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Grabado

Técnicas de grabado, conjunto de procesos de duplicación, creación y reproducción de


imágenes. Dentro del grabado existen dos categorías básicas: los realizados de forma
fotomecánica, como las ilustraciones de periódicos y revistas o las reproducciones de
obras de arte originales (como los cuadros de los maestros antiguos) que se realizan con
fines comerciales, y los creados a mano para reproducción limitada por medio de técnicas
que requieren una determinada capacidad artística y de materiales especiales.

El artista gráfico puede utilizar cualquiera de los diversos métodos de grabado manual: en


relieve, en hueco, planográfico, monotipia o estarcido.

Grabado en relieve: El artista talla la imagen en un bloque o taco de madera, ya sea a


fibra o a contrafibra.

Grabado a fibra

Es el método más antiguo de grabado. Durante siglos, la técnica básica del grabado en


relieve ha consistido en vaciar ciertas zonas de la superficie de un taco de madera para
crear una superficie de grabado con la forma de la representación deseada.
Tradicionalmente se utilizan más las maderas de frutales, como el cerezo o el peral, que
las de arce o roble, demasiado duras para ser talladas. En el siglo XX los artistas han
preferido maderas más blandas, como el pino. Primero se alisa la superficie y después se
endurece tratándola con una laca, lo que la hace más resistente a la presión del tórculo y
facilita el tallado de dibujos muy marcados. El artista puede hacer su composición
pintando o dibujando en la superficie; después, se vacía la madera a ambos lados de las
líneas marcadas, para que el contorno de la imagen sobresalga de la superficie del taco.
En esencia, es una imagen en relieve.

Con ayuda del rodillo se impregna el taco con una tinta con base de aceite. Se coloca una
hoja de papel —lo ideal es que sea de un tipo muy absorbente como el papel de arroz—
sobre el taco, y ya puede entonces el artista grabar la imagen a mano frotando la
superficie con la paleta de una cuchara o con cualquier otro instrumento bruñidor.
También pueden pasarse por el tórculo el taco y el papel; la imagen quedará trasladada al
papel por la presión. El ejemplar impreso se retira levantando cuidadosamente una
esquina del papel y separándolo del taco. Cuando se trata de grabados a fibra en color,
se utilizan tacos separados, uno para cada color.

Grabado a contrafibra

Esta modalidad se utilizaba sobre todo para ilustrar revistas y libros. Es similar al grabado


a fibra. Para realizar un grabado a contrafibra, el artista emplea un buril (instrumento para
tallar) con el que graba la imagen directamente sobre un taco de madera cortada a la
testa (o en sentido transversal). Se suele emplear la madera de boj, aunque también son
adecuadas las de cerezo y peral. La superficie de estas maderas es dura por naturaleza,
lo que permite al artista crear imágenes de gran detalle con líneas finas. Variando los
espacios entre las líneas grabadas el artista puede crear los sutiles efectos tonales que
son propios de esta técnica. Se aplica cuidadosamente sobre la superficie una tinta
espesa, de manera que no penetre en las líneas grabadas. Se sitúa sobre el taco una
hoja de papel, delgada y suave, y se procede a la impresión, bien a mano o haciendo
pasar el taco y el papel por el tórculo.

Grabado en hueco

Es lo contrario del grabado en relieve; en lugar de sobresalir de la superficie, las líneas de


la imagen están incisas en una plancha de metal. Hay dos tipos básicos de grabado en
hueco: se puede grabar el dibujo en la plancha utilizando diversos instrumentos
puntiagudos llamados agujas, bruñidores, raedores y graneadores, o se puede rebajar en
la plancha por la corrosión de los ácidos. Gracias a estos diferentes métodos el grabado
en hueco permite conseguir una amplia gama de efectos visuales.

Talla dulce

Esta técnica, en función de la colocación y grosor de las líneas, permite al artista


conseguir imágenes de gran detalle, densamente delineadas, o imágenes imprecisas y
ligeras. Cuando la imagen está ya hendida en la plancha (de metal o de madera), se
aplica en toda la lámina una tinta suave con el rodillo, procurando que la tinta penetre bien
en todas las ranuras. A continuación se limpia con cuidado la superficie de la plancha
dejando únicamente la tinta de las grietas. Se coloca después la lámina en la platina del
tórculo; encima de ella el papel humedecido, y encima de éste unas capas de fieltro o
almohadillas. Bajo la presión de los rodillos del tórculo, el papel y las almohadillas sacan
la tinta de las ranuras haciendo que la imagen quede estampada en el papel.

