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POSIBLES REFORMAS A LA INSTITUCIÓN ECLESIAL

CATÓLICA
Introducción

-Las instituciones son humanas y, por tanto, son susceptibles de reformas, de mejoras.
Algunos autores optimistas hablan de reestructuración, de reingeniería, de revolución, de
refundación… Nosotros hablamos de «reformas», de reajustes a lo que ya existe.

Condiciones:

-Fidelidad al Señor Jesús y su proyecto.


-Fidelidad a la Tradición viva de la Iglesia.
-Fidelidad a los retos y necesidades del mundo actual.

Características:

-Tienen que ver con las estructuras actuales de la Iglesia católica.


-Son concretas y factibles. Dependerán de consensos y buena voluntad.
-Se proponen desde el análisis de la práctica eclesial y desde la reflexión teológica.
-Son propuestas que generan oposición. Será necesario, por tanto, todo un proceso de
mentalización y socialización.

1. El Papa, ¿jefe de Estado? Hasta el siglo VIII (764) el Papa no rigió ningún Estado. El
Estado Vaticano, tal y como lo conocemos nosotros hoy, proviene de 1929. El Papa tiene
que atender visitas de políticos. Propuesta: Separar lo pastoral de lo político. Esto ayudaría
a aligerar las obligaciones del sucesor de Pedro. El jefe del Estado Vaticano podría ser un
clérigo experto en cuestiones políticas o un laico elegido ad hoc.

2. ¿Nuncios o embajadores? Es importante que haya un canal de comunicación entre las


iglesias locales y el Papa; además, entre las autoridades políticas del país y el Estado
Vaticano. Pero es importante separar lo pastoral de lo político. Así mismo, reducir la
burocracia, los gastos y el «carrerismo» eclesial. Los futuros nuncios se preparan en la
Academia Pontificia Eclesiástica y son ordenados como obispos. Propuesta: Las funciones
pastorales las podría seguir desempeñando el presidente de la Conferencia episcopal, y para
abordar asuntos políticos se podría contar con la asesoría de un experto en asuntos
diplomáticos o un laico elegido ad hoc. Además de los asesores jurídicos que ya poseen las
diócesis o arquidiócesis.

3. Nombramiento de obispos. La práctica eclesial no siempre ha sido uniforme. Son


conocidas la «aclamación» o los consensos entre el clero y la comunidad cristiana
(«después de consultar al pueblo cristiano»). En la práctica actual, la Conferencia
episcopal, la Nunciatura, los Superiores provinciales o personas de confianza del Vaticano,
envían «ternas», nombres. Sobre esas «ternas» se hacen averiguaciones, se piden informes.
Todo acontece en el más completo secretismo. Propuesta: que sean procesos electivos más
abiertos, donde tenga participación el clero local, las comunidades religiosas, los grupos
apostólicos. ¿Es mejor un pastor del lugar o un pastor venido de fuera? Pros y contras.     
4. Una Iglesia sin «príncipes». La estructura cardenalicia no pertenece a la esencia de la
Iglesia. Es un título, no un ministerio. Es, además, una institución tardía. Surgió en el siglo
XI (1059). El papa Nicolás II, para escapar de las presiones y de los dictados del poder
imperial en la designación del sucesor de Pedro. A través de la Bula In nomine Domini,
designó al consejo presbiteral de Roma para realizar tal elección. Fue un gesto profético en
su momento y el deseo por conservar la libertad de la Iglesia católica frente a los poderes
políticos. Sin embargo, hoy se vive un ambiente distinto. Su única función está relacionada
con la elección del Papa (cónclave). San Juan Pablo II trató de ocuparlos durante los
«consistorios» para tratar temas eclesiales. A algunos obispos, sin embargo, les pareció que
les estaban usurpando funciones. Propuesta: Si se propone una nueva forma de elegir el
Papa, esta institución puede desaparecer al ser innecesaria.           

5. La elección del sucesor de Pedro. En actualidad la realizan los cardenales reunidos en


cónclave (del latín cum clave: con llave). Son 120 y no deben sobrepasar los 80 años. Es
una elección secreta, a puerta cerrada. Al cerrar la puerta de la capilla Sixtina, el
Camarlengo o cardenal protodiácono dice: extra omnes (¡Todos fuera!). Los resultados se
conocen a través del humo (negro o blanco) que sale por un tubo ubicado en la parte
externa de la capilla Sixtina. Aunque se invoca la presencia del Espíritu Santo, son muchos
los intereses humanos que entran en juego. Antes de presentar al nuevo Papa en el balcón
de la Basílica de san Pedro, el Camarlengo dice: Habemus Papam (¡Tenemos Papa!).
Luego menciona el nombre del cardenal elegido y el nuevo nombre que asumirá como
Papa, todo en latín. Propuesta: Si se decide suprimir el colegio cardenalicio, hay que
nombrar, a través de una Constitución apostólica, a los encargados de la próxima elección.
Se pueden incluir a los representantes de las conferencias episcopales, a los superiores de
las Órdenes o congregaciones religiosas (masculinas y femeninas), a los dirigentes de los
grupos o movimientos laicales, a los representantes (clérigos, laicos, religiosos) de la
diócesis de Roma (porque el Papa también es obispo de Roma). Además, hay que cambiar
la forma; es decir, menos secretismo y un debate eclesial más amplio.   

