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LA CARTA DE SANTIAGO
RESUMEN
CAPÍTULO VIII - CARTA DE SANTIAGO
1.- Aparentemente, carece de casi todo lo que se puede considerar como distintivo de la fe y
prácticas cristianas, lo que ha hecho pensar que no se trata de un documento cristiano, sino
judío interpolado para introducirlo al uso cristiano.
2.- Martín Lutero despectivamente la tituló como “epístola de paja” ya que pensaba que se
oponía a la doctrina paulina de la justificación por la fe y no tenía como tema principal a
Cristo, aunque sí era una obra de un hombre piadoso que contenía buenas sentencias.
3.- Lo inusual de su forma literaria, su teología que provoca cierto escándalo sobre todo a
las Iglesias protestantes, y el que cueste más que cualquier otro escrito del NT situarlo en el
marco histórico en el cual se originó.
4.- Uno de los temas centrales que trata es la cuestión de la relación entre la fe y la vida en
la sociedad y el mundo, que permite constatar la distancia que existe entre el proyecto de
Jesús y lo que cada cristiano vive a nivel personal y comunitario. Invita a evaluar la
coherencia entre la fe que se profesa y la vida que cada cristiano ejerce.
1.- El Texto:
a.- Crítica Textual: No se cuenta con ningún texto occidental de los primeros siglos, y sin
embargo, el texto puede ser reconstruido con cierta fidelidad a partir de los códices griegos
unciales B (el texto más fidedigno), S, A y C. También son valiosos los datos del Papiro 74,
el códice griego minúsculo 33 y el códice latino ff2.
b.- Lengua y Estilo: El texto desarrolla un griego koiné excelente, superado sólo por la
Carta a los Hebreos en el NT. Utiliza un lenguaje lleno de vivacidad y de frescura, con
frases breves. Usa la subordinación con conjunciones y las construcciones con participio
más que la coordinación, empleando adecuadamente el aoristo y la voz media. Emplea bien
los artículos y las partículas. Se preocupa del orden adecuado de las palabras (1, 2; 3, 3. 8;
5, 10). Usa palabras técnicas y adjetivos compuestos. Hace juegos de palabras 3: 1, 2ss:
pruebas – probada; paciencia – paciencia; perfecta – perfectos.
1, 17: “oscilación” o “cambio”. “…desciende del Padre de las luces, en quien no hay
cambio [oscilación] ni fase de sombra”.
Ejemplo de otros términos que son únicos en toda la Biblia Griega (NT y los LXX):
1, 17: “sombra de movimiento [ni sombra de mutación]”. “…Padre de las luces, en quien
no hay cambio ni fase de sombra… [“en quien no hay sombra de movimiento”]”.
1, 18: “primicias de sus criaturas”. “… Nos engendró por su propia voluntad, con palabra
de verdad, para que fuésemos las primicias de sus criaturas”.
1, 23: “observarse en un espejo”. “…Si alguno se contenta con oír la palabra sin ponerla
por obra, se parece al que contemplaba sus rasgos en un espejo”.
1, 27: “religión pura y sin mancha”. “La religión pura e intachable [y sin mancha] ante
Dios Padre…”.
4
Josep-Oriol Tuñí y Xavier Alegre. “Escritos Joánicos…” Pág. 293.-
3
Tono dialogal: 2, 18. “Y al contrario, alguno podrá decir: ‘¿Tienes tú fe? Pues yo tengo
obras. Muéstrame tu fe sin obras y yo te mostraré por las obras mi fe”.
habléis mal unos de otros…”; 4, 13: “Tened en cuenta una cosa los que decís…”; 5, 1: “…
llorad y dad alaridos por las desgracias…”; 5, 4: “Tened en cuenta que el salario de los
obreros…”; 5, 7: “…tended, pues, paciencia hasta la Venida del Señor. Fijaos en el
labrador…”; 5, 8: “…Tened también vosotros paciencia y fortaleced vuestro ánimo…”; 5,
9: “…no os quejéis unos de otros…”; 5, 10: “…tomad como modelo de sufrimiento y
paciencia…”; 5, 12: “…no juréis ni por el cielo ni por la tierra…”; 5, 13: “Que ore… que
cante salmos…”; 5, 14: “Que llame a los presbíteros…”; 5, 16: “Confesaos, pues,
mutuamente vuestros pecados y orad los unos por los otros…”.
Ejemplo de la Naturaleza: 3, 3: “Si ponemos a los caballos frenos en la boca para que
nos obedezcan, podremos dirigir todo su cuerpo…”; 3, 5b: “Pensad que un fuego
insignificante puede destruir un bosque enorme…”.
Ejemplo de la Técnica: 3, 4: “Lo mismo pasa con las naves: aunque sean grandes y las
empujan vientos impetuosos, basta un pequeño timón para dirigirlas adonde quiere el
piloto…”.
