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Enfermedad Cerebral Vascular
Enfermedad Cerebral Vascular
F. QUINTANA, C. D I E Z y A. G U T I E R R E Z
DIAGNOSTICO POR IMAGEN sado por una le ión hemorrágica o por una lesión isquémi
ACVA.
l. Diagnóstico por tomografía computarizada (TC)
El ACVA es, por su frecuencia, la tercera causa de muer
2. Diagnóstico por resonancia magnética (RM)
te en los países desarrollados. En Europa, la incidencia del
C) Lesiones hemorrágicas
ACVA presenta variaciones importantes, ya que puede osci
1. Diagnóstico por TC
lar entre 1 1 0 0 casos por 100 000 habitantes y año en los paí
2. Diagnóstico por RM
ses nórdicos y los 1500-2000 casos por 100 000 habitantes
D) Diagnóstico por imagen de las vasculopatías
1 •
y año de los paí es mediterráneos Hasta hace pocos años
L. Lesiones arterioscleróticas. Ateromatosis
la actitud médica ante el ACVA isquémico se reducía a su
2. Displasia fibromuscular (DFM)
diagnóstico y tratamiento mediante cuidados de enfermería.
3. Enfermedad embólica
La introducción de los fármacos neuroprotectore s y trombo
4. Vasculitis inflamatorias
líticos ha cambiado en cierta medida la actitud terapéutica
5. Vasculitis proliferativas 2
ante esta grave enfermedad . Como consecuencia directa
6. Aneurismas arteriales
del tratamiento activo del ictus cerebral isquémico se hace
7. Malformaciones y fístulas arteriovenosas (MAV y
necesario un diagnóstico clínico de precisión, y la indica
FAV)
ción del empleo de la neuroirnagen es cada día más frecuen
8. Fístulas arteriovenosas durales (FAVD)
te. El ACVA hemorrágico se ha considerado una enferme
9. Oclusiones venosas (tromboflebitis y flebotrom
dad de tratamiento quirúrgico; sin embargo, en los últimos
bosis)
años, la actitud conservadora es más aceptada en Jo que se
3. Fibrinólisis intraarterial selectiva neo, como en todos los procesos patológicos en los que exis
:. Introducción
I es una entidad clínica de presentación aguda, caracteri Los procesos isquémicos cerebrales se clasifican en cua
a por la instauración de un defecto neurológico funcio- tro tipos diferentes en función de su evolución clínica:
201
202 Diagnóstico por imagen
a) Los accidentes isquémicos constituidos, que corres de tejido lesionado tenga el tamaño suficiente para ser di -
ponden a aquellos casos en los que existe un defecto criminado por la resolución espacial del sistema de TC
cionan clínicamente de una manera más o menos La lesión básica del infarto en la TC corresponde a una
b) Los accidentes isquémicos evolutivos cuyo carácter córtico-subcorticaJ en las obstrucciones de arteria cortica
progresivo les hace ocasionalmente sospechosos de le (fig. 92-2) y de topografía subcortical (incluidos los gan
corresponder a un proceso neoplásico. glios basales) cuando la obstrucción afecta a las arteria
e) Los accidentes isquémicos transitorios, en los que perforantes (fig. 92-3). En el primer caso, el origen e
el defecto neurológico desaparece por completo en mayoritariamente embólico y la extensión del comparti
d) La isquemia crónica, de carácter subclínico, presen émbolo y de los mecanismo de compensación anastomóti
te en pacientes con factores de riesgo vascular en los ca. Los infartos profundos tienen menos p o s i b i l i d a d e s de
que son reconocibles zonas de infarto con los medios compensación por tratarse de una oclusión trombótica de
En el estudio del infarto hay que buscar tres objetivos La imagen del infarto varía en función del tiempo de evo
primordiales en la neuroimagen: detectar lo antes posible lución. Inicialmente, en las seis primeras horas de isquemia.
y definir el volumen de tejido con riesgo de necrosis, deter los coeficientes de atenuación pueden estar poco o nada
minar la patogenia individual de cada caso y evaluar el rie - alterados y la hipoden idad del tejido afectado está esca a
Para que se produzca necrosis del tejido nervioso y se estas primeras horas el sustrato patológico fundamental e
establezca el infarto, intervienen dos factores determinan el edema cerebral local. Alrededor de la zona de isquemi
tes: la reducción de la perfusión y su duración. En las zonas existe un tejido con riesgo de isquemia (concepto de área de
en las que la perfusión disminuye menos, la integridad del penumbra), cuyo devenir depende de los mecanismos de
versible.
1 . Diagnóstico por TC
4a 4b
- -2. Infarto córtico-subcortical en fase aguda. La imagen de TC metría como por el límite más neto que existe con el tejido
de hipodensidad cuneiforme con base cortical es característica de sano inmediato (fig. 92-4b).
