Está en la página 1de 4

Riesgo moral y finanzas

Cuando hablamos de riesgo moral se hace referencia a aquella posibilidad de que


uno o varios administradores o empleados de una institución, aprovechando su
posición jerárquica y el fácil acceso a la información, se sientan tentados y
cambien de un momento a otro sus principios y comportamiento éticos,
abandonando la dirección correcta y adoptando conductas indebidas,
reprochables o contrarias a la ley.

Es el riesgo derivado de la subjetividad, del hecho que no se puede conocer las


verdaderas intenciones de otros, quienes pueden llegar a actuar de manera
contraria a lo esperado, en forma intencional y consciente. El malhechor conoce el
juicio moral negativo del que es objeto su acción, practica o conducta antijurídica a
realizar, pero aun así́ decide llevarla a cabo buscando en el fondo su propio
beneficio, sin importarle el desastre que pueda generar a su alrededor.

Estos cambios perversos en el comportamiento del ser humano ante las


circunstancias y oportunidades, donde priman sus intereses individuales de
manera egoísta, por encima de los de mayoría y de la organización, pueden
convertirse en hechos punibles como la estafa, el hurto, el peculado, el abuso de
autoridad, el lavado de activos, la financiación del terrorismo, así́ como el fraude,
la celebración indebida de contratos, el tráfico de influencias, el prevaricato y el
enriquecimiento ilícito, entre otros, generando perjuicios y danos notables a las
demás personas, a los bienes, a las entidades y a la sociedad.

Si bien estas situaciones de abuso de poder o de medios no son nuevas en el


país, han aumentado drásticamente durante los últimos años, atentando contra la
cultura organizacional de prevención y control del riesgo y afectando notablemente
a las Instituciones no solo desde el punto de vista económico, sino reputaciones y
legal, deteriorando ostensiblemente la imagen del sector en el cual se desarrollan
y generando la pérdida de la confianza tanto a nivel interno como entre el público
en general.

El anteponer los principios éticos y profesionales al logro de los objetivos y al


cumplimiento de las metas e intereses comerciales y de obtención de lucro de las
organizaciones, debe ser la norma fundamental por excelencia. Las presiones
originadas desde las altas esferas de las organizaciones son una amenaza y
puede dar origen a que se presente laxitud en el cumplimiento de las normas y
procedimientos, así́ como en el análisis y ejecución de los controles, situaciones
que dan origen al riesgo moral. De igual forma, el logro de las metas comerciales
con antelación a los plazos limite establecidos puede ser otra causa para que
estas situaciones o amenazas se generen.
Como se puede ver, el riesgo moral no es de índole financiero, es un riesgo
potencial difícil de cuantificar y controlar con antelación a la sucesión de los
hechos o eventos adversos y ha sido poco gestionado en el país, siendo su
impacto económico desastroso en las entidades afectadas, sean públicas o
privadas, por su alta vulnerabilidad y exposición a sufrir un daño patrimonial o
reputaciones de esta índole.

El riesgo moral es un peligro latente, pues se trata de un riesgo oculto, el cual no


es fácilmente detectable o visible, que en cualquier momento puede cristalizarse a
través de conductas inapropiadas y solo se detecta cuando se manifiestan sus
efectos negativos. Es decir, no se percibe cuando las personas alteran su
comportamiento por acción u omisión, alejándose de su compromiso
organizacional y buscando de manera egoísta beneficios personales o de terceros,
a sabiendas de que actúan de manera incorrecta o inmoral, sino cuando salen a
flote las consecuencias negativas de tales actos deshonestos e impactan su
entorno.

El riesgo moral puede presentarse cuando se ostenta posición dominante y se


tiene poder, dando lugar al oportunismo gerencial, igualmente se puede dar
cuando no se ha adquirido una sólida cultura de prevención y mitigación de lo
ilícito y aumenta cuando no existen, son débiles o se saltan los mecanismos de
control o mitigantes dentro de las organizaciones o cuando los órganos de control,
tanto a nivel interno como externo, no ejercen de manera óptima sus funciones, de
manera tal que su accionar negligente o laxo genera riesgo moral y facilita la
sucesión de tales comportamientos indeseables.

