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g r n d e z c a s t r o *
I. introduccin
* Profesor Ordinario en las universidades Nacional Mayor de San Marcos y Pontificia Universidad
Católica del Perú.
Sobre el emergente derecho constitucional indígena en el espacio interamericano
I I . la s c o m u n i da d e s o r i g i na r i a s y e l n u e vo
c o n s t i t u c i o n a l i s m o lat i n oa m e r i c a n o
Cfr. Mariátegui, J.C. “El problema del Indio”, en 7 Ensayos de interpretación de la realidad
peruana, Lima: Biblioteca Amauta, 1928.
Conforme señala Antonio Zapata, citando a Mirko Lauer, en el caso peruano, al parecer fue la
“resaca depresiva de la guerra con Chile” la que llevó a reflexionar a la intelectualidad peruana
sobre la necesidad de integrar al “indio” como parte del proyecto nacional. Cfr. Zapata A. ¿Des-
iguales desde siempre? Miradas históricas sobre la desigualdad, iep, 2013, p. 80.
Al constitucionalismo de los derechos se ha referido Luis Prieto, para remarcar la importancia
del enfoque argumentativo de los mismos, pero también para referirse al pluralismo como signo
de esta nueva concepción de la democracia y los derechos en el continente europeo. Cfr. Prieto
Sanchís, Luis. El constitucionalismo de los derechos, en Revista Española de Derecho Constitu-
cional, año 24, núm. 71, mayo-agosto, 2004.
Para un tratamiento comparado del reconocimiento de los derechos indígenas en las cons-
tituciones latinoamericanas, puede verse: Gonzalo Aguilar, Sandra Lafosse, Hugo Ro-
jas, y Rébecca Steward. Análisis comparado del reconocimiento constitucional de los pueblos
indígenas en América Latina, recuperado de: http://www.ssrc.org/workspace/uploads/docs/
Pedro P. Grández Castro
Ana%CC%81lisis_Comparado_del_Re conocimiento_Constitucional_de_los_Pueblos_Indi-
genas_en_Ame%CC%81rica_Latina%20_Dec%202010_cppf_Briefing_Paper_f.pdf (fecha de
consulta 22.01.2015).
Como observa Yrigoyen, “En la práctica, esto posibilitó que un gran número de corporaciones
transnacionales se instalaran en los territorios indígenas para realizar actividades extractivas,
dando lugar a nuevas formas de despojo territorial bastante similares a las del siglo xix Cfr.
Yrigoyen Fajardo, “El horizonte del constitucionalismo pluralista: del multiculturalismo a la
descolonización”, en Rodríguez Garavito, César (Coord.). El derecho en América Latina. Un
mapa para el pensamiento jurídico del siglo xx, Siglo Veintiuno Editores, 2011, p. 143.
Cfr. Gargarella, R. Nuevo constitucionalismo latinoamericano y derechos indígenas. Una breve
introducción, recuperado de: http://onteaiken.com.ar/ver/boletin15/2-1.pdf
En este sentido escribe Rodríguez Garavito. “(…) el enfoque de la consulta se ha convertido en
Sobre el emergente derecho constitucional indígena en el espacio interamericano
III. la constitucionalizacin
d e l d e r e c h o a l a c o n s u lta p r e v i a
el candidato más fuerte a sustituir el enfoque integracionista, que dominó el derecho internacional
y los ordenamientos domésticos a lo largo del siglo xx y que buscaba la solución del “problema
indígena” mediante la asimilación de los pueblos aborígenes al resto de la sociedad”, Cfr. Del
autor, “Etnicidad.gov: la gobernanza global, los derechos indígenas y el derecho a la consulta
previa en los campos sociales minados”, recuperado de: http://www.uis.edu.co/webuis/es/
catedraLowMaus/lowMauss11_2/terceraSesion/Rodriguez_Garavito _Ethnicity_gov_espaol.
pdf
Cfr. Anaya, S. James. Los pueblos indígenas en el derecho internacional, Editorial Trotta, 2005.
