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IMPLICACIONES TEÓRICAS,
PRÁCTICAS Y DOCENTES
Competitive Strategies:
Theoretical, practical and educational implications
Stratégies Compétitives :
Implications théoriques, pratiques et éducatives
Vicente Safón
Dpto. de Dirección de Empresas. Juan José Renau Piqueras
Universitat de València - Estudi General
Alejandro Escribá
Dpto. de Dirección de Empresas. Juan José Renau Piqueras
Universitat de València - Estudi General
Dirección postal:
Tel. 96 382 83 12
E-mail: Vicente.Safon@uv.es
Alejandro.Escriba@uv.es
ESTRATEGIAS COMPETITIVAS:
IMPLICACIONES TEÓRICAS,
PRÁCTICAS Y DOCENTES
Resumen: El presente trabajo presenta, estudia y discute las estrategias competitivas de las
empresas y unidades estratégicas de negocio. En primer lugar plantea la tesis de Porter como teoría
de mayor aceptación; en segundo lugar examina los problemas de dicha teoría; y en tercer lugar
propone y discute un marco teórico, basado en el reloj estratégico, para el estudio de las estrategias
competitivas de carácter más general y sensible a las críticas esgrimidas.
Palabras Clave: Estrategias competitivas; Michael E. Porter; reloj estratégico; teoría contingente
Abstract: The present paper is aimed to the study and discussion of competitive strategies of firms
and strategic business units. Firstly we present the Porter’s theory as the one most commonly
accepted; secondly we analyze the problems with this theory; and thirdly we propose and discuss a
theoretical framework, based on the strategic clock, which we consider as a useful tool for the study of
competitive strategies. This framework presents a broader focus and is sensible to the more important
critics argued for Porter’s theory.
Key Words: Competitive Strategies; Michael E. Porter; strategic clock; contingent theory
Résume: Ce travail fait une présentation, étude et discussion des stratégies compétitives pour les
entreprises et les domaines d’activité stratégiques. Premièrement on part de la thèse de Porter en tant
que la théorie la plus acceptée; Apres on examine des problèmes de cette théorie; finalement on
propose un marc théorique , basé sur l’horloge stratégique , pour l’étude des stratégies compétitives.
Ce marc théorique prend une orientation plus ample et sensible avec les critiques à la théorie de
Porter.
Mots clés: Stratégies compétitives; Michael E. Porter; horloge stratégique; théorie contingente
ESTRATEGIAS COMPETITIVAS:
IMPLICACIONES TEÓRICAS,
PRÁCTICAS Y DOCENTES
INTRODUCCIÓN.
Tal vez el atractivo primordial de la obra de Porter haya sido su aparente simplicidad y
coherencia interna, lo cual ha permitido explicar con un modelo muy sencillo gran parte de la
competir, así como la relación establecida entre estrategia competitiva y resultados esperados.
contradictoria de lo que parece a simple vista y que, como modelo, no satisface el requisito de
ser generalizable a cualquier sector industrial, además de no ser concordante con parte de la
sido uno de los primeros docentes en advertir la confusión trasladada al aula cuando las
los primeros en sugerir que el modelo de Porter es problemático e insuficiente para el estudio
de las estrategias competitivas, aun cuando no se puede dejar de explicar por su evidente
superarlo con otro planteamiento más realista y apropiado para la docencia y la práctica
empresarial.
las antítesis contempladas, ofreciendo una síntesis para el estudio de las estrategias
competitivas aglutinadora de las estrategias de Porter y sensible a las críticas lanzadas contra
Porter, autor consagrado en la ciencia del management gracias a sus dos famosas obras,
Porter define la estrategia competitiva como aquella estrategia que supone una acción
ofensiva o defensiva con el fin de crear una posición defendible frente a las cinco fuerzas
competitivas, de tal modo que se obtenga un resultado superior al promedio de las empresas
diagnóstico de las fuerzas competitivas del sector industrial y analizar su evolución probable.
En el segundo estudio, la empresa debe confrontar sus puntos fuertes y débiles con las fuerzas
2
competitivas del sector industrial para evaluar su posición relativa con respecto a éstas. Este
análisis debe apoyarse en los conceptos y las técnicas asociados a la ventaja competitiva.
A pesar de que cada empresa, o cada UEN si tratamos el caso de una empresa
mejor estrategia para una empresa dada es única y contingente, Porter recomienda unas
sectores de forma general. Según Porter, estas estrategias son internamente consistentes, y
sirven para crear una posición defendible a largo plazo y obtener rentabilidades superiores a la
de los competidores en el sector industrial, por ser los modos teóricamente superiores para
Las estrategias competitivas genéricas propuestas por Porter se definen a partir de dos
elementos:
podemos distinguir dos tipos de estrategias: las basadas en una ventaja en costes y las
Ventaja competitiva
Ventaja en costes Ventaja en diferenciación
Objetivo estratégico en La mayor parte del mercado Liderazgo general en costes Diferenciación
términos de amplitud del
mercado Un segmento del mercado Enfoque en costes Enfoque en diferenciación
3
La estrategia de liderazgo en costes persigue llegar a ser el productor de menor coste,
percibidos como diferentes por parte de los clientes (ibíd.). En la mayoría de los mercados
existe una especie de oferta de referencia, que viene a ser la oferta que la mayoría de los
la oferta de referencia, creando de ese modo una demanda más inelástica en sus clientes3.
Por último, la estrategia de enfoque consiste en atender un nicho mejor que lo harían los
De acuerdo con la teoría de Porter, a nivel de unidad estratégica de negocio (UEN) las
empresas sólo deben perseguir una estrategia competitiva genérica, puesto que éstas
una única dirección (Porter, 1982: 56). A juicio de Porter, las estrategias competitivas
62-65), circunstancia que explica que sea muy difícil seguir con éxito dos estrategias
4
Si una empresa decide perseguir de manera combinada una estrategia de liderazgo en
particular, Porter pronostica que acabará atrapada en el medio, es decir, atrapada entre los
previsiblemente una rentabilidad inferior a las que sí han sabido perseguir las estrategias
puras, y competirán, como consecuencia de su mala posición, sin una ventaja competitiva
(Porter, 1985: 34). Sólo si la industria es especialmente benévola, o si todos los competidores
están atrapados, la empresa sin una clara dirección estratégica obtendrá una rentabilidad
atractiva (ibíd.).
