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Por qué hay niños que se cansan de todo

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Cuando los niños son pequeños quieren de forma innata pasarlo bien y divertirse. Su papel es
explorar el mundo, descubrir cosas nuevas y mostrar sus sentimientos. Juegan con cualquier cosa
y su imaginación les permite tener la creatividad suficiente para poder disfrutar divirtiéndose. Pero en
ocasiones esto deja de suceder y los niños empiezan a aburrirse de cualquier cosa y de repente
se cansan de todo rápido.

Los niños son el ejemplo de sus vivencias diarias y si se cansan de todo rápido puede que sea una
señal de que el niño está diciendo algunas cosas a sus padres con su comportamiento. 

Motivos de por qué los niños se cansan de todo rápido

1. Están llamando tu atención. Es posible que los niños se cansen de todo rápido porque no
quieran ‘otras cosas’ para entretenerse y lo que estén diciendo sin decir palabras es que quieren
pasar tiempo de calidad con sus padres. En ocasiones los niños pueden mostrar su descontento
ante todo como una forma de mostrar su necesidad de pasar más tiempo en familia.

3. Tiene demasiadas cosas. Cuando un niño tiene demasiadas cosas no disfrutará de nada en


concreto porque no podrá prestar la atención suficiente a lo que tiene delante. Hoy en día los
niños tienen demasiados regalos y no sienten la necesidad de disfrutar de lo que tienen, si no que
cada vez quieren más cosas materiales. Es necesario luchar contra esto para que los niños
aprendan a disfrutar del momento sin pensar en lo que no tienen, disfrutando de lo que sí tienen.

4. Tiene sobre estimulación. Otro motivo por el que un niño se cansa de todo rápido puede ser
porque tiene demasiados estímulos a su alrededor y no es capaz de centrarse en ninguno. Es por
eso que los niños deben tener la oportunidad de poder disfrutar de las cosas sin necesidad de tener
tantas sobre estimulación, sobre todo tecnológica.

Estos son algunos motivos por los que un niño puede sentirse abrumado y cansarse de todo
rápido. Es importante averiguar qué es lo que le ocurre al niño que se cansa de todo para entender
qué le ocurre exactamente y poder buscar la forma de que se sienta mejor de nuevo y pueda
disfrutar de su entorno cercano y de las cosas que tiene de la mejor forma posible. 

7 estrategias para fomentar la atención en los


niños
Los juegos en familia, sin más distracciones, potencian en el niño la capacidad de concentrarse
María Campo Martínez
Pedagoga / España
¿Parece que vuestros hijos no os escuchan cuando les estáis hablando? ¿Están
haciendo la tarea y veis que les cuesta centrarse? Puede que no tengan muy
desarrollada la atención o que haya factores que estén complicando el hacer un buen uso
de ella.

La atención se puede estimular y desarrollar desde que son pequeños


Los niños desde que nacen tienen la capacidad de prestar atención. De hecho, cuando
son bebés mantienen una atención plena. Son capaces de centrarse en lo que quieren y
necesitan, sin despistarse tanto con otros estímulos.

Si quieren comer, tenderán a hacer todo lo posible para conseguir su objetivo. En estos
casos se produce unos nieles de atención muy elevados. Tanto que no es inusual
escuchar: “mi hijo es muy tozudo, cuando quiere una cosa no para hasta que no lo logra”.
Pero en realidad no es tozudez, o no solamente, sino que tienen la capacidad de
mantener una atención plena ante lo que están haciendo.

A medida que van creciendo tienen contacto con más estímulos. Esto es muy positivo
para las conexiones neuronales y el desarrollo cognitivo y cerebral, pero debe ser un
estímulo controlado en cuanto a la atención.

La capacidad de atención está directamente relaciona con la cantidad de objetivos que se


les exige a los niños en cada una de las tareas que deben realizar. En este punto, los
adultos tenemos una responsabilidad muy grande, ya que somos quienes marcamos
esas metas.

Muchos adultos enseñan a sus hijos la importancia de realizar una tarea determinada
para lograr buenos resultados. Por ejemplo, estudiar para obtener buenas calificaciones,
jugar al futbol para meter goles, leer libros para hacer trabajos, etc.

Esta actitud de búsqueda de objetivos y metas consigue que se centren más en los
objetivos y, no tanto, en la tarea en sí. Esto, además, de provocar la pérdida de la
atención plena hacia la tarea, genera dispersión y puede suponer un riesgo importante.

