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Santos Guerra (1994:57) dice que todas las escuelas son iguales y que cada escuela
es única. ¿Qué es lo que las hace iguales y únicas? Las hace iguales las estructuras
formales que vienen fijadas con carácter prescriptivo en la legislación de cada país.
Por ejemplo: cuando los profesores salen de una reunión claustral en la que se han
tomado serias decisiones en el más absoluto respeto de los procedimientos formales,
el observador inteligente no daría por buenas tales decisiones sin esperar a ver lo que
sucede entre bastidores; es decir, hasta conocer cómo se van a cocinar las decisiones
tomadas desde el rumor del teléfono, desde el humor e ironías de la sala de
profesores o desde el chascarrillo
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sazonarlo y cocinarlo con los ingredientes emocionales e irracionales de la
Micropolítica.
Kets y Miller (1993) dice “Nosotros creemos que hay una mano invisible en las
organizaciones al igual que en la economía... unas fuerzas psicológicas, invisibles y
duraderas que influyen de forma sutil y compleja sin que los individuos que las crean y
constituyen sean conscientes. Estas fuerzas ocultas actúan a menudo para producir
resultados organizativos que resultan extremadamente irracionales y disfuncionales.
REFERENCIAS.
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Kets, de Vries, F.R. y Miller, D. (1993): La organización neurótica. Barcelona,
Apóstrofe.
3. ¿Cuáles son los indicadores informales del lado oculto de la escuela en relación con
¿Por qué es tan importante lo que ocurre en el lado oculto del funcionamiento diario de
la escuela?
¿Hasta qué punto las dinámicas ocultas que surgen entre bastidores, son capaces
realmente de condicionar los resultados que se esperan de la escuela?
Peter Hoyle (1986) dice que la escuela es predecible y gobernable porque sus
estructuras son estables y puede ser conceptualizada independientemente de las
personas que la conforman. La escuela puede considerarse desde la perspectiva
nomotética una institución.
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Los miembros de una organización institucional desempeñan distintos roles que se
esperan de ellos (académicos, tutoriales, administrativos). Cada rol se manifiesta en
un conjunto de funciones y tareas que siempre se llevan a cabo de la misma manera
en función del nivel y tipo de escuelas. También las escuelas están tipificadas:
Escuelas infantiles, de Primaria, de Secundaria, de Adultos, de Arte, de Música.
En la escuela como organización social tenemos pues, según Hoyle dos estructuras
que coexisten y se superpone una a otra: Una de carácter superior institucional y otra
de carácter inferior personal e individual.
Frente a las múltiples estructuras formales que vimos más arriba podemos
encontrarnos con las siguientes categorías de coaliciones o alianzas:
a) Coaliciones de género entre hombres o mujeres para ver el futbol los miércoles
por la tarde, para elaborar o intercambiarse recetas de cocina o hacer punto de cruz.
Estas coaliciones en principio inofensivas pueden llegar a establecer vínculos
personales de carácter emocional tan fuertes que en momentos de crisis, conflicto o
enfrentamiento se constituyan de forma natural en grupos de presión
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b) Coaliciones de edad entre profesores jóvenes que acaban de incorporarse al
centro y profesores antiguos. La alianza que subyace a estas coaliciones tiene un
cierto carácter de clase, de defensa de intereses y estatus frente a privilegios
adquiridos por el tiempo.
d) Coaliciones de poder que en este caso puede definirse como grupo de presión.
La alianza se convierte en lealtad o enfrentamiento con respecto a un elemento de
referencia importante, así surgen los grupos de amigos o enemigos del Director o de la
Titularidad del centro como puede suceder en los colegios privados para defender o
reivindicar derechos, para oponerse a estilos de liderazgo incómodos, etc.
REFERENCIAS:
¿Los grupos de presión y sus coaliciones pueden surgir con el fin de buscar la
seguridad frente a la incertidumbre y ambigüedad institucional?
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El poder en las estructuras formales tiene su escenario y su parafernalia. Como dice
Pfeffer (1993) el uso del poder y de los signos que lo representan ha de ser tenido en
cuenta para comprender lo que sucede realmente en las organizaciones y los
procesos sociales que éste genera.
Los espacios de poder desde donde se ejerce la dirección de la organización suelen
estar decorados con signos institucionales que apoyan y reafirman la autoridad de
quien habita en ellos. Etkin (1993) dice “poseyendo un espacioso despacho, una mesa
y un sillón majestuosos y una disposición de elementos físicos que establezcan una
separación con el del nivel inferior es un modo sutil de incrementar el poder”
Estos espacios que poseen una clara connotación simbólica de poder suelen estar
ubicados en lugares conocidos por todos los miembros de la institución.