Porter recomienda para las empresas atrapadas las siguientes opciones excluyentes entre
1982: 63):
La teoría sobre estrategias competitivas genéricas de Porter ha sido muy criticada por
genéricas que asumen unos riesgos muy elevados, siendo más prudente seguir estrategias de
tipo mixto, esto es, aquéllas que combinan las estrategias genéricas, aun asumiendo el peligro
de acabar atrapado en el medio y ganando menos que otros competidores. En tercer lugar, se
5
le ha criticado que la estrategia mixta puede ser viable y muy lucrativa porque las estrategias
Empezando por la estrategia de liderazgo en costes, al menos son cinco los problemas y
competitivas en coste.
Un elemento que habitualmente confunde en la obra de Porter son los ejemplos utilizados
para apoyar sus argumentos teóricos. Porter utiliza a Hyundai como ejemplo para ilustrar el
caso de una estrategia de liderazgo en costes en el sector del automóvil, cuando parece más
Comparando a Hyundai con todo el mercado, parece que utiliza precios bajos, pero dentro de
su segmento es todo lo contrario. Por tanto, parece claro que Hyundai no es un fabricante que
siga la estrategia de liderazgo general en costes, a pesar de que Porter lo utiliza como ejemplo.
Como ocurre que una empresa puede perseguir una estrategia de liderazgo en costes o de
diferenciación dependiendo simplemente del marco de referencia, nos parece, que para evitar
6
confusiones como la narrada, debemos comparar a la empresa sólo con las que compiten en el
mismo segmento. Un análisis del marco de referencia es, entonces, esencial para la correcta
En segundo lugar, Mathur (1988) sugiere distinguir los inputs de los outputs, de tal forma
que la estrategia competitiva quede definida fundamentalmente por los outputs u oferta, y no
por los inputs. Esto significa que una interpretación estricta de la obra de Porter obliga a la
empresa que decida seguir una estrategia de liderazgo en costes a ofertar un precio inferior a
la media, para conseguir de ese modo ganar cuota de mercado y las economías que de ella se
derivan4. Por consiguiente, para hablar correctamente de liderazgo en costes no basta con que
la empresa tenga los costes más bajos, además ha de verificarse también una oferta en precio
inferior a la media del sector industrial, por cuanto la reducción de costes sin manifestación
liderazgo en costes está asociada inseparablemente a los precios bajos, es posible que la
empresa no pueda conseguir los márgenes superiores al promedio de la industria que promete
Porter. Resumiendo, si la estrategia de liderazgo en costes, para ser tal estrategia, requiere de
un precio inferior a la media o incluso el menor precio del mercado, no está tan claro que la
empresa que persiga esta estrategia tenga garantizado unos beneficios superiores a la media.
competir con el coste más bajo del mercado y competir con unos precios por debajo de los del
costes. Que una empresa compita con precios por debajo del mercado, o incluso con el precio
más bajo, puede ser un indicio de que es el líder en costes, pero no es suficiente para poder
7
afirmarlo, puesto que puede ocurrir que simplemente esté “comprando cuota de mercado”
para poder instalarse y conseguir equiparar sus economías de escala y experiencia con las de
liderazgo en costes a las estrategias de costes bajos, evidentemente diferentes. Esta matización
y el argumento del párrafo anterior nos lleva a la conclusión de que competir con precios
bajos o con los precios más bajos no implica competir con una estrategia de liderazgo en
costes, de la misma forma que competir con costes bajos o con los costes más bajos si los
una estrategia de liderazgo en costes es peligroso asumir una conexión directa entre las
ventajas de una elevada cuota de mercado relativa y su sostenibilidad, toda vez que la cuota
de mercado es una variable que plantea algunas interrogantes difíciles de resolver. Por
ejemplo, tener una elevada cuota de mercado absoluta no implica que no haya otro
Además, las estimaciones obtenidas de la base de datos PIMS confirman que para que el
poder obtenido de la cuota de mercado sea importante, ésta debe situarse entre el 40% y el
70% del total del mercado, algo difícil de conseguir por regla general (Johnson y Scholes,
1999).
mercado la propone Murray (1988). Según este autor, sólo si la escala óptima de una parte
significativa de la cadena de valor excede la mitad del mercado, entonces puede ser viable la
estrategia de liderazgo en costes. Si el líder en costes debe conseguir ser el de menor coste,
8
seguramente deberá tener las economías de escala más elevadas, es decir, deberá tener una
cuota de mercado de más del 50%, ya que si no es así, otro competidor podrá ganar ventaja en
costes por medio de la mejor escala. Ahora bien, no debemos olvidar que pueden aparecer
deseconomías de escala y sobre todo que cada sector tiene unos condicionantes tecnológicos y
comerciales que determinan la escala óptima5. Por tanto, si esta escala no implica tener más
de la mitad del mercado, sino un volumen de ventas inferior al 50% del total, entonces vale
que otras empresas podrán alcanzar la escala óptima al ser ésta inferior a la mitad del total.
en el crecimiento de la empresa, pueden permitir que los competidores del líder en costes
acerquen sus escalas a la de éste, de modo que al igualarlas hagan desaparecer la ventaja
conseguida en virtud de las economías de escala. En este caso, como puede verse, utilizar el
criterio de la cuota de mercado como objetivo estratégico puede ser muy arriesgado para la
Como último problema relativo a las estrategias de liderazgo en costes, recordamos que
Porter ofrece la posibilidad de que una empresa elija esta estrategia con un enfoque amplio de
la industria. Esto parece muy fácil de decir, pero hay que advertir que esta estrategia sólo
puede ser, según él, seguida por una empresa: la líder en costes. Es decir, de entre todas las
empresas que compiten con un enfoque amplio (no enfocadas), sólo una puede ser la líder en
ofrezca demasiadas alternativas, al menos por lo que hace referencia al liderazgo general en
costes.
