría, pero tiene
la ventaja de la unidad de la potestad (de orden y de jurisdicción). Excluye necesariamente y
completamente al laico de la potestad de gobierno.
Otro ej.: según la teoría de la transmisión sacramental, el Obispo tiene potestad, pero no
puede ejercerla hasta que no se le da una diócesis, con el nombramiento se libera la capacidad de
ejercerla. La otra teoría dice que la potestad y el ejercicio se dan con el nombramiento.

▬▬▬
Sobre el mismo tema…
En el código hay cánones contradictorios:

● “c. 274 § 1. Sólo los clérigos pueden obtener oficios para cuyo ejercicio se requiera la
potestad de orden o la potestad de régimen eclesiástico.

Mientras que el c. 129 tiene las dos interpretaciones, el c. 274 excluye a los laicos. Los que
defienden la extrasacramentalidad dicen que lo afirmado en este canon es por derecho positivo, que
prohíbe, porque el canon lo ha querido así.
▬▬▬
Sin embargo, el canon 1421 § 2 dice:

61
Derecho Canónico

● “c. 1421 § 2. La Conferencia Episcopal puede permitir que también los laicos sean nombrados
jueces, uno de los cuales, en caso de necesidad, puede integrar el tribunal colegiado.”

Por tanto, el juez laico puede sentenciar, aunque con limitaciones. Lo nombra la conferencia
episcopal, no el obispo diocesano, y lo puede ser de un tribunal colegial (compuesto por tres jueces,
o sea, dos presbíteros y un laico) – no de uno unipersonal –.
El laico, es uno de los tres jueces, y no puede serlo personalmente, pero es tan juez como los
demás. Es un canon contradictorio con el c. 274.

Esta contradicción se debe a la falta de consenso doctrinal respecto a la cuestión de fondo: si


el laico puede ser sujeto hábil o no. También los que lo defienden dicen que de manera muy
limitada y dependiendo del ministro consagrado.
▬▬▬
2.- Potestad ordinaria y potestad delegada

- Potestad ordinaria: es la que va unida a un oficio, el nombramiento para determinados


oficios lleva consigo la potestad, no hace falta ningún otro acto. Es una potestad estable. Basta ser
nombrado, y el titular de ese oficio tiene potestad ordinaria. Ej.: el obispo diocesano tiene potestad
ordinaria en el ámbito del oficio. También es el caso del Vicario episcopal, que ejerce la potestad en
virtud del oficio que tiene. Dependiendo del oficio que se tenga, la potestad ordinaria se divide en:

- Potestad ordinaria propia: la que viene dada con un oficio propio. El oficio propio
es el autónomo, el que no depende de otro, ej.: el obispo diocesano, Romano
Pontífice, etc.

- Potestad ordinaria vicaria: la que viene dada con un oficio vicario. El oficio vicario
es el que depende de otro de modo que forma unidad con otro oficio, ej.: el vicario
episcopal, que forma unidad con el obispo diocesano. Se actúa en nombre de otro.

En ambos casos, la potestad es ordinaria, va unida al oficio.

En el caso del que realiza actos con potestad vicaria, dichos actos se atribuyen al que los
hace, ej.: en el caso del vicario episcopal, éste es responsable de los actos que realiza, no el obispo,
aunque ambos formen una unidad.

- Potestad delegada: es la que se concede directamente a la persona, independientemente


del oficio que tenga. El obispo la delega, puede conceder la potestad a alguien sin nombrarle un
oficio determinado, ej.: se puede delegar la potestad para levantar la excomunión en caso de aborto.

3.- Sujetos con potestad de régimen

Concepto de Ordinario [c. 134].


Son los que tienen potestad de gobierno ejecutiva.

1) El ordinario: (c. 134 § 1) es aquel que tiene la potestad de gobierno ordinaria, es decir,
por la titularidad de su oficio; al menos la potestad ejecutiva. Según el c. 134 § 1 son ordinarios:

● “c. 134 § 1. Por el nombre de Ordinario se entienden en derecho, además del Romano
Pontífice, los Obispos diocesanos y todos aquellos que, aun interinamente, han sido nombrados
para regir una Iglesia particular o una comunidad a ella equiparada según el can. 368, y
también quienes en ellas tienen potestad ejecutiva ordinaria, es decir, los Vicarios generales y
episcopales; así también, respecto a sus miembros, los Superiores mayores de institutos
religiosos clericales de derecho pontificio y de sociedades clericales de vida apostólica de
derecho pontificio, que tienen, al menos, potestad ejecutiva ordinaria.”

El concepto de “ordinario” es el más amplio, comprende:


62
1) El Romano Pontífice: tienen jurisdicción en toda la Iglesia.

2) Los obispos diocesanos: tienen jurisdicción en su diócesis (para las Iglesias


particulares).

3) Todos los que interinamente han sido nombrados por sede vacante para regir una
Iglesia particular, equiparados a obispos diocesanos.

4) Todos los que gobiernan una comunidad equiparada a una Iglesia particular: (c.
368), prelaturas apostólicas, vicariatos, etc.)

5) Todos los vicarios generales y episcopales: con potestad ordinaria vicaria.

6) Los superiores mayores: aquellos que gobiernan todo un instituto religioso o una
provincia (superior provincial). Queda excluido el superior local (de una
comunidad).
- Tiene que tratarse de institutos religiosos clericales (aquellos en que la
mayoría son clérigos).
- Tienen que tratarse además de institutos de derecho pontificio.

7) Superiores mayores de sociedades de vida apostólica clericales y de derecho


pontificio.

Los superiores mayores son ordinarios para los miembros de su instituto o de su sociedad
apostólica. El obispo y los vicarios, son ordinarios dentro de su diócesis.

2) El ordinario del lugar: (c. 134 § 2) es un concepto más restringido que el anterior,
excluye a los superiores, puesto que estos no tienen territorio, sino que son personales.

● “c. 134 § 2. Por el nombre de Ordinario del lugar se entienden todos los que se enumeran en
el § 1, excepto los Superiores de institutos religiosos y de sociedades de vida apostólica.

3) El obispo diocesano: (c. 134 § 3):

● “c. 134 § 3. Cuanto se atribuye nominalmente en los cánones al Obispo diocesano en el


ámbito de la potestad ejecutiva, se entiende que compete solamente al Obispo diocesano y a
aquellos que se le equiparan según el can. 381 § 2, excluidos el Vicario general y episcopal, a
no ser que tengan mandato especial.

Quedan excluidos todos los vicarios a no ser que tengan un mandato especial del obispo en
el ámbito de la potestad ejecutiva (no en el ámbito de la judicial o de la legislativa). Ej.: la creación
de una parroquia está atribuida al obispo diocesano, no puede hacer un vicario si no es con un
mandato especial.
El mandato especial puede ser particular (para un acto) o general (para hacer todos los actos
de la diócesis), ej.: en Madrid, los obispos auxiliares tiene mandato especial general, pueden hacer
todos los actos que competen al obispo diocesano.

▬▬▬
4.- La triple Potestad de gobierno

● “c. 135 § 1. La potestad de régimen se divide en legislativa, ejecutiva y judicial.”

63
Derecho Canónico

Como ya hemos visto, la legislativa es aquella que tiene el legislador para promulgar leyes,
la ejecutiva es aquella autoridad que se tiene para aplicar las leyes, y la judicial es aquella que
tienen los jueces para dirimir controversias (obligando a través de una sentencia judicial).

Aquí, de manera muy breve, se dan normas sobre cada una de las potestades, sobre todo de
la ejecutiva:

a) Potestad legislativa: en el c. 135 § 2. aparecen los siguientes requisitos:

● “c. 135 § 2. § 2. La potestad legislativa se ha de ejercer del modo prescrito por el derecho, y
no puede delegarse válidamente aquella que tiene el legislador inferior a la autoridad suprema,
a no ser que el derecho disponga explícitamente otra cosa; tampoco puede el legislador inferior
dar válidamente una ley contraria al derecho de rango superior.

Potestad legislativa [c. 135 § 2]. Es aquella que provocan las leyes. Todas las otras potestades están
bajo esta.
1) Se ha de ejercer del modo prescrito por el derecho, si no, el acto es ilegítimo y a veces
inválido. El derecho de la potestad legislativa está prescrito en los c. 7-22.

2) No se puede delegar válidamente la potestad legislativa que tiene el legislador inferior a


la autoridad suprema, y además esto cuenta para la validez. Es decir, el delegado no tiene potestad
para delegar, si se hiciera y ese subdelegado impusiera una ley, ésta sería inválida, por hacerlo una
persona sin potestad.
Con esto, el código quiere que la potestad legislativa la ejerza el legislador personalmente, a
no ser que sea la autoridad suprema la que delegue la potestad legislativa, es decir, el Romano
Pontífice, por ej.: a un dicasterio de la Santa Sede. El obispo diocesano y todos los demás, no
pueden delegarla.

3) Principio jerárquico: el legislador inferior no puede dar válidamente una ley contraria al
derecho de rango superior. No pueda dar una ley que esté contra el Código. Por tanto, según el
principio jerárquico normativo, las leyes inferiores no pueden ser contrarias a las superiores, y es
algo que afecta a su validez. Ej.: el código es ley de rango superior, la ley particular del obispo
diocesano tiene que estar dentro de ese marco, la ley contraria sería inválida.
A veces, el código permite que la ley particular sea contraria, eso no se puede decir que sea
“contrario” porque el código lo permite y por tanto es válido.

b) Potestad judicial: en el c. 135 § 3 aparecen los siguientes requisitos:

● “c. 135 § 3. La potestad judicial que tienen los jueces o tribunales se ha de ejercer del modo
prescrito por el derecho, y no puede delegarse si no es para realizar los actos preparatorios de
un decreto o sentencia.

Dirimir controversias.

1) Se ha de ejercer del modo prescrito por el derecho. El derecho de la potestad judicial se


encuentra en el Libro VII del Código.

2) No puede delegarse, a no ser para realizar los actos preparatorios de un decreto o


sentencia, que no consisten en tomar la decisión.
La potestad judicial la tienen el papa para toda la Iglesia, el obispo diocesano para toda la
diócesis, y los jueces que tienen la potestad judicial ordinaria (los jueces no son delgados, tienen la
potestad por oficio). Lo lógico es que la potestad judicial la ejerzan siempre los jueces, y no el papa
o el obispo, sino los jueces de la Santa Sede o de la diócesis, ya que es una potestad muy delicada y
es mejor que no la ejerzan el papa o los obispos personalmente pues esto puede dar lugar a
conflictos.

64
▬▬▬

c) Potestad ejecutiva:

1.- El ámbito de ejercicio

● “c. 136.- Se puede ejercer la potestad ejecutiva, aun encontrándose fuera del territorio, sobre
los propios súbditos, incluso ausentes del territorio, si no consta otra cosa por la naturaleza del
asunto o por prescripción del derecho; también sobre los peregrinos que actualmente moran en
el territorio, si se trata de conceder favores o de ejecutar las leyes universales y las particulares
que sean obligatorias para ellos según la norma del can. 13 § 2, n.2 .”

Urgir su cumplimiento. Aplicar la ley.


Se establece una distinción respecto al destinatario del acto de potestad, según sea súbdito de
esa autoridad o no. El criterio de ser súbdito viene dado por tener el domicilio o cuasidomicilio
dentro del territorio de la jurisdicción.

1) Respecto a los súbditos: el ejercicio de la autoridad ejecutiva no está limitado, aunque el


obispo diocesano se encuentre fuera de la diócesis, o aunque sean los súbditos los que estén fuera
del territorio. Si por ej.: están haciendo una peregrinación con el obispo, éste tiene potestad sobre
ellos y además sobre los que están en la diócesis, aunque él esté fuera en ese momento.

2) Respecto a los no súbditos: el principio general es que no se puede ejercer la potestad


sobre ellos, excepto cuando las personas se encuentren ocasionalmente en su territorio, en cuyo caso
se puede ejercer la potestad sobre ellos pero sólo en dos casos:

- Si se trata de conceder favores, ej.: a un sacerdote que esté ocasionalmente en


una diócesis que no es suya, pongamos que de vacaciones, el obispo no le puede
nombrar párroco, pero le puede conceder dispensas, como por ejemplo la de no
guardar la abstinencia en viernes de cuaresma.

- Para urgir el cumplimiento de leyes que a esa persona ya le obligan (no las
particulares de ese territorio), ej.: le puede urgir que celebre bien la Eucaristía de
acuerdo con el ritual.

▬▬▬

2.- La posibilidad de delegación de la potestad ejecutiva

● “c. 137 § 1. La potestad ejecutiva ordinaria puede delegarse tanto para un acto como para la
generalidad de los casos, a no ser que en el derecho se disponga expresamente otra cosa.

La posibilidad de delegación es distinta a la legislativa y a la judicial. La potestad ejecutiva


sí se puede delegar, para un acto concreto (ej.: una dispensa, levantar la excomunión a una persona
concreta, etc.) o para la generalidad de los casos (ej.: para levantar la excomunión a cualquiera). El
delegante es la persona que tiene la potestad de oficio.

Es posible la subdelegación (c. 137 § 2 y § 3), pero con más limitaciones, cuando el que ha
sido delegado transmite la potestad que ha recibido (aunque con muchas limitaciones). Para la
subdelegación se distingue entre si el delegante ha sido la Santa Sede o una autoridad inferior.

1) Para el caso de que la Santa Sede sea el delegante:

65
Derecho Canónico

● “c. 137 § 2. La potestad ejecutiva delegada por la Sede Apostólica puede subdelegarse,
tanto para un acto como para la generalidad de los casos, a no ser que se haya atendido a las
cualidades personales, o se hubiera prohibido expresamente la subdelegación.”

En principio, como criterio general no hay límite para subdelegar una potestad delegada por
la Santa Sede, tanto para un caso como para varios casos, a no ser que se le haya puesto la
condición de que no delegue ó cuando se le prohíba.

2) Para el caso de que el delegante sea una autoridad inferior a la Santa Sede: la
subdelegación está más restringida:

● “c. 137 § 3. La potestad ejecutiva delegada por otra autoridad con potestad ordinaria que fue
delegada para todos los asuntos sólo puede subdelegarse para cada caso; pero si fue delegada
para un acto o actos determinados, no puede subdelegarse sin concesión expresa del
delegante.”

Se distingue entre si es general o para un caso concreto. La potestad delegada puede ser
subdelegada para un caso concreto, ej.: un obispo diocesano delega a un presbítero para dispensar
los casos de impedimentos matrimoniales, ese presbítero delegado podría subdelegar para un caso
concreto. Quien tiene delegación para un caso concreto no la puede subdelegar, tiene que realizar la
dispensa él.

La posibilidad de una segunda subdelegación queda excluida en el c. 137 § 4, a no ser que lo


conceda expresamente el delegante.

Es un canon importante porque afecta a la validez del acto de potestad realizado, ya que
afecta a la capacidad de la persona para realizar el acto jurídico de potestad. La persona tiene que
ser hábil para realizarlo.

▬▬▬

3.- Extinción de la potestad ejecutiva (c. 142 -143)

1) Extinción de la potestad ordinaria:

● “c. 143 § 1. La potestad ordinaria se extingue por la pérdida del oficio al que va aneja.”

Es el modo más sencillo y único. Ej.: Cuando el obispo diocesano es trasladado de diócesis,
pierde la potestad para esa diócesis que deja.

● “c. 143 § 2. A no ser que el derecho disponga otra cosa, la potestad ordinaria queda
suspendida cuando legítimamente se apela o se interpone recurso contra la privación o
remoción del oficio.”

Cuando el que tiene la potestad ordinaria es privado del oficio y presenta recurso por no
estar de acuerdo, la potestad queda suspendida, la sigue teniendo pero no la puede ejercer, sigue
siendo el titular del oficio pero no puede ejercerlo. Es un caso muy especial.

▬▬▬

2) Extinción de la potestad delegada: en el canon c.142 aparecen seis modos de extinción de


la potestad delegada, dependiendo del modo en que se delegó:

● “c. 142 § 1. La potestad delegada se extingue: una vez cumplido el mandato; transcurrido el
plazo o agotado el número de casos para los que fue concedida; al haber cesado la causa final

66
de la delegación; por revocación del delegante intimada directamente al delegado, y también
por renuncia del delegado presentada al delegante y aceptada por éste; pero no se extingue por
haber cesado la potestad del delegante, a no ser que conste así en las cláusulas puestas al
mandato.
§ 2. Sin embargo, el acto de potestad delegada que se ejerce solamente en el fuero
interno es válido aunque, por inadvertencia, se realice una vez transcurrido el plazo de la
concesión"

1.- Al cumplir el mandato: realizado el acto de potestad para el que se delegó. Ej.: el obispo
al delegar una dispensa matrimonial, una vez hecho el acto, cesa.

2.- Transcurrido el plazo: para la potestad delegada temporal. Ej.: para el caso de
levantamiento de la excomunión por motivo de aborto, durante el año jubilar varios
sacerdotes tenían dicha potestad, la cual cesó al acabar el año jubilar.
El canon 142 § 2 sale al paso a favor de la persona afectada en las situaciones en que
el sacerdote olvide la fecha del cese de la potestad, de manera que el sacerdote tiene
prórroga jurídica mientras dure la inadvertencia, pues el acto se realiza en el fuero interno,
para que la inadvertencia del sacerdote no perjudique al penitente.

3.- Agotado el número de casos para los que fue concedida: se refiere aun modo de delegar
la potestad para un número de casos. Es un modo muy raro y peligroso pues obliga a llevar
la cuenta del número de veces de que se hace uso de la potestad.

4.- Al haber cesado la causa final de la delegación: se refiere a antes de ejercer el acto de
potestad. Ej.: si el obispo concede delegación para dispensar de un impedimento
matrimonial, y antes del matrimonio los novios deciden no casarse, se extingue la potestad
para ese caso.

5.- Por revocación (privación de la potestad): antes de que el delegado realice el acto. La
revocación es un acto libre del delegante, no está sujeto a recurso, la revocación de la
potestad delegada es un acto libre del delegante intimada directamente al delegado.

6.- Por renuncia presentada al delegante por el delegado y aceptada por éste: no vale con
presentarla, tiene que ser aceptada.

No se extingue por haber cesado la potestad del delegante, a no ser que conste así en las
cláusulas puestas al mandato. Se refiere a que no se pierde cuando cesa el que delegó, el delegado
no la pierde, ej.: no se extingue aunque el obispo que la delegó sea cambiado de potestad. A no ser
que se le delegara de esa manera, es decir, que en el mandato diga que dura mientras él tenga la
potestad.
▬▬▬
4) Suplencia de la Iglesia (c. 144)

Es un punto muy importante, asegura la validez de algunos actos que de por sí serían
inválidos, por el bien de los fieles. La Iglesia suple en esos actos. El objeto de la suplencia es la
potestad ejecutiva, y también una serie de facultades jurídicas que de por sí no son potestad
ejecutiva sino necesarias para realizar algunos actos, ej.: la facultad para confesar, para confirmar y
para asistir matrimonios.
La Iglesia no suple en los casos de: Potestad de orden; Potestad legislativa; Potestad judicial.
No se suple la ausencia del Orden Sagrado, se suple la carencia de facultad jurídica del sacerdote, se
suple la facultad que no se tiene. Consiste en que la Iglesia otorga la potestad o facultad que no
tiene, ¿cómo? A través del derecho en el momento en que va a realizar el acto, por el c. 144.
De esa manera, cuando realiza el acto, lo realiza con facultad, porque la Iglesia se la ha dado
a través del derecho. Es potestad suplida, ni ordinaria ni delegada, es un modo extraordinario de
concesión de la potestad o facultad.

67
Derecho Canónico

Se tienen que cumplir una serie de requisitos:

1) Error común: es el error de la comunidad, no es el error del ministro; puede ser de hecho
o de derecho, la Iglesia suple en ambos casos. La Iglesia suple en los casos de error común, es
decir, cuando toda la comunidad pensaba que el sujeto poseía la facultad16:

- Error común de hecho: cuando la comunidad ha errado. Ej.: cuando un sacerdote


no tiene la capacidad de confesar y todos se confiesan con él.

- Error común de derecho: cuando la comunidad no ha errado porque no estaba


presente, pero se dan las circunstancias en que si la comunidad estuviera presente
habría caído en el error. Ej.: cuando sólo se ha confesado un penitente, no es
error de la comunidad porque sólo hay uno, pero si hubiera habido más, todos
habrían pensado que podían confesarse con ese sacerdote.

En ambos casos, la Iglesia suple, otorga la autoridad para confesar en ese momento. No
influye la actitud del confesor, el que él sepa o no sepa que no tiene la facultad de manera ordinaria
o delegada.
El caso de error común es suficiente para la mayoría de los casos, únicamente no habría
suplencia por mala fe de la comunidad, que sabiéndolo lo haga por querer desobedecer.

2) La duda positiva y probable: es una segunda situación, que en este caso afecta al que
realiza el acto. Tiene que haber elementos tanto para pensar que tiene la facultad como para pensar
que no la tiene, ej.: el que olvidó el tiempo que tenía la facultad. En este caso, también la Iglesia
suple. Es un caso más, pero normalmente también queda subsumido al error de la comunidad.
El ministro no debe provocar la situación de error para no tener que pedir la facultad, no
puede recurrir a esto para no pedirla.
El único caso en que podría provocarlo, y haría bien haciéndolo, es en caso de necesidad,
porque por ej.: sepa que a la persona le costaría mucho confesarse en otro momento o con otra
persona, entonces, en lugar de decirle que no puede confesarle, hará bien en no decírselo y
confesarle.
Título IX
De los oficios eclesiásticos

1.- Noción de Oficio Eclesiástico

● “c. 145 § 1. Oficio eclesiástico es cualquier cargo, constituido establemente por disposición
divina o eclesiástica, que haya de ejercerse para un fin espiritual.
§ 2. Las obligaciones y derechos propios de cada oficio eclesiástico se determinan
bien por el mismo derecho por el que se constituye, bien por el decreto de la autoridad
competente que lo constituye y a la vez lo confiere.”

1) Se refiere a un cargo o misión, conlleva una serie de obligaciones y derechos para


ejercerlo, ej.: el oficio de párroco.
2) Constituido con estabilidad objetiva: estabilidad de la tarea o de la misión,
independientemente de la persona que lo realice. Aunque en un momento dado el puesto esté
vacante existe la estabilidad objetiva de sus funciones, ej.: es necesario que haya párroco si está
vacante.

16

Es decir, las circunstancias objetivas hacen que la comunidad yerre. Por ejemplo, toda la comunidad ve a un sacerdote
dentro del confesionario, con las vestiduras penitenciales, entiende que tiene facultad para confesar, pero ese sacerdote
no tiene facultad para ello, por tanto, la comunidad está errando.
68
3) Por autoridad divina (primado) o eclesiástica (párroco), queda excluida la autoridad civil
o la voluntad de los fieles. Luego un oficio determinado se constituye:
- o porque Cristo quiso.
- o porque la autoridad lo crea.

4) Con un fin espiritual: todo oficio de la Iglesia tiene una finalidad espiritual, sea curar
almas o no. Para saberlo hay que mirar los derechos y las obligaciones.

2.- Tareas de cada oficio

Las tareas de cada oficio vienen determinadas por quien lo crea. Cuando el oficio es creado
por la Iglesia, viene regulado en el CIC, si no viniese la figura en el CIC, por ser creación de un
obispo particular, será este quien regule sus funciones.

▬▬▬
2.- Capítulo 1 - de la provisión de un oficio eclesiástico

1) Noción de Provisión

La provisión es el acto por el que se otorga un oficio a una persona determinada. Lleva
consigo dos elementos:
- La designación de la persona
- La concesión del oficio.

Algunos oficios tienen un tercer elemento que es:

- La toma de posesión.

Hasta entonces no se tiene plenamente el oficio, hacen falta por tanto la elección de la
persona, la entrega del título y la toma de posesión. Si no es necesaria la toma de posesión, el oficio
se tiene plenamente cuando se hace la entrega del nombramiento.

2) Necesidad de la provisión

● “c. 146.- Un oficio eclesiástico no puede obtenerse válidamente sin provisión canónica.”

Si alguien se entromete en el oficio sin provisión canónica, no tiene legitimidad, es


ilegítimo, y puede tener penas canónicas. Ha de ser provista por la autoridad para su validez.
▬▬▬
3) Cualidades necesarias

● “c. 149 § 1. Para que alguien sea promovido a un oficio eclesiástico, debe estar en comunión
con la Iglesia y ser idóneo, es decir, dotado de aquellas cualidades que para ese oficio se
requieren por derecho universal o particular, o por la ley de fundación.”

a) Estar en comunión plena con la Iglesia (el c. 205 dice quien está en comunión eclesial).

b) La idoneidad para ese oficio concreto. Para algunos oficios es el código quien establece
las cualidades de idoneidad, ej.: el c. 521 para el oficio de párroco (el c. 321 es para los
obispos):

Ej.: “c. 521 § 1. Para que alguien pueda ser designado párroco válidamente debe
haber recibido el orden sagrado del presbiterado.

69
Derecho Canónico

§ 2. Debe destacar además por su sana doctrina y probidad moral, estar


dotado de celo por las almas y de otras virtudes, y tener las cualidades
que se requieren, tanto por derecho universal como particular, para la
cura de la parroquia de que se trate.
§ 3. Para que alguien sea designado para el oficio de párroco es
necesario que conste con certeza su idoneidad según el modo establecido
por el Obispo diocesano, incluso mediante un examen.”

Algunas de las cualidades afectan a la validez, como en este caso el


ser presbítero, de no ser así el nombramiento es inválido. Otras afectan a la
licitud, de no cumplirse el nombramiento sigue siendo válido aunque ilícito.

El encargado de designar a la persona es el que tiene que juzgar si se


tienen o no las cualidades.

▬▬▬

● “c. 150.- El oficio que lleva consigo la plena cura de almas para cuyo cumplimiento se
requiere el ejercicio del orden sacerdotal, no puede conferirse válidamente a quien aún no ha
sido elevado al sacerdocio.”

Para todos los oficios con cura de almas plena, hace falta ser presbítero ordenado. Son los
oficios de “párroco, capellán, etc.”. Los oficios con cura de almas plena requieren la condición
sacerdotal, pues requieren la administración de los sacramentos.

▬▬▬
4) Requisitos de la provisión

1.- El c. 151 no especifica el tiempo máximo vacante de un oficio con cura de almas, pero
dice que no se retrase su provisión. El código anterior decía seis meses, éste actual, si cabe, urge
todavía más que el anterior aunque no diga el tiempo.

2.- El c. 152 dice que los oficios conferidos a una misma persona tiene que ser compatibles.
Tanto de hecho, como de derecho (la incompatibilidad de derecho es aquella en que aunque se
tengan las cualidades para los dos oficios no se pueden ejercer), ej.: en el c. 478 § 2. se dicta la
incompatibilidad como vicario episcopal y como canónigo penitenciario, debido a la distinción de
fueros interno y externo.

3.- El c. 153 dice que los oficios concedidos tienen que estar vacantes de derecho, que no
tengan titular, si no están vacantes la provisión es nula.

4.- Que no se hagan con simonía, afectando ésta a la validez de la provisión (c. 149 § 3).

5.- El c. 156 establece que se consignen por escrito (el escrito es el decreto del obispo).

▬▬▬
5) Modos de designación

Siempre es la autoridad quien nombra, pero hay modos distintos de designar a las personas.
Esos modos están enumerados en el c. 147:

● “c. 147.- La provisión de un oficio se hace: mediante libre colación por la autoridad
eclesiástica competente; por institución de ésta cuando haya precedido presentación; por
confirmación o admisión por la misma cuando ha precedido elección o postulación; finalmente,
por simple elección y aceptación del elegido cuando la elección no necesita ser confirmada.”

70
1.- Libre colación de la autoridad: cuando la autoridad designa libremente a la persona. Es el
caso habitual, y es el caso de los oficios de la diócesis. Es el obispo diocesano el que elige
libremente a las personas y luego les confiere el oficio.

2.- La presentación/ insitución: hay algunas personas o algún grupo de personas que tienen
derecho de presentación. La autoridad entonces no es libre para designar a la persona, sino que esta
viene limitada por el derecho de presentación. La autoridad en este caso nombra al candidato
presentado. Instituí a los presentados. Ej.: el nombramiento de un religioso por un obispo diocesano,
aquí aparece la presentación por parte del superior (c. 682)
Cuando se da la presentación, el nombramiento por parte del obispo no es automático, sino
que éste tiene que realizar un juicio de idoneidad antes de hacer el nombramiento. Si el obispo tras
dicho juicio de idoneidad no lo nombra, lo rechaza y pide que le presenten a otro. Entonces, el
derecho de presentación vuelve a la persona que lo tenía, pero si por segunda vez se presentara un
candidato que no es idóneo se vuelve a rechazar y se pierde el derecho de presentación para ese
caso y el obispo diocesano puede nombrarlo libremente, siempre que tenga el consentimiento del
ordinario para designarlo.

3.- La elección/confirmación: (c. 164-179) es otro modo de designación de la persona,


mediante la elección por un grupo determinado de la persona que se va a presentar, ej.: en Madrid,
el nombramiento de arcipreste se hace por elección. El procedimiento es parecido al de la
presentación, pero aquí hay votación para la elección, y el obispo tiene que hacer después un juicio
de idoneidad, pudiendo presentarle hasta dos candidatos, tras lo cual, si ambos son rechazados se
pierde el derecho de elección para ese caso. La elección necesita siempre la aceptación. Estudiar por
cuenta propia las normas de la elección, c. 164-179, se dan bastante en la vida de la Iglesia.

4.- La postulación de un candidato: es una forma particular de elección para la designación


de la persona, cuando la persona que va a ser elegida no puede serlo (por un impedimento
dispensable) en lugar de elegirla se la postula (c. 180-183):

● “c. 180 § 1. Si a la elección del que es considerado más apto y es preferido por los electores se
opone un impedimento canónico que puede y suele dispensarse, pueden éstos, mediante
sufragio, postularlo a la autoridad competente, a no ser que el derecho disponga otra cosa.
§ 2. Los compromisarios no pueden hacer esta postulación si no se les ha facultado
expresamente en el compromiso.”

● “c. 181 § 1. Para la validez de la postulación se requieren al menos los dos tercios de los
votos.
§ 2. El voto para la postulación se debe manifestar mediante la palabra postulo u
otra equivalente; y la fórmula elijo o postulo, u otra equivalente, vale para la elección si no hay
impedimento, y de haberlo, para la postulación.”

● “c. 182 § 1. Dentro de ocho días útiles, el presidente debe enviar la postulación a la autoridad
competente a quien corresponde confirmar la elección y conceder la dispensa del impedimento,
o pedirla, si carece de esta potestad, a la autoridad superior; cuando no se requiere
confirmación, la postulación debe transmitirse a la autoridad competente para que conceda la
dispensa.
§ 2. Si la postulación no se envía dentro del plazo establecido, es ipso facto nula, y el
colegio o grupo queda privado por esa vez del derecho de eligir o postular, a no ser que se
pruebe que el presidente no envió la postulación a tiempo por un justo impedimento o por dolo
o negligencia.
§ 3. Quien ha sido postulado no adquiere derecho alguno por la postulación; la
autoridad competente no tiene obligación de admitirla.
§ 4. Los electores no pueden revocar la postulación hecha a la autoridad competente,
si no es con el consentimiento de ésta.”

● “c. 183 § 1. Si no se admite la postulación por la autoridad competente, el derecho de elegir


vuelve al colegio o grupo.

71
Derecho Canónico

§ 2. Pero si es admitida la postulación, se notificará al postulado, que debe responder


conforme a la norma del can. 177 § 1.
§ 3. Quien acepta la postulación que ha sido admitida, obtiene inmediatamente el
oficio de pleno derecho.”

Suele tener lugar en la vida consagrada, ej.: cuando se elige al superior de la comunidad, los
reglamentos pueden decir que sólo para uno o dos mandatos, si se han cumplido tiene impedimento
por las constituciones, pero si la comunidad ve que es el más adecuado, se hace la postulación.
Es una elección pero con la peculiaridad de que se necesitan 2/3 de los votos, no basta con la
mayoría absoluta para poder postular a esa persona. Si consigue esos 2/3 se le puede postular, pero
la autoridad queda libre de aceptarla o no, pues es la que tiene la autoridad para ejercer la dispensa.
La autoridad queda totalmente libre, no como ocurre en el juicio de idoneidad: el juicio de
idoneidad no es un juicio arbitrario, no tiene una discrecionalidad amplia, si no se da causa grave el
obispo tiene que aceptar al candidato, el juicio de idoneidad se puede recurrir, el rechazo tiene que
ser por causa grave. En el caso de la postulación no es así, la discrecionalidad es completa.

5. - Que no necesita postulación. Es el caso de la elección del Romano Pontífice, para cuya
elección no existe autoridad superior que confirme la elección. Existe la necesidad de la
confirmación, el candidato obtiene el oficio cuando él mismo acepta la elección, ej.: el Romano
Pontífice, el administrador diocesano, etc.

▬▬▬
6) Pérdida del oficio

● “c. 184 § 1. El oficio eclesiástico se pierde por transcurso del tiempo prefijado, por
cumplimiento de la edad determinada en el derecho, y por renuncia, traslado, remoción o
privación.”

0.- El primer modo para perder el oficio, y que no aparece por ser la más obvia es la muerte.

1.- El primero que aparece es el transcurso del tiempo: cuando los oficios se nombran por un
periodo determinado, como por ej.: el de párroco, vicario parroquial, etc. La pérdida no es
automática (por olvido), el derecho lo prorroga hasta la notificación del superior y por escrito [c.
186].

2.- El cumplimiento de la edad determinada en el derecho: algunas veces se determina que al


cumplir cierta edad se pierde el oficio. Son casos contados, lo normal es que diga que al llegar a
cierta edad se les invite a renunciar. A los 75 años, los obispos y párrocos, están invitados a su
renuncia voluntaria.

▬▬▬
Para estos dos casos, al ser una cuestión automática, podría ocurrir que el titular del oficio
no se acordara del día en que vencía su nombramiento, o no se acordara de la edad a la que cesa.
Los actos realizados por él después de la fecha serían inválidos, y para evitar el daño a los fieles hay
una prórroga por el derecho, prórroga ad iure:

● “c. 186.- La pérdida de un oficio por transcurso del tiempo prefijado o por cumplimiento de la
edad sólo produce efecto a partir del momento en que la autoridad competente lo notifica por
escrito.”
▬▬▬

3.- Por renuncia: se presenta la voluntad del titular de abandonar el oficio (c. 187-189), se
requiere:
1º) Que el titular esté en su sano juicio.
2º) Una causa justa: por el bien de los fieles (no puede ser por un capricho).

72
La valoración de la causa justa corresponde a la autoridad ante la que se presenta la
renuncia. Se hace por el bien de los fieles, no por el interés del que tiene el oficio.
Requiere aceptación de la renuncia, hasta entonces el titular no pierde el oficio, por ej.: el
oficio de párroco o de vicario parroquial.
Hace falta la aceptación del superior excepto en los oficios cuya renuncia no necesita la
aceptación, basta con la presentación. Son pocos (ejemplo el Romano Pontífice).

4.- El traslado: (c. 190-191), es el paso de un oficio a otro. Se pierde un oficio para adquirir
otro. Cuando el traslado es voluntario no hay ningún problema jurídico. Cuando se hace contra la
voluntad del que tiene el oficio entra el c. 190 § 2:

● “c. 190 § 2. Si el traslado se hace contra la voluntad del titular del oficio, se requiere causa
grave y, quedando en pie el derecho a exponer las razones contrarias, debe observarse el
procedimiento establecido por el derecho.”

Esto pasa porque los oficios adquieren cierta estabilidad, sobre todo cuando se nombran a
tiempo determinado. Cuando se hace el traslado contra la voluntad del que ejerce el oficio tiene que
ser por causa grave, por el bien de los fieles, lo que no quiere decir que sea culpable.
En caso de que no se quiera abandonar un oficio por tiempo indeterminado se aplican los
cánones 1748-1752, sobre la valoración de las causas graves. Son cánones para el traslado de los
párrocos, pero por analogía se aplican a otros oficios, pues no hay cánones para ellos. En ellos se
pide:
- La audiencia del interesado.
- La consulta a un órgano de la diócesis (un grupo estable de párrocos designados
por el obispo para estos casos).
▬▬▬
5.- Por remoción del oficio: (c. 192-195), cuando se pierde un oficio sin recibir otro. Hay
dos modos de remoción:

a) Automática: basta que se den circunstancias o delitos determinados para perder un


oficio. Los delitos por los que se pierde el oficio están en el canon 194 § 1 (el
primero no es un delito, sí el segundo y el tercero):

- Quien ha perdido el estado clerical.


- Quien se aparta de la fe de la Iglesia.
- El clérigo que atenta contraer matrimonio, aunque sólo sea civil.

b) Por un decreto del superior: por causa grave y según el derecho (c. 1740-1747). La
valoración es parecida a la de traslado:

- Hay que oír al interesado.


- Hay que oír al grupo estable de la diócesis (grupo de párrocos).

La remoción es siempre de carácter penal, es una pena por un delito. Los delitos que
comportan la privación de un oficio se contemplan en los cánones del derecho penal. Ej.: el c. 1389,
sobre el abuso grave del propio oficio, como por ejemplo el caso del administrador que roba los
bienes de la persona jurídica.

En el canon 1741 se habla de los párrocos, pero por analogía se utiliza para otros oficios.

Causas de remoción [c. 1741]

1.- Actuación que produzca grave detrimento a la comunión eclesial.

2.- La impericia o enfermedad corporal o mental.

73
Derecho Canónico

3.- Pérdida de la buena fama a los ojos de los feligreses.

4.- Grave negligencia o trasgresión de los deberes parroquiales.

5.- La mala administración de los bienes eclesiales.

¿Quién juzga las causas de remoción? [c. 1742]

Es el Obispo diocesano el encargado de juzgar la necesidad de remoción de un párroco. El


párroco puede responder al juicio del Obispo, renunciando, voluntariamente, bajo condición [cf. c.
1743]. Si el párroco mantiene silencio ante la invitación a renunciar, será invitado a hacerlo una
segunda vez, en caso de persistencia en el silencio, el Obispo dará el decreto de remoción [cf. c.
1744]. Aún así, el párroco tiene derecho a impugnar el decreto, revisando todo el expediente [cf. c.
1745].

Si el interesado no está de acuerdo se comienza el proceso de remoción, pero hay que tener
en cuenta que el “oído del grupo estable” no es vinculante para el obispo, al final es el obispo el que
decide.

TEMA 5: EL PUEBLO DE DIOS Y SU ESTRUCTURA ORGÁNICA

El LIBRO II se titula “DEL PUEBLO DE DIOS”.

Está dividido en tres partes:


PARTE I: DE LOS FIELES CRISTIANOS
PARTE II: DE LA CONSTITUCIÓN JERÁRQUICA DE LA IGLESIA
PARTE III: DE LOS INSTITUTOS DE VIDA CONSAGRADA Y DE LAS
SOCIEDADES DE VIDA APOSTÓLICA.

5.A) Los fieles cristianos


PARTE I
DE LOS FIELES CRISTIANOS
1.- Concepto de fiel cristiano

Los primeros cánones definen quiénes son los fieles cristianos (c. 204-205):

● “c. 204 § 1. Son fieles cristianos quienes, incorporados a Cristo por el bautismo, se integran
en el pueblo de Dios y, hechos partícipes a su modo por esta razón de la función sacerdotal,
profética y real de Cristo, cada uno según su propia condición, son llamados a desempeñar la
misión que Dios encomendó cumplir a la Iglesia en el mundo.
§ 2. Esta Iglesia, constituida y ordenada como sociedad en este mundo, subsiste en la
Iglesia católica, gobernada por el sucesor de Pedro y por los Obispos en comunión con él.”

Basta haber recibido el bautismo valido.


Es una noción puramente doctrinal. Es un canon doctrinal y está doctrinalmente tomado,
casi literalmente, del Concilio Vaticano II.

● “c. 205.- Se encuentran en plena comunión con la Iglesia católica, en esta tierra, los
bautizados que se unen a Cristo dentro de la estructura visible de aquella, es decir, por los
vínculos de la profesión de fe, de los sacramentos y del régimen eclesiástico.”

El concepto de fiel cristiano es un concepto teológico, el fiel cristiano es el bautizado que


está incorporado a la Iglesia y que participa de la misión de Cristo. Uno está en comunión eclesial
cuando lo está por los tres vínculos siguientes:
- El vínculo de la profesión de fe.
74
- El vínculo de los sacramentos.
- El vínculo del régimen eclesiástico (los pastores)

▬▬▬

Uno rompe la comunión eclesial (el vínculo de la fe) cuando rompe uno de estos vínculos:

● “c. 751.- Se llama herejía la negación pertinaz, después de recibido el bautismo, de una
verdad que ha de creerse con fe divina y católica, o la duda pertinaz sobre la misma; apostasía
es el rechazo total de la fe cristiana; cisma, el rechazo de la sujeción al Sumo Pontífice o de la
comunión con los miembros de la Iglesia a él sometidos.

Vínculo de la fe, que se puede perder por:

- Apostasía [total] (rechazo total de la fe)

- Herejía [parcial] (canon 751: negación de un dogma de fe).

- Ruptura de la comunión por medio del cisma.

La excomunión no es la pérdida de la comunión eclesial sino una pena canónica por delitos
graves, unos delitos consisten en la ruptura de la comunión eclesial (herejía, apostasía o cisma) pero
otros no, en cuyo caso la persona está excomulgada pero no ha perdido la comunión eclesial, por
ej.: el delito de aborto no supone la ruptura de la comunión eclesial, aunque la persona esté
excomulgada. La excomunión es una sanción pero no significa falta de comunión necesariamente.
Puedo haber católicos que están excomulgados pero no han perdido el vínculo de la fe. Por el aborto
por ejemplo. Quien lo hace está excomulgado, está en pecado grave, pero está en comunión con la
Iglesia porque su objetivo no era haber roto los vínculos de la Iglesia.
La excomunión significa que no se pueden recibir los sacramentos. La excomunión no
consiste en la falta de comunión con la Iglesia. Es una sanción canónica que establece la Iglesia
para ayudar a determinados fieles que han cometido pecados graves a tomar conciencia. La
excomunión consiste en la prohibición de no recibir sacramentos pero con carácter medicinal, para
que la persona tome conciencia de que no está en buen camino. No es una declaración de que no
está en comunión de la Iglesia. Si es un hereje sí pero la separación de la Iglesia no viene por la
excomunión sino por lo que cree de herejía. Para saber se uno está en comunión o no hay que
ver los vínculos, no la sentencia.
La Iglesia sanciona con una excomunión al aborto porque al contrario de un homicidio es un
pecado que las personas no tienen conciencia, de lo cual no hay conciencia social
No está excomulgado quien no tiene comunión plena ni quien cambia de Iglesia antes de los
16 años. Para incurrir en la excomunión hay que estar antes en plena comunión. Los que han sido
bautizados y educados en las comunidades no católicas no incurren en excomunión. Hace falta ser
católico.
▬▬▬
2.- Los catecúmenos

● “c. 206 § 1. De una manera especial se relacionan con la Iglesia los catecúmenos, es decir,
aquellos que, movidos por el Espíritu Santo, solicitan explícitamente ser incorporados a ella, y
que por este mismo deseo, así como también por la vida de fe, esperanza y caridad que llevan,
están unidos a la Iglesia, que los acoge ya como suyos.
§ 2. La Iglesia presta especial atención a los catecúmenos y, a la vez que los invita a
llevar una vida evangélica y los inicia en la celebración de los ritos sagrados, les concede ya
algunas prerrogativas propias de los cristianos.”

Los catecúmenos no son fieles cristianos porque no están bautizados, pero tienen una
relación peculiar con la Iglesia porque han solicitado el bautismo (están estrechamente ligados a la

75
Derecho Canónico

Iglesia y Iglesia los protege como suyos), han dado su nombre para el comienzo de la iniciación
catecumenal.
La Iglesia les concede una serie de prerrogativas, que son concretadas por cada conferencia
episcopal a tenor del canon 788 § 3. Así lo hace la Conferencia Episcopal española, publicando en
la legislación complementaria a dicho canon el Estatuto Jurídico de los Catecúmenos.

▬▬▬

En el c. 207, el Código hace una distinción entre los fieles en relación con el sacramento del
Orden.

Es una división ontológica, basada en el orden sagrado, no es por tanto una división
funcional. La distinción entre clérigos (desde los que han recibido el primer grado) y laicos (no
están ordenados) es de institución divina [c. 207 § 1] porque el sacramento del orden es de
institución divina. Para ser consagración tienen que profesarse los tres consejos evangélicos.

5. A. a) Derechos y deberes de todos los fieles

Título I
De las obligaciones y derechos de todos los fieles

Hay una serie de derechos y deberes que son comunes para todos los fieles, estudiar por
cuenta propia: c. 208-223.

1.- Igualdad radical de todos los fieles en la Iglesia [c. 208]

2.- Derecho a fundar y dirigir libremente asociaciones para fines de caridad o piedad, o
para fomentar la vocación cristiana en el mundo [c. 215].

Vamos a estudiar aquí con más detalle la libertad que tienen los fieles a la hora de tomar
iniciativas apostólicas, teniendo en cuenta los requisitos o exigencias que tienen que cumplir:

● “c. 216.- Todos los fieles, puesto que participan en la misión de la Iglesia, tienen derecho a
promover y sostener la acción apostólica también con sus propias iniciativas, cada uno según
su estado y condición; pero ninguna iniciativa se atribuya el nombre de católica sin contar con
el consentimiento de la autoridad eclesiástica competente.”

1) Iniciativas apostólicas: puedo hacerlo por derecho propio por una concesión que les
concede el sacramento del bautismo. No lo tienen que conceder. Pero ninguna iniciativa
se puede llamar oficialmente “católica” sin el permiso de la autoridad de la Iglesia,
(periódicos, escuelas, etc.). Esto garantiza que esta iniciativa está en comunión eclesial.

▬▬▬

2) Necesidad de aprobación por parte de la autoridad de la Iglesia para la publicación de


determinados libros que atañen a la formación y vida cristiana:

● “c. 823 § 1. Para preservar la integridad de las verdades de fe y costumbres, los pastores de la
Iglesia tienen el deber y el derecho de velar para que ni los escritos ni la utilización de los
medios de comunicación social dañen la fe y las costumbres de los fieles cristianos; asimismo,
de exigir que los fieles sometan a su juicio los escritos que vayan a publicar y tengan relación
con la fe o costumbres; y también de reprobar los escritos nocivos para la rectitud de la fe o
para las buenas costumbres.
§ 2. El deber y el derecho de que se trata en el § 1 corresponden a los Obispos, tanto
individualmente como reunidos en concilios particulares o Conferencias Episcopales, respecto a
76
los fieles que se les encomiendan; y a la autoridad suprema de la Iglesia respecto a todo el
pueblo de Dios.”

1) El c. 823 es el canon general respecto a la necesidad de aprobación de las publicaciones


referentes a la fe o costumbres, aprobación que debe venir dada por los Obispos, Conferencias
Episcopales o por la Santa Sede.

2) El c. 825 es específico sobre la necesidad de aprobación por la Santa Sede o por la


Conferencia Episcopal, para la publicación de los libros de la Sagrada Escritura (la tradución) .
Sometiéndose también a censura las notas aclaratorias.

3) Los cánones 826 (§1 y §2) y 838 tratan sobre la necesidad de aprobación de los libros
litúrgicos para su publicación, aprobación que debe venir de la Santa Sede respecto a las Ediciones
Originales y las Traducciones en lenguas vernáculas; y de la obligación de los Obispos diocesanos y
las Conferencias Episcopales respecto a la preparación de dichas traducciones, que han de ser
revisadas por la Santa Sede.
El c. 826 § 3, trata además de la necesidad de aprobación por el ordinario del lugar de los
libros de oraciones tanto para uso público como privado.

4) El c. 827 § 1 trata de la necesidad de aprobación por el ordinario del lugar para editar
catecismos y material catequético.
El c. 827 § 2 trata de la necesidad de aprobación por la autoridad competente (según de qué
materia se trate) de los libros de texto dedicados a la enseñanza en las escuelas a cualquier nivel:
tanto elemental, medio o universitario. Esta necesidad de aprobación se refiere a los libros de texto,
no es para las lecturas complementarias.
La aprobación viene señalada por el “Nihil Obstat” e “Imprimatur”, o “Con licencia del
obispado” (o similar). Si no aparece esta aprobación es que no la tiene. No basta el Nihil Obstat
porque este es del censor nombrado por el obispo. Falta como sello final el Imprimatur que es
del obispo.

5) El c. 827 § 4 está dedicado a la necesidad de aprobación de aquellos libros o escritos,


expuestos, vendidos o regalados en las Iglesias y oratorios.

6) El c. 831 § 2 regula las intervenciones de los clérigos o miembros de institutos religiosos


de vida consagrada en los medios de de comunicación.

Sobre internet todavía no hay ninguna norma explicita pero hay que aplicar la mismas
normas que para escritos.

Mas derechos:

1.- Derecho a una educación cristiana por la que se instruyan convenientemente en


orden a conseguir la madurez de la persona humana [c. 217].

2.- Derecho a la libertad de investigación e investigación, con los límites establecidos en


el Magisterio [c. 218]. Cf. Instrucción "Donum veritatis" [1990], denominada en castellano "La
vocación eclesial del teólogo".

3.- Derecho a escoger libremente su estado de vida [c. 219].

4.- Derecho a la buena fama y a la intimidad. El límite se sitúa en el bien de la Iglesia [c.
220].

5.- Todos los fieles tienen derecho a acudir a los tribunales de la Iglesia [c. 221].

77
Derecho Canónico

6.- Deber de ayudar económicamente a la Iglesia [esto es específico de los cristianos],


deber de promover la justicia social y de ayudar a los pobres [estos dos últimos deberes son
comunes a todos los hombres, cristianos o no] [c. 222].

7.- En el ejercicio de sus derechos, tanto individuales como societarios, el límite se


establece en el bien común [c. 223].

▬▬▬
5. A. b) Los fieles laicos
Título II
De las obligaciones y derechos de los fieles laicos

Los estatutos jurídicos de los fieles laicos se encuentran en los c. 224-231 (estudiar por
cuenta propia). El canon 224 es un canon introductorio, que nos indica donde podemos encontrar
los derechos y deberes de los fieles laicos.

Tarea misionera [c. 225] de 225 a 231 hay que verlos por nuestra cuenta
Derecho y deber de los laicos, que tiene su origen en el bautismo y la confirmación. Se
puede desarrollar esta acción misionera individual o asociadamente. En lugares donde por la
urgencia sea grande y no puedan llegar los ministros ordenados. Labor que se desarrollará insertas
en el orden temporal [cf. cultura].

Los fieles casados [c. 226]


Tienen un doble deber, en primer lugar como esposos, buscando la santidad en el
matrimonio; en segundo lugar como padres, educando cristianamente a los hijos, como derecho
originario y natural, que nunca puede ser delegado completamente en otros

Libertad en el ámbito temporal [c. 227]


En primer lugar, y aunque no aparece en el texto, se supone, la libertad religiosa ante el
estado. En segundo lugar y explícitamente, ya en el texto, el derecho a tener libertad ante la
jerarquía eclesial para organizar el ámbito temporal.

Capacidad para desempeñar los oficios eclesiásticos [c. 228]


Los fieles laicos no pueden desempeñar aquellos oficios eclesiásticos que requieran potestad
de orden; tampoco aquellos que requieran la potestad de gobierno. Sí pueden ejercer los oficios de
peritos, consejeros o formando parte de los distintos consejos, conforme a derecho.

Derecho y deber de adquirir conocimiento de la doctrina católica [c. 229]

§ 1.- Derecho y deber de conocer la doctrina cristiana de acuerdo a sus capacidades y


conocimientos.

§ 2.- Derecho a acudir a las universidades o facultades eclesiásticas o en los institutos de


ciencias religiosas, asistiendo a sus clases y obteniendo sus grados.

§ 3.- Derecho a impartir enseñanzas universitarias previo mandato de la autoridad eclesial.

Derecho a recibir los ministerios de lector y acólito [c. 230]. Participación de los fieles
laicos en los ministerios litúrgicos.

El c. 230, en sus tres parágrafos trata sobre los Ministerios Litúrgicos Sacramentales de
acólito y lector:

78
● “c. 230 § 1. Los varones laicos que tengan la edad y condiciones determinadas por decreto de
la Conferencia Episcopal, pueden ser llamados para el ministerio estable de lector y acólito,
mediante el rito litúrgico prescrito; sin embargo, la colación de esos ministerios no les da
derecho a ser sustentados o remunerados por la Iglesia.
Para ver las condiciones en que se dan estos ministerios estables, hay que acudir a las notas
complementarias de la Conferencia Episcopal: en primer lugar hay que tener en cuenta la edad,
teniendo que ser esta superior a los 25 años (para aquellos que no se preparan para el sacerdocio; las
condiciones son las relativas a la formación en la doctrina de la Iglesia y en liturgia). Tienen que ser
varones laicos. Y hay que tener en cuenta que la colación de esos ministerios no da derecho a
retribución. El ministerio se establece a través del rito litúrgico. Hay que explicar que es el servicio
del altar y no de un primero paso para el sacramento del orden.

● “c. 230 § 2. Por encargo temporal, los laicos pueden desempeñar la función de lector en las
ceremonias litúrgicas; asimismo, todos los laicos pueden desempeñar las funciones de
comentador, cantor y otras, a tenor de la norma del derecho.”

Los ministerios temporales son aquellos que no se reciben a través de un rito litúrgico y son
temporales. Todos los laicos, tanto varones como mujeres, pueden ejercer las funciones de lector,
comentador, cantor y otras. A tenor de este parágrafo del c. 230 se planteó una cuestión respecto a
si están incluidas las mujeres al servicio del altar, para la cual se dio una interpretación auténtica por
el Pontificio Consejo: la respuesta fue afirmativa, pero según las instrucciones que habrá de dar la
Sede Apostólica. Estas instrucciones las encontramos a continuación de la interpretación auténtica,
y la más importante es la número 1:

“1. El c. 230 §2 tiene carácter permisivo y no preceptivo: ‘los laicos ...pueden’. Por eso,
la licencia dada a este propósito por algunos obispos de ningún modo puede ser
invocada como obligatoria para los otros obispos. Compete a cada obispo en su diócesis,
oído el parecer de la Conferencia episcopal, dar un juicio ponderado y disponer lo que
hay que hacer para un ordenado desarrollo de la vida litúrgica en la propia diócesis”

Tiene carácter permisivo, pero no preceptivo. La competencia está en cada obispo, oído el
parecer de la conferencia episcopal.

● “c. 230 § 3. Donde lo aconseje la necesidad de la Iglesia y no haya ministros, pueden también
los laicos, aunque no sean lectores ni acólitos, suplirles en algunas de sus funciones, es decir,
ejercitar el ministerio de la palabra, presidir las oraciones litúrgicas, administrar el bautismo y
dar la sagrada Comunión, según las prescripciones del derecho.”

El § 3 trata de los ministerios extraordinarios, de suplencia. Son los servicios litúrgicos que
realizan los laicos cuando no hay servicio ordinario. No son propios de los laicos, sólo se ejercen en
razón de suplencia cuando no hay ministro ordenado.

Leer para examen la instrucción de la Congregación para el clero de 15 de agosto de 1997,


“Sobre algunas cuestiones acerca de la colaboración de los laicos con el ministerio de los
sacerdotes”, Ecclesia, 1997 (o en la Web de la Congregación para el Clero).
▬▬▬

A) El Ministerio de la Palabra: se distingue entre la predicación y la homilía (que es un


tipo especial de predicación dentro de la Celebración Litúrgica).

1) La predicación:

● “c. 766.- Los laicos pueden ser admitidos a predicar en una iglesia u oratorio, si en
determinadas circunstancias hay necesidad de ello, o si, en casos particulares, lo aconseja la
utilidad, según las prescripciones de la Conferencia Episcopal y sin perjuicio del can. 767, § 1.”

79
Derecho Canónico

El c. 766 no incluye la homilía. La predicación de los laicos está limitada a lugar Sagrado
(Iglesia u oratorio), pueden ser admitidos por la autoridad si hay necesidad o si es útil. La
Conferencia Episcopal lo regula dejándolo abierto a la libertad del Obispo.
▬▬▬
2) La homilía (c. 767):

Es la predicación que se hace dentro de la Celebración Litúrgica, y está reservada siempre al


ministro ordenado: obispo, sacerdote o diácono, por estar unida a la función de enseñar.

● “c. 767 § 1. Entre las formas de predicación destaca la homilía, que es parte de la misma
liturgia y está reservada al sacerdote o al diácono; a lo largo del año litúrgico, expónganse en
ella, partiendo del texto sagrado, los misterios de la fe y las normas de vida cristiana.”

A tenor de este canon se preguntó a la Comisión Pontificia si el obispo puede dispensar de


dicha reserva (por causa justa y en casos concretos): la contestación fue negativa.

La Instrucción de 1997 habla más sobre esto, diciendo:

- En el § 1 del art. 3 que:

“Se debe considerar abrogada por el can. 767 cualquier norma anterior que haya podido
admitir fieles no ordenados a pronunciar la homilía durante la celebración de la Misa”

Por ejemplo, en 1973 se dio una norma por la cual en las misas con niños la homilía podía
hacerla un laico, esto queda abrogado.

- En el § 2 del mismo art. 3 dice que aunque no se puede confiar la homilía a un laico, puede
haber momentos en que los laicos den un testimonio, pero éste no suple la homilía, por eso es mejor
hacerlo en otro momento distinto.

- En el § 3 del art. 3, también trata sobre la posibilidad del diálogo en la homilía, pudiendo
utilizarse por el ministro celebrante, como por ej.: en las misas con niños.

- En el § 5 del art. 3 se dice que en ningún caso se puede confiar la homilía a un ministro que
haya abandonado el ejercicio del ministerio sacerdotal.
▬▬▬

B) El Ministerio de la Comunión: viene señalado en el canon 910:

● “c. 910 § 1. Son ministros ordinarios de la sagrada comunión el Obispo, el presbítero y el


diácono.
§ 2. Es ministro extraordinario de la sagrada comunión el acólito, o también otro fiel
designado según el can. 230, § 3.”

La designación de un ministro de la comunión puede ser de forma estable o para un caso


concreto.
La designación de un ministro extraordinario que no lo sea de manera ordinaria, para un
caso concreto, la puede hacer cualquier sacerdote que presida la celebración. Tiene que ser un laico
preparado y conocido por el sacerdote, y tienen que darse las condiciones personales requeridas.

