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Carrera

Psicología educativa

Asignatura
Introducción a la Psicoterapia

Tema
Trabajo final

Facilitador
Cesarina García, ma

Participantes
Ana María Ruane Reyes

Matricula
100037804

Fecha
18/03/2022
Índice

Introducción……………………………………………………………3
Desarrollo……………………………………………………………...4
Trastornos obsesivo-compulsivos…………………………………..4
Trastornos de ansiedad en adultos y adolescentes………………7
Características clínicas del trastorno de ansiedad en adultos…..11
Caso de una paciente evaluada…………………………………….14
Objetivo del programa psicoterapéutico para el trastorno obsesivo
compulsivo……………………………………………………………..15
A modo de resumen…………………………………………………..16
Diagnostico…………………………………………………………….18
Las técnicas de psicoterapia, que desde mi rol como futura psicóloga podría utilizar
para tratar el Trastorno Obsesivo-Compulsivo y el Trastorno de Ansiedad en adultos y
adolescentes……………………………………………………………18
Conclusión………………………………………………………………22
Bibliografía………………………………………………………………24
Introducción

En esta unidad estaré realizando el trabajo final de la presente asignatura Introducción


a la Psicoterapia donde se me pide que explique dos técnicas de psicoterapia, que
desde mi rol como futuro psicólogo pueda utilizar para tratar el Trastorno Obsesivo-
Compulsivo y el Trastorno de Ansiedad en adultos, también se me pide que hable
sobre los objetivos de la técnica psicoterapéutica y en qué área he de trabajar esas
técnicas. El trastorno obsesivo compulsivo, se caracteriza por los pensamientos
irracionales y los temores (obsesiones) que provocan comportamientos compulsivos.

El TOC se caracteriza por la obsesión en asuntos como el miedo a los gérmenes o la


necesidad de organizar ciertos objetos de una manera específica. Los síntomas
pueden manifestarse gradualmente y variar a lo largo de los años.

El trastorno obsesivo-compulsivo es un trastorno crónico (duradero) frecuente que se


caracteriza por tener pensamientos incontrolables y recurrentes esto conlleva a lo que
son las (obsesiones) y estas obsesiones son las que pueden llevar a las personas a
tener comportamientos que son repetitivos convirtiendo estas en (Compulsiones) es
decir que la persona con este trastorno puede actuar por impulsos.

Y según lo investigado el tratamiento para este trastorno incluye lo que son terapia
Conversacional, medicamentos o una combinación de ambos para que el paciente
pueda tener un mejor resultado en los tratamientos aplicados.
Desarrollo

Trastorno Obsesivo-Compulsivo

Trastorno de personalidad obsesivo-compulsivo

El trastorno de personalidad obsesivo-compulsivo se caracteriza por una excesiva


preocupación por el orden, la eficiencia, el perfeccionismo y una marcada tendencia a
la inflexibilidad y rigidez mental (emocional e interpersonal).

La persona con este tipo de trastorno debe «controlarlo todo» a través de una visión
analítica y detallada de la realidad. Necesita puntos de referencia, tiene miedo a los
cambios, falta de humor, es rígido e intolerante especialmente consigo mismo. A
menudo es tacaño y no tira los objetos desgastados y sin valor real o afectivo. Presenta
limitaciones en las relaciones sociales, no tolera los compromisos, prefiere relaciones
autoritarias y tiene pocos amigos.

A menudo es indeciso y obstinado, da muchas


vueltas antes de tomar una decisión por miedo a cometer errores o inexactitudes. Se
dedica muchísimo al trabajo y a la familia, excluyendo cualquier actividad de ocio y las
amistades, presenta mecanismos de defensa obsesivos típicos (contra emociones
como la ira o la dependencia) como el aislamiento, la racionalización, la formación
reactiva y la anulación del afecto.
Las personas con Trastorno de la Personalidad Obsesivo-Compulsivo por lo general
han recibido una educación rígida y presentan una importante falta de confianza en sí
mismos. Durante su infancia, se sentían a menudo no suficientemente valorados y
amados. En algunos casos esto podía depender de las características reales de los
padres, en otros casos el niño puede haber requerido más consuelo y afecto de lo
habitual para percibir la aprobación de los padres y sentirse amado. Como resultado,
en lo profundo de una persona con Trastorno de la Personalidad Obsesivo-Compulsivo
hay una sensación de no ser amado y apreciado, de sentirse herido, enojado y dudar
de sí mismo y de los demás (por esto se debe controlar todo).