Ejemplo de la Historia: 2, 21: “Abrahán, nuestro padre, ¿no alcanzó la justificación por
las obras cuando ofreció a su hijo Isaac sobre el altar? ...” y 2, 25: “¿No ocurrió lo mismo
con Rahab, la prostituta, que quedó justificada por las obras al dar hospedaje a los
mensajeros y hacerles marchar por otro camino?”.
Algunas Comparaciones: 1, 11: “Cuando sale el sol con fuerza, seca la hierba y su flor
cae, y se pierde su hermosa apariencia. Así también el rico se marchitará en plenos
proyectos”. 1, 23: “Si alguno se contenta con oír la palabra sin ponerla por obra, se
parece al que contemplaba sus rasgos en un espejo”. 2, 26: “Porque así como el cuerpo
sin espíritu está muerto, también la fe sin obras está muerta”. 3, 5b – 6a: “Pensad que un
fuego insignificante puede destruir un bosque enorme. También la lengua es fuego, todo
un mundo de iniquidad. En efecto, la lengua, que es uno de nuestros miembros, puede
contaminar todo el cuerpo…”. 5, 7: “Fijaos en el labrador, que espera con paciencia que
la tierra dé su precioso fruto, hasta recibir las lluvias tempranas y tardías. Tened también
vosotros paciencia y fortaleced vuestro ánimo, por la Venida del Señor está cerca”.
b.- Prólogo [1, 2 – 18]: Se exhorta en torno al motivo de la tentación, externa e interna, y
se desentraña su esencia y su sentido, en dos partes 15 (1, 2 – 12 y 13 – 18). En la primera
parte se indica que la prueba es el lugar en el cual se forja y edifica la existencia del
creyente, alcanzando la perfección (1, 2 – 4). Y para vencer la tentación hay que pedir la
8
Cf. Josep-Oriol Tuñí y Xavier Alegre. “Escritos Joánicos…” Pág. 294.
9
Cf. M. Carrez; P. Dornier; M. Dumais; M. Trimaille. “Cartas de Pablo y Cartas Católicas”. Ediciones
Cristiandad, Tercera Edición. España, 1984. Pág. 278.
10
Cf. Josep-Oriol Tuñí y Xavier Alegre. “Escritos Joánicos…” Pág. 294.
11
Cf. Josep-Oriol Tuñí y Xavier Alegre. “Escritos Joánicos…” Pág. 294.
12
M. Carrez; P. Dornier; M. Dumais; M. Trimaille, señalan en su obra: [el Autor de la Carta “No trasluce
ninguna relación personal entre el remitente y los destinatarios, y no hay nada que nos permita situarlos en el
tiempo ni en el espacio. ¿Quiénes eran? ¿Dónde vivían? ¿En qué época? Son preguntas que necesitan un
estudio minucioso para darles respuestas hipotéticas”.
13
Cf. Josep-Oriol Tuñí y Xavier Alegre. “Escritos Joánicos…” Pág. 295.
14
G. Becquet; P. Cazaux; F. Dumortier; E. Fudji; M. Gart; A. Harl; M. Jacob; G. Oberson; P. Pochou; C.
Schäffer; G. Sindt. Cuadernos Bíblicos N° 61. “La Carta de Santiago, Lectura Socio – lingüística”. Editorial
Verbo Divino. España, 1988. Pág.13.
15
Cf. Josep-Oriol Tuñí y Xavier Alegre. “Escritos Joánicos…” Pág. 295.
6
4, 13 – 17: Santiago hace dos serias advertencias contra la autonomía engañosa de los
cristianos ricos (4, 13 – 17 y 5, 1 – 6). ¿Por qué hace estas advertencias? A causa de la
dicotomía entre la fe que los ricos creen tener por ser miembros de la comunidad y su obrar
que no da testimonio de dicha fe23: no hacen el bien que deben (4, 17); explotan al pobre (5,
4 – 6). En la primera advertencia (4, 13 – 17) Santiago critica la autoconfianza orgullosa
19
Op. Cit. Pág. 298.
20
Cf. Josep-Oriol Tuñí y Xavier Alegre. “Escritos Joánicos…”. Pág. 298.
21
Op. Cit. Pág. 298.
22
Op. Cit. Pág. 299.
23
Cf. Op. Cit. Pág. 299.
8
con la cual los ricos hacen sus planes económicos, olvidando que sus vidas son fugaces y
que todo depende de Dios24. En la segunda advertencia (5, 1 – 6) amenaza a los ricos, en
tono claramente profético (cf. Is. 13, 6; Am. 8, 3; Is. 14, 31) y con toda seriedad con el
juicio por su actitud antisocial. También, en tono sapiencial, Santiago afirma que su riqueza
está podrida (Eclo. 29, 19), el oro que no se emplea en favor del hermano, enmohece.
