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Trabajo Práctico N° 2: Las principales áreas culturales americanas: Área Mesoamericana. Área Andina
Fecha de entrega: 21/06/2022 (Ese día realizaremos parte del trabajo en clase, comentaremos lo respondido
y deben entregar lo que tengan. Quienes lo hagan quedaran exentos de estudiar la unidad para el examen
final)
Bibliografía:
León Portilla, Miguel (1990) Mesoamérica antes de 1519 en Bethell, Leslie (ed.) historia de América
Latina, Crítica, Barcelona, tomo 1
Murra, John (1990) Las sociedades andinas antes de 1532 en Bethell, Leslie (ed.) historia de América
Latina, Crítica, Barcelona, tomo 1
AVV (2017) Atlas Histórico de América Latina y el Caribe, Universidad de Lanus
Socolow, Susan. Las mujeres en la América Latina colonial. Buenos Aires, Prometeo, 2016, capítulo 2
1) Completa el cuadro con las características principales de las sociedades de Mesoamérica y de los
Andes Centrales (utiliza el Atlas y los power point)
Período MESOAMÉRICA ANDES CENTRALES
Formativo Olmecas (1500 a. C.-400 a. C.). Fueron La cultura Chavín. Esta fue la más
la primera gran civilización de la región. Se importante de las culturas del llamado
destacaron por el desarrollo de la agricultura, Horizonte Temprano (1200 a. C. – 400 a. C.),
el asentamiento en ciudades con centros
cuyo epicentro civilizatorio fue la ciudad de
ceremoniales, la construcción de esculturas
monumentales, la creación del calendario y Chavín de Huántar, en la cuenca alta del río
de las bases de la escritura. Marañón, en la región occidental del Perú.
Durante mucho tiempo se pensó que era la
cultura madre de las civilizaciones andinas, tal
y como lo postuló Julio César Tello cuando
descubrió sus primeros yacimientos. Durante
su época de apogeo, el centro ceremonial de
Chavín fue el más importante de toda la región
andina, y se han hallado allí restos de
orfebrería, textilería, cerámica, escultura,
metalurgia del oro y arquitectura, así como
grandes cabezas líticas conocidas como
“cabezas clavas”.
Clásico Mayas (2000 a. C.-1540 d. C.). La cultura Wari. Esta fue la cultura más
Habitaron la península de Yucatán durante importante del Horizonte Medio (700-1200 d.
tres milenios y desarrollaron C.), que floreció en el centro andino entre los
grandes conocimientos de matemática, astro
siglos VIII y XIII, controlando un amplio
nomía y escritura. Tuvieron una
organización política y social compleja, con territorio en cuyo centro estaba la ciudad de
una jerarquía piramidal gobernada por una Wari, a 20 km al noroeste de la actual
casta político-religiosa. Ayacucho. Su territorio abarcó la totalidad del
Perú y fue, junto con los incas, una de las
Zapotecas (500 a. C.-900 d. C.). Se grandes culturas imperiales de la región.
establecieron en el sur del actual país de Fueron, esencialmente, militares, aunque
México y tuvieron una organización política también construyeron importantes centros
compleja y estratificada, en la que la
religiosos, como el de Pachacamac en Lima, y
mayoría de la población debía entregar
tributos a una minoría privilegiada vinculada tejieron una importante red de intercambio con
al gobierno y la religión. los Tiahuanacos, ubicados al sur. Entre sus
prácticas rituales estuvieron la momificación y
Teotihuacanos (150 a. C.-1150 d. C.). las ofrendas humanas.
Desarrollaron sofisticadas técnicas en el arte. La cultura Tiwanaku. También conocida
La cerámica de los teotihuacanos como el pueblo Tiahuanaco, fue la cultura que
incluía pinturas geométricas e imágenes de abarcó los actuales territorios de Bolivia, Perú
dioses, también plasmados como decoración y el norte de Chile entre los años de 1500 a. C.
de grandes edificaciones. y 1187 d. C., teniendo el lago Titicaca como
región central, y la ciudad de Tiwanaku, a
pocos kilómetros al sur, como principal centro
ceremonial. Fueron una cultura esencialmente
religiosa, cuyo vasto territorio no se conquistó
militarmente, sino culturalmente, y que poseía
una importante economía agrícola, ganadera y
artesanal. El dios principal de su panteón fue
Wiracocha, posiblemente el mismo dios al que
rindieron culto los incas posteriormente, y se
sabe que practicaron los sacrificios rituales, así
como la arquitectura religiosa y monumental.
