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¿LA ESTABILIDAD LABORAL REFORZADA DE UN EMPLEADO NOMBRADO

EN PROVISIONALIDAD, ES UNA CONDICIÓN QUE LE OTORGA


ESTABILIDAD LABORAL ABSOLUTA?

POSTGRADO ESPECIALIZACIÓN EN DERECHO ADMINISTRATIVO


COHORTE 48

JOSÉ MAURICIO BECERRA QUICENO


Abogado Universidad Libre Seccional Pereira
Aspirante ESPECIALIZACIÓN EN DERECHO ADMINISTRATIVO
maobe7@hotmail.com

RICARDO MAYUSA MARTÍNEZ


Abogado Universidad Libre Seccional Pereira
Aspirante ESPECIALIZACIÓN EN DERECHO ADMINISTRATIVO
r.mayusamartinez@gmail.com

UBEIMAR OROZCO GUARNIZO


Abogado Universidad Libre Seccional Pereira
Aspirante ESPECIALIZACIÓN EN DERECHO ADMINISTRATIVO
ubeimar@misena.edu.co
2019
¿LA ESTABILIDAD LABORAL REFORZADA DE UN EMPLEADO NOMBRADO
EN PROVISIONALIDAD, ES UNA CONDICIÓN QUE LE OTORGA
ESTABILIDAD LABORAL ABSOLUTA?

DESCRIPCIÓN DEL PROBLEMA


La jurisprudencia constitucional ha reconocido algunas garantías respecto a la
estabilidad laboral de los empleados vinculados a la administración mediante la
figura de la provisionalidad, mas cuando éste es sujeto de especial protección
constitucional, verbo y gracia, mujeres embarazadas, personas con limitaciones
físicas o personas en condición de discapacidad y personas cercanas a adquirir la
pensión de vejez, que, a pesar de no gozar con mejor derecho frente a los
empleados de carrera, se les garantiza cierto nivel de protección.
También, el Consejo de Estado ha reconocido los derechos de los empleados
provisionales retirados del cargo con desconocimiento de las razones objetivas
para efectuarse dicho retiro.
El reconocimiento de nuevos fueros ha diluido la estabilidad laboral relativa o
intermedia otorgada a este tipo de empleados temporales, dejándola muy cerca de
una estabilidad laboral absoluta, por cuenta de la impositiva protección de los
derechos fundamentales.

PREGUNTA INVESTIGATIVA
¿La estabilidad laboral reforzada de un empleado nombrado en provisionalidad, es
una condición que le otorga estabilidad laboral absoluta?

PALABRAS CLAVE: Servidor Público, empleo público, carrera administrativa,


provisionalidad, vacancia, estabilidad laboral, insubsistencia.
MARCO CONCEPTUAL
Se hace necesario y conveniente establecer una definición de los conceptos más
relevantes, antes de abordar el tema objeto de estudio, con el propósito de
clarificar nociones de interés para la presente investigación.
Según el artículo 123 de la Constitución Política de Colombia, que reza: “Son
servidores públicos los miembros de las corporaciones publicas, los empleados y
trabajadores del Estado y de sus entidades descentralizadas y por servicios”
(Constitución Política, 1991, Art. 123), Se entiende por servidor público aquellas
personas que prestan sus servicios al Estado mediante la vinculación a la
administración.
Asimismo, los empleos en los órganos del Estado son de carrera. Se exceptúan
los de elección popular, los de libre nombramiento y remoción, los de trabajadores
oficiales y los demás que determine la ley, y los funcionarios que cuyo sistema de
nombramiento no haya sido determinado por la Constitución o la ley, serán
nombrados por concurso público.
El ingreso a los cargos de carrera y el ascenso en los mismos, se harán previo
cumplimiento de los requisitos y condiciones que fije la ley para determinar los
méritos y calidades de los aspirantes. (Constitución Política, 1991, Art. 125)
Por carrera administrativa se entenderá el sistema técnico de administración de
personal que tiene por objeto garantizar la eficiencia de la administración pública y
ofrecer estabilidad e igualdad de oportunidades para el acceso y el ascenso al
servicio público.
Por su parte, el nombramiento provisional, según el Consejo de Estado, es el que
se le hace a una persona no seleccionada por el sistema de méritos para proveer
de manera transitoria un empleo de carrera, es decir, la provisionalidad como
herramienta de la administración de personal parte siempre del supuesto de una
vacancia temporal o definitiva en un empleo de carrera.
La vacancia temporal, como su nombre lo indica, se da cuando un cargo de
carrera se encuentra desprovisto de funcionario por causas temporales, como por
ejemplo cuando un funcionario solicita una licencia, el cargo en este caso estará
vacante hasta cuando el titular se reincorpore; mientras que la vacancia definitiva,
se da, por ejemplo, cuando quien ocupaba el cargo es desvinculado totalmente o
cuando se le impone la sanción disciplinaria de la destitución del cargo (Valdés,
2009, p.125)
Por insubsistencia se entiende el acto mediante el cual se retira del servicio a un
funcionario público, con sujeción a la normatividad que para cada tipo de
empleado se estableció en la constitución y la ley (Valdés, 2009, p.130)
Conforme a la doctrina mas relevante, el derecho a la estabilidad laboral reforzada
en el trabajo haya su inspiración en la propia noción del principio de la estabilidad
laboral como la garantía de continuidad y permanencia del vinculo laboral,
mientras subsista causa la causa que le dio origen y no sobrevenga causa legal
justificada para su extinción (Camacho & Romero, 2018), para después
evolucionar, por medio de la jurisprudencia de más amplio espectro y más efectiva
realización, a una estabilidad que es reforzada, y que garantiza con mayor ímpetu
situaciones de vulnerabilidad, de debilidad manifiesta, o protege derechos
colectivos social y constitucionalmente merecedores de ella.
Por su parte, la Constitución Política en su artículo 13, incisos 2º y 3º establecen:
que “el Estado promoverá las condiciones para que la igualdad sea real y efectiva
y adoptará medidas a favor de grupos discriminados o marginados. El Estado
protegerá especialmente a aquellas personas, que por su condición económica,
física o mental, se encuentren en circunstancias de debilidad manifiesta y
sancionará los abusos o maltratos que contra ellas se cometan” (Constitución
Política, 1991, Art. 13)
Ahora bien, según la Sentencia T- 614/17,
(…) la protección a la estabilidad laboral reforzada se otorga en virtud de la
condición misma de ser humano, pues no resulta posible que se disponga
de una persona como un objeto y, por ende, se prescinda de sus servicios
independientemente de su condición de salud y de su condición debilidad
manifiesta. Se recuerda que la piedra angular del Estado Social de Derecho
es la dignidad humana, derecho al cual se encuentra ligado el derecho al
trabajo como un derecho fundamental que debe garantizarse “en todas sus
modalidades” y debe realizarse en condiciones dignas y justas (artículo 25
Superior). “Estas previsiones impiden que en el trabajo las personas sean
degradadas a la condición exclusiva de instrumentos” (Comillas de la
Sentencia).

