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Curvas de oferta y demanda basada en el análisis marginalista es uno de los fundamentos de la economía neoclásica.
El economista neoclásico por excelencia es Alfred Marshall (fundador de la teoría del equilibrio
parcial). Otra de las grandes figuras es Léon Walras, fundador de otra de las grandes
aproximaciones (fundador de la teoría del equilibrio general). Otros neoclásicos de gran
importancia incluyen a los monetaristas Knut Wicksell e Irving Fisher, y los economistas del
bienestar Arthur Pigou y Vilfredo Pareto, entre otros.
Como lo anterior sugiere, la escuela neoclásica ejerció gran influencia en los desarrollos
posteriores del pensamiento económico durante el siglo XX, por ejemplo, a través de la
conocida síntesis clásico-keynesiana o Neokeynesianismo,[6] e incluso en el presente, a través
de los nuevos clásicos.[7]
Introducción
La escuela neoclásica se originó a partir de una crítica a los marginalistas[8] quienes buscando
introducir rigurosidad y una metodología que se asemejara más a las de las ciencias físicas,
habían ya criticado los conceptos y métodos utilizados por la economía clásica (o economía
política).[9]
El término “neoclásico” mismo se originó en una crítica global de Thorstein Veblen[11] (fundador
de la escuela institucionalista norteamericana), quien lo utilizó para referirse a quienes el
consideraba compartían las percepciones no científicas de la escuela clásica, especialmente la
utilización de la teoría del valor, incluyendo la tentativa marginalista de reemplazarla con la
teoría del valor subjetivo y la percepción que “más es necesariamente mejor”. Esto incluye a
quienes son generalmente considerados marginalistas.[12]
Lo anterior ha dado origen a una situación más bien confusa. La mayoría de los especialistas
hacen una diferencia entre los marginalistas y los neoclásicos, pero diferentes autoridades
incluyen entre los neoclásicos a diferentes autores. Los autores considerados neoclásicos de
importancia generalmente incluyen Marshall, Pigou y Walras, aunque no es difícil encontrar
obras que incluyen Pareto, Wicksell y Fisher. Así pues, el concepto puede usarse legítimamente
tanto para designar a la obra de todos esos autores (y aquellos influidos por ellos) como solo a
los influidos directamente por el trabajo de Marshall. En los textos de economía el uso implica
comúnmente el sentido más general. Esto, a su vez, ha dado origen a otra confusión: la
influencia de Marshall y Walras —especialmente en asuntos metodológicos— se extiende
incluso al presente. ¿Son todos los economistas entonces "neoclásicos"?. Y, de no serlo, ¿dónde
termina el neoclasicismo?
Sin embargo la posición generalmente aceptada es que, de hecho, hay un grupo de economistas
que pueden ser descritos como neoclásicos en la medida que comparten una serie de
asunciones generales. De acuerdo a David Colander[19] las características del pensamiento
neoclásico; en su acepción más restringida, es decir, como extendiéndose desde
aproximadamente 1870 a 1930; son:
2. Acepta alguna variedad del utilitarismo como jugando un papel central para comprender la
economía.
Sin embargo, como se ha notado, algunos consideran que la escuela se puede encontrar incluso
en el presente. Desde ese punto de vista, Christian Arnsperger y Yanis Varufakis[20] sugieren que
los neoclásicos (y solo los neoclásicos) comparten tres meta-axiomas:
3. Equilibrio metodológico: lo que quiere decir que los neoclásicos asumen que el
comportamiento agregado oscila alrededor de o tiende a un punto de equilibrio económico.
Esto, a diferencia de, por lo menos algunos marginalistas (por ejemplo, Carl Menger), para
los cuales no hay razón alguna por lo cual el mercado deba estar en equilibrio: los
individuos buscan maximizar utilidad o beneficios, no equilibrio. Además, hay problemas
con la asunción de la información perfecta.[22]
Sin embargo cualquier profundización del área revela diferencias de fondo entre los autores
neoclásicos.[23] Esta es, obviamente, un área compleja. Simplificando mucho se podría postular
a nivel introductorio varios "tipos" de neoclasicismo (mantengase presente que los autores que
serán mencionados no contribuyeron exclusivamente en un área):
2. Las aproximaciones de la economía del bienestar; que buscan relacionar las cuestiones de
eficiencia económica con las del bienestar social,[38] representadas por las obras de Pigou,
Edgeworth y Pareto. (ver, por ejemplo, eficiencia de Pareto.
