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INFORME

ELEMENTOS PRINCIPALES
DE LA TEORÍA DE LA EVOLUCIÓN

Asignatura: Antropología Teológica


Docente: Arturo Bravo Retamal
Carrera: Licenciatura en Ciencias
Religiosas y Estudios Eclesiásticos
Estudiante: César Paredes Poblete
Fecha: 16 de mayo de 2022.-
1

APORTE DE LA TEORÍA DE LA EVOLUCIÓN RESPECTO DEL


HOMBRE:

Durante siglos la aparición del hombre sobre la tierra se interpretaba a la luz de una
lectura histórica de los relatos bíblicos. El hombre era el resultado de un acto creador de
Dios por una acción directa e inmediata sobre la totalidad del ser humano. Hasta que
irrumpe la concepción evolucionista, según la cual, el hombre es un producto de la
evolución genética del mundo animal, y por lo tanto, el hombre sería poco superior al
animal, del que procede a las inmediatas, en su morfología y su psiquismo. Esta concepción
descubre la cadena de pasos graduales, por medio de la paleontología, desde el reino animal
al hombre y establece, con estas premisas, que la evolución explica suficientemente la
aparición del primer ser humano.

A continuación, se revisarán los aportes principales que ha realizado esta


concepción evolucionista, integrando las hipótesis más recientes hasta ahora.

1) Explicaciones pre evolucionistas:

Para comenzar es importante señalar que la tradición bíblica explicaba el origen del
hombre acudiendo a la teoría creacionista. El pensamiento creacionista tradicional se
sustentaba en una interpretación literal del libro del Génesis. Sus tesis básicas eran:

1) La creación separada y definitiva de todas las especies vivas.


2) La creación del hombre por Dios, a su imagen y semejanza.

Estas concepciones partían de un supuesto fijista, a saber, el carácter inamovible de


las especies a lo largo del tiempo. Por ejemplo, según el fijismo, el caballo y el asno no
proceden de un antepasado próximo común ya extinguido, sino que ambas especies
existirían desde el principio de la vida tal como las conocemos hoy. En el siglo XVIII, el
creacionismo fijista tuvo defensores como Carl Von Linneo1 (1707 – 1778) y Georges
Cuvier (1769 – 1832). Los trabajos de éstos fueron decisivos en el terreno de la historia
natural. Linneo, en su obra “Systema Naturae” (1735) expone un inventario de las especies
vivientes entonces conocidas, estableciendo unos criterios de clasificación y una
nomenclatura que todavía hoy siguen siendo útiles. Por medio de su clasificación, Linneo
reintrodujo al hombre en la escala zoológica como el ejemplar más notable del grupo de los
primates. A Cuvier se le ha llegado a considerar padre de la paleontología y la anatomía
comparada. Sin embargo, estos naturalistas siguieron suponiendo y defendiendo en sus
trabajos las tesis fijistas, ya que consideraban que la adaptabilidad de los individuos al
medio es el resultado o producto de un diseño inteligente. Y, según ellos, esto evidenciaba
la existencia de un creador detrás de todo el proyecto de la vida.

1
Cf. Juan, Ruiz de la Peña. “Imagen de Dios. Antropología Teológica Fundamental”. Editorial Sal Terrae.
Tercera Edición. España, 1996. Pág. 268 – 269.
2

El talante fijista de estos autores se refleja en la crítica que opusieron a los trabajos
de algunos de sus contemporáneos, como Lamarck (1744 – 1829), que sí defendían una
visión evolucionista del acontecer natural2. Pero a pesar de esta concepción fijista que se
aprecia en muchos de sus trabajos, los estudios y las clasificaciones zoológicas y botánicas
que realizaron Linneo y Cuvier fueron la base de estudios que, a diferencia de los suyos,
apoyaban una concepción evolucionista del origen de las especies, teniendo como base dos
grandes líneas de investigación que hoy convergen en la ecuación hombre – animal: la
etología y la genética comparada. La primera, detecta las analogías constatables entre el
comportamiento animal y el humano. La segunda pone de manifiesto los mecanismos
genéticos en que se fundan estas analogías.

2) Explicaciones Evolucionistas:

La publicación en 1859 de la obra de Charles Darwin: “El origen de las especies”,


supuso el quiebre de las doctrinas fijistas imperantes hasta ese momento. En ella están las
bases de las explicaciones evolucionistas actuales. Podemos sintetizar la teoría darwinista
en tres tesis fundamentales3:

1) Las especies devienen por transformaciones continuadas. Todas las especies,


botánicas, zoológicas (incluso la especie humana), provienen de otras anteriores por
medio de cambios graduales.

