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Introducción a la obra de Melanie Klein por Hanna Segal

Resumen

Capítulo 1 (Fantasía):

En su obra Melanie Klein amplió mucho el concepto freudiano de fantasía inconsciente y le dio
mayor importancia.

Lo que determinará el estado psíquico del sujeto es la naturaleza de estas fantasías


inconscientes y su relación con la realidad externa.

La fantasía inconsciente es la expresión mental de los instintos y por consiguiente existe desde
el comienzo de la vida.

Para cada impulso instintivo hay una fantasía correspondiente.

El crear fantasía es una función del Yo.

La fantasía es una concomitante constante e inevitable de las experiencias reales, en constante


interacción con ellas.

La secuencia causal que se atribuye a los acontecimientos está determinada por fantasías
inconscientes, y estas influyen y alteran constantemente la percepción o la interpretación de la
realidad y a su vez la realidad ejerce su impacto sobre la fantasía inconsciente.

Las funciones de la fantasía inconsciente son múltiples y complicadas, pero principalmente tiene
un aspecto defensivo que se debe tener en cuenta.

La gratificación proveniente de la fantasía es una defensa contra la realidad externa de la


privación y también contra la realidad interna.

Algunas fantasías se pueden utilizar como defensa de otras fantasías.

A medida que prosigue el desarrollo y se acrecienta el sentido de realidad, los objetos internos
se aproximan más a las personas reales del mundo exterior.

La estructura de la personalidad está determinada en gran parte por las fantasías más
permanentes del yo sobre sí mismo y los objetos que contiene.

Capítulo 2 (La posición esquizo-paranoide):

La fantasía del objeto ideal se fusiona con experiencias gratificadoras de ser amado y
amamantado por la madre externa real.
La fantasía de persecución se fusiona con experiencias reales de privación y dolor, atribuidas por
el bebé a los objetos persecutorios.

La gratificación se le necesita para mantener a raya l aterradora persecución.

La ansiedad predominante de la posición esquizo-paranoide es que el objeto u objetos


persecutorios se introducirán en el yo y avasallarán y aniquilarán tanto al objeto ideal como al Yo.

La ansiedad predominante es paranoide, y el estado del yo y de sus objetos se caracteriza por la


escisión, que es esquizoide.

Como recurso defensivo, el yo se esfuerza por introyectar lo bueno y proyectar lo malo.

La negación mágica se basa en la fantasía de total aniquilación de los perseguidores. Otra forma
de utilizar la negación es idealizar al objeto perseguidor mimo y tratarlo como ideal.

En la vida adulta estos mecanismos conducen a la falta de discriminación entre lo bueno y lo


malo y a fijaciones en objetos malos que deben ser idealizados.

En la identificación proyectiva se escinden y apartan partes del Yo y objetos internos y se los


proyecta en el objeto externo, queda entonces poseído y controlado por las partes proyectadas e
identificado con ellas.

En una personalidad bien integrada, todas las etapas del desarrollo quedan incluidas, ninguna
está escindida y apartada o rechazada; y ciertas conductas del yo en la posición esquizo-paranoide
son realmente muy importantes para el desarrollo posterior, del que sientan las bases. Deben
desempeñar un papel en la personalidad más madura e integrada.

La escisión es lo que permite al yo emerger del caos y ordenar sus experiencias. Y es la base de
lo que más tarde llegará a ser la represión.

La escisión no excesiva y no rígida, es un mecanismo de defensa de gran importancia, que sienta


las bases de mecanismos posteriores y menos primitivos.

Capítulo 3 (Envidia):

Para que el bebé se desarrolle favorablemente durante la posición esquizo-paranoide es


esencial que las experiencias buenas predominen sobre las malas.

La envidia temprana actúa desde el nacimiento y afecta profundamente las primeras


experiencias del bebé, es una emoción muy importante, y es la relación de dos partes en que el
sujeto envidia al objeto por alguna posesión o cualidad.

En la envidia el objetivo es ser uno mismo tan bueno como el objeto, pero cuando esto se siente
imposible, el objetivo se convierte en arruinar lo bueno que posee el objeto para suprimir la
fuente de envidia.
La envidia se puede fusionar con la voracidad, constituyendo así otro determinante del deseo de
agotar enteramente al objeto para poseer todo lo bueno para vaciarlo intencionalmente a fin que
no contenga nada envidiable.

La envidia actúa utilizando la proyección, y con frecuencia es este su mecanismo principal. Si la


envidia temprana es muy intensa, interfiere con el funcionamiento normal de los mecanismos
esquizoides. Esto conduce a una confusión entre lo bueno y lo malo, que interfiere con la escisión.
Y quedan gravemente interferidas la introyección del objeto ideal y la identificación con él.

A medida que aumenta la gratificación, disminuye la envidia, la disminución de la envidia


permite mayor gratificación y esto a su vez estimula la disminución de la envidia.

En el desarrollo patológico, la excesiva envidia temprana afecta fundamentalmente el curso de


la posición esquizo-paranoide y es un factor determinante de su psicopatología.

