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UN PROYECTO INCLUSIVO
La agricultura urbana además de ser una actividad que permite un espacio de ocio y trabajo para
compartir con familia y amigos, también sirve para ahorrar dinero en la producción ya que
hacemos uso de técnicas de reaprovechamiento y reciclaje de recursos propios estas actividades
aportan un alto valor social, ecológico y educativo, que junto a los jardines comestibles forman
parte de la tendencia urbano paisajística donde se obtiene un cultivo ecológico con todo tipo de
vegetales, frutos, hierbas aromáticas y flores que permiten incentivar la biodiversidad.
Las huertas urbanas pueden ocupar una infinidad de lugares y tener escalas variadas, utilizando
marcos de ventanas y balcones, terrenos baldíos, patios de escuelas, parques públicos e incluso en
lugares improbables, como en túneles del transporte subterráneo. También pueden ser
comunitarias o individuales. En cualquier caso, es importante considerar una serie de variables.
SOL: Las hortalizas necesitan de mucha luz para crecer sanas. Lo recomendado es que reciban al
menos 7 horas de sol por día, aunque lo ideal sería 11. Algunas plantas sobreviven en lugares
menos soleados, para esto es importante investigar y verificar cuáles se adaptan mejor al espacio
disponible.
AGUA: Las hortalizas también necesitan mucha agua para crecer sanas. Debes asegurarte que el
lugar tiene acceso a agua de calidad y en buena cantidad.
ESTRATEGIAS DE PRODUCCIÓN
PROCESO ORGÁNICO: Hacer uso y aprovechamiento de la tierra y el agua mejorando así la calidad
del ambiente, sin hacer uso de plantas o semillas genéticamente manipuladas o transgénicas,
abonos artificiales y pesticidas químicos considerando así al suelo como un organismo vivo al que
hay que cuidar y proteger.
¿QUÉ CULTIVAR?
En cuanto a hortalizas, frutas y verduras, los productos que más se cultivan en clima frío son:
AJO: Es una excelente hortaliza que se hace imprescindible a la hora de cocinar, puesto que aporta
un intenso y agradable sabor a muchas salsas, sopas, caldos, guisos, etc. Además, ocupa poco
espacio, casi no necesita riegos y es capaz de crecer en tierras poco abonadas, de hecho, las
prefiere así. En cuanto al frío, necesita de un periodo de bajas temperaturas para desarrollarse con
vigor y producir más tarde grandes cabezas o bulbos.
BRÓCOLI: Es una planta de fácil cultivo que no requiere demasiados cuidados. En climas fríos se
debe plantar después de la última helada de primavera o a principios del verano, para cosechar en
otoño.
Cosechando solo la flor (la parte aprovechable) y dejando que siga creciendo el resto de la planta,
puede ofrecernos varias cosechas consecutivas.
COL REPOLLO: Forma un cogollo de hojas tiernas más o menos apretado según la variedad. Es la
parte que se suele recolectar para consumir cuando alcanza un buen tamaño y peso. Se puede
sembrar en verano para cosechar en otoño-invierno o bien sembrar en invierno-primavera para
cosechar en verano. Al igual que el resto de coles es muy rica en nutrientes.
GUISANTE: Es una planta que resiste bien el frío (hasta unos -6°C) aunque crece mejor a partir de
los 14°C.Se siembra directamente en la tierra desde finales del invierno hasta finales de la
primavera. Es muy rico en energía y proteínas vegetales, entre otros.
LECHUGA: Esta es otra de esas verduras, tan consumidas, que podemos cultivar de forma
escalonada para disponer de ella durante casi todo el año, eligiendo bien la variedad más
adecuada a cada clima y época. A excepción de los meses más fríos (en los que habría que
cultivarla en invernadero) puede sembrase durante todo el año. Puede mantenerse en interior
mientras se desarrollan las primeras hojas y, posteriormente, trasladarla al exterior para que
termine de crecer ya en el lugar definitivo.
ACELGA: Resisten muy bien el frío, si bien, cuando las temperaturas ascienden suele subirse a flor
rápidamente. Puede sembrarse durante todo el año, siempre que las temperaturas no sean muy
extremas, pero el mejor momento es a finales de verano y otoño. Desde que las plantas son
jóvenes ya pueden comenzar a consumirse sus hojas.
ESPINACA: No le gusta nada el calor por lo que es un cultivo ideal para finales de verano, otoño y
primavera. Resiste el frío, pero no las heladas intensas. Igual que en el caso de la acelga, suelen
consumirse desde que las plantas son jóvenes.
CEBOLLINO: Se siembra desde finales del invierno hasta finales de la primavera para recolectar a
los 3 meses aproximadamente.