_ emias de origen embólico. La compresión ventricular y el colapso
Finalmente, el tejido dañado tiende a ser reabsorbido por
surcos corticales son expresión del edema cerebral isquémico.
fagocitosis, hasta llegar a la fase cicatricial. La reabsorción
S2-3. Infarto cerebral profundo. La lesión hipodensa en la TC Fig. 92-5. Infarto establecido y atrofia local secundaria. TC basal:
nde a la distribución topográfica de las arterias del espacio per Ensanchamiento de los espacios ventricular y subaracnoideo por la pér
las imágenes.
muy distinto.
mo de los vasos con destino encefálico. La visualización de F i g . 92-7. Infarto cerebral agudo. TC basal: lesión hipodensa e-
los vasos de tamaño grande y mediano con las técnicas vas territorio de la arteria cerebral media e identificación densitométrica
culares de la TC (angio-TC) o de la RM (angio-RM) pro un trombo reciente en el interior del segmento horizontal de la ar.
cerebral media (CM,) izquierda.
porciona hoy día una información similar a la de la angio
vascular de la isquemia, dónde se localiza y qué extensión tiene. El conocimiento de la dinámica circulatoria es el
córtico-subcortical y topografía superponible con el territorio de distri bién en la sustancia blanca y su interpretación es má
bución de la arteria cerebral posterior derecha. cil. Si se introduce contraste por vía endoveno a.
205
ACVA A
TC
INFARTO
E S T E N O S I S > 50 %
ANGIOGRAFIA
-e en las áreas hiperperfundidas. en que se vaya a realizar el tratamiento activo del ictus cere-
206 Diagnóstico por imager
bral. La RM es una técnica más sensible y precisa que la TC sidad de tener que sustituir a la TC para obtener mayor capa
para la detección e identificación del infarto y, probable cidad diagnóstica con la RM en la fase inicial del ACVA.
mente, sea el método aconsejable para tratar activamente el Las secuencias más informativas de la RM son las d
ictus isquémico en las tres primeras horas, margen que pare espín-eco obtenidas con tiempos de repetición largos (TR =
ce será el máximo para realizar la fi b ri n ó l i s i s general 2000-2500 ms), es decir, secuencias ponderadas en T2. E
La RM facilita notablemente la detección y el reconoci intensidad de la señal del tejido isquémico (fig. 9 2 - 1 0 A
miento del infarto cerebral en comparación con la TC. La En los ecos tardíos (TE>70 ms), las imágenes T2 mues
posibilidad actual de obtener secuencias en espacios cortos un notable incremento de la señal en el tejido isquémi
de tiempo elimina el único inconveniente técnico que se (fig. 9 2 - 1 O C), por lo que la RM visualiza las lesiones en
9
podría aducir contra el empleo de la RM en el ACVA isqué 80 % de los pacientes antes de 24 horas . Experimental me
mico. Quedan por considerar la disponibilidad y el coste eco te, la lesiones isquémicas provocadas en gatos son siem
10
nómico; estos dos factores no justifican actualmente la nece- visibles en la RM después de seis horas de evolución •
Fig. 9 2 - 1 0 . Infarto cerebeloso derecho en fase aguda de un paciente con quiste aracnoideo temporal izquierdo. Estudio RM. A-B: En secuencias _
T2 DP, existe una hiperseñal moderada en el infarto; mientras que el quiste tiene características de LCR. C-0 En secuencias SE T2, tanto el ínta
Existe cierta dificultad para diferenciar el tejido i s q u é rni Para determinar el «área de penumbra» se necesitan
.o próximo a los compartimentos ventricular y subaracnoi métodos que puedan cuantificar de alguna manera el grado
o, porque se iguala la señal del tejido isquémico con la de isquemia. Actualmente se realiza con la TC y la RM con
l LCR. La conjunción de DP y T2 oluciona esto ca os vencionales, pero en breve se podrá disponer de forma
- .J0-800 ms y T E = 10-30 ms) tienen mucha menos sensibi- de RM funcional obtienen información sobre la perfusión
ad de detección pero informan de la alteración morfoló sanguínea cerebral y el fenómeno de la difusión del agua,
- a. La mayor utilidad de las secuencias ponderadas en Tl que ahora mismo pertenecen al campo de la neuroimagen
1 1 ,
_ la detección del componente hemorrágico tanto en la fase experimental. Según Reith su grupo de trabajo ya puede
ial como, obre todo, en la fase subaguda, en la que distinguir la diferente afectación dentro de una zona i qué
ede ocurrir la evolución hemorrágica del infarto en el mica mediante las técnicas de RM funcional (perfusión
_ % de los casos (fig. 92-9 B). difusión) y ha llegado a obtener imágenes anormales en
Las secuencias de inversión-recuperación (IR) y la ratas, algunos minutos después de obstruir la arteria cere
lusión de la técnica FLAIR (fluid-attenuated inversion bral media. Con posterioridad, han confirmado estos hallaz
12
overy) mejoran las imágenes de espín-eco (SE) para la gos en clínica humana
13
. e r e n c i a c i ó n entre tejido isquémico, tejido sano y LCR. Existen unidades de ictus que han modificado su meto
imágenes FLAIR son, además, má sensibles y, por dología con el empleo sistemático de la RM funcional para •
to, se alteran antes que las obtenidas en SE T2 (figura el diagnóstico inicial del ACVA.