Otro espacio simbólico es la sala de juntas o reuniones donde se celebran las
ceremonias institucionales como las sesiones ordinarias y extraordinarias del claustro
de profesores o consejos de centro en las que el director o presidente se sienta en
lugar visible para todos los asistentes.
Los ritos que presiden estas ceremonias suelen estar incluso regulados: Siempre inicia
la sesión el director con unas palabras que introducen el orden del día. Los asistentes
intervienen previa petición de palabra y en un lenguaje formal y “políticamente”
correcto. Las intervenciones y decisiones constan en acta que redacta el secretario.
Todos los asistentes conocer por reglamento quienes tienen derecho a voz y voto o
solo voz, etc.
El espacio del Poder en las Dinámicas informales
El espacio de poder informal ejercido por los líderes naturales es bien distinto, aunque
también posee escenario y parafernalia. La sala de profesores suele ser el espacio
natural del liderazgo que ejercen espontáneamente los miembros de la organización
que no desempeñan ningún tipo de cargos administrativos.
Frente a los espacios del liderazgo institucional, definidos y fijados en la estructura
material del centro, los espacios del liderazgo horizontal son más abiertos e
incontrolables: Este ejercicio de poder puede realizarse en los siguientes escenarios
además de la sala de profesores antes citada:
El líder surge y hace seguidores porque responde a sus intereses inmediatos en el
espacio cotidiano de la cafetería, donde se reúnen las minorías de profesores que
forman coaliciones, en la sala de estar del domicilio de uno de los profesores donde se
reúnen los miércoles a ver el fútbol, en el vehículo de una de las profesoras que
acerca todos los días a sus compañeras a la estación de tren o a la ciudad
dormitorio donde habitan. Otros se encuentran incluso en el lavabo de la escuela
desde la que se pasan consignas o convocan encuentros en espacios más cómodos.
Frente a la parafernalia administrativa, extremadamente regulada y formal, la
parafernalia del liderazgo horizontal es extremadamente espontánea e informal. El
lenguaje es básicamente directo, lleno de expresiones coloquiales e incluso vulgares
apoyado por gestos, imágenes y metáforas de la jerga de moda dominante.
Las estrategias se estructuran en forma de consignas; son directas e incisivas, van
dirigidas al núcleo de la cuestión, sin matices y se exige obediencia absoluta. Quien no
sigue las consignas sabe que es excluido automáticamente y considerado traidor.
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“La escuela, dicen Packwood y Turner (1988), es mucho más que una jerarquía de
relaciones director/subordinados ya que incluye las profundas y complejas relaciones
laterales” tan jerárquicas como las verticales.
Santos Guerra (1994:60-63), sistematiza la jerarquía en la escuela en cinco
categorías:
a) Jerarquía legal es la que impone quien representa la legalidad vigente, quien la
interpreta y vela por su cumplimiento. Este tipo de jerarquía afecta tanto a la dirección
del centro con respecto a todo el personal del mismo como al profesor con respecto a
sus alumnos (desarrollo del currículo y aplicación del RRI en el aula)
b) Jerarquía epistemológica. Va unida a la posesión del conocimiento válido
independientemente de su contenido. En el aula el conocimiento lo tiene el profesor y
este hecho lleva consigo relaciones de sumisión, dependencia, subordinación y
sometimiento. Quien posee el conocimiento institucional ejerce un liderazgo de poder.
c) Jerarquía evaluadora. Se expresa a través del juicio, de la valoración, de la
determinación de criterios “objetivos” para evaluar. La ejercen sobre todo los
profesores,, pero también la ejerce el director con respecto al profesorado, los
conserjes y administrativos con respecto a los profesores, los profesores con respecto
al director. El poder que otorga esta capacidad es considerable y actúa con la misma
contundencia desde la estructura formal que informal.
d) Jerarquía normativa. Se asienta sobre rituales, normas, costumbres previamente
fijadas por los colectivos. Todos sabemos, sin embargo que los colectivos no existen
como constructo abstracto, se concretan en personas e intereses, en formas
“correctas” e incorrectas de comportarse en el seno del colectivo.
e) Jerarquía experiencial. La edad, la condición de adulto, la carrera y formación
específica recibida, los años que avalan el ejercicio de una función, o la antigüedad en
el centro son criterios que se tienen en cuenta a la hora de exigir respeto, obediencia e
imponer, si fuere el caso sus intereses, incluso ante la dirección y no digamos frente a
los alumnos o a los compañeros.