Aguafuerte

Para hacer un grabado al aguafuerte, se recubre una plancha de metal con una sustancia


protectora con base de cera, resistente a los ácidos. El artista dibuja la imagen sobre la
lámina con una punta metálica muy afilada que va eliminando la capa de cera por donde
va pasando. A continuación se sumerge la lámina en un baño de ácido. La acción del
ácido disuelve la zona de metal dibujada que se ha quedado sin protección; el tiempo de
inmersión de la lámina en el ácido determina la profundidad de la línea en el grabado al
aguafuerte.

Grabado al aguatinta

Los grabados al aguatinta surgen en el siglo XVIII, por el empeño de los artistas de


recrear en los grabados el efecto de las acuarelas y de los dibujos a la aguada. El
aguatinta es un proceso de grabado en hueco, similar al aguafuerte, que produce una
estampa con un aspecto totalmente distinto. Se exponen a la acción del ácido amplios
segmentos de la lámina, creando zonas tonales más que líneas. Para crear un grabado al
aguatinta, se rocían con resina ciertas zonas de la lámina y se calienta ésta para que la
resina quede adherida. A continuación se sumerge la lámina en un ácido suave que
disuelve la superficie en las zonas que no están cubiertas por la resina. Si el artista quiere
que, una vez terminado el grabado a la aguatinta, algunas zonas queden más oscuras
que otras, expondrá éstas a una acción más prolongada del ácido que acabará picándolas
y así retendrán mejor la tinta. El método de la aguatinta resulta difícil de controlar y suele
ser utilizado en combinación con las técnicas del aguafuerte y de la punta seca.
Punta seca

Esta técnica es similar a la del grabado al buril. El artista dibuja la imagen sobre una


lámina de zinc o de cobre, sin tratar, utilizando un instrumento que parece un lápiz,
generalmente con punta de diamante. A medida que se va haciendo la incisión se va
produciendo un surco, levantando a ambos lados una especie de suaves crestas de metal
llamadas barbas. Estas barbas retienen mayor cantidad de tinta y dan al trazo de la punta
seca un aspecto rico y aterciopelado. Las barbas son delicadas y se desgastan con la
continua presión del tórculo por lo que no permiten más de 20 o 30 tiradas. Como en el
proceso del aguatinta, la estampación de la punta seca se hace entintando la lámina,
limpiándola, colocando un papel humedecido sobre ella e introduciéndola en el tórculo.

Media tinta

Otro tipo de estampación realizado por el método del grabado en hueco es la media tinta.


Los instrumentos necesarios son distintos tipos de raedores y el graneador de media tinta,
un utensilio pesado con un borde semicircular dentado, que al aplicarse con un
movimiento de balanceo sobre la lámina de cobre deja las marcas de los dientes en la
superficie. El movimiento del graneador deja la superficie cubierta de surcos bordeados
de barbas, como en la técnica de la punta seca. Es un procedimiento largo y tedioso pues
el artista tiene que trabajar sobre toda la superficie, graneando primero en un sentido y
después en ángulos rectos en ese sentido, después diagonalmente en los dos sentidos y
por último entre todas las diagonales. Si en esta etapa del proceso se procediera al
entintado y estampación de la lámina, la imagen resultante sería de un color negro
consistente aterciopelado. El artista debe crear la imagen raspando la superficie de la
lámina, reduciendo o en algunos casos eliminando por completo las marcas del
graneador. Cuando la imagen está terminada, se entinta la lámina y se estampa el
grabado. Las gradaciones tonales desde las zonas del negro consistente hasta las del
blanco puro producen los fuertes contrastes por los que esta técnica es conocida.

Impresión planográfica-litografía

En la técnica de la impresión planográfica, la imagen se crea directamente sobre la


superficie de una piedra o de una lámina de metal, sin cortar ni hacer incisiones. El
método más común es la litografía, proceso basado en la incompatibilidad de la grasa y el
agua. Se emplea una piedra caliza especial, que suele proceder de Baviera, bastante
pesada y cara. La caliza es sensible al agua, especialmente en las zonas de la superficie
que no han sido tratadas. También se suelen emplear láminas de zinc o de aluminio.