2) La selección natural es el principio explicativo de la evolución. Así, de entre los


muchos cambios que espontáneamente se producen en las especies, sólo perduran y
se transmiten aquellos que resultan más eficaces en la lucha por la vida. Los
individuos mejor dotados, los que mejor se ajustan al medio, sobreviven y
transmiten hereditariamente sus características.

3) El ser humano desciende de antiguos primates. Como los demás animales,


procede por evolución de especies anteriores ya extinguidas.

La publicación de esta obra tuvo una gran repercusión social y generó mucha
polémica en su época. Afirmaba que las especies no son independientes las unas de las
otras, como aseguraba la interpretación literal de la Biblia; ni inalterables, como matizaba
Linneo. En la actualidad, la teoría de la evolución se ha confirmado con numerosos datos
paleontológicos.

Sin embargo, la teoría darwinista no explicaba los mecanismos que determinaban


qué características se transmitían de generación en generación, ni de qué manera lo hacían.
La ausencia de una teoría que diera cuenta de cuáles eran los factores que influían en la

2
Cf. Piet, Schoonenberg. “El Mundo de Dios en Evolución”. Ediciones Calos Lohlé. Argentina, 1966. Pág. 12.
3
Cf. R. Cejudo; R. Román; J. Méndez. “Filosofía, Bachillerato”. Ediciones EDEBÉ. España, 2001. Pág. 15 – 16.
3

herencia biológica de los caracteres fue subsanada por Gregor Mendel (1822 – 1884).
Siete años después de la aparición de “El origen de las especies”, este religioso agustino
formuló una teoría de la herencia en la que aseguraba que los caracteres hereditarios están
determinados por factores específicos. Más tarde, estos factores fueron llamados genes. Los
estudios de Mendel iniciaron una larga y fecunda tradición de investigaciones sobre la
herencia biológica. Las doctrinas mutacionistas, consecuencia de estas investigaciones,
explican los cambios en las características de las especies a partir de alteraciones o
mutaciones en el material genético.

De esta manera, la combinación de la teoría de la selección natural y las doctrinas


mutacionistas es la base de las teorías sintéticas o neodarwinistas, que completan los
conocimientos actuales sobre la evolución. Aunque estas teorías aportan cada día nuevos
datos, todavía existen muchas lagunas en las explicaciones de los mecanismos de la
evolución.

No es difícil imaginar el impacto tan profundo que supuso la teoría evolucionista


sobre la concepción que el hombre tenía de sí mismo. Saberse emparentado con el resto de
los animales hace que el hombre deje de considerarse como una isla independiente en
medio de la naturaleza. Desde Darwin, se tiene más consciencia de que el hombre es un ser
natural más. Para la ciencia, muchos de los aspectos que caracterizan a la especie humana
pueden ser entendidos y explicados con los mismos parámetros que rigen el acontecer
natural.

Entre los elementos esenciales de la Síntesis Evolutiva Moderna, se tienen los


siguientes4:
1) La síntesis moderna reconoce varios posibles mecanismos de evolución diferentes.
La teoría de Darwin se basó en la selección natural como el único mecanismo
conocido. Uno de estos diferentes mecanismos, la deriva genética, podría incluso
igualar la importancia de la selección natural en la visión general de la evolución.

2) La síntesis moderna afirma que las características se transmiten de padres a hijos en


partes del ADN llamadas genes. La variación entre individuos dentro de una especie
se debe a la presencia de múltiples alelos de un gen.

3) La síntesis moderna de la Teoría de la Evolución plantea la hipótesis de que lo más


probable es que la especiación se deba a la acumulación gradual de pequeños
cambios o mutaciones a nivel genético. En otras palabras, la microevolución
conduce a la macroevolución.

3) Fases evolutivas de la especie humana:


4
Cf. Cómo ha evolucionado la teoría de la evolución (greelane.com)
4

Una vez que las teorías evolucionistas dieron cuenta de las líneas maestras de la
evolución, la ciencia (la paleontología, la biología, la genética y la inmunología) ha ido
precisando los escalones concretos de este proceso. La ciencia ha explicado cómo, a partir
de los primeros organismos multicelulares, se llega hasta el ser humano.