Además tiene que darse el caso de que no haya suficientes ministros ordenados. A tenor del
c. 910 § 2, se preguntó a la Comisión Pontificia si pueden ejercer su ministerio los ministros
extraordinarios cuando haya sacerdotes presentes pero que no estén participando en la celebración
(que estén en la sacristía, en el despacho, etc.): la respuesta del año 1988 fue negativa, no pueden
ejercer su ministerio extraordinario mientras haya ministros ordenados presentes en la Iglesia,
aunque no estén participando.
80
En el año 1997 [15 de agosto] algunos Dicasterios publicaron la Instrucción "Sobre algunas
cuestiones acerca de la colaboración de los fieles laicos en el ministerio de los sacerdotes", donde
desarrollan el § 1 del canon 230 ampliamente. Siendo aprobada la Instrucción de forma específica 17
por el Papa. La Instrucción se desarrolla del siguiente modo:

1.- Ministerio de la palabra (se refiere a la predicación, que no es homilía, es un


concepto mas amplio, fuera de la homilía; C 766: fuera del lugar sagrado no hay ninguna
limitación pero dentro sí y siempre que sea fuera de la homilía)

Predicación:

a.- Cuando no es homilía en iglesias u oratorios. Es ministerio propio de los ministros


ordenados. Los laicos pueden ser admitidos con unas condiciones: necesidad grave y falta de
ministros ordenados.

b.- Cuando se trata de una homilía, ésta, está reservada a los ministros sagrados 18. El
Obispo diocesano no puede dispensar . No se puede permitir la praxis, ni siquiera ocasional,
a seminaristas no ordenados. Sí es lícito permitirles dar un testimonio en jornadas especiales
pero no en lugar de la homilía (vocaciones, enfermos, etc).

El sacerdote puede utilizar el diálogo, nunca delegar en otros la homilía; en ningún caso
puede ser confiada a un sacerdote secularizado o separado del oficio eclesiástico.

2.- Presidencia de la liturgia [oraciones litúrgicas]

- Siempre que no se confundan con la Eucaristía.


- Siempre que no se utilice ningún ornamento sagrado propio del sacerdote.
- Sabiendo que estas celebraciones litúrgicas no suplen al precepto dominical.
- Permiso del obispo

3.- Distribución de la comunión

- Para la distribución de la comunión, los ministros ordinarios son el Obispo, el


prebítero y el diácono.

- Los laicos pueden ser instituidos ministros extraordinarios 19 de la comunión,


tanto los acólitos como cualquier otro fiel. Para ello es necesario cumplir ciertas
condiciones: que no haya ministros ordinarios o estén impedidos.

17

Habitualmente, las instrucciones se aprueban de forma simple, es decir, el Santo Padre únicamente las sanciona
mostrando su conformidad; mientras que al ser aprobadas de forma específica, el Santo Padre, al sancionarlas, las hace
propias.

18

Un documento de la Congregación del Culto Divino del año 1973, autorizaba a determinados fieles, a dirigirse a los
niños, en las misas específicas de estos, cuando al sacerdote le fuera difícil dirigirse a estos. Este documento queda
abrogado con la Instrucción.

19

Se consultó a la Sagrada Congregación para la interpretación de los textos jurídicos sobre el caso siguiente: en una
celebración eucarística hay varios ministros ordinarios presentes en el templo, pero no en la celebración pueden
distribuir la comunión los ministros extraordinarios, a lo que la Sagrada Congregación respondió NEGATIVAMENTE.

81
Derecho Canónico

- La institución del ministro extraordinario de la comunión puede ser estable, que ha


de ser concedida por el Obispo; o para un caso, que puede ser concedida por el ministro
celebrante.

En el año 97, Instrucción sobre algunas cuestiones acerca da colaboración de los


laicos en el ministerio de los sacerdotes, 15 de agosto, fue publicada por la Santa Sed.

4.- Administración del bautismo

- Fuera del caso de necesidad, el ministro, de estar impedido, puede delegar en un


laico.
- No se considera impedimento:
- El exceso de trabajo
- No poder celebrar en el día previsto por la familia y el sacerdote
- No celebrarse el bautismo en el territorio de la parroquia.

Como principio general no se pueden alargar los términos de excepcionalidad, incluyendo


casos que no son excepciones.

8.- Remuneración de los laicos [c. 231]

§ 1.- Deber de adquirir la formación necesaria para desempeñar su función, cuando


dedican su servicio de modo permanente.

§ 2.- Deber de remunerar a estos laicos en condiciones decentes.


▬▬▬

5. A. c) Los fieles en el ministerio sagrado (c. 232-293)

Título III
De los ministros sagrados ó clérigos

En el Código del 83’, ministro sagrado es igual que clérigo, antes era distinto. En la
actualidad, el clérigo se hace por la recepción del diaconado, por el ministerio sagrado. El ministro
sagrado es todo el fiel ordenado a partir del diaconad. El Estatuto es común para todos los clérigos.

CAPÍTULO I
De la formación de los clérigos (c. 232-264)

Es un capítulo largo, lo que revela la preocupación especial del legislador por la formación
de los clérigos porque la formación marca mucho lo que se recibe.

1.- La competencia en la formación sacerdotal (c. 232)

● “c. 232.- La Iglesia tiene el deber, y el derecho propio y exclusivo, de formar a aquellos que se
destinan a los ministerios sagrados.”

El canon dice “derecho propio y exclusivo”. Derecho propio = derecho nativo, nace con la
misma constitución de la Iglesia, luego la competencia la da el Señor cuando instituye la Iglesia. Es
un canon para reivindicar la competencia frente al Estado a y otras intervenciones externas,
reivindica la competencia exclusiva de la Iglesia. La competencia la tienen:

- En primer lugar la Santa Sede haciendo las normas.


82
- Después, los obispos diocesanos aplicando las normas.
- En los Institutos religiosos, el Superior religioso. En el caso de institutos que
incardinan, la tiene también el Superior religioso, aunque después del obispo
diocesano que ejerce la competencia haciendo las normas de los institutos que
incardinan.
▬▬▬
2.- Pastoral vocacional (c. 233)

La comunidad, toda ella, se ha de sentir responsable, el sacerdote es para la comunidad. Los


distintos grados de responsabilidad vienen marcados por el c. 233:

● “c. 233 § 1. Incumbe a toda la comunidad cristiana el deber de fomentar las vocaciones para
que se provea suficientemente a las necesidades del ministerio sagrado en la Iglesia entera;
especialmente, este deber obliga a las familias cristianas, a los educadores y de manera
peculiar a los sacerdotes, sobre todo a los párrocos. Los Obispos diocesanos, a quienes
corresponde en grado sumo cuidar de que se promuevan vocaciones, instruyan al pueblo que
les está encomendado sobre la grandeza del ministerio sagrado y la necesidad de ministros en
la Iglesia, promuevan y sostengan iniciativas para fomentar las vocaciones, sobre todo por
medio de las obras que ya existen con esta finalidad.
§ 2. Tengan además especial interés los sacerdotes, y más concretamente los Obispos
diocesanos, en que se ayude con prudencia, de palabra y de obra, y se prepare
convenientemente a aquellos varones de edad madura que se sienten llamados a los sagrados
ministerios.”
▬▬▬
3.- El lugar de la formación

Ahora vienen los cánones relativos a los seminarios.

A) El seminario menor (c. 234): por motivos pastorales, es obligatorio conservarlo donde
existe, pero no se impone la creación de seminarios menores nuevos, no es obligatorio crearlos
aunque sí recomendable.
Al contenido de la peculiar formación religiosa, se ha de incorporar la misma formación
humanística y científica con la que los jóvenes de su propia región se preparan para realizar los
estudios superiores, obteniendo los mismos títulos. Con ello se trata de asegurar la libertad de
elección al sacerdocio.
Respecto a la óptica del seminario menor, hay que decir que no es un colegio católico,
porque no se puede admitir a él a quien rechaza la vocación sacerdotal (en un colegio católico sí).

B) El seminario mayor: su existencia se tiene que basar en los siguientes requisitos:

1) Obligatoriedad de garantizar la formación sacerdotal de cada diócesis, preferentemente


con un seminario mayor (c. 237). Es obligatorio para el obispo proveer la formación sacerdotal de la
diócesis. Para ello tiene distintas posibilidades de hacerlo:
Lo ordinario es que en cada diócesis haya un seminario mayor, cuando no sea posible (por
ej.: por falta de seminaristas o formadores) caben dos soluciones secundarias (pero se tiene que
asegurar la formación):
a) Encomendar a los candidatos a otras diócesis, siendo los responsables el rector de
aquellas y su obispo. No puede interferir en el otro seminario aunque haya enviado
para allí seminaristas. Puede, eso sí, quitarlos de allí.
b) Erigir un seminario interdiocesano, para varias diócesis. En este caso, no se confía la
formación a un obispo distinto del propio, sino que es una responsabilidad
compartida entre todos los obispos de esas diócesis que han erigido dicho seminario.
En los estatutos se concreta cómo participa cada uno de ellos. Para poder erigir un
seminario interdiocesano, lo tiene que juzgar antes la Santa Sede.

83
Derecho Canónico

2) Residencia en el seminario: el c. 235 se refiere al tiempo en que se tiene que residir en el


seminario: durante todo el tiempo de la formación, que son seis años. Hay una excepción en el § 1:
“o, por lo menos, durante cuatro años, si a juicio del obispo diocesano así lo exigen las
circunstancias”. La formación en el seminario exige la residencia en el seminario.

El § 2 tiene una excepción más amplia: menos de cuatro años para causas mucho más
graves. En este caso, “el Obispo diocesano ha de encomendarles a un sacerdote piadoso e
idóneo, que cuide de que se formen diligentemente en la vida espiritual y en la disciplina.” Este
sacerdote ha de hacer las veces de formador y de rector, ej.: por motivos de edad, lugar de
persecución religiosa, etc.
▬▬▬
3) Otras prescripciones:

a) El seminario tiene personalidad jurídica propia, y el representante es el rector:

● “c. 238 § 1. Los seminarios legítimamente erigidos tienen por el derecho mismo personalidad
jurídica en la Iglesia.
§ 2. El rector representa al seminario en todos los asuntos, a no ser que la autoridad
competente hubiera establecido otra cosa para algunos de ellos.”

▬▬▬

b) Autonomía del seminario dentro de la diócesis:

● “c. 262.- El seminario está exento del régimen parroquial; es el rector o un delegado suyo
quien realiza la función de párroco para todos los que están en el seminario, exceptuado lo que
se refiere al matrimonio y sin perjuicio de lo que prescribe el can. 985.”

El párroco no puede intervenir aunque el seminario esté en su territorio. El Rector es


el que hace las funciones de Párroco, excepto en dos funciones:

- En lo que se refiere al matrimonio , el Párroco tiene la facultad ordinaria para


celebrar matrimonios. El Rector del seminario no puede celebrarlos nunca en la
capilla del seminario sin la autorización del Párroco, y no es recomendable.

- En cuanto a la facultad de confesar, el párroco tiene la obligación, el rector no (a


no ser que los alumnos lo pidan en ocasiones especiales). Esto es para mantener
la separación entre el fuero interno y el fuero externo, ya que no se puede utilizar
el fuero interno para evaluar el fuero externo (que tiene que ser evaluado por el
Rector).

● “c. 985.- El maestro de novicios y su asistente y el rector del seminario o de


otra institución educativa no deben oír confesiones sacramentales de sus
alumnos residentes en la misma casa, a no ser que los alumnos lo pidan
espontáneamente en casos particulares.”

▬▬▬

c) Las necesidades económicas: vienen reguladas por los c. 263 y 264, según los cuales el
obispo es el responsable.

4.- El contenido de la formación

1) La Admisión

● “c. 241 § 1. El Obispo diocesano sólo debe admitir en el seminario mayor a aquellos que,
atendiendo a sus dotes humanas y morales, espirituales e intelectuales, a su salud física y a su
84
equilibrio psíquico, y a su recta intención, sean considerados capaces de dedicarse a los
sagrados ministerios de manera perpetua.
Hace falta haber signos externos de vocación.

§ 2. Antes de ser admitidos, deben presentar las partidas de bautismo y


confirmación, así como los demás documentos que se requieren de acuerdo con las
prescripciones del Plan de formación sacerdotal.”

El requisito fundamental es ser considerado capaz de dedicarse perpetuamente al sagrado


ministerio. Para ello se debe hacer un juicio de idoneidad. Esto exige un conocimiento previo del
candidato antes de la admisión (salud física y psíquica, recta intención, presentar partidas de
bautismo y confirmación, etc.), cuya modalidad está regida por el obispo diocesano, y que en la
actualidad suele delegar en el rector

● “c. 241 § 3. Cuando se trate de admitir a quienes hayan sido despedidos de otro seminario o
de un instituto religioso, se requiere además un informe del superior respectivo, sobre todo
acerca de la causa de su expulsión o de su salida.”

Para admitir alumnos despedidos de otros seminarios o institutos religiosos, tanto por salida
voluntaria u obligatoria, se requiere un informe del superior respectivo, sobre todo por causa de
expulsión o salida obligatoria. Es obligatorio pedir el informe, otra cosa es la valoración que haga
del informe el obispo diocesano.
▬▬▬
2) El plan de formación

En primer lugar, con vistas a la unidad en toda la Iglesia, está regulado por normas generales
de la Santa Sede, habiendo un “Plan de Formación General para la Iglesia Latina”.
Además, según los c. 242 y 243, hay un “Plan de formación nacional”, obligatorio para
todos los seminarios de esa nación. Está en el marco del aprobado por la Santa Sede y concreta sus
prescripciones. Tras elaborarlo en cada nación su correspondiente Conferencia Episcopal y
aprobarlo la Santa Sede, es vinculante para toda la nación.
El Plan de formación Sacerdotal de la Santa Sede es la denominada “Ratio”, y luego está el
nacional.

● “c. 242 § 1. En cada nación ha de haber un plan de formación sacerdotal, que establecerá la
Conferencia Episcopal, teniendo presentes las normas dadas por la autoridad suprema de la
Iglesia, y que ha de ser aprobado por la Santa Sede; y debe adaptarse a las nuevas
circunstancias, igualmente con la aprobación de la Santa Sede; en este Plan se establecerán los
principios y normas generales, acomodados a las necesidades pastorales de cada región o
provincia.
§ 2. Las normas del Plan al que se refiere el § 1, han de observarse en todos los
seminarios, tanto diocesanos como interdiocesanos.”

▬▬▬

Según el c. 243, cada seminario tiene un reglamento propio: la normativa interna del
seminario, dentro del marco de la Ratio nacional y de la Ratio de la Santa Sede.

● “c. 243.- Cada seminario tendrá además un reglamento propio, aprobado por el Obispo
diocesano o por los Obispos interesados si se trata de un seminario interdiocesano, en el que
las normas del Plan de formación sacerdotal se adapten a las circunstancias particulares y se
determinen con más precisión los aspectos, sobre todo disciplinares, que se refieren a la vida
diaria de los alumnos y al orden de todo el seminario.”

▬▬▬
3) Las dimensiones de la formación

85
Derecho Canónico

● “c. 244.- Vayan en perfecta armonía la formación espiritual y la preparación doctrinal de los
alumnos en el seminario, y tengan como meta el que éstos, según la índole de cada uno,
consigan, junto a la debida madurez humana, el espíritu del Evangelio y una estrecha relación
con Cristo.”

El Código trata en primer lugar de la unidad de los distintos aspectos de la formación, y


luego va detallando cada ámbito de la formación, objetivos y medios para conseguir los objetivos:
La formación ha de estar compuesta de formación espiritual, doctrinal y pastoral [c. 244],
profundamente relacionadas.

▬▬▬
A) FORMACIÓN ESPIRITUAL:

1.- Objetivos: (c. 245)

● “c. 245 § 1. Mediante la formación espiritual, los alumnos deben hacerse idóneos para ejercer
con provecho el ministerio pastoral y deben adquirir un espíritu misionero, persuadiéndose de
que el ministerio, desempeñado siempre con fe viva y caridad, contribuye a la propia
santificación; y aprendan además a cultivar aquellas virtudes que son más apreciables en la
convivencia humana, de manera que puedan llegar a conciliar adecuadamente los bienes
humanos y los sobrenaturales.
§ 2. Se debe formar a los alumnos de modo que, llenos de amor a la Iglesia de Cristo,
estén unidos con caridad humilde y filial al Romano Pontífice, sucesor de Pedro, se adhieran al
propio Obispo como fieles cooperadores y trabajen juntamente con sus hermanos; mediante la
vida en común en el seminario y los vínculos de amistad y compenetración con los demás,
deben prepararse para una unión fraterna con el presbiterio diocesano, del cual serán
miembros para el servicio de la Iglesia.”
El mejor comentario a este canon está hecho por el Papa Juan Pablo II en la Pastores dabo
vobis. En el capítulo V de PDV, se desarrollan estos aspectos formacionales, en los números 42-69.

§ 1.- Conseguir la espiritualidad propia del sacerdote:

- Ejercicio fecundo del ministerio

- Espíritu misionero

- Santificación del sacerdote en el ejercicio ministerial.

§ 2.- Amor profundo a la Iglesia de Cristo:

- Unión con el Romano Pontífice, con el Obispo y con el resto del presbiterio.

▬▬▬

2.- Medios: (c. 246) para conseguir los objetivos:

- El § 1 trata sobre la celebración diaria de la Eucaristía, con carácter obligatorio, la


expresión “sea el centro” implica obligación.

● “c. 246 § 1. La celebración eucarística sea el centro de toda la vida del seminario, de manera
que diariamente, participando de la caridad de Cristo, los alumnos cobren fuerzas sobre todo de
esta fuente riquísima para el trabajo apostólico y para su vida espiritual.”

- El § 2 sobre la liturgia de las horas. Es mucho más general, no se establece ninguna parte
como obligatoria, quedando para el reglamento del seminario. La Ratio dice que hay que tener en
cuenta la importancia de formarse para celebrarla individualmente, no sólo en común.
86
● “c. 246 § 2. Han de ser formados para la celebración de la liturgia de las horas, mediante la
que los ministros de Dios oran al Señor en nombre de la Iglesia por el pueblo que les ha sido
encomendado y por todo el mundo.”

- El § 3 dice que ha de fomentarse el culto a la Virgen María y otras prácticas de piedad.

● “c. 246 § 3. Deben fomentarse el culto a la Santísima Virgen María, incluso por el rezo del
santo rosario, la oración mental y las demás prácticas de piedad con las que los alumnos
adquieran espíritu de oración y se fortalezcan en su vocación.”

- El § 4 es sobre la dirección espiritual y confesión frecuente:

● “c. 246 § 4. Acostumbren los alumnos a acudir con frecuencia al sacramento de la penitencia,
y se recomienda que cada uno tenga un director espiritual, elegido libremente, a quien puedan
abrir su alma con toda confianza.”

No se establece la frecuencia, a diferencia de lo que hacía el código anterior (semanal),


ahora es la Ratio la que dice que cada uno la establezca con el propio confesor.

Respecto de la libertad de elección del director espiritual, está limitada por la formación de
la cual es responsable el Obispo diocesano, no pudiendo quedar fuera de su responsabilidad. ¿Cómo
encontrar el equilibrio entre la libertad de elección del alumno y la responsabilidad del obispo? El
alumno puede elegirlo y el obispo aceptarlo.

- El § 5 establece la frecuencia de los ejercicios espirituales de manera anual:

● “c. 246 § 5. Los alumnos harán cada año ejercicios espirituales.”

▬▬▬

3.- Formación para el celibato: (c. 247)

● “c. 247 § 1. Por medio de una formación adecuada, prepárese a los alumnos a observar el
estado de celibato, y aprendan a tenerlo en gran estima como un don peculiar de Dios.
§ 2. Se han de dar a conocer a los alumnos las obligaciones y cargas propias de los
ministros sagrados, sin ocultarles ninguna de las dificultades que lleva consigo la vida
sacerdotal.”
El celibato es un don, y la ley quiere proteger el don estableciendo el que se de la
información adecuada sobre el don, pero dando también a conocer las obligaciones y dificultades
que conlleva sin ocultación alguna, para poder elegir con responsabilidad y libertad. Ver
Sacerdotalis Celibatus [Pablo VI] y Orientaciones para la formación [1974].

▬▬▬
B) FORMACIÓN DOCTRINAL:

1.- Objetivo y finalidad:

● “c. 248.- La formación doctrinal que ha de impartirse debe tender a que los alumnos, junto
con la cultura general adecuada a las necesidades del tiempo y del lugar, adquieran un
conocimiento amplio y sólido de las disciplinas sagradas, de modo que, fundando y alimentando
en ellas su propia fe, puedan anunciar convenientemente la doctrina del Evangelio a los
hombres de su tiempo, de manera apropiada a la mentalidad de éstos.”

- El objetivo de la formación doctrinal es conocer las disciplinas sagradas.


- La finalidad es doble:
- Anunciar la doctrina del Evangelio (finalidad apostólica)

87
Derecho Canónico

- Ser fundamento y alimento de la propia fe, de la vida espiritual del


candidato (finalidad personal).
▬▬▬
2.- El conocimiento de idiomas:

● “c. 249.- Ha de proveerse en el Plan de formación sacerdotal a que los alumnos no sólo sean
instruidos cuidadosamente en su lengua propia, sino a que dominen la lengua latina, y
adquieran también aquel conocimiento conveniente de otros idiomas que resulte necesario o
útil para su formación o para el ministerio pastoral.”

- En primer lugar la propia lengua.


- En segundo lugar la lengua latina, porque es la lengua oficial de la Iglesia.
- En tercer lugar el conocimiento de otros idiomas, pero con prioridad inferior al
del conocimiento de la lengua latina, como instrumento para la formación
sacerdotal o para el ministerio pastoral.
▬▬▬
3.- Plan de estudios:

● “c. 250.- Los estudios filosóficos y teológicos previstos en el seminario pueden hacerse
sucesiva o simultáneamente, de acuerdo con el Plan de formación sacerdotal; y deben durar al
menos seis años, de manera que el tiempo destinado a las materias filosóficas comprenda un
bienio, y el correspondiente a los estudios teológicos equivalga a un cuadrienio.”

El Código trata sobre la estructuración de los estudios. El tiempo de duración debe de ser de
seis años, cuatro de teología y dos de filosofía, los cuales pueden ser sucesivos o simultáneos, a
pesar de lo cual los estudios filosóficos tienen que ser de un bienio.
El problema surge al estudiar en una facultad de teología (no en un seminario), ya que se
rigen por los cánones de las facultades eclesiásticas, cuyo bachillerato dura cinco años. Para los
seminaristas se permite completar el sexto año con un año de pastoral, con materias pastorales que
las puede organizar la facultad o el seminario [según la Constitución apostólica Sapientia christiana,
art. 72, de abril de 1979].
▬▬▬

a) La formación filosófica se trata en el c. 251:

● “c. 251.- La formación filosófica, que debe fundamentarse en el patrimonio de la filosofía


perenne y tener en cuenta a la vez la investigación filosófica realizada con el progreso del
tiempo, se ha de dar de manera que complete la formación humana de los alumnos, contribuya
a aguzar su mente y les prepare para que puedan realizar mejor sus estudios teológicos.”
La formación filosófica tiene una triple finalidad: - Completar la formación humana.
- Aguzar la mente.
- Preparar para los estudios teológicos.

Hay una expresión: “debe fundamentarse en el patrimonio de la filosofía perenne”, durante


la redacción del Código se preguntó a la Comisión Pontificia si se refería a la filosofía tomista: se
dijo que sí, pero que no se hacía una explícita referencia porque el término era ya conocido.
▬▬▬

b) La formación teológica se trata en el c. 252, sobre sus finalidades y método:

● “c. 252 § 1. La formación teológica, a la luz de la fe y bajo la guía del magisterio, se ha de dar
de manera que los alumnos conozcan toda la doctrina católica, fundada en la Revelación divina,
la hagan alimento de su propia vida espiritual y la sepan comunicar y defender
convenientemente en el ejercicio de su ministerio.

- Tres finalidades:

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1.- Conocimiento de toda la doctrina católica.
2.- Alimento de la propia vida espiritual.
3.- Poder transmitirla y defenderla en el ejercicio del ministerio.

- Hay dos aspectos sobre el método:


1.- Debe comprender íntegramente toda la doctrina católica. No bastan cursos
monográficos o especializados, sino que cada asignatura debe exponer
todo el compendio del tratado.
2.- Bajo la guía del magisterio.

Los parágrafos § 2 y § 3 tratan sobre las materias obligatorias:

● “c. 252 § 2. Se ha de formar a los alumnos con particular diligencia en la sagrada Escritura, de
modo que adquieran una visión completa de toda ella.
Sagrada Escritura

§ 3. Ha de haber clases de teología dogmática, fundada siempre en la palabra de Dios


escrita, juntamente con la sagrada Tradición, con las que los alumnos conozcan de modo más
profundo los misterios de salvación, teniendo principalmente como maestro a Santo Tomás; y
también clases de teología moral y pastoral, de derecho canónico, de liturgia, de historia
eclesiástica y de otras disciplinas, auxiliares y especiales, de acuerdo con las normas del Plan
de formación sacerdotal.”

Teología dogmática fundada en la Palabra de Dios , con especial atención a Santo Tomás.
También hay que tener Teología moral y pastoral, Liturgia, Historia eclesiástica, etc.

Aparece la mención explícita de santo Tomás, pedida por muchos obispos. El Papa la
aceptó, mencionando su deseo de que se hiciese, por una carta en el año 1980, enviada a la
Comisión encargada de redactar el Código.
▬▬▬

c) Sobre los profesores: c. 253 y 254:

● “c. 253 § 1. Para el cargo de profesor de disciplinas filosóficas, teológicas y jurídicas, el


Obispo o los Obispos interesados nombrarán solamente a aquellos que, destacando por sus
virtudes, han conseguido el doctorado o la licenciatura en una universidad o facultad
reconocida por la Santa Sede.”

La designación y el nombramiento corresponde al obispo, y se tiene que dar dos requisitos:


- Destacado por sus virtudes (vida cristiana).
- Competencia académica, doctor o licenciado por una universidad o facultad
reconocida por la Sede Apostólica. En países con necesidad, se puede dispensar
del título.
- Pueden ser clérigos o laicos [en la ratio, se aconseja, que para los seminarios sean
clérigos]

● “c. 253 § 2. Se debe procurar nombrar profesores distintos para la sagrada Escritura, teología
dogmática, teología moral, liturgia, filosofía, derecho canónico, historia eclesiástica y para las
otras disciplinas, que se han de explicar según sus propios métodos.”

Los profesores tienen que ser distintos para las distintas materias, lo que implica una
especialización.

● “c. 253 § 3. Debe ser removido por la autoridad de la que se trata en el § 1 el profesor que
deje gravemente de cumplir con su cargo.”

Remoción por la autoridad que lo nombró, por:

89
Derecho Canónico

- Faltar a la vida cristiana.


- Faltar a la enseñanza según la doctrina de la Iglesia.
- Falta de facultades humanas.

Está hablando de la formación en el seminario que se rige por sus estatutos, otra cosa es que
los seminaristas vayan a una facultad que se rige por los estatutos de la Facultad y el obispo
entonces deja ahí de mandar, ej.: La Universidad de Comillas.

▬▬▬

El c. 254 trata del método a seguir por los profesores.

▬▬▬

C) FORMACIÓN PASTORAL:

1.- Finalidad:

● “c. 255.- Aunque toda la formación de los alumnos en el seminario tenga una finalidad
pastoral, debe darse en el mismo una instrucción específicamente pastoral, con la que,
atendiendo también a las necesidades del lugar y del tiempo, aprendan los alumnos los
principios y métodos propios del ministerio de enseñar, santificar y gobernar al pueblo de
Dios.”

Se trata de aprender los principios y métodos del ministerio pastoral, con ejercicio teórico y
práctico.
▬▬▬
2.- Contenidos:

● “c. 256 § 1. Fórmese diligentemente a los alumnos en aquello que de manera peculiar se
refiere al ministerio sagrado, sobre todo en la práctica del método catequético y homilético, en
el culto divino y de modo peculiar en la celebración de los sacramentos, en el trato con los
hombres, también con los no católicos o no creyentes, en la administración de una parroquia y
en el cumplimiento de las demás tareas.”
▬▬▬

3.- Formación en la dimensión universal del sacerdocio:

El sacerdote lo es para la Iglesia universal, no se agota el sacerdocio en la Iglesia en que está


incardinado, sino que el sacerdote debe preocuparse por la Iglesia universal.

● “c. 256 § 2. Enséñense a los alumnos las necesidades de la Iglesia universal, para que se
muestren solícitos en promover vocaciones, por las tareas misionales, ecuménicas y aquellas
otras, también las sociales, que sean más urgentes.”

▬▬▬
● “c. 257 § 1. La formación de los alumnos ha de realizarse de tal modo que se sientan
interesados no sólo por la Iglesia particular a cuyo servicio se incardinen, sino también por la
Iglesia universal, y se hallen dispuestos a dedicarse a aquellas Iglesias particulares que se
encuentren en grave necesidad.”

Disponibilidad para acudir a otras Iglesias particulares de gran necesidad

● “c. 257 § 2. El Obispo diocesano debe procurar que los clérigos que desean trasladarse de la
propia Iglesia particular a una Iglesia particular de otra región se preparen convenientemente
para desempeñar en ella el sagrado ministerio, es decir, que aprendan la lengua de esa región y
conozcan sus instituciones, condiciones sociales, usos y costumbres.”

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El obispo debe facilitar el traslado a otras Iglesias particulares a aquellos clérigos que lo
deseen, y debe preparar adecuadamente a aquellos que van a trasladarse. Si tras haberse
incardinado, dentro de un tiempo el clérigo lo pide, el obispo no lo puede negar a no ser por razones
graves:
- Que no esté preparado.
- Que haga mucha falta en donde esté en ese momento.
▬▬▬
4.- Experiencias pastorales:

● “c. 258.- Para que también aprendan en la práctica el método de hacer apostolado, los
alumnos, durante el período de estudios pero principalmente en vacaciones, deben ser iniciados
en la práctica pastoral, mediante las oportunas labores, a determinar por el Ordinario,
adecuadas a la edad de los alumnos y a las circunstancias del lugar, siempre bajo la dirección
de un sacerdote experto.”

Las labores pastorales las determina el ordinario con tres requisitos:


- Que no perjudiquen los estudios.
- Adaptadas a la edad del alumno y a las costumbres del lugar.
- Bajo la dirección de un sacerdote experto.
▬▬▬

5.- Los responsables de la formación

1) En el fuero externo:

a) El Obispo Diocesano (c. 259): Es el responsable último, tiene una


responsabilidad personal, que se concreta en el § 2: nombramiento del rector y de
los formadores, visitas personales frecuentes al seminario, supervisión de la
formación de los alumnos, supervisión de la enseñanza de las materias filosóficas
y teológicas, conocimiento personal de cada seminarista, todo ello con vistas a la
ordenación.

● “c. 259 § 1. Corresponde al Obispo diocesano, o a los Obispos interesados cuando se trate de
un seminario interdiocesano, decidir lo que se refiere al superior régimen y administración del
seminario.
§ 2. El Obispo diocesano, o los Obispos interesados si se trata de un seminario
interdiocesano, visiten personalmente y con frecuencia el seminario, supervisen la formación
de sus alumnos y la enseñanza de las materias filosóficas y teológicas, y obtengan
conocimiento de la vocación, carácter, piedad y aprovechamiento de los alumnos, sobre todo
con vistas a conferirles las sagradas órdenes.”
▬▬▬

Es él en última instancia el que decide ordenar o no al alumno (c. 1052 § 3).


b) El rector del seminario: es un cargo obligatorio (c. 239 § 1), nombrado por el
obispo diocesano:

● “c. 239 § 1. En todo el seminario ha de haber un rector que esté al frente y, si lo pide el caso,
un vicerrector, un ecónomo y, si los alumnos estudian en el mismo seminario, también
profesores que enseñen las distintas materias de modo coordinado.
▬▬▬
Está al frente del seminario, bajo su dirección inmediata, dentro del marco del
Plan de formación sacerdotal y del reglamento del seminario. Los demás deben
obedecerle.

91
Derecho Canónico

● “c. 260.- En el cumplimiento de sus tareas propias, todos deben obedecer al rector, a quien
compete la dirección inmediata del seminario de acuerdo siempre con el Plan de formación
sacerdotal y con el reglamento del seminario.”
▬▬▬

c) El vicerrector: es un cargo facultativo (c. 239 § 1), es decir, no obligatorio.

d) El ecónomo: es el que lleva la administración económica del seminario, también


es un cargo facultativo (c. 239 § 1), en cuyo caso suele ser el Rector el que
desempeña dicha función.
▬▬▬

e) Los formadores: bajo la autoridad del rector y en la medida que les compete (c.
261 § 1), que es aquella que establece el rector y los estatutos del seminario (c.
239 § 3):

● “c. 261 § 1. El rector del seminario, y asimismo, bajo su autoridad y en la medida que les
compete, los superiores y profesores deben cuidar de que los alumnos cumplan perfectamente
las normas establecidas en el Plan de formación sacerdotal y en el reglamento del seminario.”
▬▬▬
● “c. 239 § 3. En los estatutos del seminario debe determinarse el modo según el cual
participen de la responsabilidad del rector, sobre todo por lo que se refiere a conservar la
disciplina, los demás directivos, los profesores e incluso los alumnos.”
▬▬▬

f) El director de estudios: en el caso de que el seminario tenga centro de estudios


propio. Tiene competencia sobre la coordinación de los profesores y la
supervisión para que desarrollen su tarea.

● “c. 261 § 2. Provean con diligencia el rector del seminario y el director de estudios para que
los profesores desempeñen debidamente su tarea, según las prescripciones del Plan de
formación sacerdotal y del reglamento del seminario.”
▬▬▬

2) En el fuero interno: es decir, la formación espiritual. El código pone tres oficios


dedicados a ella:
a)El director espiritual (c.239 § 2).
b)El confesor (c. 240 § 1).
c)El moderador de la vida espiritual (c. 246 § 4), el cual se traduce en la versión
castellana del Código por “director espiritual”, pero en latín es otra persona
“moderatorem suae vitae spiritualis” distinta de la del c. 239 § 2: “spiritus
director”. Se preguntó sobre ello, y la Comisión para la elaboración del Código
respondió que se trata de dos figuras distintas.
a) El director espiritual (c. 239 § 2): estará dedicado a la coordinación de la vida
espiritual del seminario como institución. Esto significa que es el que organiza la
Liturgia, los ejercicios espirituales y los retiros o pláticas para los seminaristas, y
es el que coordina el ejercicio de las demás personas que se encargan de la
dirección espiritual del seminario.
Una segunda función es llevar la dirección espiritual personal de los alumnos
que lo elijan libremente.

De cara a la primera función, no hay libertad de elección, de cara a la segunda


función sí:

92
● “c. 239 § 2. En todo seminario ha de haber por lo menos un director espiritual, quedando sin
embargo libres los alumnos para acudir a otros sacerdotes que hayan sido destinados por el
Obispo para esta función.”

Puede haber más de uno, dependiendo del número de seminaristas y del juicio
del Obispo.
▬▬▬

b) El moderador de la vida espiritual (c. 246 § 4): lleva únicamente la dirección


espiritual personal, pero no coordina la vida espiritual general del seminario.

● “c. 246 § 4. Acostumbren los alumnos a acudir con frecuencia al sacramento de la penitencia,
y se recomienda que cada uno tenga un director espiritual (“moderatorem suae vitae
spiritualis”), elegido libremente, a quien puedan abrir su alma con toda confianza.”

Se plantea la cuestión de la libertad de elección. En el caso del c. 239 § 2 se


refiere a sacerdotes destinados por el obispo, sin embargo, en el c. 246 § 4 se
habla de libre elección, no se dice que tenga que ser de entre los propuestos por
el obispo diocesano. Se plantea la cuestión de si la libertad es absoluta o no, se
puede elegir de fuera de los elegidos por el obispo, pero ¿hasta donde llega la
libertad?
La normativa posterior a determinado que no es una libertad absoluta porque
se está en proceso de formación, por tanto, no puede quedar al margen de la
responsabilidad del obispo diocesano.
¿Cómo se conjuga? Por el mecanismo de la aprobación por parte del Obispo
Diocesano, aunque no sea de los propuestos por él.
▬▬▬

c) El confesor (c. 240 § 1): siempre son confesores designados por el obispo o por
el rector, pero siempre está la libertad del alumno para elegir un confesor, tanto
de dentro como de fuera del seminario:

● “c. 240 § 1. Además de los confesores ordinarios, vayan regularmente al seminario otros
confesores; y, quedando a salvo la disciplina del centro, los alumnos también podrán dirigirse
siempre a cualquier confesor, tanto en el seminario como fuera de él.”

La libertad es la misma que para la elección del moderador de la vida


espiritual. Si es un confesor habitual tiene que estar aprobado por el Obispo, pero
ocasionalmente, no hay pega para confesarse con cualquiera. Se interpreta así el
“quedando a salvo la disciplina del centro ”, y así lo interpretan los documentos
posteriores. De este modo queda a salvo la libertad de elección.
▬▬▬
3) Otras cuestiones relativas al fuero interno en los seminarios : en el c. 240 § 2 y en el
c. 985, se establece la diferenciación entre el fuero interno y el externo. Queda clara la diferencia
entre los dos ámbitos ya que no se mezclan:

● “c. 240 § 2. Nunca se puede pedir la opinión del director espiritual o de los confesores
cuando se ha de decidir sobre la admisión de los alumnos a las órdenes o sobre su salida del
seminario.”

No se puede pedir la opinión del confesor para aquello que conoce por la confesión, no se
puede hacer uso de lo que se sabe aunque no haya peligro de revelación. No se puede pedir opinión
al confesor en ningún asunto, y en el caso de que se le pidiera no la debe dar, ya que tiene secreto
sacramental.

93
Derecho Canónico

Tampoco el director espiritual, aunque no sea confesor. Está vinculado por secreto de oficio,
no se le puede pedir opinión y si se le pide no la puede dar.

El alumno no puede liberar al confesor del secreto sacramental, pues el secreto sacramental
no depende de la voluntad del que se confiesa. Al director espiritual sí.
▬▬▬
¿Pueden los formadores del seminario oír confesiones?
● “c. 985.- El maestro de novicios y su asistente y el rector del seminario o de otra institución
educativa no deben oír confesiones sacramentales de sus alumnos residentes en la misma casa,
a no ser que los alumnos lo pidan espontáneamente en casos particulares.

El rector y los formadores del seminario no deben oír confesiones de los alumnos que vivan
en la misma casa, sólo si se les pide espontáneamente. Esto tiene su razón de ser en que el superior
de fuero externo no use aquello que conoce por confesión (fuero interno), ya que no puede usarlo a
no ser que lo conozca por otra vía. Es un problema de conciencia. Para evitar el conflicto, no deben
confesar, por la dificultad de no mezclar los dos planos. Él puede negarse a confesar.

Así se asegura la confianza de los fieles en la dimensión espiritual y en la confesión.

▬▬▬

6.- La formación de los diáconos permanentes

● “c. 236.- Quienes aspiran al diaconado permanente han de ser formados según las
prescripciones de la Conferencia Episcopal para que cultiven la vida espiritual y cumplan
dignamente los oficios propios de ese orden:
1.º los jóvenes, permaneciendo al menos tres años en una residencia destinada a
esa finalidad, a no ser que el Obispo diocesano, por razones graves, determine
otra cosa;
2.º los hombres de edad madura, tanto célibes como casados, según el plan de
tres años establecido por la Conferencia Episcopal.”

El plan de formación para el diaconado permanente es distinto. Es más pequeño. Queda casi
toda a criterio de la Conferencia Episcopal de cada país (en España, las últimas normas son de 15 de
enero de 2000, ver Ecclesia), y han de ser confirmadas por la Santa Sede (toda la normativa de la
Conferencia Episcopal tiene que estar confirmada por la Santa Sede). La formación se diferencia si
se trata de candidatos jóvenes o de edad madura:

1) Para los candidatos jóvenes: se exige la vida en común, permaneciendo tres años al
menos en una residencia destinada a esa finalidad, a no ser que el obispo determine otra
cosa por razones graves. Se considera jóvenes entre los 25 y los 35 años, y están
obligados a la ley del celibato.
2) Para los hombres de edad madura: no está establecida la diferencia entre si son célibes o
casados, la formación es la misma tres años, pero residiendo con su familia, tanto los
célibes como los casados.

Los casados han de ser mayores de 35 años y llevar tres años casados.

▬▬▬
7.- La formación permanente (c. 279)

Es la formación que tiene lugar después de la ordenación, dura toda la vida del presbítero y
está regulada por el c. 279 (que trata de los deberes del sacerdote)
Es una obligación de todo sacerdote, como expresión de fidelidad al ministerio recibido. La
PDV dice que la formación es un acto de amor al Pueblo de Dios y al sacerdocio recibido, y es un
acto de justicia con el Pueblo de Dios, el cual tiene el derecho de recibir la atención adecuada.
94
El presbítero es el primer responsable de la formación permanente, en segundo lugar es el
Obispo el que tiene que ofrecer medios de diversos tipos: encuentros de estudio puntuales o
reglados, encuentros del Obispo con el presbiterio, cierta forma de vida en común, ejercicios
espirituales, días de retiro, etc.
En PDV, Juan Pablo II, dedica, en nº 70, dice que la formación permanente es un acto de
amor a Jesús, de fidelidad al ministerio, y al pueblo de Dios. Es también un acto de justicia
verdadera y propia al pueblo de Dios porque este tiene derecho a recibir los bienes de salvación de
pastores verdaderamente preparados.

Leer el “Directorio para el ministerio y la vida de los presbíteros”, de la Congregación para


el Clero, de 1994.

CAPÍTULO II
De la adscripción o incardinación de los clérigos (c. 265-272)

1.- Concepto de incardinación

La incardinación consiste en la pertenencia de un clérigo a una Iglesia particular o bien a una


comunidad (hay otras comunidades que no son Iglesia particulares que pueden incardinar, ej.: un
Instituto religioso).

El concepto contrario es la excardinación: que consiste en el cese de la pertenencia. El


clérigo deja de pertenecer a una Iglesia particular o comunidad para incardinarse a otra Iglesia
particular o comunidad, pues un clérigo tiene que estar incardinado a no ser que pierda el estado
clerical (porque el sacerdote haya sido expulsado de ese estado o porque se haya secularizado).

El c. 265 dice que la incardinación es necesaria para todo clérigo:

● “c. 265.- Es necesario que todo clérigo esté incardinado en una Iglesia particular, o en una
prelatura personal, o en un instituto de vida consagrada, o en una sociedad que goce de esta
facultad, de modo que de ninguna manera se admitan los clérigos acéfalos o vagos.”

Vago: es el clérigo que no está incardinado en ninguna comunidad eclesial (o también se


aplica este término al fiel que no tiene domicilio o cuasidomicilio).

El canon 265 dice que no se admitan clérigos acéfalos o vagos (aunque luego en la práctica
sí que se dan casos en los que los hay). Las razones para esto son las siguientes:

a) Pastoral: para proveer eficazmente el desarrollo de la actividad salvífica de la Iglesia


particular, el obispo o el superior de una comunidad tiene que saber con qué clérigos
cuenta para llevar a cabo su misión. Esto no se opone a la universalidad del sacerdocio,
ya que dicha universalidad se concreta en el servicio a una Iglesia determinada (la de
incardinación), y además, la incardinación no es perpetua, se puede cambiar y se puede
ir a otra Iglesia necesitada de ministros (por medio de fórmulas diversas que llegan
incluso al cambio de incardinación, aunque también puede haber fórmulas que no
cambien la incardinación), por tanto: la incardinación no es absoluta, ni limita la
universalidad del ministerio sacerdotal.

b) Disciplinar: el clérigo adquiere un vínculo de dependencia con un obispo o un superior,


de tal manera que el superior o el obispo deben velar con solicitud paterna por ese
clérigo, a la vez que tiene la responsabilidad de corregirle en caso de necesidad en su
vida y ministerio.

c) Personal o material: la incardinación garantiza al clérigo el sustento material necesario.


El superior o el obispo tienen la obligación de cuidarlo.

95
Derecho Canónico

Por estas razones, el c. 265 dice que no se deben admitir clérigos acéfalos o vagos.

2.- Qué comunidades incardinan

Están enumeradas en el c. 265:


1) Una Iglesia particular.
2) Una prelatura personal.
3) Un instituto de vida consagrada (los institutos religiosos incardinan en el propio
instituto no en la diócesis).
4) Sociedades con esta facultad: sociedades de vida apostólica y otras (la facultad se
la tiene que dar la autoridad: la Santa Sede, no lo hace el Derecho Canónico.

Los institutos seculares, por su propia naturaleza están integrados en el siglo, en el mundo,
incardinan por tanto en la diócesis y no en el instituto (a no ser porque tengan la facultad otorgada
por la Santa Sede). Ellos se asemejan a los sacerdotes seglares y por eso se incardinan a las diócesis
salvo dispensa de la Santa Sed
▬▬▬

¿Qué pasa cuando un clérigo pertenece a un instituto que no incardina? Se incardinan en la


diócesis, pero a la vez depende del Superior del instituto. Esto se regula por el c. 715 § 1:

● “c. 715 § 1. Los miembros clérigos incardinados en la diócesis dependen del Obispo
diocesano, quedando a salvo lo que se refiere a la vida consagrada en su propio instituto.”

Por tanto, dependen del obispo diocesano en cuanto clérigos (derechos y obligaciones del
clérigo), pero sin embargo en la vivencia de la vida consagrada dependen del propio instituto.

▬▬▬
3.- Cómo se realiza la incardinación

a) La primera incardinación (c. 266):

1.- Para los presbíteros seculares: la incardinación se realiza en el momento en que uno
se hace clérigo, en la misma recepción del diaconado, por ella misma: en aquella
Iglesia particular en la que se ha querido dedicar. No hace falta ninguna
documentación más:

● “c. 266 § 1. Por la recepción del diaconado, uno se hace clérigo y queda incardinado en una
Iglesia particular o en una prelatura personal para cuyo servicio fue promovido.”

2.- Para los institutos religiosos: aparece regulado en el c. 266 § 2, el miembro del
instituto religioso queda incardinado en el propio instituto cuando recibe el
diaconado:

● “c. 266 § 2. El miembro profeso con votos perpetuos en un instituto religioso o incorporado
definitivamente a una sociedad clerical de vida apostólica, al recibir el diaconado queda
incardinado como clérigo en ese instituto o sociedad, a no ser que, por lo que se refiere a las
sociedades, las constituciones digan otra cosa.”

Dice “incorporado definitivamente”, luego tiene que tener los votos


perpetuos, no se puede incardinar con sólo los votos temporales, ya que con la
incardinación se adquiere un vínculo estable con el instituto.
¿Qué ocurre en el caso de que un instituto quiera ordenar a un miembro de
votos temporales porque haga mucha falta (en tierras de misión, etc.)? El individuo
no queda incardinado en el instituto, por lo que alguna vez se ha querido que el
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obispo diocesano lo incardinara a la diócesis y luego, cuando se cumplan los plazos
para poder hacer los votos perpetuos se pase a incardinar en el instituto, pero esto no
se puede hacer porque sería una incardinación ficticia, por un tiempo, y eso no es la
incardinación. La solución sería pedir dispensa a la Santa Sede para adelantar la
profesión perpetua, pedir una dispensa de los plazos.

3.- Los institutos seculares se incardinan en la diócesis (c. 266 § 3):

● “c. 266 § 3. Por la recepción del diaconado, el miembro de un instituto secular se incardina en
la Iglesia particular para cuyo servicio ha sido promovido, a no ser que, por concesión de la
Sede Apostólica, se incardine en el mismo instituto.”

▬▬▬

b) Incardinaciones sucesivas

1.- Incardinación explícita de los clérigos seculares (c. 267):

● “c. 267 § 1. Para que un clérigo ya incardinado se incardine válidamente en otra Iglesia
particular, debe obtener de su Obispo diocesano letras de excardinación por él suscritas, e
igualmente las letras de incardinación suscritas por el Obispo diocesano de la Iglesia particular
en la que desea incardinarse.
§ 2. La excardinación concedida de este modo no produce efecto si no se ha
conseguido la incardinación en otra Iglesia particular.

Es el modo más normal, se necesitan:

- Letras del obispo diocesano de la diócesis en que se estaba incardinado,


diciendo que queda excardinado.
- Luego el obispo de la diócesis a donde va le tiene que dar letras de
incardinación en su diócesis.

Para evitar un periodo sin incardinación (clérigo acéfalo o vago), el § 2 dice


que las letras de excardinación no producen efecto hasta que no se consiga el
documento de incardinación.
Además lo normal es que el obispo propio no conceda las letras de
excardinación sin hablar con el obispo que le va a incardinar.

▬▬▬
2.- Incardinación implícita para los clérigos seculares (c. 268 § 1): se la denomina
“implícita” o “por el propio derecho” = “ipso iure”, porque se realiza
automáticamente por el propio derecho (este la concede sin necesidad de recorreo a
los obispos) dando ciertas condiciones o requisitos sin que haya otros documentos:

● “c. 268 § 1. El clérigo que se haya trasladado legítimamente de la propia a otra Iglesia
particular, queda incardinado a ésta en virtud del mismo derecho después de haber
transcurrido un quinquenio si manifiesta por escrito ese deseo, tanto al Obispo diocesano de la
Iglesia que lo acogió como a su propio Obispo diocesano, y ninguno de los dos le ha
comunicado por escrito su negativa, dentro del plazo de cuatro meses, a partir del momento en
que recibieron la petición.”

Traslado temporal. Las condiciones son las siguientes:

- Traslado legítimo: con autorización, con permiso, no basta un traslado de


facto sin permiso del obispo.

97
Derecho Canónico

- Que hayan transcurrido cinco años de permanencia legítima en la propia


diócesis. Esto significa que el obispo de la diócesis de origen no le haya
reclamado, ni el obispo de la nueva diócesis le haya echado.
- El clérigo tiene que manifestar por escrito la voluntad de cambiar la
incardinación a los dos obispos.
- Ninguno de los dos obispos le haya manifestado por escrito su negativa
en el plazo de cuatro meses. La falta de respuesta del superior haz que
quede incardinado en la nueva diócesis. Basta con que un de los obispos
diga que no para no haber incardinación.

Luego de que esto ocurra, el obispo tiene la obligación tras verificar los
requisitos de darle el documento de incardinación.

3.- En el caso de los clérigos religiosos: se dan cuatro casos distintos, vamos a ver el 1º y
el 4º:
1º) Admisión definitiva de un clérigo secular en un instituto religioso: durante
el noviciado o profesión temporal se está incardinado en la diócesis, pero
la incardinación cambia al hacer los votos perpetuos (no hay así periodo
de clérigo sin incardinación). El obispo no tiene que darle ningún
documento de excardinación. Así que hace los votos perpetuos está
incardinado al instituto religioso. Antes no. El obispo no tiene que darle
autorización pero sí que tiene que ser consultado.

● “c. 268 § 2. El clérigo que se incardina a un instituto o sociedad, conforme a la norma del can.
266, § 2, queda excardinado de su propia Iglesia particular, por la admisión perpetua o
definitiva en el instituto de vida consagrada o en la sociedad de vida apostólica.”
▬▬▬

4º) Incardinación de un clérigo que deja un Instituto de vida consagrada (c.


693), es el más complicado:

● “c. 693.- Si el miembro es clérigo, el indulto no se concede antes de que haya encontrado un
Obispo que le incardine en su diócesis o, al menos, le admita a prueba en ella. Si es admitido a
prueba, queda, pasados cinco años, incardinado de derecho propio en la diócesis, a no ser que
el Obispo le rechace.”

Casos Particulares:
a) En el caso de abandono voluntario: no se concede la excardinación
hasta que no se encuentre un obispo que lo incardine o al menos le admita
a prueba en su diócesis, hasta entonces no recibe el indulto de los votos.
El obispo puede incardinarlo directamente sin admitirlo a prueba.
Si la admisión es a prueba, pasados cinco años queda incardinado por
el propio derecho, a no ser que el obispo lo rechace antes de cinco años.

Puede darse el caso de que la prueba no de buen resultado, y si el


indulto de salida se ha concedido antes: el clérigo se quede sin incardinar.
Es un caso de clérigo acéfalo. Queda con todas las obligaciones
sacerdotales pero no puede ejercer el ministerio sacerdotal hasta que
encuentre otro obispo que lo acepte. No queda apartado porque queda el
obispo de domicilio que tiene que velar por él. No puede celebrar misa
aún privadamente salvo permiso del obispo de domicilio.
Canon 701
b) En el caso de expulsión: si el clérigo religioso queda expulsado sin
haber encontrado antes ningún obispo que lo acoja o le permita el

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ejercicio del ministerio queda acéfalo. Pierde la incardinación y no recibe
ninguna incardinación. No puede ejercer el ministerio sacerdotal.

Mientras que por la naturaleza del instituto religioso, el


superior tiene la facultad de expulsar a un clérigo en contra de su
voluntad, el obispo no puede hacerlo nunca, la excardinación tiene que
ser solicitada por el clérigo o unida a la pérdida del estado clerical.

▬▬▬
4.- Condiciones para la incardinación

● “c. 269.- El Obispo diocesano no debe proceder a la incardinación de un clérigo a no ser que:
1.º lo requiera la necesidad o utilidad de su Iglesia particular, y queden a salvo
las prescripciones del derecho que se refieren a la honesta sustentación de los
clérigos;
2.º le conste por documento legítimo que ha sido concedida la excardinación y
haya obtenido además, si es necesario bajo secreto, los informes convenientes
del Obispo diocesano que concede la excardinación, acerca de la vida, conducta y
estudios del clérigo del que se trate;
3.º el clérigo haya declarado por escrito al mismo Obispo diocesano que desea
quedar adscrito al servicio de la nueva Iglesia particular, conforme a derecho.”

- Que el presbítero sea útil para esa Iglesia particular.


- Que le pueda mantener.
- Que se constate la excardinación.
- Que haya obtenido los informes convenientes.
- Que el clérigo la pida.

▬▬▬
5.- La Excardinación – nunca se puede imponer; tiene que ser solicitada por el clérigo

● “c. 270.- Sólo puede concederse lícitamente la excardinación con justas causas, tales como la
utilidad de la Iglesia o el bien del mismo clérigo; y no puede denegarse a no ser que concurran
causas graves; pero en este caso, el clérigo que se considere perjudicado y hubiera encontrado
un Obispo dispuesto a recibirle, puede recurrir contra la decisión.”

Sólo puede concederse por causa justa:


 Utilidad de la Iglesia.
 El bien del propio clérigo (porque perdió la fama o porque
lo han difamado, etc)

No se puede negar la excardinación habiendo causa justa y siempre que el obispo nuevo lo
quiera acoger, a no ser que haya causas graves: que no haya suficientes presbíteros en la diócesis o
que ese presbítero esté realizando una tarea determinada y no haya quien le sustituya.

▬▬▬
6.- Traslado de una Iglesia particular a otra sin perder la incardinación

● “c. 271 § 1. Fuera del caso de verdadera necesidad de la propia Iglesia particular, el Obispo
diocesano no ha de denegar la licencia de traslado a otro lugar a los clérigos que él sepa están
dispuestos y considere idóneos para acudir a regiones que sufren grave escasez de clero para
desempeñar en ellas el ministerio sagrado; pero provea para que, mediante acuerdo escrito con
el Obispo diocesano del lugar a donde irán, se determinen los derechos y deberes de esos
clérigos.
§ 2. El Obispo diocesano puede conceder a sus clérigos licencia para trasladarse a
otra Iglesia particular por un tiempo determinado, que puede renovarse sucesivamente, de
manera, sin embargo, que esos clérigos sigan incardinados en la propia Iglesia particular y, al

99
Derecho Canónico

regresar, tengan todos los derechos que les corresponderían si se hubieran dedicado en ella al
ministerio sagrado.
§ 3. El clérigo que pasa legítimamente a otra Iglesia particular, quedando incardinado
a su propia Iglesia, puede ser llamado con justa causa por su propio Obispo diocesano, con tal
de que se observen los acuerdos convenidos con el otro Obispo y la equidad natural;
igualmente, y cumpliendo las mismas condiciones, el Obispo diocesano de la otra Iglesia
particular puede denegar con justa causa a ese clérigo la licencia de seguir permaneciendo en
su propio territorio.”

El obispo diocesano no puede negarse a ello a no ser por causas graves. Se suele hacer un
convenio entre ambos obispos para proteger el estatuto del clérigo (que no quede desamparado),
para ver qué ejercicios va a ejercer, dónde va a vivir, quién se va a ocupar espiritualmente de él, etc.
Este convenio lo firman los dos obispos y el propio clérigo.
En estos casos, según queda establecido en el § 3, el obispo de incardinación lo puede llamar
en cualquier momento; y también el que lo ha acogido, por causa justa puede decirle que ya no lo
necesita y que abandone su Iglesia. En este caso tiene que regresar a la diócesis de incardinación.
▬▬▬

7.- Facultades del administrador diocesano en cuanto a la incardinación de los clérigos

Es el que rige una diócesis en sede vacante, y es elegido por el Colegio de Consultores. Al
ser una situación provisional tiene las competencias limitadas, y una de las limitaciones es
incardinar y excardinar. Puede ser administrador apostólico o administrador apostólico y tiene todos
los derechos del obispo diocesano salvo algunas limitaciones.

● “c. 272.- El Administrador diocesano no puede conceder la excardinación o incardinación, ni


tampoco la licencia para trasladarse a otra Iglesia particular, a no ser que haya pasado un año
desde que quedó vacante la sede episcopal, y con el consentimiento del colegio de
consultores.”

A no ser que haya pasado un año, y entonces, para que no sufra daño la Iglesia particular, el
administrador puede hacerlo pero no autónomamente sino con el consentimiento del grupo de
consultores (para cada caso en concreto). Grupo de consultores es un colegio de pelo menos 6
sacerdotes elegidos por el obispo diocesano.

▬▬▬

CAPÍTULO III
De las obligaciones y derechos de los clérigos (c. 273-289)

Afectan a todos los clérigos desde el diaconado (diáconos, presbíteros y obispos) sea cual
sea su oficio (párroco, capellán, etc.), añadiéndose a ellos los propios del oficio que desempeñan.

1.- La obediencia (c. 273; y nº 61 del Directorio para el ministerio y la vida de los presbíteros)

Es la primera de las obligaciones.


● “c. 273.- Los clérigos tienen especial obligación de mostrar respeto y obediencia al Sumo
Pontífice y a su Ordinario propio.”

Se dice “especial obligación”, la obligación de respeto y obediencia se refiere a todos los


fieles, dice “especial” por el sacramento del Orden. El clérigo es colaborador del ministerio
apostólico de los obispos y de ahí surge la obligación de obediencia, pero también surge por la
comunión eclesial. Los dos primeros grados, diaconado y presbiterado, hacen cooperador del orden
episcopal y por eso esa obligación especial de obediencia.

100
Esa “especial obediencia” surge del propio sacramento recibido, de la naturaleza del
sacrmanento recibido. Viene corroborada por la promesa de la ordenación, pero la promesa no es
el fundamento de la obediencia, sino que nace del ministerio sagrado que se ha recibido. Luego,
en segundo término, nace para que el ministerio se ejerza en comunión con la Iglesia, por la
promesa de la obligación, y por ley positiva (c. 273). La fórmula y la expresa. De tal modo que el
clérigo queda obligado aunque no hubiera hecho la promesa, que sólo es la expresión pública de esa
obligación que se adquiere por el ministerio sagrado.