Fragmento A
“Al analizar las culturas indias, con frecuencia es difícil establecer los límites que
separan lo económico de lo social, como es difícil distinguir lo que se cree, de lo
que se sabe; el mito de la explicación y de la memoria histórica; el rito de los
actos cuya eficacia práctica ha sido comprobada una y otra vez por
generaciones. Por eso, junto a los datos obtenidos encontraremos prácticas
rituales y creencias que llamaríamos mágicas, en un esfuerzo por ajustar la
realidad cultural a nuestros propios conceptos aunque los mismos, en este caso
de origen occidental, no existan en esas culturas” (Guillermo Bonfil Batalla,
México profundo, una civilización negada, Grijalbo, México, 1990, pág. 55)
Nació el 11 de enero de 1935. Murió el 19 de julio de 1991 en la ciudad de México a causa de un accidente
automovilístico.
Etnólogo por la Escuela Nacional de Antropología e Historia (1953-1957), becado por la OEA en Bogotá,
Colombia en el Centro Interamericano de Vivienda y Planeamiento (CINVA) (1957) y doctor en antropología
por la UNAM (1963-1967), con la tesis "Modernización y tradicionalismo. Dialéctica del Desarrollo en
Cholula de Rivadavia" aprobado con mención honorífica. Ocupó distintos cargos, así se desempeñó como jefe
del Centro de Bienestar social Urbano de la SSA (1957), publicó la revista Problemas Agrícolas e Industriales
de México, co-edición de Problemas de México (1958-1959), realizó trabajos de antropología en el Instituto
Nacional de Nutrición, México (1960-1963), se desempeñó como antropólogo en el Departamento de
Investigaciones Antropológicas del INAH (1962-1968), fue jefe interino de la Oficina Sub-regional para
México, Centroamérica y el Caribe del Centro Latinoamericano de Investigaciones de Ciencias Sociales
(1965-1966). A finales de 1970, fue catedrático visitante en el programa de post-graduación en Antropología
Social y Museo Nacional , de la Universidad Federal de Rio de Janeiro, Brasil.
Ocupó varias cátedras: titular y director de varios Seminarios en la ENAH (1962-1969) y Consejero Técnico
de la carrera de Etnología (1967-1968); en esos mismos años también fue catedrático en la Escuela de
Antropología y en la Escuela de Pos-graduados de la Universidad Iberoamericana; en la División de Estudios
Superiores de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, y asesor de Antropología de la
División Estudios Superiores de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM (1971-1972); catedrático de la
ENA con el curso de Relaciones Interétnicas (1977-1978), del Curso de Maestría de la Facultad
Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) (1978),
Efectuó trabajos de investigación de campo vinculados con problemas de nutrición, vivienda, organización
religiosa, comercio, identidad, relaciones interétnicas y desarrollo económico en comunidades rurales y zonas
indígenas en Cholula, Puebla, y en la región de Cuautla-Amecameca-Chalco, entre otros estados de la
República además de Colombia
Miembro del Instituto de Investigaciones Históricas (1967-1972), director general del INAH (1972-1976) y
del Centro de Investigaciones Superiores del INAH (1976-1980); fundador y director del Museo Nacional de
Culturas Populares (1981-1985). Titular de la Dirección de Culturas Populares de la SEP.
"Minorías étnicas: la alternativa del pluralismo", en El desafío de México (1982); y "Política indigenista en un
estado multiétnico", en Política estatal y población indígena (Quito 1984); también escribió en las revistas
Anales de Antropología, Anuario Indígenista, Revista Mexicana de Sociología , Nueva Antropología y Journal
de la Societé des Americanistes, París. Dirigió dos películas documentales: Los amuzgos (1962) y Él es Dios
(1965). Entre sus libros destacan México profundo (Una civilización negada) (1988) y Utopía y Revolución
(1987).
El Autor, plantea en este fragmento de su libro “México Profundo”, una visión panorámica y multiforme de lo
indio en ese país y que reflexiona sobre el significado, para su historia, su presente y su futuro, de la
coexistencia de dos civilizaciones: la mesoamericana y la llamada “occidental”.
