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COLEGIO NACIONAL “JUAN DE ROSA NÚÑEZ”

Dirección: Barrio San Pedro.


Salto del Guairá – Canindeyú – Paraguay

MINISTERIO DE EDUCACIÓN Y CIENCIAS.

BACHILLERATO CIENTÍFICO CON ÉNFASIS EN CIENCIAS BÁSICAS Y SUS


TECNOLOGÍAS.

PROYECTO EDUCATIVO.

“EL MACHISMO”

AUTORES:

➢ VANEZA ARACELI FRANCO GAYOSO.


➢ PEDRO ALEJANDRO ARZAMENDIA.
➢ FANY MONSERRAT YEGROS.

TUTOR/A:

LIC. MARISA BENÍTEZ.

AÑO: 2022
SALTO DEL GUAIRÁ – CANINDEYÚ – PARAGUAY

2.022

EL MACHISMO – UN PROBLEMA SOCIAL.

Proyecto Educativo presentado por los alumnos del 3er curso del Colegio Nacional
Juan de Rosa Núñez, como requisito para la aprobación del Bachillerato Científico con
Énfasis en Ciencias Básicas y su Tecnologías.

AUTORES:

“El Machismo – Un problema Social” 2


ÍNDICE Introducción..........................................................¡Error! Marcador no definido.
1- Planteamiento del problema.........................................................................................10

2- Pregunta general............................................................................................................12

3- Preguntas específicas.....................................................................................................12

4- Objetivo general.............................................................................................................13

5- Objetivos específicos......................................................................................................13

6- Justificación....................................................................................................................14

7- Marco conceptual...........................................................................................................16

8- Marco teórico..................................................................................................................19

8.1. Antecedentes teóricos....................................................................................19

8.2. Diferenciación entre ambos sexos.................................................................22

8.3. Formas de Machismo....................................................................................26

8.4. Características del machismo........................................................................27

8.5. Violencia contra la mujer..............................................................................29

9- Marco referencial...........................................................................................................32

9.1. El Machismo – Causas y Consecuencias......................................................32

10- Marco Legal..................................................................................................................37

11- Marco Metodológico....................................................................................................39

11.1- Diseño metodológico o nivel de investigación...........................................39

11.2- Tipo de investigación..................................................................................39

11.3- Unidad de análisis.......................................................................................39

11.4- Población o universo estadístico.................................................................39

11.5- Muestra........................................................................................................39

11.6- Procedimiento de extracción de muestra....................................................39

11.7- Técnicas de recogidas de datos...................................................................39

11.8- Procedimiento de recogidas de datos..........................................................39

11.9- Análisis de datos.........................................................................................39

12- Análisis e interpretación..............................................................................................41

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13- Conclusión....................................................................................................................52

14- Bibliografía...................................................................................................................54

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Agradecimiento.

A nuestros padres por creer en nosotros, brindarnos el apoyo incondicional, aún en


momentos difíciles. Agradecemos a nuestros familiares por ayudarnos y apoyarnos durante
todo el tiempo de investigación y alentarnos en todo momento.

A la Profesora por guiarnos, sugerirnos cambios, proporcionarnos opiniones para la


presentación del presente trabajo de investigación.

Agradecemos a nuestros amigos quienes han estado con nosotros en las buenas y en
las malas y también por apoyarnos en los momentos que más necesitamos.

No ha sido sencillo el camino hasta ahora, pero con mucho esfuerzo culminamos
esta etapa con la motivación de cada uno de ustedes.

Los Autores.

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Dedicatoria.

A Dios quien nos da la energía necesaria para seguir adelante, por guiarnos por el
camino correcto e iluminar nuestra mente y por sobre todo por brindarnos salud para estar
aquí hoy.

A nuestros padres por el amor, apoyo, confianza, consejos y motivación, por


incentivarnos a no desistir porque gracias al acompañamiento culminamos nuestro
proyecto.

A nuestros amigos, porque su amistad va más allá de un simple apoyo y compañía.

Los Autores.

“El Machismo – Un problema Social” 6


Introducción.

El presente proyecto de investigación, parte de una reflexión sobre la supuesta


igualdad entre hombres y mujeres en la que se asientan nuestras sociedades, para desvelar
después pautas de reproducción machista en la que cierta cultura digital nos invita a
participar.

El machismo es un término de uso social y académico que engloba al conjunto de


actitudes, normas, comportamientos y prácticas culturales que refuerzan y preservan la
estructura de dominio masculino y hetero normado sobre la sexualidad, la procreación, el
trabajo y los afectos. El comportamiento machista ha sido denunciado como una parte
sustancial de la cultura patriarcal que discrimina y oprime no sólo a las mujeres, sino a las
personas de la diversidad sexual.

El supuesto de la superioridad masculina se expresa a través diversas


manifestaciones, tales como: la violencia física, psicológica y emocional; el consumo de
alcohol y otras sustancias psicotrópicas; las expresiones vulgares, agresivas y
descalificadoras contra las mujeres y personas no heterosexuales; la agresividad como
respuesta ante los problemas o confrontaciones; y la homofobia. La inconsciencia en el
comportamiento machista contribuye a la construcción de las masculinidades tóxicas,
mismas que operan en contra de las personas agredidas como en la calidad de vida de los
agresores.

Hoy en día, el estudio de las masculinidades como parte de los estudios de género
ha analizado al machismo como un rasgo cultural que perpetúa el sistema de dominación
de los hombres sobre las mujeres; como construcción social que es, el machismo puede ser
desmontado en un hombre, a través de la toma de consciencia y de la educación de
hombres y mujeres.

Esta investigación pretende indagar las vivencias acerca del machismo en mujeres
que mantienen una relación de pareja heterosexual. Este es un tema significativo para la
realidad nacional e internacional ya que de acuerdo a los resultados de la encuesta PNUD
(2009), aún existen características distintivas asociadas al ser de un sexo u otro,
condicionando el establecimiento de los roles en la relación de pareja; es así como se van
naturalizando las relaciones de poder con respecto al género, fomentando la discriminación
entre hombres y mujeres. La pregunta principal que cimenta esta investigación es ¿Cómo
vivencian las mujeres, que conviven con su pareja heterosexual, el machismo dentro de su
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relación?, para poder responder esta pregunta se propone el uso de la metodología
cualitativa, estableciendo como método de análisis, el de contenido y como técnicas de
recolección de información la encuesta a los alumnos del nivel medio del colegio Nacional
Juan de Rosa Núñez. Dicha metodología se aborda desde una visión epistemológica
fenomenológica hermenéutica, ya que éstas permiten observar e identificar las vivencias
reportadas, conocer la vivencia del machismo e interpretar las experiencias emocionales
reportadas respecto al tema en cuestión.

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CAPÍTULO I.

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1- Planteamiento del problema.
El machismo es una construcción cultural con la que se expresa un rol masculino
diferenciador del rol femenino, el cual está presente en el comportamiento y pensamiento
de las personas, a veces de forma evidente y otras veces de forma invisibilizada, sin
embargo su presencia existe, siendo sus conductas y pensamientos casi naturalizados en la
cotidianeidad, lo cual ha implicado la existencia de rígidas ideologías con respecto a la
superioridad del hombre por sobre la mujer a través de la historia (Rodríguez, Marín y
Leone, 1993).

Por lo anterior, surge la inquietud de conocer la presencia de este tipo de conductas


y pensamientos, orientados exclusivamente en la dinámica que existe en una relación de
pareja, viéndolo desde el punto de vista de la mujer, mediante su relato experiencial, para
lograr conocer la percepción de un comportamiento o pensamiento machista en su relación,
su reacción ante estas situaciones, o bien, la evidencia de la naturalización que existe con
respecto al tema. Mediante un estudio realizado por el Centro de Estudios Públicos para el
SERNAM en el año 2001, se evidencia que un 50% de las mujeres, aproximadamente, ha
sufrido algún tipo de daño por parte de su pareja, o bien, como queda demostrado en los
estudios realizados por la PNUD (2009), se destacan las desigualdades económicas entre
ambos y la relación imperiosa que existe del género masculino por sobre el género
femenino, evidenciado en el rol otorgado a los hombres, donde se considera que son ellos
los que deciden y proveen, mientras que las mujeres deben simplemente obedecer a sus
órdenes. En Paraguay, 15.500 mujeres, de todo el país, recurrieron al Ministerio de la
Mujer para recibir servicios de asistencia social, jurídica y psicológica y 1820 servicios
fueron prestados a las mujeres protegidas en los albergues ofrecidos por la institución. Las
cifras que anteceden demuestran que la violencia contra la mujer es una realidad y una
problemática que afecta a toda la ciudadanía paraguaya, y mientras ésta subsista, no se
podrá alcanzar la tan anhelada y justa igualdad entre mujeres y hombres.