Las clasificaciones que muestran los orígenes del hombre, a partir de la evolución
de los primates, están sujetas a frecuentes cambios, debido a la rapidez con que avanzan las
investigaciones en estas cuestiones. Una de las clasificaciones que hoy en día se considera
todavía válida es la siguiente5:

PRIMATES

ANTROPOIDES

CERCOPITECOIDEOS HOMINOIDEOS

HOMÍNIDOS PÓNGIDOS

AUTRALOPITHECUS AFARENSIS

AUTRALOPITHECUS ROBUSTUS HOMO

HOMO HABILIS

HOMO ERECTUS

HOMO NEANDERTHALENSIS HOMO SAPIENS

HOMO SAPIENS SAPIENS CHIMPANCÉ / GORILA

5
Cf. R. Cejudo; R. Román; J. Méndez. “Filosofía, Bachillerato”. Ediciones EDEBÉ. España, 2001. Pág. 16.
5

Los estudios más recientes parecen confirmar que la especie Homo Sapiens Sapiens,
es decir, el ser humano actual, procede del Australopithecus (homínido más antiguo
conocido). Los Australopithecus existieron hace unos 3,5 a 3,2 millones de años, su
representante más antiguo fue el Australopithecus afarensis. Se trata del primer homínido
bípedo, de mandíbulas poderosas y fuertes molares, y extremidades largas. Registra una
masa craneal de 400 cm3. Su altura: 1, 20 mts., y 30 kilos de peso. Fue encontrado en
Etiopía y fue llamada Lucy6. Al parecer, éste dio lugar a dos líneas de evolución, una
extinguida (Australopithecus robustus) y otra que evolucionó hasta el hombre actual. Por
esta segunda línea evolutiva, el Australopithecus afarensis evolucionó a una especie
considerada ya humana, el Homo Habilis. Su antigüedad es de entre 1 millón y 2 millones
de años. A partir del crecimiento de los pastizales, se ve obligado a adoptar una posición
más erguida. Tenía un cerebro de 750 cm.37. Cambia su forma de alimentarse: a las frutas y
vegetales, agrega la carne de carroña. Y destaca por la elaboración de los primeros
utensilios conocidos8. Aunque los Australopithecus ya andaban erguidos, con el Homo
habilis se produjo un aumento de la capacidad craneal (de 400 cm3 a 750 cm3) y la
aparición de las primeras culturas materiales. El siguiente paso de la evolución se da con la
aparición del Homo Erectus (hará 1 millón y medio de años), especie que se caracterizó
por una capacidad craneal de 1.100 cm3 y cambios culturales muy destacables, pues sabía
aprovechar el fuego y vivía de la caza. Con partes de su esqueleto se encontraron restos de
cenizas y de la caza de animales. Son los primeros homínidos que se distribuyeron
ampliamente por la superficie del planeta. Poseía un cuerpo alto; espesas cejas y gran
musculatura. Descubre el uso del fuego; y fabrica la primera hacha de mano. Siguiendo esta
línea evolutiva llegamos a nuestro antepasado inmediato9, el Homo sapiens: vivió en
Europa, en África y en Asia hace 300 mil años. Con una capacidad craneal de 1.200 cm3.
Utiliza instrumentos de piedra y hueso más trabajados; ejerce la caza; el uso y dominio del
fuego; practica una dieta variada, y especialmente come la carne pasada por el fuego; y
emplea el vestido. Aumenta el tamaño de su población, manifiesta ritos y el arte: la pintura
rupestre10. El Homo Neanderthalensis: con una capacidad craneal de unos 1.200 a 1.400
cm3; ocupó Europa y el oeste asiático hace unos 400 mil años, y se extinguió hace 30 mil
años. Eran macizos y musculosos, cazaban mamuts y rinocerontes lanudos y utilizaban
utensilios de piedra más sofisticados que el Homo erectus. Se supone que creían en la vida
después de la muerte, porque enterraban a sus muertos con armas y alimentos 11. Y el Homo
Sapiens da paso a nuestra especie, el Homo sapiens sapiens, con una capacidad craneal de
unos 1.400 cm3. Vive en Europa hace entre 40 mil y 50 mil años. A partir del año 10 mil
a.C.; genera cambios importantes en la organización económica y social: desarrolla las
6
Cf. Paleoantropología hoy: Australopithecus afarensis (paleoantropologiahoy.blogspot.com)
7
Cf. R. Cejudo; R. Román; J. Méndez. “Filosofía, Bachillerato”. Ediciones EDEBÉ. España, 2001. Pág. 16.
8
Cf. Homo Habilis | Historia Cultural
9
Cf. Homo erectus: características, origen, evolución y rasgos | Meteorología en Red
(meteorologiaenred.com)
10
Cf. Ya Había Homo Sapiens Hace 300 mil Años (codigotlaxcala.com)
11
Cf. Homo sapiens neanderthalensis. (oocities.org)
6

primeras formas de agricultura y domesticación de animales, y la vida en ciudades.


