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Terapias m iofasciales:
lnduceión
miofascial
lspectos leéricos y aplicaciones clinicas

W McGRAW.Hlll . INTGRAmCRICANA
--
 

Terapias
miofasciales:
inducción
miofascial ANDRZEJ PILAT

TERAPIAS 14l0FASCIAl FS '1 ii


CION I.4iOFASCIAL

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O035FISlOIERAP]A .:,i
lllllllllllllllllllillil ltf ilililllfi tiiil[]

Eil ffi mccnAw-H|1l . INTERAMERICANA


ilE/ilf lffif :s'fffi ;:qN$i,iür+Hff
MADRID . auENos AIFIES .
I gl ¡l-- lf¡f¡ l|--l Lf ¡ CARAoAS . GUATEMALA . LtsBoa . MExtco
Hfl ff¿Hii.\¡"é]r.án?.."á^?K.-
 

Rev¡s¡ón técnica:
Alicia Batuecas Suárez
Profesara Titular de F¡sialogia.
Un¡versidad Autónama de Madr¡d

José Lu is González Nieto


Fundador de Ia Asaciación Española de Fis¡otercpia.
Fundadar y Ex-d¡rector de Ia Escuela lJnivers¡taria
de F¡sioterapia de la ONCE

TERAPIAS MIOFASCIALES: INDUCCIÓN MIOFASCIAL


Na está perrn¡t¡da la reproducción totat o parc¡al de este tibra,
su tratam¡ento ¡nfarrnát¡co, la transmis¡ón de n¡nguna otft
farma o par cualquier med¡o, ya sea electrónico, mecánica,
por fotocap¡a, por rcg¡stro u otros métodas, s¡n el perñjsa
prev¡o y por escrita de los t¡tulares del Copyr¡ght.

Derechos reservados @ 2003 por


MCGRAW-HILL-INTERAMERICANA DE ESPAÑA. S. A. U
Edificio Va realty
Basauri,
28023 17. 1." (Madrid)
Aravaca planta

ISBN:84 486 0559-4


Depósito legál: M-177 2AAg

Diseño de portada: Artista plástico Anders Teodorowicz


Concepto de las ilustraclo¡es: Andrzej Pilat
E aboración de las ilustraciones, inc Lryendo a de la portada: Marcelino Echezun¿
Diseño de las portadas de los capítulos: Leonardo pereirá
Preimpresión: Monocomp, S. A. C/ Cartagena,43.28028 Madrid.
lmpreso en Edigrafos, S. A.

lmpreso en España Printed in Spain


 

\@
CONTENIDO
Prefacio. 9
Recomendaciones para el lector 12

ASPECTOS TEÓRICOS

Concepto de la fascia y su 15
Bases anatómicas y fisiológicas del sistema fascial 21
Estructura an¿tómica del sistema fascial ........ 23
Funciones de la fasci¿ 66
Func ones básicas del sistema fasc al 66
Histología del tejido conectivo t3
Histología del tejido conectivo /5
Proceso de formac ón de los entrecruzamientos p¿tológtcos entre las f br¿s de
colágeno. 98
Consideraciones biomecánicas relacionadas con el s¡stema fascial . . . . . ... 103
lntroducción .... 105
Relacón entre y la rnatriz
la céulaf¿scra extr¿ce ul¿r . . . . . .... 106
Respuesta del sistema a a aplicac ón de as fuerz¿s 111
Bromecánca de la fascta toracolunrbar ...... 131
Tensegrid¿d (la arqultectura de la v da) ( ngber, 1998) . . . 14o
Fenómeno de p ezoe ect|c¡d¿d . . . . . . . ........... l5B
Postura.. ....... j63
Ev¿luación y corrección postu ra . . . . . . . . . .... 177
¡,,4antenrm ento de una postLlra correcta ..... ..... 1jj
Traumat¡smos del sistema fascial . . ... 183
Modelo f¿sci¿ de cuerpo ... 185
l\¡lodeo fasci¿l del cuerpodentrode a accón cle a graveclad.. . . 187
Fenómeno de compensación .. 187
Lesiones del(limltación
Restrrcción sistema fascial
funconal) nr ofasci¿
. . . .... .
El proceso de formación de entrecruzam entos pato ógicos entre l¿s f br¿s de
196
205
coléqeno. .. . 246
Camb¡os en e tejrdo co¡junt vo a raíz de la nmovilizac ón . ..... ..... 20q
Evaluación del síndrome de disfunción miofascial y análisis de los hallazgos
clínicos .. .... . ... . z.l1
lntroduccrón ........ 213
Evaluación globai ... ........... 216
Evaluacón de a mtad supenor de cuerpo... ........ 255
Eva u¿c/ón de l¿ mitad inferor del cuerpo... ......... 2Bj

r3
s._.)
 

@ .:¡r.rr:, t¡
APLICACIONES PRÁCTICAS
Principios del tratamiento y técnicas básicas. . 313
Aspectos teóricos de trat¿m ento del síndrome m ofasci¿i . 315
Condlciones ambientales. Vestirnenta del paciente...... 311
Pos ción del paciente y de ter¿peuta 311
Prolc"6- de d- d os 318
S"'u"-ci" de lo" IdT¿r F-.o, 319
p. .e Lrd de os I dldn ie Lo, 324
L-¿,-o......... (tamb én denom fadas técnrcasd rectas o
321
Aplrcación de as técn cas superfici¿les
técnic¿s de deslizamiento) ..... 321
Apl cac ón de las técn cas profundas (tamb én denom nadas técnicas indlrect¿s
O le' ro O '"'da,)
Reacón de la nduccón mlofascial con otras teraoas. . . . . . ... 345
Restr¡cciones m¡ofasciales de la cara 349
lnducción miofasci¿l en a req ón ocul¿r . . . 352
lnducción miofascial en a región cigomática
lnducción profunda de l¿ f¿sc a en a región tempor¿l 359
.
.

lnducción mofascial en la ns€rcción de múscLl o temporal .. 359


Descompresión de los tempor¿les (tirón de las orelas) 362
lnduccón profunda de a fasca de mdsetero 363

nducc ón
nducc postisométrc¿
ón lntrabuca de m¿setero
del masetero 365
366
nduccón profunda del pterigoideo externo 367
nducc ón intrabuc¿ del pter go deo externo . . 369
nduccón bl¿teral del ptergodeo exteTno 310
lnducción intrabuca dei ptergoideo interno. . 311
Inducción m ofasci¿l de los múscu os de a lengua 313
lnducción de a fascia del cuero c¿be udo . . . . . 314
Restr¡cciones miofasciales de la cabeza 375
Princ p os de tratamiento de os tr¿stornos de s stema cr¿neosacro
I d. -c o^ rbo. iprl¿l
lnduccón de l¿ hoz del cerebro ¿ través del evantamiento fronta ..... ..
lnducc ón en las restr cc¡ones de la t enda del cerebe o ¿ través del evantamien
ro pdr etola-
ón o
nducc d. en l¿s restricc ones de a t enda del cerebe o ¿ través de l¿ descomore
sión cle esfenoldes..... 390
nducc ón en las restr cciones de la tiend¿ del cerebelo a través de a sincroniza
cón de los temporales (dedo en e oído) . . . . 392
nducc ón en l¿s restricc ones de a t enda de cerebe o a través de a descorfpre-
sión de os tempora es (tirón de las orejas) . 393
Compres ón - descompres ón de aATM..... 447
nduccrón hor zontal de la ATM 408
Restricciones miofasciales del cuello 411
E onq¿ción poster or de la fascia cervical en decúbito supino . 414

a1
L@
 

:@
Elongaclón oblicua de a fasca cervica 419
lnduccrón miofascal de angular del omópl¿to 421
lnducción miofasci¿l del músculo esternocleidom¿stoideo....... 423
lnducción de la fascra de los músculos argo del cuello y argo de la c¿beza . . . 424
lnducción global de la f¿sc a cerv codorsal 426
nducc ón as st da en l¿s fascias cerv ca es . 428
lnducción profunda de las fascias cervicales 2 436
lnducción subocc pital .......... 441
lnducción transversa (técntca de a mecedora) 446
lnducc ón de la fascia suprahio dea e nfr¿hioidea 447
Deslizamiento transverso suprah oideo 448
estr¡cc¡ones m¡ofasciales del 45'l
Deslizarn ento ongtudinal sobre la masa común paravertebra . . . 459
. ..
Deslizanriento transverso sobre la masa común par¿vertebr¿ . . . . . . . 459
nduccón miofdscial de los extensores de ]a región lumbar........ ... 46A
Eongación de la fasca paravertebral ....... 46j
Eongación ongitudinal en la posicón cuadrúpeda . . .. 463
l\llanos cruzadas en l¿ fascia tor¿coumbar (técnca ongtudin¿l) .. .. .. . . . 464
l\lanos cruzadas en la fasci¿ toracolumbar (técn ca transvers¿) . 464
Técnica dei ritmo cr¿neosacro .....466
Plano transverso - nivel cavcular ........ 467
lnduccrón de la pared torácca ante or . . . . 468
lnducción ob
lnducción de la ... .
región fasca torácc¿.
cu¿ de la pectora
.... 469
........47A
l¡ducc ón del diafragma (deslizam ento transverso) . . . . . 472
Plano tr¿nsverso diafr¿gmátco ....473
Restr¡cc¡ones miofasciales de la región 475
pélvico
Plano transverso: nivel .. 4gg
Descompreslón umbosacr¿ . .. 489
.
nduccón de l¿ fasca de psoas. . . ..... 4gA
glútea
nduccón de la fascia ......493
lnduccrón de tejido periarticuar de las articuacones s¿crorlíacas.......... 494
lnducción de s¿cro.... ..... ... 4g5
lnducción de pramda de apevs.. ....... 496
lnducción de gúteo medio ...... 4gj
lnduccón
nduccón de la l¿ fascia
umbar
cuadrado lumllar
fascla de cuadrado
nducción as stida de a f¿sca paravertebra
ll ..... . ............
.. .. 503
498
501

lnducción ndirect¿ en las restrcciones de a región púbic¿... ... 504


lndLrcción transvers¿ de la reg ón púbka . . . . . . 505
lnducción de sLre o pélvico . . 506
Restricciones miofasciales de las extremidades superiores .. ... " . 509
nducc ón miofascial re ac onada con as limitaciones funcionales del pulg¿r . . 5j 5
Tec'n cas teescópcas para los dedos de las nranos... .......... 516
lnducción miofascial de las restricc ones de os músculos nteróseos.. .. .. . 511
lnducción de a fascial paimar ... . 5Tg
rs
s_¡
ñ
 

@ TONTENIDO

de a muñeca y de os dedos
Des zam ento transverso de los flexores . \)1
Des zamento ongtudinal de osfexoresde a muñec¿ y de los dedos ...... 522
M¿nos cruz¿das para los fexores de a muñeca y de los dedos .... 522
M¿nos cruz¿das para los extensores de l¿ muñeca y de los dedos. ..........524
lnducclón profunda de a fasca bicipta ..... 526
Des zamiento tTansverso para el bíceps braqua.. ..... 526
Desl zamiento transverso en l¿ corredera biciptal . . . . . . 521
Deslizamiento transverso sobre e tendón del tríceps braquia . . . . . 528
nduccón de a fascia de músculo subescapuar. .. ... .. 533
nduccón de la f¿sca de pliegue ax ar posterlor .. .. . 535
nducción miofascia del dorsal ¿ncho... .... 536
lnducción miofascia del complejo ¿rtculardel hombro.. ........ 537
lnducción nriofascj¿ del músculo pectora m¿yor (técnica g oba ) . . . . . . . . . . . 542
lnducción de a fascia de pectora m¿yor . . . . 543
lnducción mofascal del pectoral mayory menor ...... 544
lnducción mofascal de pectora mayor y menor ll ....... ...... 545
lnducción de os espacios ntercostales ...... 541
lnducción mofascal de trángulo escapuar. ... ..... 548
nducclón mof¿sca del rombodes ........ 550
nduccón miofasci¿l del trapecio superor . . .. .... 557
nduccón m ofasc¿L deL angLr ¿r de omópl¿to . . . . . 551
Técnic¿ telescópica de la extremidad superor. . . . . 554

Restr¡cciones miofasciales de las extremidades inferiores pant¿r . .. . . . . . 557


lnduccón miof¿sca en as restriccones tTansversas de la fasci¿ l..... 560
lnduccón miofascia ef as restriccones tr¿nsversas de la f¿sca pl¿nt¿r ll . . . . 56'l
lnducción mofascal en as restrcciones longtudinaes de l¿ f¿sca pl¿ntar... 562
lnducciónde a fascia de tríceps sLrra ....... 566
lnducción m ofascial del comportamiento afteror l. ..... ......568
Manos cruzadas sobre el comportam efto anter or ll ........ 569
lnducción de l¿ fasci¿ de cuadríceps l....... ........ 573
lnducciónde afasciadel cuadríceps 1....... ....... 515
lnducción miof¿sci¿ de l¿ fasc a l¿ta . . . . . .. 578
nducclónde a fasca lumbarydel tensorde a fascia ata..... ... 580
Mov zaclón de a banda iliotb¿l .. .. 581
N4ov zac ón de a reg ón trocantérea .. . . 582
nduccón mofascal de los isqu otibiales .. ..... 585

nduccón
nOUIL '
o'r deOa¿<C
fasciadel
¿ de losd' ofexores
. de muslo .... ... 589
590
Movilizac ón de la f¿sci¿ de los aductores . .. .

