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Ciclo de vida del desarrollo humano

LICENCIATURA
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PSY375 | Ciclo de vida del desarrollo humano
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Semana 3

Desarrollo humano: niñez

En este documento se describirán las principales características de desarrollo que ocurren en la etapa de la niñez. Se
presentan dos apartados, uno correspondiente a la niñez temprana que comprende de los tres a los seis años, y el
otro correspondiente a la niñez media que abarca de los seis a los once años de edad. En cada uno de los apartados
se analizarán los aspectos del desarrollo físico, cognitivo y social más relevantes en esta etapa del ciclo vital.

Niñez temprana (de 3 a 6 años de edad)

Si bien el desarrollo del cerebro es mayor durante la infancia, en la niñez temprana su crecimiento continúa de tal
forma que la densidad de las sinapsis en la corteza prefrontal alcanza su punto más alto a los cuatro años. Es más, o
menos a esa edad que ocurre una mielinización progresiva de las fibras del cuerpo calloso, la cual permite una
transmisión más rápida de la información y una mejor integración entre los hemisferios derecho e izquierdo. Este
desarrollo, que continúa hasta los 15 años, contribuye a mejorar funciones como la coordinación de los sentidos,
procesos de memoria, atención y activación, así como el habla y la audición. Entre los tres y los seis añ os el
crecimiento más rápido ocurre en las áreas frontales que regulan la planeación y organización de las acciones. De los
seis a los 11 añ os, el crecimiento más rápido ocurre en el área que sostiene principalmente el pensamiento asociativo,
el lenguaje y las relaciones espaciales.

Por su parte, el desarrollo de las áreas sensoriales y motoras de la corteza cerebral permite una mejor coordinación
entre lo que los niñ os quieren y lo que pueden hacer. Los preescolares hacen grandes progresos en las habilidades
motoras gruesas, como correr y saltar, que involucran a los músculos largos. El grado de destreza de los niñ os difiere
en función de su dotación genética y de sus oportunidades para aprender y practicar las habilidades motoras. A esta
edad, la mayori ́a de los niñ os no está listo para participar en deportes organizados pues su desarrollo fi ́sico se adecua
mejor en el juego libre activo. Así mismo, la mejora de habilidades motoras finas permite al niñ o asumir mayor
responsabilidad en su cuidado personal, ya que dichas habilidades le permitirán realizar acciones como como
abotonar camisas y dibujar.

Otra de las habilidades que se desarrollan durante la niñez temprana es la lateralidad manual, la cual se refiere a la
preferencia por el uso de una mano en lugar de la otra, y suele ser muy evidente alrededor de los tres añ os. Dado
que el hemisferio izquierdo (que controla el lado derecho del cuerpo) suele ser el dominante, la mayori ́a de las
personas utiliza más el lado derecho. En las personas cuyo cerebro es funcionalmente más simétrico, suele dominar
el hemisferio derecho, lo que las convierte en zurdas. La lateralidad no siempre está tan bien definida, incluso una
teori ́a propone la existencia de un único gen para explicar la lateralidad derecha. De acuerdo con esta teori ́a, las
personas que heredan este gen de uno o ambos padres (alrededor de 82% de la población) son diestras. Quienes no
heredan ese gen tienen una probabilidad de 50% de ser diestros, zurdos o ambidiestros.

Influencias ambientales en el desarrollo de la niñez temprana

Es un hecho que algunos niñ os sufren más enfermedades o lesiones que otros, e incluso algunos parecen tener una
predisposición genética a presentar problemas de salud. Sin embargo, existe una gran influencia de factores
ambientales sobre el desarrollo infantil. Por ejemplo:

Nivel socioeconómico (NSE) y origen étnico Mientras más baja sea la posición económica de la familia, mayor será el
riesgo de un niñ o de sufrir enfermedades, lesiones y muerte. Los niñ os pobres son más propensos que otros a sufrir
enfermedades crónicas y limitaciones de la actividad, a carecer de seguro médico y a que no se satisfagan sus
necesidades médicas y dentales.
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Exposición al tabaquismo, la contaminación y el plomo.