▬▬▬

La desobediencia constituye un delito:

● “c. 1371.- Debe ser castigado con una pena justa:

2.º quien, de otro modo, desobedece a la Sede Apostólica, al Ordinario o al


Superior cuando mandan o prohíben algo legítimamente, y persiste en su
desobediencia después de haber sido amonestado.”

Es ley penal, puesto que al principio dice “debe ser castigado por una pena justa”. Para que
tenga lugar hace falta amonestación previa. El delito es la persistencia después de haber sido
desobediencia.
▬▬▬

También es un delito la inducción a la desobediencia:

● “c. 1373.- Quien suscita públicamente la aversión o el odio de los súbditos contra la Sede
Apostólica o el Ordinario, con motivo de algún acto de potestad o de ministerio eclesiástico, o
induce a los súbditos a desobedecerlos, debe ser castigado con entredicho o con otras penas
justas.

Se puede imponer el entredicho u otras penas menores.

▬▬▬

2.- Obligación de aceptar el oficio

Los clérigos tienen la obligación de aceptar el oficio o la tarea que el ordinario les confíe, así
como su fiel desempeño, c. 274 § 2:

● “c. 274 § 1. Sólo los clérigos pueden obtener oficios para cuyo ejercicio se requiera la
potestad de orden o la potestad de régimen eclesiástico.
§ 2. A no ser que estén excusados por un impedimento legítimo, los clérigos deben
aceptar y desempeñar fielmente la tarea que les encomiende su Ordinario.”

En el §1 aparece el problema que ya vimos sobre si los laicos pueden tener o no potestad de
gobierno. Es un parágrafo doctrinal. Por la potestad de orden no hay duda, sólo los clérigos
pueden recibir oficios que requieran la potestad de orden. El problema está en la segunda parte “o la
potestad de régimen eclesiástico”.
La cuestión está en si este canon es meramente disciplinar o si es dogmático, porque si es
meramente disciplinar regula en este momento determinado pero puede cambiar según las
necesidades del momento, pero si es dogmático quiere decir que tiene un fundamento teológico que
impide participar a los laicos de la potestad de régimen en la Iglesia.

La cuestión por tanto está en la vía de funcionamiento de la potestad de gobierno.


- Si es el sacramento del orden: el no ordenado no puede recibir oficios que
requieran la potestad de gobierno.

101
Derecho Canónico

- Si no, el que no está ordenado puede recibirlos.

Aun en el caso de que no pertenezca al sacramento del orden, los oficios serían de
participación limitada, y subordinados a los que tienen el sacramento del orden. Esto es porque no
se quiere que haya una doble jerarquía en la que los ordenados celebren los sacramentos mientras
que los laicos gobiernen o rijan.

En el c. 1421 § 2 hay una contradicción con el c. 274 § 1, porque dice que un laico puede
formar parte de un tribunal colegial, con auténtica potestad de jurisdicción. No se ha podido
justificar esta contradicción, simplemente lo es:
- Para compaginarlo con el c. 274, se ha dicho a veces que en un tribunal eclesial la potestad
la tiene el colegio que juzga y no sus componentes (porque el laico no puede ser juez único sino
formando parte de un colegio de tres en el que los otros dos no son laicos), pero la explicación no es
satisfactoria, porque la potestad la tienen las personas, no la institución; de hecho, en el
funcionamiento del colegio, puede ser decisivo el voto de un juez, porque las decisiones se toman
por mayoría, y el voto decisivo puede ser el del juez laico.
- Otro intento de compaginarlo es decir que el termino “juez” se trata en este c. 274 en
sentido amplio, queriendo decir “asesor” pero no un juez con potestad de jurisdicción, pero esto va
en contra del lenguaje del Código, el cual distingue entre juez y asesor, y contradice el
funcionamiento del Colegio: “un juez un voto”.
- También se ha dicho que la potestad judicial no es potestad de jurisdicción, pero esto no es
así, pues la potestad de jurisdicción es la potestad: legislativa, ejecutiva y judicial.
Sigue existiendo discusión.

▬▬▬

3.- La colaboración con otros clérigos y con los laicos

En el c. 275 aparecen dos cuestiones:

- La unión y colaboración con los demás clérigos (§ 1).


- La unión y colaboración con los demás laicos (§ 2).

● “c. 275 § 1. Los clérigos, puesto que todos trabajan en la misma obra, la edificación del
Cuerpo de Cristo, estén unidos entre sí con el vínculo de la fraternidad y de la oración, y
fomenten la mutua cooperación, según las prescripciones del derecho particular.
§ 2. Los clérigos deben reconocer y fomentar la misión que, por su parte, ejercen los
laicos en la Iglesia y en el mundo.”

Estas cuestiones aparecen desarrolladas también en el “Directorio para el ministerio y la


vida de los presbíteros”, nºs 25-27.

Los clérigos deben fomentar la cooperación.

▬▬▬
4.- Obligación de los clérigos de buscar la santidad

● “c. 276 § 1. Los clérigos en su propia conducta, están obligados a buscar la santidad por una
razón peculiar, ya que, consagrados a Dios por un nuevo título en la recepción del orden, son
administradores de los misterios del Señor en servicio de su pueblo.”

Dice por “una razón peculiar”, distinta de la general, distinta de la vocación universal a la
santidad de todo el bautizado que dice en c. 210, es la nueva consagración a Dios por un nuevo
título (además del de cristiano):
1º El clérigo está consagrado a Dios por un nuevo título y ese título es el sacramento.

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2º Es administrador de los misterios del Señor.

El § 2 habla de los medios para alcanzar esta perfección (También en el Directorio para el
ministerio y la vida de los presbíteros nºs 38-42, 48-54, 68):

● “c. 276 § 2. Para poder alcanzar esta perfección:

- Cumplir las tareas del ministerio pastoral:

1.º cumplan ante todo, fiel e incansablemente, las tareas del ministerio pastoral;”

- Lectura frecuente de la Sagrada Escritura y celebración diaria de la Eucaristía:

“2.º alimenten su vida espiritual en la doble mesa de la sagrada Escritura y de la


Eucaristía; por eso, se invita encarecidamente a los sacerdotes a que ofrezcan
cada día el Sacrificio eucarístico, y a los diáconos, a que participen diariamente
en la misma oblación;”

Se invita encarecidamente equivale a obligación, pero no es una obligación, ya que el


legislador consideró que no hacía falta poner obligación para algo que se debía ver
como algo normal, que se entendía sin necesidad de decirlo como algo muy
importante, incluso aunque no haya fieles presentes.
▬▬▬

● “c. 904.- Los sacerdotes, teniendo siempre presente que en el misterio del
Sacrificio eucarístico se realiza continuamente la obra de la
redención, deben celebrarlo frecuentemente; es más, se recomienda
encarecidamente la celebración diaria, la cual, aunque no pueda
tenerse con asistencia de fieles, es una acción de Cristo y de la
Iglesia, en cuya realización los sacerdotes cumplen su principal
ministerio.”
▬▬▬
- La celebración de la Liturgia de las horas:

“3.º los sacerdotes, y los diáconos que desean recibir el presbiterado, tienen
obligación de celebrar todos los días la liturgia de las horas según sus libros
litúrgicos propios y aprobados; y los diáconos permanentes han de rezar aquella
parte que determine la Conferencia Episcopal;”

Los diáconos: por el presbiterado, adquieren la obligación de su celebración íntegra.


Se asume mediante promesa en la ordenación diaconal, aunque el fundamento no
está en la promesa, sino que es una expresión de lo que se tiene por ley: la obligación
personal que vincula aunque no haya una comunidad presente. El contenido de la
obligación es: todas las horas, aunque no coincidan con la verdad de los tiempos
(recuperando al menos los salmos). El final del día acaba con la obligación, es deicr,
no hay que hacer horas de días anteriores.
Es pecado grave no rezar laudes o vísperas sin razón ninguna.

Los diáconos permanentes: han de rezar aquella parte que determine cada
Conferencia Episcopal, y en España, la CEE, ha determinado que sea Laudes y
Vísperas.

Los religiosos no clérigos: están obligados en la medida en que lo indiquen sus


constituciones (también puede ser íntegra).

Hay una respuesta (ver para examen) de la Congregación del culto divino, de 15 de
noviembre de 2000, por la que se detalla este canon de la obligatoriedad. En cuanto a

103
Derecho Canónico

la gravedad con que obliga, obliga gravemente, sobre todo Laudes y Vísperas. El
Derecho Canónico obliga en conciencia, no es una mera ley externa, obliga
moralmente. Las consecuencias del incumplimiento no son las mismas dependiendo
de cada norma, depende de si afecta más o menos gravemente a la comunión eclesial.

- La obligación de asistir a los retiros espirituales:

“4.º están igualmente obligados a asistir a los retiros espirituales, según las
prescripciones del derecho particular;”

Esto comprende tanto los retiros espirituales como los ejercicios espirituales.
En Madrid, la obligatoriedad está restringida a los sacerdotes de los primeros 5 años
después de la ordenación, los cuales tienen la obligación de asistir a algunos retiros
dados por el obispo.

- Oración, sacramento de la penitencia (no se establece la frecuencia), veneración a la


Virgen María y otros medios de santificación:

“5.º se les insta a que hagan todos los días oración mental, accedan
frecuentemente al sacramento de la penitencia, tengan peculiar veneración a la
Virgen Madre de Dios y practiquen otros medios de santificación tanto comunes
como particulares.”
La oración mental es la meditación como la leccio divina, etc.
▬▬▬
5.- Obligación del celibato

Aparece en el c. 277 de Derecho Canónico y en los números 57-60 del “Directorio para el
ministerio y la vida de los presbíteros” del año 1994; es un documento muy bien hecho. Entra
para examen.

● “c. 277 § 1. Los clérigos están obligados a observar una continencia perfecta y perpetua por el
Reino de los cielos y, por tanto, quedan sujetos a guardar el celibato, que es un don peculiar de
Dios, mediante el cual los ministros sagrados pueden unirse más fácilmente a Cristo con un
corazón entero y dedicarse con mayor libertad al servicio de Dios y de los hombres.”

Aparece aquí la obligación de celibato en la Iglesia Latina. Aparece motivado como una
gracia, como un don de Dios, y la ley lo protege. Pero el fundamento no es la ley sino el don de
Dios. No procede directamente del ministerio sacerdotal recibido, pero sí es muy conveniente.
En la Iglesia católica de rito latino sólo se concede el sacramento del Orden a los célibes, las
razones o fundamento de ello aparecen al final del § 1 del canon:

- Cristológica: Unirse más fácilmente a Cristo (identificación con Cristo).


- Pastoral: dedicarse con mayor libertad al servicio de Dios y de los hombres
(dedicación plena).

Aunque se olvidase de la promesa en el diaconado queda igual de obligado por el don que
recibe de Dios en la ordenación.
La Iglesia oriental católicas ordena varones casados, pero también se ve la unión entre
Iglesia y celibato porque una vez que uno está ordenado se le prohíbe el matrimonio, si uno se
ordena célibe o enviuda no se puede casar. Además, exige que los obispos sean célibes.
Se asume verdaderamente en el rito de la ordenación ministerial. El fundamento no está en
la promesa, si por algún motivo ésta faltara seguiría obligando; con la promesa se asume
públicamente la obligación que se tiene de guardar el celibato: por el don recibido y por la voluntad
de la Iglesia.
La promesa está vinculada a la ordenación. Suele suceder que la promesa se hace unos días
antes ante el obispo o ante el rector del seminario, pero obliga desde el momento de la ordenación.
104
De modo que si uno no se ordena tras hacer la promesa, no necesita dispensa de ella, pues no obliga
hasta que no se ordena.

El § 2 habla de la prudencia en la relación con aquellas personas que pueden poner en


peligro el celibato de los clérigos:

● “c. 277 § 2. Los clérigos han de tener la debida prudencia en relación con aquellas personas
cuyo trato puede poner en peligro su obligación de guardar la continencia o ser causa de
escándalo para los fieles.”

El § 3 trata sobre la responsabilidad del obispo para establecer normas concretas en esta
materia o para emitir un juicio y urgir el cumplimiento:

§ 3. Corresponde al Obispo diocesano establecer normas más concretas sobre esta


materia y emitir un juicio en casos particulares sobre el cumplimiento de esta obligación.”

Ej.: en Madrid, el Obispo ha puesto la norma de que sean célibes los capellanes de las
Iglesias católicas de rito oriental que estén en esta diócesis, para evitar la confusión.

▬▬▬

6.- Derecho de asociación de los clérigos (c. 278)

● “c. 278 § 1. Los clérigos seculares tienen derecho a asociarse con otros para alcanzar fines
que estén de acuerdo con el estado clerical.”

El derecho de asociación es un derecho reconocido para los clérigos seculares. Pueden


asociarse con clérigos o laicos.

Los religiosos no lo tienen, porque están asociados a un tipo de asociación muy fundamental
que es el instituto religioso; eso no significa que no puedan ser miembros de una asociación, pero
no tienen el derecho que tienen los seculares, necesitarían del permiso del superior, mientras que el
presbítero secular no.

Este derecho está limitado por la finalidad de la asociación, ésta tiene que tener fines que
estén de acuerdo con el estado clerical.
En el Código se recomiendan algunas asociaciones:

● “c. 278 § 2. Los clérigos seculares han de tener en gran estima sobre todo aquellas
asociaciones que, con estatutos revisados por la autoridad competente, mediante un plan de
vida adecuado y convenientemente aprobado, así como también mediante la ayuda fraterna,
fomentan la búsqueda de la santidad en el ejercicio del ministerio y contribuyen a la unión de
los clérigos entre sí y con su propio Obispo.”

1º.- Asociaciones de la Iglesia (canónicas, no civiles) con los estatutos revisados por la
autoridad competente (el obispo u otra autoridad) es decir, aprobadas por la Iglesia.

2º.- Que ayude al clérigo a vivir mejor sus obligaciones sacerdotales.

3º.- Que fomente la comunión eclesial entre los clérigos. Entre ellos y con el obispo.
El § 3 trata de las asociaciones prohibidas para los clérigos:

● “c. 278 § 3. Absténganse los clérigos de constituir o participar en asociaciones cuya finalidad
o actuación sean incompatibles con las obligaciones propias del estado clerical o puedan ser
obstáculo para el cumplimiento diligente de la tarea que les ha sido encomendada por la
autoridad eclesiástica competente.”

105
Derecho Canónico

Aquellas incompatibles con el estado clerical, se dicen los criterios, o bien anque no sea
incompatible dificulte el estado clerical. No se cita ningún nombre en concreto.
▬▬▬

A este respecto, una Declaración de la Sagrada Congregación para el Clero, de 8 de marzo


de 1982 (AAS 74, [1982] 642-645), denominada “Quidam Episcopi”, referida a las Asociaciones
políticas (son legitimas para los laicos) y sindicales (son legitimas para los laicos), tras reiterar el
derecho de asociación de los clérigos y sus razonables límites, reconoce la existencia de
asociaciones inconciliables con el estado clerical y por tanto absolutamente prohibidas (no para los
laicos). Entre ellas se mencionan:

- Asociaciones que persiguen finalidades políticas: aunque se presenten con


apariencia de favorecer ideales humanitarios, como la paz y el progreso social. La razón es
la de que el sacerdote tiene que ser instrumento de unidad y no de favorecer unas
situaciones concretas.

- “Asociaciones que pretenden reunir a los clérigos en una especie de “sindicato”,


convirtiendo el ministerio sacerdotal en una relación laboral, y a los sagrados pastores en
empresarios. Dañan la comunión jerárquica.

- Asociaciones que dañan la comunión jerárquica.


▬▬▬

Respecto de las asociaciones prohibidas, las hay también para todos los fieles (no sólo para
los clérigos), y son las del c. 1374:

● “c. 1374.- Quien se inscribe en una asociación que maquina contra la Iglesia, debe ser
castigado con una pena justa; quien promueve o dirige esa asociación, ha de ser castigado con
entredicho.”

Son aquellas asociaciones que “maquinan contra la Iglesia”, es una expresión tradicional.

Se ha preguntado en qué situación queda la “Masonería”, pues en el Código del 17’ estaba
prohibida como delito (prohibición expresa) pero en el Código de 83 no hay nada; esta pregunta se
ha promovido por las propias asociaciones masónicas. A ello respondió la Congregación en el año
1983, el 26 de noviembre, por medio de la Declaración oficial Quaesitum est que dice lo siguiente:

1) En ella se dice que permanece inmutado el juicio negativo de la Iglesia sobre la


Masonería, porque sus principios son incompatibles con la fe de la Doctrina de la
Iglesia.
2) El hecho de que no se mencione en el Código responde a un criterio redaccional: no
mencionar explícitamente ninguna asociación. En este documento, la Masonería está
incluida en esas asociaciones y la inscripción en ella continúa prohibida para los
católicos.
3) Los fieles que pertenezcan a ellas están objetivamente en situación de pecado grave, y
están en situación de no poder acceder a la comunión.
4) Las autoridades eclesiásticas locales no pueden pronunciarse en un juicio distinto a éste
en lo referente a este tema. Se respondió esto porque se había dicho que dependiendo de
los países en que la masonería no maquinara contra la Iglesia los obispos podían
permitirlo. El documento dice que no, porque es una cuestión doctrinal de fondo, en
cuanto a los principios de la masonería, independientemente de que se lleven mejor o
peor con la Iglesia.
▬▬▬
7.- La formación permanente

106
Está regulada por el c. 279; y el Directorio para el ministerio y la vida de los presbíteros, nºs
69-97):

● “c. 279 § 1. Aun después de recibido el sacerdocio, los clérigos han de continuar los estudios
sagrados, y deben profesar aquella doctrina sólida fundada en la sagrada Escritura, transmitida
por los mayores y recibida como común en la Iglesia, tal como se determina sobre todo en los
documentos de los Concilios y de los Romanos Pontífices; evitando innovaciones profanas de la
terminología y la falsa ciencia.”

Aparece como una obligación que surge en primer lugar del ministerio recibido, y en
segundo lugar de la obligación jurídica. El objetivo sobre todo son las ciencias sagradas; la
formación permanente debe ser sólida, para profesar una doctrina sólida. Dice “evitando
innovaciones profanas de la terminología y la falsa ciencia” , este término, “falsa ciencia”, viene
de 1 Tm 6,20: “20 Timoteo, guarda el depósito. Evita las palabrerías profanas, y también las
objeciones de la falsa ciencia; 21 algunos que la profesaban se han apartado de la fe. La gracia
con vosotros.” refiriéndose supuestamente a los gnósticos.

● “c. 279 § 2. Según las prescripciones del derecho particular, los sacerdotes, después de la
ordenación, han de asistir frecuentemente a las lecciones de pastoral que deben establecerse,
así como también a otras lecciones, reuniones teológicas o conferencias, en los momentos
igualmente determinados por el mismo derecho particular, mediante las cuales se les ofrezca la
oportunidad de profundizar en el conocimiento de las ciencias sagradas y de los métodos
pastorales.”

Se remite al derecho particular, el Obispo diocesano es el responsable de establecer medidas


formativas, algunas obligatorias, otras opcionales.

● “c. 279 § 3. Procuren también conocer otras ciencias, sobre todo aquellas que están en
conexión con las sagradas, principalmente en la medida en que ese conocimiento ayuda al
ejercicio del ministerio pastoral.”

Que también se conozcan otras ciencias. El último responsable de la formación permanente


es propio presbítero.
▬▬▬

8.- Sobre la vida en común de los clérigos

● “c. 280.- Se aconseja vivamente a los clérigos una cierta vida en común, que, en la medida de
lo posible, ha de conservarse allí donde esté en vigor.

Se refiere a los clérigos seculares diocesanos, porque los religiosos están obligados por sus
reglamentos. Es una recomendación (“se aconseja vivamente”) no una obligación como en el caso
de los clérigos.

El fundamento está en la Presbyterorum ordinis 8, “la íntima fraternidad sacramental”.


“Los presbíteros, constituidos por la Ordenación en el Orden del
Presbiterado, están unidos todos entre sí por la íntima fraternidad sacramental y
forman un presbiterio especial en la diócesis a cuyo servicio se consagran bajo el
Obispo propio.” PO 8

La finalidad es práctica, la ayuda mutua en el cultivo de la vida espiritual y en la actividad


pastoral, así como un apoyo frente a la soledad:

“A fin de que los presbíteros encuentren mutua ayuda en el cultivo de la vida


espiritual e intelectual, puedan cooperar mejor en el ministerio y se libren de los
peligros que pueden sobrevenir por la soledad” PO 8

107
Derecho Canónico

La forma de esa vida en común reviste formas distintas:

“Puede tomar formas variadas, según las diversas necesidades personales o


pastorales; por ejemplo, vida en común; donde sea posible, mesa común o, a lo
menos, frecuentes y periódicas reuniones.” PO 8
▬▬▬
El interés del legislador recomienda que los párrocos tengan cierta vida de convivencia.
La recomendación del legislador viene facilitada en algunos cánones:

● “c. 533 § 1. El párroco tiene obligación de residir en la casa parroquial, cerca de la iglesia; sin
embargo, cuando en casos particulares haya una causa justa, el Ordinario del lugar puede
permitir que habite en otro lugar, sobre todo en una casa común de varios presbíteros, con tal
de que se provea adecuada y eficazmente al cumplimiento de las tareas parroquiales.”

Este canon regula una excepción de residencia cuando hay causa justa, sobre todo para vivir
en común con otros presbíteros, con permiso del obispo.
▬▬▬
En el c. 550 § 1 se dice lo mismo para el vicario parroquial:

● “c. 550 § 1. El vicario parroquial está obligado a vivir en la parroquia, o en una de ellas si ha
sido constituido para varias; sin embargo, por causa justa, el Ordinario del lugar puede permitir
que resida en otro sitio, sobre todo en la casa donde habiten juntos varios presbíteros, con tal
de que no sufra ningún perjuicio el cumplimiento de las funciones pastorales.”

En el § 2 también se dice que los párrocos y los vicarios parroquiales tengan cierta
convivencia en la casa parroquial:

● “c. 550 § 2. Cuando sea posible, cuide el Ordinario del lugar de que el párroco y los vicarios
tengan cierta convivencia en la casa parroquial.”

Todos estos cánones hay que completarlos con el Directorio de la vida de los presbíteros del año 94. El
capítulo de la Formación permanente no hace falta. Sale para examen.
▬▬▬

9.- Sobre la remuneración de los clérigos

● “c. 281 § 1. Los clérigos dedicados al ministerio eclesiástico merecen una retribución
conveniente a su condición, teniendo en cuenta tanto la naturaleza del oficio que desempeñan
como las circunstancias del lugar y tiempo, de manera que puedan proveer a sus propias
necesidades y a la justa remuneración de aquellas personas cuyo servicio necesitan.”

Los clérigos merecen (equivale a “tienen derecho” pero se evitó esta expresión para evitar
que fuera visto como un contrato de trabajo) una remuneración adecuada, el fundamento es la
dedicación exclusiva exigida al ministerio sagrado sin poder realizar otro trabajo remunerado.

Los responsables

¿Quiénes deben sustentar al clero? El responsable inmediato: es el obispo de la


incardinación (o los superiores inmediatos). De forma mediata: los responsables son los fieles para
los que el clérigo está a su servicio.

La medida de la remuneración – Criterios de Remuneración

- El primer criterio del Código para establecer la medida de la remuneración aparece como
la “conveniente a su condición”, lo cual aparece desarrollado en Presbyterorum ordinis 20, en
donde aparecen también varios criterios para establecer la remuneración adecuada dependiendo de
la condición:
108
“Pero la remuneración que cada uno ha de recibir, habida consideración de la
naturaleza del cargo mismo y de las condiciones de lugares y de tiempos, sea
fundamentalmente la misma para todos los que se hallen en las mismas circunstancias,
sea digna a su condición y les permita, además, no sólo proveer a la paga de las personas
dedicadas al servicio de los presbíteros, sino, también, ayudar personalmente de algún
modo, a los necesitados, porque el ministerio para con los pobres los apreció muchísimo
la Iglesia ya desde sus principios. Esta remuneración, además, sea tal que permita a los
presbíteros disfrutar de un tiempo debido y suficiente de vacaciones cada año, cosa que
deben procurar los Obispos.” PO 20

1º) Que lleven una vida decorosa, que puedan satisfacer su propia necesidad con
dignidad y sencillez.
2º) Que puedan retribuir a quienes les prestan servicio (ej.: limpieza de la casa, etc.).
3º) Que puedan dar limosna personalmente a los pobres y necesitados.
4º) Que puedan tener cada año el tiempo de vacaciones.

- El segundo criterio que da el código es “teniendo en cuenta la naturaleza del oficio que
desempeña como las circunstancias de lugar y de tiempo” , la tarea encargada por el obispo. Esto
a veces se ha criticado, pues se ha dicho que ¿por qué unos ganan más que otros si en todos hay una
entrega completa y además la asignación del oficio depende del obispo y no de sí mismo. La
interpretación de este criterio sobre la naturaleza del oficio es que unos oficios tienen objetivamente
más gastos que otros.

La asistencia social

● “c. 281 § 2. Se ha de cuidar igualmente de que gocen de asistencia social, mediante la que se
provea adecuadamente a sus necesidades en caso de enfermedad, invalidez o vejez.”

Para el caso de enfermedad, invalidez o vejez, corresponde al obispo proveer de los medios.
En España se tiene régimen general de la Seguridad Social.

La remuneración de los diáconos permanentes

El c. 281 § 3 trata de los diáconos casados, dedicados al ministerio eclesiástico a tiempo


pleno:

● “c. 281 § 3. Los diáconos casados plenamente dedicados al ministerio eclesiástico merecen
una retribución tal que puedan sostenerse a sí mismos y a su familia; pero quienes, por ejercer
o haber ejercido una profesión civil, ya reciben una remuneración, deben proveer a sus propias
necesidades y a las de su familia con lo que cobren por ese título.”

En este canon se dice que si se pueden mantener por la profesión civil y remunerada que
siguen ejerciendo, se deben mantener por esa vía. Si no, tienen que recibir la remuneración a través
de la Iglesia, para que puedan mantenerse así mismos y a su familia (tendrá que ser mayor que si
fueran célibes). Por este motivo, en España, se exige para el diaconado permanente, que mantengan
la profesión civil, y no se les exige por ello dedicación diaconal plena.

▬▬▬
10.- Sencillez y austeridad de vida

● “c. 282 § 1. Los clérigos han de vivir con sencillez y abstenerse de todo aquello que parezca
vanidad.
§ 2. Destinen voluntariamente al bien de la Iglesia y a obras de caridad lo sobrante de
aquellos bienes que reciben con ocasión del ejercicio de un oficio eclesiástico, una vez que con

109
Derecho Canónico

ellos hayan provisto a su honesta sustentación y al cumplimiento de todas las obligaciones de


su estado."

La fuente de este canon está en la Presbyterorum ordinis 17, leído (interpretado) a la luz de
Pastores dabo vobis 30. La PDV es un documento que sirve para interpretar el canon, no es una
fuente, así como el Directorio en el número 67.

Aunque no haga un voto publico de pobreza, la austeridad es una obligación que dimana de
la propia ordenación sacerdotal: PO 17 da tres razones para este estilo de vida:

1º) Para unirse más estrechamente a Cristo, con el que queda configurado por la
ordenación sacramental, desprendendose de los bienes de este mundo.

2º) Estar más disponible para el Sagrado Ministerio.

3º) Para evitar que su vida lo aleje de los pobres.

¿En qué se concreta la pobreza sacerdotal?

1º) El canon 282 § 1 dice que los clérigos han de vivir con sencillez y abstenerse de todo
aquello que parezca vanidad y lujo; así aparece también en el nº 67 del Directorio. Se refiere a la
vivienda, medios de transporte, vacaciones, es decir que elimine todo tipo de lujos.

2º) Lo que se recibe en razón del ejercicio del ministerio, una vez que se satisfagan las
necesidades del sacerdote, debe volver a la Iglesia, pues son bienes que vienen de ella. No es una
obligación, el canon dice voluntariamente, pero ayuda mucho a la pobreza sacerdotal.

▬▬▬
11.- La residencia de los clérigos

● “c. 283 § 1. Aunque no tengan un oficio residencial, los clérigos no deben salir de su diócesis
por un tiempo notable, que determinará el derecho particular, sin licencia al menos presunta
del propio Ordinario.”

- Oficio residencial: es aquel oficio que conlleva residir en el territorio en que se tiene el
oficio, ej.: el oficio de obispo, el de párroco, el de vicario parroquial, etc. Tienen la obligación de
residir en su territorio: diócesis, parroquia, etc.

El canon trata de los clérigos sin oficio residencial, tienen que residir en su diócesis y no
ausentarse por tiempo notable sin el permiso del ordinario. ¿Cuánto tiempo es eso? El canon lo deja
al derecho particular, en cada diócesis lo determinará el obispo. Si no se determina nada, se
entiende que a partir de un a tres meses es tiempo notable, y se necesita la licencia del ordinario.
Menos de un mes no se considera “tiempo notable”.

- En el canon se habla de licencia presunta: es aquella que de hecho no se tiene, pero se


presume apoyada en razones objetivas (no por capricho), se presume que si se hubiera pedido se
habría concedido. Si el presbítero no ha podido pedirla, presume que si la hubiera pedido se le
habría concedido, basado en el modo de actuar del obispo en casos parecidos.

La Instrucción de la Congregación para la Evangelización de los pueblos, de 25 de abril de


2001, aborda un caso conflictivo. Se trata de la permanencia en el extranjero de sacerdotes del clero
diocesano de territorios de misión, cuando salen por estudios, o para llevar a cabo la atención a los
inmigrantes; en muchos casos no volvían, y para abordar esta cuestión salió esta instrucción.

110
El fundamento de la obligación de residencia está en la incardinación y en la obediencia de
vida al Obispo, que éste pueda cuidar del clérigo y esté atento a su vida, aunque no tenga oficio
residencial.

● “c. 283 § 2. Corresponde también a los clérigos tener todos los años un debido y suficiente
tiempo de vacaciones, determinado por el derecho universal o particular.”

Aparece aquí el derecho de los clérigos de tener vacaciones anuales. El tiempo lo dice el
derecho particular, pues el universal no dice nada.
Para algunos oficios viene determinado por el derecho universal, ej.: para el párroco el
tiempo de vacaciones es un mes como máximo (c. 533 § 2), también para el vicario parroquial es un
mes como máximo (c. 550 § 3), para los obispos diocesanos (c. 395 § 2) o auxiliares (c. 410)
también está determinado un mes como máximo. Para los demás hay que acudir al derecho
particular o la legítima costumbre que también es ley.

Esto se ha modificado respecto al código anterior, en el cual eran dos meses para los
párrocos y tres meses para los obispos.

El tiempo de vacación debe ser facilitado por el obispo, de manera que no sufra deterioro el
cuidado pastoral de la diócesis.
▬▬▬
12.- El traje eclesiástico

● “c. 284.- Los clérigos han de vestir un traje eclesiástico digno, según las normas dadas por la
Conferencia Episcopal y las costumbres legítimas del lugar.”

Es obligatorio para todos los clérigos, y se es clérigo a partir del diaconado. No es


obligatorio para los diáconos permanentes (c. 288). Para los religiosos clérigos, la obligación está
en el c. 669 § 1 y 2:
▬▬▬
● “c. 669 § 1. Los religiosos deben llevar el hábito de su instituto, hecho de acuerdo con la
norma del derecho propio, como signo de su consagración y testimonio de pobreza.
§ 2. Los religiosos clérigos de un instituto que no tengan hábito propio, usarán el
traje clerical, conforme a la norma del can. 284.”

Para los religiosos, la obligación del uso de traje eclesiástico la suple el hábito propio de su
instituto, de acuerdo con las constituciones. Aquellos que no tengan hábito propio (autorizado por la
Santa Sede) tienen que usar el traje eclesial.
▬▬▬
Tiene que ser un traje digno, propio del clérigo, adecuado a la naturaleza del clérigo. Tiene
que ser distinto al civil, y queda a la norma de las conferencias episcopales.
La CEE dice digno o sencillo que puede ser sotana o clergyman, según las costumbres del
lugar. El fundamento de la norma está en el Directorio, en el nº 66 se recoge una carta del Papa Juan
Pablo II en el año 1982 urgiendo y explicando el sentido de la norma: dar testimonio público de la
identidad del sacerdote en un mundo secular y de su consagración, es un medio para la
evangelización. Es un testimonio para el mundo. El mundo actual secularizado necesita este signo.

Surgieron dos cuestiones:

1) Si puede haber costumbre legítima contraria al traje eclesiástico, ej.: en una comunidad
con una costumbre seria, con intención de obligarse, y habiendo sido observada legítimamente
durante 30 años continuos y completos, ininterrumpidos (cc. 25 y 26).

En la práctica ha pasado que la autoridad eclesiástica ha interrumpido el tiempo de la


costumbre. La última vez con el Directorio, en el nº 66, que la rompe en cualquier diócesis.

111
Derecho Canónico

Para romper el periodo de 30 necesario para que una costumbre se haga ley, basta con
recordar el cumplimiento de la ley contraria, pero además en este caso no sólo se recuerda sino que
se rechaza la costumbre contraria.

2) ¿El obispo puede dispensar? Si, el obispo puede dispensarla según el c. 87. Es una ley que
admite dispensa, no es estructural de la Iglesia, el obispo puede hacerlo en casos particulares por
causa justa: por el bien del sacerdote y de los fieles.

Puede haber excepciones a este canon en casos concretos, cuando usar el traje eclesiástico
pueda ocasionar un perjuicio grave para su vida. En ese caso no hay que pedir dispensa, ej.: en
lugares de persecución.

13.- Actividades ajenas al estado clerical

Son actividades de las cuales los clérigos se tienen que abstener. El criterio general son los
parágrafos § 1 y § 2: abstenerse de lo que desdice de su estado o es ajeno al estado clerical:

● “c. 285 § 1. Absténganse los clérigos por completo de todo aquello que desdiga de su estado,
según las prescripciones del derecho particular.
§ 2. Los clérigos han de evitar aquellas cosas que, aun no siendo indecorosas, son
extrañas al estado clerical.”

La razón de este canon es para evitar el peligro de daño a la buena fama del clérigo o de
verse involucrado en acciones judiciales. Son actividades prohibidas para el clérigo:

1) Aquellos cargos públicos que conllevan una participación en el ejercicio de la potestad


civil:

● “c. 285 § 3. Les está prohibido a los clérigos aceptar aquellos cargos públicos que llevan
consigo una participación en el ejercicio de la potestad civil.”

Es una prohibición absoluta, el obispo podría dispensar en casos concretos. Aquí en España
se plantea con el caso del Jurado Popular. En este caso, el clérigo tiene que recurrir a las autoridades
civiles (En el obispado hay impresos ya preparados para estos casos); en caso de no dársele el
permiso para no participar, tendrá que preguntar al obispo si debe participar o si exponerse a las
acciones judiciales que conlleve su no participación.
La razón es la propia naturaleza del ministerio sacerdotal.
▬▬▬
2) Actividades económicas seculares: se prohíbe la negociación y el comercio.

● “c. 286.- Se prohíbe a los clérigos ejercer la negociación o el comercio sin licencia de la
legítima autoridad eclesiástica, tanto personalmente como por medio de otros, sea en provecho
propio o de terceros.”

Es una prohibición absoluta, tanto personalmente como por medio de otros, para evitar el
caso de codicia. Se podría dar licencia del ordinario para casos temporales (ejemplo: por recibir un
herencia y para ver lo que hace con él).

▬▬▬

3) Administración de bienes de laicos u oficios seculares:

● “c. 285 § 4. Sin licencia de su Ordinario, no han de aceptar la administración de bienes


pertenecientes a laicos u oficios seculares que lleven consigo la obligación de rendir cuentas; se
les prohíbe salir fiadores, incluso con sus propios bienes, sin haber consultado al Ordinario
propio; y han de abstenerse de firmar documentos, en los que se asuma la obligación de pagar
una cantidad de dinero sin concretar la causa.”
112
Se trata de la prohibición de administrar bienes de otros. El motivo es el peligro de daño a la
buena fama del clérigo si se implica en cuestiones económicas, o que pueda verse implicado en
cuestiones judiciales. Incluso se prohíbe salir fiadores aunque con sus propios bienes.

▬▬▬

4) Actividades políticas o sindicales:

● “c. 287 § 2. No han de participar activamente en los partidos políticos ni en la dirección de


asociaciones sindicales, a no ser que, según el juicio de la autoridad eclesiástica competente, lo
exijan la defensa de los derechos de la Iglesia o la promoción del bien común.”

La razón está en no ponerse al servicio de una ideología concreta. A no ser que lo exija el
bien de la Iglesia o el bien común (como por ej.: en el caso de que no haya laicos preparados) y
entonces el obispo lo puede permitir. Los clérigos deben trabajar para la paz y la concordia y no
para crear divisiones.
▬▬▬

(En cuanto a la adopción de menores por un clérigo se pregunta si entra en el c.285 como
“cosas extrañas al Estado Clerical”. No parece algo del todo coherente con el celibato sacerdotal:
entrega completa a Cristo en el corazón indiviso. Obstaculizaría también la obediencia y la
disponibilidad. Tampoco es coherente con la pobreza, por las cargas que conlleva. Esta sería una
prohibición implícita, podría haberla explícita dictada por un obispo o por la Santa Sede.)

14.- Respecto al Servicio Militar

● “c. 289 § 1. Dado que el servicio militar es menos congruente con el estado clerical, los
clérigos y asimismo los candidatos a las órdenes sagradas no se presenten voluntarios al
servicio militar, si no es con licencia de su Ordinario.”

Prohibición de presentarse como voluntario, no cuando era servicio militar obligatorio.


▬▬▬

15.- Exención de los diáconos permanentes

Los diáconos permanentes están más metidos en el mundo civil, y nos referimos a
exenciones de cosas que les separan del mundo civil (de su matrimonio, de su trabajo, etc):

- Exención del uso del traje eclesiástico. En Madrid, a los diáconos permanentes
casados no se les permite llevar traje eclesiástico.
- Pueden ejercer cargos públicos con autoridad civil.
- Pueden realizar actividades económicas seculares.
- Pueden tener participación política y sindical

▬▬▬

● “c. 288.- A no ser que el derecho particular establezca otra cosa, las prescripciones de los
cann. 284, 285 § 3 y 4, 286, 287, § 2, no obligan a los diáconos permanentes.”

▬▬▬

CAPÍTULO IV
De la pérdida del estado clerical

113
Derecho Canónico

Para referirse a este derecho, ha habido un cambio de terminología respecto al Código


anterior: antes se decía “reducción al estado laical”, ahora decimos “perdida del estado clerical”,
porque la terminología anterior indicaba una minusvalía del estado laical. Para comprender este
canon vamos a ver algunas relaciones previas.

1.- Relación entre el Sacramento del Orden y el estado clerical

Por el Sacramento del Orden, el presbítero queda configurado con Cristo, capacita para
celebrar los sacramentos, y no se pierde nunca. El orden sagrado (que es el sacramento recibido)
no se identifica con el estado clerical, que es otra cosa: el conjunto de los derechos y deberes que
están unidos con el Orden Sagrado (c. 283-289), el estado de vida.

Por tanto, el estado clerical presupone la ordenación, no puede haber un clérigo que no esté
ordenado. Pero no se identifica con ella.

Se puede perder el estado clerical sin perder la ordenación recibida. Se pueden perder los
derechos y deberes del clérigo ordenado, pero no al revés: no se puede dar el caso de un clérigo que
no esté ordenado. Un ordenado no clérigo es posible aunque excepcional.

2.- Diferencia entre la pérdida del estado clerical y la prohibición del ejercicio del ministerio

Un obispo puede prohibir a un presbítero que ejerza el ministerio, parcial o completamente,


pero sigue siendo clérigo. Por ej.: es el caso de un religioso que es expulsado hasta que no encuentre
un obispo que le acoja; sigue siendo clérigo, con los derechos y deberes de los clérigos.

La pérdida del estado clerical no conlleva siempre la dispensa de la obligación del celibato.

● “c. 291.- Fuera de los casos a los que se refiere el can. 290, n.1 , la pérdida del estado clerical
no lleva consigo la dispensa de la obligación del celibato, que únicamente concede el Romano
Pontífice.”

Ésta la concede sólo el romano pontífice, hace falta un acto personal del romano pontífice, la
pérdida del estado clerical y la dispensa de la obligación del celibato son dos actos distintos.

▬▬▬

3.- Modos de pérdida del estado clerical (c. 290)

● “c.290.- Una vez recibida válidamente la ordenación sagrada, nunca se anula. Sin embargo,
un clérigo pierde el estado clerical:
1.º por sentencia judicial o decreto administrativo, en los que se declare la invalidez de
la sagrada ordenación;
2.º por la pena de dimisión legítimamente impuesta;
3.º por rescripto de la Sede Apostólica, que solamente se concede, por la Sede
Apostólica, a los diáconos, cuando existen causas graves; a los presbíteros, por causas
gravísimas.”

1) La invalidez de la sagrada ordenación, la nulidad: en este caso, la ordenación no ha


producido ningún efecto, nunca ha sido sacerdote o diácono. Si se constata que la ordenación no es
válida se constata que tampoco ha sido clérigo. Es una acto declarativo, no constitutivo, de una
realidad preexistente: nunca se ha estado ordenado.

El clérigo deja de estar sujeto, incluso a la obligación del celibato, cesan todos los derechos
y obligaciones incluido el celibato. Nunca han surgido las obligaciones, aunque haya hecho las
114
promesas, puesto que no hacen falta las promesas para adquirir las obligaciones. La invalidez puede
provenir:
a) Por parte del ordenado, por faltar alguno de los siguientes requisitos:
1.º) Ser varón.
2.º) Estar bautizado.
3.º) Tener intención de ser ordenado. En relación con la libertad, la falta de
libertad no tiene porqué afectar a la intención. Internamente lo rechaza.

b) Por parte del ordenante:


1.º) Si el ordenante nos es obispo
2.º) Sino tiene intención de ordenar
3.º) Si no emplea la materia y la forma.
Es muy raro esto pasar pero alguna vez ha pasado. En caso de simonía es válido pero es un pecado
grave.

2) Como pena por un delito grave legítimamente impuesta: es una expulsión de estado
clerical contra la voluntad del clérigo. Es una pena gravísima, para delitos de extrema gravedad,
establecidos por la ley universal. Es una pena ferendae sententiae, no es automática sino que la
expulsión se realiza siempre a través de un proceso judicial con un tribunal colegial (compuesto por
entre 3 y 5 jueces). No interviene el Romano Pontifice y por eso no pierde la obligación del
celibato. Los casos de delito son los siguientes:

a) Delito de apostasía de la fe, herejía o cisma. Siempre a través de un juicio.


b) Profanación de las Especies Consagradas, (c. 1367).
c) Violencia física contra el Romano Pontífice, (1370 § 1).
d) Los casos más graves del delito de solicitación, es decir cuando el confesor solicita a un
penitente contra el sexto mandamiento, (1387).
e) El clérigo que atenta matrimonio aunque sea civil, (1394 § 1).
f) El clérigo concubinario; y el clérigo que comete un delito contra el 6º mandamiento con
violencia o amenazas, o con un menor de 16 años, (1395)

Conlleva la liberación de todas las obligaciones menos la del celibato, la dispensa del
celibato la tiene que pedir el interesado y concederla el Romano Pontífice (c. 291).

3) Por rescripto de la Sede Apostólica: se llama también “secularización”, y tiene lugar a


petición del interesado por medio de un rescripto de la Sede Apostólica. Se concede a los diáconos
por causa grave, y a los presbíteros por causas gravísimas.
La normativa es del 14 de octubre de 1980, la promulgó por aquel entonces la
“Congregación para la Doctrina de la Fe” (ahora la encargada es la “Congregación para los
Sacramentos”. Viene precedida de una Carta de Juan Pablo II que constata dolorosamente el
número de los sacerdotes que habían pedido la dispensa en los últimos años.
La dispensa de las obligaciones no es ningún derecho, sino al revés, es la Iglesia la que tiene
derecho a exigir al sacerdote fidelidad. No es un derecho sino una gracia que la Iglesia concede por
el bien de esa persona y de la Iglesia.

Después aparecen los casos en que se puede solicitar la dispensa, lo más importante es:

a) Cuando la causa es anterior a la ordenación (causas preexistentes), como por ej.: por falta
de idoneidad del candidato cuando se ordenó, es algo preexistente a la ordenación, porque se ocultó
por el candidato o porque no fue tomado en cuenta por los formadores, o por falta de libertad o
presiones graves (siempre a petición del interesado).
El obispo diocesano hace la instrucción del suceso y constata que las causas son existentes
(atraves de la declaración del interesado, de testimonios, etc, para después mandarlo a la Santa
Sede. Pierda del estado clerical y del celibato.

115
Derecho Canónico

b) No se excluye por causas posteriores a la ordenación, siempre han sido casos


irreversibles, situaciones muy consolidadas, en que se ha considerado que es mejor dispensarlo, por
su bien y por el de la Iglesia.
▬▬▬
Canon 298
Pierde los derechos y obligaciones.
Se les prohíbe ejercer la potestad del orden. Salvo en caso de muerte.
Queda privado de todos oficios o potestades que tuviera.

4.- El eventual ejercicio del sacerdocio por un sacerdote que ha perdido el estado clerical

Para un clérigo que ha perdido el estado clerical aquí se plantea el eventual ejercicio de la
potestad de Orden: está prohibido tanto por indulto, como por rescripto, como por expulsión. A
pesar de la pérdida del estado clerical tanto por rescripto como por expulsión, se sigue siendo
sacerdote, sólo se pierde el estado clerical (no ocurre así en el caso de indulto en que nunca lo fue).
Si el sacerdote ejerciera en contra de la Iglesia, sería válido excepto en los casos en que hace
falta potestad jurídica.

Ej.: para celebrar la Eucaristía sólo hace falta la potestad de orden, luego sería válida.

Ej.: para el sacramento de la penitencia también hace falta la potestad jurídica, se requiere la
facultad para confesar, luego no sería válido el sacramento. Hay un único caso en que está
permitido ejercer la potestad de orden, siendo el sacramento de la penitencia válido y lícito (c. 976):
es el caso de la absolución de un penitente que se encuentra en peligro de muerte, en este caso
puede absolver cualquier sacerdote; la Iglesia se lo permite aunque esté presente un sacerdote
aprobado, la razón es la de evitar cualquier tipo de limitación por el bien del penitente.

5.- Readmisión al estado clerical

La posibilidad aparece en el c. 293:

● “c. 293.- El clérigo que ha perdido el estado clerical no puede ser adscrito de nuevo entre los
clérigos, si no es por rescripto de la Sede Apostólica.”

La posibilidad no está cerrada, sobre todo en el caso de la secularización, pero tiene que ser
por rescripto de la Sede Apostólica. Para que la Santa Sede lo acoja, tiene que encontrar un obispo
que lo acoja y valore el caso. Hace falta también un periodo de prueba viviendo en una
residencia religiosa y con la supervisión de un sacerdote, y garantía de cumplir las funciones
sacerdotales sin escándalo en la diócesis. Siempre que lo cumpla y en ese periodo no haya
escándalo puede ser aceptado por la Santa Sede que lo hace por rescripto.

▬▬▬
5. A. d) Los fieles en la vida consagrada (c. 573-730)

PARTE III
DE LOS INSTITUTOS DE VIDA CONSAGRADA
Y DE LAS SOCIEDADES DE VIDA APOSTÓLICA.

SECCIÓN I
DE LOS INSTITUTOS DE VIDA CONSAGRADA

Título I.- Normas comunes a todos los institutos de vida consagrada (cc. 573-606).

116
Título II.- De los institutos religiosos, un tipo de institutos de vida consagrada, son los que están
más reglamentados (cc. 607-709).
Título III.- De los institutos seculares, otro tipo de institutos de vida consagrada (cc. 710-730).

Título I
Normas comunes a todos los institutos de vida consagrada

Vamos a ver en primer lugar las normas comunes para los institutos de vida consagrada
tanto religiosos como seculares; en ambos casos hay vida consagrada.

1.- Definición de “vida consagrada”

● “c. 573 § 1. La vida consagrada por la profesión de los consejos evangélicos es una forma
estable de vivir en la cual los fieles, siguiendo más de cerca a Cristo bajo la acción del Espíritu
Santo, se dedican totalmente a Dios como a su amor supremo, para que, entregados por un
nuevo y peculiar título a su gloria, a la edificación de la Iglesia y a la salvación del mundo,
consigan la perfección de la caridad en el servicio del Reino de Dios y, convertidos en signo
preclaro en la Iglesia, preanuncien la gloria celestial.”

El elemento fundamental por el que se da la vida consagrada es la profesión de los consejos


evangélicos. La vida consagrada tiene cuatro elementos constitutivos:

1) Estabilidad: es un estado o forma estable de vida.


2) Seguimiento cercano de Cristo: por la acción del Espíritu Santo, siguiendo el estilo de
vida de Cristo con los consejos evangélicos.
3) Conseguir la perfección de la caridad: antiguamente “perfección de la vida consagrada”.
4) Para la edificación de la Iglesia y la salvación del mundo.

● La vida consagrada se puede vivir:

a) De forma individual: es el caso de los eremitas o las vírgenes de vida consagrada.

b) De forma asociada: es el caso de los institutos de vida consagrada.

● Además, la vida consagrada se puede vivir de forma pública o privada:

a) Vida consagrada pública: aquella que la Iglesia reconoce afirmativamente.

b) Vida consagrada privada: sin el reconocimiento de la autoridad de la Iglesia;


aunque se profesan los consejos evangélicos, se hace por consagración privada
ante Dios. También es vida consagrada.

2.- Los institutos de vida consagrada

● “c. 573 § 2. Adoptan con libertad esta forma de vida en institutos de vida consagrada
canónicamente erigidos por la autoridad competente de la Iglesia aquellos fieles que, mediante
votos u otros vínculos sagrados, según las leyes propias de los institutos, profesan los consejos
evangélicos de castidad, pobreza y obediencia, y por la caridad a la que éstos conducen, se
unen de modo especial a la Iglesia y a su misterio.”

Es una forma de vida consagrada pública, institucional y asociada. El instituto de vida


consagrada, según el canon tiene los siguientes elementos:

1) Erigido por la autoridad competente de la Iglesia:


a. Institutos de derecho pontificio: erigidos por el Sumo Pontífice.

117
Derecho Canónico

b. Institutos de derecho diocesano: erigidos por el Obispo.

2) Viven la vida consagrada mediante votos o vínculos consagrados, por los que viven los
consejos evangélicos. Los miembros se consagran por votos que son Vínculos y que son
públicos, es decir, recibidos oficialmente por la autoridad de la Iglesia.

3) Se rigen por las leyes propias de la Iglesia (CIC) y por las Constituciones de cada
instituto.

3.- Contenido de los consejos evangélicos (cc. 599-601)

● Castidad (c. 599)

● “c. 599.- El consejo evangélico de castidad asumido por el Reino de los cielos, que es signo
del mundo futuro y fuente de una fecundidad más abundante en un corazón no dividido, lleva
consigo la obligación de observar perfecta continencia en el celibato.”

- Perfecta continencia en el celibato, asumido por el Resurrección de los cielos.


- Significado escatológico: es símbolo del mundo futuro.
- Garantía de una más rica fecundidad espiritual pues renuncia a la fecundidad
natural.

● Pobreza (c. 600)

La materia es la dependencia y limitación en el uso y disposición de los bienes:

a) Dependencia: no se tiene libertad para disponer de bienes propios, y aunque se


tengan no se tiene libertad para disponer de ellos, se depende de los superiores.
Hay consagrados que los votos le hacen desprender de todos los bienes.
b) Limitación en el uso: significa utilizar pocos bienes, se refiere a la pobreza de
hecho, la posesión. Pocos bienes y dependiendo de los superiores. Dependerá de
cada instituto. La motivación aparece en la primera línea del canon y dice: “ a
imitación de Cristo, que, siendo rico, se hizo indigente por nosotros ”.

● Obediencia (c. 601)

La materia es el sometimiento de la propia voluntad a los superiores legítimos: los


designados conforme a las constituciones. El canon dice “a los superiores legítimos que hacen las
veces de Dios”. Obedecer a los superiores es obedecer a Dios. Con ello se expresa que Dios nos
guía a través de la mediación de los superiores. Consiste en el sometimiento cuando ordena algo
según las constituciones propias, no es vincula la orden o mandato arbitrario, es decir aquel que no
está de acuerdo con las constituciones propias, sino que para que sean vinculantes tienen que ser
conformes a derecho, no arbitrarios. La obediencia no obliga contra derecho, o contra la ley divina
o fuera de las constituciones.

Este es el contenido de los tres votos pero las constituciones privadas pueden demandar mas.
La motivación es el seguimiento y la imitación de Cristo.

▬▬▬

4.- La vida fraterna (c. 602)

Es un elemento común a todos los institutos de vida consagrada. Dependiendo de la


naturaleza de cada instituto hay distintos tipos o modos de vivir la vida consagrada.

118
a) En los institutos religiosos y las sociedades de vida apostólica : tienen que hacer vida en
común (en la misma casa).

b) En los institutos seculares: la vida fraterna no es en común, la vida en común no es para


todos por ley, a lo mejor sí para algunos. La motivación es vivir la consagración en
medio del mundo (no como los religiosos que la viven separados del mundo), por tanto,
no tienen la obligación de vida fraterna en común.

La fuente de vida fraterna es la común vocación, el carisma, la consagración y la misión,


formando una fraterna y peculiar unión.

Doble finalidad de la vida consagrada:

a) La ayuda mutua personal, a cada miembro para el cumplimiento fiel de la vida


consagrada.
b) Ser testimonio para el mundo de la reconciliación universal en Cristo.
▬▬▬

5.- Tipología de los institutos de vida consagrada en relación al orden sagrado

Según el modo concreto de seguimiento de Cristo de cada instituto:

● “c. 577.- En la Iglesia hay muchos institutos de vida consagrada, que han recibido dones
diversos, según la gracia propia de cada uno: pues siguen más de cerca a Cristo ya cuando ora,
ya cuando anuncia el Reino de Dios, ya cuando hace el bien a los hombres, ya cuando convive
con ellos en el mundo, aunque cumpliendo siempre la voluntad del Padre.”

El conjunto de los institutos reproduce la vida de Cristo, y cada uno se caracteriza por poner
los acentos en un aspecto compatible con los otros. Hay cuatro tipos:

1) Institutos contemplativos: siguen a Cristo cuando oran.


2) Institutos misioneros: siguen a Cristo cuando anuncian el Reino de Dios.
3) Institutos de caridad: siguen a Cristo cuando hacen el bien a los hombres.
4) Institutos seculares: siguen a Cristo cuando conviven con los hombres en el mundo,
aunque hacen siempre la voluntad del Padre.
▬▬▬

6.- Tipología en relación al Orden Sagrado (c. 588)

Los institutos de vida consagrada se distinguen en clericales y laicales. El estado de vida


consagrada no es ni clerical ni laical (c. 588 § 1), pueden entrar en ellos tanto clérigos como laicos
permaneciendo cada uno de ellos en el mismo estado. Los institutos sin embargo sí. Las personas
físicas pueden ser clérigos o laicos, pero los institutos de vida consagrada son clericales o laicales.

1) Requisitos para los institutos clericales (c. 588 § 2):

a) Tienen que estar gobernados por clérigos.


b) En sus prioridades, según el carisma, tiene que estar el ejercicio del orden
sagrado.
c) Estar reconocido como clerical por la autoridad de la Iglesia.

Esto no significa que no pueda haber laicos, pero en número menor, la carga de gobierno la
tienen los clérigos y el ejercicio del orden sagrado pertenece al carisma del instituto.

2) Requisitos para los institutos laicales (c. 588 § 3):

119
Derecho Canónico

En el carisma no se incluye el orden sagrado. No serán por tanto la mayoría clérigos, sino
los mínimos para poder atender la vida sacramental del instituto. Cuando se crean por la autoridad,
en el decreto de constitución pone “laical”. Todos los institutos femeninos son laicales.

7.- El derecho propio del instituto

El derecho propio es el derecho particular, que diferencia un instituto de otro. Todos los
instituto tienen un derecho común, el CIC, pero además tienen un derecho particular que les
identifica. Dentro del derecho particular hay dos tipos de normas:

1) “El código fundamental” propio (c. 587 § 1), también se llaman “Constituciones”. Es
el código interno propio de cada instituto que tiene que estar en el marco del CIC.

- La finalidad: es indicar y defender la identidad propia de cada instituto.

- El contenido:

1º.- La naturaleza, la finalidad y el espíritu propio de cada instituto según la


mente y la inspiración del fundador.
2º.- En segundo lugar se tienen las normas fundamentales de gobierno del
instituto: quiénes son los superiores y cómo se eligen, y la capacidad de
gobierno de cada uno.
3º.- La incorporación y la formación de los miembros.
4º.- El objeto propio de los vínculos sagrados desde el carisma propio.

Las constituciones tienen que estar aprobadas por la autoridad de la Iglesia. Para los
institutos de vida consagrada de derecho pontificio la autoridad es la santa sede, para los institutos
de vida consagrada de derecho diocesano es el obispo diocesano.

Las constituciones se pueden modificar, y la modificación tiene que ser aprobada por la
autoridad que aprobó las constituciones y que erigió el instituto.

2) “Reglamentos” o “Normas” (c. 587 § 4), son otro tipo de derecho de rango inferior, el
canon se refiere a ellos como “otros códigos”. Desarrollan las constituciones de modo detallado y
práctico. Los reglamentos como tales no necesitan la aprobación de la autoridad eclesiástica, vale
con la del superior del instituto; otra cosa es que se presenten a la autoridad para que se conozcan.
Deben estar dentro del marco de las “constituciones”, en conformidad con ellas.

8.- La justa autonomía de los institutos de vida consagrada y la dependencia respecto de la


jerarquía de la Iglesia.

Es un tema bastante delicado. Cuando se habla de la autonomía de los institutos de vida


consagrada se habla respecto de la jerarquía de la Iglesia: el Papa y los obispos diocesanos. La
autonomía aparece recogida en el c. 586, en donde se reconoce (y no se concede) a todos los
institutos de vida consagrada una “justa autonomía”, “justa” = no es independiente de la autoridad
de la Iglesia. La razón de la autonomía es la propia naturaleza del instituto religioso.
La razón de esta autonomía es para que conserven íntegro el espíritu del fundador, si los
obispos intervinieran podría no respetarse el carisma respecto a la mente del fundador. La Iglesia
reconoce el carisma y respeta esa autonomía.
Los campos principales donde el instituto vive la autonomía son en el gobierno del instituto
y en la vida interna. La autonomía de gobierno significa que el obispo diocesano no gobierna el
instituto, cada instituto tiene sus propios superiores y órganos de gobierno que aparecen en las
constituciones. También tienen autonomía en cuanto a la disciplina propia del instituto (las

120
constituciones). El obispo tiene que respetar esa autonomía. La autonomía es un instrumento
necesario para que pueda conservar ese patrimonio. Porque sino puede perder ese patrimonio. Por
eso los obispos y ordinarios del lugar deben preservar esa autonomía.