Desarrolla el lenguaje articulado, la escritura, y presenta signos claros del desarrollo de un
sentido simbólico de lo que vive y el desarrollo de una conciencia individual. Su
representante es el hombre de Cromañón, cuyos fósiles fueron hallados en Israel12.

Con respecto a la movilidad poblacional de estos distintos tipos de homínidos, hoy


se tiene claro que el Homo Erectus es el que logra salir de África por primera vez hace 1
millón de años. En esa expansión, el Homo Erectus da lugar por evolución a los
Neandertales en Eurasia, a los Denisovanos en Asia, al Homo Floresiensis (que
probablemente fue un Homo Erectus que sufrió un proceso de pitecantropización por
aislamiento reproductivo) en la isla de Flores y al Homo Sapiens en África13.

Este Homo Sapiens, cuyo origen se remonta a hace unos 200 mil años, dio lugar a
una segunda salida de África, en varias oleadas, hace unos 100 mil años. En su expansión,
el Homo Sapiens colonizó de nuevo todo el mundo, conviviendo y mezclándose
genéticamente con los Neandertales y Denisovanos que ya ocupaban Europa y Asia14. Con
el paso del tiempo el Homo Sapiens Sapiens, hace 40 a 50 mil años, fue la única
subespecie o población humana que sobrevivió, dando lugar a la variedad de grupos
humanos que pueblan la tierra.

Por lo tanto, se puede hablar de una única especie humana con dos linajes y dos
salidas de África. Los humanos actuales que pueblan la tierra son descendientes directos del
segundo linaje, aunque todos los que salieron de África mantienen trazas genéticas (entre
un 2 y un 8%) de los descendientes del primer linaje que salió de África15.
Actualmente, se hace más sólida la tesis de que el Homo Neanderthalensis y el
Homo Sapiens convivieron, se mezclaron y se enfrentaron hasta la extinción del Homo
Neanderthalensis16. Sin embargo, buscar una causa específica para entender la desaparición
de los Neandertales no es tarea sencilla. Quizás las dos especies compitieron en los mismos
ecosistemas y ello sólo tenía una solución a corto plazo; prevaleció la especie que mejor
supo aprovechar sus recursos biológicos y tecnológicos para explotarlos y sobrevivir en las
difíciles condiciones de Europa. Según evidencias de hallazgos de ambas especies, la
hipótesis afirma que el Homo Sapiens superó al Neandertal en tecnología y organización
social. Unos utilizaban proyectiles para la caza; los otros carecían de ellos, así que se
exponían más al peligro y sufrían más fracturas y heridas durante la caza. Además, los
Sapiens cazaban en grupos más numerosos y se organizaban de una manera más

12
Cf. HOMO SAPIENS [Características+Herramientas] - SobreHistoria.com
13
Cf. Rubén, Herce. “Monogenismo y Poligenismo. Status Quaestionis”. Artículo publicado en Scripta
Theologica/ Vol. 46/ 2014 / Pág. 110 – 111.
14
Cf. Rubén, Herce. “Monogenismo y Poligenismo…” Pág. 111.
15
Cf. Rubén, Herce. “Monogenismo y Poligenismo…” Pág. 111.
16
Cf. Neandertales y sapiens comparten el 99,5 % del genoma - Celtiberia.net
7

jerarquizada y eficiente. Los Neandertales, más corpulentos, estaban mejor preparados para
combatir el frío. Pero el Homo Sapiens dominaba mejor el fuego y sabía utilizar
herramientas para protegerse del clima, como las agujas para “coser” abrigos. Y corría más
rápido17.