MARCO DE REFERENCIA
En el artículo 5º del Decreto 2400 de 1968, encontramos la primera regulación
normativa respecto a la forma de vinculación a la administración, en la que se
establecieron tres tipos de nombramientos en cargos públicos:
Las designaciones para empleos de libre nombramiento y remoción tendrán
el carácter de nombramientos ordinarios. La autoridad nominadora, en todo
caso, tendrá en cuenta para proveerlos que la persona en quien recaiga el
nombramiento reúna las calidades exigidas para el ejercicio del cargo.
Los nombramientos para empleos de carrera se producirán en períodos de
prueba y recaerán en las personas que sean seleccionadas mediante
sistema de mérito, de acuerdo con los reglamentos de cada carrera. Una
vez que la persona designada haya superado satisfactoriamente el período
de prueba y que su nombre sea inscrito en el respectivo escalafón, será
ratificado en su cargo como empleado de carrera.
Los nombramientos tendrán carácter provisional cuando se trate de proveer
transitoriamente empleos de carrera con personal no seleccionado de
acuerdo con la reglamentación de la respectiva carrera. El período
provisional no podrá exceder cuatro meses.
Luego, por medio de la Ley 36 de 1982, se modificó el periodo máximo en un
cargo público otorgado mediante la figura de la provisionalidad, a doce (12)
meses.
Posteriormente el articulo 7º de la Ley 61 de 1987, redujo el periodo máximo de
los cargos públicos en provisionalidad estableciendo que:
El nombramiento provisional no podrá tener una duración superior de cuatro
(4) meses, salvo cuando se trate de proveer empleos cuyo titular se
encuentre en comisión de estudios, o cuando el Consejo Superior del
Servicio Civil lo prorrogue a solicitud debidamente motivada de la entidad
interesada. En acto en el que se disponga la prórroga se establecerá el
término máximo de la duración de la misma, que no podrá exceder de
cuatro (4) meses. En ningún caso podrá haber más de una prórroga, ni
hacerse nombramiento provisional a un empleado que haya ingresado a la
Carrera Administrativa.
Hasta este punto podemos afirmar que la figura de la provisionalidad, antes de la
expedición de la Constitución Política de 1991, era utilizada para proveer temporal
o transitoriamente cargos de carrera administrativa con personas que no
realizaron el respectivo concurso de méritos; por lo cual, sin necesidad de motivar
la decisión, se podía declarar insubsistente al empleado.
A partir de 1991, con la Constitución Política, por su carácter humanista y en
busca de dar cumplimiento a los fines esenciales del Estado, se considera el
recurso humano como un factor fundamental, clasificando de esta manera a los
empleados en miembros de las corporaciones públicas, trabajadores oficiales y
empleados públicos, estos últimos podrán ser nombrados en propiedad, periodo
de prueba, libre nombramiento y remoción, y en provisionalidad.
Por otra parte, el artículo 10 de la Ley 27 de 1992, dispuso la provisión como un
mecanismo de vinculación subsidiario a las demás formas de vinculación, además,
el uso de esta figura se limitó a las necesidades presentadas por las entidades
estatales de suplir los cargos vacantes en forma temporal o transitoria, mientras se
realizaba el respectivo concurso de méritos para la asignación del cargo.
Luego, la Ley 443 de 1998 estableció como primera medida el uso de la figura del
encargo y de manera residual o subsidiaria el nombramiento en provisionalidad; a
su vez, definió específicamente la figura de la provisionalidad, exigiendo previo
concurso de méritos a la utilización del mecanismo de la provisionalidad.
A su vez, el Decreto reglamentario de la mencionada Ley, en su capítulo II expone
de manera concreta las características que envuelven el nombramiento
provisional; específicamente en su artículo 4º que define puntualmente la
provisionalidad, expone cómo se adquiere el carácter provisional de un empleado
que se desempeñaba en un cargo de libre nombramiento y remoción cuando “en
virtud de la ley o de una decisión de la Corte Constitucional se convierta en cargo
de carrera” (Consejo de Estado, 1998, Decreto 1572); es decir, por cambio en la
naturaleza del cargo.
Por último, la Ley 909 de 2004 en su articulo 5º establece que “los empleos de
carrera cuyos titulares se encuentren en situaciones administrativas que impliquen
separación temporal de los mismos serán provistos en forma provisional solo por
el tiempo que duren aquellas situaciones, cuando no fuere posible proveerlos
mediante encargo con servidores públicos de carrera”; lo que evidencia un
sustancial cambio normativo de los empleados vinculados mediante
provisionalidad, intentando así dar solución a las prolongadas e indefinidas
relaciones laborales provisionales con el Estado.
De antaño, en nuestro sistema jurídico se había reconocido una protección
excepcional para aquellas personas que se encontraban frente a una condición o
circunstancia especial, y taxativamente la ley señalaba los casos en que procedía,
como en el fuero de maternidad, la protección de estabilidad en el evento de
acoso laboral en el fuero sindical, la de no ser despedido sin justa causa después
de una antigüedad de 10 años en la empresa con la entrada en vigencia de la Ley
50 de 1990, el fuero de los miembros de la junta directiva del sindicato, la
protección especial de no ser despedido en el periodo de la negociación de un
conflicto colectivo de trabajo, todos de creación legal.
En la actualidad se han adicionado jurisprudencialmente, por parte de la Corte
Constitucional, nuevos fueros o protecciones de estabilidad laboral reforzada, que
por ser emanados por parte del máximo órgano protector de los derechos
fundamentales, se deben atender en plenitud. Estos nuevos fueros de creación
jurisprudencial son: 1) fuero de la salud, 2) el fuero de maternidad, 3) el fuero de
paternidad, 4) el fuero de prepensionados. (Camacho & Romero, 2018).
Debido a la imperiosa protección de los derechos fundamentales se han ido
disolviendo instituciones como la terminación del contrato de trabajo sin justa
causa y aun con justa causa, que bajo la óptica de la Corte Constitucional cada
vez más se acerca a una sanción disciplinaria, y la identidad única de los contratos
a termino fijo y por duración de obra o labor, que han ido mutando la intangibilidad
de lo acordado por las partes en cuanto a la fecha de su vencimiento,
desapareciendo del escenario laboral para dar paso a una estabilidad casi
absoluta. (Camacho & Romero, 2018, p. 8).
Esto, en la figura que nos interesa, ha mutado la estabilidad relativa de los
empleados nombrados en provisionalidad, en una estabilidad, igual que en materia
privada, casi absoluta, por cuenta de la altiva protección de los derechos
fundamentales por parte del órgano protector de la Carta Magna.