Santiago les recuerda que el salario del que han privado a sus trabajadores explotados por
ellos clama al cielo (5, 4). Mientras los ricos han vivido en delicias y han condenado y
asesinado al inocente que no les oponía resistencia (cf. Eclo 27, 13 y Sab. 2, 10. 19), no se
han dado cuenta de que se estaban cebando para el día del Juicio definitivo25 (5, 5 – 6).
Epílogo: 5, 7 – 20: Sigue la temática del Juicio, en virtud del cual Santiago exhorta a sus
lectores a vivir de acuerdo con la fe en la venida inmediata del Señor26 (5, 7 – 20). En el
contexto de la espera de la Parusía y del Juicio, Santiago exhorta, en un primer fragmento
(5, 7 – 11) a perseverar con toda paciencia en medio de las pruebas27, incluidas las que
comporta la vida comunitaria (5, 9), siguiendo el ejemplo de los profetas y de Job (5, 10 s.).
Exhorta respecto del funcionamiento de la comunidad28: prohíbe todo tipo de juramento (5,
12); recomienda la oración29, especialmente en caso de enfermedad, frente a lo cual
conviene llamar a los presbíteros de la Iglesia para que unjan con óleo al enfermo y oren
por él, lo que dará alivio y perdón de los pecados (5, 13 – 15). De allí, Santiago recomienda
la confesión mutua de los pecados y de orar unos por otros, recordando el ejemplo de Elías
y el poder de la oración en general (5, 16 – 18). Con la expresión: “hermanos míos” (5,
19a) Santiago expone el pasaje final de la carta: recuerda a sus lectores la responsabilidad
que tienen frente al hermano que se desvía de la verdad y la importancia de la corrección
fraterna30 (5, 19 – 20).
– 6). Escoge a los pobres (2, 5) y exige que se les honre (2, 3 – 5). En su mano está la vida
presente y la futura (4, 12. 15). Su juicio es duro contra los ricos que explotan al pobre (5, 1
– 6) y contra los que creen poder renunciar a las obras del amor (2, 14). El creyente debe
someterse a Dios con alegría (4, 13), porque Dios es el Legislador y el Juez (4, 12) y da la
corona de la vida a los que son fieles en las pruebas y aman a Dios (1, 12).
2.- CRISTO: Es sorprendente que el nombre de Jesús sólo aparezca dos veces (1, 1; 2, 1),
y que en ningún pasaje se mencione su muerte y resurrección. Pero en seis veces aparece
como “Señor”: 1, 1; 2, 1; 5, 7. 8. 14. 15. Un título que Santiago aplica también a Dios y
que permite comprender la cristología propia del autor. En 2, 1 el nombre “Señor” recibe el
adjetivo “de la gloria”, reflejando así una expresión arcaica de la teología judeocristiana, y
asociada al Cristo exaltado a la derecha de Dios (Lc. 24, 26); y al retorno del Hijo del
hombre al fin de los tiempos (Mt. 16, 27; 19, 28; Mc. 8, 38; 10, 37), lo que permite
entender que Santiago sitúa a la comunidad ante el Señor, Juez de la comunidad 32. De
hecho, en 5, 7 – 8, el título Señor está en relación con la espera de la Parusía, momento en
que aparecerá como Juez (5, 9). Y si ha de traducirse 1, 1 como “Santiago, siervo de
Jesucristo Dios y Señor”, se tendría una de las confesiones cristológicas más
impresionantes del Nuevo Testamento, semejante a lo que se declara en Jn. 20, 29 33. De
hecho, la expresión “Jesucristo Dios y Señor” tiene la misma estructura que 3, 9: “Con ella
bendecimos al Señor y Padre…”.
Con respecto a la relación fe y obras, son muchos los autores que hoy opinan que
Santiago no se opone a la doctrina paulina de la justificación por la fe 36: de hecho, San
Pablo, que enseñó la prioridad de la fe en Cristo sobre el cumplimiento de los preceptos de
la ley mosaica en el proceso de justificación del hombre pecador, nunca consideró en
menos las obras que surgen a causa de la fe. Al contrario, para él la fe se expresa por medio
del amor de agápe, que no es un mero sentimiento interior, sino que se traduce en actos
32
Cf. Josep-Oriol Tuñí y Xavier Alegre. “Escritos Joánicos…”. Pág. 310.
33
Cf. Op. Cit. Pág. 310.
34
Cf. Op. Cit. Pág. 310.
35
Cf. Op. Cit. Pág. 311.
36
Cf. Op. Cit. Pág. 311.
10
concretos y costosos. Por lo tanto, no media ningún abismo entre la afirmación de que la fe
sin obras es estéril (Sant. 2,20) o muerta (2, 26) y la de Gál. 5, 6, según la cual lo que vale
es una fe que se traduce en amor, puesto que las obras evocadas por Santiago no son las
prescripciones morales o rituales de la ley mosaica, sino las de la caridad (2, 15 – 16)37.