Para el caso peruano a decir del TC “La exigibilidad del derecho a la consulta está vinculada
con la entrada en vigencia en nuestro ordenamiento jurídico del Convenio 169 de la oit. Este
Convenio fue aprobado mediante Resolución Legislativa n.° 26253, ratificado el 17 de enero de
1994 y comunicado a la oit a través del depósito de ratificación con fecha 2 de febrero de 1994.
Y conforme a lo establecido en el artículo 38.3 del referido Convenio, este entró en vigor doce
meses después de la fecha en que nuestro país registró la ratificación. Esto es, desde el 2 de febrero
de 1995, el Convenio 169 de la oit es de cumplimiento obligatorio en nuestro ordenamiento.” Al
margen de que estamos en una lectura formal y legalista sobre la vigencia del Convenio, conviene
reflexionar sobre los mecanismos de defensa del derecho de las comunidades con anterioridad a
la entrada en vigor del Convenio 169. Una línea de argumentación que se puede explorar es sin
duda como lo hizo el TC en el caso Cordillera Escalera, mediante el derecho de participación,
seguramente más restringido, pero que no niega el derecho a participar en el desarrollo y en la
aprobación de proyectos que pueden afectar la vida de la comunidad.
Una buena muestra de esto sucede con la Constitución de Bolivia, en el caso de los derechos de
participación de los pueblos originarios al establecer en su art. 30.II n.os 15 y 18, que los pueblos
tienen derecho a “ser consultados mediante procedimientos apropiados, y en particular a través
de sus instituciones, cada vez que se prevean medidas legislativas o administrativas susceptibles
de afectarles”.
Pedro P. Grández Castro
que viven y que sus leyes, valores, costumbres y perspectivas han sufrido a
menudo una erosión”.
Tras la aprobación del Convenio 169 de la oit, se inicia un nuevo ciclo
del constitucionalismo latinoamericano que Raquel Yrigoyen ha denomi-
nado como, “Constitucionalismo pluricultural”. Aun cuando, tratándose
de estos temas, la semántica del lenguaje es motivo frecuente de disputas,
es claro que se trata de poner de relieve un enfoque diferente en los textos
constitucionales. Un ciclo que estaría caracterizado fundamentalmente, por
la introducción de “fórmulas de pluralismo jurídico que logran romper la
identidad Estado-Derecho o el monismo jurídico, esto es, la idea de que solo
es ‘derecho’ el sistema de normas producido por los órganos soberanos del
Estado (los poderes Legislativo, Judicial y Ejecutivo)”. “Las Constituciones
de este ciclo reconocen a las autoridades indígenas, con sus propias normas
y procedimientos o su derecho consuetudinario y funciones jurisdiccionales
o de justicia.”
Pero quizá el signo más relevante de esta etapa no es tanto (o no es solo),
la plasmación de esta dimensión plural en las constituciones, sino más bien,
el uso de estas cláusulas a través de los procesos de concreción o mediante
demandas solicitando la eficacia de los derechos ante los tribunales. Con
constituciones garantizadas judicialmente, el siguiente paso inevitable ha
sido la judicialización de los derechos indígenas. El derecho a la consulta
ha sido en este sentido el derecho más solicitado, debido a que se ha con-
vertido en puerta de acceso a otros derechos básicos como la autonomía de
las comunidades, su cultura, lengua, territorio, etc.
Una serie de otros factores han contribuido en la dirección al proceso
de constitucionalización de los derechos de los pueblos originarios, espe-
cialmente el derecho a la consulta. Courtis, por ejemplo, destaca en esta
línea: i) el proceso de consolidación de la democracia en muchos de los países
Respecto de las disputas terminológicas puede verse: Acuña Merino, Roger. ¿Minorías o nacio-
nes? discursos y políticas de reconocimiento de los derechos de los pueblos indígenas. En Revista
Argumentos, Edición n.° 2, año 8, mayo 2014. Recuperado de http://revistaargumentos.iep.org.
pe/articulos/minorias-o-naciones-discursos-y-politicas-de-reconocimiento-de-los-derechos-
de-los-pueblos-indigenas/ issn 2076-7722. (Consultado el 20 de mayo de 2015).
