Está en la página 1de 7

Estudiante: Evelyn Johanna Caranqui Suasnavas

FORO: Escuelas del pensamiento económico, Marginalista, Neoclásico, institucional y bienestar


y keynesiana, las contribuciones y principales autores correspondiente al segundo bimestre.
Esta escuela centra su atención en el análisis del funcionamiento de los mercados y en la teoría
de la formación de los precios. La teoría de la distribución de la renta es para el marginalismo
una prolongación de la teoría de los precios. Con el descubrimiento de la noción de incremento
del valor marginal fue posible hacer un mayor uso de las matemáticas (concretamente, del
cálculo diferencial) en el análisis de los problemas económicos, que les permitió a los
economistas marginalistas elaborar una teoría de la formación de los precios de los bienes de
consumo, de los factores de la producción y de las condiciones de satisfacción o bienestar de los
consumidores en un orden económico de mercado lógicamente consistente. Como ha señalado
Kenneth E. Boulding, el análisis marginal no es otra cosa que una teoría de la optimización.
La metodología de la escuela marginalista era principalmente axiomática–deductiva. Se basaba
en un conjunto finito de axiomas, que permitían por medio de la lógica deductiva derivar el resto
de la estructura lógica.
Es en pocas palabras una corriente de pensamiento económico cuya característica principal es la
utilización del análisis marginal en los problemas económicos.
La escuela marginalista basa la noción de valor en elementos psicológicos (deseos, necesidades)
y no sólo en los costos de producción. Los autores que impusieron este método de pensamiento
económico durante el siglo XIX prosiguieron las investigaciones del filósofo francés Condillac
(1715-1780), que en su obra Tratado de las sensaciones había esbozado una teoría subjetiva del
valor. Según Condillac, las operaciones económicas tienen únicamente origen en los deseos de
los individuos.
El inglés Stanley Jevons (1835-1882), el francés Leon Walras (1834-1910) y el austríaco Carl
Menger (1840-1921) fueron los fundadores de las principales escuelas marginalistas. Los tres
consideraban, al igual que Condillac, que la intensidad de un deseo disminuye con su
satisfacción, y sostenían que para un bien supuestamente divisible la última parte de dicho bien
(la menos deseada) determina el valor del conjunto.
Walras superó rápidamente las pautas marginalistas y se interesó en los estudios
macroeconómicos que ponían de manifiesto la interdependencia de los datos económicos.
Mientras que Jevons intenta aplicar las matemáticas para definir el interés individual, Menger
desarrolla en su enseñanza una poderosa corriente de investigación marginalista que dará
nacimiento a la escuela de Viena. Ésta intenta reconstruir, a partir de la nueva noción de valor,
todos los mecanismos económicos. También propone una explicación del valor de los bienes de
producción, del interés, de la moneda, etc.
A pesar de la diversidad de investigaciones en que se basa, el marginalismo intenta un nuevo tipo
de razonamiento: el cálculomarginal, inspirado en el cálculo diferencial, que se sustenta en las
variaciones límite. De este modo el marginalismo no es sólo una corriente de pensamiento que
corresponde a una etapa de la historia económica, sino que aporta a la ciencia económica
rigurosos medios instrumentales, independientes de las opciones doctrinales.
A finales del siglo XIX y principios del XX el marginalismo perdió parte de su reputación. Al
hacer de la economía una ciencia aparentemente neutra sus adeptos se apartaron de las realidades
concretas, en particular de las relativas a la combinación de los factores de producción en el
proceso, sumamente complejo, de la revolución industrial. Por otro lado, al reducir sus
investigaciones a los deseos del hombre los marginalistas tendieron a reforzar el individualismo
propio de la sociedad liberal.
La escuela marginalista (tradición inglesa que pone el énfasis en la teoría de la utilidad) será el
antecedente más directo de la escuela neoclásica (la tradición del equilibrio general: Walras,
Pareto) que funda la visión más formalista de la economía ortodoxa. La metodología de la
escuela marginalista era básicamente axiomática-deductiva. El objetivo era establecer un sistema
lógico completo (libre de valores) y no el de responder a cuestiones políticas.