El Gobierno del instituto es hecha por los miembros del Instituto y no por el Obispo. Ver
canon 596. Los superiores de la Iglesia se tienen que ajustar al derecho canónico, para que las
decisiones sean justas (estos son los limites del superior). No puede haber criterio personal.

El instituto tiene unas normas propias. Nadie se las impone desde fuera. De tal modo que
pueda guardar su propio patrimonio.

Pero a la vez, el código de derecho reconoce la dependencia de todos los institutos de vida
consagrada (ellos forman parte de la Iglesia y tienen que estar en comunión con la Iglesia) de la
autoridad de la Iglesia en los siguientes ámbitos:

a) Ámbitos extraordinarios o puntuales:

1º) En la propia creación del instituto: los crea la autoridad de la Iglesia, es decir, la
Santa Sede (Romano Pontífice) o el Obispo diocesano. Esto presupone un
reconocimiento de un carisma que enriquece la Iglesia. La autoridad de la Iglesia no
cambia el carisma, lo discierne.

2º) En la aprobación de las constituciones (la norma interna que el instituto se da a si


mismo): por las que se van a regir.

3º) En la supresión de un instituto de vida consagrada. Igual que lo crea, también lo


suprime (si hay escándalo, etc).

b) Ámbitos de la vida diaria:

Se refiere únicamente a la dependencia al obispo diocesano, no respecto al Romano


Pontífice ya que respecto a él no tienen ningún ámbito de autonomía.
● “c. 590 § 1. Los institutos de vida consagrada, precisamente por dedicarse de un modo
especial al servicio de Dios y de toda la Iglesia, se hallan sometidos por una razón peculiar a la
autoridad suprema de ésta.
§ 2. Cada uno de sus miembros está obligado a obedecer al Sumo Pontífice, como a
su Superior supremo, también en virtud del vínculo sagrado de obediencia.”

No hay ningún ámbito de autonomía respecto al Romano Pontífice, están todos los miembros
obligados a obedecer por el voto de obediencia al Romano Pontífice y al Superior interno de cada
instituto. El Papa es también Superior interno, podría intervenir con preferencia sobre cualquier otro
superior en cualquier momento. No cabe hablar de autonomía respecto al Papa. Es superior
inmediato de cada miembro de cualquier instituto. Es superior interno y supremo.

▬▬▬

Respecto a los Obispos diocesanos, la dependencia varía en cada instituto, y no todos la


tienen igual: aquí aparece la distinción entre instituto de derecho pontificio e instituto de derecho
diocesano, la diferencia está en la autoridad que los erige o aprueba.

● “c. 589.- Un instituto de vida consagrada se llama de derecho pontificio cuando ha sido
erigido por la Sede Apostólica o aprobado por ésta mediante decreto formal; y de derecho
diocesano, cuando, habiendo sido erigido por un Obispo diocesano, no ha recibido el decreto de
aprobación por parte de la Sede Apostólica.
▬▬▬

121
Derecho Canónico

a) Institutos de derecho pontificio:

Un instituto es de derecho pontificio cuando la Sede Apostólica lo erige (lo crea


directamente ley Santa Sede) o aprueba, si lo erige es porque antes no existía como instituto; y si lo
aprueba es porque antes existía como instituto de derecho diocesano, y entonces la Sede Apostólica
lo eleva a instituto de derecho pontificio (es lo habitual).

1º) Son asociaciones públicas de fieles en que se viven los consejos evangélicos.
2º) Cuando se ve que tienen solidez el obispo diocesano los aprueba como institutos
de vida consagrada de derecho diocesano.
3º) Cuando se extienden por diversos países, la Sede Apostólica los aprueba como
institutos de derecho pontificio.

● “c. 593.- Sin perjuicio de lo que prescribe el can. 586, los institutos de derecho pontificio
dependen inmediata y exclusivamente de la potestad de la Sede Apostólica en lo que se refiere
al régimen interno y a la disciplina.”

Dependen inmediata y exclusivamente de la Sede Apostólica, se excluye la dependencia del


Obispo Diocesano que no puede intervenir en el ámbito de régimen interno ni disciplinar, sólo la
Santa Sede.
Sin embargo, el instituto está presente en cada diócesis y puede haber conflictos cuando el
obispo diocesano ve que hay problemas graves en la vida interna del instituto. ¿Qué puede hacer el
obispo diocesano? Informar a la Sede Apostólica.
▬▬▬
Hay un caso extremo en que el Obispo diocesano puede intervenir directamente:

● “c. 679.- Por una causa gravísima, el Obispo diocesano puede prohibir la residencia en su
propia diócesis a un miembro de un instituto religioso si, habiendo sido advertido, su Superior
mayor hubiera dejado de tomar medidas; sin embargo, debe ponerse el asunto inmediatamente
en manos de la Santa Sede.”

El caso extremo en que el Obispo diocesano puede intervenir es el de la residencia de un


determinado miembro en la casa asignada por el superior del instituto en la propia diócesis. Es una
excepción, puesto que es una ingerencia en la vida interna del instituto, en donde éste tiene
autonomía del Obispo diocesano. La razón de poder intervenir es por negligencia del Superior
mayor respecto de ese miembro. Lo tiene que comunicar a la Santa Sede para confirmar o rechazar
las medidas tomadas por el Obispo diocesano. Es un caso urgente por daño grave realizado por un
miembro de un instituto dentro de la diócesis, con negligencia del superior mayor. Por causa
gravísima es decir, por ejemplo, por escándalo. La Santa Sede confirmará o no la decisión del
obispo. Esta es la única posibilidad que tiene de intervención el obispo en la vida interna. Ahí
depende de la Santa Sede.

▬▬▬

● En cuanto al apostolado externo, con los fieles de la diócesis, los institutos dependen del
Obispo diocesano, que es el pastor de la diócesis. Si hacen apostolado en la diócesis dependen del
Obispo diocesano (él tiene que estar informado), en cualquier actividad apostólica con los
miembros de la diócesis:

● “c. 678 § 1. Los religiosos están sujetos a la potestad de los Obispos, a quienes han de seguir
con piadosa sumisión y respeto en aquello que se refiere a la cura de almas, al ejercicio público
del culto divino y a otras obras de apostolado.”

- La cura de almas.
- El servicio público del oficio divino.
- Otras obras de apostolado.
122
Las obras pueden ser de varios tipos:

a) Si es una obra propia del instituto, se tiene que intervenir para que esa obra pastoral esté
de acuerdo con los planes pastorales de la diócesis y la disciplina de la Iglesia. El Obispo
diocesano no la dirige, sino que vigila para que se mantenga fiel.

b) Si es una obra de la diócesis:

1º) Encargada por el obispo a un instituto de vida consagrada, ej.: una casa de
espiritualidad diocesana, la dependencia del Obispo diocesano es mayor (c. 681). En
una parroquia encargada a un instituto de vida consagrada, el párroco siempre será
un miembro del Instituto, previa presentación por el superior.

2º) Oficio diocesano confiado por el Obispo a un religioso pero no a ese instituto:
párroco, capellán, director de un secretariado o de un colegio, etc., El nombramiento
lo realiza el obispo, pero en cuanto que el religioso depende de su Superior interno
necesita el consentimiento del superior para poder aceptar ese nombramiento (c. 682
§ 1). Cánones: 158-163. Por tanto, hace falta que intervengan las dos autoridades. En
el ejercicio de ese oficio, se dependerá del Obispo diocesano completamente. Pero no
olvidar el canon 678 2. En cuanto religioso tiene la obligación de vivir en la
comunidad.
Para la remoción del oficio (c. 682 § 2) no es necesario que estén de acuerdo
las dos autoridades, para el nombramiento sí. Puede ser removido libremente por
cualquiera de los dos, aunque el otro no esté de acuerdo. Lo que sí se pide es que se
informe al otro Superior con cierta antelación para que pueda proveer al oficio. En el
derecho particular de Madrid se ha pedido que se avise con 3 meses de antelación.
Otro caso es cuando el edificio en que está la parroquia es de una orden
religiosa determinada y el Obispo remueve al instituto de dicho oficio parroquial.
Entonces el Obispo diocesano tendrá que poner la parroquia en otro sitio.
Cualquier apostolado externo, sea del instituto sea, depende del obispo diocesano.
▬▬▬

● En cuanto al derecho de visita del Obispo diocesano: para vigilar las obras apostólicas de
los institutos de vida consagrada viene regulado por el c. 683:

● “c. 683 § 1. El Obispo diocesano puede visitar, personalmente o por medio de otro, durante la
visita pastoral y también en caso de necesidad, las iglesias y oratorios a los que tienen acceso
habitual los fieles, así como también las escuelas y otras obras de religión o de caridad, tanto
espiritual como temporal, encomendadas a religiosos; pero no las escuelas abiertas
exclusivamente a los alumnos propios del instituto.
§ 2. Si descubre algún abuso, después de haber avisado sin resultado al Superior
religioso, puede proveer personalmente con su propia autoridad.”

Se trata de la visita canónica o pastoral del Obispo diocesano a las obras apostólicas. Las
puede visitar preferentemente durante la visita pastoral. Tiene derecho a visitar las obras
apostólicas. Se visitan las iglesias y oratorios a los que tienen acceso habitual los fieles (no los
privados), pero no la escuela abierta a los alumnos internos del instituto.
Si descubre algún abuso en las obras apostólicas puede intervenir personalmente con su
propia autoridad, por ser apostolado externo.

b) Institutos de derecho diocesano:

123
Derecho Canónico

Son aquellos que están erigidos por el Obispo diocesano. Según el c. 579, antes de
autorizarlos, el Obispo diocesano tiene que consultar a la Sede Apostólica para que le ayude y
ofrezca criterios para la conveniencia de erigirlo o no (dice consulta, no aprobación).
Una vez erigidos se pueden extender a otras diócesis, dependiendo siempre del obispo que lo
erigió, pero necesitando el consentimiento del Obispo diocesano de dichas diócesis a las que se
extienden. El instituto depende del obispo diocesano pero no es completamente.

● Dependencia en la vida interna:

● “c. 594.- Un instituto de derecho diocesano, quedando en pie el can. 586, está bajo el cuidado
especial del Obispo diocesano.”

El canon dice que están bajo el “cuidado especial” del Obispo diocesano. También
interviene en la vida interna sin ser Superior del instituto, en cuanto que es la autoridad de que
depende el instituto. El Obispo diocesano debe intervenir en la vida interna en los casos en que lo
señala el CIC, sólo en los casos establecidos por él (no como si fuera un Superior del instituto):

1º) Según el c. 595:

● “c. 595 § 1. Corresponde al Obispo de la sede principal aprobar las constituciones y confirmar
las enmiendas que legítimamente se introduzcan en ellas, exceptuado aquello en lo que hubiera
puesto sus manos la Sede Apostólica, así como tratar los asuntos más importantes que se
refieren a todo el instituto y están por encima de la potestad de la autoridad interna,
consultando sin embargo a los demás Obispos diocesanos, si el instituto se hubiera extendido a
distintas diócesis.
§ 2. En casos particulares, el Obispo diocesano puede dispensar de las
constituciones.”

- Aprobar las constituciones (tiene que consultar a la Santa Sede) y confirmar las
enmiendas.
- Tratar los asuntos más importantes que estén por encima de la potestad de la
autoridad interna (que se refieren a todo el instituto; ejemplo: si hay que deponer
el director del instituto, no lo puede el propio instituto, tiene que hacer el obispo).
- Dispensar de las constituciones.

▬▬▬

2º) Presidir la elección del superior general (625 § 2).

3º) Derecho de visita, también en la vida interna (c. 628 § 2).

4º) Exclaustración de un miembro de un instituto (c. 686 § 3), cuando a un miembro se le


impone que no viva en la comunidad. La exclaustración, cuando es impuesta, la impone el
Obispo diocesano a petición del superior general.

5º) Es el caso de la salida definitiva del instituto durante la profesión temporal (c. 688 § 2).
El indulto de salida lo concede el superior general pero tiene que ser confirmado por el
Obispo diocesano.

6º) Es el caso de la salida definitiva de un religioso de votos perpetuos (c. 691 § 2). Aquí, el
indulto de salida lo concede el Obispo diocesano, no el superior (como ocurre en el caso de
los votos temporales).

7º) Expulsión de un miembro de un instituto de vida consagrada (c. 700). El decreto de


expulsión lo da el Superior general, y el Obispo diocesano interviene confirmando el decreto
de expulsión.
124
● Dependencia del apostolado externo: es la misma que para los institutos de derecho
pontificio, la diferencia está en la vida interna.

También el Romano Pontífice es Superior interno en los instituto de derecho diocesano.

125
Derecho Canónico

Título II

Tipos de institutos de vida consagrada que reconoce el código

INSITUTOS RELIGIOSOS Y SECULARES.

Vamos a ver las semejanzas y diferencias.

Semejanzas:

- Es una sociedad en que sus miembros se unen para vivir la vida consagrada,
según un mismo carisma.
- Ambas están constituidas por la autoridad de la Iglesia y en ambos casos hay
consagración.
- Son institutos de vida consagrada, es decir, que profesan los consejos
evangélicos.
- La incorporación es progresiva y con el paso del tiempo termina con votos o
vínculos perpetuos.

Diferencias:

- Los institutos religiosos profesan los consejos evangélicos a través de votos


mientras los que no son institutos religiosos pueden consagrarse al señor
profesando los consejos evangélicos a través de otro vínculo, por ejemplo una
promesa. Fuera de los institutos seculares, también se puede consagrar con votos
públicos pero en este caso el voto es una promesa. El voto público te obliga ante
la Iglesia y el voto privado te obliga ante Dios. Si es un voto privado, puede
dispensar incluso el confesor. El voto público tiene que ser dispensado por la
jerarquía.
- Los institutos religiosos tienen obligación de vivir en comunidad, vivir en común.
Los institutos seculares no tiene esa obligación. Puede vivir en su casa, o con su
familia, o en comunidad. Lo característico es vivir la consagración en el medio
del mundo. Los miembros de un instituto secular tienen un trabajo civil como los
laicos. Los religiosos no. Trabajan para el instituto, en las obras del instituto.
- Los institutos seculares viven la consagración dentro del mundo, pero los
institutos religiosos lo hacen con un cierto apartamiento del mundo. La
separación del mundo da testimonio de la vida consagrada y de la primacía de
Dios. Esto tiene grados. No todos expresan de la misma manera esta
característica:

“c. 607 § 3. El testimonio público que han de dar los religiosos a Cristo y a la Iglesia
lleva consigo un apartamiento del mundo que sea propio del carácter y la finalidad de cada
instituto.”
a) La clausura (c. 667):
Este apartamiento del mundo tiene una expresión muy concreta en la clausura,
que se vive en distintos grados dependiendo del instituto. Estos grados están
regulados por el c. 667:
1ª) Clausura común: es la propia de todos los institutos religiosos, al menos una
parte de la casa religiosa (son los elementos mínimos que se exige):

“c. 667 § 1. En todas las casas se observará la clausura, adaptada al carácter y misión
del instituto, según determine el derecho propio, debiendo quedar siempre reservada
exclusivamente a los miembros una parte de la casa religiosa.”

126
c) El hábito religioso (c. 669): es otro modo de expresión de la separación del
mundo. El hábito religioso expresa cierto apartamiento del mundo y es
testimonio de pobreza. El modo de vestir los separa del modo de vestir del
mundo. Él hábito ha de ser según las constituciones de cada instituto. Los
religiosos clérigos de un instituto que no tenga hábito propio tienen que llevar el
traje eclesiástico señalado en el c. 284.

- A los institutos seculares esto no les afecta. Ellos viven la consagración en el


mundo para ser fermento del mundo. Tienen dos características:

La consagración (c. 710): supone profesar los tres consejos evangélicos mediante
votos u otros vínculos sagrados (promesas o juramentos).

La secularidad: viven la consagración en el mundo y desde dentro del mundo,


para ser fermento de vida cristiana.

El problema surge en los institutos seculares clericales, pues al estar formados por clérigos
surge la pregunta: ¿cómo puede un clérigo vivir como un laico? La secularidad de los clérigos
tendrá que ser distinta a la de los laicos. La cuestión se resuelve afirmativamente en el c. 713 § 3:

● “c. 713 § 3. Los miembros clérigos, por el testimonio de la vida consagrada, ayudan sobre
todo a sus hermanos en el presbiterio con peculiar caridad apostólica, y realizan en el pueblo de
Dios la santificación del mundo a través de su ministerio sagrado.”

Respecto a los miembros clérigos, la inserción en el mundo es la inserción en el presbiterio,


en el mundo de los clérigos, siendo testimonio de la vida consagrada y ayuda para los demás
clérigos. Santifican el mundo con el ejercicio del ministerio sagrado.

De los institutos religiosos

Son una modalidad de vida consagrada (c. 607-709). Es la parte más larga de toda la
sección. La vida religiosa es el modo de vida consagrado más antiguo. Numéricamente los instituto
religiosos son más que los institutos seculares, hay unos 3500 institutos religiosos mientras que sólo
hay unos 150 institutos seculares, esto se explica porque estos últimos son más recientes.

1.- Noción de “vida religiosa”

La vida religiosa aparece descrita en el c. 607 § 1, es una profundización en la vida


consagrada que supone:

- La totalidad de la consagración.
- El carácter esponsal (entrega mutua por parte de Dios y del religioso).
- El aspecto sacrificial y cultual (continuo a Dios en la caridad).

Los parágrafos 2 y 3, tratan de las características de los institutos religiosos:

- El instituto religioso es una sociedad.


- Asociación constituida por la autoridad competente de la Iglesia (la Santa Sede si
es de derecho pontificio, o el Obispo diocesano si es de derecho diocesano).
- En el instituto religioso se profesan los consejos evangélicos a través de votos
públicos o temporales.

127
Derecho Canónico

El voto es el modo con el que se profesan los consejos evangélicos. Otros modos son las
promesas y los juramentos. En los institutos religiosos, la profesión siempre es con votos. En los
institutos seculares puede ser con voto, promesa o juramento.

Tienen que ser votos públicos: los que recibe el superior legítimo en nombre de la Iglesia (c.
1192 § 1). La publicidad del voto no viene de que se haga delante de mucha gente (podría ser sólo
delante de una persona) sino por el superior legítimo que la recibe. Normalmente se hace con
asistencia de fieles en una ceremonia pública, pero la publicidad no viene de ahí.
El superior legítimo: no es el Obispo (aunque sea de derecho diocesano) sino el Superior del
instituto.

Estos votos pueden ser perpetuos o temporales.

Los votos temporales han de renovarse al vencer el plazo, pueden también no renovarse pero
no se prevé en el canon. Los votos temporales no se conciben como una prueba, por eso se han de
renovar al vencer el plazo. En el fondo de esto están las características de la consagración, el que ha
hecho votos temporales es verdadero religioso y está consagrado por la consagración religiosa que
es una dedicación total al Señor, si no, no es una auténtica consagración, no podría ser una
consagración auténtica si hay temporalidad, de ahí el sentido y la legitimidad de los votos
temporales.

Cuando uno los hace hay intención de perpetuidad, la temporalidad se contempla desde la
perspectiva del instituto, que no se ha comprometido definitivamente con ese miembro, pero el que
los hace tiene la intención de perpetuidad, si no, no se compaginaría bien con la consagración que
significan.

2.- El número de los votos religiosos

Los votos religiosos son tres, correspondientes a los tres consejos evangélicos. Algunos
institutos añaden por derecho propio un cuarto o quinto voto, ej.: los jesuitas añaden “el de
obediencia al Papa”, también hay otros como por ej.: “el de humildad”.

Se añaden a los tres y son votos religiosos públicos, hechos al Superior de la Iglesia, que los
recibe, y obligan igual. La razón de ser está en destacar así algún punto importante del carisma
propio del instituto.

3.- La vida fraterna en común

Es una característica de los religiosos. La vida fraterna en común es una exigencia propia de
los institutos religiosos. Implica dos cosas:

1) La obligación de vivir en la casa religiosa: a la que se ha sido asignado por el superior.

● “c. 665 § 1. Los religiosos han de residir en su propia casa religiosa, haciendo vida en común y
no ausentándose de ella sin licencia del Superior. Cuando se trate de una ausencia prolongada,
el Superior mayor, con el consentimiento de su consejo y con justa causa, puede permitir a un
miembro que viva fuera de una casa del instituto, pero no más de un año, a no ser por motivos
de enfermedad, de estudios o para ejercer el apostolado en nombre del instituto.”

Por eso, el derecho regula muchísimo las ausencias, porque deterioran la vida fraterna. No se
pueden aumentar sin licencia del superior. Dependiendo de la duración el superior la otorga o
deniega. Hay varios tipos de ausencia:

128
a) Ausencia breve: la licencia la da el Superior local. Para determinar cuanto es ausencia
breve se ha de acudir al derecho propio. Nunca se considera ausencia breve si supera un
mes, la ausencia breve siempre es menor de un mes.

b) Ausencia prolongada para vivir en otra casa del propio instituto: todo queda al derecho
particular: qué superior la otorga y por qué razones. La situación es menos grave por
estar en la casa del propio instituto.

c) Ausencia prolongada para vivir fuera de una casa del instituto: en este caso hay mayor
rigor porque no se cumple la obligación de vida en común. Quien concede la licencia es
el Superior mayor: el provincial o el general. No basta el Superior local. Además
necesita el consentimiento de su consejo.
Se impone una limitación: la ausencia no se puede prolongar más de un año y no se
puede renovar, esto excede a la competencia del Superior mayor y se pasaría al caso de
exclaustración.
Hay tres excepciones en que la ausencia puede ser superior a un año y deben
interpretarse en sentido estricto:

1ª) Por motivo de enfermedad del propio religioso (si es de los familiares hay
que conseguir la dispensa de la Santa Sede o la exclaustración).
2ª) Por motivo de estudios. Señal de la importancia que el legislador da a los
estudios.
3ª) Por motivo de apostolado: encomendado por los superiores del instituto y
en nombre de él.
▬▬▬
● Qué sucede con el religioso que está ausente: sigue siendo religioso y tiene todos los
derechos y obligaciones. Lo único que no tiene es la vida en común. Por ej.: conserva el derecho a
elegir superior. El caso del exclaustrado es distinto, éste ya no tiene todos los derechos.

● Cuando el religioso se ausenta ilegítimamente: sin autorización del superior:

● “c. 665 § 2. Busquen los Superiores solícitamente al miembro del instituto que se ausentare
ilegítimamente de la casa religiosa con la intención de librarse de su obediencia, y ayúdenle a
volver y a perseverar en su vocación.”

1º) Medidas pastorales: ayudarle a volver y perseverar en su vocación.

2º) Medidas disciplinarias: cuando no es posible aplicar las pastorales, incluida la


expulsión. La ausencia ilegítima por más de seis meses es causa de expulsión (c. 696
§ 1).
▬▬▬

2) La vida fraterna requiere la comunión de bienes (c. 668), es un elemento que está
dentro de la vida en común. El religioso pone al servicio de la comunidad todo lo que él adquiere, y
esto también supone que el religioso vive de los bienes de la comunidad. Esto se establece
jurídicamente, según el c. 668, de la siguiente manera:

1º) Los bienes que el religioso recibe por su trabajo o actividades siendo religioso: también
los bienes que reciba por ser religioso aunque no sean por causa de su trabajo “en razón del
instituto”.

● “c. 668 § 3. Todo lo que un religioso gane con su propio trabajo o por razón del instituto, lo
adquiere para el instituto. Lo que perciba de cualquier modo en concepto de pensión,
subvención o seguro, lo adquiere para el instituto, a no ser que establezca otra cosa el derecho
propio.”

129
Derecho Canónico

2º) Esto es común para todos los institutos, lo que les diferencia es lo qué pasa con los
bienes personales que tenían antes de ser religiosos, y los que recibe a título personal como por ej.:
una herencia familiar:

● En primer lugar hay que ver si puede o no puede seguir manteniendo la propiedad de los
bienes que tiene, o recibir bienes a título personal.

● Si a esto se responde afirmativamente hay que ver si puede administrarlos él y disponer o


no de ellos.

Según el tipo de instituto la respuesta es distinta. No todos los institutos regulan igual el voto
de pobreza.

a) Hay algunos institutos en los cuales, desde la profesión perpetua, el religioso pierde la
propiedad de todos los bienes que tenía y la capacidad de adquirirlos (c. 668 § 4 y § 5)
¿Qué tiene que hacer el religioso? Antes de la profesión perpetua tiene que entregar
la propiedad a quien él quiera: familia, obras de caridad, etc., o al mismo instituto
religioso.
En este tipo de institutos, todos los bienes que reciba después de ser religioso (ej.:
una herencia), pasan directamente al instituto. El religioso no puede decidir dónde los da,
pues nunca llegan a ser suyos.
b) En otros institutos donde el voto de pobreza no se vive así, no se pierde la propiedad de
los bienes, no debe renunciarse a ellos ni los tiene que entregar. Lo que pierde es la
administración (no cede la propiedad pero sí la administración) y determina a dónde van
el rédito de los bienes. Cede la administración y determina el uso y usufructo de los
bienes que tenía.
En cuanto a lo que recibe, no pierde la capacidad de poseer, pero cede la capacidad
de administración y tiene que decidir el uso y usufructo.
Todo ello hay que hacerlo de forma que civilmente pueda ser válido, para no tener
problemas con los familiares.
En estos institutos cabe la posibilidad de que un religioso quiera perder la propiedad,
y lo puede hacer con licencia del superior (c. 668 § 4 y § 5).

● “c. 668 § 4. Quien, por la naturaleza del instituto, debe renunciar totalmente a sus bienes,
haga esa renuncia antes de la profesión perpetua de manera que tenga efectos a partir del día
de la profesión y sea válida también, si es posible, en el derecho civil. Lo mismo hará el profeso
de votos perpetuos que, de acuerdo con el derecho propio, desee renunciar total o parcialmente
a sus bienes, con licencia del Superior general.
§ 5. El profeso que, por la naturaleza del instituto, haya renunciado a todos sus
bienes, pierde la capacidad de adquirir y poseer, por lo que son nulos sus actos contrarios al
voto de pobreza. Lo que adquiera después de la renuncia, pertenecerá al instituto conforme a la
norma del derecho propio.”
▬▬▬

4.- Testimonio público y separación del mundo

● “c. 607 § 3. El testimonio público que han de dar los religiosos a Cristo y a la Iglesia lleva
consigo un apartamiento del mundo que sea propio del carácter y la finalidad de cada
instituto.”

Los institutos seculares viven la consagración dentro del mundo, pero los institutos
religiosos lo hacen con un cierto apartamiento del mundo.

▬▬▬
a) La clausura (c. 667):
130
Este apartamiento del mundo tiene una expresión muy concreta en la clausura, que se vive
en distintos grados dependiendo del instituto. Estos grados están regulados por el c. 667:

1ª) Clausura común: es la propia de todos los institutos religiosos, al menos una parte de la
casa religiosa (son los elementos mínimos que se exige):

● “c. 667 § 1. En todas las casas se observará la clausura, adaptada al carácter y misión del
instituto, según determine el derecho propio, debiendo quedar siempre reservada
exclusivamente a los miembros una parte de la casa religiosa.”

2ª) La propia de los monasterios de vida contemplativa: el nivel de exigencia es mayor y


viene regulado por las constituciones:

● “c. 667 § 2. Ha de observarse una disciplina más estricta de la clausura en los monasterios de
vida contemplativa.”

3ª) Clausura papal: se llama así porque los límites de la clausura están dados por la Santa
Sede, no por las constituciones del propio monasterio. Son todos institutos femeninos, de monjas de
vida íntegramente contemplativa. La Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las
Sociedades de Vida Apostólica ha publicado un documento sobre esto: Verbi sponsa, de 13 de
mayo de 1999. En el CIC aparece en el c. 667 § 3:

● “c. § 3. Los monasterios de monjas de vida íntegramente contemplativa deben observar la


clausura papal, es decir, según las normas dadas por la Sede Apostólica. Los demás
monasterios de monjas vivirán la clausura adaptada a su carácter propio y determinada en las
constituciones.”

4ª) Clausura constitucional (también en el c. 667 § 3): para los demás monasterios
femeninos que no tienen vida íntegramente contemplativa, la clausura viene determinada por las
constituciones propias. Pueden tener actividad fuera de la clausura, o puede darse el caso de que
ésta pueda ser quizá más estricta aunque no sea papal.

▬▬▬

b) El hábito religioso (c. 669): es otro modo de expresión de la separación del mundo. El
hábito religioso expresa cierto apartamiento del mundo y es testimonio de pobreza. El modo de
vestir los separa del modo de vestir del mundo. Él hábito ha de ser según las constituciones de cada
instituto. Los religiosos clérigos de un instituto que no tenga hábito propio tienen que llevar el traje
eclesiástico señalado en el c. 284.

Título III
De los institutos seculares
1.- Naturaleza20

Surgen por iniciativa del Papa Pío XII, con la Constitución Apostólica Provida Mater, de 2
de febrero de 1947. El Papa reconoce junto a la vida consagrada religiosa, la vida consagrada
seglar, de aquellos que viven la vida consagrada en el mundo. Viven la consagración en el mundo
para ser fermento del mundo. Tienen dos características:

- La consagración (c. 710): supone profesar los tres consejos evangélicos mediante
votos u otros vínculos sagrados (promesas o juramentos).

20
En español, el libro más completo sobre los institutos seculares es “Los institutos seculares, ser y quehacer” de Juan
Manuel Cabezas, miembro del Servi Trinitatis.

131
Derecho Canónico

- La secularidad: viven la consagración en el mundo y desde dentro del mundo,


para ser fermento de vida cristiana.

2.- Modo de vida

- Los miembros de los institutos seculares viven las circunstancias ordinarias del mundo,
bien solos, bien con su propia familia, o también puede vivir en comunidad (c. 714).

- Pueden ejercer la misma profesión laica que tenían, pueden trabajar como cualquier laico.

- No llevan hábito.

- La dimensión apostólica activa es esencial, es un apostolado activo (c. 713 § 1), no puede
haber institutos seculares propiamente contemplativos.

● “c. 713 § 1. Los miembros de estos institutos manifiestan y ejercen su propia consagración en
la actividad apostólica y, a manera de levadura, se esfuerzan por impregnar todas las cosas con
el espíritu evangélico, para fortaleza e incremento del Cuerpo de Cristo.”

3.- Organización jurídica (cc. 710-730)

Es bastante semejante a la de los institutos religiosos: tienen superiores de distintos niveles,


disciplinas de admisión (progresiva, con votos temporales o perpetuos), periodo de formación, etc.

Hay dos tipos de instituto seculares:


 Institutos seculares laicales.
 Institutos seculares clericales.

1) En los institutos seculares formados por laicos no hay problema:

● “c. 713 § 2. Los miembros laicos participan en la función evangelizadora de la Iglesia en el


mundo y tomando ocasión del mundo, bien sea con el testimonio de vida cristiana y de fidelidad
a su consagración, bien con la colaboración que prestan para ordenar según Dios los asuntos
temporales e informar al mundo con la fuerza del Evangelio. Y también ofrecen su propia
cooperación al servicio de la comunidad eclesial, de acuerdo con su modo de vida secular.”

2) El problema surge en los institutos seculares clericales, pues al estar formados por
clérigos surge la pregunta: ¿cómo puede un clérigo vivir como un laico? La secularidad de los
clérigos tendrá que ser distinta a la de los laicos. La cuestión se resuelve afirmativamente en el c.
713 § 3:

● “c. 713 § 3. Los miembros clérigos, por el testimonio de la vida consagrada, ayudan sobre
todo a sus hermanos en el presbiterio con peculiar caridad apostólica, y realizan en el pueblo de
Dios la santificación del mundo a través de su ministerio sagrado.”

Respecto a los miembros clérigos, la inserción en el mundo es la inserción en el presbiterio,


en el mundo de los clérigos, siendo testimonio de la vida consagrada y ayuda para los demás
clérigos. Santifican el mundo con el ejercicio del ministerio sagrado.
▬▬▬

5. A. e) Asociaciones de fieles (c. 298-329)

PARTE I
DE LOS FIELES CRISTIANOS

Título V
132
De las asociaciones de fieles

El fenómeno asociativo se configura como un derecho reconocido a todos los fieles (c. 215),
previamente a su estado eclesial o canónico. Ayuda a los fieles a vivir, su vocación, a vivir mejor su
condición cristiana en la santidad y en la misión de la Iglesia. Es un camino que la Iglesia reconoce
como un derecho, la Iglesia lo recomienda pero no lo impone. Se trata sobretodo de asociaciones de
la Iglesia y no civiles. Sabemos que se tratan de asociaciones eclesiales cuando está reconocida por
la Iglesia.

● “c. 215.- Los fieles tienen derecho a fundar y dirigir libremente asociaciones para fines de
caridad o piedad o para fomentar la vocación cristiana en el mundo; y también a reunirse para
procurar en común esos mismos fines.”
▬▬▬

El c. 215 se refiere a asociaciones eclesiales (“ para fines de caridad y piedad ”), esto se
especifica más en el c. 298:

● “c. 298 § 1. Existen en la Iglesia asociaciones distintas de los institutos de vida consagrada y
de las sociedades de vida apostólica, en las que los fieles, clérigos o laicos, o clérigos junto con
laicos, trabajando unidos, buscan fomentar una vida más perfecta, promover el culto público, o
la doctrina cristiana, o realizar otras actividades de apostolado, a saber, iniciativas para la
evangelización, el ejercicio de obras de piedad o de caridad y la animación con espíritu cristiano
del orden temporal.
§ 2. Inscríbanse los fieles preferentemente en aquellas asociaciones que hayan sido
erigidas, alabadas o recomendadas por la autoridad eclesiástica competente.”

Además de los institutos de vida consagrada hay otras asociaciones de la Iglesia, aprobadas
por la autoridad de la Iglesia y con fines eclesiales. Pueden estar formadas por clérigos, laicos, o
clérigos con laicos.

Los religiosos pueden asociarse en otras asociaciones, siempre con el consentimiento del
superior (c. 307 § 3), los laicos no necesitan ningún permiso. El canon 298 § 2 dice que
preferentemente tienen que estar reconocidas por la Iglesia, pero, además de los criterios que
aparecen en el c. 298 § 1, también hay otros criterios eclesiales para reconocer o no a una
asociación; estos criterios están en «Christifideles laici2130», en la exhortación apostólica el Papa
habla de asociaciones laicales, pero valen para todas:

1º) Deben ser instrumento de santidad para sus miembros. Por ello deben estar presentes los
medios de santificación de la Iglesia.

2º) Las asociaciones deben confesar la fe católica, en obediencia al Magisterio de la Iglesia.

3º) Las asociaciones deben estar en comunión firme y convencida con el Papa y con el
Obispo. Esta comunión se expresa en la acogida de las enseñanzas y de la disciplina, la
obediencia al Magisterio y también se expresa en el respeto a las demás asociaciones
legítimas.

4º) El fin de las asociaciones tiene que ser conforme con el fin apostólico de la Iglesia (c.
298).
▬▬▬

La autonomía de los fieles y la relación con la autoridad de la Iglesia

Exhortación apostólica post-sinodal de S.S. Juan Pablo II sobre vocación y misión de los laicos en la Iglesia y en el
21

mundo, 30 de diciembre de 1988.

133
Derecho Canónico

La autonomía se reconoce en el c. 215:

● “c. 215.- Los fieles tienen derecho a fundar y dirigir libremente asociaciones para fines de
caridad o piedad o para fomentar la vocación cristiana en el mundo; y también a reunirse para
procurar en común esos mismos fines.”

Las asociaciones eclesiales tienen que estar en comunión con la Iglesia, con la autoridad de
la Iglesia que garantiza el principio de comunión. Por tanto, es necesario un equilibrio entre la
autonomía de los fieles a la hora de fundarlas y dirigirlas, y la comunión con la autoridad de la
Iglesia; para que ni el obispo merme la libertad de los fieles en el derecho asociativo, ni ellos se
desmarquen del Obispo.
▬▬▬

Hay dos tipos de asociaciones: públicas y privadas.

Las asociaciones públicas son aquellas que obran en nombre de la Iglesia, mientras que las
asociaciones privadas son aquellas que obran en nombre de la propia asociación (c. 313):
● “c. 313.- Una asociación pública, e igualmente una confederación de asociaciones públicas,
queda constituida en persona jurídica en virtud del mismo decreto por el que la erige la
autoridad eclesiástica competente conforme a la norma del can. 312, y recibe así la misión en la
medida en que lo necesite para los fines que se propone alcanzar en nombre de la Iglesia.

El que una asociación pública obre en nombre de la Iglesia significa que esa asociación es
erigida por la autoridad de la Iglesia y recibe una especie de mandato en su nombre.

La asociación privada actúa en nombre de la propia asociación, no de la Iglesia. En este caso


la competencia de la autoridad de la Iglesia es vigilar para que se mantenga católica. Po eso el
compromiso de la Iglesia con estas asociaciones es menor aunque también compromete a la Iglesia.
La autoridad de la Iglesia se circunscribe en los limites de ver se las actividades de estas
asociaciones tienen una actividad que está de acuerdo con la Iglesia, en comunión con la Iglesia,
con los fines de la Iglesia.
f
▬▬▬

CAPÍTULO II
De las asociaciones públicas de fieles (cc. 312-320)

● La constitución de las asociaciones públicas está regulada por el c.312. ¿Cuál es la


autoridad competente para fundarlas?

1) Para una asociación internacional: la autoridad competente es la Santa Sede, ej.: el


Pontificio Consejo para los Laicos.

2) Para las asociaciones nacionales: la autoridad competente es la Conferencia Episcopal.


Ej.: la Legión de María. Si se extiende por varias naciones,

3) Para una asociación presente únicamente en una diócesis: la autoridad competente es el


Obispo diocesano. Ej.: una cofradía de una parroquia como puede ser la cofradía de
Jesús de Medinaceli, (asociación vinculada a la imagen de Jesús de Medinaceli).
Las asociaciones dependen de las autoridades que la aprueban.

Las asociaciones pueden salir de unas diócesis a otras con el permiso del obispo de la
diócesis a la que se va, de manera que si una asociación se extiende por varias diócesis de una
misma nación se pide la aprobación nacional, y si se extiende al extranjero se acaba pidiendo la
aprobación internacional, se pide el derecho ponticio.

134
El que una asociación tenga aprobación de la Santa Sede no elimina la intervención
del obispo, pudiendo no admitirla en su territorio. Sea cual sea el tipo de asociación hay siempre
que pedir permiso al obispo para fundar casas en la diócesis que se quiere un poner.

▬▬▬
Está regulada la intervención de los obispos

● Las asociaciones jurídicas públicas tienen personalidad jurídica pública, la dependencia de


la autoridad eclesiástica se verifica en varios momentos de la vida de la asociación, aunque
respetando la libertad. El ámbito de dependencia es el siguiente:

a) La autoridad interviene en la aprobación de los estatutos: las normas internas de gobierno


y de disciplina de la asociación. La autoridad que las aprueba es la autoridad que erige la
asociación.

b) Otro ámbito de intervención aparece en la modificación de los estatutos.

c) Las asociaciones públicas actúan bajo la alta dirección. La dirección inmediata la tiene el
Presidente de la asociación, pero la alta dirección la tiene la autoridad de la Iglesia y
significa que puede intervenir la autoridad eclesiástica para dar alguna norma, para
decisiones mas importantes. ¿Qué decisiones son?:

i. Confirma al Presidente elegido por los miembros de la asociación. La autoridad de la


Iglesia hace un juicio de idoneidad, y si no lo acepta tienen que elegir a otro. Esto
está en las normas generales (164 a 179).

ii. Esta alta dirección se manifiesta por el control de la actividad de la asociación, que
tiene que presentar un informe anual (una memoria) de su actividad eclesiástica.

iii. Control en la actividad económica : tienen que presentar anualmente las cuentas.
Además la asociación necesita permiso de la autoridad eclesiástica para realizar
actos de administración extraordinarios: aquellos que superan una determinada
cantidad de dinero.

iv. También para nombrar capellanes.

v. La extinción (también se diferencia de la privada) : la asociación pública no se


extingue nunca por la voluntad de los miembros de la asociación por propia
iniciativa, sino que tienen que presentar la propuesta a la autoridad eclesiástica.
También se puede extinguir una asociación:
- Por voluntad de la autoridad, por causa grave y sin el permiso de los
miembros de la asociación.
- Por cese de su actividad: por espacio de cien años sin realizar ningún acto
(c. 120). No normal es que esto no pase.

CAPÍTULO III
De las asociaciones privadas de fieles (cc. 321-326)

Se crean por acuerdo de los fieles. La autoridad de la Iglesia las reconoce revisando los
estatutos, y garantiza su eclesialidad, pero no las crea.

● En cuanto al ámbito de libertad, la autonomía es mayor que en las asociaciones públicas:

135
Derecho Canónico

- Los fieles forman libremente los estatutos, aunque la autoridad les haga precisar
algún punto para autorizarla.
- Designan libremente al Presidente.
- No hay obligación de rendir cuentas ni de presentar anualmente la memoria de
las actividades.
- Ni necesitan pedir permiso para actos económicos.

¿Cómo queda la dependencia? No tienen ni siquiera la alta dirección, sólo la vigilancia para
que la asociación siga siendo eclesial (cc. 323 y 305).

¿Cómo se ejerce la vigilancia? El Obispo tendrá que verlo; lo mínimo que exige el Obispo
es que se le informe de lo que hace, que presenten anualmente las actividades (aunque no es
obligatorio).

A menudo, se pone en discusión la diferencia entre asociación pública y privada, y hasta qué
punto es conveniente mantenerla: porque la asociación privada implica la imagen externa de la
Iglesia igual que la asociación pública, y porque la intervención del Obispo muchas veces es
abstracta.

● Extinción: se puede extinguir por la voluntad de los miembros, y también por decisión del
Obispo por causas graves: por daño grave de la doctrina o de la disciplina.

136
5.B) La constitución jerárquica de la Iglesia

PARTE II
DE LA CONSTITUCIÓN JERÁRQUICA DE LA IGLESIA

5. B. a) La organización del gobierno de la Iglesia universal (c. 330-367)

SECCIÓN I
DE LA SUPREMA AUTORIDAD DE LA IGLESIA

CAPÍTULO I
Del Romano Pontífice y del Colegio Episcopal

El c. 330 es un canon introductorio, es un canon doctrinal (no propiamente jurídico), tomado


al pie de la letra de LG 22, y en el que se expone la estructura universal (primacial y colegial) de
gobierno de la Iglesia.

● “c. 330.- Así como, por determinación divina, San Pedro y los demás Apóstoles constituyen un
Colegio, de igual modo están unidos entre sí el Romano Pontífice, sucesor de Pedro, y los
Obispos, sucesores de los Apóstoles.”
▬▬▬

Este canon da paso a los dos artículos que constituyen este capítulo:

- Art. 1. Del Romano Pontífice.


- Art. 2. Del Colegio Episcopal.

Art. 1.
Del Romano Pontífice
1.- El primado

El c. 331 trata sobre el primado del Romano Pontífice. Se describe aquí el oficio primacial,
la base de la potestad primacial es la sucesión de Pedro, y compete al Papa.

● “c. 331.- El Obispo de la Iglesia Romana, en quien permanece la función que el Señor
encomendó singularmente a Pedro, primero entre los Apóstoles, y que había de transmitirse a
sus sucesores, es cabeza del Colegio de los Obispos, Vicario de Cristo y Pastor de la Iglesia
universal en la tierra; el cual, por tanto, tiene, en virtud de su función, potestad ordinaria, que
es suprema, plena, inmediata y universal en la Iglesia, y que puede siempre ejercer
libremente.”

En este canon se aplican al Papa varios títulos:

1º) “Obispo de la Iglesia Romana”: es la única vez que se aplica este título al Papa en todo el
Código.

2º) “Cabeza del Colegio de los Obispos”: aparece cuatro veces en el Código. Con este título
se subraya la función del Papa dentro del Colegio Episcopal.

3º) “Vicario de Cristo”: es la única vez que aparece en el Código.

4º) “Pastor de la Iglesia universal en la tierra”: hace referencia a la misión pastoral (que se
extiende a toda la Iglesia), aparece cuatro veces en el Código.
- El título que más veces aparece en el Código, noventa y una veces, es Romano Pontífice,
hace referencia a la mediación (representación) de Cristo Pontífice y a la Sede de Roma.

137
Derecho Canónico

- El otro título que más veces aparece en el Código (20 veces) es Sumo Pontífice.

- Sucesor de Pedro aparece cuatro veces, una de ellas en el c. 330.

En el “Anuario Pontificio” aparecen otros nombres:

- Obispo de Roma.
- Vicario de Jesucristo.
- Sucesor del Príncipe de los Apóstoles.
- Supremo Pontífice de la Iglesia.

Hay otros cinco títulos que no aparecen en el Código:

- Patriarca de Occidente (ya no).


- Primado de Italia.
- Arzobispo Metropolitano de la provincia de Roma.
- Soberano del Estado de la Ciudad del Vaticano.
- Siervo de los siervos de Dios → Subraya el carácter universal del servicio, del
oficio primacial.

Las últimas palabras del c. 331, contienen la naturaleza, contenido y extensión de estos
títulos: potestad ordinaria, suprema, plena, inmediata, universal y libre.

a) Potestad ordinaria: va unida al oficio primacial por voluntad de Cristo. No se la delega


nadie, le viene por el oficio primacial (c. 131 § 1):

● “c. 131 § 1. La potestad de régimen ordinaria es la que va aneja de


propio derecho a un oficio; es delegada la que se concede a una persona
por sí misma, y no en razón de su oficio.”

b) Potestad suprema: está por encima de cualquier otra, el Romano Pontífice no está
sometido a nadie dentro de la Iglesia. Las concreciones prácticas están en el c. 1404:

● “c. 1404.- La Primera Sede por nadie puede ser juzgada.”

También en el 333 § 3:

● “c. 333 § 3. No cabe apelación ni recurso contra una sentencia o un


decreto del Romano Pontífice.

Se refiere a actos del Romano Pontífice como tal. En el caso de la aprobación del Romano
Pontífice de lo realizado por otros, no cabe apelación en el caso de la aprobación en forma
específica, pero sí en la aprobación genérica o común:

- Aprobación genérica o común: es un acto de la congregación, no es personal del


Romano Pontífice y por tanto es recurrible.

- Aprobación en forma específica: es propia del Romano Pontífice, como si fuera él


el autor, el papa la hace propia.

● “c. 1405 § 2. Ningún juez puede resolver sobre un acto o instrumento


confirmado en forma específica por el Romano Pontífice, sin previo
mandato del mismo.”

c) Potestad Plena: al Romano Pontífice no le falta ninguna parte de potestad:

138
- Tiene toda la potestad legislativa y todos están sujetos a sus leyes, el límite es el
derecho divino natural y positivo, y la finalidad es el bien de la Iglesia.

- Tiene toda la potestad judicial, el Papa es el juez supremo para toda la Iglesia
católica:

● “c. 1442.- El Romano Pontífice es juez supremo para todo el orbe


católico, y dicta sentencia o personalmente, o mediante los tribunales
ordinarios de la Sede Apostólica, o por jueces en los cuales delega.

Es el juez supremo, pero habitualmente no dicta sentencia sino a través los


tribunales apostólicos: la Signatura Apostólica y la Rota Romana (inferior), son los
tribunales apostólicos o pontificios por los que actúa la potestad del Papa.

Que tenga toda la potestad significa que se puede abocar a sí (reservarse)


cualquier causa y juzgarla él, esté en el momento de juicio en el que esté:

● “c. 1417 § 1. Por razón del primado del Romano Pontífice, cualquier fiel
puede llevar o introducir ante la Santa Sede una causa, tanto contenciosa
como penal, en cualquier instancia del juicio y cualquiera que sea el
estado en el que se encuentre el litigio.”

- Tiene toda la potestad administrativa, a él está sujeta toda la organización


administrativa y toda la administración económica de la Iglesia. Por eso se dice que
tiene el dominio (propiedad) alto de todos los bienes de la Iglesia. Eso significa que
los dueños (las personas jurídicas) administran sus bienes bajo la autoridad del
Romano Pontífice.

● “c. "1256.- El dominio de los bienes corresponde, bajo la autoridad


suprema del Romano Pontífice, a la persona jurídica que los haya
adquirido legítimamente."

Por eso, en razón del dominio alto, el papa es el administrador supremo de


todos los bienes eclesiásticos. Los bienes eclesiásticos no son los de las personas
físicas, sino los de las personas jurídicas públicas. El Papa es el administrador y
distribuidor supremo. Ejerce esta potestad teniendo que dar licencia a través de la
Curia Romana para realizar los actos de administración cuando superen una cantidad
determinada, ej.: para España los actos que superen los 100 millones de pesetas.

d) Potestad inmediata: se ejerce directamente, sin necesidad de intermediarios, sobre


cualquier fiel, pastor o Iglesia particular. Es potestad inmediata, pero el Papa la ejerce reforzando,
no debilitando la potestad del Obispo, que tiene potestad inmediata en su Iglesia particular.

En virtud de la potestad inmediata, cualquier fiel puede dirigirse directamente al Papa sin
necesidad de intermediarios. La respuesta de la Santa Sede se consulta con el Obispo, pues no le
suplanta sino que le refuerza.

e) Potestad universal: la potestad del papa es universal, se extiende a toda la Iglesia, sin
límite de territorio.

f) Potestad libre: en su ejercicio, se puede ejercer libremente, no depende de ninguna otra


instancia, no depende del Colegio Episcopal.

▬▬▬
2.- Provisión del Oficio

139
Derecho Canónico

● “c. 332 § 1. El Romano Pontífice obtiene la potestad plena y suprema en la Iglesia mediante
la elección legítima por él aceptada juntamente con la consagración episcopal. Por tanto, el
elegido para el pontificado supremo que ya ostenta el carácter episcopal, obtiene esa potestad
desde el momento mismo de su aceptación. Pero si el elegido carece del carácter episcopal, ha
de ser ordenado Obispo inmediatamente.”

Hacen falta tres requisitos para que el Romano Pontífice obtenga la potestad primacial:

1) Que sea elegido legítimamente.

2) Aceptación. No basta con ser elegido, tiene que aceptar.

3) La consagración episcopal. Aquí está de fondo el problema de si la potestas sacra, la


potestad de gobierno, se recibe por el sacramento del orden o no (c.129). El elegido tiene
que ser ordenado para que no haya dos jerarquías: una de orden y otra de jurisdicción.
Hasta ese momento, de ser ordenado obispo si no lo es, no saluda ni bendice al pueblo,
ni los cardenales le rinden obediencia.

1) El proceso de elección del Papa se rige en la actualidad según la Constitución Apostólica


Universi Dominici Gregis, de Juan Pablo II, de 22 febrero de 1996. En el nº 33 se dice que los
electores son los cardenales, y dentro de éstos aquellos que todavía no hayan cumplido los 80 años
antes del día en que la Sede Apostólica queda vacante.
El número de electores máximo es de 120 (Benedicto XVI ha nombrado mas cardnales y
pasan los 120). Los cardenales representan al clero de roma, de manera que queda excluido el
derecho de elección por parte de cualquier otra persona; sólo pueden elegir los cardenales,
explícitamente se excluye al Concilio ecuménico y al Sínodo de los obispos (que se estuviera
celebrando en el momento de quedar la sede vacante).
El tiempo máximo para establecer el cónclave es de 20 días, de manera que el cónclave
comienza como muy tarde en esa fecha con los cardenales que hayan llegado, y si llega alguno más
tarde se incorpora y es admitido.
Respecto del cónclave, la reunión de los cardenales electores tiene lugar en la Capilla
Sixtina, dentro del Colegio Apostólico Vaticano. Se caracteriza (entre otras cosas) por la
incomunicación con el exterior, muy rigurosa (leer los números 55-61). La finalidad es la de
salvaguardar la independencia de los cardenales, de manera que su voto no sea influido, por ello no
pueden leer ni periódicos, ni revistas, ni escuchar la radio, ni ver la TV, etc., tampoco pueden
mandar ni recibir cartas, ni hablar por teléfono con el exterior.
En caso de necesidad urgente, cuatro cardenales (la Congregación particular de los
Cardenales) lo deciden.
Hay obligación de guardar secreto permanente, a no ser que el Papa faculte explícitamente.

En la Constitución Universi Dominici gregis está regulada la forma de elección. Antes había
tres modos de elegir al Papa:

a) Por aclamación o inspiración: mediante una elección unánime a viva voz.


b) Por compromisarios: no eligen todos sino que transfieren el derecho de elección a un
grupo más reducido dentro del propio Colegio electoral. Para ello hacía falta la unanimidad de
todos.
c) Por escrutinio: todos los electores eligen mediante voto personal, secreto y escrito. A
partir del año 1996, se han abolido los dos modos primeros de elección quedando sólo como
legítimo y válido el modo mediante escrutinio.
La aclamación ha sido suprimida por parecer inadecuada para expresar el parecer de un
Colegio tan grande y de tantas procedencias. También el modo de elección a través de
compromisarios porque puede comportar falta de responsabilidad por parte de todos los electores.

140
La mayoría necesaria son 2/3 de los votos de los cardenales presentes. Los números 74 y 75
de la Constitución Universi Dominici Gregis señalan el modo de proceder si no se consigue la
mayoría de 2/3, se haría una pausa de oración, de meditación, de coloquio, etc. Así hasta nueve
días, a los nueve días el requisito de la mayoría de 2/3 s reduce a mayoría absoluta.

Puede ser elegido cualquier varón, soltero y bautizado. En el número 76 de la constitución


aparece una ley invalidante, que afecta a los modos y normas de la elección, luego es una ley
irritante no inhabilitante (afecta al modo de realizar la elección, no a si el candidato es hábil o no)

2) y 3) Aceptación y toma de posesión: (números 87 al 92) el elegido es libre de aceptar o


no. Si no acepta hay que elegir a otro. En el nº 86 el Papa ruega al elegido que acepte si no es por
causa grave en conciencia.
Si el elegido es obispo y acepta, toma posesión del oficio inmediatamente y los cardenales le
rinden obediencia. En caso de que no sea obispo ha de ser ordenado inmediatamente y a partir de
ese momento los cardenales le rinden obediencia.
▬▬▬
3.- Cesación del oficio

● “c. 332 § 2. Si el Romano Pontífice renunciase a su oficio, se requiere para la validez que la
renuncia sea libre y se manifieste formalmente, pero no que sea aceptada por nadie.”

Hay dos modos de cesación de la potestad del Romano Pontífice: por muerte o por renuncia.

La renuncia se establece por medio de este canon que prevé esta posibilidad. Para la validez
de la renuncia hacen falta dos condiciones que son leyes invalidantes de tipo irritante:

a) Que la renuncia sea libre.


b) Que sea manifestada formalmente. De lo contrario no tendría validez porque no
se conocería ningún tipo de manifestación externa, pública, clara e inequívoca.
No se requiere que la renuncia sea aceptada por nadie (al contrario de lo que
sucede en otros oficios).

Si se lleva a cabo de manera válida se pierde la potestad primacial y la sede queda vacante.
Una vez que la renuncia tiene lugar (libre y manifestada formalmente) no se puede echar a tras.

Qué ocurriría si el Papa perdiera las facultades mentales y no pudiera renunciar (ya que el
Papa no puede ser depuesto): la doctrina de forma concorde establece que pierde la potestad ipso
facto en caso de demencia cierta y perpetua (irrecuperable). La sede romana queda vacante, se
aplican las normas que hemos visto y se reúne y celebra el cónclave.

▬▬▬
Motu proprio de 11 de julio de 2007.

Empieza por Constitución Apóstolica. Se abrogó el numero 75. Al no llegar a acuerdo


después de varias votaciones, y de no conseguir los dos tercios, directamente se pasa a una votación
sobre los dos nombres que mas votos han tenido en ultimo escrutinio. Y para eso hace falta ser por
los dos tercios. Y repitiendo hasta que se llegue a que alguno tenga dos tercios. Ellos, los dos
nombres, no pueden votar para evitar el voto sobre si mismo.

141
Derecho Canónico

4.- El gobierno del Romano Pontífice (c. 333-334)

En el c. 333 se repiten las cuestiones del c.331 sobre el modo de ejercicio de gobierno, la
relación del papa con las Iglesias particulares (esta se ejerce fortaleciendo la autoridad de cada
obispo) y las agrupaciones de Iglesias. Se fortalece la autoridad de tal manera que cuando alguien
recorre al Vaticano lo 1º que se hace es que el Vaticano informa al obispo e pide su parecer (todo se
hace siempre contando con el obispo).

La potestad del Papa es inmediata, y no va en detrimento de los obispos diocesanos.

En segundo lugar, en el c. 333 § 2, aparecen las dos modalidades de ejercicio de la potestad


primacial, el Papa puede ejercer su potestad de modo personal o colegial:

● “c. 333 § 2. Al ejercer su oficio de Pastor supremo de la Iglesia, el Romano Pontífice se halla
siempre unido por la comunión con los demás Obispos e incluso con toda la Iglesia; a él
compete, sin embargo, el derecho de determinar el modo, personal o colegial, de ejercer ese
oficio, según las necesidades de la Iglesia.”

En el caso del modo colegial, el Papa ejerce la potestad primacial que tiene ayudado por
otras instituciones o personas. Esto significa que tiene colaboradores, ej.: el Sínodo de los obispos,
la Curia Romana, el Colegio cardenalicio, los dicasterios, todos son colaboradores del Romano
Pontífice en el ejercicio de su potestad primacial.
El Papa lo puede personalmente o colegialmente. Colegialmente significa colaborando con
los obispos para hacer un acto pontificio. Ejemplo: la aprobación del Código de Derecho Canónico.
Es una aprobación del Papa pero que tiene la colaboración de los obispos como se dice
reiteradamente en la Constitución Apostólica Sacrae disciplinae leges. En esta última forma se
expresa mejor la comunión con los obispos.
Personalmente no se expresa tanto pero está de igual manera en comunión con los obispos.
Aquí hablamos de colaboraciones de obispos y no de todo el colegio episcopal.

El § 3 dice que los actos de potestad del Romano Pontífice son inapelables.

▬▬▬

Incluso sería un hecho delictivo recurrir contra un acto del Romano Pontífice:

● “c. 1372. Quien recurre al Concilio Ecuménico o al Colegio de los Obispos contra un acto del
Romano Pontífice, debe ser castigado con una censura.”

▬▬▬
c. 334

Un acto colegial de la potestad primacial del Papa no se entiende como el acto de un


colegio, sino del Papa con los colaboradores del colegio. Los primeros colaboradores son los
obispos, el Papa determinara en qué manera pueden colaborar con él.
Entre esas maneras destaca el Sínodo de los Obispos, que es un órgano de colaboración con
el Romano Pontífice en su ejercicio primacial (su único objetivo es colaborar y no tiene ninguna
autoridad). También le ayudan los cardenales del Colegio cardenalicio. Las dos funcionalidades del
Colegio Cardenalicio es ayudar al Romano Pontífice y elegirlo.