Marco jurídico: protección jurisprudencial del principio de estabilidad laboral


de los empleados públicos nombrados en provisionalidad
Nuestra organización jurídica contempla la provisión de empleos de carrera
administrativa mediante el nombramiento en provisionalidad que, como su nombre
lo indica, consiste en la vinculación a la administración pública de manera
transitoria, de una persona en un empleo de carrera administrativa que se
encuentra vacante temporal o definitivamente y mientras se lleva a cabo el
respectivo concurso de méritos para proveerlo.
Esta forma de vinculación a la administración es temporal, es decir, que la
diferencia con el cargo de carrera; es su carácter fugaz en la permanencia en el
empleo.
Atendiendo a la esencia humanista de la Constitución política de 1991, y para dar
cumplimiento a los fines del Estado, la Carta Constitucional en su artículo 123
estableció y clasificó a los empleados como miembros de las corporaciones
públicas, trabajadores oficiales y empleados públicos, estos últimos que podrán
ser nombrados en propiedad, periodo de prueba, libre nombramiento y remoción y
provisionalidad (Galvis, 2007)
La Ley 27 de 1992, en su artículo 10 desarrolla el artículo 125 de la Constitución
Política, estableciendo en el inciso segundo del artículo en mención que, mientras
se efectuaba la selección para ocupar un empleo de carrera, los empleados
inscritos en carrera administrativa tendrían derecho preferencial a ser encargados
de dichos empleos si llenaban los requisitos para su desempeño. De lo contrario
esos nombramientos podrían hacerse con empleados provisionales.
Posteriormente, esta ley fue derogada por la Ley 443 de 1998, artículos 9 y 10
regulatorios de la provisión de los empleos por vacancia temporal y duración del
encargo y de los nombramientos provisionales, con la que se estableció que los
empleos de carrera administrativa cuyos titulares estuvieran separados del cargo
temporalmente, sólo podrían ser ocupados a través de la figura del encargo o por
la de la provisionalidad; pero respecto a los cargos con vacancia definitiva el
término de duración del encargo o provisión del puesto, estableció un tiempo límite
de cuatro meses, prorrogable previa autorización de la Comisión del Servicio Civil,
hasta la superación de la situación administrativa que provocó la prórroga.
El Decreto Reglamentario 1572 de 1998, en su artículo 4° fijo un concepto sobre la
figura del nombramiento provisional indicando que:
(…) se hace a una persona para proveer, de manera transitoria un empleo
de carrera, con personal no seleccionado mediante el sistema de mérito,
así en el respectivo acto administrativo no se indique la clase de
nombramiento de que se trata.
También tendrá el carácter de provisional la vinculación del empleado que
ejerza un empleo de libre nombramiento y remoción y que en virtud de la
ley o de una decisión de la Corte Constitucional se convierta en cargo de
carrera. Tal carácter se adquiere a partir de la fecha en que se opere el
cambio de naturaleza del cargo y éste deberá ser provisto teniendo en
cuenta el orden de prioridad establecido en el artículo 2° de este decreto.
En caso de que deba realizarse el concurso, éste deberá convocarse de
manera inmediata y proveerse con la persona que ocupe el primer puesto
en la respectiva lista de elegibles.
Se evidencia en la norma citada que, independientemente de la denominación que
al cargo se le dé, quien ocupe un cargo sin haberse sometido a un concurso de
méritos se encuentra cobijado por la figura de la provisionalidad del empleo
público, aun cuando el cargo desempeñado siendo de libre nombramiento y
remoción, por virtud de una ley o una decisión de la Corte Constitucional, cambie
su naturaleza a un cargo de carrera; caso en el cual deberá convocarse a
concurso de méritos de manera inmediata, conforme al artículo en mención.
A pesar de parecer clara la aplicación normativa de la figura de la provisionalidad,
lo cierto es que esta fue la génesis de controversias judiciales y pronunciamientos
contrastados entre la Corte Constitucional, que por un lado permitía al empleado
en provisionalidad transformar el carácter transitorio de su cargo a una estabilidad
relativa sometida a la convocatoria del concurso de méritos, y por otro el Consejo
de Estado que definía su posición entre asimilar al empleado provisional a uno de
libre nombramiento y remoción, con lo que su desvinculación podría ser
discrecional; o adoptar el criterio de la Corte Constitucional.
Por último, la Ley 909 de 2004 y su Decreto Reglamentario 1227 de 2005, en
vigencia, cambió el marco normativo de los empleados en provisionalidad
estableciendo en su artículo 25 que “los empleos de carrera cuyos titulares se
encuentren en situaciones administrativas que impliquen separación temporal de
los mismos serán provistos en forma provisional solo por el tiempo que duren
aquellas situaciones, cuando no fuere posible proveerlos mediante encargo con
servidores públicos de carrera” (Congreso de la República, 2004)
Corolario de lo anterior, pretendiendo dar solución a las relaciones laborales
provisionales indefinidas, este artículo establece la forma en que debe hacerse la
asignación de vacancias definitivas; esto es, mediante la apertura de un concurso
de méritos o a través de la figura del encargo, tornando improcedente el
nombramiento en provisionalidad para vacancias definitivas, basados
principalmente en el principio de mérito, para proveer los cargos que se
encuentren en vacancia definitiva.
Basados en el recuento normativo que precede, las Altas Corporaciones
adoptaron decisiones disímiles administrativa y judicialmente, creando para el
empleado en provisionalidad un escenario de inseguridad laboral que
analizaremos a continuación, en aras de vislumbrar la situación actual de estos
empleados.