I o ., 'o te e:-op ra b l¿.p'¿ 592


593

Recomendaciones 597
599

617

61
L@
 

r'..
r\. mt espcsa Yulita
con iodo mi ¿rnar

rL-.,.',j,,-,,.. : n-L,¡., r,..i., ..:-.,


qirii
 

\9v

AGRADECIMIENTOS
La creac ón de un ibro es un proceso fascinante, pero tamb én muy aborioso y
difíc l. GeneraLmente, hay un innumerable número de personas que colaboran en
é1. Es d fÍc I enumerarlas en orden de importancia.

Qu s era pa rticula rmente, dar Las gracias a todos mis a umnos y am gos de pre-
grado y posgrado
ex gencia en¿ron
me estimu d ferentes lugares de
en la búsqueda demundo, quienesóncon
una nformac su yalto
veraz nive de
actualizada
para naveqar por e mar de la telaraña fasc al.
A mls co aboradores inmediatos en la aventura diarla de resolver los retos rela-
c onados con los tratamientos mlofasciales y que, con sus observaclones criticas,
permltieron mejorar la explicac ón de las descripc ones técnlc¿s.
A os especialistascientífrcos que me orientaron en los, casi siempre descabella-
dos, conceptos expuestos en La parte teór ca y permit eron que ba]ara de nuevo a la
tierra, recordándome que la gravedad existe. Es su gran labor (el contro de los
conceptos y las oportunas correcclones de mis fantasías mlofasciales), a que per-
m tió e aborar el marco teór co. Los créd tos son para Alic a Batuecas, profesora
titu ar de Fisro ogía de la Facu t¿d de Biología de a Un vers dad Autónoma delaMa-
dr d; el extraordinaro fisioterapeuta José Luis González Nieto, fundador de Es-
cuela de Fisioterapia de la ONCE, quien me convenció para escribir el ibro y tam-
bién revlsó los capÍtulos relaclonados con las aplicaciones prácticas, y m gran
amigo, el arquitecto Michelle Test¿, quien tuvo a paciencia de escuchar mis plan-
teaTnientos en los momentos más difíciles y resolver los problemas que a veces me
parecían irreso ubles.
A Anders Teodorowicz, no sólo por el dtseño de la preciosa portada del ibro,
sino también por entender el espiritu de las fasc as y orientarme en a compos ciÓn
y el diseño de la presentación del Libro.
A Prof. losé M guel Trlcás l\,4oreno, por encauzar en el momento oportuno el
proyecto del ibro hacra su ediclÓn.
F nalmente, a mi adorada esposa y nuestros hijos; a ellos debo el no haberme
rendido en este viaje a ltaca. Los quiero mucho.
A todos, GRACIAS,
Andrzej Pilat

81
l@
 

',@

PREFACIO
A lo largo de los siglos, los tratam entos relac onados con diferentes t pos de ma-
niobras manuales se d rig eron principalmente a las lesiones del aparato locornotor.
Fl análisis de estas lesiones, asi como también el de ias formas de acción de las
maniobras manuales apltcadas en el proceso de tratamiento, se perfeccionó a lo
largo de los años, según las aportaciones ctentíf cas vigentes en cada época.
El enfoque que dominó y s gue dominando el ámbito de las terap as manua es
es un enfoque estructural. Los adelantos científrcos perrniten analizar, utilizando
drferentes modelos simuiados en los ordenadores o a través de los prec sos instru-
mentos de evaluac ón, as acciones y as reacciones del cuerpo frente a diferentes
acontecimlentos mecánicos generados en él al aplicar las maniobras manuales.
Cada día es más comp eto el aná isis biomecánico con bases c entíf cas, rea izado
por especialistas (osteópatas, quiroprácticos, fisioterapeutas) encargados de tratar
a pac entes con trastornos de aparato locolrotor, qu enes a d ario aportan nuevas
y valiosas pruebas ctentíficas.
En los últ mos años, se ha observado un gran giro en las Ciencias de a Sa ud,
enfocado hac a una visión g obal, la ntegración del cuerpo, despertando el nterés
hac a el análisrs funcional del aparato locon¡otor. En c erto modo, el fenómeno que
observamos o podemos denominar <desde a estructura hac a a func ón>. El tnte-
rés pr nc pal es la búsqueda de explicaciones sobre la capacidad de transmis ón de
nformación de mov m ento entre diferentes nive es y segmentos cientro del orga-
nismo. La falta de pruebas científicas rigurosas retrasa este proceso.
Sin embargo, nun¡erosos y atrevidos especalstas se han dedicaclo a un ex-
haustrvo y creativo proceso de investigación c ínica, aprendiendo o mejor de ma
yor y más perfecto aborator o ctentíf co: el pacrente. Estos aventureros romp eron
los paradrgmas filados por los rígidos marcos de m lenar a tradlción en la ciencia
médica, tratando de esta forma de armar un compejo rompecabezas. Esta fas-
es decr, la creacón nuevos retos y el mpulso de estudar
ser de
cinante
de nuevo situación, que parecían
as ciencias exploradas a fondo, como, por ejemplo,
a anatornía (la anatomía contemplada desde e prrsma de los requerimientos es-
pec ales re acionados con el movimiento en todos os n veles corporales), es obligó
a adoptar una forma distinta de pensar y a establecer nuevos cr ter os de inves-
tigación. AsÍ fue posbe ver las cosas que siempre estaban presentes pero no
se veían: encontrar las conexiones que expl can y avalan las experiencias clíntcas,
dando cada vez más valor a las pruebas clínlcas corno un factor crentíf co. En
cierto modo, estos cientificos clinicos se adelantaron a los científicos de laborator o
con una nueva manera de enfocar sus investigaciones. AsÍ se formaron nuevos

Ce
s_)
 

e'
, :---, :l:
:-arcos conceptuales basados en la experiencia clÍnrca. La falta de una
::r .mac ón preclsa con los comprobados métodos
de invest qac ón cientifica de
,aoo'arorio, oero, oo. olro r¿do, co^ una excelente tesp_esla (,t^cd ooserv¿d¿
como resultado de las apltcaciones, no detuvieron, sino que estimularon, el desa_
rrollo de program¿s c ínicos. De esta forma se ampltaron los horizontes de la visión
hacia la salud integral sin barreras ni limitaciones. Estos horizontes fueron, en el
pasado, limttados en cierto modo por el sofisticado estuclio botecnológtco, que
ampl ó el foco de nvestigacrón hasta el punto de hacer desaparecer el cuerpo. y eJ
cuerpo es un elempJo del flujo de informactón vrv ente. Todo conlunto es un¿ con_
tinurdad: estructural, funcronal e informática.
En los últimos años, en busca de las respuestas sobre la integración corpora la
,
atencón se volcó hacia el sistema fascial: la fascia, a más fascnante estructura
corporal, un enigma un tanto olv dado en el análisis m u lticlisciplinar del cuerpo. La
nformacrón c entífica disponible sobre este tema es muy dtfusa y un tanto confusa.
Pudiera ser ésta ]a razón por la cual, aunque muchos espec al stas aplican con éxito
las terapias mrofasciales a sus pacientes, son sólo unos pocos os que se atreven a
escribir sobre el tema.
Es difícil señalar al npadreu de las terapias miofasciales. En cierto modo,
os fisioterapeutas y otros terapeutas encargados de los tratam entos relacionados
todos
con las maniobras manuales siempre han movilizado, de una u otra manera, e
sistema fascial. El cambro que se ha producido en los últimos años se refiere más a
completos m¿rcos conceptuales y pruebas ctentífrcas cor.nprobadas
cor.nprobadas que respaJden
los procedimtentos terapéut cos. Hoy dÍa, as enseñanzas de lda Rolf, la creadora
de Rolfing y de Andrew Still, el padre de la osteopatía, siguen v gentes.
Queda en el aire a respuesta sobre el titu o dei libro o, en otras pa abras, ¿por
qué la inducción miof¿sctal? El proceso de los cambios que ocurren durante la
aplicacrón de las técn¡cas se puede definir de diferentes modos. con frecuencia se
utilizan las expresiones liberación miofasc al, relajación miofascial, estiramiento
miofascral. Sin ernbargo, se considera que el proceso cle los camb os en el slstema
fascr¿l está controlado por diferentes mecan smos en diferentes niveles del movi-
miento. E terapeuta es stmplemente un facilitador de proceso y no el ejecutor del
mismo. Por esta razón, hemos definido las apl caciones clÍnlcas como una induc_
ción.
El ibro surg ó de la necesidad de contar con un material de apoyo para ios
cursos de Terapias Miofasc ales. En el proceso de su creación, expenmentó clferen-
tes cambios a raíz de los nuevos descubrimientos y pruebas cientÍficas, como, por
ejemplo, a fasctnante teoría de la <tensegridad>, recientemente nbajo la lupa> de
a NASA y publicada en sus páginas c entíficas, permrtiendo un mayor y mejor

lol
L@
 

PREFACTO .:@
respaldo científico. srendo el autor fisioterapeuta, el enfoque teórico se ha reallza-
do desde el punto de vista práctico-clín ico, sin profundizar en nlnquno de los con_
ceptos en particular, y en función de ras apr caciones prácticas. son éstos los resur-
tados que oscllan entre el atrevimlento y la ignorancia.
Al escribir el libro, la rntención no fue que el lector dijera; <qué sabto es el autor
o qué gran cantidad de informaciones importantes he leÍdo, o qué complicado es
todo esto), sino que (qué
dilera: la lectura;
se me han ocurrido durante tnteresante es e tema, cuántas
por esta ideas lnteresantes
lo entendítodo>. razón, e formato
del libro trata de ser ameno y de fác | <digestión>.
Invito a lector a comparttr conmlqo esta aventura m ofascial.

Andrzej Pilat

r11.
s_)
 

"@
RECOMENDACIONES PARA EL LECTOR
El curioso diseño de libro se realizó con e propósito de facilitar su lectura.
Las pág nas con elmargen blanco son de lectura <obligatoria>. En ellas el ector
encontrará toda a informac ón básica. Su lectura es recomendable para la persona
que se acerca por prmera vez a teTna de las fascias. Incluso se recomienda su
lectura a curioso lector no profesional, y que simplemente está interesado en el
|
fab-loso m-ndo oe las +asci¿s. I Seá¿r de Jna ,.mosca -\ con la et.a corre<-
a/
pond ente ndica la presencia de texto con una informactón ampl ada.
Las pág in¿s con el margen verdecontienen una información ad cional y ampl a-
da sobre os temas señalados. Su ectura es recomendable para el lector profesiona
interesado en profund zar en los temas de su interés y no es indrspensab e para la
persona que tan sólo busca una nformacón general.
Los ¡ips encerrados en las <moscas, enTnarcan una nformación curio-
sa sobre os temas tratados.
Fina mente, e Fasciolin ayuda a entender y a recordar los pasajes más difíci es
d-.1 ibro

121

l@
 

Aspectos
teóricos
 

Concepto
de la fascia
ysu
estructu ra
 

rlrd"

\-tj -,-ai El sistema fascial del


organismo forma une
ininterrumpida red que, de
diferentes modos, controla
todos los componentes de
nuestro cuerpo. No es posible
mantener un cuetpo
saludable sin que exista un
sistema fascial saludable.
Este sistema debiera
encontrarse en un equilibrio
funcional para asegurarle al
cuerpo el desenvolvimiento
óptimo en sus tareas. La
presencia de restricciones del
sistema fascial y de su
estructura interna crea
<incomodidades> que
interfieren con el
d e s e nvo lvimi ento fun c i onal
apropiado de todos los sistemas corporales. EI sistema
fascial puede encontrarse en una excesiva tensión o puede
estar demasiado distendido; en ambas situaciones, la
función corporal queda afectada. Este comportamiento se
puede comporor con tres formas de acostarce en una
hamaca: demasiado tensa, muy floja o perfectamente
equilibrada entre dos troncos;tan sólo en la última el
cuerpo se encuentra cómodo.

le -'l
L@
 

--t6ñtEFi6-6i-iÁTÁi¿l¡t-¡-3nu |RA- .@

El D cc onar o Méd co Salvat define a fasc a como <aponeurosis o expansion apo-


neurót ca), y a a aponeuros s como <membrana fibrosa bLanca, luciente y resis-
tente, que sirve de envoltura a Los músculos o para unir éstos con as partes que se
rruevenr. Por otra parte, define el tejido conectivo conno <e tej do de sostén deri-
vado del mesodermo, formado por fibras con]untivas y e ásticas, y células. Com-
prende el tel do laxo, adeno deo, óseo, elástico y cartllag noso>. Según estas defi-
nic ones, la fascia se puede cons derar como una de ias formas del tejido conect vo,
el más extenso tejido del organismo.
Por lo general, se acostumbra a cons derar a la fasc a como envolturas muscu a-
res con función mecán ca, láminas de separación entre determinados músculos o
corno arnplios espacios de inserciones para Los músculos como, por ejemplo, el
músculo tensor de la fascia lata o Los músculos abdominales. Sin embargo, La nueva
visrón de anatomía, impulsada por as inquietudes de profes onaLes ded cados a a
invest gación en dlferentes corrientes de las terapias manuales, motivó a los anato-
mistas a buscar nuevas funciones en esa antigua ciencia. El estud o de los cadáve-
res recientes, apenas congelados, s n pasar por el tradic onal proceso de conserva-
ción o conservados con los modernos métodos de preservación, ha permitido
enfocar la investigación hac a la búsqueda de detales anatórnicos hasta ahora no
aLcanzables (Thiel,2000; Von Hagens, 1982). Este giro ha permtido obrservar e
investigar, con más precsón, no sólo os eLementos anatórnicos concretos, sno
tamb én espac os ntermed os de cuerpo, descubr endo, de esta manera, las cone-
xlones hasta ahora desconocidas o cons deradas de poca importancia. Los nuevos
procesos de conservación permiten obtener imágenes de las estructuras anatómi-
cas que conservan su aspecto natural, ajustándolas a las realidades clínicas. Estas
nuevas posibilidades de ver lo que parecía ya descubierto y estudiado hasta el fon-
do nos retan a realtzar una exhaustiva revlsón de las bases fisioa natórn icas del
sistema fasclal y a la búsqueda de o que siernpre estaba presente pero, por lo
general. ocu to a nuestros ojos. Por lo tanto, trataremos de enfocar la fascia de una
manera distinta a la acostumbrada, apartándonos un poco de la vistón de una
f ibrosa que <oculta> al múscuLo que estamos estudiando (Flg. 1).
lámina
La fascia corporal tiene un recorrido continuo, envolv endo todas as estructu-
ras somát cas y viscera es, y funcionalmente incluye Las men nges. Fn clerto modo, se
puede decir que la fascia es ei materiaL que no solamente envuelve todas as estruc-
turas de nuestro cuerpo, sino que también las conecta entre sí, brindándoles soporte
y determrnando su forma. Además de las funciones de sostener y participar en el
movimlento corpora, se le as gnan otras activrdades biomecánicas y bioquímicas.
La fascia organtza y separa, asegura la protección y la autonomía de cada
músculo y víscera, pero también reúne los componentes corporales separados en

aI7
s)
 

