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En la posición esquizoparanoide, el manejo de las ansiedades de los primeros meses permite organizar
su mundo. La escisión permite organizar percepciones y emociones, y la proyección e introyección permite
separar lo bueno, lo malo. Lo bueno vinculado con el objeto ideal y lo malo con el objeto persecutorio. Al
objeto ideal lo ama, se identifica, trata de adueñarse de él, y al objeto persecutorio proyecta los impulsos
agresivos, lo vive como amenaza para sí mismo y para su objeto ideal.
Cuando hay mayores experiencias de gratificación por sobre la frustración le permite sentir un yo fuerte,
está seguro de poseer un objeto ideal fuerte, proyecta menos porque sus impulsos agresivos no lo asustan
tanto, los tolera. Al proyectar menos, disminuye el poder del objeto persecutorio malo. El yo se fortifica y
tolera mejor el instinto de muerte. Todo esto implica un impulso hacia la integración del yo y del objeto.
Cuando todo esto es más estable surge una nueva fase en el desarrollo: posición depresiva.
La posición depresiva: fase del desarrollo en el que el bebé reconoce un objeto total (madre) y se
relaciona con él. Reconoce a otras personas y percibe a la madre como objeto total y esto implica que
puede ser mala o buena, presente o ausente, y a la que puede odiar y amar al mismo tiempo. Reconoce a
la madre como individuo separado de él y así descubre su propio desamparo y su dependencia (registro
del bebé). Implica cambios en el yo, comienza a reconocer que es una misma persona (él mismo), y quien
ama y odia a una misma persona (su madre).
A partir de este registro surgen los conflictos relacionados con la ambivalencia y cambios en las
ansiedades. La ansiedad surge de la ambivalencia. El motivo principal va a ser que sus impulsos agresivos
hayan destruido o destruyan al objeto amado del cual depende.
Predominio del uso de la introyección: necesidad de incorporar el objeto. Disminuye la proyección. El bebé
descubre cuando depende de ese objeto (independiente y separado). Hay mayor necesidad de poseer al
objeto, esto está relacionado con la fase oral, donde amor y deseo provocan el deseo de devorar.
El bebé logra una buena integración cuando puede conservar su amor por el objeto, incluso mientras lo
odia. Así aparecen los sentimientos de duelo y nostalgia por el objeto que se siente como perdido y
destruido. Aparece la culpa porque perdió el objeto bueno por su propia destructividad.
En forma extrema surge la desesperación depresiva: ama a su madre, siente que la ha destruido y que no
puede recurrir a ella en su mundo externo, y también siente que la destruyó como objeto interno, sin
esperanzas de recuperarla. Así aparecen sentimientos de culpa, nostalgia, pérdida sin esperanzas de
recuperarla.
Mecanismo clave reparación: La experiencia de depresión moviliza el deseo de reparar a sus objetos
destruidos para compensar los daños. Así como piensa que la destrucción de su objeto se debe a sus
propios impulsos destructivos, también piensa que su amor y cuidado pueden deshacer esos objetos.
El conflicto depresivo clave es la lucha constante del bebé entre los impulsos destructivos y sus impulsos
amorosos y reparatorios. En esta fase se empiezan a registrar los impulsos y la fantasía propia y la
realidad externa. Prueba el poder de sus impulsos con la reaparición de la madre tras su ausencia y
reduce la creencia en la omnipotencia de sus impulsos destructivos. Registra los límites de su odio y amor.
El bebé establece una relación con la realidad.
Los impulsos de fijación en la psicosis los encontramos en la esquizoparanoide y los comienzos de la
posición depresiva. Cuando por regresión se vuelve a estos momentos tempranos del desarrollo el sentido
de realidad se pierde.
En la posición depresiva, cambia el carácter del súper yo: conformado por el objeto ideal y el persecutorio.
El objeto ideal está relacionado con el ideal del yo. Es vivido como persecutorio por las exigencias de
persecución. Y el objeto persecutorio se vivencia como autor de castigos crueles. Cambia en el sentido de
que el objeto ideal y el persecutorio se aproximan más. Esto forma las raíces del súper yo. El súper yo se
integra más, se lo empieza a percibir como un objeto interno amado con ambivalencia y el súper yo pierde
su aspecto aterrador, no se lo vive como un superyó persecutorio, sino como un objeto interno total amado
con ambivalencia. El súper yo ayuda a controlar los impulsos destructivos.