Cfr. Irigoyen Fajardo, Raquel. El horizonte del constitucionalismo pluralista: del multicul-
turalismo a la descolonización, en Rodríguez Garavito, César (Coord.) El derecho en América
Latina. Un mapa para el pensamiento jurídico del siglo xx, Siglo Veintiuno Editores, 2011, p. 142.
Cfr. Courtis Christian. Apuntes sobre la aplicación del Convenio 169 de la oit sobre pueblos
indígenas por los tribunales de América Latina en SUR, Revista Internacional de Derechos Humanos,
Sobre el emergente derecho constitucional indígena en el espacio interamericano
I V . ¿ q u e s e l d e r e c h o a l a c o n s u lta p r e v i a ?
Así por ejemplo, puede leerse en un documento sobre el derecho a la consulta elaborado en Perú.
“El derecho a la consulta significa un recurso de protección reforzada a las poblaciones indígenas,
producto de la larga historia de exclusión de la cual han sido víctimas.” Cfr. Salmón Elizabeth
(Coord.). La consulta previa, libre e informada en Perú. Instituto de Democracia y Derechos Hu-
manos de la Pontificia Universidad Católica del Perú (idehpucp), 2012, p. 33.
Sobre el emergente derecho constitucional indígena en el espacio interamericano
“(...) Las garantías no son otra cosa que las técnicas previstas por el ordenamiento para reducir
la distancia estructural entre normatividad y efectividad, y, por tanto, para posibilitar la máxima
eficacia de los derechos fundamentales en coherencia con su estipulación constitucional. (...)”
Ferrajoli, Derechos y garantías. La ley del más débil, Traducción de Perfecto Andrés Ibáñez y
Andrea Greppi, Trotta, 1999, p. 59.
En los distintos países las formas de protección o garantías judiciales son variadas en relación con
el Convenio 169. Christian Courtis explica que el convenio “se ha usado como argumento de la
parte demandante, pero también como excepción o como justificación de defensas de fondo –en
algunos casos, por órganos estatales–.” Respecto de los tipos de procesos en los que se suele invocar,
Courtis señala que “el Convenio 169 fue invocado en acciones de inconstitucionalidad, en acciones
de amparo o tutela constitucional, en controversias entre poderes, en acciones político-electorales,
en acciones de nulidad en materia contencioso-administrativa, en acciones civiles ordinarias (en las
que se discuten asuntos de propiedad o desalojo, por ejemplo), en acciones penales, en acciones que
tramitan en el fuero agrario, entre otras. En algunos países –como Chile, Colombia y Guatemala–
se permite a actores calificados requerir una opinión sobre la compatibilidad con la constitución
de un tratado u otra norma al tribunal al que se le ha asignado el control de constitucionalidad:
en esos, el Convenio 169 ha sido objeto de esta consulta al tribunal o corte constitucional.” Cfr.
Courtis, Christian, Apuntes sobre la aplicación del Convenio 169… cit. p. 59.
Cfr. Alexy, R. Teoría de los derechos fundamentales, cepc, Traducción de Carlos Bernal Pulido,
segunda edición en castellano, Madrid, 2007.
Pedro P. Grández Castro
Cfr. Shue, H. Basic rights: Subsistence, affluence, and U.S. Foreign Policy; Princeton, Princeton
University Press, 1980.
Sobre el emergente derecho constitucional indígena en el espacio interamericano
Ley n.° 29 785, Ley del derecho a la consulta previa a los pueblos indígenas u originarios, re-
conocido en el Convenio 169 de la oit y su Reglamento aprobado por el Decreto Supremo n.°
001-2012-MC.