REFERENCIAS
Etkin, R.J. (1993): La doble moral de las organizaciones, los sistemas perversos y la
corrupción institucional. Madrid, McGraw-Hall
Packword, T. y Turner, C. (1988): Hierarchu, anarchy and accountability: Contrasting
perspectives. An echange.En Westoby, A. (Ed.): Culture and power in Educational
Organizations. Philadelphia. Open University Press. Milton Keines.
Pfeffer, J. (1992): Organización y teoría de las organizaciones. México. Trillas.
Santos Guerra, M.A. (1994): Entre bastidores, el lado oculto de la Organización
escolar. Granada: Aljibe.
PREGUNTAS A LAS QUE DA RESPUESTA ESTE SEGMENTO
1. ¿Cómo definimos el ejercicio del poder y los espacios en que se manifiesta en las
estructuras formales?
2. ¿Cómo definimos el liderazgo del lado oculto de la organización escolar y como se
manifiesta?
3 ¿Cuáles son las cinco categorías de jerarquía del poder y en qué se manifiesta cada
una ya sea en la estructura formal o entre bastidores en la escuela?
Preguntas que puede suscitar la lectura de este segmento
COMPARACIONES:
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¿Se puede considerar el liderazgo institucional o lateral como una manifestación
natural del grupo humano?
MODULO I. UNIDAD 1 Definición de organización
Casi todo los miembros de la institución escolar, aceptan que exista el control, incluso
reconocen que no sabrían funcionar sin él. Piénsese lo que sería si los alumnos
tuviesen libertad para asistir o no a las clases, piénsese si de repente elimináramos
todas las pruebas de exámenes, y demás “controles” .
a) Los límites del control en la escuela. No puede afirmarse, sigue diciendo Ball
refiriéndose tanto al profesorado como al alumnado, que los límites del control sean
claros, constantes y bien definidos en la cultura de la escuela. Por el contrario los
límites del control se modifican continuamente y su trazado es diferente en las
diferentes escuelas.
Puede decirse que constituyen un elemento clave de su “propia cultura” A menudo son
el resultado de la negociación e incluso enfrentamiento entre directores y personal,
entre profesores y alumnos, entre profesorado y familias, entre los propios profesores
y los conserjes. Cada estamento intenta defenderse acudiendo a la práctica de la
costumbre y a sus derechos adquiridos.
Los alumnos, por ejemplo ejercen el control del profesorado informando a la dirección,
a la Junta del AMPA del comportamiento de ciertos profesores, amparándose en
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ciertos supuestos de la cultura dominante para denunciar ciertas prácticas del
profesorado que consideran vejatorias o humillantes.
c) El control lateral. Es el que ejerce unos individuos sobre otros en la organización.
Normalmente esta actividad de control se realiza entre grupos o coaliciones diferentes,
enfrentados entre sí o indiferentes, no importa cuál sea la relación ni agravios que
cada uno impute al otro.
Este control se manifiesta a través de una información minuciosa que corre entre
todos los individuos de la institución sobre los aspectos más variopintos e
impredecibles como por ejemplo: los que llegan siempre tarde, los que tienen
problemas con los alumnos, los que no cumplen las decisiones tomadas por todos, los
que siempre se “escaquean”, los pelotas de la dirección o del profesorado, los que
sustraen material del centro, etc. etc.
REFERENCIAS
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2. ¿Cuáles son las dinámicas laterales del control en la organización informal?
¿Podemos afirmar que el control es el arma imprescindible del ejercicio del poder en
las organizaciones?
Casi todos los autores que han estudiado y analizado la escuela mediante métodos
etnográficos (de observación participante): Woods, (1987), Ball (1989), Pfeffer, (1993)
Santos Guerra (1994), etc. han identificado un conjunto de mecanismos de expresión
a través de los cuales se construye y fluye la información que son más propios de una
corrala o patio de vecinos que de un espacio tan respetable como un centro educativo.
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Ø El rumor y el cotilleo que surgen como respuesta a la ausencia de información o a la
ambigüedad y excesiva burocratización de la misma. De esta forma se intenta
explicar las decisiones ambiguas o la ausencia de decisión institucional en temas
vitales para el colectivo porque afectan a sus intereses personales o corporativos.
Ejemplos gráficos de supuesto básicos son los siguientes, citados por Santos Guerra
(1994) El castigo sirve de escarmiento. La imagen que te ofrecen el primer día es
definitiva, Si les das la mano que cogen el pie, si no les exiges no pegan ni golpe, etc.