A las consabidas ventajas de la RM sobre la TC en el moléculas de agua se altera con la isquemia de manera
dio del encéfalo (variedad de planos espaciales, au en inmediata y puede ser detectado y cuantificado por unidad
de artefactos radiológicos y comportamiento de la le ión de exploración volumétrica (píx.el a pixel). Las zonas de
diferentes secuencias), hay que añadir en la actuali isquemia se muestran brillantes en la imagen de tonos gri
el estudio funcional del tejido nervioso. En poco tiem ses y adquieren un tono rojo en las imágenes de pseudoco
la investigación con secuencias RM de flujo y de difu lor. La zona menor difusión se observa progresivamente
e tá propiciando en el estudio de la enfermedad más extensa conforme pasa el tiempo e invade el tejido
- rovascular isquémica notables adelantos en la capaci vecino. A efectos prácticos, las alteraciones en la señal de
de detección y discriminación del tejido cerebral i s q u é - RM-difusión corresponden al tejido que se infarta y las
subaracnoideo.
para adecuar el grado de diagnóstico requerido en cada caso.
208 Diagnóstico por image
segunda lesión de la enfermedad cerebrovascular. La rotura li z ación entre dos elementos inextensibles ( tabla ósea inte -
de la pared arterial, capilar o venosa conlleva la irrupción de na y duramadre) modela su particular morfologí a. En I
la sangre en diferentes compartimentos anatómicos del ni ñ os, la ause n cia de adhesión entre la duramadre y la tabl
e pacio intracraneal. En dependencia del compartimento interna permite u n crecimiento en super fi cie mucho m
afectado, la repercusión clínica, la patogenia y el tipo de tra
extenso (fig. 9 2-12).
tamiento son diferentes. Por ello, procederemos a clasificar
1 . Diagnóstico por TC
poco correlacionable o incluso haber pasado desaperci b i
La extravasación de la sangre es fácilmente reconocible d o . Se genera un cuad ro clí n ico pseudoictal o progre ivo
en la imagen TC. La densitometría de un coágulo hemático La lesión es de localización pericerebral (fig. 9 2 - 1 3 ) , per
reciente es específica: se mantiene entre 1 0 y 1 2 unidades a diferencia de l a s hemo r ragias epidurales, el limi te inter
Hounsfield (U.H.) por encima de las correspondientes a la no es festoneado al estar retenido el h e m atoma directa
la TC tiene una imagen patognomónica, pues, prescindien hemorragias subdurales es mayor que la de las epidural e
do de efectos de volumen parcial, no existe ninguna estruc porque no hay barrera en el hemicráneo en q u e se produ
tura, normal o patológica, que tenga esta densidad en la c e n . Este es también u n detalle semiológico q u e las di f e
escala de U . H . Ello permite detectar mínimos volúmenes de rencia de las hemorragias epidura l es, pues estas no crecer:
sangrado dependiendo de la resolución espacial del medio a causa de las fuertes adhere n cias de la duramadre con e
de exploración. cráneo.
La evolución natural de un proceso hemorrágico, obser Según el tiempo de evolución, se distinguen con las imá
vada a través de l a degradación espontánea del material genes de TC hemorragia subdurales hiperdensas, m i x t a
hemático y de los mecanismos activos de reabsorción, pro por depósito (fig. 9 2 - 1 4 ) , mixta por nueva hemorragia, i o
voca un cambio sustancial de la imagen radiológica. A lo densas e hi p o d e n s a s . El empleo del contraste solo tiene ut i
largo de unas semanas, la lesión hemorrágica se transforma lidad para diferenciar algún caso de variante isodensa.
evolución hipodensa.
constituido:
(Figs. 9 2 - 1 5 a 9 2 - 1 7 ) .
rebral extensa por el compartimento subdural. Efecto de masa con En la fase aguda de, la HSA se pueden detectar, en la ima
de herniación por debajo de la hoz. gen de TC, las complicaciones de la hipertensión intracra-
g. 92-14. Hemorragia subdural subaguda: casquete pericerebral bilateral con densidades correspondientes a diversos componentes hemáticos
Hemorragia intraparenquimatosa
Fig. 92-15. HSA, imagen de TC: lesión hiperdensa cisterna! confirma los estudios complementarios inmediatos (angiografía
dora.
RM) o diferidos (RM) en general están indicados. La
neal aguda, con formación de zonas de isquemia cerebral rioesclerosis y no precisan del apoyo complementario de
(fig. 9 2 - 1 9 ) o la dificultad en la circulación del LCR, con otras téc n icas de ima g en. La HIP del tronco ence fáli
desarrollo de dilatación ventricular (fig. 92-20 A ) . En el (fig. 92-24 ) , en un conte x to de hipertensión arterial
periodo subagudo, el desarrollo de enfermedad de la pared trata igual q u e las HIP de los g anglios basales ; de no exi -
arterial con engrosamiento secundario de la misma como tir dicho contexto, debe descartarse un a malformacióc:.
respuesta a la liberación de los productos de degradación de vascular críptica (angioma cavernoso ) medi a n t e RM dife
la sangre se conoce en la práctica clínica con el término de rida.