¿Qué pasa si no se consiguen las metas o resultados esperados? Que aparece la


frustración y desmotivación.

Por este motivo, es importante resaltar que la mayoría de los niños, nacen con una
capacidad de atención positiva y que, en función de como planteemos sus estímulos y
objetivos, esta capacidad puede dispersarse o desarrollarse más.

Estrategias para ayudar a los niños a desarrollar su capacidad


de atención:
1. Enseñar a los niños a realizar las tareas sin buscar un objetivo determinado

Se trata de que disfruten de la propia tarea en sí y perciban sus beneficios. Tal y como


hemos visto, no es positivo enseñar a los niños a realizar actividades para lograr metas
con presión. Es importante que sepan disfrutar de lo que hacen sin necesidad de esperar
nada a cambio.

2. Controlar el exceso de estímulos, especialmente, de pantallas

Los niños están expuestos constantemente a numerosas pantallas y generan infinidad de


estímulos rápidos y muy ricos a nivel visual. Pero esta rapidez y cambio de estímulo
provoca una actividad constante del cerebro. Esto le impide poder relajar la mente y estar
calmada.

Deben usarse con medida, ya que es muy importante centrar el cerebro. Hay que
combinarlo con otras actividades diferentes y evitarlo, especialmente, antes de ir a la
cama o momentos previos al estudio, para que logren concentrarse mejor.

3. Evitar distractores cuando realizamos las tareas

Con independencia del tipo de tarea o actividad que se esté realizando, hay que potenciar
y trabajar la capacidad de estar haciendo esa tarea y no varias cosas a la vez.

Esto es algo que hay que educar desde que son muy pequeños. Por ejemplo, el hecho de
comer mientras ven la televisión no facilita la atención consciente en la comida.

La consecuencia es que tampoco tendrán capacidad para mantener la atención


consciente en otras actividades como los estudios. Cuando están haciendo las tareas
escolares o estudiando no deben tener juegos en la mesa o la televisión puesta, porque
descentrará su atención y el rendimiento será mas bajo.

4. Trabajar la reflexión, meditación y relajación

El ritmo tan elevado al que estamos expuestos en la sociedad, nos lleva a tener pocos
momentos tranquilos para parar a pensar o reflexionar cómo estamos o cómo nos
sentimos.

Es interesante poder destinar un tiempo para sentir paz y serenidad y sobre todo parar y
sentir calma. Este ejercicio puede ser desarrollado en familia ya que será beneficioso
para todos.

Se suele pretender hacer cuando ya estamos más alterados o nerviosos, pero es


importante acostumbrarse a hacerlo cuando estamos mas tranquilos, con el fin de estar
mas receptivos y aprender más fácil hasta adquirir el hábito. De este modo, cuando se
necesite utilizar porque el nivel de excitación o tensión sea alto tendrá mayor efecto.

5. Potenciar la capacidad de observación

La atención no puede desarrollarse si nuestro cuerpo no sabe parar. Es importante crear


el hábito de observar lo que nos rodea. Pararse a mirar los pequeños detalles de las
cosas cotidianas que rodea al niño. Esto permitirá potenciar la atención y que el cerebro
desarrolle el hábito de ver y mirar.
6. Estimular la capacidad sólo de escucha

Es interesante dedicar momentos de escucha. Sólo escucha, sin imágenes. La radio


puede ser un buen estímulo. Poner música sin ver la imagen o incluso ponerles cuentos o
historias para que puedan escuchar e imaginar. Y por supuesto, aprender a escuchar los
sonidos que la propia naturaleza aporta.

7. Aprovechar el juego para estimular la atención

Existen numerosos juegos y recursos pedagógicos que potencian, de manera directa, la


atención, y pueden ser muy enriquecedores para los niños (memorie, buscar diferencias,
dobble, etc.). Además, cualquier juego puede ayudar a trabajar la atención, ya que para
realizarlo correctamente deben centrarse en eso y nada más.

En conclusión, la atención se puede estimular y desarrollar desde que son pequeños,


pero también es muy importante los hábitos de vida que tengamos y las actividades
diarias que realicemos.

Es fundamental saber bajar el tono, calmarnos y eliminar distractores para poder centrar
todas nuestras capacidades en lo que estamos haciendo en ese momento. De este modo
se logará un mayor rendimiento y una mayor satisfacción y disfrute de la tarea a realizar.

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