Las bromas pesadas, ironías y sarcasmos han sido recursos muy habituales del
profesorado de otros tiempos en el espacio aislado del aula,
REFERENCIAS
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Woods.P. (1987): La escuela por dentro, La etnografía de la investigación educativa.
Madrid, Paidós-MEC
1. ¿Cuáles son los canales y circuitos por los que transita la información en la
escuela?
2. ¿Cuáles son los soportes y medios de información del lado oculto de la escuela?
CONSECUENCIAS.
Sin embargo, afirma Ball (1989): “el grado de formalidad que rodea a una reunión es
tal que casi nunca aparecen las dinámicas vivas de lo informal. El miedo que provoca
el poder y los rituales de reafirmación de la autoridad jerárquica impone el predominio
de lo formal”.
Los rituales del orden de intervención, del respeto al orden del día, de la constatación
en acta, la ceremonia democrática de la toma de decisiones mediante la votación, toda
esta parafernalia que incluso respetan los más díscolos, convierten la reunión en una
ceremonia marcada por el rito y los actos del director oficiante.
La reunión siempre es presidida por una autoridad institucional que inicia, desarrolla y
finaliza las discusiones mientras que el resto se mantiene como
espectadores pasivos, excepto una minoría de oposición que asume el papel de
animadores del espectáculo.
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Las dinámicas ocultas de la reunión.
La reunión es una ceremonia oficial que cumple dos funciones al mismo tiempo:
a) funciona como el espacio institucional del liderazgo que integra a todos los
miembros del grupo de una u otra forma. Las reuniones son estructuras formales de
participación mediante las cuales la autoridad transfiere a los subordinados parte de su
poder informándoles, consultándoles o propiciando su participación directa en la
decisión.
b) funciona como el sistema nervioso de la organización informal que sirve para
contrarrestar, equilibrar o afirmar el poder que se distribuye en el grupo entre el líder
institucional y los roles que el resto del grupo representa.
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El lenguaje suele ser más gráfico, más cercano, más directo. Se pueden matizar
expresiones, pensar en alto, provocar tiempos muertos para la reflexión, hacer un
dibujo, un diagrama o plantear una estrategia de zapatero remendón sin pudor y sin
miedo a ser llamado la atención porque uno se pasa del tiempo razonable o el asunto
tratado no consta en el orden del día. Sólo en este clima de libertad puede negociarse,
intercambiar, llegar a hacer tratos y a explicitar intereses ocultos que son los
que condicionan poderosamente las decisiones.
REFERENCIAS
Todo esto es cierto, pero no cabe duda de que siempre que hablamos de objetivos nos
referimos a los objetivos formales de la institución, fijados desde fuera, la mayor parte
de las veces ajenos al individuo que conforma las estructuras y no coincidentes con
sus metas personales.
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El resto de los miembros asiste sin haberse estudiado el orden del día y se posiciona
frente a los objetivos que le presenta el responsable del equipo desde una actitud
expectante, confusa y desconfiada. Primero necesita saber hasta qué punto los
objetivos le afectan a sus intereses personales y profesionales, después sopesar qué
consecuencias le depararán las decisiones que se puedan tomar al final de la
discusión.
Una de las principales deformaciones que impone el uso del análisis de sistemas
sociales es la excesiva importancia que se da a las metas organizativas y a su logro
dice Ball (1989:28) Otra deformación, continúa Ball es la necesidad del consenso
como condición indispensable para sobrevivir y alcanzar resultados beneficiosos para
la organización sin tener en cuenta los intereses y beneficios personales de los
miembros que las integran.
En las escuelas deben subsistir y acoplarse por un lado las metas oficiales y las metas
individuales que pertenecen a las agendas y currículos ocultos de cada individuo y
nada tienen que ver con las metas explícitas de la estructura.
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· Llegar a tener una mayor reconocimiento de su trabajo delante de sus
superiores.
· Llegar a tener los grupos más gratificantes o menos conflictivos, conseguir que
no me asignen la tutoría del grupo X cuyos alumnos pertenecen al batallón de los
objetores escolares...
· Y un largo etcétera tan variado y complejo como las aspiraciones humanas.
REFERENCIAS
1. ¿Por qué son tan importantes los objetivos para el trabajo en equipo?
COMPARACIONES
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as programaciones y proyectos versus agendas ocultas
Frente a esta selva de proyectos institucionales, casi todos prescriptivos, los colectivos
se defienden integrándolos en el ritmo de su trabajo diario haciendo interpretaciones
interesadas en el plano personal, intentando armonizar sus creencias, valores e ideas
personales con las definiciones institucionales de la educación y la enseñanza.