A pesar de los avances normativos en materia de derechos humanos de las mujeres,


persiste el desafío de su implementación en los diversos ámbitos y desde las distintas
competencias de acción estatal y sector privado, que permita avanzar, desde una dimensión
formal a una sustantiva y real, donde no existan obstáculos que impidan el desarrollo de la
mujer en igualdad de condiciones con el hombre.

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Entonces, partiendo del reconocimiento de que la violencia contra la mujer se
constituye en un problema estructural y que para su erradicación se requiere de un esfuerzo
conjunto y comprometido tanto del Estado, las familias y la sociedad en general, el
Ministerio de la Mujer hace un llamado profundo y sincero para reflexionar y aportar desde
la acción, en la construcción de una sociedad libre de violencia, en donde ésta no sea
justificada, ni promovida, ni tolerada, ni perpetrada en ninguna de sus formas. El
Ministerio de la Mujer reafirma su compromiso de continuar combatiendo este flagelo y de
seguir trabajando articuladamente con las demás instituciones responsables en la
prevención, detección, sanción y erradicación de la violencia hacia las mujeres.

Es por ello que esta investigación busca estudiar un fenómeno cotidiano, que es el
machismo. Esta conducta y pensamiento es muchas veces evidente en determinados
contextos, como por ejemplo, considerar a los hombres como el sustento del hogar, quienes
sólo deben encargarse de la economía de éste, mientras que las mujeres son las
responsables de las tareas domésticas y el cuidado de cada miembro de la familia.
También, el machismo puede ser una conducta no tan evidente, incluso puede llegar a ser
invisible a los ojos de ambas partes de una relación.

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2- Pregunta general.

- ¿Cómo vivencian las mujeres, que conviven con su pareja heterosexual, el


machismo dentro de su relación?

3- Preguntas específicas.

- ¿Cómo afecta el machismo, de manera psicológica y física, en las mujeres?


- ¿Cuáles son los factores principales para que ocurra el machismo en nuestra
sociedad?
- ¿Viene el machismo a ser un problema que cuenta con altas cifras de casos en
nuestra sociedad?
- ¿Existen en nuestro país centros de ayuda para las mujeres que afrentan este
problema?

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4- Objetivo general.
- Identificar de que manera afecta el machismo a las mujeres.

5- Objetivos específicos.
- Indagar acerca de los factores involucrados en los casos de machismo y
violencia contra la mujer.
- Conocer los centros existentes que brindan ayuda a las mujeres que afrentan
este problema en nuestro país.
- Incentivar a las mujeres a conocer sus derechos y a ponerlos en práctica.

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6- Justificación.
Se considera una investigación relevante a nivel psicológico, puesto que se estudió
el machismo en un contexto cotidiano como lo es la dinámica constante de una relación de
pareja. Este es un tema de interés para la psicología debido a que se presenta de manera
recurrente en las consultas psicológicas, relacionado a conductas agresivas en los hombres
y respuestas emocionales intensas en las mujeres.

Pequeños problemas que se dan en el interior de las parejas, que posteriormente se


magnifican, afectan a ambas partes a nivel psicológico y en casos extremos, aunque muy
comunes, a nivel físico, conllevando a problemas cada vez más graves, como por ejemplo
la intolerancia entre ambas partes, violencia de toda índole, incluso la muerte, por lo que su
relevancia social fue el otorgar conocimientos sobre este tipo de situaciones relacionadas al
machismo y así poder entregar información útil para la ejecución de futuros programas de
prevención y promoción contra el machismo en la dinámica de parejas. Por lo anterior, se
trabajará en base a la subjetividad de las mujeres mediante la expresión de sus vivencias,
para comprender su realidad en base a las características particulares de cada una, del
contexto y la situación en la que se encontraban, entendiendo el cómo se da la dinámica en
su relación de pareja más que corroborar si el machismo estuvo presente o no de forma,
rescatando información para lograr entender este tipo de conductas y/o pensamientos en
dichas dinámicas, siendo ésta su relevancia teórica.

Es por ello que con la realización de este proyecto de investigación, se consideró


una visión más específica sobre las dinámicas que se dan en el núcleo de las relaciones de
pareja, puesto que estuvo enfocado en lo relatado por las mujeres, según su forma de
percibir los diferentes fenómenos que se dan en su relación, por lo que surgió la posibilidad
de considerar el bienestar subjetivo como un factor motivacional para la realización del
estudio, entendiendo éste como un bienestar hedónico, que considere la felicidad en la
relación, la satisfacción plena entre ambas personas, donde a nivel personal, tanto en el
hombre como en la mujer, exista una tranquilidad a nivel interior que permita el buen
desarrollo de la relación.

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CAPÍTULO II.

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7- Marco conceptual.
Machismo: Se trata de un conjunto de prácticas, comportamientos y dichos que
resultan ofensivos contra el sexo femenino o que intentan marcar una superioridad del
hombre por sobre la mujer en varios ámbitos de la vida.

Según el Diccionario ideológico feminista, el machismo es "el conjunto de leyes,


normas, actitudes y rasgos socioculturales del hombre cuya finalidad, explícita y/o
implícita, ha sido y es producir, mantener y perpetuar la opresión y sumisión de la mujer a
todos los niveles: sexual, procreativo, laboral y afectivo".El mismo texto señala que el
concepto se usa como sinónimo de «sexismo», aunque el de «machismo» perdura sobre
todo en el lenguaje coloquial y en las protestas, pintas, pancartas y pegatinas de las calles.

La etimología de la palabra macho en castellano proviene del latín "mascŭlus", que


se aplica para hacer referencia al ejemplar de sexo masculino de diversas especies. En la
lengua náhuatl, la expresión 'macho' puede hacer alusión a ejemplar, es decir, digno de ser
imitado.

Feminicidio: El feminicidio se define como el asesinato de mujeres debido a su


condición de ser mujeres, es decir, a su sexo, por lo cual es siempre perpetrado por un
hombre. La palabra es un neologismo que proviene de la lengua inglesa, en la que recibe el
nombre de feminicide. Este tipo de asesinatos constituye una de las primeras causas de
muerte de la población femenina en la actualidad. De ahí que el feminicidio haya dado
lugar a leyes específicas para su condena en algunos países.

Los feminicidios siempre responden al odio o desprecio por el sexo femenino, al


placer sexual en el acto de la dominación a la mujer y/o al deseo de posesión, lo que
implica que el asesino concibe a la mujer como una propiedad del hombre. En cualquiera
de estos casos se trata de un crimen de odio basado en el sexo. Por ello, el feminicidio es el
resultado de un proceso precedido por otras formas de maltrato hacia la mujer, sean
eventuales o recurrentes, y sean perpetradas por un desconocido o un conocido. Entre las
formas de maltrato se cuentan: violación, violencia psicológica, obstrucción del libre
desarrollo y de la autonomía de la mujer, esclavitud sexual, maltrato físico, violencia
doméstica, tortura, mutilación, desfiguración, persecución, privación de la comunicación y
privación de libertad.

Violencia: La violencia se define como todo acto que guarde relación con la
práctica de la fuerza física o verbal sobre otra persona, animal u objeto originando un daño

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sobre los mismos de manera voluntaria o accidental. El elemento principal dentro de las
acciones violentas, es el uso de la fuerza tanto física como psicológica para el logro de los
objetivos, y en contra de la víctima. Adicional a esto, puede ser catalogada una agresividad
patológica cuando en ocasiones, el ser humano utiliza los impulsos de agresividad con la
intención de causar daño a otra persona.

Agresión: La agresión es un ataque provocado producto de la práctica o del hábito


de ser agresivo. Es una conducta hostil o destructiva cuya finalidad es provocar un daño a
otro. La agresión verbal se utiliza en ocasiones para intimidar o coaccionar durante los
entrenamienos físicos militares. Dollard afirma que es cualquier conducta cuyo objetivo es
causar un daño cierto a la persona a la que se dirige.

Maltratato psicológico o emocional: El maltrato emocional o psicológico se da en


aquellas situaciones en las que sujetos significativos, para las personas maltratadas, lo
hacen sentir mal, descalificado, humillado, discriminado, ignorando o menospreciando sus
sentimientos, sometiendo su voluntad o subordinándolo en distintos aspectos de su
existencia que inciden en su dignidad, autoestima o integridad psíquica y moral.

Cuando se establece una relación entre dos personas, sea esta horizontal o vertical
donde una alguna tiene poder sobre la otra, empieza a existir una responsabilidad afectiva,
donde se debe saber que cualquier acción adrede o no puede generar un maltrato
emocional.