Como consecuencia de esta insatisfacción, se genera en la persona tanto ira como


una fuerte necesidad de dependencia. Se tiende a generar un sentido de culpa en los
demás por no estar más disponibles emocionalmente. Dado que el individuo con
trastorno de personalidad obsesivo-compulsivo no puede aceptar emociones como la
ira y la dependencia, se defiende de ellas a través de mecanismos de formación
reactiva y aislamiento del afecto. También la intimidad se convierte en un problema
importante, ya que plantea la necesidad de gestionar emociones intensas de
dependencia, amor, separación, y supondría una «pérdida de control».

El Trastorno de la Personalidad Obsesivo-Compulsivo se puede convertir en un


Trastorno Obsesivo-Compulsivo (Eje I – DSM V – Trastornos de Ansiedad), alterando
seriamente la eficiencia laboral y el funcionamiento social del individuo. Alrededor de
los 55-65 años estas personas pueden presentar mayor riesgo de depresión, cuando
los sueños de su juventud se han visto rotos por la realidad del paso del tiempo
(Gabbard 2002).
El trastorno obsesivo compulsivo es el cuarto en frecuencia de los trastornos
mentales, después de las fobias, las adicciones y la depresión.

En la mayoría de los casos los primeros indicios del trastorno obsesivo compulsivo
empiezan ya en la infancia. Así vemos manías, perfeccionismo o rituales en niños
pequeños. Su desarrollo, si no se trata, es crónico aumentando las obsesiones y
compulsiones con el tiempo, generalmente asociados estos incrementos a eventos
estresantes que se dan en el progreso normal de la vida (pérdidas, desgracias, paro,
enfermedades, etc.) según lo investigado (Makarian y otros, 2010).

A pesar de la gravedad del problema y de la discapacidad que genera, solamente


entre un 35% a un 40% de las personas con trastorno obsesivo compulsivo busca
tratamiento y solamente menos de un 10% recibe un tratamiento basado en la
evidencia (Hannah C. Levy, Carmen P. McLean, Elna Yadin, Edna B. Foa, (2013)) Hay
dos tratamientos que se han mostrado eficaces en el trastorno obsesivo compulsivo: el
farmacológico y la terapia cognitivo conductual.
Trastorno de Ansiedad en adultos y adolescentes

CARACTERÍSTICAS CLÍNICAS DEL TRASTONO DE ANCIEDAD EN


ADOLESCENTES

La ansiedad tiene una vertiente motriz y neurovegetativa, una vertiente


cognoscitiva y de percepción de la realidad, y una vertiente emocional y afectiva.

En la vertiente motriz, la ansiedad se manifiesta en inquietud, desasosiego,


temblor e imposibilidad de permanecer sentado. Otras veces, aunque más
raramente, se traduce en inhibición motriz, con dificultad del adolescente para
hablar o moverse. Los síntomas somáticos de la ansiedad pueden afectar
prácticamente a todos los órganos y sistemas, desde el sistema cardiovascular
al respiratorio, digestivo, piel, endocrino y neurovegetativo. La frecuencia
cardiaca se acelera, disminuye el flujo sanguíneo periférico, se producen
modificaciones en el electroencefalograma, y aparece sudoración, palidez y
temblor.
Las manifestaciones clínicas de la ansiedad varían, además, en función de la
edad y del desarrollo cognoscitivo y emocional del sujeto (Mardomingo, 1994a)
(Pine y Grun, 1999). La inquietud motriz, los trastornos del sueño, la pérdida del
apetito y el llanto inmotivado, son síntomas típicos de los niños pequeños, a los
que se añadirá más adelante la expresión verbal de la angustia, los miedos y
temores, a medida que se desarrolle el lenguaje y la capacidad para expresar
emociones y sentimientos. Las dificultades de atención y concentración, los
problemas de memoria y la lentitud del pensamiento, son síntomas ya propios de
la etapa escolar a los que se añaden los sentimientos de despersonalización y
desrealización en la adolescencia. La despersonalización implica un sentimiento
de extrañeza respecto del propio yo, como si el adolescente se sintiera vacío. En
la desrealización el mundo circundante se percibe como si no existiera, como si
no fuera real y no tuviera vida. La vertiente cognoscitiva de los estados de
ansiedad hace que el sujeto perciba la realidad desde una perspectiva
amenazante, interpretándola como algo permanentemente peligroso. La
dimensión afectiva se traduce en ánimo deprimido y sentimientos de tristeza.

