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EL DUELO DESDE MELANIE KLEIN1

Lic. María Florencia Serra Cullen

Según Sigmund Freud (1917)2 “El duelo es, por regla general, la reacción frente a la
pérdida de una persona amada o de una abstracción que haga sus veces, como la patria,
la libertad, un ideal, etc.”(p.241).

El duelo implica:

- Profundo estado de ánimo doloroso.


- Cesación del mundo exterior (en tanto no recuerde a la persona fallecida).
- Perdida en la capacidad de amar (esto equivaldría a elegir un nuevo objeto
amoroso, es decir, sustituir a la persona).
- Inhibición de todas las funciones (se aparta de toda función que no esté
relacionada con esa persona perdida).

Siguiendo el texto de Sigmund Freud, sostenemos que el duelo no es en sí mismo


patológico, aunque presente desviaciones en la conducta normal. Se entiende que ese
estado desaparecerá por si sólo y se considera inadecuado perturbar el proceso. El duelo
se diferencia de una predisposición morbosa llamada melancolía, esta sí es patológica.
El duelo difiere de la melancolía, en tanto en esta última hay una característica
distintiva: la disminución de amor propio. Esta disminución se traduce en auto
reproches y acusaciones. “La sombra del objeto recae sobre el yo”, el sujeto en duelo se
hace objeto a sí mismo y puede esperar un castigo. La melancolía conlleva una pérdida
de naturaleza más ideal, no es fácil distinguir lo que se ha perdido conscientemente. Se
sabe a quién se perdió pero no lo que se ha perdido, en tanto el duelo es consciente.

El trabajo de duelo implica realizar un examen de la realidad, mediante este examen


se demuestra que el objeto no existe más y se demanda que la libido abandone sus
relaciones con este. Contra esta demanda surge una resistencia natural, ya que, el sujeto
en duelo no abandona fácilmente sus posiciones de la libido, incluso cuando haya un

1
Este trabajo surge como resultado del taller “El duelo desde la obra de Melanie Klein” presentado por la
FHAyCS de la U.A.D.E.R en el marco del proyecto de adscripción a docencia de la cátedra Teoría
psicoanalítica Escuela Inglesa, a cargo de la Lic. María Florencia Serra C. y la Ps. Soledad Eguiguren en
el año 2019.
2
Freud, S (1917) Tomo XIV “Contribución a la historia del movimiento psicoanalítico. Trabajos sobre
metapsicología y otras obras”. Tomo XIV- Obras Completas. Amorrortu editores. Buenos Aires,
Argentina.
encontrado sustituto. Esta demanda se realiza paulatinamente y luego de un gran gasto
de energía psíquica. Al final de la labor, el yo vuelve a quedar libre de toda inhibición.

EL DUELO DESDE LA OBRA DE MELANIE KLEIN:

Introduciéndonos en el trabajo del duelo propiamente dicho, Sigmund Freud se


interroga respecto a la intensidad que se experimenta durante el examen de realidad,
este examen supone que la demanda del mismo se realiza de una forma muy lenta y
dolorosa. Freud no encuentra respuestas acerca de esta cuestión. Este interrogante lo va
a responder Melanie Klein mediante su elaboración de la teoría del duelo.

Melanie Klein indica: “hay una conexión entre el juicio de realidad en el duelo
normal y los procesos mentales tempranos” (P.349)3. Ella enuncia que: “el niño pasa por
estados mentales comparables al duelo del adulto y son estos tempranos duelos los que
se reviven posteriormente en la vida, cuando se experimenta algo penoso” (P.349).
Todo duelo, guarda relación con el modo de enfrentar los primeros duelos de la vida4.

El sujeto en duelo es realmente un enfermo, pero como este estado mental es común
en el momento de atravesar un duelo, nos parece natural. Por lo tanto, no llamamos
enfermedad al duelo. Melanie Klein plantea que el duelo reactiva la posición depresiva
infantil. La posición depresiva es una melancolía en “Status nascendi”, es decir que es
análoga a una melancolía que se está gestando. En función de esto debemos puntualizar
algunas cuestiones respecto de la posición depresiva.

En la posición depresiva, el yo se relaciona con un objeto total, es decir un objeto


integrado. Se genera culpa por haber dañado al objeto en la posición anterior. La
posibilidad de percibir un objeto total despierta en el pequeño la percepción de que su
mamá se encuentra en relación con otros objetos, esto genera la posibilidad de
triangulación y propicia el escenario edípico.