4.- ÉTICA: Si se exceptúa 1, 21 – 22, en ningún otro texto se indica que los imperativos
éticos broten de un indicativo teológico, y tampoco el mandamiento del amor es el
principio unificador de los distintos preceptos éticos. Su enseñanza moral se basa en la
certeza de que así uno se acerca a Dios (1, 20; 2, 5s; 4, 5s.), cumple su voluntad y obtiene
beneficios espirituales tanto en esta vida como en la futura (1, 2 – 4. 12; 2, 5). Domina en
Santiago el tema del sufrimiento o prueba38. En Santiago hay una cierta relación entre
pecado y sufrimiento, especialmente la enfermedad (5, 14 – 16). Pero la prueba es ocasión
para purificarse y anticipar el gozo y la espera escatológicos (1, 2 – 4), que deben
configurar la vida del cristiano. Así, la prueba no es tentación de Dios ni proviene de Él,
sino que se entiende como una forma de purificar al creyente (1, 12 – 15). Para Santiago, el
valor de un cristiano se manifiesta en las pruebas, que pueden consistir en persecuciones y
vejaciones, pero también en acontecimientos menos espectaculares, como la pérdida de las
riquezas (1, 9 – 11), o puramente interiores, como los deseos y tendencias que conducen al
pecado39. Por otro lado, Santiago enfatiza en la dignidad de los pobres40 que son elegidos
por Dios y objeto de la bienaventuranza escatológica (1, 19. 12; 2, 5. 7 ss.). Es como si para
Santiago existiera una relación estrecha entre ser pobres y ser cristiano 41. Para una persona
de condición humilde, el ser cristiano es ya una especie de exaltación (1, 9). Los verdaderos
ricos no son los que son tenidos por tales y el Señor está de parte de los que son oprimidos
o tratados injustamente. De ahí surge una consecuencia 42: hay que mejorar su condición
aquí en la tierra (4, 13 ss.). Y por eso hay que exhortar a los ricos a que se conviertan, y hay
que denunciar su mal cuando desprecian, maltratan (2, 6s.) y explotan (5, 1 – 6) a los
pobres, recordándoles la caducidad de los bienes terrenos (1, 10s.).
37
Cf. M. Carrez; P. Dornier; M. Dumais; M. Trimaille. “Cartas de Pablo y Cartas Católicas”. Ediciones
Cristiandad, Tercera Edición. España, 1984. Pág. 283.
38
Cf. Josep-Oriol Tuñí y Xavier Alegre. “Escritos Joánicos…”. Pág. 312.
39
Cf. M. Carrez; P. Dornier; M. Dumais; M. Trimaille. “Cartas de Pablo y Cartas Católicas”. Ediciones
Cristiandad, Tercera Edición. España, 1984. Pág. 282.
40
Cf. Josep-Oriol Tuñí y Xavier Alegre. “Escritos Joánicos…”. Pág. 312.
41
Cf. M. Carrez; P. Dornier; M. Dumais; M. Trimaille. “Cartas de Pablo y Cartas Católicas”. Ediciones
Cristiandad, Tercera Edición. España, 1984. Pág. 285.
42
Cf. Josep-Oriol Tuñí y Xavier Alegre. “Escritos Joánicos…”. Pág. 312.
43
Cf. Josep-Oriol Tuñí y Xavier Alegre. “Escritos Joánicos…”. Pág. 313.
11
el que se contenta con escucharla sin someterse a ella no es más que un instrumento de
condenación. En efecto, para Santiago, la ley no consiste en unos preceptos que no se
pueden quebrantar: las obras de la ley prácticamente siempre tienen algo que ver con el
respeto y el amor al prójimo. Existe equivalencia entre la ley y el hermano44. Pero esta Ley
no se refiere sólo a la Torá. En el contexto de 1, 17 – 25, se trata de la “ley perfecta de la
libertad” (1, 25) es la Palabra de la verdad por medio de la cual Dios ha engendrado al
creyente, haciendo alusión a la instrucción cristiana recibida en el bautismo45. En 2, 8 - 12
la Ley se refiere al amor a los pobres. En 4, 11 Santiago subraya que quien critica al
hermano y lo juzga, no cumple la Ley. Para Santiago la Ley se concreta en el amor al
prójimo, que es la Palabra plantada en nosotros por la instrucción bautismal. Esta Ley del
amor al prójimo, que es la Palabra plantada en cada creyente, cuando la cumple, es capaz
de dar la salvación46. Así: Palabra plantada en cada creyente (fe) y cumplimiento de esa
Palabra (obra) no se oponen y colaboran mutuamente para la salvación. Finalmente,
Santiago insiste en las exigencias éticas de Jesús: el amor al prójimo y la justicia social.
6.- ESCATOLOGÍA: Santiago insiste en dos ideas respecto de Dios: el futuro está en
manos de Dios (1, 12. 18. 21. 25); y el juicio es algo propio de Dios, el único Juez (4, 12) 47.