9
Problemas relacionados con la estrategia de diferenciación
ha contribuido muy poco a la correcta comprensión de los conceptos involucrados. Las dos
- ¿Con respecto a qué empresas deben compararse los precios primados del
diferenciador?
De acuerdo con Porter (1982 y 1987), los diferenciadores cosechan su ventaja primando
los precios; es más, indica que la prima en el precio es el test definitivo para saber si una
empresa ha conseguido una diferenciación efectiva. Sin embargo, como ha defendido Hill
(1988), el diferenciador puede cosechar su ventaja ganando cuota de mercado al mantener los
precios. Esto nos plantea una pregunta de concepto: ¿debe primar los precios el diferenciador?
En nuestra opinión, sirve tanto primarlos como no, aunque los efectos son diferentes. Si los
una elevación del precio, es posible que esto produzca una mejora de las ventas (figura 2a) y
los costes a la baja y permitiendo que nuevos recursos se dirijan a mejorar la diferenciación
(figura 2b). Esta lógica virtuosa es más la norma que la excepción y pone en entredicho el
10
p = precio
_
p
D1
D0
q0 q1 q = cantidad
1.
Incremento de la
diferenciación y
mantenimiento del precio
5. 2.
Incremento de los
márgenes y reinversión en Incremento de la
mayor diferenciación cuota de mercado
4. 3.
Reducción de los Incremento de las
costes economías de escala
y experiencia
es determinar con respecto a qué empresas deben compararse los precios de la empresa
diferenciada. Una mala interpretación del sector industrial puede hacernos creer que una
empresa persigue una estrategia de diferenciación porque prima los precios con respecto a
otras con precios más bajos, pero si reformulamos el sector industrial y sólo incluimos
aquellas empresas que en realidad compiten con la considerada, podemos encontrarnos con
que todas están cargando los precios por igual, de forma que ya no hay tal empresa
11
base de análisis o de determinación de los elementos a comparar que debemos resolver antes
liderazgo en costes y otra de diferenciación -el definido atrapado en el medio-, con lo que
sería una simple posición comercial o una ausencia de claridad en la estrategia. En nuestra
empírico, debería distinguirse el atrapado en el medio, es decir, la posición ocupada por aquél
atrapado entre los mejores enfocados, los más diferenciados y el líder en costes, del
estratégico. Además, otra categoría a distinguir es el caso de aquél que compite siendo el líder
innovadora que gracias a un producto revolucionario rompe las reglas del juego y consigue
ser la más diferenciada y la que produce con menor coste. Sin embargo, la investigación
empírica de Miller y Dess (1993) ha puesto de relieve que las empresas que persiguen una
estrategia de liderazgo general en costes y al mismo tiempo están diferenciadas, ganan más
que el promedio sin ser precisamente las más dinámicas desde el punto de vista de la
innovación.
Resumiendo, dentro del concepto del atrapado en el medio de Porter conviene distinguir
4. Afortunado en el medio.
medio. Dice Porter que un líder en costes debe lograr la paridad o proximidad en las bases de
diferenciación en relación a sus competidores para obtener una rentabilidad superior a ellos,
aunque su ventaja descanse en ser el líder en costes (ibíd., p. 31). Igualmente, destaca que un
todas las áreas que no afectan a la diferenciación (ibíd., p. 32). Esto significa, siendo realistas,
que el líder en costes debe estar suficientemente diferenciado, y el diferenciado debe estar
muy próximo al líder en costes (Murray, 1988: 396). En definitiva, que ambos deben seguir
medio.
En opinión de Porter, las estrategias competitivas genéricas son las únicas que
proporcionan una ventaja sostenible duradera. Sin embargo, estas estrategias asumen riesgos
importantes que la empresa debe conocer. De forma general, los tres grandes riesgos de las
a) Fallar en su implementación.
b) Perder la ventaja competitiva por errores propios o por la evolución del sector
industrial.
13
c) Producir rigidez y miopía a largo plazo.