/,,' :\ .aratP'aDt L¡ L^sc a i :u f rcu


l1@ "uR^

i¿*:iJ
1\l

Fig, 1. La estructura fascial como cubierta muscular' Obsérvese el recorrido de @')


las
iii"*r, uti*-" l^ presencia de las bandas de tensión (Fotografias' R Thompson

y forrnan-
unidades funcionales, estableciendo las relaciones espaciales entre ellos
do,deestemodo,unaespeciedeininte
do,deestemod o,unaespeciedeininterrumpidareddecom
rrumpidareddecomunlcacióncorporal
unlcacióncorporal
Entre sus propiedades destacan el garantizar la disposición de los nervios
y
vasos linfáticos, y la función nutritiva en relación con la sangre la Iinfa'
y convirtién-
dose así en el soiisticado medio de transporte entre y a través de todos los sistemas
puede comparar
del organismo. El abanico de posibilidades es espectacular' Se le
con la; conexiones de la inexplorable e interactiva red global de lnternet'

Cada parte del músculo, cada una de sus fibras y fascículos' está rodeada por la
que se conectan entre
fascia. Estas <fascias> no están separadas una de otra' sino
sí o, mejor dicho, forman una sola fascia, una envoltura de
recorrido continuo con
de nuestro
sus dobleces que permiten cobiiar y encerrar los elementos anatórnicos
que determt-
cuerpo. Se puede sugerir que, en cierto rnodo, es el sistema fascial el
puede comparar la
na la estructura corporal. Para visualizar mejor este enfoque, se
estructura del sistema fascral con la de una naranla, donde la pulpa rellena los
compartlmientosformadospor|aestructuradelaconchadelafruta.Alsacarla
pulpa, la estructura de la fruta se mantiene prácticamente intacta' conservando la
forma original de la naranla (Figs 2 y 3)'
1B -.)
L@
 

;
CONCEPIO DE LA FA5C]A Y 5I] ESfRU'II]RA
,r@

 :' .':ti

Fig. 2. Naranja con pulpa. La forma de la naranja se confunde entre las dos estructu-
ras: pulpa y concha. La comparación que se realiza es entre el músculo y Ia fascia.

La vsión presentada no es una idea nueva y fue propuesta por varos nves
t gadores, entre los cuales se debe mencionar a lda Rolf, la proceso
creadora de
de evaluación y tratam ento integral de los trastornos funcionales de un
organlsmo
basado en las correcc ones realizadas en el sistema fasc aly conoc do como rolflng.
Se podría considerar esta cornparación como a go rnuy simplista y remoto a a

Fig. 3. Naranja sin pulpa. Al eliminar la pulpa, se observa que, sorprendentemente,


la fbrma de la ftuta se mantiene intacta, ¿Se podría presentar Ia misma reacción en la
comparación que se hace entre el músculo y la fascia?

c1e
s_l
 

t@
re-
estructura real del sistenn¿ fascial del cuerpo. Sin embargo, las investigaciones
como
cientes conflrman esta visión, enfocando, cacla vez más' el sistema fascial
una estructura unificadora, protectora y correctora del cuerpo El sistema
fascial
\ ..1
y completo'
sano y equilibrado, con capacidad de realizar un estiramiento libre
;;r; "i
organlsmo la potibili.lud d" realizar un movimlento de amplitud comp
e-
t. lisincroniádo, siempre en la búsqueda de la máxima eficacia funcional con un
así ya dilo hace sels siglos Leonardo Da Vinci:
mínimo gasto
n.onr.grir. de energía;
lo máximo como (Cuadrado' 1998)'
con lo mínimo>
normal de los
Sin embargo, el mismo sistema puede interferir en un desarrollo
la efic ente
movlmientos al encontrarse restrlngido y bloqueado' imposibilitando
que forma las adhe-
ejecución cle los movimientos, si se considera que el material
ráncias y el tejido de cicatrización es similar al de la fascia
Se podrían formular las siguientes interroqantes:
o ¿Se podrian cambiar la forma y la función de un órgano (músculo o víscera) al
encontrarse su sistema fascial restringldo?
. ¿Qué influencias podría tener esta restricción en el comportamiento funcio-

nal del cuerPo?:


- ¿L mitación del movimiento?
- ¿Dolor?
o ¿De qué manera se manifestarían estos camblos?
. ¿Qué repercusiones tenclrÍan en la estructura y en la funciÓn corporal?
más a
Para poder responder a las preguntas formuladas' se deben explorar
histolo-
fondo las propiedades del sistema fascial en lo que respecta a su anatomía'
qÍa y biomecánica.

20-)
L@
 

Bases
anatómicas
v f isiológ icas
d el sistema
fascia I
 

,4p B45E5 ANATÓ\4 CA5 Y FI5IOLOGICAS DEL 5I5TEMA FA5CIAL

ill- EI sistema musculoesquelético del cuetpo


Lt{
FA
humano no flota en el vacío. Su sostén y
-J) funcionamiento
EI se integran con ottos
sistemas corporales, que interactúan y se
modifican mutuamente. Su relación se
inicia
continúa a lo
en }a etapa de la vida. Y
largoembrionaria La
división en sistemas individuales
que oplicomos o un orgonismo
vivo al estudiar su desarcollo, se
debe fundamentalmente a Ia
percepción secuencial de Ia naturaleza
del hombre (Bochenek, 1997 ; Williams,
1989 ; Robertson, 2001 ).
EI sistema fascial presenta uno rica vascularización; las
venas desaguan en \asasimismo
sistema se obsewan tejidolinfóticos
venas delvasos subcutáneo. En este
y nervios'
que son ramificaciones de los nervios que inervan los
músculos adyacentes.
EI sistema fascial es el sistema de unificación estructural y
funcional del cuerpo. Su continuidad no sólo debe
enfocarse hablando de músculos, articulaciones y huesos,
sino también en cuanto a una continuidad de función en
Ias cavidades torócica, abdominal y pélvica' btindando
soporte a las vísceras y formando una estructura de
piotección y conexión para los sistemas vascular, newioso
y tinfótico a 1o largo de todo eI cuerpo. EI estudio
anatómico del sistema fascial es muy complejo. La
movilidad, elasticidad y capacidad de deslizamiento de la
fascia <no puede ser apreciada disecando cadóveres
embalsamados> (Leahy y Mock, 1992).

22)
L6
 

.;.' ,
ffi ::3@
;

)rr
ESTRUCTURA ANATÓMICA DEL SISTEMA FASCIAL ){'
En los libros clásicos y en os atlas de anatomía se rnuestra, por lo genera por q\
)l
separado, el sistema óseo, el muscu otendinosoy e sistema lnerte de sostén articu-
lar, es decir, as cápsulas articulares y los igamentos. En ese t po de pub icaciones,
es difícil v sual zar, de una manera completa, e sistema de integración corpora , e
sisterna fasc ¿1. l\,4uchas veces, el aprendizaje de la anatomía se realza de un modo
abstracto, debido a una falta de re ación funciona entre los elementos bás cos de
cuerpo. El análrs s de slstema fasc al desde un enfoque topográf co, en e que se
def ne la fascia como un revest miento y como una red ocalizada entre a piel y las
estructuras subyacentes (como 1o son, por ejemplo, los músculos y os huesos) y se
a dvide en dos niveles, superfical y profundo (1a cual, por una parte, cubre los
múscu os individuales y, por otra, los separa en grupos) lirnita nuestra visión del
cuerpo a un análisis descr pt vo (Th el, 2000). Nuestro nterés se centra en un análr-
s s más completo y enfocado hac a un sistema drnámico del cuerpo, nc uyendo en
él todas as d scipl nas que pud eran sumarse a nuestros conocim entos (en e rol
de este comp ejo telido en la sa ud y en a enfermedad> (B enfait, 1999).

p que
pec La anatomía
e de descriptiva
sut les sobres, reconocey os
los músculos anos fasc
as vísceras, f ja ales
ndo y proteg endo sucomo
envuelven, es-
espacio
concreto dentro del cuerpo. La continu dad de estas lám nas, que al mismo tiempo
unif can y separan Los múscu os y las vísceras vecinas, se puede trazar entre un área
y otra. Por ejemp o, se puede dibujar a fascia que envuelve los múscu os escalenos
y se continúa con la fasca de os músculos adyacentes, como tamb én con las
visceras de la región cervical, que aslmismo está íntimamente relacionada con los
plexos nerviosos de la reg ón cervical y torácica, continuando hac a las membranas
pleurales (Gal audet, 1931; Bienfait, 1999, Bochenek, 1997; Thiel, 2000). Sin em-
bargo, como ya se ha menc onado, se propone la descr pción del sistema fascial de
forma parecida a la de un órgano o sistema corporai, considerando sus dversas
funciones, entre las que destacan e sostén y la conexión m uscula r-lntermuscu lar
como también visceral-interv sceral. Estas funclones deben re acionarse con a sin-
cronlzación de los movimientos entre os músculos, las vísceras, os vasos sanquí-
neos y los nervios, para los cuales el sistema fascia forma un lecho que se Tnuestra
como eL centro de produccrón de a sustancia intercelular gracias a sus células,
lo que convlerte al sistema fasclal en el pnncipa rnecanismo protector y repara-
dor deL cuerpo (Bienfalt, 1995). Estas relaciones muestran a importancia del pe-
igro que supone un desequ librio y sus consecuencias negativas, como resultado
del fracaso de estas preclsas relacones. Cualqurertipo de tensión, ya sea pasi
va o activa, repercute a utomáticarnente sobre todo e conjunto del sistema (Bien-
fa t, 1995).

G3
S-]
 

&@
41 enfocar el sistema fascialcomo un sistema morfológico y dinám co deL cuerpo,
deben incluirse en su análisis, no sólo las lám nas que rodean los músculos y las
vísceras, s no también ese gran volumen de tejido que envue ve cada célula viviente
(formando una espec e de sistema <microfascial>, prolongación de sistema fascia
descrito anteriormente). así como también al líquido que reLlena las cav dades y los
espacios serosos. E anál sis del sistema fasclal conduce, según e aporte cientrfico
actualmente disponlb e, a formular más preguntas que respuestas. Trataremos de
enfocar o de la manera más compLeta posible, según las pruebas científicas y clín cas
de que se dispone hoy en día.

Trad ciona mente, el tejido fascral no ha lamado tanto la atención a los nvesti-
gadores y clínicos como lo h zo, por ejemplo, el múscu o. Una de las razones de
esto es que no resuLta fácrl concretar una definlción de fascta. Los libros clásicos de
anatornía presentan a fascia como un tejido pasivo, como una membrana de teji-
do conjuntivo frbroso que cubre los músculos; y en las clases de disección, por lo
general, se cons dera que la fasc a es un materiai sobrante que hay que el minar
(echar a la basura) (LegaL, 2001) para poder ver cLaramente e músculo y sus com-
ponentes anatómicos. Para poder adentrarnos en el tema de la definrción de fascia,
desde nuestro punto de v sta, debennos considerar la posibil dad de ana izar a go
diferente a lo acostumbrado, atrevernos a presentar un enfoque nuevo del sistema
fascia del cuerpo humano. Podemos aventurarnos, por tanto, con a afirmación de
que el sistema fascial <no solamente une varias partes de nuestro cuerpo, srno que
tambión junta nurnerosas ramas de la medicina> (Bienfait, 1999).