El dañ o potencial ocasionado por la exposición al tabaco es mayor durante los primeros añ os de vida. Los niñ os
expuestos al tabaquismo de los padres corren mayor riesgo de sufrir infecciones respiratorias como bronquitis y
neumoni ́a, problemas auditivos, empeoramiento del asma y crecimiento pulmonar más lento. Por su parte, los
contaminantes ambientales también desempeñ an un papel en padecimientos en la niñ ez como ciertos tipos de
cáncer, trastornos neurológicos, trastorno por déficit de atención con hiperactividad y retraso mental. Los niñ os
pueden presentar concentraciones elevadas de plomo si consumen comida o agua contaminada, si están expuestos
a los desperdicios industriales transportados por el aire, por llevarse a la boca los dedos sucios, por inhalar polvo o
jugar con objetos recubiertos por pintura despostillada con base de plomo. El envenenamiento con plomo puede
interferir con el desarrollo cognoscitivo y provocar problemas neurológicos y conductuales irreversibles, como
jaquecas, dolor abdominal, pérdida de apetito, agitación o aletargamiento, entre otros.

Desarrollo Cognoscitivo

Enfoque piagetano: el niñ o preoperacional

Jean Piaget llamó a la niñ ez temprana etapa preoperacional del desarrollo cognoscitivo porque en ese etapa los niñ os
todavi ́a no están listos para realizar operaciones mentales lógicas. Esta etapa comprende de los dos a los siete añ os
aproximadamente y se caracteriza por un avance en las siguientes habilidades:

1. Uso de símbolos. Los niños no tienen que estar en contacto sensoriomotor con un objeto, persona o evento
para pensar en él.
2. Comprensión de causa y efecto. Los niños se dan cuenta de que los sucesos son motivados por ciertas
causas.
3. Capacidad de clasificar. Organizan los objetos, las personas y los eventos en categorías significativas.
4. Comprensión de número. Pueden contar y trabajar con cantidades.
5. Empatía. Pueden imaginar cómo se sienten los demás.

Ésta última capacidad de empatía se relaciona con un área de estudio que se conoce como Teoría de la mente, la
cual es la conciencia de la amplia variedad de estados mentales humanos (creencias, intenciones, deseos, sueñ os,
etc.) y la comprensión de que otros poseen sus propias creencias, deseos e intenciones distintivas. Tener una teori ́a
de la mente nos permite entender y predecir la conducta de otros y dar sentido al mundo social. Piaget (1929) fue
el primer estudioso en investigar la teori ́a de la mente de los niñ os, su incipiente conciencia de sus procesos mentales
y los de otras personas. Hizo a los niñ os preguntas como “¿De dónde vienen los sueñ os?” y “¿Con qué piensas?” A
partir de las respuestas llegó a la conclusión de que los niñ os menores de seis añ os no pueden distinguir entre los
pensamientos o sueñ os y las entidades fi ́sicas, y que no tienen una teori ́a de la mente. Sin embargo, investigaciones
más recientes indican que entre los dos y los cinco añ os, el conocimiento de los niñ os sobre los procesos mentales
aumenta de manera notable.

Poco después de los trabajos de Piaget, Vygotsky propuso que existe una brecha entre lo que los niños ya son capaces
de hacer y lo que todavía no están del todo listos para realizar por sí mismo. A esta brecha la denominó Zona de
desarrollo próximo (ZDP) y plantea que los niñ os aprenden mediante la internalizació n de los resultados de las
interacciones con los adultos.

La zona de desarrollo próximo, en combinación con el concepto relacionado de andamiaje (“apoyo”), puede ayudar
a padres y maestros a dirigir de manera eficiente el progreso cognoscitivo de los niñ os. Mientras menos capaz sea
un niñ o de realizar una tarea, más dirección debe darle un adulto. A medida que el niñ o puede hacer cada vez más,
el adulto ayuda cada vez menos. Cuando el niñ o puede hacer el trabajo por si ́ solo, el adulto elimina el andamiaje
que ya no es necesario. Los padres pueden ayudar a sus hijos a responsabilizarse de su aprendizaje cuando permiten
que tomen conciencia y supervisen sus propios procesos cognoscitivos, y también reconozcan cuándo necesitan
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ayuda. Se ha observado que los pequeñ os que reciben andamiaje antes de asistir al jardi ́n de niñ os regulan mejor su
aprendizaje cuando ingresan a él.

Niñez media (de los 6 a los 11 años de edad)

Durante la niñ ez media, la velocidad del crecimiento se reduce de manera considerable. Sin embargo, si bien los
cambios que ocurren di ́a tras di ́a no son tan evidentes, su suma establece una diferencia sorprendente entre los
niñ os de seis añ os, que todavi ́a son pequeñ os, y los de 11, muchos de los cuales empiezan a parecerse a los adultos.
Entre los seis y los 11 añ os los niñ os crecen entre cinco y siete centi ́metros y medio y casi duplican su peso.