Ejemplos de maltrato emocional son la miseria afectiva, el abandono emocional, la


falta de empatía, la descalificación, la violencia verbal, los insultos, las amenazas, el
control excesivo, la extorsión afectiva, la culpabilización, la presión económica, los
sarcasmos, la coerción, las críticas destructivas, el desprestigio de los vínculos del sujeto
(descalificación de sus amistades, familiares o pareja), el aislamiento emocional, las burlas
y cualquier tipo de castigo que no sea físico.

El maltrato emocional puede venir acompañado de maltrato físico o no, pero


cuando existe maltrato físico siempre se combina con el maltrato emocional.

Maltrato físico: Consiste en causar o intentar causar daño a una pareja


golpeándola, propinándole patadas, quemándola, agarrándola, pellizcándola, empujándola,
dándole bofetadas, tirándole del cabello, mordiéndole, denegándole atención médica u
obligándola a consumir alcohol o drogas, así como empleando cualquier otro tipo de fuerza
física contra ella. Puede incluir daños a la propiedad.

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8- Marco teórico.
8.1. Antecedentes teóricos.
Una persona se irá formando mediante los diferentes significados que le otorgue a
las vivencias que tiene durante su vida, ayudando, de esta forma, a forjar y construir quién
es, qué lugar ocupa en el mundo, cómo se relaciona consigo misma y con los demás seres
que la rodean, permitiendo que el ser humano sea capaz de redefinirse a sí mismo
constantemente. Por este motivo, puede decirse que todas las vivencias son dinámicas y
activas debido a que forman parte importante de lo que el/la sujeto/a es en su vida
habitualmente, además de encontrarse en cada situación que experimenta (Polo, Amarís y
De Castro, 2008).

La vivencia deja una marca en la personalidad de quien la experiencia. Es por ello


que cada persona posee diferente capacidad vivencial, la cual hace referencia a que cada
persona tiene una forma distinta de reaccionar ante un acontecimiento. Es decir, que a
algunas les afecta todo lo que les rodea, mientras que otras parecen ser indiferentes a lo que
ocurre en su ambiente (Lersch, 1968). Por lo anterior es que las vivencias se consideran
particulares y singulares a medida que la persona logra comprenderlas e incorporarlas en su
repertorio, debido a que cada una tiene un carácter afectivo diferente, donde la experiencia
que se tiene, ya sea particularmente o con otros/as, conlleva a que la humanidad se
pregunte a sí misma cómo se siente en un determinado contexto y realidad (Polo, Amarís y
De Castro, 2008).

Esto conlleva a que las vivencias que tiene una persona a lo largo de su vida sean
procesos claves en la forma en que se constituyen normalmente, tanto la propia
personalidad como la propia conciencia, debido a que las vivencias dan la posibilidad de
poder interpretar, valorar y juzgar la realidad de acuerdo a los conocimientos (ideas o
creencias) que la persona posea, las necesidades y/o intereses que tenga, optando por
diferentes maneras de actuar frente a una misma situación en determinados contextos. Por
lo tanto, se originará una determinada vivencia para una determinada situación que guiará
el actuar del ser humano en su entorno (Guitart, 2008).

Mediante las vivencias se genera información con la cual se podrá producir un


posterior registro mental de lo que se ha vivido, permitiendo ser reproducida en el futuro en
relación a cómo comportarse ante un hecho similar. Esto a su vez generará un aprendizaje
que posibilitará que la persona, evocando el recuerdo de dicha vivencia, ya sea positiva o
negativa, intente actuar en base a la misma, logrando un proceso de adaptación (Lersch,

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1968). Lo anterior deja claro, entonces, que la vivencia forma parte fundamental de la
subjetividad de las personas, la cual es susceptible de ser narrada por quien la vive, dándole
un carácter único e irrepetible (Bedoya y Marín, 2010), por lo tanto, la vivencia da cuenta
de la conexión que existe entre la persona y el mundo que la rodea. Esta conexión se
encuentra en un permanente fluir, donde la persona otorga significados a cada suceso que
le acontece, los cuales se dan de forma casi inmediata, tanto así, que la persona y su
vivencia son relativamente lo mismo. Es por esto que la vivencia no viene incorporada con
el ser humano, sino que es la misma persona quien permite que esa vivencia sea parte de su
vida (Gadamer, 2007). Considerando lo anteriormente mencionado, es de relevancia
comprender el cómo determinadas situaciones que se dan en la vida diaria, en este caso el
machismo en la dinámica cotidiana, se van naturalizado en la población tanto masculina
como femenina. Por ello, es relevante ahondar sobre esta temática en específico, sus
características y lo que trae consigo para las personas, indagando en el cómo se va
desarrollando el machismo en sus vidas y en la forma de vivenciar su realidad.

En este aspecto, es importante conocer la concepción que una persona tiene con
respecto al machismo, lo que sabe de este o bien, las creencias que tiene al respecto, por lo
que es importante comprender la concepción que cada persona construya sobre esta
realidad, entendiendo la concepción como el conjunto de las creencias que actúan como
principios legisladores del actuar de las personas, los cuales son construidos desde la
subjetividad (González y Gonzáles, 2005). Por tanto, las creencias se hallan imbuidas en la
dimensión cognitiva que interviene en el yo. Sin embargo, esta intervención no siempre se
da de manera consciente, sino que muchas veces se produce de forma irreflexiva (González
y Gonzáles, 2005). Como se mencionaba en párrafos anteriores, todas las personas sienten
y perciben la realidad y sus vivencias de diferentes formas, por lo que la manera en la que
reaccionarán será diferente en cada una, es por esto que la forma en la que es percibida es
de carácter indefinido o impreciso debido a que no poseen claridad ni especificidad,
oscilando entre dos polos, desde lo positivo a lo negativo, lo agradable a lo desagradable,
etc., lo cual la hace inexplicable para quienes experimentan determinada realidad (Rojas,
1993, citado en Álvarez, 2006).

Sin embargo, la afectividad que influye en una determinada concepción de la


realidad puede verse manifiesta por medio de una acción o comportamiento, demostrando
que la persona se encuentra involucrada en una situación, la cual es percibida y
seleccionada como relevante a medida que la información que se obtiene es intensa y

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notable. Esto a su vez, hace que la persona cambie su modo de pensar y, por tanto, de
actuar, lo cual es indicador de que la afectividad orienta el contacto cotidiano que se tiene
con otro/a. Es por esto que los sentimientos y emociones, los cuales constituyen las
relaciones, poseen un carácter de reciprocidad, que se pueden manifestar en diferentes
niveles por cada una de las partes involucradas (González y Gonzáles, 2005).

La afectividad al englobar a las emociones y los sentimientos, posee distintas


tonalidades afectivas que en general determinan un estado psicológico, permitiendo evaluar
una situación en específico para poder desplegar una acción con un elemento cognitivo
claro; entonces, dichos conceptos poseen una función informativa para el organismo ya que
le transmiten el cómo se encuentra y cómo se relaciona con el ambiente que le rodea, para
poder así orientar la reacción a realizar. Por lo tanto, lo que la persona logra recordar
durante un momento en específico, estará determinado en gran medida por lo que ha
aprendido cuando previamente ha estado en esa situación (Paez y Carbonero, 1993).

La afectividad y la experiencia de ciertas situaciones dependerá de cada persona,


debido a que cada una tiene su propio mapa acerca del mundo que la rodea, y de acuerdo a
éste se van seleccionando aquellas acciones por sobre otras que se perciben como realidad.
Por lo tanto, este mapa es resultado de la distinción que se realiza entre los diferentes actos
de la realidad, discriminando uno de otros de acuerdo a las diferencias que capta la
persona, constituyéndose así la base de la experiencia (Feixas y Villegas, 2004).

En base a lo anterior es que existe una diferencia, considerada como natural, entre
hombres y mujeres con respecto a cómo se deben sentir, donde se considera a las mujeres
como más emocionales, destacando en ellas la empatía, la sensibilidad y la comprensión
hacia los sentimientos de otros/as, expresando lo que sienten por medio de la palabra o
caricias; mientras que los hombres tienden a considerarse desde lo racional, resaltando en
ellos el control y la inhibición de sus emociones hacia otros/as, por lo que tienden a
demostrar lo que sienten a través de conductas visibles, sin incorporar aspectos
emocionales, destacando entre sus conductas las de tipo agresivas (Valor-Segura, Expósito
y Moya, 2010), como por ejemplo el expresar su enojo a través de golpes, insultos o
cualquier forma que implique un contacto directo con la otra parte.

