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El Derecho concursal anterior estaba constituido por una multiplicidad de normas, pues teníamos:
3. Y normas que regulaban el procedimiento de quita y espera en el Código Civil (las cuales en el
Código de Comercio se llamaban el procedimiento de suspensión de pagos y quiebra).
La Ley de Enjuiciamiento Civil anterior regulaba el procedimiento judicial relativo a la ley de espera o
al concurso de la quiebra. Además, había una remisión de la Ley de Enjuiciamiento Civil de 1881 al
Código de Comercio de 1829 en algunos aspectos.
Así mismo, es importante mencionar que ese arcaísmo y esa dispersión normativa justificaron la
aspiración de una reforma profunda del Derecho concursal, materializada en la actual Ley 22/2003,
Concursal. Esta regulación está basada en tres principios básicos:
Así pues, esta Ley Concursal va a derogar las anteriores normas, e incluso las disposiciones
específicas que podíamos encontrar en la Ley de Sociedades.
2. Por otro lado, también podemos detectar un PRINCIPIO DE UNIDAD DISCIPLINARIA, pues se va a
sujetar a un mismo procedimiento (con especialidades) común parcialmente para todo tipo de
sujetos, tanto comerciantes como no comerciantes, personas físicas o personas jurídicas.
3. Hablamos también de UNIDAD DE PROCEDIMIENTO. Por lo tanto, una sola disciplina y un sólo
procedimiento flexible para todos los supuestos.
EL “PRECONCURSO” DE ACREEDORES.
Vamos a referirnos ahora al preconcurso de acreedores.
Hasta el año 2009, prácticamente no existía ningún mecanismo que, de alguna manera, permitiese
sortear el concurso, previniendo la insolvencia mediante acuerdos, e decir, no se reglamentaba
ningún mecanismo que impidiese la declaración de concurso.
Evidentemente sí era posible, haciendo uso de la autonomía de la voluntad, llegar a acuerdos con
los acreedores. No obstante, estos acuerdos tenían ciertos riesgos, pues podían suponer más
problemas que beneficios, sobre todo para los acreedores, por lo que la práctica no era muy habitual.
Ello se debe a que esos acuerdos previos posibles podían ser rescindidos en la fase concursal,
pues en ésta se puede producir la rescisión de contratos anteriores. Así pues, esta rescisión se
producía especialmente de aquellos contratos que, a juicio del juez, pudieran colocar al deudor en
peor posición o favorecer a unos acreedores frente a otros.
Por lo tanto, se corría el riesgo de que, si el deudor llegaba a ciertos acuerdos con los acreedores,
con el objetivo de dilatar los plazos o reducir la deuda, esos acuerdos se rescindieran.
Y por otro lado, también podría darse lugar a que esos acreedores vieran agravada su posición en la
fase de calificación si se estimaba que habían sido cómplices o que ayudaron a agravar la situación
del deudor. Así pues, podían ser peor calificados por agravar esa insolvencia del deudor.
En el año 2009, para evitar esto, el legislador empezó a preocuparse sobre el tema. Así, las
sucesivas reformas de la Ley Concursal han tratado de poner solución regulando los acuerdos
extrajudiciales de pago ( AEP) y los acuerdos de refinanciación (AR), que sí constituyen medidas
establecidas en nuestro derecho de preconcursalidad.
2. Tienen eficacia más allá de sus estrictos firmantes. Es decir, se trata de acuerdos que
pueden tener efecto incluso con las personas que no los hayan suscrito.
4. Aunque no llegue a eludirse el concurso, no daña las expectativas o los derechos de los
acreedores afectados.
Por lo tanto, es importante mencionar que se caracterizan por presentar notas ventajosas o
elusivas de los problemas que veíamos cuando no existían estas medidas de preconcursalidad y
podían remitirse a los acuerdos particulares.
En un caso se reordena el pasivo y se trata de aumentar el crédito (no hay esa insolvencia),
mientras que en el otro sí que hay insolvencia, por lo que la finalidad es reducir el pasivo.
➔ Los acuerdos de refinanciación son accesibles para cualquier deudor, mientras que los
acuerdos extrajudiciales de pago poseen un acceso más restringido (fuertemente limitados).
En primer lugar, es muy difícil encontrar un mediador, pues éstos no aceptan mediar en este tipo de
acuerdos extrajudiciales de pago, porque no cobran o cobran muy poco. Y todo ello se debe a que
las medias de honorarios de los mediadores concursales para este tipo de acuerdos, cuando se trate
de personas físicas, tienen una reducción del 70%.
Por lo tanto, el 70% está sobre una base en la que se incluye:
1. UN PORCENTAJE DEL ACTIVO: la base del activo será cero normalmente.
2. UN PORCENTAJE DEL PASIVO: normalmente es algo, sino no sería insolvente, pero, no va a ser
un pasivo muy elevado, pues van a ser personas físicas y las deudas no van a ser muy altas.
Por ejemplo, no va a haber deudas de 100.000€. Una personas física podría endeudarse de
esa forma si fuese en relación préstamos hipotecarios para adquirir una vivienda, pero no en
estos casos. Por consiguiente, no te van a dar 500.000€ para irte de vacaciones o para
comprar un vehículo último modelo.
Por ende, debemos tener en cuenta que son préstamos de consumo y de escasa cuantía
(suelen ser financieras, como por ejemplo, t arjetas de crédito).
Para un mediador concursal, su trabajo podría ser similar que tendría una empresa (algo menor),
con gastos parecidos. Además, habitualmente, no van a tener oportunidad de …esos exiguos porque
el crédito no va a ser el más privilegiado de todos, por lo que no va a haber de donde cobrar.
Y otra razón sería de la propia dinámica del acuerdo, por la que el solicitante o deudor tendría que
formalizar un formulario oficial que aprobó el Ministerio de Justicia. Entre los elementos de ese
formulario cabe señalar todos los créditos y datos de los acreedores, así como los contratos de los
que derivan las deudas (original o copia fehaciente).
Normalmente, estos deudores no conservan los originales, pues estos créditos de entidades de
crédito (que no son bancos, como por ejemplo, Cofidis) no se caracterizan por un estricto cumplimiento de
las normas de protección del consumidor. Por consiguiente, lo más habitual es que te den una
copia del contrato (como mucho), pero no un ejemplar original ni una copia fehaciente.
Por lo tanto, tenemos un procedimiento iniciado por el legislador, en base a unas ideas muy buenas,
pero que se materializa en algo que no funciona. Lo suyo sería que se establecieran mecanismos de
mediación de carácter público a este tipo de deudores. En todo caso, hablando desde la
experiencia respecto de deudores personas físicas no empresarios, el acuerdo puede ser interesante
si se puede materializar. En los otros casos, probablemente funcione mejor.
El acuerdo extrajudicial de pago lo pone en marcha la Ley de Apoyo a Emprendedores del año 2013.
Posteriormente, se reformó por la Ley de Segunda Oportunidad del año 2015. Así pues, de lo que se
trata, con el acuerdo extrajudicial de pagos, es de articular una especie de convenio preconcursal de
carácter extrajudicial, dirigido por un mediador concursal, lo que permitiría alcanzar un acuerdo con
los acreedores y superar la situación de insolvencia. Y además, si no puede ser cumplido, conllevará
la apertura del concurso consecutivo con liquidación.
★ ¿Quiénes pueden ser sujetos de acuerdos extrajudicial de pagos?
La Ley Concursal dice que puede acudir a este procedimiento cualquier persona natural
(empresario o no) que esté en situación de insolvencia y cuyo pasivo no supere los cinco millones de
euros. Y en segundo término, las personas jurídicas (de cualquier tipo, es decir, empresarias o no)
con masas de encaje en el procedimiento abreviado del Art 190 de la Ley Concursal.
Art 190 Ámbito de aplicación. “ 1. El juez podrá aplicar el procedimiento abreviado cuando, a la vista de la
información disponible, considere que el concurso no reviste especial complejidad, atendiendo a las siguientes
circunstancias: 1.º Q ue la lista presentada por el deudor incluya menos de cincuenta acreedores. 2 .º Q
ue la
estimación inicial del pasivo no supere los cinco millones de euros 3 .º Que la valoración de los bienes y derechos no
alcance los cinco millones de euros. Cuando el deudor sea una persona natural el juez valorará especialmente si
responde o es garante de las deudas de una persona jurídica y si es administrador de alguna persona jurídica. 2 .E
l
juez podrá también aplicar el procedimiento abreviado cuando el deudor presente propuesta anticipada de convenio
o una propuesta de convenio que incluya una modificación estructural por la que se transmita íntegramente su activo
y su pasivo. 3. E
l juez aplicará necesariamente el procedimiento abreviado cuando el deudor presente, junto con la
solicitud de concurso, un plan de liquidación que contenga una propuesta escrita vinculante de compra de la unidad
productiva en funcionamiento o que el deudor hubiera cesado completamente en su actividad y no tuviera en vigor
contratos de trabajo.4. El juez, de oficio, a requerimiento del deudor o de la administración concursal, o de cualquier
acreedor, podrá en cualquier momento, a la vista de la modificación de las circunstancias previstas en los apartados
anteriores y atendiendo a la mayor o menor complejidad del concurso, transformar un procedimiento abreviado en
ordinario o un procedimiento ordinario en abreviado”.
Por ello, podrá acudir a este procedimiento cualquier persona (física o jurídica):
1. Cuya asignación del pasivo inicial sea inferior a los 5 millones de euros.
2. Cuyo patrimonio también sea inferior a 5 millones de euros.
3. Y cuyo número de acreedores sea inferior a 50.
A mayores, para las personas jurídicas se establece otro requisito, que es que tengan activos
suficientes para satisfacer los gastos del proceso.
Por otro lado, para la persona física empresaria se exige la aportación de balance, lo cual resulta
criticable porque muchos no tienen la obligación de presentar cuentas anuales (como el balance y
demás). Especialmente, profesionales y trabajadores autónomos, etc.
PROHIBICIONES.
También podemos señalar que se establecen una serie de prohibiciones, es decir, supuestos en los
que se no se puede solicitar el acuerdo extrajudicial de pago. Las condiciones serían:
1. En primer término, aquellos que en los últimos diez años hayan sido condenados:
a. Los que hubieran alcanzado un acuerdo extrajudicial de pagos con los acreedores.
b. Los que hubieran obtenido homologación judicial de un acuerdo de refinanciación.
c. Los que hubieran sido declarados en concurso.
3. Por otro lado, tampoco podrían acudir quienes estuvieran negociando con sus acreedores
un acuerdo de refinanciación, o incluso que tuvieran una solicitud de concurso en trámite.
REQUISITOS.
La Ley Concursal exige, para los acuerdos extrajudiciales de pago, un presupuesto objetivo. Éste
sería el hecho de encontrarse en situación de insolvencia, en términos generales.
Art 2 de la Ley Concursal: “P resupuesto objetivo. 1. La declaración de concurso procederá en caso de
insolvencia del deudor común. 2. S e encuentra en estado de insolvencia el deudor que no puede cumplir
regularmente sus obligaciones exigibles. 3. Si la solicitud de declaración de concurso la presenta el deudor, deberá
justificar su endeudamiento y su estado de insolvencia, que podrá ser actual o inminente. Se encuentra en estado de
insolvencia inminente el deudor que prevea que no podrá cumplir regular y puntualmente sus obligaciones. 4 . Si la
solicitud de declaración de concurso la presenta un acreedor, deberá fundarla en título por el cual se haya
despachado ejecución o apremio sin que del embargo resultasen bienes libres bastantes para el pago, o en la
existencia de alguno de los siguientes hechos: 1 .º El sobreseimiento general en el pago corriente de las obligaciones
del deudor. 2 .º La existencia de embargos por ejecuciones pendientes que afecten de una manera general al
patrimonio del deudor. 3.º El alzamiento o la liquidación apresurada o ruinosa de sus bienes por el deudor. 4.º El
incumplimiento generalizado de obligaciones de alguna de las clases siguientes: las de pago de obligaciones
tributarias exigibles durante los tres meses anteriores a la solicitud de concurso ; las de pago de cuotas de la
Seguridad Social, y demás conceptos de recaudación conjunta durante el mismo período ; las de pago de salarios e
indemnizaciones y demás retribuciones derivadas de las relaciones de trabajo correspondientes a las tres últimas
mensualidades.”
Sin embargo, el Art 231 de la Ley Concursal exige que la persona natural que quiera acudir al acuerdo
extrajudicial de pago prevea que no pueda cumplir con sus obligaciones. es decir, no habla de una
situación actual de insolvencia sino de una situación de previsible insolvencia.