Cfr. Acuña Merino, Roger. Coloniality and Indigenous Territorial Rights in the Peruvian Amazon: A
Critique of the Prior Consultation Law, en: Centre for Development Studies, University of Bath Bath
Papers in International Development and Wellbeing Working Paper, n.° 38, marzo de 2015. Recuperado
de: http://www.bath.ac.uk/cds/publications/bpd38.pdf. Consultado el 27 de mayo de 2015.
Algunos de los argumentos para un pronunciamiento sobre la inconstitucionalidad de la ley y
por extensión a su reglamento han sido redactados por los abogados, Juan Carlos Ruiz Molleda y
Javier La Rosa para un informe publicado por el Instituto de Defensa Legal: Cfr. De los autores
citados, Derecho a la consulta previa en el Perú: A modo de balance del primer año de Humala, re-
cuperado de: http://www.justiciaviva.org.pe/notihome/notihome01.php?noti=866 consultado
el 22 de abril de 2015.
Así por ejemplo el TC peruano, en el caso Cordillera Escalera, Exp. n.° 3343-2007-aa/tc, estable-
ció, refiriéndose al derecho a la consulta previa: “Este derecho, que viene a ser una concretización
también del artículo 2. 17 (Derecho de participación) de la Constitución, se encuentra explíci-
tamente recogido en los artículos 6 y 7 del Convenio n.° 169” Fundamento n.° 33 (paréntesis
agregado).
Pedro P. Grández Castro
Cfr. Corte idh. Caso del Pueblo Saramaka vs. Surinam. Excepciones Preliminares, Fondo, Re-
paraciones y Costas. Sentencia de 28 de noviembre de 2007. Serie C, n.° 172, párr. 91. La Corte
Interamericana ha reiterado que “la estrecha relación que los indígenas mantienen con la tierra
debe ser reconocida y comprendida como la base fundamental de sus culturas, su vida espiritual,
su integridad y su supervivencia económica” (Corte idh. Caso de la Comunidad Mayagna [Sumo]
Awas Tingni vs. Nicaragua. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 31 de agosto de 2001.
Serie C, n.° 79, párr. 149).
Cfr. Lopera, Gloria Patricia y Dover, Robert. Consulta Previa, ciudadanías. Boletín de Antro-
pología. Medellín: Universidad de Antioquia, Vol, 28, n.° 45, p. 85, 2013.
Sobre el emergente derecho constitucional indígena en el espacio interamericano
César Rodríguez Garavito ha elaborado un esquema que muestra hasta tres modelos de consulta
que vienen influenciados por el distinto papel que se otorga a la participación de las comunidades:
Así en un primer modelo que denomina de “asimilación”, la consulta solo supone un despliegue
de información o “socialización” de la información; en un segundo modelo, que denomina del
“multiculturalismo neoliberal” hay un reconocimiento del pluralismo jurídico aunque solo hay
una apuesta por el procedimiento de la consulta y se puede llegar a aceptar la judicialización.
Finalmente, en un extremo de mayores exigencias identifica un modelo que denomina, “multi-
culturalismo contrahegemónico” donde aparece el lenguaje de la autodeterminación y la consulta
libre, previa y debidamente informada que puede llegar al veto por parte de la población indígena
como parte del proceso. Cfr. Rodríguez Garavito, César citado, pie de página n.° 8.
Cfr. Informe del Relator Especial James Anaya, cit. año 2013 A/hrc/24/41 párrafo 39.
Pedro P. Grández Castro
Una falta de técnica o precisión constitucional, lleva por ejemplo en el ámbito de la Constitución
peruana de 1993 a poner en el mismo nivel los derechos económicos con los derechos básicos
vinculados con la dignidad de modo más directo.
Cfr. Informe de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos sobre Derechos de los
Pueblos Indígenas y Tribales, sobre sus tierras ancestrales y recursos naturales, oea/Ser.l/v/ii.
Doc. 56/09, 30 diciembre 2009.
