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INTEGRANTES:
Emily Belén Cedeño Cevallos
Kelly Jemina Menéndez Loor
Karina Dayana Ochoa Chávez
Angie Geovanna Zambrano Solórzano
MATERIA:
Evaluación psicológica II
PARALELO:
“A”
GRUPO:
#2
TEMAS:
El proceso en evaluación psicológica termina con la comunicación oral y/o escrita de sus
resultados. En la información suministrada se presentará el diagnóstico, las descripciones,
orientaciones, predicciones y propuestas de intervención y, en su caso, valoración de la
intervención realizada que dé respuesta a los objetivos planteados inicialmente por el
sujeto o remitente.
6. Por último, es sin duda un rastro de conducta, tanto del cliente como del evaluador.
Así, el documento puede ser utilizado con posterioridad (cuando así lo autoriza el
sujeto/cliente) como fuente de medidas «no contaminadas».
NORMAS Y GUÍAS PARA EL INFORME
Se presentan los cinco artículos que establece el código deontológico elaborado por el
Consejo de Colegios Oficiales de Psicólogos (2010), que rigen específicamente para la
Artículo 42 Cuando dicha evaluación o intervención ha sido solicitada por otra persona
—jueces, profesionales de la enseñanza, padres, empleadores, o cualquier otro solicitante
diferente del sujeto evaluado—, este último o sus padres o tutores tendrán derecho a ser
informados del hecho de la evaluación o intervención y del destinatario.
3.- El informe señalará quién es el autor, el cliente y el sujeto, así como a quién se
presentará o enviará
4.- Los datos se presentan de acuerdo con las fuentes de información, instrumentos y
procedimientos utilizados.
6.- Los asuntos que sobrepasan las demandas iniciales no se ignorarán, aunque sí serán
considerados aparte
7.- El informe responderá a las demandas del cliente con recomendaciones apropiadas.
8.- El informe detallará los pasos y procedimientos utilizados para responder a las
demandas del cliente
9.- Las inconsistencias encontradas entre los datos se discutirán en la sección sobre
resultados
10.- Cada una de las frases empleadas será clara y comprensible para el cliente
TIPOS DE INFORME
puede ser organizado de muy distintas formas; desde lo particular y más sencillo hasta lo
más global y comprometido, el informe puede realizarse con base en las técnicas
aplicadas, con base en el problema o situación evaluada y con base en la teoría de base
del evaluador.
b) Basado en el problema
Este tipo de informe está centrado en los objetivos del caso este puede ser redactado en
base a formatos previamente definidos y está diseñado en función de las cuestiones
planteadas por el remitente (o el sujeto).
En segundo lugar, este tipo de informe presenta una versión muy limitada del
funcionamiento psicológico del sujeto, ya que no se incluyen en él los aspectos positivos,
sino sólo el listado de las conductas patológicas.
c) Basado en la teoría
Detrás de un evaluador existe siempre una teoría de la conducta humana. Esto que ha sido
tratado como base para formular los distintos modelos de evaluación y puede servir de
cauce a la hora de organizar el material del informe.
No hay que olvidar que, si bien el informe es necesario ética y científicamente como
producto de una intervención técnica, lo es también como vehículo o transmisor de
información a otras personas. Así, el informe puede ser considerado un documento
duradero que deja constancia de lo acontecido.
c) Ser útil
un informe no científico podrá ser aceptado en tanto en cuanto presente una combinación
de aseveraciones aplicables a todos los sujetos, moderadamente negativas y neutrales. Sin
embargo, el concepto que manejamos de utilidad no es el mismo que el de aceptabilidad
y no tiene que ver con la validez social, no basta con que un informe psicológico sea
aceptado sin más, sino que ha de contener otras características para ser considerado útil.
1. Datos personales del sujeto, del cliente y del evaluador y fecha de las sesiones de
evaluación y del informe: Figuran aquí el nombre, sexo, edad, estado civil, escolaridad,
profesión y fechas de exploración. Constará también aquí el nombre del evaluador y su
debida acreditación (número de colegiado).
7.Integración de resultados:
Integración de resultados cuantitativos y cualitativos
8.Conclusiones y recomendaciones: Diagnóstico, orientación, selección y/u objetivos
de cambio e intervención.
Ahora bien, el informe escrito no es suficiente para lograr una adecuada comunicación de
los resultados de la evaluación y se hace necesaria una comunicación oral al cliente o
sujeto.
Simulación
Una de las fuentes de error de los autoinformes más importante procede del deseo
deliberado, por parte del sujeto, de falsear sus respuestas o simulación (llamado también
falseamiento, engaño o su contrario dimensional, sinceridad). Se ha comprobado
ampliamente cómo, manipulando las instrucciones —es decir, pidiendo a los sujetos que
falseen sus respuestas en un determinado autoinforme con el fin de dar una imagen
«buena» o «mala» de sí mismos— tanto en sujetos normales como en pacientes
psiquiátricos, éstos responden en el sentido demandado (Fernández-Ballesteros, 1996).
Los autores partidarios de que esta distorsión de respuesta es un rasgo han argumentado
que la capacidad de simulación es una importante variable de personalidad. Así, Canter
(1971) demostró hace ya tiempo que la capacidad de simular está en relación directa con
el ajuste personal.
Deseabilidad social
Muchos autores han puesto de relieve cómo una gran parte de la varianza en las
respuestas a los autoinformes es explicada a través de la tendencia no voluntaria de los
sujetos a dar una imagen de sí mismos socialmente deseable. Edwards (1975) fue el
primero en demostrar, de manera rotunda, que las respuestas a autoinformes clásicos
(como el MMPI o el «Inventario de personalidad de California») podían ser explicadas
más en función de ser descripciones deseables o no deseables desde el punto de vista
social que de saturar factores psicológicos tales como «fuerza del yo» o «ansiedad».
Asimismo, la influencia de la deseabilidad social también se ha detectado en autoinformes
conductuales (Fernández-Ballesteros, Pérez Pareja y Maciá, 1981). De estos y otros
muchos datos parece deducirse la significativa covariación entre la desea-bilidad social y
dimensiones, rasgos, factores o repertorios de conducta que impliquen ajuste personal.