La publicación, en 1936, de la “Teoría general” de John Maynard Keynes supuso la instauración
de un nuevo paradigma económico. La reacción de la ortodoxia fue la de tratar de incorporar las
soluciones ofrecidas por Keynes a las teorías ya existentes, de modo tal que no entrara en
conflicto con la corriente principal.
Ésta es la razón por la que el cuerpo teórico desarrollado durante esta época es conocido como
“síntesis neoclásica keynesiana”.
Así, nuevos problemas metodológicos llegaron al aparecer la urgencia de dar razón explicativa a
los casos en donde el “desequilibrio” teórico aparecía. Era preciso desarrollar algún tratamiento
explícito del desequilibrio que mostrara un proceso dinámico que encajara en el modelo del
equilibrio.
Crítica a la escuela clásica
Como es generalmente aceptado1 la economía o escuela clásica centra su atención en los grupos
o clases de individuos. Estudia lo que determina los salarios en general, en lugar de lo que recibe
cada trabajador. Asimismo, se interesa en qué ocasiona que la tasa de ganancia suba o baje, más
que los factores que ocasionan la ganancia de una empresa particular, etc.
Una segunda característica del clasicismo es su interés en la generación y distribución de la
utilidad económica. Empezando con Quesnay, los economistas políticos se interesaron en el
fenómeno del resultado "extra" del proceso de producción. Lo anterior llevó al desarrollo de una
teoría del valor específica, así como a tentativas de explicar la mayoría de los fenómenos
económicos en relación a ese concepto. A su vez, llevó a una situación en la cual algunos
buscaron clarificar y formalizar tales términos y la disciplina misma.
Orígenes y evolución del marginalismo
Precursores
A pesar de algunas tentativas anteriores de matematizar la economía —por ejemplo, el trabajo de
William Petty— se considera que el primer intento exitoso de introducir métodos matemáticos a
la economía provino del matemático Antoine Augustin Cournot, quien utilizó el cálculo para
explicar la conducta de consumidores y empresas y definió el concepto de costo marginal e
ingreso marginal.
Inicio
El inicio de esta escuela se dio cuando en la década de 1870, casi simultáneamente, tres
economistas de diferente nacionalidad publicaron sus libros más reconocidos
William Jevons en Inglaterra (precursor de la Escuela de Cambridge sistematizada por Marshall)
descubrió independientemente el concepto de utilidad marginal y el principio de «disminución
marginal de utilidad».5 Jevons buscó explicar la conducta de los consumidores. De acuerdo a él,
los consumidores comprarán (dados sus ingresos) lo que valoren o consideren sea mejor y esa
elección llevara al mejor resultado tanto para ellos como para todos.
Carl Menger en Austria (precursor de la Escuela de Viena sistematizada por Böhm-Bawerk)
propuso que la economía puede o debe ser una disciplina deductiva, basando sus "leyes" y
generalizaciones en premisas que se sabe son ciertas. Este planteamiento lo transformó en el
padre de la escuela austriaca.
Léon Walras en Suiza aunque nacido en Francia (precursor de la Escuela de Lausana
sistematizada por Pareto) propuso una teoría del equilibrio general que implica la interrelación
de todos los procesos económicos. Walras lo modeló a través de numerosas ecuaciones y afirmó
que había demostrado el equilibrio general.8 Sin embargo, pasarían casi 80 años para que Arrow-
Debreu demostraran auténticamente la existencia de dicho equilibrio. Walras es generalmente
estudiado entre los matematizadores de la economía.