Existe una d sparidad de criterios en cuanto a la clasificación topográfica y func o-


nal del sistema fascia . En nuestro anál s s, tendremos en cuenta, como base, la c as -
ficación que se haLa habitualmente en Jos tratados de anatomía. en os que a fascia
se divrde en superf cial y profunda. Con frecuencla, se utilizan también los nombres
de srstema fascial subcutáneo y s stema fasc al subseroso. Los dos sistemas, aparen-
ternente separados uno del otro, en realidad se conectan entre síformando un siste-
Las se realizan a través de la apertura super or del tórax, en
ma contjnuo.
la pared conexiones
abdominal y en la pelvis (Gallaudet, 1 931). Estos slstemas se dividen tam-
bién en subslstemas, y el criterio de estas subdivisiones varía mucho según los dife-
rentes autores. Desde nuestro punto de vista, al enfocar el slstema fascial como el
sistema funclonal único y continuo del cuerpo, el tipo de subdivisiones pasa a un
segundo p ano en nuestro análisis, enfocándolo a la situactón interfasclal.
La fascia superf cial ,l-AJ.
(9 nrnqu" forma una lámina uniforme prácticamente
en todo el cuerpo, su densidad varía según la región corporal que se estudia. Por lo
general, es más densa en las extremidades y laxa en la cabeza, la nuca, el tórax y el
abdomen, y más f na en la región del periné. En la fasc a superficial se observa el

?4-\
L@
 

@
fenómeno de a reunión, que es la capacidad de juntarse en un plano que conv erte i.'1=
las lám nas y los n veles que rodean a determ nadas estructuras en regiones func o- )f
QI
nalmente un idas.
$
El análs s de las estructuras profundas es mucho más compleio. La fascia pro-
funda
f ti, segun nuestro punto de vista, es el tejido de integración estructural y
funclonal del organismo en ambos niveles, e macroscópico y el microscópico, y
nos referimos a las conexiones entre los distintos sistemas corporales, como, por
elemplo, el nivel muscular, visceral, lntracraneal, y tarnbién a las conexiones dentro
de cada músculo, cada nervio o cada viscera.

Según estos principios as estructuras fasciales profundas se anal zarán como:

. miofascia
¡cf
. viscerofascia
LD/
.
. mentnges F1
L_ d

así como también las estructuras del:


. tendón G-)
L@
. tejido conectivo t-)
¡ntramuscu lar
t@
I
. m¡croestructu ra fascial LJ @
. compartim¡entos fasciales K-)
l@
. tejido coniuntivo del sistema n"ruioro J
¡L
r puente
"miodural"
La descripcjón ¡ff
del sstema fascial y el estudo de sus propedades no tenen
como objetivo ofrecer un análisis exhaust vo de la anatomía descriptiva ni topográ-
fica. Se analizarán las prop edades que sean re evantes para el aná isis de la patolo-
gía de sistema fascial aplicable en terapias mlofasciales. Sln embargo, hay que
mencionar que existen muchas subclasificaclones que varían entre un lnvestigador
y otro. Como se expondrá nuTnerosas veces a 1o largo de as pág nas de este ibro,
la visión g obal del slstema fascial que estamos introduc endo no se contradice con
n ngún tipo de c asificación propuesta por los anatornistas, sino que más bren per-
mite su un if icación.

c25
s_)
 

a&
ill-
4t
& FAscrA suPERFrcrAL
Todos los caminos del interior de organismo conducen a la subdermis. Esta
5t capa subcutánea no es solamente, como 5e cree erróneamente, un depóstto
de tejido graso, s no que asegura. con su compleja estructura lnterna, las
necesidades mecánlcas de sus vasos y nervios (Thiel, 2000). Los vasos y los
nervios están encerrados en e sistema fascial que, formando fuertes franjas
protectoras, los lleva hasta las capas profundas, bien protegtdos contra todo
tipo de desqarro.
atrapa la grasa superficial, de
La fascia superficral está adher da a la piel y
un espesor varable dependendo de la región corporal. Son as capas del
slstema fasc al as que de1 mitan la profundidad de tej do adiposo en cada
región. Por ejemplo, en a zona del periné, la grasa es práct camente inexis-
tente; lo contrarlo que en la región ax lar. También varía su laxitud, que de-
termina la capacidad de deslizamiento de la piel. Por 1o general, 1a piel es muy
móvil a lo largo del cuerpo. Sin embargo, existen zonas de movilidad muy
reducida, que se encuentran en los s tios en los que ei des izarni'"nto excesivo
no debería exist r. Son las zonas que requ eren mucha estabilldad, como las
palmas de as manos, las plantas de los p es y los g1úteos. En estos lugares la
fascia superficial se pega d rectamente a las láminas aponeurótLcas.

Durante argo tjempo, los anatomistas y los cirujanos negaban la existen-


c a de la fascia superfrcia en e sentido de una entidad defin da, a pesar de
que fue descrita por primera vez hace ya 180 años. El grupo profesional que
se dedicó en los ú timos años a un minucioso anális s de este tejrdo fue el de
los cirujanos plástrcos, quienes no sólo confirman la existencia de la fasc a
superfrcial, s no que también subrayan su irnportancia funcional. Se conside-
ra que eL anál srs de os camb os del sistema fasclal superficial relacionados
con e envejecimlento puede ayudar a explicar la presencia y el desarrollo de
las del contorno corporaly establecer las bases para su correc-
c óndeformidades
(Lockwood, 1 996).

El sistema fascial superficial está formado por una red que se extiende
desde el plano subdérmrco hasta la fascia muscular. Se compone de numero-
sas membranas horlzontales, muy finas, separadas por cantidades v¿rlables
de grasa y conectadas entre sí a través de los septos fibrosos del recorrido
vertical u oblicuo (Fig. 1).

De este modo, las expansiones de la fascia superficial se conectan con La


dermis, encasillando la grasa superf ciaL en los compartlmientos verticales. En

26-)
L@
 

8A5E5 ANATOM CAS Y FS]OLOG CAS DEL 5 STEIV1A FASC AL


'*@
-)rL

Fig, 1. Sección transversal de la región glútea. Se pueden visualizar múltiples


niveles de Ia fascia superficial con los septos intercorlectados entre la dermis y
1a fascia muscular, encasillando, de esta manera, los lóbuios de grasa. (De Lock-
wood, 1996, reproducido con autorización de Wiley Publishers.)

su recorrjdo profundo, la fascia superficial, de modo similar, se conecta con el


s stema miofascia , formando junto con éste una unidad func onal.

La anatornía del sistema fascia superfcia dif ere atendendo a os si-


guientes factores:
. Sexo. La diferente distribución del sistema fascal superficial entre e
varón y a mujer se observa en la región pectoral, e invo ucra a la fascia
que lleva el rnismo nombre. En la mujer, a incrementarse el volumen de
os senos, as conex ones entre la fascia de éstos y a fascia pectoral se
distienden por la acción de la fuerza gravitatoria, formándose, de este
rnodo, un espacio denorninado espacio retromarnarjo, en e que el tel -
do adiposo se acurnula. En los varones, en la reg ón pélvica se encuen-
tra la adherencia d recta de la fascia al perostio de a cresta ilíaca. En as
mujeres, la adherencia se produce más abajo, hac a a fascia muscular,
a n vel de a depres ón glútea, varios centímetros por debalo de La cresta
llíaca, formando e espacio para la acumu ación de grasa.
. Cant¡dad de grasa acumulada. La grasa acumu ada en os septos
formados por e s stema fascial, incluso en las personas delgadas, puede
confund r a terapeuta en el proceso de evaluación y tratamiento, por el
cambio del contorno corporal, ¿ veces muy drást co entre una persona
y otra.

c2l
s_)
 

'-;@
. Variantes entre una región corporal y la otra. Por lo general, la
'( parte anterior del cuerpo acumula menos grasa a nivel superficial en
}A comparación con la parte posterior. En algunas zonas, por ejemplo en
J] el periné, la fascia superficial forma una Lámina bien definida y lisa (Co-
1les, 181 '1 ).

Los puntos y Las zonas de referencia topográfica de1 cuerpo dependen


principalmente
zonas de la anatomía
de su atrapamiento de 1a fascia
(adherencias) y susuperficial o, melor
relaclÓn con dlcho,dedegra-
La cantidad
las

sa, como también de la relación con la fascia muscuLar. Las áreas donde la
fasc a superfic al no está firmernente adherida al perlostio o a la miofascia
tlenden a crear formaciones, parecidas a abultamientos, que revelan los de-
pósitos de grasa.
Entre las principales funciones de la fascia superficial, a parte de su fun-
ción nutritiva, destacan el soporte y la definiclÓn de os depósitos de la grasa
del tronco y de as extrem dades, así como tamb én e sostén de La p el con
referenc a a los tej dos subyacentes. Es una observación importante, conside-
rando que la suspensión del s stema fascial superficial controla el contorno
estático y dinámico. De esta forrna, se puede considerar a coniun
corpora
to de:
.la piel (una flexible envoltura del sistema),
. el teiido adiposo superficial (<el rel eno> de a regiÓn subcutánea), y

o la fascia superficial (el sistema de subdivislones e interconexiones)

como la unidad protectora y de soporte funciona para el tronco y las extre-


midades. Este sistema es capaz de proporcionar el soporte funconal a las
zonas con mayor acumulación de grasa, y por consiguiente un mayor peso,
evitando así el traslado no deseado de las fuerzas a otras regiones anatóm -
cas. Se puede concluir que Los cambios (favorables y desfavorab es) en -'l
comportamlento funcional (estático y dinámico) del sistema fascial superficial
infLuyen directarnente en la mecánica del sistema miofascial musculoesquelé-
tico, donde cada una de sus partes se encuentra nflulda por la otra La coor
dinación motora del cuerpo estaría pues influlda por la ampl tud, a profundi-
dad y el número de los atrapamientos (adherencias) del sistema fasciaL
superfic al. El anál sis de la mecán ca y la patomecánica del aparato ocomo-
tor definido por el sistema fascial permite imitarnos a la evaluac ón de la
función ana ít ca (Local), siendo la fascla el ente mecánico de la coord nación
motora del cuerpo, formando el componente pr mordlal del sistema muscu-
loesquelét co como factor integrador y transmlsor de las fuerzas.

28-.)

l@
 

:
BASES ANATÓM CA5 Y F 5 OLÓCICAS DEL SISTEMA FA5C AL ,:@

Como una información ¿dicionai, hay que menc onar que el sistema fas-
cia superficral part cipa tamb én en el proceso de sudación, y que en él nacen
la rrayona de los Ldp ld'e5 li-tat cos.

sobre Ia superficie de los músculos. En ia libromialgia IFM) o el dolor


miofascial crónico (DMC), casi siempre está adherida, sin posibilidad de
desplazamiento libre,

En resurnen, debe contemplarse ¿ fascia superficial como un ente gene-


rador y controlador a través de sus infin tas dob eces que, o se mant;enen en
a superficie o alcanzan as más hond¿s profundidades, a través de sus cone-
xiones con 1a fascia profunda, agrupan los múscu os y coordinan los movi-
mlentos.

B'.) FASCIA PROFUNDA


L@
La fasc a profunda está const tu da por un rnateria más fuerte y denso que e
que consttuye la fascia superf cia. Su grosor y densdad dependen de la
ub cación y la func ón específ ca que desempeña. A medida que aumenta la
ex gencia de las necesidades mecánica se densifica la estructura del coláge-
no, su principal componente. Esta dens dad queda determ nada por la pro-
porción de fibras que o componen. Basándose en a dens dad de tejido co á-
geno, la fascia se puede d vidir según su func ón en el tej do:
. de unión,
. de revestimiento,
. de sostén,
. de transmisión.
La fascia profunda se ubica por debajo del nive de la fascia superfrcial y se
encuentra ínt mamente unida a ella a través de conexiones fibrosas. El siste-
ma fascial profundo soporta, rodea y asegura la estructura y a rntegridad de
los s stemas muscular, vlsceral, art cular, óseo, nerv oso y vascular. El cuerpo
ut lza a fascia profunda para separar los espac os corporales grandes como,
por elemplo, a cavidad abdomina , y cubre as áreas corpora es como s fue-
ran enorrnes envolturas, protegiéndolas y dándo es forma.

c2e
s_l
 

4@
Con objeto de realizar un análisis más
profundo' debiéramos dividirla en:
s1^"1nu'oo' t'+
',.,"i*...lC¿,
viscerorascia dJ t
meninees
que recordar que las estructuras-mincion¿das tontti-ituyen
elJ_
una continua red
estructural Y f uncional

MloFAsclA
tt;
La anatomía considera al sistema fascial
como uno de los cornponentes auxl-
consequ'r un fun( io^dnlenLo ap'opia-
ti¿res de conlrol del nov,m'enLo 0a'a
que el recorrrdo de las fi-
J" o.iriu.r.
j.
muscular del cueipo. se considera
üLt f. fascia es generalmente transverso al recorrido de las frbras
paralelo al reco-
rnur.rfrr"r, sin embargo, también se encuentra el recorrido
Durante la contracciÓn
rrido de las fibras, el oblicuo o en forma de arco
la fascia define la posiciÓn de las fibras musculares o de todo el
muscular,
p.t. también asegura la posición de los ten-
.ot.rfá su función adecuada'
En el caso de los mÚsculos del reco-
clones y los fiia en relación con el hueso
como, por elemplo, el sartorio' es la fascia quien fiia su posi-
rrido oblicuo,
caso' en forma
lijn, ¿.t.r*inunoo la direcciÓn de su acción' que es' en este traba-
;U;;i lin tu purti.ipucion Hay
,anu ta forro,onq,ludrnar.
de la fascia' este que
oue actarar
rnúsculo'
a,gunos al contraerse'
oe tos'lú5cu'os,
i;;",;";.,J.;'o'ls ¿e l¿ rara, c¿'ecen der soporre I'1s(:ar' rn'e"r¿ndo\e
en la piel (Bochenek' 1987)
al menos en üno de sus extremos, directamente
fascia y su relación con el músculo se debe considerar que
Al analizar la
por la fascia, sino que
.","r.r""ü cada músculo del cuerpo está rodeado
fibras y los haces La musculatu-
también lo están todos sus componentes: las
t. de {ibras separadas entre sí por las
,. compone cle ios haces
formando el ten-
"to".iá,o.
limmas del teliclo conectivo que finalizan en cada extremo
iu. " f. .p"i "rrosis, para funclirse en el periostio' diferencjándose de él
flbras de colágeno Su
Inn.tul*"n," ¡ror la proporción y densiclad de las acciones mecánicas entre
;;l;;;i ;il; "s entonces la de entrelazar
el musculo y el hueso, vlnculo funcional
que eslasposible a través del tendón
aunque a veces de
o una conexión aponeurótica Esta conexión funcional' complela e impli-
muy
climensión muy pequena, representa una estructura
ca a diferentes subestructuras: la unión
musculotendinosa t' /' el t"nOOn

f d U'.rnse'cio' oel tpndon en e' nreso qf ]


del telido miofascial'
También es irnportante el análisis de la microestructura
red de jnter e intramicroconexiones' siempre con el
Oon¿. J"rtu.u la complela
eficacia
ln ¿. fu.if iu, la transmiiión de impulsos mecánicos con una máxima
30 -)
L@
 