Para sostener su crecimiento continuo y esfuerzo constante, los escolares necesitan consumir, en promedio, 2 400
calori ́as cada di ́a. La necesidad de sueñ o disminuye de aproximadamente once horas al di ́a a los cinco añ os a poco
más de diez horas a los nueve y a unas nueve horas a los trece añ os de edad. El sueñ o insuficiente se asocia con
diversos problemas de ajuste social y este efecto es particularmente marcado en el caso de los niñ os provenientes
de hogares con bajo nivel socioeconómico.

Los cambios en la estructura y funcionamiento del cerebro en la niñez media incrementan la velocidad y eficiencia
de los procesos cognitivos y mejoran la capacidad para descartar la información irrelevante.

Un cambio maduracional importante en esta etapa que se aprecia con claridad en los estudios de neuroimagen es la
pérdida en la densidad de la materia gris (este proceso refleja la poda de las dendritas que no se utilizan) y el
incremento constante de la materia blanca, los axones o fibras nerviosas que transmiten información entre neuronas
a regiones distantes del cerebro. Entre los seis y los trece añ os, tiene lugar un sorprendente crecimiento de las
conexiones entre los lóbulos temporal y parietal. Asímismo, en esta etapa se observan cambios en el grosor de la
corteza cerebral. Los investigadores han observado un engrosamiento de la corteza entre los cinco y once añ os de
regiones de los lóbulos temporal y frontal. Al mismo tiempo, ocurre un adelgazamiento de la parte posterior de la
corteza frontal y parietal del hemisferio izquierdo del cerebro. Este cambio se correlaciona con un mejor desempeñ o
de la parte de vocabulario de las pruebas de inteligencia.

Influencias ambientales en el desarrollo de la niñez media

Las influencias más importantes en esta etapa del desarrollo provienen de la atmó sfera familiar:

Problemas de la crianza: En el curso de la niñ ez se produce un cambio gradual en el control que los padres ejercen
sobre la conducta de su hijo. Los padres suelen modificar el uso que hacen de la disciplina fi ́sica a medida que los
niñ os crecen. Por lo general, el uso del castigo corporal se asocia con resultados negativos para los niñ os. Es verdad
que algunos padres nunca recurren al castigo físico, sin embargo, incluso para los que si ́ practican el castigo fi ́sico, el
uso de dichas técnicas tiende a disminuir a medida que los niñ os se hacen mayores y sus capacidades de
razonamiento aumentan. Los padres que siguen usando las palizas como técnica disciplinaria después de los diez
añ os son los que más adelante suelen tener las peores relaciones con sus hijos adolescentes asi ́ como hijos
adolescentes con los peores problemas de conducta.

Efectos del trabajo de los padres: La mayor parte de los estudios del efecto del trabajo de los padres en el bienestar
de los niñ os se ha concentrado en las madres que trabajan. En general, entre más satisfecha esté la madre con su
condición laboral, más eficaz puede ser como progenitora. Sin embargo, el efecto del trabajo de la madre depende
de muchos otros factores. La forma en que el tiempo que dedica al trabajo afecte a sus hijos, puede depender del
tiempo y energi ́a que le quedan para dedicárselos y el tipo de modelo que ella es para sus hijos. Una buena
supervisión de los padres sobre sus hijos puede ser más importante que el hecho de que la madre trabaje por un
salario.

Pobreza y crianza: Los niñ os pobres son más proclives que otros a tener problemas emocionales o de conducta, y su
potencial cognoscitivo y rendimiento escolar se ven incluso más afectados. La pobreza puede perjudicar el desarrollo
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de los niñ os a través de su efecto en el estado emocional de los padres, sus prácticas de crianza y el ambiente familiar
que ellos establecen. Es probable que los padres que viven en la pobreza sean ansiosos, depresivos e irritables, lo
cual puede hacerlos menos afectuosos y sensibles con sus hijos.

Es factible que su disciplina sea poco consistente, severa y arbitraria. Los niñ os tienden a su vez a deprimirse, a tener
dificultades para llevarse bien con los pares, a carecer de confianza en si ́ mismos, a desarrollar problemas
conductuales y académicos y a participar en actos antisociales.