La empresa que persiga una estrategia de liderazgo en costes se expone a que un cambio
tecnológico anule sus ventajas; también a que un énfasis desmesurado en los costes y la
eficiencia no le permita ver los cambios en sus clientes (miopía comercial); y, finalmente, a
que el diferencial de costes con respecto a otros competidores se reduzca, como es habitual en
Por otro lado, la empresa diferenciada se enfrenta al riesgo de ofertar un precio excesivo
la posible pérdida del factor diferenciador por el cambio de la demanda o de la oferta de otros
Por último, la estrategia de enfoque afronta los riesgos de que el diferencial de precios
con respecto a los generalistas sea excesivo o los descuentos insuficientes; y la posibilidad de
Miller (1992a) ha observado que las estrategias genéricas puras, además de los riesgos ya
vistos, son más fáciles de imitar por estar basadas en enfoques más limitados y simples9, y son
competidor está combinando sus ventajas en una estrategia mixta creativa, entendida como
una combinación de las estrategias puras. En este caso, las estrategias con más probabilidad
de éxito serán aquéllas que conjuguen muchos recursos y capacidades, estén relacionados con
Además, como quiera que el entorno cambia, es más fácil superar la adaptación para la
empresa que cuenta con más riqueza de perspectivas, que para la empresa que ha forjado una
14
cultura monolítica en torno a un planteamiento estratégico también monolítico. Por ejemplo,
lo que un día fue un mercado insensible al precio, como lo fue el mercado de los ordenadores
personales durante algunos años, puede convertirse después de un tiempo en un mercado más
Las estrategias mixtas o híbridas tienen otras ventajas con respecto a las puras además de
las vistas. De una parte, permiten explotar sinergias entre los diferentes aspectos de la
capacidades de la empresa, menos especializados que en las empresas con estrategias puras, y
Un hecho que refuerza la defensa de las estrategias mixtas es la evidencia de que las
estrategias puras no son siempre incompatibles entre ellas, y que su combinación puede
suponer una mejora de la performance e incluso ser la mejor opción competitiva10. Por
ejemplo, Miller y Dess (1993), en una de las investigaciones empíricas de mayor alcance e
impacto, han encontrado evidencia empírica de que las estrategias mixtas son muy superiores
40 50
Cuota de Mercado (%)
Estrategia Mixta
40
30 Liderazgo en Costes
Diferenciación
ROI (%)
30
20
20
10
10
0
0
No enfocadas Enfocadas No enfocadas Enfocadas
Figura 3. Evidencia empírica sobre los resultados obtenidos (en términos de rentabilidad
sobre la inversión y de cuota de mercado) por diferentes tipos de estrategias competitivas
Fuente: Miller y Dess (1993)
15
La posibilidad de que las estrategias puras puedan ser compatibles ha sido recogida
también por Porter11, pero ha quedado demasiado oscurecida ante la rotundidad de sus
argumentos posteriores, que han afirmado que llegará un momento en el cual la empresa,
trabajando en la frontera eficiente, deberá elegir entre reducir sus costes o mejorar su
más tarde relativiza o incluso contradice, o dando ejemplos que no recogen exactamente la
enigmáticas y contradictorias con su teoría como las de que “la mejor estrategia para una
empresa dada es, en última instancia, una construcción única que refleja sus circunstancias
particulares” (Porter, 1982: 55), dando a entender que la estrategia es contingente, y por tanto,
no son tres estrategias genéricas las que limitan la carta de opciones posibles, sino muchas
más12; o las también curiosas afirmaciones de que “podemos identificar tres estrategias
genéricas, internamente consistentes (que pueden ser usadas una a una o en combinación)”13
(ibíd.); y “[una empresa] debe ofrecer un mayor valor a los consumidores o crear valores
comparables a menor coste, o hacer ambas cosas”14 (Porter, 1996: 62), presuponiendo que
caben tanto las estrategias puras (las tres genéricas) como otras combinadas (las estrategias
refuerzan nuestra idea de que las estrategias mixtas pueden ser tan convenientes o más que las
puras.
La compatibilidad de las estrategias genéricas puede ser muy evidente al estudiar algunos
respecto a los ejemplos reales, sabemos que una empresa que implanta con éxito un sistema
16
y en su eficiencia (con la consiguiente reducción de costes), alcanzando una mejora de la
calidad del producto y una reducción de los costes de producción. También sabemos que la
implantación de un sistema just in time proporciona a la empresa que lo implementa con éxito
una mejora de la diferenciación y una reducción de los costes. Otros ejemplos podrían
management.
La réplica de Porter
A pesar de la evidencia de los ejemplos anteriores, Porter (1996) opina que la eficacia de
las técnicas de carácter operativo no implica que las estrategias puras sean complementarias,
sino que no se ha llegado a la frontera eficiente, donde finalmente la empresa deberá realizar
mejores prácticas, éstas podrán buscar al mismo tiempo, y sin perjudicar su posición
- -
Competencia no Trade offs
factible en el
Precio
Precio
presente
Competencia
presente
+ +
- Valor percibido + - Valor percibido +
Esto último abre un debate muy interesante. Por de pronto, Porter acepta que una gran
parte de las empresas pueden seguir con éxito estrategias mixtas hasta llegar a esa supuesta
17
frontera eficiente. En consecuencia, añadimos una importante excepción a la regla: todas las
empresas que no hayan llegado a la frontera eficiente podrán seguir con éxito las estrategias
mixtas. Además, Porter parece decirnos que sus estrategias competitivas genéricas sólo son
tratadas en los casos que se hallan en dicha región, de tal forma que podemos deducir
igualmente que sólo las empresas que se encuentren en la frontera eficiente afrontarán el
“trade off”. Ahora bien, si esto es así nos debemos preguntar: ¿cómo saber si se ha llegado o
empresa ¿puede expandir dicha frontera o sólo moverse en ella?; y en el primer caso, ¿puede
expandirse la frontera eficiente con estrategias mixtas, o sólo con estrategias puras? En fin,
¿cuándo es adecuado una estrategia u otra? Y sobre todo, ¿qué riesgos asume cada elección?
réplica de Porter (1996) expuesta en los últimos párrafos, y nos hace ser muy escépticos con
Como hemos comentado, la compatibilidad de las estrategias genéricas puede ser muy
no todas las ventajas en diferenciación provienen de los mismos recursos ni de las mismas
capacidades. Así, por ejemplo, podemos distinguir al menos dos tipos de diferenciación: la
1992b)15. La primera tiene que ver con las características del producto, como las prestaciones,
el diseño, el estilo, etc.; y la segunda con la imagen conseguida merced a los instrumentos del
marketing. Tal vez la primera sea más difícil de compatibilizar con una estrategia de liderazgo
18
organización necesaria, pero al menos en el segundo tipo de diferenciación sí que puede verse
una cierta compatibilidad. Por ejemplo, una empresa diversificada puede estar creando una
imagen de marca global con una división que compite con una ventaja y una estrategia de
diferenciación, y aprovechar esa imagen en otra división que compite con una ventaja y una
Además de los temas tratados, hay otras circunstancias que recomiendan optar por una
estrategia mixta. Entre ellas, una razón de peso es la existencia de ventajas que conjugan
un auténtico potencial en la industria para conseguir una posición de liderazgo en costes (por
ejemplo, porque no sean posibles mayores economías de escala y/o experiencia), de forma
que varias empresas pueden estar compitiendo con los mismos costes. En este caso, Hill
(1988: 410) sugiere que una vez conseguida la posición de mínimo coste y eficiencia, la
Tal vez una de las cuestiones clave para comprender la formulación de las estrategias
19
la teoría de la estrategia competitiva de Porter16. Si los clientes son en su mayoría personas que
buscan una mezcla compleja de calidad, fiabilidad, estilo, innovación, conveniencia, servicio
y precio, es más probable que las empresas que se hallan buscando todos los objetivos al
mismo tiempo y con una intensidad parecida, satisfagan mejor al mercado que los
que miden el valor del producto, entonces es posible que las estrategias competitivas
genéricas tengan alguna posibilidad, aunque esto no es suficiente garantía de que así sea.