Para Veblen,[46] el concepto de equilibrio es normativo, implicando sin prueba que el equilibrio
es de beneficio para la sociedad y los individuos. Veblen considera que la economía ortodoxa es
teleológica y predarwiniana. Teleológica porque asume que el proceso económico progresa o
tiende a una situación estable (el equilibrio a largo plazo) que ni se observa en realidad ni se
deriva de algún análisis sino que se asume como un dado con anterioridad a cualquier análisis u
observación. Y es predarwinica porque, en la opinión de Veblen, el proceso económico es un
proceso darwiniano de evolución, desarrollándose a través del tiempo como respuesta a
diferentes y cambiantes circunstancias pero careciendo de propósito o diseño.[47] [48]
Desarrollos posteriores
A partir de la crítica de Sraffa las posiciones marshallianas empezaron a decaer, proceso que se
aceleró con la crítica de Keynes especialmente a nivel macroeconómico; sin embargo el
enfoque marshalliano seguía siendo visto como riguroso, especialmente para explicar el
comportamiento microeconómico, lo que a su vez llevó a tentativas por parte de algunos
autores, como John Hicks, de conciliar ambas perspectivas, originándose así la llamada síntesis
clásico-keynesiana.
En la otra mano, las posiciones de la economía del bienestar no solo mantuvieron sino que —
junto a las posiciones de Walras— aumentaron su importancia.[52] [53] [54] Lo mismo se puede
decir del monetarismo.[55]
Se puede entonces sugerir que todo lo anterior ha dejado un legado, posiblemente central, a las
concepciones económicas a partir de la segunda guerra mundial. Este legado se puede percibir
en general tanto en los textos de introducción a la disciplina como los cursos más avanzados,
donde se da por sentado que el método económico se basa en la matemática. En las palabras
de E. Roy Weintraub: "Todos somos neoclásicos ahora, incluso los keynesianos, porque lo que
se enseña a los estudiantes, lo que es la economía principal (mainstream), es economía
neoclásica"[5]
Sin embargo, esa influencia no quiere decir que exista una escuela o movimiento con principios
formalmente establecidos a los cuales todos adhieren explícitamente. Weintraub (op. cit)
sugiere que el neoclasicismo, a partir de 1950, es una metateoría, es decir, un conjunto de reglas
implícitas o un acuerdo no especificado acerca de como construir explicaciones o teorías
económicas aceptables. (para una explicación formal de que es una metateoría, ver Imre
Lakatos: "La metodología de los Programas de investigación científica". Alianza. Madrid. 1993.).
Los grupos o escuelas que aceptarían tal metateoría serían: 1.º: la síntesis clásico-keynesiana;
síntesis neoclásica o "neokeynesianismo". 2.º: El monetarismo asociado con Escuela de
Economía de Chicago, y, 3.º: Los nuevos clásicos.
Síntesis neoclásica
El marginalismo fue el enfoque dominante hasta la crítica keynesiana basada sobre todo en
consideraciones de tipo macroeconómico. Aunque la crítica keynesiana sobre cuestiones
macroeconómicas se consideró valiosa, el enfoque marginalista siguió siendo visto como un
enfoque riguroso especialmente para explicar el comportamiento microeconómico de ciertos
aspectos. Es por eso que algunos autores como John Hicks trataron de construir un enfoque
más amplio que sintetizara las ideas más valiosas de ambos enfoques, el resultado se conoció
como "síntesis neoclásica".
No hay duda que la segunda parte del siglo XX (con la visión originada en Pareto) y la saga de
tratados clásicos de Allais, Hicks y Samuelson; predominó una visión neoclásica que segmentó,
homogenizó, e inclusive, esterilizó una parte sustancial del aporte de los pioneros.
