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Queramos o no, la mezcla de economía y tecnología significa que irá creciendo que ocupen un
espacio virtual. Ya no veremos a nuestros colegas por los pasillos listos para realizar una
reunión no programada para supervisar la marcha del trabajo. Sera necesario programar la
mayoría de las reuniones, en forma virtual, en consecuencia, tendremos que aprender a dirigir
las organizaciones sin reuniones físicas.
De igual manera tendremos que acostumbrarnos a trabajar y dirigir personas a las que no
vemos físicamente, excepto en ciertas ocasiones cuidadosamente acordadas por anticipado.
Esto es más fácil de lo que parece. Un día sentado con quien escribía las principales notas de
un diario. La entrevista se hizo en la sala de noticias, un lugar lleno de humo, ruido, teléfono y
la transpiración de cien periodistas. Me tuve que acomodar a un rinconcito de su escritorio, no
había ningún sitio disponible.
¿no podríamos haber hecho esto en otro lado -dije, en medio del griterío, como su casa por
ejemplo?
Por que aquellos me quieren en un lugar desde el que puedan ver- dijo señalado a una enorme
sala en la que había dos hombres sentados detrás de grandes ventanas de vidrio. Me explico,
que eran los editores y que a ellos les gustaba ver lo que todos hacían; controlar el trabajo o
interrumpirlo cada vez que necesitaban asignar una nueva tarea. “la verdad es que no confían
en nosotros”, dijo finalmente.
La confianza es el meollo de este tema. Parece obvio y hasta trivial; sin embargo, la mayoría de
las organizaciones en general funcionan sobre la base de que no se pueden confiar en las
personas o depender de ellas, ni siquiera en las cuestiones más pequeñas.
Los sistemas de supervisión están destinados a impedir que la gente se equivoque, ya sea por
accidente o por mala intención.