entre los múltiples segmentos atendidos, o éstas son negativas, es posible que sea viable una
caben las sinergias al atender un número mayor de segmentos, entonces es posible que la
Aunque Porter dice que cada empresa debe buscar las ventajas competitivas que le sirvan
en su sector industrial específico, e incluso desarrolla distintos estados del sector industrial
(Porter, 1982), no queda claro que trate de enlazar la eficacia de las estrategias competitivas
genéricas con las características del entorno (Murray, 1988: 390). Como hemos comentado,
referencia al entorno, dejando como variables la ventaja competitiva y el tamaño del mercado
servido. Esto nos da a entender que asume la idea de que las empresas deben seguir una
estrategia genérica sea cual sea el sector industrial. Evidentemente, un argumento semejante
contradice el principio de equifinalidad, según el cual los sistemas pueden llegar al mismo
estado siguiendo distintos caminos, y sobre todo es contrario al enfoque contingente que
20
Asumiendo la importancia del entorno en la viabilidad de las estrategias, podemos
observar cómo, por ejemplo, las estrategias genéricas puras pueden ser útiles cuando (Murray,
- En el mercado hay un segmento muy importante que tiene preferencia por un solo
atributo del producto, como ocurre con el precio o la calidad18. Los mercados de
accesorios para las aeronaves y los servicios profesionales como la consultoría, el caso
- Existe una verdadera incompatibilidad entre las estrategias puras, porque la búsqueda
Por el contrario, las estrategias mixtas pueden ser más adecuadas que las puras en
- Los clientes prefieren un producto de marca, de calidad, con diseño y con un precio
- Los clientes varían su preferencia por los atributos del producto, como ocurre en las
- Los competidores pueden copiar fácilmente las bases de la ventaja del competidor
que persigue una estrategia pura. Por ejemplo, en aquellos sectores en los cuales la
ventaja de una innovación es difícilmente protegible aun mediando una patente, los
21
competidores acabarán por copiar al líder y, como consecuencia de ello, provocarán la
desaparición de la ventaja.
empresa con el resto de fuerzas competitivas, por lo que no es muy probable que con el apoyo
desarrollarse por encima de sus rivales. Para competir con éxito, las empresas deben
incrementar el valor que los clientes perciben de sus productos; éste es multidimensional y
decrecientes también invita a puntuar alto en todos los aspectos del valor, antes que muy alto
muy difícil y costoso conseguir mejoras adicionales, y sin embargo muy fácil y rentable
Recapitulación
consistencia del modelo de Porter ni sus predicciones. Tanta confusión, junto con la difícil
ha trivializado las ventajas competitivas y las formas de competir, nos obliga a abandonar el
22
modelo de Porter y buscar en la literatura académica más iconoclasta los posibles avances de
epígrafes.
original de Kotler (1992), que ha sido adaptado posteriormente por otros autores (por ejemplo,
así lo hacen Bowman, 1992b; Strategor, 1995; y Johnson y Scholes, 1999). El modelo permite
Antes de empezar con su análisis conviene advertir dos cuestiones. En primer lugar, la
consideración del coste en el modelo del reloj estratégico pasa a ser un elemento necesario
pero no suficiente para la estrategia competitiva, rompiendo claramente con la tesis de Porter
lugar, el modelo introduce el enfoque contingente en la reflexión que propone, aunque no hay
una referencia explícita a las contingencias en su ilustración gráfica. Así, por ejemplo, el
modelo incluye en el análisis el tipo de cliente y los diferentes atributos valorados, entrando a
examinar los componentes del valor percibido. También considera el cambio del mercado
servido, como se verá en las rutas noreste y suroeste. Evidentemente, esto es insuficiente, por
lo que el reloj estratégico debe verse como una ayuda para la formulación de estrategias
dar a su estrategia competitiva el carácter idiosincrásico necesario para que ésta sea aceptada,
23
congruente con el entorno y con la realidad interna de la empresa, y satisfactoria para sus
resultados.
Para identificar las estrategias competitivas conviene partir de una situación de equilibrio
donde todas las empresas competidoras y unidades estratégicas de negocio (UEN) sean
percibidas por el mercado de forma similar, esto es, con productos y precios parecidos y, por
tanto, gozando de una cuota de mercado similar. Representaremos con una “A” a la empresa
de referencia (también podría pensarse en una UEN de una empresa diversificada) y con una
“x” o una “z”, según el caso, al resto de empresas y UEN competidoras. En la situación
descrita, la empresa A puede elegir ocho caminos posibles para modificar su situación y tratar
VP VP
4
Alto
3 5
Oferta de X
X X
referencia
A 2 A 6
Medio
X X
X
1 7
Bajo
8
Bajo Medio Alto Precio Precio
Precio percibido del producto
Empezamos por las estrategias más sencillas de explicar para ir complicando el análisis
comentarios realizados en las estrategias puras ya estudiadas, evitando de esa forma una
reiteración excesiva.
24
Ruta 2. Competencia en precios (figuras 6a y 6b)
p = precio
p0
p1
D0
q0 q1 q = cantidad
Efectos en la empresa A: incremento de las ventas y reducción del margen unitario, con
industrial en una situación peor. Sin embargo, es posible que algunos competidores
opten por incrementar el valor de sus productos, abriendo la posibilidad de que los
clientes puedan elegir entre comprar el mismo producto más barato o comprar uno de
mayor valor a un precio similar al inicial, creándose en dicho caso dos grupos
estratégicos diferentes.