E-\
t' d uNtoN MUSCULOTENDTNOSA
La principal característica de esta estructura es a transmisón de la fuerza
contrácti desde las células muscu ares hasta la matrz extracelu ar (el lector
encontrará detalles sobre la histología del tejido conect vo en e capitulo ded -
cado a ese tema).
La unión musculotend nosa es un coTnponente muy especial zado, forma-
do por m croestructuras conformadas de acuerdo a las necesidades mecán -
cas de os e ementos dei aparato locomotor de una determlnada región cor
poral. A este nivel, las membranas celulares forman una interfase entre os
componentes intercelu ares de Ias f bras muscu ¿res y os componentes ex-
trace ulares de telido conectivo. Las membranas forman amp ios pl egues,
que perm ten una interd g tación entre las células y el tej do conect vo extra-
ceular. Estos p|egues perrniten ncrementar a superfice de a membrana
reduciendo el estrés mecánico al que está expuesta. Tambén colocan a a
membrana en un ángulo muy pequeño en relac ón con os vectores de fuer-
zas que actúan sobre el a, ncrementando las fuerzas de adhes ón de las cé u-
las a tendón. Sus propiedades mecán cas de elastic dad y v scosidad permi-
ten cierto grado transrnisión
de 1963; Ma¡,1972,
m uscu lotendlnosa (Auber, de energía al., 1 987; Ten
Nlir etmecánica la 1984;
dball, un ón
Trotter eta/., 1985; Woo, 1991)(Flq. 2).

;d ELTENDoN
La pr nc pal función de tendón consiste en transm tir la fuerza generada por
los múscuos para mover la artcuación, mantenendo en esta accón una
lim tada elongación. Por o general, se considera al tendón como una estruc
tura báscamente inerte; sn embargo, as nuevas investigaciones revelan
mú tip es funciones del tendón que amp Ían nuestra visión sobre esta estruc-
tura y confirman las observaciones sobre a continu dad de os mpu sos me
cán cos dentro del cuerpo, controlados por el sistema fasc al (Benjamtn et a/.,
1986; Blev ns, 1996; Cooper, 1990; Hurov, 1996).
La principal diferencia entre la estructura fascia del vientre muscular y a
porc ón tendinosa es la densidad y a organización de as f bras de co ágeno.
Las fibras de colágeno dei tendón son rnuy densas y están orientadas de
forma para ela (para más deta les, véase e capítu o sobre la h stología del
tej do conectivo). S n embargo, pueden cambiar su orientación a o argo de
su recorrido, colocándose en d ferentes ángulos, siempre respondiendo a los
requerimientos mecán cos. Esta prop edad hace que e tendón posea la ma

(31

str
 

V.2 aa , at,a\tit\¡t a ,l o ó l A DL I r\4¡ ¡ ¡L

Fig. 2. Corte longituclinal a través dc Ia unión musculotendinosa del músculo


serinitendinoso .1"1 sapu. Llana la atención la forma interdigitada del tejido
conectivo que se conecta con las terminaciones celulares [Reprodrrrido r:on
permiso clc Tidball JG: Myotendinous iunction: Morphologir:al changes and
irechanical failure associatecl with n-iuscle cell atrophy. Exp Mol PcLlhol;40
1 12. 1,984. Else\'ier Publishers.l

yor fuerza de tensión de todos los telidos del cuerpo. Los tendones con unas
neces dades de baja carga de tensión muestran un¿ gran extensib lidad, Io
contrario ocurre con los tendones con aLta carga de tensión. El tendÓn se
compone cle epitenclón, endotendón, mesotendón (los tendonesporcon vaina
tendinosa) y de los vasos sanguíneos. Algunos tendones, como, eiernplo
los tendones cle los múscuLos flexores de la mano, están cubiertos también
por el paratencJón. lunto a una arquitectura adecuada de las fibras de coLáge-
no, otro punto mportante es la interacclÓn entre las fibras de colágeno y Las
de elastina, que proporcionan al tendón las particulares propiedades de vis
coe asticidad (Woo,1 991).

tendón tjene la capacldad de real zar actividades imposibles de ejecutar


El
por el múscuLo (Azzi, 2000). Puede realizar un trabajo cíclico sin acudir al
32 -]
{,@
 

BASES ANATOIII CAS Y F 5IOIOC CAS DEL 5 sTEMA FA ( ¿ @


gasto metaból co, acortarse práct camente a cada veloc dad, así corno tam-
b én produc r, durante un periodo muy corto, la fuerza que supera a capact
dad del músculo esquelético activo. El tendón puede actuar dentro de meca-
nismo de conservac ón energética durante aigunas act vidades e ncrementar
la potencia en otras (Shadwick, 1990). Al funcionar bajo los princlplos del
mecanismo de conservacón de energia, es capaz de acumu¿r a energÍa
elástica controlando el desempeño mecánico correcto de múscu o; en parti-
cular, se han nvestigado estas propiedades durante la ocomocón bípeda
(Trotter, 1990; Roberts,199B; Smith etal., 2000; Blrch e¡a/., 1999; Sn¡ith e¿
al., 1997 , Brainerd, 1999; Azzt,2000). La matr z del tendón puede ser dife-
rente dentro del mismo tendón, asi como tamb én variar entre un tendón y
otro, depend endo de los requer rnientos b omecán cos. Los tendones con
limite de to eranc a en el car¡bio de la cal dad de a matr z, son mas propen-
sos a las lesiones, part cu armente en las act v dades re acionadas con la carga
prolongada o la carga relacionada con el estrés mecánico ntermitente, o
que ocurre, por elemp o, durante las carreras largas (Fiq. 3).

Las incidencias de las tendinopatías han aumentado al doble en los últi-


mos 10 años, a raíz del incremento de la popularidad de los ejercicios de
tote (footing), según los estudios realizados en Inglaterra (Birch. ef ol,
199 9).

rl1
\" d rNsERcroN DEL TENDóN EN EL HUEso
La principal caracteristlca de esta reg ón es la capac dad para d s par las fuer-
zas tenslles y reducir al min mo la concentrac ón del estrés mecanico.
La unlón entre el tendón y el periost o representa un camblo muy part cu-
Lar, y constituye a estructura más complela del cuerpo desde e punto de
v sta biomecánico , según Azz) (Azzi, 200A), en el que a lo largo del recorrido
de 1 mm se produce la transformaclón de tel do blando en un tej do duro.
Todo ocurre en un proceso de cambios progres vos de transformac on gra
dual entre varios tipos de telidos desde as f bras de co ágeno, que se trans-
forman en f brocartilago, fibrocartílago minera izado y, finalmente, en hue
so; de esta forma se desarrolLa un área más espectalizada. La arqu tectura de
a flación del tej do blando en el hueso (tendón, igarnento o aponeurosis)
d f ere entre una estructura y otra, y también a veces entre un extremo y el
otro dentro de a misma estructura. Las insercones de los tendones en el
 

fi;
it
Ji

Fig.3. l\1 analizarlas fornas cle unión entrc l¡¡s n-rr'rsculos v los huesos' sc ilega
u l'" cle que cs prácticamerte imposible' al lealizar un¡ disección'
cltuanente el tcrLclón del hueso, especialmente el algunos grupos nuscLl-
"o,r"l,t"ió,t
scparar
la."s, cnrno, pol ejempLo, cn la jnserciól de los mlisr:ulos perolleos La estructul'a
i"i,""¿0" * "orllutt.lc col la dcl Irel iostio, folurando ula uliclad funcional

e ndirectas; en amllos grupos se observan com-


hueso se div den en dlrectas
ponentes profundos y superfcales Los tendones con inserciones d rectas
constan principalmente de componentes profundos, que se insertan en el
hueso formando un ánguLo recto Estos componentes se dividen en cuatro
zonas (Cooper, 1970; Heinegaard, 1984; Woo, 1991):
. zona 1: cons ste en eL tendón propl¿mente d cho y se cor'lpone pr nci-
palmente de las fibras de co ágeno de tipo I

. Zona 2i está formada por e f brocartílago


. zona 3: se caracteriza por el c¿rtilago m neral zado, es decir' se observa
Las flbras de
La presencia de os clepÓsitos de los m nerales que rodean
coLágeno.
. zona 4: está representacl¿ por el hueso En ella, las f bras de colágeno
del tenclón se insertan con el colágeno de las fibr llas de la rnatrlz ósea'
 

BA5 5 ANAiÓI\¡]CA Y FIS OLÓC CAs DEL 5


'TFN¡A
FA 'iA @
sin que exista nivel de separación entre el as. Incluso e colágeno de esta
parte srgue siendo colágeno de tipo L 1i
En los tendones con lnserciones indrrectas predominan componentes su-
(r
perfic ales. En este t po de conex ón, la rnserción se produce a través de as
J]
fibras que se mezclan con el periost o. E periost o se compone de dos n veles:
superf cial (f broso) y profundo (osteogén co), integrado aJ hueso (Mackay et

al.,
senca de Woo,
1969, fibras 1991).
Es importante, desde nuestro punto de vista, la pre
de Sharpey, que constituyen as estructuras anatón'ricas y
func ona es, extend éndose en forma de haces de colágeno desde el periostio
y otros telidos bandos, como, por ejemplo, los tendones y los igamentos,
perforando el hueso y extendiéndose, a través de Jas múJtiples laminillas su
perfrcialesde hueso, anclando en el periostio (Gelber et a/., 1960; Woo, 1991).
Esta continuacrón precisa de as estructuras de colágeno pone de manifiesto y
confirm¿ nuestra visión sobre a continuidad del s stema m ofascia (Figs. 4 y 5).

La región de la inserción del tendón en el periostio es el lugar en el que se


producen numerosas lesiones. Se observa¡r principalmente durante el
período de inmadurez ósea, cuando se produce una rápida remodelación
de esa unión. Los jóvenes son propersos a este tipo de lesiones.

\h
,\ \,
Fig.4, Ilsercitin directa dcl tendón del músculo supraespinoso. Se inclican las
cuatro zonas de transición: (Tl tendón. (FC) librocar.tÍlago no calcilicado, [C-
F'Cl cartílago calcificado, (BJ hueso. [Reploducido con permiso de Bcnjamin M,
Evans EJ, Copp L: The histology of tendon attachmerts to bone in rran. /. ,4rcf
1986; 149:89-100, Cambridge University Press.)
 

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Fig, 5. Inscrción indirecta de1 ligamento colateral interno dc la ¡odilla del r;o-
ncjo. Se nuestra el ¡ecorrido paralelo de la fibras superliciales (P) al hueso [BJ
insertándose en e1 pcriostio. [Reproducido con per.miso de Woo SL y, Gómez
MA, Sites TJ, ef o1: The biomechanical and morphological changes in the me-
dial collateral ligamcnt of the rab[¡it after immobilizatio¡r and remobo]ization.
Bone Surg, 7gB7 ; 6SAr1200-1211.)
J Joitlt

t-l
L@ TEJIDO CONECTIVO INTRAMUSCULAR

La d visión del múscu o en fascícu os es indispensallle para sucorrecto desen-


volvirniento mecánlco. Esta div sión está determinada por el teliclo conectivo
intramuscular, que se compone de las membranas que cubren os elernentos
básicos de la estructura Tnuscu ar, membranas que al integrarse entre sí, for
man una estructura unida funciona r'l.rente a cualquier tipo de act vldad de las
fibras musculares. Está compuesto por tres envolturas: el endom s o, el peri-
m s o y el ep misio. Estas estructuras no solamente forman div s ones p¿s vas
para los e ementos bás cos del múscu o, sino que también cumplen con act -
vidades específicas (Tidbal , 1991; Leber, 1991)(Fig. 6).

El endomisio rodea cada una de las cé u as muscu ares, conectándose


con el de las células adyacentes, y formando así una un dad. De esta forma, el
endom sio se organ za en forma de tubos que envuelven cada fibra Tnuscular.

El perimisio cubre los haces de f bras muscu ares y, uniéndo os, forma e
telido conectivo rnás abundante en el múscu o. Su pr ncipal componente es
e co ágeno de t po l, que se o(ganiza a lo argo de su recorr do. La compleja e
.Jü .:

í
{¿s
 

aA y
aa5E5 AI]ATO|¡ F O óG tA5 DL 5Ta¡r'tA FASa ¿
@

l
ascículo Perimisio
pr¡mario ril

Te¡dón

Fig. 6. Representación gráfica de la estructura compleja de las envoltu¡as dcl


tejido
lo. conectivo rodeando
dándole
a cada uno de los eLementos fb¡madores del ml'tscrr
fbrura, protcgiéndole v controlaudo su fLurción.

nterconectada red del perrm s o se encarga de conducir los vasos sangu neos
y los nerv os a os fascícu os musculares. De este modo, destaca e control de
a función nutriciona del perimisio. Su func ón mecánica no tiene menos
mportancia. El perimisio representa una lárnina móvi que, durante la con
tracc ón, permite al rnúsculo desl zarse dentro de su envo tura. S n participar
d rectarnente en el proceso de contr¿cc ón, está intimamente unido a é . Su

..1
 

t
-ir/- tens ón contribuye a l¿ tensiÓn del múscu o durante las contracciones excen-
tricas, protegiéndolo de los est r¿mlentos excesivos (Trotter,l 999)
j El ep¡misio, la tercera envoltura del telldo conectlvo, envueve todo el
múscuLo.