La ansiedad durante esta posición es depresiva y es considerado como el primer


estado de dolor mental que podemos experimentar. La ansiedad es la preocupación por
haber dañado al objeto, por esta razón la culpa aparece con mucha intensidad. La pena
es muy grande porque a su vez, el estado del objeto es el estado del yo, es decir, si el
3
Melanie Klein. “Amor, culpa y reparación”. Tomo I, Obras completas.
4
La teoría de Melanie Klein es epigenética, esta característica indica que lo anterior va a determinar lo
posterior. Por lo tanto, la forma de atravesar los primeros duelos marcará los que sucedan luego a lo largo
de la vida.
objeto está dañado esto significa que el niño también lo está. Cuando se produce una
pérdida se experimenta una sensación de desvalimiento, esto tiene que ver con haberse
identificado con un objeto no vital.

Durante el transcurso de la posición depresiva, se da un cambio en la actitud mental


del niño, hay un cambio en la disposición del yo y un cambio en la relación objetal, es
decir que, además de percibir un objeto total e integrado, el niño se percibe a sí mismo
como más integrado. La situación se complejiza porque se ama y odia al mismo objeto.
Asimismo, percibir la totalidad de la madre implica comprender que puede vincularse
con otros objetos, esto hace que se exacerben los impulsos agresivos y hay una mayor
necesidad de incorporación de objetos, esto va a generar una activación de la voracidad.

El niño se da cuenta de cuanto necesita al objeto, por lo tanto menos tolera que este
con otro objeto y es por eso que quiere incorporarlo, utiliza la voracidad como modelo,
el problema surge porque se complica meterlo adentro sin dañarlo. La situación edipica
temprana le indica al niño que cuando no está siendo satisfecho es porque sus padres se
están otorgando la satisfacción (escena primaria de Freud). Si no la tiene el niño la tiene
otro, aparecen los celos. El Edipo se vincula al Superyó, aparecen juntos. El Superyó se
construye en base al objeto idealizado y persecutorio, el superyó es retaliativo5 y cruel.

Para defenderse de la ansiedad experimentada en esta posición el yo puede:

- Regresar a la posición anterior : Defendiéndose de esta forma el niño volvería


a la posición esquizoparanoide y su idea sería que si el objeto es “malo” no
interesará el daño cometido. Además, implementará los mecanismos de defensa
de la misma forma que ya conoce. Esto puede alivianar la ansiedad pero se
producirá un estancamiento en el crecimiento.
- Defensas maniacas: Las defensas se dan en el marco de omnipotencia infantil y
el yo se encuentra hiperactivo (manía). Se utilizan las mismas defensas
(Negación, control e idealización) pero estas cambian de forma y de fin. Esto
hace surgir la triada de sentimientos: control, triunfo y desprecio. El control se
va a dar sobre el objeto, el yo se experimenta a sí mismo controlando la
situación del objeto, despreciándolo y sintiéndose triunfal. Esto es posible
porque el yo se identifica con un objeto idealizado que lo exalta y lo hace sentir
fuerte, entonces niega el aspecto dañado del objeto. Si lo dañe no importa
5
La característica retaliativa indica que el superyó buscará venganza por el ataque cometido al objeto en
las fantasías.
porque no vale nada, ej: “lo dije en broma”. Es una desvalorización del objeto, si
lo desvalorizo puedo negar lo que vale ese objeto para mí. No se niega al objeto
y su existencia (como en la posición anterior) sino que el yo se pone en una
situación de mayor importancia. Niega haberlo amado. El yo deviene
hiperactivo, controla todo y niega la dependencia del objeto.
- Reparación genuina: Consiste en inhibir la agresión y donar libido al objeto. Al
principio está enmarcada en la omnipotencia infantil, por lo tanto, el niño es
capaz de curar, esto se manifiesta por ejemplo cuando el bebé da de comer a su
mama o le hace caricias. Luego, al ir creciendo, la omnipotencia va cediendo y
la reparación se va ajustando más a la realidad.

SIMBOLIZACIÓN:

Otra cuestión que surge en la posición depresiva es la posibilidad de simbolizar, esto


favorece la elaboración de la ansiedad depresiva, porque cuando la mamá no aparece y
el bebé percibe que sus impulsos agresivos no la mataron, se tranquiliza, entiende que
eso fue parte de su realidad psíquica y disminuye la situación de tensión.

