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TIPOLOGÍA PSICOLÓGICA DEL PACIENTE PARA

LA ATENCIÓN ESTÉTICA

S. Alejandra Gutiérrez Cruz

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ÍNDICE

1. Introducción …………………………………………………..………….… 3

2. Objetivo ……………………………………………………………..…….... 3

3. Tipo I: Paciente Ideal ........................................................................... 4

4. Tipo II: Paciente Fan ............................................................................ 5

5. Tipo III: Paciente Demandante ............................................................ 6

6. Tipo IV: Paciente Cauteloso ................................................................ 7

7. Tipo V: Paciente Inconstante ............................................................... 8

8. Tipo VI: Paciente Status dependiente .................................................. 9

9. Tipo VII: Paciente Intolerante ……………………………………………. 10

10. Tipo VIII: Paciente Dismórfico ............................................................. 11

12. Tipo IX: Paciente con baja autoestima ............................................... 12

13. Bibliografía ……………………………………………………….……...… 13

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TIPOLOGÍA PSICOLÓGICA DEL PACIENTE PARA LA ATENCIÓN ESTÉTICA.
UNA CLASIFICACIÒN PARA EL ESTUDIANTE DE PRÀCTICA ESTÈTICA
INTERDISCIPLINARIA

Introducción

La presente tipología, se elaboró a partir de un análisis y clasificación desde el punto de


vista psico-emocional de los diferentes tipos de pacientes que asisten a un servicio de
Medicina Estética. La clasificación se estableció a partir de un análisis y agrupación de
las principales características de 268 pacientes de un servicio de Estomatología Estética
en Marzo del 2013 (1). Esto con la finalidad de comprender las diversas características
psico-emocionales, que influyen en los motivos de consulta de los individuos que
solicitan una orientación que los lleve a la mejoría de su estética. De tal manera, esta
tipología guía al profesional para caracterizar en uno o más rubros, las características
emocionales que pueden influir en la respuesta y expectativa de los tratamientos
estéticos que soliciten sus pacientes.
Esta tipología facilitará el tratamiento, seguimiento, mantenimiento y pronóstico de los
protocolos y orientará la manera de abordar con más seguridad y conocimiento a los
pacientes.

La tipología permitirá conocer de una manera conceptual a cada paciente, logrando así,
identificar sus necesidades reales e irreales para lograr sus expectativas, al integrar un
diagnóstico emocional que conlleve a crear un óptimo desarrollo y seguimiento del
tratamiento, tanto para el paciente como para el especialista.

El paciente diagnosticado presuncionalmente con algún trastorno de personalidad,


deberá remitirse a un servicio especializado para la identificación de la problemática, así
como para el tratamiento especializado y oportuno.

Algunas tipos, tienen a su vez subtipos que facilitan y precisan más el conocimiento
específico y la distinción entre pacientes que conforman un misma clasificación.

Objetivo

• Que el estudiante de Práctica Estética Interdisciplinaria, clasifique al paciente de


acuerdo a la Tipología Psicológica para brindar una mejor calidad en los servicios
médicos o estéticos.

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Tipo I.- Ideal: Madurez, seguridad, estabilidad y flexibilidad

• Para definir este tipo, es necesario recordar lo que significa madurez:


cumplimiento del proceso de maduración en los niveles físicos, con el adecuado
desarrollo del organismo; psíquico incluyendo el elemento emotivo y el
cognoscitivo; moral, con la realización de la autonomía porque se alcanzó la
interiorización de la obligación, y social por la capacidad de interactuar con los
semejantes a partir de la aceptación común de normas individuales. Toda
deficiencia o retraso en los procesos de integración de los diferentes rasgos de la
personalidad de acuerdo con la edad cronológica decide el grado de inmadurez.
(2, 3)

• Este tipo de paciente es denominado como “Ideal”, porque es con el que todos
desearían trabajar, ya que su madurez permite una fácil comunicación con los
que le rodean, además de encontrarse en una postura abierta y flexible. Es
seguro de si mismo, con buena autoestima y sus decisiones las toma de forma
consciente y responsable. Este tipo, se encuentra estable emocionalmente, es
una persona equilibrada, tranquila y con la intención de mejorar cada día en todos
los aspectos.

