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CRITERIOS PARA VALORAR LA PRUEBA EN LOS DELITOS DE GENERO

A. ENFOQUE CRIMINOLOGICO DE LA VALORACION DE LA PRUEBA EN LOS


DELITOS DE VIOLENCIA DE GENERO
Uno de los principios base del proceso penal es el de valoración probatoria: aquel que viene a
configurar, en buena cuenta, la “percepción por parte del juez de los resultados de la actividad
probatoria que se realiza en un proceso”. Teniendo en cuenta la concatenación existente entre ésta con
la argumentación jurídica, toda vez que en la actualidad las decisiones ya no deben ser meras
señalizaciones, sino justificaciones razonables. Pues bien, una vez constituido los elementos
probatorios, sobre los cuales se debiera tomar una decisión respecto a los hechos, se configura el
momento de la valoración probatoria judicial, teniendo como pilar esencial el apoyo empírico que pueda
aportar de forma individual y conjunta a las diversas hipótesis que traten sobre lo ocurrido.
La valoración probatoria engloba la función concatenada con la interpretación: por medio de la cual el
juez percibe los resultados de la actividad probatoria que se ha realizado en un proceso. En esta labor se
realiza una operación mental que tiene como fin conocer el mérito o valor extraído del material
probatorio; razón por la cual es que llega a configurar la actividad analítica aplicada, conjuntamente,
con la interpretación de la misma.
En el Perú se utiliza el Sistema de Prueba Legal o Prueba Tasada, consiste en que la ley procesal fija
las condiciones que debe reunir la prueba, le otorga un determinado valor, de tal manera que la
autoridad judicial solo la aplica en cada caso concreto sin mayor esfuerzo de análisis.
El delito de Violencia Contra la Mujer e integrantes del Grupo Familiar, se encuentra regulado en
nuestro país por la Ley Nª 30364, Ley para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las
mujeres y los integrantes del grupo familia.
“Esta Ley no solo estableció lo que debe entenderse por violencia contra la mujer y los integrantes del
grupo familiar –al igual que sus modalidades o tipología, en tanto entiende que ese tipo de violencia, en
especial contra la primera, se expresa en un contexto de dominación y, por ello, merece una protección
penal reforzada–, y (ii) orientó acerca de los enfoques necesarios para su interpretación y aplicación –
entre los que destacan los enfoques de género, integralidad, interculturalidad y de derechos humanos–
(artículos 1, 3, 5, 6 y 8); sino que, en lo pertinente, (iii) configuró una amplia gama de medidas de
protección y coercitivas civiles –que rotula de “cautelares”–, así como (iv) instauró medidas de
seguridad y tratamiento que el juez penal debe imponer, tanto para el agresor cuanto para la víctima.
∞ El artículo 8 de la Ley describió puntualmente los tres tipos de violencia contra la mujer: física,
psicológica y económica o patrimonial, que han sido precisadas y, hasta cierto punto, ampliadas por el
Decreto Legislativo número 1323, de 6-1-2017, en el ámbito de la violencia psicológica al excluir el
daño síquico como resultado necesario de la violencia psicológica, al introducir expresamente la
conducta omisiva, y al comprender las acciones u omisiones que tienden a humillar, estigmatizar y
estereotipar a la víctima. ∞ De otro lado, la Ley, procesalmente, (i) constituyó especialidades
procedimentales en materia de prueba, (ii) introdujo nuevas reglas de estructuración de la sentencia
penal, así como (iii) vinculó el proceso penal con el proceso de protección o cautela. “ 1
“∞ La Ley también (i) incorporó medidas de seguridad obligatorias, que se imponen conjuntamente
con la pena, a semejanza del tratamiento terapéutico para delitos sexuales –de fuente francesa– fi jado
por el artículo 178-A del Código Penal. El artículo 20.3 de la Ley ordenó el tratamiento especializado
al condenado, que según el artículo 37.3.4 del Reglamento es “reeducativo o terapéutico”, lo que en