FOBIAS SIMPLES

La fobia siempre consiste en el miedo irreprimible, persistente y difícil de


vencer a un estímulo o situación concretos, y sólo aparece en contacto con ese
estímulo.
Los adolescentes presentan fobias a los animales, la oscuridad, las tormentas, la
sangre, el ascensor, a quedarse solos en la habitación, subir en avión, ir solos
por el pasillo u otras situaciones. La intensidad del miedo varía en función de
determinadas circunstancias como la proximidad o lejanía del estímulo ansioso y
de las características del mismo. La posibilidad de entrar en contacto con el
estímulo fóbico genera en el adolescente una intensa angustia, dando lugar a
una serie de estrategias encaminadas precisamente a evitar esa situación. La
gravedad e intensidad de los síntomas de ansiedad, lo apropiado o no apropiado
del miedo de acuerdo con la edad, y en qué medida la fobia interfiere la vida
cotidiana, son datos fundamentales para el diagnóstico. La fobia para serlo tiene
que cumplir dos criterios: producir en el adolescente un intenso malestar y
suponer una clara limitación para el desarrollo de la vida normal. El paciente
reconoce muchas veces que el temor y la angustia son excesivos e irracionales,
pero no los puede evitar. Cualquier fobia puede darse a cualquier edad, no
obstante hay fobias más frecuentes en unas épocas de la vida que en otras. Son
típicas del niño pequeño las fobias a los animales y a la oscuridad, más adelante
aparecerá la fobia al ascensor o al colegio, y en la adolescencia la fobia a la
sangre o a las heridas, al avión o a las relaciones sociales, síntoma fundamental
de la fobia social tan típica de esta edad (Mardomingo, 1994a, 1994b).

ANSIEDAD A LA SEPARACIÓN

La ansiedad a la separación se inicia en la infancia pero también se da en la


adolescencia y consiste en la angustia intensísima que experimenta el niño
cuando tiene que separarse de los padres o de las personas que le cuidan. Se
trata de una angustia que es desproporcionada a la edad y a la circunstancia y
que puede llegar al pánico. Este temor irracional limita el desarrollo normal de
las actividades cotidianas: ir al colegio, salir con los amigos, ir de excursión,
dormir fuera de casa, ir a un campamento. El adolescente refiere que no puede
separarse de los padres como medida de protección para que no les pase nada
malo, desde tener un accidente del tipo que sea a ponerse enfermos.

Características de la ansiedad a la separación

Comienzo

Antes de los 6 años

Duración

Al menos dos semanas

Intensidad

Desproporcionada a la edad y que Interfiere en la vida cotidiana

Medio familiar

Sobreprotector

Síntomas

– Tristeza
– Apatía
– Llanto
– Dificultades de concentración
– Dificultades de interacción personal y social
– Dolores abdominales
– Náuseas
– Vómitos
– Cefaleas
– Temblores
– Lipotimias
– Vértigos
– Taquicardia
– Crisis de pánico
CARACTERÍSTICAS CLÍNICAS DEL TRASTONO DE ANCIEDAD EN
ADULTOS

Síntomas

Los signos y síntomas de la ansiedad más comunes incluyen los siguientes:

Sensación de nerviosismo, agitación o tensión


Sensación de peligro inminente, pánico o catástrofe
Aumento del ritmo cardíaco
Respiración acelerada (hiperventilación)
Sudoración
Temblores
Sensación de debilidad o cansancio
Problemas para concentrarse o para pensar en otra cosa que no sea la
preocupación actual
Tener problemas para conciliar el sueño
Padecer problemas gastrointestinales (GI)
Tener dificultades para controlar las preocupaciones
Tener la necesidad de evitar las situaciones que generan ansiedad

Existen varios tipos de trastornos de ansiedad:

La agorafobia es un tipo de trastorno de ansiedad en el que temes a lugares


y situaciones que pueden causarte pánico o hacerte sentir atrapado, indefenso o
avergonzado y a menudo intentas evitarlos.
El trastorno de ansiedad debido a una enfermedad incluye síntomas de
ansiedad o pánico intensos que son directamente causados por un problema de
salud físico.

El trastorno de ansiedad generalizada se caracteriza por una ansiedad y


una preocupación persistentes y excesivas por actividades o eventos, incluso
asuntos comunes de rutina. La preocupación es desproporcionada con respecto
a la situación actual, es difícil de controlar y afecta la forma en que te sientes
físicamente. A menudo sucede junto con otros trastornos de ansiedad o con la
depresión.

El trastorno de pánico implica episodios repetidos de sensaciones


repentinas de ansiedad y miedo o terror intensos que alcanzan un nivel máximo
en minutos (ataques de pánico). Puedes tener sensaciones de una catástrofe
inminente, dificultad para respirar, dolor en el pecho o latidos rápidos, fuertes o
como aleteos (palpitaciones cardíacas). Estos ataques de pánico pueden
provocar que a la persona le preocupe que sucedan de nuevo o que evite
situaciones en las que han sucedido.

El mutismo selectivo es una incapacidad constante que tienen los niños


para hablar en ciertas situaciones, como en la escuela, incluso cuando pueden
hablar en otras situaciones, como en el hogar con miembros cercanos de la
familia. Esto puede afectar el desempeño en la escuela, el trabajo o en la
sociedad.

El trastorno de ansiedad por separación es un trastorno de la niñez que


se caracteriza por una ansiedad que es excesiva para el nivel de desarrollo del
niño y que se relaciona con la separación de los padres u otras personas que
cumplen una función paterna.
El trastorno de ansiedad social (fobia social) implica altos niveles de
ansiedad, miedo o rechazo a situaciones sociales debido a sentimientos de
vergüenza, inseguridad y preocupación por ser juzgado o percibido de manera
negativa por otras personas.

Las fobias específicas se caracterizan por una notable ansiedad cuando la


persona se ve expuesta a un objeto o situación específicos, y un deseo por
evitarlos. En algunas personas, las fobias provocan ataques de pánico.

El trastorno de ansiedad inducido por sustancias se caracteriza por


síntomas de ansiedad o pánico intensos que son el resultado directo del uso
indebido de drogas, como tomar medicamentos, estar expuesto a una sustancia
tóxica o tener abstinencia a causa de las drogas.

Otro trastorno de ansiedad específico y no específico es un término para


la ansiedad y las fobias que no cumplen con los criterios exactos para algún otro
trastorno de ansiedad pero que son lo suficientemente relevantes para ser
alarmantes y perturbadores.
A continuación este es un caso en el cual luego de estudiar el caso a fondo
procederé a investigar en el manual DSM-V para aplicar la terapia indicada
dependiendo el resultado o trastorno que se demuestre que la paciente
padezca.