Sobre el emergente derecho constitucional indígena en el espacio interamericano
Cfr. Informe del Relator Especial sobre los derechos de los pueblos indígenas, James Anaya, “Las
industrias extractivas y los pueblos indígenas”; 24 periodo de sesiones del Consejo de Derechos
Humanos de las Naciones Unidas, julio de 2013, hrc/24/41, Introducción.
Así en el Caso del Pueblo Saramaka vs. Surinam. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones
y Costas. Sentencia de 28 de noviembre de 2007. Serie C, n.° 172, subtítulo D.
Pedro P. Grández Castro
3 . c o n s u lta s o b r e a c c i o n e s
e n fa v o r d e l a c o m u n i d a d
Cfr. stc n.° 006-2007-ai/tc, donde se resume la jurisprudencia anterior en procesos de amparo.
Pedro P. Grández Castro
Cfr. Merino R. Coloniality and Indigenous Territorial Rights in the Peruvian Amazon: A Critique
of the Prior Consultation Law. Centre for Development Studies, University of Bath, Papers in
International Development and Wellbeing Working Paper, n.° 38, 2015, p. 9.
Sobre el emergente derecho constitucional indígena en el espacio interamericano
V . ¿ q u s e c o n s u lta y c m o ?
e l o b j e t o d e l a c o n s u lta p r e v i a
En el caso Cordillera Escalera, stc 3343-2007-aa/tc Fundamento 33: “Esta libre determinación,
juntamente con la concepción que los pueblos indígenas tienen sobre la tierra, sirve de base
para la configuración y sustento del derecho a la consulta previa. Este derecho, que viene a ser
una concretización también del artículo 2. 17 de la Constitución, se encuentra explícitamente
recogido en los artículos 6 y 7 del Convenio n.° 169. El artículo 6, literal a), indica que cada vez
que se prevean medidas legislativas o administrativas susceptibles de afectar directamente a los
pueblos indígenas, el Gobierno tendrá que consultar previamente y mediante los procedimientos
apropiados e instituciones representativas. Tales consultas deberán efectuarse de buena fe y de
forma apropiada a las circunstancias del caso, con la finalidad de llegar a un acuerdo y lograr el
consentimiento de las medidas propuestas.
Pedro P. Grández Castro
es más específico aún, al establecer para los casos en los que “la propiedad
de los minerales o de los recursos del subsuelo” pertenezcan al Estado, en-
tonces existe la obligación de “los Gobiernos”, de “establecer o mantener
procedimientos con miras a consultar a los pueblos interesados, a fin de
determinar si los intereses de esos pueblos serían perjudicados, y en qué
medida, antes de emprender o autorizar cualquier programa de prospección o
explotación de los recursos existentes en sus tierras”. Esta obligación ha sido
interpretada en forma bastante amplia a favor de las comunidades incluso
hacia territorios que no forman parte de su dominio.
La Corte idh ya había fijado, en efecto, en términos de principio, cuándo y
qué tipos de medidas deben ser materia siempre de consulta. También habían
avanzado las formas en que debe realizarse la consulta. Como lo resume el
Informe de la Comisión del año 2009 sobre Pueblos Indígenas, en términos
generales: “Cualquier decisión administrativa o legislativa que pueda afectar
jurídicamente los derechos o intereses de los pueblos indígenas y tribales
sobre sus territorios debe estar basada en un proceso de participación plena
que incluya la consulta previa e informada”.
También el Tribunal Constitucional siguiendo en este punto a la Corte
idh había ya establecido esta línea de razonamiento. Sin embargo, en un
caso posterior analizando la Ley de Recursos Hídricos consideró a esta una
norma “general” y no específica que por tanto no tenía mayor incidencia en
la vida de las comunidades originarias.
De forma autorreferencial y citando una decisión anterior como criterio,
el Tribunal delimitó en este caso que las medidas que pueden ser objeto de
consulta solo serían: “(a) medidas dirigidas a regular aspectos que conciernen
en forma exclusiva a los pueblos indígenas; (b) normas de alcance general
que podrían implicar una afectación “indirecta” a los pueblos indígenas; y,
Ver en este sentido los informes que cita el Ex relator de Naciones Unidas para los Pueblos
Indígenas, James Anaya, ob. cit. p. 234. Especialmente las contenidas en la cita 200.