Entre las instituciones que también ayudan al Papa, la más importante es la Curia Romana:
los distintos dicasterios y congregaciones que están en Roma. Ayudan cotidianamente al Romano
Pontífice en su oficio primacial.
Al frente de cada dicasterio (al menos de cada uno de los más importantes) está un cardenal.
La Curia Romana tiene autoridad vicaria, acudir a ella es acudir al Romano Pontífice con el que
colaboran. Eso no significa que cada acto de la Curia Romana sea un acto del Papa, si es aprobación
142
común no lo es, si tiene aprobación o confirmación de forma específica entonces sí equivale a un
acto del Papa.

Congregaciones.

Dicasterios: Pontificios consejos.

Oficios.

5.- La Sede vacante o impedida

● “c. 335.- Al quedar vacante o totalmente impedida la Sede Romana, nada se ha de


innovar en el régimen de la Iglesia universal: han de observarse, sin embargo, las leyes
especiales dadas para esos casos.

- Sede vacante: es cuando no hay Papa, por defunción o renuncia. El principio general es
“nada se ha de innovar”, es un principio general, no sólo para la Sede Romana sino para todas las
demás sedes; nada que perjudique o condicione al próximo titular del oficio. En caso de la sede
vacante pontificia porque no hay ninguna autoridad suficiente.

“Han de observarse las leyes especiales dadas para esos casos”, se refiere a una ley
especial: la Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis, de 22 de febrero de 1996 (esté en la
primera parte de la constitución), En ella están las normas para la sede vacante pontificia y para la
elección del Romano Pontífice. La normativa sobre la sede vacante está en los números 1-32. Los
más importantes son del 1-5, ahí aparece también el principio de “nada se debe innovar”, pero
¿cómo se debe actuar?:

n.1.- Es el Colegio de Cardenales el que tiene el gobierno de la Iglesia universal, aunque


limitado en cuanto que está la sede vacante y están excluidas todas las cuestiones que requieren la
aprobación del Romano Pontífice. Si lo hicieran sería un acto inválido.

Son asuntos que no pueden esperar. Es el colegio de cardenales que tiene que hacerse cargo
de las exequias del Papa.

n.2.- Se dicen aquí los actos que pueden realizar los cardenales porque no requieran la
intervención del papa. Los actos inaplazables están en el nº6, el resto se dejan para cuando haya
Romano Pontífice.

n.3.- El Colegio Cardenalicio no puede disponer nada sobre los derechos de la Sede
Apostólica y de la Iglesia Romana.

n.4.- Durante la vacante de la Sede Apostólica no se pueden modificar las normas de esta
constitución.

n.5.- En el caso de que surgieran dudas, la interpretación queda a “la mayoría” de los
cardenales presentes. Para la elección del papa, en las primeras votaciones no es suficiente “la
mayoría” sino que hacen falta inicialmente la cantidad de 2/3 de los votos de los cardenales
presentes.

- Sede impedida: (es otra posibilidad que contempla el canon)para la sede episcopal
impedida la regulación está en el c.412. Se trata de sede impedida cuando hay imposibilidad
absoluta (pero temporal) por parte del obispo para ejercer su función en la diócesis, de suerte que ni
aún por carta pueda comunicarse. E el caso de por ej.: el secuestro, la incapacidad, etc.
Pone dos criterios:
- Nada se debe innovar en esos casos.

143
Derecho Canónico

- Por analogía se utilizan las mismas leyes que para la Sede vacante, porque no
hay regulación específica para estos casos.

▬▬▬

Art. 2.
Del Colegio Episcopal
1.- Potestad del Colegio Epsicopal

El canon que trata sobre la potestad es el c.336, tomado de la LG 22 y de los números 3 y 4


de las notas explicatorias previas.

● “c. 336.- El Colegio Episcopal, cuya cabeza es el Sumo Pontífice y del cual son miembros los
Obispos en virtud de la consagración sacramental y de la comunión jerárquica con la cabeza y
miembros del Colegio, y en el que continuamente persevera el cuerpo apostólico, es también,
en unión con su cabeza y nunca sin esa cabeza, sujeto de la potestad suprema y plena sobre
toda la Iglesia.”

En primer lugar se citan los miembros del Colegio Episcopal:

- El Papa a la cabeza pues es miembro del colegio episcopal


- Todos los obispos que tengan:
- La consagración sacramental (válidamente ordenados obispos)
- La comunión jerárquica (con el Papa y con los demás miembros del
Colegio).

La comunión jerárquica se recibe con la consagración sacramental, el Papa manda el


mandato pontificio para que le sea comunicado. Si un obispo no tiene la comunión jerárquica no
pertenece al Colegio Episcopal.

Los obispos de las Iglesias orientales no son nombrados por el Papa, pero luego, el Romano
Pontífice da el asenso. La comunión jerárquica se expresa en la ordenación por el asentimiento del
Romano Pontífice en cada caso. Un obispo ordenado por mandato pontificio (o por asentimiento en
la Iglesia oriental) es un miembro del Colegio Episcopal.

También por un cisma se puede dejar de ser miembro del Colegio Episcopal, por perder la
comunión jerárquica.

El colegio episcopal reúne siempre al Romano Pontífice, el Papa es miembro y cabeza del
Colegio. El Colegio Episcopal es siempre “el Papa y los Obispos”.

▬▬▬

- La potestad suprema y plena del Colegio Episcopal

La potestad suprema y plena del Colegio Episcopal sobre toda la Iglesia, es una extensión de
la vista para el Romano Pontífice. Hay dos sujetos de potestad plena y suprema: el Romano
Pontífice personalmente (c.331-335) y por otro lado el Colegio Episcopal (LG 22 y 336-341). Son
dos sujetos con la misma extensión de potestad, el mismo contenido y la misma naturaleza.

Al haber dos sujetos hay que tener en cuenta la relación entre ellos para que no haya
contradicción, asegurando la unidad. La relación existente entre ellos dice que son dos sujetos
distintos pero en que no hay contradicción total y así evita las contradicción puesto que el Papa es

144
miembro del Colegio Episcopal. Esa singularidad del Papa dentro del Colegio significa que éste no
puede actuar sin la cabeza.
Se habla de dos sujetos de potestad inadecuadamente distintos, no completamente distintos.
La potestad del Colegio Episcopal viene definida en el c.336.

a) Acción Colegial - Definición de Colegialidad

La potestad del Colegio Episcopal se ejerce mediante “la acción colegial” o “colegialidad”.
Esta expresión tiene dos sentidos distintos, uno estricto y otro amplio:

- En sentido estricto: la colegialidad es el ejercicio de la autoridad (potestad) del


Colegio de obispos, potestad plena y suprema sobre toda la Iglesia, ej.: un
documento del Concilio es un acto del Colegio de acuerdo con la cabeza, por
tanto, con los tres actos del papa al final del concilio: aprobación, confirmación y
promulgación.

- En sentido amplio: son realizaciones parciales de la colegialidad, Es una


expresión que indica la colegialidad afectiva, la unión entre los obispos, pero no
indica que se realice un acto de la colegialidad episcopal sino de la unión que hay
entre un grupo de ellos. En sentido amplio se refiere sólo a un grupo de obispos,
no todo el Colegio episcopal; por ej.: la Conferencia Episcopal, cuando actúan, lo
que realizan no es un acto de potestad sobre toda la Iglesia, sino de un grupo de
obispos que manifiestan la unidad de acción, pero no tienen la potestad del
Colegio sobre toda la Iglesia, sino la que el Derecho les confíe; pueden realizar
acciones con potestad o sin ella (lo más normal es que no actúen con potestad).
Por ejemplo, ir en consejo delante del Papa. O la Conferencia Episcopal que no
es el colegio episcopal.

2. – El ejercicio de Potestad del Colegio

El ejercicio de la potestad por parte del Colegio Episcopal se lleva a cabo mediante dos
modos de ejercicio (c.337):

- Modo solemne: en el Concilio Ecuménico, todos reunidos (c. 337 § 1).


- Los obispos dispersos por el mundo: aunque estén dispersos pueden ejercer una
acción conjunta de potestad, siempre que lo hagan reunidos al Romano Pontífice
a la cabeza (c. 337 § 2). Este es un modo muy excepcional. Es muy difícil que
esto pase.

Al papa le corresponde determinar la manera en que el Colegio va a actuar. Para el primer


caso le corresponde al Romano Pontífice convocar el concilio. Para el segundo modo, el de “los
obispos dispersos”, basta con que el Papa acepte el acto libremente, aunque la iniciativa no haya
sido suya (aunque sería lo habitual), LG 22.

El criterio del canon sobre cuándo se ejerce la potestad del Colegio y de qué modo, son las
necesidades de la Iglesia:

● “c. 337 § 3. Corresponde al Romano Pontífice, de acuerdo con las necesidades de la


Iglesia, determinar y promover los modos según los cuales el Colegio de los Obispos haya de
ejercer colegialmente su función para toda la Iglesia.”

Este canon se basa en el c. 333 § 2, según el cual el Papa decide el modo de ejercicio de su
potestad primacial.
▬▬▬

145
Derecho Canónico

Los cánones siguientes detallan de qué manera se ejerce la potestad del Colegio con más
detalles. Los cánones 338-341 §1 tratan sobre todo del modo de ejercer solemne, es decir, mediante
el Concilio Ecuménico, mientras que el c. 341 § 2 trata del modo de ejercer los Obispos dispersos
(estando poco regulado).

3.- El Concilio Ecuménico

El código no ofrece una definición del concilio. Se suele definir el Concilio como la reunión
solemne de todos los obispos de la Iglesia Católica (al menos se les convoca a todos, otra cosa es
que todos acudan), convocada y presidida por el Papa, con el fin de estudiar, deliberar (potestad
deliberativa, decide) y resolver cuestiones (potestad o capacidad de decisión) que afectan a la
Iglesia universal.

En esta definición no aparece de manera explícita la función del Papa en el concilio (sólo
dice convocada y presidida): "es prerrogativa del Romano Pontífice convocar estos Concilios
Ecuménicos, presidirlos y confirmarlos.".

El concilio ecuménico es la potestad suprema del Colegio Episcopal, el concilio no es el


Colegio Episcopal, es un modo de actuación. El concilio ecuménico está configurado por unas
normas concretas de derecho positivo: las normas concretas son el reglamento del concilio; lo único
que hay en ellas de derecho divino es que el Colegio Episcopal debe actuar con la cabeza y nunca
sin ella. La normativa concreta del Código es poca, la mayoría de ella está fuera del Código.

a) Competencias del Romano Pontífice en relación con el Concilio (c. 338) y en cuanto
cabeza del Colegio Episcopal

Queda excluida cualquier otra autoridad a la hora de llevar a cabo, respecto del concilio, las
siguientes competencias:

1.- La convocatoria del Concilio Ecuménico, cuando lo considere oportuno teniendo en


cuenta las necesidades de la Iglesia. En dicha convocatoria se establece el lugar y el tiempo. Queda
excluida para dicha convocatoria cualquier otra autoridad.

2.- La presidencia, puede hacerla personalmente o por medio de otros (delegada).

3.- El traslado del concilio: consistente en el cambio del lugar donde se celebra.

4.- Suspenderlo: cesación temporal de los trabajos, con la intención de reanudarlos


posteriormente.

5.- Disolverlo: ponerle fin. Hace referencia a una cesación antes de lo previsto (cuando se
termina según lo previsto se denomina “clausura”).

6.- Aprobar los decretos del concilio: que son las decisiones conciliares, si no están
aprobadas por el Papa no tienen valor. Es el acto final más importante del Papa.

7.- Determinar las materias (c.338 § 2), establecer el orden del día, qué materias se someten
al concilio. A lo largo del concilio se pueden añadir otras a petición de los padres conciliares,
aunque bajo la aprobación del Papa.

8.- Aprobación del reglamento del concilio, que es el modo de proceder. Es un documento
normativo que está fuera del código y que ha de estar aprobado por el Papa.

b) Los miembros del concilio (c. 339).

146
Hay dos tipos de miembros. Los obispos y los que no son obispos. Sólo los obispos,
miembros del Colegio Episcopal, tienen el derecho y el deber de asistir al Concilio con voto
deliberativo (decidiendo). El voto deliberativo se opone al voto consultivo, el cual no tiene valor
decisorio, no es vinculante, la decisión se toma en consideración de los votos pero sólo para
aconsejar al Papa, no se toma la decisión, ej.: el Sínodo de los obispos es un órgano consultivo del
Papa, le aconseja. El Concilio ecuménico tiene voto deliberativo, decide.

A la autoridad suprema le corresponde determinar la función de aquellos que no son


obispos, y que son invitados: peritos para ayudar a los obispos, o personas con responsabilidades
importantes en la vida de la Iglesia (para tomar parte dando algún testimonio, opinión, etc.), ej.: los
superiores de las órdenes religiosas; son de carácter consultivo, aconsejan. También puede haber no
católicos, invitados como observadores, y pueden exponer algún tema a decisión del Papa.

c) Sede vacante durante el concilio (c. 340)

Si la Sede papal queda vacante durante el concilio, éste queda interrumpido por el propio
derecho (automáticamente) no por un acto del Papa. El concilio sigue estando convocado pero los
trabajos cesan temporalmente, hasta que haya un acto personal del Papa siguiente que decida
continuarlo o disolverlo. Si se hiciera algo durante el tiempo de la interrupción sería inválido.

d) Intervención del Papa en los documentos del Concilio (c. 341 § 1)

Aparecen tres actos del Papa como conclusión del concilio ecuménico. Los decretos
contienen todas las decisiones del Concilio, pero sólo son actos con fuerza obligatoria, actos del
Colegio Episcopal, si el Papa realiza estos tres actos:

1.- Aprobación del Romano Pontífice junto con los Padres conciliares. Es un acto Colegial.
2.- Confirmación por el Papa, es un acto primacial.
3.- Promulgación por el Papa, por mandato suyo.

El acto de aprobación es un acto colegial, los otros son primaciales. Son actos simultáneos,
la confirmación es el acto confirmatorio del acto colegial que es la aprobación (la aprobación es un
acto colegial del Papa con los Padres conciliares, no es primacial), la cual es un acto de la potestad
del Colegio con carácter deliberativo. El Concilio Vaticano II acontece esto.

3.- Acción conjunta de los obispos dispersos (c. 341 § 2)

Prácticamente no está regulado nada. Según el c. 341 § 2 necesita también la misma


confirmación y promulgación de los decretos, igual que en el caso del concilio ecuménico. Es
necesario el mismo acto del Papa.

CAPÍTULO II
Del Sínodo de los Obispos (342-348)

El Sínodo de los obispos es muy reciente. Fue creado por Pablo VI, por medio de un
documento: “Apostolica Sollicitudo”, el 15 de septiembre de 1965, durante los trabajos del
Concilio Vaticano II. Fue creado por el Papa como órgano institucional que colabore con él en el
gobierno de la Iglesia. Es para expresar la colaboración de los obispos con él.

El 8 de noviembre de 1966 se aprueba el reglamento del Sínodo, pero ha tenido


modificaciones. La última modificación posterior es de 1971.

147
Derecho Canónico

En la AS el Papa dice que el motivo por el que se instituye es “para ofrecer a los obispos
católicos la posibilidad de participar de manera más manifiesta y eficaz en nuestra solicitud por la
Iglesia”.
Es una colaboración, dice que lo constituye como un “consejo permanente de obispos
sujetos directa e inmediatamente a nuestra potestad”.

1.- Naturaleza jurídica del Sínodo de los Obispos

La naturaleza jurídica del Sínodo aparece en los cc. 342-343:

● “c. 342.- El sínodo de los Obispos es una asamblea de Obispos escogidos de las distintas
regiones del mundo, que se reúnen en ocasiones determinadas para fomentar la unión estrecha
entre el Romano Pontífice y los Obispos, y ayudar al Papa con sus consejos para la integridad y
mejora de la fe y costumbres y la conservación y fortalecimiento de la disciplina eclesiástica, y
estudiar las cuestiones que se refieren a la acción de la Iglesia en el mundo.”

● “c. 343.- Corresponde al sínodo de los Obispos debatir las cuestiones que han de ser tratadas,
y manifestar su parecer, pero no dirimir esas cuestiones ni dar decretos acerca de ellas, a no
ser que en casos determinados le haya sido otorgada potestad deliberativa por el Romano
Pontífice, a quien compete en este caso ratificar las decisiones del sínodo.”

● En primer lugar se habla de quiénes son los miembros del sínodo: obispos escogidos de
las distintas regiones del mundo al contrario del concilio en que tienen el deber de prticipar todos
los obispos.

● En segundo lugar se habla de las funciones que tiene:

1ª) Fomentar la unión estrecha entre los obispos y el Papa.

2ª) Ayudar al Papa con sus consejos. No se toman decisiones. La decisión final es
personal del Papa, no colegial, en relación con el bien de la Iglesia:

a) Para la integridad y mejora de la fe y costumbres.


b) Para la conservación y fortalecimiento de la disciplina eclesiástica.

3ª) Estudiar las cuestiones que se refieran a la acción de la Iglesia en el mundo.

c. 343 Quien ejerce las funciones no es el Colegio Episcopal, el Sínodo nace para ayudar al
Papa institucionalmente pero quien ejerce la potestad primacial es el Papa después del Sínodo,
cuando habitualmente publica un documento (una Exhortación Apostólica) con las proposiciones
asumidas y propuestas por los obispos –no teniendo porqué aceptar sus propuestas, puede
cambiarlas (como ha sucedido una vez en la Familiaris consortio, ocasión en que el Papa modificó
una de las propuestas que se le presentaron, en relación a la necesidad de la fe para celebrar el
sacramento del matrimonio)–. El sínodo manifiesta su parecer, pero no dirime sobre ello. Ni
tampoco dar decretos pues no tiene autoridad.

Excepcionalmente el Sínodo puede tener función deliberativa, si el Romano Pontífice se la


ha otorgado en casos determinados (pero no por la naturaleza misma de la institución sino como
potestad delegada). En este caso compete al Romano Pontífice ratificar las decisiones del Sínodo, y
hacerlas suyas. Lo habitual es que esto no suceda. El documento final se llaman proposiciones.

▬▬▬

2.- Competencias del Romano Pontífice sobre el Sínodo (c. 344)

148
No se dice nada de las decisiones como pasaba en Concilio (en el caso de la aprobación de
los decretos), porque aquí no se toman decisiones:

1.- Convocar el Sínodo cuantas veces le parezca oportuno.

2.- El Romano Pontífice tiene la competencia respecto de los miembros: no se trata de una
convocatoria de todos los obispos sino de algunos. Hay tres vías de participación:

a) Elección canónica: algunos obispos son elegidos por elección canónica, según el
derecho particular (el reglamento del Sínodo de los Obispos). En este reglamento se
dice que los elige la Conferencia Episcopal, se dice aquí cuantos obispos elige cada
Conferencia Episcopal dependiendo de lo grande que sea. El máximo de miembros
es 3 para las que superen los 100 obispos. La elección ha de ser ratificada por el
Papa, no basta con ser elegidos.
b) Miembros natos: por el oficio que desempeñan.

c) Miembros de designación pontificia: el papa designa y nombra a los demás


miembros.

3.- Determinar los temas que se van a tratar en el Sínodo, lo que ha de hacerse con la
antelación oportuna antes de la fecha de celebración del Sínodo. El procedimiento habitual es que la
Secretaría General del Sínodo pida observaciones sobre el tema que se va a tratar y con ello haga un
primer borrador, los lineamenta del Sínodo, que se envían a todos los obispos del mundo para que
hagan aportaciones. Con esas aportaciones en la Secretaría General se elabora el instrumentum
laboris, que es el documento de trabajo que se utilizará en el Sínodo. Después que se ha terminado
el Sínodo se elaboran las propositionis.

4.- Establecer el orden del día y el horario.

5.- Presidir el Sínodo: personalmente o de forma delegada.

6.- Clausurar el Sínodo cuando termina según lo previsto, trasladarlo, suspenderlo o


disolverlo.

No aparece nada referente al acto final (como era el caso del concilio) porque no hay acto
final decisorio.

3.- Tipos de asambleas sinodales (c. 345)

Se distinguen dos tipos de asamblea sinodal: general y especial.

a) Asamblea sinodal general: sobre cuestiones que afectan a toda la Iglesia.

- Asamblea general ordinaria: se celebra con regularidad según el calendario previsto


(cada tres años).
- Asamblea general extraordinaria: se celebra sin que estuviera prevista con
antelación y periodicidad.

b) Asamblea sinodal especial: sobre cuestiones que afectan sólo a algunas regiones de la
Iglesia (ej.: el Sínodo de los Obispos sobre Europa).

4.- Los miembros del Sínodo (c. 346)

149
Derecho Canónico

Los miembros varían según se trate de una Asamblea general ordinaria (§ 1), general
extraordinaria (§ 2) o especial (§ 3).

a) Miembros de la asamblea sinodal general ordinaria

● “c. 346 § 1. Integran el sínodo de Obispos, cuando se reúne en asamblea general ordinaria,
miembros que son, en su mayor parte, Obispos, unos elegidos para cada asamblea por las
Conferencias Episcopales, según el modo determinado por el derecho peculiar del sínodo; otros
son designados por el mismo derecho; otros, nombrados directamente por el Romano Pontífice;
a ellos se añaden algunos miembros de institutos religiosos clericales elegidos conforme a la
norma del mismo derecho peculiar.”

1º) Como ya hemos visto, en primer lugar los miembros son los obispos elegidos por las
Conferencias Episcopales, según el número establecido por el reglamento del Sínodo.
Respecto a este tema se hizo una propuesta al Pontificio Consejo para los textos
legislativos sobre si los obispos eméritos pueden ser elegidos como miembros del Sínodo
de los Obispos o sólo los diocesanos en activo. La respuesta es del 10 de octubre de
1991, y dice que sí: los obispos eméritos pueden ser elegidos por las Conferencias
Episcopales para participar en el Sínodo. Los obispos eméritos son aquellos que ya no
están al frente de una diócesis, no tiene oficio pastoral porque se han jubilado y el Papa
ha aceptado la renuncia.

2º) Miembros natos: el reglamento del sínodo dice quienes son; aquellos que tienen
determinados oficios en la Iglesia, ej.: los presidentes de los Dicasterios de la Curia
Romana.

3º) Los nombrados directamente por el Romano Pontífice: independientemente del cargo
que desempeñan. Los miembros de designación directa no deben superar el 15 % del
total de los miembros.

4º) Además, a ellos se añaden algunos miembros de institutos religiosos clericales, elegidos
conforme a la norma del mismo derecho particular (que es el reglamento del Sínodo),
que establece que sean elegidos 10 miembros de institutos religiosos clericales.

▬▬▬

b) Miembros de la asamblea sinodal general extraordinaria

Son menos los miembros elegidos, según el c. 346 § 2:

● “c. 346 § 2. Integran el sínodo de los Obispos reunido en asamblea general extraordinaria,
para tratar cuestiones que exigen una resolución rápida, miembros que son, en su mayoría,
Obispos designados por el derecho peculiar del sínodo en razón del oficio que desempeñan;
otros, nombrados directamente por el Romano Pontífice; a ellos se añaden algunos miembros
de institutos religiosos clericales, igualmente elegidos a tenor del mismo derecho peculiar.”

1º) Los obispos no son elegidos por las Conferencias Episcopales, sino designados por el
derecho particular del sínodo según el oficio que desempeñan.
La razón de no convocar miembros elegidos por las diferentes Conferencias
Episcopales es la de que los miembros natos son más: todos los presidentes de las
Conferencias Episcopales y los que ya estaban (ej.: los presidentes de los Dicasterios de
la Curia Romana).

2º) Los elegidos por designación directa del Romano Pontífice.

3º) Algunos miembros de institutos religiosos clericales.


150
▬▬▬

c) Miembros de la asamblea sinodal especial

● “c. 346 § 3. Integran el sínodo de los Obispos reunido en asamblea especial miembros
seleccionados principalmente de aquellas regiones para las que ha sido convocado, según la
norma del derecho peculiar por el que se rige el sínodo.”

La composición es regulada por el derecho particular del Sínodo: en la asamblea especial


hay miembros natos, elegidos y por designación del Papa, en proporciones similares a la asamblea
general ordinaria, siempre que pertenezcan a las regiones en favor de las cuales se ha convocado el
Sínodo o, en el caso de los Cardenales Prefectos, sus dicasterios estén relacionados con las materias
a tratar. En el caso de los Superiores religiosos de esas regiones no más de dos.

▬▬▬
5.- Conclusión y suspensión del Sínodo

● “c. 347 § 1. Cuando el Romano Pontífice clausura la asamblea del sínodo de los Obispos, cesa
la función que en la misma se había confiado a los Obispos y demás miembros.”

Cuando se clausura el Sínodo, cesan las funciones que se habían encomendado a los
obispos. La única permanente es la Secretaría General del Sínodo, que trabaja entre un sínodos y
otro.

La suspensión en caso de sede vacante se realiza ipso iure, por el propio derecho, así como
todas las funciones, hasta que el Papa siguiente vea si continúa el sínodo o lo disuelve.

● “c. 347 § 2. La asamblea del sínodo queda suspendida ipso iure cuando, una vez convocada o
durante su celebración, se produce la vacante de la Sede Apostólica; y asimismo se suspende la
función confiada a los miembros en ella hasta que el nuevo Pontífice declare disuelta la
asamblea o decrete su continuación”.
▬▬▬
6.- La Secretaría del Sínodo

● “c. 348 § 1. El sínodo de los Obispos tiene una secretaría general permanente, que preside un
secretario general, nombrado por el Romano Pontífice, a quien asiste el consejo de la
secretaría, que consta de Obispos, algunos de los cuales son elegidos por el mismo sínodo
según la norma de su derecho peculiar, y otros son nombrados por el Romano Pontífice, cuya
función termina al comenzar una nueva asamblea general.”

Es un órgano permanente, no se disuelve ni cesa cuando termina el Sínodo, tiene la función


de servir de enlace entre un sínodo y otro, velando por el sínodo anterior y preparando los
documentos del sínodo siguiente.

Además, hay secretarios especiales (348 § 2) que no son permanentes, son los que trabajan
durante el sínodo y cesan con el sínodo, su función es trabajar con la Secretaría general durante las
asambleas.

● “c. 348 § 2. Para cualquier tipo de asambleas del sínodo de los Obispos se nombran además
uno o varios secretarios especiales, designados por el Romano Pontífice, que únicamente
permanecen en dicho oficio hasta la conclusión de la asamblea del sínodo.”

▬▬▬

CAPÍTULO III
De los Cardenales de la Santa Iglesia Romana (349-359)

151
Derecho Canónico

1.- Naturaleza del Colegio de Cardenales (c.349)

Los cardenales constituyen un Colegio peculiar por las cuestiones que desarrollan: la
elección del Romano Pontífice (la función más extraordinaria) y la colaboración y asesoramiento
del Romano Pontífice (la función más cotidiana).
El Colegio Cardenalicio no es el Colegio Episcopal (todos los obispos), el Colegio
Cardenalicio ni se identifica ni representa al Colegio Episcopal.
Todos los cardenales son iguales, con los mismos derechos y obligaciones. El Colegio
Cardenalicio está presidido por el Cardenal Decano, que es el “primus inter pares”, el primero
entre iguales, pues no tiene autoridad sobre los demás cardenales y está subordinado al Romano
Pontífice.
El Colegio Cardenalicio no ejerce la potestad del Colegio Episcopal, en cuanto Cardenales
no tienen potestad de gobierno, pues su función es colaborar con el Papa y elegir al Romano
Pontífice. Tienen todos los mismos privilegios y facultades en materia litúrgica y canónica22.

2.- Miembros del Colegio Cardenalicio (c. 351 § 1)

Los miembros del Colegio Cardenalicio son elegidos libremente por el Romano Pontífice, y
son creados por él (la creación: es la entrega del título al miembro nombrado como Cardenal). No
hay condicionamientos, aunque sí algunos requisitos que son cualidades de cara a la elección:

● “c. 351 § 1. Para ser promovidos a Cardenales, el Romano Pontífice elige libremente entre
aquellos varones que hayan recibido al menos el presbiterado y que destaquen notablemente
por su doctrina, costumbres, piedad y prudencia en la gestión de asuntos; pero los que aún no
son Obispos deben recibir la consagración episcopal.”

- Varones presbíteros: si no son obispos deben recibir la consagración episcopal, a lo cual


caben excepciones: dispensa de la norma, si algún presbítero no quiere recibirla cabe la dispensa.

- Que destaquen notablemente: por su doctrina, costumbres, piedad y prudencia en la gestión


de asuntos.

Son cualidades genéricas que tiene en cuenta el Romano Pontífice, juzgándolas sólo él.

▬▬▬

3.- Las tres órdenes de cardenales: Obispos, Presbíteros y Diáconos (c. 350)

● “c. 350 § 1. El Colegio cardenalicio se divide en tres órdenes: el episcopal, al que pertenecen
los Cardenales a quienes el Romano Pontífice asigna como título una Iglesia suburbicaria, así
como los Patriarcas orientales adscritos al Colegio cardenalicio, el presbiteral y el diaconal.”

La diferencia no está en relación al sacramento del Orden, lo normal es que sean todos
obispos o quizá algún presbítero. La diferencia está en el título cardenalicio que el Papa les asigna
dependiendo de las características de la iglesia que se les asigna. El título cardenalicio les asigna
una iglesia de Roma o de una diócesis de la provincia de Roma (diócesis suburbicaria).
Dependiendo de ello son:
- A los cardenales obispos se les asigna una diócesis suburbicaria de Roma.
- A los presbíteros y diáconos una iglesia o basílica de Roma.

Esto se hace para vincular a los cardenales con el clero de Roma, por razones históricas que
recuerdan que en principio los cardenales eran los obispos de Roma.
22
Ver la Revista Communicationes, 1999, págs. 11-14, publicada por el Pontificio Consejo para los textos del Código
legislativo.
152
▬▬▬

Los cardenales, por el hecho de tener el título de esas iglesias, adquieren obligaciones con
esas diócesis o basílicas que se les asignan y cuyo título ostentan.
● “c. 357 § 1. Los Cardenales a quienes se ha asignado como título una iglesia suburbicaria o
una iglesia en la Urbe, una vez que hayan tomado posesión de la misma, han de promover el
bien de esas diócesis e iglesias con su consejo y patrocinio, pero no gozan de potestad alguna
de régimen sobre ellas, y de ningún modo deben inmiscuirse en lo que se refiere a la
administración de sus bienes, disciplina o servicio de las iglesias.”

Los cardenales toman posesión de ellas, pero como consejo y patrocinio, ya que tienen su
propio párroco y obispo (el de la diócesis), por lo que no tienen potestad de régimen, simplemente
les ayudan y aconsejan, no deben inmiscuirse en nada.

▬▬▬

4.- Funciones de los cardenales (c. 349)

1ª) Elegir al Romano Pontífice según la norma del derecho; lo eligen colegialmente, como
Colegio; la voluntad del Colegio se expresa por la mayoría de 2/3 de los votos.

2ª) Ayuda y colaboración con el Papa en el gobierno habitual de la Iglesia. La realizan tanto
colegialmente como personalmente, mientras que la elección del Romano Pontífice es un acto
colegial.
- Colegialmente: se realiza reunidos en consistorio. El consistorio es la reunión de
cardenales para ayudar al Papa como colegio.
Hay diversos tipos de consistorio (c. 353): ordinario y extraordinario; la
función es siempre la misma, la diferencia entre ellos está en la composición de
sus miembros.
 Ordinario: para tratar asuntos menores, se convoca a los
cardenales residentes en Roma, no hay obligación de convocar a
todos.
 Extraordinario: se convoca a todos los cardenales, no sólo a los
residentes en Roma. Para asuntos de mayor índole.

- Personalmente: ayudan a través de los diversos oficios, ej.: como presidentes de


las Congregaciones de la Curia Romana. También ayudan no en razón del oficio
sino por consultas directas.

5.- Obligaciones de los Cardenales

● “c. 356.- Los Cardenales tienen el deber de cooperar diligentemente con el Romano Pontífice;
por tanto, los Cardenales que desempeñen cualquier oficio en la Curia y no sean Obispos
diocesanos, están obligados a residir en la Urbe; los Cardenales a quienes se ha confiado una
diócesis en calidad de Obispo diocesano, han de acudir a Roma cuantas veces sean convocados
por el Romano Pontífice.”

1ª) Obrar en unión estrecha con el Papa, puesto que la primera función es ser colaborador
suyo.

2ª) Aquellos que tienen un oficio en la Curia Romana y no sean obispos diocesanos (ej.: los
cardenales miembros de los dicasterios son obispos diocesanos, los prefectos no) están
obligados a residir en Roma.

153
Derecho Canónico

3ª) Los que son obispos diocesanos tienen la obligación de acudir siempre que el Papa los
convoque. Es una ausencia legítima de la diócesis.
▬▬▬
Además, para los cardenales que son prefectos de los dicasterios de la Curia Romana, el
c.354 les dice que presenten la renuncia al Romano Pontífice al cumplir los 75 años, es una
sugerencia, no una obligación (otra cosa es la condición de Cardenal, que dura siempre, a lo que se
renuncia es al oficio). El Romano Pontífice podrá aceptar o no la renuncia.

Los cardenales miembros de dicasterios cesan al cumplir los 80 años, es cesación


automática, ipso iure. Se habla también aquí del oficio, no de la dignidad cardenalicia.

Hay que ver los derechos de los cardenales


Privilegios y facultades concedidos:
Tds los cardenales tienen la facultad en misa de usar mitra y báculo, llevar cruz
pastoral, y dar la bendición episcopal. Son privilegios en el campo de la liturgia.

6.- Función de los cardenales en Sede Vacante (c.359)

La primera parte de la constitución trata de la sede vacante. No es el cardenal decano que


gobierna, es todo el colegio de cardenales por mayoría en cuestiones que sean inaplazables y que no
necesiten la sanción del Romano Pontífice. El canon dice que al Colegio cardenalicio compete la
potestad que se le atribuye en la ley particular, (la Constitución Apostólica ya vista para elegir al
Papa), y gobernar de forma limitada la Iglesia, organizar las exequias del Romano Pontífice y
preparar el cónclave.

7.- Pérdida de la dignidad cardenalicia

La perdida de la dignidad cardenalicia puede tener lugar por los siguientes motivos:

- Fallecimiento.
- Renuncia voluntaria, aceptada por el Papa.
- Privación, es un acto de la autoridad, del Papa en este caso. Es una medida de
tipo penal, por un delito cometido.
- Elevación al Supremo Pontificado. El Papa no forma parte del Colegio
Cardenalicio, el cual es presidido por el Cardenal Decano.

CAPÍTULO IV
De la Curia Romana (360-361)

En relación con las otras instituciones (el Colegio Cardenalicio y el Sínodo de los Obispos),
el Código le dedica sólo dos cánones. Eso no significa que se trate de una materia sencilla o sin
importancia, sino que la regulación se ha dejado a una ley (pontificia) fuera del Código (para no
cargar el código demasiado), la legislación complementaria al Código: La Constitución Apostólica
“Pastor bonus”, de 28 de junio de 1988.

1.- Naturaleza de la Curia Romana c. 360

1.- La Curia Romana es un conjunto de instituciones u organismos, bastante numerosos.

2.- Su finalidad, su función, es colaborar con el Romano Pontífice. Por tanto están al
servicio del Papa, y a través del Papa a la Iglesia universal. Por eso cuando uno acude a uno de estos

154
servicios es acudir al Papa pero por sus colaboradores. Igual cuando se recibe una decisión. Es en
nombre y autoridad del Papa: es la potestad vicaria.

Algunas no tienen esta potestad: los consejos pontificios. Las congregaciones sí.

3.- La ayuda al Papa se realiza en el ejercicio de su ministerio pastoral supremo, para el bien
de la Iglesia Universal.

Por tanto, los colaboradores del Romano Pontífice en su ministerio primacial son:

- El Sínodo de los Obispos.


- El Colegio Cardenalicio.
- La Curia Romana.
- Los Obispos.

Los organismos de la Curia Romana sirven al Papa, y a través de él a la Iglesia Universal.


Cuando alguien se dirige a la Curia Romana, a la Santa Sede, se está dirigiendo al Romano
Pontífice a través de sus colaboradores. La Curia y los Dicasterios sirven al Romano Pontífice.
La Curia Romana es de naturaleza pastoral (PB Arts. 33-35), se subraya esto frente a la
tendencia de los años 70’ de considerar a la Curia Romana como un organismo meramente
burocrático. Su función y naturaleza es pastoral, pues es el modo ordinario en que el Papa se ayuda
para gobernar la Iglesia.

La potestad: de los organismos de la Curia Romana es una potestad vicaria, lo que quiere
decir que se tiene de forma delegada en nombre del Papa (frente a la potestad ordinaria, que viene
dada por el oficio). La potestad por tanto es Vicaria, pero ¿qué tipo de Potestad?

- Los tribunales apostólicos, es decir: la Signatura Apostólica, y la Rota Romana,


tienen potestad judicial.

- Las demás congregaciones tienen potestad ejecutiva.

Otras instituciones, como es el caso de muchos Consejos Pontificios no tienen potestad


(alguno sí, pero no la mayoría, a no ser que el Papa se la de para un caso determinado).

La Potestad Legislativa compete directamente al Romano Pontífice, no le corresponde por


su naturaleza a los organismos de la Curia Romana, a no ser que el Papa se la delegue.

2.- Estructuras de la Curia Romana

Los organismos de la Curia Romana se denominan “dicasterios”. La Curia Romana está


compuesta por una serie de dicasterios que se dividen en cuatro grupos:

1º) La Secretaría de Estado, que tiene potestad ejecutiva.

2º) Las Congregaciones: son 9 en total, con potestad ejecutiva dentro del ámbito de su
competencia.

3º) Los Tribunales Apostólicos: son 3, tienen potestad judicial, aunque sobre el tercero (el
primero que aparece en la Constitución) se duda de su naturaleza de tribunal:

- La Penitenciaría Apostólica.
- La Signatura Apostólica.
- La Rota Romana.

155
Derecho Canónico

4º) Los Consejos Pontificios para los laicos, no tienen potestad ejecutiva, su función es
estudiar cuestiones y ofrecer sus consejos. No tienen potestad. Son 11.

Competencias de cada dicasterio

Cada dicasterio tiene una competencia limitada en razón de la materia. Tienen competencia
sobre toda la Iglesia pero sólo en una materia (ej.: la Congregación para el Clero). Algunos
dicasterios tienen competencia no por la materia, sino por personas y territorios (ej.: la
Congregación para las Iglesias Orientales), generalmente el título dice la competencia. El nombre
de cada dicasterio indica normalmente su competencia.

Las competencias de cada dicasterio vienen dadas en la Constitución Pastor bonus, a partir
del Art. 39. El Tribunal de la Signatura Apostólica resuelve los problemas de competencia entre
dicasterios, de manera que lo habitual es que si un dicasterio recibe una consulta que no es de su
competencia se lo traslade al dicasterio competente, informando de ello por escrito al interesado.

Las estructuras de los dicasterios y el modo de proceder van del número 1 al 38.

1º) La Secretaría de Estado (Art. 39)

Ocupa el primer lugar dentro de los dicasterios. Su función es ayudar de cerca al Romano
Pontífice en el ejercicio de su suprema función. Es general y englobante, comprende dos secciones:

Sección 1ª.- De los asuntos generales (vida interna de la Iglesia): se trata del servicio directo
al Romano Pontífice, ej.: cuando alguien escribe personalmente al Papa, lo lógico es que responda
la secretaría. Se encarga de preparar los documentos pontificios en la medida en que el Romano
Pontífice pida la colaboración. También lleva a cabo la coordinación de los demás dicasterios, sin
perjuicio de su autonomía.

Sección 2ª.- Para la relación con los estados: Se encarga de las relaciones diplomáticas, de
ella dependen los nuncios de todas las Iglesias. En el c. 360 se habla del Consejo para los asuntos
públicos de la Iglesia, éste organismo ha quedado integrado en esta sección segunda de la Secretaría
de Estado, según aparece en la Pastor bonus, perdiendo su autonomía.

2º) Las Congregaciones

El orden en que aparecen en la Pastor bonus no es jerárquico, la jerarquía de los organismos


de la Curia Romana es la misma para todos.

1ª.- Congregación para la Doctrina de la Fe (PB 48-55):

Es una congregación cuya competencia está limitada por la materia: “Art. 48.- Es función
propia de la Congregación de la Doctrina de la Fe promover y tutelar la doctrina sobre la fe y
las costumbres en todo el orbe católico; por lo tanto, es competencia suya lo que de cualquier
modo se refiere a esa materia.”

Su función es promover y tutelar la doctrina de la fe y las costumbres en toda la Iglesia,


incluida la de las Iglesias orientales. Las competencias concretas se desarrollan en los arts. 48 - 55.
En cierta medida tiene potestad judicial, a veces se constituye en tribunal para juzgar los
delitos contra la fe y la tutela de los Sacramentos; estos últimos son los delicta graviora, los delitos
más graves. Al final del procedimiento puede imponer penas canónicas.

156
En el Art. 51 aparece también la potestad ejecutiva, ayudando a los obispos en la tutela de la
fe a través de la vigilancia sobre esta materia de lo contenido en libros, escritos, opiniones, errores y
doctrinas peligrosas.

2ª.- Congregación para las Iglesias Orientales (católicas) (PB 56-61)

La competencia está en función de los territorios. Dentro de la Iglesia Católica le competen


todas las materias excepto algunas de ellas que se indican en el Art. 58 §2.

3ª.- Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos (PB 62-70)

Tiene la competencia sobre la dirección y reglamentación de la liturgia:

1º) Mediante la elaboración de los libros litúrgicos, y la revisión de las traducciones a las
lenguas vernáculas.

2º) Mediante la vigilancia para que la liturgia se celebre correctamente, en colaboración con
el Obispo diocesano.
“Art. 66.- Vigila atentamente para que se observen con exactitud las disposiciones
litúrgicas, se prevengan sus abusos y se erradiquen donde se encuentren.”

En relación con el matrimonio tiene ciertas facultades, como es la de dispensar del


matrimonio rato no consumado, la nulidad de la ordenación y la secularización.

4ª.- Congregación de las Causas de los Santos (PB 71-74)

Se ocupa de todo lo relativo a la canonización de los siervos de Dios. Tienen dos fases:

1ª Fase.- La fase diocesana: que se realiza en la diócesis, por el Obispo diocesano, y


en la que se recogen los testimonios. La diócesis competente es la diócesis de
fallecimiento. Aquí ya se hace todo el proceso con las normas que dimana la
congregación.

2ª Fase.- La que se realiza en la Congregación: por peritos teólogos y consultores,


que estudian los documentos y presentan la conclusión al Papa.

5ª.- Congregación para los Obispos (PB 75-82)

1º) En primer lugar se ocupa de la constitución de las Iglesias particulares, de su división, de


su unificación y de su supresión. Por ejemplo, cuando se dividió la diócesis de Madrid en 3
diócesis. No interviene en los territorios de la Iglesia oriental y de los que están a carago de la
congragación de la Evangelización de los Pueblos.

2º) Se ocupa también del nombramiento de los obispos, aunque luego lo hace el Papa, pero
se ocupan de la presentación de candidatos.

3º) Preparación de la visita ad limina que los obispos hacen a la Santa Sede cada 5 años.

4º) Regula el desempeño del oficio episcopal en la Iglesia.

También depende de aquí la Pontificia Comisión para América Latina (PB 83-84)

6ª.- Congregación para la Evangelización de los Pueblos (PB 85-92)

157
Derecho Canónico

Se encarga de las cuestiones relativas a la actividad misionera de la Iglesia. No entra en los


territorios pertenecientes a las Iglesias orientales (PB 85). Su competencia es de tipo territorial:

- Formación del clero secular y de los catequistas en los territorios de misión.

- Creación y provisión de Iglesia particulares en los territorios de misión.

- Cuida de la visita ad limina de los obispos de estos territorios.

- Tiene la competencia sobre los religiosos en los territorios de misión.

Tiene un limite que es la Congregación para las Iglesias Orientales.

7ª.- Congregación para el Clero o (para los Clérigos) (PB 93-98)

Se encarga de lo referente a los presbíteros y diáconos (ministerio y vida) del clero secular.
También de lo relativo a la catequesis y a los catecismos, y de lo referido a las parroquias.

Depende de ella la Pontificia Comisión para la Conservación del Patrimonio Artístico e


Histórico (PB 99-104)

8ª.- Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida
Apostólica (PB 105-111)

Es la que erige los institutos de derecho pontificio. Es también la congregación que emite un
juicio para ayudar al Obispo diocesano en la creación de los institutos de derecho diocesano. La
Congregación emite un juicio sobre la conveniencia o no de que el obispo erija ese instituto. Se
encarga también de las concesiones de los permisos que requieran los religiosos y que correspondan
a la Santa Sede: exclaustración, secularización, actividades económicas superiores una cantidad
determinada, etc. Aconseja los obispos cuando se trate de institutos de derecho diocesano

9ª.- Congregación para la Educación Católica o (de los Seminarios e Instituciones de


Estudios) (PB 112-116)

Se encarga de la formación en los seminarios (plan de formación sacerdotal), en las


Universidades eclesiásticas (dedicadas al estudio de las ciencias sagradas), y en las Universidades
católicas (que se dedican a otras ciencias profanas), pero que dependen de la Iglesia. También en los
centros de estudios.
Es la que aprueba el plan de formación sacerdotal de cada país.
Esta congregación erige las universidades, aprueba los estatutos, y es la que tiene que
conceder los Nihil Obstat de la Santa Sede.

Estas son las 9 congregaciones con potestad ejecutiva. No pueden dar leyes (potestad
ejecutiva). Tienen que ver que no se cometan abusos.

3º) Los Tribunales

Son dicasterios de la Curia Romana, pero no son congregaciones. Son tres:

1º.- La Penitenciaría Apostólica (PB 117-120)

Estrictamente hablando no es un tribunal. Está aquí porque se encarga del sacramento de


la penitencia. Y este sacramento es concebido a modo de tribunal.

158
Es un tribunal que trata cuestiones de fuero interno. Todo relativo al sacramento de la
penitencia. Es el ejercicio de la autoridad de la Iglesia, pero internamente, sin pruebas. Lo que hace
en concreto es conceder las absoluciones o levantamientos de penas canónicas que no se conocen.
Son penas canónicas reservadas a la Santa Sede, si fueran reservadas al Obispo diocesano no se
acude a la Santa Sede sino a la penitenciaría. Resuelven en el fuero interno consultas que surgen en
el sacramento de la penitencia de las personas, y casos particulares de fuero interno. Además se
encarga en el fuero externo de lo relativo a las indulgencias.
En los casos de penitenciaria, cuando toma una decisión, no es una opinión mas. Es una
decisión que ese sacerdote tiene que seguir.
Sirve para levantar la excomunión. Tiene que ser el confesor a entrar en contacto con ellos.
Por ejemplo: profanación de la eucaristía. Para dar la absolución, hace falta primero levantar la
excomunión. Hay excomuniones que no están reservadas a la Santa Sede. Como la del aborto.

2º.- El Tribunal Supremo de la Signatura Apostólica (PB 121-125)

Es el tribunal de mayor rango de la Iglesia. Tiene competencia tanto en la Iglesia Latina


como en las orientales. El cardenal perfecto que está delante del tribunal está en nombre del Papa.
Ve las causas que el Papa le encomiende. Los recursos de rota romana. Mira la recta
aplicación de la justicia sobre todos los tribunales de la Iglesia para que funcionen bien y con
justicia. De tal manera que todos los tribunales de toda la Iglesia tiene que enviar un informe con la
actividad que han tenido ese año de acuerdo con las preguntas que hizo la Signatura Apostólica
(todas las diócesis tiene un tribunal). Es de fuero externo, trata de vigilar la desviación de la justicia
en toda la Iglesia. En cada diócesis hay un tribunal, y el Tribunal de la Signatura vigila el recto
funcionamiento de los tribunales de toda la Iglesia.

Juzga cuestiones que escapan de la competencia de la Rota Romana. Si surgiera alguna


excepción de sospecha de alguno de los jueces de la Rota, lo juzga la signatura apostólica.

3º.- El Tribunal de la Rota Romana (PB 126-130)

Juzga la mayoría de las causas de la Iglesia, el 90% son causas matrimoniales, son causas
llamadas de derecho: patrimonial, económica o de tipo penal (imposición de penas canónicas en la
Iglesia). Juzga normalmente las causas en tercera instancia, ya que: en cada diócesis hay un tribunal
competente en primera instancia y en segunda instancia está también el tribunal de la provincia
eclesiástica (el tribunal metropolitano), llegando a la Rota en tercera instancia. Lo normal es que se
vea en dos instancias.
En Madrid, el tribunal de segunda instancia para España es la Rota Española. En otras
partes donde no hay Rota nacional, la segunda instancia va a otra Rota metropolitana (lo que se
juzga en primera instancia lo hace la Rota metropolitana propia).

Un tercer grado de juicio compete a la Rota Romana. En España, la tercera instancia y


ulteriores instancias indefinidas las puede juzgar la Rota Española (con jueces distintos, si no, no
tiene sentido, claro).
Las causas Españolas van a la Rota Romana cuando alguna de las partes lo pide (basta con
pedirlo una de las partes), o cuando no hay jueces suficientes distintos en España para juzgar tantas
veces la misma causa. El límite son dos sentencias conformes (iguales), pero puede haber revisión
de la causa, querella de nulidad, etc. Lo máximo suele ser tres, pero se puede complicar más. En
España hay 7 jueces, los tribunales son 3, luego sólo pueden hacerlo dos veces (3 jueces por
tribunal).

4º) Los Consejos Pontificios

No ejercitan la jurisdicción, no tienen potestad (generalmente), se dedican a aconsejar a la


gente. Son once:

159
Derecho Canónico

1º.- Pontificio Consejo para los Laicos (PB 131-134)

Promueve y coordina el apostolado de los laicos, y erige las asociaciones de fieles de


Derecho Pontificio. Puede erigir las asociaciones laicales de ámbito internacional.

2º.- Pontificio Consejo para el Fomento de la Unidad de los Cristianos (PB 135-138)

Promueve la actividad ecuménica de la Iglesia. En 1993 ha editado un Directorio


Ecuménico.

3º.- Pontificio Consejo para la Familia (PB 139-141)

Se encarga de la atención personal a las familias, favoreciendo su dignidad.

4º.- Pontificio Consejo de Justicia y Paz (PB 142-144)

Se encarga de promover la Doctrina Social de la Iglesia.

5º.- Pontificio Consejo Cor Unum (PB 145-148)

Su función es expresar la caridad del Papa para con los necesitados, favoreciendo iniciativas
en los pueblos indigentes.

6º.- Pontificio Consejo para la Atención Espiritual a los Emigrantes e Itinerantes (PB 149-151)

Para la atención espiritual de este sector de personas que necesitan una atención espiritual
específica, pues la pastoral general no llega al no estar en un territorio de manera estable. Trata de
ayudar a las iglesias particulares para que den a esta gente una atención espiritual adecuada. Les da
indicaciones.

7º.- Pontificio Consejo del Apostolado para los Agentes de la Salud (PB 152-153)

Se encarga de los enfermeros y de los que están a su servicio (médicos, enfermeros,


cuidadores, etc.)

8º.- Pontificio Consejo para la Interpretación de los Textos Legislativos (PB 154-158)

Tiene triple competencia:

1) Este dicasterio se encarga de la interpretación auténtica de las leyes de la Iglesia. Aquellas


que se realizan en nombre del legislador (potestad legítima, delegada por el Papa) pero que el
legislador, el Papa, tiene que confirmar. Tienen valor de ley las interpretaciones auténticas, el CIC
no se puede leer al margen de las interpretaciones auténticas.

2) Ayuda también a otros dicasterios de la Curia Romana, para que sus documentos sean
conformes con la ley de la Iglesia tienen que pasar previamente por este consejo.

3) A petición de los interesados (de las autoridades inferiores como por ej.: obispos
diocesanos), deciden si sus documentos están en conformidad con la ley universal; los obispos
pueden dudar sobre sus leyes particulares y preguntar a este dicasterio para que sus leyes estén de
acuerdo con la ley de la Iglesia (a priori –antes de su promulgación–, si es a posteriori –ya están
promulgadas– tienen que acudir a la vía judicial). También revisa los documentos de las
conferencias episcopales.

160
9º.- Pontificio Consejo para el Diálogo entre las Religiones (PB 159-162)

Favorece el diálogo de la Iglesia con las religiones no cristianas.

(10º).- Pontificio Consejo para el Diálogo con los No Creyentes (PB 163-165)

Tal y como aparece en la Pastor bonus, ha sido suprimido como tal e integrado en otro
consejo. Se suprimió como consejo autónomo, no como acción de la Iglesia. Se integró el 25 de
marzo de 1993 en el Pontificio Consejo para la Cultura. Está aquí porque la constitución como
tal lo preveía.

10º.- Pontificio Consejo para la Cultura (PB 166-168)

Su acción tiene dos dimensiones:


- Fomentar las relaciones de la Santa Sede con el mundo de la cultura.
- Colaboración y diálogo con los no creyentes.

11º.- Pontificio Consejo para las Comunicaciones sociales (PB 169-170)

Dedicado a las cuestiones relativas a los medios de comunicación social: la ética y el uso de
la Iglesia de estos medios. Para que estos sean transmisores del Evangelio. Lo hace por medio de
documentos, consultas y orientaciones sobre casos concretos.

Estos son los once consejos Pontificios, cuyas materias se ven en el nombre de cada uno.

Las demás funciones ya no las vemos.

3.- Los miembros de los dicasterios

1) Tienen todos un presidente, que puede ser un cardenal o un arzobispo.


- Las nueve congregaciones están presididas por un cardenal que se llama prefecto.
- Los consejos pontificios están presididos por un presidente.

2) Un secretario: obispo o arzobispo. Tienen la función de ayudar al presidente, y tienen la


obligación de vivir en Roma.
- Si el presidente es un cardenal, el secretario es un arzobispo.
- Si el presidente es un Arzobispo, el secretario es un obispo.
3) Los miembros de la mayoría de los dicasterios son cardenales y obispos. Algunos viven
en Roma, pero también hay obispos diocesanos que no viven en Roma sino en sus respectivas
diócesis. En las congregaciones los miembros son apenas cardenales y obispos.
Pero en algunos dicasterios, debido a su competencia también hay clérigos y laicos: en el
Pontificio Consejo para la familia, en el Pontificio Consejo para los laicos y en el Pontificio
Consejo Cor Unum (de la Caridad).
En las congregaciones los miembros son sólo cardenales y obispos, ni clérigos ni laicos
(mientras que en los Consejos Pontificios sí).

4) Consultores: colaboran con la tarea de los dicasterios como expertos, no como


miembros. Presentan informes previos para ayudar a los miembros de los dicasterios a tomar
decisiones. Son nombrados por el Papa igual que los miembros.
Los consultores están elegidos de entre los fieles de todo el mundo, también de entre los
clérigos y los laicos; sobre todo de universidades romanas, pues se tarda menos en hacer la consulta,
aunque puede consultarse también a otros más lejanos.

161
Derecho Canónico

La provisión de los miembros es por nombramiento. El nombramiento se pierde por las


normas generales (traslado de un oficio a otro, remoción, transcurso del tiempo, etc.) o por cumplir
una edad determinada), para los miembros de los dicasterios la edad de cese son los 80 años. Los
presidentes y secretarios presentan la renuncia a los 75 años de edad.

4.- El funcionamiento de los dicasterios (PB 11-18)

Los dicasterios tienen dos tipos de reuniones: sesión plenaria y sesión ordinaria.

● La sesión plenaria: es aquella en la que participan todos los miembros (incluso los obispos
que están fuera de Roma; es una vez al año mas o menos), significa que tienen que ir a Roma,
cuando la mayoría son obispos diocesanos que viven fuera. Son para casos de mayor importancia.
Al menos tienen lugar una vez a año, lo normal es que sea tres veces al año. Tienen la obligación de
participar todos los miembros.

● Sesión ordinaria: se convoca a ella a los miembros que se encuentran en Roma. Los que
viven en Roma o los que están en Roma en ese momento. En estas reuniones se tratan los asuntos
cotidianos de menor importancia. Se tienen una vez al mes.
Las cuestiones de mayor importancia deben ser aprobadas por el Romano Pontífice (aquellas
de carácter ejecutivo-legislativo), exceptuando las decisiones de los tribunales (que no son
transmitidas al Romano Pontífice). El Romano Pontífice puede aprobarlas de forma común o
específica. Si no se dice nada lo hace de forma común, si es de manera específica el Papa las hace
suyas y no cabe apelación ni recurso (mientras que si se trata de aprobación común puede ser
revisado el tema como un acto de la Curia Romana). Ej.: el documento sobre la Curia tiene
aprobación específica.
El numero 18 dice: todas las decisiones de la Curia romana tiene que ser aprobadas por el
Papa exceptuadas las decisiones de los tribunales (por eso son recurribles).
Ningún dicasterio tiene potestad legislativa a no ser en casos singulares y con la aprobación
del Papa.
No hacer nada importante sin haber comunicado al sumo pontífice.

5.- La “Santa Sede” o “Sede Apostólica”

● “c. 361.- En este Código, bajo el nombre de Sede Apostólica o Santa Sede se comprende no
sólo al Romano Pontífice, sino también, a no ser que por su misma naturaleza o por el contexto
conste otra cosa, la Secretaría de Estado, el Consejo para los asuntos públicos de la Iglesia, y
otras Instituciones de la Curia Romana.”

Se comprende bajo este título no sólo al Romano Pontífice sino también todas las
instituciones de la Curia Romana, a no ser que por el contexto se refiera sólo al Romano Pontífice.
▬▬▬
(La Constitución Pastor bonum no hay que leerla para examen de manera concreta, sólo las nociones generales
vistas en clase, las competencias generales de cada dicasterio, no en más detalle).

CAPÍTULO V
De los Legados del Romano Pontífice (362-367)
Hay una mención a los legados en el Concilio Vaticano II, en Christus Dominus 9: “que se
determinen con más precisión las funciones de los Legados Pontificios”. A este deseo del concilio
responde muy pronto Pablo VI en 1969, en un documento de motu propio, de 24 de junio de 1969,
en el que se reordena y actualiza todo lo referido a los legados pontificios: Sollicitudo omnium
ecclesiarum.
Entonces está reunido todo en el motu proprio y en el código 362 a 367.

162
El CIC recoge las cuestiones fundamentales de ese documento (cc. 362-367), pero no recoge
todo el documento, por tanto no abroga la disciplina del motu propio, pues no es una normativa
completamente reordenada y regulada por el CIC.

1.- El derecho de legación (c. 362):

● “c. 362.- El Romano Pontífice tiene derecho nativo e independiente de nombrar a sus propios
Legados y enviarlos tanto a las Iglesias particulares en las diversas naciones o regiones como a
la vez ante los Estados y Autoridades públicas; tiene asimismo el derecho de transferirlos y
hacerles cesar en su cargo, observando las normas del derecho internacional en lo relativo al
envío de los Legados ante los Estados.”