Los procesos mencionados previamente dan cuenta de la complejidad que implica


el analizar y percibir la realidad de cada persona con fenómenos tan complejos como la
vivencia del machismo en su relación de pareja. Para lograr entender lo que significa el
machismo en su totalidad, surge la necesidad de destacar el género como un concepto
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importante dentro de esta temática, como también el patriarcado, que se asocian a las
prácticas anteriormente mencionadas.

8.2. Diferenciación entre ambos sexos.


El patriarcado, visto desde distintos contextos históricos, ha constituido la
naturalización de las diferencias que existen entre hombres y mujeres en los distintos
contextos culturales. Este sistema patriarcal crea a los/as individuos/as con características
masculinas y femeninas en una base que es totalmente diferenciadora, instaurando políticas
que producen y mantienen la oposición de género, jerarquizándolo. Entonces, la formación
de los/as sujetos/as se origina dentro un espacio de poder donde son sus propias
representaciones, de lo que es uno y lo otro, las que dan soporte a sus fundamentos (Butler,
2010).

Esta diferenciación entre ambos sexos es la que ha generado, mantenido y


promovido el patriarcado a través de la cultura, entendiéndose éste como la capacidad de
nombrar y establecer espacios dentro de la sociedad (Femenías y Soza, 2009), la cual es
asignada específicamente a los hombres, los cuales, desde esta perspectiva, tienen el pleno
beneficio de sostener el poder doméstico y público (Viveros, 2010), manifestándose así la
predominancia masculina en la sociedad. Esta predominancia y las relaciones de poder que
se van estableciendo en este sistema tienden a generarse por la necesidad que uno/a de
los/as miembros de la pareja, tiene de satisfacer alguna necesidad, ya que uno/a, sea
hombre o mujer, posee lo que el/la otro/a no tiene, como por ejemplo el hecho de que una
mujer necesite que su pareja la mantenga, así como el hombre necesita que la mujer realice
labores domésticas y le proporcione una familia (en base a lo que plantea la sociedad
patriarcal), lo cual significa que ambas partes aportan algo a la relación que es relevante
para el/la otro/a, por lo tanto, cada uno/a tiene una cuota de poder, la cual se basa en el
valor que cada quien le otorgue a su propia contribución. Por lo anterior, mujeres y
hombres que forman parte de una relación tienen poder ya sea en mayor o menor
proporción (Villarreal, 2001).

Es por ello que en el machismo se dan relaciones de subordinación y dominación en


donde, quienes participan de dicha dinámica, aportan algo que es más importante para el
otro u otra, ya sea en mayor o menor medida (Villarreal, 2001).

Con el transcurso del tiempo, el concepto de patriarcado ha sido considerado como


universal, suprimiendo lo femenino y otorgándole poder a lo masculino, conservando así el

“El Machismo – Un problema Social” 22


orden y regulación de la sociedad mediante la hegemonía masculina, la cual se ve
autoreforzada por el mismo discurso que transmite (Butler, 2010).

Este sistema considera a las mujeres como el segundo sexo, las cuales desde toda su
vida han estado sujetas, de alguna forma, ante una autoridad patriarcal, comenzando
primero con su padre y luego con su marido, siendo vinculadas a un lazo de opresión y
servidumbre recurrente, por lo que a lo largo de su existencia han sido parte de un sistema
de poder cuyo control es ejercido en gran parte de su vida por los hombres (De Barbieri,
1996).

La ideología patriarcal existente permite que las mujeres sean consideradas como
entes que por naturaleza, como regla exclusiva, deben ser siempre sumisas, obedientes,
sentimentales, afectivas, emotivas y felices de realizar un papel pasivo, tanto en las
relaciones personales y sexuales, a lo largo de su vida cotidiana (Mejía, 2009), lo cual
permite que se naturalicen aún más estas ideas ya arraigadas en el colectivo social con
respecto a ellas y su forma de ser, pensar, sentir y actuar ante el sistema imperante.

El patriarcado también es una forma de censura en lo que respecta lo simbólico,


debido a que la transmisión del discurso cotidiano está organizado de tal manera que
conlleva a la formación de categorías que imponen los postulados del patriarcado,
limitando y regularizando las formas de actuar y pensar de las personas, siendo la base de
dominancia en la sociedad, de tal forma que es la manera de desigualdad menos percibida
de todas (Gomes, 2008).

Esta diferenciación sexual está condicionada por el sistema de creencias que existen
en la sociedad, esto quiere decir que al hablar de género, se hace referencia a las
características que socialmente se construyen para ser otorgadas a cada sexo, incluyendo un
patrón conductual que cada uno/a debe seguir, pensamientos que se destacan entre ambos y
hasta la apariencia que deben presentar ante la sociedad (Barberá y Martinez, 2004).

Otra mirada acerca de lo que es el género es la propuesta por Haraway (1995) que
lo explica como un sistema de relaciones sociales, simbólicas y psíquicas en el que los
hombres y las mujeres son situados de maneras diferentes, por lo que es un concepto
desarrollado principalmente para contestar a la naturalización que existe con respecto a la
diferencia sexual en los múltiples terrenos de lucha, en donde los hombres y las mujeres
están constituidos/as y situados/as socialmente en relaciones de jerarquía y antagonismo.

“El Machismo – Un problema Social” 23


El género también puede ser referido como el conjunto de prácticas, símbolos,
representaciones, normas y valores sociales que las sociedades desarrollan a partir de la
diferencia sexual anátomo-fisiológica y que dan sentido a la satisfacción de los impulsos
sexuales, a la reproducción de la especie humana y, en general, a las formas de relacionarse
que existen entre las personas (De Barbieri, 1993).

Estas definiciones implican que el género es inherente con el rol que cada uno/a
debe desempeñar, condicionando la subordinación de las mujeres sin posibilidad de actuar
de manera diferente a la norma construida de lo que significa lo femenino (Butler, 2010).

Por lo anterior, es que lo masculino se tiende a utilizar como el referente principal


de la subjetividad pensante, como el portador estándar de la norma y de la ley, mientras
que a las mujeres se les asigna el papel de lo “otro”, siendo éste

Las diferencias que se realizan entre ambos sexos también traen consigo distintas
implicancias en el modo en que hombres y mujeres se desenvuelven, participan y son
incluidos/as dentro de las instituciones, dejando en manifiesto la desigualdad que existe
entre ambos/as, debido a que se esperan cosas distintas de cada uno/a (Gatens y
Mackinnon, 1998). Por consiguiente, a cada individuo/a se le atribuye aquello que, de
acuerdo a su sexo, le debería interesar y lo que podría realizar, limitando la forma en la que
participa en la sociedad. Esto conlleva a que, en el caso de la mujeres, se extrapole esta
discriminación, debido a que las instituciones están mediadas, y a la vez median, otros
contextos por lo que trasmiten discursos y acciones de desigualdad de condiciones, lo cual
afectará cualquier ámbito en el que la mujer esté inmersa (Gatens y Mackinnon, 1998). Un
ejemplo de lo señalado anteriormente, es la institución de la familia, donde la organización
familiar habitual, se tiende a perfilar a las mujeres, de forma casi exclusiva, como las
únicas encargadas de la organización de la vida familiar y doméstica, en donde se les
otorga un espacio asociado a ésta área, pudiendo llevar a cabo su rol, tanto de esposa, como
de madre y de mujer (De Barbieri, 1993).

Por lo tanto, las instituciones como las ideologías culturales, se encargan de


justificar y ocultar, por medio del discurso, cualquier tipo de opresión y subordinación que
se presente, interviniendo lo político, lo social y lo económico en el mismo discurso
(Vance, 1989).

El sexo y el género, entonces, son una forma de opresión que genera desigualdad
debido a que separan a las personas o grupos de acuerdo a la propia dinámica que poseen.

“El Machismo – Un problema Social” 24


Como el sistema en el que se encuentran imbuidos/as es el sistema patriarcal, éste instaura
políticas que retribuyen y animan sólo a unos cuantos sujetos (hombres), mientras que por
otra parte sanciona y suprime a lo femenino. Es por ello, que es importante hacer las
distinción entre sexo y género con el fin de hacer visible que, si bien pueden estar
relacionados, ambos constituyen prácticas sociales, que son posibles de modificar, con el
fin de producir cambios en un sistema creado en su mayor parte, para los hombres (Rubin,
1989).

Mencionado todo lo anterior, se puede expresar el machismo como una


construcción cultural, con la que se expresan diferencias significativas entre los roles
masculino y femenino, estando presentes en el pensamiento y comportamiento cotidiano de
las personas, otorgando de esta manera, mayores expectativas hacia el género masculino
por sobre el femenino (Rodríguez, Marín y Leone, 1993), exacerbando el predominio de
los hombres hacia las mujeres en la sociedad (Fuller, 2012).