Según el TC “La Ley n.° 29 338 no es una norma que tenga a los pueblos indígenas como únicos
destinatarios. Tampoco una que regule directamente aspectos que tienen que ver con sus derechos
colectivos. Dentro de la tipología de medidas de corte legislativo a la que nos referimos en el
Fundamento anterior, el Tribunal considera que la Ley 29338 pertenece al grupo de normas de
alcance general que solo indirectamente podrían implicar una afectación a los pueblos indígenas.”
Cfr. Sentencia en el Exp. n.° 00025-2009-pi/tc fundamento n.° 28.
Sobre el emergente derecho constitucional indígena en el espacio interamericano
Cfr. stc 0022-2009-pi/tc (fundamento n.° 21 que aparece ahora resumido de esta forma en el
fundamento 25 de esta decisión sobre la ley de hidrocarburos): es decir, en un caso anterior el
Tribunal construye la premisa normativa con la que luego juzga un caso en el que sin duda se
estaba discutiendo cuestiones tan fundamentales como el agua de una comunidad.
Así lo determinó el Tribunal en el caso Tuanana, Exp. n.° 022-2009-ai/tc, fundamento n.° 37:
“El contenido constitucionalmente protegido de este derecho importa; i) el acceso a la consulta,
ii) el respeto de las características esenciales del proceso de consulta; y, iii) la garantía del cum-
plimiento de los acuerdos arribados en la consulta. No forma parte del contenido de este derecho
el veto a la medida legislativa o administrativa o la negativa de los pueblos indígenas a realizar la
consulta.”
Pedro P. Grández Castro
este modo, desde nuestro punto de vista, una nueva forma de actuación del
órgano jurisdiccional del sistema interamericano de protección de derechos
que augura muchas nuevas posibilidades en la comunicación con los actores
directos y las víctimas de violaciones de sus derechos.
En este caso, al que no quisiera dedicarle más tiempo por razones obvias
se han definido los términos de la Consulta ratificando su condición de
derecho puente o garantía para otros derechos. La Corte idh ha establecido
que para garantizar la participación efectiva de los integrantes de un pue-
blo o comunidad indígena en los planes de desarrollo o inversión dentro
de su territorio, el Estado tiene el deber de consultar en forma anticipada
(previa), activamente y de manera informada, con dicha comunidad, según
sus costumbres y tradiciones, en el marco de una comunicación constante
entre las partes.
a) La consulta debe ser realizada con carácter previo
b) La buena fe y la finalidad de llegar a un acuerdo
c) La consulta debe ser adecuada y accesible
d) Con participación en la comunidad en el proceso de elaboración de
los estudios de impacto que debe convertirse en un documento fundamental
para la viabilidad de un proyecto de inversión
e) Debe tratarse de un proceso en el que la comunidad concurra debi-
damente informada. Lo que supone que el Estado debe hacer esfuerzos por
brindar información objetiva e imparcial.
El desarrollo de las implicancias del caso Sarayacu para los alcances del
derecho a la consulta, no es posible desarrollar en esta comunicación. Se
trata de la síntesis de un proceso que marcará un hito en el desarrollo de los
estándares de protección por parte de los órganos de la justicia constitucio-
nal indígena en cada uno de los Estados de la comunidad interamericana.
El proceso que ha conducido al caso Sarayacu, muestra por otro lado, un
desarrollo no siempre uniforme ni tampoco rectilíneo, sino más bien sigza-
gueante con constantes marchas y retrocesos en las jurisprudencias de los
tribunales nacionales.
Podemos afirmar –sin temor a equivocarnos– que esta construcción
del derecho a la consulta por parte de la Corte y seguramente mirando de
cerca los desarrollos locales; se encuentran claras líneas de disonancia con
Sobre el emergente derecho constitucional indígena en el espacio interamericano