El nuevo clasicismo
Con esa asunción de "racionalidad dinámica" Muth alteró la situación anterior. De la misma
manera que los neoclásicos utilizaban la racionalidad para conseguir equilibrio estático, es
decir, la mantención de los "gastos" en una "tangente" a la línea de restricción presupuestaria y a
la curva de indiferencia, Muth utiliza esa misma racionalidad para llegar a un equilibrio dinámico
u optimalidad a través del tiempo. Mientras sea el caso que los actores individuales ajusten sus
comportamientos de acuerdo a la información que vayan recibiendo o adquiriendo (y no hay
razón aparente para pensar que ese no sea el caso), estarán en una línea óptima que permite
tomar en cuenta y acomodar cambios tanto en lo que puede gastar como en lo que se desea
gastarlo. En otras palabras, y a diferencia de la criticada asunción original, el sistema no
demanda racionalidad o conocimiento perfecto del futuro o del sistema mismo por los actores.
Ni requiere o demanda previsión a un futuro indeterminado o infinito. Solo demanda flexibilidad
en la parte de los integrantes para ajustarse a cambios en las circunstancias y/o información
que se tiene o adquiere.
A pesar de que Muth escribió su artículo en 1961, esta propuesta no adquirió mayor relevancia
hasta que fue incorporada por Robert Lucas en su trabajo acerca de las fundaciones de la
microeconomía. Lucas argumenta que un modelo macroeconómico debe ser construido a partir
de la agregación de modelos microeconómicos.[60]
Lo anterior coincidió con una crítica al tipo de política económica intervencionista practicado
entre 1950 y 1973 (intervencionismo derivado de la propuesta keynesiana y que llevó al período
de mayor expansión económica conocido en la historia de la humanidad.[56] [57] ) por parte de
economistas "neoclásicos", tales como George Stigler, Milton Friedman y el mencionado Robert
Lucas, en un momento que se produjo a partir de 1973 con la Crisis del petróleo de 1973 y la
estanflación subsiguiente en Estados Unidos, favorecieron la crítica a las políticas
neokeynesianas vigentes en el período anterior.[58] Esto ayudó al auge del monetarismo que
empezó a ser influyente en algunas de las políticas macroeconómicas internacionales[61] (ver
Nueva economía clásica).
Esto, a su vez, llevó al desarrollo de la Nueva economía keynesiana[62] (no confundir con el
neokeynesianismo), representada por personajes tales como Jordi Galí, Paul Krugman, Nouriel
Roubini, Joseph Stiglitz, etc.
"El uso del término neoclásico para describir la economía que se practica estos
días no solo no es útil, sino que actualmente dificulta la comprensión por los
estudiantes y el público general de lo que es la economía contemporánea. El
término puede todavía tener alguna función en comparaciones
intertemporales, pero, si se va a usar en ese sentido, es aún más importante
terminar la era neoclásica en algún momento. La economía ha cambiado
enormemente desde los 1870 hasta el presente, y está cambiando
continuamente." ... "Mi argumento contra el uso del término neoclásico para
describir la economía moderna es que esa economía moderna no requiere
adherencia a esos seis atributos. Es mucho más ecléctica. El movimiento de
alejamiento de la economía neoclásica puede ser trazado a los 1930, cuando un
gran sector de la economía neoclásica estaban siendo abandonados por
teoristas de avanzada que trataban de forjar una nueva economía".[19]
En adición hay una variedad de críticas globales al neoclasicismo contemporáneo. Así, por
ejemplo, Bernard Guerrien, fundador de la economía crítica sugiere que
Lee Boldeman,[68] escribiendo desde el punto de vista de la filosofía moral sugiere que la
aproximación neoclásica es dogmática y fundamentalista, basada en simplificaciones
groseras y reglas que intentan reemplazar ( convirtiéndose en) lo "sagrada"[69] tales como la
de la racionalidad de los actores económicos: "Es en este punto que es conveniente recordar
que es el control de nuestra codicia lo que representa una de las victorias principales de la
cultura sobre la "animalidad". Si esto es así, es la codicia lo que también representa una de las
amenazas primarias a nuestra civilización, el fundamentalismo económico es una ideología
que trata de justificar la codicia. En particular, promueve el egoísmo y el materialismo. Incluso
para los no religiosos, sin embargo, la adquisición de riqueza y poder personal no es una base
adecuada para la autodefinición. En consecuencia, el fundamentalismo económico es una
amenaza significativa para nuestra civilización. Su aplicación a las decisiones públicas no se
puede conciliar con la importancia ética de nuestro patrimonio cultural, con sus fundamentos
cristianos, su mandamiento de amar a Dios y amar al prójimo como a sí mismo. Tampoco se
puede conciliar con las otras tradiciones religiosas, incluyendo el Budismo, con sus llamadas
a la compasión y el desapego. Tomar algo que es bueno, como lo son el pensamiento
racional, el análisis económico, los mercados, los derechos humanos, la libertad, la ley, el
dinero o el consumo, y convertirlo en un absoluto es la esencia de una nueva idolatría." (op.