Y desde allí señala: ha empezado el tiempo último de la historia (5, 8); el Juicio es
inminente. Para la comunidad48 es tiempo de prueba con el fin de perfeccionar la paciencia
(1, 2 – 4; 5, 7 – 11); debe confiar en el premio prometido (1, 12); debe renunciar a todo
proyecto de vida lejos de Dios y lleno de orgullo (4, 13 – 16). La comunidad cristiana es la
primicia de la nueva creación escatológica de Dios (1, 18). A los “maestros” que no
merezcan realmente este título les espera un juicio mayor (3, 1). Los ricos49 no reconocen
este tiempo de inminente juicio ni al Juez único, no reconocen lo efímero de la vida (1, 11),
y acumulan tesoros para el día de la matanza (5, 4) que descubrirá su insensatez (5, 1 – 3).
Los pobres50 son herederos del Reino (2, 5). Santiago advierte luego: el que en esta vida no
ha sido misericordioso con los demás, experimentará a Dios como Juez inmisericorde (2,
13). La fe “sola” no le salvará del juicio (2, 14). Pero si uno ha actuado con misericordia
con el prójimo, puede confiar en que la misericordia de Dios triunfará sobre el juicio (2,
13).
a.- Trasfondo judío: Santiago expone temas enraizados en la tradición judía, tales como:
Dios es uno (2, 19; 4, 12); es Dios y Padre (1, 27; 3, 9); es el Creador de los seres humanos
44
Cf. M. Carrez; P. Dornier; M. Dumais; M. Trimaille. “Cartas de Pablo y Cartas Católicas”. Ediciones
Cristiandad, Tercera Edición. España, 1984. Pág. 286.
45
Cf. Josep-Oriol Tuñí y Xavier Alegre. “Escritos Joánicos…”. Pág. 313.
46
Cf. Op. Cit. Pág. 313.
47
Cf. Op. Cit. Pág. 314.
48
Cf. Op. Cit. Pág. 314.
49
Cf. Op. Cit. Pág. 314.
50
Cf. Op. Cit. Pág. 314.
12
que han sido hechos a su imagen (3, 9). Es misericordioso y dador de todos los dones (1, 16
– 18). Es el único Legislador y Juez (4, 11s.), es Señor todopoderoso (5, 4) y absoluto de
todo (4, 13 – 15). Condena la doblez (cf. 1, 8; 4, 8) que en el judaísmo es causa del pecado
y se debe a la falta de oración51. Santiago designa la Ley52 como “perfecta” y como “ley de
la libertad” (1, 25; 2, 12; cf. Sal. 119, 45); o “ley regia” (2, 8 // Lev. 19, 18) e insiste en que
hay que guardarla plenamente (2, 10s.). Señala a “nuestro padre Abraham” (2, 21); a los
profetas y a Job como ejemplos a seguir (5, 10); se refiere a “las doce tribus de la
dispersión” (1, 1)53. Insiste en el valor purificador de la prueba (1, 3. 12). Usa la palabra
“gehena” para designar el lugar del tormento (3, 6) y habla de la venida del Señor (5, 7; cf.
Mal. 3, 1 - 3) y del Juez que está a las puertas (5, 9; cf. Jr. 17, 19) 54. La piedad de Santiago:
el motivo del justo pobre (1, 9; 2, 5; 5, 6) y la importancia de la caridad (1, 27; 2, 15 – 16)
tiene su origen en la tradición judía. Y con respecto a sus concepciones morales, muestra
gran afinidad con Prov., y Eclo., para los cuales el ideal es vivir según la sabiduría 55, la
verdad, la justicia e insisten en la importancia de vigilar la lengua.
Mt. 7, 21: “No todo el que me diga ´Señor, Señor´ entrará en el Reino de los Cielos, sino
el que haga la voluntad de mi Padre que está en los cielos”.
Sant. 1, 22: “Poned por obra la palabra y no os contentéis sólo con oírla, engañándoos a
vosotros mismos”.
Los textos parenéticos de Santiago tienen una fuente común con los escritos de San
Pablo y la tradición sinóptica. También hay afinidad con obras de otros autores cristianos,
sobre todo del 95 al 150, como la Carta a los Corintios de Clemente Romano, la Carta de
Bernabé y el Pastor de Hermas. El autor Köster 62 señala que la Carta de Santiago estaría en
la herencia de un judeocristianismo entusiasta y arcaico dedicado a la elaboración de los
logia como palabras del Señor, la continuación de la predicación profética de Jesús y de la
actividad profética de misioneros cristianos marcados por el ideal de la pobreza, y una
organización de la Iglesia en secta escatológica. En efecto, la Carta de Santiago es una
especie de repetición meditada de algunas “palabras de Jesús”. Un estudio minucioso de
esos logia muestra que Santiago no se inspira directamente en Mateo ni en Lucas;
probablemente recoge una tradición de las palabras de Jesús en que se inspiraron Mateo y
Lucas63. Finalmente, según los textos 1, 9 s. y 5, 1 – 4 pareciera que existe tensión entre
ricos y pobres. Esta contraposición entre rico – malo y pobre – justo es convencional en
determinadas áreas del judaísmo64 y ha quedado reflejada en Sal. 10; 49 y 140. Es clara la
antipatía que Santiago manifiesta hacia los ricos, y la dureza de su lenguaje parece reflejar
que su forma de pensar no es compartida por la mayoría de la comunidad.