En primer lugar el artista hace el dibujo sobre la superficie recién pulimentada de la piedra


con un lápiz graso o con pluma o pincel empapados en una tinta grasa poco densa. A
continuación se aplica a toda la superficie de la piedra una mezcla de ácido nítrico y goma
arábiga; esto aumenta su capacidad de retener la humedad cuando se remoje la piedra; el
agua es repelida por la grasa del dibujo pero es absorbida por la superficie no dibujada. A
continuación se pasa sobre la piedra un rodillo impregnado de tinta grasa que quedará
adherida a las zonas grasas dibujadas y será repelida por las zonas mojadas. La piedra,
con un papel encima, es colocada en la prensa que, por presión, traslada la imagen al
papel.
Litografía (del griego, lithos, 'piedra'; graphéin, 'escribir'), proceso de impresión
descubierto en 1796 por el inspector cartográfico alemán Aloys Senefelder. En la litografía
se utiliza una superficie plana, ligera y planográfica en la que la zona de impresión no
sobresale del resto; se basa en la repulsión mutua de la grasa y el agua. Senefelder
descubrió que si se hacía un dibujo sobre una piedra caliza plana con un lápiz graso, los
trazos atraían y conservaban la tinta aceitosa o grasa cuando la piedra estaba húmeda,
mientras que las demás zonas no absorbían la tinta. A continuación el dibujo se podía
reproducir sobre un trozo de papel enrollado en contacto con la piedra.

En el mundo de la imprenta e impresión del siglo XIX, la litografía se convirtió en el


principal método de reproducción de obras de arte y de ilustración de libros y revistas; el
artista francés Honoré Daumier goza de especial fama por sus abundantes litografías que
satirizan gentilmente las debilidades sociales de su época. En España, en los comienzos
del desarrollo de la litografía destacó Francisco de Goya y, posteriormente, la producción
litográfica salida del taller barcelonés del impresor y periodista Antonio Brusi y la obra del
pintor cántabro José Madrazo, quien reprodujo con esta técnica las pinturas de las
colecciones reales, gracias a un privilegio concedido por el rey Fernando VII.

Con la implantación de la preparación fotográfica de las planchas nació la fotolitografía,


igual que la litografía por offset, añadiendo un rodillo de caucho. En la actualidad ambas
modalidades están consideradas técnicas de impresión por offset. El cilindro de caucho se
desliza en contacto con el cilindro de la plancha de impresión, que ha venido a sustituir la
piedra plana, y recibe la imagen entintada; esta imagen es la que se transfiere al papel. El
cilindro de caucho se encarga de evitar que la delicada plancha de impresión entre en
contacto con el objeto impreso. Esto permite las grandes tiradas sin necesidad de cambiar
las planchas, manteniendo el grado de fidelidad de la reproducción y de las tonalidades
característico de la litografía.

Las nuevas técnicas litográficas tienen gran importancia en el mundo de la moderna


electrónica. Estas técnicas, que incluyen la litografía óptica, de rayos X y de haces de
electrones, se utilizan en la fabricación de circuitos integrados y otros dispositivos de
semiconductores.

Monotipia

La monotipia es una variedad de impresión única; sólo sale una buena reproducción de


cada lámina. El artista dibuja sobre cualquier superficie lisa, utilizando óleo, acuarela o
tinta. Por lo general se emplea el vidrio, pero también es válida una lámina de cobre
pulido o la porcelana. Se puede crear la imagen pintándola sencillamente sobre la
superficie de la lámina o mediante un proceso de inversión, consistente en cubrir la
plancha con una fina capa de pigmentos e irlos eliminando con los dedos o con un pincel
hasta formar la imagen. A continuación se aplica el papel sobre la lámina y la imagen
quedará transferida, bien frotando el dorso del papel o utilizando una prensa de grabado
al aguafuerte.

Estarcido

Si bien el proceso de estarcido se utilizaba ya en la antigua Roma, alcanzó el mayor


grado de popularidad en Estados Unidos durante la década de 1960, cuando muchos
artistas utilizaban como medio de expresión los colores puros y las imágenes de
contornos marcados. Un estarcido es un recortable con zonas abiertas y cerradas. La
mejor forma de crearlo es recortando la imagen deseada en una hoja de papel duro; el
dibujo aparece como un espacio abierto con zonas sólidas alrededor. La plantilla así
obtenida se sitúa sobre una nueva hoja de papel y se aplica la pintura sobre toda la
superficie. Las zonas de pintura que llegan a la hoja inferior quedan limitadas a la forma
de los huecos de la plantilla, creando así la imagen deseada.