Otro dato científico de gran relevancia es que, al parecer, no sólo se dio


competencia entre Homo Sapiens y Homo de Neandertal, sino que, a partir de una
significativa cantidad de datos genéticos, los investigadores han concluido que el Homo
Sapiens y el Homo de Neandertal se entrecruzaron más que lo que se había supuesto
anteriormente18. De hecho, la magnitud de estos cruces ha llevado a algunos investigadores
a cuestionar el viejo dicho de que Neandertales y Sapiens son especies separadas. Los
primeros estudios genéticos de poblaciones actuales, basados en el genoma mitocondrial,
relativamente reducido y de transmisión exclusiva por vía materna, parecían mostrar que no
teníamos rastros genéticos de los neandertales. Pero cuando en el año 2016 se secuenció el
genoma neandertal completo, a partir de muestras de restos esqueléticos localizados en
diferentes yacimientos de Europa, se verificó que, entre las poblaciones actuales no
africanas, entre el 1% y el 4% del genoma nuclear proviene de los neandertales. Eso fue
una revolución: primero, porque se secuenció el genoma de una especie humana ya
extinguida; y segundo, porque lo que indicaba el resultado es que el Homo Sapiens se había
cruzado con el Neandertal y que ambos habían tenido descendencia fértil 19. En efecto, las
dos especies humanas convivieron en el Corredor Levantino (la franja de territorio situada
entre el mar Mediterráneo y las zonas desérticas de Israel, Jordania y Siria) y cruzaron sus
caminos, sus genomas y su cultura. El dato de la cueva de Misliya incrementa de manera
notable el tiempo en el que las dos especies estuvieron en contacto20.

Finalmente, en la actualidad los científicos, en base a las técnicas de análisis


genético, buscan el ancestro común del Homo Sapiens y el Neandertal, ya que veinte
científicos (alemanes, norteamericanos y croatas) del Instituto Max Planck de Antropología
Evolutiva de Leipzig, en Alemania, decidieron estudiar el fósil de un neandertal de la cueva
de Vindija que estaba excepcionalmente libre de contaminación de ADN del hombre
moderno, el resultado fue revelador: concretamente tenía un 99% de ADN neandertal y un
1% de Homo Sapiens. Este hallazgo ha permitido levantar la hipótesis de la existencia de
un ancestro común entre ambas especies que se habrían separado hace 370 mil años, lo que
generó que las características genéticas de ambas especies se separaran y comenzaran a
evolucionar de forma diferente21. Por otra parte, los recientes estudios en genética de
poblaciones indican que para que dos poblaciones humanas sean reproductivamente
17
Cf. Homo sapiens vs Neandertal: la batalla por la supervivencia (xlsemanal.com)
18
Cf. ¿Cómo sabemos que los humanos actuales tenemos genes neandertales? | Las científicas responden |
Ciencia | EL PAÍS (elpais.com)
19
Cf. ¿Cómo sabemos que los humanos actuales tenemos genes neandertales? | Las científicas responden |
Ciencia | EL PAÍS (elpais.com)
20
Cf. Homo sapiens vs Neandertal: la batalla por la supervivencia (xlsemanal.com)
21
Cf. Neandertales y sapiens comparten el 99,5 % del genoma - Celtiberia.net
8

incompatibles, es decir, que produzcan descendencia estéril, tiene que haber transcurrido
más de un millón de años desde su separación. Y hoy en día los resultados genéticos
señalan que esa separación en el linaje evolutivo entre Neandertales y Sapiens habría
ocurrido hace menos del millón de años. En 2017 se estimó que pudo ser entre hace 760 mil
y hace 550 mil años, lo que posibilitó que al volverse a encontrar los neandertales de
Eurasia y Sapiens que habían evolucionado independientemente en África pudieran tener
descendencia fértil, como ya se ha visto que realmente ocurrió y no sólo una vez sino más
veces22. Estos hallazgos y la nueva hipótesis del ancestro común de Sapiens y Neandertales
genera un giro a muchos aspectos que los científicos daban por sentados en el ámbito de la
paleoantropología y la evolución humana, y especialmente, les ha obligado a proponer que
Sapiens y Neandertales se consideren dos subespecies de una única especie humana, es
decir, que se denomine de nuevo a los Homo Sapiens Neanderthalensis, un término
abandonado hace algunas décadas.

En síntesis, según la teoría de la evolución, el ser humano es una especie animal que
pertenece al orden de los primates. Dentro de este orden está emparentado con especies
como el Chimpancé, el Gorila y el Orangután. Según los expertos, la bifurcación de la rama
de los hominoideos en póngidos y homínidos se produjo hace unos 5 ó 10 millones de años.
Y desde la línea de los homínidos se postula que su secuencia evolutiva fue:
Australopithecus Afarensis; Homo Habilis; Homo Erectus (el primero en salir de África y
conquistar Eurasia y Europa); del cual procedería el Homo Sapiens (presente en África
primero y Europa después), el Homo de Neanderthal (presente en Europa y Asia), y el
Homo de Denisova (presente en Europa y Asia). Y en un segundo oleaje de conquistas por
parte del Homo Sapiens en Europa y Asia, el Homo Sapiens se habría enfrentado y se
habría mezclado genéticamente con el Homo de Neanderthal, dando paso a la aparición del
Homo Sapiens Sapiens, existente en Europa hace entre 40 mil y 50 mil años.

