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Resumen
Capítulo 1 (Fantasía):
En su obra Melanie Klein amplió mucho el concepto freudiano de fantasía inconsciente y le dio
mayor importancia.
La fantasía inconsciente es la expresión mental de los instintos y por consiguiente existe desde
el comienzo de la vida.
La secuencia causal que se atribuye a los acontecimientos está determinada por fantasías
inconscientes, y estas influyen y alteran constantemente la percepción o la interpretación de la
realidad y a su vez la realidad ejerce su impacto sobre la fantasía inconsciente.
Las funciones de la fantasía inconsciente son múltiples y complicadas, pero principalmente tiene
un aspecto defensivo que se debe tener en cuenta.
A medida que prosigue el desarrollo y se acrecienta el sentido de realidad, los objetos internos
se aproximan más a las personas reales del mundo exterior.
La estructura de la personalidad está determinada en gran parte por las fantasías más
permanentes del yo sobre sí mismo y los objetos que contiene.
La fantasía del objeto ideal se fusiona con experiencias gratificadoras de ser amado y
amamantado por la madre externa real.
La fantasía de persecución se fusiona con experiencias reales de privación y dolor, atribuidas por
el bebé a los objetos persecutorios.
La negación mágica se basa en la fantasía de total aniquilación de los perseguidores. Otra forma
de utilizar la negación es idealizar al objeto perseguidor mimo y tratarlo como ideal.
En una personalidad bien integrada, todas las etapas del desarrollo quedan incluidas, ninguna
está escindida y apartada o rechazada; y ciertas conductas del yo en la posición esquizo-paranoide
son realmente muy importantes para el desarrollo posterior, del que sientan las bases. Deben
desempeñar un papel en la personalidad más madura e integrada.
La escisión es lo que permite al yo emerger del caos y ordenar sus experiencias. Y es la base de
lo que más tarde llegará a ser la represión.
Capítulo 3 (Envidia):
En la envidia el objetivo es ser uno mismo tan bueno como el objeto, pero cuando esto se siente
imposible, el objetivo se convierte en arruinar lo bueno que posee el objeto para suprimir la
fuente de envidia.
La envidia se puede fusionar con la voracidad, constituyendo así otro determinante del deseo de
agotar enteramente al objeto para poseer todo lo bueno para vaciarlo intencionalmente a fin que
no contenga nada envidiable.
La posición depresiva es la fase del desarrollo en que el bebé reconoce un objeto total y se
relaciona con dicho objeto. Ahora el bebé reconoce a su madre y esto significa que ya la percibe
como objeto total.
El bebé comienza a percatarse de que sus experiencias buenas y malas proceden de la misma
madre. Este cambio en la percepción del objeto se acompaña de un cambio fundamental en el yo.
Al percibir a la madre como objeto total, el bebé puede recordar y por tanto recordar
gratificaciones y frustraciones.
Las organizaciones de las defensas maníacas durante la posición depresiva incluyen mecanismos
que ya se manifestaron durante la posición esquizo-paranoide.
La organización defensiva maníaca tiene por objeto impedir que se experiencie: miedo a la
pérdida, duelo, nostalgia y culpa.
Las defensas maníacas se dirigirán contra todo sentimiento de dependencia, que se evitará,
negará o invertirá. Además están destinadas primordialmente a impedir que se experiencie la
realidad psíquica, combaten el propósito mismo del proceso analítico, en la medida en que este
propósito es procurar que se experiencie plenamente la realidad psíquica.
A veces se puede preservar en parte cierta preocupación por el objeto, y los mecanismos
maníacos se pueden utilizar también en forma reparatoria, presentando la reparación maníaca un
problema propio muy especial.
Capítulo 7 (Reparación):
En el deseo y la capacidad de restaurar al objeto bueno, interno y externo, se basa la capacidad
del yo para conservar el amor y las relaciones a través de conflictos y dificultades.
En conclusión: cuando el bebé siente que ha dañado a su madre (objeto) surge en él, el deseo
de repararla por el sentimiento de culpa.
Cuando al bebé le dominan sus propios impulsos poderosos fantasea que sus padres están en
coito casi continuo, y la naturaleza de este coito varía con las fluctuaciones de sus propios
impulsos.
En su fantasía ataca a sus padres con todos los recursos agresivos que dispone yen su fantasía
los percibe destruidos.
En la situación depresiva el bebé no sólo se encuentra con un pecho y una madre internos
destruidos, sino que también con la pareja parental interna destruida de la situación edípica
temprana.
Puede haber una escisión entre padres buenos, asexuales y padres malos sexuales.
Puede haber una escisión entre la madre y el padre convirtiéndose a uno en un ideal y al otro en
el perseguidor. Los roles del objeto ideal y persecutorio pasan por lo general rápidamente de un
progenitor a otro.