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ALEGATOS DE CONCLUSIÓN

Señor Juez, en mi condición de Abogada de la parte actora; me permito exponer ante el


Despacho a su cargo, los Alegatos de Conclusión dentro de la presente litis, los que coloco a
consideración del Despacho para lo procedente.

De acuerdo a lo dispuesto a la prescripción o usucapión, es, por excelencia, el modo originario


de adquirir el dominio, que la doctrina ha definido como “El transcurso de tiempo que da
nacimiento a la propiedad y sus desmembraciones por una posesión continuada de una cosa,
se denomina prescripción adquisitiva, y mejor aún, usucapión” 1. En este orden de ideas, por
medio de la prescripción se adquiere el dominio de las cosas ajenas por el simple hecho de
haberlas poseído durante el lapso de tiempo que la ley determina.

La Ley sustancial distingue entre la prescripción adquisitiva ordinaria (artículo 2529 del Código
Civil, modificado por el artículo 4º de la Ley 791 de 2002) y la extraordinaria (artículo 2532 del
Código Civil, artículo 1º de la Ley 50 de 1936 y, artículo 7º de la Ley 791 de 2002).

La prescripción de corto tiempo u ordinaria, para usucapir bienes inmuebles, requiere de cinco
años de posesión real, material, pacífica, pública e ininterrumpida por un término de 5 años y la
posesión de buena fe, es decir, con la convicción de que el tradente era el verdadero dueño del
bien que se pretende usucapir.

Por su parte, la usucapión de largo tiempo o extraordinaria, requiere el mero lapso de posesión
ininterrumpida, pacífica, real, material y pública del inmueble por un término de 10 años.

Ahora bien, para que el fenómeno de la prescripción opere, es necesario que la posesión,
definida como “la tenencia de una cosa determinada con ánimo de señor o dueño, sea que el
dueño o el que se da por tal, tenga la cosa por sí mismo, o por otra persona que la tenga en
lugar y a nombre de él {…} el poseedor es reputado dueño, mientras otra persona no justifique
serlo”2 cumpla con unos requisitos, a saber: i) el corpus o aprehensión física, que implica el
tener la cosa y, ii) el animus, que supone la voluntad, actuar, pensar y referir frente a la cosa
como señor y dueño. De esta forma, para que se pueda usucapir un bien, es necesario que el
poseedor reúna esos dos elementos esenciales de la posesión.

En este sentido, la Sala de Casación Civil de la Corte Suprema de Justicia, en sentencia de


octubre 29 de 2001, dentro del expediente 2001, manifestó que “La posesión, presupuesto
fundamental de la prescripción adquisitiva, supone la conjugación de dos elementos, uno de
carácter externo consistente en la aprehensión física o material de la cosa (corpus), y otro
intrínseco traducido en la voluntad de tenerla como dueño (ánimus), condición esta que se
deduce de la comprobación de hechos externos indicativos de esa intención, concretamente,
con la ejecución de actos de señorío”.

Así pues, frente a la parte del inmueble que se pretende por esta demanda usucapir, es
evidente que mi prohijada ha ejercido de manera pacífica, ininterrumpida, real, material y
públicamente, actos de señor y dueño, así como también han realizado la aprehensión material
del Inmueble ubicado en la Carrera 45 No. 2-25, actual nomenclatura urbana Carrera 41 A No.
1 G – 23 del Barrio Jazmín, de la ciudad de Bogotá, con folio de matrícula número 50C-
1201978 de la Oficina de Instrumentos Públicos de Bogotá, hecho que se evidencia, revisado el
cuerpo de la demanda, de la lectura desprevenida del numeral 5º de los hechos, se establece
sin hesitación alguna, que la aquí demandante ingresó al inmueble, cuando era una casa lote
en el mes de diciembre de 1985 junto con su cónyuge OMAR HERNADO URIBE
MALDONADO, quien es hijo de la demandada ROSA ELENA MALDONADO DE URIBE, quien
aparece como titular del derecho de dominio sobre el referido predio; por lo que se concluye
que mi poderdante llegó al inmueble en virtud del vínculo de afinidad que tenía con la señora
demandada, así mismo como las pruebas documentales y testimoniales allegadas dentro del
proceso, declarándose como única dueña a la señora MERY PARRA RODRIGUEZ, por medio
de la prescripción adquisitiva extraordinaria.