Evolución jurisprudencial de la Corte Constitucional


La situación laboral de los empleados provisionales a quienes se les había
declarado separación del cargo por insubsistencia, fue la fuente para que en la
Sentencia T-800/98, presentada por el Magistrado Vladimiro Naranjo Mesa, se
estableciera la diferencia entre la estabilidad laboral de un empleado nombrado en
cargo de carrera y uno por libre nombramiento y remoción así:
Los que ocupan cargos de carrera administrativa, por haberse vinculado
mediante calificación de méritos, tienen una estabilidad laboral mayor que
la de los servidores que ocupan cargos de libre nombramiento y remoción;
ésta se traduce en la imposibilidad que tiene el ente nominador de
desvincularlos por razones distintas a las taxativamente previstas en la
Constitución y la Ley. En cambio, la estabilidad de los servidores que
ocupan cargos de libre nombramiento y remoción es más débil, ya que
pueden ser separados del mismo por voluntad discrecional del nominador,
según lo exijan las circunstancias propias del servicio (ST 800, 1998)
Asimismo, expresó que:
La estabilidad laboral de un funcionario que ocupa un cargo de carrera
administrativa no se reduce por el hecho de que lo haga en provisionalidad;
en otros términos, el nombramiento en provisionalidad de servidores
públicos para cargos de carrera administrativa, como es el caso, no
convierte el cargo en uno de libre nombramiento y remoción. Por ello, el
nominador no puede desvincular al empleado con la misma
discrecionalidad con que puede hacerlo sobre uno de libre nombramiento y
remoción, a menos que exista justa causa para ello (ST 800, 1998)
En este caso, la demandante fue declarada insubsistente habiendo sido nombrada
en un cargo de carrera en provisionalidad, por haber ocupado el cargo por más
tiempo del establecido en la ley (4 meses); por lo que, consecuencialmente
mientras se convocaba a concurso de méritos debía ser separada del cargo,
según el artículo 4° del Decreto 2329 de 1995.
El referenciado texto legal fue entendido por la Corte de la siguiente manera:
(…) un funcionario que se encuentra ocupando un cargo de carrera
administrativa en provisionalidad por más tiempo del autorizado por la Ley,
debe ser desvinculado como lo ordena la norma citada siempre y cuando la
administración cumpla, por su parte, con la obligación de convocar el
respectivo concurso de méritos para proveer definitivamente la plaza, pues
de no darse tal correspondencia, los cargos estarían destinados
gradualmente a quedarse vacantes, al no haber una designación oportuna
del reemplazo (ST 800, 1998)
Lo que aflora de esta interpretación es la inadmisión de la provisionalidad mientras
se efectúe la selección para ocupar un empleo de carrera administrativa; es decir,
surge para la administración la obligación de realizar convocatorias a concurso de
mérito dentro del plazo estipulado en la norma en cuestión (4 meses, prorrogables
hasta cuatro (4) meses más), ya que de lo contrario se estarían violando los fines
con que fue creada la mencionada ley, y que tienen como propósito: impedir la
prolongación de la vinculación de funcionarios que no han accedido al cargo
acreditando los requisitos de idoneidad exigidos por el Estado mediante el
concurso de méritos; y dar continuidad de funcionamiento a la administración que
se ve afectada por la falta del servidor público que debe desempeñar las funciones
del cargo.
De lo anterior se puede hacer una conclusión a priori, y es que a partir de este
pronunciamiento, la Corte forja una posición frente a la estabilidad laboral de los
servidores públicos nombrados en provisionalidad en dos aspectos importantes: (i)
los cargos de carrera proveídos mediante la figura de provisionalidad no los
convierte automáticamente en un cargo de libre nombramiento y remoción; y (ii)
cuando exista justa causa, el nominador puede desvincular al empleado en
provisionalidad, en otras palabras, se imposibilita la desvinculación discrecional y
exige la motivación de la decisión.
Esta postura es ratificada en la Sentencia de Unificación 250/98, del Magistrado
Ponente Alejandro Martínez Caballero, quien expresó la necesidad de motivación
para el retiro de los empleados de carrera o nombrados bajo la figura de la
provisionalidad; a su vez aclaró que “La discrecionalidad no supone la libertad de
la administración para actuar prescindiendo de la necesidad de justificar la
realidad de la actuación concreta (...) La motivación se orienta al convencimiento
de las partes, eliminando cualquier arbitrariedad y facilitando el saber por qué se
tomó la decisión respectiva, lo cual permite la viabilidad de los recursos” (ST 250,
1998)
Misma ratificación fue hecha en Sentencia T-752/03, de la Magistrada ponente
Clara Inés Vargas Hernández, quien manifestó que “El deber de motivar el acto
administrativo que declara la insubsistencia de un nombramiento de carrera se
hace extensivo para desvincular a quien este ocupando provisionalmente... La
falta de motivación... constituye una violación al debido proceso” (ST 752, 2003)
Luego de la expedición de la Ley 909 de 2004, la Corte Constitucional en
Sentencia T-1159/05, del Magistrado ponente Marco Gerardo Monroy Cabra,
ratificó, clarificó y se pronunció al respecto, sosteniendo que, “el único momento
en que el acto de desvinculación de un empleado nombrado en provisionalidad no
debe ser motivado, es cuando sea nombrada en el cargo una persona elegida
mediante concurso de méritos” (ST 1159, 2005)
Por otra parte, en la SU 446/11, del magistrado Jorge Ignacio Pretelt Chaljub, se
expresa que los empleados nombrados bajo la figura de la provisionalidad “gozan
de cierta estabilidad laboral”; de allí que, hasta el momento, la Corte tenga una
posición clara en cuanto a la diferencia entre el empleado público nombrado en
provisionalidad y el empleado de libre nombramiento y remoción, así como la
necesidad de motivación de los actos de desvinculación y el otorgamiento de
cierta estabilidad laboral.
En Sentencia C-431/10, del Magistrado ponnete Mauricio Gonzales Cuervo, la
Corte hace un parangón entre los empleados nombrados en provisionalidad (a su
vez desarrolla esta figura) y los de carrera, en la que de manera resumida, se
expresa que todos los empleados son servidores públicos, empero, su situación
no es la misma, ya que los empleados inscritos en carrera administrativa han
pasado por un filtro meritocrático a diferencia del resto de servidores; por lo que se
desprende que la situación es igual solo para los empleados inscritos en el
régimen de carrera administrativa. En palabras de la Corte según S 431/2010,
Esto no significa que quienes han sido nombrados (as) en provisionalidad
ostentan los derechos que se derivan de la carrera y, en particular, el
derecho a la estabilidad laboral que nace de haber accedido por concurso
de méritos a la carrera y al cargo correspondiente.
El punto en el que se equiparan los funcionarios inscritos en el régimen de
carrera administrativa y los servidores o empleados públicos que
desempeñan de manera provisional un cargo de carrera es, por tanto, la
necesidad de motivar los actos administrativos en caso de que tales
servidores públicos sean declarados insubsistentes. Ello, empero, no puede
conducir a pensar que existe una identidad entre la circunstancia propia de
los empleados inscritos en el régimen de carrera y quienes no lo están, así
de manera provisional ocupen un cargo de carrera.”
Hasta este momento, la figura de la provisionalidad en la carrera administrativa en
cuanto a la garantía y defensa de los derechos fundamentales, no se asemeja al
cargo de libre nombramiento y remoción, ni al de carrera administrativa, por lo que
para quien lo ejerce constituye una condición laboral temporal que con base en el
debido proceso proporcionan una estabilidad laboral relativa.
Se reitera la posición garantista frente a los trabajadores provisionales de la
administración, por la Corte Constitucional al indicar en sentencia SU-917/2010
(…) dada la restricción establecida para la discrecionalidad del nominador
en lo relacionado con los nombramientos en provisionalidad, la Corte ha
entendido que los servidores en condiciones de provisionalidad gozan de
una cierta estabilidad que la jurisprudencia ha denominado como
intermedia. Así, el funcionario que ocupa cargos en provisionalidad no goza
de la estabilidad laboral que ostenta un funcionario de carrera, pero
tampoco puede ser desvinculado como si su nombramiento se tratara de
uno de libre nombramiento y remoción (Ver, entre otras, las sentencias T-
800 de 1998, C-734 de 2000, T.884 de 2002, T-519 de 2003, T-610 de
2003, T-222 de 2005, T-660 de 2005, T-116 de 2005, T-1310 de 2005, T-
1316 de 2005, T-1240 de 2004). Por lo tanto, la estabilidad de un
funcionario nombrado en provisionalidad se concreta en que al ser
desvinculado se le indique específicamente las razones de su declaración
de insubsistencia.
De manera semejante se ha expresado la Alta Corporación frente a los sujetos de
especial protección constitucional y legal, en Sentencia T-605 de 2013, M.P.
Alberto Rojas Ríos, al señalar que:
La Corporación al asumir la especial protección para personas con
discapacidad, atiende la proporcionalidad entre los derechos de las
personas sujetos de la estabilidad laboral reforzada y la necesidad de que
la entidad acredite, objetivamente, las causas para desplazar al trabajador
objeto de la protección. Este criterio se garantiza a partir de la inversión de
la carga de la prueba para exigir a la entidad demostrar una causa objetiva
que permita la desvinculación. Esta postura evita la vulneración de los
derechos fundamentales de quienes, por razones de salud, entre otras, no
cuentan con las mismas posibilidades de los demás y es garantía del
derecho a la igualdad.
De todas maneras, la Corte advierte que los funcionarios provisionales que no son
sujetos de especial protección constitucional y legal, tienen una estabilidad laboral
que se limita a que su desvinculación respete el debido proceso y se encuentre
sustentada en un acto administrativo debidamente motivado.
Esta garantía de motivación del acto de retiro no es ínfima para el empleado, ya
que es precisamente la motivación del mismo la que le permite al empleado acudir
al medio de control jurisdiccional respectivo, esto es, nulidad y restablecimiento del
derecho, cuando la actuación este afectada por falsa motivación o deviación del
poder, lo que consecuencialmente obliga al nominador a limitar las actuaciones de
desvinculación a razones ajustadas a la legalidad y por razones del servicio.