- El titular del derecho es el Romano Pontífice.

- El objeto de ese derecho es nombrar, enviar, transferir, remover o hacerlos cesar a sus
legados. Por tanto es un derecho completo con las siguientes características:

- Derecho nativo: originario, que nace de la función del Romano Pontífice, nadie
se lo concede, es consustancial a su misión el hecho de tener representantes,
nombrarlos y cesarlos.

- Derecho independiente: en su ejercicio respecto de cualquier otra instancia, ya


sea civil o eclesiástica.
▬▬▬
2.- Tipos de Legados (c. 363)

● “c. 363 § 1. A los Legados del Romano Pontífice se les encomienda el oficio de representarle
de modo estable ante las Iglesias particulares o también ante los Estados y Autoridades
públicas a donde son enviados.

- La función del legado o representante pontificio es la de representación, pero es una doble


representación:

1) Ante las Iglesia particulares: únicamente se observan las normas del CIC en el
nombramiento y cesación de los legados.

2) Ante los estados y autoridades públicas: además de las normas del CIC hay que
observar las normas de derecho internacional (para el nombramiento, cesación,
notificación, etc.).

- El fundamento de este derecho de legación del Romano Pontífice es también doble:

- Ante las Iglesias particulares el fundamento es el de representación interna como


sucesor de Pedro.

- Ante los Estados y Autoridades públicas el fundamento está en el reconocimiento


como persona jurídica de Derecho internacional de:

- El Estado de la Ciudad del Vaticano.


- La personalidad jurídica de la Santa Sede como organismo.

Por eso, cuando se firma un acuerdo con la Santa Sede no sólo se firma con
la Santa Sede sino también con el Estado de la Ciudad del Vaticano.

163
Derecho Canónico

● Los legados pueden tener esta doble representación, de manera que el mismo
representante puede tener las dos formas de legación (ante las Iglesias particulares y los Estados) o
sólo una de ellas (ante las Iglesias particulares). El nombre es diferente, se llama:

- Delegado Apostólico: al que tiene la representación del Papa sólo ante las
Iglesias particulares. No tiene reconocimiento diplomático.

- Nuncio: al que tiene la representación del Papa ante las Iglesias particulares y
ante el estado.

● Se ha suprimido una división que había (hasta 1991) entre nuncios y pronuncios.

- El Nuncio era el que era decano del cuerpo diplomático acreditado en el país
correspondiente (primacía honorífica entre los diplomáticos de ese país). En
España sigue siendo así, como homenaje a la Santa Sede por los servicios
prestados a la solidaridad y a la paz.

- En los países que tenía rango de embajador pero no era el decano del cuerpo
diplomático (decano de los embajadores) se le denominaba Pronuncio. En el año
1991 se suprimen estos nombres y son todos nuncios.

El papa para remover o cesar, etc tiene que ver las normas de derecho internacional.

● “c. 363 § 2. Representan también a la Sede Apostólica aquellos que son enviados en Misión
pontificia como Delegados u Observadores ante los Organismos internacionales o ante las
Conferencias y Reuniones.”

● Se les denomina Delegados u Observadores a los que representan a la Santa Sede ante
Organismos internacionales, Conferencias y Reuniones (no ante Estados).

- Delegados: si tienen derecho a voto.

- Observadores: si no tienen derecho a voto.

▬▬▬

Hay otro tipo de legado denominado: Delegado a latere

● “c. 358.- Al Cardenal a quien el Romano Pontífice encomienda el encargo de que le represente
en alguna celebración solemne o reunión como Legatus a latere, es decir, como si fuera «él
mismo», y también a aquel a quien encarga el cumplimiento de una determinada tarea pastoral
como enviado especial suyo, compete únicamente aquello que el mismo Romano Pontífice le
haya encargado.”
▬▬▬

3.- Funciones de los Legados (c.364-365)

a) En el c. 364 aparecen sus tareas eclesiales (dimensión ad intra), mientras que en el c. 365
aparecen sus tareas diplomáticas.

● “c. 364.- La función principal del Legado pontificio consiste en procurar que sean cada vez
más firmes y eficaces los vínculos de unidad que existen entre la Sede Apostólica y las Iglesias
particulares. Corresponde por tanto al Legado pontificio, dentro de su circunscripción:

164
1.º informar a la Sede Apostólica acerca de las condiciones en que se encuentran las
Iglesias particulares y de todo aquello que afecte a la misma vida de la Iglesia y al
bien de las almas;
2.º prestar ayuda y consejo a los Obispos, sin menoscabo del ejercicio de la potestad
legítima de éstos;
3.º mantener frecuentes relaciones con la Conferencia Episcopal, prestándole todo tipo
de colaboración;
4.º en lo que atañe al nombramiento de Obispos, transmitir o proponer a la Sede
Apostólica los nombres de los candidatos, así como instruir el proceso informativo
de los que han de ser promovidos, según las normas dadas por la Sede Apostólica;
5.º esforzarse para que se promuevan iniciativas en favor de la paz, del progreso y de la
cooperación entre los pueblos;
6.º colaborar con los Obispos a fin de que se fomenten las oportunas relaciones entre la
Iglesia católica y otras Iglesias o comunidades eclesiales, e incluso religiones no
cristianas;
7.º defender juntamente con los Obispos ante las autoridades estatales, todo lo que
pertenece a la misión de la Iglesia y de la Sede Apostólica;
8.º ejercer además las facultades y cumplir los otros mandatos que le confíe la Sede
Apostólica.”

Respecto a las tareas eclesiales, en el c. 364 se dice que la función principal del Legado
Pontificio consiste en reforzar los vínculos de la unidad entre la Santa Sede y la Iglesia particular, y
lo hace de la manera contenida en los 8 números que aparecen:

1º.- Tiene la tarea de informar a la Santa Sede del estado de las Iglesias particulares. La
información principal que la Santa Sede recibe es lo que le llega por esta vía. Pero no solo por esta
vía. La función de sede apostólica lo tenemos en el canon 361. No es solo el Papa. Por eso en
relación al primer punto no es solo informar al Papa sino a los distintos dicasterios.

2º.- Presentar ayuda y consejo a los Obispos, siempre es una función de ayuda, no suplanta.
No tiene ninguna potestad sobre los obispos. La autoridad que está sobre los obispos es el Romano
Pontífice. Su función es ayudar aconsejando a los Obispos. No tiene potestad de régimen en las
Iglesias particulares, sólo ayuda y consejo.

3º.- Relación y colaboración con las Conferencias Episcopales, también funciones de ayuda
y consejo. El nuncio apostólico (el legado pontificio) no pertenece a la Conferencia Episcopal, pues
no es pastor de su diócesis. Tiene obligación de estar presente en la sesión de apertura de las
Conferencias Episcopales, no en las demás sesiones de la reunión plenaria, sólo en las de apertura;
puede estar por invitación de los Obispos o por mandato de la Santa Sede, pero de no ser por esto
último no tiene obligación. Lo que sí tiene es obligación de ser informado previamente del orden
del día, y posteriormente recibir copia de las actas (aunque no esté presente).

4º.- En relación con el nombramiento de obispos en las diócesis de su legación, su función


es proponer a la Sede Apostólica una terna de candidatos. También de instruir el proceso, es decir,
hacer las consultas. Es el último paso dentro de las Iglesias particulares.

5º.- Promover iniciativas de paz y de progreso, y de colaboración entre los pueblos. Es una
tarea también hacia fuera de la Iglesia.

6º.- El ecumenismo, colaborando con los obispos a fin de que se fomenten las oportunas
relaciones con otras Iglesias e incluso religiones no cristianas. Esta función dependerá de los países.

7º.- Defender a la Iglesia ante las autoridades estatales junto con los obispos (se subraya otra
vez el vínculo con los obispos), esto lo tiene que hacer aunque no tenga rangos diplomáticos,
aunque sea con otros métodos.

165
Derecho Canónico

8º.- Ejercer las facultades y cumplir los otros mandatos que le confíe la Sede Apostólica.

▬▬▬

b) Tareas diplomáticas (c. 365): le competen todas las relaciones de la Iglesia y del Estado
mediante las negociaciones de los concordatos y otros convenios, de manera que tengan un marco
jurídico estable y no dependan del gobierno de turno.

● “c. 365 § 1. Al Legado pontificio, que ejerce a la vez su legación ante los Estados según las
normas de derecho internacional, le compete el oficio peculiar de:
1.º promover y fomentar las relaciones entre la Sede Apostólica y las Autoridades del
Estado;
2.º tratar aquellas cuestiones que se refieren a las relaciones entre la Iglesia y el Estado;
y, de modo particular, trabajar en la negociación de concordatos, y otras
convenciones de este tipo, y cuidar de que se lleven a la práctica.”

- La diferencia entre concordato y otro tipo de acuerdos, es que el concordato trata TODAS
las materias que se refieren a las relaciones de la Iglesia con el Estado. La diferencia está
por tanto en la amplitud.

- Los otros acuerdos son parciales, no se tratan en ellos todas las materias de interés común
entre la Iglesia y el Estado, sino sólo algunos en cada acuerdo.

En España tenemos algunos acuerdos, no un concordato. El valor es el mismo, es sólo una


cuestión formal. En Portugal (por ejemplo) hay concordato. Son un tratado de derecho internacional
que no se puede modificar por medio de las normas de derecho interno.

En el número 2º se subraya la colaboración con los obispos, no los suple sino que colabora
con ellos.
▬▬▬
4.- Potestad de los Legados

● “c. 366.- Teniendo en cuenta el carácter peculiar de la función del Legado:


1.º la sede de la Legación pontificia está exenta de la potestad de régimen del Ordinario
del lugar, a no ser que se trate de la celebración de matrimonios;
2.º el Legado pontificio, comunicándolo previamente a los Ordinarios de los lugares en la
medida en que sea posible, puede celebrar en todas las iglesias de su legación
ceremonias litúrgicas, incluso pontificales.”

No tiene potestad de gobierno ni de régimen. No ocupa el lugar del Romano Pontífice, en las
celebraciones litúrgicas preside el Obispo diocesano.
No tiene potestad de régimen pero su persona está exenta de la potestad de régimen del
ordinario del lugar (depende del Romano Pontífice). Con una excepción: en materia matrimonial,
no tiene jurisdicción para celebrar matrimonios, tanto en la Sede de la Legación como en cualquier
Iglesia fuera de la Sede.
El Legado pontificio puede celebrar ceremonias litúrgicas, incluso pontificales (con las
insignias pontificales), en todas las iglesias de su legación, comunicándolo previamente a los
ordinarios (aunque no necesita permiso, sólo notificarlo en la medida en que le sea posible).
▬▬▬
5.- Cesación

● “c. 367.- El cargo de Legado pontificio no cesa al quedar vacante la Sede Apostólica, a no ser
que se determine otra cosa en las letras pontificias; cesa al cumplirse el tiempo del mandato,
por revocación comunicada al interesado y por renuncia aceptada por el Romano Pontífice.”

166
El Legado no cesa al quedar la Sede Apostólica vacante (sólo los oficios vicarios, los demás
oficios no), a no ser que se diga otra cosa en las letras pontificias. Sí lo hace por las normas
generales de Cesación de los oficios:

- Cumplimiento del plazo (cuando el nombramiento es temporal)


- Revocación (cuando le quitan el cargo pero cesa en el momento en que es
comunicada).
- Renuncia y aceptación de ella por la autoridad (cesa en el momento que es
aceptada).
- Cesa al cumplir los 75 años de edad (el derecho de esto no aparece en el canon,
pero aparece en el documento motu propio de 1969, Sollicitudo omnium
ecclesiarum).

5. B. b) La organización del gobierno de las Iglesias particulares

SECCIÓN II
DE LAS IGLESIAS PARTICULARES Y DE SUS AGRUPACIONES

Título I:
De las Iglesias particulares y de la autoridad constituida en ellas

CAPÍTULO I
De las Iglesias particulares (c. 368-374)

1.- Tipología de Iglesia particular (c. 368)

● “c. 368.- Iglesias particulares, en las cuales y desde las cuales existe la Iglesia católica una y
única, son principalmente las diócesis, a las que, si no se establece otra cosa, se asimilan la
prelatura territorial y la abadía territorial, el vicariato apostólico y la prefectura apostólica, así
como la administración apostólica erigida de manera estable.”

En primer lugar está la diócesis, y luego estos otros tipos enumerados en el canon. En los
cánones siguientes se dice con qué coincide cada tipo de Iglesia particular.

▬▬▬
a) La Diócesis (c. 369)

● “c. 369.- La diócesis es una porción del pueblo de Dios, cuyo cuidado pastoral se encomienda
al Obispo con la cooperación del presbiterio, de manera que, unida a su pastor y congregada
por él en el Espíritu Santo mediante el Evangelio y la Eucaristía, constituya una Iglesia
particular, en la cual verdaderamente está presente y actúa la Iglesia de Cristo una, santa,
católica y apostólica.”

Se dice aquí en qué cosiste y cuáles son los elementos constitutivos de la diócesis, tomados
del motu propio de Pablo VI: Sollicitudo omnium ecclesiarum, de 1969.

1) Una porción del pueblo de Dios: (esto se aplica a toda la Iglesia particular) está basado en
el concepto de comunidad, no aparece el territorio, la diócesis se define por la comunidad de
personas y no por el territorio. El territorio aparecerá más tarde como elemento especificativo, pero
lo fundamental es que es una porción del pueblo de Dios. Puede haber por tanto diócesis personales
no territoriales. No aparece así el concepto de territorio porque no es esencial. Ejemplo: el
ordinariato castrense es una un Iglesia personal particular personal. Pertenecen todos los católicos
que sean militares.

167
Derecho Canónico

2) Elementos de gobierno: se le encarga al Obispo con la colaboración del presbiterio.

3) Finalidad: para que constituya una Iglesia particular mediante el anuncio del Evangelio y
la celebración de la Eucaristía.
▬▬▬
b) La Prelatura territorial (c. 370)

● “c. 370.- La prelatura territorial o la abadía territorial es una determinada porción del pueblo
de Dios, delimitada territorialmente, cuya atención se encomienda por especiales
circunstancias, a un Prelado o a un Abad, que la rige como su pastor propio, del mismo modo
que un Obispo diocesano.”

Aparecen dos figuras: prelatura territorial y abadía territorial. Son dos figuras de iglesia
particular. En este caso el territorio es importante. Es una porción del pueblo de Dios delimitada
territorialmente. En esta fórmula jurídica el territorio es esencial.

Tiene un prelado a la cabeza que la dirige como pastor propio, igual que un obispo
diocesano, puesto que se le considera jurídicamente equiparado al obispo diocesano; todo lo que se
dice del obispo diocesano le corresponde al que está jurídicamente equiparado, aunque no esté al
frente de una diócesis. Es un obispo de prelatura.
Tiene potestad ordinaria unida al oficio de prelado, y además es una potestad propia, que la
ejerce en nombre propio, en contraposición a la potestad vicaria.

Las Iglesias particulares las erige el Romano Pontífice, y las prelaturas territoriales se erigen
de forma provisional para determinados territorios que no tienen todavía medios suficientes para ser
constituidos en diócesis (ej.: número de fieles: en Noruega hay una prelatura territorial que
comprende casi todo el país, sólo están la diócesis de Oslo y ésta). Son territorios grandes con pocos
fieles, territorios de misión que no dependen de la Congregación para la evangelización de los
Pueblos sino de la Congregación para los Obispos. Está más cerca del fenómeno asociativo.

c) La Abadía territorial (c. 370)

Es una determinada porción del pueblo de Dios delimitada territorialmente y confiada a un


Abad que la rige como su pastor propio al modo de un obispo diocesano. Es una figura en vías de
extinción desde el año 1976, por una decisión de Pablo VI, el 23 de octubre de 1976, a través del
documento: Catholica Ecclesia. En ese documento, el Papa Pablo VI dispone que no se erijan más
abadías y que se revisen las que ya existen tendiendo a la desaparición (la prelatura territorial sin
embargo no está en vías de extinción).

Son Iglesia particulares muy pequeñas en torno a un monasterio. Son abadías antiguas
exentas de la jurisdicción del obispo diocesano.

▬▬▬

d) El Vicariato Apostólico y la Prefectura Apostólica (c. 371 § 1)

● “c. 371 § 1. El vicariato apostólico o la prefectura apostólica es una determinada porción del
pueblo de Dios que, por circunstancias peculiares, aún no se ha constituido como diócesis, y se
encomienda a la atención pastoral de un Vicario apostólico o de un Prefecto apostólico para que
las rijan en nombre del Sumo Pontífice.”

Estas dos estructuras son estructuras misioneras. Territorios que dependen de la


Congregación para la Evangelización de los pueblos.

168
1º.- La primera forma de organización de la Iglesia es la Prefectura Apostólica, surge cuando
un territorio comienza a tener algunos fieles católicos. Está regida por el Prefecto Apostólico que la
rige en nombre del Romano Pontífice, luego lo hace con potestad ordinaria (por oficio) vicaria.
2º.- Cuando tiene más estabilidad pasa a ser un Vicariato Apostólico. El Vicario Apostólico
también la rige en nombre del Sumo Pontífice, en ambos casos es potestad vicaria ordinaria (por
oficio).
3º.- Una vez que hay medios suficientes se constituye como diócesis.

Los prefectos y vicarios apostólicos suelen ser miembros de institutos misioneros, pero las
prelaturas territoriales no pertenecen a la Congregación para la Evangelización de los pueblos, sino
a la Congregación para los Obispos, y no se rigen en nombre del Sumo Pontífice; la Prefectura
Apostólica y el Vicariato Apostólico sí. El Prefecto Apostólico suele ser un presbítero y el Vicario
Apostólico suele ser un obispo.

e) La Administración Apostólica (c. 371 § 2)

● “c. 372 § 2. La administración apostólica es una determinada porción del pueblo de Dios que,
por razones especiales y particularmente graves, no es erigida como diócesis por el Romano
Pontífice, y cuya atención pastoral se encomienda a un Administrador apostólico, que la rija en
nombre del Sumo Pontífice.”

La administración apostólica estable no ha sido erigida como diócesis por razones especiales
y particularmente graves, normalmente se trata de razones de tipo político o de diálogo de tipo
ecuménico. Todavía no se implanta la Iglesia particular en su expresión normal que es la diócesis,
pero no es por falta de medios.

Está gobernada por un Administrador Apostólico, que suele ser un obispo, y se rige en
nombre del Romano Pontífice (no confundir con la Administración Apostólica en sede vacante, que
es otra figura distinta). El Administrador que está al frente se equipara al Obispo diocesano; en las
demás partes del Código se habla sólo del Obispo diocesano pero lo que se dice de él se aplica
también a estas otras figuras equiparadas, excepto lo que por su propia naturaleza no se puede
aplicar, que es lo referente al sacramento del Orden.
▬▬▬
f) Iglesias particulares personales (c. 372)

● “c. 372 § 1. Como regla general, la porción del pueblo de Dios que constituye una diócesis u
otra Iglesia particular debe quedar circunscrita dentro de un territorio determinado, de manera
que comprenda a todos los fieles que habitan en él.
§ 2. Sin embargo, cuando resulte útil a juicio de la autoridad suprema de la Iglesia,
oídas las Conferencias Episcopales interesadas, pueden erigirse dentro de un mismo territorio
Iglesias particulares distintas por razón del rito de los fieles o por otra razón semejante.”

- El c. 372 § 1 dice que por regla general la Iglesia particular debe ser territorial, el territorio
es el elemento que determina quienes son los fieles que pertenecen a la Iglesia particular.

- Pero el c. 372 § 2 dice que es posible erigir Iglesias particulares personales, cuando resulte
útil a juicio de la autoridad suprema de la Iglesia (el Romano Pontífice), es decir, que las
condiciones par erigir una Iglesia particular personal son:
- Que sea por el bien de los fieles.
- A juicio de la autoridad suprema de la Iglesia.
Siempre hay muchas consultas previas a la erección de una Iglesia particular, pero el juicio
final es el de la autoridad suprema, y tras haber oído a las Conferencias Episcopales interesadas y
que se ven afectadas por la creación de una Iglesia particular; el canon dice “ oídas”23, lo que quiere
decir que se pide el parecer, pero que no vincula.
23
Distinto de cuando un canon exige la “consulta”, pues en este caso se dice que la autoridad no se separe de la opinión
consultada si no es por causa grave.

169
Derecho Canónico

- El criterio de pertenencia a una Iglesia particular personal no es el territorio sino que los
criterios son personales, vienen determinados por condiciones personales de los fieles, en virtud de
esas condiciones.
- El canon dice en primer lugar por razón del rito: los que tengan un determinado
rito formarán parte de una Iglesia particular.
- Pero según dice el canon también puede ser por otras razones semejantes.

▬▬▬

● La figura más relevante que existe de Iglesia particular es el Ordinariato Militar o


Castrense: se rige por una ley universal extracodicial: la Constitución Apostólica “Spirituali
militum curae” sobre la asistencia espiritual a los militares, de 21 de abril de 1986, es posterior al
código y complementaria (Ver apéndice I). Ahí se establece la estructura de esta Iglesia particular
personal.
Además, cada Ordinariato Castrense (el de cada país) se rige por sus propios estatutos que
desarrollan las prescripciones de la Constitución Apostólica Spirituali militum curae. En España, el
Arzobispado Castrense tiene sus propios estatutos, de 14 de noviembre de 1987. Los estatutos del
Arzobispado Castrense son ley particular, la Constitución Apostólica es ley universal, se refiere a
todos.
El Ordinariato Castrense consta de: un ordinario que es obispo, clérigos y laicos.

- El ordinario: es obispo, rige la Iglesia particular con potestad ordinaria y propia. En


cuanto a la jurisdicción, ésta se establece en los números 4 y 5, la potestad de
jurisdicción es la misma que la del Obispo diocesano: legislativa, ejecutiva y judicial:

1.º: Potestad de jurisdicción personal, se ejerce sobre las personas que


pertenecen al ordinariato estén donde estén.

2.º: Potestad ordinaria, tanto en el fuero interno como en el externo.

3.º: Potestad propia, aunque cumulativa con la del Obispo diocesano; eso
quiere decir que el Obispo diocesano también lo es de los que pertenecen al
ordinariato militar. Tienen por tanto dos ordinarios y pueden acudir a los dos.
El caso más común es el caso del matrimonio, en que pueden acudir al
ordinario y parroquia militar o a la parroquia de la diócesis, teniendo derecho
a recibir la preparación para el matrimonio en las dos, así como el poder hacer
en ambas el expediente. Cada uno de los contrayentes puede hacer los papeles
en su diócesis, pero el que no es militar también puede hacerlo en la
jurisdicción militar.
El hecho de que sea cumulativa significa también que
subsidiariamente el Obispo diocesano puede intervenir cuando falta el
ordinario militar o por negligencia grave (que no realice sus funciones, nº 5).
Hay una limitación de fondo también territorial, que es el arzobispado
castrense de España.
- Los laicos: son la porción del pueblo de Dios que constituye esta Iglesia particular,
y cuya condición de pertenencia aparece en el n.10 de la Constitución:

1.º: Pertenecen a él todos los fieles que son militares.

2.º: Los miembros de sus familias (esposas e hijos), así como los parientes y
empleados domésticos que vivan en su misma casa.

170
3.º: Los que frecuentan o residen en centros militares de manera estable
aunque no sean militares, además de sus parientes (esposas e hijos).

- Los clérigos: en primer lugar los clérigos incardinados en el ordinariato castrense,


la incardinación puede ser originaria o sucesiva. En segundo lugar forman parte del
presbiterio castrense los clérigos que no estando incardinados en el ordinariato
castrense tienen su oficio en el ordinariato (tiene que ser un oficio confiado por el
ordinario militar con el consentimiento de su ordinario propio); para estos clérigos se
firma un convenio entre los dos obispos sobre el oficio que van a desarrollar, la
remuneración, etc.
▬▬▬
2.- La erección de Iglesias particulares

La autoridad para constituir Iglesias particulares es sólo la Suprema autoridad de la Iglesia:

● “c. 373.- Corresponde tan sólo a la suprema autoridad el erigir Iglesias particulares; las
cuales, una vez que han sido legítimamente erigidas, gozan en virtud del derecho mismo de
personalidad jurídica.”

Lo habitual es que sea directamente un acto del Romano Pontífice, y una vez erigidas tienen
personalidad jurídica propia.
Dentro de la Santa Sede, la tramitación del expediente corresponde a una congregación,
aunque al final, la decisión es siempre del Romano Pontífice, el acto es suyo; esta competencia está
distribuida en tres congregaciones:
- En Occidente: la Congregación para los Obispos, ej.: para la división de una diócesis.
- En Oriente: la Congregación para las Iglesias orientales.
- En territorios de misión: la Congregación para la Evangelización de los Pueblos.

Los criterios que rigen para crear una Iglesia particular y marcar sus límites no se encuentran
en este canon, sino en el Decreto Christus Dominus 23, del Concilio Vaticano II:

1º) La extensión del territorio y el número de habitantes, de tal manera que el Obispo
diocesano pueda ejercer eficazmente el ministerio pastoral (aunque siempre ayudado por otros).

2º) La variedad de la composición del Pueblo de Dios que compone esa diócesis, de tal
manera que se recomienda tener en cuenta en lo posible los límites de las circunscripciones civiles
para conseguir la variedad del Pueblo de Dios (todo tipo de personas).

3º) Que se disponga del número de clero suficiente para poner en marcha todas las
instituciones que tiene que tener toda diócesis para su gobierno y apostolado (bienes humanos y
materiales).

Pero como ya hemos dicho, la competencia final es del Romano Pontífice.


▬▬▬
3.- La estructuración interna

Una diócesis o una Iglesia particular ya creada tiene que tener una estructuración interna
mínima (c.374):

● “c. 374 § 1. Toda diócesis o cualquier otra Iglesia particular debe dividirse en partes distintas
o parroquias.”

- La estructuración mínima es en parroquias, de modo que se pueda atender el cuidado


pastoral. La parroquia es una estructura obligatoria, la competencia concreta (cuántas, dónde, y con
qué límites) es del Obispo diocesano.

171
Derecho Canónico

Acerca de las parroquias también está el c. 515, sobre la competencia del Obispo diocesano
a la hora de crearlas.
▬▬▬

- En el c. 374 § 2 se habla del arciprestazgo, otra estructura pastoral de la Iglesia particular:

● “c. 374 § 2. Para facilitar la cura pastoral mediante una actividad común, varias parroquias
cercanas entre sí pueden unirse en grupos peculiares, como son los arciprestazgos.”

El arciprestazgo es una agrupación de parroquias cercanas, su fundamento es facilitar y


coordinar la cura pastoral, el cuidado pastoral. Es una estructura de coordinación facultativa, el
canon dice “pueden unirse”, pero no necesariamente, aunque se ve que es útil y en todas las diócesis
se hace.

Depende del obispo el que se constituyan o no los arciprestazgos, así como de qué
parroquias los van a formar.

El arcipreste es el que está al frente, no tiene autoridad en las parroquias, no es como un


vicario del obispo, sólo es una figura de coordinación de la actividad pastoral. Es una figura de
ayuda mutua, una figura de coordinación y ayuda.

▬▬▬

CAPÍTULO II
De los obispos (c. 375-411)

La jurisdicción del ministerio episcopal está contenida en tres artículos del Código:

Art.1: De los Obispos en general.

Art.2: De los Obispos diocesanos. Es el más largo, por ser el que está al frente de una
diócesis.

Art.3: De los Obispos coadjutores y auxiliares, que propiamente no son obispos


diocesanos. El coadjutor es un obispo auxiliar con derecho a sucesión (cuando
queda la sede vacante la pasa a ocupar él). El auxiliar es un colaborador del
Obispo diocesano pero sin derecho a sucesión.

172
Art. 1.
De los Obispos en general (c.375-380)

1.- El estatuto jurídico de los obispos

El primer canon (c. 375), en sus dos párrafos, expone la materia desde el punto de vista de la
doctrina, son palabras tomadas casi literalmente de la LG 20:

● “c. 375 § 1. Los Obispos, que por institución divina son los sucesores de los Apóstoles en
virtud del Espíritu Santo que se les ha dado, son constituidos como Pastores en la Iglesia para
que también ellos sean maestros de la doctrina, sacerdotes del culto sagrado y ministros para
el gobierno.

1º) El primer principio es la institución divina.

2º) En segundo lugar se habla de la misión de los obispos:


- Maestros de la doctrina (función de enseñar).
- Sacerdotes del culto sagrado (función de santificar).
- Ministros para el gobierno (función de gobernar o regir).

● “c. 375 § 2. Por la consagración episcopal, junto con la función de santificar, los Obispos
reciben también las funciones de enseñar y regir, que, sin embargo, por su misma naturaleza,
sólo pueden ser ejercidas en comunión jerárquica con la cabeza y con los miembros del
Colegio.”

En éste segundo párrafo se afirma el modo por el cual el sacerdote recibe la triple función.
Hay quien dice que es la función la que lleva potestad, y hay quien dice que no.
Para la función de santificar no se pone ningún límite, pero para la función de enseñar y de
regir se dice que sólo pueden ser ejercidas en comunión jerárquica. Por tanto, la potestad de
jurisdicción no puede ejercerse sin comunión jerárquica (pues son actos de gobierno vinculantes),
mientras que la celebración de la Eucaristía (función de santificar) sería válida aun sin contar con la
comunión jerárquica.
▬▬▬
2.- Distinción en razón de la sede

En el c. 376 se habla de la distinción en razón de la Sede: Obispos diocesanos y titulares, la


diferencia está en si están gobernando una diócesis o no.

● “c. 376.- Se llaman diocesanos los Obispos a los que se ha encomendado el cuidado de una
diócesis; los demás se denominan titulares.”

- Obispos diocesanos: aquellos que están al frente de una diócesis.

- Obispos titulares: aquellos obispos que no están al frente de una diócesis.

- El Obispo auxiliar es un obispo titular al que se asigna una diócesis extinta,


y su ministerio episcopal lo hace auxiliando a un Obispo diocesano.

- También son obispos titulares los que trabajan en una Congregación de la


Curia Romana, son obispos a los que se les han asignado otras misiones en
favor de la Iglesia; se les da también un título oficial de una diócesis extinta.

▬▬▬
3.- Nombramiento (c. 377)

173
Derecho Canónico

El c. 377 §1 establece quién es la autoridad competente para el nombramiento de los


obispos, y dice que corresponde al Romano Pontífice, bien por designación directa o bien por
confirmación de los que han sido elegidos por otra autoridad que legítimamente tenga ese derecho.

● “c. 377 § 1. El Sumo Pontífice nombra libremente a los Obispos, o confirma a los que han sido
legítimamente elegidos.”

El Romano Pontífice confirma libremente a la persona que ha sido elegida por otra autoridad
o procedimiento legítimamente establecido. Esta segunda modalidad en la Iglesia latina es muy
excepcional (presentación al Romano Pontífice de los candidatos para el nombramiento episcopal) y
se mantiene en algunas diócesis por tradición, pero lo normal es que sea por libre colación (aunque
el último en decidir siempre es el Romano Pontífice).

La libre colación:

● El procedimiento ordinario se describe en los parágrafos 2 y 3:

- La primera fase (§ 2) es la formación de listas de candidatos al episcopado, listas de


idoneidad. El canon dice que las preparen los Obispos de cada provincia eclesiástica cada 3 años,
quedando además el derecho de cada Obispo de presentar a la Santa Sede otros nombres. A la hora
de elaborar estas listas también se tienen en cuenta los presbíteros de los institutos de vida
consagrada. Estas listas se envían cada tres años a la Santa Sede a través de la nunciatura apostólica.

- Segunda fase (§ 3): cuando hay que proceder a un nombramiento concreto corresponde al
Nuncio o al Legado pontificio (una de sus mayores tareas) presentar a la Santa Sede el nombre de
una terna de candidatos. Acerca de ella, envía no sólo los nombres sino también su propia opinión.
También envía la opinión del Arzobispo metropolitano y de los obispos sufragáneos de la provincia
a la cual pertenece la diócesis en que está la vacante. Y también se debe enviar el informe del
presidente de la Conferencia Episcopal.
Además, debe oír a algunos miembros del Colegio de Consultores (que es un organismo de
presbíteros que aconsejan al Obispo diocesano), no se oye a todos personalmente sino a algunos
miembros. También debe escuchar a algunos miembros del cabildo catedral (los que se ocupan de la
liturgia de la catedral), en caso de que no exista el cabildo catedral, el Nuncio consulta a otros
presbíteros de la diócesis que el elige (el cabildo no es un organismo obligatorio).
Estas consultas son obligatorias, pero también hay otro tipo de consultas que son
facultativas: el Nuncio (o el Legado en su caso) puede pedir el parecer de uno u otro clero
(diocesano o religioso). Si le parece conveniente también consultará a laicos que destaquen por su
sabiduría. Las consultas se hacen por correo bajo secreto pontificio (la legislación del secreto
pontificio es de 1974).
El Nuncio presenta luego la terna de nombres al Papa junto con las sugerencias. A la hora de
tomar la decisión nada de esto es vinculante, el Papa puede rechazar las ternas en cuyo caso se le
presentará otra (en la terna puede haber tanto obispos de otras diócesis como presbíteros).

● En cuanto a la intervención de la autoridad civil, en el § 5 se dice lo siguiente:

● “c. 377 § 5. En lo sucesivo no se concederá a las autoridades civiles ningún derecho ni


privilegio de elección, nombramiento, presentación y designación de Obispos.”

La razón de ello es la de subrayar la libertad de la Iglesia (CD 20). A aquellas autoridades


civiles que ya tenían este derecho se dice que no se les quiten los privilegios que ya tenían, pero se
les pide que renuncien voluntariamente a ellos:
"CD 20. Puesto que el ministerio de los Obispos fue instituido por Cristo Señor y se ordena
a un fin espiritual y sobrenatural, el sagrado Concilio Ecuménico declara que el derecho de
nombrar y crear a los Obispos es propio, peculiar y de por sí exclusivo de la autoridad competente.

174
Por lo cual, para defender como conviene la libertad de la Iglesia y para promover mejor y
más expeditamente el bien de los fieles, desea el sagrado Concilio que en lo sucesivo no se conceda
más a las autoridades civiles ni derechos, ni privilegios de elección, nombramiento, presentación o
designación para el ministerio episcopal. Y a las autoridades civiles cuya dócil voluntad para con
la Iglesia reconoce agradecido y aprecia este Concilio, se les ruega con toda delicadeza que se
dignen renunciar por su propia voluntad, efectuados los convenientes tratados con la Sede
Apostólica, a los derechos o privilegios referidos, de que disfrutan actualmente por convenio o por
costumbre." Christus Dominus 20

Desde el año 1965 en que se escribió este documento, las autoridades civiles han ido
renunciando progresivamente. En España, el Rey renunció en el año 1976, a través de un acuerdo
entre la Santa Sede y el Gobierno Español, de 28 de Julio de 1976, el “Acuerdo básico de las
relaciones entre la Iglesia y el Nuevo Estado Español”, basado en la independencia y separación de
ambas voluntades.
A cambio, la Iglesia renunció al privilegio del “fuero”, por el cual ningún eclesiástico podía
ser juzgado por un tribunal civil sin el consentimiento de su superior eclesiástico. Así, ya no hay
intervención en la Iglesia por parte de la autoridad civil en España. Por cortesía, se concede al
Gobierno Español un privilegio de notificación previa: se comunica previamente el nombre de
aquel al que el Papa prevé nombrar, para que manifieste su opinión de índole política general, con
un plazo de 15 días para contestar. La Santa Sede valora la opinión, pero el gobierno no tiene
derecho a veto.

● El único caso en donde hay en España más intervención del Estado en el nombramiento
episcopal –y así se ha mantenido– es en el caso del Obispo castrense (el cual es Arzobispo en
España); el procedimiento de su nombramiento es un procedimiento mixto entre el Estado y la
Santa Sede:

1º) Elaboración de una terna de común acuerdo entre la Nunciatura Apostólica y el


Ministerio de Asuntos Exteriores, de forma que cada nombre tiene que tener común acuerdo.
2º) Esa terna se somete a la aprobación de la Santa Sede a través de la Congregación para los
obispos.
3º) Después esa terna va al Rey, que presenta un nombre de la terna. Tiene libertad para
presentar uno u otro candidato. La terna va por orden preferencial, suele elegirse el primero, pero es
legítimo elegir otro nombre de entre los tres (aunque significaría una mayor intervención, pero tiene
libertad para ello y es lícito).

● En el caso de los obispos auxiliares (§ 4), quien propone la terna es el Obispo diocesano,
aquí no interviene el Nuncio Apostólico.

Hay otro tipo de nombramiento de obispo auxiliar que no es pedido por el Obispo diocesano
sino por iniciativa de la Sede Apostólica. Por necesidad del Obispo diocesano pero no pedido por él.

▬▬▬
Las cualidades de idoneidad

Están en el c. 378, son criterios concretos (no subjetivos):

● “c. 378 § 1. Para la idoneidad de los candidatos al Episcopado se requiere que el interesado
sea:
l.º insigne por la firmeza de su fe, buenas costumbres, piedad, celo por las almas,
sabiduría, prudencia y virtudes humanas, y dotado de las demás cualidades que le
hacen apto para ejercer el oficio de que se trata;
2.º de buena fama;
3.º de al menos treinta y cinco años;
4.º ordenado de presbítero desde hace al menos cinco años;

175
Derecho Canónico

5.º doctor, o al menos licenciado, en sagrada Escritura, teología o derecho canónico por
un instituto de estudios superiores aprobado por la Sede Apostólica, o al menos
verdaderamente experto en esas disciplinas.

§ 2. El juicio definitivo sobre la idoneidad del candidato corresponde a la Sede


Apostólica.”

Actos previos a la toma de posesión (379-380)

Cuando el que ha sido nombrado entre en el oficio hay dos actos previos:

1º) El primero es la consagración episcopal (c. 379). No puede ser nombrado Obispo sin
haber sido consagrado. El plazo para su consagración es de 3 meses desde que se recibe el
nombramiento de Obispo. Antes de la consagración no puede gobernar la diócesis.

● “c. 379.- A no ser que esté legítimamente impedido, quien ha sido promovido al Episcopado
debe recibir la consagración episcopal dentro del plazo de tres meses a partir del día en que le
llegaron las letras apostólicas; y, en todo caso, antes de tomar posesión de su oficio.”

La expresión “A no ser que esté legítimamente impedido” se refiere al plazo.


▬▬▬

2º) Profesión de fe y juramento de fidelidad (c.380), según la fórmula aprobada por la


Sede Apostólica a través de la Congregación para la Doctrina de la Fe, acto que se hace delante del
Nuncio Apostólico en privado. Es la misma fórmula que se utiliza en determinados casos antes de
determinados oficios y cargos en la Iglesia, y antes de la ordenación diaconal o presbiteral.

● “c. 380.- Antes de tomar posesión canónica de su oficio, el que ha sido promovido debe hacer
la profesión de fe y prestar el juramento de fidelidad a la Sede Apostólica, según la fórmula
aprobada por la misma Sede Apostólica.”

Este procedimiento es común para todos los obispos.

▬▬▬

Art. 2.
De los Obispos diocesanos (c.381-402)

1.- Estatuto jurídico del Obispo diocesano (c. 381)

Un desarrollo muy amplio de estos cánones está en el Nuevo Directorio para el Ministerio y
la Vida de los Obispos, publicado en el año 2004 con el nombre “Apostolorum sucesores”.

El primer punto del c.381 son las características de la potestad del ministro diocesano:

● “c. 381 § 1. Al Obispo diocesano compete en la diócesis que se le ha confiado toda la potestad
ordinaria, propia e inmediata que se requiere para el ejercicio de su función pastoral,
exceptuadas aquellas causas que por el derecho o por decreto del Sumo Pontífice se reserven a
la autoridad suprema o a otra autoridad eclesiástica.”
La potestad del Obispo diocesano tiene tres adjetivos:
- Ordinaria: unida al oficio.
- Propia: se opone a vicaria, se ejerce en nombre propio.
- Inmediata: no se interpone ninguna otra autoridad entre el Obispo diocesano y los
fieles de la diócesis. Eso significa que los organismos de gobierno no son
autoridades intermedias sino de colaboración con el Obispo diocesano.

176
Excepto causas reservadas a la autoridad suprema, excluidas de la potestad del Obispo por el
propio derecho común o por decreto del Romano Pontífice que se las reserve. La razón es para
garantizar y expresar mejor la unidad de gobierno de la Iglesia. Ejemplos:
- Levantamiento de excomuniones canónicas por levantamiento del secreto de
confesión o por profanación de las especies eucarísticas.
- Para determinadas actividades de tipo económico superiores a cien millones de
pesetas hace falta licencia de la Santa Sede.
- Revisión de penas canónicas.

En cuanto a aquellos que presiden las otras comunidades de fieles que vimos en el c. 368, se
equiparan en derecho al Obispo diocesano:

● “c. 381 § 2. A no ser que por la naturaleza del asunto o por prescripción del derecho conste
otra cosa, se equiparan en derecho al Obispo diocesano aquellos que presiden otras
comunidades de fieles de las que se trata en el can. 368.”
▬▬▬

2.- Toma de posesión del oficio de Obispo diocesano (c. 382)

● El § 1 establece la necesidad de la toma de posesión para ejercer el oficio. Es necesaria


para ejercer el gobierno de la diócesis.
● El § 2 establece el plazo dentro del cual tiene que tomar posesión el promovido para
Obispo diocesano, dependiendo de si está o no consagrado obispo el presbítero:
- Si no está consagrado el plazo es de 4 meses desde que recibió el nombramiento.
- Si está consagrado tiene un plazo de 2 meses para tomar posesión.
Los plazos se ponen para que no se dilate demasiado, son plazos máximos, para que no
haya diócesis vacantes durante mucho tiempo.
● Los § 3 y § 4 tratan del procedimiento de la toma de posesión y distinguen dos
situaciones, según si la diócesis es de nueva creación o no, porque si la diócesis es de nueva
creación los organismos diocesanos no están todavía constituidos:

1) En las diócesis ya creadas: el acto de toma de posesión consiste en que al que ha sido
nombrado obispo presenta las letras apostólicas al Colegio de Consultores, en presencia
del Canciller de la Curia. La función del Canciller de la Curia es levantar acta. Lo tiene
que hacer en la diócesis, personalmente o por medio de un procurador que le represente
en el acto. Lo normal es que se realice dentro de la celebración de la Eucaristía (aunque
no tiene porqué) y que sea el primer acto de contacto del Obispo nuevo con la diócesis,
clero y pueblo (aunque no tiene porqué, con presentar las letras apostólicas al Colegio de
Consultores en presencia del Canciller de la Curia es suficiente).

2) Para las diócesis de nueva creación: puesto que no tienen todavía Colegio de Consultores
ni Canciller, la toma de posesión consiste en la presentación de las letras apostólicas al
clero y al pueblo en la Iglesia Catedral, levantando acta el presbítero de mayor edad. Este
método da mayor publicidad al asunto, pues hay que convocar necesariamente al pueblo
y al clero.
▬▬▬
3.- El ministerio pastoral del Obispo

a) Ámbito de la solicitud pastoral del Obispo, destinatarios a quién se dirige: cc. 383-385.
b) Contenido de la solicitud pastoral del Obispo: cc. 386-394.

a) Los destinatarios de la solicitud pastoral del Obispo

Todos aquellos que están en la diócesis, los que pertenecen jurídicamente a ella o aquellos
que se encuentran transitoriamente en la diócesis, sin ningún tipo de discriminación, tanto si se

177
Derecho Canónico

encuentran en el territorio o habitan en él temporalmente. La solicitud del Obispo se particulariza


más en los más necesitados:

1º) Para los que no pueden obtener suficientemente los frutos de la cura pastoral ordinaria, ej.:
emigrantes, itinerantes, etc. (c. 383 § 1).

2º) Para aquellos que se han apartado de la práctica de la religión (c. 383 § 1)

3º) Provea también las necesidades de los fieles de otro rito si los hay en la diócesis y que no
obtienen suficientemente el cuidado pastoral ordinario, mediante sacerdotes de ese rito, o
incluso mediante parroquias de ese otro rito si hubiera muchos fieles, o mediante un vicario
episcopal si hubiera muchísimos fieles de ese rito (c. 383 § 2). Aquí en Madrid hay
capellanes, que son sacerdotes de ese rito que vienen aquí mandados por su Obispo.

4º) Solicitud humana y caritativa hacia aquellos que no están en comunión plena con la Iglesia
Católica (c. 383 § 3). Hay un documento sobre el Ecumenismo y las normas concretas a las
cuales se tiene que atener, se conoce como el “Directorio Ecuménico”, de 25 de marzo de
1993, del Consejo Pontificio para la unidad de los cristianos. En él aparecen los principios y
las normas.

5º) Hacia los no bautizados, como primer misionero (c. 383 § 4).

6º) Se encomienda a la peculiar solicitud del Obispo a los presbíteros, pues son sus
colaboradores y consejeros. La PO 17 dice que el Obispo es padre, hermano y amigo para
sus presbíteros. El c. 384 ofrece algunas concreciones:
1.- Oírles, trato pastoral frecuente, conocerles personalmente.
2.- Defender sus derechos.
3.- Cuidar de que cumplan sus obligaciones.
4.- Solicitud de medios para su vida espiritual e intelectual.
5.- Solicitud de medios materiales: honesta sustentación y asistencia social.

● “c. 384.- El Obispo diocesano atienda con peculiar solicitud a los presbíteros, a quienes debe
oír como a sus cooperadores y consejeros, defienda sus derechos y cuide de que cumplan
debidamente las obligaciones propias de su estado, y de que dispongan de aquellos medios e
instituciones que necesitan para el incremento de su vida espiritual e intelectual; y procure
también que se provea, conforme a la norma del derecho, a su honesta sustentación y
asistencia social.”
▬▬▬
7º) Solicitud por las vocaciones, sobre todo sacerdotales y misioneras:

● “c. 385.- Fomente el Obispo diocesano con todas sus fuerzas las vocaciones a los diversos
ministerios y a la vida consagrada, dedicando especial atención a las vocaciones sacerdotales y
misioneras.”
▬▬▬
b) Los contenidos de la solicitud pastoral del Obispo

Los Tria munera: enseñar, santificar y gobernar.

1.- Munus docendi (c. 386):

● “c. 386 § 1. El Obispo diocesano debe enseñar y explicar a los fieles las verdades de fe que
han de creerse y vivirse, predicando personalmente con frecuencia; cuide también de que se
cumplan diligentemente las prescripciones de los cánones sobre el ministerio de la palabra,
principalmente sobre la homilía y la enseñanza del catecismo, de manera que a todos se enseñe
la totalidad de la doctrina cristiana.

178
§ 2. Defienda con fortaleza, de la manera más conveniente, la integridad y unidad de
la fe, reconociendo no obstante la justa libertad de investigar más profundamente la verdad.”

1ª) La primera tarea del Obispo como maestro de la fe (en su función de enseñar) es la
predicación personal y frecuente, tanto oral (homilías, etc.) como escrita (cartas pastorales y otros
documentos). La personal se desarrolla normalmente en la Catedral.

2ª) Cuidar de que se cumplan diligentemente las prescripciones de los cánones sobre el
ministerio de la Palabra, principalmente sobre la homilía (c. 767) y la enseñanza del catecismo (c.
773-780).
▬▬▬
● “c. 775.- § 1. Observadas las prescripciones de la Sede Apostólica, corresponde al
Obispo diocesano dictar normas sobre la catequesis y procurar que se disponga de
instrumentos adecuados para la misma, incluso elaborando un catecismo, si parece
oportuno; así como fomentar y coordinar las iniciativas catequísticas.
§ 2. Compete a la Conferencia Episcopal, si se considera útil, procurar la
edición de catecismos para su territorio, previa aprobación de la Sede Apostólica.
§ 3. En el seno de la Conferencia Episcopal puede constituirse un
departamento catequético, cuya tarea principal será la de ayudar a cada diócesis en
materia de catequesis.

Mientras que la conferencia episcopal (§ 2) también puede editar un catecismo para su


territorio pero previa aprobación de la Sede Apostólica, el Obispo diocesano no necesita ninguna
aprobación para editar un catecismo.
▬▬▬
3ª) Defender la integridad y la unidad de la fe (c. 386 § 2), respetando la justa libertad de
investigación (se entiende desde la comunión de la Iglesia). Hay una Instrucción, la Donum
veritatis, sobre la relación entre el magisterio y la teología que establece los límites de “la justa
libertad” en la comunión de la Iglesia.
▬▬▬
4ª) Defender la unidad y la integridad de la fe en relación con los escritos que se publican,
de manera que determinados escritos necesitan una revisión (c. 823 y ss).

1.- Determinadas publicaciones que afectan a la fe y a las costumbres: catecismos y


material catequético, así como sus traducciones:

● “c. 827 § 1. Sin perjuicio de lo que prescribe el can. 775, § 2, es necesaria la


aprobación del Ordinario del lugar para editar catecismos y otros escritos
relacionados con la formación catequética, así como sus traducciones.”

El procedimiento es el siguiente: en primer lugar pasan por un censor, y si da


el visto bueno el obispo da su aprobación (hay censores designados por el Obispo
para las distintas materias). Suele aparecer el nombre del censor y el del Obispo.
Si no aparece el “imprimatur” es porque no se ha pedido o porque no se ha
obtenido. Si no se ha pedido no se puede usar.
▬▬▬
2.- Traducciones de la Sagrada Escritura y libros litúrgicos. Las traducciones de la
Sagrada Escritura necesitan la aprobación de la Sede Apostólica o de la
Conferencia Episcopal:

● “c. 825 § 1. Los libros de la Sagrada Escritura sólo pueden publicarse si han
sido aprobados por la Sede Apostólica o por la Conferencia Episcopal;
asimismo, para que se puedan editar las traducciones a la lengua vernácula,
se requiere que hayan sido aprobadas por la misma autoridad y que vayan
acompañadas de las notas aclaratorias necesarias y suficientes.”

179
Derecho Canónico

Respecto a los libros litúrgicos, no se puede utilizar en la liturgia ningún libro


sin aprobar por la Santa Sede (c. 826 § 1 que remite al c. 838). Todas las
traducciones vernáculas necesitan aprobación previa de la Santa Sede.

3.- Libros de oraciones:

● “c. 826 § 3. No se publiquen sin licencia del Ordinario del lugar libros de
oraciones para uso público o privado de los fieles.”
▬▬▬
4.- Libros de texto para la enseñanza de las materias sagradas, religiosas o morales.
Para todo tipo de escuelas: elemental, media o superior. Sin el imprimatur de la
autoridad eclesiástica no se puede pedir ni exigir como manual:

● “c. 827 § 2. En las escuelas, tanto elementales como medias o superiores, no


pueden emplearse como libros de texto para la enseñanza aquellos libros en
los que se trate de cuestiones referentes a la Sagrada Escritura, la teología, el
derecho canónico, la historia eclesiástica y materias religiosas o morales, que
no hayan sido publicados con aprobación de la autoridad eclesiástica
competente, o la hayan obtenido posteriormente.”
▬▬▬
5.- Libros que se regalen, expongan o den en las Iglesia y oratorios:

● “c. § 4. En las iglesias y oratorios no se pueden exponer, vender o dar libros


u otros escritos que traten sobre cuestiones de religión o de costumbres que
no hayan sido publicados con licencia de la autoridad eclesiástica competente,
o aprobados después por ella.”
▬▬▬
De esta manera es como el Obispo ejerce su función de enseñar.

2.- Munus santificandi (cc. 387-390):

La función de santificar del obispo conlleva (c. 387):


- En primer lugar, obligaciones personales: llevar una vida santa, con caridad,
humildad y sencillez de vida, predicando con su ejemplo personal.
- En segundo lugar, promover la santidad de los fieles según la vocación
propia de cada uno.

Se recuerdan en estos cánones dos tareas concretas:


1) La administración de los Sacramentos: y en especial la Eucaristía, “ha de cuidar
incesantemente de que los fieles que le están encomendados crezcan en la gracia por la celebración de los
sacramentos, y conozcan y vivan el misterio pascual.”. El c. 389 obliga a la presidencia de la Eucaristía
frecuentemente y con participación del pueblo, para los fieles que le han sido encomendados, en la
catedral o en otras iglesias diocesanas, sobre todo en las fiestas de precepto y otras solemnidades.

2) Obligación de ofrecer la Misa por el pueblo que le está encomendado (c. 388). Se refiere
a la intención, al menos todos los domingos y fiestas de precepto. Es una obligación que ha de
realizar personalmente (a no ser que esté legítimamente impedido o enfermo, y entonces lo
encomienda a otro presbítero).
También el Párroco tiene esa obligación con su parroquia, todos los domingos y fiestas de
precepto. Esa Misa es sin estipendio, en la segunda de ese día sí puede recibirlo.

3.- Munus regendi (cc. 391-394):

Sobre la función de gobernar del Obispo se señalan aquí solamente las cuestiones generales:
En el c.391 se dice que el Obispo tiene toda la potestad de gobierno: ejecutiva, legislativa y judicial.
Tiene las tres vertientes en la diócesis, a tenor del derecho (no de forma arbitraria):
180
a) La potestad legislativa la tiene que ejercer personalmente, no puede delegar en nadie, a
no ser la del Papa (c. 135 § 2). Cada vez que el Obispo tenga que promulgar un ley lo
tiene que hacer personalmente. El Obispo no puede promulgar una ley contraria al
derecho superior, tiene que estar en el marco de la unidad legislativa de la Iglesia (c.
135 § 2).

b) La potestad ejecutiva que es la más frecuente, la ejerce por sí mismo (personalmente) o


por medio de los vicarios generales o episcopales (cuya función consiste en colaborar
con el Obispo en la potestad ejecutiva); también tiene que urgir con autoridad el
cumplimiento de la ley, o dar nuevas leyes. Es el marco mayor de la potestad de
gobierno, la potestad ejecutiva se ejerce según la norma del derecho, subordinada a la
potestad legislativa.

c) La potestad judicial se ejerce tanto personalmente (puede juzgar personalmente) o por


medio del Vicario judicial o de los jueces (que es lo normal y casi exclusivo). El
Vicario judicial y los jueces lo hacen en el tribunal eclesiástico de cada diócesis, o en
uno interdiocesano (ej.: Zaragoza y Sevilla). Para que se apruebe un tribunal
interdiocesano hace falta que lo apruebe la Santa Sede, y cada vez se concede menos,
los que hay son relativamente antiguos.

La única potestad que el Obispo diocesano debe ejercer siempre personalmente es la


legislativa. A la hora de ejercer la potestad de gobierno el Obispo diocesano tiene las siguientes
obligaciones:

1) Obligación de promover la disciplina eclesiástica, en razón de la misión del Obispo de


promover y defender la unidad:

● “c. 392 § 1. Dado que tiene obligación de defender la unidad de la Iglesia universal, el Obispo
debe promover la disciplina que es común a toda la Iglesia, y por tanto exigir el cumplimiento
de todas las leyes eclesiásticas.”

El fundamento de esta obligación es el servicio a la unidad eclesial. Si no se cumplen las


leyes de la Iglesia se está deteriorando la Comunión eclesial.

● “c. 392 § 2. Ha de vigilar para que no se introduzcan abusos en la disciplina eclesiástica,


especialmente acerca del ministerio de la palabra, la celebración de los sacramentos y
sacramentales, el culto de Dios y de los Santos y la administración de los bienes.”
El canon señala algunos ámbitos donde los abusos pueden tener repercusiones más graves,
la vigilancia del Obispo tiene que ser mayor en:

1.- Acerca del ministerio de la Palabra.


2.- En la celebración de los sacramentos y sacramentales.
3.- En el culto de Dios y de los santos.
4.- La administración de los bienes temporales.

Estos son los cuatro campos especiales de vigilancia en la disciplina eclesiástica. En lo que
se refiere a esta obligación de vigilar para promover la disciplina lo ha de hacer de dos maneras:

- La primera vigilancia es preventiva: prevenir abusos, dando normas adecuadas y


velando permanentemente por el cumplimiento de las normas en caso de que los
abusos no se verifiquen.

- Si se verifican los abusos entra en juego la vigilancia correctiva, recurriendo a la


imposición de penas canónicas cuando el abuso cometido incurra en delito.

181
Derecho Canónico

▬▬▬

2) Obligación de coordinar todas las obras apostólicas que se desarrollen en la diócesis:

● “c. 394 § 1. Fomente el Obispo en la diócesis las distintas formas de apostolado, y cuide de
que, en toda la diócesis o en sus distritos particulares, todas las actividades de apostolado se
coordinen bajo su dirección, respetando el carácter propio de cada una.
§ 2. Inste a los fieles para que cumplan su deber de hacer apostolado de acuerdo con
la condición y la capacidad de cada uno, y exhórteles a que participen en las diversas iniciativas
de apostolado y les presten ayuda, según las necesidades de lugar y de tiempo.”

1.- Promoción de las obras de apostolado.


2.- Cuidar que todas las actividades de apostolado (en su diócesis) se coordinen bajo
su dirección, respetando el carácter propio de cada una.

Todo ha de ser coordinado por el Obispo porque es el pastor de la diócesis. El Obispo tiene
la “alta dirección”, incluyendo las obras apostólicas de los institutos de vida consagrada. Eso
significa que cuando se va a organizar una obra apostólica hay que informar al Obispo para que se
conozca.
▬▬▬

4.- La Obligación de residencia del Obispo diocesano

● Esta obligación es una obligación personal, la de residir en la diócesis; por eso la llama el
canon “ley de residencia personal”. Es una ley muy antigua, que viene desde el Concilio de Trento.

● “c. 395 § 1. Al Obispo diocesano, aunque tenga un coadjutor o auxiliar, le obliga la ley de
residencia personal en la diócesis.

Ley personal significa que no puede realizarla a través de otro; el § 1 dice que no le excluye
de esta obligación el tener un obispo coadjutor o un obispo auxiliar, el pastor de la diócesis es él.

A esta obligación corresponde la residencia material en la diócesis, y corresponde al


ejercicio del ministerio pastoral en la diócesis. Personalmente, no a través de otros.

● El § 2 establece cuándo se puede ausentar, ausencia según la ley es la que se produce por:

1.- La visita ad limina.


2.- El deber de asistir a los concilios, al Sínodo de los Obispos y a las reuniones de la
Conferencia episcopal.
3.- El cumplimiento de otro oficio legítimamente encomendado.

● “c. 395 § 2. Aparte de las ausencias por razón de la visita ad limina, de su deber de asistir a
los Concilios, al sínodo de los Obispos y a las reuniones de la Conferencia Episcopal, o de
cumplir otro oficio que le haya sido legítimamente encomendado, puede ausentarse de su
diócesis con causa razonable no más de un mes continuo o con interrupciones, con tal de que
provea a que la diócesis no sufra ningún perjuicio por su ausencia.”