Paciente, evaluada y formulación clínica del caso

R. es una mujer de 33 años, casada, con un hijo de dos años. Es la segunda


de tres hermanos, la mayor de los cuales murió a los 22 años en un accidente.
Su padre falleció a la edad de 4 años de la paciente. Mantiene una buena
relación con su hermano menor y con su madre, que residen en otra ciudad. La
relación con su marido es buena, dice sentirse muy apoyada por él. Mantiene
unas relaciones sociales adecuadas, pero escasas desde que comenzó el
trastorno. Diplomada en Relaciones Laborales, lleva dos años en paro. No
refiere antecedentes personales ni familiares psiquiátricos, ni consumo de
tóxicos. Es remitida por su Psiquiatra con el diagnóstico de TOC, tras haberle
pautado Escitalopram de 15 mg. una vez al día. Presenta una clínica de
ansiedad con obsesiones y compulsiones, y bajo estado de ánimo. Realiza
conductas de evitación y manifiesta baja autoestima, miedo a volverse loca y
miedo a que la internen.

Refiere la paciente que su madre trabajaba en el campo, con lo que R. asume


pronto tareas del hogar, inculcándosele muy tempranamente el concepto
"responsabilidad". A los 18 años se va a otra ciudad para realizar sus estudios y
cuando termina comienza a trabajar como Auxiliar Administrativo. Se casa y
tiene un hijo a los 31 años. Dice haber sido siempre "bastante maniática del
orden y la limpieza", pero es a raíz del nacimiento de su hijo cuando comienzan
las compulsiones: "me obsesioné con que no le pasara nada al niño". Presenta
rituales de lavado antes de tocar a su hijo, tira la comida por temor a haberla
contaminado con lavavajillas y la lava repetidamente, comprueba los grifos, la
puerta de entrada, las ventanas, la vitrocerámica y la bombona de butano en
casa de su madre. Cuando conduce, le asaltan pensamientos de haber
atropellado a alguien, con lo que vuelve a pasar por los mismos pasos de
peatones y rotondas una y otra vez, revisa los periódicos buscando noticias de
atropello donde el conductor se ha dado a la fuga, y una vez aparcado el coche
en su garaje, regresa andando al lugar donde cree que puede haber atropellado
a alguien o golpeado a un ciclista. Las obsesiones y compulsiones se hacen
rápidamente egodistónicas y aumentan en frecuencia hasta interferir
notablemente en sus actividades cotidianas y en sus relaciones interpersonales.
La paciente hace crítica de las mismas e intenta afrontarlas con sentido del
humor, pero éstas limitan seriamente su vida. Su estado de ánimo comienza a
ser hipotímico y aparecen conductas de evitación: deja de conducir, quedar con
amigas y pide a su marido que efectúe las comprobaciones por ella.

Objetivo del programa psicoterapéutico para el trastorno obsesivo


compulsivo:

En el tratamiento del TOC, la ACT persigue ayudar a la persona a crear una nueva
relación con sus pensamientos obsesivos y sus sentimientos de ansiedad, en la que la
obsesión pueda ser experimentada simplemente como otro pensamiento y la ansiedad
sólo como una emoción más que se siente.

Al inicio del programa de tratamiento, se realiza la evaluación mediante:

Autorregistros. Se establece la línea base en primer lugar y autorregistros de EPR


después. En ellos se recogió el nivel de ansiedad medido en USAs y el tiempo
empleado diariamente en cada ritual. Al inicio: Conducir: USA=99. 20-30 minutos en
cada viaje. Gas butano: USA=80. 10 min. Cocinar: USA=70. 10-30 min. En cada
comida. Grifos: USA=50. 5 min. Al día. Vitrocerámica: USA=50. 5 min. Después de
cada uso. Puerta: USA=40. 5-20 min. Cada vez que sale de casa.

Entrevista clínica, con funciones de diagnóstico y de seguimiento en citas posteriores.

Pregunta de escala, de 0 a 10, donde 0 es "cuando las cosas han estado mejor y no
había ansiedad" y 10 "cuando las cosas han estado peor y el nivel de ansiedad ha sido
máximo".

En el contexto de la historia vital de la paciente, se formula una hipótesis explicativa


de la generación de los síntomas y mantenimiento de los mismos según el Modelo de
Salkovskis (10, 24) (ver Figuras 1 y 2). Este autor diferencia entre pensamientos
automáticos negativos (PAN), egosintónicos, y obsesiones, egodistónicas, y plantea
que las obsesiones funcionan como un estímulo que puede provocar un tipo particular
de PAN, relacionado con ideas de ser responsable de posibles daños.