Además, en esta secuencia evolutiva, aunque existen parecidos anatómicos entre el


ser humano y los póngidos, la especie humana posee las siguientes características
diferenciales:

1) Posición erguida: Los estudiosos de la evolución coinciden en destacarla como un


cambio evolutivo sustancial. A diferencia de otros primates, los antepasados del ser
humano se caracterizaron por la marcha bípeda, es decir, caminaban sobre los dos
pies, sin utilizar como apoyo las manos. La marcha vertical o erguida provocó una
serie de cambios anatómicos: pérdida de prensibilidad en los pies, cambios en la
curvatura de la columna, fortalecimiento del cuello… pero, sobre todo, permitió la
observación de mayores áreas de espacios naturales; la liberación de las
extremidades superiores en los desplazamientos; y el ahorro significativo de energía
22
Cf. ¿Cómo sabemos que los humanos actuales tenemos genes neandertales? | Las científicas responden |
Ciencia | EL PAÍS (elpais.com)
9

en los desplazamiento, lo que va asociado a mejores posibilidades de defenderse y


sobrevivir en relación con sus depredadores23.

2) Liberación de las extremidades superiores: Caminar erguido sin utilizar las


extremidades superiores permitió que las manos se especializasen en funciones
distintas a la marcha: la manipulación de objetos, la caza, la defensa o la
construcción. Las manos sustituyeron a la boca como órgano de defensa y de
trabajo, y posibilitaron una mejor expectativa de vida no sólo para el individuo del
grupo homínido, sino para la especie al ser posible y efectivo el traslado de las crías,
y el traslado de la comida al recorrer grandes distancias. También, las manos libres
permiten la utilización e invención de toda clase de instrumentos, presentando con
ello los homínidos un cambio cualitativo muy importante: ahora esta especie es
capaz de adaptar el medio ambiente a sus propias necesidades, por medio de la
invención de objetos obtenidos de la naturaleza. Sin embargo, para poder fabricar y
manipular objetos no es suficiente tener las manos libres, es necesario, también,
poseer una serie de capacidades que dependen de la existencia de un cerebro
desarrollado y complejo24.

3) Desarrollo cerebral: Entre los Australopithecus y el Homo Sapiens Sapiens, el


tamaño del cerebro se triplica y, sobre todo, se hace más complejo. Aunque se
desconocen las causas exactas que propiciaron este aumento cerebral en los
homínidos, muchos estudiosos coinciden en destacar que la liberación de las manos
pudo ser el estímulo de este desarrollo. Cuanto mayor sea la pericia en la
manipulación y fabricación de objetos, mayor será la capacidad para idearlos y
concebirlos. Y al revés, a mayor capacidad cerebral, mayor destreza manual 25.
Según estudios del año 2009, dos genes clave mutaron en el Homo Sapiens y
modificaron su corteza cerebral de manera significativa, proveyéndolo de una
singularidad excepcional. Estos dos genes otorgaron un rasgo que dio ventaja
competitiva tal a la especie que quienes los tenían se reproducían mucho más,
fenómeno que se denomina selección positiva. Uno de estos genes surgió, hace 35
mil años, como una variante del gen MCPH1, cuya frecuencia en la población
aumentó con demasiada rapidez para ser compatible con una deriva genética al azar
o con migraciones de población. Vale decir, experimentó una selección positiva.
Posteriormente, 5 mil 800 años, coincidiendo con la expansión de la agricultura y de
las ciudades y el primer registro de lenguaje escrito, surgió una variante del segundo