• En cuanto a lo que corresponde al tratamiento, el paciente Ideal, siempre acudirá


a las citas, ya que le preocupa dar mantenimiento a su salud y belleza. Se
mostrará abierto a propuestas y cambios, opinando y diciendo lo que le parece
mejor, sin discutir ni contradecir al especialista.
Su equilibrio se mantendrá constante, siempre y cuando no haya conflictos
internos o externos que alteren su paz.

• Con este tipo de paciente, no hay necesidad de estar cuidando o midiendo el


impacto de lo que se le puede decir, porque su capacidad de comprensión y
flexibilidad le permiten adoptar y escuchar los diferentes consejos u opiniones que
las personas con experiencia le aportan, en este caso, los especialistas.

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Tipo II.- Fan: Inconformidad con la apariencia, en busca de un modelo a seguir

• El fanatismo puede definirse como la actitud de quien, en la adhesión


incondicionada a una causa, pierde toda actitud crítica, convenciéndose de la
absoluta incuestionabilidad y de la incontrovertible legitimidad de cada acto
orientado a realizarla. (2)

• Este tipo de paciente es denominado “Fan”, porque quisiera ser como personas
que le parecen atractivas o interesantes. A veces es difícil trabajar con este tipo
de paciente, ya que su fanatismo rebasa los límites de exigencia. No tiene el
autoestima tan alto, ya que constantemente busca parecerse a personas que no
son compatibles con su personalidad (3). En esta clasificación, tomaremos en
cuenta dos desarrollos del fanatismo:

a) Hacia el médico: Quisiera parecerse a él, ya que lo siente como sinónimo de


salud y prueba real de los tratamientos que promueve. Constantemente cuestiona
a su médico acerca de los productos que usa, los doctores con los que asiste,
dieta, etc.

b) Hacia artistas: Quiere parecerse a personas famosas, guapas, no le importa no


tener parecido alguno, este paciente, está dispuesto a hacerse lo que sea con tal
de obtener los resultados deseados.

• En cuanto al tratamiento, será constante en las citas porque buscará resultados


prácticamente imposibles, presentará cierta exigencia al no ver sus deseos
resueltos y se puede volver complicado trabajar con él. Lo mejor es que se le
hable con la verdad y se le establezca un concepto claro de realidad, haciéndole
notar que no tiene que parecerse a nadie porque cada persona es única y valiosa
con lo que tiene o con lo que es (3).

• Este tipo de paciente es problemático cuando se trata de hablar de resultados.


Buscará estar lo más cerca posible del parecido que quiere alcanzar y si no lo
logra, desvalorizará de manera terrible al médico. Se le deben hacer cumplidos
que hagan referencia a lo que el paciente quiere alcanzar. Por lógica, por más
cambios que se puedan realizar, el paciente no quedará 100% igual que el artista
o persona que haya imaginado y tendrá que saber eso antes del tratamiento para
que realmente esté convencido de lo que quiere realizar con su cuerpo.

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Tipo III.- Demandante: Perfección, Exigencia, Rapidez

• La demanda, es una petición para obtener lo que se desea en cualquier sentido,


como por ejemplo: en calidad, precios, tiempo, atención, etc. Generalmente, las
personas exigentes son las más demandantes, ya que no se conforman, no son
mediocres y simplemente quieren que se les de lo mejor.