Art 231 de la Ley Concursal: “Presupuestos. 1. El deudor persona natural que se encuentre en situación de
insolvencia con arreglo a lo dispuesto en el artículo 2 de esta Ley, o que prevea que no podrá cumplir regularmente
con sus obligaciones, podrá iniciar un procedimiento para alcanzar un acuerdo extrajudicial de pagos con sus
acreedores, siempre que la estimación inicial del pasivo no supere los cinco millones de euros. En el caso de deudor
persona natural empresario, deberá aportarse el correspondiente balance. A los efectos de este Título se
considerarán empresarios personas naturales no solamente aquellos que tuvieran tal condición de acuerdo con la
legislación mercantil, sino aquellos que ejerzan actividades profesionales o tengan aquella consideración a los
efectos de la legislación de la Seguridad Social, así como los trabajadores autónomos. 2 . También podrán instar el
mismo acuerdo cualesquiera personas jurídicas, sean o no sociedades de capital, que cumplan las siguientes
condiciones: a) S
e encuentren en estado de insolvencia. b )E
n caso de ser declaradas en concurso, dicho concurso
no hubiere de revestir especial complejidad en los términos previstos en el artículo 190 de esta Ley.
c) Que dispongan de activos suficientes para satisfacer los gastos propios del acuerdo. 3 .N
o podrán formular
solicitud para alcanzar un acuerdo extrajudicial de pagos: 1.º Quienes hayan sido condenados en sentencia firme por
delito contra el patrimonio, contra el orden socioeconómico, de falsedad documental, contra la Hacienda Pública, la
Seguridad Social o contra los derechos de los trabajadores en los 10 años anteriores a la declaración de concurso.
as personas que, dentro de los cinco últimos años, hubieran alcanzado un acuerdo extrajudicial de pagos con
2.º L
los acreedores, hubieran obtenido la homologación judicial de un acuerdo de refinanciación o hubieran sido
declaradas en concurso de acreedores. El cómputo de dicho plazo comenzará a contar, respectivamente, desde la
publicación en el Registro Público Concursal de la aceptación del acuerdo extrajudicial de pagos, de la resolución
judicial que homologue el acuerdo de refinanciación o del auto que declare la conclusión del concurso. 4 .N
o podrán
acceder al acuerdo extrajudicial de pagos quienes se encuentren negociando con sus acreedores un acuerdo de
refinanciación o cuya solicitud de concurso hubiera sido admitida a trámite. 5. L
os créditos con garantía real se verán
afectados por el acuerdo extrajudicial conforme a lo dispuesto por los artículos 238 y 238 bis. Los créditos de
derecho público no podrán en ningún caso verse afectados por el acuerdo extrajudicial, aunque gocen de garantía
real. No podrán acudir al procedimiento previsto en este Título las entidades aseguradoras y reaseguradoras.”
DATO: Para las personas jurídicas regiría el supuesto objetivo de insolvencia actual, mientras que para las
personas naturales se trata de una situación de insolvencia probable.
SOLICITUD.
En cuanto a la solicitud de acuerdo extrajudicial de pagos, debemos tener en cuenta que el
empresario o entidad inscribible puede solicitarlo ante el registrador mercantil de su domicilio, quien
procederá a hacer una inscripción en caso de que no estuviera inscrito (por ejemplo, el empresario
individual puede no estar inscrito, pues la inscripción sólo es obligatoria para algunos).
Así pues, es importante señalar que las personas jurídicas y personas naturales empresarias
también pueden presentarlo ante las Cámaras de Comercio de su domicilio. Y los demás solicitantes,
podrán hacerlo ante los notarios del domicilio del deudor.
IMPORTANTE: La Ley Concursal prevé la autorización de un formulario normalizado aprobado por orden del
Ministerio de Justicia.
La solicitud va dirigida al inicio del procedimiento, cuyo objetivo es, en primer lugar, nombrar a un
mediador concursal. Éste deberá reunir las condiciones establecidas en la Ley de Mediación de
Asuntos Civiles y Mercantiles del año 2012, así como en su desarrollo reglamentario.
Normalmente, tiene que ser abogado o economista, tener una experiencia acreditada, haber hecho
cursos de formalización y actualización, etc.
Pues bien, finalmente y una vez cumplidos esos requisitos, ha de darse de alta en el Registro de
Mediadores e Instituciones de Mediación del Ministerio de Justicia. Y además, también tiene que
tener un seguro obligatorio de responsabilidad.
Posteriormente, una vez que se inscribe, se elaboran unas listas. Así pues, el nombramiento se
produce entre los que consten en esa lista, que se publica en el portal del BOE.
También hay que señalar que cabe la posibilidad excepcional, para aquellos que presentan la
solicitud ante las Cámaras, de que la función de mediador la cumpla la propia Cámara a través de
una Comisión de Mediación designada a tal efecto.
EFECTOS.
Una vez que el mediador o la mediadora acepta el nombramiento, se producen unos efectos
importantes. En primer término, hay que comunicar el inicio del expediente a diversas instancias:
1. A los REGISTROS PÚBLICOS DE BIENES COMPETENTES, para que anoten la correspondiente hoja
registral relativa a los bienes que corresponden
Por ejemplo, en los Registros Públicos de bienes muebles en el caso de que haya algún
vehículo, en el Registro de la Propiedad, etc.
2. Al REGISTRO CIVIL, para que se anote en la hoja registral el nacimiento del deudor.
➢ El deudor habrá de abstenerse de realizar cualquier acto de administración o disposición que
exceda de los actos u operaciones propias del giro o tráfico propio del control de su actividad.
➢ Además, debemos tener en cuenta que se bloquea la ejecución separada (que se hubiera
iniciado ya) o se suspende (la que estuviera en curso durante tres meses), salvo las
ejecuciones de créditos con garantía real que no recaigan sobre bienes o derechos
necesarios para la continuidad de la actividad profesional o empresarial del deudor.
DATO: Es decir, si resulta necesario para su actividad también se suspende. No obstante, si no son
necesarios los que tienen garantía real, si se ha iniciado la ejecución, se continúa porque están
especialmente protegidos y no les va a afectar mayormente.
➢ Se prohíbe también cualquier actuación de los acreedores dirigida a mejorar la situación en
que se encuentren frente al deudor común.
PROCEDIMIENTO.
Sustancialmente, es importante mencionar que el procedimiento consiste en que el mediador, en el
plazo de diez días desde que acepta el nombramiento, habrá de determinar la masa pasiva,
convocando a los acreedores. Así pues, estos habrán de señalar una dirección electrónica válida a
todos los efectos, con el objetivo de realizar comunicaciones. Y además, el mediador debe convocar
a dichos acreedores en una reunión e n el plazo de dos meses; es decir, el mediador tiene diez días
para convocar dicha reunión, a celebrar en el plazo de dos meses, en la localidad donde el deudor
tenga su domicilio. Todo sin que ello afecte a los acreedores de derecho público.
La comunicación puede hacerse por cualquier medio que asegure la recepción. Y además,
obligatoriamente debe hacerse a la dirección electrónica del acreedor que cuando se haya
comunicado...
En el plazo máximo de 20 días antes de la reunión, el mediador remitirá a los acreedores, con el
consentimiento del deudor insolvente, una propuesta de acuerdo extrajudicial de pagos.
1. ESPERAS (DE HASTA DIEZ AÑOS): aplazamientos por los que se amplía el plazo de la deuda.
➢ Un PLAN DE VIABILIDAD, incluyendo la fijación (en su caso) de una cantidad en concepto de
alimentos para el vendedor y su familia.
En los diez días siguientes al recibo de esta propuesta, los acreedores pueden aceptarla (aprobarla),
manifestar su oposición o formular alternativas (reparos, observaciones o modificaciones). Tras esto, el
mediador remite un plan de pagos y viabilidad final, desde luego siempre aceptado por el deudor.
En cambio, si esto sigue adelante, es decir, si en los diez días no hay una mayoría que se oponga,
tendrá lugar la reunión a la que deben asistir todos los acreedores, salvo aquellos que hubieran
manifestado su aprobación o su oposición bajo sanción de subordinación de su crédito en el eventual
concurso (a no ser que tengan garantías reales).
La Ley Concursal distingue diversas mayorías para la aprobación del acuerdo según el
contenido del mismo:
A. En primer lugar, debemos mencionar que si el acuerdo prevé esperas inferiores o iguales a 5
años y quitas inferiores o iguales al 25% del importe de los créditos, o la conversión de
deudas en préstamos participativos en el plazo de 5 años, será necesaria la aprobación de
(al menos) el 60% del pasivo que pudiera verse afectado.
B. Si el acuerdo prevé que la espera es superior a 5 años (pero inferior o igual a 10 años), si las
quitas son mayores del 25%, o si se prevé la conversión de deuda en préstamos
participativos ( por más de 5 años y menos de 10 años), será necesaria la aprobación de ( al
menos) el 75%. Todo ello, además de las demás medidas que se prevén en la Ley Concursal
sobre cesiones, bienes o derechos ( entre otros), donde veíamos que también era posible.
C. Obviamente, el acuerdo se va a extender a los que lo acepten (es decir, a los acreedores
ordinarios que lo acepten), así como a los acreedores con garantía real que lo acepten. Y los
que tienen garantía real que no lo hayan aceptado, también van a verse afectados en la parte
que exceda del valor de la garantía. Para ello se exige que concurra un 65% del pasivo en
función del valor total de los créditos garantizados. Y esto también se aplica en ciertos casos:
Una vez que se alcanza la mayoría, la que sea en función del contenido del acuerdo, el mediador
debe supervisar el cumplimiento del acuerdo. Y este va a vincular a todos los acreedores afectados
(“afectados” no es lo mismo que los que hayan aprobado), de tal forma que los créditos van a quedar
aplazados, remitidos o extinguidos (casi siempre) según lo acordado. Pero además, no podrán
iniciarse o continuarse ejecuciones por deudas anteriores al expediente, pudiendo en todo caso
solicitar la antelación de los embargos que se hubieran gravado por tales deudas.
No obstante, los acreedores que no hubieran aceptado el acuerdo o que hubieran mostrado su
disconformidad, conservarán sus acciones c ontra los obligados solidarios o los garantes personales
del deudor; es decir, los que no hubieran aceptado el acuerdo van a estar afectados siempre que
concurra una cierta mayoría, respecto de los que tengan garantía real.
A pesar de ello, podrán conservar su acción contra los deudores solidarios del insolvente o contra
los garantes personales del deudor insolvente. Y los que hayan suscrito el acuerdo conservarán esos
derechos (contra los deudores solidarios o contra los garantes personales del deudor insolvente) en
función de lo que se haya acordado en su respectiva relación jurídica.
El mediador concursal habrá de elevar a escritura pública el acuerdo extrajudicial alcanzado, y con
ello, quedará cerrado el expediente notarial. En el caso de los expedientes tramitados ante los
Registros Mercantiles o en las Cámaras de Comercio, habrá de presentarse en el Registro Mercantil
la escritura de elevación para que el registrador pueda cerrar el expediente. Y además, una vez que
se alcance el acuerdo y se eleve a público, hay que comunicar, al juzgado que hubiere de tramitar el
concurso, el cierre del expediente. Asimismo, se le notificará también a los Registros Públicos
competentes, es decir, al Registro Público concursal o a los que debamos notificar.
Los acreedores que no hubieran sido convocados, los que no hubieran votado a favor o que hubieran
manifestado su oposición, podrán impugnar u oponerse al acuerdo aceptado (sobre la base de que
las causas están tasadas) por falta de concurrencia de las mayorías exigidas teniendo en cuenta a
todos los acreedores, incluso a esos a los que se hubiese omitido la comunicación (que no hubieran
sido convocados). O también se podría impugnar si no hay base suficiente para la aprobación, o si se
hubiesen superado los límites en proporción de las medidas adecuadas.
Así pues, esta oposición o impugnación se ventila ante los Juzgados de lo Mercantil que fueran
competentes en su caso para conocer del concurso. Además, es susceptible de apelación la
resolución que recaiga, la cual, si anula el acuerdo, dará lugar al concurso consecutivo (es como si
no se hubiese alcanzado igualmente) en fase de liquidación .
Si el acuerdo se cumple íntegramente, el mediador lo hace constar en el acta notarial, que se publica
en el BOE (Boletín Oficial del Estado) y en el Registro Público concursal. En caso contrario, si se
incumple, deberemos entender (automáticamente) que el deudor está en insolvencia, de tal forma
que el mediador instará el concurso consecutivo.
ACUERDOS DE REFINANCIACIÓN.
Los acuerdos de refinanciación pueden ser suscritos por todo tipo de deudores, insolventes o no.
Primordialmente, lo que se busca es la reordenación del pasivo, si acaso su reducción, para hundir la
insolvencia y superar esas dificultades, tratando de garantizar una mayor viabilidad del deudor.
Se trata de acuerdos que (en principio) sólo vinculan al deudor y a los acreedores que lo suscriban,
salvo que sean judicialmente homologados. Además, normalmente no tienen relevancia concursal
(a diferencia del acuerdo extrajudicial de pagos), salvo en dos aspectos:
De alguna manera, podemos ver su conceptualización o de lo que se trata, según nuestro Derecho
concursal, conforme a lo que se dice en el Art 71 bis de la Ley Concursal.