«vasoespasmo». La repercusión en la luz del vaso es máxi Las hemo rr agias múltiples (fig. 92 - 2 5) tampoco requie
ma en los días 4 a 14 y puede inducir infartos diferidos. ren estudios complementarios sino que deben ser investiga
La hidrocefalia como secuela tardía de la HSA obedece a das buscando factores generales (discrasias san guí ne a .
Fig. 92-16. HSA perimesencefálica. Comparación de las imágenes obtenidas con TC y con RM FLAIR en el mismo período evolutivo: 48 horas des
:asal: identificación de una dilatación a n e u r i s m á t i c a del polígono de Fig. 92- 20. Hidrocefalia diferida post-HSA. A: Fase aguda: HSA con
illis en el estudio de la cisterna optoquiasmática. 8: TC inmediata a dilatación ventricular secundaria y surcos corticales libres. 8: Control
in fusión de contraste yodado: contraste de tipo v a s c u l a r c o n f i r de TC a los seis meses, con tendencia al crecimiento ventricular y colap
funda: TC basal.
Hemorragia intraventricular
(esquema 92-2) complica su interpretación en aquellos HIV secundaria en la HIP, por vaciamiento parcial en
casos en los que no se dispone de imágenes comparativas. cavidad ventricular p r ó x i m a al sangrado. En las HSA
El empleo de todos los recursos de neuroimagen en estos h a b i t u a l que exista contaminación del cuarto ventrfcu
casos está plenamente justificado. por inversión en la circulación del LCR . El tercer ven -
2. Diagnóstico por RM
Leyenda
O Hemorragia
80
70
O S.Gris
• S. Blanca
60
50 • LCR
U.H. 40
30
20
10
o
8 15 30 >30
Días
Fig. 92-22. Hemorragia cerebral intraparenquimatosa occipital, varían
_ 92·24. Hemorragia en el tronco encefálico. Estudio RM. A: SE T 1 , plano sagital; imagen de alta señal en la región mesencefálica. 8: SE T2,
axial mesencefálico: hemorragia con señal aumentada por el componente de metahemoglobina y zona de señal mixta ventral a la hemorra
retación y progresivamente eleva sus prestaciones en te (esquema 92-3) es, con mucho, el factor más determinan
oágulo hemático genera una señal de RM variable En las primeras horas de evolución de una hemorragia
depende de tres factores primordiales. De menor a se da un número muy elevado de falsos negativos al haber
r importancia, estos factores son el contenido de agua, solamente oxihemoglobina en la sangre extravasada. Si
_ acto metabólico del hierro y la estructura molecular además existe edema asociado, se puede confundir la
línica predominante. El tipo de molécula predominan- lesión con un proceso tumoral. Las fases agudas, en gene
- g. 92·25. Hemorragias intraparenquimatosas múltiples de presen techo ventricular izquierdo. Las flebectasias tan desarrolladas denotan
. n simultánea en ambos hemisferios cerebrales. un efecto fistuloso intenso (véase fig. 92-61 ) .
214 Diagnóstico por imagen
vasculopatía entre í.
Fig. 92-27. HSA con irrupción en el 3."' ventriculo y las cavidades tele Fig. 92-29. HIP, mismo paciente de la figura 92-28. I m á g e n e s obte
encefálicas, TC basal: sangre en cisternas silvianas e interhemisférica, nidas en la fase crónica: disminución del volumen de la lesión y cambio
tercer ventrículo y encrucijadas teleencefálicas; hipodensidad cortical y de señal por predominio central con componente de metahemoglobina y
subcortical bifrontal por isquemia aguda. periférico de hemosiderina. Izquierda: DP; derecha: T2.
= ermedad vascular cerebral 215
la arterioesclerosis-ateromatosis por su gran prevalen bre de las arterias carótidas y vertebrales tienen una capaci
- por la incidencia de ACVA resultantes en la población. dad diagnóstica s i m i l a r a la de la angiografía global de los
De de su origen en el cayado aórtico, los vasos con des troncos arteriales supraaórticos.