• Este tipo de paciente es demasiado absorbente y a veces puede ser difícil de


retener en tratamiento, ya que si no se le atiende como quiere, puede estar
disconforme y abandonar el tratamiento en poco tiempo.
Esta clasificación (demandante) se divide en cuatro:

a) Demandante-Exigente: Es un paciente que no deja pasar lo accesorio, porque


todo lo toma como relevante, quiere las cosas a la perfección y en algunas
ocasiones puede dejar de asistir a tratamiento si no le parece como se manejan
las cosas.

b) Demandante-Contratiempo: Es un paciente muy ocupado, casi siempre tiene


cosas que hacer y poco tiempo que dar a los demás, incluso a si mismo. Querrá
que no se tarden tanto con el procedimiento ó tratamiento, ya que eso interfiere
con sus múltiples actividades. Podrá llegar a reclamar la ausencia de resultados
sin una razón justificable, ya que él mismo acorta ó cambia la forma del
tratamiento para no descuidar las otras cosas que hace, esto afecta mucho los
resultados y la paciencia del médico.

c) Demandante-Desquite: Es un paciente que desquita lo que paga, no le gusta


sentir que da más de lo que recibe. Compara su mismo tratamiento con el de
otras personas y si nota diferencias marcadas entre precios, calidad ó atención,
se lo hace notar inmediatamente al médico.

d) Demandante-Obsesivo: Es un paciente parecido al exigente, pero difiere en que


es demasiado perfeccionista, pulcro, evita errores y quisiera que todo se hiciera
con un orden estricto, con su orden. (3)

• En el tratamiento con este tipo de paciente, se debe procurar dar lo mejor de todo,
hacerlo sentir satisfecho con lo que se le esta haciendo, siempre resolver dudas y
ser comprensivo y tolerante, haciéndole notar que no todo debe ser perfecto para
ser correcto y que hay veces en las que el tiempo y la paciencia también llevan a
resultados favorables, no todo tiene que ser rápido para ser efectivo. Y lo más
importante es hacerles ver que no tienen que estarse comparando con otras
personas y sus respectivos tratamientos, ya que cada una reacciona de diferente
manera. A este tipo de paciente, se le tendrán que cubrir todas sus necesidades
según sus expectativas, si estas no se le satisfacen como el espera, muy
posiblemente abandone el tratamiento.

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Tipo IV.- Cauteloso (a): Desconfianza, Decepción, Inconformidad

• Este tipo de paciente, fue defraudado, y por lo tanto, desconfía. La desilusión o


decepción es una reacción afectiva posterior a la falta de realización de una
esperanza o de una ilusión (3), las cuales no son cumplidas por el tratamiento ni
mucho menos por el especialista, esto hace que se cree en el paciente
desconfianza, ya que no se pondrá en las manos de alguien que puede
defraudarlo o no complacer sus expectativas.

• El paciente denominado como cauteloso (a), siempre se encontrará alerta, atento


a cualquier signo que le muestre que no puede confiar plenamente en el
especialista. Esta clasificación (cauteloso (a)) se divide en tres:

a) Cauteloso-Defraudado: Es un paciente que no cree en nada de lo que se le dice,


ya que tal vez antes estuvo en un tratamiento que no le resulto satisfactorio, y por
lo tanto, piensa que todos los tratamientos a los que se someta, serán
posiblemente iguales.

b) Cauteloso-Inconforme: Es un paciente que cree que los tratamientos que recibe


no son adecuados o están carentes de algo, si no se complacen sus expectativas
que con tanto recelo defiende, es probable que renuncie al tratamiento.

c) Cauteloso-Desconfiado: Es un paciente parecido al tipo de cauteloso-defraudado,


sólo que en este caso, nadie ha provocado la desconfianza, sino que él mismo la
crea, pensando que el especialista no sabe lo que hace, que ningún tratamiento le
proporcionará buenos resultados.

• Cuando se trata a un paciente que presenta alguna de estas divisiones, es


conveniente que antes de iniciar cualquier tipo de tratamiento, se le haga saber
que su cautela puede llevar a que no observe de forma apropiada los resultados
que se van obteniendo, ya que se nublará su capacidad de visualizar avances a
causa de tanta desconfianza.

• Es difícil trabajar con un paciente que no confía plenamente en la persona que lo


trata. Siempre es recomendable crear un ambiente de confianza que permita ir
disipando todos los temores con los que llega el paciente, para así poder tener
una mejor relación con el y hacer que todas sus dudas y miedos desaparezcan.