Las variaciones en cuanto a contenido, a composición y la dlstribución


espaclaldel telido conectivo intramuscularfunciones
en los diferentes
y están músculos
def n das depen-
por sus
den cJe la adaptación necesaria segÚn as
propiedades. En particu ar, las dlferencias se observan en el perimisio, consi-
derado el elemento de1 teiido intramuscular conectivo más irnportante para
el funclonamiento de dtferentes músculos (N,4ayne y Sanderson, 1985i Purs-
low y Duance, 1990; PursLow,1999). La morfología de la red de per misio es
camb ante y varía entre un músculo y el otro, siendo de gran importancia a
orlentación de las fbras de coágeno. Purslow (Purslow, 1989) determjnÓ
que la long tucl del perimis o en el mÚsculo relalado es fácilmente deformable
siguiendo a curva de la deformación no linea Esta propiedad pudiera, teÓri-
cannente, expl car su capacidad de reorientaclÓn, que estimularía la interfase
entre el perimisio y el endomisio, actuando mecánicamente sobre las células
muscu ares. Las células musculares transmiten las fuerzas, a través de las
membranas celulares, a la matriz extracelular y, finalmente, a los tendones
Los sitios de transmisión de las fuerzas están morfológica mente y estructuraL-
mente especializadas para esta func Ón (Trotter, 1999).
Las prop edades de tensión de la reorientada red de endom sio no son
apropiadas para la transmisión de las fuerzas dentro del músculo Sin embar-
go, la transmistón de La fuerza de desplazamiento en el compartimiento a
través de las conexiones del endomisio, que junta dos fibras adyacentes, pue-
de ser 1a exp icación de la transmisión de las fuerzas dentro de los mÚsculos
(Purslow y Trotter ,1994). Par eJ contrario, las interconexlones entre las fibras
musculares adyacentes no permiten obtener el mismo efecto (Trotter, 1995)
La lnterconexión entre los fascículos adyacentes viene determinada por la red
del perimisio, destacando este esp¿cio como eL ugar de ublcación de la ma-
yoria cle as deformaciones, impidiendo que Los fasciculos se des icen entre sí
(Trotter, 1995). E perimisio define los planos de des izamiento, ndispensa-
bLes para os músculos que cambian de forma durante el trabajo (Trotter,
1999). La estructura tensil clel perimisto es fácilmente deformable, y de igual
forma reacciona la estructura del endomls o Estas propiedades permiten los
cambios sustanciales de diámetro y longitud de las f ibras musculares durante
el proceso de contr¿cción-relalaciÓn. El endomisio despliega las intercone-
xiones laterales entre las fibras musculares adyacentes, razón por la cual las
 

8A5E5 ANATOM CA5 Y FSIOLOG CA5 DEL 5 5TÉMA FAs'IA


@
fuerzas contráctiles pueden compartirse iateralmente, perm tiendo grandes
deformaciones a través de la red de conexiones laterales (Figs. 7 y 8).

Este modelo de arquitectura muscular determina que la fuerza desarrolla-


da por el músculo no dependa tanto de su tipo (fusiforme, un ipenado o b pe-

Epim¡s¡o

Fig. 7. Revisando las Figuras 2 y 3 de la introducción tpág. 19), obsérvese la


similitud entre la estructura de la naranja y Ia estructura del múscr¡lo.

Fig. B. Microestructura fascial del músculo esternomandibular en un prepara-


do bovino observado en el microscopio electrónico, (Reproducido con autod-
zación de Trotter JA, 1gg3: Functional morphologv of force transmission in
skeletal muscle. A brief review. Acto Anat 7461 2os-222.)

{*39
b_i
 

I
'.i',- nado), conro de su forma y deJ ánguLo de ubicación de las fibras (Bra nerd et
al., 1999). Estos factores podrían verse a terados por a restricción de sistema
fascia en cua quier¿ de los niveles de su estructura.

A1 considerar que el músculo es un tejido coniráctil que permité al cuer-


po realizar distintos tipos de movimiento, desde un punto de vista bio-
mecánico, se debe considerar entonces a la fascia como el teiido conecti-
vo intrarnuscular y a las fibras musculares como la unidad funcional,
considerando que, por una pade
CADA CONTRACCIóN MUSCULAR MOIIILIZA EL SISTEMA FASCIAL
Y Por otra PaÍe:
CADA RTSTRICCIóN DEL SISTEMA FASCIAL AFECTA
AL FUNCIONAMIENTO CORRECTO DEL SISTEMA MUSCULAR
Es Iógico pensar entonces en una unidad funciolal denominada
MIOFASCIA

que
Cont
rodea nuando ycon
al músculo e anál
a cada susal,
uno sdefasc
s hay
componentes, sinoque
señalar que atambién
fascia no sólo
conec-
ta funcionalmente entre sí a un músculo con el otro. Al aceptar la definlción
anatómica de nombrar la fascra de, por ejemplo, músculo bíceps crura o e
músculo sernjtendrnoso, también hay que entender que estas <fascias> se
conectan una con a otrd y que, cornunicándose entre sí, constltuyen una
unidad func onal. No se debiera hablar pues de < as fascias>, sjno de una sola
fascia, un tejido so darro en todos los campos de la fisro ogía (Bienafa t, 1987).

, D}(t'' VISCEROFASCIA
Al aceptar esta forma de contemp ar La miofascia, se debe profund zar aún
más en nuestra visión sobre el sistema fasc a , considerando que no sóLo son
los músculos los que están rodeados e interconectados internamente y exter-
namente entre sí, a través de esta gran red del sistema fascial, s no que tam-
bién lo están otros componentes de nuestro organ smo corno, por ejernp o,
os vasos sanguíneos, as vísceras, los nervios o los huesos. El sistema fasc al
es brinda soporte e integridad estructura, defne su tarnaño y asegura el
correcto funconamiento, expandréndose hasta el segmento más ejano y
más pequeño del cuerpo. Los p anos fascia es actúan corno rut¿s de penetra-
ción de las terminaciones nerviosas y de los vasos sanguíneos hacia todos os
puntos del Tnúscu o. La fasc a puede unirse con las paredes de las venas o del
 

@
sister¡a l/nfático, actuando coTno una especie de (succionador) que co abo_ .)-
ra en e complejo proceso de la circulaclón. )í'
Este tipo de drspos ción permite obtener una coherencia de músculo, ¿l
re aciona ndo sus actividades tntrínsecas con las extrinsecas en cada ntvel cle ia .l,l
unrdad muscuiar y en la totalidad del complejo miofascial, y así también co-
nectar o con otros s stemas. Es lógtco pensar que estas proptedades de inter_
acción e integración impl can a todos los sistemas corpora es. E sistema v s-
cerofasc al, por elemplo, está intlmarnente unido, considerando su ub cació¡
anatóm ca, al sistema m ofascral. La integración entre los s stemas miofasctal
y v scerofascial se puede ana izar de diferentes modos, centránoose nuestro
interés en el análrsrs mecánico y neuroanatómlco.

¿Están realmente unidos en una enttdad funcional el sistema miofascia y


el v scero'¿sc ¿l ,l ig 9 .

Trataremos de responder a la pregunta ¿nai zando algunas de las cone_


xrones anatóm cas del contenido de la cavicjad abclom n¿l (Bochenek 1997;
Netter 2001, Robertson, 2001):

o El múscu o psoas se relaciona, en su recorrldo super or, con el cl afragma,


y puede entrar en contacto con e <saco p eural>. En su recorldo infer or,
el psoas derecho se cfuza con el íleon y el psoas zquierclo con el colon.

J:,
Aorta Fascia endotorácica

FI

E-J
\ F¿scia tra¡sue,sa
Fig. 9, Relación csquemálica en una seccirin frontal a livel abdorninal. Obsér_
r,ense las relaciones entre 1a aorta. el diafragma. v la fascia lrans\¡crsa \i endolo_
i, ic¿. fDe CcllalJpt. t03 Ll
 

. El múscu1o cuadrado umbar se local za por detrás del colon, los r ño-

I nes, e psoas y el diafragma, estructuras que están colocadas por detrás


de la fascia toracolumbar, esa gran red inteqradora de a parte posterior
del cuerpo.
. Los riñones están rodeados por la fascia rena , que a su vez está ntegra-
da, en su recorrido posterior, con la envoltura fascia del psoas y, a través
de ella, con asvértebrasycon osdiscos umbares. En su recorrido supe-
rior, la fascia renal continúa a a fascla del diafragma (Barral, 1989)
. El colon ascendente está cubierto por el peritoneo excepto en su super-
f cie posterior, donde se conecta, a través del telido areolar, a la fascia
i íaca y al ligamento i iolumbar. En el recorrido super or, se observa la
conexión del co on ascendente al d afragma y, a través de sus expansio-
nes, a a fascia rena .

. Entre sus mú tiples func ones, e peritoneo cumple con a de soportar y


flex b l zar los movimientos. E tej do extraper tonea separa a per toneo
de a pared abdom nal, integrándose a las estructuras fasciales. Los es-
tudlos anatóm cos revelan que el telido extraperitoneal se continúa con
e ep misio de os músculos abdomina es y, por consiguiente, con el telido
conectivo interno (Wi liams, 1989; Bochenek, 1987; Robertson, 2001).
Considerando las observac ones anterlores, se puede afirmar que no es
pos b e la real zación de un movimiento (moviLtz¿ndo la miofascia)sin la partl
c pac ón activa o pasiva de la viscerofasc a, y en eL análisis de os movlm entos
corpora es, debemos integrar a a la acc ón de la ininterrump da red del siste-
ma fasc al del cuerpo.
E concepto de os mov mientos presentes en la viscerofasc a se describie-
ron en los clásicos ibros de osteopatia y fueron desarro lados detal adamente
por Barral y N,4ecier (Barra 1983, 1989). Este concepto trata
sobre as art como
autores ,
cu aciones viscera es, considerando que están formadas por las
ám nas fascales que se lnueven y desizan entre sí, el sstema ntegral de
estas ámin¿s se f 1a e integra a sistema articular esque ético. No hay mÚscu-
los encargados de rea izar los movimientos en a viscerofascla, sino que éstos
están suplrdos por Los mov mientos fisiolÓgicos del aparato locomotor. Las
superf cies de contacto y desl zam ento están formadas por las membranas
serosas. A través de estas ám nas, un órgano determinado puede ser conti-
nuo a 1a pared muscular (estómago y diafragma), al esqueleto ( pulmones y
tórax) o a otro órqano (el hÍqado con e riñón). L¿ restricciÓn del deslizamien
to entre as ám nas adyacentes puede inf uir en eL funcona[.]iento de este

"l
 

@
órgano o en as estructuras de1 aparato ocomoror adyacentes (Bochenek,
1987, Robertson, 2001). ta expresión ampliamente ut lzada en osteopatÍa
<lgamentos viscera es>, para definir las estructuras de su sostén (Barra y
Merc er, 1989), define la particular forma de orientación y engrosamlento
ocal de la estructura fascia.

.J
)
L(97 urcno¡srRucruRA FAscrAL
El sistema fascial no es un sistema inerte que dependa, en su corrportam en-
to mecánico, penamente de Jos estímulos generados en otros sisten¡as,
como, por ejemplo, el sistema rnuscu ar. E aná isis de la microestructura fas-
ciaL reveLa que La fascra t ene v da propia, con capacidad para desarrol ar sus
propias reacciones y sus prop os movirnientos por a presencia de una abun-
dante red nerv osa, asícomo tamb én de numerosas cé ulas muscuLares lisas.
El s stema fascia está rlcamente inervado y posee una densa poblac ón de
meca norreceptores. Las lnvest gac ones sobre a m croestructura de la fasc a
revelan la presenc a de los receptores de Golgien el s sterna fasc al. Éste no es
nuevo, que es su presenc ¿
osdescubrimiento
un igamentos, las cápsu as sino
articu aresannpliarnente
y alrededor conocida
de las uniones muscu eno-
tendinosas. Sin embargo, solamente menos de un 10 % de los receptores de
cog seencuentraen os tendones (Schleip, 1989y2002).EL90% restante se
encuentra en la porción muscu ar de a un ón muscu otendinosa, en las cápsulas
articulares y en los ligamentos de las art culac ones periféricas (Schle p, 2002).

Según Essfeld, el sistema fascial contiene más receptores que la plel u


otro órgano sensitivo. Según el autor,los receptores de Colgi distribuidos
en la fascia tienen la capacidad de actuar como reccptores dependientes
de la gravedad fSchleip, 1991).