Por fortuna, la crianza efectiva puede proteger a los niñ os de los efectos de la pobreza. Las intervenciones familiares
que reducen el enojo y el conflicto familiar a la vez que incrementan la cohesión y la calidez son muy beneficiosas.
Los padres que pueden recurrir a familiares o a recursos de la comunidad para recibir apoyo emocional, ayuda para
el cuidado de los niñ os e información sobre la crianza pueden educar mejor a sus hijos.

DESARROLLO COGNOSCITIVO

Enfoque piagetano: el niñ o de las operaciones concretas

De acuerdo con Piaget, más o menos a los siete añ os los niñ os entran a la etapa de las operaciones concretas en la
que pueden realizar operaciones mentales, como los razonamientos, para resolver problemas concretos (reales). Los
niñ os piensan de manera ló gica porque ya son capaces de considerar múltiples aspectos de una situación. Sin
embargo, su pensamiento todavi ́a está limitado a las situaciones reales del aqui ́ y ahora.

En la etapa de las operaciones concretas los niñ os tienen una mejor comprensión que los niñ os preoperacionales de
los conceptos espaciales, la causalidad, la categorización, los razonamientos inductivo y deductivo, la conservación y
el número. En esta etapa, se destaca el avance de las siguientes habilidades:

1. Pensamiento espacial. Los niños tienen una idea más clara de qué tan lejos está un lugar de otro y cuánto
tiempo se emplea para llegar ahi ́, y también les resulta más sencillo recordar la ruta y los puntos de
referencia que existen en el camino. Tanto la capacidad para usar mapas y modelos como la de comunicar
información espacial mejoran con la edad.
2. Razonamiento inductivo y deductivo. De acuerdo con Piaget, los niñ os que están en la etapa de las
operaciones concretas sólo utilizan el razonamiento inductivo. A partir de observaciones de miembros
particulares de una clase de personas, animales, objetos o sucesos, sacan conclusiones generales acerca de
la clase como un todo. Por su parte, el razonamiento deductivo, que según Piaget só lo se desarrolla en la
adolescencia, empieza con una afirmación (premisa) general acerca de una clase y la aplica a todos sus
miembros particulares.
3. Conservación. Los niñ os que se encuentran en la etapa de las operaciones concretas pueden calcular
mentalmente la respuesta cuando resuelven varios tipos de problemas de conservación; no tienen que
medir o pesar los objetos. Por lo general, los niñ os pueden resolver problemas que implican conservación
de la materia más o menos a los siete u ocho añ os. Sin embargo, en las tareas que involucran conservación
de peso no suelen dar la respuesta correcta sino hasta los nueve o diez añ os. En las tareas que entrañ an
conservación de volumen las respuestas correctas son raras antes de los 12 añ os. En esta etapa el
pensamiento de los niñ os es tan concreto, tan ligado a una situación particular, que no les resulta sencillo
transferir lo que han aprendido acerca de un tipo de conservación a otro tipo, aunque los principios
subyacentes sean los mismos.
4. Número y matemáticas. A los seis o siete añ os, muchos niñ os pueden contar mentalmente. También
aprenden el conteo ascendente: para sumar 5 y 3, empiezan en 5 y luego continúan con 6, 7 y 8 para sumar
el 3. Pueden necesitar dos o tres añ os más para realizar una operación comparable para la resta, pero a los
nueve añ os la mayori ́a de los niñ os pueden contar hacia arriba a partir del número menor o hacia abajo a
partir del número mayor para obtener la respuesta.
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El crecimiento cognoscitivo que tiene lugar durante la niñ ez media permite a los niñ os desarrollar conceptos más
complejos de si ́ mismos y mejorar la comprensión y el control emocional. A medida que los niñ os crecen, toman más
conciencia de sus sentimientos y de los de otras personas. Pueden regular o controlar mejor sus emociones y
responder al malestar emocional de otros.

En la niñ ez media los niñ os tienen conciencia de las reglas de su cultura relacionadas con la expresión emocional
aceptable. Los niñ os aprenden qué les hace enojarse, sentir temor o tristeza y la manera en que otras personas
reaccionan ante la manifestación de esas emociones, y aprenden a comportarse en consecuencia. Los niñ os
prosociales suelen comportarse de manera apropiada en las situaciones sociales, estar relativamente libres de
emociones negativas y afrontar los problemas de modo constructivo.

Fuente de consulta

 Papalia, D., Wendkos, S., & Duskin, R. (2017). Psicología del Desarrollo (13th ed.). McGraw-Hill.

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