Art 71 bis de la Ley Concursal: “R égimen especial de determinados acuerdos de refinanciación. 1. N o serán rescindibles los
acuerdos de refinanciación alcanzados por el deudor, así como los negocios, actos y pagos, cualquiera que sea la naturaleza y la
forma en que se hubieren realizado, y las garantías constituidas en ejecución de los mismos, cuando: a ) En virtud de éstos se
proceda, al menos, a la ampliación significativa del crédito disponible o a la modificación o extinción de sus obligaciones, bien
mediante prórroga de su plazo de vencimiento o el establecimiento de otras contraídas en sustitución de aquéllas, siempre que
respondan a un plan de viabilidad que permita la continuidad de la actividad profesional o empresarial en el corto y medio plazo; y b )
Con anterioridad a la declaración del concurso: 1 .º El acuerdo haya sido suscrito por acreedores cuyos créditos representen al menos
tres quintos del pasivo del deudor en la fecha de adopción del acuerdo de refinanciación. A los efectos del cómputo de esa mayoría
de pasivo se entenderá que, en los acuerdos sujetos a un régimen o pacto de sindicación, la totalidad de los acreedores sujetos a
dicho acuerdo suscriben el acuerdo de refinanciación cuando voten a su favor los que representen al menos el 75 por ciento del
pasivo afectado por el acuerdo de sindicación, salvo que las normas que regulan la sindicación establezcan una mayoría inferior, en
cuyo caso será de aplicación esta última. En el caso de acuerdos de grupo, el porcentaje señalado se calculará tanto en base
individual, en relación con todas y cada una de las sociedades afectadas, como en base consolidada, en relación con los créditos de
cada grupo o subgrupo afectados y excluyendo en ambos casos del cómputo del pasivo los préstamos y créditos concedidos por
sociedades del grupo. 2 .º S
e emita certificación del auditor de cuentas del deudor sobre la suficiencia del pasivo que se exige para
adoptar el acuerdo. De no existir, será auditor el nombrado al efecto por el registrador mercantil del domicilio del deudor y, si éste
fuera un grupo o subgrupo de sociedades, el de la sociedad dominante. 3.º El acuerdo haya sido formalizado en instrumento público
al que se habrán unido todos los documentos que justifiquen su contenido y el cumplimiento de los requisitos anteriores. 2. Tampoco
serán rescindibles aquellos actos que, realizados con anterioridad a la declaración de concurso, no puedan acogerse al apartado
anterior pero cumplan todas las condiciones siguientes, ya sea de forma individual o conjuntamente con otros que se hayan realizado
en ejecución del mismo acuerdo de refinanciación: a ) Que incrementen la proporción de activo sobre pasivo previa. b )Q
ue el activo
corriente resultante sea superior o igual al pasivo corriente. c) Que el valor de las garantías resultantes a favor de los acreedores
intervinientes no exceda de los nueve décimos del valor de la deuda pendiente a favor de los mismos, ni de la proporción de
garantías sobre deuda pendiente que tuviesen con anterioridad al acuerdo. Se entiende por valor de las garantías el definido en el
apartado 2 de la Disposición adicional cuarta. d )Q ue el tipo de interés aplicable a la deuda subsistente o resultante del acuerdo de
refinanciación a favor del o de los acreedores intervinientes no exceda en más de un tercio al aplicable a la deuda previa. e ) Que el
acuerdo haya sido formalizado en instrumento público otorgado por todas las partes intervinientes en el mismo, y con constancia
expresa de las razones que justifican, desde el punto de vista económico, los diversos actos y negocios realizados entre el deudor y
los acreedores intervinientes, con especial mención de las condiciones previstas en las letras anteriores. Para verificar el
cumplimiento de las condiciones a) y b) anteriores se tendrán en cuenta todas las consecuencias de índole patrimonial o financiera,
incluidas las fiscales, las cláusulas de vencimiento anticipado, u otras similares, derivadas de los actos que se lleven a cabo, aun
cuando se produzcan con respecto a acreedores no intervinientes. El cumplimiento de todas las condiciones anteriores deberá darse
en el momento de la suscripción del instrumento público en el que se recojan los acuerdos. 3 . Los acuerdos regulados en este
artículo únicamente serán susceptibles de impugnación de conformidad con lo dispuesto en el apartado segundo del artículo
siguiente. 4. Tanto el deudor como los acreedores podrán solicitar el nombramiento de un experto independiente para que informe
sobre el carácter razonable y realizable del plan de viabilidad, sobre la proporcionalidad de las garantías conforme a condiciones
normales de mercado en el momento de la firma del acuerdo, así como las demás menciones que, en su caso, prevea la normativa
aplicable. Cuando el informe contuviera reservas o limitaciones de cualquier clase, su importancia deberá ser expresamente
evaluada por los firmantes del acuerdo. El nombramiento de un experto independiente corresponderá al registrador mercantil del
domicilio del deudor. Si el acuerdo de refinanciación afectara a varias sociedades del mismo grupo, el informe podrá ser único y
elaborado por un solo experto, designado por el registrador del domicilio de la sociedad dominante, si estuviera afectada por el
acuerdo o, en su defecto, por el del domicilio de cualquiera de las sociedades del grupo. El nombramiento se hará entre profesionales
que resulten idóneos para la función. Dichos expertos quedarán sometidos a las condiciones del artículo 28 y a las causas de
incompatibilidad establecidas para los auditores en la legislación de auditoría de cuentas.”
Los acuerdos alcanzados conforme a estos términos (así como los actos, negocios, pactos o garantías
que se concluyan en ejecución de dicho acuerdo) no pueden ser objeto de rescisión concursal, pues
quedan excluidos del sistema de presunciones rescisorias, quedando al margen de que se cumplan
una serie de requisitos, lo que permite rescindir ciertos contratos. Estos requisitos pueden ser:
a. Serían irrescindibles los actos anteriores a la declaración del concurso que (aún
cuando no cumplan los requisitos anteriores que acabamos de ver), individualmente,
cumplan estas condiciones:
i. Que incremente la proporción de activo sobre pasivo, o bien que el activo
resultante sea superior al pasivo corriente.
DATO: No colocan en peor posición al deudor respecto a los acreedores garantizados.
iii. Que el tipo de interés aplicable a la deuda subsistente o resultante del
acuerdo no exceda del ⅓ al aplicable a la deuda previa.
DATO: Se trata de supuestos o acuerdos especiales que, aunque no cumplan esos requisitos
generales de irrescindibilidad (sobre todo si hay una mayoría muy cualificada), a lo mejor se
trata de acuerdos preconcursales que colocan al deudor en una posición mejor. En este caso
serían válidos si cumplen esos requisitos específicos.
Así mismo, es importante mencionar que en la Disposición adicional cuarta de la Ley Concursal se
regula la homologación judicial de los acuerdos de refinanciación. Para ésta, será competente el
juez de lo mercantil competente para el concurso, previa solicitud por el deudor o por cualquiera de
los acreedores que suscriban el acuerdo. Ello siempre que no se haya solicitado, en el año anterior,
homologación por el mismo deudor o de un acuerdo relativo al mismo deudor.
Se puede solicitar la homologación de los acuerdos de refinanciación que cumplan los requisitos de
carácter general que vimos para su carácter rescisorio, salvo el de la mayoría. Y se sustituye por
haber sido suscrito por acreedores que representen al menos el 51% de los pasivos financieros.
Asimismo, la homologación judicial del acuerdo de refinanciación tiene como único efecto proteger
dicho acuerdo contra la acción de rescisión concursal. Sin embargo, no tendría otros como el
descender los efectos a otros acreedores no suscriptores.
CLASES DE CONCURSO.
Podemos distinguir distintas clases de concurso.
En primer término, se suele distinguir entre el concurso voluntario y el concurso necesario, que
son términos que pueden resultar equívocos.
Por otro lado, también tenemos el concurso culpable y el concurso fortuito.
1. CONCURSO CULPABLE: será culpable cuando, tal y como dice el Art 164 de la Ley Concursal, en
la generación o la agravación del estado de insolvencia hubiere mediado dolo o culpa grave
del deudor, o sus representantes legales, o de los administradores o liquidadores (jurídica).
Art 164 de la Ley Concursal: Concurso culpable. “ 1 .E
l concurso se calificará como culpable cuando en
la generación o agravación del estado de insolvencia hubiera mediado dolo o culpa grave del deudor o, si
los tuviere, de sus representantes legales y, en caso de persona jurídica, de sus administradores o
liquidadores, de hecho y de derecho, apoderados generales, de quienes hubieren tenido cualquiera de
estas condiciones dentro de los dos años anteriores a la fecha de declaración del concurso, así como de
sus socios conforme a lo dispuesto en el artículo 165.2”.
★ IURE ET DE IURE.
La ley establece una serie de presunciones para estimar o calificar la culpabilidad o no de un
concurso. Algunas son iure et de iure (contra las que no cabe prueba en contra), c uya
concurrencia necesariamente determina la culpabilidad.
Así mismo, también se presume la culpabilidad en los siguientes supuestos:
■ Cuando de los dos años anteriores a la declaración del concurso, hubieran salido
fraudulentamente del patrimonio del deudor, bienes o derechos.
ue determinan la culpabilidad.
Estos son los supuestos de presunciones iure et de iure, q
★ IURIS TANTUM.
Hay otros casos que se presume i uris tantum que el concurso es culpable, como son:
2. CONCURSO FORTUITO. Este no aparece definido en la Ley Concursal y lo podemos calificar por
antagonismo al concurso culpable. En el Código de Comercio se hablaba de él en los
supuestos en los que a una persona o sociedad solvente le sobrevinieren infortunios
casuales dentro del orden regular de un buen administrador mercantil.
En este caso no sería culpable, puesto que la culpabilidad de un concurso viene determinada
por actuaciones indebidas (falseamientos, incumplimientos de deberes propios de la administración,
fraudes, falta de colaboración, etc.).
No obstante, hay que tener en cuenta que la calificación (que como veremos, es una de las fases del
concurso) sólo se produce en unos supuestos concretos. Es decir, no en todo procedimiento concursal
se va a producir la calificación del concurso, sino sólo en dos supuestos a los que alude el Art 163 de
la Ley Concursal. Procede la calificación del concurso como culpable o fortuito:
Art 163 de la Ley Concursal: “C alificación del concurso. 1. El concurso se calificará como fortuito o
como culpable. 2. L
a calificación no vinculará a los jueces y tribunales del orden jurisdiccional penal que,
en su caso, entiendan de actuaciones del deudor que pudieran ser constitutivas de delito.”
Esa insolvencia puede ser actual o inminente. Es decir, no se exige exactamente que esté en
situación de insolvencia, pues admite supuestos en los que el deudor puede por sí mismo
declararse en concurso porque estima que está en situación de insolvencia inminente. Dicho
de otra forma, el deudor prevé que no podrá cumplir regular ni puntualmente sus
obligaciones.
Art 2 de la Ley Concursal. Presupuesto objetivo. “1 . La declaración de concurso procederá en caso de
insolvencia del deudor común. 2 .S e encuentra en estado de insolvencia el deudor que no puede cumplir
regularmente sus obligaciones exigibles. 3. Si la solicitud de declaración de concurso la presenta el
deudor, deberá justificar su endeudamiento y su estado de insolvencia, que podrá ser actual o inminente.
Se encuentra en estado de insolvencia inminente el deudor que prevea que no podrá cumplir regular y
puntualmente sus obligaciones. 4 . Si la solicitud de declaración de concurso la presenta un acreedor,
deberá fundarla en título por el cual se haya despachado ejecución o apremio sin que del embargo
resultasen bienes libres bastantes para el pago, o en la existencia de alguno de los siguientes hechos: 1.º
El sobreseimiento general en el pago corriente de las obligaciones del deudor. 2 .º La existencia de
embargos por ejecuciones pendientes que afecten de una manera general al patrimonio del deudor. 3.º El
alzamiento o la liquidación apresurada o ruinosa de sus bienes por el deudor. 4 .º El incumplimiento
generalizado de obligaciones de alguna de las clases siguientes: las de pago de obligaciones tributarias
exigibles durante los tres meses anteriores a la solicitud de concurso ; las de pago de cuotas de la
Seguridad Social, y demás conceptos de recaudación conjunta durante el mismo período ; las de pago de
salarios e indemnizaciones y demás retribuciones derivadas de las relaciones de trabajo correspondientes
a las tres últimas mensualidades.
Art 3 de la Ley Concursal. “L egitimación. 1. P ara solicitar la declaración de concurso están legitimados
el deudor, cualquiera de sus acreedores y el mediador concursal cuando se trate del procedimiento
regulado en el Título X de esta Ley. Si el deudor fuera persona jurídica, será competente para decidir
sobre la solicitud el órgano de administración o de liquidación. 2 . Por excepción a lo dispuesto en el
apartado anterior, no está legitimado el acreedor que, dentro de los seis meses anteriores a la
presentación de la solicitud, hubiera adquirido el crédito por actos ínter vivos y a título singular, después de
su vencimiento. 3. Para solicitar la declaración de concurso de una persona jurídica, están también
legitimados los socios, miembros o integrantes que sean personalmente responsables, conforme a la
legislación vigente, de las deudas de aquélla. 4 . Los acreedores del deudor fallecido, los herederos de
éste y el administrador de la herencia podrán solicitar la declaración de concurso de la herencia no
aceptada pura y simplemente. La solicitud formulada por un heredero producirá los efectos de la
aceptación de la herencia a beneficio de inventario”.
B. A mayores también nos dice que cuando el deudor es una persona jurídica, será competente
para decidir sobre la solicitud el órgano de administración o el órgano de liquidación.