Siguiendo las ideas planteadas por Soledad Eguiguren: “la simbolización tiene su
base en la posibilidad del yo de inhibir el impulso o fantasía que iba dirigido hacia un
objeto (a) y desplazarlo hacia otro (B)6” (Eguiguren, S.). Por ejemplo, inhibe la rabia
hacia la mamá y la dirige hacia el papá. Esto encubre una serie de cuestiones complejas:

- Albergar el conflicto de ambivalencia : es decir, poder sentir odio y amor hacia


el mismo objeto. Al poder discriminar un objeto total y sentir la ansiedad
depresiva, el yo puede instrumentar este mecanismo, de lo contrario, si el objeto
es malo (posición anterior) se deshace el conflicto y no va a simbolizar. Si se
aloja esta ambivalencia va a poder hacer algo con el odio (reparar).
- Reconocimiento de la totalidad del objeto y la existencia de otros objetos : el
niño podría buscar en el papá algo IGUAL A MAMÁ, en el sentido de la
gratificación que espera, pero a su vez puede saber que es distinto, que no es
mamá. Surge en el psiquismo la posibilidad de concebir la semejanza, lo igual y
distinto a la vez. Organiza un nuevo objeto con el que se relaciona y puede ir
incorporando nuevas cosas de ese objeto, así se va enriqueciendo. El mundo
interno se enriquece con otros objetos por introyección.
6
Soledad Eguiguren. “Ideas sobre el proceso de simbolización en la teoría de Melanie Klein”. Ficha de
cátedra.
- Categorías espacio-tiempo: aquello experimentado con el objeto A quedan
registrados y van a posibilitar el acceso al objeto B, así se da el descubrimiento
de las cualidades particulares de este objeto. Esto implica movimientos en el
tiempo. En la posición esquizo-paranoide, el bebé vive en un eterno presente, el
objeto es bueno o malo, no hay ausencia. En la posición depresiva, la mamá
puede no estar y eso no la convierte en mala.

Durante la posición depresiva, el bebé va a descubrir que existe una realidad psíquica
y va a comenzar a adquirir el juicio de realidad, va a comprender que hay algo que es el
objeto externo. Ambas realidades (psíquica y objetiva) se dan en simultáneo, es decir
que se van construyendo juntas. El juicio de realidad es la posibilidad de darse cuenta de
que hay una realidad psíquica y una realidad no psíquica, por fuera de lo psíquico.
Cuando el niño adquiere juicio de realidad se da cuenta de que fantasea con cosas pero
que esas cosas no son reales. El juicio de realidad comienza a formarse aquí y
podríamos decir que durante toda la vida nosotros vamos a estar buscando o vamos
adquiriendo mayor capacidad de juicio de realidad.

DUELO:

El proceso de duelo en términos Kleinianos se inicia a partir de la noción de


ausencia, ya que, el bebé comienza a penar ese objeto perdido. El niño siente que ha
perdido muchas cosas importantes, ya que: “el objeto del duelo es el pecho de la madre
y todo lo que el pecho y la leche han llegado a ser en la mente del niño: amor, bondad,
seguridad. El niño siente que ha perdido todo esto y que esta pérdida es el resultado de
su incontrolable voracidad y de sus propias fantasías e impulsos destructivos contra el
pecho de la madre” (P.349)7.

A fines de ejemplificar la dinámica del trabajo de duelo para la escuela inglesa,


utilizaremos diversas escenas de la película del Rey león:

ESCENA DE LA MUERTE DEL PADRE:

Simba, el pequeño heredero del reino se mete en problemas cuando se desata una
estampida de ñúes provocada por hienas y alentada por el león Scar, tío de Simba, quien
padece envidia por no tener acceso directo al trono. Ante el inminente peligro del
cachorro, su padre, el rey Mufasa se acerca al lugar para salvarlo.

7
Melanie Klein. “Amor, culpa y reparación”. Tomo I, Obras completas.
Mufasa logra salvar a Simba, pero muere siendo arrojado al vacío por Scar, quien se
aprovecha de la trágica situación para culpar de semejante acto a Simba y expulsarlo del
reino para poder tomar el trono.
Simba cae en la cuenta de lo que ha sucedido y se acerca al cuerpo inerte de su
padre. Scar aprovecha la situación y expulsa al pequeño al exilio: “huye simba, huye
lejos y nunca regreses”, el sentimiento de culpa y pena por el objeto cobra tal magnitud
que Simba huye y se embarca en una nueva vida lejos, incluso de su madre y sus seres
queridos. A su vez, su tío Scar enuncia: “de no ser por ti, todavía viviría”, podemos
suponer, que esta frase colabora con los sentimientos de culpa y la preocupación del yo
natural frente al posible daño realizado en sus fantasías, es decir que Simba considera
haber dañado al objeto, en este caso a su padre, mediante sus impulsos agresivos.