¿Puede conducir esta opción a una ventaja competitiva sostenible? Sí, si además A es la
25
obteniendo beneficios e incluso seguir castigando a los competidores con nuevas
Riesgos y problemas: 1) que otros competidores sigan también la opción del énfasis en los
que el cliente relacione la calidad con el precio y penalice el valor percibido de nuestro
donde el cliente no tiene una base de comparación previa (lujo, bienes de larga
duración...) y considera el precio como un indicador fiable del valor del producto.
VP
X
A verdadero líder en
X X costes
VP A X X
X
Precio
VP
X VP
X X Imitación Restablecimiento de la
X X X X
AX
X
X
A X menores márgenes
X X
X
X
X
Precio Precio
VP
El cliente relaciona
Precio X
precio y valor. La
X
X disminución del precio
X X
penaliza el valor
X
percibido
A
Precio
26
Ruta 4. Competencia basada en la diferenciación (figuras 7a y 7b)
esta ruta sea efectiva la empresa debe: superar todas las dimensiones del valor
p = precio
_
p
D1
D0
q0 q1 q = cantidad
Efectos en la empresa A: incremento de las ventas. A corto plazo el beneficio bruto puede
verse alterado tanto al alza como a la baja, debido a que existe un efecto
compensación entre las variables que definen el margen bruto [MB = (P - ↑C) x ↑Q].
misma situación que la inicial, pero con un mayor valor percibido. Si alguna(s)
reducción del precio como opción defensiva. También es factible que, como
copia de su mejor oferta. Esta estrategia se refuerza si los movimientos hacia el norte
son sistemáticos, manteniendo siempre un gap dinámico con respecto a la oferta de los
competidores que con el tiempo van anulando las ventajas más antiguas. Un
actividad de I+D, que implica una buena capacidad técnica, y una intensa actividad
comercial para llevar rápidamente sus mejoras al mercado, que supone a su vez una
Riesgos y problemas: que la empresa se equivoque al diagnosticar lo que valoran los clientes
o que no se percate de que éstos están cambiando sus preferencias y/o valoraciones; y
que existan competidores que imiten rápidamente la oferta con menores gastos de
desarrollo.
A
Precio Precio
X
X VP
X X
Posible imitación y
X X A
X respuesta defensiva
X
A X
X
X
X
disminuyendo precios.
Formación de Grupos
X
X Estratégicos
X
Precio
VP
Precio
28
Ruta 5. Competencia basada en la diferenciación y la elevación de los precios (figuras 8a
y 8b)
Acciones de la empresa A: incrementar el valor percibido y el precio.
p = precio
p1B
p1C
p1A
D1
p0
D0
En algunos casos esta estrategia es la única viable cuando se quiere hacer efectivo un
mayor valor real del producto. Esto puede ocurrir, por ejemplo, en algunos productos
con un alto nivel de implicación, donde un precio elevado se percibe como garantía de
haber sido consumidos. En este último ejemplo, debido a que la compra de estos
productos puede ser muy esporádica y difícilmente comparable (pongamos por caso
los productos inmobiliarios), es necesario primar los precios para que éstos
Efectos en la empresa A: deben distinguirse dos efectos, según cuál sea la intensidad de la
elevación del precio. Si el incremento del precio es moderado (por ejemplo, inferior al
10%) [P1A fig. 8a: A1 fig. 8b] el razonamiento es similar al de la ruta 4, con alguna
diferencia en los ingresos y los márgenes según cuál sea la elasticidad de la nueva
curva de demanda [D1]. Si el incremento es elevado (superior al 10%) [P1B fig. 8a: A2
29
fig. 8b], es posible que la empresa acabe por atender un segmento del mercado distinto.
En este segundo caso, los efectos serán muy diferentes según exista o no tal segmento,
y según los nuevos clientes perciban o no el valor del producto y estén dispuestos a
pagar el precio ofertado. Este movimiento hacia un nuevo segmento implica modificar
Riesgos y problemas. Además de los vistos en la ruta 4, otros riesgos y problemas son: a) que
no exista un segmento suficientemente atractivo, ya sea por su tamaño actual o por sus
A1 A2 X
X
X A las más cara entre los
competidores
Precio
X
X X VP
Nueva industria
X
A X ¿Existe un mercado
X
VP
A? potencial para la nueva
oferta?
X
VP X X
Precio
Nueva industria X X
X
Precio Z
Z
Z
VP
Z A Z
Precio
Z
Para la nueva oferta:
X
¿Existen ya
X X
Precio competidores? ¿Cuál es
X X nuestra posición frente
X a ellos? ¿Qué potencial
ofrece?
Precio
30
Ruta 3. Competencia mixta entre la competencia en precios y la diferenciación (figuras
9a y 9b)
p = precio
p0
p1
D1
D0
q0 q1 q = cantidad
Figura 9a. Incremento de la demanda debido a la reducción del precio y el aumento del valor percibido
Efectos en la empresa A: Si la empresa consigue ser percibida como la más barata entre los
competidores al tiempo que es vista como la que mayor valor ofrece será preferida por
Riesgos y problemas: que la reducción del precio perjudique la imagen del producto y haga
Solución a los posibles riesgos de imagen: para llegar a la posición noroeste, la empresa A
puede seguir primero la ruta 4 y luego la ruta 2 (camino 2). Si sigue la ruta 4 en primer
incluso cuando su mejor posición se haya deteriorado, iniciar la ruta 2 (cabe la opción
de seguir con la ruta 4) con más recursos que sus competidores y con más garantías de
que sus clientes no penalizarán ahora el precio más bajo. Parece más aconsejable
iniciar la ruta 3 siguiendo el camino 2, en lugar del camino 3 (primero la ruta 2 y luego
la 4); ya que la ruta 2 es más fácilmente imitable y requiere de una ventaja real en
31
costes, de modo que la empresa tendría menos tiempo para preparar el segundo
movimiento.