La limitación es la encomienda legítima, no un capricho suyo. Fuera de estos motivos de


ausencia legítima no se puede ausentar de la diócesis a no ser por el tiempo de un mes continuo (sin
interrupciones) –como por ejemplo por motivo de las vacaciones–, siempre que provea a que la
diócesis no sufra un mal grave.

● Hay algunos días en los cuales la presencia es especialmente importante (§ 3), éstos son
los de las solemnidades de:
182
1.- Navidad.
2.- Semana Santa.
3.- La Resurrección del Señor.
4.- Pentecostés.
5.- El Cuerpo y Sangre de Cristo.

A no ser por causa grave y urgente. La razón es la de estar predicando en la Eucaristía esos
días para los fieles de la diócesis.

● “c. 395 § 3. No debe ausentarse de su diócesis los días de Navidad, Semana Santa y
Resurrección del Señor, Pentecostés y de Cuerpo y Sangre de Cristo a no ser por una causa
grave y urgente.”

● En caso de ausencias ilegítimas, en concreto la ausencia ilegítima prolongada (si se


prolongara la ausencia más de seis meses), entra en funcionamiento un procedimiento para corregir
dicha ausencia: el Metropolitano informará este hecho a la Sede Apostólica, para que ésta
intervenga. Si el ausente es el Metropolitano hará lo mismo el más antiguo de los sufragáneos (el
más antiguo por nombramiento del Obispo o el que lleva más tiempo en la Sede sufragánea dentro
de los sufragáneos de la misma provincia eclesiástica). En 1925 hubo una respuesta auténtica en la
que la Santa Sede respondió que el más antiguo contando desde la fecha de la ordenación episcopal.

● “c. 395 § 4. Si un Obispo se ausentase ilegítimamente de la diócesis por más de seis meses, el
Metropolitano informará sobre este hecho a la Sede Apostólica; si el ausente es el
Metropolitano, hará lo mismo el más antiguo de los sufragáneos.”

La responsabilidad es la de informar a la Santa Sede, para que juzgue el hecho y tome las
medidas oportunas, incluyendo las penas canónicas.
▬▬▬
Para aplicar la pena hay que acudir al c. 1396:

● “c. 1396.- Quien incumple gravemente la obligación de residir a la que está sujeto en razón de
un oficio eclesiástico, debe ser castigado con una pena justa, sin excluir, después de la
amonestación, la privación del oficio.”
Es una pena obligatoria, preceptiva, pues dice “debe ser castigado”, no es facultativa, en
cuyo caso diría “puede ser castigado”.
En cuanto al contenido de la pena ha de ser una pena justa. Es indeterminada, no se dice
cual, tiene que determinarlo el superior para ver qué pena en concreto se le impone, sin excluir la
privación del oficio.

El c. 1396 se aplica a todos aquellos que tienen obligación de residencia, a los que están
sujetos a ella en razón de su oficio, ej.: el oficio de Párroco.

Este canon dice pena obligatoria, pero no obstante existen también en el derecho penal
atenuantes o eximentes, por lo que el que juzga la pena tendrá que ver si existen estas circunstancias
eximentes para no imponerla, o si se dan circunstancias atenuantes imponer una pena menor.

▬▬▬

5.- Obligación del Obispo diocesano de visitar la diócesis (c. 396 – 398)

La obligación consiste en conocer personalmente a los fieles que tiene a su cuidado,


personalmente y en el lugar donde viven su vida cristiana, y donde desarrollan su ministerio los
sacerdotes.
La visita pastoral es una institución que data del siglo VI, y desde entonces se establece la
obligación, la frecuencia y las modalidades de la visita.

183
Derecho Canónico

Los puntos centrales del ministerio del Obispo en la Evangelización son: la visita pastoral y
el Sínodo diocesano, para animar la fe de la diócesis y corregir los abusos.

El c. 396 establece la obligación personal del Obispo. Si no pudiera porque está impedido,
puede realizarlo a través de otros.

● “c. 396.- § 1. El Obispo tiene la obligación de visitar la diócesis cada año total o parcialmente,
de modo que al menos cada cinco años visite la diócesis entera, personalmente o, si se
encuentra legítimamente impedido, por medio del Obispo coadjutor, o del auxiliar, o del Vicario
general o episcopal, o de otro presbítero.

Este canon dice quienes son esas personas que le sustituyen en caso de estar impedido
legítimamente:
- El Obispo coadjutor: el obispo auxiliar con derecho a sucesión.
- El Obispo auxiliar.
- El vicario general o episcopal.
- y si no, cualquier otro presbítero.

- El tiempo de la visita pastoral: el canon establece la obligación anual. En las diócesis


grandes, en que no es posible hacer la visita completa cada año, ej.: Madrid, se debe hacer
parcialmente, cada año se visita una parte de modo que cada 5 años se visite la diócesis entera.

- En cuanto a los acompañantes del obispo, éste puede elegir a los clérigos que él desee
quedando reprobado cualquier privilegio o costumbre contraria. Estos acompañantes serán los
encargados de levantar acta, asistirle en la celebración de la Eucaristía, y ayudarle ante cualquier
problema.

● “c. 396 § 2. Puede el Obispo elegir a los clérigos que desee para que le acompañen y ayuden
en la visita, quedando reprobado cualquier privilegio o costumbre en contra.”

▬▬▬
- Los sujetos de la visita pastoral (c.397):

● “c. 397 § 1. Están sujetos a la visita episcopal ordinaria las personas, instituciones católicas,
cosas y lugares sagrados que se encuentran dentro del ámbito de la diócesis.”

Están sujetos a ella:

- Las personas: tanto laicos como clérigos.


- Las instituciones católicas: parroquias, colegios, asociaciones, etc. que estén en la
diócesis)
- Las cosas y lugares sagrados que se encuentren dentro de la diócesis: dentro de
las cosas están los archivos (vigilar que se encuentren al día y se conserven bien),
los objetos de culto como imágenes, etc. En cuanto a los lugares sagrados:
Iglesias, oratorios y cementerios.

¿Qué pasa con los miembros de institutos religiosos? Los de derecho pontificio están
excluidos de la organización diocesana en la vida interna. Aquí se aplica el § 2, que dice:

● “c. 397 § 2. Sólo en los casos determinados por el derecho puede el Obispo hacer esa visita a
los miembros de los institutos religiosos de derecho pontificio y a sus casas.”

Debido a su autonomía y respeto a la vida interna.

▬▬▬

184
Pero sí se tiene derecho a visitar las obras apostólicas que lleven a cabo en la diócesis:

● “c. 683 § 1. El Obispo diocesano puede visitar, personalmente o por medio de otro, durante la
visita pastoral y también en caso de necesidad, las iglesias y oratorios a los que tienen acceso
habitual los fieles, así como también las escuelas y otras obras de religión o de caridad, tanto
espiritual como temporal, encomendadas a religiosos; pero no las escuelas abiertas
exclusivamente a los alumnos propios del instituto.”

Si descubre algún abuso tiene que dar aviso al superior correspondiente, y si no le hace caso
puede proveer personalmente.
▬▬▬

Los institutos religiosos de derecho diocesano sí están sujetos a la jurisdicción del Obispo
diocesano:

● “c. § 628 2. El Obispo diocesano tiene el derecho y el deber de visitar, también por lo que se
refiere a la disciplina religiosa:
1.º los monasterios autónomos de los que se trata en el can. 615;
2.º todas las casas de un instituto de derecho diocesano que se encuentren dentro de su
territorio.

También en lo que se refiere a la propia disciplina religiosa, vida interna. Los puede visitar
personalmente o por medio de un visitador.

Está exenta de la visita pastoral la Sede de la Delegación Pontificia, la Nunciatura


Apostólica, pues está exenta de la potestad de régimen del Obispo diocesano, tanto la persona del
Nuncio como la Sede (366 - 1.º).
▬▬▬

- El estilo de la visita pastoral: viene dado por el c. 398, el cual impone dos obligaciones al
obispo al respecto:

- Que la haga con la debida diligencia.


- Que no sea molesto con gastos innecesarios.

Es decir, que la visita pastoral sea un instrumento de servicio pastoral.

6.- La Visita ad limina (cc. 399 y 400)

La debe realizar todo Obispo diocesano cada 5 años a la Santa Sede, con la finalidad de
visitar al papa y exponerle el estado de la diócesis, para recibir orientaciones que le sirvan de ayuda
para ejercer mejor el ministerio episcopal en la diócesis.

Previamente se debe enviar a Roma un informe sobre el Estado de la diócesis (c.399). Según
la normativa emanada de la Santa Sede a través de la Congregación para los Obispos: “El Directorio
para la visita ad limina”, de 29 de Julio de 1998; y con un formulario concreto: “El Formulario para
la Relación Quinquenal”, del año 1997, que consta de 25 apartados con preguntas concretas, y que
ha de ser mandado 6 meses antes de la fecha de la visita (en la práctica, ahora no es posible porque
la fecha la dan 6 meses antes, luego hay que hacerlo 3 meses antes).

Para España están establecidos los años que acaban en 1 y en 6, pero se lleva un retraso de 4
años por la agenda del Papa.

El contenido de la visita ad limina (c. 400 § 1) consta de 3 actos:

185
Derecho Canónico

1) Veneración de los sepulcros de los apóstoles Pedro y Pablo, veneración con


presencia física (normalmente se celebra la Misa).

2) El encuentro personal con el Romano Pontífice, sobre la base de la relación


quinquenal.

3) Los coloquios con los dicasterios de la Curia Romana. Normalmente no se visitan


todos los dicasterios, para cada obispo concreto hay unos determinados, y luego
los que él quiera.

La obligación de realizar la visita es una obligación personal, a no ser que se encuentre


legítimamente impedido, en cuyo caso puede hacerlo a través de otro: un Obispo coadjutor, o un
Obispo auxiliar, o un presbítero de su diócesis (c. 400 § 2).

El sentido de la visita ad limina es fortalecer la comunión eclesial, de forma que el Papa


conozca personalmente a los pastores y les pueda ayudar en el ministerio episcopal.

7.- La Renuncia al Oficio Episcopal (cc. 401 y 402)

Está prevista la renuncia por dos motivos:

- Por límite de edad (c. 401 § 1): al alcanzar los 75 años se le ruega (invitación) al Obispo a
que presente la renuncia al Sumo Pontífice, que fue la autoridad para nombrarlo, el cual
proveerá según las circunstancias. La renuncia, una vez presentada puede ser aceptada
aunque pasen años (a no ser que haya sido revocada) sin tener que volverla a pedir, pues el
acto de voluntad persevera.
- Por enfermedad o causa grave (c. 401 § 2): por causa sobrevenida después de la toma de
posesión del oficio, que le haga incapaz o menos idóneo para gobernar la diócesis. En ese
caso se le ruega encarecidamente (invitación más fuerte) que presente la renuncia. Si
realmente está incapacitado y no presenta la renuncia se le puede remover por iniciativa de
la autoridad.

El Obispo dimisionario: el que ha presentado la renuncia y se le ha aceptado, y que no tiene


ningún otro oficio, tiene tres derechos (c. 402):

1.- Conserva el título de Obispo dimisionario o Emérito de la última diócesis de la


que fue Obispo diocesano.

2.- Tiene la posibilidad de seguir residiendo en la última diócesis en que gobernó,


pero sin tener autoridad en ella (no es conveniente, pero tiene el derecho), a no
ser que la Sede Apostólica limite ese derecho.

3.- Debe disponer de lo necesario para su subsistencia, conveniente y digna. La


obligación principal pertenece a la última diócesis que gobernó, pero si ésta no
pudiera hacerlo, subsidiariamente debe ocuparse la Conferencia Episcopal.

Hay un Directorio, de 31 de octubre de 1988, In viíta Ecclesia, sobre la función en la Iglesia


de los Obispos dimisionarios; en este directorio se recuerda que:

1) Siguen siendo miembros del Colegio Episcopal, y por tanto colegialmente tienen la
potestad sobre toda la Iglesia de forma colegial, de tal manera que participarían en un Concilio
Ecuménico.

186
2) Pueden ser elegidos por la Conferencia Episcopal para participar en el Sínodo de los
Obispos.

3) Se pide que se aproveche su preparación y su experiencia, y se anima a que se les


consulte sobre distintos asuntos eclesiales (aunque no tienen potestad de jurisdicción sobre un
asunto concreto).

Art. 3.
De los Obispos coadjutores y auxiliares (c.403-411)

Tanto el Obispo coadjutor como el Obispo auxiliar son colaboradores del Obispo diocesano,
que es el que tiene el gobierno de la diócesis. En esa tarea es ayudado por los presbíteros o también
por los Obispos.
Los criterios que rigen esta materia están establecidos en el Concilio Vaticano II, en el
Decreto Christus Dominus 25:

1) Que no se multipliquen sin necesidad, es decir: que respondan a necesidades objetivas de


la diócesis (por ej.: extensión), o a la situación personal del Obispo diocesano (por ej.: que esté
limitado o impedido para ejercer personalmente el ministerio).

2) La unidad de gobierno: que se debe mantener en torno al Obispo diocesano. Los Obispos
auxiliares deben actuar en unión con el Obispo diocesano.

3) El respeto al carácter episcopal de los Obispos auxiliares y del Obispo coadjutor, por
parte del Obispo diocesano y por parte de toda la diócesis: eso significa que deben ser consultados
antes que nadie en los asuntos más importantes.

1.- El Obispo Coadjutor (c. 403 § 3)

a) Nombramiento: lo nombra la Santa Sede por iniciativa propia, no por petición previa del
Obispo diocesano. Se trata de casos en que el Obispo diocesano está parcialmente imposibilitado
para ejercer su ministerio. Se nombra entonces un Obispo auxiliar de este tipo con derecho a
sucesión, de tal manera que cuando la Sede queda vacante el Obispo coadjutor le sucede, de manera
que ya no hay que nombrar otro Obispo, pues ya está nombrado. El procedimiento para nombrarlo
es el mismo procedimiento que para el Obispo diocesano.

b) Colaboración: el Obispo coadjutor ayuda al Obispo diocesano en todo el gobierno de la


diócesis, por lo tanto debe ser nombrado Vicario general. La peculiaridad es que tiene derecho de
sucesión.

c) Obligaciones: en cuanto a las obligaciones personales tiene las mismas que el Obispo
diocesano, por ej.: la obligación de residencia en la diócesis.

d) Renuncia: también se le aplican las mismas normas respecto a la renuncia que al Obispo
diocesano.

2.- El Obispo Auxiliar (c. 403 § 1)

a) Nombramiento: es nombrado no por la situación personal del Obispo diocesano sino por
necesidades objetivas de la diócesis: generalmente por la extensión y número de habitantes. Es
decisión del Obispo diocesano, él lo pide y la Conferencia Episcopal lo discierne. Pueden ser uno o
más en cada diócesis (Obispo coadjutor sólo puede haber uno).

187
Derecho Canónico

b) Colaboración: el modo lo determina cada Obispo diocesano, de manera que pueden ser
nombrados como Vicarios generales (en toda la diócesis) o Vicarios episcopales (en un sector de la
diócesis, territorial o personal), estas modalidades de la colaboración (parcial o general) las
establece el Obispo diocesano con el nombramiento (aunque siempre lo tiene que nombrar Vicario).

c) Obligaciones: las mismas que el Obispo diocesano, por ej.: la obligación de residencia.

d) Renuncia: se le aplican las mismas normas que al Obispo diocesano.

3.- Obispos auxiliares con facultades especiales (403 § 2)

a) Nombramiento: estos Obispos auxiliares están equiparados en parte al obispo coadjutor,


excepto en el derecho a la sucesión. Es nombrado por la Santa Sede al margen del obispo
diocesano, el motivo es por circunstancias graves de carácter personal.

b) Colaboración: en todo el gobierno de la diócesis, y por tanto debe ser nombrado vicario
general. Se llama “obispo auxiliar con facultades especiales” porque el Papa se las da en el
nombramiento, facultades que afectan a los ámbitos en que el Obispo diocesano experimenta
dificultades especiales, de manera que el Obispo diocesano se tiene que dejar ayudar por este
Obispo auxiliar con facultades especiales hasta el punto que la Santa Sede puede limitar la
jurisdicción del Obispo diocesano sobre algunos asuntos confiados al Obispo auxiliar con facultades
especiales. Cuando cambia el Obispo cambian las facultades especiales.
CAPÍTULO III
De la sede impedida y de la sede vacante (c. 412-430)

Art. 1.
De la sede impedida (c.412-415)

● “c. 412.- Se considera impedida la sede episcopal cuando por cautiverio, relegación, destierro
o incapacidad, el Obispo diocesano se encuentra totalmente imposibilitado para ejercer su
función pastoral en la diócesis, de suerte que ni aun por carta pueda comunicarse con sus
diocesanos.”

Es una situación transitoria de incomunicación incompleta del Obispo diocesano con los
fieles de la diócesis, de tal manera que por carta no se pueda comunicar con sus diocesanos. Si se
puede comunicar por carta no se considera sede impedida.
▬▬▬

Cuando se verifica la sede impedida se pone en marcha el procedimiento establecido en el c.


413:
- En primer lugar, como principio general, se hace cargo de la diócesis quien decida la Santa
Sede, y si la Santa Sede no ha decidido nada entonces se aplican los principios siguientes:

- Si lo hay se hace cargo del gobierno de la diócesis el Obispo Coadjutor.

- En caso de que no exista o se halle impedido un Obispo auxiliar, o vicario general o


episcopal u otro sacerdote, de acuerdo con el orden establecido en una lista que debe
confeccionar el Obispo diocesano (y cuyo orden establece él). El canon sugiere este orden
en la lista, pero cabría la posibilidad de que ponga otro orden que prevalece.
Dicha lista debe comunicarse al Metropolitano, se renovará al menos cada 3 años, y
será conservada bajo secreto por el Canciller.
El § 2 contempla el caso de que el Obispo diocesano no haya elaborado la lista. En
ese caso corresponde al Colegio de Consultores (que es un organismo episcopal) elegir un
sacerdote que gobierne la diócesis.

188
- Una vez elegido tiene que comunicar cuanto antes a la Santa Sede que la diócesis ha sido
impedida, y que él ha asumido el gobierno legítimamente.

¿Qué potestad compete al que rige la diócesis impedida? (c. 414) Se equipara en potestad al
Administrador diocesano, el que rige la diócesis en sede vacante, con las mismas obligaciones y la
misma potestad (que es menor que la del Obispo diocesano).

Art. 2.
De la sede vacante (c.416-430)

1.- Causas de la Sede Vacante (c.416)

● “c. 416.- Queda vacante una sede episcopal por fallecimiento del Obispo, renuncia aceptada
por el Romano Pontífice, traslado y privación intimada al Obispo.”

La sede queda vacante cuando el Obispo diocesano cesa por una de las siguientes causas:

1ª) Por fallecimiento del Obispo diocesano, la sede queda vacante en el mismo momento en
que se produce el fallecimiento.
Al morir el Obispo diocesano los vicarios pierden la potestad recibida del Obispo (c. 418),
pero en caso de que no se hayan enterado, los actos que realicen antes de conocer el fallecimiento
son válidos:
▬▬▬

● “c. 417.- Son válidos todos los actos realizados por el Vicario general o por el Vicario
episcopal, hasta que hayan recibido noticia cierta del fallecimiento del Obispo diocesano, e
igualmente son válidos los actos realizados por el Obispo diocesano o por el Vicario general o
episcopal, hasta el momento en que reciban noticia cierta de los citados actos pontificios.”

Este canon prorroga la potestad de los vicarios (que de por sí cesa) hasta que no reciban
noticia cierta.

2ª) Por renuncia aceptada por el Romano Pontífice, la sede queda vacante con la aceptación
de la renuncia (no con la presentación). El c. 417 dice que los actos son válidos hasta que reciban
noticia cierta del acto pontificio.
▬▬▬

3ª) Por traslado del Obispo, es el tercer modo de vacación de la sede, y tiene lugar cuando
un Obispo es trasladado de una sede a otra. El c.418 dice en qué momento queda la sede vacante: la
diócesis de la que sale (a qua) queda vacante en el momento en que el Obispo toma posesión de la
nueva (ad qua):

● “c. 418 § 1. A partir del momento en que reciba noticia cierta de su traslado, el Obispo debe
dirigirse a la diócesis ad qua antes de dos meses, y tomar posesión canónica de ella, y la
diócesis a qua queda vacante en el momento en que toma posesión de la nueva."

Establece el plazo de dos meses para tomar posesión. Mientras tanto, aunque no queda
vacante, tampoco tiene plenitud de potestad de la diócesis de la que sale (a qua):

● “c. 418 § 2. Desde el día en que reciba noticia cierta de su traslado hasta que tome posesión
canónica de la nueva diócesis, en la diócesis a qua el Obispo trasladado:
1.º tiene la potestad y los deberes de un Administrador diocesano, y cesa toda potestad
del Vicario general y del episcopal, salvo lo indicado en el can. 409, § 2;
2.º recibe íntegra la remuneración propia de su oficio.

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Derecho Canónico

Cesa también la potestad del Vicario general, manteniéndose sólo los poderes y facultades
de Vicario general o episcopal de que gozaban los obispos auxiliares cuando la sede estaba cubierta
(c. 409 § 2).
▬▬▬

2.- El gobierno de la diócesis en sede vacante

Caben dos posibilidades:

a) Que la Santa Sede intervenga directamente y nombre a la persona que va a hacerse cargo
de la diócesis.

b) Se nombra un Administrador apostólico que suele ser un Obispo nombrado por la Santa
Sede, y tiene toda la potestad de un Obispo diocesano. En caso de que la Santa Sede no provea,
entra en marcha subsidiariamente el procedimiento de los cc. 419 - 422. Es un procedimiento que
tiene dos fases:

1ª Fase: Gobierno inicial de la diócesis, regido por el c.419, hasta que se nombre Administrador
diocesano, es un gobierno de 8 días como máximo:
- En primer lugar el gobierno pasa al Obispo auxiliar, y si son varios al más antiguo
en su promoción (el de nombramiento más antiguo).
- Si no hay Obispo auxiliar, el gobierno corresponde al Colegio de Consultores.

Tiene la potestad que el derecho atribuye al Vicario general (c. 426), y la función principal
del que gobierna la diócesis en esta primera fase es la de convocar al Colegio que nombrará al
Administrador diocesano en un plazo máximo de 8 días.

2ª Fase: Elección del Administrador diocesano, se rige por los cc. 421 y 425:

● “c. 421 § 1. El Administrador diocesano, es decir, el que ha de regir temporalmente la


diócesis, debe ser elegido por el colegio de consultores antes de ocho días a partir del momento
en que éste reciba noticia de la vacante de la sede, sin perjuicio de lo que prescribe el can. 502
§, 3.”
Aquí se dice que ha de ser elegido por el Colegio de consultores, y cuál es el plazo de
elección: 8 días.
Si no se nombrara en el plazo establecido de 8 días, el Colegio de consultores pierde el
derecho de elección y este pasa al Metropolitano o a un Obispo sufragáneo (el más antiguo en el
orden de promoción como Obispo):

● “c. 421 § 2. Si, por cualquier motivo, el Administrador diocesano no fuera legítimamente
elegido dentro del plazo establecido, su designación pasa al Metropolitano, y, en caso de que la
sede vacante sea precisamente la metropolitana, o la metropolitana a la vez que una
sufragánea, al Obispo sufragáneo más antiguo según el orden de promoción.”

▬▬▬

El c. 425 §1 establece las cualidades para la validez de la elección del Administrador


diocesano:

● “c. 425 § 1. Para el cargo de Administrador diocesano sólo puede ser designado válidamente
un sacerdote que tenga cumplidos treinta y cinco años y no haya sido elegido, nombrado o
presentado para la misma sede vacante.

El que “no haya sido elegido, nombrado o presentado para la misma sede vacante” se refiere a las
diócesis con privilegio de presentación de candidatos (que no sea ninguno de los que van a
presentar como Obispo diocesano).
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El c.425 §2 establece las cualidades para la licitud de la elección del Administrador diocesano:

● “c. 425 § 2. Debe elegirse como Administrador diocesano un sacerdote que destaque por su
doctrina y prudencia.

Si la elección no se hiciera respecto al § 1, la decisión es inválida y el derecho de


designación pasa al Metropolitano, el cual tiene que elegirlo en un plazo de 8 días. Si el inválido
hubiera realizado algún acto, dicho acto es nulo:

● “c. 425 § 3. Si no se hubieran respetado las condiciones establecidas en el § 1, el


Metropolitano, o el sufragáneo más antiguo según el orden de promoción cuando se trate de la
Iglesia metropolitana, designará por esa vez el Administrador, después de comprobar los
hechos; los actos realizados por quien hubiera sido elegido contra lo que prescribe el § 1 son
nulos en virtud del derecho mismo.”
▬▬▬
3.- La potestad del Administrador diocesano

a) El contenido de su potestad (c. 427)

● “c. 427 § 1. El Administrador diocesano tiene los deberes y goza de la potestad del Obispo
diocesano, con exclusión de todo aquello que por su misma naturaleza o por el derecho mismo
esté exceptuado.”

Todo lo que se diga del Obispo diocesano, si no excluye expresamente al Administrador


diocesano se dice también para él. Ejemplos de exclusiones por el propio derecho:
▬▬▬
● “c. 272 El Administrador diocesano no puede conceder la excardinación o
incardinación, ni tampoco la licencia para trasladarse a otra Iglesia particular, a
no ser que haya pasado un año desde que quedó vacante la sede episcopal, y con
el consentimiento del colegio de consultores.

En lo referente a la excardinación y a la incardinación, excepto en caso de que


se prolongue por más de un año, por el bien de la diócesis, aunque con el
consentimiento del colegio de consultores.
▬▬▬
● “c. 312 § 1. Es autoridad competente para erigir asociaciones públicas:
1.º la Santa Sede para las asociaciones universales e internacionales;
2.º la Conferencia Episcopal, dentro de su territorio, para las asociaciones
nacionales, es decir, que por la misma erección miran a ejercer su
actividad en toda la nación;
3.º el Obispo diocesano, dentro de su propio territorio, pero no el
Administrador diocesano, para las asociaciones diocesanas; se exceptúan,
sin embargo, aquellas asociaciones cuyo derecho de erección está
reservado, por privilegio apostólico, a otras personas.

En lo relativo a la creación de asociaciones de fieles, el Obispo diocesano


puede hacerlo, pero no el Administrador diocesano.

b) Adquisición de la potestad

● “c. 427 § 2. El Administrador diocesano adquiere su potestad por el hecho mismo de haber
aceptado su elección, y no se requiere confirmación de nadie, quedando firme la obligación que
prescribe el can. 833, n. 4”

En el momento de aceptar la elección hecha por el Colegio de consultores, quedando firme


la obligación del c. 833 sobre la profesión de fe y el juramento de fidelidad que tiene que hacer.
▬▬▬

191
Derecho Canónico

c) Criterio de actuación

● “c. 428 § 1. Vacante la sede, nada debe innovarse.


§ 2. Se prohíbe a quienes se hacen cargo interinamente del régimen de la diócesis
realizar cualquier acto que pueda causar perjuicio a la diócesis o a los derechos episcopales;
concretamente, se prohíbe tanto a ellos como a otros cualesquiera, personalmente o por medio
de otros, sustraer, destruir o alterar algún documento de la curia diocesana.”

Estando la sede vacante nada se debe innovar. Se le prohíbe substraer, destruir o alterar
documentos.
Al Administrador apostólico nombrado por la Santa Sede no le afectan tanto estas
prohibiciones, y tiene mayor capacidad de gobierno: está equiparado al obispo diocesano.
▬▬▬
e) Cese del cargo

● “c. 430 § 1. El Administrador diocesano cesa en su cargo cuando el nuevo Obispo toma
posesión de la diócesis.”

También puede cesar de otros modos (c. 430 § 2):

1º) Por remoción: está reservada a la Santa Sede, no lo puede remover quien lo nombró,
aunque sí pueden informar a la Santa Sede, pero es ella la que se reserva el derecho a removerlo o
no.
2º) Por renuncia: que se debe presentar al Colegio competente para su elección (el Colegio
de consultores), pero no necesita su aceptación, surte efecto desde su presentación.

3º) Por fallecimiento

● “c. 430 § 2. Se reserva a la Santa Sede la remoción del Administrador diocesano; la renuncia,
en su caso, debe presentarse en forma auténtica al colegio competente para su elección, pero
no necesita la aceptación de éste; en caso de remoción o de renuncia del Administrador
diocesano, o si éste fallece, se elegirá otro Administrador diocesano, de acuerdo con la norma
del can. 421.”

En el caso de cese del Administrador diocesano se vuelve a elegir a otro por el mismo
procedimiento (c. 421) en 8 días, a no ser que provea directamente la Santa Sede. Antes de elegir
Administrador diocesano se consulta a la Santa Sede para ver si va a proveer un Administrador
apostólico o no, y entonces, si la respuesta es negativa se convoca el Colegio de Consultores para
una nueva elección.

5. B. c) Las agrupaciones de Iglesias particulares (cc. 431-459)

Título II:
De las agrupaciones de Iglesias particulares

Capítulo I: De las provincias eclesiásticas y de las regiones eclesiásticas (cc. 431-434)


Capítulo II: De los Metropolitanos (cc. 435-438)
Capítulo III: De los concilios particulares (cc. 439-446)
Capítulo IV: De las Conferencias Episcopales (cc. 447-459)

5. B. d) De la ordenación interna de las Iglesias particulares (cc. 460-572)

Título III:
De la ordenación interna de la Iglesias particulares

Vamos a ver los distintos organismos que integran la Iglesia particular:

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Capítulo I: Del sínodo diocesano → extraordinario pero relevante.
Capítulo II: De la curia diocesana → más frecuente y cotidiana.
Capítulo III: Del consejo presbiteral y del colegio de consultores.
Capítulo IV: De los cabildos de canónigos → el cabildo catedral.
Capítulo V: Del consejo pastoral → el consejo diocesano de pastoral.
Capítulo VI: De las parroquias, de los párrocos y de los vicarios parroquiales.
Capítulo VII: De los arciprestes → coordinadores de grupos de parroquias.
Capítulo VIII: De los rectores de iglesias y de los capellanes → sacerdotes al servicio de Iglesias
particulares no parroquiales.
CAPÍTULO I
Del Sínodo diocesano (c. 460-468)
1.- Naturaleza y finalidad

Está el primero por su importancia, es una institución eclesial y canónica, con leyes propias
(por eso es institución), con orígenes muy antiguos en la Iglesia, venerable y antigua. Los primeros
documentos se remontan al siglo VI, el origen estuvo en la necesidad de mantener la comunicación
del Obispo con el presbiterio, como consecuencia de la dispersión que la Iglesia experimentaba por
su crecimiento.
Se instauraron reuniones periódicas del Obispo con el presbiterio, para escuchar sus
necesidades y problemas, y el Obispo daba sus normas y orientaciones para el gobierno de la
diócesis. Esta estructura se mantiene hasta el CIC 83’, hasta entonces el Sínodo diocesano era de
carácter presbiteral.
A partir del año 1983 la composición del Sínodo cambia, y se constituye como una asamblea
representativa de toda la diócesis. Cambia la composición pero no la naturaleza o la finalidad: es un
organismo de ayuda al Obispo diocesano para que oiga a todos los miembros de la Iglesia
diocesana. El concepto de sínodo está en el c. 460:

● “c. 460.- El sínodo diocesano es una asamblea de sacerdotes y de otros fieles escogidos de
una Iglesia particular, que prestan su ayuda al Obispo de la diócesis para bien de toda la
comunidad diocesana, a tenor de los cánones que siguen.”

En él están los sacerdotes y otros fieles escogidos de la diócesis, y prestan su ayuda al


Obispo de la diócesis para bien de toda la comunidad diocesana.

2.- Miembros que lo componen (c. 463)

● “c. 463 § 1. Al sínodo diocesano han de ser convocados como miembros sinodales y tienen el
deber de participar en él:
1.º el Obispo coadjutor y los Obispos auxiliares;
2.º los Vicarios generales y los Vicarios episcopales, así como también el Vicario judicial;
3.º los canónigos de la iglesia catedral;
4.º los miembros del consejo presbiteral;
5.º fieles laicos, también los que son miembros de institutos de vida consagrada, a
elección del consejo pastoral, en la forma y número que determine el Obispo diocesano,
o, en defecto de este consejo, del modo que determine el Obispo;
6.º el rector del seminario mayor diocesano;
7.º los arciprestes;
8.º al menos un presbítero de cada arciprestazgo, elegido por todos los que tienen en él
cura de almas; asimismo se ha de elegir a otro presbítero que eventualmente sustituya
al anterior en caso de impedimento;
9.º algunos Superiores de institutos religiosos y de sociedades de vida apostólica que
tengan casa en la diócesis, que se elegirán en el número y de la manera que determine
el Obispo diocesano.

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Derecho Canónico

Luego en principio hay dos modos de designación: por elección o miembros natos. Una
tercera forma es la designación directa por parte del Obispo diocesano, para procurar que esté
representada toda la diócesis:

§ 2. El Obispo diocesano también puede convocar al sínodo como miembros del


mismo a otras personas, tanto clérigos como miembros de institutos de vida consagrada, como
fieles laicos.
§ 3. Si lo juzga oportuno, el Obispo diocesano puede invitar al sínodo, como
observadores, a algunos ministros o miembros de Iglesias o de comunidades eclesiales que no
estén en comunión plena con la Iglesia católica.
El Obispo diocesano designa a aquellos que él decide después de hechas las elecciones, para
completar los carismas y lugares de la diócesis que no están todavía representados.

▬▬▬
3.- Modo de participación

La participación en el Sínodo tiene que ser personal, si alguien no puede asistir no puede
enviar un procurador que le represente; pero se debe informar al Obispo diocesano acerca de ese
impedimento (c. 464).

La finalidad de esta institución es ayudar al Obispo en el gobierno de la diócesis. Esto


significa que el Obispo es el que tiene la autoridad y la potestad de gobierno. El sínodo como tal no
es un organismo de gobierno, el que gobierna es el Obispo diocesano, ello se manifiesta en:

1º.- Compete al Obispo diocesano proponer las materias objeto de deliberación en el sínodo.
2º.- El carácter consultivo del voto de los padres sinodales.

● “c. 466.- El Obispo diocesano es el único legislador en el sínodo diocesano, y los demás
miembros de éste tienen sólo voto consultivo; únicamente él suscribe las declaraciones y
decretos del sínodo, que pueden publicarse sólo en virtud de su autoridad.”

- Voto consultivo: se opone al voto deliberativo, es un parecer que se ofrece al Obispo


diocesano pero no le vincula. Sólo él suscribe las constituciones o decretos, que pueden publicarse
sólo en virtud de su autoridad.

Todos cooperan desde su vocación y carisma propio: bautismo, carisma, misión eclesial, etc.

4.- Contenido del Sínodo

En cuanto a las materias del sínodo, compete al Obispo diocesano determinarlas, quedando
excluidas del tratamiento en el sínodo todas las materias que estén fuera de la competencia del
Obispo diocesano, es decir toda la legislación superior. El Obispo diocesano no puede legislar de
manera contraria al derecho superior y por tanto tampoco se puede tratar en el sínodo esos temas,
pues desborda al Obispo diocesano.
Tampoco se puede tratar en el sínodo nada que vaya contra la fe o la doctrina de la Iglesia,
pues se trata de aplicar la doctrina y disciplina universal de la Iglesia a una Iglesia particular.

5.- Convocatoria y presidencia

La convocatoria depende sólo del Obispo diocesano, y no del que preside provisionalmente
la diócesis (c. 462 § 1), como por ej.: el Administrador diocesano.

No se dice nada en cuanto al tiempo de convocatoria, solamente se dice que debe celebrarse
el sínodo cuando lo aconsejen las circunstancias de la diócesis y a juicio del Obispo diocesano,
después de oír al Consejo presbiteral. Antes se obligaba a convocarlo cada 10 años, pero no se

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cumplía, después, en el CIC 83’ se quitó el límite temporal y se dejó a juicio del Obispo diocesano.
En Madrid el último sínodo fue en el año 1948, y el anterior fue en 1909.

Según el c. 462 § 2, es el Obispo diocesano el que preside el sínodo, aunque puede delegar
para cada una de las sesiones en el Vicario general o en un Vicario episcopal (si es obispo auxiliar
mejor, pero como una excepción, siempre por un impedimento justificado. Si el Obispo diocesano
está presente siempre lo preside él.
6.- Interrupción y disolución

El c. 468 contempla las dos situaciones especiales en que hubiera que suspender o disolver
el sínodo antes de su conclusión. Compete en ese caso al Obispo diocesano según su prudente
juicio.

En caso de que quedara vacante o impedida la sede episcopal, el sínodo diocesano se


interrumpe por el propio derecho. El Administrador diocesano no puede continuar el sínodo, el cual
queda interrumpido hasta que el nuevo Obispo diocesano declare su continuación o su conclusión.

7.- Los documentos del sínodo

La última cuestión al final del sínodo o una vez que se ha interrumpido, es acerca de los
documentos del sínodo (c. 467). Los documentos se tienen que trasladar al Metropolitano o a la
Conferencia Episcopal; por ej.: en el archivo de la Biblioteca de la Conferencia Episcopal Española
se encuentran todos los documentos aprobados de las diócesis de España.

CAPÍTULO II
La Curia Diocesana (c. 469-494)

A diferencia del sínodo, es un organismo cotidiano. Son las personas e instituciones que
colaboran cotidianamente con el Obispo diocesano.

1.- Naturaleza y finalidad (c. 469)

Es un organismo de colaboración indispensable para que el Obispo pueda gobernar


eficazmente la diócesis. Se señalan tres áreas:
- La dirección de la actividad pastoral de toda la diócesis.
- La administración de la diócesis en el ejercicio de la potestad administrativa o
ejecutiva: desarrollar y urgir las leyes.
- El ejercicio de la potestad judicial, la ejerce el Obispo a través de los jueces.

Colaboran con el Obispo los Vicarios en la potestad administrativa y los Jueces y el Vicario
judicial en la potestad judicial.

Los diversos documentos de la Iglesia señalan que la Curia diocesana tiene una finalidad
pastoral. Esta afirmación se debe a que en los años 60-70 se desvalorizó mucho su importancia,
como si fuera algo meramente burocrático. Por ello, los documentos subrayan siempre la función
pastoral, la Curia diocesana pertenece a la misión pastoral del Obispo.

1º) Luego la primera característica de su naturaleza es su función pastoral, la realización del


munus regendi del Obispo diocesano.

2º) La segunda característica es que tiene que actuar en comunión con el Obispo diocesano,
pues son colaboradores para que éste desarrolle mejor su propia función. Por eso, acudir a la Curia
diocesana es acudir al Obispo diocesano, de ahí la obligación de la Curia diocesana de actuar en
comunión con el Obispo diocesano.

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Derecho Canónico

● “c. 469.- La curia diocesana consta de aquellos organismos y personas que colaboran con el
Obispo en el gobierno de toda la diócesis, principalmente en la dirección de la actividad
pastoral, en la administración de la diócesis, así como en el ejercicio de la potestad judicial.”
▬▬▬
2.- Nombramiento de los oficios de la Curia Diocesana (c. 470)

● “c. 470.- Corresponde al Obispo diocesano nombrar a quienes han de desempeñar oficios en
la curia diocesana.”

El Obispo designa a los candidatos libremente.


▬▬▬

Aquí no se habla de las cualidades requeridas pues depende de cada oficio concreto (aunque
hay algunas cualidades comunes). Algunos oficios tienen establecidas sus cualidades en el código,

Ej.: “c. 478.- § 1. El Vicario general y el episcopal deben ser sacerdotes, de edad no
inferior a treinta años, doctores o licenciados en derecho canónico o en
teología o al menos verdaderamente expertos en estas materias, y dotados de
sana doctrina, honradez, prudencia y experiencia en la gestión de asuntos.”

En el Directorio para la vida de los Obispos se habla de las cualidades en general:


competencia en la materia, piedad y celo pastoral. También hay que tener en cuenta las condiciones
de idoneidad para cualquier oficio eclesiástico:

● “c. 149.- § 1. Para que alguien sea promovido a un oficio eclesiástico, debe estar en comunión
con la Iglesia y ser idóneo, es decir, dotado de aquellas cualidades que para ese oficio se
requieren por derecho universal o particular, o por la ley de fundación.”

El “Estatuto de la Curia Diocesana de la Archidiócesis de Madrid, de marzo de 1999, habla


en el artículo 7 sobre las cualidades del nombramiento, recogiendo las siguientes:

1º.- La plena comunión con la Iglesia (c. 149 § 1)


2º.- Idoneidad para llevar a cabo lo que se le encarga (c. 149 § 1).
3º.- Fidelidad, ejemplaridad y celo apostólico.
4º.- Guardar el secreto en los límites y modos puestos por el Obispo.

▬▬▬

3.- La fidelidad y Discreción (secreto) (c. 471)

● “c. 471.- Todos los que son admitidos a desempeñar oficios en la curia diocesana deben:
1.º prometer que cumplirán fielmente su tarea, según el modo determinado por
el derecho o por el Obispo;
2.º guardar secreto, dentro de los límites y según el modo establecidos por el
derecho o por el Obispo.
▬▬▬

4.- La Curia de Justicia (c.472)

● “c. 472.- Respecto a las causas y personas relacionadas con el ejercicio de la potestad judicial
en la curia, deben observarse las prescripciones del Libro VII, De los procesos; para lo que
concierne a la administración de la diócesis, se observarán las prescripciones de los cánones
que siguen.”

196
El canon se remite al libro VII, De los procesos, de manera que sólo se ocupa en estos
cánones aquí de la potestad administrativa no de la judicial. La potestad legislativa no se puede
delegar a la Curia, corresponde al Obispo diocesano.
▬▬▬
5.- Coordinación de las distintas actividades (c. 473)

● “c. 473.- § 1. El Obispo diocesano debe cuidar de que se coordinen debidamente todos los
asuntos que se refieren a la administración de toda la diócesis, y de que se ordenen del modo
más eficaz al bien de la porción del pueblo de Dios que le está encomendada.”
§ 2. Corresponde al mismo Obispo diocesano coordinar la actividad pastoral de los
Vicarios, tanto generales como episcopales; donde convenga, puede nombrarse un Moderador
de la curia, que debe ser sacerdote, a quien compete coordinar, bajo la autoridad del Obispo,
los trabajos que se refieren a la tramitación de los asuntos administrativos, y cuidar asimismo
de que el otro personal de la curia cumpla debidamente su propio oficio.
§ 3. A no ser que, a juicio del Obispo, las circunstancias del lugar aconsejen otra
cosa, debe ser nombrado Moderador de la curia el Vicario general o, si son varios, uno de los
Vicarios generales.
§ 4. Para fomentar mejor la acción pastoral, puede el Obispo constituir, si lo
considera conveniente, un consejo episcopal, formado por los Vicarios generales y los
episcopales.”

El c. 473 § 1 habla de la necesidad de coordinación de las distintas actividades que tienen


lugar en la diócesis, es una necesidad práctica y se fundamenta en la naturaleza propia del
ministerio que se ejerce. Corresponde dicha coordinación y administración al Obispo diocesano.
¿Cómo se realiza? Como el Obispo diocesano quiera. El código ofrece dos instrumentos
facultativos de coordinación:

1) El Moderador de la Curia: si el Obispo diocesano decide nombrarlo ha de ser un


sacerdote y preferentemente el Vicario general, o uno de ellos si hay varios. Sería el encargado de
coordinar los asuntos administrativos y de que el personal de la Curia cumpla cada uno con su
propio oficio; pero no coordinaría la actividad personal de los Vicarios, pues esa coordinación
corresponde directamente al Obispo diocesano.

2) El Consejo Episcopal (c.473 § 4): lo formarían todos aquellos que tienen potestad
ejecutiva (administrativa): los Vicarios generales y episcopales.
▬▬▬

6.- Estructura básica de la Curia diocesana

Hay que ir al propio estatuto de la Curia diocesana para las cuestiones particulares de cada
diócesis. Las cuestiones generales vienen en los cc. 475-494.

Art. 1.
De los Vicarios generales y episcopales (cc. 475-481)

A) El Vicario General (cc. 475 – 481)

1.- Constitución: es un oficio de constitución obligatoria en cada diócesis. La norma general


es que haya uno solo, aunque a reglón seguido aparece la excepción, dependiendo del Obispo
diocesano aplicarla:

● “c. 475 § 1. En cada diócesis, el Obispo debe nombrar un Vicario general, que, dotado de
potestad ordinaria a tenor de los cánones que siguen, ha de ayudarle en el gobierno de toda la
diócesis.”
§ 2. Como regla general, ha de nombrarse un solo Vicario general, a no ser que la
extensión de la diócesis, el número de habitantes u otras razones pastorales aconsejen otra
cosa.”

197
Derecho Canónico

▬▬▬
2.- El nombramiento y la remoción dependen del Obispo diocesano:

● “c. 477 § 1. El Obispo diocesano nombra libremente al Vicario general y al episcopal y puede
removerlos también libremente, quedando a salvo lo que prescribe el can. 406; el Vicario
episcopal que no sea Obispo auxiliar debe ser nombrado tan sólo para un cierto tiempo, que se
determinará en el mismo acto de su nombramiento.”
▬▬▬

3.- Las cualidades específicas para este oficio aparecen en el c. 478 § 1:

● “c. 478 § 1. El Vicario general y el episcopal deben ser sacerdotes, de edad no inferior a
treinta años, doctores o licenciados en derecho canónico o en teología o al menos
verdaderamente expertos en estas materias, y dotados de sana doctrina, honradez, prudencia y
experiencia en la gestión de asuntos.”

4.- Las incompatibilidades por el propio derecho vienen en el c. 478 § 2:

● “c. § 2. El cargo de Vicario general y episcopal es incompatible con el de canónigo


penitenciario, y no puede encomendarse a consanguíneos del Obispo hasta el cuarto grado.”

1ª) El cargo de Vicario general y episcopal es incompatible con el de canónigo penitenciario.


La razón es la de no mezclar los dos fueros: externo e interno. Además también es incompatible en
cuanto al tiempo de dedicación.
2ª) Consanguinidad con el Obispo hasta el cuarto grado.
▬▬▬

5.- La potestad de los Vicarios (c. 479): tienen potestad ejecutiva en el ámbito de ejercicio
de toda la diócesis. Al Vicario general le corresponde toda la potestad ejecutiva del Obispo
diocesano, pero con dos excepciones:

1ª.- Los actos que el Obispo se haya reservado.


2ª.- Aquellos actos que según el derecho requieran mandato especial del Obispo. En el CIC
17’ se establecía en cada caso. En el CIC 83’ se ha simplificado, y se hace por una fórmula general
(c. 134 § 3) para saber cuando se puede, no teniendo que ir caso por caso:

● “134 § 3. Cuanto se atribuye nominalmente en los cánones al Obispo diocesano en el ámbito


de la potestad ejecutiva, se entiende que compete solamente al Obispo diocesano y a aquellos
que se le equiparan según el can. 381 § 2, excluidos el Vicario general y episcopal, a no ser que
tengan mandato especial.”

Ej.: “c.515 § 2. Corresponde exclusivamente al Obispo diocesano erigir, suprimir o


cambiar las parroquias, pero no las erija, suprima o cambie notablemente sin
haber oído al consejo presbiteral.”

Ej.: “c.- 780 Cuiden los Ordinarios del lugar de que los catequistas se preparen
debidamente para cumplir bien su tarea, es decir, que se les dé una formación
permanente, y que conozcan bien la doctrina de la Iglesia y aprendan teórica y
prácticamente las normas propias de las disciplinas pedagógicas.”

Para llevar a cabo las tareas de estos ejemplos tendría que tener mandato especial. ¿Cómo se
otorga el mandato especial? Depende del Obispo, se puede hacer por mandato especial general, o
para un caso concreto. En Madrid el Obispo diocesano los nombra Vicarios con mandato especial
general para todos los casos.

▬▬▬

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6.- La Naturaleza de la potestad del Vicario: la potestad del Vicario general es potestad
ordinaria y vicaria (c. 131).

- Potestad ordinaria: va unida al oficio, no puede haber un Vicario sin potestad, pues se
recibe por el mismo oficio (no es delegada).

- Potestad vicaria: se ejerce en nombre de otro, en este caso en nombre del Obispo. El oficio
de Vicario participa de las funciones del Obispo. Esto no significa que los actos del Vicario no
pueden ser apelados al Obispo diocesano, los actos del vicario se imputan jurídicamente al Vicario,
por lo tanto se pueden recurrir al obispo los actos del Vicario.

7.- La pérdida del oficio de Vicario: los modos de pérdida aparecen en el c. 481:

● “c. 481. § 1. Cesa la potestad del Vicario general y del Vicario episcopal al cumplirse el tiempo
de su mandato, por renuncia y asimismo, quedando a salvo lo que prescriben los cann. 406 y
409, por remoción intimada por el Obispo o cuando vaca la sede episcopal.
§ 2. Suspendido de su cargo el Obispo diocesano, se suspende la potestad del Vicario
general y del Vicario episcopal, a no ser que sean Obispos.”

1º) Por cumplirse el tiempo de su mandato en el caso del Vicario episcopal, que se nombra
por unos años. El Vicario general no tiene porqué ser nombrado de modo temporal, normalmente se
nombra de forma permanente (y es obligatorio en el caso de ser Obispo Auxiliar).

2º) Por presentar renuncia por causa justa; requiere aceptación por parte del Obispo
diocesano.

3º) Por remoción intimada por el Obispo.

4º) Por Sede episcopal vacante. Para evitar actos nulos, el Código prorroga la potestad hasta
que el Vicario tenga noticia de la cesación temporal (c. 417)

El canon dice “quedando a salvo lo que prescriben los cc. 406 y 409”:

- El c. 406 se refiere a la obligatoriedad de nombrar Vicario general, o al menos


episcopal, al Obispo auxiliar.
- El c. 409 se refiere a la sede vacante, el Obispo auxiliar conserva las facultades
(mientras que los Vicarios presbíteros cesan).

5º) El § 2 indica otro modo de cesación de los Vicarios, por suspensión del Obispo
diocesano por una pena canónica. Es un caso excepcional, está en relación con la potestad del
Obispo, si falta los Vicarios la pierden.
▬▬▬
B) El Vicario Episcopal

1.- Constitución: no es un oficio de constitución obligatoria, se deja a la libre decisión del


Obispo (c. 476). Es un oficio de constitución facultativa, sin limitación en cuanto al número.

2.- El nombramiento y la remoción: corresponden al Obispo diocesano (c. 474) de manera


libre.

4.- Los requisitos para el nombramiento: son los mismos del Vicario general, la diferencia
está en la potestad (479 § 2).
5.- La naturaleza de la potestad: es la misma que para el Vicario general: ordinaria y
vicaria, la diferencia está en la extensión, la potestad del Vicario episcopal no se extiende a toda la

199
Derecho Canónico

diócesis o a todos los asuntos, sino sólo sobre un sector. Los criterios para la extensión de la
potestad del Vicario episcopal pueden ser:

1.- Territoriales.
2.- Por el asunto (ej.: económico).
3.- Por la persona, vicarías personales (ej.: vicario para la vida consagrada).

Exclusiones: las que el Obispo diocesano se reserve para sí, las que estén reservadas al
Vicario general, las que requieran mandato especial del Obispo diocesano.

6.- Los modos de pérdida del oficio: son los mismos que los del Vicario general (c. 481).

C) Relación entre los diversos Vicarios

Entre ellos no hay relación jerárquica, ni entre los Vicarios episcopales ni respecto al
Vicario general. La relación jerárquica existe frente al Obispo diocesano, pues son Vicarios del
Obispo diocesano.
Puesto que hay ámbitos comunes en los que las competencias son las mismas, para evitar
conflictos (al no haber subordinación jerárquica entre los vicarios) es imprescindible la
coordinación por parte del Obispo diocesano. La coordinación le corresponde al Obispo diocesano
porque es el superior jerárquico, y ha de ejercer su coordinación de manera que todos conozcan los
ámbitos de los demás para evitar contradicciones.
Para llevar a cabo esta coordinación el Obispo diocesano puede constituir un Consejo
episcopal: en el que se vean periódicamente todos los Vicarios para mantenerse informados entre
ellos, al tiempo que el Obispo diocesano puede ejercer su coordinación dando criterios.

● “c. 473 § 4. Para fomentar mejor la acción pastoral, puede el Obispo constituir, si lo considera
conveniente, un consejo episcopal, formado por los Vicarios generales y los episcopales.

El Consejo episcopal es facultativo, aunque en la práctica es el órgano consultivo más


importante del Obispo diocesano.
▬▬▬

Art. 2.
Del canciller y otros notarios, y de los archivos (cc. 482-491)

Leer estos cánones.

Art. 3.
Del consejo de asuntos económicos y del ecónomo (cc. 492-494)

Estas dos figuras trabajan en la administración de los bienes temporales de la diócesis.

- El Consejo de asuntos económicos: tiene función directiva.


- El Ecónomo: tiene potestad ejecutiva, es el que toma las decisiones (no tanto la
decisión como la ejecución).

La diferencia está también en que el Consejo de asuntos económicos es un organismo


colegial y el ecónomo es una persona.

A) Consejo de Asuntos Económicos (cc. 492 y 493)

1.- Constitución: Es un consejo de constitución obligatoria (c. 492 § 1), no hay obispo que
pueda prescindir de él.

200
2.- Composición: Consta al menos de tres miembros (en Madrid lo forman 15 personas)
designados libremente por el Obispo. El Obispo diocesano determina el número y los designa.
Pueden ser clérigos, religiosos o lacios, y también hombres o mujeres, no hay limitación.

3.- Requisitos: hay cuatro:

1º) Fieles católicos, en comunión con la Iglesia católica.

2º) Que sean expertos en la materia: economía y derecho civil.

3º) De probada integridad.

4º) Que no sean parientes del Obispo hasta el 4º grado de consanguinidad o de


afinidad.

4.- Nombramiento: se nombran por quinquenios, es decir, por un periodo de cinco años.
Transcurrido ese tiempo se pueden renovar, indefinidamente.

5.- Presidencia del Consejo: el Consejo de asuntos económicos está presidido por el
Obispo diocesano personalmente o a través de un delegado que podrá ser cualquier persona en que
delegue (c. 492 § 1).
El presidente no forma parte del Consejo sino que lo preside, por lo que no puede votar. Le
ofrece un parecer al Obispo diocesano y éste recibe el parecer. Votan sólo los consejeros, no el
Obispo diocesano ni el presidente delegado si lo hubiera. Si el Obispo diocesano delega la
presidencia en uno de ellos, en ese caso sí vota, porque era miembro del Consejo.

6.- Competencias:

1) Hacer presupuesto anual de ingresos y gastos.

2) Aprobar a fin de año las cuentas.

3) Funciones determinadas en el Libro V: ofrecer un dictamen al Obispo en los casos


determinados por el derecho. Hay casos obligatorios y otros que no lo son:

- La opinión: o mera consulta, cuando se pide la opinión, el Obispo diocesano


queda libre de seguir o no el parecer del Consejo, el código dirá: “oído el
parecer”. Ej.: c. 494 § 1.

-El consentimiento: es una consulta vinculante, cuando el Código exige el


consentimiento del Consejo de asuntos económicos, el Obispo no queda libre
para actuar en contra. Se trata de actos económicos de gran envergadura. Ej.:
al final del c. 1277.
Se actúa a tenor del c. 127, si el Consejo dice que no a algo y el
Obispo diocesano quiere hacerlo tiene que acudir a la Santa Sede, es un
mecanismo para evitar que el Obispo diocesano pueda actuar en contra de los
intereses económicos de la diócesis.
B) El Ecónomo diocesano (c. 494)

1.- Constitución: es un oficio de constitución obligatoria en cada diócesis.

2.- El nombramiento corresponde al Obispo diocesano, “habiendo oído” previamente a dos


órganos diocesanos: el Consejo de asuntos económicos y el consejo de consultores. Se le nombra

201
Derecho Canónico

por quinquenios, y se le puede renovar indefinidamente. Durante el quinquenio no debe ser


removido si no es por causa grave que el Obispo tiene que ponderar habiendo oído al Colegio de
Consultores y al Consejo de asuntos económicos.

3.- Las cualidades del ecónomo son dos:

1º) Verdaderamente experto en materia económica.

2º) De reconocida honradez.

Puede ser laico, varón o mujer.

4.- Funciones: (c. 494 §3 y §4) es un oficio consultivo, no es un cargo de potestad.

● “c. 494.- § 3. Corresponde al ecónomo, de acuerdo con el modo determinado por el consejo de
asuntos económicos, administrar los bienes de la diócesis bajo la autoridad del Obispo y, con
los ingresos propios de la diócesis, hacer los gastos que ordene legítimamente el Obispo o
quienes hayan sido encargados por él.
§ 4. Al final de año, el ecónomo debe rendir cuentas de ingresos y gastos al consejo
de asuntos económicos.”
▬▬▬

CAPÍTULO III
Del consejo presbiteral y del colegio de consultores (c. 495-502)

Estos organismos no pertenecen a la Curia diocesana

A) El Consejo presbiteral

Es una institución creada por el Concilio Vaticano II, en la PO 7:

«Oigan [los Obispos] de buena gana [a los presbíteros] y aun consúltenlos y dialoguen con
ellos sobre las necesidades del trabajo pastoral y el bien de la diócesis. Ahora bien, para que esto
se lleve a efecto, constitúyase, de manera acomodada a las circunstancias y necesidades actuales...
una junta o senado de sacerdotes representantes de la agrupación de todos ellos, que con sus
consejos puedan ayudar eficazmente al Obispo en el gobierno de la diócesis». Documentos de
aplicación del Concilio, como el mar. Ecclesiae Sanctas I, 15, dieron forma a este precepto. La
CC, en su circular Presbítero sacra, 11 abr. 1970 (EV 3/2449-2476), resumía y evaluaba la
experiencia, recordaba a los reticentes la obligación de crearlo y animaba a todos a aprovechar
sus virtualidades prácticas y su fuerza de «signo de la comunión jerárquica». Le reservaba,
además, en exclusiva, el título de «senado del Obispo en el gobierno de la diócesis».En la base de
este consejo no está ni una concesión paternalista a los presbíteros, ni un contrapeso democrático
a la autoridad del Obispo, ni siquiera la genérica ayuda que puede prestar a un gobierno prudente.
Su raíz es teológica: un mismo ministerio vincula sacramentalmente a Obispos y presbíteros, una
misma misión reclama su unidad. Y el resultado será proveer mejor al bien pastoral de la porción
del pueblo de Dios que se ha encomendado al Obispo.” Presbiterorum ordinis 7
PO 7 manifiesta las relaciones entre el Obispo diocesano y los presbíteros en el ámbito del
gobierno de la diócesis. Dice que los obispos debe escuchar de buena gana a los presbíteros, ha de
instituirse una junta o senado de sacerdotes representante del presbiterio que con sus consejos ayude
al Obispo en el gobierno de la diócesis (presbíteros = colaboradores del obispo).

