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República Bolivariana de Venezuela

Ministerio del Poder Popular para la Educación


Universidad Bicentenaria de Aragua
Núcleo CREATEC-San Juan de los Morros

 Unidad Curricular: Psicopatología II

Facilitadora: Participante:
 Prof. Yunay Arreaza Palacios Leivys Soares C.I: 26.848.205

7mo. “Trimestre”

San Juan de los Morros, Marzo. 2021.


“CISNE NEGRO”

El Lago de los Cisnes cuenta la historia de Odette, una princesa que fue
convertida en un cisne blanco por un hechizo, para poder romperlo, necesita
el amor de un príncipe; amor que finalmente no logra porque se interpone su
rival: el cisne negro. La compañía de Nina decide reinventar un poco la
historia y que el rol de ambos cisnes recaiga sobre una misma persona.

Nina parece encajar a la perfección en el papel del cisne blanco, pero no en


el negro, pues le falta espontaneidad, es demasiado disciplinada. Igual que
en la obra de Tchaikovsky, a Nina le surge una rival, Lily, otra de las
bailarinas de la compañía, una joven indisciplinada y despreocupada que
encaja perfectamente en el rol del cisne negro. A partir de este momento, la
personalidad de Nina se irá desestabilizando, comenzará a obsesionarse con
su rival y a sacar a la luz su cara más inestable y oscura.

A medida que nos adentramos en el ballet y conocemos a los principales


personajes, la personalidad de Nina se irá disociando, ni siquiera ella será
capaz de reconocerse, ni de diferenciar lo real de lo soñado.

Los espejos jugarán un papel importante en la película, presentándonos las


distorsiones que aprecia Nina, las confusiones y los momentos más críticos
de la película; pensemos que los espejos han sido vistos como una potente
carga simbólica, según Lacan, nos reconocemos en el espejo, en el otro.
Ambos cisnes viven en Nina y serán incapaces de lograr un equilibrio, una
armonía.

Nina carece de figura paterna, su madre es absolutamente controladora,


está claro que su desarrollo no ha sido exitoso y hay muchas brechas en su
frágil personalidad. La llegada de la rivalidad y de la búsqueda por ese lado
oscuro que requiere el papel hará que Nina comience a mostrar los primeros
síntomas de psicosis. Nina entablará una lucha interna con los dos cisnes
que viven en su interior, mientras, la relación con su madre y con su entorno
será, cada vez, más difícil.

Descubriendo a Nina

La personalidad de Nina se nos va descubriendo a medida que avanza la


película. Su madre también había sido bailarina, pero no logró el éxito de su
hija y lo dejó todo para cuidarla. De su padre no sabemos nada, su madre la
ha criado sola y es extremadamente protectora con ella.

Nina tampoco tiene amigos, simplemente se relaciona con sus compañeros


del ballet, en su vida lo único que importa es el baile. Al adentrarnos en su
habitación, nos encontramos con un espacio muy infantil, en tonos pálidos y
decorado con infinidad de peluches, parece la habitación de una niña, de
alguien que todavía no ha crecido. Esta habitación es un reflejo del mundo
de Nina, una joven muy dependiente, controlada por su madre que todavía
no ha alcanzado la madurez.
Su madre es quien le ha inculcado la pasión por el ballet y, posiblemente,
también haya proyectado todas sus frustraciones en ella. De este modo, Nina
también le hace ver a su madre que ella nunca llegó a nada, que jamás llegó
tan lejos, algo que se convierte en motivo de conflicto entre ambas.

Nina nunca ha desobedecido a su madre, siempre ha vivido extremadamente


controlada, nunca ha tenido la capacidad de decidir por sí misma. Es por ello,
que Nina ha desarrollado una compleja personalidad; paga sus frustraciones
y su impotencia consigo misma: se autolesiona y se provoca el vómito. Su
madre conoce bien estos problemas, le controla los arañazos de la espalda,
le corta las uñas para que no se haga daño y vigila si pasa demasiado
tiempo en el baño.

Nina no ha sido una chica feliz, no ha tenido un desarrollo sano; su madre la


ha sobreprotegido, pero también ha proyectado sus frustraciones en ella.
Todo ello ha hecho que Nina sea una persona emocionalmente inestable;
esta inestabilidad alcanzará su pico más alto cuando la compañía le ofrezca
un papel que hará que su propia personalidad se tambalee, se desdoble.
Nina está obsesionada con la perfección y hará todo lo posible por lograrla,
aunque le cueste la salud.