VP VP
A Movimiento directo:
X X posible penalización del
VP Camino 1 X
X
X
X
A
X
X
X
X
valor percibido por la
2 disminución del precio
A X X
1 Precio Precio
X VP
X X A A
X
X
3 X
A X Camino 2
X
X
X
X
X
Camino 3 Precio
VP VP
Riesgo de fácil imitación
A de la disminución de
Precio X
X
X X
X
X precios y dificultad
A X X X A X añadida para aumentar
X X posteriormente el valor
percibido
Precio Precio
Ruta 1. Competencia en precios con reducción del valor percibido (figuras 10a y 10b)
p = precio
p0
p1A
D0
p1B
D1
Figura 10a. Variaciones en la demanda por la reducción simultánea del precio y el valor percibido
forma similar al caso de la elevación notoria del precio de la ruta 5. Las circunstancias
32
son las mismas que en dicha ruta, y los efectos dependen del tipo de segmento con el
puede crearse fácilmente, y además no hay competencia, puede ser una opción
atractiva.
X
X X
VP
X X
¿Existe un mercado
VP X
potencial para la nueva
oferta?
Precio
A ? Nueva industria
X VP
Precio
X X
A
X
VP X X
X X X X
X
X
A
Z
Z Z Precio
VP Z A Z
Nueva industria
Z
Precio
Precio VP X
X
X
X
Si en la nueva industria ya existe competencia o nos
siguen algunos competidores a la nueva posición se
Precio
debe valorar el potencial del segmento y nuestra
A posición frente a los nuevos competidores en el
X X
Nueva industria mismo.
Precio
Acciones de la empresa A: elevar el precio manteniendo el valor percibido (ruta 6), elevar el
Efectos en la empresa A: pérdida de cuota de mercado y probable fracaso final salvo que se
33
Como hemos explicado al definir la estrategia de diferenciación, en cada mercado existe
una oferta de referencia que los clientes esperan implícitamente. Si una empresa reduce esa
oferta o simplemente no llega a ella, sólo puede esperar vender si el precio es más reducido
que el correspondiente a la oferta de referencia. Por ello, podemos trazar una zona no viable
que comprendería las rutas 6, 7 y 8. No obstante, si: a) la empresa ostenta un cierto grado de
capacidad por parte de los competidores; estas rutas pueden ser temporalmente viables e
reduzca o desaparezca y las empresas más competitivas incrementen su escala, serán opciones
VP VP
X
X X
X A X A6 Zonas de duda en
función de las ofertas
de referencia
existentes
X Zona
A7 competitiva
no viable
A8
Precio Precio
34
de costes, olvidándose de otros aspectos también importantes como los gustos de los
Riesgo: que otra empresa mueva primero o que nuevos entrantes hagan su incursión y
modifiquen el statu quo competitivo del sector industrial. Esto puede ser
VP
Precio
X VP X
X Otros competidores se mueven
X X X
primero, quedando A en peor
X
A X X
X
A
X
X
situación y viéndose obligada a
reaccionar
X
X X
Precio
VP
Precio
De forma esquemática, podemos resumir los puntos centrales de este trabajo y las
competitivas. Como hemos visto, este modelo deja fuera del análisis las características
35
del entorno y falla en la predicción de los resultados de las estrategias propuestas. No
la propia empresa es, pues, fundamental para elegir entre aquellas rutas que sí pueden
triunfar y descartar aquellas otras inapropiadas para ese contexto y esa empresa.
3. Sólo existe una ventaja competitiva si el cliente la percibe como tal, ya sea ésta real o
artificial. La ventaja competitiva nace del valor que una empresa puede crear para sus
clientes siempre y cuando el precio pagado por éstos supere el coste de producirlo.
Sólo si los compradores perciben ese valor, comprando un producto percibido como
importancia de los costes. En el modelo del reloj estratégico los costes bajos no
producen una ventaja competitiva per se, sino que es la manera con la que los
competitivas. Para que su uso sea eficaz deben asumirse las siguientes condiciones
competitivas.
BIBLIOGRAFÍA.
37
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38
Notas:
1
Como se sabe, dependiendo del tipo de empresa que se trate y el entorno que ésta afronte, la estrategia puede presentar uno, dos o tres
niveles (Hofer y Schendel, 1978). En el caso más complejo, el de una empresa diversificada, la estrategia se desdobla en tres niveles
(ibíd.): 1) estrategia global, maestra, de empresa o corporate strategy, nivel en el cual se toma a la empresa como unidad de análisis; 2)
estrategia de negocios, competitiva o business strategy, donde se toma a la unidad estratégica de negocios como unidad de análisis, o a la
empresa si ésta es mononegocio; y 3) estrategia funcional o functional area strategy, en la cual la unidad de análisis es el departamento
funcional.
2
A juicio de Porter (1987:30), el líder en costes está en mejores condiciones que el resto de empresas competidoras para defenderse de las
fuerzas competitivas del sector industrial, puesto que por su menor coste puede esperar a que las presiones competitivas vayan minando
los beneficios de los adversarios mientras los suyos todavía siguen siendo positivos. Normalmente el líder ganará más que el promedio
de los competidores del sector industrial.
La estrategia de liderazgo en costes suele plantear unos condicionantes de orden tecnológico y comercial. Así, para ser el productor de
menor coste es muy probable que la empresa deba mantener una elevada cuota de mercado, tener un acceso favorable a los suministros,
mantener una amplia oferta de productos que le permita cubrir una parte importante del mercado, y asumir fuertes inversiones y
reinversiones en tecnología productiva (ibíd.).
3
La empresa diferenciada está protegida de las fuerzas competitivas y normalmente devengará rentabilidades superiores al promedio de las
de los competidores si la prima en el precio de sus productos es superior al coste extra requerido para ser percibida como única (Porter,
1982: 58; y Porter, 1987: 32).