C. Y también que, cuando se trata del concurso de una persona jurídica, pueden solicitarlo
también los socios, miembros o integrantes de la misma, que sean personalmente
responsables conforme a la legislación vigente por las deudas de dicha persona jurídica.
D. Finalmente, podrán solicitarlo los acreedores siempre que concurra alguno de los hechos
que hacen presuponer la insolvencia conforme a la ley (Art 2.4 de la Ley Concursal). Es decir,
si el acreedor presenta una ejecución y en esta se pone de manifiesto que no hay bienes
para pagar, entonces el acreedor podrá solicitar el concurso. También en otros supuestos
como:
b. Cuando existan embargos por ejecuciones pendientes que afecten de una manera
general al patrimonio del deudor.
c. El alzamiento o la liquidación apresurada o ruinosa de sus bienes por el deudor.
➢ Si la solicitud fue formulada por cualquier otro legitimado, una vez que se admite a trámite (y
que, en su caso, pueden adoptarse ciertas medidas cautelares) el juez, dará traslado de esa
solicitud al deudor para que formule oposición y se le cita con los demás interesados a una
vista. En esa vista, el juez oirá a las partes y a los abogados, se practican las pruebas que
procedan y se resolverá mediante auto que estime o desestime la petición. En cualquier
caso, cabe después la oposición y al apelación.
Cuando el deudor está en situación de insolvencia actual, en principio tiene un plazo para solicitar la
declaración de concurso. Sin embargo, no tiene porqué hacerlo si está en negociaciones para
obtener o que se llama una “propuesta anticipada de convenio” o si está en negociaciones para un
acuerdo de refinanciación. Esto debe comunicárselo al juzgado antes de que transcurra el plazo de
los dos meses siguientes. En ese caso, no estará obligado a formular la petición del concurso. Y
tampoco lo estaría si se ha nombrado el mediador para un acuerdo extrajudicial de pagos.
2. Sobre los efectos de la declaración sobre las facultades de administración y disposición del
deudor respecto de su patrimonio. Es decir, el auto es una pieza clave para determinar en
qué situación va a quedar el deudor concursal.
4. Y por último, se pronunciará sobre el llamamiento de los acreedores para que pongan en
conocimiento de la administración concursal la existencia de sus créditos.
En todo caso, también se dará publicidad a todas aquellas resoluciones que dentro del ámbito del
procedimiento son de necesaria publicidad a través del denominado Registro Público Concursal,
que es donde se centraliza toda la publicidad que deba darse a la situación del concurso o del
concursado.
DATO: Si queremos saber si una persona está en concurso o no y, si lo está, en que fase se encuentra, lo
podemos hacer a través del Registro Público Concursal, el cual se encuentra disponible en Internet.
Y por último, si el deudor tuviera bienes inscribibles o inscritos en registros públicos (en el Registro de
la Propiedad o en el Registro de Bienes Muebles, entre otros), también dará comunicación a esos registros
para que procedan a la anotación preventiva que corresponda relativa a la intervención o suspensión
de las facultades de administración o disposición del deudor.
1. En cuanto a la persona, la Ley Concursal ha superado y suprimido (en general) los efectos
de carácter represivo que la legislación anterior contemplaba en los supuestos de
insolvencia. Ahora no es directamente así, aunque sí que tiene efectos sobre la persona del
deudor.
La Ley Concursal reserva (con carácter general), para aquellos actos realizados por el deudor
que impliquen una infracción de las limitaciones, que se le puede imponer una sanción. Es
decir, si el deudor realiza algún acto contraviniendo las limitaciones de intervención o de
suspensión, esos actos serán anulables y sujetos a la sanción de anulabilidad.
Por lo tanto, esos actos pueden ser convalidados por el administrador o por la Administración
concursal. Es decir, puede ser convalidada la acción de nulidad, que caducará al cabo de
un mes desde que cualquiera de los acreedores o alguien que haya sido parte de la relación,
requiera al administrador para que se pronuncie sobre la confirmación.
En todo caso, se prohíbe el acceso a los registros públicos de los actos de disposición,
cuando no se hayan confirmado o convalidado por los administradores concursales.
Asimismo, la declaración del concurso no interrumpe por sí sola el ejercicio de la actividad
profesional o empresarial del deudor:
b. Otro efecto más sobre el patrimonio del deudor es que, hasta la aprobación oficial
del convenio (es el objetivo del concurso) o la apertura de la liquidación, el deudor no
podrá enajenar o gravar bienes o derechos que integran la masa activa sin
autorización del juez. Ello salvo aquellos actos de disposición que sean inherentes a
la retribución de la actividad empresarial o profesional.
En cuanto a las acciones individuales, sólo podrán iniciarse nuevos procesos declarativos, en los
que se ejerciten acciones civiles o sociales, ante el propio juez del concurso. En principio, el
conocimiento de las acciones civiles o sociales se atribuye al juez del concurso.
En cambio, en los procesos contenciosos, penales o sociales (que no estén atribuidos al juez del
concurso), se emplazará a la Administración concursal para que defienda la masa. Y esto en cuanto a
los nuevos procedimientos.
En cuanto a los procesos ya iniciados, éstos van a continuar hasta que haya sentencia firme,
aunque se prevé que puedan ser acumulados al proceso concursal cuando se estén tramitando en
primera instancia y sean de los atribuidos a la competencia del juez del concurso.
También se paralizan temporalmente las ejecuciones singulares de garantías reales sobre bienes
afectos a la actividad profesional o empresarial del deudor concursal. Inclusive, quedan sin efecto los
convenios arbitrales de los que sea parte el deudor durante la tramitación del concurso, y los que
estén en tramitación, continuarán hasta la firmeza del auto, pero luego pararán.
Por otra parte, la Administración Concursal puede extinguir o suspender los contratos del personal
de alta dirección. Y también está facultada para:
■ Rehabilitar contratos de crédito o préstamo a favor del deudor concursado, así como
contratos de adquisición de bienes con un precio aplazado.
Por último, en cuanto a los contratos de carácter administrativo (los realizados por las
Administraciones), éstos se regirán por lo dispuesto en la legislación especial. En cambio, los de
carácter privado se sujetan a la legislación concursal.
ADMINISTRACIÓN CONCURSAL.
Básicamente, la estructura organizativa del concurso que establece la Ley Concursal, se ha
simplificado y hoy, básicamente tenemos dos actores fundamentales, que son:
Una vez que el juez ordena la apertura, declara el concurso, es decir, se ha formado la pieza
primera con el auto de declaración del concurso. En la misma, procedimentalmente se van
integrando todos los elementos que conforman la fase común del concurso.
Asimismo, se va a abrir con el nombramiento del administrador concursal la que se denomina “pieza
en esta segunda pieza se van a integrar todas las resoluciones y solicitudes relativas a
segunda”. Y
la Administración Concursal, como son el nombramiento, el Estatuto, el ejercicio de facultades, las
cuestiones relativas a la responsabilidad de los administradores, entre otras.
El nombramiento, por lo tanto, del administrador lo va a hacer el propio juez del concurso junto con
el auto de declaración, al que se le va a dar la publicidad correspondiente que veíamos.
Así mismo, habrán de cumplir los requisitos de titulación requerida, de experiencia y especialización,
que básicamente es la realización de cursos específicos y demás.
Para ver qué concursos se van a calificar como de mediano o gran tamaño, la ley remite al
desarrollo reglamentario, que todavía no se ha desarrollado desde el año 2014 y rige el régimen
pretérito, puesto que no se ha desarrollado aún el vigente.
En la Ley Concursal s e establece que la designación se hará entre esas personas que constan en la
sección cuarta del RPC por turno correlativo, es decir, el juez no determina quien lo ha de ser, sino
que se habría de hacer por turno correlativo.
No obstante, el juzgado podrá establecer de manera motivada que el administrador no sea una
persona distinta, cuando considera que el perfil de este se adecúa mejor al concurso que se va a
llevar a cabo o a las características del mismo.
Conforme a ello, el administrador concursal va a ser también una sola persona que reúna alguna
de las siguientes circunstancias:
1. Que sea un abogado en ejercicio con experiencia profesional efectiva de al menos 5 años y
con experiencia demostrable en el ámbito concursal.
2. También puede ser economista, titulado en mercantil o auditor de cuentas, con cinco
años de experiencia profesional y con especialización demostrable en materia concursal.
3. Y por último, una persona jurídica en la que se integre por lo menos, un abogado en
ejercicio, un economista, un titulado en mercantil o auditor de cuentas, que garantice la
independencia de la actuación en el desarrollo de estas funciones.
Básicamente para esto se atiende a las relaciones entre el administrador concursal y el deudor
concursal; o también se atiende a veces, a la naturaleza del propio deudor para establecerlas.
1. En primer lugar, no pueden ser administradores concursales quienes no puedan ser
administradores de sociedades anónimas o sociedades limitadas. Por lo tanto, no podrían:
a. Los menores no emancipados.
e. Los funcionarios públicos con funciones relacionadas con las actividades del deudor
concursado, jueces o demás personas afectadas por una incompatibilidad legal.
2. Además, tampoco pueden ser nombrados, siempre que en la lista haya persona suficientes,
quienes hayan sido designados por el mismo juzgado en tres concursos en los dos años
anteriores, para que no caiga siempre en las mismas personas; o que hubieran sido
separados del cargo o inhabilitados por sentencia relativa a la desaprobación de las cuentas
que hayan presentado en un concurso anterior.
3. Y por último, tampoco pueden serlo, aquellas personas que estén especialmente
relacionadas con el deudor concursal (que haya cierta vinculación personal o de afecto).
ACEPTACIÓN Y RECUSACIÓN.
En cuanto a la aceptación y recusación del cargo de administrador concursal, el nombramiento del
administrador por parte del juzgado, debe ser comunicado de la forma más rápida y, en cinco días, el
nombrado tiene de plazo para aceptar o no.
En caso de que acepte, tiene que acreditar que tiene constituido un seguro de responsabilidad civil o
garantía equivalente para cubrir ciertos daños. Si no concurre o no acepta en el plazo señalado, se
nombra a otro, es decir, se procede a otro nombramiento. Y finalmente, debemos tener en cuenta
que una vez que acepte, solo puede renunciar por causa grave.
No obstante, es importante tener en cuenta que lo que sí pueden hacer alguno de los interesados es
recusarlo. De esta manera, debemos señalar que serían causas de la recusación de los
administradores concursales, las mismas circunstancias que señalamos de incapacidad,
prohibición o incompatibilidad, a las que se suman las de recusación de peritos.
Podrán solicitar esta recusación y por lo tanto, están legitimados para recusar al administrador
concursal, las mismas personas legitimadas para solicitar la declaración del concurso. Y las
vicisitudes (declaraciones) de la recusación se tramitan ante el mismo juez del concurso, por el
mismo trámite de incidentes concursal, sin tener efectos suspensivos. Por consiguiente, todo lo que
haga el administrador, aunque luego se estima la recusación, será en principio válido.
En todo caso, las decisiones y los acuerdos de la Administración Concursal han de ser, salvo
los que sean de trámite o de gestión ordinaria, consignados por escrito y serán firmados por todos los
miembros de la Administración Concursal.
Los acuerdos o la Administración en general están sometidos a supervisión por el juez del concurso,
que podrá requerir en cualquier momento de la información que estime conveniente o incluso podrá
pedir una memoria sobre el estado del concurso.
❏ RESPONSABILIDAD DE LOS ADMINISTRADORES CONCURSALES.
En cuanto a la responsabilidad de los administradores concursales, estos responden frente al
deudor y a los acreedores por los daños y perjuicios causados a la masa, derivados de actos y
omisiones contrarios a la ley o realizados sin la diligencia debida; es decir, son responsables de los
actos que hagan de forma indebida sin la debida diligencia o que sean contrarios a la ley.
Así mismo, debemos tener en cuenta que esa responsabilidad la pueden pedir tanto el deudor
concursado, como los acreedores, pues ambos están interesados en que las cosas se hagan bien.
El resarcimiento (lo que se obtenga por el ejercicio de esa acción de responsabilidad concursal), en
principio va a integrarse en la masa, porque es en beneficio de la masa concursal.
La responsabilidad de los administradores es solidaria entre ellos y con los auxiliares delegados, en
el caso de que los haya.
Los auxiliares delegados son personas que pueden ser designados a petición de la Administración
Concursal, dependiendo de las características del concurso para el desarrollo de determinadas
gestiones o actividades, pues en ocasiones, se necesitan personas que auxilien. Y por las
actividades de los administradores concursales o los auxiliares delegados, solidariamente responden
todos entre ellos, salvo que prueben que han actuado diligentemente para prevenir el daño.
LA ACCIÓN DE RESPONSABILIDAD.
La acción de responsabilidad se sustanciará ante el juez del concurso en la pieza segunda, por el
trámite de juicio declarativo que corresponda, prescribiendo la acción a los 4 años desde que el
demandante tuvo conocimiento del daño o desde que el administrador haya cesado en su cargo.
Esta acción de responsabilidad no prejuzga, es decir, puede ejercitarse sin perjuicio de las
acciones de responsabilidad individual que puedan corresponder al deudor, a los acreedores o a
terceros, por daños o lesiones que atenten contra sus propios intereses.
SEPARACIÓN Y CESE.