El autor sostiene la pertinencia de discutir el problema de los proyectos civilizatorios en medio de la crisis que
vivía el país en el momento en que escribe la obra, afirmando que cualquier decisión que se tome para
reorientar la vida nacional, implica una opción en favor de uno u otro de esos proyectos civilizatorios en
pugna.
Desde sus primeros trabajos denunció los discursos, las políticas y las instituciones nacionales dirigidas a
construir en México una única y homogénea cultura nacional; un proyecto nacional en el que identificó el
conflicto y la exclusión de los indígenas y los grupos con culturas populares.
Bonfil mantiene la tesis de que la historia de México, en los últimos 500 años, es la historia del enfrentamiento
entre quienes pretenden encauzar el país en el proyecto de la “civilización occidental” y quienes resisten a ello
arraigados en formas de vida de estirpe mesoamericana. A ese sector que encarna el proyecto dominante en
nuestro país, Bonfil lo denomina «el México imaginario.»
Fragmento B
“La autoridad en los pueblos indios va unida al prestigio social. Y éste se adquiere a
lo largo de la vida mediante la demostración de la capacidad de servicio a la
comunidad. En el ámbito de la vida pública, el servicio a la comunidad se realiza a
través de la participación en el sistema de cargos. En todos los grupos existe un
conjunto jerarquizado de cargos públicos, que constituye el gobierno comunal. La
mayor parte son cargos anuales; en algunos casos su desempeño es voluntario y
los aspirantes se proponen a sí mismos ante las autoridades correspondientes; en
otros casos, se ocupan obligatoriamente por designación por elección” (Guillermo
Bonfil Batalla, México profundo, una civilización negada, Grijalbo, México, 1990,
pág 66 y 67)
d) Compara la descripción que hace el autor del ejercicio del poder en las comunidades indias
actuales y en la sociedad azteca (León Portilla, ver power de mexicas)
Fragmento C
(Medina del Campo, Valladolid, h. 1492 - Guatemala, h. 1585) Conquistador y cronista español. Desde joven
se decidió por la carrera de las armas y, debido a su afán de aventuras, hacia 1514 se embarcó a América
viajando sucesivamente con las expediciones de Pedro Arias de Ávila (a Darién, o sea Centroamérica),
Francisco Hernández de Córdoba (a Yucatán) y Juan de Grijalva (a Tabasco). Casado con Angelina Díaz, tuvo
un hijo llamado Diego.
Por tres años estuvo al servicio de Diego Velázquez de Cuéllar en Cuba hasta que se le incluyó en la
expedición de Hernán Cortés. Desde el 18 de febrero de 1519 fue soldado de las huestes de Pedro de
Alvarado, por lo que participó en la conquista del imperio mexica. Fue testigo presencial de la prisión y
muerte de los tlahtoanis Moctezuma II y Cuitláhuac, vivió la llamada «Noche Triste» y peleó por la toma de
México-Tenochtitlán.
Al concluir ésta, se unió a la expedición de Gonzalo de Sandoval hacia Coatzacoalcos y llegó a ser regidor de
la villa del Espíritu Santo. Después participó en la conquista de Chiapas y, en 1524, partió con Hernán Cortés
a la conquista de las Hibueras (Honduras), que resultó un fracaso, por lo que regresó por tierra a la ciudad de
México.
Tras una prolongada estancia en esa ciudad, viajó en 1539 a España para reclamar sus derechos por haber
participado en la conquista de México, pero sólo obtuvo un corregimiento en el Soconusco. Inconforme,
continuó buscando una recompensa por parte de la corona española, por lo que hizo varios viajes entre España
y América, hasta que decidió establecerse con su familia definitivamente en la ciudad de Santiago de los
Caballeros de Guatemala.
Ahí llegó a sus manos el libro Historia General de las Indias escrito por el capellán de Cortés, Francisco López
de Gómara. Éste, sin haber estado en México, hizo una descripción de la Conquista en la que enaltecía la
figura de don Hernán, a quien le atribuyó todo el mérito de la Conquista. Molesto por esta interpretación, Díaz
del Castillo escribió su propia versión en la crónica titulada Historia verdadera de la conquista de la Nueva
España, en la que, con sencillez, hizo un extenso relato épico de aquella campaña, acaso la más importante del
proceso de conquista que siguió al descubrimiento de América. En su obra, Díaz del Castillo resaltó el papel
de los soldados españoles y reconoció con respeto la defensa heroica de los indígenas. Falleció en Guatemala
en 1585, y su crónica no fue publicada hasta 1632.