cit. conclusiones).
Donald Gordon señalaba “creo que es extraordinario, en comparación con las ciencias físicas,
que en lo fundamental la visión que los economistas tienen del mundo se ha mantenido sin
cambios desde el siglo XVIII... es un tributo a la supremacía de las fuerzas intelectuales
puramente positivistas”. A ello Francis G. Peabody comentaba “no solamente es
extraordinario sino que es increíble. La visión a la que se refiere Gordon es el postulado de
Adam Smith según el cual las personas son individuos maximizadores que se interrelacionan
en un mercado relativamente libre. El hecho de que los economistas contemporáneos les
parezca similar el mundo actual al de los días de Smith, más que in tributo a su objetividad, es
una ejemplificación de su falta de contacto con la realidad”.
Paul Romer, coincidiendo con otros autores[70] [71] lleva a cabo una profunda crítica la
situación actual de la macroeconomía, a los teóricos de la economía ortodoxa (Mainstream
economics) y específicamente a los economistas neoclásicos de las últimas décadas —sin
nombrarlo al gran gurú Milton Friedman— a quienes considera dogmáticos y creyentes de que
la modelización matemática responde a la realidad de la economía. Según Romer, estarían
alejados de los más elementales principios del método científico aun cuando la economía sea
una ciencia social. Critica además a quienes aplican estas teorías 'idealizadas' por los
'macroeconomistas', a banqueros, industriales, tecnócratas y políticos.[72] [73] [74] [75] [76]
Steve Keen, uno de los pocos economistas que predijo la Gran Recesión, crítica la
interpretación neoclásica de la macroeconomía, por carecer de fundamento empírico. Para
Keen la incapacidad de los economistas neoclásicos para reconocer los problemas que ha
ocasionado la crisis financiera iniciada en 2007 y que desembocó en la Gran Depresión
confirmaría que los postulados de la economía neoclásica son falsos. Considera a los
economistas neoclásicos unos fanáticos. Según Keen, y en contra uno de los principios
fundamentales de las teorías económicas ortodoxas, no existe una curva de oferta y
demanda agregada construible a partir de curvas de oferta individuales, asimismo resultaría
poco creíble el supuesto de productividad marginal decreciente. Tampoco funcionaría la
teoría convencional de la distribución en función de la aportación marginal de los
factores.[77] [78] Keen está influenciado por economistas como Hyman Minsky, Irving Fisher,
John Maynard Keynes, Piero Sraffa, Joseph Alois Schumpeter y Francois Quesnay.[79] [78]
A pesar de todas las críticas señaladas, la economía neoclásica es la que más se enseña en
aulas porque muchos la consideran una buena base para pensar y resolver numerosos
problemas económicos fundamentales.[¿quién?]