60
Cf. M. Carrez; P. Dornier; M. Dumais; M. Trimaille. “Cartas de Pablo…”. Pág. 276.
61
Cf. Josep-Oriol Tuñí y Xavier Alegre. “Escritos Joánicos…”. Pág. 318.
62
Cf. Josep-Oriol Tuñí y Xavier Alegre. “Escritos Joánicos…”. Pág. 319.
63
Cf. M. Carrez; P. Dornier; M. Dumais; M. Trimaille. “Cartas de Pablo…”. Pág. 275.
64
Cf. Josep-Oriol Tuñí y Xavier Alegre. “Escritos Joánicos…”. Pág. 319.
65
Cf. Josep-Oriol Tuñí y Xavier Alegre. “Escritos Joánicos…”. Pág. 320.
66
Cf. G. Becquet… Cuadernos Bíblicos N° 61. “La Carta de Santiago…” Pág.67.
14
perfección y el dominio de los deseos sensibles 67. Santiago valora la perfección del
individuo que permanece impasible, ya que en Dios no hay cambio ni sombra de
movimiento (1, 17). Esto permite identificar rasgos de la filosofía estoica popularizada en
su época68.
Por otra parte, Santiago cita y conoce bien la versión de los LXX 69. Por ejemplo: 3,
9. 18; 4, 5; 5, 4; 1, 10:
1, 10: “y el rico, en su humillación, porque pasará como flor de hierba…” // Is. 40, 6 – 7:
“…Que todo ser vivo es hierba y todo su esplendor flor del campo. La flor se marchita, se
seca la hierba…”.
Además, el comienzo de la epístola es típico de las cartas helenísticas (1, 1). Utiliza
la diatriba, desarrollada en las escuelas cínica y estoica, y utilizada por los predicadores
populares y por San Pablo (2, 18; 3, 10; 4, 13). Utiliza metáforas propias de la literatura
griega y latina, por ejemplo: el control del caballo y del barco en 3, 3 – 4; el domar los
animales en 3, 7; el vapor en 4, 14. El dicho de 4,15: “Si el Señor quiere, viviremos y
haremos esto o aquello” no tiene trasfondo bíblico, pero es una frase familiar en el
helenismo. Refleja una cierta familiaridad con el lenguaje técnico de la astronomía (1, 17);
con el lenguaje mágico (2, 19) y filosófico70 (3, 6).
a.- Fecha de composición: Dos grandes opciones hipotéticas. 1.- Aquellos que creen que
la Carta es obra del hermano de Jesús71: la sitúan entre los años 35 y 49, y estiman que la
comunidad (2, 2) y la cristología (2, 1) aún están en estado embrionario; hay una espera
próxima de la parusía (5, 7); la enseñanza es pre paulina (2, 14 ss.); y parece no tener
conocimiento de la evangelización en tierra pagana, ni de la crisis que ello provocó en el
judeocristianismo. Otros la sitúan antes del martirio de Santiago, entre los años 62 y 65, y
estiman que la comunidad ya está organizada; subrayan las afinidades con las tradiciones
neotestamentarias que suponen un cierto retraso en el tiempo. Y 2.- Aquellos que no creen
que la Carta sea obra del hermano de Jesús72: piensan que la Carta es el escrito más
antiguo del NT, enviado desde Jerusalén entre los años 40 y 50, antes del Concilio de
Jerusalén. Otros estiman que la afinidad de la Carta con la tradición oral pre sinóptica hace
posible la datación temprana de la Carta. Otros la sitúan hacia el año 60 porque Santiago no
conoce las cartas de Pablo ni alude a la situación judeocristiana posterior al año 70. Pero
también se piensa que la Carta puede ser más tardía, y la sitúan entre los años 80 – 100, por
los siguientes indicios: la ausencia de elementos carismáticos; la presencia de rasgos
67
Cf. G. Becquet… Cuadernos Bíblicos N° 61. “La Carta de Santiago…” Pág.67.
68
Cf. Josep-Oriol Tuñí y Xavier Alegre. “Escritos Joánicos…”. Pág. 320.
69
Cf. Josep-Oriol Tuñí y Xavier Alegre. “Escritos Joánicos…”. Pág. 320.
70
Cf. Josep-Oriol Tuñí y Xavier Alegre. “Escritos Joánicos…”. Pág. 321.
71
Cf. Op. Cit. Pág. 321.