En cuanto a la separación o cese, el juez cuando concurra justa causa, puede separar al
administrador concursal de sus funciones mediante un auto en el que consignará los motivos. Este
auto además, se deberá inscribir en el RPC, como el nombramiento.
LEGITIMACIÓN.
Pueden pedir la separación del administrador concursal:
CIRCUNSTANCIAS DE CESE.
El administrador concursal no sólo puede cesar porque sea separado de su cargo por el Juez a
instancia de alguna de estas personas legitimadas, sino que la forma normal de cese es por la
conclusión del concurso, es decir, cuando el concurso termina, cesa el administrador concursal.
No obstante, puede producirse antes por otras circunstancias que determinan el cese del mismo:
■ Fallecimiento.
■ Incapacidad sobrevenida.
■ Renuncia justificada con causa grave, como por ejemplo, p or enfermedad.
■ La aprobación judicial del convenio, que no es que termine el concurso,
sino que cesa el administrador concursal, aunque puede haber reposición de
la administración concursal si el convenio se incumple, se anula o resulta de
imposible cumplimiento.
■ Por la admisión judicial de la recusación.
En todos los casos, el juez del concurso debe proceder a un nuevo nombramiento del administrador
concursal, al que se le dará la misma publicidad que veíamos para el nombramiento. En todo caso,
antes de su cese, debe rendir cuentas de lo actuado hasta la fecha.
En todo caso la Ley Concursal dice que ha de ajustarse a cuatro principios, (tres originarios y el
último se añadió con una reforma que hubo).
1. PRINCIPIO DE EXCLUSIVIDAD:s ignifica que la administración concursal solo puede recibir los
honorarios que se derivan del arancel, no puede andar pagándole a nadie por detrás.
3. PRINCIPIO DE EFECTIVIDAD: esto supone que en aquellos concursos donde la masa sea
insuficiente para satisfacer los honorarios de la Administración concursal, se garantiza un
mínimo retributivo mediante una cuenta de garantía arancelaria que se dota por las
aportaciones obligatorias de los administradores concursales.
4. Y por último, el PRINCIPIO DE EFICIENCIA: en virtud del cual, la retribución se devengará
conforme se vayan cumpliendo las funciones previstas en la ley.
Y determina también que la retribución inicialmente acordada por el juez, puede ser reducida
por incumplimiento de las obligaciones, o por un retraso atribuible a la Administración
concursal o por una calidad insuficiente en los trabajos que haya realizado.
Así mismo, es importante mencionar que el auto de nombramiento determinará los plazos en los
que deberá ser satisfecha la retribución, pudiendo modificarse en cualquier parte del proceso, a
solicitud de oficio, del deudor o de cualquier acreedor.
MASAS CONCURSALES.
MUY IMPORTANTE.
De las 6 secciones en las que se divide el procedimiento concursal, la tercera integra lo relativo a la
determinación de la masa activa, para los acreedores y para los deudores de la masa.
La masa activa es el patrimonio susceptible de ejecución, constituido por los bienes y derechos
integrados en el patrimonio del deudor a la fecha de declaración del concurso, así como los que se
reintegren a ese patrimonio o los que adquiera hasta la conclusión del procedimiento. En resumen,
son los bienes o derechos con los que se pueden cobrar a los acreedores.
B. Y en segundo lugar, los titulares de créditos con privilegios sobre buques o aeronaves
podrán separar estos bienes de la masa para el ejercicio de las acciones reconocidas en la
legislación específica que se les aplica.
En el caso de la persona casada, desde luego, van a incluirse en esa masa activa, los bienes y los
derechos que tengan carácter propio o que sean privativos. Así mismo, debemos tener en cuenta
respecto de los gananciales o comunes, se van a integrar solo cuando deban responder de las
obligaciones del concursado conforme de las reglas establecidas y vistas.
Así pues, en todo caso, el cónyuge del deudor concursado puede pedir la disolución de la
sociedad conyugal y el juez del concurso, acordará la disolución del mismo de forma coordinada.
Art 79 de la Ley Concursal: Cuentas indistintas. “ 1. Los saldos acreedores de cuentas en las que el concursado
figure como titular indistinto se integrarán en la masa activa, salvo prueba en contrario apreciada como suficiente por
la administración concursal. 2. C ontra la decisión que se adopte podrá plantearse incidente concursal.”
En las cuentas de titularidad indistinta, la jurisprudencia siempre distingue lo que es:
La titularidad de la cuenta determina la disposición de los fondos, de este modo, el banco puede dar
el dinero a una persona si es titular o cotitular, como por ejemplo mis padres, pero si solo se ingresa
la pensión de mis padres, el dueño de ese dinero son mis padres, aunque el banco me lo pueda dar.
Estas normas ceden un poco, en el sentido de que fiscalmente, se presume la titularidad por mitad.
Así mismo, la Ley Concursal alude al fenómeno de la separación en el Art 80 de la Ley Concursal, que
nos dice que aquellos bienes que estén en propiedad del deudor concursado, pero sean de
propiedad ajena, serán entregados por la Administración Concursal a su legítimo titular por solicitud
de estos o de oficio por los propios administradores. Y esto es lo que se llama “separatio ex iure
s decir, lo que significa por derecho del dueño.
domini”, e
La separación ex iure crediti, sólo se reconoce para el privilegio de los acreedores sobre los
buques y aeronaves, como hemos dicho anteriormente. En el resto de garantías legales, no las hay.
Si los bienes y derechos susceptibles de separación hubieren sido enajenados por el deudor
concursado antes de la declaración del concurso a un tercero de quien no pueden reivindicarse,
el titular perjudicado podrá optar entre:
INVENTARIO.
En relación con esta masa activa, la Administración Concursal ha de realizar un inventario de la
misma, es decir, elaborar una relación de los bienes y derechos con su avalúo a valor del mercado,
de todos los bienes y derechos que integran la masa activa del deudor a la fecha de cierre de dicho
inventario (que será el día anterior a la emisión del informe). Además, en ese inventario, también se
debe hacer una relación de los litigios pendientes y el resultado probable, a propósito de todos estos
bienes y derechos que integran el propio inventario.
ACCIONES RESCISORIAS O DE REINTEGRACIÓN DE LA MASA ACTIVA DEL CONCURSO.
Vamos a referirnos ahora a las acciones rescisorias o acciones de reintegración de la masa
activa del concurso, a las que se refiere el al Art 71 de la Ley Concursal.
Una vez que se declare el concurso, la ley reconoce la posibilidad de rescindir los actos
perjudiciales para la masa activa que hubiese realizado el deudor dentro de los dos años anteriores a
la fecha de declaración del concurso, aunque no hubiera intención fraudulenta.
La ley para ello, establece diversas presunciones respecto de la existencia de perjuicio, es decir, lo
que tiene que haber es un perjuicio para la masa activa, no una intención fraudulenta:
Para cualesquiera otros actos, el prejuicio patrimonial deberá ser probado.
OBJETO DE RESCISIÓN.
En ningún caso pueden ser objeto de rescisión:
LEGITIMACIÓN.
La legitimación para el ejercicio de estas acciones de reintegración, corresponden a la
Administración Concursal o subsidiariamente, si no las ejercita la Administración Concursal, podrían
ejercitarla los acreedores (en caso de inactividad de la Administración).
TRAMITACIÓN.
Se tramitarán por el trámite de incidente concursal y la sentencia que estime que proceda la
reintegración, declarará la ineficacia del acto impugnado y condenará a restituir las prestaciones
objeto del acto impugnado con los intereses y frutos que corresponda.
Así mismo, puede ocurrir que los bienes y derechos reintegrables no puedan ser reintegrables
porque pertenezcan a un tercero que no haya sido demandado, a un tercero de buena fe o
hipotecario, es decir, de personas que gozan de protección registral. Así pues, en ese caso, se
condenará a quien hubiera sido parte del acto rescindido, a entregar el valor que tuvieran esos
bienes que salieran del patrimonio del concursado más el interés legal.
Y si en la sentencia se apreciase mala fe en quien contrató con el deudor concursado, podrá
condenarlo a indemnizar los daños y perjuicios ocasionados a la masa activa.
LA MASA PASIVA.
En el concurso podemos distinguir dos clases de créditos, los créditos concursales, que integran la
masa pasiva y los créditos contra la masa. Así pues, son formas de denominar los distintos tipos de
crédito en función de quien cobra antes y de cómo se cobra.
Pues esos créditos contra la masa, son créditos que surgen con posterioridad a la declaración del
concurso y son los que hay que pagar primero, los gastos de ciertos alimentos, salarios, etc.
Así mismo, debemos tener por lo tanto en cuenta, que todo lo que no sean créditos contra la masa,
son créditos concursales, que como hemos dicho, integran la masa pasiva. Y estos créditos
concursales han de ser comunicados y reconocidos.
En definitiva, es importante mencionar que el juez, cuando declara el concurso hace un llamamiento
a los acreedores para que en el plazo de un mes, desde la publicación en el BOE de la declaración
del concurso, comuniquen por escrito su crédito, con sus características y acompañado de la
documentación acreditativa, a la Administración Concursal.
El reconocimiento de tales créditos corresponde a la Administración Concursal, es decir, hay que
comunicárselos al administrador concursal y este los incluye o no, en función de lo que vea en la lista
de acreedores. Así pues, necesariamente, habrá de incluirse los siguientes créditos:
1. Los que sean reconocidos por laudo o sentencia, aunque no sean firmes.
2. Los que consten en documento con fuerza ejecutiva.
3. Los reconocidos por certificación administrativa.
4. Los que tengan garantía real y estén inscritos en Registro Público.
5. Y los créditos de los trabajadores que consten en los libros del deudor.
De hecho, La Ley Concursal Española en sucesivas reformas ha tratado de ir eliminando los distintos
privilegios que había entre acreedores concursales.
1. PRIVILEGIADOS:
● Los garantizados con anticresis, que tienen privilegios sobre los frutos del
inmueble gravado. Y este hecho es rarísimo.
b. Con PRIVILEGIO GENERAL: estos sí que afectan a todo el patrimonio. Y algunos son
solo privilegiadamente realizables sobre determinados bienes o derechos. Serían:
● Los créditos por salarios que no tengan reconocido un privilegio especial, por
ejemplo, los que no tengan un carácter refaccionario.
● Y por último, la mitad del importe de los créditos de que fuera titular el
acreedor que solicitara la declaración del concurso.
2. ORDINARIOS: se determinan por exclusión, pues no existe una definición como tal. Son los que
no son ni privilegiados, ni subordinados.
3. SUBORDINADOS: son los últimos y van a cobrar sólo si quedan bienes, después de haber
exclusión con los demás. Carecen de voto en la Junta de los acreedores y en caso de
liquidación, no podrán ser pagados hasta que hayan sido reintegrados todos los demás.
Entre los cuales, tendríamos:
● Los que se comunican tardíamente a la Administración Concursal.
● Los créditos por multas y demás sanciones pecuniarias (pues el resto de los de
derecho público, no).
● Los créditos de los que fuera el titular alguna persona especialmente relacionada con
el deudor.
● Y aquellos que resulten a favor de una persona, respecto de que haya una sentencia
que declare que haya actuado de mala fe en el contrato rescindido.
DATO: Ese plazo puede ser ampliado por el juez, dependiendo de la … del concurso (no es lo mismo el
concurso de una empresa pequeña que de una empresa grande). Si no se cumple esto y no lo hacen en plazo,
podrán ser sancionados, por lo que no se les retribuirá.
Ese informe tiene que adaptarse a la estructura que señala la ley, por lo que básicamente tendrá
que contemplar:
■ Y también una memoria de las principales actuaciones y decisiones que haya de tomar o
haya tomado la Administración concursal.
Art 75 de la Ley Concursal: “ E structura del informe. 1. E l informe de la administración concursal contendrá: 1
.º
Análisis de los datos y circunstancias del deudor expresados en la memoria a que se refiere el número 2.º del
apartado 2 del artículo 6. 2.º E
stado de la contabilidad del deudor y, en su caso, juicio sobre las cuentas, estados
financieros, informes y memoria a que se refiere el apartado 3 del artículo 6. Si el deudor no hubiese presentado las
cuentas anuales correspondientes al ejercicio anterior a la declaración de concurso, serán formuladas por la
administración concursal, con los datos que pueda obtener de los libros y documentos del deudor, de la información
que éste le facilite y de cuanta otra obtenga en un plazo no superior a quince días. 3 .º Memoria de las principales
decisiones y actuaciones de la administración concursal. 2. Al informe se unirán los documentos siguientes: 1.º
Inventario de la masa activa. 2 .º Lista de acreedores. 3
.º En su caso, el escrito de evaluación de las propuestas de
convenio. 4.º E
n su caso, el plan de liquidación. 5.º Valoración de la empresa en su conjunto y de las unidades
productivas que la integran bajo la hipótesis de continuidad de las operaciones y liquidación. 3 . El informe concluirá
con la exposición motivada de los administradores concursales acerca de la situación patrimonial del deudor y de
cuantos datos y circunstancias pudieran ser relevantes para la ulterior tramitación del concurso.”
■ La lista de acreedores.
■ El plan de liquidación.
DATO: Como mínimo, lo que hay que entregar es el inventario y la lista de acreedores, que es lo fundamental.
