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Melanie Klein fue una pionera del psicoanálisis infantil que enfatizó el estudio de la primera infancia y la relación madre-hijo. Ella desarrolló la técnica del juego para analizar a los niños y propuso su propia interpretación del complejo de Edipo. Klein explicó que los niños pasan por dos posiciones psíquicas principales - la posición esquizo-paranoide y la posición depresiva - caracterizadas por diferentes relaciones con los objetos y mecanismos de defensa. Ella también destacó la importancia de las
Melanie Klein fue una pionera del psicoanálisis infantil que enfatizó el estudio de la primera infancia y la relación madre-hijo. Ella desarrolló la técnica del juego para analizar a los niños y propuso su propia interpretación del complejo de Edipo. Klein explicó que los niños pasan por dos posiciones psíquicas principales - la posición esquizo-paranoide y la posición depresiva - caracterizadas por diferentes relaciones con los objetos y mecanismos de defensa. Ella también destacó la importancia de las
Melanie Klein fue una pionera del psicoanálisis infantil que enfatizó el estudio de la primera infancia y la relación madre-hijo. Ella desarrolló la técnica del juego para analizar a los niños y propuso su propia interpretación del complejo de Edipo. Klein explicó que los niños pasan por dos posiciones psíquicas principales - la posición esquizo-paranoide y la posición depresiva - caracterizadas por diferentes relaciones con los objetos y mecanismos de defensa. Ella también destacó la importancia de las
Melanie Klein fue una psicoanalista británica de origen austriaco, pionera
del psicoanálisis infantil. Ella hizo hincapié al estudio de la vida psíquica de
la primerísima infancia, marcada por la relación entre madre e hijo. A su vez, ella elaboró la técnica del juego para psicoanalizar a los niños. Planteó su propia interpretación del complejo de Edipo y destacó la importancia de la agresividad y la destructividad. Ella explica que los niños desde su nacimiento van a tener un yo débil, precario y poco organizado con ciertos mecanismos de defensa (principalmente la introyección y la proyección) que le van a permitir su desarrollo psíquico en cuanto a las preformas del aparato psíquico y de los objetos. Además el niño debe enfrentar la fuente interna de ansiedad (trauma del nacimiento) y posteriormente las fuentes externas de ansiedad (hambre, calor, etc.). Así mismo menciona que las primeras experiencias como por ejemplo la alimentación servirán para organizar las operaciones psíquicas. Entonces las buenas experiencias (Satisfacción, gratificación), se relacionan con la pulsión de vida o libidinal y las malas experiencias (Frustración, displacer) con la pulsión de muerte. Se consideran 3 conceptos para la comprensión del desarrollo del niño: El tipo de objeto con que el niño interactúa, los mecanismos de defensa que utiliza y las fantasías inconscientes. Las “posiciones” constituyen los polos entre los cuales oscila la psíquis. Se definen a través de la posición del niño en relación al objeto: características del objeto, características de la ansiedad, métodos defensivos en relación a dicha ansiedad. Existen dos posiciones la ezquizo- paranoide y la depresiva. La posición equizo-paranoide va desde el nacimiento a los 3 a 4 meses de vida. Aquí el yo es débil y rudimentario se encuentra escindido, dividido, fragmentado y la relación que el niño establece será con objetos parciales, es decir “buenos” o “malos”, un pecho bueno y gratificante, y un pecho malo que amenaza y es odiado, por lo que las fantasías de este período oscilan entre la persecución y la gratificación ilimitada. La ansiedad de esta posición es intensa y de tipo persecutorio y los mecanismos defensivos predominantes son la introyección, la proyección, la idealización, la negación y la identificación proyectiva; y la predominancia pulsional es la de muerte. La posición depresiva va desde los 4 meses hasta los 12 -18 meses de vida. La madre es percibida ya como un objeto total y esto a su vez da comienzo al llamado complejo de Edipo. El yo está más integrado y sus relaciones se dan con objetos totales, la angustia es menos intensa, los mecanismos son los mismos que en la anterior posición pero más atenuados y organizados, la ansiedad dominante es depresiva, el niño puede tolerar mejor la pulsión de muerte en su interior decreciendo la escisión así como sus temores paranoides, el yo comienza a comprender que el objeto de amor es el mismo que el objeto de odio. Ya no se relaciona solo con un pecho, sino con la madre. En esta posición Klein introduce la ambivalencia, en donde se plantea que la madre puede ser “buena” y ser “mala”, que puede estar presente y ausentarse, que la puede amar y a odiar al mismo tiempo. Las defensas maníacas son mecanismos destinados a impedir la vivencia de ansiedades depresivas. Se tratan de la culpa, la omnipotencia y la idealización. La función de estas defensas es ir contra todo sentimiento de dependencia evitándolos, negándolos o invirtiéndolos. Si el niño no logra ver a la madre como un objeto total, corre el riesgo de evolucionar hacia una psicosis. En el caso inverso podrá superar ese estado de destrucción mediante la posición depresiva. Melanie Klein también explica el concepto de simbolismo inconciente: un símbolo representa algo que ha sido reprimido de la conciencia, y surge como resultado del conflicto entre tendencias represoras y lo reprimido (sólo lo reprimido puede ser simbolizado). A su vez, dentro de la primera realidad del niño, se encuentra la fantasía en donde es incapaz de percibir los objetos como símbolos; cuando el niño pasa a la segunda posición, ahí lo logra. El simbolismo es fundamento de la sublimación y del talento, y permite construir una relación entre el objeto con el mundo externo y la realidad. Las fantasías son expresiones de las pulsiones, son creadas por el yo, y tienen influencias por las experiencias de gratificación o frustración. Para Melanie Klein el Edipo es temprano y el Super Yo por ende también. La estructura siempre está allí (Yo inconciente). En el Edipo de Klein el objeto interno no se confunde con los objetos externos reales que le dieron origen Klein introduce el termino fantasía Inconsciente, la cual define como la expresión mental de los impulsos instintivos que existen desde el nacimiento y que son una función del yo, el yo va a entablar relaciones con los objetos tanto en la fantasía como en la realidad. Para Klein, la fantasía y la realidad se encuentran inevitablemente unidas a las experiencias reales y en continua interacción entre ellas. Klein Le atribuyó al juego de los niños una importancia que no se le había concedido en psicoanálisis hasta ese momento. Lo consideró más que una forma de explorar y controlar el mundo externo, como un medio de controlar y expresar sus angustias a través de la manifestación y elaboración de las fantasías. Concluyó que en condiciones adecuadas, el juego de los niños, así como todas sus comunicaciones verbales, pueden cumplir una función similar a las asociaciones libres de los adultos.