FRESA: Las condiciones necesarias para el cultivo de la fresa son las siguientes: La temperatura
óptima para la fructificación se sitúa en torno a los 15-20ºC. Temperatura mínima vegetativa de
2ºC, y máxima de 40ºC, dependiendo de la variedad. Las plantas de la fresa tienen raíces poco
profundas, por lo que es necesario regar con regularidad para mantener el suelo húmedo. Por lo
general, alrededor de 1-2 veces por semana.
MORA: La mora es una fruta perteneciente al grupo de las bayas; es muy perecedera, rica en
vitamina C y con un alto contenido de agua. La planta de mora comienza fructificar a los 6 ó 8
meses después del trasplante. Dependiendo del manejo y cuidado de la plantación, la planta
presenta un período de 10 ó más años de producción, requiere de un clima relativamente fresco y
soleado con una temperatura promedio de 25°C y una temperatura baja promedio de 16°C.
UVA: La uva es considerada como un cultivo de clima templado, sin embargo, Otro factor
importante en lo que se refiere a cómo plantar uvas es que llega a ser necesario la luz solar para
que la producción y acumulación de azúcares. Un rango de temperatura óptimo de entre los 15 a
30° C puede promover su óptimo crecimiento. Esto se debe a que la temperatura influye en la
fotosíntesis, productividad y ciclo fenológico (tiempo entre la floración y la cosecha).
¿CÓMO CULTIVAR?
Para que nuestro huerto esté en condiciones óptimas para su desarrollo, es necesario tener
presente las dimensiones, orientación solar y horas de luz. El agua que utilicemos puede obtenerse
por una red de depósito de aguas lluvias que es mucho mejor para manejar la economía del hogar
y ayudar al medio ambiente.
PILA DE COMPOST Y COMPOST IN SITU: Debe disponer de un lugar para compostar los restos
vegetales que se van recogiendo en la actividad diaria: césped cortado, hierbas adventicias del
huerto y de los alrededores, restos de hortalizas, etc.
Es importante no echar a la pila del compost restos que puedan estar contaminados con pesticidas
u otros productos químicos sintéticos o bien nocivos, aunque sean naturales. Tampoco plantas
tóxicas.
La pila de compost constituirá la principal fuente de abono (a menos que se tengan animales) para
el huerto, pero no la única, puesto que también podemos extender restos vegetales sobre el
huerto para que se descompongan allí mismo.
ACOLCHADO DEL HUERTO: Se trata de cubrir el suelo con algún material (de preferencia orgánico)
para conservar la humedad, la temperatura, protegerlo del sol o la lluvia y obstaculizar el
nacimiento de hierbas no deseadas.
ASOCIACIÓN DE CULTIVOS: Consiste en distribuir las plantas de forma que se pongan cerca las
que se estimulan o ayuden entre ellas y se alejen las que no se toleran muy bien.
No solo entre plantas, sino que también se promueve la asociación con insectos y otros
organismos que pueden ofrecer algún beneficio al huerto.
ROTACIÓN DE CULTIVOS: Como su nombre indica, consiste en ir cambiando de lugar los cultivos
para evitar que se agoten ciertos nutrientes del suelo o aparezcan problemas de toxicidad.
GESTIÓN DEL AGUA: Otro punto fundamental es el concerniente al uso del agua, principalmente
para riego, que suele suponer el mayor gasto en un huerto, especialmente si está ubicado en una
zona cálida y seca.
Pues bien, el agua para riego ha de ser preferentemente de lluvia, captada de los tejados y patios
próximos y almacenada en tanques o depósitos para su uso posterior, ya que cuando llueve no
hace falta.
En cuanto al sistema de riego, se ha de emplear uno de tipo localizado, puesto que permite
ahorrar mucha agua y además es mejor para el desarrollo de las plantas, al permanecer el suelo
siempre con una humedad constante.
CERCADO: Esto con el fin de delimitar el espacio destinado al cultivo y protegerlo de animales.
PRODUCCIÓN COMBINADA
Será una práctica de agricultura comunitaria que tendrá lugar en una zona de tierra ubicada en
espacios públicos, que permitirán mejorar los sistemas alimentarios a nivel familiar y
mejoramiento de economía de la misma. Además, que generará espacios de ocio, educación y
responsabilidad a los miembros de la comunidad.
SIEMBRA DIRECTA: Consiste en sembrar en el mismo lugar donde la hortaliza crecerá y será
cosechada; esto se da cuando las raíces son sensibles al trasplante, es decir, se maltratan muy
fácilmente, es aconsejable para semillas grandes.
SIEMBRA INDIRECTA: Se siembra en germinadores, que son espacios pequeños donde germinan
las semillas y luego que tienen el tamaño considerable las plántulas se trasplantan a un lugar
definitivo donde se cultivaran y se cosecharan.
Las recomendaciones a la hora de la siembra son sembrar de profundo igual que el diámetro de la
semilla, regar 2 veces al día, pero no en exceso y solo 5 horas de sol al día como máximo.