23
Cf. R. Cejudo; R. Román; J. Méndez. “Filosofía, Bachillerato”. Ediciones EDEBÉ. España, 2001. Pág. 17.

24
Cf. R. Cejudo; R. Román; J. Méndez. “Filosofía, Bachillerato”. Ediciones EDEBÉ. España, 2001. Pág. 17.
25
Cf. R. Cejudo; R. Román; J. Méndez. “Filosofía, Bachillerato”. Ediciones EDEBÉ. España, 2001. Pág. 17.
10

gen, el ASPM, cuya frecuencia en la población indica también una poderosa


selección positiva26.
Estos genes provocaron un peculiar desarrollo de las estructuras cerebrales, cuya
característica más importante fue que aumentó la conectividad del cerebro más que el
crecimiento de su tamaño. Si bien es cierto que el cerebro humano es cuatro o cinco veces
mayor de lo que cabría esperar en un mamífero de tamaño comparable, esa característica no
es la más relevante. En ese sentido, tenemos como ejemplo el fracaso de los Neandertales.
Estos tenían una capacidad craneal de unos 1.200 a 1.700 cm3, capacidad mayor que el del
humano actual; se pintaban el cuerpo y enterraban a sus muertos. Vale decir, puede ser que
tuvieran una cierta autoconciencia y rudimentos de pensamiento simbólico, sin embargo, no
lograron sobrevivir. Lo que aumentó en el Homo Sapiens más que el tamaño del cerebro
fue su conectividad. Los cambios neurofisiológicos correspondientes tuvieron lugar gracias
a un proceso virtuoso de interacción del medioambiente y la psiquis o el cerebro, que
incrementó la conectividad entre distintas zonas cerebrales y que culminó con una
organización y estructura cerebral de enorme potencial 27. Así, el desarrollo cerebral de la
especie fue el elemento que hizo posible la aparición de las capacidades técnicas y
simbólicas en el hombre28:

1) Capacidad técnica: es la capacidad de fabricar y utilizar instrumentos para


modificar el entorno y, así, satisfacer nuestras necesidades. Tanto las toscas
herramientas de piedra del paleolítico, como los cohetes espaciales o el láser son
consecuencia de la capacidad técnica del ser humano. A lo largo de la historia,
puede apreciarse un aumento en el grado de eficacia y sofisticación de los métodos
y productos técnicos.

2) Capacidad simbólica: es la capacidad que posee el ser humano de crear y


expresarse por medio de símbolos. Los símbolos son signos porque están en lugar
de otra realidad a la que representan y sustituyen. Los símbolos, además, son
convencionales, no mantienen ninguna relación causal ni de semejanza con la
realidad a la que representan, la relación que los conecta ha sido establecida por los
hombres. Entre el disco rojo y la prohibición de pasar no existe ninguna conexión
natural de semejanza o proximidad, sino que establecemos su relación
artificialmente. Una manifestación fundamental de esta capacidad es el lenguaje
articulado. Gracias al lenguaje, el hombre es capaz de realizar generalizaciones y
abstracciones, y referirse a realidades pasadas, futuras o imaginarias. Los animales,
aunque pueden emitir y entender signos que expresan emociones básicas, como
dolor, alegría, temor, rechazo o atracción, no pueden expresar realidades más

26
Cf. Ricardo, Capponi. “Felicidad Sólida. Sobre la construcción de una felicidad perdurable”. Ediciones Zig –
Zag. Cuarta edición. Chile, 2019.- Pág. 118 – 119.-
27
Cf. Ricardo, Capponi. “Felicidad Sólida…” Pág. 119.
28
Cf. R. Cejudo; R. Román; J. Méndez. “Filosofía, Bachillerato”. Ediciones EDEBÉ. España, 2001. Pág. 17 – 18.
11

complejas como instrucciones, teorías, reglas o valoraciones. El ser humano, en


cambio, mediante el lenguaje, sí puede hacerlo. La capacidad simbólica y el
lenguaje humano, además, constituyen los cimientos de la dimensión cultural
humana: el arte, la ciencia, la moral, la religión… Todos estos fenómenos que
forman la cultura son posibles gracias a esta capacidad.

Finalmente, otra de las características que hace del ser humano una de las especies
animales más peculiares es la autoconciencia, entendida como el conocimiento inmediato
que el hombre tiene de su existencia y de su individualidad. Así, el hombre se sabe un ser
independiente y distinto, no sólo de la naturaleza, sino también del resto de los hombres.
Aunque es un misterio cómo surge la autoconciencia y por qué, parece ser que en el
hombre primitivo ésta tenía un fuerte carácter colectivo. El hombre se sentía, sobre todo,
perteneciente a un grupo, ya que, para sobrevivir, dependía totalmente de éste. Sin
embargo, la manera de enfrentarse a la muerte (enterramientos y cuidados al difunto)
parece mostrar, ya, la creencia en el más allá y en la supervivencia tras la muerte. Muchos
historiadores deducen de esto que debía de existir una autoconciencia individual, pues,
aunque estuviesen plenamente identificados con el grupo al que pertenecían, ya debían de
considerarse seres individuales y distintos.