Por lo tanto, lo que tiene que hacer (fundamentalmente) la Administración concursal es determinar lo
que hay y lo que falta por pagar. A mayores, en función de diversas vicisitudes, se pueden requerir
otras cosas.
Por ejemplo: Hasta que se concluye la fase común, se pueden hacer propuestas anticipadas de
convenio (es decir, el deudor puede llegar a acuerdos con una parte de los acreedores y proponer un
convenio), las cuales tendrá que evaluar la Administración concursal.
LISTA DE ACREEDORES.
En cuanto a la lista de acreedores, ésta va a comprender una relación de todos los acreedores
incluidos, con:
DATO: Se llaman créditos contra la masa porque hay que satisfacerlos de forma anticipada. Normalmente son
aquellos que se van devengando a lo largo del procedimiento concursal o que son indeclinables.
Art 84.2 de la Ley Concursal: “Tendrán la consideración de créditos contra la masa los siguientes: 1 .º Los créditos por salarios por los últimos
treinta días de trabajo efectivo anteriores a la declaración de concurso y en cuantía que no supere el doble del salario mínimo interprofesional.
os de costas y gastos judiciales necesarios para la solicitud y la declaración de concurso, la adopción de medidas cautelares, la publicación
2.º L
de las resoluciones judiciales previstas en esta ley, y la asistencia y representación del concursado y de la administración concursal durante toda
la tramitación del procedimiento y sus incidentes, cuando su intervención sea legalmente obligatoria o se realice en interés de la masa, hasta la
eficacia del convenio o, en otro caso, hasta la conclusión del concurso, con excepción de los ocasionados por los recursos que interpongan
contra resoluciones del juez cuando fueren total o parcialmente desestimados con expresa condena en costas. 3.º Los de costas y gastos
judiciales ocasionados por la asistencia y representación del deudor, de la administración concursal o de acreedores legitimados en los juicios
que, en interés de la masa, continúen o inicien conforme a lo dispuesto en esta Ley, salvo lo previsto para los casos de desistimiento,
allanamiento, transacción y defensa separada del deudor y, en su caso, hasta los límites cuantitativos en ella establecidos. 4 .º L
os de alimentos
del deudor y de las personas respecto de las cuales tuviera el deber legal de prestarlos, conforme a lo dispuesto en esta ley sobre su
procedencia y cuantía así como, en toda la extensión que se fije en la correspondiente resolución judicial posterior a la declaración del concurso,
los de los alimentos a cargo del concursado acordados por el juez de primera instancia en alguno de los procesos a que se refiere el título I del
libro IV de la Ley de Enjuiciamiento Civil. Tendrán también esta consideración los créditos de este tipo devengados con posterioridad a la
declaración del concurso cuando tengan su origen en una resolución judicial dictada con anterioridad. 5 .º L
os generados por el ejercicio de la
actividad profesional o empresarial del deudor tras la declaración del concurso, incluyendo los créditos laborales, comprendidas en ellos las
indemnizaciones de despido o extinción de los contratos de trabajo, así como los recargos sobre las prestaciones por incumplimiento de las
obligaciones en materia de salud laboral, hasta que el juez acuerde el cese de la actividad profesional o empresarial, o declare la conclusión del
concurso. Los créditos por indemnizaciones derivadas de extinciones colectivas de contratos de trabajo ordenados por el juez del concurso se
entenderán comunicados y reconocidos por la propia resolución que los apruebe, sea cual sea el momento. 6.º Los que, conforme a esta Ley,
resulten de prestaciones a cargo del concursado en los contratos con obligaciones recíprocas pendientes de cumplimiento que continúen en
vigor tras la declaración de concurso, y de obligaciones de restitución e indemnización en caso de resolución voluntaria o por incumplimiento del
concursado. 7 .º Los que, en los casos de pago de créditos con privilegio especial sin realización de los bienes o derechos afectos, en los de
rehabilitación de contratos o de enervación de desahucio y en los demás previstos en esta Ley, correspondan por las cantidades debidas y las
de vencimiento futuro a cargo del concursado. 8 .º L
os que, en los casos de rescisión concursal de actos realizados por el deudor, correspondan
a la devolución de contraprestaciones recibidas por éste, salvo que la sentencia apreciare mala fe en el titular de este crédito. 9 .º Los que
resulten de obligaciones válidamente contraídas durante el procedimiento por la administración concursal o, con la autorización o conformidad de
ésta, por el concursado sometido a intervención. 1 0.º Los que resulten de obligaciones nacidas de la ley o de responsabilidad extracontractual
del concursado con posterioridad a la declaración de concurso y hasta la conclusión del mismo. 1 1.º El cincuenta por ciento de los créditos que
supongan nuevos ingresos de tesorería y hayan sido concedidos en el marco de un acuerdo de refinanciación, en las condiciones previstas en el
artículo 71 bis o en la Disposición adicional cuarta. En caso de liquidación, los créditos concedidos al concursado en el marco de un convenio
conforme a lo dispuesto en el artículo 100.5. Esta clasificación no se aplica a los ingresos de tesorería realizados por el propio deudor o por
personas especialmente relacionadas a través de una operación de aumento de capital, préstamos o actos con análoga finalidad. 1 2.º
Cualesquiera otros créditos a los que esta ley atribuya expresamente tal consideración.”
PUBLICIDAD.
A este informe de la Administración concursal hay que darle publicidad, dirigiendo una
comunicación electrónica a aquellos acreedores que hayan comunicado sus créditos y señalado
una dirección electrónica con la que comunicarse. Asimismo, también hay que comunicarle al deudor.
IMPUGNACIÓN.
El informe puede ser impugnado por cualquier interesado, en el plazo de los diez días siguientes a la
comunicación. Asimismo, también se pueden impugnar otros documentos:
■ EL INFORME DEL ADMINISTRADOR CONCURSAL. Es una pieza clave, pues de ahí va a
determinarse nuestra posición en el concurso (qué consideración tiene el crédito, su importe, etc.).
■ EL INVENTARIO, solicitando
la inclusión o exclusión de bienes o derechos, así como el aumento
o disminución de su avalúo.
Las impugnaciones se sustanciarán por el trámite del incidente concursal. Y una vez que se
resuelven todas las impugnaciones, en los cinco días siguientes a la última sentencia resolutoria de
esas impugnaciones contra el informe de la resolución, la Administración introducirá en el inventario
las modificaciones que resulten pertinentes. Es decir, si hay alguna impugnación que sea estimada,
se modificará el inventario, la lista de acreedores o el informe en lo que sea necesario.
Asimismo, se presentarán los textos definitivos, es decir, se establece una relación definitiva de los
créditos contra la masa pendientes de pago. Todo esto quedará de manifiesto en la secretaría del
juzgado y se comunica nuevamente a los acreedores,en el plazo de cinco días.
Y con esto finaliza la fase común del concurso. Por tanto, una vez finalizada ésta, el juez puede dictar
dos tipos de autos:
Asimismo, debemos aludir a que la Ley Concursal e structura procesalmente el procedimiento en seis
secciones o partes generales, en las que se van integrando actuaciones diversas relativas al
ámbito propio de cada una de esas secciones. Además, dichas secciones pueden tener lo que se
denominan “piezas separadas” (incidentes, impugnaciones, etc.). Por lo tanto, estas secciones son:
1. La PRIMERA SECCIÓN i ntegra casi toda la fase común, a excepción de los aspectos concretos.
Además, se inicia con el auto de resolución del concurso y termina con la resolución final de
la fase común, a la que puede añadirse (en su caso) una resolución de reapertura del
concurso (se puede reabrir por distintas circunstancias, por ejemplo: porque se incumple el convenio).
3. La TERCERA SECCIÓN es la relativa a la determinación de la masa activa (pago de los acreedores
y deudas de la masa). Por tanto, todas las vicisitudes relativas a esa determinación de la masa
activa (esos bienes que debemos integrar, las separaciones, las acciones de reintegro, etc.) se
integran aquí.
Art 183 de la Ley Concursal: “Secciones. El procedimiento de concurso se dividirá en las siguientes secciones, ordenándose
las actuaciones de cada una de ellas en cuantas piezas separadas sean necesarias o convenientes: 1 .º La sección primera
comprenderá lo relativo a la declaración de concurso, a las medidas cautelares, a la resolución final de la fase común, a la
conclusión y, en su caso, a la reapertura del concurso. 2 .º La sección segunda comprenderá todo lo relativo a la administración
concursal del concurso, al nombramiento y al estatuto de los administradores concursales, a la determinación de sus
facultades y a su ejercicio, a la rendición de cuentas y, en su caso, a la responsabilidad de los administradores concursales. 3.º
La sección tercera comprenderá lo relativo a la determinación de la masa activa, a las autorizaciones para la enajenación de
bienes y derechos de la masa activa, a la sustanciación, decisión y ejecución de las acciones de reintegración y de reducción y
a las deudas de la masa. 4.º La sección cuarta comprenderá lo relativo a la determinación de la masa pasiva, a la
comunicación, reconocimiento, graduación y clasificación de los créditos concursales y al pago de los acreedores. En esta
sección se incluirán también, en pieza separada, los juicios declarativos contra el deudor que se hubieran acumulado al
concurso de acreedores y las ejecuciones que se inicien o se reanuden contra el concursado. 5 .º La sección quinta
comprenderá lo relativo al convenio y a la liquidación, incluidos el convenio anticipado y la liquidación anticipada. 6 .º La
sección sexta comprenderá lo relativo a la calificación del concurso y a sus efectos.”
DATO: Hay que tener en cuenta de que son secciones, pero no son secuenciales. Ello se debe a que
no va una después de la otra, sino que pueden estar simultáneamente cuestiones que se integran en
alguna de estas secciones.
En general, la fase común se abre con el auto de declaración del concurso, y el juez va a dictar si
estima justificado que concurren los presupuestos objetivos (estado de insolvencia general del deudor) y
subjetivos, tras examinar la solicitud. Además, dicha solicitud puede ser:
➔ DEL PROPIO DEUDOR (“DE USO VOLUNTARIO”): En la solicitud señala sus estados de insolvencia,
y también acompaña un poder (notarial o especial) apud acta, una memoria, un inventario, un
plan de liquidación, etc.
➔ DEL ACREEDOR (“CONCURSO NECESARIO”): En este caso, deberá justificar con la solicitud que
concurre el presupuesto objetivo, es decir, que sea insolvente en base a lo que determina el
Art 2 de la Ley concursal.
Una vez que transcurra el plazo de impugnación o se resuelvan las impugnaciones que se
hubieran presentado, se dicta auto que ponga fin a la fase común y se pasa a la fase de
liquidación o fase de convenio (lo más normal).
En todo caso, la ley prevé la comunicación de la declaración del concurso:
Art 2 de la Ley Concursal: “P resupuesto objetivo. 1. La declaración de concurso procederá en caso de
insolvencia del deudor común. 2. Se encuentra en estado de insolvencia el deudor que no puede cumplir
regularmente sus obligaciones exigibles. 3 .S i la solicitud de declaración de concurso la presenta el
deudor, deberá justificar su endeudamiento y su estado de insolvencia, que podrá ser actual o inminente.
Se encuentra en estado de insolvencia inminente el deudor que prevea que no podrá cumplir regular y
puntualmente sus obligaciones. 4 . Si la solicitud de declaración de concurso la presenta un acreedor,
deberá fundarla en título por el cual se haya despachado ejecución o apremio sin que del embargo
resultasen bienes libres bastantes para el pago, o en la existencia de alguno de los siguientes hechos: 1 .º
El sobreseimiento general en el pago corriente de las obligaciones del deudor. 2.º L a existencia de
embargos por ejecuciones pendientes que afecten de una manera general al patrimonio del deudor. 3 .º El
alzamiento o la liquidación apresurada o ruinosa de sus bienes por el deudor. 4 .º El incumplimiento
generalizado de obligaciones de alguna de las clases siguientes: las de pago de obligaciones tributarias
exigibles durante los tres meses anteriores a la solicitud de concurso ; las de pago de cuotas de la
Seguridad Social, y demás conceptos de recaudación conjunta durante el mismo período ; las de pago de
salarios e indemnizaciones y demás retribuciones derivadas de las relaciones de trabajo correspondientes
a las tres últimas mensualidades.”
FASE DE CONVENIO.
El convenio es la solución normal del concurso (la que fomenta la ley) y, fundamentalmente, está
orientado a satisfacer a los acreedores a través de un acuerdo contenido en un negocio jurídico,
donde lo que va a primar es la autonomía de la voluntad de las partes. Es decir, lo que prima la ley es
que las partes, tanto el deudor como los acreedores del deudor, lleguen a un acuerdo (básicamente, va
a contener quitas, esperas, etc).
Cuando el número de acreedores exceda de 300, cabe la posibilidad de que el juez acuerde la
tramitación escrita de esta fase del convenio. En ese caso, señalará una fecha límite para presentar
adhesiones o para votar en contra, que será de dos meses desde la fecha del auto.
Así pues, las propuestas del convenio habrán de presentarse hasta un mes antes de la fecha límite
para presentar adhesiones o para votar en contra. Es decir, no hay propiamente la celebración de
una junta de acreedores, por lo que se adhieren o votan en contra por escrito en el plazo señalado.