La preocupación por el objeto lo lleva a sublimar los impulsos agresivos, a inhibirlos, disminuye la
proyección, la represión remplaza la escisión. La represión aparece como mecanismo.
Los mecanismos psicóticos dan lugar a mecanismos neuróticos. La posición depresiva nunca se elabora
completamente, y determinadas situaciones la reactivan. Siempre tenemos ansiedades relacionadas con
la ambivalencia y culpa. Situaciones de pérdida reactivan experiencias depresivas. Los objetos externos
buenos de la vida adulta siempre simbolizan y contienen aspectos del primer objeto bueno interno y
externo: la madre.
Ante la situación de duelo cualquier pérdida de la vida adulta reaviva la ansiedad de perder el objeto bueno
internalizado. Las fantasías y actitudes reparatorias resuelven las ansiedades de la posición depresiva.
Ante los sentimientos de depresión y desesperación que se vuelven intolerables, el yo utiliza mecanismos
de defensa: reparación y defensas maníacas. La reparación se considera un proceso lento que conduce a
un mayor desarrollo del yo. Las defensas maníacas permiten superar el dolor, proteger al yo de la
desesperación total. Cuando son excesivas interfieren en el desarrollo posterior.
Las defensas maniacas en la posición depresiva incluyen los mismos mecanismos que la posición
esquizoparanoide, pero van a tener una característica especial, van a estar dirigidas a impedir la vivencia
de ansiedad depresiva y culpa. Se dirigen contra todo sentimiento de dependencia hacia el objeto amado y
contra toda experiencia de poseer un mundo interno o de contener objetos muy valorados.
La relación maníaca con los objetos se caracteriza por 3 sentimientos: control, triunfo, desprecio.
Ante los sentimientos depresivos, el sentir que destruye a la madre por culpa y desesperación, se apela a
la reparación, recuperar externa e internamente al objeto a través del amor que va a controlar la
destructividad y reparar el año. Las fantasías y actividades reparatorias, las que resuelven las ansiedades
depresivas y el proceso, consiste en repetidas de pérdida y reparación del objeto. Las experiencias de
pérdida van a ser sentidas como destrucción a causa de su odio y la recuperación del objeto como
recreación producida por el amor.
La reaparición de la madre, el amor y cuidado del entorno, le permiten percibir la resistencia de los objetos
externos y teme menos los efectos de sus ataques de sus fantasías. Esto va a favorecer que aumenta la
confianza en el amor, la capacidad para reparar el objeto y conservarlo como bueno más allá de las
adversidades.
En los impulsos reparatorios se utiliza más la prueba de la realidad, es decir él bebe observa que efectos
tienen sus fantasías sobre los objetos externos por lo que implica aprender a renunciar al control
omnipotente del objeto y aprender a aceptarlo tal como es.
Los aspectos negativos de los estímulos ambientales interactúan con las fantasías del bebe, por lo que
cuando la realidad externa desmiente la fantasía recuperatoria y predominan experiencias que confirman
el poder de sus fantasías destructivas el yo pierde su confianza en su capacidad de reparar externa e
internamente los objetos buenos. Vive con temor a haberlos destruido, el sentido de realidad se pierde, se
empobrece el yo.
La reparación también puede ser maniaca.
Reparación propiamente dicha | Reparación maniaca
Reconocimiento de la realidad psíquica | Reparar el objeto sin sentir culpa
Vivencia de dolor y de una acción para remediarla | No sentir que hubo daño al objeto
Implica aceptar la realidad, la renuncia a la | Siente al objeto como inferior, dependiente,
omnipotencia y a la magia. despreciable.
Permite que los objetos sean libres y se amen | No hay verdadero amor
| No proporciona satisfacción duradera
La reparación no puede completarse nunca,
por lo que generaría el objeto restaurado
Espacio transicional
Experiencia cultural
Propone el paso o pasaje del estudio del autoerotismo a la relación de objeto. Uso del objeto
Estudia la sustancia de la ilusión: en el adulto lo vemos en las artes y religión.
Los objetos y fenómenos transicionales le permiten al niño tolerar la angustia obteniendo un espacio para
soportar la pérdida del objeto primario.
Ilusión- desilusión
La madre suficientemente buena implica la adaptación activa a las necesidades del bebe, la cual va
disminuyendo gradualmente a medida que el niño aumenta la capacidad para tolerar el fracaso y la
frustración.
Una adaptación continua durante demasiado tiempo trae perturbaciones.