Algunas personas son vulnerables a interpretar los pensamientos intrusivos como


una indicación de que son responsables del daño que les pueda ocurrir a ellos mismos
o a otros, debido a prácticas de crianza en las que se ha puesto mucho énfasis en la
responsabilidad personal, como es el caso de R. Además, esa vulnerabilidad habría
dado lugar a la formación de una serie de supuestos disfuncionales, por ejemplo:
fracasar al prevenir un daño es lo mismo que causarlo, tener un pensamiento sobre
una acción es como realizarla, tengo que ejercer control sobre mis pensamientos.

A modo de resumen, el mecanismo de origen y mantenimiento del TOC sería el


siguiente:

El ambiente proporciona potenciales estímulos desencadenantes de pensamientos


intrusivos u "obsesiones normales". En el caso de R., el nacimiento de su hijo disparó
los pensamientos de responsabilidad personal.
La obsesión es egodistónica, sin embargo, si tiene grandes implicaciones para el
sujeto (la seguridad y cuidado de su hijo) se activarán una serie de PANs
egosintónicos. Estos PANs surgen en función de los supuestos disfuncionales que
interactúan con el pensamiento intrusivo y del estado de ánimo preexistente, que en el
caso de R. comenzaba a ser hipotímico.

El PAN, y no la obsesión en sí misma, será el que dé lugar a la conducta de


neutralización con el fin de disminuir la posibilidad de ser responsable del daño que
pueda producirse. R. empezó a comprobar todo aquello que suponía un daño potencial
(envenenamiento de la comida, puertas, grifos.) y a evitar la conducción, con la idea
central de que si atropellaba a alguien la meterían en la cárcel y la separarían de su
hijo. Estas estrategias comenzaron a ser contraproducentes, al aumentar los
pensamientos que pretendían evitar y, con ellos, el nivel de ansiedad.

La neutralización conlleva consecuencias que hacen que se perpetúe:

1) Reforzamiento negativo: alivio o disminución del malestar.

2) Reforzamiento positivo de las creencias del sujeto (por ejemplo: "como he


tirado la comida, no he envenenado a mi hijo y ahora me aseguraré de que no se
contamine", "como me he asegurado de que no he atropellado a alguien, no pasará
nada").

3) Se convierte en un estímulo desencadenante, cerrando el círculo.


Diagnóstico

Los pasos para ayudar a diagnosticar el trastorno obsesivo compulsivo pueden incluir:

Evaluación psicológica. Esto incluye hablar de tus pensamientos, sentimientos,


síntomas y patrones de conducta para determinar si tienes obsesiones o conductas
compulsivas que interfieren en tu calidad de vida. Si lo permites, esto puede incluir
hablar con tu familia o amigos.

Criterios de diagnóstico para el trastorno obsesivo compulsivo. El médico puede


utilizar los criterios del Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales (DSM-
5, por sus siglas en inglés), publicado por la American Psychiatric Association
(Asociación Estadounidense de Psiquiatría).

Examen físico. Esto se puede hacer para ayudar a descartar otros problemas que
podrían estar causando síntomas y para revisar cualquier complicación relacionada.

Las técnicas de psicoterapia, que desde mi rol como futura psicóloga podría
utilizar para tratar el Trastorno Obsesivo-Compulsivo y el Trastorno de Ansiedad
en adultos y adolescentes serían los siguientes.

Tratamiento farmacológico del trastorno obsesivo compulsivo

Este se basa en la utilización de antidepresivos ya sean los clásicos triciclícos o los


más modernos inhibidores de la recaptación de la serotonina. Estos últimos tienen una
eficacia de mejora en el 40 al 60% de los pacientes y con unos efectos secundarios
que son, generalmente, asumibles según lo investigado. Uno de los más corrientes de
estos efectos es su efecto en la sexualidad, porque provoca inhibición y dificultades en
alcanzar el orgasmo esto quiere decir que no se podría utilizar más dosis de las
recomendadas porque trae efectos secundarios para las relaciones íntimas. Los
inhibidores selectivos de la recapatación de la serotonina ISRS, son los únicos
medicamentos aprobados por la administración del medicamento americana para el
tratamiento del trastorno obsesivo compulsivo. Aunque muchos pacientes mejoran,
pocos logran reducir al mínimo sus síntomas con un tratamiento exclusivo de ISRS
(Simpsons y otros, 2013) para los pacientes que no mejoran o que necesitan un
tratamiento complementario estos autores recomiendan la terapia cognitivo conductual.