Léon Walras reintrodujo un interés en los grupos de individuos, para lo cual empleó los
conceptos de promedio y total (por ejemplo, producto promedio, demanda total o efectiva). A
pesar de que Walras fue un fuerte defensor del individualismo metodológico, propuso una teoría
del equilibrio general que requiere una concepción interrelacionaria de los procesos económicos:
cuando un mercado cambia, cambian todos los otros. Walras produjo un conjunto de ecuaciones
que permite establecer los precios de todos los bienes en función de un bien escogido
arbitrariamente —que sirve como unidad de comparación o “numéraire” en sus palabras—. En
otras palabras, las ecuaciones de Walras no pueden explicar por qué un bien X cuesta una
cantidad determinada de dinero, pero explica por qué ese bien X cuesta lo que sea en relación a
otro bien Y. Ese numerario puede ser el precio del trabajo, lo que reintroduce la percepción
básica de la teoría del valor clásica. Consecuentemente, Walras es considerado un antecedente
importante de la escuela neoclásica, que algunos consideran la aproximación dominante incluso
en el presente.910 Walras es generalmente estudiado entre los matematizadores de la economía.

Desarrollo
Luego de los tres pioneros seguirían una pléyade de economistas que siguieron con el análisis
marginalista de la economía:
Francis Edgeworth formalizó la propuesta a favor del mercado libre de Ricardo, al mostrar como
ese mercado beneficiaría tanto a individuos como países. Edgeworth utilizó extensamente el
cálculo y desarrolló la noción de la curvas de indiferencia, aplicándolas al estudio del cambio o
compra-venta, lo que lo llevó a desarrollar las llamadas "cajas de Edgeworth".
John Bates Clark estudió cómo se determinan tanto los salarios como las ganancias de las
empresas y llegó a la conclusión de que se deben a la productividad marginal del trabajo y las
máquinas, respectivamente.
Knut Wicksell mostró que, en un sistema competitivo, los factores de producción recibirán
ingresos iguales a sus productividad marginal y que la suma de esas montos será igual al
producto total de la empresa. Motivado por resolver los problemas de la pobreza derivados de la
desigualdad de ingreso producto de esa distribución marginalista, Wicksell planteó una teoría del
gasto público o fiscal que lo ha transformado en el padre de la economía mixta.
Alfred Marshall no fue un innovador sino más bien un sistematizador. Así, propuso una visión
general de los desarrollos anteriores que culminaron en su formulación de un equilibrio parcial o
microeconómico. Marshall reintroduce algunos conceptos clásicos bajo la forma de “agregados";
por ejemplo, la oferta agregada, reincorporando la teoría de los costos de John Stuart Mill dentro
de un esquema marginalista, mientras que la teoría de la demanda agregada tiene por base la
concepción de Jevons sobre la utilidad. Marshall fue el responsable por el cambio del nombre de
la disciplina de economía política a economía. Marshall otorgó más importancia al concepto de
relación marginal de sustitución que al de utilidad. Esto ha llevado a algunos a hablar de una
economía "marshalliana" que generalmente se equipara a la escuela neoclásica.
Aportes
Crítica de la teoría del valor-trabajo
Desde el punto de vista marginalista, el problema central de la teoría clásica del valor es que
asume que la producción es el resultado únicamente del trabajo, por lo que iguala o deriva los
precios de ese valor-trabajo. En el ejemplo de Quesnay, la diferencia (plusvalía) entre la semilla
utilizada y lo cosechado es atribuido directamente y únicamente al trabajo de los campesinos.
Esto lleva naturalmente a percibir el «valor» de ese producto como igual al del trabajo necesario
para producirlo. Pero aun aceptando eso como correcto, es obvio que los precios de los bienes en
el mercado no son necesariamente iguales a ese cantidad (de trabajo).
El marginalismo propone la teoría de la utilidad marginal o teoría del valor subjetivo, de acuerdo
a la cual el precio es determinado por la percepción de los individuos de la utilidad o beneficio
que un bien, cosa o servicio le proporcionara en relación a sus necesidades en un momento dado.
El valor de ese bien o servicio fluctuara —a diferencia de la teoría clásica que ve ese valor como
constante— en relación a la necesidad específica. Por ejemplo, el primer vaso de agua para un
sediento es más importante (tiene más valor, entendido como "valor de uso" o "utilidad") que el
quinto o el décimo. Ese consumo extra produce un valor menor para ese usuario que el primero.