La adaptación exacta se parece a la magia
El objeto que se comporta a la perfección no es más que una alucinación
Función de la madre suficientemente buena: preservar al bebe de las angustias impensables, lo hace a
través del ejercicio de ciertas tareas:
- Función de sostén (holding): permite la integración del hijo al sostén físicamente, reflejarlo con su
mirada, nombrarlo, le va ir permitiendo que se configure como un ser unitario.
- Función de manejo (handing): favorece la cohesión psicosomática, como una unidad
psicosomática. Se da a partir de nombrar el cuerpo del bebe (bañarlo, acunarlo, cambiarlo). Le
permite al bebe asimilar la experiencia de sentir el peso de su cuerpo, apropiarse de ese nuevo
sentimiento corporal.
- Función de representación objetal: es la madre la que le torna significante al mundo del hijo. Él
bebe empieza a tomar contacto con los objetos que lo rodean. le presenta el mundo en pequeñas
dosis, incluyéndose así en el mundo de la cultura.
Ilusión: tiene que ver con que la madre al comienzo se adapta a las necesidades del bebe en un 100%
que le permite crear la ilusión de que el pecho es parte de él, se encuentra bajo el dominio omnipotente.
Desilusión: crea el pecho a partir de su propia necesidad. Él bebe puede concebir la idea de que hay algo
que puede satisfacer su necesidad., hasta que la madre se presenta y le ofrece el pecho. Él bebe percibe
el pecho en la medida en que es posible crear uno en ese momento. La tarea de aceptación de la realidad
nunca está terminada. El ser humano encuentra alivio a la tensión de vincular lo que es interior de lo que
es exterior por la zona intermedia de la experiencia, que es la continuación directa a la zona de juego de
los niños, juego: despliega una actividad creativa que va a ser expresión del verdadero ser o si mismo.
Desilusión de manera gradual.
La madre comienza a tener otras prioridades por lo cual se generan frustraciones que permiten al bebe
identificar objetos de la realidad, aquí se dan los objetos transicionales que permiten tramitar la
separación. Entre los medios que tiene él bebe para enfrentar el retiro materno Winnicott incluye la
experiencia, utilización del autoerotismo, comienzo de la actividad mental.
Psicopatología: relacionada con rl impacto que tiene la ausencia de la madre durante un tiempo
prolongado: se disipa el recuerdo de la representación interna que uno tiene de la madre por lo que el
fenómeno transicional se vuelve poco a poco carente de sentido. Se observa una descarga de objeto.
Antes de la pérdida del uso del objeto podemos observar una exageración del empleo del objeto
transicional como parte de la negación de que exista el peligro de la desaparición de su sentido.
Daniel ripesi
Gesto espontaneo: el infans no existe en el comienzo, existe el caos regulado por un impulso de vida.
Anarquía vital de movimientos motores y sensoriales puros que una madre sostiene y da forma, hablamos
de movimientos no integrados del bebe, estos es lo que se llama gesto espontaneo.
El gesto espontaneo es la raíz más arcaica de la subjetividad, gesto que encuentra al mundo. Entre el
gesto y el mundo va a haber una continuidad sin ruptura. Este gesto es espontaneo, no conlleva intención,
no busca al mundo, choca con el.
En ese gesto espontaneo winnicott plantea un primer acto de aceptación y rechazo del mundo. Es un acto
de aceptación pura porque nada se evita, ni se anhela especialmente. Rechazo del mundo porque es
demasiado grande, heterogéneo, desborda la capacidad receptiva del niño. Va a ser la madre quien va a
poner el máximo esfuerzo en armonizar el contacto gesto- mundo. Es ella quien le va a presentar el mundo
en pequeñas dosis. El primer fragmento del mundo que le presenta la mama al bebe es su pecho. La
madre pone el pecho en el momento y lugar en el que él bebe puede crearlo.
Aparece a partir de esta experiencia esta vivencia omnipotente de crear lo dado. Es un acto donde juegan
ciertos interrogantes.
La experiencia de amamantamiento desde la perspectiva del niño nada hay fuera de ese gesto como
realidad existente. No hay material mnémico que oriente la búsqueda del bebe ni con que compararlo. El
gesto irrumpe, cuyo paradigma es el primer grito de desamparo, un grito segundo ya es pensado como
organizado, no es espontaneo, él bebe ya empieza a reconocer a la madre, poco a poco se van
estabilizando las alternativas de su experiencia con el otro, conformando un territorio familiar y previsible.