Los receptores intrafascia es, que se pueden denom nar mecanorrecepto-


res fascales (Yahia e¿ al., 1992, Schleip, 2002), se dviden en tres grupos
(Sch eip, 2002):
. E pr rner grupo está formacio por os grandes corpúsculos de Pac n y,
por lo tanto, son sensibles a las variaciones rápidas y a la v bracrón. Al
tener la capacldad de una respuesta dinám ca, probab emente son os
receptores que reaccionan a ¿pl car as técncas de man pulacón con
rmpacto (¡hrus¡ techniques) y a las técnicas v bratorias.
{-t:t a

€_t
 

l/;2 P- L,ta¡, \ oo a DL 5 lI ¡

t\'¡ . El sequndo grupo está representado por os Órganos de Ruffini, que tam-
iii)/l bién responclen a los mpu sos entos y a las presiones sosten das Se acti-
varian pues con la apl cación de as profundas técnicas sostenidas (véase
¿l capítu o Pr ncipios de tratarniento y técnicas bás cas) aplicadas sobre os
tejiclos blandos. Es de gran interés La observac Ón de que Los receptores
de Ruffini se act van especia mente al aplicar las fuerzas tangentes y las
reaizadas en d reccón transversal (Kruger, 1987, citado en Scheip,
2002). Este tipo de estimulaclÓn de los corpúsculos de Ruffini disminuye
l¿ act v ciad del sistema nervloso s mpát co (Berg y C¿ pri, 1 999, citado
en Schleip, 2AO2),lo que podrÍa explicar el profundo efecto relaiante en
la apl cación de Las suaves y profundas técnicas sostenid¿s
. E tercer grupo está formado por las term nac ones I bres de fibras sens
tivas tipo lll (mielinicos) y lV (desmiel n zados) Son los receptores sen-
sitivos más abunclantes que transrnjten J¿ inforrnación sensitjva desde el
s stema miofasclal hacta el sistema nervloso central Estos receptores se
cJenominan receptares musculares intersttctales (Sch eip, 2002) Un
1O% de ellos, los de ttpo ll, está cub erto por una miel na muy de gada
desmie ini
zaclos y, comoel¡ecanorreceptores, responden
Sin embargo, restante 9070, los de t po V, son a areceptores
pres ón y a ]a tens Ón
mecán ca (MltchelLy Schmidt, 1977, c tados en Sch eip, 2002) Algunos
de el os, siendo receptores de bajo umbra , responden a un lmpu so
mecánlco extrernadamente suave, corno el de la fuerza de una pincela-
da. El estímulo mecánico de estos receptores puede generar una res-
puesta autónorna que se puede manifestar con camb os en los ritmos
cardiaco y respjratorlo, así como en eJ niveL de a presiÓn arter ¿l (Coote
y Pérez-Gonzáles, 1970, cltados en Schle p, 2002)
embargo, parece que l¿ fascia también tlene muscu atura propia (cé-
Sn
lulas muscul¿res lisas), lo que podría sugerir una capacidad de movlmiento

independ ente.
En sus investigaciones sobre La rnlcroestructura de la fascla de la plerna
(fascia crur s), eL conociclo anatomlsta a emán Prof J Staubesand, lunto con
su co aborador chino Li (SchLeip, '1989), encontró la presencia de:
o CéLulas musculares llsas a s adas (F q 10) Son denominadas, por algu-
nos investigaclores, miofibrob astos La razÓn de la presencia de estas
células es aparentemente funciona . Probab emente, e cuerpo seria ca-
paz de regular, a través cle ellas, e estado de <pretens Ón> funcional,
con el obletjvo cle a.lustar a fasc a a diferentes demandas de tono mus-
cular. Fsta func ón específica fue confirmada al observar La presencia de
/ii -:
 

y
BA5E5 ANATQI ¡ CAS F 5¡OLOG CA5 D:L STEtr'tA FA5a AL
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Fig. 10. Imagen de la fascia de 1a pierna realizada a trar,és cle fotomicroscopia.


Inagen de la célula muscular lisa intrafascial. En la par.te superior se observa la
presencia de la terminación rerviosa scnsiliva tipo IV [dcsnielürizada].
[Dc Staubesancl J, Li Y., 1S36 Zum Feinbau der Fascia cruris unter besondercr
Berucksiclrtigung der epi-uld intralászialen Ne¡r'en, Ma¡r¿¡e11e Medízin 34:
196-200. Publicado con el permiso de Springer-Verlag, pri
mero publicado en Schleip, 1998.) Berlín, Alemania.

abundante cantidad de terminac ones nerviosas autónomas, ¿s colno


también de capi ¿res en la fasc¿ estudada. Ésta es una observación
muy importante, que permite pensar que la fasc a no solamente se alusta
pas vamente a la demanda de aprop adas tensiones, s no que también
se adapta activamente, a través de var os receptores intrafasc ales, a
as sol crtudes de (pretensión) requeridas por el cuerpo en e desempe-
ño de sus funciones uti izando con este fin células muscu ares propt¿s.
. F¡bras nerviosas m¡elínicas y am¡elín¡cas, y terminaciones nervio-
sas sens¡tivas ¡ntrafasciales (Fig. 11). Basándose en os estud os de
Heppeiman (Heppelman, 1995) y en otros muchos anteriores, e Prof
Staubesand conc uye que en la fascia se encuentran receptores del do-
lor. Estas f bras nerv osas fueron halladas en numerosos or fic os (perfo
rac ones) en las capas superficiales de a fasc a: se observan los orificios
atravesados por un paquete vasculonerv oso (F g. 12) (Sch e p, 1989).
En la pierna se encontraron airededor de 150 perforaciones. Estos re
ceptores podrÍan ser los responsabes de varos tpos de sensacones
dolorosas de orgen miofasc al. Otra observación de extrem¿ importan-
cia es la nervación y la conexión d recta de a fascia con el slstema
nervroso autónomo. De esta manera, e tono fasc al puede estar rnflui-

r45
s_j
 

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l

Fig, 11. Nervio intrafascial elcontrado en la fascia cle la picrna. Sc obselvan


varios arones r¡ielínicos 'amielÍnicos. [De Staubcsand. Publicado con el per-
miso del Prof. Staubcsand. Primero pubiicado en St:hLeip. 1998.)

do y regu ado por e estado del s stema nervloso autónomo, asi como
camb o a raíz de un estírnu o rr.recánico del sistema fascia
tarnbién e r un efecto sobre e sistema nervioso autónorno, en ge
podría produc
nera, y sobre todos os órganos regulados por é. Es una observación
cur osa que en el 82% de os casos ¿s perforaciones menclonadas co n-
cden con los puntos de a clásica acupuntura chna (Heinze, 1995).

Fig, 12. Perloración fasciaL cort ptesercia de un paquete neurovascular (la


vela. el nen'io y la arteria). (De Staubcsanc'l. Publicado con el permiso clel Prof.
Staubesand. Primero ptLblicado en SchleiP, 1998.)

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@
sl'1..
ta:presencia de numerosos receptores en el sistema fascial, incluyendo
los receptores del dolor, podría enfocar la investigación del dolor relacio-
nado con la fibromialgia no sólo hacia el dolor registrado por los recepto-
res ubicados en el músculo, slno tamblén hacia el directamente prove-
t\
niente de Ia fascia. De esta forma, los procedimientos terapéuticos
directamente enlocados a tratamientos del sistema fascial podrían tener
un mayor valor lerapéutico del reconocido hasta ahora.

K-] LOS COMPARTIMIENTOS FASCIALES


{,@
Se ha mencionado anteriormente que e ssterna fascial divde, y a a vez
conecta entre sí, d ferentes partes del cuerpo. En cortes transversales realza-
dos en drstintas partes de cadáveres se puede observar otra de sus funciones
básicas, la de ordenar los espacios corporales. En los lugares de contacto
entre las láminas fascia es se forman espacios destinados a as vísceras, los
vasos sanguineos y os nervios.

En as gráfrcas que se presentan a cont nuación se puede observar la m


portancia de s sterna fascial en la distr bución de as estructuras anatónriras
en d ferentes partes del cuerpo (Figs. 13-22).

Fig. 13. El sistema fascial define espacios en los que se extienden los músculos,
los vasos sanguíneos y los nen'ios. [Fs: fascia supcrficial; Fp: fascia profunda;
\{i: rnembrana interósea; P: piel; Ta: tejido adiposo; Pe: periostio; To: tejiclo
n.r'o: Tm: toj.do mu.cuiar.l

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Fmda _

Fig. 14. Cofte transversal de la región axilar. [Redibujado con modificaciones


de Paoletti, publicado con permiso tlel arttor. Iiditorial Sulll' Editions, 1998 1

(Cl: clavÍcula: As: aponeurosis superficial; Fclp: fascia ciavipectoral; Pvn: pa-
qucte vasculonervioso definidc¡ por el sistcma fascial; Fmpm: fascia del múscu
lo pectoral menor; Fmda: Iascia clel mrisrrrrlo dorsal ancho: Ivltma: nrírsct¡lo re-
clonclo ma¡ror; Mrme: rnÍtsculo reclondo mcnol; Ms: músculo subescapular; Mi:
nrúsculo infraespinoso; Mcl: múscuio deLtoides.)

Fig. 15, Cofte transversal anivel delbrazo. (Redibujado con modificaci ones de
Paoletti, publicado con pelmiso dcl autor, Edilorial Sullv Editions, 1998 ) (Mbbr
músculo bíceps braquial; Fs; fascia superficial; Nmc: nervio musculocutáneo;
Nc: ncrvio cubital; Mtb: mrist:ulo tríceps braquial; Mb: músculo braquial.J

¡ .rt
 

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.t,1-

t.

Fig. 16.Co e transversal a nivel del antebrazo. (Redibujado con modificacio-


publica do con permiso del autor. Ediiorial Sullv Editions,
l:: ^d.".:""]"u1,
1998.)_[Fs: fascia s.perficial; Acr arteria cubital: N'r: nervio medianoi Nr: ner_
vio radial; Ar; arteria radial; Tie: tabique intermuscular externo: Fi: tascia inicr_
muscular; Mi: membrana interósea; Tii: tabique internuscular interno.l

Fig. 17. Corte transversal en la muñeca. (Reclibujado con modificaciones


de
Paoletti, publicado con perniso del auto¡. Editorial Sully Eclitions, :t998.) (Aiil
lascia late¡al interna; Fpp: fascia palmar proflrnda; Fp: iascia palmar;
Fle: fas_
:ia lateral externa; Fds: fascia dorsal superficial; Fcip: Iascia dorsal profunda.)

b-¡
14?
 

Fig. 18. Corte transversal en elrrLrslo. (Redibujado con modlficaciones dePao-


1etti, publicado con permiso del autor. Eclitorjal Sull]' llditions, -L99B.l [Fpnvl
fascia de1 ¡raqu.ete neuromuscuLar; Nc: nen'io ciático: Fs: 1áscia superficial; Tfl:
tensor de la fascia lata: lvlii: rnenrbrana irtlermuscular interna.)

Fig. 19. Corte transversal en la pielna. (Red ibuiado con mo dificaciones de Pao-
letti, publicado r:on permiso del autor. Editorial Suil¡' Editions, 1ssB.) (Fs: fas-
cia superficial; Tie: tabique inlermuscular oxtelno; Tiai tabique intelmuscular
anterior; Ti: tabique interóseo..)
 

Fps

Fig. 20. Corte trans\¡ersaL en el pie. (Redibujado con modificaciones de Paoletti,


publicado con permiso del autor'. Editorial Sully Ediiions, 1ggB.) [Fds: fascia
dorsal superficial; Fpsr thscia plantar superficial; Fpp: fascia planlar profirnda;
Fdp: fascia dorsal profunda.J

Fig. 21. Corte transversal a nivel de C6. (Redibujado con modificaciones de Pao-
letti. publicado con pelmiso del autor. Editorial Sully Editions, 1998.) (Fr:p: fas-
cia cervicai profuncla; Fcm: fascia cervical intermedia; Fr;s: fast;ia cervical su-
perlicial.J
,'-11
&)-J
 

Fig. 22. Colte transve¡sal a nivel abclominal. (Redibujado con modificacioncs


cle Paoletti, pLrblicado cor perrriso del aulor. Editorial Sully Editions, 1998.J
(Fs: lascia superlicial: FrlLpr fascia clel mÍrsculo psoas; Fet: fascia erLdotorácica;
F: peritoneo; La: 1ílea alba.l

-)
. L (7 rrroo coNJUNTrvo DEL srsrEMA NERvroso
{"-
El comportamiento de s stema fascra está íntirnamente unldo a la fisiología
de sistema nervioso. E tej do conectivo rodea todos sus cornponentes, br n
dándoles la protección mecán ca y asegurando su estab lidad en os desplaza-
mientos aterales. Partcipa tan¡brén en el proceso nutrcional (Bochenek,
1 987; Best y Tay o( , 1911 , Go ab, 1 990).

El tejido conluntivo de sistema nerv oso presenta una estructura similar a


la exp rcada en el sistema muscular. Se compone de tres estructuras básicas
(Lundborg, 1975; Bochenek, 1987; Ganong, 1994; Golab, 1998) (Fgs.23
y 24).

Epineuro

Perineuro

Endoneuro

Fig. 23. tiorte transvcrsal de Ia estruclura interna del nervio periférico.


 

Endoneuro

Fig. 24. Estructura interna del nervio perférico

. El perineuro, que constituye la capa más externa y está formaclo por 7


a B capas de células frbrob ásticas. Lo atrav esan elementos vascu ares
que forman una red cap lar especialrzada alrededor de las fibras nervio-
5as.
o El epineuro, que forma la estructura interna. Es un tej do laxo distribui-
do entre los fascículos. Goza de una capacdad protectora contra os
nr icrotra urnatismos.