En el estado de duelo, el mundo interno se encuentra en peligro de desgarrarse, ya


que, predominan los objetos internos "malos". Para Freud la pérdida de una persona
amada conduce hacia un impulso de reinstalar en el yo el objeto perdido, para Klein no
sólo se introyecta a la persona perdida sino que también se deben reinstalar los objetos
buenos internalizados que se hicieron parte de su mundo interno desde las fases
tempranas de su desarrollo. Klein enuncia que: “siempre que se experimenta la pérdida
de la persona amada, esta experiencia conduce a la sensación de estar destruido”
(P.357). Como lo mencionamos anteriormente, esto remite a las primeras experiencias
depresivas del bebe y su mundo interno.

Klein indica que “el dolor experimentado en el lento proceso del juicio de realidad
durante la labor de duelo, parece deberse en parte, no sólo a la necesidad de renovar los
vínculos con el mundo externo y así continuamente reexperimentar la pérdida, sino al
mismo tiempo y por medio de ello, reconstruir ansiosamente el mundo interno que se
siente en peligro de deterioro y desastre” (P. 357-358). Esto es importante en la
teorización de Klein, ya que, se propone contestar el interrogante planteado por Freud,
cuando éste indaga sobre la dificultad de realizar el mandato de la realidad, esto es lo
que planteábamos al principio.

Otra cuestión importante se puede observar en otra escena anterior de la película,


cuando Simba se muestra ansioso por la posesión futura del trono y se encuentra
cantando: “Yo quisiera ya ser el rey”, esta manifestación alude directa e indirectamente
a la muerte de Mufasa, ya que, para poder ser el rey de la selva debe morir su padre.
Estas son fantasías destructivas que se ligaron al objeto y habitan en la realidad psíquica
de Simba, estas fantasías son las que lo llevaron a sentir mayor intensidad en la culpa,
más allá de que en la realidad fáctica no haya sido de esa forma. La realidad fáctica
suele ser más tranquilizadora que la realidad psíquica.

Klein dice que el mayor peligro para el sujeto en duelo es la vuelta contra sí mismo
del odio hacia la persona amada perdida. Este odio tiene que ver con los sentimientos de
triunfo sobre la persona muerta. Los deseos de muerte del niño contra los padres, por
ejemplo, se cumplen cuando alguien muere. Así la muerte, aunque frustre por otras
razones, es sentida en cierto modo como una victoria; origina un triunfo y de ahí el
aumento de la culpabilidad.

Este sentimiento de triunfo es inevitable en el duelo normal y también colabora en


retardar el trabajo del duelo, contribuye a que la pena sea mayor y se presenten
dificultades.

Melanie Klein enuncia que el triunfo es una parte muy importante en el trabajo del
duelo normal. Freud enuncia una renuncia narcisista respecto del objeto destruido.
Klein, plantea que: la "satisfacción narcisista" contiene suavizado el elemento de triunfo
que Freud parece pensar que no forma parte del duelo normal.

ESCENA DE APARICION DEL PADRE:

Al cabo de unos años y luego de haberse exiliado junto a otros animales de la selva,
Simba crece y se encuentra triste por su situación. Una noche eleva un reproche al cielo
pensando que su padre ha dejado de cuidarlo y enuncia; “Todo es por mí, es mí culpa”.
En ese momento se topa con Rafiki, el simio sabio del reino, quien se emociona por
saber que Simba vive y que no ha muerto como les ha comunicado el nuevo rey Scar.
Rafiki, alienta a Simba a reencontrarse con su padre Mufasa mediante ciertas visiones.

La elaboración del duelo y las ansiedades depresivas conllevan la instalación de un


objeto vivo en el interior. En palabras de Melanie Klein (1940) “El niño, al incorporar a
sus padres, los siente como personas vivas dentro de su cuerpo (…)” (p.350). Esto es lo
que sucede con Simba, quien en un principio manifiesta cierta resistencia ante esa
visión. Rafiki, insiste y le muestra que, en realidad, su padre vive dentro de él, Rafiki le
dice: ¿Lo ves? ¡Él vive en ti!