Desarrollo jurisprudencial del cargo de provisionalidad por el Consejo de


Estado
En contraposición a los pronunciamientos planteados están los del Consejo de
Estado, en los eventos en que el empleado provisional ha acudido en sede judicial
para la nulidad y el restablecimiento del derecho de los actos administrativos de
desvinculación. Empezaremos analizando la Sección Segunda del Consejo de
Estado, encargada de asuntos laborales y que decidía los asuntos de dos
maneras opuestas.
La Subsección “A”, que reconocía algún grado de estabilidad para los empleados
nombrados en provisionalidad, y que exigía que el acto de separación del cargo
debiera ser motivado, adoptando así una posición paralela a la línea establecida
por la Corte Constitucional, y la Subsección “B”, que asimilaba el cargo de
provisionalidad al cargo de libre nombramiento y remoción y negaba cualquier
estabilidad laboral alguna a los primeros, ya que argumentaba que no habían
ingresado a la administración mediante concurso de méritos.
La Subsección “A”, del Honorable Consejo de Estado, en Sentencia del 19 de julio
de 1993, la Consejera Ponente Clara Forero de Castro, si bien no alude
exactamente a los empleados nombrados en provisionalidad, toma una posición
en que señala que la facultad discrecional que le asiste al nominador es en
relación a los empleados que no pertenecen a la carrera administrativa;
entendiéndose de manera residual, incluidos los nombrados en provisionalidad. En
palabras de la Magistrada:
(...) la insubsistencia es el ejercicio de la facultad de remover de la cual
están investidas las autoridades nominadoras para desvincular del servicio
libremente a quienes no están protegidos por la garantía de estabilidad, o
como resultado de deficientes calificaciones de servicio, o negativas
evaluaciones de desempeño, cuando se trata de empleados inscritos en
carrera administrativa. La insubsistencia para los primeros tiene como base
aludida potestad, respecto de los segundos debe fundamentarse en el
cuestionamiento de su eficiencia o de su rendimiento... mediante ella se
declaró insubsistente su nombramiento en el cargo que ocupaba, en
ejercicio de la facultad discrecional que le asiste al nominador en relación
con los empleados no pertenecientes a la carrera administrativa, como lo
era la demandante, ya que no alegó y menos probó que se hallara
escalafonada en ella (Consejo de Estado, Sección Segunda, Subsección
“B”. Sentencia del 20 de junio de 2002, C.P Ana Margarita Olaya Forero.
Rad. 1999-3487)
Por otro lado, y con una posición claramente más garantista, la Subsección en
Sentencia del 20 de junio de 2002, la Consejera Ponente Ana Margarita Olaya
Forero, otorga al empleado provisional una “estabilidad restringida”, muy similar a
la “estabilidad relativa” otorgada por la Honorable Corte Constitucional a los
empleados nombrados en provisionalidad a lo largo de sus pronunciamientos. Al
respecto se refirió de la siguiente manera:
Ciertamente, no pueden predicarse iguales derechos de quien se encuentra
nombrado en provisionalidad respecto de quien se halla designado en
propiedad, pues si bien aquella modalidad de provisión no genera por si
misma inamovilidad, sólo puede cederse su titularidad cuando el cargo ha
de proveerse con quien ha superado el respectivo concurso de méritos. En
tal situación, puede afirmarse que los servidores públicos que se
encuentren nombrados en provisionalidad dentro de la función pública
tienen una estabilidad restringida, púes, para su desvinculación debe
mediar por lo menos un acto administrativo motivado como garantía plena
del debido proceso (artículo 29 Constitucional)… La anterior afirmación,
tiene fundamento constitucional en el artículo 53, que consagra como
principio mínimo fundamental el de la estabilidad laboral, el cual solo podrá
ser efectuado cuando se trate de atender intereses de carácter general,
situaciones en las cuales podrían verse sacrificados, según el caso,
derechos particulares o individuales... se exige que la decisión de
desvinculación se adopte esencialmente por necesidades del servicio, pues
el acto de retiro en estos casos debe siempre estar motivado para que
pueda ser ejercida la defensa de sus derechos, por el afectado (Consejo de
Estado, Sección Segunda, Subsección “B”. Sentencia del 20 de junio de
2002, C.P Ana Margarita Olaya Forero. Rad. 1999-3487).
Ahora bien, en contraposición a los pronunciamientos enunciados, la Subsección
“B”, facultaba para “en cualquier momento poder declararse insubsistente un
nombramiento ordinario o provisional, sin motivar la providencia, de acuerdo con la
facultad discrecional que tiene el gobierno de nombrar y remover libremente sus
empleados” (Consejo de Estado, Sección Segunda, Subsección “B”. Sentencia del
20 de junio de 2002, C.P Ana Margarita Olaya Forero. Rad. 1999-3487)
Esta división de posturas de las Subsecciones fue resuelta por la Sección
Segunda del Consejo de Estado en Sentencia del 13 de marzo de 2003, con
ponencia del consejero Tarsicio Cáceres Toro, quien con el ánimo de unificar las
mismas, expresó:
El servidor público judicial nombrado en provisionalidad, antes que cobijarle
algún tipo de estabilidad, le rodea una situación de doble inestabilidad,
pues, por una parte, al no pertenecer al sistema de carrera, puede ser
desvinculado del servicio de manera discrecional por el nominador, y por
otra, puede ser desplazado por quien habiendo concursado tenga derecho
a ocupar el cargo (…)
En estas condiciones, se considera que para los empleos judiciales no es
posible reconocer una estabilidad al empleado nombrado en
provisionalidad.
Además, el nombrado en provisionalidad en un empleo de carrera judicial,
lo es en forma "discrecional" por el nominador por cuanto no requiere de
procedimiento, ni motivación dicho acto; de igual manera, su desvinculación
puede seguir igual procedimiento. Así, tienen similitud el nombramiento y la
insubsistencia del empleado de libre nombramiento y remoción con el
nombrado provisionalmente (…)
De conformidad con lo anterior, esta Sala de Sección, en cuanto al punto
del nombramiento en provisionalidad judicial, unifica su criterio acogiendo la
tesis que de que al empleado nombrado en provisionalidad no le asiste
fuero alguno de estabilidad, pudiéndose, en consecuencia, proceder a su
retiro sin que sea menester motivación alguna (Consejo de Estado, Sección
Segunda, Subsección “B”. Sentencia del 20 de junio de 2002, C.P Ana
Margarita Olaya Forero. Rad. 1999-3487).
Vemos cómo apoyados en la discrecionalidad del Gobierno de nombrar y remover
libremente sus empleados; a los nombrados bajo la figura de la provisionalidad, se
les equiparaba a estos; por cuanto su ingreso se daba en las mismas condiciones,
es decir, de manera libre por el nominador. Con el ánimo de no interrumpir el
funcionamiento de la administración, la autoridad nominadora puede ejercer la
facultad discrecional, mientras no exista lista de elegibles vigente y aplicable; sin
embargo, en aras del buen servicio, si el empleado nombrado en provisionalidad
no ofrece suficiente garantía de su prestación, puede ser removido del mismo
cuando la autoridad nominadora lo estime conveniente y según el caso, puede
designar nuevamente a otro empleado en provisionalidad, mientras se realiza el
respectivo concurso de méritos.
Este precedente jurisprudencial tuvo vigencia hasta el año 2010, cuando el
Consejero Ponente Gerardo Arenas Monsalve, apoyado en la Ley 909 de 2004, en
Sentencia del 23 de septiembre de 2010 estableció el deber de motivar el acto de
retiro del empleado en provisionalidad, indistintamente de la fecha de su
nombramiento, es decir, incluso si fue anterior a la entrada en vigencia de la Ley
909 de 2004 y su decreto reglamentario; esto, en aplicación del principio de
igualdad (art. 13 C.P). Para ilustrar, en palabras de la Alta Corporación:
(...) Así las cosas, de acuerdo con lo previsto en los artículos 13, 123 y 125
de la Constitución Política, 3º y 41 de la Ley 909 de 2005 y 10 del decreto
1227 del mismo año, el retiro del servicio de los empleados que ocupen en
la actualidad cargos de carrera en provisionalidad, debe ser justificado
mediante la expedición de un acto administrativo motivado, y para ello, la
administración no debe considerar la fecha en la que se produjo la
vinculación a través del nombramiento en provisionalidad, esto es, si fue o
no con anterioridad a la vigencia de la nueva normatividad de carrera
administrativa, pues ello implicaría un tratamiento desigual en detrimento
incluso del derecho al debido proceso (en el aspecto del derecho a la
defensa) respecto de aquellos cuyos nombramientos de produjeron en
vigencia de la Ley 443 de 1998.
La postura del Consejo de Estado ha ido acogiendo la tesis de la Corte
Constitucional, proporcionando mayores garantías para los empleados nombrados
en provisionalidad, exigiendo a la administración la motivación del acto
administrativo por medio del cual se desvincula a estos del cargo temporal,
dejando en claro el carácter transitorio de los empleados en provisionalidad, que
verbigracia, en reciente Sentencia de 9 de marzo de 2017, C.P. Sandra Lisset