encefálico pueden verse afectado por esta enfermedad La angiografía selectiva es un complemento del estudio
r causa de isquemia cerebral. La bifurcación de la arte por cateterismo que en muchas ocasiones resulta necesario
arótida primitiva es el lugar de predilección de la atero para definir detalles informativos sutiles cuando hay que
i de los vasos con destino encefálico, específicamen tomar decisiones como confirmar la persistencia de flujos
dos primeros centímetros de la rama carótida interna menores en arterias carótidas muy obliteradas, en las que
u pared posterior. Su identificación se puede realizar todas las técnicas descritas pueden dejar importantes dudas
diferentes técnicas de i m a g e n : onografía, angio-TC, (fig. 92-30). Siempre es necesario disponer de una informa
-RM y angiografía por cateterismo. ción global de los vasos en u egmento cérvico-dorsal pues
técnica eco-Doppler es la más rápida y asequible para e e tá evaluando una enfermedad generalizada y se ha de
tar la enfermedad. La sonografía, a través de la imagen conocer el grado de afectación de cada vaso con destino ence
;ráfica en modo B, visualiza, por sus diferentes efectos fálico, así como el establecimiento de los mecanismos de
;ráficos, la pared de la arteria, la existencia de trombos, suplencia intra y extracraneales, que permitan tomar las deci-
la as de ateroma y las calcificaciones murales. A travé iones adecuadas en cada paciente y en cada momento evolu
ción y velocidad del mismo y la exi tencia de turbu El polígono de Willis es el principal elemento de riesgo
. El conjunto de los datos obtenidos con e ta técnica intracraneal (fig. 9 2 - 3 1 y 34 B y C) . Las arterias vertebrales
uma utilidad para el estudio del paciente con signos en su unión para formar la arteria basilar consiguen irrigar
uemia cerebral y permite realizar un seguimiento fácil se entre ellas mismas en la mayor parte de las oclusiones
técnicas angiogr áfi cas de la TC o de la RM permiten Lo mecanismos de riego pueden volverse en contra de
r imágenes adecuada a la nece idades informativas su finalidad. Es el caso del fenómeno conocido como «robo
e nfermedad ateromatosa, siempre que se den las cir de la s u b c l a v i a » , que se produce con la obstrucción en el
14
.ancias tecnológicas oportunas . En los vasos del cali- origen de la arteria subclavia. Para reconducir el flujo dis-
_ -30. Angiografia d i g i t a l por cateterismo: A: El estudio global parece confirmar una o c l u s i ó n subtotal en la carótida interna derecha.
S cateterismo selectivo y la imagen tangencial a la ateromatosis permiten evaluar correctamente la lesión y su repercusión en la luz de ambas
Fig. 92-31. AIT de un paciente cuyo estudio angiográfico muestra oclu isquemia (fig. 92-35), bien a través de la estenosis (formas
siones de ambas carótidas y la suplencia del polígono de Willis por un
tubulares), bien por medio de la disección subin tim a l (for
solo vaso, la arteria vertebral izquierda.
mas en «collar de perlas » ). La hemo rr a g i a es poco frecuen
vertebral homolateral al vaso ocluido; se consigue irrigar a ra 9 2- 3 6 ) . El dia g nóstico de esta entidad pa toló gi c a e
la extremidad superior pero en detrimento del flujo as- exclusivamente neurorradiológico 17
•
B e D
Fig. 92-32. Compresión funcional de la arteria vertebral. Las rotaciones a ambos lados no interfieren en el flujo arterial vertebral y la extensió
forzada induce hipermotilidad C,-C2 y compresión de la arteria vertebral con oclusión completa de la misma. Angiografía humeral retrógrada con
sustracción fotográfica de imágenes: A: Rotación izquierda. B: Rotación derecha. C-0: Rotación izquierda e hiperextensión forzada.
:: fermedad vascular cerebral 217
- . 92-33. Oclusión de la arteria subclavia izquierda con fenómeno de robo angiográfico desde la arteria vertebral hacia el segmento distal de la
lavia. La dilatación mediante angioplastia y endoprótesis permite recuperar el flujo en la arteria subclavia y reconducir el flujo ascendente en la
eria vertebral antes robada. A: Angiografía suclavia izquierda, estenosis grave pero con permeabilidad distal. B: Angiografía vertebral izquierda,
arteria se o r i g i n a directamente en el cayado aórtico y riega el territorio subclavio por circulación colateral. C: Angiografía subclavia izquierda
-dilatación y endoprótesis: repermeabilización distal directa. D: Angiografía vertebral izquierda tras dilatación de la arteria subclavia: recuperación
flujo ascendente.
218 Diagnóstico por imagen
A�
•
"
"
La inflamación de las paredes arteriales de los vasos lesión vascular, pero la investigación causal corresponde a
La afectación más singular y conocida e la enfermedad inicialmente en el Japón y la incidencia en este país conti
Moyamoya. Se trata de una oclusión progresiva de las núa siendo notablemente superior. o se debe confundir la
19
erias del polígono de Willi y de los egmentos iniciales enfermedad con el síndrome . Hay múltiples causas de
"111111 B
'.'EREE :zDA
li• -
- g. 92-36. HSA. A n e u r i s m a , de probable origen disecante, en un segmento arterial con lesiones de DFM de la arteria cerebelosa posteroin
tación aneurismática excéntrica al vaso. B: Angiografía vertebral izquierda post-oclusión del aneurisma: origen de la a . c . p . i . derecha en la arte
basilar.
220 Diagnóstico por í m a q e-
C A RO T . P R I M .
6. Aneurismas arteriales
de tipo adquirido (el flujo y la hipertensión parecen ser los Fig. 92-38. Pseudoaneurisma de origen inflamatorio de un paciente
más determinantes), motiva que se produzca la formación, con endocarditis bacteriana y episodio de ACVA: A): RM, SE T 1 , hemo
el crecimiento y, finalmente, la rotura de los aneurismas. La rragia en la cisura calcarina, fase subaguda. B: Angiografía digital ver
=ura 92-44).