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Tipo V.- Inconstante: Poca estabilidad, Desidia, Cambios abruptos

• A este tipo de paciente, le hace falta constancia en sus opiniones o resoluciones,


no tiene estabilidad. Por lo tanto, cualquier decisión que tome irá acompañada de
incertidumbre ó duda, pero a la vez de desidia, lo cual lo hará volverse
inconstante.

• El paciente denominado “inconstante” se caracteriza por su falta de


responsabilidad consigo mismo y falta de respeto hacia el especialista.
Le cuesta mucho trabajo tomar una decisión acatable, ya que cambia mucho de
parecer y es inestable.
Piensa demasiado las cosas antes de hacerlas, pareciera que quiere encontrarle
a todo un pero, para poder así librarse de responsabilidades que le parecen
grandes o que requieren de un esfuerzo ó constancia. Esta clasificación
(inconstante), se divide en tres:

a) Inconstante-Desidioso: Es un paciente que es especialista en postergaciones y


todo lo que tiene que ver con alargar cualquier compromiso. Esto se debe a que
tal vez no se considera lo suficientemente capaz de realizar algo que le implique
una responsabilidad ó un desgaste de energía.

b) Inconstante-Cambiante: Es un paciente que cambia de decisiones de un


momento a otro. De repente algo le parece mejor pero al poco tiempo ya no, y
esta constantemente cambiando en todo, buscando encontrar una estabilidad
que difícilmente llega.

c) Inconstante-Molesto: Es un paciente que prácticamente acosa al especialista,


pidiéndole tratamientos, descuentos y comisiones. Todo eso lo hace para salir
beneficiado si el especialista se deja, ya que como no es constante, al poco
tiempo ya habrá desaparecido del consultorio para siempre.

• Para tratar a pacientes de este tipo, es bueno tener en cuenta que los
tratamientos a veces no podrán mostrar resultados satisfactorios debido a la gran
inconstancia que el paciente presenta.
Hay que crear conciencia en el paciente de porqué es importante ser constante en
un tratamiento y no dejarlo a un lado por motivos que pueden corregirse con una
actitud positiva y decidida.

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Tipo VI.- Status dependiente: Liquidez, Falta de recursos

• Un nivel, se refiere a la valoración cuantitativa y objetiva de la manera de vivir


media de una nación o grupo social. Enfocándonos a la persona, es en general su
calidad de vida, la cual incluye salud, cuidados, vestido, comida, casa, etc.
A veces se podría decir que los status se heredan, ya que la forma de vida y
educación depende mucho de los padres.

• Este tipo de paciente, se caracteriza porque depende mucho de su posición


económica para llevar a cabo cualquier decisión u objetivo. Esta clasificación
(status dependiente), se divide en dos:

a) Status dependiente-Libre: Es un paciente que se encuentra muy bien posicionado


en la sociedad y su economía es bastante buena. Se da gusto en lo que quiere y
le gusta estar a la moda. Es presuntuoso, ya que a veces no requiere o no
necesita algo y de cualquier manera lo obtiene, para poder estar presumiendo en
el círculo de amistades.

b) Status dependiente-Abstemio: Es un paciente que como su nombre lo indica, se


abstiene de hacer gastos que le impliquen un bajón en su economía. A veces
puede desear cosas que se salen de su presupuesto y no son necesarias, pero
como cualquier persona, tiene todo el derecho de querer lo mejor, pero siempre
buscando una manera fácil y no problemática para obtener lo que desea.

• En cuanto al tratamiento, con el paciente status dependiente-Libre, se tratará de


satisfacerlo en sus deseos de querer hacerse todos los tratamientos, pero cuando
se llega a un exceso, por su propio bien, es conveniente decirle que no por
hacerse tantos tratamientos innecesarios va a ser más admirado.

• En el tratamiento con el paciente status dependiente-Abstemio, se puede sugerir


que busque opciones más económicas y convenientes.