Consecuentemente, disminuye lo que ese individuo estaría dispuesto a pagar para continuar
consumiendo. La utilidad marginal o la importancia de un bien o servicio para un individuo es
una cuestión de circunstancias y preferencias personales. Ese mecanismo sugiere otra
explicación satisfactoria de como se forman los precios en un mercado real, cómo y por qué
fluctúan, etc.16171819 Aunque no está completamente claro cómo se derivan precios de
utilidades subjetivas ya que la relación entre un valor de uso y el sujeto que lo va a consumir es
subjetiva, individual e intransferible, y por lo tanto impide la comparación de “satisfacciones”.
Formalización de la economía
Los marginalistas, empezando con Cournot,20 fueron los primeros en iniciar de manera exitosa
la creación de un lenguaje formalizado para la disciplina, proyecto que fue esencial para su
transformación en ciencia.
La formalización de la economía ha tenido lugar especialmente a través del uso de matemáticas.
Permite que se propongan, estudien y generalicen relaciones de interés con claridad, rigurosidad
y simplicidad que, adicionalmente, pueden ser probadas (tested) en áreas extensas y complejas,
todo lo cual sería difícil utilizando términos informales.
Adicionalmente, el uso de las matemáticas (incluyendo modelos matemáticos y modelos
numéricos) permite a los economistas hacer y probar propuestas claras y específicas sobre áreas
controvertidas y formular pronósticos o examinar los posibles resultados de propuestas políticas
o sucesos con repercusiones económicas, lo que permite ya sea modificar esas propuestas o
tomar algunas medidas paliativas en relación a desarrollos negativos.
Individualismo metodológico
Artículo principal: Individualismo metodológico
El marginalismo critica el proyecto clásico por ofrecer una explicación de fenómenos
económicos basada en grupos o clases de individuos. Esa crítica implica el rechazo a la
percepción de que una colectividad sea un organismo autónomo, actuando por sí misma y
forzando o llevando a sus integrantes a actuar de una cierta manera.
Los marginalistas asumen que los fenómenos económicos en general (estructura y cambios) son
explicables por las acciones de individuos, incluyendo sus metas y creencias. Para el conjunto o
sociedad, tal explicación y comprensión amplia se basa en el agregado de las decisiones de los
individuos como tales.
Asunción de racionalidad
Todo lo anterior asume que los individuos se comportan racionalmente en términos económicos.
Por ejemplo, una asunción central es que las preferencias individuales son estables y
transferibles. Si alguien prefiere el bien A al bien B y el B al bien C, se asume que el bien A será
preferido al bien C ahora y en futuro previsible. Esta asunción central del marginalismo
reemplaza la visión clásica en la cual fuerzas económicas, percibidas o no (tales como la mano
invisible o el determinismo de la economía) llevan a los individuos a actuar aun sin su
conocimiento de ciertas maneras. En la percepción marginalista los individuos actúan desde su
punto de vista.
Legado del marginalismo
Todo lo anterior ha dejado un legado, posiblemente central, al desarrollo de las concepciones
económicas posteriores. Este legado se puede percibir en general tanto en los textos de
introducción a la disciplina como los cursos más avanzados.
Esa percepción se puede trazar directamente a la influencia tanto de Marshall de Walras ya sea
individual o conjuntamente, en el desarrollo de la economía neoclásica, que es generalmente
percibida como formando el centro ideológico o teórico de la economía moderna. En las palabras
de E. Roy Weintraub: "Todos somos neoclásicos ahora, incluso los keynesianos, porque lo que
se enseña a los estudiantes, lo que es la economía principal (mainstream), es economía
neoclásica".
Mucha de esa economía moderna se basa el estudio del equilibrio general de Walras y el
equilibrio parcial de Marshall.