Con el machismo se tiende a estereotipar la figura femenina, atribuyéndole


diferentes características que no son necesariamente parte de ellas, pero que, por el nivel de
naturalización que existe sobre el tema, tienden a marcarlas y convertirlas como propias, lo
que dificulta, muchas veces, para las mujeres el poder expresarse de forma libre y abierta
ante la sociedad sobre temas relacionados a la sexualidad vivida, la igualdad de género, las
relaciones sociales y las relaciones de poder desde el punto de vista femenino en la
comunidad (Mejía, 2009).

El machismo pone de manifiesto que el hombre es el centro del Universo, siendo


una idea socio-ideológico-cultural que se encarga principalmente de preservar la
hegemonía masculina como centro del poder (González, 2002). Generalmente, se asocia al
machismo con características que son estimadas por la sociedad como negativas, pero que
a pesar de ello, siguen existiendo en las dinámicas continuas entre las personas. Entre estas
características, las que más destacan principalmente son la agresividad, la dominación y la
intransigencia (Martínez, Guerrero y Rey, 2012), incluso la presencia de problemas más
graves que atentan contra las mujeres de forma explícita como los son las agresiones a
nivel físico, emocional y verbal, intolerancia entre ambas partes, y hasta en el peor de los
casos, la muerte (Valdebenito y Larraín, 2007).

El machismo es considerado como la polarización extrema que hay entre lo


masculino y lo femenino, idea que trae consigo la creencia de que un verdadero hombre
siempre debe hacer todo lo que es considerado contrario a lo que debe hacer una mujer, por
“El Machismo – Un problema Social” 25
lo que éstos no pueden poseer algunas características propias del sexo femenino como el
ser tiernos o amorosos, puesto que se consideran exclusivamente como características del
ámbito femenino, al igual que cumplir labores domésticas como el cocinar y el realizar el
aseo del hogar; asimismo, ellas no deben hacerse cargo de tareas mecánicas o eléctricas, ya
que, aparentemente, es trabajo exclusivo para los varones (Fonseca, 2005). Bajo esta idea,
las mujeres por lo tanto, pueden formar parte de la vida de los hombres, pero no deben
inmiscuirse en su masculinidad por motivos obvios de diferencias corporales (Gutmann,
1998), por lo que la mujer debe ser solo mujer, donde todo aspecto de la existencia de la
misma, debe enfocarse al acatamiento del estereotipo de su género (Mayobre, 2009).

8.3. Formas de Machismo


Otra forma en la que el machismo puede ser entendido es como la ideología cultural
que defiende la supuesta superioridad de los hombres a costa de despreciar en diferentes
ámbitos a las mujeres, lo cual trae consigo diferentes formas de ver la realidad, generando
beneficios a los hombres en diferentes aspectos, como por ejemplo en la política, en donde
se les considera como los que tienen más capacidades sociales y de gobernar a un pueblo
que la mujeres, cediendo desventajas en estas últimas al momento de considerarse como
entes políticos (Valdivieso, 2004). Además, otras de las características que tienden ser
asociadas al machismo y que son negativas a nivel social, son el maltrato físico hacia el
sexo opuesto, abuso a las mujeres y descalificaciones a éstas (Fonseca, 2005).

La representación de género machista gira en torno al poder de los hombres, en


donde las relaciones con las mujeres son desiguales, siendo desfavorables para estas
últimas, puesto que se considera que son los hombres los que proveen el sustento
económico, laboral para vivir en la sociedad y en el núcleo familiar, quienes tienen mayor
capacidad para el mando, poseen autonomía y mantienen el correcto orden. Bajo este tipo
de representaciones, se considera a las mujeres sólo como complementos de los hombres,
las cuales son vistas exclusivamente bajo sus roles típicos de madres, cuidadoras del hogar
y pareja del hombre (PNUD, 2009). Esta mirada hacia la mujeres como complemento de
un otro varón, da paso a que efectivamente se naturalicen ciertas diferencias que
posteriormente son jerarquizadas entre ser hombres y mujeres utilizándolas como
justificación en el cumplimiento y mantención de los roles y discriminación de género en la
sociedad (Mayobre, 2009).

Desde otro punto de vista, la presencia del machismo en el pensamiento y


comportamiento de las personas, podría surgir en base a las inseguridades que los mismos

“El Machismo – Un problema Social” 26


hombres pudiesen presentar con respecto a su virilidad y el reconocimiento de ésta frente a
las demás personas a su alrededor, por lo que optan por tomar ciertas caracterizaciones en
su forma de actuar y pensar para sobresalir del resto y, de esta manera, reafirmar su
dominio por sobre los demás, específicamente por sobre las mujeres, tomando rasgos de
superioridad ante estas últimas y entre ellos mismos para destacar sobre el resto (Fuller,
2012).

Muchas veces la presencia del machismo en la cotidianeidad no es perceptible a


simple vista, por lo que su detección se hace más compleja, pero generalmente siempre
estará presente y, en éstas ocasiones, lo estará bajo el nombre de micromachismo, siendo
considerado como los pequeños actos o formas de pensar de los hombres que, de formas
sutiles, expresan estrategias de control y microviolencia dirigida hacia las mujeres en su
contacto cotidiano, con el fin de mantener su dominio y control sobre ellas (Laserna, 2007).
Lo anterior puede visualizarse en ejemplos diarios como el anular alguna opinión, tomar
decisiones sin considerar lo expresado por su pareja, provocar inseguridades o sentimientos
de culpa mediante insinuaciones o chantaje emocional a la otra parte, entre otros (Ferrer,
Bosch, Navarro, Ramis y García, 2008).

8.4. Características del machismo.


Con respecto a las características que destacan al machismo, resaltan
principalmente las negativas como por ejemplo la dominación, la agresividad y la autoridad
(Martínez, Guerrero y Rey, 2012).

Desde una perspectiva psicológica, el machismo es considerado una mezcla de


características narcisistas, homofóbicas, ilusiones de grandeza y autoritarismo (Rubinstein,
2003, citado en Prieto, Blasco y López, 2008).

A pesar de que en la cultura tradicional el machismo sigue vigente, este ha logrado


tomar diferentes formas a través del tiempo, lo cual no implica necesariamente que no
exista, simplemente se ha hecho menos evidente. Ya no se trata de los hombres que exigen
que las mujeres se mantengan firmemente en su espacio doméstico al cuidado de la familia,
ya que se ha asumido que hoy en día las mujeres ya toman un rol más activo en la
sociedad, en donde trabajan y buscan superarse como personas (Salinas, 2007).

Lo mencionado anteriormente implica que el machismo ha logrado camuflarse en la


sociedad, tal vez su énfasis ya no se basa firmemente en el control o la violencia física
como podía verse de forma evidente en tiempos anteriores, ya que ahora ejerce su poder

“El Machismo – Un problema Social” 27


desde un nivel simbólico y psicológico, manifestándose a través de diversas coerciones
psicológicas como a través de la discriminación o diversos tipos de restricciones hacia las
mujeres, pero el daño generado a nivel simbólico existe, manteniendo aún el dominio
patriarcal en la cultura, siendo esta idea heredada de generación en generación en la
población (Salinas, 2007).

Por lo planteado anteriormente, el patriarcado de forma estratégica intenta mantener


su dominio de las formas menos evidentes posibles, valiéndose para ello, de los
micromachismos los cuales hacen referencia a aquellas actitudes con las cuales se pretende
dominar de manera suave y dócil, formas y modos ocultos y no admitidos de abuso con los
cuales se busca una imposición sobre las mujeres en el diario vivir y en la convivencia
cotidiana. Más concretamente, se tratan de astutas técnicas de dominio, conductas tenues,
repetitivas y casi imperceptibles que los hombres realizan de manera frecuente o
permanente. Se le dice micro por lo poco notorios que son estando en el borde de lo que
para la mayoría es evidente (Bonino, 2004).

Varias de las conductas que realizan los hombres que son micromachismos, no se
realizan de manera intencionada o premeditada, sino que son “dispositivos mentales y
corporales incorporados y automatizados en el proceso de hacerse hombre y mujer”
(Bonino, 2004), por lo que son formas habituales de comportarse y actuar frente a las
mujeres. Sin embargo, otros micromachismos sí se ejecutan conscientemente, pero ya sea
de una manera u otra, los hombres logran sus objetivos contra las mujeres debido a la
socialización del género. Aun aquellos hombres que poseen las mejores intenciones o que
creen que no son dominantes con la pareja, realizan estos actos, debido a que forman parte
de la manera en que lo masculino puede mantenerse en el mundo, cumpliendo con lo que
se le ha enseñado como modelo a seguir, dentro del sistema patriarcal (Bonino, 2004).