Ibarra Vélez, se expone lo que pasamos a transcribir:
Los nombramientos en provisionalidad no pueden generar expectativas de
estabilidad laboral. De acuerdo con su naturaleza, son nombramientos
transitorios, circunstancia que es conocida por quien es nombrado en esas
condiciones desde el inicio de su vinculación, sin que sea válido
posteriormente aducir por ello la vulneración de algún derecho. No es viable
la adquisición de los derechos de carrera administrativa por prescripción
adquisitiva de dominio, en razón a que el único modo legalmente previsto
para hacerse acreedor a la inscripción en dicho escalafón, es a través de la
superación de las etapas del concurso de méritos y del período de prueba
con una evaluación de desempeño satisfactoria, y, además, porque no se
trata de bienes respecto de los cuales opere dicha figura (Consejo de
Estado, Sección Segunda Subsección “B”. Sentencia de 9 de marzo del
2017. C.P Sandra Lisset Ibarra Vélez. Rad.2012-00267)
A su vez deja en claro en Sentencia del 30 de abril del 2014, que la vinculación
automática de las personas a las Empresas Sociales del Estado se encuentra
nombradas en provisionalidad, por lo que se le aplican las normas del empleado
de carrera en aras de garantizar su estabilidad laboral. Seguidamente aduce
textualmente:
En efecto, si a fin de garantizar el derecho a la estabilidad laboral los
referidos servidores públicos quedan incorporados a la nueva planta de esa
manera automática, pero no pueden, por impedimento constitucional,
acceder a la carrera administrativa mientras no superen un concurso de
méritos, la única fórmula posible para definir su situación laboral consiste en
que se vinculen en situación de provisionalidad. Por lo anterior, la Corte no
vio obstáculo constitucional a que la vinculación automática a los cargos de
carrera se haga en esta condición provisional (Consejo de Estado, Sección
Segunda Subsección “B”. Sentencia de 30 de abril de 2014. C.P Bertha
Lucía Ramírez de Páez. Rad. 2008-01079)
De lo expuesto vemos cómo, aunque con motivaciones de fondo diferentes, de
manera paulatina los criterios de las altas Cortes fueron unificándose bajo unas
mismas premisas respecto del cargo de provisionalidad. En primer lugar, es un
cargo de naturaleza temporal o transitoria y su retiro solo procede por las causales
consagradas en la Constitución y la ley, por lo que, como consecuencia, el acto
que desvincula al empleado en provisionalidad debe ser motivado, aun cuando
este no tengo las mismas prerrogativas que un empleado de carrera en propiedad,
toda vez que su ingreso no fue mediante concurso de méritos, por lo que no puede
equiparársele al cargo de libre nombramiento y remoción.
Protección constitucional del principio de estabilidad laboral reforzada
respecto de los servidores públicos en provisionalidad.
La acción de tutela ha sido el mecanismo que han utilizado los empleados en
provisionalidad para proteger su derecho al debido proceso, cuando se han visto
afectados con su desvinculación sin mediar motivación del respectivo acto
administrativo. Además, lo han utilizado para solicitar la protección de otros
derechos fundamentales que, en contravía de todo lo expuesto, los habilita para
continuar en el cargo y con la relación laboral con el Estado.
Al respecto, es pertinente traer a colación la Sentencia de Unificación 446 del 26
de mayo de 2011, M.P. Jorge Ignacio Pretelt Chaljub; donde confirma la
estabilidad relativa que gozan los empleados nombrados en provisionalidad;
quienes con la respectiva motivación del acto administrativo pueden ser retirados
del cargo, para dar acceso a un empleado de carrera. Situación que no trasgrede
ningún derecho, ya que se está en frente a un mejor derecho, que es el que cobija
a las personas que superaron el concurso de méritos.
Ahora bien, respecto de (i) las madres y padres cabeza de familia; (ii)
prepensionados y; (iii) personas en situación de debilidad manifiesta; existe la
obligación de los agentes estatales de otorgar un tratamiento prevalente, mediante
mecanismos que les garanticen ser las ultimas en ser desvinculadas, sin que por
esto se pueda sostener que por dicho privilegio se les está invistiendo de un
derecho indefinido en el empleo de carrera, ya que prevalece el mejor derecho,
esto es, el de quien ganó el concurso público de méritos.
En recientes pronunciamientos ha sido ratificada la anterior postura, verbo y
gracia, en Sentencia T-373/17, M.P. Cristina Pardo Schlesinger; se manifestó de la
siguiente manera:
Ahora bien, esta Corporación ha reconocido que cuando un funcionario
ocupa en provisionalidad un cargo de carrera y es, además, sujeto de
especial protección constitucional, “concurre una relación de dependencia
intrínseca entre la permanencia en el empleo público y la garantía de sus
derechos fundamentales, particularmente el mínimo vital y la igualdad de
oportunidades. De allí que se sostenga por la jurisprudencia que la eficacia
de esos derechos depende del reconocimiento de estabilidad laboral en
aquellos casos, a través de un ejercicio de ponderación entre tales
derechos y los principios que informan la carrera administrativa.
Si bien estas personas no tienen un derecho a permanecer de manera
indefinida en el cargo, pues este debe proveerse por medio de un concurso
de méritos, sí debe otorgárseles un trato preferencial como acción
afirmativa, antes de efectuar el nombramiento de quienes ocuparon los
primeros puestos en la lista de elegibles del respectivo concurso de méritos,
con el fin de garantizar el goce efectivo de sus derechos fundamentales (ST
373, 2017)
En cuanto a la estabilidad laboral relativa de los empleados en provisionalidad,
expresó que,
(…) la Corte Constitucional ha señalado algunas medidas que pueden
adoptarse para garantizar los derechos fundamentales de quienes ameritan
una especial protección constitucional por estar en condiciones de
vulnerabilidad. Por ejemplo, en la sentencia de unificación SU-446 de 2011,
esta Corporación hizo un pronunciamiento en torno a la relación existente
entre la provisión de cargos de carrera mediante concurso de méritos y la
protección especial de las personas que ocupan dichos cargos en
provisionalidad y se encuentran en circunstancias especiales tales como las
madres y padres cabeza de familia, prepensionados o personas en
situación de discapacidad (ST 373, 2017)
Concluye arguyendo que respecto de aquellas personas que se encuentran en
condición de debilidad manifiesta, deben observarse unos requisitos propios de la
estabilidad relativa, “entre ellos (i) la adopción de medidas de acción afirmativa
tendientes a proteger efectivamente el especial contexto de las personas
vinculadas en provisionalidad, y (ii) la motivación del acto administrativo de
desvinculación” (ST 373, 2017)
En este trato preferencial que cobija a las personas objeto de especial protección
constitucional, radica la planteada, toda vez, que a pesar de no equiparársele a un
cargo de carrera, ofrece un trato prevalente, que, sin desconocer la transitoriedad
de esta figura, ha ampliado su espectro proteccionista al definir que se deben (…)
Adoptar las medidas necesarias para que sean los últimos en ser
desvinculados del servicio publico y, en el evento en que existan vacantes
disponibles en cargos iguales o equivalentes a los que venían ocupando,
nombrarlos en provisionalidad mientras se realiza un nuevo concurso. De
no ser posible esta última solución, siempre que la situación de debilidad
manifiesta derive de una grave afección de salud, habrá de mantenerse su
afiliación al Sistema de Seguridad Social en Salud hasta que finalicen los
tratamientos médicos necesarios para su recuperación o dicha obligación
sea asumida por otro empleador (ST-096/18) [y] cuando con fundamento en
el principio del mérito surja en cabeza del nominador la obligación de
nombrar de la lista de elegibles a quien superó las etapas del concurso, en
un cargo de carrera ocupado en provisionalidad por un sujeto de especial
protección como los padres o madres cabeza de familia, limitados físicos,
psíquicos o sensoriales y prepensionados, en aplicación de medidas
afirmativas dispuestas en la constitución, y en la materialización del
principio de solidaridad social, se debe proceder con especial cuidado
previendo dispositivos tendientes a no lesionar sus derechos y en caso de
no adoptarse tales medidas, de ser posible, han de ser vinculados de nuevo
en provisionalidad en un cargo similar o equivalente al que venían
ocupando, de existir la vacante, siempre y cuando demuestren una de esas
condiciones, tanto para la época de su desvinculación, como en el
momento del posible nombramiento (ST-373/17).
Situaciones que han aumentado las exigencias para la administración, ya que
paulatinamente se han ampliado los deberes o supuestos para que el nominador
pueda desvincular a un empleado vinculado mediante la provisionalidad; lo que
desemboca en la llamada “discriminación positiva” o “discriminación
jurisprudencial”, por cuenta de la elevada y marcada protección de los derechos
fundamentales, que convierte a los protegidos en victima de la misma protección.