En el duelo de un sujeto, Klein (1940) enuncia que la pena por la pérdida real de la
persona amada está en gran parte aumentada por las fantasías inconscientes de haber
perdido también los objetos "buenos" internos. De a poco, el sujeto en duelo puede ir
obteniendo confianza en los objetos externos, de esta forma es capaz de fortalecer su
confianza en la persona amada perdida. Sólo así puede aceptar que el objeto no fuera
perfecto, puede no perder la confianza y la fe en él, ni temer su venganza.

Simba obtiene tranquilidad al escuchar a su padre decirle: “Recuerda quién eres, tú


eres mi hijo, el rey verdadero”, Mufasa presta colaboración para que Simba pueda
integrar sus impulsos amorosos, ya que, éste lo reconoce como su hijo y el rey
verdadero y, a la vez, no realiza reproches8. En este sentido, Simba puede darse cuenta
de que ha tenido también gestos bondadosos con el objeto y esto le brinda tranquilidad
para instalar e introyectar ese objeto sólido dentro de sí, además esta posibilidad otorga
vitalidad al yo, ya que, Simba se percibe a sí mismo como vivo y no dañado, por la
identificación del yo con el objeto. Cuando se logra esto se ha dado un paso importante
en la labor de duelo.

Atravesar y elaborar las ansiedades depresivas que emergen de la suposición de


haber dañado al objeto, implican la reducción de la omnipotencia infantil y la pena por
esta. Ya que, el yo va tomando conocimiento de que estos objetos tan terroríficos
habitan dentro de sus fantasías, y en la realidad no poseen tanta omnipotencia como se
creía. Es decir, el daño no ha sido tan grave como para eliminar al objeto.

Su padre le responde: “Ve en tu interior, Simba, eres más de lo que eres ahora, toma
tu lugar en el ciclo de la vida”, mediante esta frase Mufasa alienta a su hijo a que coteje
la realidad psíquica con la realidad externa. Esta contraposición posibilita la adquisición
del juicio de realidad. Simba comprende cuál es su lugar, el objeto vivo internalizado le
otorga seguridad.

“Así, mientras que el dolor se experimenta con toda intensidad y la desesperación


alcanza su punto culminante, surge el amor por el objeto, y el sujeto en duelo siente más
poderosamente que la vida interna y la externa seguirán existiendo a pesar de todo, y
que el objeto amado perdido puede ser conservado internamente. En esta etapa del duelo
el sufrimiento puede hacerse productivo” (Melanie Klein, P. 364).

ESCENA DE LA VUELTA AL REINO:

8
La falta de reproches está ligada a un superyó que se presenta de forma más amorosa y no tan cruel
como al principio. Es una posibilidad de elaboración del superyó retaliativo (vengativo) que colaboró a
que Simba se retire del reino.
Mufasa le pide a Simba que lo recuerde y que emprenda el retorno a su casa,
Simba se cuestiona el regreso al reino: “si regreso tendré que enfrentarme al pasado, he
estado huyéndole desde hace tanto”, en esta frase se puede observar como el mundo
externo le da temor. Simba se encuentra lleno de dudas y temores, no sólo por la culpa
que le generaba haber dañado al objeto, sino por la incertidumbre de no conocer que
piensan sus seres queridos. Melanie Klein (1940) plantea: Las dudas, incertidumbres y
ansiedades consiguientes, actúan en el niño pequeño como un continuo incentivo para
observar los objetos del mundo externo -mundo del cual surge su mundo interno- y
adquirir seguridad sobre ellos para poder así comprender mejor lo interno (p.350).

“Puedes huir de él o aprender”, esta frase enunciada por Rafiki en la escena indica la
posibilidad de crecimiento que otorga el paso por la posición depresiva y -a la vez- el
estancamiento que podría producirse si se regresa a la posición anterior.

Simba regresa a su casa y al encontrarse con su madre comprueba que ésta no le


guarda rencor ni se encuentra enojada por lo sucedido. Esto le otorga mayor seguridad y
facilita el atravesamiento y la elaboración del duelo. En esta lucha, la relación del niño
con su madre, su presencia real, es la más grande ayuda. En palabras de Klein: “La
madre que él ve, la madre real, le da así pruebas continuas de cómo es la "interna", de si
lo quiere o está enojada, de si lo ampara o si es vengativa” (P.350).