Notas y referencias
1. Costa; Langer; Rodríguez (2003): "Marshall, entonces, centra gran parte de su análisis en los
precios y su determinación a partir de los avatares de la demanda. Para ello realiza una
síntesis entre la teoría marginalista moderna y la teoría clásica de Smith y Ricardo. De aquí el
nombre de “neo-clásica”. en "Fundamentos de Economía" cap 10 PROCESO HISTÓRICO Y
GÉNESIS DE LAS ESCUELAS DEL PENSAMIENTO ECONÓMICO (http://www.economia-cbc.or
g.ar/archivos/capitulo%201%20vf%20costa%20rodriguez%20langer.pdf) Archivado (https://
web.archive.org/web/20111130063106/http://www.economia-cbc.org.ar/archivos/capitulo%
201%20vf%20costa%20rodriguez%20langer.pdf) el 30 de noviembre de 2011 en Wayback
Machine. p 27
2. Stanley L Brue y Randy R Grant; (2008): Historia del pensamiento económico (Spanish
Edition). Editorial: Cengage Learning, México
3. Como es generalmente aceptado — ver, por ejemplo, Steven Pressman: "Fifty major
economists" Routledge, 2006 (2nd edition) — el foco de atención de la escuela clásica son los
grupos o clases de individuos, estudiando, por ejemplo, lo que determina los salarios
recibidos por los trabajadores en general más que lo que cada trabajador individual recibe; o
qué ocasiona que la tasa de ganancia suba o baje, más que los factores que ocasionan la
ganancia de una empresa particular, etc. A diferencia, los marginalistas se basaron en el
Individualismo metodológico.
4. Por ejemplo: David C. Colander, Richard P.F. Holt, and J. Barkley Rosser, Jr.: The Cutting Edge
of Economics (https://web.archive.org/web/20120730172703/http://cob.jmu.edu/rosserjb/Th
e%20Cut3.doc)
7. Andreas Novy: "La teoría neoclásica es el paradigma dominante en las ciencias económicas, y
por ello se la señala también como Mainstream o la ortodoxia. Esta caracteriza a la economía
no tanto como un sistema cerrado, sino como un método de optimización, el que es aplicable
a la sociedad en su totalidad." en 2.2 La teoría neoclásica (http://www.lateinamerika-studien.a
t/content/wirtschaft/ipoesp/ipoesp-753.html)
12. Para una introducción en castellano al área, ver Margarita Barallano Cid: Los fundamentos de
la teoría social de Thosrtein 6. Veblen: La "revuelta" contra el Homo Oeconomicus de la
"economía recibida" (http://eprints.ucm.es/tesis/19911996/S/1/S1002301.pdf) .- para
profundizar: Veblen's Criticism Of Neo Classical Theory (http://www.economictheories.org/20
08/07/veblens-criticism-of-neo-classical.html)
15. G.F. Shove: “en relación al contenido analítico, los “Principios” (de economía) descienden en
linea directa a través de Mills de Ricardo y a través de Ricardo, de Adam Smith... el esquema
teorético creció de una tentativa de probar (test) y solventar las fallas en las doctrinas de
Ricardo a través del uso de un aparato matemático - en otras palabras, de traducirlas a
ecuaciones diferenciales y hacerlas más generales”: “Centenial Essay”, (p 295-6) citado por
A.L. Levine: “Marshall and the Classical Tradition” Journal of Post Keynesian Economics, Vol,