La estrategia de diferenciación suele requerir reducidas cuotas de mercado o al menos inferiores a la del líder en costes. Esta realidad es
especialmente cierta cuando la diferenciación proviene de una percepción de exclusividad o cuando la diferenciación es incompatible
con los costes bajos, pero no impide que algunas empresas diferenciadas sean la excepción al mantener elevadas cuotas de mercado con
precios y costes superiores al promedio de la industria (Porter, 1982: 59).
4
Subrayamos que es una lectura rigurosa de la obra de Porter, ya que éste, al intentar recomendar la estrategia de liderazgo en costes de
forma general, no puede hacer referencia a ventajas en costes conseguidas en virtud de recursos y/o capacidades escasos, heterogéneos,
inimitables y difícilmente transferibles.
5
No hacemos referencia exclusivamente a la escala eficiente de la planta productiva -que normalmente es reducida con respecto al total del
mercado-, sino a la escala eficiente de todas las actividades de la cadena de valor. Por ejemplo, puede ser que la escala óptima de una
planta productiva se alcance cubriendo el 3% del mercado y que, sin embargo, la empresa deba llegar al 9% (naturalmente con tres
plantas) para alcanzar las economías de escala en logística o en marketing.
6
El razonamiento siguiente se explica en Hill (1988: 403-404), aunque anteriormente fue tratado y testado en el trabajo de Phillips, Chang y
Buzzell (1983).
7
A fin de moderar el argumento, Hill (1988: 404-408) advierte que para que la diferenciación tenga el efecto descrito deben darse dos
condiciones: 1) que la diferenciación produzca un incremento significativo de la demanda, cuestión que a su vez depende de la habilidad
de la empresa para diferenciar sus productos, la estructura y el ciclo de vida de la industria, y el compromiso de los consumidores con
los productos rivales; y 2) que sea posible reducir los costes de forma considerable como consecuencia del aumento de las ventas,
aspecto que requiere que sean factibles las economías de escala, de experiencia y de alcance.
8
Dess y Rasheed (1992: 410-411) se hacen eco de la necesidad de separar, en beneficio de la investigación empírica y la construcción
teórica, la posición del atrapado en el medio de la simple combinación de estrategias genéricas.
9
La posible imitación de las fuentes de ventaja en costes y en diferenciación pueden estudiarse más profundamente en Barney (1997: caps. 6
y 7).
10
Existen ensayos teóricos y empíricos que apoyan esta tesis. Una muestra de ellos puede encontrarse en los trabajos de Hall (1980), Phillips,
Chang y Buzzell (1983), Miller y Friesen (1986), Murray (1988), Hill (1988), Wright et al. (1991), Miller (1992b), Miller y Dess (1993),
Corsten y Will (1994), Cappel et al. (1994), Oskarsson y Sjoberg (1994), y Pitelis y Taylor (1996).
11
Porter cita como excepciones a la regla los casos de las industrias donde: a) todos los competidores están atrapados en el medio; b) el coste
está afectado por la participación en el mercado; c) el coste está afectado por las interrelaciones entre sectores industriales; y d) hay
empresas que han introducido una innovación importante (Porter, 1982: 59, 63 y 64; y 1985: 36-37). No obstante, ve estas circunstancias
como temporales, de modo que, a la larga, la combinación de una estrategia de liderazgo en costes y de diferenciación no producirá una
ventaja competitiva sostenible.
12
Cabe la opción de que Porter esté haciendo referencia aquí a la forma única y original de componer la cadena de valor, y de realizar las
diferentes actividades. Esto puede intuirse si se lee el trabajo de 1996 -en el cual indica que “la esencia de la estrategia reside en las
actividades de valor, desarrollando las actividades de forma diferente a los rivales o desarrollando actividades diferentes” (Porter, 1996:
64)-, pero no queda claro en su obra de 1980 (Porter, 1982).
13
Cursiva nuestra.
14
Corchete y cursiva nuestros.
39
15
Miller, en su clasificación de estrategias genéricas, distingue entre empresas que se diferencian por su capacidad de ofrecer nuevos
productos (pioneering), empresas que se diferencian gracias a su mayor y más efectivo esfuerzo comercial (salesmanship strategy), y
empresas que se diferencian mediante la producción de artículos de elevada calidad o la prestación de servicios excelentes
(craftsmanship strategy - quality leadership). Nosotros hemos omitido la diferenciación conseguida gracias a la calidad y el servicio,
para subrayar el contraste entre la primera y la segunda vía de diferenciación, y también para no complicar el argumento tratado con
demasiados elementos.
16
Una muestra de los trabajos teóricos y empíricos que rechazan el carácter genérico de las estrategias competitivas y que afirman su carácter
contingente son los ensayos de Prescott (1986), Murray (1988), Kim y Lim (1988), Hill (1988), Miller (1988 y 1992b), y Miller y Dess
(1993).
17
Este último argumento ha sido desarrollado por Murray (1988), autor de un modelo que relaciona la estrategia (“amplia” o “enfocada”) y el
número de productos ofertados (uno o varios), con las sinergias entre segmentos de mercado y dentro de cada segmento. Según su teoría,
para que una estrategia de enfoque sea viable deben darse dos condiciones: que el mercado sea heterogéneo, y que existan sinergias
nulas o negativas entre segmentos.
18
Indica Murray (1988) que la sensibilidad de los clientes hacia el precio es una condición necesaria (pero no suficiente) para que la
estrategia de liderazgo en costes pueda tener éxito (ibíd., p. 392). Igualmente, destaca que es necesario -pero no suficiente- que los
clientes se fijen en los otros atributos del producto más que en el precio para que la estrategia de diferenciación sea viable (ibíd., p. 394).
19
El valor percibido y otorgado al producto excluye la variable precio.
20
Cuando el incremento del valor percibido es significativamente superior al de la oferta de referencia y el precio notoriamente inferior al
promedio, se habla entonces de estrategia de ruptura, que suele llevar aparejada el surgimiento de unas nuevas reglas del juego
competitivo (Strategor, 1995: 77-78).
40