Del mismo modo, si el sujeto en duelo está rodeado de personas que él quiere y
comparten su dolor y puede aceptar su compasión, esto favorece la restauración de la
armonía de su mundo interno y se reducen más rápidamente sus miedos y penas.

“El aumento de amor y confianza y la disminución de los temores a través de


experiencias felices, ayuda al niño paso a paso a vencer su depresión y sentimiento de
pérdida (duelo). Lo capacitan para probar su realidad interior por medio de la realidad
externa. Al ser amado y a través de la alegría y comodidad que experimenta en la
relación con el mundo, se fortalece su confianza en su propia bondad, así como en la de
las personas que lo rodean, aumenta su esperanza de que los objetos buenos y su propio
yo puedan salvarse y preservarse, y disminuye al mismo tiempo su ambivalencia y sus
temores a la destrucción del mundo interno” (Melanie Klein, p.351).

Prevalece lo amoroso en el mundo externo, por lo tanto Simba adquiere seguridad en


sí mismo y en los demás, puede elaborar el duelo por su padre y logra reparar al objeto
perdido. A su vez, Simba repara el reino en la realidad fáctica, ya que, este se encuentra
completamente dañado por el tío Scar.

“Este es mi reino, si no lucho por él quien lo hará”, según Melanie Klein (1940),
cuando la persecución disminuye, la dependencia hostil frente al objeto, junto con el
odio, también disminuye y las defensas maníacas se relajan. El penar por el objeto
amado perdido también implica una dependencia frente a él, pero una dependencia que
se transforma en un incentivo para lograr la reparación y la conservación del objeto. Es
creativa porque está dominada por el temor, mientras que la dependencia basada en la
persecución y en el odio es estéril y destructiva.

Simba retoma a su hogar, se reencuentra con su familia y se ubica en el rol que le


enseñó su padre logrando situarse en el ciclo de la vida, en palabras de Melanie Klein
(1940): “Si se vuelve a lograr gradualmente una mayor seguridad en el mundo interno, y
si se permite por lo tanto que los sentimientos y objetos internos vuelvan a surgir,
entonces se establecen los procesos de recreación y retorna la esperanza” (p.363).

Algunas conclusiones:

Según Melanie Klein (1940), durante el duelo normal el sujeto introyecta en su


mundo interno el objeto amado perdido, pero esto no lo hace por primera vez, sino que,
mediante el duelo se van a reinstalar tanto el objeto perdido como los objetos internos
amados que sintió haber perdido. Así, se recupera un logro de la infancia (atravesar la
posición depresiva), el niño instaló a sus padres en el yo.

En su fantasía, este mundo interno, que construyó desde los primeros días de su vida
en adelante, fue destruido cuando se produjo la pérdida actual. La reconstrucción del
mundo interno da la pauta del éxito de la labor de duelo.

Para Melanie Klein (1940), tanto en el duelo normal como en el patológico, y en los
estados maníaco-depresivos, se reactiva la posición depresiva infantil. Se incluyen aquí
sentimientos complejos, fantasías y ansiedades. Klein plantea que un duelo patológico
funda sus raíces en la incapacidad temprana de establecer objetos buenos internos y el
sentimiento de seguridad en su mundo interno. Esto indicaría un fracaso en la
superación de la posición depresiva infantil.

En el duelo normal, al revivir la posición depresiva mediante la perdida, esta se


activa y se supera mediante los recursos y métodos utilizados durante la infancia: “El
individuo reinstala dentro de él sus objetos de amor perdidos reales y al mismo tiempo
sus primeros objetos amados, en última instancia, sus padres buenos, a quienes, cuando
ocurrió la pérdida real, sintió también en peligro de perderlos” (p.373).

Durante el duelo, al reinstalar los padres buenos y las personas que se han perdido, se
reconstruye el mundo interno que se encontraba desintegrado, esto puede llevar a vencer
la pena y ganar seguridad. En palabras de Klein: “logra armonía y paz verdaderas”.

BIBLIOGRAFÍA:

Freud, S (1917) Tomo XIV “Contribución a la historia del movimiento psicoanalítico.


Trabajos sobre metapsicología y otras obras”. Tomo XIV- Obras Completas. Amorrortu
editores. Buenos Aires, Argentina.

Eguiguren, S. “Ideas sobre el proceso de simbolización en la teoría de Melanie Klein”.


Ficha de cátedra.

Klein, M (1940). “Amor, culpa y reparación”. Tomo I, Obras completas.

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