4, N 4, summer 1982
16. Para un punto de vista "austriaco" de esas diferencias, ver Robert P Murphy: Austrian vs.
Neoclassical Analytics (https://www.youtube.com/watch?v=qArpSSmmFJw) (video de
charla en inglés del Ludwig von Mises Institute
18. Para un análisis mas detallado de todo esto, ver TEMA 5. La revolución marginalista y el
paradigma neoclásico (http://personales.unican.es/domingur/5.pdf)
22. Rafael Domínguez Martín: "Para Menger, al contrario que para los otros descubridores de la
utilidad marginal, los mercados no tienen porque estar en equilibrio cuando los individuos
maximizan su utilidad (hay problemas de información imperfecta), de ahí la importancia que,
desde el principio, la escuela austríaca va a otorgar a la figura del empresario como un agente
que busca información y aprovecha oportunidades de obtener beneficios, de lo que se deriva
una noción de competencia como un proceso dinámico, frente al concepto estático de Walras
y Jevons. " en
TEMA 5. LA REVOLUCIÓN MARGINALISTA Y EL PARADIGMA NEOCLÁSICO (htt
p://personales.unican.es/domingur/5.pdf) (p 9)
24. Por ejemplo: Clem Tisdell, Keith Hartley: Microeconomic policy: a new perspective (http://boo
ks.google.com/books?id=kdnR_C9hA8YC&pg=PA136&lpg=PA136&dq=typical+marshallians&s
ource=bl&ots=x6nxHEBaZo&sig=LMMsk4UJEJ8wWd8ZbgAKS3xcUWI&hl=en&ei=7NUvTIH4K
qP80wT0qdjUBA&sa=X&oi=book_result&ct=result&resnum=2&ved=0CBUQ6AEwATgK#v=one
page&q&f=false)
25. John Cunningham Wood (editor) (1996): Alfred Marshall: critical assessments. Second series
(http://books.google.com/books?id=ZIgGi8QO0dMC&printsec=frontcover&source=gbs_ge_su
mmary_r&cad=0#v=onepage&q&f=false)
26. Ver, por ejemplo Alfred Marshall et al: The Correspondence of Alfred Marshall, Economist: At
the summit, 1891-1902 (http://books.google.com/books?id=Uz9Y6GqphAQC&pg=PR19&lpg=
PR19&dq=Marshal+as+logician&source=bl&ots=mgh_VyLF00&sig=tug3XGSd6UcrXvXm0W6u
FLMfSGE&hl=en&ei=ldpWTpSKIcyzhAfikbigDA&sa=X&oi=book_result&ct=result&resnum=9&ve
d=0CD4Q6AEwCDgK#v=onepage&q=logic&f=false) p 405
27. Marshall: “[un] buen teorema matemático que se ocupe de hipótesis económicas es muy
improbable que sea buena teoría; y cada vez más me he ajustado a las reglas siguientes:
1)Usar las matemáticas como lenguaje taquigráfico más bien que como instrumento de
investigación; 2) mantenerlas hasta haber logrado resultados; 3) traducir éstos al inglés; 4)
aclararlos con ejemplos importantes de la vida real; 5) quemar las matemáticas; 6) si no es
posible conseguir el número 4 quemar el 3. Esto último lo he hecho con frecuencia”.
28. Manuel Guerrero (2001): "Si bien aquí se hace referencia a la economía política y a la
economía debe distinguirse que mientras la una reflejaba la relación entre economía y la
política la segunda está íntimamente conectada con los juicios normativos, es decir, que
abarca cuales debían de ser las metas de la sociedad, sin embargo el trabajo de Marshall,
refleja que su fuerte se hallaba en el arte de la economía que es capaz de relacionar la ciencia
positiva con las metas normativas; es decir que se concentró en la aplicación de la teoría y en
la teoría aplicada." y "A diferencia de los clásicos, Marshall estaba convencido que la
economía tenía la tarea principal, de eliminar la pobreza a tal punto que reclamó a Ricardo el
hecho de no entender que la pobreza genera más pobreza, dado que la falta de recursos en
las familias no garantizan, ni la salud, ni la preparación para permitirles ganar más." en Alfred
Marshall - pensamiento económico (http://www.gestiopolis.com/canales/economia/articulo
s/17/Ciclope12.htm)
30. Esta es un área compleja. Para una introducción, ver D.A. Walker, en “A Defense of Marshall on
Substitute and Complements in Consumptions” en Alfred Marshall: critical assessments.