Todos los micromachismos son conductas cuyo fin es manipular e incitar a las
mujeres a que deben comportarse de la manera que tradicionalmente establece su género,
con la finalidad oculta de los hombres de preservar su lugar superior y dominante, para así
seguir obteniendo beneficios a su favor, posicionado a las mujeres en un lugar de menos
derechos (Ferrer, Bosch, Navarro, Ramis y García, 2008).

Para poder seguir manteniendo una posición privilegiada y la asimetría con las
mujeres, los hombres utilizan diferentes estrategias que se pueden visualizar en cuatro
categorías en la cuales se dividen los micromachismos, la primera de ellas son los
micromachismos utilitarios, en los cuales se delegan las responsabilidades a la mujer
“El Machismo – Un problema Social” 28
sacando provecho de su comportamiento femenino tradicional, haciendo que se encargue
de lo doméstico y cuidado de los hijos. La segunda categoría son los micromachismos
encubiertos, los cuales ocurren de manera sutil abusando de la confianza femenina
llevándola a realizar cosas que no quiere hacer por medio de la manipulación como por
ejemplo conductas de alejamiento con el fin de controlar las reglas de la relación por medio
de la distancia, silencios, etc. La tercera categoría son los micromachismos de crisis, que
imponen la permanencia en mantener la desigualdad en la relación de pareja pero que se
desequilibra cuando la mujer muestra mayor autonomía o el poder del hombre disminuye,
utilizando estrategias de manipulación como cuando éste se victimiza, pide un tiempo en la
relación para un cambio o el hípercontrol hacia la mujer. Por último, están los
micromachismos coercitivos que se caracterizan por mantener el poder por medio de la
utilización de la fuerza psicológica, económica o moral ya sea para limitar el pensamiento
femenino, coartar su libertad o restringir su capacidad de decisión, un ejemplo de esto es el
insistir abusivamente para cumplir algún fin o el uso del propio tiempo o espacio por sobre
el de la mujer (Bonino, 2004).

8.5. Violencia contra la mujer.


Algunas conductas que se ejercen durante un acto de violencia física la cual
incorpora a la violencia psicológica, son el degradar emocionalmente a otra persona,
humillarla verbalmente (tanto en público como en privado), realizar continuas amenazas de
abandono y de agresiones físicas hacia la otra parte, hostigamientos habituales mediante
insultos, críticas, descréditos o ridiculizaciones, como también el generar rechazos
explícitos o implícitos, o simplemente actuar de forma indiferente ante la otra persona
(Valdebenito y Larraín, 2007).

Este tipo de violencia actúa como un tipo de agresión encubierta entre las personas,
puesto que su presencia no es evidente a simple vista como podría serlo en el caso de las
violencias físicas, al no dejar rastro visible en el cuerpo de las víctimas, por lo que su
detección superficialmente es compleja (Pérez y Hernández, 2009).

La violencia psicológica es tan dañina como la violencia física, puesto que en las
víctimas que han padecido de este tipo de agresión, los principales efectos negativos que
incluye este episodio son la presencia de fobias, estrés postraumático, ansiedad,
disfunciones sexuales, depresión, pérdida de dignidad, confianza y autoestima, menor
control hacia el medio que le rodea, impotencia, desesperación, desmotivaciones,

“El Machismo – Un problema Social” 29


aislamiento social, enfermedades psicosomáticas, pérdida de grupos de pertenencia e
incluso laborales (Pérez y Hernández, 2009).

Otro tipo de violencia a destacar es la violencia económica (también conocida


como violencia financiera), la cual consiste principalmente en privar de las necesidades
básicas que requiera la otra persona. Esta privación puede darse tanto desde las necesidades
económicas requeridas por la otra parte, extorsiones y la apropiación tanto de dinero como
también de los bienes de la otra persona (Valdebenito y Larraín, 2007). También en este
tipo de violencia se pueden incluir actos como el negar dinero, el resistir el deber de apoyar
económicamente, el despojar alimentos y el control del acceso a la atención hospitalaria o
empleo (UNICEF, 2000).

La violencia económica puede expresarse tanto en lo público, como por ejemplo


políticas de gobierno o mercado, y puede verse en el ámbito privado como lo es la familia.

En ambos escenarios la violencia se caracteriza por limitar o privar a las personas el


manejo y/o administración de bienes (terrenos, dinero, trabajo, etc.) por medio del uso de
poder, lo cual impide a la persona el ejercer sus derechos, restringiendo sus oportunidades
de desarrollo integral y la realización plena de sus capacidades. Asimismo, la violencia
económica perjudica a los grupos más excluidos ya sea por su sexo, raza o etnia, que por
ser más vulnerables, sufren mayores impedimentos para acceder a alguna protección del
Estado y a la justicia (Araque y Ospina, 2008).

En conclusión, todos los fenómenos previamente mencionados se convierten en


actos culturales a veces desapercibidos que se practican frecuentemente con toda libertad,
generando consecuencias dañinas que no son cuestionables al principio de una relación de
pareja y que se van haciendo notorios con el tiempo, provocando varios niveles de malestar
y daño en la parte afectada. Además, estos fenómenos transgreden fundamentalmente la
democratización que debería existir en las relaciones, ya que conllevan a que sean los
hombres los que se beneficien de estas situaciones, afectando principalmente a las mujeres
en estas dinámicas. La práctica de estas conductas limitantes sólo tratan de imponer lo que
se relaciona con la vida masculina, independiente de la importancia de la propia autonomía,
la libertad de pensar y comportarse de las mujeres, disminuyendo la libertad de elegir y
decidir en ellas (Bonino, 2004).

“El Machismo – Un problema Social” 30


9- Marco referencial.
9.1. El Machismo – Causas y Consecuencias.
Se entiende por machismo un sistema de valores irracionales que exalta ciertos tipos
de conducta por considerarlos altamente masculinos, que tiene por fundamento la supuesta
superioridad de la masculinidad a diferentes niveles y por consiguiente considera lo
femenino como inferior. Para que este tipo de valores subsista es necesario que tanto los
varones como las mujeres le confieran validez .

La palabra machismo fue acuñada primeramente en español de donde la tomaron


los otros idiomas y alude a la conducta del varón imitativa del macho de las otras especies.
Esta conducta es universal y sus causas han sido muy discutidas y analizadas a la luz de las
ciencias, algunos de cuyos argumentos expondremos a continuación:. En los pueblos
primitivos, la madre era el único progenitor reconocido, la paternidad biológica era
ignorada, los hijos y el esposo pertenecían a la comunidad de la madre, predominaban la
herencia y el derecho maternos. Tales costumbres conferían a las mujeres cierta
independencia y autonomía que más tarde se extinguiría con el patriarcado.

La familia patriarcal llega a su máximo vigor en Grecia y Roma. En ella a la mujer


se le exige virginidad al casarse y fidelidad durante el matrimonio, pero no así al varón. El
“El Machismo – Un problema Social” 31
padre adquiere derecho de vida y muerte sobre sus hijos y su esposa ya que ésta adquiere la
condición de hija de su marido.

Aunque la familia patriarcal ha sufrido muchas transformaciones a través de los


siglos, la división de los roles por sexo se ha venido manteniendo y estos roles siguen
asignando a las mujeres un papel secundario, dependiente y de menor autonomía que los
varones.

Una de las cosas que más ha contribuido a esta subordinación de la mujer ha sido la
ignorancia a que fue sometida durante siglos privándola del acceso a la educación a la
información. Asistir a escuelas y universidades le estaba prohibido y las primeras que se
atrevieron a transgredir dicha ley fueron objeto de la burla y el desestimulo por parte de
compañeros y familiares. Pero aún cuando tuvo acceso a la enseñanza, ésta se convirtió en
un nuevo instrumento de dominación para reforzarle su rol de servidumbre. Tanto la
literatura infantil que está llena de historias donde mujeres bonitas pero tontas son
auxiliadas por hombres sabios y poderosos, como los libros de texto que dicen: "Mamá
amasa, papá lee" 'e recuerdan a la niña su misión de personaje secundario y gris condenado
a la servidumbre.

La ideología patriarcal ha esgrimido contra las mujeres toda clase de argumentos,


desde las frases bíblicas que la culpabilizan y maldicen, hasta la búsqueda de evidencias
científicas que justifiquen el orden que la discrimina.

Durante mucho tiempo aduciendo al menor peso del cerebro femenino, se afirmó
que las mujeres no eran seres inteligentes, hasta que el cerebro más grande conocido,
refiere Montagú, vino a ser el de un idiota, en tanto que el cerebro del ilustre Anatole
France pesó menos que el peso promedio del cerebro femenino. Este hecho silenció las
voces que pretendían justificar la opresión en base a falsas evidencias.