1.- Noción, naturaleza y función: (c. 495)

● “c. 495 § 1. En cada diócesis debe constituirse el consejo presbiteral, es decir, un grupo de
sacerdotes que sea como el senado del Obispo, en representación del presbiterio, cuya misión

202
es ayudar al Obispo en el gobierno de la diócesis conforme a la norma del derecho, para proveer
lo más posible al bien pastoral de la porción del pueblo de Dios que se le ha encomendado.
§ 2. En los vicariatos apostólicos y prefecturas apostólicas, el Vicario o el Prefecto
deben constituir un consejo al menos de tres presbíteros misioneros, de los que reciba el
parecer, incluso por carta, en los asuntos más graves.”

El c. 495 lo llama consejo presbiteral, es un organismo meramente consultivo, de carácter


representativo. Tiene la función de ayudar al Obispo en el gobierno de la diócesis.
El CIC en ocasiones impone al Obispo diocesano la consulta, habitualmente todas las
cuestiones importantes las consulta, ej.: c. 461 § 1, sobre la convocatoria del Sínodo diocesano, es
consulta obligatoria.
Pero la consulta no es vinculante, no hay ningún asunto en el que el CIC imponga el
consentimiento del Consejo presbiteral.

2.- Composición

Tiene que reflejar el carácter representativo del presbiterio, hay tres vías de participación (c.
497):
1) Elección: la mitad aproximadamente ha de ser elegida libremente por los propios
sacerdotes de la diócesis. El Obispo determina el número exacto.

2) Miembros natos: en función del oficio que desempeñan en la diócesis. Esos


oficios los dice el Estatuto del Consejo presbiteral. En Madrid son los Vicarios, el
Rector del Seminario y el Presidente del Cabildo Catedral.

3) Libre designación del Obispo diocesano: la realiza una vez que conoce el
resultado de la elección.

Respecto a la elección (c. 498 § 1): sólo los sacerdotes tienen derecho de elección, tanto
activo como pasivo:

1) Todos los sacerdotes seculares incardinados en la diócesis tienen derecho de


elección activo y pasivo.

2) Sacerdotes seculares no incardinados y miembros de institutos de vida


consagrada:
- Que residan en la diócesis.

- Que ejerzan algún oficio en bien de la diócesis. Se planteó la


cuestión sobre si el oficio tiene que ser encomendado por el
Obispo diocesano o en sentido más amplio. El CIC no concreta,
habrá que ver los Estatutos del Consejo presbiteral de cada
diócesis (en Madrid es necesario tener nombramiento por parte
del Obispo).
3.- Tiempo por el que se nombran (c. 501 § 1)

Los nombramientos para el Consejo presbiteral son temporales, se renueva periódicamente.


El tiempo de renovación tiene que estar en los estatutos. El tiempo máximo de renovación del
Consejo o parte de él es de 5 años. En Madrid se renueva cada 3 años.

4.- Número de miembros

El número no debe ser muy reducido para que sea representativo, ni excesivamente amplio
porque no sería operativo. En Madrid es de 50 miembros.

203
Derecho Canónico

5.- Frecuencia de Reunión

Se reúnen cuando los convoca el Obispo diocesano. En Madrid se reúne tres veces al año. El
orden del día en Madrid lo elabora una parte de los miembros del Consejo: 6 sacerdotes.

6.- Competencias del Obispo (c. 500)

Corresponde al Obispo diocesano:


- La convocatoria.
- La presidencia (personal o delegada).
- Determinar las cuestiones que deben tratarse o aceptar las que le propongan los
miembros.

El Consejo presbiteral sólo tiene voto consultivo, nunca puede proceder al margen del
Obispo diocesano o sin su presidencia (personal o delegada).

Los temas a tratar son temas que afectan a toda la diócesis (no sólo a los presbíteros).

7.- Situaciones especiales (c. 501), son dos:

1) Sede diocesana vacante: cesa el consejo presbiteral. Las funciones las cumple el Colegio
de Consultores. El Obispo diocesano nuevo debe constituirlo en el plazo máximo de 1 año a partir
del momento en que haya tomado posesión.

2) Funcionamiento abusivo o irregular del Consejo presbiteral: el Obispo diocesano lo puede


disolver previa consulta al Metropolitano (Arzobispo de la provincia). Si se trata de la misma Sede
Metropolitana, ha de consultar al Obispo sufragáneo24 más antiguo. Puede disolverlo tras la
consulta, pero constituirlo de nuevo en el plazo de un año.

B) Colegio de Consultores (c. 502)

1.- Naturaleza y Composición:

Fue establecido por el CIC 83’. Es un organismo de constitución obligatoria. Es un colegio


de sacerdotes, miembros nombrados por el Obispo diocesano por medio de designación directa y
libre, con dos limitaciones:

1) Tiene que nombrarlos de entre los miembros del Consejo presbiteral.


2) El número de miembros no puede ser inferior a 6 ni superior a 12 (En Madrid son 9).
2.- Tiempo de nombramiento

El tiempo de nombramiento de los miembros del Colegio de Consultores es de 5 años, pero


al cumplirse el quinquenio hay una prórroga por la que sigue ejerciendo sus funciones propias en
tanto no se constituye un nuevo colegio.

3.- Relación con el Consejo presbiteral

Al principio, los miembros del Colegio de Consultores proceden del Consejo presbiteral,
pero ¿qué pasaría si uno de los miembros del Colegio de Consultores deja de ser miembro del
Consejo presbiteral? ¿Sigue siendo miembro del Colegio de Consultores? Como los plazos son
distintos ocurre con frecuencia, por ello se hizo una consulta a la Comisión de interpretación del
Código, la cual respondió con fecha del 11 de julio de 1984. La respuesta fue afirmativa, el
miembro del Colegio de Consultores, aunque deje de formar parte del Consejo presbiteral, puede
24
Obispo sufragáneo: El de una diócesis que con otra u otras compone la provincia del metropolitano.
204
continuar siendo miembro del Colegio de consultores. La relación sólo está en el origen, luego, son
autónomos.

4.- Funciones

a) En Sede plena (cuando el Obispo diocesano está ejerciendo su función): tiene funciones
de tipo consultivo, de asesoramiento al Obispo en el gobierno de la diócesis, el cual puede
consultarle cualquier asunto.
Hay algunos asuntos de consulta obligatoria, es el caso de aquellos referentes a la economía
de la diócesis, para los cuales también se ha de consultar al Consejo de asuntos económicos. La
razón es la diversa perspectiva desde la que enfocan la cuestión económica:

- El Consejo de asuntos económicos: desde el punto de vista técnico. Está formado por
miembros con conocimientos en Economía y derecho civil (la mayoría son laicos).
- El Colegio de consultores: desde el punto de vista de la pastoral. Todos los miembros son
sacerdotes.

El criterio de consulta se basa en la cuantía, habiendo de consultar aquellos actos


económicos que se consideran de administración extraordinaria:

- Aquellos que superan los 60.000 € : requieren el consentimiento de los dos


organismos para poder realizarse.
- Si el acto económico supera los 600.000 € : hará falta también la licencia de la
Santa Sede para poderlo realizar. De lo contrario el acto sería inválido.

Todas estas cláusulas afectan a la validez, de lo contrario los bienes no han pasado, siguen
siendo de la persona que los tenía (ej.: donaciones con cargas que tiene que pagar el que los recibe –
una donación sin cargas no se puede rechazar sin permiso del Obispo–).

b) En Sede vacante las funciones son las siguientes:

1) Elegir al Administrador diocesano (a tenor del c. 127).

2) Funcionar como Consejo presbiteral (c. 501 § 2), ya que éste cesa.

3) El Colegio de Consultores interviene en el nombramiento del Obispo diocesano,


en la medida en que son consultados por el legado pontificio. Intervienen
personalmente pero en cuanto miembros del Colegio de Consultores.
4) Interviene en la toma de posesión del Obispo diocesano (382 § 3). Consiste en
mostrar las letras apostólicas (nombramiento) al Colegio de Consultores.

5) En sede vacante, el Administrador diocesano necesita el consentimiento del


Colegio de Consultores para ciertas decisiones, ej.: para la incardinación y
excardinación de un clérigo el Administrador diocesano necesita la aprobación del
Colegio de Consultores (c. 272).

CAPÍTULO IV
De los cabildos de canónigos (c. 503-510)

1.- Concepto (c. 503)

Es un Colegio de sacerdotes, vinculado a la Iglesia catedral.

2.- Funciones

205
Derecho Canónico

Históricamente tuvo unas funciones importantísimas en el gobierno de la diócesis, hasta el


Concilio Vaticano II desempeñaba tres funciones:
- Función litúrgica: celebrar el culto en la Iglesia catedral.
- Función consultiva: toda la función consultiva de la diócesis residía en ellos.
- Función en sede vacante: el Cabildo catedral asumía el gobierno de la diócesis y
elegía un Vicario capitular (no había Administrador diocesano).

Actualmente, el Cabildo catedral se ha reestructurado, y se han cambiado las funciones


porque han surgido otros organismos consultivos:

- El Cabildo catedral ha perdido la función de asesoramiento como tal, el Obispo puede


consultar a quien quiera. Esa función ha pasado al Colegio de Consultores y al Consejo presbiteral
(que no existían antes del Concilio Vaticano II). Estas nuevas instituciones tienen la ventaja de ser
organismos representativos del presbiterio (en el caso del Consejo presbiteral) mientras que el
Cabildo no es representativo.

- También ha perdido la función de gobierno de la diócesis en sede vacante, y la función de


elegir al que va a estar al frente de la diócesis (hoy en día lo hace el Colegio de Consultores).

● Les queda sólo la Función litúrgica: celebrar la liturgia solemne en la Iglesia catedral.

● “c. 503.- El cabildo de canónigos, catedralicio o colegial, es un colegio de sacerdotes, al que


corresponde celebrar las funciones litúrgicas más solemnes en la iglesia central o en la
colegiata; compete además al cabildo catedralicio cumplir aquellos oficios que el derecho o el
Obispo diocesano le encomienden.”
▬▬▬

Para no hacer el cambio de competencias del Cabildo al Colegio de Consultores de manera


demasiado drástica está previsto que pueda seguir ejerciendo el Cabildo sus funciones, dependiendo
de lo que decida la Conferencia Episcopal. Depende de cada Conferencia Episcopal, en España la
CEE optó por el Colegio de Consultores.

● “c. 502.- § 3. La Conferencia Episcopal puede establecer que las funciones del colegio de
consultores se encomienden al cabildo catedralicio.”

▬▬▬
Cuando el Código utiliza la expresión “oído el cabildo” significa que es consulta obligatoria
al cabildo. El hecho de consultar siempre afecta a la validez del acto. Se puede prescindir del
parecer de los consultores, pero hay que consultar (c.127).

3.- Los miembros del cabildo

En cuanto a las cualidades que tienen que tener aparecen en el c. 509 §2.

● “c. 509 § 2. El Obispo debe conferir las canonjías tan sólo a sacerdotes que, destacando por
su doctrina e integridad de vida, hayan desempeñado meritoriamente su ministerio.”

El código no prescribe un número determinado, queda a juicio del Obispo diocesano. Esto
suele estar en los estatutos del cabildo. En Madrid tiene un número mínimo de 16. Los
nombramientos necesitan ser aprobados por el Obispo.

▬▬▬

En el cabildo aparecen dos oficios o funciones por derecho común, luego los estatutos
pueden establecer más (canónigo magisterial, doctoral o canónico, lectoral, etc.):
206
1) El oficio de presidente del cabildo: es un primero entre iguales, no tiene autoridad sobre
los demás.

● “c. 507 § 1. Ha de haber entre los canónicos uno que presida el cabildo, y se designarán
también otros oficios de acuerdo con los estatutos, teniendo asimismo en cuenta el uso vigente
en la región.”
▬▬▬

2) El canónigo penitenciario: si no hay cabildo tiene que haber un sacerdote con esta
función. Dicha función consiste en absolver en el fuero sacramental (dentro de la confesión) las
censuras (penas canónicas) de los cánones 1331-1333: excomunión, entredicho y suspensión.

● “c. 508 § 1. El canónigo penitenciario, tanto de iglesia catedral como de colegiata, tiene, en
virtud del oficio, la facultad ordinaria, no delegable, de absolver en el fuero sacramental de las
censuras latae sententiae no declaradas, ni reservadas a la Santa Sede, incluso respecto de
quienes se encuentren en la diócesis sin pertenecer a ella y respecto a los diocesanos, aun
fuera del territorio de la misma.
§ 2. Donde no exista cabildo, el Obispo diocesano pondrá un sacerdote para que
cumpla la misma función.”

- La excomunión y el entredicho prohíben recibir los sacramentos (no sólo celebrar en el


caso de ser sacerdote).
- La suspensión es la prohibición de celebrar los sacramentos por parte de los sacerdotes
(pero sí pueden recibirlos).

El canónigo penitenciario no puede absolver todas las censuras, sólo las latae sententiae, en
las que se incurre automáticamente por cometer el delito correspondiente. Las otras censuras son
ferendae sententiae, las cuales necesitan un acto de la autoridad que imponga la pena.

La pena latae sententiae no necesita de investigación de la autoridad, y es este tipo de


censuras las que el canónigo puede levantar: aquellas no declaradas (lo que quiere decir que no ha
habido un acto de la autoridad) y las que no estén reservadas a la Santa Sede. Con todos estos
requisitos el penitenciario puede levantar la pena.
Ej.: “c. 1398.- Quien procura el aborto, si éste se produce, incurre en excomunión
latae sententiae.”

El Canónigo penitencial puede absolver esta pena.

Ej.: “c. 1367.- Quien arroja por tierra las especies consagradas, o las lleva o retiene
con una finalidad sacrílega, incurre en excomunión latae sententiae reservada a
la Sede Apostólica; el clérigo puede ser castigado además con otra pena, sin
excluir la expulsión del estado clerical.

El Canónigo no puede absolver esta pena porque está reservada a la


Sede Apostólica. El delito es la profanación, queda excluida de la
facultad del penitenciario.

Mientras que la Santa Sede y el Obispo diocesano pueden delegar esta función por ser un
acto de jurisdicción, el Canónigo penitenciario no puede delegar porque no tiene jurisdicción.

Hace falta la remisión de la censura antes de dar la absolución. Puede haber otros sacerdotes
delegados por el obispo para remitir censuras (no muchos), por ej.: los Superiores de institutos
religiosos.

207
Derecho Canónico

El canónigo penitenciario sólo puede remitir censuras latae sententiae no declaradas, las
públicas necesitan de una remisión pública.
▬▬▬

CAPÍTULO V
Del Consejo Pastoral (c. 511-514)

1.- Naturaleza y función

El Consejo Pastoral es una institución del CIC 83’, con sus raíces en el Concilio Vaticano II
que explicita ese deseo en el Decreto Christus Dominus 27, último párrafo:

“Es muy de desear que se establezca en la diócesis un consejo especial de pastoral,


presidido por el Obispo diocesano, formado por clérigos, religiosos y seglares
especialmente elegidos. El cometido de este consejo será investigar y justipreciar todo lo
pertinente a las obras de pastoral y sacar de ello conclusiones prácticas.” CD 27

El concilio dice que su función será sopesar y estudiar las obras pastorales, y sacar de ese
estudio conclusiones prácticas.

El código lo recoge en el c. 511:

● “c. 511.- En la medida en que lo aconsejen las circunstancias pastorales, se constituirá en


cada diócesis un consejo pastoral, al que corresponde, bajo la autoridad del Obispo, estudiar y
valorar lo que se refiere a las actividades pastorales en la diócesis, y sugerir conclusiones
prácticas sobre ellas.”

Configurado como un colegio (grupo de personas) de constitución facultativa, no es


preceptivo (a diferencia del Colegio consultivo). No se le impone al Obispo pero se ha constituido
casi en todas las diócesis.

Está bajo la autoridad del Obispo diocesano, para estudiar lo referido a las cuestiones
pastorales de la diócesis y ofrecer conclusiones prácticas al Obispo (CD 27).

▬▬▬
2.- Composición (c. 512)

Está formado por clérigos, religiosos y laicos, una representación de toda la Iglesia
diocesana (el Consejo presbiteral es representativo sólo de los clérigos). La mayor parte del Consejo
pastoral deben ser laicos (c. 512 § 2), pues la mayoría de los miembros de la Iglesia diocesana son
laicos.

● “c. 512 § 2. Los fieles que son designados para el consejo pastoral deben elegirse de modo
que a través de ellos quede verdaderamente reflejada la porción del pueblo de Dios que
constituye la diócesis, teniendo en cuenta sus distintas regiones, condiciones sociales y
profesionales, así como también la parte que tienen en el apostolado, tanto personalmente
como asociados con otros.”

3.- Requisitos

● “c. 512 § 1. El consejo pastoral se compone de fieles que estén en plena comunión con la
Iglesia católica, tanto clérigos y miembros de institutos de vida consagrada como sobre todo
laicos, que se designan según el modo determinado por el Obispo diocesano.
§ 3. Para el consejo pastoral deben designarse sólo fieles que destaquen por su fe
segura, buenas costumbres y prudencia.”

208
El número y modo de designación debe ser determinado por el Obispo diocesano. La
indicación del c. 512 § 2 es que sea representativo de toda la diócesis, lo cual afecta tanto al número
(debe ser suficiente) como al modo de participar. Para saberlo en concreto hay que acudir a los
Estatutos del Consejo Pastoral.
En Madrid hay muchos miembros natos (Vicarios episcopales), miembros elegidos por el
Consejo Diocesano de Laicos (que hay en Madrid representando movimientos y asociaciones
laicales), y miembros de las Vicarías (por designación del Vicario).

4.- Competencia del Obispo diocesano

● “c. 514 § 1. Corresponde exclusivamente al Obispo diocesano, según las necesidades del
apostolado, convocar y presidir el consejo pastoral, que tiene sólo voto consultivo; corresponde
también únicamente al Obispo hacer público lo tratado en el consejo.”

- Convocatoria.
- Elección de los asuntos sobre los que se hace la consulta.
- Presidencia.
- Hacer público lo tratado (para el resto de los miembros es secreto).

El voto del consejo es consultivo, el Obispo queda libre para seguir o no el parecer del
Consejo.
▬▬▬

5.- En Sede vacante (c. 513)

Cesa el Consejo de Pastoral, igual que el Consejo presbiteral.

CAPÍTULO VI
De las parroquias, de los párrocos y de los vicarios parroquiales (c. 515-552)

1.- La Parroquia (c. 515)

1) La primera noción para su definición es el elemento pastoral. La parroquia es una


determinada comunidad de fieles. No es una estructura jurídica, ni un territorio, ni un edificio. Es
una comunidad de fieles. La división de las diócesis en parroquias es una división obligatoria, a
diferencia de los arciprestazgos (c. 374 § 1).

2) El segundo criterio de determinación de la comunidad es el criterio territorial (c. 518),


como norma general la parroquia ha de ser territorial, comprende a todos los fieles de un territorio
determinado. Es el criterio preferente.

Se pueden constituir parroquias personales donde convenga, pero es la excepción. Lo decide


el Obispo diocesano, la parroquia personal puede ser en razón del rito, del idioma, de la
nacionalidad de los fieles, etc.

3) La estabilidad: se erigen de modo indefinido, pero que sean estables no significa que
sean perpetuas, se pueden suprimir pero cuando se constituyen no se prevé su supresión.

4) El gobierno: está gobernada por el párroco, es una comunidad organizada


jerárquicamente. Se le encomienda al párroco como pastor propio, la autoridad del párroco la ejerce
bajo la guía del Obispo.

209
Derecho Canónico

5) Personalidad jurídica: toda parroquia tiene personalidad jurídica por el propio derecho.
Quiere decir que puede adquirir bienes que no son de la diócesis sino de las parroquias, y ser
administrados por el párroco, no por el Obispo.

6) En cuanto a la supresión o modificación, en el c. 515 § 2 aparece una función del


Colegio presbiteral, el Obispo diocesano debe oír al Consejo presbiteral antes de suprimir una
parroquia.
La modificación se refiere al cambio de límites, la autoridad corresponde al Obispo
diocesano.

2.- El oficio de párroco

1) Requisitos:

- El primer requisito (c. 520 § 1) es que no sea párroco una persona jurídica. El párroco tiene
que ser siempre una persona física, ej.: no puede serlo un instituto de vida consagrada (aunque el
párroco sea miembro de un instituto).

- A un instituto de vida consagrada se le puede encomendar una parroquia, pero tiene que
nombrarse párroco a un miembro de esa comunidad, con carácter fijo y estable. Cuando se le
encomienda significa que el párroco tiene que ser siempre un religioso de ese instituto, y el
procedimiento par el nombramiento está en el c. 682:

- El nombramiento del párroco lo hace el Obispo diocesano pero hace falta el


consentimiento del superior. Puede ser a modo de previa presentación o de
asentimiento a la iniciativa del Obispo diocesano. Han de ver el tiempo de
oficio, las condiciones canónicas, etc.
- La remoción puede ser hecha tanto por el Obispo diocesano como por el
superior, y no se necesita el consentimiento de la otra autoridad (el superior
lo puede remover aunque el Obispo diocesano no quiera y al revés).

- Hay un requisito de validez: que sea presbítero (c. 521 § 1).

- En tierras de misión: puede haber parroquias sin párrocos, de manera que se puede
encomendar una participación en el ejercicio de la cura pastoral de la parroquia (colaboración) a un
laico, a un diácono o a una comunidad, bajo la dirección pastoral de un sacerdote dotado de las
potestades propias del párroco (c. 517 § 2). También cabe la posibilidad de nombrar un párroco
para varias parroquias cercanas (c. 526 § 1)

- Las cualidades de idoneidad: están en el c. 521 § 2:

● “c. 521 § 2. Debe destacar además por su sana doctrina y probidad moral, estar dotado de
celo por las almas y de otras virtudes, y tener las cualidades que se requieren, tanto por
derecho universal como particular, para la cura de la parroquia de que se trate.
§ 3. Para que alguien sea designado para el oficio de párroco es necesario que conste
con certeza su idoneidad según el modo establecido por el Obispo diocesano, incluso mediante
un examen.”

La idoneidad tiene que ser cierta y el juicio lo hace el Obispo diocesano.

▬▬▬

Los medios para verificar la idoneidad están en el c. 524:

● “c. 524.- El Obispo diocesano debe encomendar la parroquia que haya quedado vacante a
aquel que, ponderadas todas las circunstancias, considere idóneo para desempeñar en ella la
210
cura parroquial, dejando de lado cualquier acepción de personas; para juzgar sobre la
idoneidad, oiga al arcipreste y realice las investigaciones oportunas, pidiendo parecer, si el caso
lo aconseja, a algunos presbíteros y fieles laicos.”

- Debe oír al arcipreste.


- Realizar las investigaciones oportunas.
- Debe pedir el parecer (si el caso lo aconseja) a algunos presbíteros y fieles laicos
de la parroquia (facultativo).
- Hacer un examen (facultativo).
- No hacer acepción de personas.
▬▬▬
2) Provisión del Oficio:

● “c. 523.- Quedando a salvo lo prescrito en el can. 682, § 1, la provisión del oficio de párroco
compete al Obispo diocesano, mediante libre colación, a no ser que alguien goce del derecho de
presentación o de elección.”

Corresponde al Obispo diocesano por libre colación, a no ser que alguien goce del derecho
de presentación o de elección (ej.: en el caso de una parroquia encomendada a un Instituto religioso,
el Superior puede tener derecho de presentación).

El nombramiento de párroco se hace por un Decreto. El Administrador diocesano sólo puede


nombrar párrocos si lleva un año la sede vacante (c. 525). Sí puede enviar sacerdotes que atiendan
la parroquia pero no párrocos.
▬▬▬
3) El oficio de Párroco

Es un oficio que requiere estabilidad (c. 522):

● “c. 522.- Debe el párroco tener estabilidad, y por tanto debe ser nombrado por tiempo
indefinido; sólo puede ser nombrado por el Obispo diocesano para un tiempo determinado, si
este modo de proceder ha sido admitido mediante decreto por la Conferencia Episcopal.”

La estabilidad viene exigida por el bien pastoral de los fieles (para que los fieles se
acostumbren a su pastor). El Párroco debe ser nombrado por tiempo indefinido como norma
general. Se admite que pueda ser nombrado por un tiempo determinado como excepción, si este
modo de proceder ha sido admitido por la Conferencia Episcopal.

En España se nombran párrocos por un plazo no inferior a 6 años, la CEE deja libertad a
cada obispo, luego dependerá del Obispo diocesano hacer o no el nombramiento por tiempo
indeterminado, con tal que el límite temporal no sea inferior a 6 años. En Madrid hasta hace poco se
nombraba Párrocos para 8 años, ahora para un tiempo indeterminado.

▬▬▬

La diferencia es importante de cara a la remoción del oficio. Si se hace el nombramiento por


tiempo indeterminado, la remoción ha de ser a través de un acto del Obispo. En ese caso, el Obispo
no es completamente libre para removerlo contra la voluntad del Párroco, y tiene que seguir un
proceso canónico (cc. 1740-1752) y si no el Párroco permanece en el oficio. Si el oficio es
determinado por años, el cargo cesa al pasar el tiempo.

Las causas por las que un Párroco puede ser removido han de ser valoradas por un consejo
de párrocos, c. 1741:

● “c. 1741.- Las causas por las que un párroco puede ser legítimamente removido de su
parroquia son principalmente las siguientes:

211
Derecho Canónico

1.º un modo de actuar que produzca grave detrimento o perturbación a la comunión


eclesiástica;
2.º la impericia o una enfermedad permanente mental o corporal, que hagan al párroco
incapaz de desempeñar útilmente sus funciones;
3.º la pérdida de la buena fama a los ojos de los feligreses honrados y prudentes o la
aversión contra el párroco, si se prevé que no cesarán en breve;
4.º la grave negligencia o transgresión de los deberes parroquiales, si persiste después
de una amonestación;
5.º la mala administración de los bienes temporales con daño grave para la Iglesia,
cuando no quepa otro remedio para este mal.

▬▬▬
4) Toma de posesión (c. 527)

La toma de posesión es necesaria para la cura pastoral, 527:

● “c. 527 § 1. Quien ha sido promovido para llevar la cura pastoral de una parroquia, la obtiene
y está obligado a ejercerla desde el momento en que toma posesión.
§ 2. Otorga la posesión al párroco el Ordinario del lugar o un sacerdote delegado por
éste, según el modo recibido por ley particular o costumbre legítima; sin embargo, puede el
mismo Ordinario, con justa causa, dispensar de la observancia de ese modo, en cuyo caso la
notificación de la dispensa hace las veces de la toma de posesión.
§ 3. El Ordinario del lugar determinará el tiempo dentro del cual debe tomarse
posesión de la parroquia; y si éste transcurre sin efecto, faltando un impedimento justo, puede
declarar vacante la parroquia.”

Es otorgada por el Ordinario del lugar (el Obispo diocesano o los vicarios episcopales), o un
sacerdote delegado por el Ordinario del lugar (c. 527 § 2).

El modo (c 527 § 2) viene recibido por ley particular o costumbre legítima. Por causa justa
se puede dispensar de la observancia de este modo y en ese caso la dispensa hay que notificarla para
que el párroco pueda tomar posesión. La parroquia lo tiene que saber públicamente, y tiene que
saber que tiene la autoridad necesaria para ejercer sus funciones. Además de la toma de posesión
tiene que realizar la profesión de fe (c. 833 n.6º).

▬▬▬
5) Cesación (c.538)

Las causas son las siguientes:

1ª.- Renuncia o traslado: conforme a la norma del derecho (cc. 1740-1742).

2ª.- Renuncia presentada por el párroco por causa justa: no tiene validez hasta ser aceptada
por el Obispo.

3ª.- Cesación por transcurso de tiempo: cuando el nombramiento se hace por tiempo
determinado en caso de que la Conferencia Episcopal lo permita.

El c.538 § 3 ruega al Párroco que presente la renuncia al cumplir los 75 años de edad, y él
verá si lo mantiene o no en el oficio. Para que la renuncia sea válida tiene que ser libre.

Para remover a un religioso, la remoción puede ser a iniciativa del Obispo o del propio
Superior, aunque no estén de acuerdo ambas autoridades (538 § 2).

6) Vacante del oficio parroquial (c. 539-541)

212
El Obispo diocesano nombra Administrador parroquial a un presbítero que suple al Párroco,
pero es una situación provisional transitoria, a la espera de nombrar Párroco. El Administrador
parroquial tiene los mismos deberes y derechos que el Párroco (c. 540), es decir: confesar, celebrar
matrimonios, etc. Cuando se nombre Párroco el Administrador parroquial tiene que rendir cuentas
al Párroco de todo lo que ha hecho.

¿Qué sucede si la parroquia está vacante y no hay Administrador parroquial? (c. 541) El
régimen de la Parroquia lo asume el Vicario parroquial, si son varios el más antiguo por su
nombramiento.
En caso de que no haya Vicarios parroquiales, el párroco que determine el derecho
particular. En Madrid el derecho particular determina que sea el Arcipreste, hasta que el Obispo
diocesano nombre Administrador parroquial. Si el derecho particular no dijera nada tendrá que
resolver el Obispo diocesano.

7) Funciones del Párroco como pastor propio de la Parroquia

Las funciones del Párroco en la parroquia corresponden a las tres munera: santificar, enseñar
y gobernar.
- Función de santificar

1º) El Párroco debe promover la santidad de los fieles a través de la administración de los
sacramentos (c. 528 § 2), en especial el sacramento de la Eucaristía y de la Penitencia. El Párroco es
el moderador de la celebración litúrgica, el responsable aunque no sea el que celebre, debe vigilar
para que no se introduzcan abusos.

2º) El Párroco tiene la obligación de aplicar la Misa por el pueblo (c. 534), la celebración de
la Eucaristía ofrecida por todos los fieles de la Parroquia:

● “c. 534 § 1. Una vez que ha tomado posesión de la parroquia, el párroco está obligado a
aplicar la Misa por el pueblo a él confiado todos los domingos y fiestas que sean de precepto en
su diócesis; quien se encuentre legítimamente impedido para hacerlo, la aplicará esos mismos
días por medio de otro, u otros días personalmente.
§ 2. Los días indicados en el § 1, el párroco a quien haya sido confiada la cura de
varias parroquias, tiene obligación de aplicar una sola Misa por todo el pueblo que se le
encomienda.
§ 3. El párroco que hubiera incumplido la obligación de la que se trata en los § § 1 y
2, debe aplicar cuanto antes por el pueblo tantas Misas cuantas haya omitido.”

La obligación surge desde el momento en que toma posesión de la Parroquia. Los días son
los domingos y fiestas de precepto en la diócesis. Es una obligación personal, debe ser él quien
celebre esa Misa y aplicarla por el pueblo. En caso de encontrarse legítimamente impedido, tiene
dos posibilidades:
- Puede delegar en otro presbítero.
- Puede aplicarla otro día entre semana.

El § 3 dice que es una obligación grave, no prescribe con el paso del tiempo, y es una
obligación que no es cumulativa. No puede acumularlas en una sola Misa, sólo se ofrece una Misa
por intención de este tipo, podrá ofrecerla también por otra cosa pero sin recibir estipendio. En esta
Misa no se recibe estipendio.
▬▬▬
3º) El Párroco tiene el derecho de realizar él las funciones que le son especialmente
encomendadas:

● “c. 530 Son funciones que se encomiendan especialmente al párroco las siguientes:
1.º la administración del bautismo;

213
Derecho Canónico

2.º la administración del sacramento de la confirmación a quienes se encuentren en


peligro de muerte, conforme a la norma del can. 883, n. 3;
3.º la administración del Viático y de la unción de los enfermos sin perjuicio de lo que
prescribe el can. 1003 § § 2 y 3; asimismo, impartir, la bendición apostólica;
4.º la asistencia a los matrimonios y bendición nupcial;
5.º la celebración de funerales;
6.º la bendición de la pila bautismal en tiempo pascual, la presidencia de las procesiones
fuera de la iglesia y las bendiciones solemnes fuera de la iglesia;
7.º la celebración eucarística más solemne los domingos y fiestas de precepto.

Que sean funciones parroquiales no quiere decir que sean exclusivas, pero son
especialmente encomendadas a él, y se acentúa la especial responsabilidad del Párroco.

No se pueden realizar en otras iglesias no parroquiales, a no ser con permiso del Párroco.

La administración de la confirmación le corresponde en peligro de muerte.


▬▬▬
- Función de enseñar

● “c. 528 § 1. El párroco está obligado a procurar que la palabra de Dios se anuncie en su
integridad a quienes viven en la parroquia; cuide por tanto de que los fieles laicos sean
adoctrinados en las verdades de la fe, sobre todo mediante la homilía, que ha de hacerse los
domingos y fiestas de precepto, y la formación catequética; ha de fomentar las iniciativas con
las que se promueva el espíritu evangélico, también por lo que se refiere a la justicia social;
debe procurar de manera particular la formación católica de los niños y de los jóvenes, y
esforzarse con todos los medios posibles, también con la colaboración de los fieles, para que el
mensaje evangélico llegue igualmente a quienes hayan dejado de practicar o no profesen la
verdadera fe.”

Los medios son:


- La homilía de los domingos y fiestas de precepto (las demás están aconsejadas).
- La Catequesis.
- La formación católica de los niños y de los jóvenes especialmente.

▬▬▬
- Función de gobernar

Es la función de regir, es una función propiamente pastoral, es la obligación de vivir la


caridad pastoral:

● “c. 529 § 1. Para cumplir diligentemente su función pastoral, procure el párroco conocer a los
fieles que se le encomiendan; para ello, visitará las familias, participando de modo particular en
las preocupaciones, angustias y dolor de los fieles por el fallecimiento de seres queridos,
consolándoles en el Señor, y corrigiéndoles prudentemente si se apartan de la buena conducta;
ha de ayudar con pródiga caridad a los enfermos, especialmente a los moribundos,
fortaleciéndoles solícitamente con la administración de los sacramentos y encomendando su
alma a Dios; debe dedicarse con particular diligencia a los pobres, a los afligidos, a quienes se
encuentran solos, a los emigrantes o que sufren especiales dificultades; y ha de poner también
los medios para que los cónyuges y padres sean ayudados en el cumplimiento de sus propios
deberes y se fomente la vida cristiana en el seno de las familias.”

1º) Conocer a los fieles.

2º) Promover la colaboración de todos los fieles y la unión con el Obispo y el presbiterio:

● “c. 529 § 2. Reconozca y promueva el párroco la función propia que compete a los fieles laicos
en la misión de la Iglesia, fomentando sus asociaciones para fines religiosos. Coopere con el
Obispo propio y con el presbiterio diocesano, esforzándose también para que los fieles vivan la

214
comunión parroquial y se sientan a la vez miembros de la diócesis y de la Iglesia universal, y
tomen parte en las iniciativas que miren a fomentar esa comunión y la consoliden.”

▬▬▬

3º) Obligación de la residencia: es una obligación pastoral residir en la casa parroquial cerca
de la Iglesia. Facilita el ejercicio del ministerio.

● “c. 533 § 1. El párroco tiene obligación de residir en la casa parroquial, cerca de la iglesia; sin
embargo, cuando en casos particulares haya una causa justa, el Ordinario del lugar puede
permitir que habite en otro lugar, sobre todo en una casa común de varios presbíteros, con tal
de que se provea adecuada y eficazmente al cumplimiento de las tareas parroquiales.”

Se admite una excepción con permiso del Ordinario del lugar: “para la vida en común con
otros presbíteros”, con tal de que no se desatienda la Parroquia.
En el c. 533 § 2 y 3 también se establecen las ausencias legítimas:

1ª.- El tiempo de vacaciones, de un mes.


2ª.- Los días de ejercicios espirituales anuales (fuera del mes de vacaciones).

● “c. 533 § 2. A no ser que obste una razón grave, puede el párroco ausentarse de la parroquia,
en concepto de vacaciones, como máximo durante un mes continuo o interrumpido; pero en ese
tiempo de vacaciones no se incluyen los días durante los cuales el párroco asiste una vez al año
al retiro espiritual; sin embargo, para ausentarse de la parroquia más de una semana, el
párroco tiene obligación de avisar al Ordinario del lugar.
§ 3. Corresponde al Obispo diocesano establecer las normas según las cuales, durante
la ausencia del párroco, se provea a la atención de la parroquia por medio de un sacerdote
dotado de las oportunas facultades.”

Para ausentarse más de una semana, el Párroco tiene que avisar al ordinario del lugar,
incluso para las ausencias legítimas. Si es ausencia legítima basta con la información, si no, tiene
que pedir permiso. El Ordinario del lugar es el Vicario.
▬▬▬

Está prevista la sanción canónica por el incumplimiento grave de la obligación de


residencia:

● “c. 1396.- Quien incumple gravemente la obligación de residir a la que está sujeto en razón de
un oficio eclesiástico, debe ser castigado con una pena justa, sin excluir, después de la
amonestación, la privación del oficio.”

Se dice justa pena, aunque no se dice cual.


▬▬▬

4º) Obligación de llevar los libros parroquiales (c. 535)

● “c. 535 § 1. En cada parroquia se han de llevar los libros parroquiales, es decir de bautizados,
de matrimonios y de difuntos, y aquellos otros prescritos por la Conferencia Episcopal o por el
Obispo diocesano; cuide el párroco de que esos libros se anoten con exactitud y se guarden
diligentemente.”

Los libros de bautismo, matrimonios y de difuntos son obligatorios por norma general. La
CEE obliga además a llevar el libro de confirmaciones. El párroco tiene que cuidar que se lleven al
día anotando en ellos los datos correspondientes con exactitud y diligencia, y con la mayor
brevedad posible después de celebrado el sacramento (a veces no se llevan al día lo que trae graves
dificultades a las personas).

215
Derecho Canónico

Los datos a consignar los concretan los formularios de cada libro, así como los formularios
de las partidas.

En el libro de bautismos se ponen también las notas marginales (c. 535 § 2): se trata de los
acontecimientos que se refieren al estado eclesial de cada persona. Por eso se anota al margen: la
confirmación (además de en el libro de confirmaciones), el matrimonio, la adopción, el Orden
sagrado, la Profesión perpetua, y también el cambio de rito (además de en los libros
correspondientes).
▬▬▬
Cuando se expide la partida de bautismo se hace también con las notas marginales. Tiene
que llevar la firma del párroco o subdelegado y el sello parroquial, por eso, toda parroquia tiene que
tener un sello propio con valor jurídico.
Los libros deben estar guardados en el archivo parroquial. Son inviolables, no están abiertos
a los Estados, nadie puede acceder a ellos. Tienen acceso sólo el Párroco, el Obispo y aquellas
personas autorizadas por la Iglesia (aparece en lo acuerdos Iglesia-Estado). Sólo se dan datos a los
que tiene interés directo (padres, hermanos, etc.). Tampoco se le da permiso a ninguna institución,
investigadores con interés histórico, etc., sin autorización del Obispo.
Hay obligación de enviar cada año un duplicado de todos los libros parroquiales a la Curia
diocesana, de manera que en caso de destrucción los datos más esenciales están en la Curia
diocesana.

Ha surgido la cuestión de la informática, y no hay nada determinado al respecto. Se regula


por ahora a través del derecho particular, pero no se admito por un Decreto el que el único medio
sea el archivo informático. El libro se tiene que seguir teniendo.

Para corregir cualquier dato erróneo (asientos sacramentales) o por la causa que sea (alguna
persona que cambia por ej.: de nombre), hace falta autorización del Ordinario. El Párroco no puede
corregir los datos de por sí, es como un notario, da fe, pero no puede cambiar nada.
Al Ordinario le tiene que constar el cambio y la necesidad del cambio, que le tiene que
llegar a la Curia para poder dar la orden al Párroco de que lo cambie.

Los libros son objeto de revisión para el Obispo cuando hay visita pastoral, y éste pone la
firma con la fecha de la revisión.

3.- Párrocos in solidum (c. 517 § 1 y cc. 542-544)

Se trata de un modo excepcional de encomendar el cuidado de una parroquia. El modo


ordinario de hacerlo es por el esquema: Párroco → Vicario Parroquial, el primero tiene la
responsabilidad y los demás son colaboradores del párroco.

En este caso se encomienda la parroquia a un mínimo de dos el cuidado parroquial. Ambos


son iguales, son párrocos solidariamente. Todos tienen los mismos derechos y obligaciones.
A la hora de tomar decisiones han de hacerlo colegialmente; si no hay unanimidad, por
mayoría. Es el Colegio de párrocos in solidum quien determina las tareas de cada uno.

Cuando la Parroquia se encomienda así, cuando la Parroquia tiene varios Párrocos, el obispo
nombra un moderador, que no es una autoridad, no la tiene sobre los otros, es una figura que
coordina al grupo de párrocos; dirige las reuniones y cuida que se cumplan las decisiones tomadas
por el grupo de Párrocos. Es el que mantiene la comunicación con el Obispo y modera el grupo sin
autoridad sobre los demás.

Es una figura nueva del CIC 83’, y es un modo excepcional en prueba. Su finalidad es
buscar una mayor unión en la acción pastoral, pero se despersonaliza la figura del Párroco. En
Madrid hay tres o cuatro casos.

216
Siempre decide esta modalidad el Vicario o el Obispo, se suelen nombrar impares.

4.- El Vicario parroquial (c. 545-552)

1) El nombramiento: es un oficio de constitución facultativa, puede haberlo a juicio del


Obispo y pueden ser uno o varios. El nombramiento corresponde al Obispo diocesano. No lo
nombra el párroco sino el Obispo diocesano que le da un colaborador.
El c. 547 dice que antes del nombramiento se consulte al Párroco y al Arcipreste, “si lo
juzga oportuno”, no es obligatorio. Es una consulta que no es vinculante.
2) La remoción: tampoco le remueve el párroco sino el Obispo diocesano.

3) La función: es la de colaborador del Párroco en lo que el Párroco le pida colaboración


con respecto a la cura pastoral (c. 545 § 1). Esto exige la acción común, deben estar unidos al
Párroco por una misma voluntad y empeño, lo que significa que debe actuar según los criterios del
Párroco, y después informarle de su actividad. Si hubiera problemas tiene que acudir al Vicario
parroquial o al Obispo diocesano. Se diferencia del esquema de los Párrocos in solidum.

4) Obligaciones y derechos: está obligado a la residencia como el Párroco, y tiene los


mismos derechos que el Párroco.

5.- Los Consejos parroquiales

El Código prevé dos consejos: el Consejo pastoral y el Consejo de asuntos económicos.

1) El Consejo pastoral está regulado en el c. 536, éste consejo es de constitución


facultativa. No es obligatorio por derecho común, y comienza el canon diciendo “si es oportuno a
juicio del Obispo diocesano”. En la diócesis de Madrid, hay un decreto del año 88 instituyendo los
Consejos Pastorales parroquiales, luego los vicarios han de hacerlo uno por uno, si conviene a cada
Parroquia.
Las normas por las que se rigen las tiene que dar el Obispo diocesano (c. 536). En Madrid
hay un estatuto dado por el Obispo para los Consejos pastorales en el que expresa su deseo de que
los haya. La finalidad es la colaboración con el Párroco por parte de los distintos fieles que forman
la Parroquia. De ahí que son representantes de todos los fieles que forman parte de la parroquia. Por
eso están como miembros todos los sacerdotes que trabajan en la parroquia y laicos representantes
de los distintos grupos o actividades pastorales que están en la Parroquia. La designación depende
de las normas que de el Obispo.
¿Qué temas se tratan en el Consejo Pastoral? Aquellos que el Párroco determina. Son temas
que afectan a la vida pastoral de la Parroquia. Si surge algún tema nuevo propuesto por los
miembros del Consejo, el Párroco (presidente del Consejo pastoral) decide si se estudia y cuando.
El Consejo Pastoral tiene voto consultivo, no toma decisiones, es un consejo que sugiere al
Párroco, no puede imponer nada ni vetar nada al Párroco.

2) El Consejo de asuntos económicos (c. 537): a diferencia del anterior, éste es obligatorio.
Las normas por las que se rige las da también el Obispo diocesano, ahí está dicho el número de
miembros, etc.
Su función es ayudar al Párroco en la administración de los bienes, por tanto está mucho
más limitada.
Es necesario que los miembros sean personas expertas en economía y derecho civil. El voto
del Consejo siempre es consultivo, y no es representativo, no se trata de representar a los fieles de la
parroquia, sino de personas expertas.

Los Consejos parroquiales se pueden disolver por el Vicario Episcopal o por el Obispo
diocesano a propuesta del Párroco. Todo ello está en los estatutos de cada diócesis.

217
Derecho Canónico

6.- Los Adscritos

Los Adscritos son una provisión del oficio parroquial. El adscrito se dedica a celebrar Misa
y a confesar. No colaboran en las actividades parroquiales con dedicación plena, su compromiso es
muy pequeño, por lo tanto no tienen por qué estar en los consejos.

CAPÍTULO VII
De los Arciprestes (c. 553-555)

1.- El arciprestazgo

Es una agrupación territorial de parroquias vecinas (c. 374). Esta agrupación no supone que
la Parroquia pierda su propia autonomía, no tiene ninguna competencia que limite las competencias
del Párroco. El objeto no es intervenir en el gobierno parroquial sino intercambiar pareceres entre
los sacerdotes de la zona para coordinar la acción pastoral, pero sin autoridad sobre la autoridad de
cada Párroco.

2.- El nombramiento del Arcipreste

Lo hace el Obispo diocesano tras oír a los sacerdotes del arciprestazgo. El Arcipreste debe
ser sacerdote y su nombramiento es temporal por derecho particular; en Madrid está el Estatuto del
Arciprestazgo.

3.- Las funciones del Arcipreste

Están en el c. 555, la primera función es la asistencia a los sacerdotes del Arciprestazgo, y la


segunda promover actividades comunes.

● “c. 555 § 1. Además de las facultades que se le atribuyan legítimamente por derecho
particular, el arcipreste tiene el deber y el derecho:
1.º de fomentar y coordinar la actividad pastoral común en el arciprestazgo;
2.º de cuidar de que los clérigos de su distrito vivan de modo conforme a su
estado, y cumplan diligentemente sus deberes;
3.º de procurar que las funciones religiosas se celebren según las prescripciones
de la sagrada liturgia; se cuide diligentemente el decoro y esplendor de las
iglesias y de los objetos y ornamentos sagrados, sobre todo en la celebración
eucarística y en la custodia del Santísimo Sacramento; se cumplimenten y
guarden convenientemente los libros parroquiales; se administren con
diligencia los bienes eclesiásticos; y se conserve la casa parroquial con la
debida diligencia.
§ 2. En el arciprestazgo que se le encomienda, el arcipreste:
1.º procure que los clérigos, según las prescripciones del derecho particular y en
los momentos que éste determine, asistan a las conferencias, reuniones
teológicas o coloquios, de acuerdo con la norma del can. 279, § 2;
2.º cuide de que no falten a los presbíteros de su distrito los medios espirituales,
y sea especialmente solícito con aquellos que se hallen en circunstancias
difíciles o se vean agobiados por problemas.
§ 3. Cuide el arcipreste de que los párrocos de su distrito que sepa que se
encuentran gravemente enfermos no carezcan de los auxilios espirituales y materiales, y de
que se celebre dignamente el funeral de los que fallezcan; y provea también para que, cuando
enfermen o mueran, no perezcan o se quiten de su sitio los libros, documentos, objetos y
ornamentos sagrados u otras cosas pertenecientes a la Iglesia.
§ 4. El arcipreste tiene el deber de visitar las parroquias de su distrito, según haya
determinado el Obispo diocesano.”
▬▬▬

218
4.- Remoción del Arcipreste

La Remoción del Arcipreste puede ser hecha por el Obispo diocesano por causa justa.

5. B. c) Las agrupaciones de Iglesias particulares (cc. 431-459)

Título II:
De las agrupaciones de Iglesias particulares

Capítulo I: De las provincias eclesiásticas y de las regiones eclesiásticas (cc. 431-434)


Capítulo II: De los Metropolitanos (cc. 435-438)
Capítulo III: De los concilios particulares (cc. 439-446)
Capítulo IV: De las Conferencias Episcopales (cc. 447-459)

Vamos a ver las dos más importantes:


- La Provincia eclesiástica.
- La Conferencia episcopal.

CAPÍTULO I
De las provincias eclesiásticas y de las regiones eclesiásticas (cc. 431-434)

1.- Noción de Provincia eclesiástica: es una agrupación territorial de diócesis. Está compuesta por
una Sede principal (una Diócesis principal), que recibe el nombre de Metropolitana, y las demás se
llaman diócesis sufragáneas. En Madrid son sufragáneas: Alcalá y Getafe.

Toda diócesis tiene que estar agrupada con otras, no puede haber diócesis exentas de
agruparse con otras para constituir provincia eclesiástica. Las diócesis exentas dependen
directamente de la Santa Sede (no de un Metropolitano), van desapareciendo.
Madrid era diócesis exenta hasta constituir las diócesis de Alcalá y Getafe. Quedan como
diócesis exentas el Arzobispado castrense y hasta el año pasado la Archidiócesis de Barcelona (que
no estaba agrupada a las otras por circunstancias históricas).

2.- La constitución de las provincias eclesiásticas corresponde a la autoridad suprema.

3.- Los objetivos son promover una acción pastoral común entre las diócesis cercanas, y las
relaciones mutuas ente los obispos. Es un organismo de ayuda a los obispos de la provincia.

4.- La autoridad de una provincia eclesiástica la tiene el Arzobispo Metropolitano, con la autoridad
determinada por el derecho. Las diócesis sufragáneas tienen su propio Obispo, por lo que esa
autoridad (del Metropolitano) está muy limitada y contemplada en el derecho.

CAPÍTULO II
De los Metropolitanos (cc. 435-438)

El título de Metropolitano va unido a la Sede Principal y determinado por la Santa Sede en


el Decreto de Creación de Provincias Eclesiásticas, que dice cual es la principal y las sufragáneas.

1.- Las competencias del Metropolitano en toda la provincia están establecidas en el c. 436:

● “c. 436 § 1. En las diócesis sufragáneas, compete al Metropolitano:


1.º vigilar que se conserven diligentemente la fe y la disciplina eclesiástica, e
informar al Romano Pontífice acerca de los abusos si los hubiera;
2.º hacer la visita canónica si el sufragáneo la hubiera descuidado, con causa
aprobada previamente por la Sede Apostólica;

219
Derecho Canónico

3.º designar el Administrador diocesano, a tenor de los cann. 421, § 2 y 425, § 3.


§ 2. Cuando lo requieran las circunstancias, el Metropolitano puede recibir de la Santa
Sede encargos y potestad peculiares, que determinará el derecho particular.
§ 3. Ninguna otra potestad de régimen compete al Metropolitano sobre las diócesis
sufragáneas; pero puede realizar funciones sagradas en todas las iglesias, igual que el Obispo
en su propia diócesis, advirtiéndolo previamente al Obispo diocesano, cuando se trate de la
iglesia catedral.”

Tiene tres tipos de competencia:

1ª) Vigilancia (c. 436 § 1 nº1): es una tarea sin intervención personal, si descubre
abusos tiene que informar al Romano Pontífice, no puede interferir él personalmente.

2ª) Suplencia, se restringe a:


- Hacer la visita canónica si el sufragáneo la hubiera descuidado, con causa
aprobada por la Santa Sede (c. 436 § 1 nº2).
- Designar al Administrador diocesano: cuando el colegio de consultores lo
hubiera descuidado (436 § 1 nº3).

3ª) Realizar funciones sagradas: puede celebrar pontificales25 (c. 436 § 3) en todas las
Iglesias de la provincia, sin permiso previo del Obispo sufragáneo. Es una
competencia de carácter litúrgico no de gobierno. Es competencia suya, porque lo
normal es que un Obispo en otra diócesis necesite el permiso del Obispo diocesano.
El Metropolitano no lo necesita en la Provincia eclesiástica.
Si se trata de la Iglesia catedral de la diócesis sufragánea tiene que avisarlo
previamente, aunque no necesita el permiso. Si no es en la Iglesia catedral no hace
falta (otra cosa es que siempre se haga, pero no está obligado a ello). Para otros
sacramentos como por ej.: el matrimonio sí está obligado, pues la validez canónica
tiene jurisdicción territorial.
▬▬▬

2.- El distintivo litúrgico del Metropolitano: (c. 437) es “el palio”, que es una cinta de lana blanca
con 6 cruces negras que se lleva alrededor del cuello sobre la casulla en la celebración litúrgica.
Simboliza dos cosas:

a) La potestad que tiene el Metropolitano en la Provincia eclesiástica, por ello, el


Metropolitano sólo puede utilizar el palio dentro del territorio de la Provincia. En caso de
que el Arzobispo cambie a otra sede Metropolitana, tiene que cambiar de palio, pues es
el signo de una provincia eclesiástica concreta.

b) El otro simbolismo del palio es la comunión con la Sede Romana. Por eso se pide al Papa
y es él el que lo impone. Se debe pedir en un plazo de tres meses tras ser constituido
Metropolitano. Se puede imponer personalmente (el día del Apóstol san Pedro en Roma)
o a través de un delegado.

3.- La potestad del Metropolitano: la tiene desde que toma posesión de la diócesis metropolitana,
antes de que reciba el palio. La potestad del Metropolitano está incluida en el c. 438 aunque no
tenga nada que ver con el título de primado. El título de “primado” no tiene ninguna potestad de
régimen (de gobierno) en la Iglesia latina; otra cosa es en las Iglesias orientales. Ej.: el Primado de
España es una cuestión honorífica de tipo histórico, no tiene autoridad de régimen.

También el título de “Arzobispo” es una cuestión de dignidad, no de régimen. La


“Archidiócesis” es una diócesis metropolitana con un Arzobispo (todas lo son).

25
Celebración pontifical: aquella que se realiza con el uso de las insignias episcopales.
220
CAPÍTULO IV

De las Conferencias Episcopales (cc. 447-459)

1.- Noción de Conferencia Episcopal y naturaleza jurídica:

La noción principal está en el c. 447, su concepto y su naturaleza jurídica:

● “c. 447.- La Conferencia Episcopal, institución de carácter permanente, es la asamblea de los


Obispos de una nación o territorio determinado, que ejercen unidos algunas funciones
pastorales respecto de los fieles de su territorio, para promover conforme a la norma del
derecho el mayor bien que la Iglesia proporciona a los hombres, sobre todo mediante formas y
modos de apostolado convenientemente acomodados a las peculiares circunstancias de tiempo
y de lugar.”

Es una asamblea de Obispos de una nación (c. 448 §1) o territorio determinado. Puede haber
Conferencias episcopales que no correspondan a una nación entera, y puede haberlas también
supranacionales que comprendan a varias naciones (excepcionalmente).
Cuando son nacionales se rigen por los cánones (cc. 447-449), cuando son regionales o
supranacionales se rigen por las propias normas peculiares que les otorga la Santa Sede cuando crea
esas conferencias.
▬▬▬
2.- Creación:

Las Conferencias episcopales las crea siempre la Santa Sede, el Romano Pontífice.

3.- Función:

La función de la Conferencia episcopal es ejercer unidos los Obispos algunas funciones


pastorales (c. 447). Siempre dentro de su territorio y para el mayor bien de la Iglesia.
¿Qué significa ejercer unidos algunas funciones pastorales? ¿Cómo les condiciona? (c. 455)
Como norma general las Conferencias Episcopales no tienen potestad de gobierno sobre la diócesis
que las conforman, luego “ejercer unidos” significa intercambiar opiniones, no tiene carácter
vinculante, son ayudas que reciben de los demás obispos.

En algunos casos, la Conferencia Episcopal tiene potestad de gobierno en algunas diócesis


que la conforman (c. 455 § 1). Para que la Conferencia episcopal pueda ejercer esa potestad de
gobierno se requiere:

1) Que sea sobre materias descritas por el derecho común y que el CIC se las otorgue (c.
455§ 1):
Ej.: “230 § 1. Los varones laicos que tengan la edad y condiciones determinadas por
decreto de la Conferencia Episcopal, pueden ser llamados para el ministerio estable de
lector y acólito, mediante el rito litúrgico prescrito; sin embargo, la colación de esos
ministerios no les da derecho a ser sustentados o remunerados por la Iglesia.”

2) Mediante decreto de la Conferencia Episcopal.

3) Ó por un mandato especial que la Sede Apostólica le conceda, otorgado Motu propio a
petición de la misma Conferencia.

4.- Materias

Aquellas permitidas por el Derecho Canónico o por mandato especial de la Sede Apostólica.
5.- Procedimiento específico para toma de decisión (c. 455 § 2)

221
Derecho Canónico

1º) Que lo apruebe la asamblea plenaria de la Conferencia Episcopal, a la que son


convocados todos los miembros (no en las comisiones). La Asamblea plenaria no puede delegar esa
potestad en una comisión. La imposibilidad de delegarla está definida en Apostolos suos.

2º) Debe obtener al menos 2/3 de los votos de todos miembros, por tanto, una mayoría
cualificada. No se dice de los “presentes” sino de los “miembros”. Si alguno no va se contabiliza
como un voto negativo.

3º) Que esa decisión obtenga la recognitio de la Sede Apostólica, la revisión de la decisión.
Es un acto de recognitio de la Santa Sede que verifica que esa decisión está de acuerdo con la
disciplina de la Iglesia. Si no es así, esa decisión no tiene valor.

4º) Una vez que la obtenga, ese decreto es obligatorio en todo el territorio de la Conferencia
Episcopal. También para todos aquellos que hayan votado en contra. Luego es una auténtica
potestad de gobierno la de la Conferencia Episcopal, otorgado por la Santa Sede por un
procedimiento determinado.

Se planteó recientemente la potestad de Magisterio. Si la Conferencia Episcopal podía


realizar actos de Magisterio auténtico: sacar documentos doctrinales formalmente vinculantes. La
cuestión se afrontó en Apostolos suos, de 21 de mayo de 1998.
La respuesta fue que igual que para los actos de gobierno, la Conferencia Episcopal puede
realizar actos de Magisterio doctrinales para todos los territorios de la Conferencia Episcopal,
siempre que los aprueben 2/3 al menos de los votos de los prelados miembros, y que cuente con la
recognitio de la Santa Sede, si no, no es un acto de Magisterio auténtico, ej.: para la traducción
española del Ordinario del Nuevo Misal Romano, se ha pedido la recognitio.
La mayor parte de los documentos de la Conferencia Episcopal no son vinculantes, por lo
que no necesitan la recognitio (estos actos no tienen las restricciones del c. 455 § 1, lo que es
análogo es el procedimiento), ej.: para el documento sobre el terrorismo no se pidió la recognitio
porque no se pensó en hacer un acto de Magisterio.

6.- Organización interna (cc. 452 – 458)

El c. 452 establece la presidencia de la Conferencia Episcopal, tiene que haber un Presidente


y un Vicepresidente, elegidos según los estatutos. Su función es moderar y dirigir las sesiones. No
tienen potestad sobre los demás obispos ni sobre las diócesis.
La poca potestad que tienen es la que aparece en el c. 455, y la tiene toda la Conferencia
Episcopal en reunión plenaria. El presidente no puede actuar en nombre de los Obispos.

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