6. ¿Un Papa no vitalicio? El único caso lo habíamos tenido en 1294, con el monje
benedictino Pietro Angeleri. Tomó el nombre de Celestino V, pero con 79 años y sin
experiencia pastoral ni política, abdicó seis meses más tarde. Todos los demás papas han
sido vitalicios. Se pensó en esa posibilidad al ver el deterioro de la salud del papa san Juan
Pablo II, pero esta propuesta no se hizo realidad hasta el 28 de febrero de 2013. El
protagonista fue el papa Benedicto XVI. En un breve discurso durante un Consistorio
ordinario público el 11 de febrero de 2013, el papa Ratzinger presentó su renuncia al
ministerio petrino. El hecho causó estupor y un abanico de interpretaciones. Fue un gesto
valiente y necesario. Hoy pocos se escandalizan ante la posibilidad de tener un Papa
emérito (y hasta dos, con cierta probabilidad).               

7. Un sínodo de obispos deliberativo. Hasta ahora solo han sido consultivos. La


metodología es la siguiente: reunión de obispos para tratar un tema con el Papa. El sínodo
elabora unas «proposiciones» y el Papa elabora un documento (exhortación apostólica).
Tiene en cuenta algunas «proposiciones» y aportes propios. Una metodología distinta tuvo
el sínodo sobre la Amazonía. El papa Francisco publicó las «proposiciones» (Amazonía:
nuevos caminos para la Iglesia y para una ecología integral) y, luego, elaboró un
documento propio (Querida Amazonia). Sugerencia: que, en algunos sínodos sobre temas
concretos, se toman decisiones que sean vinculantes para toda la Iglesia. N/B. En el
documento Amazonía, en los numerales 96 y 102, se menciona la creación de dos
ministerios: de animación de la comunidad, para hombres y mujeres. En el primer caso, se
habla de «mandato oficial» y «acto ritual»; en el segundo caso, se habla de «la mujer
dirigente de la comunidad». ¿Cómo se van a operativizar? Faltan detalles al respecto.     

8. Los procesos doctrinales de la CDF. Hay descontento sobre los procesos por parte de
algunos teólogos afectados (B. Häring, L. Boff). Han escrito libros al respecto. Son
procesos secretos. La misma CDF es juez y fiscal. No hay abogado defensor. Sugerencia:
que sean procesos públicos; que haya separación entre fiscal y juez; que el teólogo tenga
derecho a un abogado defensor; que, cuando el caso lo amerite, se pueda constituir un
«jurado de conciencia» plural (en Biblia, en teología), para que emita un veredicto justo.

9. El primado petrino a debate. Fue san Juan Pablo II quien lo propuso en la encíclica Ut
unum sint, en 1995 (n. 95). Es una propuesta en orden al diálogo ecuménico. En el ejercicio
del primado petrino hay que distinguir lo esencial de las formas históricas como se ha
ejercido. A nivel interno está la sinodalidad (que actualmente está en revisión, con el papa
Francisco). ¿Qué hacer en relación con las otras confesiones cristianas?

10. Reforma de la Curia romana. Después del Vaticano II, se modernizó e


internacionalizó. Sin embargo, continúan los problemas de centralización y control
(doctrinal, litúrgico, disciplinar). Asuntos de los episcopados del mundo tienen que pasar
por ese filtro. La Curia se considera subordinada al Papa, pero superior a los obispos.
Sugerencias: *Dejar de hacer a los funcionarios del Vaticano obispos o cardenales. ¿Por qué
no presbíteros, religiosas o laicos? El papa Francisco ha comenzado a dar pasos tímidos en
esta dirección. *Hacer separación de poderes (ejecutivo, legislativo y judicial).
*Reorganizar algunas oficinas (duplicados, «oficinas» en vez de congregaciones,
dicasterios o consejos). N/B. El papa Francisco, en la Constitución Apostólica Praedicate
Evangelium (19/03/2022), en los nn. 53-54, creó el Dicasterio para la Evangelización y
suprimió la antigua Congregación para la Evangelización de los Pueblos (Propaganda
Fide) y el Consejo Pontificio para la promoción de la Nueva Evangelización.     

11. Los derechos humanos en la Iglesia. La Iglesia católica es abanderada de la defensa


de los derechos humanos en el mundo. Pero, ¿los cumple en su interior? No ha firmado los
grandes tratados que propenden por su defensa. Por tanto, no es un Estado de derecho.
Razón: es una institución especial. Sugerencia: Que tutele los derechos humanos mejor que
la sociedad civil.   

12. Democracia en la Iglesia. Vivimos en países mayoritariamente democráticos. Se ven


mal las dictaduras, las monarquías o califatos. La estructura de la Iglesia es jerárquica,
piramidal. El poder se ejerce de manera vertical, centralizada. Las decisiones del párroco,
del obispo o del Papa son inapelables. ¿Es posible algunos grados de democracia en la
Iglesia? *Elegir candidatos para el ministerio ordenado, no. Es fruto de una vocación. La
idoneidad la tendrán que decidir los formadores y las comunidades cristianas donde
trabajan pastoralmente. *Escoger candidatos para ciertos ministerios laicales, sí. *Que la
comunidad cristiana sea consultada para tomar ciertas decisiones, sí. *Que la autoridad se
ejerza de manera más colegial, sí.

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