Conclusión
Los empleados públicos que se encuentran vinculados a la administración bajo la
figura de la provisionalidad gozan, en términos generales, administrativos y
jurisprudenciales, de una estabilidad laboral intermedia, que si bien es cierto, no
les garantiza una permanencia total en las plazas que ocupan, les brinda la
garantía por lo menos de que la causa por la que se les desvincula, sea justa, y
por ende el acto que así lo dispone sea debidamente motivado.
En Colombia, la ley permite que cuando exista una vacancia definitiva o temporal,
o si por razones del servicio se requiera del personal pertinente para que la
administracion preste los servicios necesarios y obligatorios, se puede hacer uso
de la vinculacion de aquellos a través de la provisionalidad, mientras que estos
mismos cargos se proveen o son ocupados en propiedad, por aquel que supere el
concurso de méritos dentro de la carrera administrativa.
Si bien es cierto, no existe una regulación normativa o taxativamente demarcada
en la ley, sobre los empleados provisionales, su desarrollo o protección en cuanto
a la estabilidad laboral en si, le ha correspondido a las altas cortes, haciendo el
análisis a través de casos particulares, donde se han visto conculcados derechos
fundamentales de aquellos funcionarios que de manera caprichosa y arbitraria han
sido desvinculados de la administración, sin que medie un acto motivado o el
cargo valla a ser ocupado por quien haya superado satisfactoriamente el
respectivo concurso de méritos.