Género al que pertenece este texto: La épica (del adjetivo griego: ἐπικός, epikós; de ἔπος, épos 'palabra,
historia, poema') es un género narrativo en el que se presentan hechos legendarios o ficticios relativos a las
hazañas de uno o más héroes y a las luchas reales o imaginarias en las que han participado estos héroes ya
sean inventados o de sueños.
f) ¿Qué rasgo de la organización azteca presenta Bernal Díaz de Castillo? ¿Crees que esto influyó en la
derrota de los aztecas frente a los españoles? ¿Por qué?
Rasgo: sacrificios humanos. Según cuenta Bernal Díaz del Castillo (y versiones coincidentes de Cortés en sus
relatos), los aztecas y su peculiar “Guerra Florida” eran causantes –por estimación, a deducir de sus escritos–
de decenas de miles de muertos cada año en acciones militares “gratuitas”, que sería lo mismo que decir en
cada campaña de guerra preventiva contra sus “aliados”. Parece un acertijo, pero era así. Estas capturas de
amigos –o enemigos, según le oscilara la dirección de la veleta al estratega de turno– solían acabar en
abundantes derramamientos de sangre a la mayor gloria de algún sádico y poco compasivo dios de los que,
con bastante molicie y desatino, pueblan profusamente el inmenso firmamento y algún erial intelectual. Estos
enemigos “artificiales” vivían en los estados “tapón”, poblados mayormente por los txitximecas, totonacas,
etc., y acolchonaban las periferias del Imperio Azteca como si de anillos de protección se trataran. Eran pues,
exactamente eso, estados tapón que Cortés descorcharía con enorme habilidad, que no facilidad. De paso, le
evitaban a su finamente ataviada y aristocrática jerarquía sustos mayores en caso de invasión, favoreciendo el
tiempo de reacción militar y sirviendo como campo de entrenamiento y puesta a punto de sus ejércitos para
capturar de manera sencilla víctimas para su incesante y bien engrasada maquinaria de sacrificios humanos.
Los sacrificios humanos masivos eran un mecanismo clave en el sistema azteca. Cada año entre 20.000 y
30.000 personas, capturados entre las tribus vecinas, eran inmoladas en estas ceremonias. Cientos de tribus
celebraron con júbilo la desaparición de aquella máquina de matar que, define María Elvira Roca Barea, como
«un totalitarismo sangriento fundado en los sacrificios humanos». Como señala la historiadora australiana Inga
Clendinnen, lamentar la caída del Imperio azteca es como sentir pesar por la derrota nazi en la Segunda Guerra
Mundial.
Hernán Cortés aprovechó en beneficio español este odio extendido. En su camino hacia Tenochtitlán, los
conquistadores lograron el apoyo de los nativos totonacas de la ciudad de Cempoala, que de este modo se
liberaban de la opresión azteca. Tras imponerse militarmente a otro pueblo nativo, los tlaxcaltecas, los
españoles lograron incorporar a sus tropas también a miles de guerreros de esta etnia.
g) ¿Qué relación puedes establecer entre ese rasgo y otros ámbitos de la organización de los aztecas?
Fragmento D
Ritual azteca de nacimiento: “Tú estarás en el corazón del hogar; tú no iras a ninguna parte; en
ninguna parte te convertirás en un ser errante; tú te convertiste en el fuego resguardado, en las
piedras de la hoguera. Aquí nuestro señor te plantó a ti, te sepultó aquí. Y te fatigaras, te
cansaras; tu proveerás agua, moleras el maíz, trabajarás; tú te convertirás en sudor de las cenizas,
cerca del fuego de la hoguera” (Códice Florentino)
En Socolow, Susan. Las mujeres en la América Latina colonial. Buenos Aires, Prometeo, 2016, p. 25
h) ¿Qué nos dice esta fuente sobre la posición que ocupaban las mujeres en la sociedad azteca?
i) Lee el texto de Susan Socolow sobre las mujeres en la América indígena y anota los ejemplos que
permiten identificar roles de género en las sociedades nativas
j) ¿Qué implica el hecho de que esos roles sean atribuidos desde antes del nacimiento?