' numerosos y dilatan sectorialmente un lado de la pared Fig. 92-40. Aneurisma gigante de un paciente con reducción del campo
_ o . Los de cuello ancho tienen aspecto sésil y los de cue- de señal de la RM.
222 Diagnóstico por imag
F i g . 92- 4 1 . Aneurisma intracraneal. A: TC en corte frontal directo y contraste yodado: imagen de dilatación vascular carótido-oftálmica. La re .
c í ó n del cuello del aneurisma con el desfiladero óseo entre el tubérculo y la clinoides anterior explica la dificultad quirúrgica de estos aneurisrra
8: RM del mismo paciente: distorsión del nervio óptico por la compresión ejercida por el aneurisma.
llo más reducido adoptan una forma pediculada, con forma visualizan su tamaño real que, en general. es superior al
ción o no de lobulaciones (fig. 92-45). Se ve multiplicidad la luz del saco por existencia de trombosis intrasacular
de aneurismas intracraneales en el 15-20 % de los pacien calcificaciones murales que pueden duplicar el tamaño
tes, por lo que el e tudio de esta afección debe incluir la aneurisma. La repercusión en el parénquima vecino
totalidad de los vasos intracraneales sin excepción. i quemia, gliosis. edema y compre ión e fácilmente iden
Los aneurismas de tamaño grande y gigante se benefi ficable con las técnica de imagen y de gran interés p· �
cian semiológicamente de los estudios de TC y RM porque tomar decisiones terapéuticas (fig. 92-46).
F i g . 92-42. Mismo paciente de la fig. 9 2 - 4 1 : a n g i o - R M 30 con supresión de la grasa. A: V i s i ó n axial. 8: Visión frontal con rotación derecha
C: Comparativa con 92-42 8 tras oclusión del aneurisma: distorsión de la imagen del sifón por artefacto de las espiras de platino empleadas en e
� B
:2-43. Cateterismo cerebral del paciente de las figs. 92-41 y 92-42. Aneurisma carótida-oftálmico, antes y después de su oclusión: conserva
MAY son las más frecuentes y se caracterizan por TC. pero su carácter discriminador es algo superior. La RM
o de vasos de carácter embrionario indiferenciado. es sobre todo más informativa que la TC en la evaluación de
rte arteriales múltiples y eferencias venosas hiper las complicaciones inducidas en el parénquima nervioso,
--��...., por el efecto fistulo o (figs. 92-47 y 92-48). Lo como la isquemia crónica y la gliosis (fig. 92-47 C-D).
.o vasculares anormale que las componen son siern La complicación hemorrágica afecta generalmente al
tables con la TC y la RM. El diagnóstico diferencial compartimento parenquimatoso y se evalúa siempre mejor
Aneurisma fusiforme de la confluencia vértebra-basilar. A: RM SE T 1 , plano medio-sagital: masa prebulbar con señal abigarrada por
¡o. B: Angiografía vertebral derecha, fase arterial precoz, proyección de Caldwel: dilatación aneurismática con lentificación circulatoria dis
tena basilar.
224 Diagnóstico por imagen
t�MJM.i.bi,_.:...__
en la fase aguda con la TC y en las fases subaguda y cróni ca o embolización terapéutica). Por el contrario, si porrazo
ca con la RM (véase el apartado l .C. Lesiones hemorrági nes clínicas solo se establece un tratamiento conservador.
cas). El diagnóstico se establece, por tanto, de forma com puede prescindirse del estudio angiográfico.
pleta en la mayoría de las MAV y FAV con la TC y RM . La Las FAV son comunicaciones arteriovenosas simples, sin
indicación del estudio angiográfico depende de la actitud desarrollo angiomatoso interpuesto. Pueden localizarse en
terapéutica que se prevea. La angiografía aporta datos la superficie o la profundidad (fig. 92-49). Su tratamiento
semiológicos de interés técnico quirúrgico ya sea para el tra depende de su accesibilidad. Su tendencia al sangrado e
tamiento con microcirugía o para el tratamiento endovascu mucho mayor que el de las MAV y pasan desapercibida
lar. La precisión del tipo de fístulas arteriovenosas, de la clínicamente hasta su rotura o hasta su descubrimiento inci
existencia de aneurismas de hiperflujo pre o intranidales y dental. La aferencia corresponde a una arteria leptomenín
de las alteraciones estenóticas en las flebectasias son ele gea en el caso de las superficiales o a una arteria perforante
mentos que sólo se reconocen en la angiografía (fig. 92-48). en el caso de las profundas. La vena eferente está general
El conocimiento de su existencia es imprescindible antes de mente muy desarrollada, con dilataciones a menudo pseu
CAROT INT DR 1
P-A. SCHULLE
dos tercios restantes alternan una elevada trombosis y baja señal «en
detrás del área de lesión con flujo. Existe efecto de masa sobre las
� D
MAV, mismo paciente de la figura 92-47. A: Angiografía carotídea derecha: MAV con fístulas de alto flujo. 8: Angiografía carotídea
erda: a n e u r i s m a arterial asociado a la MAV. C: Cateterismo selectivo de uno de los pedículos aferentes: compartimento nidal d e p e n d i e n t e
: _ encías venosas precoces múltiples. O. Embolización con cola biológica: molde del nido, de la arteria aferente y del inicio de una de las venas
: - tes
Fistutes arteriovenosas dura/es (FAVD) es muy determinante en la evolución natural de las FAVD,
24
por lo que se clasifican en cinco tipos :
bién ser ramas leptomeníngeas de las arterias intradura- pulsátil intolerable. Las FAVD carótido-cavernosas se
erebrales y cerebelosas (fig. 9 2 - 5 1 ) . El drenaje venoso deben tratar en todos los casos por la posible complica-
228 Diagnóstico por image
A B
Fig. 92-49. FAV superficial de la región mesencefálica causante de hemorragia intraventricular y de calota mesencefálica. A: Angiografía verteb
izquierda, proyección de Towne: dilatación pseudoaneurismática de origen impreciso. B: El cateterismo selectivo permite deslindar la aferen a
arterial, correspondiente a una rama mesencefálica de la arteria vermiana superior, la dilatación pseudoaneurismática posfistulosa y la vena colectora
perimesencefálica.
