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ROLANDO ANGULO CASARES; CODIGO ESTUDIANTIL: 0411620077

Bogotá D. C., siete (07) de octubre de dos mil veinte (2020)


Magistrada Ponente: Dra. MAGDA VICTORIA ACOSTA WALTEROS
Radicación No. 130011102000201100889-01
Nota (En esta sentencia es de interés dos momentos; el primero de ellos es el cobro excesivo
de honorarios por parte de un abogado contra su cliente y la prescripción de la sanción por
demora del proceso y la compulsación de copias contra los Magistrados de primera y segunda
Instancia por tardar más de 6 años en pronunciarse contra el caso)

ASUNTO A TRATAR; Sentencia con fecha del 15 de febrero de 2019, proferida por la
Sala Jurisdiccional Disciplinaria del Consejo Seccional de la Judicatura de Bolívar,
mediante la cual sancionó con suspensión del ejercicio de la profesión por el término
de seis (6) meses y multa de 10 salarios mínimos mensuales legales vigentes al
abogado XXXXXXXX, tras hallarlo responsable de realizar la conducta descrita en el
numeral 2° del artículo 35 de la Ley 1123 de 2007.

El SEÑOR X, interpuso una queja aludiendo que contacto al abogado XXXXXX, en el


año 2009, para conseguir un desembargo de su mesada pensional, desarrollando bien
la gestión obteniendo buenas decisiones en 1ra y 2da instancia, cobrando a titulo
ejecutivo una suma de $8’036.784 y que solo le entregó 2’900.000, pese a haberle
comunicado que le daría 3’000.000. Indicó que los honorarios cobrados por su
abogado le parecieron exagerados y que no le pareció aceptable la explicación
respecto a las deducciones de dinero realizadas por este además adujo que no
suscribió contrato de prestación de servicios con el profesional del derecho ni pactó la
suma de honorarios que le iba a reconocer.

Si bien es cierto que el abogado en mención, es hallado responsable de realizar la


conducta descrita en el numeral 2° del artículo 35 de la Ley 1123 de 2007, por el
desconocimiento del deber del numeral 8° del artículo 28 a título de dolo. como
resultado de la gestión, superando en participación porcentual la remuneración por la
gestión desempeñada respecto al beneficio que obtuvo el cliente. Dicha sanción de
acuerdo con lo reglamentado por los artículos 40 a 43 de la Ley 1123 de 2007; a los
criterios de razonabilidad, necesidad y proporcionalidad; y la trascendencia social de la
conducta, se debía imponer la de 6 meses de suspensión del ejercicio de la profesión
y de multa de 10 salarios mínimos mensuales legales vigentes.

Frente a la sanción disciplinaria contra el abogado no hay duda alguna que los jueces
dentro de su providencia actuaron acorde a la constitución y a la ley, excepto en los
términos procesales, pues dado qué, la queja interpuesta fue asignada por reparto el
20 de septiembre de 2011 y solo hasta el 15 de febrero de 2019 se emitió sentencia,
es decir, hubo una demora de 7 años, 4 meses y 15 días para fallar en esta actuación,
plazo en principio inadmisible. En consecuencia, y como quiera que a la fecha han
transcurrido más de cinco años sin que se hubiere adoptado decisión definitiva en el
presente asunto, el Estado, a través de la Jurisdicción Disciplinaria, ha perdido la
titularidad de la acción disciplinaria por la configuración del fenómeno de la
prescripción, conforme lo establece el artículo 24 de la Ley 1123 de 2007. Como
respecto a esta conducta se configuró la prescripción de la acción disciplinaria, no hay
lugar a sanear el vicio señalado, pues el proceso no puede continuar. En
consecuencia, se dispondrá la terminación de la actuación disciplinaria por extinción
de la acción derivada de la prescripción. Es decir, el abogado en cuestión como se
diría vulgarmente, se salió con las suyas.

En vista de qué en esta actuación se logra verificar la posible existencia de varias


irregularidades cometidas por parte de los funcionarios responsables del proceso que
deben ser objeto de investigación. La primera de estas es el retardo para tramitar el
asunto por parte del magistrado ponente. El proceso fue repartido el 20 de septiembre
de 2011 y solo hasta el 15 de febrero de 2019 se emitió sentencia, es decir, hubo una
demora de 7 años, 4 meses y 15 días para fallar en esta actuación. Si bien, figuran en
el expediente constancias de múltiples aplazamientos de audiencias por inasistencia
de los sujetos procesales, quien instruye el proceso es el responsable de dar la debida
prioridad en el despacho de los asuntos a su cargo, una vez verifica que se están
presentado dificultades en su normal desarrollo. Teniendo en cuenta que lo anterior
daría cuenta de una conducta de relevancia disciplinaria, se dispone la compulsa de
copias ante esa Superioridad contra el magistrado ponente del caso. Dado qué
profirieron sentencia en un proceso donde se había configurado el fenómeno de la
prescripción de la acción disciplinaria desde el 11 de agosto de 2016, es decir, 2 años,
6 meses y 4 días antes

Frente a esta sentencia, no queda más que decir, que el estado, no fue garantista al
proteger el patrimonio afectado del señor que interpuso la queja, al no recibir si quiera
la devolución de los dineros a causa del exagerado cobro de honorarios por parte del
abogado. Ante esta situación será que es viable perseguir a los jueces que por su falta
de diligencia al dejar prescribir dicha acción se afecto a un tercero, porque no solo con
compulsar copias e imponer sanción a dichos jueces no es suficiente, ellos también
deben responder por sus errores, en este caso desde mi punto de vista son ellos quién
ahora deberían asumir la diferencia económica por el cobro excesivo por parte del
abogado. A raíz de esto es menester que sea necesario una reforma a la justicia, con
el fin de darle más celeridad a los procesos, qué el estado sea garantista de derecho y
que aquellos jueces que por su falta de diligencia asuman consecuencias no solo con
suspenderlos sino también de manera económica.

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