TEMA: Alteraciones en la acomodación por fármacos ALUMNO: Guzmán Peralta David DOCENTE: Lenin Zambrano
Medicamentos que paralizan la acomodación
Los fármacos anticolinérgicos pueden paralizar el músculo ciliar y causar una presbicia funcional. Algunos ejemplos son los antiespasmódicos (escopolamina), fármacos para la incontinencia urinaria los antidepresivos (sobre todo los tricíclicos), neurolépticos (sobre todo las fenotiazinas), antiparkinsonianos (amantadina, memantina), broncodilatadores (ipratropio, tiotropio), o los antihistamínicos. así como los colirios ciclopléjicos utilizados para inducir midriasis en intervenciones oftalmológicas. Las ametropías y los trastornos de la acomodación de origen farmacológico son a menudo bilaterales, de inicio repentino, y transitorios. Los problemas de refracción y de acomodación generalmente producen problemas de agudeza visual y/o de fatiga ocularAlgunos medicamentos pueden modificar las características ópticas del ojo y provocar hipermetropía, miopía o presbicia funcionales, es decir, sin que exista alteración anatómica que los justifique. Algunos medicamentos que actúan sobre el sistema nervioso autónomo (atropínicos, colinérgicos) alteran la visión de forma prácticamente sistemática. Ante la aparición brusca de miopía, hipermetropía, astigmatismo o problemas de acomodación, sin que se encuentre una causa que lo justifique, se debe realizar una cuidadosa anamnesis y comprobar si recientemente se ha introducido algún medicamento que pueda ser la causa de los problemas visuales. Es especialmente importante recordar esta posibilidad en niños y adolescentes, pues en este periodo se diagnostican muchos de los problemas de refracción, y algunos medicamentos que suelen emplearse en este periodo podrían ser la causa. El órgano de la visión es especialmente sensible a la acción de los fármacos. Su rica vascularización hace que éste sea particularmente susceptible de presentar trastornos asociados, ya sea tras su administración tópica, local o sistémica. Estos efectos pueden ser ligeros y transitorios como el deterioro de la acomodación, alteración de los reflejos de la pupila, disminución transitoria de la agudeza visual o alteración en la visión de los colores; o por el contrario puede tratarse de efectos más graves como son las anomalías de los movimientos oculares, glaucoma, cataratas o retinopatías.