72
Cf. Op. Cit. Pág. 322.
15
b.- El Autor: A finales del siglo II atribuye la Carta a Santiago, el hermano del Señor (cf.
Mc. 6, 1 – 6a) y líder de la Iglesia de Jerusalén (cf. Hch. 15; Gál. 2, 1 – 14), martirizado el
año 62 d. C. quien gozó de gran prestigio en el cristianismo primitivo 74. Pero hoy son pocos
los especialistas que sostienen esta opinión75. Las razones son serias para poner en cuestión
que el autor sea el hermano, y son las siguientes 76: 1.- El buen griego del escrito y su
conocimiento del helenismo y de la ética estoica parecen no ser propios de un hombre
procedente del medio rural sencillo de Galilea, inmerso en el mundo arameo – hebreo del
judeocristianismo de Jerusalén; 2.- El problema candente de la convivencia entre judeo -
cristianos y pagano – cristianos en el que Santiago desempeñó un papel fundamental, está
totalmente ausente en la Carta; 3.- Si el autor fuera el hermano del Señor no se entiende por
qué no considera el ejemplo dado por Jesús y sí menciona el ejemplo de Abraham, Rahab,
Job y los profetas; 4.- Si la Carta fuera de Santiago: ¿Por qué no fue conocida en el mundo
cristiano hasta fines del siglo II?; 5.- La temática de la relación entre Fe y Vida y el peligro
de la incoherencia parece no ser un problema propio de los primeros cristianos, sino de las
generaciones posteriores, a fines de la era apostólica; y 6.- Y las relaciones literarias y
teológicas con escritos pertenecientes a una época posterior, como son Mt., 1 Clemente,
Carta de Bernabé, Didakhé, Hermas, hacen pensar que Santiago el hermano del Señor no es
el autor de la Carta.
c.- Lugar: Dos son las opciones: Jerusalén, para quienes el autor es Santiago el hermano
del Señor77; y Alejandría o Antioquía, puesto que la Carta hace pensar que su autor es un
judeo cristiano muy culto, gran conocedor del mundo helenista y griego78.
permite pensar que se trata de un escrito tardío. La carta podría ser posterior a las de Pablo.
Por lo tanto, los destinatarios podrían ser judíos cristianos, no palestinos, dispersos por la
sociedad helenizada del Asia Menor79.
79
Cf. G. Becquet… Cuadernos Bíblicos N° 61. “La Carta de Santiago…”. Pág.6.
CONCLUSIONES
A partir del texto analizado “Escritos Joánicos y Cartas Católicas”, más algunos
comentarios y apreciaciones incorporadas procedentes de otros autores, ha sido posible
formular las siguientes conclusiones acerca de la Carta de Santiago:
1.- Desde un punto de vista literario: la Carta de Santiago puede ser reconstruido con
cierta fidelidad a partir de los códices griegos unciales B, S, A y C, aportando valiosos
datos también el Papiro 74, el códice griego minúsculo 33 y el códice latino ff. El texto
desarrolla un griego koiné excelente, con un lenguaje vivaz construido de frases breves,
preocupado por el orden adecuado de las palabras, usando técnicas y adjetivos compuestos
y haciendo juego de palabras. Carece de anacolutos y destaca en la precisión con que el
autor utiliza y domina las partículas para unir y oponer las frases o las proposiciones.
Utiliza imágenes y comparaciones llenas de fuerza. Expone 63 hapax legomena, y de ellas
45 provienen de la versión de los LXX y 18 son de su original autoría. Desarrolla el género
literario de la diatriba: interpelaciones; tesis y refutación de objeciones; preguntas;
comparaciones; e injurias. Esto permite deducir que el que escribió esta Carta tuvo que ser
un helenista culto, que dominaba bien la retórica y conocía la Versión de los LXX, ya que
va presentando citas de dicha traducción.
En relación con la perfección y la ley, para Santiago, sus destinatarios deben ser
perfectos, es decir, deben evitar caer en el hablar y cumplir toda la Ley, la Ley perfecta de
la libertad, aquella que va en relación directa con el prójimo y con la Palabra que ha sido
plantada en cada creyente. Esa Ley de libertad se refiere al amor al prójimo y especialmente
a los pobres. La Palabra plantada en cada creyente, cuando el creyente la vive o la cumple
amando al prójimo, y especialmente al pobre, contribuye a la salvación. Por eso consiste en
la Ley de la libertad. Y finalmente, otro tema fundamental de la Carta es la escatología, el
futuro está en manos de Dios y el juicio es algo propio de Dios. El juicio es inminente y
para la comunidad es un tiempo de prueba para perfeccionarse en la paciencia, por eso a los
maestros no dignos de ese título les espera un juicio mayor; a los ricos que no reconocen al
único juez, serán descubiertos en su insensatez en el último día; y a los pobres, les espera
heredar el Reino. Es necesario ser misericordioso con el prójimo, para hallar misericordia
en Dios.