Para realizar una serigrafía, o estampado sobre seda, se coloca bien tensada sobre un


bastidor una pieza de seda o de otro tejido poroso. Según el método más directo, el artista
crea un diseño en el tejido con un agente bloqueador como pueden ser una plantilla, cola
o cola combinada con un disolvente. Debajo del tejido se coloca un papel. Con ayuda de
una rasqueta se arrastra la tinta sobre toda la superficie de la tela tensada; cuando pasa
por las zonas que no tienen agente bloqueador, la tinta atraviesa el tejido y se deposita en
el papel de debajo, creando el dibujo. También se utilizan técnicas fotográficas y papel de
estarcido para mimeógrafo.

Xerografía

Proceso de impresión electrostática en seco que se utiliza para la reproducción de


imágenes o documentos en las multicopistas dentro de la ofimática en el comercio y la
industria.

El proceso fue inventado por el estadounidense Chester F. Carlson en 1937 y


posteriormente comercializado por primera vez en 1950. Se basa en el principio de
fotoconductividad, es decir, en la capacidad de algunos cuerpos de hacerse conductores
bajo la influencia de la luz. El silicio, el germanio y el selenio son malos conductores de la
electricidad hasta que algunos de sus electrones absorben energía de la luz y al pasar de
un átomo a otro, permiten que la electricidad fluya por ellos cuando se les aplica un
voltaje. Cuando la luz se retira, pasan de nuevo a ser malos conductores eléctricos. La
xerografía utiliza una capa aislante fotoconductora de selenio o de aluminio u otro soporte
metálico conductor.

La capa se carga electrostáticamente con iones positivos o negativos, según la polaridad


de la carga del tipo de capa aislante fotoconductora seleccionada. Cuando se expone la
placa en una cámara o máquina fotográfica, aquellas áreas de la capa que reciben luz
pierden parte de su carga en función de la intensidad que reciben. De esta forma, la
cantidad de carga retenida en la capa de la plancha forma un dibujo eléctrico o
electrostático de la imagen.

La imagen se hace visible cuando se espolvorea sobre la placa expuesta un polvo


especialmente cargado, que contiene una carga opuesta a la inicial aplicada en la plancha
y en la capa aislante. El polvo se adhiere a aquellas áreas que han mantenido su carga y
la impresión se obtiene al cubrir la plancha con un papel y después aplicar sobre el
reverso del papel una carga de la misma polaridad que la carga inicial aplicada sobre la
capa aislante fotoconductora. Así, el polvo cargado de forma opuesta pasa a la superficie
del papel. La imagen de polvo se funde en el papel cuando se expone a vapores
disolventes o a calor, fijando así la imagen.
Todo el proceso xerográfico se puede llevar a cabo en menos de cinco segundos si se
utiliza un equipo mecanizado de alta velocidad. Además, el proceso resulta bastante
económico, puesto que la capa aislante fotoconductora puede ser reutilizada miles de
veces. Una de las aplicaciones basadas íntegramente en este proceso es la copia de
documentos de oficina y la copia de pequeños volúmenes de datos. Esta técnica ha
sustituido al uso de papel de carbón.

El método de xerografía también permite la realización económica y rápida de los clichés


offset de papel para tiradas de pequeño o medio volumen en prensas offset para oficinas.
Esta técnica de impresión también se aplica en la producción de imágenes de rayos X en
una técnica llamada xerorradiografía así como en las mamografías para la detección
precoz del cáncer de mama. La xerografía también se utiliza en pruebas industriales no
destructivas.

Actualmente, en el mercado existen gran variedad de máquinas automáticas de xerografía


que producen copias de oficina mediante la simple presión de un botón. Las máquinas
xerográficas pueden reproducir fotografías de medio tono, aumentar o reducir copias, ser
programadas para copiar por una o ambas caras del papel, o producir y clasificar
pequeñas o grandes cantidades de copias sin la intervención del operador. La xerografía
en color fue desarrollada a finales de la década de 1970. Como en muchos otros casos de
desarrollo tecnológico, los problemas han acompañado a este nuevo proceso, pues la
economía, versatilidad y flexibilidad del proceso xerográfico han originado grandes
problemas legales relacionados con los derechos de autor y han obligado a modificar la
legislación de numerosos países.

Otra máquina llamada copyflo, desarrollada a finales de la década de 1950, permite


ampliar microfilms e imprimir un libro entero a partir de un microfilm en unos cinco
minutos. Copyflo se utiliza principalmente para hacer copias de libros que ya no se editan.

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