El riesgo moral en una transacción financiera ocurre cuando uno de los agentes
incurre en un riesgo, pero el otro agente involucrado termina pagando el costo de
dichos riesgos. En otras palabras, es un contexto en el cual los costos posibles de
una acción riesgosa no son asumidos por la persona que incurre en el mismo. En
estas situaciones, la persona que ejecuta las acciones conoce toda la información
de la situación y sus consecuencias, pero la persona incidida no conoce las
mismas.
Sin embargo,  ¿cómo se traslada este tipo de situaciones al mercado de
inversiones? Prácticamente, cuando en una transacción, uno de los agentes
participantes lleva a otro a incurrir en una inversión más riesgosa. El primero
busca captar mayores beneficios a costa de que el segundo cargue con los
posibles costos de asumir ese nivel de riesgo. En el mercado de valores, por
ejemplo, un escenario similar pudiese presentarse entre un corredor de
inversiones y el inversionista al que asiste. Si un corredor induce al inversionista a
invertir en activos con mayor frecuencia o que implican incurrir en mayor riesgo,
solo con el objetivo de recibir más comisiones, las probabilidades de que la
inversión no sea fructífera aumentan, implicando que el inversionista termine
perdiendo su capital o al menos parte del mismo. En esta situación, el corredor
está arriesgando y perdiendo muy poco.
Este tipo de comportamiento no es responsable ni éticamente apropiado, debido a
que la función principal de una entidad en el mercado de valores es proteger el
capital del inversionista.
En este sentido, ¿cómo puedes tú, como inversionista, contribuir a que no se te
presente una situación que implique enfrentar un riesgo moral importante? Lo
esencial es mantener la comunicación con la entidad intermediaria. Determinar, en
el caso específico explicado anteriormente, una estructura de comisión que
permita que tu capital crezca, y que garantice que, más allá de los beneficios
obtenidos por el agente intermediario, tú maximices tus beneficios de la mejor
manera posible.
Finalmente es necesario precisar que, lo fundamental en la búsqueda de una
verdadera cultura antiriesgo es vital inculcar valores, establecer normas morales
claras a través de códigos de ética, realizar un minucioso estudio de las hojas de
vida de los funcionarios que se van a contratar y adelantar periódicamente
jornadas de capacitación y actualización con el fin de crear compromiso y generar
conciencia colectiva, al punto en donde todos los empleados de las diferentes
instituciones sientan la necesidad y la obligación de detectar e impedir la
materialización de delitos, constituyéndose en su deber moral más que en su
deber laboral, en su responsabilidad social más que su obligación legal.

Conclusiones

Se concluye que un riesgo moral es la conducta que no se observa pero que


ejerce influencia en la probabilidad de que ocurra un acontecimiento.

Finalizando la presente investigación se obtuvo que es necesario mantener una


cultura anti riesgo que propicie mitigación a que puedan suceder efectos en
decisiones de inversiones y financieras.

Se determino que para el análisis económico el poder recurrir a modelos que


permitan simplificar la realidad a un nivel de abstracción uno de los postulados
básicos del modelo clásico es que todos los agentes económicos cuentan con
información perfecta a la hora de tomar decisiones.
Bibliografía

Acosta Ballesteros, J. Afonso Rodríguez, J.A. y otros (2000) Información


asimétrica en los mercados bursátiles: una guía breve de la literatura.
Investigaciones Europeas de Dirección y Economía de la Empresa Vol. 6,

Montoya Iván Alonso y otros (Marzo 2005), Concepciones básicas en economía


de la información y la selección adversa en el objeto de estudio de la teoría
organizacional. Economía y Desarrollo

También podría gustarte