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Riesgo Moral y Finanzawg
Riesgo Moral y Finanzawg
El riesgo moral en una transacción financiera ocurre cuando uno de los agentes
incurre en un riesgo, pero el otro agente involucrado termina pagando el costo de
dichos riesgos. En otras palabras, es un contexto en el cual los costos posibles de
una acción riesgosa no son asumidos por la persona que incurre en el mismo. En
estas situaciones, la persona que ejecuta las acciones conoce toda la información
de la situación y sus consecuencias, pero la persona incidida no conoce las
mismas.
Sin embargo, ¿cómo se traslada este tipo de situaciones al mercado de
inversiones? Prácticamente, cuando en una transacción, uno de los agentes
participantes lleva a otro a incurrir en una inversión más riesgosa. El primero
busca captar mayores beneficios a costa de que el segundo cargue con los
posibles costos de asumir ese nivel de riesgo. En el mercado de valores, por
ejemplo, un escenario similar pudiese presentarse entre un corredor de
inversiones y el inversionista al que asiste. Si un corredor induce al inversionista a
invertir en activos con mayor frecuencia o que implican incurrir en mayor riesgo,
solo con el objetivo de recibir más comisiones, las probabilidades de que la
inversión no sea fructífera aumentan, implicando que el inversionista termine
perdiendo su capital o al menos parte del mismo. En esta situación, el corredor
está arriesgando y perdiendo muy poco.
Este tipo de comportamiento no es responsable ni éticamente apropiado, debido a
que la función principal de una entidad en el mercado de valores es proteger el
capital del inversionista.
En este sentido, ¿cómo puedes tú, como inversionista, contribuir a que no se te
presente una situación que implique enfrentar un riesgo moral importante? Lo
esencial es mantener la comunicación con la entidad intermediaria. Determinar, en
el caso específico explicado anteriormente, una estructura de comisión que
permita que tu capital crezca, y que garantice que, más allá de los beneficios
obtenidos por el agente intermediario, tú maximices tus beneficios de la mejor
manera posible.
Finalmente es necesario precisar que, lo fundamental en la búsqueda de una
verdadera cultura antiriesgo es vital inculcar valores, establecer normas morales
claras a través de códigos de ética, realizar un minucioso estudio de las hojas de
vida de los funcionarios que se van a contratar y adelantar periódicamente
jornadas de capacitación y actualización con el fin de crear compromiso y generar
conciencia colectiva, al punto en donde todos los empleados de las diferentes
instituciones sientan la necesidad y la obligación de detectar e impedir la
materialización de delitos, constituyéndose en su deber moral más que en su
deber laboral, en su responsabilidad social más que su obligación legal.
Conclusiones