Carl Menger —junto a Eugen von Böhm-Bawerk y Friedrich von Wieser— son considerados
fundadores de la escuela austriaca.
Knut Wicksell es considerado fundador de la escuela sueca o de Estocolmo que, a su vez, es
considerada fundamental para la economía mixta y de gran influencia en el keynesianismo.31
Adicionalmente, Wicksell es considerado fundamental para el monetarismo.
Desarrollos posteriores y críticas
A partir de los aportes de Menger, Wicksell, Walras y Marshall los desarrollos llevaron
crecientemente a la diferenciación de percepciones, lo que eventualmente dio origen a escuelas.
Si bien es correcto percibir esos autores como compartiendo una visión o fundación marginalista,
sería conducente a error sugerir que el marginalismo es equiparable o se desarrolló
posteriormente a partir principalmente del trabajo de cualquiera de ellos. Esto ha llevado
generalmente a denominar a quienes siguen a Marshall como neoclásicos.

El término neoclásicos se originó en una fuerte crítica de Thorstein Veblen - fundador de la


escuela institucionalista (norte)americana- quien lo utilizó para referirse a quienes él consideraba
compartían las percepciones no científicas de la escuela clásica, especialmente la utilización de
la teoría del valor, incluyendo la tentativa de reemplazarla con el concepto de utilidad (ver más
abajo) y la percepción que “más es necesariamente mejor”. Desde ese punto de vista, todos los
autores mencionados son neoclásicos.
El término se generalizó para referirse a los seguidores de la "economía marshalliana". Desde
este punto de vista, ni Wicksell ni Menger (o los seguidores de ambos) serían neoclásicos.35
Críticas
El criticismo de Veblen es global.36 Para él el concepto de equilibrio es normativo, implicando
-sin prueba- que el equilibrio es de beneficio para la sociedad y los individuos. Veblen considera
que la economía ortodoxa es teleológica y pre-darwiniana. Teleológica porque asume que el
proceso económico progresa o tiende a una situación estable (el equilibrio a largo plazo) que ni
se observa en realidad ni se deriva de algún análisis sino que se asume como un dado con
anterioridad a cualquier análisis u observación. Y es predarwinica porque, en la opinión de
Veblen, el proceso económico es un proceso darwiniano de evolución, desarrollándose a través
del tiempo como respuesta a diferentes y cambiantes circunstancias pero careciendo de propósito
o diseño.
Se han también sugerido críticas parciales. Así, por ejemplo, en lo referente al individualismo
metodológico Hodgson trata de construir una teoría evolutiva del funcionamiento de la economía
que acude a conceptos extraídos de la biología. Hodgson considera que la unidad básica de
modelización debe ser la institución, ya que es el mecanismo que sirve para transmitir
información a lo largo del tiempo. Piori propone un nuevo concepto de individualismo, basado
en las interacciones sociales, que puede acoger como caso particular (aunque reinterpretado) al
principio del individualismo metodológico utilizado por la economía neoclásica.
Respecto a la racionalidad de los actores económicos se ha argumentado que esa asunción no
puede restringirse a la "acción lógica".40 Desde el punto de vista de la escuela austriaca, la
racionalidad de la acción humana simplemente significa que esa acción tiene un motivo o
propósito. Así por ejemplo, bailar para hacer llover puede ser ilógico o no científico, pero tiene
un motivo, y es por lo tanto, desde el punto de vista de esa escuela, racional. Otros41 consideran
que el concepto debe incluir "razones o motivos emocionales", lo que implica que la economía
debe aceptar la racionalidad de acciones cooperativas, solidarias, compasivas, etc. (véase
también racionalidad limitada).

Bibliografía
https://www.gestiopolis.com/el-marginalismo-en-la-teoria-economica/
https://olea.org/~nadia.troncoso/Tesis_de_licenciatura/La_escuela_marginalista_y_la_s
%C3%ADntesis_neocl%C3%A1sica_keynesiana.html
https://es.wikipedia.org/wiki/Marginalismo

También podría gustarte