3.- Desde un punto de vista sociohistórico: es evidente que la Carta de Santiago refleja un
trasfondo judeocristiano y las características de la cultura y la sociedad grecorromana del
siglo I. 1.- El trasfondo judío se evidencia por las temáticas que desarrolla y que están
enraizadas en la tradición judía: Dios es uno, es Padre, es Creador de todo; misericordioso,
Único legislador y juez, que condena la doblez; la Ley perfecta, de libertad y regia, la que
debe ser guardada íntegramente; alude a Abraham, a los profetas, a Job, a las doce tribus de
la dispersión; la prueba tiene un valor purificador; señala la venida del Señor y Juez; da la
importancia a la caridad y a la vigilancia sobre la lengua, temáticas típicamente judías. 2.-
El trasfondo cristiano, refleja el mundo del cristianismo primitivo, señala a Jesús y va
haciendo alusión a varios de los dichos de Jesús contenidos en la tradición sinóptica, como
una repetición mediata de algunas “palabras de Jesús”. Al respecto, los especialistas indican
que un estudio minucioso de estas “palabras” muestra que Santiago se inspira en una
tradición presinóptica. Por otro lado, la temática relación fe y obras, no se comprendería sin
un cierto conocimiento de la doctrina paulina de la justificación por la fe, tal como era
vivida en el cristianismo primitivo. Además, Santiago utiliza el lenguaje de la escatología
cristiana, de la iniciación cristiana con alusiones sacramentales referidas al bautismo, al
perdón de los pecados, y a la unción de los enfermos. Y 3.- El trasfondo helenista se nota
en que la Carta de Santiago desarrolla una antropología universalista y abstracta; presenta
el ideal de humanidad marcada por la resistencia, la perfección y el dominio sobre los
deseos sensibles. Santiago cita y domina la versión de los LXX, utiliza la diatriba que era
utilizada en las escuelas cínica y estoica, utiliza metáforas propias de la literatura griega y
latina, y presenta un lenguaje familiar con la astronomía, la magia y la filosofía.
Con respecto al autor de la Carta, hoy son muy pocos los especialistas que piensan
en que haya sido escrita por el hermano del Señor, Santiago, líder de la Iglesia de Jerusalén,
por las siguientes razones: 1.- el lenguaje griego excelente, el conocimiento del mundo
helenista que sería ajeno al hombre sencillo proveniente de Galilea; 2.- el silencio que la
Carta hace respecto de la controversia en cuanto a la relación judíos – cristianos y paganos
– cristianos, en la que Santiago tuvo protagonismo; 3.- el silencio que la Carta guarda
respecto del ejemplo de Jesús como modelo para los cristianos; 4.- la fecha tardía en que se
conoció esta Carta en el ambiente cristiano de finales del siglo II; 5.- el énfasis puesto en la
relación fe y obras que no parece ser un problema para los primeros cristianos; y 6.- las
relaciones literarias y teológicas notorias que existen entre la Carta y los escritos
representativos del cristianismo de una época posterior al “hermano del Señor”. En
relación con el lugar de composición, lo más probable es que haya sido escrita en
Alejandría o Antioquía, ya que la Carta hace pensar que su autor es un judeocristiano muy
culto, conocedor del mundo helenista. Y con respecto a los destinatarios de la Carta, éstos
podrían ser judíos cristianos, no palestinos, dispersos por la sociedad helenizada del Asia
Menor.
BIBLIOGRAFÍA
1.- Josep-Oriol Tuñí y Xavier Alegre. “Escritos Joánicos y Cartas Católicas”. Editorial
Verbo Divino. Quinta Edición. España, 2001. Pág.
Lc. 6, 22 s: “Bienaventurados
seréis cuando los hombres os
odien, cuando os expulsen, os
injurien y proscriban vuestro
nombre como malo por causa
del Hijo del hombre… Alegraos
ese día y saltad de gozo, que
vuestra recompensa será grande
en el cielo…”.
Llamada a la perfección 1, 4: “Pero la paciencia ha de Mt. 5, 48: “Vosotros, pues, sed
culminar en una obra perfecta, perfectos como es perfecto
para que seáis perfectos e vuestro Padre del cielo”.
íntegros, sin que dejéis nada que
desear”.
Dios da al que le pide 1, 5 – 6: “Si alguno de vosotros Mt. 7, 7: “Pedid y se os dará:
carece de sabiduría, que la pida buscad y hallaréis; llamada y se
a Dios. Seguro que se la os abrirá”.
concederá… pero que la pida
con fe, sin vacilar; porque el que Mt. 21, 21: “Jesús les
vacila es semejante al oleaje del respondió: ‘Os aseguro que si
mar, agitado por el viento y tenéis fe y no vaciláis, no solo
zarandeado de una a otra parte”. haréis lo de la higuera, sino
que… y todo cuanto pidáis con fe
en la oración, lo recibiréis”.