Además, la formalización de las adhesiones o de la oposición (votos en contra) puede hacerse por
comparecencia ante el juzgado o mediante instrumento público.
DATO: Los que se opongan, tienen que hacerlo de la misma manera y en los mismos plazos que para
adherirse.
Junto a la tramitación por escrito de la fase de convenio, también cabe otra posibilidad especial, que
es la de aprobar un convenio que se va a aprobar mediante sentencia. No obstante, ello se hace sin
llegar a abrirse propiamente la fase de convenio, pues se lleva a cabo mediante la formulación de
una propuesta anticipada de convenio.
Ésta será posible hacerla cuando se presente un convenio al que se adhieran acreedores en una
determinada cuantía. De hecho, esta propuesta puede formularse:
Es decir, esta propuesta anticipada nos permite dar un salto, evitando la fase de convenio. No
obstante, luego deberá ser aprobada con las mayorías normales que rigen para la aprobación del
concurso.
APERTURA DE LA FASE DE CONVENIO.
La apertura de la fase de convenio exige la concurrencia de dos requisitos negativos:
Cabe señalar que no es necesario ningún requisito positivo, pues si se dan los anteriores, una vez
que el juez dicta el auto de finalización de la fase común, en los quince días siguientes dictará auto
de oficio por el cual se abrirá la fase de convenio. Además, también se convoca la junta de
acreedores fijando lugar, día y hora.
DATO: Este auto se va a notificar al concursado, a la Administración concursal y a todas las partes personales.
Lo que sí se prohíbe, en principio, es la cesión (sin más) de bienes a los acreedores para el pago de
sus deudas, o para alterar la clasificación de sus créditos. Así pues, en principio ésto no se admite.
Sólo se admitiría la cesión de los bienes a los acreedores si los bienes o derechos cedidos no son
necesarios para la continuidad de la actividad profesional o empresarial del deudor, y si su valor
razonable es inferior o igual al crédito que se extingue.
La junta de acreedores se va a reunir en el lugar, día y hora fijados en la convocatoria de la fase de
apertura. En esa reunión, la presidencia va a corresponder al juez (más concretamente, al juez de lo
mercantil) o, excepcionalmente, al administrador concursal o miembro de la Administración concursal
que el juez designe. Asimismo, la secretaría de esa reunión corresponderá a la secretaría del
juzgado (secretarios judiciales = letrados).
Además, el quórum se fija en la mitad del pasivo ordinario del concurso, o (al menos) la mitad del
pasivo que pudiera resultar afectado por el convenio, excluyéndose de ese cómputo los titulares de
créditos subordinados.
Por otra parte, tienen derecho de asistencia todos los acreedores incluidos en la lista definitiva que
elabora la Administración concursal. Y los que tengan derecho a asistir, también tendrán derecho a
intervenir en la reunión y a votar cualquier clase de ...
En cuanto a las mayorías necesarias para la aprobación del convenio, éstas varían en función del
contenido. La regla general es que se requiere (al menos) el voto favorable de la mitad del pasivo
ordinario del concurso, pero sólo cuando se contemplan quitas inferiores o iguales a la mitad del
importe del pasivo y esperas inferiores o iguales a 5 años.
No obstante, si el convenio es muy poco gravoso p ara los acreedores, es decir, si la propuesta
contempla el pago íntegro de los créditos en plazo no superior a tres años o el pago inmediato de
créditos ordinarios con una quita inferior al 20%, será suficiente que vote a favor una mayoría simple.
Por el contrario, si la quita es superior a la mitad de los créditos y la espera es superior a los 5 años
(e inferior o igual a 10), entonces se exigiría una mayoría del 65% del pasivo. Adicionalmente, se
necesitará el voto favorable de ( al menos) la mitad del pasivo afectado por tratos singulares.
El convenio, una vez aprobado conforme a estas mayorías, está sujeto a aprobación judicial.
Además, cabe la oposición a la aprobación de cualquier modalidad de convenio, tanto a la propuesta
anticipada aceptada por adhesiones, como al convenio aceptado en junta. Es decir, una vez que el
juez pone de manifiesto el resultado del convenio (en principio, su aprobación), puede que a alguien le
interese oponerse a dicho convenio.
Si no se presenta ninguna oposición, el juez dicta sentencia aprobándolo sin más, salvo que lo
rechace de oficio por actualización de las normas legales. No obstante, podría oponerse al convenio:
1. La Administración concursal.
Suponiendo que el convenio se apruebe, éste produce su eficacia desde la fecha de la sentencia de
aprobación. No obstante, si hay oposición, puede solicitarse como medida cautelar la eficacia
provisional anticipada.
Una vez que el convenio pasa a ser eficaz, cesan todos los efectos de la declaración del concurso,
quedando sustituidos por los que se determinen en el convenio.
La aprobación judicial del convenio también supone la finalización de algunas medidas legales:
Asimismo, cesa la Administración concursal, y sus miembros han de rendir cuenta ante el juez en
la fecha que éste señale. Y también se recuperará, por parte del deudor, la plena disponibilidad de su
patrimonio, salvo que el concurso se hubiera calificado como culpable.
Una vez que el deudor estima que ha cumplido el convenio íntegramente, presenta al juez del
concurso un informe con justificación adecuada, y solicitará que se dicte un auto de declaración de
cumplimiento. Así pues, el juez pondrá de manifiesto el informe a las partes personadas y, si estima
cumplido el convenio, dictará ese auto, al que se le dará la misma publicidad que al auto de
aprobación del convenio.
Una vez firme, transcurrido el plazo de caducidad de las acciones de declaración y de cumplimiento
(por si se rechaza el auto), el juez dictará acto de conclusión del concurso.
FASE DE LIQUIDACIÓN.
Lo deseable en el concurso para el legislador es que se llegue a un convenio. No obstante, en
ocasiones (y mayormente), ello no es posible. Por tanto, la liquidación va a ser la única solución.
La apertura de la liquidación puede tener lugar a solicitud del deudor, de los acreedores, o bien
puede acordarse también de oficio por el juez.
➔ A SOLICITUD DEL DEUDOR: En el caso de que lo haga el deudor concursado, éste puede
◆ Solicitarlo con la propia solicitud (es decir, formular la petición de apertura de la fase
de liquidación con la propia solicitud de concurso voluntario). En tal caso, acompaña
con esa solicitud la propuesta del plan de liquidación.
Asimismo, la solicitud de la fase de liquidación se configura como un deber del deudor para
el caso de que durante la vigencia del convenio, conozca la imposibilidad de cumplir los
pagos comprometidos o las obligaciones contraídas con posterioridad a la aprobación del
convenio.
Esto en lo que se refiere a la solicitud de apertura de fase de liquidación a propuesta del deudor.
➔ A SOLICITUD DEL ACREEDOR: La solicitud por los acreedores sólo puede tener lugar durante la
vigencia del convenio, y siempre que el deudor no la haya solicitado en ese tiempo. En tal
caso, si durante la fase del convenio el deudor no la solicita, lo puede pedir al acreedor, pero,
para ellos, tiene que acreditar la concurrencia de las circunstancias que justifican la
declaración del concurso.
Esas mismas circunstancias son las que permiten fundamentar la solicitud de la apertura de
la fase de liquidación, que tendrá lugar una vez que estamos en la fase de convenio, siempre
que el deudor no la haya pedido. Las circunstancias son:
➔ DE OFICIO: En tercer lugar, también puede ser solicitada la apertura de la fase de liquidación
de oficio por el juez, en los casos siguientes:
2. EFECTOS SOBRE EL CONCURSADO: Cualquiera que haya sido su situación previa, el principal
efecto será la suspensión del ejercicio de las facultades de administración y disposición, y las
autorizaciones para continuar con la actividad profesional o empresarial (ya que veíamos
anteriormente que, a veces, al concursado se le podían intervenir o quitar esas facultades).
Además, si la persona concursada es una persona jurídica, en esa resolución judicial que
abre la fase de liquidación, se declarará también la disolución de dicha persona jurídica si no
estuviera acordada ya. Por tanto, cesan los administradores o los liquidadores que hubiera
(en caso de que estuviera abierta la fase de liquidación), que serán sustituidos por los
administradores concursales.
3. EFECTOS SOBRE LOS CRÉDITOS: En relación con los créditos del deudor concursado, el
principal efecto es el de producirse el vencimiento anticipado de los créditos concursales
aplazados y la conversión en dinero de los que consistan en otras prestaciones.
En los 15 días siguientes de la presentación de dicho plan por el administrador concursal, el deudor
concursado y los acreedores concursales pueden formular propuestas de modificación de dicho plan.
Si no se formulen, el juez aprueba el plan definitivamente, ya que no se puede modificar ni rechazar
de oficio su aprobación.
La ley contiene además en el Art 149 de la Ley Concursal una serie de reglas supletorias para aplicar
en caso de que el plan no contemple ciertas eventualidades (o en caso de que no se apruebe el plan
por alguna razón).
Tras el pago de los créditos contra la masa, el pago se hará en el siguiente orden:
1. Primero, se satisfacen los créditos con privilegio especial (con cargo a los bienes afectos
a tales privilegios).
2. En segundo término, los créditos con privilegio general. El pago de estos créditos va a
hacerse con cargo a los bienes no afectos a privilegio especial o con cargo al remanente que
quedase después de satisfacer éstos (Art 91 de la Ley Concursal) .
3. En tercer término, se pagan los créditos ordinarios, con lo que quede después de pagar los
créditos contra la masa y los privilegiados. No obstante, si lo pide la Administración concursal
(en ciertos casos excepcionales), el juez podría autorizar que se paguen estos créditos
ordinarios antes, pero siempre que se estime que va a haber suficientes bienes para
satisfacer los privilegiados.
Los créditos ordinarios se pagan a prorrata, sin orden entre ellos y conjuntamente con los
que tienen privilegio especial en la parte de estos créditos que no hubiese sido satisfecha
con cargo a los bienes afectos (es decir, van todos a una, a prorrata, en proporción a su
importe, con lo que reste). Además, se van a sumar aquellos créditos con privilegio en la
parte de estas que no hubiese sido satisfecha con carga a los bienes afectos, los cuales a
veces sólo garantizan una parte.
4. Por último, nos quedan los créditos subordinados. Después de la íntegra satisfacción de
los ordinarios, también a prorrata y por el orden que establece el Art 92 de la Ley Concursal
podrá entrarse a satisfacer estos créditos.
Si algún crédito se satisface antes de que llegue su fecha de vencimiento pactada (ya que con la
apertura de la fase de liquidación se produce la declaración de vencimiento anticipado), se hará con
el descuento correspondiente al interés legal del dinero.
A) Cuando se apruebe judicialmente el convenio que contemple para todos los acreedores (o
los de uno o varias clases) una quita superior a la 3ª parte o una espera superior a tres años.
Art 167 de la Ley Concursal. “Formación de la sección sexta. 1. La formación de la sección sexta se ordenará en
la misma resolución judicial por la que se apruebe el convenio, el plan de liquidación o se ordene la liquidación
conforme a las normas legales supletorias. Por excepción a lo establecido en el apartado anterior, no procederá la
formación de la sección de calificación del concurso cuando tenga lugar la aprobación judicial de un convenio en el
que se establezca, para todos los acreedores o para los de una o varias clases, entendiendo igualmente por tales las
establecidas en el artículo 94.2, una quita inferior a un tercio del importe de sus créditos o una espera inferior a tres
años, salvo que resulte incumplido. La sección se encabezará con testimonio de la resolución judicial y se
incorporarán a ella testimonios de la solicitud de declaración de concurso, la documentación aportada por el deudor,
el auto de declaración de concurso y el informe de la administración. 2. E n caso de reapertura de la sección de
calificación por incumplimiento de convenio, se procederá del siguiente modo, a los efectos de determinar las causas
del incumplimiento y las responsabilidades a que hubiere lugar: 1 .º Si se hubiere dictado auto de archivo o sentencia
de calificación, en la misma resolución judicial que acuerde la apertura de la liquidación por razón del incumplimiento
del convenio se ordenará la reapertura de la sección, con incorporación a ella de las actuaciones anteriores y de la
propia resolución. 2.º En otro caso, la referida resolución judicial ordenará la formación de una pieza separada
dentro de la sección de calificación que se hallare abierta, para su tramitación de forma autónoma y conforme a las
normas establecidas en este Capítulo que le sean de aplicación” .
Recordemos que la sección sexta es la que permite calificar el concurso como culpable o fortuito.
Para ello, distinguiremos entre el concurso culpable y el fortuito.
Además, se establecen una serie de presunciones que van a determinar la calificación como
culpable del concurso. Las presunciones s on:
ii. Cuando se incumple el deber de colaboración con el juez del concurso, con
la Administración concursal o cuando se incumple el deber de asistencia a la
junta de acreedores.
Dada la indefinición de la ley concursal sobre lo que debe entenderse como concurso fortuito, su
determinación hemos de realizarla por oposición al concurso culpable. Por lo tanto, cuando no es
culpable, es fortuito. Así pues, será fortuito aquel concurso que sobreviene al deudor por infortunios
casuales pese a que se ha comportado diligentemente (como un buen administrador).