9
Tipo VII.- Intolerante: Baja tolerancia al dolor, Flexibilidad de tratamiento

• La intolerancia es la imposibilidad del organismo para asimilar ciertas sustancias,


algo que es doloroso, excesivo, inaguantable o insufrible (2). Una persona
intolerante no aparenta el dolor para llamar la atención, realmente la situación en
la que se encuentra es totalmente difícil de calmar.

• Este tipo de paciente, no tolera ningún tipo de mal trato ni de dolor, procurará
buscar tratamientos que no sean fuertes ni que impliquen molestias. Si es tratado
de forma agresiva (según su manera de visualizar las cosas), abandonará el
tratamiento para poder acabar así con todo lo que le provoca sufrimiento.

• Para poder atender a un paciente de este tipo lo mejor posible y para poder
retenerlo en tratamiento, lo ideal es que se le aclare desde un principio que
algunos de los tratamientos son fuertes, esto con la finalidad de que no se
provoquen sorpresas ni desconfianza. También sería bueno que el médico le
aplicará los tratamientos más suaves y leves, con la finalidad de procurarle
beneficios y cuidado a su alto umbral de sensibilidad.

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Tipo VIII.- Dismórfico (a): Aparente fealdad, mala construcción de la identidad

• La dismorfia, es la sensación de ser especialmente feos, impresentables,


repugnantes, deformes. Puede presentarse en forma monosintomática, como en
el período de la adolescencia, cuando la transformación de la pubertad puede ser
rechazada por el individuo o vivida con una angustia más o menos marcada o
también por un repudio de la pubertad por parte de la familia, o en un cuadro de
neurosis obsesiva o de esquizofrenia, en el que el rechazo del aspecto propio
puede asumir caracteres fóbicas que perturban profundamente la manifestación
de la personalidad. (2, 3)

• Este tipo de paciente, tiene una mala construcción de identidad y de


autoconcepto (3), lo que acarrea grandes problemas para trabajar con él en un
tratamiento, ya que nunca notará resultados, nada será suficiente para
contrarrestar sus “grandes defectos”. La situación es difícil ya que aunque se le
repita muchas veces que el tratamiento esta dando resultados, no lo va a creer.

• Para tratar a este tipo de paciente, se requiere de una complementación


psicológica y a veces incluso psiquiátrica, ya que el problema puede estar en
como piensa el paciente o en como incluso tiene organizada perfectamente toda
una construcción de rechazo hacia su propio aspecto, con lo que no será fácil
tratar de convencerlo o de darle ánimos.

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Tipo IX.- Baja autoestima: No aceptación de sí mismo

• La autoestima es la consideración que un individuo tiene de sí mismo. Diversos


estudios han demostrado que la autoestima se mantiene constante y es difícil
modificarla aunque las pruebas objetivas desmientan la concepción subjetiva que
el individuo tiene de sí. La autoestima disminuye en los estados de depresión, en
los que el individuo se desprecia y se autodevalúa. (2)

• La autoevaluación que está en la base de la autoestima puede expresarse como


sobrevaluación o como autodevaluación o subvaluación por una consideración
errónea que cada quien puede tener de sí mismo respecto a los otros o a la
situación en la que actúa. (3)

• Este tipo de paciente no se gusta a sí mismo, quisiera mejorar, pero piensa que
no vale la pena porque él en si no la vale. Quisiera cambiar su forma de ver las
cosas pero le resulta imposible, ya que no se valora ni se quiere lo suficiente.

• En el tratamiento, es bueno remitir al paciente a un psicólogo para que pueda


trabajar en los aspectos emocionales y psíquicos que le impiden poseer una
adecuada valía personal.

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Bibliografía

1. Encuesta realizada a 268 pacientes de un servicio de Estomatología Estética en


Marzo del 2013, con la finalidad de realizar un análisis y clasificación desde el
punto de vista psico-emocional de los diferentes tipos de pacientes que asisten a
un servicio de Estética.

2. GALIMBERTI U., Diccionario de Psicología, 1ª ed.,


México: Siglo XXI editores

3. CAMERON N., Desarrollo y psicopatología de la personalidad,


9ª reimpresión, México: Trillas

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