¿Qué le ocurre a Nina?

Nina padece el Trastorno de Identidad Disociativo o TID, antiguamente


conocido como personalidad múltiple.
En ella, uno o más aspectos de la personalidad que resultan disruptivos para
el yo son escindidos de la conciencia, de manera que dos personalidades
conviven y actúan independientemente dentro de la misma persona.

Una parte suele tener un grado de elaboración y autonomía mayor (el cisne
blanco) y domina a la persona mientras que la otra se mantiene en la
sombra.

El cisne blanco es la personalidad aparentemente normal. Es decir, una


personalidad funcional, que es obediente, hace ballet, charla con su madre…
En fin, lleva una vida más o menos ordinaria.

El cisne negro son las diferentes personalidades emocionales. Éstas han


sido apartadas de la conciencia por resultar peligrosas, están cargadas de
emociones asociadas al trauma, como tristeza, rabia o terror. Y
normalmente, irrumpen sin avisar y de manera explosiva.

Podemos imaginar que el trauma de Nina tiene que ver con cómo la madre la
ha criado. La madre quería que llegara a ser una bailarina de éxito y no ha
dejado que Nina desarrolle su propia personalidad.

Nina ha tenido que separar (disociar) aspectos de su personalidad que


seguramente, eran fuertemente reprimidos y castigados: como la
desobediencia, la rabia, la sexualidad… de los que eran recompensados y
alentados: ser complaciente, disciplinada, inocente, infantil, pura.

Por desgracia, estos aspectos negados no dejan de existir y es más probable


que aparezcan cuando hay una fuerte situación de estrés que desestabiliza
el sistema de la persona (como recibir el papel protagonista en un reconocido
ballet).

La obra es una analogía perfecta. Primero, el mago (la madre de Nina)


transforma a Odette (a Nina) en el cisne blanco. En la obra la princesa queda
encerrada en el cuerpo de un cisne y en la realidad, las exigencias de la
madre encierran a Nina en la personalidad blanca.

El mensaje que ella recibe es que sólo el cisne blanco: la niña obediente,
excelente, disciplinada y pura, recibirá el amor de su madre. Pero, el cisne
negro, es decir, la parte de Nina que fue rechazada, también necesita el
amor de la madre (o del príncipe en la obra) y luchará por él hasta
conseguirlo.

Trastorno

Disociación: literalmente es la separación de dos cosas que estaban unidas.

En psicología, la disociación es un mecanismo mediante el cual


separamos partes de nuestra personalidad o de nuestra conciencia y es
especialmente frecuente en el trauma.
El trauma es una vivencia, que por el sufrimiento que implica desborda
nuestros mecanismos de afrontamiento, bien sea por la escena per se o por
la vulnerabilidad de la persona (cuando somos bebés).

De esta manera, cuando ante el terror se hace imposible la lucha o huida, el


niño escapa mentalmente de su cuerpo para no sentir, quedando desde ese
momento desconectado de su propio ser.

Posteriormente la experiencia se vivirá fragmentada en mayor o menor


medida, es decir, que las vivencias no se integrarán de manera completa y
organizada.

Los síntomas más leves de disociación pueden suponer un mecanismo de


afrontamiento adaptativo para lidiar con el estrés y el dolor. Como el
fenómeno de soñar despierto o amortiguar las sensaciones corporales.

Si te fijas, seguro que te has disociado alguna vez, por ejemplo, cuando
haces algo y al rato no te acuerdas de haberlo hecho. Es como si lo hubieras
hecho “inconscientemente”, cuando en realidad lo has hecho sin estar
presente.

A medida que avanzamos hacia lo patológico se pueden identificar


fenómenos como la obnubilación, los flashbacks, la amnesia, la
despersonalización, las experiencias extracorporales, etc.
En los casos más patológicos tendríamos los trastornos disociativos, la fuga
disociativa y el trastorno de despersonalización.

Cisne Negro es un reflejo de la psicosis en clave de thriller y embellecido


por el ballet; una peligrosa búsqueda de la perfección, esa perfección que
admiramos los espectadores, que observan asombrados los asistentes al
estreno de la obra, pero de la que desconocen su sendero. El resultado es
perfecto, pero el camino estaba lleno de espinas.

“La única persona en tu camino eres tú. Es hora de dejarla ir, piérdete”.

-Cisne Negro-

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