Algunos funcionarios vinculados mediante provisionalidad, adquieren en cuanto su


condición específica personal llámese enfermedad terminal, embarazo o
discapacidad, una posición privilegiada a la hora de ser desvinculados de la
administración por los mecanismos legales previstos, en el sentido de que deben
ser reubicados siempre y cuando dentro de la misma entidad exista una plaza con
las mismas condiciones en la que en la actualidad se encuentra, de no ser así
procede su desvinculación sin que pueda alegar a su favor y por su condición una
estabilidad laboral reforzada que le permita a futuro un reintegro.

Referencias

Normativa:

Artículo 5 [título I] de la Ley 909 de 2004. [Congreso de la República] Por la cual se


expiden las normas que regulan el empleo público, la carrera administrativa,
gerencia pública, y se dictan otras disposiciones. 23 de septiembre de 2004.
Consejo de Estado. Sección Segunda, Subsección “A”. Sentencia de 19 de julio de
1993 Rad. 5083, C.P Clara Forero de Castro; 19 de julio de 1993.
Consejo de Estado. (Sección Segunda, Subsección “A”. Sentencia del 13 de marzo
de 2003 Rad. 1998-1834. C.P Tarsicio Cáceres Toro. 13 de marzo de 2003.
Consejo de Estado. Sección Segunda Subsección “B”. Sentencia de 9 de marzo del
2017, Rad.2012-00267. C.P Sandra Lisset Ibarra Vélez. 9 de marzo de 2017.
Consejo de Estado. Sección Segunda Subsección “B”. Sentencia de 30 de abril de
2014, Rad. 2008-01079. C.P Bertha Lucía Ramírez de Páez. 30 de abril de 2104.
Consejo de Estado. Sección Segunda, Subsección “B”. Sentencia del 20 de junio
de 2002, Rad. 1999-3487. C.P Ana Margarita Olaya Forero. 20 de junio de 2002.
Consejo de Estado. Sección Segunda. Sentencia de 23 de septiembre de 1993,
Rad.2005-01341. C.P Gerardo Arenas Monsalve. 23 de septiembre de 1993.
Constitución Política de Colombia. 1991.
Corte Constitucional de Colombia. Sentencia C-431 de 2010 (M.P. Mauricio
González Cuervo: 02 de junio de 2010).
Corte Constitucional de Colombia. Sentencia SU 917 de 2010 (M.P. Jorge Iván
Palacio Palacio: 16 de noviembre de 2010).
Corte Constitucional de Colombia. Sentencia SU-250 de 1998 (M.P. Alejandro
Martínez Caballero: 26 de mayo de 1998).
Corte Constitucional de Colombia. Sentencia SU-446 de 2011 (M.P. Jorge Ignacio
Ptretelt Chaljub: 26 de mayo de 2011).
Corte Constitucional de Colombia. Sentencia T-096/2018 (M.P Luis Guillermo
Guerrero Vélez: 20 de marzo de 2018).
Corte Constitucional de Colombia. Sentencia T-1159 de 2005 (M.P. Marco Gerardo
Monroy Cabra: 17 de noviembre de 2005).
Corte Constitucional de Colombia. Sentencia T-373/2017 (M.P Cristina Pardo
Schlesinger: 8 de junio de 2017).
Corte Constitucional de Colombia. Sentencia T-605 de 2013 (M.P. Alberto Rojas
Ríos: 28 de agosto de 2003).
Corte Constitucional de Colombia. Sentencia T-614 de 2017 (MP Antonio José
Lizarazo Ocampo: 04 de octubre de 2017).
Corte Constitucional de Colombia. Sentencia T-752 de 2003 (M.P. Clara Inés
Vargas Hernández: 28 de agosto de 2003).
Corte Constitucional de Colombia. Sentencia T-800 de 1998 (MP Vladimiro Naranjo
Mesa: 14 de diciembre de 1998).
Decreto 1227 de 2005 [Congreso de la República]. Por la cual se reglamenta
parcialmente la ley 909 de 2004 y el decreto ley 1567 de 1998. 21 de abril de 2005.
Decreto 1572 de 1998 [Consejo de Estado, Sala de Consulta y Servicio Civil] Por el
cual se reglamenta la Ley 443 de 1998 y el Decreto - Ley 1567 de 1998. 5 de agosto
de 1998.
Decreto 2329 de 1995 [Congreso de la República]. Por la cual se reglamenta el
capitulo I del
Decreto 1222 de 1993, los artículos 7 y 10 y se dictan otras disposiciones. 29 de
diciembre de 1995. DO: 42.167.
Decreto 2400 de 1968 [Presidencia de la República] Por el cual se modifican las
normas que regulan la administración del personal civil y se dictan otras
disposiciones. 19 de septiembre de 1968
Ley 27 de 1992. Por la cual se desarrolla el artículo 125 de la Constitución Política,
se expiden normas sobre administración de personal al servicio del Estado, se
otorgan unas facultades y se dictan otras disposiciones. 23 de diciembre de 1992.
Ley 36 de 1982. Por el se modifica parcialmente el inciso final del artículo 5°., del
Decreto extraordinario numero 2400 de 1968. 22 de noviembre de 1982.
Ley 443 de 1998. Derogada por el art. 58, Ley 909 de 2004, con excepción de los
arts. 24, 58, 81 y 82. Reglamentada por el Decreto Nacional 1572 de 1998. Por la
cual se expiden normas sobre carrera administrativa y se dictan otras disposiciones.
11 de junio de 1998.
Ley 61 de 1987. Por la cual se expiden normas sobre la Carrera Administrativa y se
dictan otras disposiciones. Diciembre 30 1987.

Libros:
Camacho Ramírez, Adriana; Romero Ramos María Catalina (2018) De estabilidad
laboral relativa, ¿a la estabilidad laboral absoluta? Estabilidad laboral reforzada en
el empleo. Bogotá, Colombia: Universidad del Rosario.

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