Argumenta este autor que si la inteligencia se define en gran parte como habilidad
verbal y de expresión, habría que tomar en cuenta la habilidad de las niñas para aprender a
hablar antes que los niños y en general de las mujeres para aprender otras lenguas de
manera más rápida y conspicua que los varones.

Ya a mediados del Siglo XIX emergió un incipiente movimiento feminista que


señalaba la necesidad de un cambio en las estructuras socio-económicas por considerarlas
opresivas especialmente para la mujer. A pesar de sus numerosos logros: derecho al voto, a
educación superior, igualdad ante la ley, en todas partes del mundo las mujeres siguen

“El Machismo – Un problema Social” 32


soportando toda clase de condiciones desestimulantes, ya no tanto por la ley, pero sí por la
tradición y las costumbres. Las mujeres que tienen empleos, tienen que dedicar entre veinte
y cuarenta horas semanales al trabajo doméstico, realizando así una exhaustiva doble
jornada disfrutando en promedio menos de la mitad del tiempo libre que disfrutan sus
esposos.

Los informes de las Naciones Unidas refieren que las mujeres llevan en sus
hombros la mayoría de las responsabilidades pero son quienes menos disfrutan de los
beneficios, constituyen la tercera parte del trabajo oficial del planeta, pero reciben menos
de las tres cuartas partes del salario que por el mismo trabajo reciben los varones, poseen
solamente una centésima de las propiedades de la tierra, hacen las dos terceras partes del
trabajo del globo, pero solamente una décima de éste les pertenece.

Así las cosas, uno podría pensar que este orden social ha reinado sólo en perjuicio
de las mujeres, pero los resultados indican que también los varones han sufrido la
imposición de un único modelo de conducta rígido y estereotipado que encajona su
personalidad. Si de ella se espera sacrificio, abnegación, debilidad, renunciación y entrega,
de él se espera que sea temerario, agresivo, decidido, autoritario, competitivo y seductor.
Exigencias que le imponen una conducta de héroe o superhombre en todas las
circunstancias de la vida, condición muy difícil de cumplir para seres de carne y hueso. La
tradicional frase de que "los hombres o lloran", así como la represión de la mayoría de las
emociones a que se ve sometido, lo obligan a buscar otras formas de escape que con
frecuencia reper- cuten en su salud.

La mayoría de las mujeres aprenden a ver en el varón a una persona, en tanto que a
muchos varones se les enseña a ver en la mujer, un objeto sexual. Este hecho les impide
establecer con las personas del otro sexo, una comunicación profunda y significativa,
reduciéndose así sus posibilidades de expresión sexual a una mera relación genital de
macho y hembra.

El éxito amoroso, económico y las posiciones de poder que se supone deben


ostentar, producen en su fracaso síntomas de depresión y fustración. Quizá esto explica los
datos de la Organización Mundial de la Salud (7) referente a que en treinta países los
varones se suicidan de dos a cinco veces más que las mujeres. Para Costa Rica la
proporción es de ochenta y seis por ciento de suicidios mas- culinos contra catorce por
ciento de suicidios femeninos.

“El Machismo – Un problema Social” 33


La imposibilidad de mostrar temor, ternura o llanto limita sus posibilidades de
desahogo y de expresión. Ellos han tenido que reprimir su propia sesibilidad y evitar el
disfrute de hablar de sus emociones puesto que tales actitudes son vistas como femeninas.
La identidad masculina suele definirse en contraposición a la identidad femenina, de modo
que se sobrevaloraron en el varón cualidades que se supone no poseen las mujeres.

Con respecto a esto dice Phillips Hodson que por lo general las diferencias entre
los sexos son menos dramáticas de los que la mayoría de la gente cree. En este sentido
creemos que las cualidades que han sido consideradas como femeninas y por tanto
subvaloradas como la emotividad, el énfasis en las relaciones personales, la ternura, la
intuición, son virtudes que deben reivindicarse para toda la humanidad, porque estas son
mucho más funcionales para la sociedad en que vivimos que la agresividad, la matonería y
el autoritarismo.

En el caso de la emotividad que despectivamente se ha atribuido a la mujer, algunos


estudios serios muestran que la manera como las mujeres utilizan sus emociones, es más
saludable que la manera como las utilizan los varones. En término medio el varón pierde el
dominio de sí mismo seis veces por cada tres que lo pierde la mujer.

Últimamente presenciamos cada día con más frecuencia un creciente número de


mujeres que se dejan seducir por las ambiciones de poder y ostentan conductas
consideradas masculinas, en parte porque muchas identifican erróneamente libe- ración
femenina con imitación de la conducta masculina, pero también porque al emprender la
búsqueda de su autonomía, el sistema las somete a las mismas presiones a que somete al
varón.

La búsqueda de una nueva identidad para hombres y mujeres que ofrezca una gama
más variada de opciones independientemente del sexo y más acordes con la realidad actual,
es un reto. El camino es difícil, aún así muchos ya lo han aprendido encontrando al paso
sus propias gratificaciones.

En su libro dice Phillips Hodson que desde la Segunda Guerra Mundial, las mujeres
han desarrollado un sistema de ideas para explicar sus dificultades en el matrimonio, el
trabajo y el sexo. La validez de éste se basa en la premisa de que las mujeres han sido un
grupo muy sensitivo visto como una subclase. En este respecto, dice el autor, ellas se han
apropiado de las virtudes primarias de la humanidad. Han venido forjando un poderoso
lazo de hermandad y solidaridad entre las mujeres, elevando lo personal y lo privado a la

“El Machismo – Un problema Social” 34


esfera de lo político. Con frecuencia se ha creído que la prepotencia masculina y la
subordinación femenina, forman parte del orden natural, viendo cualquier replanteamiento
como una amenaza a ese orden en vez de identificar ese orden opresivo como una amenaza
a la armonía de los sexos.

Muchas personas piensan que defender los derechos de la mujer es perjudicar al


varón, sin comprender que la discriminación y la división de los sexos dentro de los roles
estereotipados y opuestos, es un problema para ambos sexos porque produce un desface en
las relaciones humanas repercutiendo en la vida familiar y afectiva de todos.

En ese sentido feminismo no es la contrapartida de machismo, porque se trata de un


movimiento que tiende a elevar la condición política, socio-económica y educativa de la
mujer. Es un movimiento básico de la libertad humana en tanto que afecta a la mitad de la
humanidad. La erradicación de la matonería, la fanfarronería y el hostigamiento que en-
cierra el machismo, implica la búsqueda de un cambio armonizador que humanice las
relaciones entre los sexos y un compromiso moral que deben asumir todas las personas que
de alguna manera hayan tomado conciencia del problema que encierra para toda la
ideología sexista.

“El Machismo – Un problema Social” 35


10- Marco Legal.
La Ley Nº 5777/16 de de Protección Integral a las Mujeres contra toda forma de
Violencia, busca visibilizar una forma extrema de violencia vinculada con la desigualdad
estructural que afecta a las mujeres por razones de género, es decir, por ser mujer. La Ley
incorpora el feminicidio en el inciso a) del artículo 6, como una forma de violencia y lo
tipifica en el artículo 50 con una pena privativa de libertad de 10 a 30 años.

El artículo 50 establece cuáles son las circunstancias del asesinato de una mujer que
deben ser consideradas en un feminicidio. En otros términos, el mencionado artículo
determina que no todo homicidio de una mujer es feminicidio, sino aquel que ocurre sólo
cuando se da alguna de las circunstancias citadas expresamente por el artículo.

El articulo 50 establece que: El que matara a una mujer por su condición de tal y
bajo cualquiera de las siguientes circunstancias, será castigado con pena privativa de
libertad de diez a treinta años, cuando: El autor mantenga o hubiere mantenido con la
víctima una relación conyugal, de convivencia, pareja, noviazgo o afectividad en cualquier
tiempo; exista un vínculo de parentesco entre la víctima y el autor, dentro del cuarto grado
de consanguinidad y segundo de afinidad.

Así también, dispone que: La muerte ocurra como resultado de haberse cometido
con anterioridad; un ciclo de violencia física, sexual, psicológica o patrimonial contra la
víctima, independientemente de que los hechos hayan sido denunciados o no; la víctima se
hubiere encontrado en una situación de subordinación o dependencia respecto del autor, o
este se hubiere aprovechado de la situación de vulnerabilidad física o psíquica de la víctima
para cometer el hecho.