yección lateral: Incremento de los vasos durales del tentorio por efec
to fistuloso.
Enfermedad vascular cerebral 229
....1111
-.c-----.-·�"'e distal.
Fig. 92·54. FAV dural del seno lateral, tipo 1 1 , con inversión de flujo en
. �- FAV dural del seno cavernoso, tipo l. Angiografía de la caró el seno longitudinal y en venas corticales. A: Angiografía selectiva de la
iva en proyección P-A y cara alta: repleción precoz de los arteria occipital izquierda en proyección lateral. 8: RM T2 D P : detec
::avernosos y retrógradamente de sus aferencias petrosas y o ft á l ción de las flebectasias corticales con desarrollo pseudoaneurismático y
FAVD de tipo IV: se caracterizan por dilataciones veno técnicas de neuroimagen permiten identificar l a vasculo
sas gigantescas (más de tres veces el calibre de la vena) y tía y evaluar su repercusión en el encéfalo. Las oclusio
pueden generar cuadros compresivos de evolución clínica en el sector venoso, ya sea por causa inflamatoria (trom
pseudotumoral. Su tendencia al sangrado es elevada y deben flebitis cerebral), hemodinámica o por discrasia sanguí
infrecuente. El tratamiento es exclusivamente médico y las transformación hemorrágica es más frecuente que en
Fig. 92-55. Flebotrombosis de los senos venosos intracraneales: A: RM SE T 1 : Aumento de la señal en todo el seno longitudinal superior; com
párese con la ausencia de señal por flujo en el seno recto. B: RM de flujo con supresión de la grasa: ausencia de flujo en el seno longitudinal y pre
sencia en las venas corticales y el sistema venoso profundo. C: Angiografía carotídea interna, proyección lateral, fase venosa: trombosis completa del
seno longitudinal superior, redistribución del flujo en las venas corticales y sobrecarga del sistema venoso profundo. O: Angiografía carotídea, pro
yección P-A, fase venosa: la trombosis afecta de forma subtotal a los senos laterales.
Enfermedad vascular cerebral 231
- . 92-56. Fibrinólisis intraarterial selectiva en trombosis de la arteria basilar. A: TC basal: incremento densitométrico de la arteria basilar; corn
. ·ese con la densidad de las carótidas contenidas en el mismo plano tomográfico. 8: Angiografía vertebral izquierda, proyección P-A en «cara
: oclusión completa del tronco de la arteria basilar. C: Cateterismo selectivo de la arteria basilar, misma proyección de la fig. 92-56 8, control
rante el tratamiento fibrinolítico. O: Control angiográfico posfibrinólisis: repermeabilización completa tras infusión de rt-PA.
ablecerse por TC c u a n d o la o b s t r u c c i ó n afecta a los tras tratamiento médico. Con la RM, la semiología veno
no venosos. Se ha descrito el s i g n o «delta» en los cor sa es muy superior. Las alteraciones del parénquima por
iales del seno l o n g i t u d i n a l superior, causado por la la isquemia venosa se detectan mejor, los sistemas veno
trucción del seno con aumento de su densitometría y sos superficial y profundo pueden ser identificados y,
r la mayor captación del contraste en las paredes dura sobre todo se constatan las alteraciones del flujo de los
omo primer intento de recanalización o por efecto de senos venosos y la trombosis dentro de los m i s m o s (figu
Fig. 92-57. Oclusión de aneurisma con espiras de platino (técnica GDC). Angiografías de la carótida interna derecha en proyección oblicua
gencial a la implantación del aneurisma sobre el sifón carotídeo: A: Aneurisma bilobulado, inmediato al origen de la arteria comunicante poste
B: Oclusión completa del aneurisma y conservación del flujo y la forma de las arterias inmediatas.