CONCLUSIONES:

1.- Es una hipótesis que va evolucionando hacia una firme teoría explicativa del
surgimiento del ser humano, sobre todo a partir de los análisis genéticos que la ciencia
actual hace posible, entre los distintos fósiles de la especie homínida, con su respectiva
datación. Aunque en esto la cautela siempre es necesaria, ya que los hallazgos y la
aparición de nueva información, constantemente está modificando la estructura de esta
teoría, con la aparición de nuevas hipótesis que también pueden ejercer el impacto
debilitante de la teoría en sí misma, ya que dan origen a nuevas lagunas que constituyen un
nuevo desafío para los científicos. Claramente, aún hay mucho más que investigar y se hace
necesario contar con mejores datos de fechas geológicas y especímenes más completos para
poder refutar positivamente las probabilidades de fortalecimiento de esta teoría.

2.- Llama la atención que en esta línea evolutiva de la especie humana, los científicos
verifiquen que el origen del linaje humano se remonta a la existencia de un solo grupo o
familia de homínidos, que gracias a los cambios anatómicos más significativos: marcha
bípeda; extremidades superiores libres; y crecimiento cerebral asociado al desarrollo de
inteligencia abstracta, lenguaje – comunicación y conciencia individual, dan origen al único
linaje humano actual: el Homo Sapiens Sapiens.

3.- El proceso de hominización prepara un proceso de humanización cualitativamente muy


distinto y significativo, y que culmina y arranca con la dimensión intelectiva y espiritual del
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Homo Sapiens Sapiens. Claramente, todo lo que el hombre es: su conciencia, su


subjetividad, su inteligencia, su dimensión espiritual, que lo hace ser verdaderamente
humano, no puede ser reductible a un proceso evolutivo de su sola dimensión material,
como si el hombre fuera entendido como el resultado de una materia evolucionada de
manera más compleja en comparación con el resto de los animales. La diferencia entre el
hombre y el animal no es meramente gradual, es decir, de un más lineal o estructural. Se
trata de una diferencia esencial, que no consiste en un más de cantidad o estructura, sino en
un más cualitativamente distinto, que no es fruto de una simple suma o de una simple forma
de organización de la materia, complejamente influida por su medio externo. Entre el
primer hombre y el animal su antecesor hay un hiato, una separación, que no puede ser
explicado por las solas fuerzas de la materia que evoluciona. La continua discontinuidad es
innegable. Morfológicamente el hombre procede del reino animal. Los paleontólogos han
descubierto, aunque con algunas lagunas, lo que puede ser la escala ascendente de los
primeros homínidos hasta el Homo Sapiens Sapiens. Las semejanzas morfológicas y
psíquicas, progresivamente cada vez más complejas, llevan a la conclusión de que no se
trata de una mera sucesión, sino de una verdadera evolución genética desde el reino animal
al hombre. Y por eso surge la pregunta: ¿Cómo ha sido posible la evolución de los
homínidos prehumanos al homínido humanizado? O en otras palabras: ¿Cómo ha sido
posible el florecimiento intrínseco de un psiquismo intelectivo desde las estructuras
psicosomáticas de un homínido prehumano y en función determinante y transformante de
éstas? En los animales la transformación es causación efectora de la morfología y de la
psique animal. En otros términos: la evolución produce íntegramente las formas y la psique
del nuevo animal. No sucede así en el hombre. Su capacidad intelectiva marca una
discontinuidad del proceso anterior. La dimensión espiritual no puede ser producida por la
sola materia, aunque este proceso evolutivo sea provocado por Dios Creador, sino que
requiere una acción distinta del Creador, que explique lo cualitativamente nuevo,
esencialmente distinto de todo lo anterior, es decir, el psiquismo humano. Por esta razón, la
aparición del hombre, en su unidad total, está determinada por la transformación del
homínido, pero no está efectuada o causada, como lo estaba la del animal, por ella. Puede
decirse que la nueva psique, la del hombre, es efecto de una creatio ex nihilo, una creación
de la nada. Desde ese momento surge algo inédito, cualitativamente distinto, mejor y mayor
que lo anterior, surge así algo que, por hipótesis, supera la capacidad operativa de lo ya
existente y, consiguientemente, demanda otro factor causal, amén del empíricamente
detectable: la acción creadora de Dios.

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