Otras limitaciones del tratamiento farmacológico son que hay muchos pacientes que no
responden a él y que cuando se deja la medicación el trastorno vuelve
independientemente del tiempo que se haya estado tomando. Con lo que una
sustancial proporción de pacientes tratados solo con medicación, tienen que plantearse
la toma de medicación durante toda su vida (Makarian y otros, 2010).

Medicamentos Que según lo investigado se podrían utilizar en los tratamientos


farmacológicos de los adultos y niños con este trastorno.

Ciertos medicamentos psiquiátricos pueden ayudar a controlar las obsesiones y


compulsiones del trastorno obsesivo compulsivo. Lo más común es que se prueben
primero los antidepresivos.

Entre los antidepresivos aprobados por la Administración de Alimentos y


Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) para tratar el
trastorno obsesivo compulsivo se incluyen:

Clomipramina (Anafranil) para adultos y niños a partir de los 10 años


Fluoxetina (Prozac) para adultos y niños a partir de los 7 años

Fluvoxamina para adultos y niños a partir de los 8 años

Paroxetina (Paxil, Pexeva) solo para adultos

Sertralina (Zoloft) para adultos y niños a partir de los 6 años

Tratamiento cognitivo conductual del trastorno obsesivo compulsivo

Además del tratamiento farmacológico según lo investigado el tratamiento cognitivo


conductual, que es compatible con él, ha demostrado una eficacia similar o superior y
con menor índice de recaídas.

Como trastorno de ansiedad que es, el tratamiento cognitivo conductual consiste en la


exposición a lo que se teme (pensamiento o realidad) con la prohibición de realizar
conductas de evitación, en este caso rituales neutralizadores, de forma que el paciente
se arriesgue a sentir la ansiedad. La aceptación de la ansiedad que se siente es un
proceso que ayuda en el tratamiento.

Estrategias de afrontamiento y apoyo que utilizaría para ayudar a mi paciente con


trastorno obsesivo compulsivo

Le diría que afrontar el trastorno obsesivo-compulsivo puede ser un desafío, pero que
no es imposible. A continuación le presentare algunas maneras para afrontar el
trastorno obsesivo compulsivo.
Infórmate sobre el trastorno obsesivo compulsivo. Aprender sobre tu afección
puede empoderarte y motivarte a seguir con el plan de tratamiento.

Mantente enfocado en tus metas. Ten en cuenta tus objetivos de recuperación y


recuerda que la recuperación del trastorno obsesivo compulsivo es un proceso
continuo.

Únete a un grupo de apoyo. Conectarte con otras personas que se enfrentan a retos
similares puede brindarte apoyo y ayudarte a hacer frente a los desafíos.

Encuentra medios saludables. Explora formas saludables de canalizar tu energía,


como pasatiempos y actividades recreativas. Haz ejercicio con regularidad, consume
una dieta saludable y duerme lo suficiente.

Aprende a relajarte y a manejar el estrés. Además del tratamiento profesional, las


técnicas de manejo del estrés como la meditación, la visualización, la relajación
muscular, los masajes, la respiración profunda, el yoga o el taichí pueden ayudar a
aliviar el estrés y la ansiedad.