La angio-RM y la angiografía electiva muestran las obs pleando globos de dilatación y mallas metálicas exp
trucciones y la derivación venosa compensadora con inver bles. Su utilización es relativamente reciente en el e
25
siones de flujo y desviaciones a colectores permeables (fi neurológico y suponen una alternativa eficaz a las té n
Se encuentran en pleno desarrollo las técnicas terapéuti espiras metálicas y balones). Las técnicas de oclusión e
cas que emplean la vía de acceso endovascular para resolver más experimentadas, y se pueden establecer hoy día in
múltiples afecciones vasculares del S C. Las lesiones ciones de elección, indicaciones alternativas e indicaci
isquémicas pueden ser tratadas con técnicas de recanaliza complementarias con los tratamientos quirúrgicos, médi
al mismo.
= fermedad vascular cerebral 233
i a cuyo fin es aumentar el flujo en los vasos con La utilización de pequeños globos de dilatación unidos al
encefálico para prevenir un ACVA. Son técnicas extremo de microcatéteres de uso intracraneal tiene indica
25. 26 ciones más restringidas y prácticamente solo se emplea en
-�...
· va a la cirugía directa de los vasos anguíneos .
eromatosa de las arterias de la extremidades y vis Se trata también de un recurso empleado ante las compli
En el caso de las arterias carótidas y vertebrales, la caciones de oclusión aguda no deseada, en el curso de los
234 Diagnóstico por i m a g
Fig. 92-60. Oclusión de la MAV y del aneurisma del paciente de las figu
cateterismos diagnósticos o terapéuticos. El empleo de fárma tratamiento endovascular. La vía de abordaje endovascular
cos t:rombolíticos en infusión directa a través de microcatéte mediante cateterismo electivo es actualmente el método de
re colocados en 'la proximidad del trombo resuelve la obs elección. El empleo de lo diferentes émbolos e elige en
trucción y el tratamiento es eficaz si se aplica en la primeras función de la afección que e ha de tratar y de la posibili
horas; de ahí que en la práctica sólo se emplee en el curso de dades técnicas en cada caso.
«margen terapéutico» permite su realización (fig. 92-56). 1 . Tratamiento de los aneurismas intracranea/es
B) Técnicas de oclusión endovascular va cular se inició con la oclusión mediante globos 2s. S i n
que han extendido las técnicas endovasculares, sus indica punto de que se puede considerar como la mejor alternativa
ciones y el número de equipos que las practican. Los aneu en los aneurismas, siempre que la relación cuello-saco sea
rismas cerebrales, las MAV y las FAV son indicaciones de menor de 1 (figs. 92-57 y 9 2 - 5 8 ) . Las espiras que se mane-
;: :fermedad vascular cerebral 235
1
:PROT INT IZDA
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32-61. Tratamiento combinado con embolización y radiocirugía de MAV cerebral, mismo paciente de la figura 92-26. A: Angiografía carotí
:·oyección lateral: MAV de la región callosa. B: Angiografía carotídea postembolización, mismo tiempo circulatorio de la figura A: Reducción
;,año y efecto fistuloso. Persiste el nido angiomatoso con aferencias lenticuloestriadas y callosas, de alto riesgo para las técnicas endovascu-
C. Angio-RM: control prerradiocirugía. 0-. Angio-RM: Control tres años después de la radiocirugía.
_ n más seguridad son las que se construyen soldadas a 2. Tratamiento de las fístulas arteriovenosas durales
· ticas quirúrgicas en la enfermedad hemorrágica cau de las fístulas y por su localización en el espesor de la dura
30.
por un aneurisma intracraneal madre. La indicación del tratamiento es clara en los tipos III
236 Diagnóstico por i
24.
y IV por su elevado riesgo de hemorragia La finalidad del endovascular de las MAV ha modificado el objeti
tratamiento es la oclusión completa de la propia fístula (fi sus actuaciones; en las MAV de gran tamaño se pre:
gura 92-59) y ello no siempre es posible técnicamente, por una reducción que permita el tratamiento combi
Requiere una gran experiencia tanto en la decisión Constituye el tratamiento de elección de las FAV y
La oclusión permanente sólo se consigue con émbolos un pronóstico muy grave y su oclusión elimina los po -
estables, como la cola biológica o los polímeros, y u rie gos. En casi todos los aneurismas y en algunas F
manejo es complicado, ya que requiere experiencia en la necesario ocluir el vaso arterial lesionado. Las prue
navegación endovascular para llegar al nido de las MAV o simulación del cierre del va o con evaluación neurofis
a las inmediaciones de las FAV. Sólo en condiciones ide gica y clínica permiten decidir el cierre definitivo de
ales de cateterismo cerebral se debe proceder a la oclu arteria de la importancia de la carótida interna o de la
sión con riesgos aceptables (figs. 92-48 C-D y 92-60). lar con la seguridad de no causar un defecto neurol · z:
31,
Con el desarrollo de la radiocirugía el tratamiento permanente.