1 Valencia Zea, Arturo, “La Posesión”. Editorial Temis, Bogotá D.C., 1978.
2 Código Civil, arts. 66, 762, 787, 2518, 2528 y artículo 1 de la Ley 1183 de 2008.
Por otra parte, pertinente es para el caso plantear los elementos que la doctrina y la
jurisprudencia han considerado necesarios para obtener la declaración de pertenencia por parte
del juez, a saber:

“a) Posesión material sobre la cosa que se pretende usucapir.

b) Que dicha posesión se ejerza durante el lapso dispuesto por la ley sin reconocer dominio
ajeno (20 años. Art. 1 Ley 50 de 1936 –hoy día, 10 años-). Esta posesión consiste en la
ejecución de actos continuos y positivos de dueño traducidos en la explotación económica del
bien, situación que, en todo caso, debe demostrarse plenamente.

c) Que la posesión ocurra ininterrumpidamente durante el lapso dispuesto por la ley. Cabe
aclarar que esta continuidad consiste en la sucesión regular de dichos actos, a intervalos
suficientes para que no haya lagunas. No es que se requiera el manejo y uso constante de la
cosa, a todo momento y sin intervalos; la continuidad resulta de una serie de hechos cumplidos
a espacios normales, como podría realizarlos un propietario cuidadoso con el ánimo de obtener
del bien todo el provecho posible.

d) Que el bien sea susceptible de adquirirse por prescripción; esto es, que no sea de los que la
ley prohíbe adquirir mediante este modo”3.

Así las cosas, pasemos a evaluar el cumplimiento por parte de mis poderdantes de los
requisitos anteriormente mencionados:

Frente al primer requisito, como se manifestó, se ejerce la posesión real y material del inmueble
identificado en los hechos, y cuyos linderos también fueron previamente relacionados. De igual
forma, hasta la fecha, mi poderdante ha ejercido posesión real y material, como se demostrará
con los testimonios que así lo ratifican y con la inspección judicial que el señor juez realizará.

En cuanto al segundo requisito, como se mencionó anteriormente, desde hace más de veinte
(20) años, se viene ejerciendo la posesión del inmueble que se pretende usucapir, hecho que
inexorablemente implica, ha cumplido con la dualidad de elementos que implica la posesión, es
decir, con el corpus y el ánimus. Así pues, a la fecha ha transcurrido más de veinte (20) años,
en los cuales mi poderdante ha ejercido material, real, pública, pacífica e ininterrumpidamente
la posesión del inmueble, realizando actos de señor y dueño.

En relación con el tercer requisito, desde la fecha en que se entró real y materialmente en
posesión, esto es, desde hace más veinte (20) años. Como se demostrará dentro del trascurso
de la demanda, implica que mi prohijada ha pretendido, en su calidad de poseedora, obtener el
mayor provecho del inmueble objeto de la presente pretensión.

Finalmente, frente al cuarto requisito, la ley ha establecido que los bienes que no son
susceptibles de adquirir por prescripción son: i) Los que están por fuera del comercio; excluidos
los embargados por decreto judicial; ii) los bienes de uso público; iii) los bienes estatales; iv) los
bienes fiscales adjudicables; v) los ejidos municipales; vi) los bienes fiscales no adjudicables;
vii) las vías de comunicación terrestre y acuáticas; viii) las corrientes de agua que corren por
cauces naturales, si atraviesan más de una finca, y los lagos y lagunas cuyos límites no se
encuentren dentro de una misma heredad; ix) las costas marítimas; x) la atmósfera; xi) la fauna
y la flora silvestre; xii) los recursos naturales renovables; xiii) los playones y sabanas comunales
y; xiv) los bienes de interés cultural de propiedad de entidades públicas.

Visto lo anterior, el inmueble que se pretende usucapir no se ubica dentro del plexo de bienes
que son imprescriptibles, razón por la cual mi poderdante reúne los requisitos para que el juez
los declare propietaria por prescripción adquisitiva de dominio.

Ahora bien, es importante y necesario resaltar que, al ser la usucapión un modo originario de
adquirir el dominio y por surgir un nuevo folio de matrícula sobre el inmueble que actualmente
posee mi representada, los derechos reales y personales que sobre él recaigan estarán
destinados a desaparecer.

Así las cosas, señor Juez, dado que mi representada ha realizado la posesión pacífica, quieta,
real, material e ininterrumpida, deberá declararse como propietaria del inmueble identificado en

3 Tribunal Superior de Bogotá, Sentencia de marzo 16 de 2001, M.P. Carlos Julio Moya
Colmenares.
las pretensiones de la demanda, así como también deberán declararse extintos todos los
gravámenes, reales o personales, que recaigan sobre dichos bienes.

De la señora Juez,

Atentamente,

JACKELINE CEPEDA SANTAMARÍA


C.C. No 63´318.678 de Bucaramanga
T.P: No 205.047 del C. S. de la J.

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