Erickson (1987) dice que “Un supuesto básico de la teoría interpretativa es que los
sistemas formal e informal operan de manera simultánea en la vida cotidiana del
centro”. En las aulas y en los pasillos de una escuela, el profesor lleva a cabo un
programa oficial que entreteje con su peculiar visión del mundo, su ideología y su
“cultura” personales.
Fernández Enguita (1990) continua en la misma línea diciendo que “la mayor parte del
tiempo que un profesor emplea en sus clases lo dedica a intercambios informales que
escapan a cualquier control sobre los programas, los criterios de evaluación definidos
en los proyectos curriculares y los mismos libros de texto. En este tiempo el
profesor aparte de sus ideas personales actúa como portavoz de la sociedad adulta”
Fernández Enguita (1990) justifica la definición anterior diciendo que” la mayor parte
de las cosas que suceden en el aula y en el centro no están previstas en planes ni
proyectos algunos”,
En el espacio celular del aula, cada profesor orquesta con sus recursos personales,
normalmente difícilmente comunicables, la ceremonia compleja e imprevisible del
proceso de enseñanza-aprendizaje. Todos sabemos que en un 90% de los casos casi
nadie cumple, ni lo pretende, al pie de la letra la programación escrita, por la sencilla
razón de que sería imposible y muy poco eficaz. Los alumnos, normalmente en grupos
numerosos son imprevisibles como la vida misma y por lo tanto exigen que cada
mañana el profesor se adecue a su dinámica tan libre y sorprendente como la realidad
de cada uno de ellos.
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oculto del centro que constituye la “cultura” también oficial pero no escrita y el currículo
personal de cada profesor, intransferible, impredecible y original.
Suelen ser producto de la experiencia personal más dura, del choque con la realidad
cotidiana del aula y de la sala de profesores, donde generalmente estos se expresan
en libertad en ausencia de los directivos y sus incondicionales”.
REFERENCIAS
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Santos Guerra, M. A. (1994): Entre bastidores, el lado oculto de la organización
escolar. Granada, Aljibe.
CAUSAS.
c) Recursos desde la perspectiva del personal del centro: Más personal de apoyo,
formación permanente en nuevas temáticas, mejor retribución del profesorado, más
recursos funcionales y técnicos para el profesorado, más espacios para el
profesorado, más tiempo para el profesorado.
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siguiente lista que el lector puede ampliar desde su propia experiencia nos facilitará el
análisis de la interacción informal de la escuela:
· El Recurso del tiempo y horario escolar. Más tiempo de descanso y vacaciones,
menos tiempo de clase con alumnos, menos tiempo de presencia en el centro. Menos
tiempo de vigilancia de pasillos y recreos, más tiempo de formación permanente y de
preparación de clase y de otras actividades de apoyo al centro en detrimento del
horario de clase, un horario de clases en función de la situación personal de cada
profesor, etc..
Nadie se cuestiona el quién. Casi todos los autores de la teoría política (Popkewich,
Appel, Giroux, Bates, Ball,) etc., tienen claro que el director es, en principio, quien
toma decisiones personales a la hora de distribuir todos los recursos disponibles y
codiciables en función de la identificación u oposición a su proyecto, en función del
apoyo incondicional, y de la fidelidad personal o de la inconformidad y subsiguiente
marginación.
Para Ghilardi (1988:25-27) La lucha por los recursos codiciables y escasos marca toda
la historia de la organización entendida desde la perspectiva política. La lucha por
recursos que responden a intereses de privilegio es el principal aglutinante de las
coaliciones y alianzas contra quienes disfrutan de esos privilegios.
Desde esta perspectiva, dice Ball (1989), pueden observarse coaliciones y alianzas
diferentes tales como:
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· Coaliciones que solo tienen en común el agravio de un horario “perverso”,
· En otras ocasiones se produce la lucha del llanero solitario por conseguir ciertos
recursos que responden a interese vitales de carácter estrictamente personal como
por ejemplo: la tutoría de un curso cómodo, un horario de mañana versus horario de
tarde, tiempo de apoyo o de guardia sobre tiempo de clase, autoexclusión estratégica
para no responsabilizarse de “nada” etc.
REFERENCIAS
1. ¿Cuáles son los recursos que necesita la escuela para cumplir los objetivos que le
exige la sociedad y cuáles son los recursos que desean los profesores en el plano
informal y personal?
DETALLES, PRUEBAS
¿Qué pruebas hay de que la distribución de los recursos en los sistemas educativos
centralistas sean objeto de lucha por el poder?
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