Second series (http://books.google.com/books?id=ZIgGi8QO0dMC&printsec=frontcover&sour
ce=gbs_ge_summary_r&cad=0#v=onepage&q&f=false)
31. por ejemplo Samuel Bowles y Herbert Gintis (2000): WALRASIAN ECONOMICS IN
RETROSPECT (https://docs.google.com/viewer?a=v&q=cache:FUTzXI80JCwJ:citeseerx.ist.ps
u.edu/viewdoc/download%3Fdoi%3D10.1.1.137.3177%26rep%3Drep1%26type%3Dpdf+walras
ian+economics&hl=en&pid=bl&srcid=ADGEEShqkguJV8-WmoExAdsd5plKre8v4Tk4_y5eIdwAU
_OnX92KOZ2DIEqVaVKJ4SMjScs8WU4B9RQJ3sPCNYmFS7mnUDlZy-LESvIxXD7tkKWSDXH-d
kNq7NPbEfSWcIXDgZDd3AJE&sig=AHIEtbQnt0eyBrbyiiIT3hFGI_SAJ-Zynw) o E.S. Andersen:
Appraising Schumpeter's 'Essence' after 100 Years: From Walrasian Economics to
Evolutionary Economics (http://ideas.repec.org/p/aal/abbswp/06-35.html)
32. Por ejemplo, Murray Rothbard escribe: “Desde la Segunda Guerra Mundial, la economía
principal (mainstream) ha seguido el paradigma del equilibrio general del economista suizo
Léon Walras” en: Breaking Out of the Walrasian Box: The Cases of Schumpeter and Hansen (h
ttps://mises.org/journals/rae/pdf/R1_6.PDF)
34. Douglas Vickers (1997): Con el trabajo de Walras, la economía “ha llegado a ser casi
exclusivamente un asunto de técnica matemática, efectivamente divorciada de sus anteriores
presupuestos éticos” ( Economics and ethics: an introduction to theory, institutions, and
policy (http://books.google.com/books?id=Hzf2nMrMDdcC&pg=PA33&lpg=PA33&dq=%22Leo
n+Walras%22+%2B+ethics&source=bl&ots=Zl75-1SjdG&sig=nCUbD4cD1l3DeoYUDhDaLFcDW
CU&hl=en&ei=sHdZTunvEMW58gOS_smpDA&sa=X&oi=book_result&ct=result&resnum=5&ved
=0CC0Q6AEwBA#v=onepage&q=%22Leon%20Walras%22%20%2B%20ethics&f=false) , p 33:
Contemporary Constructions.) Sin embargo, no todos están de acuerdo. Por ejemplo: RF
Hebert (2003) sugiere que la matematización y abandono del aspecto ético debe atribuirse a
Jules Dupuit, ver Ethics, Engineering, and Natural Monopoly: The "Modern Debate" between
Leon Walras and Jules Dupuit (http://muse.jhu.edu/journals/hpe/summary/v035/35.4ekelun
d.html) y sugieren que Walras era "socialista". Sin embargo, el punto es altamente debatible.
Ver Renato Cirillo The 'Socialism' of Leon Walras and His Economic Thinking (http://people.u
mass.edu/woojin/Socialism%20of%20Leon%20Walras.pdf) (enlace roto disponible en Internet
u/woojin/Socialism%20of%20Leon%20Walras.pdf) ).
35. Heinz D. Kurz and Neri Salvadori: One Theory or Two? Walras's Critique of Ricardo (http://ww
w.uni-graz.at/heinz.kurz/pdf/Walras&Ricardo.pdf) Archivado (https://web.archive.org/web/2
0110728042041/http://www.uni-graz.at/heinz.kurz/pdf/Walras%26Ricardo.pdf) el 28 de
julio de 2011 en Wayback Machine.