1
Acuerdo Plenario Nª 05-2016, publicado con fecha 17 de Octubre del 2017.
todo caso será defi nido o concretado por los peritos correspondientes. De igual manera, (ii) estipuló
un tratamiento terapéutico a favor de la víctima (artículo 20.2. de la Ley), en coherencia con el hecho
de que el artículo 10, literal c), de la Ley indicó que la atención y recuperación integral de la salud
física y mental de las víctimas de violencia es un derecho y le corresponde prestarlo a los
establecimientos de salud del Estado. Esto último es a lo que se denomina, más ampliamente, “medidas
de carácter social”, las cuales (i) comprenden derechos de asistencia y de protección, de asistencia
jurídica, de derechos laborales y derechos educativos; (ii) importan la creación de servicios de
atención y prevención contra la violencia, y abarcan la creación de hogares de refugio temporal; y (iii)
institucionalizan servicios de reeducación de las personas agresoras (artículos 9-12 y 27-32 de la
Ley).”
En el ámbito de violencia contra la mujer en el caso peruana se admiten y valoran los medios
probatorios de acuerdo a su pertinencia, todos los medios probatorios que puedan acreditar el riesgo, la
urgencia, necesidad de la protección a la víctima y el peligro en la demora, conforme a los criterios
dispuestos en el artículo 22-A de la Ley Nº30364, lo cuales son:
a) Los resultados de la ficha de valoración de riesgo y los informes sociales emitidos por
entidades públicas competentes.
b) La existencia de antecedentes policiales o sentencias en contra de la persona
denunciada por actos de violencia contra la mujer, por delitos contra la vida el cuerpo y
la salud, la libertad sexual, el patrimonio y otros que denoten su peligrosidad.
c) La relación entre la víctima con la persona denunciada.
d) La diferencia de edades y la relación de dependencia entre la víctima y la persona
denunciada.
e) La condición de discapacidad de la víctima.
f) La situación económica y social de la víctima.
g) La gravedad del hecho y la posibilidad de una nueva agresión.
h) Otros aspectos que denoten el estado de vulnerabilidad de la víctima o peligrosidad del
denunciado.
El Acuerdo Plenario Nª 05-2016/CJ-116, señala en su décimo segundo fundamento que detalla la
declaración de la víctima, señala la PRUEBA ANTICIPADA como una modalidad de prueba sumarial,
condicionada al cumplimiento de los requisitos de i) indisponibilidad o irrepetibilidad del acto y ii)
urgencia, requisitos que se exceptúan cuando se trata en caso de niñas, niños y adolescentes víctimas de
delitos de trata, violación de la libertad personal, libertad sexual, proxenetismo, defensas al pudor
público y contra la libertad personal.
Asimismo, en su décimo quinto fundamento hace referencia sobre la valoración de la declaración de la
víctima, precisando:

“…en el artículo 158.1 CPP: “En la valoración de la prueba el Juez deberá observar las reglas de la
lógica, la ciencia y las máximas de la experiencia […]”. A este principio el artículo 393.2 CPP
denomina, siguiendo la tradición hispana, reglas de la sana crítica. ∞ El juez, sin duda, es libre para
decidir, según la prueba actuada, acerca de los hechos objeto del proceso penal. La sentencia penal
debe estar fundada en la verdad, entendida como coincidencia con la realidad –o, mejor dicho, elevada
probabilidad de que hayan ocurrido los hechos–. Para ello, el juez debe observar los estándares
mínimos de la argumentación racional. ∞ Un postulado, en el que las exigencias de la racionalidad
epistemológica se expresa con cierta particularidad, tiene lugar en los denominados delitos de
clandestinidad y, por extensión, en los delitos en que su comisión está en función a la vulnerabilidad de
la víctima –que es el caso típico tanto de los delitos de trata de personas, como de los delitos contra
niños, niñas, adolescentes y mujeres en contextos de violencia familiar o doméstica–. Ha sido la
jurisprudencia de este Supremo Tribunal, a fi n de consolidar mecanismos de seguridad en la
valoración probatoria, traducidos en reglas valorativas, la que a través de los Acuerdos Plenarios
números 2-2005/CJ-116, de 30-9-2005, sobre sindicación de la víctima, y 1-2011/CJ-116, de 6-12-
2011, sobre la apreciación de la prueba en el delito de violación sexual, que sirven para aceptar el
mérito de las declaraciones en cuestión –se trata de un testimonio con estatus especial, pues no puede
obviarse la posibilidad de que su declaración resulte poco objetiva por haber padecido directamente
las consecuencias de la perpetración del delito, así como por el hecho de erigirse en parte procesal.”

Asimismo, la Corte Suprema de Justicia de la República mediante la Casación Nº2215-2017 EL


SANTA del 8 de noviembre de 2017, señala expresamente: “Décimo Segundo: al respecto, para
acreditarse la violencia psicológica demandada, debe analizarse si los hechos narrados en la denuncia
han ocurrido conforme a las manifestaciones de las partes y a los Informes psicológicos practicados a
ellas, los que poseen la validez que establece el artículo 29 de la Ley de Protección frente a la Violencia
Familiar, los cuales contienen información detallada de los resultados de las evaluaciones físicas y
psicológicas a las que se haya sometido la víctima. Además en este tipo de procesos debe apreciarse: a)
que la declaración de la parte agraviada cobra importancia, requiriéndose no obstante que sea
verosímil y la existencia de corroboraciones periféricas de carácter objetivo y/o persistencia en la
incriminación (sin contradicciones ni ambigüedades) aunado a la oportunidad en el tiempo, desde que
en algunas ocasiones los hechos de violencia familiar ocurren al interior de un hogar y la interrelación
propia de la familia puede generar resistencia a denuncias o particulares que no abonan a la
eliminación total de la violencia, ii) que no existe justificación válida para que ocasiones hechos de
violencia debiendo primar siempre el dialogo que se dirija al esclarecimiento o solución de las
naturales discrepancias que puedan surgir en el grupo, iii) que no es necesario que los hechos de
violencia sean reiterados y graves para que una persona sufra de violencia psicológica pues pensar en
dicho sentido seria atentar con el derecho a la integridad de una persona, bastando incluso un solo
hecho para que se detecten actos de violencia psicológica con dependencia por cierto del grado de
sensibilidad de una persona y/o de la cultura de la que provenga, con atención especial al contexto en
el que se produjo y al hecho realizado”.