Sigue con tus actividades habituales. Trata de no evitar las actividades significativas.
Ve al trabajo o a la escuela como lo harías normalmente. Pasa tiempo con familiares y
amigos. No dejes que el trastorno obsesivo compulsivo se interponga en tu vida.
Conclusión

En conclusión, en todo el trascurso de mi investigación para la realización de este


trabajo pude aprender acerca de los tratamientos para el trastorno obsesivo compulsivo
que, en el tratamiento del TOC, la ACT pretende ayudar a la persona a crear una nueva
relación con sus pensamientos obsesivos y sus sentimientos de ansiedad. Más que
controlarlos, con este se pretende que el paciente los acepte tal como lo que son, sólo
pensamientos y sentimientos. La ACT contextualiza todo esto en el contexto de los
valores y metas vitales del paciente, al contrario que la EPR, que se utiliza de un modo
descontextualizado, lo que puede llevar al paciente a realizar las exposiciones como
otra forma más de evitación de la ansiedad. El objetivo en ACT es ayudar a la persona
a experimentar una obsesión por lo que es (es decir, un pensamiento) y que continúen
haciendo lo que es importante para ellos (valores y metas). La presencia real de la
obsesión no es el tema principal. Dicho de otra manera, el objetivo es ampliar el
repertorio efectivo del individuo en presencia de eventos temidos (por ejemplo, la
obsesión), lo que se ha denominado "flexibilidad psicológica".

También aprendí que tanto EPR como ACT trabajan en definitiva la exposición, la EPR
lo hace centrándose en los eventos temidos, como por ejemplo, contaminarse. La ACT,
sin embargo, no lo hace centrándose en el evento temido concreto, sino que lo hace
centrándose en el elemento funcional equivalente a todas las situaciones que están en
el sustrato de las obsesiones y las compulsiones: la incertidumbre y el no control.
Además de los factores explicativos mencionados anteriormente acerca de por qué en
algunos pacientes la EPR no resulta eficaz (evitación cognitiva, falta de habituación a
corto plazo, depresión, presencia de ideas sobrevaloradas), otro factor a considerar es
la propia dinámica de la exposición. Muchas veces, las exposiciones a objetos o
situaciones que se llevan a cabo en la EPR no funcionan porque, en realidad, el
problema no se genera ni se mantiene por simples procesos de condicionamiento, sino
que entra la influencia del lenguaje, que hace presente lo que no está presente y dota
de valor o significado a cada situación descrita. Además, la mera exposición a objetos o
situaciones de la obsesión no resulta eficaz para prevenir TOC más complejos, como
ocurre en el caso del trastorno obsesivo-compulsivo de la personalidad, que constituye
un caldo de cultivo es decir en otras palabras que este es (un contexto psicológico)
para el desarrollo de un TOC posterior.

También aprendí en lo que estuve leyendo durante mi investigación que aunque


existen hoy todavía pocos estudios que utilicen la ACT en el tratamiento del TOC, éste
es un terreno actualmente en auge y los resultados preliminares disponibles hasta el
momento apuntan a unos beneficios prometedores, derivados del cambio de enfoque
terapéutico que proporciona. Aunque parece que la EPR puede resultar útil para
algunos pacientes con TOC, para un importante porcentaje de pacientes, dada la
naturaleza propiamente aversiva de la exposición a situaciones y objetos temidos,
resulta un procedimiento altamente negativo, por lo que estos pacientes terminan
abandonando la terapia antes de finalizarla. En este sentido, la ACT abre la puerta a un
enfoque alternativo de los pensamientos y sentimientos aversivos, ayudando a la
persona a crear una nueva relación con sus pensamientos obsesivos y sus
sentimientos de ansiedad, persiguiendo la aceptación de los mismos, esperemos que
sigan creando más estrategias para ayudar a estas personas con estos trastornos tan
difíciles de conllevar.
Bibliografía

American Psychiatric Association Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders.


(2000).). 4th Edition, Text Revision (DSM-IV-TR). American Psychiatric Publishing.

American Psychiatric Association Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders,


((2013).). 5th edition, DSM-5. American Psychiatric Publishing.
Fischer, S. &. ((1985).). The scientific credibility of Freud’s theories and therapy. . New
York: Columbia: University Press.
Lingiardi, V. y. ((2017).). Psychodynamic Diagnostic Manual Second Edition PDM-2.
New York: (Eds.). The Gildford Press.
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