“El Machismo – Un problema Social” 36


Finalmente, estipula que: con anterioridad el autor haya cometido contra la víctima
hechos punibles contra la autonomía sexual; o que el hecho haya sido motivado por la
negación de la víctima a establecer o restablecer una relación de pareja permanente o
casual.

Con el reconocimiento del feminicidio como un tipo penal autónomo, esta Ley da a
la violencia contra las mujeres un nombre y una categoría social y jurídica que visibiliza de
forma clara quién es la víctima, el victimario y en qué circunstancias se ha producido el
asesinato, resultado de relaciones de poder desiguales entre mujeres y hombres, que
perpetúa ésta y otras formas de violencia. La Ley permite visibilizar y caracterizar de
manera específica esta forma extrema de violencia, como también posibilitará contar con
información calificada sobre estos hechos violentos y generar políticas para prevenirlos.

CAPÍTULO III.

“El Machismo – Un problema Social” 37


11- Marco Metodológico.
11.1- Diseño metodológico o nivel de investigación.
No experimental, la cual se basa en categorías, conceptos, variables, sucesos,
comunidades o contextos que se dan sin la intervención directa del investigador, es decir;
sin que el investigador altere el objeto de investigación.

11.2- Tipo de investigación.


Analítica descriptiva, la cual consiste en almacenar y realizar agregaciones de datos
históricos, visualizándolos de forma que puedan ayudar a la comprensión del estado actual
y pasado de la investigación.

11.3- Unidad de análisis.


- Alumnos del nivel medio del Colegio Nacional Juan de Rosa Núñez.

11.4- Población o universo estadístico.


- 100 alumnos del nivel medio.

11.5- Muestra.
- 30 alumnos por cada grado o turno dentro de la institución.

11.6- Procedimiento de extracción de muestra.


Para la extracción de muestra se aplicarán fórmulas matemáticas utilizando el 97%
de probabilidad y un error máximo estándar de 0,5%.

11.7- Técnicas de recogidas de datos.


- Encuestas con preguntas abiertas y cerradas

11.8- Procedimiento de recogidas de datos.


- Encuestas con preguntas abiertas a los alumnos del nivel medio de la institución.

“El Machismo – Un problema Social” 38


11.9- Análisis de datos.
Los datos recogidos por medio de las técnicas utilizadas para una mejor
interpretación, las preguntas con respuestas cerradas serán realizadas dividiendo cada
pregunta en 5 grupos que son:

Preguntas de investigación.

• Pregunta de investigación – Comentario personal.

• Tabulación de datos.

• Fuentes de información.
• Representación gráfica – Primaria (entrevista).

“El Machismo – Un problema Social” 39


12- Análisis e interpretación.
Análisis e interpretación de los resultados de las encuestas
aplicadas a los alumnos del nivel medio del Colegio Nacional Juan de
Rosa Núñez.

1- Definir sexo de la población:


Femenino Masculino
69% 31%

Definir sexo de la población.

Femenino Masculino

Tabla Nº 1: Se ha podido saber que el 69% de los alumnos del nivel medio
sometidos a la encuesta corresponden a mujeres, y el 31% son hombres.

2. ¿Sabes acerca del concepto de Machismo?

Sí 33%
No 12%
Tal vez 55%

“El Machismo – Un problema Social” 40


Concepto de Machismo.

Si No Tal vez

Tabla Nº 2: se ha visto que el 55% de los alumnos creen conocer acerca del
concepto de Machismo, el 33% asegura saberlo, mientras que el 12% no tiene
conocimiento.

“El Machismo – Un problema Social” 41


3. De qué manera crees que afecta el machismo a la mujer?

Psicológico 25%
Físico 30%
De ambas maneras 55%

De que manera afecta el machismo.

Psicológico Físico Ambas

Tabla Nº 3: se ha observado que el 55% de los estudiantes sometidos a esta


pregunta aseguran que el machismo afecta tanto lo psicológico y lo físico, un 25% afirma
que solamente de manera psicológica y un 30% cree que de manera física.

4. Crees que el machismo es un problema que es muy visible en nuestra


población?

Sí 80%
No 5%
Tal vez 15%

El machismo en la población.

Si No Tal vez

Tabla Nº 4: se ha observado que el80% de los alumnos aseguran que el machismo


es un problema social altamente visto en nuestro entorno hoy día, un 5% dice que no,
mientras un 15% cree que es posible.

5. Conoces en tu comunidad alguna mujer que es víctima de violencia?

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Sí 32%
No 38%
Tal vez 30%

Mujeres que son víctima de violencia.

Si No Tal vez

Tabla Nº 5: con esta pregunta se ha podido conocer que el 38% de los alumnos
encuestados aseguran no conocer a ninguna mujer que sea víctima de una violencia, el 32%
afirma que si conocen, mientras que un 30% cree que tal vez sea posible.

6. Crees que las mujeres no denuncian la violencia por miedo de ser víctimas
de un feminicidio?

Sí 60%
No 19%
Tal vez 21%

Mujeres con miedo de denunciar.

i
S
No Tal vez

Tabla Nº 6: se ha observado que el 60% de los alumnos sometidos a esta pregunta


aseguran que las mujeres no denuncian la violencia que reciben, por miedo de ser víctimas
d algo peor, un 19% lo niega, mientras un 21% cree que tal vez.

7. Conoces las leyes que amparan a las mujeres que afrentan este problema?

Sí 55%
No 15%

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Tal vez 30%

Leyes que amparan a la muejeres.

Si No Tal vez

Tabla Nº 7: se ha observado que el 55% de los estudiantes aseguran conocer las


leyes y los derechos de las mujeres, un 15% afirman no conocer, mientras el 30% creen
saberlo.

8. Crees que es problema del “Machismo” puede terminar?

Sí 17%
No 79%
Tal vez 4%

Dar por fin a esta problemática.

Si No Tal vez

Tabla Nº 8: el 79% de los alumnos sometidos a esta pregunta han asegurado que no
es posible que el machismo pueda llegar a su fin, un 17% cree que si y el 4% tal vez.

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9. Crees que sería bueno que en las instituciones fomenten la importancia de
hablar de temas como este?

Sí 81%
No 3%
Tal vez 6%

Hablar de temas como este en las instituciones.

Si No Tal vez

Tabla Nº 9: el 81% de los estudiantes afirman que sería bastante bueno que se
hablen de temas como este dentro de las instituciones educativas, un 3% no le dan
importancia, mientras un 6% cree que tal vez sea útil.

10. Te parece que sea algo común la práctica del machismo en esta época?

Sí 33%

No 12%
Tal vez 55%

El machismo como práctica normal en el siglo XXI.

Si No Tal vez

Tabla Nº 10: se ha visto que el 55% de los alumnos sometidos a esta pregunta
creen que tal vez el machismo sea de práctica común en el siglo XXI, un 33% aseguran que
si y el 12% no le parece nada normal y están en contra.

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13- Conclusión.
Concluimos con este proyecto de investigación, y cabe decir que, la actitud
machista tiene como resultado satisfacer psicológicamente el complejo de inferioridad que
ha sido formado en el individuo; reaccionando de una manera prepotente y agresiva hacia
el otro género, hay que notar la importancia transmisible de generación en generación que
tiene este rasgo cultural, a tal punto que se ha convertido en una forma predeterminada para
la sociedad.

El machismo ha traído como consecuencia una gran desigualdad de género dentro


de la sociedad, provocando a muchas mujeres no mejorar su vida en relación al ámbito
social y laboral. En el ámbito social donde se la caracteriza a la mujer como un objeto que
se usa y se desecha con el tiempo, reaccionando de una manera agresiva con ella,
provocando así conflictos familiares a tal punto de llegar a la desintegración de la misma;
en el ámbito laboral en el que se la caracteriza varias de las veces de forma discriminada,
sin obtener así los mismos beneficios que el hombre recibe.

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14- Bibliografía.
• https://www.gob.mx/conavim/articulos/sabes-que-es-el-machismo?idiom=es
• https://www.redalyc.org/pdf/805/80540302.pdf
• https://www.redalyc.org/journal/316/31646035003/html/
• https://www.binasss.sa.cr/revistas/ts/v11n291987/art03.pdf
• https://www.significados.com/machismo/amp/
• https://digitalcollections.sit.edu/isp_collection/1040/
• http://www.mujer.gov.py/index.php/noticias/ley-n-577716-feminicidio
• https://www.paho.org/es/temas/violencia-contra-mujer
• https://www.bacn.gov.py/leyes-paraguayas/8356/ley-n-5777-de-
proteccionintegral-a-las-mujeres-contra-toda-forma-de-violencia
• https://www.pj.gov.py/contenido/136-secretaria-de-genero/678

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