Capítulo 4 (Psicopatología de la posición esquizo-paranoide):

En los primeros meses de la infancia yacen los puntos de fijación de la psicosis. En la


enfermedad psíquica se produce una regresión a una fase en la que ya estaban presentes
perturbaciones patológicas, que crearon bloqueos de desarrollo y constituyeron puntos de
fijación. En la medida en que el psicótico hace una regresión a los primeros meses de la infancia,
regresa a una fase del desarrollo que ya entonces poseía rasgos patológicos.

Capítulo 5 (La posición depresiva):

La posición depresiva es la fase del desarrollo en que el bebé reconoce un objeto total y se
relaciona con dicho objeto. Ahora el bebé reconoce a su madre y esto significa que ya la percibe
como objeto total.

El bebé comienza a percatarse de que sus experiencias buenas y malas proceden de la misma
madre. Este cambio en la percepción del objeto se acompaña de un cambio fundamental en el yo.

Al percibir a la madre como objeto total, el bebé puede recordar y por tanto recordar
gratificaciones y frustraciones.

En la posición depresiva, las ansiedad brotan de la ambivalencia, y el motivo principal de la


ansiedad del bebé es que sus propios impulsos destructivos hayan destruido o lleguen a destruir al
objeto amado de quien depende totalmente. Además se intensifican los procesos de introyección.
Esto aumenta la necesidad de poseer al objeto, de guardarlo dentro de sí, y si es posible, de
protegerlo de su propia destructividad.

La posición depresiva comienza en la fase de desarrollo oral, en que el amor y la necesidad


provocan el deseo de devorar.
Capítulo 6 (Defensas maníacas):

Las defensas maníacas desempeñan un papel importante y positivo en el desarrollo. Protegen al


yo de la desesperación total.

Las organizaciones de las defensas maníacas durante la posición depresiva incluyen mecanismos
que ya se manifestaron durante la posición esquizo-paranoide.

La organización defensiva maníaca tiene por objeto impedir que se experiencie: miedo a la
pérdida, duelo, nostalgia y culpa.

Las defensas maníacas se dirigirán contra todo sentimiento de dependencia, que se evitará,
negará o invertirá. Además están destinadas primordialmente a impedir que se experiencie la
realidad psíquica, combaten el propósito mismo del proceso analítico, en la medida en que este
propósito es procurar que se experiencie plenamente la realidad psíquica.

Tríada de sentimientos: control, triunfo y desprecio

El triunfo es la negación de sentimientos depresivos ligados a la valoración e


importancia afectiva otorgada al objeto; se vincula con la omnipotencia y
tiene dos aspectos importantes
Controlar al objeto es una manera de negar la propia dependencia
de él, pero al mismo tiempo una manera de obligarlo a satisfacer una
necesidad de dependencia, ya qne un objeto totalmente controlado es, hasta
cierto punto, un objeto con el que se puede contar.

Despreciar al objeto es también negar directamente


cuánto se lo valora (la valoración del objeto es un aspecto muy
importante de la posición depresiva) y actúa como defensa
contra la experiencia de pérdida y de culpa. Un objeto despreciable
no se merece que uno sienta culpa por él, y el desprecio
ha cia semejante objeto se convierte en justificación
para seguir atacándolo

A veces se puede preservar en parte cierta preocupación por el objeto, y los mecanismos
maníacos se pueden utilizar también en forma reparatoria, presentando la reparación maníaca un
problema propio muy especial.

Capítulo 7 (Reparación):
En el deseo y la capacidad de restaurar al objeto bueno, interno y externo, se basa la capacidad
del yo para conservar el amor y las relaciones a través de conflictos y dificultades.

Las actividades reparatorias resuelven las ansiedades de la posición depresiva.

En conclusión: cuando el bebé siente que ha dañado a su madre (objeto) surge en él, el deseo
de repararla por el sentimiento de culpa.

Capítulo 8 (Los estadios tempranos del complejo de Edipo):

En la definición kleniana de la posición depresiva está implícito que el complejo de Edipo


comienza a desarrollarse en esta fase.

Cuando al bebé le dominan sus propios impulsos poderosos fantasea que sus padres están en
coito casi continuo, y la naturaleza de este coito varía con las fluctuaciones de sus propios
impulsos.

En su fantasía ataca a sus padres con todos los recursos agresivos que dispone yen su fantasía
los percibe destruidos.

En la situación depresiva el bebé no sólo se encuentra con un pecho y una madre internos
destruidos, sino que también con la pareja parental interna destruida de la situación edípica
temprana.

Contra la situación de privación, celos envidia intensa destructividad y la depresión resultante,


se despliegan las defensas.

A las posiciones esquizo-paranoide y depresiva. La negación escisión e idealización pueden


tomarlas de diversas formas.

Puede haber una escisión entre padres buenos, asexuales y padres malos sexuales.

Puede haber una escisión entre la madre y el padre convirtiéndose a uno en un ideal y al otro en
el perseguidor. Los roles del objeto ideal y persecutorio pasan por lo general rápidamente de un
progenitor a otro.

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