En el contacto con el mundo hay que abrir el juego con nuevos objetos espontáneos. Esto implica
perderse uno mismo como unidad en el jugar y admitir una pérdida de todo intento de control y dominio
sobre el mundo.
El gesto espontaneo, algo que no se deja atrapar por la estructura organizada de un sentido. Con el gesto
espontaneo el sujeto desaprende, pone en cuestión el esquema de representaciones mentales y a la
lógica las asocia de pensar y analizar el mundo.
La categoría de lo no- yo
La teoría del desarrollo subjetivo que plantea Winnicott supone una ruptura con el pensamiento de Melanie
Klein.
Ya que, establece distintos criterios para entender el proceso que va a llevar al individuo al reconocimiento
de sí mismo, como entidad diferenciada de otro sujeto y el modo de pensar las determinaciones que
permiten estructurar simbólicamente al mundo.
Winnicott: Estatuto conceptual: no-yo
Klein: yo desde un principio y omnipotencia del yo desde los primeros años de vida.
Lo no yo estaría organizado en la estructura psíquica como los objetos parciales. Es tempranamente
subjetivizado como objetos buenos y malos y le hace perder extrañeza y ajenidad. Por lo tanto es dificl
hablar desde la perspectiva kleiniana a algo vivido o sentido como no yo.
Lo no yo para Melanie Klein se puede entender como una experiencia negativa para la satisfacción.
Lo no yo es un negativo, ausencia real del objeto de satisfacción, es un no pecho, que va a ser
positivizado en la psiquis como una fantasía de un objeto que causa dolor, frustración, es decir una
ausencia que se inscribe como una presencia a partir de la vivencia de no satisfacción (el no pecho se
inscribe como pecho malo, objeto malo).
Para la teoría psicoanalítica se puede pensar a lo no yo:
- Desde la dinámica libidinal, en tanto el planteo de Freud de pensar libido de yo, libido de objeto,
desde la libido de objeto pensar lo no yo
- Desde las fuerzas pulsionales, como una fuerza pulsional que no logra articulación psíquica
Siempre estará disponible para responder a las necesidades que impulsa el gesto espontaneo
Que el objeto encontrado por el gesto espontaneo no responda al 100% a necesidad no significa
ningún trauma.
Luego el ello se recoge al servicio del yo, el yo lo domina. Favorecido por el cuidado materno.
Yo materno: yo auxiliar, instrumenta al yo del infante (otorga poder y estabilidad). Posteriormente bebe se
desliga mentalmente de la madre.
Los infantes no pueden empezar a ser sin ciertas condiciones: va a llegar a ser de un modo diferente
(según las condiciones), influye en el ser de cada sujeto.
En el desarrollo del niño se tiene en cuenta el potencial heredado + cuidado materno.
Cuidado parental satisfactorio: 3 etapas
A- Etapa de sostén
B- La madre y el niño viven juntos, el infante no conoce la función del padre, que es ocuparse en la
preparación del ambiente para la función de la madre.
C- Padre, madre infante viven juntos.
Sostén no es solo sostén físico.
Función del sostén relacionado con: Toda provisión ambiental anterior del concepto de “vivir con”.
Vivir con: implica relaciones objétales y el infante emerge del estado de fusión con la madre.
Primer momento desarrollo del bebe: el yo pasa de un estado de no integrado a una integración
estructurada, adquiriendo la capacidad de experimentar la angustia asociada a la desintegración.
Desintegración:
- Absoluta: el infante no tiene modo alguno de conocer el cuidado materno, no tiene control de lo que
está bien y lo que está mal.
- Relativa: el infante se da cuenta de la necesidad de los detalles del cuidado materno.
- Hacia la independencia: donde él bebe desarrolla medios para pasar tiempo sin cuidado real de la
madre.
Ocultamiento del núcleo de la personalidad: aparecen los conceptos de self central o self verdadero.
Se expresa con el gesto espontaneo y el self verdadero es lo que nos diferencia.
Self verdadero: potencial heredado que representa o experimenta una continuidad del self y el aislamiento
de este self es una característica de salud y que cualquier amenaza a este genera angustia y así aparecen
las defensas tempranas de la infancia relacionadas con el fracaso de la madre, incapaz de prevenir las
intrusiones capaces de perturbar este aislamiento, en la salud el individuo pronto se vuelve invulnerable y
si hay intrusiones de factores externos aparece un nuevo grado y ocultación del self y la mejor defensa es
la organización de un self falso.