36. Ver, por ejemplo: Claus Thomasberger (2005): The Two Utopias of Economics: Human
Freedom and the Mechanism of Competition (https://web.archive.org/web/20120415112424/
http://www.f3.htw-berlin.de/Professoren/Thomasberger/pdf/Theorie3.pdf)
38. Por ejemplo: Bonifant Cisneros, A.; Accinelli Gamba, E: ANÁLISIS DEL BIENESTAR EN
ECONOMÍA (http://www.uaq.mx/investigacion/difusion/veranos/memorias-2009/11VCRC_4
6/3_Bonifant_Cisneros_A.pdf) - Ver también Introducción a la economía del bienestar (http
s://web.archive.org/web/20110816111406/http://www.uam.es/personal_pdi/economicas/ral
opez/eleccionsocial/Tema8.pdf)
41. DAVID LAIDLER: Financial Stability, Monetarism and the Wicksell Connection (http://www.rofe
a.org/index.php/journal/article/viewFile/13/5)
47. Ver, por ejemplo: Veblen's Criticism Of Neo Classical Theory (http://www.economictheories.or
g/2008/07/veblens-criticism-of-neo-classical.html)
48. Joseph P. Wesson: "The Teleological Impulse: Thorstein Veblen, the Philosophy of Science,
and Existentialism" (https://web.archive.org/web/20110722054237/http://129.3.20.41/eps/m
het/papers/9808/9808002.pdf)
49. Para una introducción a esos argumentos ver Bertram Schefold "Mr. Sraffa on joint production
and other essays" Essay 3: Critique of Neoclassical Theory (http://books.google.com/books?i
d=Z78j9IZON48C&pg=PA291&lpg=PA291&dq=sraffa+critique+of+neoclassicism&source=bl&o
ts=L-v2Q6_vcY&sig=u9NhpsyNi9baafCXHeWps_IvORA&hl=en&ei=UBkyTNvnOtO6jAfn6NmWB
g&sa=X&oi=book_result&ct=result&resnum=5&ved=0CCUQ6AEwBA#v=onepage&q&f=false)
50. De acuerdo a Wittgenstein fue sobre todo la aguda y fuerte crítica de Sraffa que lo forzó a
abandonar sus visiones originales y a embarcarse en nuevas rutas. Wittgenstein agrega que
sus discusiones con Sraffa lo hicieron sentirse “como un árbol del cual todas las ramas han
sido podadas”. - Wittgenstein, citado por J. B. Davies, en Sraffa, Wittgenstein and neoclassical
economics (http://cje.oxfordjournals.org/cgi/pdf_extract/12/1/29)
51. Por ejemplo: vi J. Cohen, G. C. Harcourt, "Whatever Happened to the Cambridge Capital
Theory Controversies?," (http://www.econ.yorku.ca/~avicohen/Linked_Documents/JEP_Cohe
n_Harcourt.pdf) Archivado (https://web.archive.org/web/20040420154221/http://www.eco
n.yorku.ca/~avicohen/Linked_Documents/JEP_Cohen_Harcourt.pdf) el 20 de abril de 2004
en Wayback Machine. Journal of Economic Perspectives, 17(1), Winter 2003, 199–214
52. Louis Makowski; Joseph M. Ostroy: Perfect Competition and the Creativity of the Market (htt
p://www.nvcc.edu/home/jmin/ReadingStuff/Perfect%20Competition%20and%20Creativity%20
of%20the%20Market%20by%20Makowski%20and%20Ostroy.pdf) Archivado (https://web.arc
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61. Ernesto Sheriff escribe: "Friedman aparece en la crisis de los 70 como el beneficiario del
derrumbe del keynesianismo
siendo asociado a los gobiernos de Nixon, Ford, Reagan y
Tatcher (en Gran Bretaña), conocidos como los gobiernos más ortodoxos en la línea
económica. Con un marketing impresionante, en 1979 Friedman publica su libro “Libertad de
elegir” donde resume sus ideas políticas y abriendo paso a un grupo de adeptos, esta vez
mucho menos letrados, que bajo la etiqueta de neoliberalismo trataban de aplicar y entender
lo que libros de menor rigor científico (como el citado) ofrecían". en Milton Friedman: de
Keynes a Lucas (http://www.sheriffasoc.com/publicaciones/milton_friedman.pdf)
Archivado (https://web.archive.org/web/20110813165242/http://www.sheriffasoc.com/publi
caciones/milton_friedman.pdf) el 13 de agosto de 2011 en Wayback Machine.
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macroeconomics (http://www.columbia.edu/%7Emw2230/macro20C.pdf) , mimeo,
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69. Boldeman: The Cult of the Market - Economic Fundamentalism and its Discontents (http://epr
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Datos: Q60571
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