B. Medidas de protección a Mujeres víctimas de Violencia de género


La violencia contra la mujer es una problemática estructural en nuestro país. El año pasado, el
Ministerio Publico reportó que el 60% de los casos de feminicidio -la forma más grave de violencia de
género- se suscitan en el propio hogar la víctima.
En el Perú las medidas de protección para salvaguardar la vida y la integridad de mujeres víctimas de
violencia familiar y de género se encuentran reguladas por la Ley N°30364 -Ley para prevenir,
sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres y los integrantes del Grupo Familiar. Dicha norma
señala una lista de medidas que se pueden adoptar, sin embargo, esta no es taxativa, por lo que, el Juez a
discreción puede adoptar otras que tengan como fin garantizar la integridad de la víctima.
Es así que, ante hechos de violencia de género, los operadores deben actuar de forma oportuna y
diligente y promover que el Juez Especializado en Violencia Familiar o su equivalente, otorguen a las
personas afectadas las medidas de protección adecuadas y cautelares correspondientes. Estas medidas,
que son ejecutadas por la Policía Nacional tienen el objetivo de minimizar los efectos nocivos de la
violencia ejercida por la persona denunciada y permitir a la víctima el normal desarrollo de sus
actividades cotidianas. Además, en relación a esta última, busca asegurar su integridad física,
psicológica y sexual, o la de su familia, y resguardar sus bienes patrimoniales. La vigencia de las
medidas de protección dictadas se mantiene en tanto persistan las condiciones de riesgo de la víctima,
prescindiendo de la resolución que pone fin a la investigación, al proceso penal o de faltas; así, los
Juzgados Penales o el Juzgado Especializado en Violencia, así como las Fiscalías Penales, deben
remiten copia certificada de la sentencia firme o de la disposición de archivo al juzgado de familia que
emitió las medidas de protección, a fin de que se evalué nuevamente los factores de riesgo para decidir
sobre su vigencia, sustitución o ampliación.
Otra de las bondades de la referida norma, es la creación del Registro de Víctimas de Violencia de
forma tal que la policía tiene un mapa geográfico y georeferencial de aquellas mujeres que se
encuentran con medidas de protección; asimismo, se habilitó un canal directo con las mismas para
atender a sus pedidos de resguardo (artículo 23). Esto no había sido contemplado por ningún mecanismo
normativo nacional anteriormente.
Adicionalmente, en el artículo 29 de la norma se establece como política permanente del Estado la
creación de hogares de refugio temporal y la obligación al Ministerio de la Mujer y Poblaciones
Vulnerables de implementar y administrar un registro de los mismos y aun cuando en nuestro país los
recursos destinados a ello siguen siendo escasos e insuficientes los centros de refugio existentes están
surtiendo el efecto de proteger a las víctimas y liberarlas del círculo de violencia.
Conforme al artículo 10 de la citada Ley 30364, las víctimas de violencia tienen derecho a:
A una atención respetuosa en todas las instancias públicas o privadas inmersas en la ruta de atención.
A que el personal de la PNP reciba la denuncia y la remita al Poder Judicial en 24 horas.
A que los Jueces o Juezas otorguen medidas de protección y/o cautelares a más tardar en 72 horas
después de haber recibido la denuncia y remite tu expediente a la Fiscalía Penal.
A que el agresor sea detenido en el momento o dentro de las 24 horas en que ocurrieron los hechos, en
caso de flagrancia, incluso con allanamiento del domicilio.
A que la PNP brinde un número telefónico disponible las 24 horas del día, para garantizar la protección
que se requiere.
A no ser despedido/a del trabajo, al cambio de lugar de trabajo y a la justificación de inasistencias y
tardanzas por causas relacionadas a los actos de violencia.
Al cambio de lugar y horario de estudios, a la justificación de inasistencias y tardanzas y a la atención
especializada ante las secuelas derivadas de los hechos de violencia
A continuación, se muestra en gráfico, el procedimiento de protección conforme a la citada Ley.
INTEGRANTES: PERÚ
1. CECILIA DEL PILAR MEDINA ATOCHE
2. JHULIANA CLAUDIA ATAHUAMAN PAUCAR
3. LUIS CESAR SALAS BEJARANO
4. ROXANA MARGOT CASTRO ALVAREZ

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