Por lo tanto, concretará a quienes afecta y en qué términos (es decir, que efectos va a tener).
Normalmente, estos efectos de la declaración de culpabilidad van a pasar por la inhabilitación o la
pérdida de derechos que van a tener contra la masa, la devolución de bienes o derechos
indebidamente obtenidos, o incluso la indemnización de daños y perjuicios por su actuación.
Por ejemplo: Hay un juez de lo mercantil que declara el concurso pero se apela por
el deudor concursal, la audiencia provincial estima el recurso y concluye el concurso.
b. Cuando quede firme el auto que declare el cumplimiento del convenio o en su caso,
rechazadas o caducadas por sentencia firme las acciones de incumplimiento.
SUPUESTO PARTICULAR.
No es propiamente un supuesto de conclusión del concurso, pero está vinculado con él.
El fallecimiento o la muerte del deudor concursado no supone la conclusión del concurso. Así
pues, el concurso continúa su tramitación (con particularidades) como “concurso de la herencia”.
Además, la herencia se mantendrá indivisa durante la tramitación del concurso. Una vez concluido
este, sí que se darán los efectos vistos anteriormente contra esa herencia.
Se informará también sobre el resultado de las operaciones que haya realizado y solicitará la
aprobación de las que correspondan.
Una vez que la Administración concursal presenta al juez su informe de rendición de cuentas, tanto el
deudor como los acreedores podrán oponerse a la aprobación de dichas cuentas en un plazo de 15
días. Si no se formula ninguna oposición, el juez las declara aprobadas. Y antes de la declaración del
concurso también procede hacer lo mismo.
Asimismo, puede ocurrir que se oponga el deudor o los acreedores, lo que se tramitará como
incidente concursal y se resolverá con la sentencia que declare la conclusión del concurso.a
Ésta tiene lugar en los supuestos en los que se hubiera declarado la conclusión previa por
inexistencia de bienes, siempre que el deudor llegue a ser propietario de nuevos bienes y se inste la
reapertura por parte de alguno de los acreedores.
Si ha sido otro el motivo de la conclusión no procede la reapertura del concurso aunque el deudor
venga a mejor fortuna y alguno de los acreedores hubiera quedado sin cobrar.
El plazo para la reapertura es de cinco años siguientes a la declaración de conclusión. Si pasa este
plazo, lo que procede es abrir un nuevo concurso, donde los créditos anteriores tendrían la
consideración de créditos concursales en el nuevo procedimiento (salvo que hayan prescrito, lo que
es muy difícil).
● En la la masa activa van a tener que suprimirse todos los bienes que hayan salido del
patrimonio del deudor, habrá que corregir la valoración de los bienes subsistentes e
incorporar aquellos que aparezcan o que el deudor concursado haya adquirido con
posterioridad.
● En la masa pasiva habrá que señalar su cuantía actual y demás modificaciones acaecidas
respecto a los créditos subsistentes, Es decir, habrá que meter todos los créditos
subsistentes, actualizando su cuantía, y además habrá que incorporar a la relación los
acreedores posteriores que hubieran surgido, que serán créditos contra la masa.
Esa posibilidad se contempló inicialmente en la Ley 14/2013 de reforma de la Ley Concursal, que inició
un camino ciertamente novedoso en la legislación española, pues hasta ese momento (2013) las
personas físicas, con independencia de su consideración en el concurso (tanto si eran deudores
considerados culpables como si era fortuito, independientemente del porcentaje de créditos que hubieran
abonado o dejado sin pagar) seguían siendo responsables de las deudas impagadas tras la conclusión
por insolvencia.
Por ello, el legislador (en el contexto de crisis económica iniciada en el año 2008) como una forma de
no desincentivar la actividad económica (pues su internalización se contempló en una Ley de Apoyo a
Emprendedores), se potenció instaurando este mecanismo de segunda oportunidad para aquellas
personas que habían tenido mala suerte en el ámbito empresarial.
Esta modificación no tuvo demasiado éxito, pues choca contra muchos intereses. Entonces, no
funcionó y se reformó en el año 2015 con el Real Decreto-ley 1/2015 y la Ley 25/2015, donde se
rt 178 bis de la Ley Concursal que tiene por título “beneficio de la exoneración del pasivo
introdujo el A
insatisfecho” . Lo contempla como un beneficio que permite exonerar a ciertas personas físicas del
pago de algunas deudas que quedan sin satisfacer.
Por lo tanto, tras esas reformas del 2013 y del 2015, se introduce una posibilidad excepcional de
dejar de pagar ciertas deudas, e incluso se concede una posibilidad de aplazamiento.
Excepcionalmente, cabría que el juez conceda el beneficio aunque el concurso hubiera sido
declarado culpable (en aplicación de esa presunción de retraso en la presentación del concurso, por
ejemplo), siempre que no se aprecie dolo y mala fe en el deudor.
B. Se exige que el deudor no haya sido condenado en sentencia firme por delitos contra el
patrimonio, contra el orden socioeconómico, por falsedad documental, contra la Hacienda
Pública y la Seguridad Social, o contra los derechos de los trabajadores en los 10 años
anteriores a la declaración del concurso.
En caso de que estuviera alguno de estos procedimientos penales en curso, habría que
esperar al resultado, suspendiéndose la decisión sobre la aplicación o no del beneficio hasta
la sentencia penal firme. Una vez que la haya, el juez del concurso determinará la aplicación
o no del beneficio de exoneración del pasivo insatisfecho.
C. Además, se exigiría que, reuniendo los requisitos del Art 231 de la Ley Concursal, se haya
celebrado o al menos se haya intentado un acuerdo extrajudicial de pagos. (Si no se
cumplen estos requisitos, no hay que intentar el acuerdo extrajudicial de pagos).
a. Por un lado, en el Art 178.3.4º bis se exige que, cuando menos, el deudor haya
abonado los créditos contra la masa y los créditos concursales privilegiados (tanto
los que tienen privilegio especial como los que tienen privilegio general) y también
los ordinarios en un 25%.
Art 178.3.4º de la Ley Concursal: “3 . Solo se admitirá la solicitud de exoneración del pasivo
insatisfecho a los deudores de buena fe. Se entenderá que concurre buena fe en el deudor
siempre que se cumplan los siguientes requisitos: ...4 .º Que haya satisfecho en su integridad los
créditos contra la masa y los créditos concursales privilegiados y, si no hubiera intentado un
acuerdo extrajudicial de pagos previo, al menos, el 25 por ciento del importe de los créditos
concursales ordinarios.”
b. Frente a esto, en el Art 178.5 y Art 178.6 de la Ley Concursal se habilita una posibilidad
conjunta de exoneración de todos los créditos ordinarios (es decir, no del 75%
restante ya que un 25% debería haberlo abonado para poder aprovecharse de ese
beneficio) y de los créditos subordinados insatisfechos (incluyendo los que no se
hubieran comunicado e incluso aquellos en los que el cónyuge también fuera
responsable por haber un patrimonio común, aunque se excluirían los de Derecho
Público y los de alimentos). A mayores, se extenderá también a la parte no
satisfecha de los créditos garantizados con privilegio especial tras la ejecución de la
garantía.
Se podría decir que son unos beneficios adicionales porque permiten exonerar en
ciertos supuestos incluso más que en el anterior caso. Al ser una exoneración total,
se exigen unos requisitos adicionales:
i. En primer término, se exige que el deudor acepte un plan de pagos relativo
a dicho aplazamiento, que será aprobado por el juez, una vez oídos los
acreedores. Esto, en lo que se refiere a los créditos contra la masa y
privilegiados.
iv. Que no haya rechazado en los cuatro años anteriores a la declaración del
concurso una oferta de empleo adecuada a su capacidad.
Art 178.5 bis de la Ley Concursal. “5. E l beneficio de la exoneración del pasivo insatisfecho concedido a
los deudores previstos en el número 5.º del apartado 3 se extenderá a la parte insatisfecha de los
siguientes créditos: 1.º L
os créditos ordinarios y subordinados pendientes a la fecha de conclusión del
concurso, aunque no hubieran sido comunicados, y exceptuando los créditos de derecho público y por
alimentos. 2.º R
especto a los créditos enumerados en el artículo 90.1, la parte de los mismos que no haya
podido satisfacerse con la ejecución de la garantía quedará exonerada salvo que quedara incluida, según
su naturaleza, en alguna categoría distinta a la de crédito ordinario o subordinado. Los acreedores cuyos
créditos se extingan no podrán iniciar ningún tipo de acción dirigida frente al deudor para el cobro de los
mismos. Quedan a salvo los derechos de los acreedores frente a los obligados solidariamente con el
concursado y frente a sus fiadores o avalistas, quienes no podrán invocar el beneficio de exoneración del
pasivo insatisfecho obtenido por el concursado ni subrogarse por el pago posterior a la liquidación en los
derechos que el acreedor tuviese contra aquél, salvo que se revocase la exoneración concedida. Si el
concursado tuviere un régimen económico matrimonial de gananciales u otro de comunidad y no se
hubiere procedido a la liquidación de dicho régimen, el beneficio de la exoneración del pasivo insatisfecho
se extenderá al cónyuge del concursado, aunque no hubiera sido declarado su propio concurso, respecto
de las deudas anteriores a la declaración de concurso de las que debiera responder el patrimonio común”.
Atr 178.6 bis de la Ley Concursal: “6. Las deudas que no queden exoneradas conforme a lo dispuesto
en el apartado anterior, deberán ser satisfechas por el concursado dentro de los cinco años siguientes a la
conclusión del concurso, salvo que tuvieran un vencimiento posterior. Durante los cinco años siguientes a
la conclusión del concurso las deudas pendientes no podrán devengar interés. A tal efecto, el deudor
deberá presentar una propuesta de plan de pagos que, oídas las partes por plazo de 10 días, será
aprobado por el juez en los términos en que hubiera sido presentado o con las modificaciones que estime
oportunas. Respecto a los créditos de derecho público, la tramitación de las solicitudes de aplazamiento o
fraccionamiento se regirá por lo dispuesto en su normativa específica.”
En cualquier caso, para poder obtenerlo, se exige que en la solicitud del beneficio o exoneración, se
pida la cancelación de los créditos correspondientes para posibilitar que se dé audiencia a los
acreedores cuyos créditos se van a acabar remitiendo. Es decir, hay que dar posibilidad a los
acreedores de que se opongan a la exoneración.
Los acreedores pueden oponerse argumentando que no concurren los requisitos para obtener el
beneficio, que se sustanciará en un incidente concursal, resuelto mediante sentencia apelable. Si no
hay oposición (es decir, que se contiene la petición de exoneración con citación de todos los
acreedores afectados pero ninguno de ellos se opone) en ese caso el juez dictará un auto (OJO: no
una sentencia) que no será ¿apelable?.
Frente a esta posibilidad general del Art 178. bis 3.4º de la Ley Concursal, cabe una posibilidad
excepcional que contempla el Art 178 bis 5 y 6 de la Ley Concursal. En ellos se contempla un
procedimiento más complejo para que haya una exoneración mayor.
Consiste en que el deudor debe plantear la solicitud de exoneración una vez que el administrador
concursal ha solicitado la conclusión del concurso. Cuando se da traslado de esa solicitud a los
acreedores y al administrador concursal, si nada se opone, se concluye el concurso y se concede
provisionalmente la exoneración del pasivo insatisfecho.
Si hay oposición, se tramita un incidente y una vez que se resuelva se dictará auto de conclusión.
Además de oponerse, los acreedores también pueden solicitar la revocación del beneficio en los 5
años siguientes, pues hay una concesión provisional. Se tramita por juicio verbal y permitirá a los
acreedores recuperar la plenitud de sus derechos en el concurso para hacer efectivos aquellos
créditos insatisfechos.
La solicitud de revocación que pueden formular los acreedores podría fundamentarse en las
siguientes cuatro causas:
A. Que el deudor incurra en alguna de las circunstancias que pudieran impedir el beneficio de
exoneración del pasivo insatisfecho.
B. Que el deudor incumpla el pago de las deudas no exoneradas conforme al plan de pagos
que se hubiera acordado.
C. Que el deudor mejore sustancialmente su situación económica, de forma que pueda pagar
esas deudas pendientes sin detrimento de las obligaciones de alimentos que tenga.
D. Si constase la existencia de ingresos, bienes o derechos ocultados (con excedencia de los que
sean inembargables con arreglo al Código Civil) .
Si transcurren los 5 años señalados sin que se haya revocado el beneficio, el juez del concurso, a
petición del deudor dictará un auto reconociendo el carácter definitivo de la exoneración del pasivo
insatisfecho del concursado.
Adicionalmente existe lo que algunos llaman “mecanismo de tercera oportunidad”, que es una
posibilidad que permite exonerar todavía más pasivo y que se da cuando el deudor reúne las
circunstancias previstas en el Art 3.1 a y b, del Real Decreto-Ley 6/2012, de medidas urgentes de
protección de deudores hipotecarios sin recursos.
1. Que todos los miembros de la unidad familiar carezcan de rentas derivadas del trabajo o
actividades económicas.
2. Que la cuota hipotecaria que hubieran de satisfacer resulte superior al 60% de los ingresos
netos que percibe el conjunto de los miembros de la unidad familiar.