. El endoneuro, que constituye el tejrdo conect vo intrafascicular. Cum-


ple con la función protectora y nutrlcional.
Lasterm nac ones nerviosas sensitlvas están ullicadas en el telido conect -
vo de las envolturas musculares, las tendinosas, y los igamentos de los órga-
nos internos y de los vasos sanguíneos. Considerando que las termlnaclones
nerviosas se encuentran pr/ncpalmente en los sttros de conexón entre las
mencionadas estructuras, se puede asignar a a fasc a la función de ser un
los cambios mecánicos y químicos. El sistema de
receptores, muy espec de
receptor especializado
al zado, permtte un constante f ujo de información
sobre el estado de los cambos en os órganos rnenconados. Los cambios
patológicos crean alteraciones de la recepción de la nformactón, producien-
do tenslones en el s stema fascial y a terando la neuromecánlca del sistema
nervioso (Bora et al., 1980, Dah in e¡ a/., 1986).

NEUROIVECÁNICA DEL SISTENIA NERV|OSO


El concepto de interfase mecántca de sisterna nervioso fue desarrol ado por
el fsioterapeuta austra iano David Buttler (Buttler, '199'l). En este concepto

SJ
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Y F 5]OLOG
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r se considera que cada movlm ento espac al de las extremidades, e tronco, o
el cambro en e funcionamento de cua quier órgano lnterno lev¿ consgo
camb os en a ong tud, el grosor y la tens ón, no só o de os músculos, tendo-
$ nes y lgamentos, s no también, colocados fuera de Los ejes de los menc on¿-
dos movirnientos, de os nervios y los vasos sanguineos. Todos estos cambios
con levan una respuesta del sistema nervioso en el proceso de aceptacrón y

sent do de su estructura y función) está


modjf cación. El sistema nerv oso desdentegrado en todos sus n veles (en el
os nervios periféricos hasta el siste-
n-ra nervoso centra (Buttler, 1991; Kencial et al., 1919; Lin et al., 1948,
Okamoto, 1990), de esta forma e proceso de adaptacón activa todas sus
estructur¿s. E nervo periféflco tiene propiedades viscoelásticas (Hartung,
1973; Rodrgo, 2002), que e perrniten adaptarse a a tracción y posteror-
mente recuperarse después de que haya pasado e efecto de la fuerza exces -
va. La acción protectora corre ¿ cargo de perineuro, que equ I bra a presión
entre las fibras nerv osas y el epineuro (Bonne , 1985). Una deform dad leve
mod fica a conducción nerviosa, alertando así de la presencia de un pel gro
mayor (Lundborg , 1915).la compresión de pequeña magnitud pero mante-
nida durante mucho tempo afecta más a a estructura del nervio que una
presión de magnitud mayor apl cada durante un t ernpo corto (Dah in et a/.,
1986). El proceso de compresón modfica las características mecánicas del
nervio, aumentando su res stencia y disminuyendo su elasticidad (Bell e¡ a/.,
1984, Rodr go, 2002). Este nerv o tiene un deficiente comportarn ento frente
al estramiento en a patología relaconada con síndromes de atraparniento
(Rodr go, 2A02) (,F g. 25).

Enfocando nuestro análs s hac a e comportamlento mecán co del siste-


ma nervioso, hay que mencionar, entre las principales características:
. Cont nuidad func ona del telido conect vo presente en diferentes for-
mas en todo el s stema nerv oso de cuerpo.

. Continu dad de la conductrvidad. Cada mpuLso e éctr co ln ciado en


los segmentos dista es de slstema es detectado en el s steT¡¿ nerv oso
centr¿ L.
. Cont nuidad de la transmisión de las tensiones y las fuerzas mecán cas a
o Largo del recorrido de sistema nervioso. El tej do nervoso es rnuy
sensible a os cambios de intensidad de los impulsos, y particu armente
a a sobrecarga mecánica. El hecho de encontrarse en todas las estruc-
turas corporales le obl ga a un constante proceso de adaptacón. A
anal zar las reacciones de los nerv os distribuidos, por ejemplo, a lo ar-
go de una extrem dad, éstas deben adaptarse a os cambros consecuti-
 

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.)),-

ll
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Fig. 25. La orientaciór.r de las fibr.as colágenas determina la capacidacl de novi_
miento de las estructuras neur.ológicas. La imagel clemuestrala orientación clc
las fibras en la piamadre, permitiéndole Licrto grado de estiramicnto v cle com
prcsion. lSegrln Brr Ipr. tggi.)

vos de tensión por movimientos const¿ntes de las arttculaciones adya_


centes. El proceso de adaptación en respuesta a los impulsos mecán cos
se realza a través de distintos mecanismos. Se pueden mencionar: la
capacidad de la médula espinal par¿ desplazarse sobre la duramadre, y
de los axones sobre el endoneuro; estas acciones tienen ei fin de cles_
( a.gd. lds te1\,one5 -ec¿^tc¿s.
. La postción del nervto dentro de a red fascal le permite realizar un
movimiento transverso. Como ejemp o se puede tomar el comporta-
rn ento del nervro cubital, que se desltza lateralmente cuando se rea iza el
movrm ento de flextón del codo. Este comportamiento le protege cle una
tensión excesiva, asi como también de una fractura.

L'd LAs MEN|NGES


E análisis anatómico y funcional de las propiedades de a estructura fasc a
que, de una rnanera ininterrumprda, rodea, conecta, sostiene, protege y con_
trola todos los componentes del cuerpo, nos define Ja importancia de la con_
i nu dad de la red fascial, ya que mant ene una estrecha vinculación funcional
con las membranas intracraneales e intramedu ares. A través cle la reoión

itr).-_]
 

cerv cal, se realiza la transrnisión de los impulsos neurológicos desde el cere-


bro hasta el resto del cuerpo, conectándose al sistema nervoso periférco
(Chaitow, 1998; Upledger,l9B7; Don Cohen, 1997; Gehin, 1981).
El sstema nervioso centra se encuentr¿ organizado en dos porcrones:
cefá ica, ubicada en el inter or de cráneo óseo y conocida como encéfalo, y
cauda , a argada en e sentido drstal, lamada médula esp nal. Tanto el encé-
fa o como La médula espinal presentan una de icada estructura, que debe ser
protegida para impedir daños irrevers b es. La cubierta externa está constitui-
da por el tejido óseo y a cubierta interna por e tejido membranoso, formado
por tres membranas concéntricas denom nadas meninges: la duramadre, la
piamadre y la a racnordes.
o La duramadre está formada por un tej do fibroso muy resistente y
constituye la estructura externa. En su estructura predominan las f bras
co ágenas, obrservándose tambrén a gunas fibras de elastina, arnbas a i-
neadas a lo largo de recorr do de la duramadre y d stribuidas en varios
niveles. Esta formación e permite obtener una gran resistenc a a est ra-
miento axia y, en un grado rnenor, a est ram ento transverso (Butt er,
199T). En e agujero occipital, a duramadre cranea se continúa con la
duramadre raquídea. La duramadre craneal tiene un espesor de uno u
dos milÍmetros, y es muy resistente e nextensible; sin embargo, es posi-
ble su deformacón pástica. De el a saen hacia el hueso numerosas
prolongaciones f brosas. En a base del cráneo, se adhiere fuertemente,
especia rnente en e contorno de1 agujero occipita, reforzada por la
va na dura . En ia bóveda craneaJ, las adherencias de la duramadre va-
rían según ¿s edades. En el niño, es más fuerte en las suturas, a pesar
de que el hueso recjbe de el a os vasos preclsamente en esa edad. En e
adu to, las adherencias son más déb les, y en los ancianos, es tan adhe-
rente que resulta d fícilsu desprendimiento por la presenc a de numero-
sos tractos fibrosos muy densos. En a superfic e interior, la duramadre
em te tabiques que se interponen entre as diferentes partes del encéfa-
o. Estas membranas son (Fig. 26):
- La tienda del cerebelo, que separa el cerebeo del cerebro. Está
constitu da por un tabique transversal situado en la parte posteror
del cráneo, separando a este n vel al cerebe o. Su forma se parece a
una semi u na.

- La hoz del cerebro, que div de el cerebro en dos mitades. Forma un


tabique sagital em tido por la duramadre, entre los dos hem sferios,
en a cisura longitudinal. En la base tiene una aLtura de 5 cm, que va

iül
 

Membrana dural
Hoz del cerebro

Hoz del cerebelo

Tienda del cerebelo

Fig. 26. Distdbución y continuidad de las membralas craueales.

disminuyendo hac a delante, de forma que en su extremidad anterior


mide solamente de 12 a 15 mi ímetros.

- La hoz del cerebelo, que dvide el cerebelo en dos mitades, nser-


tándose en a cara inferior de a tienda de cerebeo.
La tienda de la hipófisis, que forma un tabique desplegado hori
zonta rnente por enc ma de a si la turc¿, en forma de cuadr látero.
La duramadre se desprde del cráneo en forma de una lámin¿ dob e,
cuya envoltura externa se conv erte en el periostto de as vértebras cer-
vica es. La lámina interna se conv erte en la duramadre espinal y, rev s-
t endo el cana medu ar, acompaña a la piamadre y a la aracnoides,
envolviendo a raíz esp na hasta su entrada a agujero de conjuncón
(Upledger, '1 987; Bochenek, 1978).

L¿s conexjones de las membranas entre si y su continu dad con la


duramadre ponen de manif esto la lmportanc a de equilibrro de a ten-
s ón recíproca entre todas e las (F g. 27).

Una deformación p ásttc¿ en cualqu era de as membranas define el


grado de tensión de as demás. Esta acción es, por supuesto, rectproca.
La duramadre, partiendo desde a bóveda crane¿1, se inserta en el /ora-

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{9 1
 

.j r,|

Fig.27. lnserciones anatómicas de la duramadre. [Modificado segÍrn Upleclger


1997.)

men magnUm, se fja Uego en la parte poster or de os cuerpos verte-


brales de C2y C3, recorre todo e cana medular, insertándose en la
porción anterior de canal a nive de 52, y frnalmente se d rige hacia e
cóccx. De este modo se produce una conexón entre segmentos tan
distantes del cuerpo corno e cráneo y el cóccix (Fig 28).

Sigu endo esta observac ón, se puede concluir que os mov mientos
de las membranas intracraneales se pueden reg strar también en el sa-
cro. F camb o de tensrón en las membranas en un extremo DUecle ob-

Cuerpos Foramen
veriebrales
C2yC3

Fig. 28. Inserciones anatómicas de la duranadre. (Redibujado de Upledger 1997.)


 

BASE5 ANATÓM]C45 Y FI5IOLOGCAS DEL 5 STFMA FAs' A @


servarse en e otro. El movimiento se puede describir como una accion
sincronizada de dos po eas (la del cráneo y a de sacro) y, teóricamente,
la contracción del músculo coccíqeo podría Lnf uLr en e qrado de ten-
sión de a musculatura suboccipital (Chaitow, 1998; Up edger,1987;
Don Cohen, 1991) (Fig. 29).
Este sistema de membran¿s está rnuy organ zado y cumple múlt -
p es func ones a la vez; entre las más rrportantes se encuentra e1 con-
trol de a amp itud de mov miento entre los huesos del cráneo. Hay que
subrayar que cada una de las membranas es cont nuación de la dura-
rn¿dre, formando una especie de pl egues que, por med o de Las cone-
x ones directas o recíprocas, se cornunican entre si.
. La piamadre forma la capa lnterna, y contornea e cerebro y la médula
espina , ap icándose Ínt marnente sobre sus superficies. Está formad¿
por tejido conectivo, envuelve la raíz nerv osa y la acompaña hasta el
ag ujero intervertebra .

. La aracnoides, extremadarnente del cada, qued¿ entre as dos mem-


branas anteriores. Acompaña a la p amadre hasta e agujero interverte-
bral, formando ei espac o subaracno deo, por donde circula el líquido
cefa lorraq uídeo. Los ligamentos dent culados que se or g nan en la pia-
Tnadre recorren de una forma longtudina el espaco entre ¿s ratces
ventrales y dorsales y, de este modo, fijan la aracnoldes sobre la dura-
madre ayudando a mantener a médu a en una posición correcta. La
aracno des está separada de la duramadre por el espacio subdura , que
contiene e liquido cefa orraquídeo.

Canal medular

Fig.29. El mor'üriento recÍproco entre el occiprLcio v el sacro. (Redibujado de


Upledger 19s7.J

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s,i
 

..) ,- . El líquido cefalorraquídeo protege e encéfa o y la médu a espinal, y


')a además se encarga de transporte de numerosas sustanc as químicas.
'llt Otro punto importante es e anál sis de las inserciones de las membranas
-)l
en los d ferentes huesos del cráneo, asi como también en los dlferentes seg
mentos del tejido blando, asociándolos con las conexiones globa es del siste-
ma fascia.

Hoz del cerebro


. lnserciones anteriores:
Canal saq t¿l nterno de hueso front¿1.
Crista galli de hueso etmoides.
Muesca del etmoides en e hueso fronta .

. Inserclones posteriores:
- Protubrerancia occ p tal nterna.
Cana sagital del hueso occipital.
. nserc ones superiores:
- Cara nterna de los huesos fronta , par eta y occipital, a lo argo de la
sutura sag tal y la línea rnedia.
. nserc ones inferiores:
Tienda de cerebelo.
. Senos venosos relacionados:
Seno sag talsuperior, formado por el desp egamiento de as nsercio-
nes a io argo de la sutura sag ta .

- Seno sagital nferior, formado por el borde ibre de la hoz de cerebro.


Seno recto, punto de unión entre la hoz de cerebro con la t enda del
cerebelo.

Hoz del cerebelo


. lnserciones superiores:
Holas nferiores de la tlenda del cerebelo y el seno recto.
. lnserclón poster or:
( a^a saqiral del orc.puc,o.
. nserc ón infer or:
- Anil o fibroso a rededor del foramen magnum.

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